FRANCIA · 2017 · 126minalfapictures.com/sp/mat/marguerite/Marguerite Duras...EL DIRECTOR: EMMANUEL...

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FRANCIA · 2017 · 126min

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FRANCIA · 2017 · 126min

SINOPSIS

Al encontrar dos viejos cuadernos en una caja olvidada, Marguerite Duras recuerda su pasado. En la Francia

ocupada por los nazis en 1944, la joven y brillante escritora participa activamente en la Resistencia junto a su

marido, Robert Antelme. Cuando Robert es deportado por la Gestapo, Marguerite se embarca en una lucha

desesperada para conseguir que vuelva. El final de la guerra y el regreso de los prisioneros suponen para

Marguerite el comienzo de una espera insoportable, una agonía lenta y callada en medio de la algarabía en las

calles parisinas por la Liberación.

Marguerite Duras. París 1944 está inspirada en la novela “El dolor”, de Marguerite Duras. Esta película no es

solo un retrato de la escritora francesa, es un gran testimonio sobre el conflicto moral y político de la justicia en

una época de vencedores y vencidos. Presentada en el Festival de San Sebastián y estrenada con éxito de

crítica y público en Francia, el film supone la confirmación de Mélanie Thierry (Un día perfecto, La bailarina)

como una de las grandes actrices europeas de la actualidad.

“Magnífica adaptación” | Femme Actuelle

“Mélanie Thierry, convincente y cautivadora” | Variety

“Una película intensa, necesaria y justa” | Fotogramas

“Inmensa película de cine y literatura” | Bande à part

EL DIRECTOR: EMMANUEL FINKIEL

Emmanuel Finkiel ha sido ayudante de dirección de Bernard Tavernier, Krzysztof Kieslowski y Jean-Luc

Godard. En 1997 ganó con Madame Jacques sur la Croisette el César al Mejor Cortometraje. Su primer largo,

Viajes (1999), recibió dos premios César y el Premio de la Juventud en Cannes. Le siguieron Nulle part terre

promise (2008), por la que ganó el Premio Jean Vigo, y Je ne suis pas un salaud (2016). Ha dirigido también

los documentales Casting (2001) y Je suis (2012) y las películas para televisión Melanie (1996) y En marge

des jours (2007).

Notas del director: Emmanuel Finkiel

Leí El dolor por primera vez con 20 años. Al volver a la historia 30 años después para adaptarla al cine, me

conmovió de la misma manera. El propósito de esta película es capturar esa emoción.

Un giro personal

Mi punto de partida, inevitablemente, fue mi propia historia. Bueno, más bien la de mi padre, cuyos padres y

hermano pequeño fueron arrestados y deportados en 1942 y nunca volvieron. Los esperó durante un número

casi irracional de años. No había esperanza en esa espera, era esperar por la espera misma: la espera y la

ausencia para reparar nuestras secuelas. De niño no entendía por qué, cada julio, dejábamos una luz encendida

en nuestro apartamento. Durante muchos años nadie contestó a mis preguntas, por lo que mi imaginación

volaba.

La historia de Marguerite Duras ofrece una mirada única sobre la espera. La primera vez que la leí reconocí mi

propio proceso familiar, al fin lo veía escrito con palabras. No me habría atrevido a hacer una adaptación en

ese momento, pero el libro se convirtió en uno de mis textos sagrados. Al mismo tiempo, sé que la lectura de

El dolor apuntaló la escritura de mi primera película, Viajes (1999), otra película sobre ausencia y espera

interminable; sobre la fantasía de que existirá un retorno; sobre la imposibilidad de vivir el presente embrujado,

donde cada lugar, cada ciudad, cada calle está llena de fantasmas.

Y aquí estoy hoy, enfrentándome al texto sagrado. Las emociones que experimento hoy no son diferentes de

las que me han perseguido durante todos estos años. El final del libro nos descubre una realidad desgarradora:

que una mujer, que ha vivido solo por el regreso de su marido, descubre que ya no le quiere cuando él vuelve

a casa. Todo el tiempo que él ha estado ausente, ella lo ha mantenido vivo con una devoción inquebrantable;

pero su amor ha durado solo lo que ha durado la ausencia.

Inevitablemente, los recuerdos de todo lo que he visto y oído en mi propia familia a través de los años han

aflorado. Esto, lo sé ahora, fue lo que me conmovió hasta las lágrimas hace años: entender la crueldad de que

Robert muriera dos veces, en un campo de concentración y otra vez, volviendo a la casa de la mujer que ya no

le quiere.

Adaptando El dolor

He elegido contar la historia ocurrida entre 1944 y 1945. Mi heroína no es la Marguerite Duras de 50 años,

releyendo estos cuadernos olvidados, sino la joven mujer de 32 años que anda por las calles de París y habita

las profundidades de su propio apartamento esperando a su marido, que puede regresar o no.

Me he centrado en dos historias de la colección llamada El dolor: la historia que da nombre al título, que ocurre

durante la Liberación de París en agosto de 1944; y una historia llamada Rabier, enmarcada durante las últimas

semanas de la ocupación alemana. La protagonista cambia de ser la guerrillera de la ciudad ocupada por los

Nazis a abrazar la desesperación de la espera durante las semanas festivas que vinieron con la liberación.

Hasta que, al final, se encierra en su apartamento y se deja llevar por su propia locura. La narración está

estructurada en dos partes, dos marcos temporales, cuyos límites se superponen constantemente.

París

París es un personaje central en El dolor, representando la colaboración con los Nazis, las peleas callejeras y

el miedo. Con su multitud bulliciosa y su aparente victoria con la llegada de la primavera, París es un paradójico

telón de fondo para el dolor. Es una ciudad que ahoga a aquellos que esperan a que sus fantasmas regresen.

Sus víctimas son aquellas para las que la guerra no puede acabar y nunca lo hará. El amanecer de la primavera

no ofrece amparo para gente como Marguerite. Se aferran a las sombras, gritando contra el olvido, mientras

otros bailan en las calles sin recordar nada ya.

París es un mundo en sí mismo. París representa el tiempo de guerra y de libertad. París es otra gente y su

volumen, otra gente y sus llantos, risas, cobardía, miedo y alegría.

Judíos en Marguerite Duras. París 1944

Como miembro de la Resistencia francesa, Robert debería haber sido enviado a un campo de concentración y

debería de haber regresado con la primera o segunda ola de transportes que volvían a casa. Pero él vuelve a

casa de una forma que en ese tiempo poca gente sabía que existía. Lo que le pasó a Robert es lo que le pasó

a los judíos. Esperar a que Robert volviera a casa, en ese sentido, representa el descubrimiento de la Solución

Final. Duras termina su narrativa con las palabras: “Robert no murió en un campo de concentración”. En ese

momento, la expresión “Campo de concentración” no existía. La gente no hablaba de las cámaras de gas. La

policía de De Gaulle corrió un velo sobre el destino de los judíos negándose a publicitar lo que había ocurrido.

Lo más normal era olvidar. Olvidar lo que había pasado (prendiendo la llama de las fantasías Negacionistas)

es lo que causa el olvido, el dolor, la tristeza y la angustia.

El tiempo también es protagonista

El tiempo se experimenta solo como duración o, más precisamente, como el sentido de su propio paso.

Marguerite deambula por su apartamento y a través de las calles de París sintiendo el peso de cada segundo.

El tiempo de la imaginación que combina presente y pasado, memoria y fantasía y a veces da paso a un futuro

inmediato en tiempo condicional: él podría volver a casa; si él pudiese volver a casa.

El tiempo es un asesino. Esa forma de tiempo que pertenece al mundo exterior y que es experimentada como

una imposición en el mundo interno. Mes a mes. Los campos son liberados. La primavera llega a París. Y

Robert aún no vuelve a casa. Cuanto más tiempo pasa, más inevitable parece su muerte.

Y esto no es todo. Llegará un momento en el que no habrá tiempo para las personas que han estado en campos

de concentración, no habrá tiempo para el hecho del genocidio ni para recordar.

FICHA TÉCNICA

Francia | Idiomas: francés | 2017 | 2.39:1 | 126min.

Producción: Le Films du Poisson, Cinéfrance y KNM

Escrita y dirigida por: Emmanuel Finkiel

Fotografía: Alexis Kavyrchine

Montaje: Sylvie Lager

Diseño de producción: Pascal Le Guellec

Sonido: Antoine-Basile Mercier

Vestuario: Anaïs Romand

FICHA ARTÍSTICA

Mélanie Thierry: Marguerite

Benoit Magimel: Rabier

Benjamin Biolay: Dionys

Shulamit Adar: Mme Katz

Grégoire Leprince-Ringuet: Morland

PRENSA – MADAVENUE

Eva Herrero – [email protected]

649706807