Filosofía...sugestivas, si los mayas heredaron de los olmecas el calendario y la escritura, pudo...

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naves en lagos de cuando menos ocho esta· dos de la República), en lagos del centro de Africa (Chad) y Etiopía (Zwai), en las fuen- tes del Nilo (lago Tana), en Cerdeña, en el Mediterráneo Y en los puertos fenicios de Safi y Luxus en las costas de Marruecos. Al· gunos de estos lugares comparten otro rasgo que es también distintivo entre las civiliza- ciones egipcia y mesopotámica: pirámides de piedra o adobe y construcciones megalíticas erigidas por adoradores del Sol en sitios como Tiahuanaco a orillas del Titicaca y en las costas desérticas del Perú ("existió alguna forma de contacto entre los portadores de cultura de la costa norte de Perú y los cons- tructores de pirámides del antiguo México") y Palenque en México con una cámara mor- tuoria idéntica a las que se hacían en las pirá- mides de Egipto (pirámides y barcas de papiro son sólo dos de las sesenta similitudes culturales entre el antiguo Perú, Egipto y el Mediterráneo oriental que han sido reunidas por un antropólogo norteamericano). Las reflexiones de Heyerdahl al respecto son sugestivas, si los mayas heredaron de los olmecas el calendario y la escritura, pudo ser posible que por la costa del Golfo de México -que es precisamente lo que las tradiciones aborígenes narran- se iniciara el proceso que culminaría con la creación de las brillantes civilizaciones mesoameri· canas y las no menos espectaculares del área andina. Hasta ahora Heyerdahl ha probado que una barca de papiro construida tal y como se hacía en la antigüedad en Egipto y Mesopo- tamia puede cruzar el Atlántico con relativa facilidad; ahora, según declara, está dedicado a reunir las pruebas que le permitan demos- trar que este hecho en realidad tuvo lugar y que sus consecuencias en la génesis de las civilizaciones americanas, lógicamente, fue- ron definitivas. Vistas con criterio estrecho o simplista las proposiciones de Heyerdahl pueden parecer aven turadas o poco probables; si se consideran, en cambio, en un panorama más vasto, son más factibles y no deben desecharse a priori. Si un grupo de cromag- nones pudo atravesar el Atlántico en la prehistoria y unos siglos antes de Cristo los fenicios desembarcaron en Brasil y los vikingos lo hicieron en las costas atlánticas de Norteamérica unas cuantas centurias antes de que Colón abriera las puertas del N uevo Mundo para los hombres del Rena- cimiento. bien pudieron llegar a América por el Atlántico medio las ingeniosas barcas de papiro de inspiración egipcia. Conven- dría más considerar estas cuestiones, me parece. como parte de un vasto proceso irreversible en que oleadas humanas cubrie- ron la superficie del globo llevadas por un incontenible avance dentro de un Universo en cuya trama dice Teilhard- el hombre está ín timamente comprometido. Filosofía ••••••••••••••••• ••••••••••••••••• Orden y progreso Por Juan Garzón Bates La filosofía no es ni virgen ni pura. Toda filosofía, a pesar de sus pretensiones de verdad eterna, muestra tarde o temprano su dependencia de estructuras sociales e intere- ses políticos. Que apoye aquella pretensión en la revelación divina o en la mitología surgida de las ciencias naturales, es muestra de su pertenencia a una época teológica o a un mundo tecnocrático. El filósofo abstrac- to, sin embargo, a nada teme tanto como a verse reflejado en el espejo de su posición política. Tal parece que todas sus ilusiones se hacen añicos, que la más cara idea de mismo se distorsiona cuando contrasta su imagen ilusoria con su imagen real. Cuando una filosofía y un mundo se corresponden, al grado que los hombres de una sociedad se reconocen en una tendencia filosófica, resulta difícil romper la ilusión, pues aque- llos hombres aman la imagen que ésta les proporciona y gustan ver su mundo presen- tado como eterno y justificado. Pero cuan- do la sociedad no puede contemplarse en una filosofía. porque ésta no es su imagen reflejada sino el modelo propagandístico que se le quiere imponer y con el que se le pretende fascinar. el sofisma de la indepen- dencia de una filosof¡'a respecto a la situa- ción social aparece claramente. incluso en las expresiones de los mejores representan- tes de dicha filosofía. Una tendencia del pensamiento contem- poráneo. de gran éxito en los países de alto desarrollo técnico. es la surgida de algunas expresiones del filósofo alemán F. Brentano y de una peculiar interpretación de la filo- sofía de Husserl, consolidada como escuela en el Círculo de Viena y desarrollada hoy. con variados matices. como "filosofía cien- tifica". o "filosof¡'a en sentido estricto". "filosofía cn'tica" o. finalmente. "filosofía anal ítica". Caraderizada fundamentalmen- te por su apego a los métodos y criterios de las ciencias naturales. o al menos por la pretensión de alcanzar el mismo tipo de rigor que éstas, es la expresión más acabada del universo tecnológico. En México. esta tendencia se encuentra representada por pensadores de indiscutible nivel intelectual. En un lihro publiCado recientemcnte* Fer- nando Salmcrón se encarga de mostrar la fuerza y la debilidad de dicha corriente del pc nsamiento contemporáneo. y Illuestra contradicciones cn las que. necesariamente. * l'l'rl1;lI1do Sall1ll'r'-lI1: La fllosojia y las acti- tuaC'S moro/es. M,:xil"o. Siglo XXI. '971. 173 pp. 3 a "'1

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naves en lagos de cuando menos ocho esta·dos de la República), en lagos del centro deAfrica (Chad) y Etiopía (Zwai), en las fuen­tes del Nilo (lago Tana), en Cerdeña, en elMediterráneo Y en los puertos fenicios deSafi y Luxus en las costas de Marruecos. Al·gunos de estos lugares comparten otro rasgoque es también distintivo entre las civiliza­ciones egipcia y mesopotámica: pirámides depiedra o adobe y construcciones megalíticaserigidas por adoradores del Sol en sitioscomo Tiahuanaco a orillas del Titicaca y enlas costas desérticas del Perú ("existió algunaforma de contacto entre los portadores decultura de la costa norte de Perú y los cons­tructores de pirámides del antiguo México")y Palenque en México con una cámara mor­tuoria idéntica a las que se hacían en las pirá­mides de Egipto (pirámides y barcas depapiro son sólo dos de las sesenta similitudesculturales entre el antiguo Perú, Egipto y elMediterráneo oriental que han sido reunidaspor un antropólogo norteamericano). Lasreflexiones de Heyerdahl al respecto sonsugestivas, si los mayas heredaron de losolmecas el calendario y la escritura, pudoser posible que por la costa del Golfo deMéxico -que es precisamente lo que lastradiciones aborígenes narran- se iniciarael proceso que culminaría con la creaciónde las brillantes civilizaciones mesoameri·canas y las no menos espectaculares delárea andina.

Hasta ahora Heyerdahl ha probado queuna barca de papiro construida tal y como sehacía en la an tigüedad en Egipto y Mesopo­tamia puede cruzar el Atlántico con relativafacilidad; ahora, según declara, está dedicadoa reunir las pruebas que le permitan demos­trar que este hecho en realidad tuvo lugar yque sus consecuencias en la génesis de lascivilizaciones americanas, lógicamente, fue­ron definitivas.

Vistas con criterio estrecho o simplistalas proposiciones de Heyerdahl puedenparecer aven turadas o poco probables; si seconsideran, en cambio, en un panoramamás vasto, son más factibles y no debendesecharse a priori. Si un grupo de cromag­nones pudo atravesar el Atlántico en laprehistoria y unos siglos antes de Cristo losfenicios desembarcaron en Brasil y losvikingos lo hicieron en las costas atlánticasde Norteamérica unas cuantas centuriasantes de que Colón abriera las puertas delNuevo Mundo para los hombres del Rena­cimiento. bien pudieron llegar a Américapor el Atlántico medio las ingeniosas barcasde papiro de inspiración egipcia. Conven­dría más considerar estas cuestiones, meparece. como parte de un vasto procesoirreversible en que oleadas humanas cubrie­ron la superficie del globo llevadas por unincontenible avance dentro de un Universoen cuya trama dice Teilhard- el hombreestá ín timamente comprometido.

Filosofía••••••••••••••••••••••••••••••••••Orden yprogreso

Por Juan Garzón Bates

La filosofía no es ni virgen ni pura. Todafilosofía, a pesar de sus pretensiones deverdad eterna, muestra tarde o temprano sudependencia de estructuras sociales e intere­ses políticos. Que apoye aquella pretensiónen la revelación divina o en la mitologíasurgida de las ciencias naturales, es muestrade su pertenencia a una época teológica o aun mundo tecnocrático. El filósofo abstrac­to, sin embargo, a nada teme tanto como averse reflejado en el espejo de su posiciónpolítica. Tal parece que todas sus ilusionesse hacen añicos, que la más cara idea de símismo se distorsiona cuando contrasta suimagen ilusoria con su imagen real. Cuandouna filosofía y un mundo se corresponden,al grado que los hombres de una sociedadse reconocen en una tendencia filosófica,resulta difícil romper la ilusión, pues aque­llos hombres aman la imagen que ésta lesproporciona y gustan ver su mundo presen­tado como eterno y justificado. Pero cuan­do la sociedad no puede contemplarse enuna filosofía. porque ésta no es su imagenreflejada sino el modelo propagandísticoque se le quiere imponer y con el que se lepretende fascinar. el sofisma de la indepen­dencia de una filosof¡'a respecto a la situa­ción social aparece claramente. incluso enlas expresiones de los mejores representan­tes de dicha filosofía.

Una tendencia del pensamiento contem­poráneo. de gran éxito en los países de altodesarrollo técnico. es la surgida de algunasexpresiones del filósofo alemán F. Brentanoy de una peculiar interpretación de la filo­sofía de Husserl, consolidada como escuelaen el Círculo de Viena y desarrollada hoy.con variados matices. como "filosofía cien­tifica". o "filosof¡'a en sentido estricto"."filosofía cn'tica" o. finalmente. "filosofíaanal ítica". Caraderizada fundamentalmen­te por su apego a los métodos y criteriosde las ciencias naturales. o al menos por lapretensión de alcanzar el mismo tipo derigor que éstas, es la expresión más acabadadel universo tecnológico. En México. estatendencia se encuentra representada porpensadores de indiscutible nivel intelectual.En un lihro publiCado recientemcnte* Fer­nando Salmcrón se encarga de mostrar lafuerza y la debilidad de dicha corriente delpc nsamiento contemporáneo. y Illuestracontradicciones cn las que. necesariamente.

* l'l'rl1;lI1do Sall1ll'r'-lI1: La fllosojia y las acti-tuaC'S moro/es. M,:xil"o. Siglo XXI. '971. 173 pp. 3 a"'1

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incurre este 11I0do de pensar. El desnivelexistente entre los prerretluisitos prácticosde la filosofía "científica" Y la realidadpráctica del país, desnuda ,la relación ~ue,

en otras wndiciones, podna velarse meJor,El libro es la recopilación de tres ensa­

yos, dados a conocer en los ai\os 11)66,1967 Y 1968, Los tres ensayos, aunquediferentes, encuentran su hilo conductor enuna idea que sustenta la unidad de pensa­miento del autor. Esta idea clave es ladistinción entre "filosofía en sentido estric­to" y "filosofía de las concepciones delmundo", Esta distinción que, según el au­tor, marca un término y un nuevo puntode partida de la reflexión, es el fundamentode la nueva filosofía, llamada genérica­mente "crítica", Dice Salmerón: "La con­ciencia moderna ha realizado en forma defi­nitiva la separación de dos ideas que perma·necen muy próximas, pero que ya no pue·den ser mezcladas: la idea de ciencia y lade concepción del mundo," (p, 13), Lafilosofía científica. ocupada de los proble·mas de la ciencia y de cuestiones quepueden ser resueltas "científicamente", sedesliga de los problemas políticos y emo·cionales, no interviniendo en estos asuntos,En las filosoflas como concepción del l1Iun·do. el hombre pretende. por el contrario,"comprender a un tiempo el destino de símismo y el dest ino dd llIundo. por ellopresentan enlrclal.adus sus ideas sobre laestructura última de la realidad con princi·pios de valor )' con ideas llIorales que danra/ón de la ClHlducla de un individuo o deuna 'omunid;,d entera. (".) 19ualmcnlepuede de 'irse que lus principios y los idea·les que esle humbre adupla Son inscpara·ble de sus ;1 'litudes lIIorales e inlegran untodo org¡inico cun sus creencias. a vecescun sus ar '11I11entus cun la informaciónde que dispunen acerca ¡le la realidad. ( ... )Ls lambicn una manifeslación cullural liga·da eSlrechamente a una circunSI;lI1cia hisló'rica . por lo tanlu, necesaraa para entenderel Je5;lffollo Je delerulinaJas conlllnidadeshurnanas. inclusive de naciunes enleras". (p.I 7) I'st;1 úllima caraclerl'slica parece departicular import;lIlcia. puesto que se insisleen di;, CUml¡ rJdi¡;almenle opue ·ta a la ide;1Je CienCia, Ll l'iem:la es "una tarea que(. , .) nu queJa linlllada pur ninguna refe·rencia al espiritu Je una epuca". Lsta dis·tinción. que pune a la filusufl'a cien"'ficafuera del akanl'e de objeciones poli·ticas.resulta difl'cil de soslener.

Resulllamos lo dicho por el autor sobrelas concepciones del lIIundo. Ellas cstán. enprimer lugar. villl'uladas esencialmente auna ¡;ircunstancia histórica y surgen dc va­loracioncs y a¡;titudcs prá¡;licas de dichacircunstancia. La descripción. aunque in­completa. es jusla. Falta ver si. en rigor. lafilosofia ¡;ientl'fica se opone realmente a laantes descrila. y no es otra distinta wn¡;ep·ción del mundo. Si ella no surge de unadeterminada acl itud históri¡;amente condi­cionada, nota no sabemos dónde desdetoda la eternidad y hace su súbita apari­ción. no sabemos CÓmo ni por qué. pardiluminarnos, Salmerón no puede aceptaresta conclusión y. por lo tanto. se wnlra­dice. Como él lo expresa, "El desarrollo dela ciencia y la tecnologl'a en las sociedades

industriales ha contribuido de modo decisi­vo al surgimiento de una actitud ftlosóficacuyos rasgos más notables hemos tratadode registrar al comienzo de este parágrafo.Y. rcciprocamente, la filosofía contempo·dnea na¡;ida de esta actitud, que ha aban­donado las formas de pensamiento caracte­risticas del siglo XIX. es excepcionalmentefavorable a la constitución y al desarrollode la sociedad indust ria." (p. 97) Según elaulor. la filosofía cicntífica es la concep·¡;i6n del mundo de la sociedad industrial.La difcrenda se borra,

Pcro si en una verdadera sociedad indus­trial. en donde los individuos se reconocenen la imagen unidimensional que les brindala filosofia "crítica", la función práctica ypolitica de estc modo de pensamiento per­manece oculta. cuando se revela una inade­¡;uación entre la teoría y la vida real aque­lla función aparece con toda nitidez. Elpapel que en este caso juega la filosofía esel de "preparar" la llegada de la sociedadindustrial. o solarrente acepta como valo­res últimos los de dicha forma social y laactitud deseable en esa estructura, sino quebusca "eliminar una serie de obstáculos quemantienen un ambiente de hostilidad haciala ciencia y, finalmente, (".) contribuyede una manera fundamental, por encima decualquier otra disciplina, a fortalecer unambiente de cultura que valora muy alta­mente la racionalidad científica y el progre­so social". (p, 97) Los obstáculos son decarácter político, puesto que es desde estenivel que la "sociedad industrial" es impug­nada. Presentar unidas las ideas de "racio­nalidad cientt'fica" y "progreso social" esocultar que. en el fondo, el desarrollosocial es un problema de opción política.Por eso resulta importante para esta ftloso-

fía rechazar "la interferencia de otras agen­cias extracientíficas que no se conformancon estimular sus avances sino que intentanalterar sus metas o interrumpir la continui­dad de la investigación". (p. 67)

Las pretensiones de la mosofía "crítica"se apoyan fundamentalmente en los desa­rrollos -aparentemente incondicionados yneutrales- de las ciencias de la naturaleza.Esto la conduce a argüir la verificabilidad,en el sentido en que dichas ciencias laentienden, como criterio último frente aotras mosofías. Examinemos este nuevoargumento: "Utilizando la terminología dePopper, se diría que estas doctrinas son pordefinición irrefutables, en el sentido de queno pueden ser sometidas a prueba paramostrar su incompatibilidad con algúnenunciado de la experiencia." (p. 149) Es­tablecida la verificabilidad de las cienciascomo criterio último de validez de unpensamiento, el procedimiento posterior esclaro. Pero justamente es esto lo que hayque discutir, si no queremos movernos enun circulo in probando. El valor incondicio­nado de las ciencias es, justamente, el pre­juicio que justifica toda la ideología tecno­crática. Y es un prejuicio doble: por unaparte, se pretende extender una metodolo­gía particularmente eficaz en el manejo decosas, a todo tipo de problemas; por otra,una determinada manera de aprehender elmundo, típica de un momento histórico, esextrapolada fuera de la historia para juzgar,a partir de sus criterios, tanto el pasadocomo el futuro de la humanidad. Estep rocedimiento resulta bastante plausiblepara presentar como eterno un sistema so­cialmente condicionado, y para poner horsde cause las cuestiones que no pueden serdebidamente manipuladas y controladas por

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dicho sistema. En el fondo, aquí se repiteel prejuicio medieval .. Si en u.n t.iempo lavida se vivió sub-especle aetermtatls, hoy sevive sub-especie tecnica.

El primer prejuicio c?nsiste e~ la valora­ción irraCional de un metodo raCIOnal, y enla extrapolación de la lógica de una regiónde estudio a otra. Los métodos que sirvenpara estudiar el nivel de la~ cosa.s c~n

p~critud, no tienen por que. servIr, smembargo, para ocuparse de realidades tale.scomo la poesía, los sentimientos, lo repn­mido, los deseos, la historia, la política,etc. A la realidad en su conjunto se preten­de, a pesar de esto, aplicar criterios ymodelos que proporcionan resultados en elnivel qe ·tipo de ciencias y "cuando talessoluciones no son posibles, la mosafía ensentido estricto, como ciencia, tiene quedecir que el problema no puede ser resueltoy considerar que su respuesta es completa."(p. 170-171) De este modo se eliminan deldiscurso todos aquellos contenidos que noson, en sentido estricto, cosas, o estoscontenidos son manejados como si fuerancosas.

La realidad del hombre que hace ciencia,la aplica como técnica, domina la naturale­za y hace historia tiene, necesariamente,que ser ~prehendida a partir de criterios yvaloraciones adecuados a su modo de ser;esto es, como objeto especial requiere deuna lógica especial. En todo el campo de loque podríamos llamar ciencias humanas, setrabaja con métodos específicos. Pero estosdesarrollos teóricos plantean constantcmcn­te la crítica del sistema y escapan a losmarcos de lo deseable para dicho sistcma.Si consideramos como criterio último eltipo de verdad de las ciencias que se handesarrollado en el capitalismo occidental, lafIlosofía analítica -o filosofla "crltica"es irrefutable. Si, por el contrario. nosproponemos la crítica a fondo de dichosistema, debemos recurrir a otros marcos de

referencia, a otra metodología y a otroscriterios.

El segundo prejucio es, tal vez, el másdifícil de desterrar. Como hombres del sigloXX, tenemoS la tendencia psicológica aconsiderar nuestra época como la cúspidede un desarrollo ineluctable que la teníacomo fin, y a considerar nuestro modo"científico" de conocer la realidad como elúnico válido, juzgando a partir de estecriterio tanto el pasado como el futuro. Sinembargo, esta consideración que reduce aHeráclito y Parménides al nivel de otento­tes subdesarrollados, y convierte a los hom­bres del futuro en repeticiones de lo queahora somos, carece de bases. No podemosrastrear como elementos verdaderos en lafilosofía griega aquellos elementos que pue­dan equipararse a los resultados de la actualfísica atómica; el procedimiento parece serel inverso: captar como la verdad propia deuna época el conjunto de métodos que ellatenía para dominar su medio y vivir en él,puesto que ésta era su apertura a la reali­dad. Porque la "realidad" es siempre reali­dad socialmente organizada, no podemosprivilegiar ahistóricamente las verdades abs­tractas de la ciencia actual como eterna­mente válidas; hacerlo, equivale a conside­ra r eterna e indestructi ble nuestra organiza­ción social actual. El sofisma cientificistaaparece c1aramen te cuando el autor dellibro comentado enfrenta los descubrimien­tos actuales de las ciencias -que él conside­ra la descripción de la realidad "en sí" - alas filosoflas del pasado. Estas son, según elautor. expresiones puramente imaginarias oemotivas de actitudes prácticas y "a pesarde contener elementos cognoscitivos, lasexpresiones de las actitudes no son unadescripción estricta de la realidad. cualquie­ra que sea la relación que mantengan conella." (p. 143) El argumento es evidente­mcnte falaz. si pensamos que la realidad noes nada independientemente de los hombres

y de su organización social. El doctor Sal­merón nos presenta "la realidad", tal ycomo la conoce un determinado desarrollode las ciencias en una muy concreta organi­zación social, como el paradigma de laverdad. Tal parece que, en este caso, elconocimiento de la realidad no tuviera rela­ción alguna con nuestra organización social.

Claro está, situados en un "modelo"como paradigma, es posible lograr desarro­llos teóricos sumamente coherentes. El doc­tor Salmerón es un intelectual deindiscuti­ble nivel y, en el tercer ensayo, que da sutítulo al libro, logra efectivamente aportaruna serie de análisis al punto de vista de lamosofía "crítica". El minucioso análisis delsignificado y función de términos como"actitud" y "actitud moral", basados enclásicos de esta corriente de pensamientocomo Ramsey y en los psicólogos conduc­tistas, contribuye a afinar muchos concep­tos respecto a la función de las creencias.Pero el problema de base, que no es propiodel autor como individuo sino de toda latendencia que él representa, es justamenteel del prejucio que analizamos y sus conse­cuencias ideológicas. La pretensión de estamosofía, de ser la propietaria y gerente dela realidad, pasa por alto que ésta es la deun mundo determinado y concreto, conoci­do por medio de la imaginación, la poesía,la magia, el mito, o la razón técnica deoccidente. Y el ocultamiento de este hechotiene una función práctica y política: pre­sentar como eterna ya-histórica la realidaden que vivimos. La mosofía que pretendeser la superación de toda la metafísica y detoda concepción del mundo, se muestracomo la concepción del mundo propia dela sociedad industrial y como "la peor delas metafísicas". Deshistorizando la realidaddel pasado, proyecta hacia el futuro elestado de cosas presente como una utopíaquietista, que nos presenta su rostro en laciencia ficción de A. Huxley. La crítica deeste modo de pensamiento, tiene que si­tuarse en un nivel que escape al sofismaque presenta como eterna y necesaria lasituación actual, mostrándola como transi­toria y revocable. Lo primero en este sen­tido, es desmistificar el lenguaje científicoque, gracias a su valor emocional, apoya elconformismo social y deforma las posibili­dades de cambio real.

El valor emocional de las ciencias, apo­yado en los logros de la técnica, que enMéxico goza el 11 % de la población, noshace olvidar que la realidad es "objetividadsocial", lo que significa que el conocimien­to de la realidad, sin el cual ésta no es, nodepende de las estimaciones individuales ysubjetivas, sino que está condicionada porel nivel del desarrollo histórico y social delos hombres y es expresión de relaciones ysituaciones sociales. En este sentido, presen­tar como naturales y necesarias ciertas con­diciones surgidas del desarrollo histórico deoccidente, es una posición ideológica con­servadora. Esta posición, contra lo que apa­renta, no es "la más actual". Surgida en elsiglo XVIII, junto con el desarrollo delcapitalismo y la industria, subsiste en tantoquiere presentar situaciones sociales estable­cidas en aquella época. El verdadero pensa­miento actual tiene que saltar los marcos

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de referencia de la sociedad industria!, norechazando los grandes logros de los últi·mos siglos sino integrándolos en una con·cepción más amplia. Esto quiere decir que,frente al intento de naturalizar los proble­mas humanos, tratando los asuntos políti­cos e históricos con los criterios de lasciencias naturales y la técnica, es necesariocontrolar políticamente los desarrollos de latécnica y la industria. El desarrollo de lasciencias humanas politizadas es el presu­puesto del cambio revolucionario. Porque larevolución implica asumir UIJQ libertad yproyectar situaciones nuevas a realizar.

Decíamos antes que en una sociedadindustrial real, la ftlosofía analítica, cientí­fica o "crítica", encubre fácilmente su fun­ción política. Si el hombre real de unasociedad es cada día más unidimensional, sidía con día se enajena más en la técnica, sereconocerá fácilmente en la imagen descua·lificada que de él da esta ftlosofía. Perocuando ella es el "modelo", el "arquetipo"impuesto por la publicidad, esta filosofía seconvierte en "conformadora". en "pedagó­gica" en el peor sentido de la palabra. Así,esta fllosofía se integra como instrumentodel "desarrollismo" mexicano, caracterís·tico de tendencias políticas muy definidas.Veamos el contenid educativo de estaftlosofía. siempre siguiendo el texto delautor. n primer lugar se presenta "eldesarrollo de la sociedad industrial comoun horizonte abierto. como un mecanismoque no tiene en sí mismo su término y quese alimenta simultáneamente de dos fuen­tes: la investigación cicntific.. y el cambioso ial". (p. 60) El cambio social. en und sarrollo infinito significa: aumento de laproductividad y de las ganancias. n cam·bio que rompa con este "horizonte abier·to". que cambie efectivamente la vida. noes pensado. El significado de esta filosofíacs. pues. desarrollar al país. sin tropiezospolíticos. al nivel de In sociedad industrial.

in poner en crisis un "modelo" dedesarrollo tecnológico. la filosofía ''¡;rítica''asume su papel formativo de los individuos.

tratará de des·sensualiur al individuo,de condicionarle una actitud psicolÓgica.pues "tal disposición psicológica está a labase del progreso de las sociedades indus­triales y a la base de su desarrollo. Hasta elpunto de que un sociólogo de la mayorautoridad en estos asuntos ha dicho hacepoco que la distancia verdaderamente deci­siva en los niveles de desarrollo de losdistintos países podría medirse -aunqueconstituya una unidad de medida demasia­do sutil- por el grado mayor o menor dela 'pre!onlJQción cienllfica de la vida' mani­fiesta en ellos." (p. 61)

En esta "preformación" de la vida, lamosofía "crítica" (? ) encuentra su funciónsocial. pues "separadas las tareas, la moso­fía guarda su interés predominantementecognoscitivos y permanece en posesión delos instrumentos del análisis. Con estas ar­mas cumple, en primer lugar, una funciónpedagógica". (p. 170) Reconocida la fun­ción social de la fUosofía, y al no criticarsela organización económica y política de lasociedad, ella se incrusta "en la divisiónsocial del trabajo, cuyo régimen de ocupa­ciones tiene una indudable relación con las

divisiones del conocimiento científico enespecialidades. Y dependiendo del régimenocupacional, todo el sistema educativo, quefunciona como órgano de selección social,se (:structura también para desembocar enun sistema de profesiones especializadas debase científica." (p. 60-61) Se respeta el"modelo" de desarrollo, se respeta su divi­sión jerárquica del trabajo y, en consecuen­cia, la educación que se programa es "elitis­ta" ya que, como dice el autor, "la cienciase integra dentro de la estructura institucio­nal de la educación, también con importan­cia creciente, y comparte con otros elemen­tos culturales la función de educar a losmiembros más jóvenes de la sociedad, enespecial a los grupos dirigentes." (p. 64)

A confesión de parte, relevo de pruebas,reza un antiguo dicho jurídico. La mosofía,de la cual hemos analizado en sentidogeneral una de sus expresiones mexicanas,tiene amplios antecedentes en el país. Elautor nos recuerda sus antecedentes ideoló.gicos. Pero al decir qué escuelas fIlosóficasreconoce como tradición y cuáles rechaza,olvida, sin embargo, señalar a qué fuerzassociales se han ligado estas corrientes delpensamiento. Dice el maestro que "Durantelos últimos sesenta años han dominado lavida académica de México algunas de lascorrientes fllosóficas menos favorables aldesarrollo de la investigación científica, nosólo por sus métodos peculiares, sino sobretodo por su temática, muy alejada de losproblemas filosóficos que surgen de la mar­cha de la ciencia." (p. 98) Anterionnente

(pp. 86.90), se ha presentado un breveanálisis histórico de la mosofía en Méxicoque postula como criterio de validez de unafIlosofía su mayor o menor cercanía a lasciencias naturales. Es indudable que una delas formas de pensamiento más cercano aestas ciencias, y a la industria, fue el positi­vismo, mosofía oficial en México duranteel porflriato. Es cierto también que estamosofía, sustentada por el llamado grupode los cientificos, fue criticada, en 1910,por el maestro Justo Sierra en su discursode apertura de la Universidad. Sobre elpapel del positivismo, l..eopoldo Zea hapublicado un magnífico trabajo (El positi­vismo en México) que nos dispensa deinsistir en el tema. En los últimos sesenta-o setenta- años, la pluralidad ideológicase ha preservado. Todas las corrientes mo­sóficas se han debatido, incluidas las diver­sas fonnas de positivismo. Los últimostreinta años de la vida fllosófica de Méxicose vieron enriquecidos por la aportación demaestros como José Gaos, quien introdujoel estudio serio de Hegel y Heidegger. Elmarxismo se discute libremente en la facul­tad. Por eso, cuando Salmerón afmna: "loque interesa es llamar la atención sobre lainminencia de un cambio de orientación delos estudios fllosóficos y sobre la manerade acelerarlo" (18), algunos nos alannamos.Parece que la historia se repite, y que si noestamos ante "la apertura de una ilusión",sino ante la ilusión de una apertura, tendre­mos que escoger entre dos lemas: Orden yprogreso o ¡cambiar la vida!