Filosofia unidad 1 y 2 2012
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Unidad 1: Génesis, naturaleza y desarrollo de la Filosofía
I)- Origen de la filosofía en los Griegos: A) La filosofía como creación del genio
helénico. B) Imposibilidad de que la filosofía derive de Oriente C) Los
conocimientos científicos egipcios y caldeos y la transformación realizada en
Grecia.
II) Las formas de la vida griega que prepararon el nacimiento de la filosofía:
A) Los poemas homéricos y los poetas gnómicos B) La religión pública y los
misterios órficos. C) Las condiciones socio-políticas y económicas que
favorecieron el surgimiento de la filosofía
III) Concepto y fin de la filosofía antigua: A) Las connotaciones esenciales de la
filosofía antigua La filosofía como "amor por la sabiduría" a) a su contenido
b) a su método c) a su finalidad B) Conclusión sobre el concepto griego de
filosofía
IV) El conocimiento filosófico: A) Es un conocimiento reflexivo o crítico
(riguroso). B) Que aspira a prescindir de supuestos C) Caracterizado por un
saber universal Y unitario.
V) La Filosofía y la Ciencia
VI) La Filosofía y el sentido común.
VII) La filosofía como necesidad primaria del espíritu humano: A) LA
ADMIRACIÓN, EL ASOMBRO B) LA DUDA. C) LA CONCIENCIA DE LAS SITUACIONES LÍMITES.
Génesis, naturaleza y desarrollo de la Filosofía
I)- Origen de la filosofía en los Griegos.
La filosofía fue creación del genio helénico: no les llegó a los griegos de
estímulos precisos tomados de la civiliza oriental; sin embargo, del Oriente
llegaron algunos conocimientos científicos, astronómicos y matemático-
geométricos que el Griego supo repensar y recrear en dimensión teórica, mientras
que los orientales los concibieron en sentido prevalentemente práctico.
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Así, si los egipcios desarrollaron y transmitieron el arte del cálculo, los griegos, y
particularmente a partir de los Pitagóricos, hicieron de él una teoría sistemática del
número; y si los babilonios hicieron uso de adquisiciones astronómicas puntuales
para trazar las rutas para las naves, los Griegos las transformaron en una teoría
astronómica orgánica.
A) La filosofía como creación del genio helénico.
La filosofía, sea como término, sea como concepto, es considerada por la casi
totalidad de los estudiosos como una creación propia del genio de los Griegos. En
efecto, si para todos los otros componentes de la civilización griega se encuentra
algo que le corresponda en los otros pueblos del Oriente que alcanzaron, antes de
los Griegos, un alto grado de civilización (creencias y cultos religiosos,
manifestaciones artísticas de diversa naturaleza, conocimientos y habilidades
técnicas de varias especies, instituciones políticas, organizaciones militares, etc.),
en lo concerniente a la filosofía, en cambio, nos encontramos frente a un
fenómeno tan nuevo que no sólo no hay una correspondencia concreta en esos
pueblos sino que ni siquiera hay alguna cosa estricta y específicamente análoga.
Si es así, la superioridad de los Griegos en relación con los otros pueblos, en este
punto específico, es de carácter no sólo cuantitativo sino cualitativo, en cuanto que
lo que ellos crearon, al instituir la filosofía, constituye una novedad absoluta.
Quien no tiene esto presente, no puede comprender por qué la civilización
occidental, bajo el influjo de los griegos, tomó una dirección completamente
diferente de la Oriental. No puede comprender, en particular, por cuál motivo los
Orientales, cuando desearon beneficiarse de la ciencia occidental y de sus
resultados, debieron apropiarse de algunas categorías de la lógica occidental.
Existen ideas que hacen imposible, estructuralmente, el nacimiento y el desarrollo
de determinadas concepciones y concretamente ideas que prohíben toda la
ciencia en su conjunto, como la conocemos hoy,
Ahora bien, fue la filosofía, en función de sus categorías racionales, la que hizo
posible el nacimiento de la ciencia y, en cierto sentido, la generó. Reconocer esto
significa reconocer a los Griegos el mérito de haber aportado una contribución
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verdaderamente excepcional a la historia de la civilización.
B) Imposibilidad de que la filosofía derive de Oriente
Naturalmente no han faltado tentativas, especialmente por parte de los orientalis-
tas, de hacer derivar la filosofía del Oriente, sobre todo con base en analogías
generales que pueden verificarse en las concepciones de los primeros filósofos
griegos y ciertas
ideas propias de la sabiduría oriental. Sin embargo, ninguno ha tenido éxito en ese
intento y la crítica rigurosa, ya a finales del siglo pasado, reunió una serie de
pruebas, aplastantes en verdad, contra la tesis de la derivación de la filosofía de
los Griegos del Oriente.
a) En la época clásica, ningún filósofo ni ninguno de los historiadores griegos hace
ni siquiera la más mínima alusión a una presunta derivación de la filosofía del
oriente.
b) Está históricamente demostrado que los pueblos orientales con quienes los
Griegos tuvieron algún contacto, poseían sí una forma de "sabiduría" hecha de
convicciones religiosas, mitos teológicos, y "cosmogónicos", pero no una ciencia
filosófica basada en la pura razón (en el logos como dicen los Griegos). Es decir
poseían una especie de 'sabiduría' análoga a la que los Griegos mismos poseían
antes de crear la filosofía.
c) En todo caso, no tenemos conocimiento de algún empleo por parte de los
Griegos de escritos orientales ni de traducciones de los mismos. Antes de
Alejandro no resulta que hayan podido llegar a Grecia doctrinas de los Indios o de
otros pueblos del Asia, ni que en la época en que nace la filosofía existieran
Griegos capaces de entender un discurso de un sacerdote egipcio o de traducir
libros egipcios.
d) Supuesto también (pero está por demostrar) que alguna idea de los filósofos
griegos tenga antecedentes precisos en la sabiduría oriental y que haya podido
derivarse de la misma, esto no cambiaría la sustancia del problema que estamos
discutiendo. En efecto, desde el momento en que la filosofía nació en Grecia,
representó una nueva forma de expresión espiritual tal que, en el mismo momento
en que acogía los frutos de otras formas de vida espiritual, las transformaba
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estructuralmente, dándoles una forma rigurosamente lógica.
C) Los conocimientos científicos egipcios y caldeos y la transformación
realizada en Grecia
Los Griegos tomaron de los Orientales algunos conocimientos científicos. En
efecto:
a) Tomaron de los Egipcios algunos conocimientos matemático-geométricos;
b) De los Babilonios, algunos conocimientos astronómicos.
Pero también, a propósito de esto, es necesario hacer algunas precisiones
importantes, indispensables para captar la mentalidad griega y la mentalidad occi-
dental que deriva de ella.
a) En cuanto sabemos, la matemática egipcia consistía principalmente en el cono-
cimiento de operaciones de cálculo matemático con fines prácticos, como por
ejemplo, para medir algunas cantidades de productos alimenticios o para dividir un
determinado número de cosas entre un número dado de personas. Y así,
analógicamente, la geometría debía tener carácter prevalentemente práctico y
responder, por ejemplo, a la necesidad de medir los campos luego de las
periódicas inundaciones del Nilo, o a la necesidad de proyección y construcción de
las pirámides. Sin embargo es claro que los Egipcios, al ganar estos
conocimientos matemático-geométricos desarrollaron una actividad racional
incluso considerable. Pero en la reelaboración de los Griegos, tales conocimientos
llegaron a ser algo más consistentes, realizando un verdadero y preciso salto de
cualidad. Ellos, en efecto, sobre todo con Pitágoras y los Pitagóricos,
transformaron aquellas nociones en una teoría general y sistemática de los
números y de las figuras geométricas, yendo bastante más allá de los fines
prevalentemente prácticos a los que, al parecer, se limitaron los Egipcios.
b) La misma consideración vale para las nociones astronómicas. Los Babilonios
las elaboraron con fines prevalentemente prácticos, o sea, para hacer horóscopos
y predicciones; los Griegos las purificaron y las cultivaron con fines
prevalentemente cognoscitivos en virtud del espíritu "teorético" que mira al amor
del puro conocimiento del que nació y tomó alimento la filosofía. Pero antes de
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definir en qué consisten exactamente la filosofía y el espíritu filosófico de los
Griegos, debemos desarrollar todavía algunas observaciones preliminares.
II) Las formas de la vida griega que prepararon el nacimiento de la filosofía
A) Los poemas homéricos y los poetas gnómicos
Los estudiosos están de acuerdo en considerar que para poder comprender la
filosofía de un pueblo y de una civilización es indispensable referirse: 1) al arte- 2)
a la religión-, 3) a las condiciones socio-políticas de ese pueblo.
1) En efecto, el gran arte tiende a alcanzar de modo mítico y fantástico, o sea
mediante la intuición y la imaginación, objetivos que también son propios de la
filosofía.
2) Y la religión, análogamente, tiende a alcanzar por vía de fe ciertos objetivos que
la filosofía busca alcanzar con los conceptos y la razón.
3) No menos importantes (y actualmente se insiste mucho en este punto) son las
condiciones socio-económicas y políticas que con frecuencia condicionan el
nacimiento de determinadas ideas y que, en particular, en el mundo griego, al
crear las primeras formas de la libertad institucionalizada y de la democracia,
hicieron posible el nacimiento de la filosofía que se alimenta, de manera esencial,
de la libertad.
Comenzamos con el primer punto.
Anteriormente al nacimiento de la filosofía, los poetas tuvieron gran importancia en
la educación y la formación espiritual del hombre griego, mucho más de la que
tuvieron en otros pueblos. La primera cultura griega buscó alimento
prevalentemente en los poemas homéricos, o sea, en La Ilíada y en La Odisea
(que como se sabe ejercieron una influencia análoga a la influencia que ejerció la
Biblia entre los hebreos, pues en Grecia no existían textos sagrados), en Esíodo y
en los poetas gnómicos de los siglos VII y VI a. C.
Ahora bien, los poemas homéricos contienen algunas peculiaridades que los
diferencian de los poemas que están al origen de la civilización de otros pueblos y
contienen ya algunos de los caracteres del espíritu griego que resultaron esen-
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ciales para la creación de la filosofía.
a) En efecto, Hornero tiene un gran sentido de la armonía, la proporción, el límite y
la medida;
b) no se limita sólo a narrar una serie de hechos sino que busca también las
causas y las razones (así sea sólo a nivel mítico-fantástico);
c) busca de varias maneras presentar la realidad en su totalidad así sea sólo en
forma mítica (dioses y hombres, cielo y tierra, guerra y paz, bien y mal, alegría y
dolor, totalidad de los valores que rigen la vida del hombre).
Muy importante para los Griegos fue luego Esíodo con su Teogonia, que narra el
nacimiento de todos los dioses. Y porque muchos dioses coinciden con partes del
universo y con fenómenos del cosmos, la teogonia llega a ser también
cosmogonía, o sea, explicación mítico-poética y fantástica del origen del universo
y de los fenómenos cósmicos a partir del caos original que fue el primero en
generarse. Este poema allanó el camino de la subsiguiente cosmología filosófica
que buscará con la razón, y ya no con la fantasía, el "primer principio" del que todo
se generó. Y el mismo Esíodo, con otro de sus poemas Los trabajos y los días,
pero sobre todo los poetas posteriores imprimieron en la mentalidad griega
algunos principios que serán de gran importancia para la constitución de la ética y
en general del pensamiento filosófico antiguo. La justicia es exaltada como un
valor supremo en muchos poetas y llegará a ser un concepto ontológico (que
concierne a ser, es decir, algo fundamental), además de moral y político, en
muchos filósofos y especialmente en Platón.
Los poetas líricos fijaron, de manera estable, otro concepto: el del límite, o sea, el
de ni demasiado ni demasiado poco, es decir el concepto de la justa medida, que
constituye la connotación más específica del espíritu griego y el centro del
pensamiento filosófico clásico.
Recordamos, finalmente, una sentencia atribuida a uno de los sabios antiguos y
que estaba inscrita en el templo de Delfos, consagrado a Apolo: "Conócete a ti
mismo". Esta sentencia, que fue famosísima entre los Griegos, llegará a ser no
sólo el lema del pensamiento de Sócrates sino además el principio basilar del
saber filosófico griego hasta los últimos Neoplatónicos.
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B) La religión pública y los misterios órficos.
Las dos formas de la religión griega
El segundo componente al que debe hacerse referencia para comprender el
origen de la filosofía griega, como se dijo arriba, es la religión. Pero cuando se
habla de religión griega es necesario distinguir la religión pública, que tiene su
modelo en la representación de los dioses y del culto dada por Homero y la
religión de místerios. Entre estas dos formas de religiosidad se dan numerosos
elementos comunes (por ejemplo, la concepción de base politeísta) pero
igualmente importantes diferencias que llegan a ser en algunos puntos notables,
(por ejemplo, en la concepción del hombre, del sentido de su vida y de sus
destinos últimos) verdaderas y exactas diferencias.
Las dos formas de religión son importantes para explicar el nacimiento de la
filosofía, pero -al menos en algunos aspectos- lo es más la segunda.
Algunos rasgos esenciales de la religión pública
Para Homero y para Esíodo, que constituyen el punto de referencia para las
creencias propias de la religión pública, puede decirse que todo cuanto existe es
divino porque todo lo que ocurre es explicado en función de intervenciones
divinas. Los fenómenos naturales son producidos por seres divinos: truenos y
rayos lanzados por Júpiter desde lo alto del Olimpo, las ondas del mar son
levantadas por el tridente de Poseidón, el sol es llevado por el áureo carro de
Apolo y así sucesivamente. Pero ¿quiénes son estos dioses? Como ya hace
tiempo los estudiosos han reconocido y puesto en evidencia, estos dioses son
fuerzas naturales personificadas en formas humanas idealizadas o también fuer-
zas de aspectos humanos sublimados y presentados en espléndidas imágenes
antropomorfas (Además de los ejemplos ya dados, recordemos que Zeus es la
personificación de la justicia, Atenas, de la inteligencia, Afrodita, del amor, etc.)
Estos dioses son, pues, hombres amplificados e idealizados y, por lo tanto,
diferentes del hombre común sólo por cantidad y no por cualidad. Por eso, los
estudiosos clasifican la religión pública de los Griegos como una forma de
'naturismo', en cuanto ella exige del hombre no el cambio de la propia naturaleza,
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o sea, elevarse por encima de sí mismo, sino al contrario, seguir la propia
naturaleza. Todo cuanto se requiere del hombre es que haga lo que está conforme
con la propia naturaleza, en honor de los dioses. Y así como la religión pública
griega fue 'naturista', así 'naturista' fue también la primera filosofía griega y la
referencia a la naturaleza permaneció como una constante del pensamiento griego
a lo largo de todo su desarrollo histórico.
El Orfismo y sus creencias esenciales
Pero la religión pública no fue sentida por los griegos como satisfactoria y por esto
se desarrollaron en círculos restringidos los 'misterios', que poseen sus propias
creencias específicas (aunque estén inscritas dentro del marco general del
politeísmo) y prácticas propias. Entre los misterios que más influyeron en la
filosofía griega están los órficos, de los cuales debemos hablar sucintamente.
El Orfismo y los Órficos tienen su nombre del poeta tracio Orfeo, presunto
fundador, cuyos rasgos históricos están recubiertos por completo por la niebla del
mito.
El Orfismo es particularmente importante porque, como lo han reconocido los estu-
diosos modernos, introdujo en la civilización griega un nuevo esquema de creencia
y una nueva interpretación de la existencia humana. En efecto, mientras que la
tradicional concepción griega, a partir de Hornero, concebía al hombre como
mortal y ponía el fin total de su existencia justamente con la muerte, el Orfismo
proclama la inmortalidad del alma y concibe al hombre de acuerdo con el esquema
dualista que contrapone alma y cuerpo.
El núcleo de las creencias órficas puede sintetizarse como sigue:
a) En el hombre habita un principio divino, un 'daimon' (alma) caído en un cuerpo
por causa de una culpa original:
b) Este 'daimon' no sólo es preexistente al cuerpo, sino que no muere con el
cuerpo y está destinado a reencarnarse en cuerpos sucesivos para expiar la culpa
original;
c) La "vida órfica" con sus ritos y prácticas es la única que puede poner fin al ciclo
de las reencarnaciones y así liberar al alma y al cuerpo;
d) Para quien se ha purificado (para los iniciados en los misterios órficos) hay un
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premio en el más allá (así como castigos para los no iniciados).
En algunas laminillas órficas encontradas en los sepulcros de los seguidores de
esta secta se leen -entre otras cosas- estas palabras que resumen el núcleo
central de la doctrina: "Alégrate tú que has padecido la pasión: esto no lo habías
padecido hasta ahora. De hombre has nacido dios"; "Feliz y muy bienaventurado,
serás dios aunque mortal"; "De hombre nacerás dios porque procedes de lo
divino". Lo que significa que el destino último del hombre es el de "retornar a estar
junto a los dioses". Con este nuevo esquema de creencia el hombre veía por
primera vez contraponerse en sí dos principios en contraste y luchar entre ellos: el
alma (daimon) y el cuerpo (como tumba o lugar de expiación para el alma). Se
resquebraja así la visión naturista; el hombre comprende que han de reprimirse
algunas tendencias ligadas al cuerpo y que el fin de la vida es la purificación del
elemento divino.
Ahora bien, téngase esto presente. Sin el Orfismo no se explica Pitágoras ni
Heráclito ni Empédocles y sobre todo se explica una parte esencial del
pensamiento de Platón y toda la tradición que procede de Platón, lo cual significa
que no se explica una gran parte de la filosofía antigua, como tendremos lugar de
verlo más adelante.
Falta de dogmas y de sus custodios en la religión griega
Es necesaria una última anotación. Los Griegos no tuvieron libros sagrados o
considerados como fruto de una revelación divina. Ellos, por consiguiente, no
tuvieron una dogmática (es decir, un núcleo doctrinal) fija e inmodificable. Los
poetas, como vimos, constituyeron el vehículo de sus creencias religiosas.
Además, (y ésta es una consecuencia ulterior de la falta de libros sagrados y de
dogmática fija), en Grecia no pudo en modo alguno subsistir una casta sacerdotal,
custodio del dogma (los sacerdotes, en Grecia, tuvieron poca relevancia y
escasísimo poder, porque ni tuvieron la prerrogativa de conservar el dogma ni la
exclusividad de las ofertas religiosas ni del ofrecimiento de los sacrificios).
Esta falta de dogmas y de custodios de los mismos, dejó amplia libertad al pensa-
miento filosófico que no encontró aquellos obstáculos que habría hallado en los
países orientales, en donde la libre especulación habría encontrado resistencia y
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restricciones difícilmente superables.
Por eso los estudiosos recalcan con justeza esta circunstancia favorable al
nacimiento de la filosofía en los Griegos y que no tiene paralelos en la antigüedad.
C) Las condiciones socio-políticas y económicas que favorecieron el
surgimiento de la filosofía
Ya en el siglo pasado, pero sobre todo en el nuestro, los estudiosos acentuaron
justamente la libertad política de la que gozaron los Griegos en relación con los
pueblos orientales. El hombre oriental debía una ciega obediencia no sólo al poder
religioso sino además al poder político, mientras que el Griego, también a este
respecto, gozó de una situación privilegiada, porque fue el primero en la historia
que logró darse instituciones políticas libres.
En los siglos VII y VI a.C. Grecia conoció una transformación socio-económica
notable. De país prevalentemente agrícola se transformó al desarrollar, en medida
siempre creciente, el artesanado y el comercio. Fue así necesario fundar centros
de clasificación para el comercio, que surgieron en primer lugar en las colonias
jónicas y particularmente en Mileto y luego en otros lugares. Las ciudades se
convirtieron en florecientes centros comerciales y esto conllevó un incremento
demográfico conspicuo. La nueva clase de comerciantes y artesanos alcanzó,
poco a poco, una notable fuerza económica y se opuso a la concentración del
poder político que estaba en manos de la nobleza terrateniente. Las condiciones,
el sentido y el amor por la libertad nacieron con las luchas que los Griegos
entablaron para transformar las viejas formas aristocráticas de gobierno en las
nuevas formas republicanas,
Hay un hecho muy importante para destacar y que confirma, de la mejor manera,
lo dicho hasta ahora: la filosofía nació antes en las colonias que en la madre patria
-y precisamente antes en las colonias del Oriente del Asia Menor (en Mileto) e
inmediatamente después en las colonias del occidente de la Italia meridional-
justamente porque las colonias con su laboriosidad y su comercio alcanzaron
antes que otras el bienestar y a causa de su lejanía de la madre patria, pudieron
darse instituciones libres antes que ésta última.
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Fueron, pues, las condiciones socio-políticas y económicas más favorables de las
colonias las que, unidas a los factores ilustrados en los parágrafos precedentes,
permitieron en ellas el surgimiento y el florecimiento de la filosofía, que habiendo
pasado a la madre patria alcanzó las más altas cimas en Atenas, es decir, en
aquella ciudad en donde floreció la mayor libertad de que gozaron los Griegos. La
capital, pues, de la filosofía griega fue la capital de la libertad griega.
Falta por hacer una última observación. Al constituirse y consolidarse la polis, es
decir, de la ciudad-estado, el Griego no sintió más oposición alguna o sujeción
alguna para su libertad; al contrario, fue llevado a considerarse esencialmente a sí
mismo como ciudadano. Para el Griego, el hombre coincidía con el mismo
ciudadano. Y así el Estado llegó a ser, y perduró hasta la edad helenista, como el
horizonte ético del hombre griego. Los ciudadanos sintieron los fines del Estado
como sus propios fines, la grandeza del Estado como la propia grandeza, la
libertad del Estado como la propia libertad.
Si esto no se tiene presente, no puede entenderse gran parte de la filosofía griega,
en particular la ética y toda la política de la edad clásica y posteriormente los
complejos cambios de la edad helenística.
Luego de estas precisiones preliminares, estamos en capacidad de afrontar el
asunto de la definición del concepto griego de filosofía
III) Concepto y fin de la filosofía antigua
A) Las connotaciones esenciales de la filosofía antigua. La filosofía como
"amor por la sabiduría"
La tradición quiere que el creador del término "filosofía" haya sido Pitágoras: lo
cual, si históricamente no es seguro, es sin embargo verosímil. El término
ciertamente ha sido forjado por un espíritu religioso, que presuponía como posible
una "sofía" (una sabiduría) es decir, la posesión cierta y total de lo verdadero, sólo
para los dioses mientras que reservaba para el hombre solamente una tendencia
hacia la sofía, un continuo acercarse a lo verdadero, un deseo de saber nunca
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satisfecho del todo, justamente el nombre de "filo-sofía", es decir, "amor por la
verdad".
¿Qué entendieron los Griegos por esta amada y buscada "sabiduría"?
Desde su primer momento, la filosofía presentó las tres connotaciones siguientes
que miran:
a) a su contenido
b) a su método
c) a su finalidad
El contenido de la filosofía
En cuanto a su contenido, la filosofía quiere explicar la totalidad de las cosas, es
decir, toda la realidad existente, sin exclusión de partes o de momentos. La
filosofía, por lo tanto, se diferencia de las ciencias particulares, llamadas así
precisamente porque se limitan a explicar partes o sectores de la realidad, grupos
de cosas o de fenómenos. Ya la pregunta: "¿Cuál es el principio de todas las
cosas?" de quien fue considerado como el primero de los filósofos: muestra la
perfecta adquisición de este punto. La filosofía, pues, se propone como objeto "el
todo de la realidad y del ser. Veremos que el "todo" de la realidad y del ser se
alcanza descubriendo la naturaleza del primer "principio", es decir el primer "por
qué" de las cosas.
El método de la filosofía
En cuanto al método, la filosofía quiere ser "explicación" puramente racional de
aquella totalidad que tiene como objeto. Lo que vale en filosofía es el argumento
de razón, la motivación lógica, el logos. A la filosofía no le basta con constatar,
verificar datos de hecho, reunir experiencias: la filosofía debe ir más allá del
hecho, más allá de las experiencias para encontrar las causas sólo con la razón.
Este es propiamente el carácter que confiere "cientificidad" a la filosofía. Se dirá
que tal carácter es común a las otras ciencias, las que en cuanto tales no son
nunca mera verificación empírica sino siempre búsqueda de causas y razones;
pero la diferencia está en el hecho que mientras que las ciencias particulares son
investigaciones racionales de realidades particulares y de sectores particulares, la
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filosofía, como ya se dijo, es búsqueda racional de toda la realidad existente (del
principio o de los principios de toda la realidad)
Con esto queda aclarada la diferencia entre filosofía, arte y religión. También el
gran arte y la religión tienden a captar el sentido de la totalidad de lo real, pero lo
hacen la una con el mito y la fantasía, la otra, por el contrario, con la creencia y
con la fe, mientras que la filosofía busca la explicación de la totalidad de lo real
precisamente a nivel del lógos
La finalidad de la filosofía
El propósito o fin de la filosofía consiste en el puro deseo de conocer y contemplar
la verdad. La filosofía griega es, en suma, amor desinteresado por la verdad.
Los hombres -escribe Aristóteles- al filosofar "buscaron el conocimiento con el fin
de saber y no de conseguir alguna utilidad práctica". Y en efecto, la filosofía nace
sólo después de que los hombres resolvieron los problemas fundamentales de la
subsistencia y se liberaron de las necesidades materiales más urgentes.
"Es evidente, pues -concluye Aristóteles- que no buscamos la filosofía por ninguna
ventaja extraña a ella misma y más bien es evidente que así como llamamos
hombre libre al que es fin en sí mismo y no está sometido a otros, así llamamos
libre a ésta sola, entre todas las otras ciencias: ella sola es fin por sí misma".
Es fin por sí misma porque mira a la verdad que es buscada, contemplada y
gozada en cuanto tal.
Se entiende, entonces, la afirmación de Aristóteles: "Todas las demás ciencias
serán más necesarias que ésta, pero ninguna es superior". Afirmación que hizo
suya toda la cultura griega.
Conclusión sobre el concepto griego de filosofía
Se impone una reflexión: la "contemplación" peculiar a la filosofía griega no es un
"otium" vacío. No está sujeta a propósitos utilitaristas sino que posee una
relevancia moral y también política de primer orden. Es evidente, en efecto, que
contemplando "el entero" todas las perspectivas usuales cambian, el sentido de la
vida del hombre cambia y se impone una nueva jerarquía de valores.
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La verdad contemplada infunde, en síntesis, una enorme energía moral y Platón
querrá construir su Estado ideal basado precisamente sobre esta base moral. Pero
estos conceptos sólo los podremos desarrollar más adelante.
Entre tanto resultó evidente la absoluta originalidad de esta creación griega.
También los pueblos orientales tuvieron una "sabiduría" que intentaba interpretar
el sentido de todas las cosas (sentido del 'entero') que no estaba subordinada a
propósitos pragmáticos. Pero tal sabiduría estaba empapada de representaciones
fantásticas y míticas y esto la relacionaba con el arte, la poesía o la religión. El
gran descubrimiento de la filosofía griega está en haber intentado este
acercamiento al entero, haciendo uso de la sola razón (del logos) y del método
racional. Un descubrimiento que condicionó estructuralmente y de manera irrever-
sible a todo el Occidente.
IV) El conocimiento filosófico
El conocimiento filosófico posee ciertas notas propias que lo caracterizan y
distinguen de otras clases de conocimiento. Las principales notas, que se
desprenden del objeto de la filosofía, son: es un conocimiento reflexivo o crítico
riguroso, que aspira a prescindir de todo supuesto (último), caracterizado por ser
un saber universal y unitario.
A) Es un conocimiento reflexivo o crítico (riguroso). La filosofía no es,
como hemos visto, un simple saber sobre determinados objetos, como el ser, el
bien, la substancia, etc., sino que es también un conocimiento que puede volverse
sobre sí mismo, que se repliega para examinar sus límites, su valor, sus orígenes,
o para reflexionar sobre el hombre mismo. La reflexión —dice Leibniz (Siglo
XVIII)— no es otra cosa que volver la atención sobre lo que está en nosotros.
B) Que aspira a prescindir de supuestos. En efecto, las ciencias particulares
son saberes sobre supuestos, o sea, los científicos aceptan y manejan muchos
conceptos, sin un previo análisis de los mismos, sino que lo suponen, como por
ejemplo: el químico puede hacer química sin investigar qué es la materia, y sin
preguntarse por qué existe; el matemático se ocupa de las propiedades de las
figuras o de los números, pero no se pone a averiguar qué es el número, qué es la
extensión, qué es el espacio, los da por supuestos; el filósofo, en cambio, se
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remonta a los orígenes del conocimiento, no admite supuesto alguno que no haya
sido previa y exhaustivamente analizado, no deja supuesto alguno sin explicar,
dilucida los primeros (o últimos) principios.
En este carácter de la filosofía ha insistido el pensador alemán E. HUSSERL (1859-
1938), para quien la filosofía es "la más elevada y estricta de todas las ciencias...
indeclinable aspiración de la humanidad a un conocimiento puro y absoluto", y
debe ser justamente una ciencia estricta y carente de supuestos. (Véase su obra
La -filosofía como ciencia estricta).
C) Caracterizado por un saber universal Y unitario. Mientras las ciencias
particulares deben circunscribirse a su propio sector, la filosofía penetra en el
conocimiento de toda la realidad.
Es propio de la filosofía inquirir por las raíces mismas de la realidad, por la
totalidad de los objetos. Por eso aspira a hallar una versión integral y profunda;
una concepción total del mundo y de la vida; una unidad que dé la clave del
universo. Toda filosofía constituye un cuerpo coherente de ideas (ej. la filosofía de
Platón, de Hegel, etc.) que pretende ser único para explicar todos los problemas.
Aristóteles ya había dicho que el filósofo posee la totalidad del saber, la totalidad
de las ciencias, aunque no domine ninguna.
V) La Filosofía y la Ciencia
La Filosofía y la Ciencia, en sus inicios no se hallaban separadas, los primeros
filósofos se ocuparon de todos los temas del conocimiento, el sabe estaba
unificado y no existían las diferentes disciplinas científicas.
El conocimiento podía ser abarcado por una misma persona porque era muy
limitado.
Aristóteles, en el siglo cuarto a.C. diferencia el saber de las causas primeras, o
sea de los primeros principios, de los fundamentos últimos y el de las causas
segundas, es decir el conocimiento de las más próximas a los fenómenos que con
el tiempo serán las ciencias particulares. La Filosofía, por lo tanto, sería más
especulativa, trataría de ser un saber más profundo y la ciencia se limitaría a lo
observable. Para Aristóteles la Filosofía es el saber al que deben subordinarse las
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ciencias, es la madre de las ciencias.
Hoy el ser humano ya no invoca a los dioses para explicar los fenómenos de la
naturaleza, ya no está temeroso de sus poderes. El hombre sabe que lo que
sucede en la naturaleza puede ser comprendido por la razón, hay un cambio de
actitud para mirar lo que lo rodea y también para mirarse él mismo. El crecimiento
del conocimiento científico ha dado lugar al nacimiento de nuevas ciencias y
especialidades. Es necesario, para poder avanzar en el conocimiento de la
realidad, dividir el trabajo científico. Es así que cada ciencia encarará las
investigaciones desde su propia perspectiva; ya no hablaríamos de la Filosofía
como reina de las ciencias, sino como disciplina subordinada a las ciencias.
La Filosofía y la Ciencia, se han separado
Surgen numerosas preguntas, como por ejemplo: ¿hay un ámbito específico para
la Filosofía? ¿La Ciencia no podrá responder con mayor precisión a las
cuestiones? ¿Cuáles son las similitudes entre Ciencia y Filosofía? ¿Cuáles son las
diferencias?
Ciencia y Filosofía se parecen porque:
Buscan dar explicaciones racionales y justificar lo opinado. A No se
conforman con creer, quieren saber.
Se ocupan de responder a problemas que se planteó el hombre en todos
los tiempos1 y para los cuales el conocimiento vulgar no alcanza.
Incluyera conceptos de un alto nivel de abstracción como por ejemplo vida,
tiempo, espacio.
Ciencia y Filosofía son diferentes porque:
Las respuestas que dan las Ciencias a los problemas pueden ser corrobo-
radas y aceptadas por todos los científicos.
Las ciencias fragmentan la realidad investigan un ámbito específico e
sobre el universo llevó al hombre intentan construir un saber sobre su
objeto de estudio.
17
Las ciencias se basan en ciertos supuestos, es decir que admiten
que algunas proposiciones son verdaderas, sin necesidad de demostración.
Cada ciencia tiene en un momento dado un conjunto de teorías básicas que
son aceptadas por los científicos.
Las ciencias progresan porque han logrado construir a través del tiempo
teorías que son más exactas o que explican mejor los hechos.
En cambio la Filosofía:
Busca un saber universal, se interesa por todo.
Las respuestas filosóficas no son sometidas a prueba ni son contrastables
con los hechos.
.
[...]"la Filosofía es un saber de los fundamentos. Donde las ciencias se paran,
donde ellas no preguntan y dan mil cosas por supuestas, allí empieza a preguntar
el filósofo. Las ciencias conocen, él pregunta ¿Qué es conocer?...".
Bochensky J. - Introducción al pensamiento filosófico.
[...]"la crisis nos obliga a pensar. La crisis del mundo, la de nuestras relaciones,...la
crisis de la economía, de la política. Pensar es consecuencia de alguna crisis.
... La crisis produce análisis, reflexión. Cuando el pensamiento es sistemático,
cuando abarca los grandes temas de la vida y busca e indaga ¿Qué es el amor?
¿Qué es el bien? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la felicidad?, sin dejarse llevar por las
preferencias individuales, se llama Filosofía".
Barylko J. - La Filosofía una invitación a pensar.
Hasta aquí hemos intentado señalar las similitudes y diferencias entre Filosofía y
Ciencia, aunque podemos decir, compartiendo la postura de M. Bunge que ambos
conceptos están íntimamente unidos.
"No hay problemas científicos que no planteen cuestiones filosóficas, ni problemas
filosóficos que puedan ser resueltos, si no son encarados con una actitud
18
científica. La indagación filosófica y la científica no son dos mundos ajenos ni
opuestos".
Podemos preguntarnos entonces ¿Es posible eludir el estudio de los problemas
filosóficos? ¿No será una actitud débil, sin valor ni espíritu?
Si nosotros no pensamos las cuestiones estaremos siendo partícipes pasivos de
un modo de pensar que nos es impuesto por la sociedad, por las ideologías o por
los prejuicios.
VI) Filosofía y Sentido Común
VII) La filosofía como necesidad primaria del espíritu humano
Pero -se preguntará- ¿por qué sintió el hombre la necesidad de filosofar? Los anti-
guos respondían diciendo que tal necesidad está radicada estructuralmente en la
misma naturaleza del hombre: "Todos los hombres -escribe Aristóteles- por
naturaleza aspiran al saber". Y también: "El ejercitar la sabiduría y el conocer son
deseables para el hombre por sí mismos: en efecto, no es posible vivir como
hombre sin estas cosas".
Y los hombres tienden al saber porque se sienten llenos de "estupor" o de
"asombro". Dice Aristóteles: "Los hombres comenzaron a filosofar, ahora como al
principio, a causa del asombro-, mientras que al principio quedaban maravillados
ante las dificultades más simples, a continuación, avanzando poco a poco,
llegaron a plantearse problemas siempre más grandes, como los problemas
relacionados con los fenómenos de la luna, del sol y de los astros y luego los
problemas relacionados con el origen del universo entero".
Este "asombro", pues, que surge en el hombre que se pone en confrontación con
el Todo (el Entero) y se pregunta por el origen y el fundamento del mismo y qué
lugar ocupa él mismo en ese universo, es la raíz de la filosofía. Y si es así,
entonces la filosofía es ineludible e irrenunciable justamente porque no se puede
eliminar el asombro frente al ser, como es irrenunciable la necesidad de
satisfacerlo.
¿Por qué existe este todo? ¿De dónde resultó? ¿Cuál es su razón de ser? Estos
son problemas que equivalen al siguiente: ¿Por qué el ser y no la nada? Un
momento particular de tal problema general es también el siguiente: ¿Por qué
19
existe el hombre? ¿Por qué existo?
Como resulta evidente son problemas que el hombre no puede no plantearse o, de
todos modos, son problemas que, en la medida en que vienen refutados,
disminuyen al que los refuta. Son problemas que mantienen su sentido preciso
aún después del triunfo de las ciencias particulares modernas, porque ninguna
de éstas fue hecha para resolverlos. Las ciencias responden solamente a la
pregunta sobre la parte y no a preguntas sobre el sentido del "todo".
Por esta razón, pues, podremos repetir con Aristóteles que no sólo al comienzo
sino también ahora y siempre, tiene sentido la pregunta sobre el entero y tendrá
sentido en tanto el hombre experimente "asombro" ante el ser de las cosas y
frente a su propio ser.
Las causas. Cabe preguntar: ¿por qué motivos filosofa el hombre?, ¿de dónde
proviene el impulso que lo mueve a filosofar? Previamente debemos admitir junto
con Aristóteles que: "Todos los hombres tienen un deseo natural de saber". En
este sentido todos, en alguna manera, somos filósofos; pero esta actitud no
requiere un auténtico carácter filosófico si no es promovida por alguna causa
adecuada.
Examinando las múltiples causas que han movido, o que mueven al hombre a
hacer filosofía, un filósofo contemporáneo, KARL JASPERS, las reduce a tres: 1) la
admiración, o el asombro ante la Naturaleza; 2) la duda, que obliga a examinar el
grado de nuestra certeza sobre los conocimientos que poseemos; 3) la conciencia
de las situaciones límites, o sea, el percatarse de las insuperables deficiencias que
limitan nuestra inteligencia y ciertas debilidades propias del hombre, como la
impotencia ante la muerte, ante el destino, etcétera.
A) LA ADMIRACIÓN, EL ASOMBRO. Cuando el hombre contempla el universo,
encuentra 'por doquier maravillas que despiertan su admiración. Entonces
recurre espontáneamente a alguna explicación, aunque sea provisoria.
Platón dice que el origen o la causa de la Filosofía es el asombro, y
Heidegger (1953) define la Filosofía como el extraordinario preguntar por lo
extraordinario, o sea, en peguntarnos en una forma que no nos es la
habitual, por aquello que no es cotidiano y corriente.
20
B) LA DUDA. El hombre, una vez satisfecha su curiosidad de saber, aspira a
perfeccionar el conocimiento adquirido, teme haberse engañado, quiere
evitar las contradicciones y muy pronto admite la duda. La duda lo estimula
a conquistar la certeza. Se pregunta: ¿cómo encontraré un conocimiento
cierto, libre de toda duda, que resista a toda crítica? La duda acerca de los
problemas últimos impulsa al hombre a filosofar.
C) LA CONCIENCIA DE LAS SITUACIONES LÍMITES. Entregado el hombre al
conocimiento, practicando la duda como camino para adquirir la certeza,
puede todavía ser movido a filosofar por otra razón aún más profunda, por
el reconocimiento de la propia impotencia, de su limitación. El hombre está
en el mundo en una situación particular, en medio de las cosas, usándolas
como si todo estuviese en sus manos. Pero la presencia de un gran dolor
físico o moral, la incertidumbre de lo que vendrá, la injusticia de su situación
en la vida, una guerra destructora, la pérdida de la libertad debida a la opre-
sión, la muerte de un ser querido, la angustia, en una palabra: la
experiencia de las situaciones límites, o sea, de aquellas que no podemos
modificar, que no podemos alterar por nuestra cuenta, nos hace pensar en
lo que es el hombre, en el carácter de su existencia ,que ha de parar en la
muerte, nos determina a buscar algo que supere nuestra desesperación y
nuestras situaciones inestables. Todo ello nos obliga a filosofar, a hacer
filosofía. Las situaciones límites enseñan lo que es la insatisfacción en el
mundo, el fracaso, la muerte, pero al mismo tiempo pueden dar el impulso
que nos mueva a hallar en el fracaso el camino que lleva a la verdad.
Unidad 2: Historia de la Filosofía
Unidad 2: Desarrollo Histórico de la Filosofía. Contexto Histórico, principales
pensadores y movimientos filosóficos.
I) Filosofía Antigua: A) Periodos de la filosofía, antigua o griega. B) característica
de la filosofía presocráticas: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Demócrito,
Anaxagoras, Empedocle, Pitágoras, Heráclito, Parmenides. C) El descubrimiento
Del Hombre: La sofistica y el desplazamiento del eje de la investigación: del
21
Cosmo al Hombre. Orígenes, naturaleza y finalidad del movimiento sofista.
Protagoras. Gorgias. Sócrates y la fundación de la filosofía moral occidental. La
cuestión socrática. D) Periodo Sistemático: Platón: Teoría de las Ideas, Mito de la
Caverna, Gnoseología, Cosmología. Aristóteles: Teoría hilemórfica, El
Movimiento, Cosmología, Política, Ética Lógica.
II) Filosofía Cristiana: A) contexto Filosófico de las escuelas Helénicas y la
filosofía Cristiana. B) Epicureísmo, Estoicismo, Escepticismo. C) el Cristianismo:
Razón- Fe, Monoteísmo - Politeísmo, Creación Eternidad, Ética intelectualistas-
Intelectualismo. D) La Patrística: Periodos. San Agustín: Su Filosofía, Relación Fe
y Razón, La Naturaleza del Hombre, La Libertad y el Problema del Mal. E) La
Escolástica. Contexto Filosófico, Filosofía Tomista: Razón y Fe, Metafísica,
Teorías de las Cuatros Causas, Teoría de las esencias y de la Existencias.
III) Filosofía Moderna: A) Renacimiento y Humanismo, B) Racionalismo:
Descartes, C) Empirismo: Locke y Hume. D) La Ilustración.
IV) Pos Modernidad, o Filosofía Contemporánea: A) S XIX: El Positivismo, o
siglo de la Ciencia. B) S XX Existencialismo, El Hombre Posmoderno.
V) Filosofía Latinoamericana
Filosofía Antigua
PERIODOS DE LA FILOSOFIA ANTIGUA O GRIEGA
Su mismo carácter de investigación autónoma, en que el individuo está comprometido como tal y
de la cual puede y debe esperar el perfeccionamiento de su personalidad, hace difícil dividir en
períodos el curso de la filosofía griega. Sin embargo, la organización de la investigación por
escuelas y las relaciones necesariamente establecidas entre las escuelas contemporáneas que,
aunque polemicen, se baten sobre un terreno común, consienten la distinción, en el curso de la
filosofía griega, de cierto número de períodos, determinado cada uno por su planteamiento del
problema fundamental de la investigación. Si se considera el problema sobre el que llega
sucesivamente a gravitar la investigación, se pueden distinguir tres períodos: Presocráticos o
cosmológico, Sistemático, Helénico.
CARACTERES DE LA FILOSOFIA PRESOCRATICA
22
La filosofía presocrática está dominada por el problema cosmológico hasta los sofistas. No excluye
al hombre de sus consideraciones; pero ve en él solamente una parte o un elemento de la
naturaleza y no el centro de un problema específico. Para los presocráticos, los mismos principios
que explican la constitución del mundo físico explican también la del hombre. Les es ajeno el
reconocimiento de los caracteres específicos de la existencia humana y, por eso, les es ajeno el
problema de lo que es el hombre en su subjetividad como principio autónomo de la investigación.
Es tarea de la filosofía presocrática rastrear y reconocer, más allá de las apariencias múltiples y
continuamente mudables de la naturaleza, la unidad que hace de ésta un mundo: la única
sustancia que constituye su ser, la ley única que regula su devenir. La sustancia es para los
presocráticos la materia de que todas las cosas se componen; pero es también la fuerza que
explica su composición, su nacimiento y su muerte, su perpetua mutación. Es su principio no sólo
en el sentido de que explica su origen sino también y sobre todo en el sentido de que hace
inteligible y reunifica aquella multiplicidad y mutabilidad de las cosas que parece, a primera vista,
tan rebelde a cualquier consideración unitaria. De ahí se desprende el carácter activo y dinámico
que la naturaleza, la Psisis, para los presocráticos; no es una sustancia inmóvil, sino la sustancia
como principio de acción y de inteligibilidad de todo lo que es múltiple y deviene. De esto deriva: la
convicción implícita de que la sustancia corpórea primordial encierra en sí misma una fuerza que la
hace moverse y vivir.
La filosofía presocrática, a pesar de la simplicidad del tema de su especulación y del grosero
materialismo de muchas de sus concepciones, ha conquistado por primera vez la posibilidad
especulativa de concebir la naturaleza como un mundo y establecido como base de tal posibilidad
a la sustancialidad de su vida interior y de sus relaciones con los otros hombres. El hombre no
puede reconocer que una sustancia constituya el ser y el principio de las cosas externas sino en
cuanto reconozca también el ser y la sustancia de su existencia individual y colectiva. La.
Investigación que se encamina al mundo objetivo está necesariamente conexionada con la del
mundo propio del hombre. Esta conexión resulta clara en Heráclito. Plantea el problema del mundo
físico unificándolo esencialmente con el problema del yo; y cada conquista en el primero de estos
campos le parece condicionada por la investigación dirigida a sí mismo: “Yo me he indagado a mí
mismo”
Los caracteres de cada filosofía son determinados por la naturaleza de sus problemas; y no cabe
duda de que el problema predominarte en la filosofía presocrática es el cosmológico. La tesis
propuesta por ciertos críticos modernos, acerca de la inspiración mística de tal filosofía, inspiración
de la cual procedería su tendencia a considerar antropomórficamente el universo físico, se funda
en afinidades arbitrarias carentes de base histórica. Por otra parte, esta tesis se origina en la última
fase de la filosofía griega que, por su inspiración religiosa, trata de fundarse en una sabiduría
revelada y garantizada por la tradición; y precisamente saca de esta fase los testimonios sobre los
cuales se funda la proporción de verosimilitud que posee. Pero es notorio que los neos pitagóricos,
23
neoplatónicos, etc., fabricaban los testimonios que habían de servir para fundamentar el carácter
religioso-tradicional de sus doctrinas. Es imposible hacer gravitar toda la consideración de la
filosofía griega sobre los presupuestos aceptados por ellos: especialmente cuando el mayor mérito
de los primeros filósofos griegos ha sido el de haber aislado un problema específico determinado,
el del mundo, saliendo de la confusión caótica de problemas y de exigencias que se entrecruzan
en las primeras manifestaciones filosóficas de los poetas y de los profetas más antiguos. Los
pensadores presocráticos verificaron por primera vez aquella reducción de la naturaleza a
objetividad, que es condición primaria de toda consideración científica de la naturaleza; reducción
que es precisamente lo más opuesto a la confusión entre la naturaleza y el hombre, propia del
misticismo antiguo. Es un hecho indudable (como se ha dicho) que la investigación naturalista
implica el sentido de la subjetividad espiritual o contribuye a formarlo; mas este hecho no se debe a
una influencia religiosa sobre la filosofía sino que más bien es inherente al mismo filosofar; es un
nexo que los problemas establecen en la vida misma de los filósofos que los debaten.
El descubrimiento del hombre.
LA SOFISTICA Y EL DESPLAZAMIENTO DEL EJE DE LA INVESTIGACIÓN:
DEL COSMO AL HOMBRE.
I- Orígenes, naturaleza y finalidad del movimiento sofista.
• "Sofista" significa sabio y precisamente sabio es cada uno de aquellos problemas
que se relacionan con el hombre su pasión en la sociedad.
La Sofística constituye una innovación radical de la problemática filosófica, al
desplazar el eje de las investigaciones del cosmos al hombre. Ella inaugura, por lo
tanto, el período llamado "humanista" de la filosofía griega.
Esta nueva orientación se debió no sólo a causas filosóficas -los filósofos de la
naturaleza no supieron dar una respuesta que resolviera el problema del principio-
sino también a causas socio-políticas: la crisis de la aristocracia y el ascenso de
una nueva clase social.
Los Sofistas proclamaron poseer el arte de educar a los hombres y de prepararlos
para la vida política, ofreciéndoles nuevas ideas y nuevos instrumentos.
La Sofística se agrupa en cuatro expresiones:
a) la primera generación de los maestros (Protágoras, Gorgias, Predico);
24
b) los Ergotistas;
c) los Sofistas políticos:
d) un grupo de Sofistas ligados a los maestros de la primera generación, que
constituyó la escuela "naturista", llamada así porque, como se verá en lo que
sigue, contraponían la ley natural a la positiva.
II- Los maestros: Protágoras, Gorgias.
PROTAGORAS DE ABDEA. ( Nacido entre el 491 y el 481) fue el fundador del
“relativismo” occidental, que expreso con la célebre formula “EL HOMBRE ESLA
MEDIDA DE TODA LAS COSAS”, entendido con esto que no existe criterio
Absoluto para juzgar lo verdadero y lo falso, el bien y el mal, sino que cada
hombre juzga según el propio modo de ver las cosas.
Para cada una de las tesis puede presentarse argumentos a favor y en contra
(antilogía) y por consiguiente es posible, con una técnica contraria, de la que
Protágoras se decía maestro, hacer más fuerte el argumento más débil: en esto
precisamente consistía la "virtud" o sea la habilidad del hombre. Así lo "verdadero"
y lo "falso", el "bien" y el "mal" pierden toda determinación absoluta.
Sin embargo, no todo, para Protágoras, es relativo.- en efecto, si el hombre es la
"medida de la verdad", es "medido" por lo "útil" y lo "perjudicial": estos llegan a ser
referentes últimos de los que Protágoras se proclamaba maestro.
Gorgias de Leontini (Nacido alrededor del 485/480) hereda de Parménides la
temática ontológica (el ser es y el no-se no es) pero invierte los términos (el ser no
es y el no-ser es). Los puntos clave de su pensamiento se expresan en las tres
proposiciones siguientes:
1) "La nada no existe": esto se deduce del hecho que los filósofos anteriores han
dado diferentes y contrarias definiciones del ser y demuestran de esa manera que
eso no existe.
2) "Si existiera, no sería cognoscible": el pensamiento, en efecto, no se refiere
necesariamente al ser -como quería Parménides- sino que existen cosas
25
pensadas que no existen (como por ejemplo, la Quimera).
3) "Pero si fuera pensable, no sería expresable": la palabra, siendo un sonido,
significa a lo sumo un sonido, pero no lo que procede de los otros sentidos, como
por ejemplo un color o un olor.
Esta doctrina toma el nombre de "nihilismo" en cuanto pone la nada como funda-
mento de todo.
La palabra, una vez perdida toda relación con el ser, no es ya más el vehículo de
la verdad, sino que es portadora de persuasión y sugestión; si esta acción tiene un
propósito práctico (por ejemplo, convencer al público en una asamblea, a los
jueces en un proceso) se tiene la retorica (oratoria); pero si, por el contrario, tiene
un propósito puramente estético, se tiene el arte.
Sócrates….
Sócrates y la fundación de la filosofía moral occidental.
La cuestión socrática:
Sócrates no dejo escritos sino que confío su saber a los discípulos mediante el
dialogo, en la dimensión de la pura oralidad. Surge de ahí la dificultad de
reconstruir su doctrina sirviéndose de muchos testimonios que con frecuencia
divergen entre sí, pues cada testimonio toma algunos aspectos de la enseñanza
del maestro, aquellos que le interesaban.
Por ejemplo Platón, que se cuenta entre las fuentes de Sócrates, por el hecho de
idealizar al maestro, se opone a Aristófanes que lo pone en ridículo; Jenofonte, por
el hecho de hacer banales los principios filosóficos se opone a Aristóteles que, al
contrario, los hace demasiado rigurosos.
El Hombre y su alma.
Para conocer el pensamiento de Sócrates, pues, es necesario tener en cuenta
todos los testimonios, considerando en particular las novedades que se registran
en general, en el campo filosófico, después de Sócrates y que nacen como efectos
de su enseñanza.
La moral fundamental sobre el alma.
26
La sabiduría humana, de la que Sócrates se dice maestro, consiste en la
búsqueda de la justificación filosófica (es decir, de un fundamento) para la vida
moral. Este fundamento consiste en la naturaleza misma o esencia del hombre. A
diferencia de los Sofistas, Sócrates llega a estas conclusiones-, el hombre es su
alma. Y por alma entendía la conciencia, la personalidad intelectual y moral (hoy
diríamos la capacidad de entender y querer). "Conocerse a sí mismo" significa, por
lo tanto, reconocer esta verdad.
Si el hombre es el alma, la virtud del hombre se actúa con el "cuidado del alma" y
procurando que ella se realice del mejor modo posible. Y como el alma es
actividad cognoscitiva, la virtud será entonces una potenciación de esta actividad,
es decir, será "ciencia" y "conocimiento".
El Intelectualismo Ético.
Dado que el cuerpo es instrumento del alma, también los valores del cuerpo serán
instrumentales respecto de los del alma y por lo tanto le están subordinados.
La Libertad
Si la virtud es ciencia, se siguen entonces dos consecuencias:
1. existe una sola virtud que es, al mismo tiempo común denominador y el
fundamento de todas las múltiples virtudes en la que creía el Griego;
2. Nadie puede pecar voluntariamente porque quien peca se engaña sobre el
valor de aquello a lo que tiende la propia acción; considera un bien lo que
es un mal o aquello que es sólo un bien en apariencia. Bastaría con mostrar
la verdad a quien se equivoca y corregiría su propio error.
La felicidad.
Del concepto de psyché proviene el descubrimiento socrático de la libertad,
entendida como libertad interior y, en último análisis, como “autodominio”. Por que
el alma es racional, ella alcanza su libertad cuando se libera de cuanto es
irracional, es decir, de las pasiones y de los instintos. Haciendo esto, el hombre se
libera lo más posible de las cosas que pertenecen al mundo externo y alimentan
sus pasiones.
27
La no-violencia,
También la felicidad adquiere un valor espiritual y se realiza cuando en el alma
predomina el orden. Tal orden se realiza justamente mediante la virtud. Se afirma
de se modo, el principio ético de que la virtud es premio para sí misma y se busca
por sí misma.
Así adquiere un relieve considerable el tema de la "persuasión" y de la educación
espiritual. En las relaciones con los demás la violencia nunca vence: la verdadera
victoria consiste en el "con-vencer" (tema de la no-violencia.)
La teología
Sócrates tuvo una particular concepción de Dios, deducía de la verificaron de que
el mundo y el hombre están constituidos de tal modo que requiere una causa
adecuada -es decir, según un orden y una finalidad-. Esta Causa es precisamente
Dios, entendido como inteligencia ordenadora y providente. Una providencia que,
sin embargo, no se ocupa del hombre individual sino del hombre en general, pro-
curándole lo que le permite sobrevivir. Sin embargo, en cuanto Dios es bueno, se
ocupa por lo menos indirectamente del hombre bueno, como sucede en el caso
específico de Sócrates con la voz divina (el daimonion) que le indica algunas
cosas que debe evitar.
El método Socrático.
El método que Sócrates empleo en su enseñanza fue el del dialogo articulado en
dos momentos: el irónico-refutativo y el mayéutico.
Además su método estaba basado en el no-saber. En efecto, él no recurría a dis-
cursos pomposos ni a largos monólogos, sino que empleaba con sus
interlocutores un método de pregunta-respuesta, presentándose como el que no
sabe y debe ser instruido y -por cuanto pensaba efectivamente que cada hombre
es alguien que no sabe con respecto a Dios- con mucha frecuencia esta actitud
era una simulación irónica para obligar al adversario a exponer completamente
sus tesis.
28
La anticipación de los elementos que constituirán la ciencia lógica.
Sócrates, en la parte de discípulo, orientaba el dialogo con el interlocutor,
presentando de la otra parte falsamente como maestro, y obligaba a este ultimo a
que definiera de modo preciso los términos de su discursos y que debiera
lógicamente los trozos. Las mas de las veces, resultaba que el interlocutor se
confundía y caía en contradicciones irremediables. De tal modo, se hacía la
"refutación" y el interlocutor se veía obligado a reconocer sus propios errores.
En este momento Sócrates ponía en acto la pars construens de su enseñanza y
siempre mediante preguntas y respuestas, lograba hacer nacer la verdad en el
alma del dialogante, cuando ésta estaba grávida de ella. Nótese la expresión:
"hacer nacer"; como en griego el arte de hacer nacer propia de la obstetricia se
llama "mayéutica", Sócrates caracterizó precisamente con tal nombre este
momento conclusivo de su método.
Valores y limites del pensamiento socrático,
En estas operaciones dialógicas, Sócrates ponía en acto una serie de elementos
lógicos de primer orden, algunos de los cuales constituían verdaderos y propios
anticipo de figuras lógicas que explicitaran y desarrollaran en épocas posteriores:
por ejemplo, el concepto, la definición ("qué cosa es") y el procedimiento inductivo.
Se trata de anticipaciones significativas, pero no de descubrimientos como tales,
por el simple motivo de que el interés de Sócrates era de tipo ético y no lógico y
aquellas formas no eran la finalidad de su especulación sino el medio para obtener
un determinado propósito precisamente moral o educativo.
• Sócrates llevó el pensamiento filosófico a un nivel más alto que el de los Sofistas
pero levantó una serie de asuntos que a su vez ponían nuevos problemas que él
no resolvió. Ancló la moral en el concepto de alma, pero definió el alma sólo en
términos funcionales, indicó su actividad pero no su naturaleza, es decir, cuál es
su ser. Lo mismo puede decirse en relación con Dios: dijo cómo actúa Dios pero
no preciso su naturaleza ontológica. Platón y Aristóteles propondrán soluciones
detalladas para estos problemas.´
PERIODO SISTEMATICO: PLATON Y ARISTOTELES. (VEASE ANEXO.)
29
CONTEXTO FILOSÓFICO DE LAS ESCUELAS HELENICAS Y LA FILOSOFIA CRISTIANA.
ESCUELAS HELENICAS.
Tras la muerte de Alejandro Magno, la filosofía, la ciencia, la literatura y el arte griegos,
centralizados durante siglo y medio en Atenas, se dispersaron por todo el Oriente: Pérgamo,
Éfeso, Antioquía, Rodas, Samos y, sobre todo, por Alejandría.
Asimismo y como consecuencia de la desaparición de las polis-estados griegas integradas en
las monarquías helenísticas, el ciudadano griego ha dejado de ser el que era: al no intervenir ni en
la designación de los órganos políticos, ni en el gobierno de la ciudad, ni en la formulación
de las leyes, deja de mostrar interés por los problemas político-sociales perdiendo el horizonte
político que había dado sentido a su experiencia individual. Bajo esta nueva circunstancia el
hombre y por tanto, el filósofo tiene que replegarse en su vida privada e intentar encontrar un
nuevo rumbo en su especulación teórica. Así, no es extraño que aparezcan nuevos sistemas
filosóficos que tienen un perfil extremadamente ETICO y en consecuencia, sus preocupaciones
principales serán determinar unos ideales de vida que donen de sentido cada experiencia particular (
ideal de SABIO ) y el denominador común de la búsqueda de la FELICIDAD:
- EPICUREISMO: Liberado el hombre del miedo al destino porque es azaroso, a los
dioses porque nada tienen que ver con los hombres y a la muerte porque con ella acaba todo, se
encuentra la felicidad en el placer espiritual y en la huida del dolor ( ATARAXIA ).
- ESTOICISMO: La felicidad está en vivir conforme a la naturaleza, es decir, a la razón;
deben evitarse, pues, las pasiones ( APATIA ).
- ESCEPTICISMO: Sólo en sus orígenes tuvo preocupaciones morales: posteriormente, su
único objetivo fue de tipo gnoseológico.
EL CRISTIANISMO: FILOSOFIA CRISTIANA
La diversidad de escuelas que aparecen da cuenta del cansancio filosófico e intelectual que se
vive y muestra como el hombre busca fórmulas soteriológicas que sustituyan la función que tenía
la polis en su sentido de vida. Por otra parte, tras la terminación de las grandes conquistas
exteriores realizadas por ROMA, se toma conciencia de la vaciedad cultural, filosófica y religiosa,
que convierte el imperio romano en campo abonado para religiones que atiendan al individuo y le
30
marquen cauces de salvación: la población encuentra en los cultos mistéricos surgidos al contacto
con el mundo oriental, las respuestas a los problemas existenciales.
En estas circunstancias, aparece el CRISTIANISMO como una religión y no como una filosofía (sólo
podremos hablar de una filosofía cristiana cuando el cristianismo tome postura con respecto a la
filosofía pagana).
Aunque el cristianismo tiene una cosmovisión, su fuente es extra racional: la REVELACION. De
ahí, que no se pueda conceptualizar, en principio, como una filosofía. Habría que hablar del
cristianismo como un saber de salvación basado en los textos bíblicos que expresan la "palabra
de Dios". Asentado sobre tales principios, es lógico pensar que al filósofo griego, al
pensamiento pagano, le resulte INCOMPRENSIBLE tal actitud epistemológica. Este choque de
actitudes diferentes ante la realidad, que va a ser el suelo histórico de la civilización occidental,
puede quedar apuntado aunque insuficientemente en los siguientes puntos:
- RAZÓN-FE - Mientras que la fuente de conocimiento en la tradición filosófica griega había
sido principalmente la razón, el cristianismo ofrece una nueva fuente, a saber, la fe, es decir, la
confianza en la palabra bíblica fortalecida por la autoridad de Dios. Las relaciones entre razón y fe,
marcarán toda la especulación filosófica y teológica de los siglos siguientes.
- MONOTEÍSMO-POLITEÍSMO - Probablemente sea el monoteísmo el elemento más
original de la aportación cristiana al pensamiento occidental. De origen judaico y tal vez, como
consecuencia de la costumbre en la antigüedad de asociar cada ciudad a un dios y por tanto,
cuando la ciudad es destruida también es destruido su dios, la opción de un sólo dios confiere la
posibilidad de seguir perteneciendo a un pueblo aun no estando en posesión de unos territorios
(pueblo de dios). La significación de todo esto es importante porque la ampliación del pueblo de
dios de ser una nación elegida (Israel como pueblo elegido y por tanto, acentuación del
carácter nacionalista de la religión judía que llega hasta nuestros días) a ser todos los hombres de
la tierra (Israel queda como "testigo viviente" y no como un pueblo privilegiado) marca la
diferencia más importante entre el judaísmo y lo que va a ser el cristianismo con un carácter
universal que aquel no tenía.
Por otro lado, el politeísmo establecía una parcelación de la realidad en correspondencia al número
de dioses y por lo tanto, imposibilitaba la concepción de un solo dios omnipotente, es decir, un
dios por encima de todos los demás.
- CREACIÓN-ETERNIDAD - En la filosofía griega nunca se había planteado la génesis de
la realidad basada en un acto creador a partir de la nada (creatio ex nihilo); para el griego no tiene
sentido esta concepción y mantiene la idea, desde los textos míticos (Homero y Hesíodo) hasta la
filosofía clásica, de que en un principio ya había algo. De donde no hay nada no se puede sacar
nada. De esta forma, la realidad era siempre concebida a partir de un primer principio o arjé. El
31
Cristianismo introduce la idea de una creación a partir de la nada fundamentada en la
VOLUNTAD de un dios omnipotente y creador. Esta nueva concepción tiene gran importancia
porque en ella subyace un concepto de TIEMPO LINEAL y por tanto, una HISTORIA entendida
linealmente y constituida por importantes momentos (creación, nacimiento de Cristo, juicio final)
que marcará el sentido de la historia occidental.
Por otro lado, esta historia es regida por la PROVIDENCIA divina, es decir, el dios cristiano
interviene en el curso de los hechos históricos (LOGOS se hace CARNE) y por tanto, a diferencia
de los dioses griegos que estaban distantes y se desentendían de los hechos humanos, teniendo
únicamente una relación cosmológica con el mundo, el dios de la BIBLIA mantiene un estrecho
contacto con los hombres (FRATERNIDAD UNIVERSAL) apareciendo como Padre providente.
Asimismo, el hombre empieza a ser interpretado como imagen de dios (IMAGO DEI).
- ETICA NO INTELECTUALISTA-INTELECTUALISMO - Esto es otro de los puntos en que
el pensamiento cristiano marca diferencias con la filosofía griega. En las posiciones éticas griegas
el MAL siempre es considerado como la consecuencia de una falta de conocimiento, en
definitiva, de IGNORANCIA (Sócrates, Platón, Aristóteles). La posesión del bien pasa
inevitablemente por un período de formación, de educación del individuo. Sin embargo, la
postura del Cristianismo en este tema es completamente distinta. Si el hombre actúa mal no es
consecuencia de su ignorancia sino fruto de su LIBERTAD. El hombre es libre y por tanto,
responsable de su acción. Conoce el bien y el mal pero puede elegir entre obedecer la ley divina
o desobedecerla (relato del Génesis).
Bajo este planteamiento aparecen conceptos como PECADO, CULPA, REDENCIÓN, GRACIA,
etc... Completamente nuevos en la especulación intelectual. El nacimiento de Cristo supone el
intento de liberar al hombre de su culpa original.
Así las cosas, y teniendo en cuenta estas concepciones contrarias, la filosofía toma un nuevo
sesgo al entrar en diálogo con el Cristianismo. Este se servirá de la filosofía para racionalizar sus
creencias e irá extendiéndose y ganando adeptos. En esta toma de contacto con la filosofía los
cristianos (muchos griegos o de formación griega) intentan esclarecer y defender sus doctrinas
frente a las herejías y la hostilidad pagana.
La condición de posibilidad para que se entable la discusión entre filosofía griega y
Cristianismo suponía adoptar, cuando menos, un mismo lenguaje. Como veíamos, las filosofías del
momento son varias y de desigual influjo. Por una parte, tanto las filosofías helenísticas como
el aristotelismo son difíciles de "cristianizar". Por otra parte, el platonismo convertido en
NEOPLATONISMO, es el interlocutor más válido por ser la filosofía dominante y la más afín al
Cristianismo. Así, el pensamiento cristiano formulará en lenguaje neoplatónico sus cuestiones
básicas prácticamente hasta el S. XIII en que esto cambiará con la cristianización de Aristóteles.
Existen algunas claves que dan cuenta de tal asimilación:
- En primer lugar, cabría señalar que la afirmación platónica de la existencia de otro
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mundo aparte del mundo sensible, el mundo de las ideas, y posteriormente, la inclusión de las
ideas en la mente divina ( Neoplatonismo. ej. Filón de Alejandría, Plotino.) facilita su asimilación
cristiana.
- En segundo lugar, la doctrina platónica afirmaba que el mundo sensible había sido
hecho a imagen y semejanza de las ideas y esto era fácilmente encajable en la concepción
cristiana del MUNDO como HUELLA o VESTIGIO divino.
- En tercer lugar, los filósofos cristianos al formular el concepto de CREACION se servirán
de la doctrina platónica de PARTICIPACION ( según la cual, todo lo que de real hay en los seres
sensibles es participado de la auténtica realidad ) para subrayar la CONTINGENCIA de lo creado ( lo
creado es pero puede no ser; no posee el ser por sí mismo, lo recibe, participa de él ). Este
elemento es de origen platónico y no neoplatónico ya que el neoplatonismo planteaba la
EMANACIÓN de toda la realidad a partir de un primer principio (Uno, Logos, Dios) y esto conduce
irremediablemente a un PANTEÍSMO inaceptable para la doctrina cristiana.
- En cuarto lugar, los cristianos creyeron encontrar la idea misma de creación en el
DEMIURGO platónico, que aunque no creador sí era un ordenador y por tanto, más similar al dios
cristiano que la concepción aristotélica de dios.
- Por último, también la concepción del alma de la doctrina platónica como principio de
conocimiento y por tanto, separable del cuerpo, se asimilaba mucho mejor a las tesis cristianas que la
doctrina aristotélica del alma que la situaba en unión sustancial y no separable del cuerpo.
Ahora bien, el pensamiento cristiano no acepta la tesis platónica de la preexistencia de las
almas aunque, como hemos visto, sí su vida después de la aniquilación del cuerpo.
El tránsito de la filosofía en la Antigüedad a la filosofía en la Edad Media viene marcado por una
serie de elementos nuevos que se introducen en el pensamiento occidental por una religión, el
CRISTIANISMO.
Desde la aparición del Cristianismo hasta la crisis del pensamiento medieval del S XIV, la filosofía
se va a constituir como discusión en torno a dos fuentes de conocimiento distintas: FE y
RAZON. La confrontación entre estas dos actitudes ante el hombre y ante el mundo, entre las
exigencias de la fe y las imposiciones de la razón, contribuyen a generar un ambiente que
conformará una filosofía con sentido propio.
El triunfo del Cristianismo o cuando menos, su equiparación intelectual con la filosofía griega
durante el imperio romano, se debe a unos cuantos cristianos cultos que tomaron una posición
frente al pensamiento pagano (sobre todo con el interlocutor más válido, el PLATONISMO) y que
crean lo que se puede llamar FILOSOFIA CRISTIANA. La culminación de este proceso de
enfrentamiento podemos encontrarla durante el S V en el pensador de Hipona, SAN AGUSTIN.
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A partir de la caída del imperio romano y hasta el siglo XIII, la filosofía medieval será, sobre
todo, AGUSTINISMO. Habrá que esperar a la filosofía de STO. TOMAS para que se produzca un
nuevo rumbo en la filosofía occidental. La lectura de Aristóteles por pensadores árabes, su
expansión junto con el crecimiento del ISLAM y su introducción en las universidades
occidentales durante los siglos XII y XIII alentará la necesidad de sintetizar el pensamiento
agustiniano (de base neoplatónica) y el aristotelismo. De esto son muestra ejemplar las
ideas tomistas.
El siglo XIV supondrá la génesis del derrumbamiento definitivo de los esquemas intelectuales de
la Edad Media. La emancipación del hombre de la tutela divina y de la tradición en orden a crear
un pensamiento racional y libre será el horizonte filosófico de los siguientes siglos. Serán otros
tiempos.
LA PATRISTICA.
Ayudándose de las anteriores tesis los primeros cristianos intentan "cristianizar" el
pensamiento helénico exponiendo razonadamente el dogma cristiano como algo no absurdo. A
estas elaboraciones de los primeros "PADRES DE LA IGLESIA" se las denomina PATRISTICA.
Salvo el pensamiento de San Agustín la Patrística no constituye un saber sistemático ni un
fenómeno homogéneo. No obstante, se pueden señalar sus momentos más importantes y sus
principales representantes:
Época de formación: Cronológicamente se situaría hasta el Concilio de Nicea en el
año 325. Estaría constituida por:
* Los apóstoles - concluye la revelación divina.
* Los padres apostólicos - contacto con los apóstoles.
* Los apologistas - intento de defender al Cristianismo de los herejes gnósticos,
de los filósofos paganos y de los emperadores romanos. Ejm. San Justino, Tertuliano, Orígenes,
etc...
Época de apogeo: Cronológicamente hasta la segunda mitad del S.V. Destacan
entre los griegos, las escuelas de Alejandría, Palestina y Antioquía. Entre los
latinos, San Agustín.
Época de decadencia: En Oriente el siglo VIII; en Occidente será antes
Es, sin duda, San Agustín el pensador donde confluirán todas las corrientes y especulaciones de
la más antigua filosofía cristiana y, claro está, será el pensador cristiano que más repercusión
tendrá en la filosofía y teología posterior.
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SAN AGUSTÍN
Biografía. (Tagaste 354-Hipona 430)
Es imprescindible conocer algunos datos de la vida de San Agustín para poder entender su
pensamiento. Nacido en Tagaste en el 354, siendo ésta una colonia romana en el norte de África,
su itinerario personal está relacionado con su obra y su incesante búsqueda de la verdad. De madre
cristiana y padre pagano, estudia en Tagaste y Cartago manteniendo durante su juventud una
vida disoluta. A pesar de esto, recibe una intensa formación intelectual basada en los estudios
de gramática, literatura clásica, retórica, filosofía (Lectura del "Hortensius" de Cicerón), teología,
etc.. De los veintiuno a los veintinueve años enseñó retórica en Cartago. Durante esta época y
como consecuencia de sus inquietudes eudaimonísticas entra en contacto con el
MANIQUEÍSMO, ESCEPTICISMO, PLATONISMO (lectura del "FEDÓN" y del "TIMEO").
Posteriormente en Milán y como fruto de su contacto con S.Ambrosio, arzobispo de esta ciudad,
Agustín se convierte al cristianismo (386). En esta etapa lee a Plotino (ENEADAS) en la traducción
de Mario Victorino. En el año 388 volvió a África, siendo sucesivamente obispo auxiliar y titular de
Hipona. Muere en el 430 mientras los vándalos sitiaban Hipona, cuando el imperio romano, caída
ya Roma (410), se destruía definitivamente.
Introducción a su filosofía.
No cabe duda que S. Agustín tanto por cronología como doctrinalmente es un hombre de la
Antigüedad: vive y muere antes de la caída definitiva del imperio romano de Occidente (476), fecha
que tradicionalmente se ha considerado como inicio de la Edad Media. Doctrinalmente se nutre
de las filosofías helenísticas y pertenece a ese intento que los cristianos de los primeros siglos
hicieron por entrar en diálogo a nivel intelectual con el paganismo.
Sin embargo, se le considera y así lo hacemos en este tema, como un pensador de la Edad Media
probablemente porque ya desde el S.III se ha ido fraguando la caída del imperio con el lento
hundimiento de sus estructuras sociales, económicas, militares y políticas, y por otro lado, porque
va a ser el personaje que mayor influencia va a tener a nivel intelectual, tanto teológico como
filosófico, en toda la Edad Media, aparte de sus influjos en el Renacimiento (Lutero), Barroco
(Descartes, Malebranche, Leibniz, Pascal) e incluso en el Personalismo cristiano del S.XX.
La actitud filosófica de San Agustín hay que ponerla, inevitablemente, en conexión con su vida.
Para Agustín de Hipona, en consonancia con la actitud filosófica de las escuelas helenísticas
hay una adecuación entre el VERDADERO FILÓSOFO y el hombre realmente feliz. Ahora bien,
la verdadera filosofía sólo está en el Cristianismo que conduce al Sumo Bien. No obstante, el ansia
de felicidad es demasiado grande para satisfacerla en el ámbito natural; su propia experiencia
vital le ha demostrado esto. Por ello, San Agustín plantea la necesidad de volver la mirada hacia
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uno mismo ("interior intimo meo"), alejándose de la realidad exterior para ascender hasta Dios.
Para Agustín al asomarte a la intimidad de tu conciencia en busca de la VERDAD descubres que: tu
naturaleza, al igual que la realidad exterior es mutable (posee algo de no-ser), y también, que en
uno mismo hay verdades INMUTABLES (influencia platónica) cuyo fundamento no puede ser
la propia mutabilidad ("in interiore hominis habitat veritas").
Debido a esto, es imprescindible ascender hasta Dios que es lo único que puede ser el fundamento
de dichas verdades y lo único que puede hacer feliz a la criatura racional. Así pues, la actitud
filosófica agustiniana parte de la búsqueda de la VERDAD (felicidad) y del planteamiento del
AUTOTRASCENDIMIENTO como única vía para alcanzar la verdad suma o Dios. Como vemos en
la formulación agustiniana subyace una armonización entre RAZÓN y FE, y por tanto, un
acercamiento último entre FILOSOFÍA y TEOLOGÍA.
Relación entre razón y fe.
S. Agustín, como buen cristiano, entiende como único objetivo del conocimiento humano la
COMPRENSIÓN de la verdad revelada. Es por esto por lo que es consecuente plantear una
estrecha interrelación entre razón y fe, ya que ambas convergen en el mismo objeto y por
tanto, es innecesario marcar las fronteras de dichas fuentes de conocimiento. Para S. Agustín el
alma no cesa de buscar mediante la colaboración entre fe y razón a Dios, pues sólo El es la eterna
verdad, el principio de cuanto existe y la fuente de la felicidad perfecta. A partir de esta
concepción, el pensador de HIPONA plantea una "fórmula" de colaboración entre ambas fuentes, a
saber, "entiende para creer, cree para entender" ("Intellige ut credas; crede ut intelligas").
La razón ayuda a que la mente se adhiera a la verdad revelada; le presenta los
motivos racionales de la creencia. Esto es, aunque las verdades de fe no sean
demostrables, se puede demostrar que es legítimo creerlas, y es la razón la
encargada de ello.
La fe ilumina a la razón en orden a alcanzar la verdad pues por naturaleza, es
limitada e imperfecta. Así, la fe señala las verdades que Dios ha revelado y que
debemos aceptar.
S. Agustín no traza fronteras entre RAZÓN y FE puesto que su convicción fundamental es que la
VERDAD es única y viene dada por REVELACIÓN. La razón debe hacer comprensibles los datos
de fe, pero el camino hacia la verdad no es necesariamente teórico sino que necesita la
decisión de la VOLUNTAD que afirma el AMOR a Dios y niega el amor de sí mismo. En
definitiva, debería haber una perfecta adecuación entre conocimiento y voluntad, entre TEORIA y
PRAXIS, para la ascensión de la PERSONA hacia la única VERDAD trascendente (Dios) que es el
SUMO BIEN.
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Naturaleza del hombre.
El pensador de Tagaste interpreta al hombre como IMAGO DEI, imagen de Dios: las verdades
universales que el hombre puede hallar en su interior son una huella del reflejo de Dios en el hombre.
San Agustín mantiene en su concepción de la naturaleza humana la tradición platónica (dualismo)
en la cual se interpretaba al hombre como un compuesto de dos sustancias que se unen
accidentalmente. Pero en la visión agustiniana hay algunos matices que le diferencian:
esencialmente el hombre es alma y mente que se "sirve" del cuerpo con dos funciones
cognoscitivas: razón inferior y razón superior. Por otra parte, el alma es espiritual, simple, indivisible
e inmortal. En un principio San Agustín sostiene que es engendrada por los padres
(TRADUCIANISMO) para considerar luego que es creada por Dios sin decidirse por el cuándo.
La libertad y el problema del mal.
Asimismo Agustín dentro de la tradición cristiana concibe al hombre como un ser libre y por
tanto, responsable del mal moral eligiendo equivocadamente los bienes efímeros. El mal físico (el
dolor, la muerte, la enfermedad) serían consecuencia de la esencial limitación de los seres
contingentes (privación del bien).
Para S.Agustín la experiencia de la libertad es una experiencia dramática puesto que está
amenazada por la corrupción de la naturaleza que lo empuja hacia el mal. La voluntad humana
siempre tiende a la felicidad pero, alejándose de Dios confunde la verdadera felicidad
disponiendo su conducta hacia bienes terrenales, esto es, mutables. Desde esta perspectiva,
S.Agustín concibe el pecado como un alejamiento de la LEY ETERNA, es decir una ruptura del
ORDEN DIVINO (todas las cosas tienen un lugar correspondiente según el plan divino)
debida a la voluntad. Tal desorden ha sido transmitido a la humanidad a partir del pecado original
y sólo es posible el perdón, la redención, mediante una modificación de la voluntad producida
por la GRACIA DIVINA. Esta posición es contraria al PELAGIANISMO que negaba la necesidad
de la gracia y afirmaba la capacidad del hombre por sí mismo para conducirse de nuevo a Dios.
ESCOLASTICA.
Tanto San Anselmo como Santo Tomás pertenecen a la época histórica que se conoce como Baja
Edad Media (S.XI - SXIV). Tras unos siglos de escasez material y de rigidez social Europa sufre un
período de expansión (S.XI – S.XIII) provocado por el progreso habido en la agricultura, fuente
básica de la economía medieval (avances técnicos como el molino hidráulico, la rotación en los
cultivos, etc…). Hay un resurgir de las ciudades (París, Oxford, Brujas, etc…) que crecen de
población apareciendo una nueva clase social, a saber, la de los comerciantes enriquecidos por el
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comercio (burguesía) y se respira un nuevo ambiente en la actividad cultural que desembocará en
la creación de las universidades. La crisis de este periodo se producirá en el S.XIV cuando fueron
apareciendo las tres grandes calamidades de aquel tiempo: la guerra, el hambre y la peste negra.
En el campo político, la cristiandad contemplaba dos grandes poderes, el del Emperador y el del
Papa, cuyos ámbitos de actuación no estaban claramente delimitados. El conflicto estalla entre
Enrique IV, emperador de Alemania, y el Papa Gregorio VII, con el deseo de ambos de que se
reconociera su supremacía dentro de la cristiandad. El resultado de esta pugna es el debilitamiento
del cargo de Emperador y la reducción de la influencia espiritual de los papas. Durante buena parte
del S.XIV el Papado se trasladó a Avignon produciéndose el cisma de Occidente, en donde la
Iglesia tuvo dos papas a la vez, uno en Roma y otro en Avignon.
Frente a la caída del Imperio y del Papado, las monarquías hereditarias cobraron auge, dando
lugar, a la larga, a la idea de nación que a la postre supondrá el inicio de la concepción de una
Europa de Estados nacionales.
EL CONTEXTO FILOSOFICO.
Hasta el S.XIII el predominio absoluto de la filosofía es de corte platónico, sobre todo, como hemos
visto por la influencia de la filosofía agustiniana.
El pensamiento aristotélico era ignorado: sólo se conocía algo de su Lógica gracias a las
traducciones de Boecio (S.VI) pero no se conocía ni su Física ni su Metafísica, etc…
A la caída del imperio romano, Occidente pierde todo contacto con la mayoría de las obras griegas.
Solamente a través de San Agustín, se conoce a Platón y su pensamiento marca la línea histórica
durante ocho siglos.
Va a ser a partir de la conquista árabe impulsada por el predominio de Mahoma y la guerra santa
que un aristotelismo árabe platonizado (la conquista de Siria proporciona la traducción del griego al
sirio de algunas obras de Aristóteles que serán traducidas al árabe) sea conocido nuevamente en
Occidente.
En esta trasmisión del pensamiento aristotélico destacarán los comentarios a sus obras realizadas
por AVICENA (aristotelismo platonizante del S.X) y AVERROES (aristotelismo puro del S.XII). Las
obras de Aristóteles se traducirán del árabe al latín surgiendo numerosas escuelas de traductores
de las que destaca la de Toledo.
La llegada de la filosofía aristotélica fue un acontecimiento fundamental que conmovió toda la
cultura occidental. Sobre todo París, centro cultural de la época, se revolucionó con la llegada de
un aristotelismo averroísta cuyas tesis fundamentales serían las siguientes:
Tesis de la DOBLE VERDAD. Hay dos tipos de verdades, teológica y filosófica, esto es, de
fe y de razón. Ambas son independientes e incluso pueden ser contrarias. Se trata de un
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primer intento de proporcionar autonomía a la razón que se consolidará en la época
moderna.
Teoría acerca del ALMA. El alma individual, de cada hombre, es mortal. Lo único que es
inmortal es el entendimiento que es el mismo para todos los hombres.
Teoría acerca del MUNDO. El mundo es eterno en constante movimiento producido por un
primer motor inmóvil (Dios aristotélico) que ni siquiera conoce el mundo.
La difusión de estas ideas choca frontalmente con la concepción de la Iglesia que toma una actitud
hostil frente a ellas prohibiendo las obras aristotélicas (Sínodo de París 1210). A pesar de todo el
pensamiento aristotélico irá entrando en las universidades y gracias a autores como San Alberto
Magno y Sto. Tomás, acabará siendo la filosofía defendida por la Iglesia.
El S.XIII será el siglo de la asimilación del aristotelismo favorecido por la actividad de las
universidades donde se desarrolla la polémica entre dos visiones del cristianismo: la síntesis
agustiniana a través de la filosofía de San Buenaventura y la síntesis tomista. Estas discusiones
centrarán la filosofía de la llamada “gran Escolástica” donde destacará sobremanera la filosofía de
Sto. Tomás. La filosofía escolástica entrará en crisis en el S. XIV principalmente a partir de la
escuela de Oxford formada por franciscanos que reclaman libertad de investigación entre los que
destacan Juan Duns Escoto y Guillermo de Ockam. El espíritu de estos pensadores dejarán la
puerta abierta para el comienzo de la Modernidad.
FILOSOFÍA TOMISTA
Biografía. (Aquino 1225- Nápoles 1275)
Santo Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el año 1225, en el
seno de una numerosa y noble familia italiana. Su padre, Landolfo, descendiente a su vez de los
condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II. Su madre, Teodora, era hija
de los condes de Taete y Chieti. Recibió Tomás su primera educación, a partir de los cinco años,
en la abadía de Montecasino, de la que era abad su tío, permaneciendo en el monasterio hasta
1239, cuando el emperador Federico II decretó la expulsión de los monjes. Allí realizó los estudios
ordinarios de gramática, latín, música, moral y religión.
A finales de 1239 se dirigió a la universidad de Nápoles para continuar sus estudios,
permaneciendo en dicha ciudad hasta 1244, año en que, sintiéndose atraído por la vida de los
frailes dominicos que había conocido en un convento de Nápoles, ingresó en la orden como
novicio. La decisión no fue del agrado de su familia, que hubiera preferido que Sto. Tomás
sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterada de que Sto. Tomás se iba a
dirigir a Bolonia para participar en un capítulo general de la orden, y que posteriormente sería
enviado a París para continuar sus estudios, fue raptado por sus hermanos y retenido por ellos
durante más de un año en el castillo de Roccasecca, con la intención de disuadirlo de su ingreso
definitivo en la orden, cosa que no consiguieron dejándole, finalmente, cumplir su voluntad.
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Se dirigió posteriormente a París, probablemente en el verano de 1245. En París permaneció hasta
1248, como estudiante, ganándose rápidamente la confianza de San Alberto Magno quien se sintió
atraído por las grandes posibilidades intelectuales de su discípulo. En 1248 se dirigió a Colonia con
San Alberto, quien iba a fundar una casa de estudios para la orden. Allí permaneció con él hasta
1252, regresando París para continuar sus estudios, recibiendo su licenciatura (licencia para
enseñar en la Facultad de Teología ) en 1256, siendo nombrado Magister ese mismo año,
ocupando su cátedra hasta el 1259.
En 1259 se trasladó a Italia, donde permaneció hasta 1268, con el encargo de enseñar teología en
la Corte pontificia . A lo largo de estos años residió en varias ciudades italianas, como Anagni,
Orvieto, Roma y Viterbo, siendo invitado a dar conferencias en las universidades de Nápoles y
Bolonia. En esta época conoce, entre otros personajes ilustres, a Guillermo de Moerbeke, el
famoso traductor de las obras de Aristóteles, quien puso a su disposición varias de sus
traducciones, entre ellas algunas que se encontraba prohibidas en la época (De Anima, De Sensu
et Sensato y De Memoria et Reminiscentia) y que Sto. Tomás comentará, junto con otras obras de
Aristóteles como la Física y la Metafísica.
En 1268 regresa a París, impartiendo su magisterio hasta 1272, en medio de numerosas polémicas
provocadas tanto por los ataques contra y entre las órdenes religiosas, como por las controversias
suscitadas por los averroístas latinos, quienes, encabezados por Siger de Brabante, habían
copado la facultad de Artes (filosofía) modificando sustancialmente las enseñanzas aristotélicas
que San Alberto y el mismo Sto. Tomás habían anteriormente introducido en dicho facultad.
Luego de una polémica actividad regresa a Nápoles el año 1272, con el encargo de establecer una
casa de estudios (studium generale), donde abandona totalmente su actividad docente y de autor,
encontrándose frecuentemente arrebatado por experiencias místicas que le absorben por
completo. Permanecerá allí hasta 1274, muriendo en el transcurso del viaje iniciado ese año para
dirigirse de Nápoles a Lyon, donde iba a celebrarse un concilio convocado por el papa Gregorio X.
RELACIÓN RAZÓN - FE
La relación del cristianismo con la filosofía viene determinada, ya desde sus inicios, por el
predominio de la fe sobre la razón. Esta actitud queda reflejada en el "Credo ut intelligam" de San
Agustín, tributario en este aspecto del "Credo quia absurdum est" de Tertuliano, y que se
transmitirá a lo largo de toda la tradición filosófica hasta Santo Tomás de Aquino, quien replanteará
la relación entre la fe y la razón, dotando a ésta de una mayor autonomía.
No obstante, también santo Tomás será, en este sentido, deudor de la tradición filosófica cristiana,
de carácter fundamentalmente agustiniano, aceptando el predominio de lo teológico sobre
cualquier otra cuestión filosófica, así como los elementos de la fe que deben ser considerados
como imprescindibles en la reflexión filosófica cristiana: el creacionismo, la inmortalidad del alma,
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las verdades reveladas de la Biblia y los evangelios, y otros no menos importantes que derivan de
ellos, como la concepción de una historia lineal y trascendente, en oposición a la concepción
cíclica de la temporalidad típica del pensamiento clásico.
Sin embargo, esa relación de dependencia de la razón con respecto a la fe será modificada
sustancialmente por santo Tomás de Aquino. A lo largo del siglo trece, el desarrollo del averroísmo
latino había insistido, entre otras, en la teoría de la "doble verdad", según la cual habría una verdad
para la teología y una verdad para la filosofía, independientes una de otra, y cada una con su
propio ámbito de aplicación y de conocimiento. La verdad de la razón puede coincidir con la verdad
de la fe, o no. En todo caso, siendo independientes, no debe interferir una en el terreno de la otra.
Santo Tomás rechazará esta teoría, insistiendo en la existencia de una única verdad, que puede
ser conocida desde la razón y desde la fe. Sin embargo, reconoce la particularidad y la
independencia de esos dos campos, por lo que cada una de ellas tendrá su objeto y método propio
de conocimiento. La filosofía se ocupará del conocimiento de las verdades naturales, que pueden
ser alcanzadas por la luz natural de la razón; y la teología se ocupará del conocimiento de las
verdades reveladas, de las verdades que sólo puede ser conocidas mediante la luz de la
revelación divina. Ello supone una modificación sustancial de la concepción tradicional
(agustiniana) de las relaciones entre la razón y la fe. La filosofía, el ámbito propio de aplicación de
la razón deja, en cierto sentido, de ser la "sierva" de la teología, al reconocerle un objeto y un
método propio de conocimiento. No obstante, santo Tomás acepta la existencia de un terreno
"común" a la filosofía y a la teología, que vendría representado por los llamados "preámbulos" de la
fe (la existencia y unidad de Dios, por ejemplo). En ese terreno, la filosofía seguiría siendo un
auxiliar útil a la teología y, en ese sentido, Sto. Tomás se refiere a ella todavía como la "criada" de
la teología. Pero, estrictamente hablando, la posición de santo Tomás supondrá el fin de la
sumisión de lo filosófico a lo teológico. Esta distinción e independencia entre ellas se irá aceptando
en los siglos posteriores, en el mismo seno de la Escolástica, constituyéndose en uno de los
elementos fundamentales para comprender el surgimiento de la filosofía moderna.
METAFÍSICA.
La "Suma Teológica" se considera la obra cumbre de santo Tomás, quien comienza en ella su
discurso planteando el problema teológico de la existencia de Dios, pasando a continuación al
tratamiento de otras cuestiones de carácter teológico y, posteriormente, al estudio del ser creado.
Es una buena prueba del valor de la reflexión teológica en el conjunto del pensamiento tomista. No
obstante, la demostración de la existencia de Dios y otras cuestiones teológicas están sometidas a
determinados presupuestos metafísicos que es necesario conocer y que constituyen el punto de
partida de su filosofía. La mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, aunque
también hay elementos procedentes del platonismo agustiniano y de la filosofía árabe, como
veremos a continuación.
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Al igual que para Aristóteles, para Sto. Tomás la metafísica es la ciencia del "ente en cuanto ente"
y, como tal, la ciencia de las primeras causas y principios del ser. Al igual que Aristóteles aceptará,
pues, la teoría de las cuatro causas, la teoría de la sustancia y la teoría del acto y la potencia. Pero
la necesidad de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva
estructura metafísica, utilizada ya por Avicena: la de la distinción entre esencia y existencia.
Además, recurrirá a las teorías platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los
grados del ser.
LA TEORÍA DE LAS CUATRO CAUSAS
De Aristóteles acepta la teoría de las cuatro causas: la causa material, aquello de que ésta ha
hecha una cosa; la causa formal, lo que es una cosa; la causa eficiente, el agente que la produce;
y la causa final, el para qué de una cosa.
LA TEORÍA DE LA SUSTANCIA
Igualmente la sustancia es identificada con la entidad concreta y particular, constituida por un
compuesto indisoluble de materia y forma. En cuanto tal, es el modo privilegiado de ser, el sujeto
en el que inhieren los accidentes, las formas de ser que no son sujeto sino que se dan en un
sujeto. Acepta, por lo tanto, la misma ordenación de las categorías accidentales que Aristóteles:
cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión. ¿Es posible la
existencia de sustancias que no estén compuestas de materia y forma? Ha de serlo, si se pretende
conciliar la filosofía aristotélica con la revelación, que se refiere, al menos, a dos de ellas: los
ángeles y Dios. Pero será preciso recurrir a otros elementos metafísicos no aristotélicos, como
veremos posteriormente, para poder explicar su posibilidad.
LA TEORÍA DEL ACTO Y LA POTENCIA
También con Aristóteles compartirá la distinción entre ser en acto y ser en potencia. Por ser en
acto se refiere, con Aristóteles, a la sustancia tal como en un momento determinado se nos
presenta y la conocemos; por ser en potencia entiende el conjunto de capacidades o posibilidades
de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es. Un niño tiene la capacidad
de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un
hombre, pero puede llegar a serlo. Junto con las dos teorías anteriormente citadas dispone santo
Tomás de todas las estructuras metafísicas necesarias para dar cuenta de la realidad física, del
mundo, pero no de Dios, por lo que se verá forzado a recurrir a una nueva estructura metafísica de
procedencia no aristotélica: la de esencia y existencia.
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LA TEORÍA DE LA ESENCIA Y LA EXISTENCIA
La metafísica aristotélica conduce a una interpretación del mundo difícilmente conciliable con el
cristianismo: el mundo es eterno y está compuesto de una multiplicidad de sustancias que, en
cuanto tales, tienen la misma entidad. ¿Cómo conciliar la eternidad del mundo con la creación?
¿Cómo conciliar la identificación del ser con la sustancia con la afirmación de que hay una
sustancia suprema, y radicalmente distinta de todas las demás? La distinción que ya había
establecido Avicena entre la esencia y la existencia será la respuesta que buscará santo Tomás:
además de las estructuras anteriormente citadas, y basada especialmente en la teoría del acto y la
potencia, habrá que distinguir en cada sustancia la esencia de la existencia. La esencia está
respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo que una cosa es, su esencia, puede
ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no; e independientemente de su
existencia o no, la esencia se mantiene inalterable siendo lo que es. Por ejemplo, comprendemos
lo que es un hombre independientemente de que existan o no hombres, y lo mismo con cualquier
otra sustancia. La esencia sería, pues, una cierta forma de ser en potencia: para existir tendría que
ser actualizada por otra entidad que le diese la existencia, ya que nada puede ser causa de su
propia existencia. Por lo tanto, todas las cosas que existen son un compuesto de esencia y
existencia. En ese sentido son contingentes, es decir no tienen en sí mismas la necesidad de
existir, pueden existir o no existir. ¿De dónde les viene, pues, la existencia? Ha de proceder de
otras sustancia que exista eminentemente, es decir, de una sustancia cuya esencia consista en
existir y sea, por lo tanto, un ser necesario: Dios. Se establece así una distinción o jerarquía entre
los seres: los contingentes, los que recibe su existencia; y el ser necesario, aquel en que la esencia
y la existencia se identifican.
La concepción de la esencia se modifica con respecto a la concepción aristotélica: para Aristóteles
la esencia venía representada exclusivamente por la forma; para Sto. Tomás la esencia de los
seres contingentes comprende también la materia, y la esencia de los seres espirituales se
identifica exclusivamente con la forma, ya que carecen de materia. Se establece pues una
separación radical entre Dios y el mundo, haciendo del mundo una realidad contingente, es decir,
no necesaria, y que debe su existencia a Dios, único ser necesario. Por lo demás, en la medida en
que la existencia representa el acto de ser se establece una primacía de ésta sobre la esencia.
Esta identificación del ser con la existencia le permitirá a Sto. Tomás hablar de seres constituidos
por formas puras, como los ángeles y Dios, distinguiéndose en que los ángeles reciben también la
existencia de Dios. Le es posible, entonces, admitir sustancias inmateriales, lo que desde una
posición estrictamente aristotélica resultaría difícilmente sostenible.
LA EXISTENCIA DE DIOS
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Por lo que respecta la existencia de Dios Sto Tomás afirma taxativamente que no es una verdad
evidente para la naturaleza humana, (para la razón,) por lo que, quienes la afirmen, deberán
probarla. La existencia de Dios, nos dice, es evidente considerada en sí misma, pero no
considerada respecto al hombre y su razón finita y limitada. Tanto es así que ni siquiera las
diversas culturas o civilizaciones tienen la misma idea de Dios (judaísmo, islamismo, cristianismo,
politeísmo...) e, incluso, ni siquiera todos los hombres pertenecientes a la misma cultura poseen la
misma idea de Dios. Y esto es un hecho ante el que no cabe discusión. Con ello pretende recalcar
tanto la importancia del tema como la legitimidad de solicitar una garantía de la razón,
independientemente de lo que afirme la fe. Si la existencia de Dios no es una verdad evidente para
nosotros es necesario, pues, que sea demostrada de un modo evidente para la razón, de un modo
racional, en el que no intervengan elementos de la Revelación o de la fe.
Pero ¿Qué tipo de demostración hemos de elegir? No podemos partir de la idea de Dios, ya que
eso es precisamente lo que se trata de demostrar, lo que se trata de conocer. Tampoco podemos
recurrir a la demostración "a priori ", puesto que esta demostración parte del conocimiento de la
causa, y de él llega al conocimiento del efecto: pero Dios no tiene causa. Sólo nos queda, pues,
partir del conocimiento que proporciona la experiencia humana, de los seres que conocemos,
tomados como efectos, y remontarnos, a través de ellos, a su causa, es decir, argumentando " a
posteriori ".
Siendo tal la posición de Sto. Tomás comprendemos por qué criticará duramente el argumento
ontológico y rechazará su validez. El argumento anselmiano toma como punto de partida la idea de
Dios como ser perfecto, pero tal idea, dice Sto. Tomás, procede de la creencia, de la fe, y no tiene
por qué ser aceptada por un no creyente. Pero además, el argumento de San Anselmo contiene un
paso ilegítimo de lo ideal a lo real: pensar algo como existente no quiere decir que exista en la
realidad. La existencia pensada no tiene más realidad que la de ser pensada, la de estar como tal
en nuestro entendimiento, pero no fuera de él. Para Sto. Tomás la existencia sólo puede ser
alcanzada si partimos de la existencia y argumentamos a partir de ella. Y la única existencia
indudable para nosotros es la existencia sensible. Por ello desarrollará sus cinco pruebas de la
existencia de Dios a partir siempre de la experiencia sensible, la primera pero no la única forma de
experiencia que el hombre conoce.
En la "Suma Teológica", primera parte, capítulos 2 y 3, encontramos formuladas las cinco pruebas
tomistas de la demostración de la existencia de Dios, (las "cinco vías",) junto con las
consideraciones precedentes, y que podemos resumir brevemente como sigue:
1.- Movimiento: nos consta por los sentidos que hay seres de este mundo que se mueven;
pero todo lo que se mueve es movido por otro, y como una serie infinita de causas es imposible
hemos de admitir la existencia de un primer motor no movido por otro, inmóvil. Y ese primer motor
inmóvil es Dios.
2.- Eficiencia: nos consta la existencia de causas eficientes que no pueden ser causa de sí
mismas, ya que para ello tendrían que haber existido antes de existir, lo cual es imposible.
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Además, tampoco podemos admitir una serie infinita de causas eficientes, por lo que tiene que
existir una primera causa eficiente incausada. Y esa causa incausada es Dios.
3.- Contingencia: hay seres que comienzan a existir y que perecen, es decir, que no son
necesarios; si todos los seres fueran contingentes, no existiría ninguno, pero existen, por lo que
deben tener su causa, pues, en un primer ser necesario, ya que una serie causal infinita de seres
contingentes es imposible. Y este ser necesario es Dios.
4.- Grados de perfección: observamos distintos grados de perfección en los seres de este
mundo (bondad, belleza,...) Y ello implica la existencia de un modelo con respecto al cual
establecemos la comparación, un ser óptimo, máximamente verdadero, un ser supremo. Y ese ser
supremo es Dios.
5.- Finalidad: observamos que seres inorgánicos actúan con un fin; pero al carecer de
conocimiento e inteligencia sólo pueden tender a un fin si son dirigidos por un ser inteligente.
Luego debe haber un ser sumamente inteligente que ordena todas las cosas naturales
dirigiéndolas a su fin. Y ese ser inteligente es Dios.
La estructura de los cinco argumentos es idéntica: se parte de la experiencia sensible, siendo
considerada bajo diversos aspectos, uno distinto para cada prueba; a continuación se aplica el
principio de causalidad para explicar la existencia de ese fenómeno sensible, constatando que es
imposible extender la serie causal al infinito, pues si no existiera un primer elemento de la serie no
existirían los intermedios ni el último; pero existe el último, por lo que han de existir los intermedios,
concluyendo en la necesidad de admitir una primera causa que no dependa de ninguna otra, sino
de sí misma: primer motor, causa eficiente, ser necesario, ser perfecto e inteligencia ordenadora. A
continuación se identifica ese primer eslabón de la cadena causal con Dios, considerando cada
una de las causas como una manifestación de la divinidad, como un atributo de Dios.
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Edad Moderna
EL RENACIMIENTO: CIENCIA Y HUMANISMO EN EL ORIGEN DE LA MODERNIDAD.
El Renacimiento hemos de entenderlo como consecuencia de la crisis del siglo XIV que significa
el fin del feudalismo y el comienzo del mundo burgués. Le Golf afirma que esta crisis se debe al
límite de la tecnología medieval (artesanía) para responder a las nuevas necesidades que se le
plantean.
Hacia 1300 o 1350 surge una crisis social por las epidemias de peste: las gentes se refugian en
los burgos produciéndose una concentración de la población. Se estanca y paraliza la agricultura
debido a esta reducción de la mano de obra por las epidemias y las migraciones.
Ante esta situación, el régimen feudal (basado en el pacto entre el señor y el vasallo por el cuál
éste le trabaja la tierra y el señor le defiende) cae y el señor feudal se ve obligado a comprar la
mano de obra. Surge entonces la burguesía, concepto que en un principio se refiere a los
habitantes de los burgos -ciudades- venidos del campo, que pasó a designar una nueva clase
social que, frente a la aristocracia, busca la fuente de riqueza en el trabajo, bajo la afirmación de
que el hombre vale lo que produce.
Con los finales de la crisis, la población demuestra una actitud de búsqueda y desarrollo de los
deseos de vivir. En este clima surgen una serie de fenómenos:
Fenómeno de movilización social: el hombre comienza a pensar que la condición social es un
producto que hay que ganar.
Fenómeno vertical social: la nobleza pierde paulatinamente valor, ganándolo la burguesía.
Marx afirmó que es en esta época cuando surge el capitalismo.
Las naciones modernas surgen con la burguesía y son un fenómeno burgués. El poder de los
reyes va creciendo en las ciudades, estando las monarquías amparadas por el capital burgués. La
transformación del poder y el régimen feudal monárquico trae como consecuencia la unificación
de las leyes, que hasta entonces eran múltiples.
Un fenómeno fundamental de ésta época, y que se da preferentemente en el s XV, es la
revolución tecnológica, que tiene unas consecuencias que cambian la historia:
El invento de la brújula, que supone una nueva posibilidad de arriesgarse más allá del espacio
conocido, abriéndose las posibilidades de los descubrimientos y de las colonizaciones.
El telescopio, invención de Galileo, contribuye de una forma decisiva el cambio de la
concepción del mundo. El hombre se da cuenta de la infinitud del mundo y cambia su visión
geocentrista por la heliocentrista.
La pólvora, que supone la revolución militar y la muerte de las costumbres caballerescas. Los
nuevos ejércitos, basados en el poder de la artillería y tácticas de guerra y no en el potencial de
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caballería, son mucho más costosos y sólo los reyes pueden mantener ejércitos poderosos,
siendo éste un factor más que explica la perdida de poder de los señores feudales.
La imprenta, de Gütemberg, permite el comienzo de la cultura escrita, que hasta ahora había
estado restringida a los monasterios. Se desarrollan las Universidades, que pronto adquieren
una especial importancia para la secularización de la cultura.
El elemento que más vigorizó a la economía fue el descubrimiento de nuevos mercados y la
creación de nuevas industrias, posibilitado en parte por la caída de los turcos. Se crean ligas
comerciales en los Países Bajos y las primeras colonias. Se crea el mercado de África y concluye
el descubrimiento de América, entrando nuevos productos y metales preciosos. Se comienza a
implantar la industria metalúrgica, relojera y cristalería, que desbancan el predominio textil.
Todos estos cambios tecnológicos poseen una serie de consecuencias económicas,
políticas e ideológicas; pero, especialmente, un cambio profundo de la actitud del hombre
frente al mundo.
Con el Renacimiento aparece el naturalismo, que valora la naturaleza y la vida sensible; esto
hace que se dinamice el trabajo para poder gozar posteriormente de la naturaleza. Esta actitud
naturalista aumenta la curiosidad intelectual, la valoración del lujo, los viajes, las exploraciones y
todo lo que represente contacto con lo natural. Se comienza a valorar el paisaje y a humanizar el
arte. La cultura se va haciendo progresivamente laica e independiente de la autoridad eclesiástica
y de los dogmas religiosos.
Las pruebas de este naturalismo y de su cultura laica son:
El cambio de la actitud respecto de la muerte. El sentido laico de la muerte iguala a todos los
hombres. La muerte se suele ver como un castigo, o un final o tránsito, de hay que haya que
activar la energía para gozar lo máximo posible de la vida.
El tema de la fama es la solución laica a la supervivencia. El hombre medieval creía en el otro
mundo; la fama, en cambio, será la forma de sobrevivir tras la muerte en el Renacimiento.
Aparece el tema de la fortuna. El hombre medieval cree en la intencionalidad y providencia de
Dios en el mundo. En el Renacimiento la cultura se descristianiza y aparece las ideas de fortuna
y predeterminación; la suerte guía al hombre y el azar vuelve a ocupar un papel importante.
Hay una valoración ética de la persona. El ideal de la vida no es ya seguir un modelo -como
los sabios helenísticos o los santos del cristianismo-, sino afirmar la propia personalidad y el
propio modelo de vida.
Comienza la independencia del poder político frente a los Papas, como consecuencia del
refuerzo del poder de los reyes tras la caída del régimen político feudal. Los pensadores más
importantes toman partido por la independencia de ambos poderes; no con la intención de
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reforzar el poder de los reyes, sino porque piensan en el poder de la Iglesia como espiritual y no
concreto, y, por lo tanto, independiente del Estado.
El núcleo ideológico del Renacimiento es el HUMANISMO, que podemos definir como la nueva
cultura que surge a partir del s XV que se centra en el hombre (antropocéntrico) y que tiene
como finalidad al hombre (antropotélico). Los temas más importantes que desarrolla el
humanismo son: El tema del sujeto y de su libertad, la relación del sujeto con Dios, y la relación del
sujeto con el mundo y la naturaleza. El Renacimiento se va a destacar por la vuelta a los ideales
grecolatinos y por la interpretación libre de la Biblia.
Como grandes humanistas podemos destacar: Leonardo da Vinci, Tomas Moro y Pico della
Mirandola.
A ellos, sobre todo Pico, se debe la ruptura con la filosofía medieval. Así destacamos los
planteamientos:
El hombre es capaz de hacer el bien por sí mismo, frente a la naturaleza humana
corrompida de la filosofía medieval, que afirmaba que el hombre tiene tendencia al mal.
El hombre se considera un ser autónomo, que elige libremente su destino y acepta las
consecuencias de sus actos, frente a la filosofía medieval que afirma que el hombre sólo puede
salvarse por la gracia y fe divinas.
Vemos como hay una confianza plena en el hombre y sus capacidades.
Frente a esta revolución humanista surge una reacción: el protestantismo de Calvino, Zuinglio y
Lutero; sostienen que el hombre tiene tendencia al mal y que su destino es condenarse, negando
todo tipo de libertad.
Como consecuencia, la filosofía confluye en 2 posturas:
El hombre es bueno por naturaleza (J. J. Rosseau)
El hombre es malo por naturaleza (T. Hobbes)
Hemos de destacar los sorprendentes avances en Astronomía. El sistema geocentrista ideado por
Ptolomeo y modificado continuamente para ponerlo de acuerdo con la observación, se había hecho
tan complicado que era absolutamente necesaria una interpretación más sencilla de los
movimientos planetarios. En unos 100 años, un sabio enciclopédico -Copérnico-, un observador
incomparable -Brahe-, y un matemático lleno de imaginación intelectual -Kepler- resolvieron el
problema planteado 2000 años antes por los griegos, sustituyéndose el sistema de explicación
ptolemaico por otro heliocentrista.
Los problemas mecánicos planteados por la nueva astronomía no podían ser resueltos por la
mecánica de Aristóteles. Los aristotélicos vieron en este hecho una argumentación contra la nueva
astronomía, pero Galileo y Newton demolieron sus objeciones con una mecánica científica
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moderna y ordenada.
RACIONALISMO.
DESCARTES (1596-1650)
Descartes es el padre de la filosofía moderna. Sus obras más importantes son:
Reglas para la dirección del espíritu.
Principio de Filosofía
Meditaciones metafísicas
Discurso del método
Su filosofía surge en el siguiente contexto:
Se ha producido ya una cierta ruptura con la filosofía medieval, pero no se había planteado
aún una nueva forma de entender la verdad. Esta filosofía se va a basar en la confianza en la
razón y la consideración de esta como algo interno del individuo.
Se encuentra con el pensamiento religioso medieval, aunque ya sumido en una gran crisis.
Para Descartes la seguridad no proviene en principio de la seguridad que nos da el
pensamiento divino, ni es algo externo como el pensamiento griego, sino que deriva de la
certeza de la mente humana.
Circunstancias de carácter social-político. En esta época aparecen nuevas clases sociales y
se produce cambios muy profundos en la sociedad. Se tiene que crear pues una forma de
conocimiento acorde a los nuevos tiempos y las necesidades de las nuevas clases sociales.
Intenta superar los 2 grandes prejuicios medievales en el tema del conocimiento:
Autoridad de Aristóteles, cuya forma de pensamiento se basa en los silogismos; consiste en
aplicar teorías generales a casos concretos: a partir de 2 premisas (una mayor o general y otra
menor) vamos obteniendo conclusiones y ampliando el conocimiento: El hombre es un ser
racional; Luis es un hombre. Luego Luis es un ser racional. Descartes se plantea la necesidad
de un nuevo método ya que los silogismos no nos permiten avanzar, crear, ...
Unión fe-razón, es decir, la verdad obtenida a través de la razón y de la fe coinciden.
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EMPIRISMO: LOCKE Y HUME
Locke y Hume constituyen, junto a Berkeley, los máximos representantes del empirismo. Se
conoce como empirismo la doctrina filosófica que se desarrolla en Inglaterra en parte del
siglo XVII y el siglo XVIII, y que considera la experiencia como la única fuente válida de
conocimiento. Sólo el conocimiento sensible nos pone en contacto con la realidad. Teniendo en
cuenta esta característica, los empiristas toman las ciencias naturales como el tipo ideal de ciencia,
ya que se basa en hechos observables.
John Locke (1630-1704) cursó estudios de teología, química y medicina en Oxford. Allí entró en
contacto con la doctrina escolástica y la teoría de Descartes. Es la formulación clásica del
empirismo inglés. Parte del principio de que todo conocimiento, incluso el abstracto es adquirido, y
se basa en la experiencia, rechazando las ideas innatas. El objeto de conocimiento son las ideas,
definidas como contenido del entendimiento y sin ningún carácter ontológico, ya que son el
resultado directo de la sensación o la reflexión (ideas simples), o el resultado de la actividad
asociativa de la inteligencia humana (ideas compuestas). No representa un empirismo radical y
acepta el conocimiento por demostración, no fundamentado en la experiencia, (como la
demostración de la existencia de Dios por el argumento cosmológico o teleológico), y la validez de
conceptos originados por el sujeto (como los matemáticos o geométricos).
Sus obras más importantes son:
Ensayo sobre el entendimiento humano
Tratado sobre el gobierno civil
La racionalidad del cristianismo
David Hume (1711-1776) estudió en un primer momento Derecho, pero pronto se dedicó a la
Filosofía. Su filosofía proviene a la vez del empirismo de Locke y del idealismo de Berkeley. Trata
de reducir los principios racionales (entre otros la casualidad) a asociaciones de ideas que el hábito
y la repetición van reforzando progresivamente., hasta llegar, algunas de ellas, a adquirir una
aparente necesidad. Por lo tanto, las leyes científicas sólo son para los casos en que la experiencia
ha probado su certeza. No tienen, pues, carácter universal, ni es posible la previsibilidad a partir de
ellas. La sustancia, material o espiritual no existe. Los cuerpos no son más que grupos de
sensaciones; el yo no es sino una colección de estados de conciencia. Es el fenomenismo.
Sus principales obras son:
Tratado sobre la naturaleza humana.
Investigación sobre el entendimiento humano
Investigación sobre los principios de la moral
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ILUSTRACIÓN.
Filosofía de la Ilustración.-
Características generales de la Ilustración.-
La Ilustración fue un movimiento ideológico, no solamente de carácter filosófico, sino cultural en el
sentido amplio, que impregnó todas las actividades literarias, artísticas, históricas y religiosas. Se
extiende y desarrolla durante el siglo XVIII, que suele denominarse “Siglo de la Ilustración” o “Siglo
de las Luces”.
Tiene lugar en la época de las revoluciones liberales y burguesas; supone una crítica realizada por
las clases medias ante el antiguo régimen y una concepción liberal y tolerante en todos los
órdenes.
Los países en los que tuvo mayor fuerza y relieve fueron:
Inglaterra, donde se inició. Tuvo un carácter empirista-epistemológico, cultivó las ciencias de la
naturaleza y cuestiones sobre la religión, en un espíritu de libertad y tolerancia, siendo los
ilustrados ingleses más notables Newton, Boyle, Shaftesbury, Hutcheson y Mandeville.
Francia. Las tensiones más relevantes son de orden moral, de derecho (especialmente derecho
político) y del progreso histórico; ilustrados franceses importantes fueron Bayle, Montesquieu,
Voltaire, Condornet, Diderot, D’Alambert, Condillac y Rosseau.
Alemania. Se centrará en un análisis de la razón, con la intención de encontrar un conjunto de
principios que rijan el conocimiento de la naturaleza y orienten la acción moral y política del
hombre, estando representada por Lessing, Wolff, Baumgarten y, sobre todo, Kant.
Surge el Iluminismo, coincidiendo con la implantación política de la clase burguesa, frente al
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oscurantismo, un inmediato pasado caracterizado por la ignorancia del pueblo, que han
aprovechado los príncipes. La posición iluminista es atreverse a saber, a ser racional, ante una
época de ignorancia de la que el propio hombre era culpable; es lo que Kant define como “salida
del hombre de una minoría de edad debida a él mismo”. En este sentido tenemos manifiestos
como el Lessing, padre de la Ilustración alemana, que afirma que preferiría el esfuerzo de
encontrar la verdad a tenerla ya en sus manos, o de D’Alambert, que afirma que hay una osadía
del espíritu y que ha de surgir una actividad humana, no con fines destructivos, sino de sustituir
definitivamente la fe por la razón.
La obra más importante es “La Enciclopedia o Diccionario razonado de la ciencias, de las artes y
de los oficios”.
Las características del pensamiento pueden expresarse en los siguientes apartados:
Autolimitación rigurosa de la razón dentro de los límites de la experiencia, frente al
innatismo y dogmatismo cartesiano. En este sentido la Ilustración supone una síntesis del
racionalismo y el empirismo. Los planteamientos cartesianos por obra de Locke se reducen a
los límites del hombre; la razón no puede prescindir de la experiencia ni puede extenderse más
allá de los límites que la propia experiencia tiene. Se combinan pues los datos provenientes de
la experiencia, generalizándolos por medio de la razón, pero sin ir más allá de lo comprobable
experimentalmente.
Esta autolimitación se concreta en el método de Newton:
- No admitir nada a priori
- Partir de los hechos
- A partir de éstos, buscar regularidades.
La razón ilustrada busca abordar todo aspecto o dominio de la realidad, intentando
extender la razón ilustrada al campo de la religión y de la política. La fe absoluta en la
razón es la base del pensamiento ilustrado; se trata de luchar contra todo lo irracional,
intentando eliminar cualquier mito.
Defiende y realiza la tolerancia religiosa y la libertad política. Estos ideales exigen la
revolución contra las instituciones feudales y los privilegios sociales y políticos.
La razón es la fuerza a la que se tiene que apelar para la transformación del mundo humano y
encaminarlo hacia la felicidad y la libertad, liberándolo de la esclavitud y de los prejuicios. A la
razón se opone la tradición. Para los ilustrados, el hombre debe buscar sus modelos en la
naturaleza, no como antes usaba la razón bajo la guía ajena a la propia razón. De ahí que el
iluminismo sea crítico ante la convención y antitradicionalista.
Hay una crítica a la revelación religiosa, a la que oponen la “religión natural”, aunque también
aparece el ateísmo y el materialismo. También aparece un fuerte anticlericalismo.
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La razón en el mundo puede y debe promover el progreso. El concepto de una historia en
que sea posible el progreso, aún a través de luchas y contrastes, es uno de los resultados
fundamentales de la historia ilustrada.
El progreso de la razón se encuentra limitado por los sentimientos y las pasiones, que se
oponen a la obra liberadora de la razón, ya que apoyan y refuerzan la tradición. El
descubrimiento del sentimiento y el análisis de las pasiones es otro de los resultados
fundamentales del Iluminismo.
El Iluminismo ilustrado mantiene el hedonismo (la finalidad del hombre en la vida es ser
feliz) en el ámbito de la ética, así como el pragmatismo (doctrina que centra el problema de la
verdad del conocimiento en la utilidad, la finalidad y la acción) y el liberalismo en el aspecto
político. Otras tendencias ilustradas son la filantropía (amor hacia el género humano,
especialmente empleando la actividad, capital, etc. en beneficio de éste) y el humanitarismo
(concepción del hombre por encima de cualquier otro valor).
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Bibliografía:
(Resumen)Guiovani Reales – Dario Antiseri. “Historia de la Filosofía, 1.Filosfia pagana
antigua.”
www.monografias.com: Historia de la Filosofía, Adaptación y corrección por parte del profesor
Apuntes del Profesor
El presente no tiene ninguna intención comercial es solo un resumen que el profesor le ofrece a
sus alumnos como guía para la materia.
Prof. Vera Silva Ariel.