Filosofia de La Educacion(1)
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ENSAYO: FILOSOFIA DE LA EDUCACIÓN, UNA CIENCIA BAJO LA LUPA
Mtro. Luis Cuauhtémoc Herrera Medina
INTRODUCCIÓN
La filosofía de la educación es una ciencia que está en constante cambio. Cambio cada
vez más rápido que los especialistas intentan dilucidar a través investigaciones
elaboradas en formas particulares dependiendo de la óptica desde la cual se abarque.
La falta de consensos es una prueba de lo anterior; sin embargo, esto no significa
alguna forma de claudicación sino al contrario, el acicate para que su estudio sea
permanente convirtiendo su análisis en un esfuerzo inercial y sumamente dinámico que
seguramente será más complejo a medida que los cambios sean cada vez más
acelerados.
Su atención tiene que ser prioritaria debido a que su importancia radica en una
demanda que abarca lo social, lo gubernamental y lo político bajo sujetas a un
ambiente caracterizado por una competencia feroz, una complejidad como nunca antes
se había presentado y a la necesidad de contar estrategias para una toma de
decisiones útil y a tiempo.
De acuerdo a Rojas (2007) la importancia de ninguna disciplina ha sido tan demandada
como la educación para que aclare y cimente su existencia, tal vez, porque la sociedad
considera que es el eje fundamental, en cuyas manos recae el destino de los
habitantes de un país, exigiéndole al sistema educativo claridad y tino en el ejercicio de
su oficio. El educador, en constante reflexión acerca de su profesión ha recurrido a la
filosofía para despejar sus incógnitas. Nace así, una rama de la filosofía nace con el
nombre de “filosofía de la educación”, con el propósito de analizar lo que han dicho
quienes practican y teorizan acerca de la educación y de sus problemas
fundamentales.
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Incógnitas como: ¿qué incluye la educación?, ¿qué es enseñar?, ¿cuándo se puede
afirmar que se “sabe” algo?, ¿qué quiere decir que todos deben tener “igualdad de
oportunidades”?, ¿qué significa “libertad” en un contexto educativo? Estas y otras
preguntas deben ser analizadas por la filosofía de la educación (Moore, 1998)
Reflexionando acerca de si podrá el educador tener una mayor conciencia de su labor
educativa y saber que su práctica descansa sobre temas que se relacionan con la
humanidad, la educación debe ser vista desde diferentes ángulos y sin perder de vista
sus propósitos fundamentales, si se quiere hacer un verdadero análisis. Es bajo estas
premisas es que el tema se encara filosóficamente desde el punto de vista de
totalidades, y por supuesto, en estricto apego a sus intenciones de esclarecer
problemas.
El fin de la educación concierne al hombre en su totalidad reflexionan Brauner y Burns
(1998) quienes lo argumentan al decir que: En la modernidad, las ciencias, incluidas las
de la educación, son cada vez más numerosas y especializadas; baste recordad que
en este campo, no se dice “sabio” sino “especialista”. Para enfrentar esta
fragmentación, la filosofía tiene una tarea de integración; una actividad que no tiene fin
y que siempre se debe recomenzar.
Lo anterior implica hacer un análisis constante que incluya, a nivel general, todos los
aspectos involucrados en un estudio científico. Esto se logra haciendo una
investigación bibliográfica, exhaustiva de la filosofía de la educación, para,
posteriormente, desechar aquello que no es relevante y presenta la información en
forma coherente para facilitar la toma de decisiones.
En términos de Guzmán (2010), a los que nos sumamos, el propósito de hacer un
recorrido por la Filosofía de la Educación, tiene sus fundamentos en ayudar al maestro
a encontrarse a sí mismo y adquirir una visión cimentada en bases racionales sobre el
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sentido de su vida, como una forma de contribución a la formación y en la orientación
de sus alumnos.
En concreto, para fines prácticos de este ensayo el objetivo se ciñe a la elaboración de
un análisis global que consiste en exponer las propuesta de los autores con las que se
está de acuerdo, para presentar en forma esquemática, las bases de la problemática y
de los fundamentos de la Filosofía de la educción para ser declarada como una ciencia,
como una disciplina autónoma dentro del cuerpo filosófico.
En cuanto a este documento como ensayo se refiere, su propósito se orienta en
demostrar que la Filosofía de la educación es una ciencia que se construye sobre los
principios de un sistema filosófico y que su problemática depende de un análisis
apegado a principios aportados por la filosofía.
EDUCACIÓN, FILOSÓFIA Y CIENCIA, UNA RELACIÓN SIMBIÓTICA
Hablar de educación, de su análisis y sus problemas es entrar al terreno de lo
multifactorial de lo interrelacionado. En opinión de Tizón (2010) la educción es una
ciencia y como todo tipo de saber humano, se relaciona con todo con las ciencias
humanas, las naturales, pero también con la filosofía adquiriendo la denominación de
filosofía educativa o filosofía de la educación.
Es evidente que la educación requiere del apoyo de la filosofía, y por lo tanto,
constituye un problema muy complejo que debe ser estudiado, para su cabal
entendimiento, como problemática, es decir, como un sistema de problemas. En efecto
el contenido de la educación es muy complejo y varía de una cultura a otra. ¿De dónde
proviene su unidad conceptual, su esencia? De su unidad necesaria con el concepto de
hombre. El hombre es el único de todos los animales que puede ser educado. Sin
educación no tendría de humano más que el aspecto físico, lo que lo distingue del
animal -las técnicas, la lengua, las costumbres– han sido aprendidas por él hombre. La
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humanidad hace de la educación algo distinto de una simple maduración o un
amaestramiento. La educación permite acceder a la cultura, siendo la cultura lo que
distingue al hombre del animal. Preguntarse: ¿Qué es la educación? Es preguntarse:
¿Qué es el hombre? (Brauner, 1998).
Es en sentido que la relación simbiótica entre Filosofía y Educación impone una ciencia
diferente, con un objeto y campo de estudio propio. Como consecuencia nace la
filosofía de la educación como una ciencia que pretende dar respuesta a las
interrogantes de la educación en términos filosóficos.
Tal vez lo correcta sea referirnos a “Filosofías de la educación como lo argumenta
Rojas (2007) en el siguiente comentario: Se debe asegurar que toda pregunta tiene
más de una sola respuesta. ¿Es correcto pensar en una filosofía de la educación?
Imaginemos una educación en la cual se forme un ser para el trabajo, para ello se
reforzará la educación productiva y la adquisición de habilidades y técnicas de
producción para aumentar el producto interno bruto de una nación. Se puede pensar,
también, en una educación para formar un ser libre y feliz, por medio de una educación
autogestionaria, antiautoritaria, etc. Las opciones de respuesta a esas tres preguntas
son múltiples y variadas, por lo que hablar de “Filosofía de la Educación” no sería
correcto. Por ello, sugerimos la adopción del plural “Filosofías de la Educación”, como
forma de afianzar el carácter múltiple y diverso del tema.
En opinión de Brauner (1998) la Filosofía de la educación es una rama de la filosofía,
pero no es, en el sentido estricto del término, una ciencia, sin embargo, constituye la
disciplina fundamental que da a todas las ciencias de la educación su verdadera
significación, pues se ocupa de un tema distinto y bien definido: la educación.
Posteriormente Burns complementa el comentario anterior diciendo que es una
disciplina específica en relación a todas las que se ocupan de la educación pues,
teniendo el mismo tema, lo aborda con otro objetivo y con otros métodos, para
justificarla como ciencia, lo que nos parece crea una confusión que trataremos de
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resolver con los argumentos de otros autores y de la conclusiones vertidas al final de
este ensayo.
LOS PROBLEMAS FILOSOFÍCOS DE LAS CIENCIAS
El amplio lenguaje de la filosofía abarca todos los saberes y forma de estudio racional.
Sánchez (2009) sostiene que: “En filosofía suele hablarse de problemas, en la medida
en que el pensamiento racional -el filosófico, pero, en rigor, también el científico- no
puede ofrecer respuestas cerradas que clausuren definitivamente el objeto que esté
sometido a estudio”
Ahora bien, dependiendo del enfoque del autor, la filosofía de la educación presenta
diversos problemas, partiendo desde el elemental de si es o no una ciencia, hasta
algunas reflexiones sumamente profundas que deberán ser estudiadas y discutidas por
especialistas en la materia al más alto nivel. En este ensayo solo se presentaran
aquellas posturas que a juicio del autor merecen ser comentadas por la validez general
de sus aportaciones.
Según De la Mora (1986) existen tres grandes problemas que se general debido a la
desorientación filosófica: El problema de la realidad esencial; el problema relativo a la
naturaleza de la verdad y la validez del conocimiento y el problema acerca del origen,
naturaleza y destino del hombre.
Para enfrentar la problemática anterior Guzmán (2010) presenta las principales
corrientes filosóficas incluidas en cada uno de los problemas, las cuales se recomienda
se abordadas, aunque sólo sea como conocimiento general, antes de entrar de lleno al
problema de la filosofía de la educación, como lenguaje y cultura necesaria para sentar
las bases filosóficas mínimas para entender la situación y para elaborar un análisis
valido. Las corrientes de referencia son las siguientes:
El problema de la realidad esencial.
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Materialismo. Es el sistema que admite como sustancia única la materia. Otra forma del
materialismo es aportada por autores como: Marx, Engels, Lenin, Stalin, etc., llamada
también materialismo dialéctico. Los atomistas definen al ser constituido de átomos
materiales, éstos son eternos y toda realidad está integrada en ellos.
Idealismo. En contraposición al materialismo los idealistas consideran a la idea como
primera y única realidad esencial. La esencia del ser es la idea, el mundo de la materia
es una ilusión, es una manifestación de la idea o del pensamiento.
Espiritualismo. Afirma la primacía de un ser absoluto de naturaleza espiritual que
domina y crea la materia. la realidad esencial se explica en términos de espíritu y de
materia.
El problema relativo a la naturaleza de la verdad y a la validez del conocimiento.
Dogmatismo. Espíritus fuertes que desprecian todas las dificultades y creen que es
innecesario el planteamiento del problema crítico, puesto que para ellos basta la
certeza natural. a ello se responde que tal certeza podría servir para cosas prácticas
del diario vivir, pero no para cimentar en esta certeza natural ni la ciencia ni la filosofía,
porque ha de investigarse la última causa de todo ente. Para ésta posición
epistemológica no existe todavía el problema del conocimiento porque da por supuesta
la posibilidad y la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto e inspira una
confianza en la razón humana.
El escepticismo. Afirma que no es posible obtener ninguna certeza en las cuestiones
que investiga la filosofía. Niega por tanto, la existencia de la verdad y la posibilidad del
conocimiento. Existen diferentes tipos de escepticismo: el lógico que niega la
posibilidad de todo conocimiento. El especial, que niega cierto tipo de verdades, si es
en el orden moral se denomina escepticismo ético, si es relativo a la metafísica se
denomina agnosticismo.
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Empirismo. Se afirma que no hay mas medios de conocimiento que los sentidos,
teniendo como instrumento la intuición sensible y la experimentación.
Racionalismo. Determina que sólo la razón es la que da a conocer la realidad
despreciando el valor de los sentidos.
Idealismo. El pensamiento nada puede conocer fuera de lo que está en él. o sea, por
medio del pensamiento no se puede salir fuera del pensamiento.
Realismo. El conocimiento capta la realidad por medio de la actividad de los sentidos y
de la inteligencia, no sin antes haber realizado una justificación crítica de la capacidad
de la mente para conocer la verdad.
El problema acerca del origen, naturaleza y destino del hombre.
El mundo del hombre. Es una realidad dinámica, es decir, que va adquiriendo nuevos
conocimientos a través de la historia, el tiempo y el espacio, lo cual le ayuda a ampliar
su horizonte intelectual.
La conducta humana y la conducta animal. El hombre tiene un carácter espiritual a
diferencia de los animales; las conductas de ambos demuestran así, por ejemplo que:
el hombre se crea en un mundo a través de un horizonte intelectual en tanto que el
animal posee un entorno limitado; el hombre tiene conciencia de lo que percibe, el
animal no y finalmente Marx Scheler señala que “frente al animal, que siempre dice sí a
la realidad... el hombre es el que puede decir no”.
La reflexión sobre la actividad psíquica del hombre. Las manifestaciones como ideas,
voliciones, afecciones espirituales son superiores a las del psiquismo animal pues
obran a través de una fuerza espiritual, a través de una actividad psíquica superior
basada en el entendimiento, voluntad y afectividad.
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La existencia de un principio último experimental. Referirse a un principio último
experimental es hablar de algo que no puede verse, ni sentirse, sino de algo que
informa al cuerpo, que le da vida, se trata de una realidad metafísica que explica al
hombre, al ser, como algo más que sólo materia, también como espíritu que lo eleva
propiamente a “cuerpo viviente”.
Propiedades del alma. El alma tiene propiedades: Sustancialidad: Es hablar de una
realidad o ser, que subsiste en sí. De un ser yo que se destaca como centro común a
través de nuestra vida. Unidad: Se refiere a que dentro de uno mismo se rige el
principio de unidad entre las actividades vegetativo-sensitivo-racional como un solo yo.
Simplicidad: ésta se refleja a través del aspecto racional como lo es el pensamiento.
Incorruptibilidad e inmortalidad: Refiriéndose a que el alma no puede terminar con la
destrucción del cuerpo, de la materia, ya que escapa a las limitaciones del tiempo y el
espacio haciéndola inmortal, incorruptible pues no teniendo partes que la integren no
puede darse en ella la desintegración.
Acerca del origen del hombre. El origen del hombre a lo largo del tiempo ha generado
diferentes posturas, así tenemos: Determinista: Apoyada por el materialismo que afirma
que el hombre procede de la materia cósmica y por el Idealismo, que dice que éste
procede de la Idea Absoluta. Finalista: La cual sostiene que el hombre es creado por un
ser trascendental, dándole un destino y un fin a su naturaleza.
Sobre el destino del hombre. Ante la muerte, el hombre es cuando se pregunta acerca
del sentido de su vida. ¿Qué puede darle al hombre un pleno sentido a su vida?
La felicidad como fin último del hombre. Para que la vida del hombre no sea un
absurdo, debe existir algo que le dé una razón, un significado para tener una felicidad
plena y no entregarse a un materialismo práctico solamente. Un análisis de la
existencia humana nos lleva a concluir que: la humanidad, el hombre, no puede
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salvarse a sí mismo y que el hallar el sentido de la existencia humana, no es tarea fácil
y supone algo más que un conocimiento de tipo científico que resulta insuficiente.
LOS PROBLEMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
Rojas (2007) afirma que la Filosofía de la educación se enfrenta a tres problemas,
problemas que, desde el punto de vista del autor son los que reflejan el consenso
académico y los más útiles para los objetivos y propósitos declarados en la introducción
de este ensayo. Los problemas referidos por Rojas son los siguientes:
El primer problema al cual se enfrenta la filosofía de la educación es al tipo de ser
humano que se desea formar. Este problema, que se ubica en el ámbito de la
Antropología filosófica, parte desde las inquietudes socráticas por el ser y llega hasta
nuestros días. Y esta pregunta es fundamental por cuanto si la educación tiene por
propósito la transformación del individuo a través del conocimiento, una filosofía de la
educación debe partir de la idea de ser humano.
Fácil es comprender que la pedagogía como metodología de la educación, presupone
una idea del hombre. Necesita un saber acerca de su estructura y esencia, antes de
señalar fines y medios a la educación. Estos se definen en relación estrecha con
aquella idea. El teórico de la educación debe consultar a la filosofía la doctrina en torno
del hombre. Esta servirá de base a la idea esencial de la educación y a una concepción
fundamental sobre sus medios... toda pedagogía es, previamente, ciencia profunda del
hombre (Mantovani, 1983).
La multiplicidad de definiciones ha dado como resultado una constante
experimentación y variación en la teoría educativa…. el hombre político de la Grecia
Antigua, el hombre como ser racional de Aristóteles, el hombre religioso de la Edad
Media, el hombre cósmico del Renacimiento, el hombre máquina de la Revolución
Industrial, el hombre como nada del existencialismo, no son más que ejemplos del
vasto campo de las concepciones acerca del ser humano. (Groethuysen, 1975).
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El segundo problema fundamental de la filosofía de la educación es el de la pregunta
por los medios, por la manera de alcanzar ese ser humano que ya se ha definido en la
primera pregunta. Este problema se halla en el ámbito de la Axiología, por cuanto a
través de ciertos valores, estrategias y técnicas se puede lograr la consecución del
hombre deseado.
El problema por los medios, referidos a la técnica de la acción educativa, se
fundamenta en la respuesta dada a la concepción antropológica. Luego de conocer al
ser humano que se desea formar, el docente planifica una serie de estrategias y
técnicas para cumplir su labor educativa. Hoy, sin embargo, la educación occidental ha
puesto su interés en la técnica haciendo de la enseñanza una flor marchita y sin
creatividad. El docente busca contenidos y estrategias de clases planificadas con
anterioridad por otros docentes, haciendo de la enseñanza un armazón de reglas
técnicas y código de preceptos docentes. Volviendo a los fundamentos de la educación
a través de la filosofía, puede el docente convertir la enseñanza en actividad creadora y
transformadora. Y ello se consigue respondiendo la tercera y última pregunta
fundamental de la filosofía de la educación.
El tercer y último problema de la filosofía de la educación es la pregunta por los fines,
problema sujeto a la Teleología de la educación que sirve como bitácora que señala la
llegada a todo esfuerzo educativo:
El problema del fin es, sin duda, el más grave y el menos soluble dentro de la teoría
educativa. Está sometido a las mayores variaciones y contingencias de tiempo y lugar.
Aun en la educación práctica adquiere una importancia decisiva. La acción educativa
es un sistema coordinado de medios para influir en dirección a un fin determinado.
Educar es mirar hacia un fin y procurar su realización. Por ello resulta débil una
pedagogía constituida exclusivamente por medios educativos (Mantovani, 1983).
Estos tres problemas, el qué, cómo y para qué de la educación, constituyen los
problemas fundamentales de la educación vistos desde el punto de vista de la totalidad.
Hacer filosofía de la educación es responder estas preguntas cuyas respuestas varían
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dependiendo de la época, la geografía y el paradigma en los cuales se base. Un
docente, consciente o inconscientemente siempre trabaja bajo estas premisas. Si lo
hace conscientemente, sabrá qué tipo de ser humano desea formar y se imaginará a
esos sujetos que tiene delante de sí en un futuro desempeñando o viviendo una vida
acorde con la enseñanza recibida; sabrá también ese maestro cómo formar a ese ser
humano que desea educar, con cuáles valores, contenidos y estrategias desempeñar
su labor educativa y sabrá además ese docente el fin de todo su esfuerzo y el para qué
cambiar el estado de ese sujeto que se desea transformar. El docente conocedor de
esas respuestas será un profesional crítico y con una mejor oportunidad de alcanzar
sus objetivos (Neff, 1968).
CONCLUSIONES
La educación conlleva un estudio que necesariamente, por ser un estudio humano,
involucra a la filosofía. En efecto la problemática que genera su estudio como un
quehacer ético, en la actualidad, debe representar a la práctica educativa y a toda
persona que esté involucrada en este proceso, reflexionando en ello desde una
perspectiva filosófica (Guillen, 2010).
Encontrar respuestas ahora para la sociedad del futuro es indispensable. “En la
sociedad del futuro, configurada como una sociedad del saber, la educación compartirá
con otras instancias sociales la transmisión de la información y conocimientos, pero
adquirirá aun mayor relevancia su capacidad para ordenarlos críticamente, para darles
un sentido personal y moral, para generar actitudes y hábitos individuales y colectivos,
para desarrollar aptitudes, para desarrollar su esencia, adaptándolas a las situaciones
emergentes, los valores con los que nos identificamos individual y colectivamente”
LOGSE, 2010).
Pero aventurarse a la solución de problemas en general y sobre todos los referidos a la
educación sin los elementos necesarios, seguramente nos conducirá a conclusiones
erróneas aunque aparentemente estemos logrando el objetivo. Las definiciones, los
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procesos y sobre todo las conclusiones deben de estar apegados a una metodología
de estudio y bases científicas, lo cual implica la utilización de un marco filosófico.
El terreno de la educación es complejo, pues su mera definición depende en gran
medida de un conjunto de previas convicciones filosóficas acerca del modo de ser de la
naturaleza humana, del hombre y de la sociedad que a veces se vuelcan en un gran
debate por la importancia en la práctica educativa y trascendencia que tiene para el
hombre como ser inteligente.
Es evidente que el problema reside en que, puesto que hay una multiplicidad de
puntos de vista filosóficos, tampoco habrá una definición clara e indiscutida de la
educación. Algunas de las definiciones que cuentan con más amplio acuerdo tienen la
mayor cantidad de significados, como consecuencia la mayor significación Aun
advirtiendo que probablemente hay tantas definiciones de la filosofía como filósofos, es
licito notar que los tres sectores de interés que se han caracterizado por la intensa
preocupación filosófica son la metafísica , la axiología y la epistemología Ni que decir
que esto no agota el significado ni el contenido de la filosofía, ni tampoco aclara el
proceso de filosofar pero es suficiente, con todo, para nuestro propósito de
proporcionar una idea general de la naturaleza de esa disciplina llamada filosofía
(Brauner y Burns, 1998).
Hierro (2010) considera que el análisis de los fundamentos debe centrarse en una
investigación teórica que permita comprender y evaluar las ideas educativas vigentes
dentro de las diversas instituciones de enseñanza. Los filósofos de todas las épocas,
como también los educadores, han intentado el análisis y la crítica de las ideas
educativas de sus respectivas épocas. Muchos de ellos no se han limitado a la mera
crítica y han propuesto soluciones acerca de lo que a su juicio debe ser la educación.
Sin embargo, las investigaciones filosóficas sobre la educación han sido siempre
enfocadas dentro de perspectivas más amplias de la filosofía misma: desde una
concepción metafísica, o a partir de una teoría del conocimiento, o con base en un
planteamiento político.
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Para Hierro (2010) la Filosofía de la educación se ubica como una rama más de la
Filosofía para contemplarla como una disciplina autónoma, no independiente de las
demás disciplinas filosóficas establecidas ya con pleno derecho -tales como la Ética,
Ontología, Teoría del Conocimiento, Filosofía Política, etcétera-. De esta manera no
queda subordinada a, sino enriquecida por los aspectos que le sean relevantes para
el tratamiento filosófico de los problemas educativos.
En estos tiempos las prácticas y las experiencias educativas, nos han llevado a
enriquecer el concepto filosófico de la educación. La reflexión, la búsqueda y la
sensibilidad han invadido el nuevo discurso educativo. Las interrogantes de la época
tal vez sigan siendo similares a las de antaño, pero los enfoques de respuesta nos
plantean nuevas posibilidades de acción pedagógica y nos motiva a quienes
recorremos el camino de la búsqueda del conocimiento, del intercambio de
información y del desarrollo de las habilidades humanas. En la actualidad se exige
una versatilidad en la formación de las generaciones actuales y venideras. La
acumulación de saberes que no miden procesos comprensivos de la vida cotidiana de
cada profesión y oficio, pone en riesgo la eficacia del proceso educativo. (Guzmán,
2010).
En el conocimiento del desarrollo de la Filosofía de la Educación, lo más atrayente es
precisamente el tercer aspecto: encontrar el sentido de la labor pedagógica
sumándose a esto es sentido mismo de la vida. La búsqueda de la verdad y el
descubrimiento del ser se ciernen entonces como los motivadores que hacen de la
educación un proceso que libera, evoluciona y transforma a los individuos y a las
sociedades. (Guzmán, 2010).
Es por eso que la Filosofía de la educación tenga como propósito la obtención de
capacidades para plantear problemas y formular hipótesis dentro del campo
educacional, teniendo como apoyo a la filosofía. En consecuencia existe la necesidad
de poner en claro algunos diferencias, determinar campos y relacionar la ciencia y la
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filosofía, luego analizar el fenómeno educación y la transición entre la concepción
educativa, tradicional y la educación moderna (monografías, 2010).
Resumiendo, nos atreveríamos a decir que ha quedado demostrado que la Filosofía
de la educación es una ciencia y como tal responde preguntas de una problemática
social, antropológica, política, etc., indispensable para un análisis de la esencia del
hombre y su manera de trascender. Como apoyo a estas conclusiones y a manera de
epílogo citaremos a Emerich Coreth, quien hizo el brillante comentario:
El hombre busca su trascendencia y se realiza como ser superándose a sí mismo, se
actualiza en tanto que se trasciende, lo cual sucede, filosóficamente, en cada
auténtica apertura y entrega a la verdad, al bien y a la belleza absolutos, al valor
personal y a la comunidad (Coreth, 1976).
Como reflexión final debemos dejar asentado que la Filosofía de la educación, por su
importancia para el hombre y su desarrollo, ha sido y seguirá siendo una ciencia bajo
escrutinio constante, es decir una ciencia bajo lupa.
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