Fernando Coronil - El Estado Mágico. Naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela.pdf

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  • Fernando Coronil

    Nueva Sociedad Consej6 de Desarrollo Cientffico y Humanlstico

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  • Primera edid6n en castellano: 2002 Traducci6n al castellano de Esther Perez, revisada por el autor.

    Nueva Sociedad agradece a The University of Chicago Press, Chicago - London, la generosa cesi6n de los derechos para la presente edici6n en castellano.

    1997 The University of Chicago Press, Chicago - London. Todos los derechos reservados. de la presente edici6n en castellano Editorial NUEVA SOCIEDAD Y Consejo de Desarrollo Cientlfico y Humanfstico de la Universidad Central de Venezuela Apartado 61.712 Caracas, l060-A, Venezuela Telfs.: (58-212) 2659975, 2650593, 2655321, 2673189 Fax: (58-212) 2673397 Correo-e: [email protected] http://www.nuevasoc.org.ve

    Edid6n al cuidado de Sergio Chejfec Diseiio de portada: Javier Ferrini

    Composici6n electr6nica: Juan Francisco Vazquez L. Telefono: (58-212) 5500610 Impreso en Venezuela

    ISBN 980-317-184-4 Hecho el dep6sito de ley: If 36920013203072

    Para Andrea y Mariana, con Julie, en la memoria de Lya Imber de Coronil

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  • ~lu.straclbn de la portada Jacobo Borges: Reunion con un circulo rojo 0 cfrculo lunaticos, 1973, Museo de Monterrey, Mexico. Este cuadra refleja lahistoria

    del Estado que representa. Inspirado en fotografias de jefes de Estado venezolanos, Borges despersonaliza a sus referentes, fusionando persona e para mostrar su presencia permanente como signos espectrales del poder. El presidente de Venezuela, Carlos Andres Perez, entrego el cuadra al presidente mexicano, Luis como un obsequio oHcia}. Cuando posteriormente la obra no pudo ser localizada en Mexico, Borges pinto un para una retrospectiva europea, pero mas tarde encontro el El cuadro sirvi6 de inspiracion al autor argentino Julio Cortcizar para escribir un cuento titulado Encuentro dentro de un drculo rojo, dedicado a

    Ilustraciones ______________________ IX

    Pre facio a la edicion en

    Prefacio _______________________ XVII

    Introducdon: El Estado magico y el ocddentalismo ________ 1

    PARTE I PREMIERE. LA NA TURALEZA DE LA NACI6N: FETICHISMO DEL ESTADO Y NACIONALISMO

    1. La naturaleza de la historia _______________ 23 2. Los dos cuerpos de la naci6n 77

    PARTE II DEBUT. CONTRAPUNTEO VENEZOLANO: DICTADURA Y DEMOCRACIA

    3. EllS Brumario de la dictadura _____________ 137 4. Construyendo la nacion: la naci6n como constructo 187 5. El23 de Enero de la democracia 227

    PARTE III REPRISE. EL PETROESTADO Y LA SIEMBRA DEL PETR6LEO

    6. Las guerras de los motores: las maquinas del progreso ____ 265 7. Espejismos de El Dorado:

    1-:.. rn't1!o"'t"'fo ....10 -n'n!:ll f~hl"i.("~ riP tr:::lr+nrp'! ~21

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  • VIn 0 Inciice

    8. El excremento del diablo: delincuencia y sociabiIidad

    PARTE IV SECUELA.

    ------__________________ 359

    ORO NEGRO: FETICHISMO DEL DINERO Y MODERNIDAD

    9. Cosechando el petroleo; la tormenta del progreso ______ 407 10. Mas alIa del occidentalismo:

    una modernidad subaltema _______________ 429

    Referencias --------~--------__ ------_________ 439

    Carlos Andres Perez durante la campana de 1988 XXIV General Vicente Gomez con familiares y amigos 21 Hombre sosteniendo un busto de Simon Bolivar 22 Placa conmemorativa del inicio de la produccion petrolera ____ 91 Estudiantes de la Generacion del 28 _____________ 112 Saqueo en Caracas tras la muerte de Juan Vicente Gomez 113 Mausoleo de Ia familia Gomez 129 Placa en el mausoleo de Ia familia Gomez 132 General Marcos Perez 135 Marcos Perez frente a su mansion 136

    Revoludonaria Gobiemo, 19 de octubre de 1945 _____ 149 R6mulo Gallegos durante la campana presidencial de 1947 153 General Marcos Perez Jimenez recibiendo 191 Estatua de Marfa Lionza 193 Movilizaci6n contra Perez Jimenez, 23 de enero de 1958 . 233 Primera plana de El Nacional, 23 de enero de 1958 241 Carlos Andres Perez y su gabinete 263 Carlos Andres Perez y Cecilia Matos 264 Carlos Andres Perez durante la campana presidencial de 1973 ____ 266 Roberto Madero, del Ministerio de Fomento 297

    "'''''HlJlueMachado director de Sivensa 297 Gerald Greenwald, presidente de Ford Venezuela 301 Un motor General Motors instalado en un camion Ford 305 Carlos Andres Perez y Anton von Enzberg,

    presidente de Fanatracto 323 Fanatracto, fabric a vacia 355 Gladys de Carmona mostrando los portafolios de su marido ___ 361 Ramon Carmona y Gladys de Carmona 363 Gladys de Carmona y Mayra Vemet de Molina 379 Gladys de Carmona a1 frente de una 379

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  • .X 0 il2dice

    Piero de la Corte y Renato Campetti 387 . ,Personalidades implicadas en el caso Carmona 387

    Carlos Andres Perez durante 1a campana presidencial de 1988 ___ 405 J 27 de febrero de 1989, Caracas 406

    Carlos Andres Perez bajo arresto domiciliario ________ , 411 Investigaciones de antropologia forense

    con victimas del 27 de febrero ______________ 419 Pinturas sobre billetes de Jose Rafael Castillo Arnal 428

    GrMicos

    1. Relaci6n entre exportaciones petroleras y no petroleras, 1920-1945

    2. Relacion entre exportaciones

    __________________ 132

    petroleras y no petroleras, 1945-1948 ____________ 260 3. Producci6n agricola e industrial, 1944 -1958 262 4. Producci6n agricola e industrial, 1973-1980 402

    Cuadros

    1. Jefes de estado, 1908-1996 ______________ XXIII 2. Gastos del Estado, 1900-1979 13 3. Participaci6n de 1a agricultura en el Producto

    Nacional Bruto, 1920-1945 _______________ 133 4. Participacion del petroleo en el total

    de las exportaciones, 1920-1945 , ____________ 133 5. Poblacion urbana y rural, ____________ 133 6. Evaluacion de los ingresos provenientes

    del petroleo, 1945-1958 ___________________ 261 7. % del petr6leo en las exportaciones totales, 1945-1958 261 8. Produccion de vehiculos en Venezuela, 1975-1978 297 '9. La muerte de Fanatracto, actores principales 325 JI0. Composici6n social de ACO S.A. 329 11. Composici6n social de ACO Inversora S.A. 333 12. Composici6n social de Fanatracto 333 13. Crecimiento anual de ACO 333 14. Ventas netas deACO 335 15. Ganancias netas de ACO 335

    India 0 XI

    16. Ventas de tractores de ACO ______________ 335 17. adores del caso Carmona 361 18. 402 19. Participaci6n del petr61eo en las

    exportaciones totales, 1973-1980 403 20. Evaluaci6n del ingreso proveniente del petroleo, 1973-1980 __ 403

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  • en

    EI Estado magico: naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela sale a la calle durante el desencantamiento del Estado mas identificado con los sec-tores populares en la historia venezolana. Frente a estos sectores, el co-mandante Hugo Chavez ha aparecido como un lfder que los representa no porque es como ellos, como otros habian aparentado, sino porque aparen-ta realmente ser de enos. Desde el centro del escenario politico, Chavez los ha invitado a pasar de las grad as al patio principal y participar en una historia que sera por fin para elIos. Este libro trata de hacer comprensible transformaciones de la sociedad venezolana durante buena parte del siglo pas ado animadas tambien por promesas de progreso colectivo -desde el gobierno de Vicente G6mez a1 de Rafael Caldera. Chavez termin6 de desmoronar el sistema politico cuya constituci6n y crisis examino Otros libros habran de dar cuenta de este significativ~ cambio. Solo quiero notar que as:! como mi interpretaci6n destaca trans formaciones y continui-

    . dades en el pasado siglo -entre dictaduras y gobiernos democraticos- es-pero que tambienpermita hacer mas visible el curiosa entrecruzamiento de 10 novedoso y 10 repetitivo en la V Republica chavista. En la me did a en que ellibro ilumina persistentes estructuras y procesos constitutivos de la sociedad venezolana, mantendra su relevancia en el futuro, pero mi ma-yor aspiracion es que algtin roa profundas transformaciones democnlticas hagan que descanse en nuestras bibliotecas, como un texto de interes neta-mente historiogrMico, en la secd6n de historia antigua.

    Si este an.alisis logra mostrar Ia forma peculiar en que el Estado vene-zolano se encarno en la y se constituy6 en el centro de poderes extraordinarios basados en Ia domesticadon social de la natural del creO que tambien a comprender el subito encanto y vio-lento desencanto del pais con su nuevo gran mago. El reinado de las for-mas y las palabras en el teatro politico venezolano hace que no sea una perogrullada dedr que cambiar Ia estruetura institucional del Estado no

    cambiar sus mecanismos mtimos ni Ia sodedad de Ia eual forma La fabrica social venezolana no solo ha domesticado a Ia riqueza

    natural de Ia nadon, sino que se ha nutrido de formando un enmara-fi.ado tejido dificil de y fomentando los mitos que la encantan.

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  • XIV 0

    Como observ~ el inolvidable Jose Ignacio Cabrujas, bajo el embrujo del petreleo cada presidente decrete el mito del progreso. Pero el mito chavis-ta es distinto. En medio de una polarizaci6n y frustrad6n social crecientes, la crisis del sistema democratico anterior -una crisis a la vez economica, polHica y moral- creo un vado extraordinario. De ese vado sin preceden-tes surgie Chavez, jugando el papel, como otros antes que el, de salvador de la nadon. Pero a diferencia de guiones anteriores, esta vez el papel ha correspondido a un Bolivar no solo popular, sino anti-patricio, apoyado como nunca antes por sedores que habian sentido hasta la esperan-za. En medio de la devastaci6n de un pais empobreddo y polarizado, el mito del progreso chavista ya no puede disimular la division, como antes, frente 13.1 espejismo de un futuro bienestar colectivo; el mito no es ya unifi-cador, sino justiciero. 5u mito asusta 0 seduce, dependiendo de donde uno este parada y 10 que quiera para el pais. 5i bien las acdones van a la zaga de las palabras, en un escenario politico donde las palabras son acciones, los temores de sus opositores son tan intensos como las renovadas espe-ranzas de sus partidarios. Al menos la politica, aunque en esta forma, ha entrado en cada hogar.

    En una llicida discusi6n de la historiografia de insurgencias populares, la antrop610ga Veena Das senala que frente a estructuras masivas de dominadon, es posible que "las rebeliones subalternas produzcan s6lo una noche de arnor ... no pueden transformarse en una vida de arnor". Esta disyuntiva tambien surgi6 en la mente de Gabriel Garda Marquez despues de hablar con Chavez al principio de su presidencia: "Tenia la impresi6n de que habia conversado con dos hombres opuestos. Uno, a quien la historia Ie habia dado la oportunidad de salvar a su pais. Otro, un ilusionista que

    ala historia como un despota mas". 5i no estaba daro entonces, creo que ahora es mas fi:icil discernir si Chavez es un tider capaz de usar su magia

    para revitalizar la moribunda democrada venezolana, 0 un mago capaz de ofrecer solamente la efimera ilusi6n del progreso. Pero simiramos mas aHa de los dilemas del chavismo, tal vez podamos aspirar que la repolitizaci6n que este ha desencadenado abra espacios para una renova-d6n de las luchas por la democrada en Venezuela.

    cerrar este prologo agradeciendo a quienes hideron posible la edici6n de El Estado mrigico en espanol. Un entusiasta grupo de lectores latinoamericanos de la edid6n inglesa me animaron a convertir en reaH-dad mi mayor deseo: que ellibro fuese publicado en Venezuela y circulara por Latinoamerica. Destacando que ellibro ayudaba a entender no solo a

    Venezuela, Sll,cO a Colombia y la America Latina, el fil6sofo colombiano Oscar Guardiola ofred6 publicarlo en su pais. El medico Miguel Zerpa impuls6 tenazmente su publicad6n en Venezuela; si es derta mi sospecha de que en mi trabajo vio Ia continuadon de la obra de su maestro, mi padre Fernando Ruben Coronil, debe agradecerle tambien haber reconocido la filiad6n que siento entre la medici:na sodal y la antropologia critica. Agra-dezco al Consejo de Desarrollo Cientifico y Humanfstico de Ia Universi-dad Central de Venezuela haber acogido su inidativa. Mi hija Mariana, convertida en una arqueologa del caos, trabaj6 durante meses excavando las citas originales del espanol y revisando el texto. El esmerado trabajo profesional y solidario del equipo de Nueva 50ciedad mejoro notablemen-te este libro; mi profundo agradecimiento a su visionario director y gran aliado, Dietmar Dirmoser, a sus talentosos editores Sergio Chejfec y Henry Arrayago y a la eficiente Aida Llopis, quien puso todo en limpio

    El libro fue escrito en ingles, pero Ia version inglesa ya era, de derta manera, una traducci6n de Ia otra lengua en que fue vivido y pensado. La traductora cubana Esther Perez logr6 recrear esa primera voz. Leisu tra-ducci6n en un pueblo de Ia costa venezolana, colgado de un chinchorro, de un tiran, con el canto del Caribe nuestro acompanando el contrapunteo entre nuestros idiomas y vOces. "Mucho se dice que el traductor es un trai-dor, mas poco se reconoce que frecuentemente es un creador," me dijo Gerardo Mosquera, el agudo critico de arte cubano, cuando Ie conte esta experiencia. Por el don de ofrecerme en sus palabras las mias, no encuen-tro mejores palabras de reconocimiento que recordarle allector que este libro, como tanto en esta America nuestra de transculturadones perma-nentes, es tambien un contrapunto de muchas voces.

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  • For vay poet it is always morning in tile lVorfeL lind History II forgotten insomniac night . . History and elemental awe are always our early beginning, because the fate of poetry is

    to fall in love with the world in spite of History. * Derek Walcott

    Este recuento de la historia contemporanea de Venezuela forma parte de lill prolongado esfuerzo, emprendido con el objeto de produdr una perspectiva desde donde analizar las sodedades que han side centrales en la formaci on de 10 que se ha dado en Hamar el mundo modemo, respecto del cual sin embargo son consideradas marginales. Ello ha supuesto opo-nerme a 10 que denomino occidentalismo, esto es, practicas de representa-cion cuyo efecto consiste en presentar a los pueblos no ocddentales como el Otro de un ser occidental. Hace bastante tiempo que trabajo en la elabo-radon de esta perspectiva, en un i1' y veni1' entre Venezuela, mi patria, y Estados Unidos, donde estudie y ahora trabajo. Una empresa de esta indo-le incluye un conjunto de temas relativos a los efectos de pensar y traducir atravesando fronteras culturales, Aqui s610 quisiera apuntar que asumo a sabiendas el riesgo de que este analisis confirme prejuicios sabre deficien-das inherentes a America Latina, contra la oportunidad de poner en tela de juicio la oposici6n colonial entre la civilizaci6n y el atraso que aun hoy o1'ganiza las comprensiones vigentes sobre la diferencia cultural. Al mos-

    . trar c6mo la historia laberintica de Venezuela transcurre en e1 sene de un laberinto mayor, confio en contribuir a desalentar la idea falsa de que su historia puede quedar contenida dentro de fronteras fijas de orden territo-rial, temporal 0 cultural. He podido desplazarme a 10 largo de estos labe-rintos interconectados s610 porque tuve J.a fortuna de con tar con la orienta-don y el apoyo de much as personas. Quisiera poder expresarles a todas ellas mi grahtud, Como aqui menciono solamente a quienes contribuye-ron de modo directo con la e1aboracion de este libro, pido perdon a ague-lIDS sin cuya preciada amistad y apoyo nunca hubiera salido a la 1uz.

    * Para todo poeta siempre es de manana en el mundo, y la Historia es una olvidada noche de insomnio. La Historia y el pavor elemental son siempre nuestro primer inicio, pOl'que e] dpf-Otinn riP 1~ nnpc:.l~ PC t::ln::n'Y'lf"'\l'~l'C'i:> ...-lot rYln ..... A ...... '"' ...................... A ..... 1 ... LT:~I~_:_

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  • XVIII 0

    He realizado las investigaciones de las que deriva el presente texto en varios periodos: dos etapas ininterrumpidas entre 1974 y 1979, Y 1988 Y 1989, asi como durante divers os trabajos de campo a 10 largo de varios veranos que media ron entre esos dos periodos. Durante 1a primera etapa (1974-1979), estaba vincula do al Centro para el Estudio del Desarrono de 1a Universidad Central de Venezuela (Cendes), y los fondos para 1a investiga-cion provinieron de una subvencion que me otorgara el Consejo Naciona1 de Investigaciones Cientlficas y Tecnologicas (Conicit). Estudie la forma-cion de las clases y 1a mitificacion del progreso nacional investigando ei sector de 1a industria automotriz, definido por el Estado como" ei motor.del desarrollo nacional". Como parte de esta labor, estudie, acompafiado por

    Skurski, numerosas empresas automotrices, entreviste a administra-dores y propietarios, y realice una encuesta que nos sirvio para recoger informaci6n tecnica sobre las empresas y las opiniones de gerentes y obreros acerca de topicos espedficos. Tambien entrevistamos a funciona-rios gubernamentales que disenaron los planes de desarrollo estatales y recibimos una gran ayuda de los tecnicos que formularon y pusieron en practica 1a poHtica relativa a 121 industria automotriz. Quisiera expresar mi agradecimiento a todos los que contribuyeron a estainvestigacion, compar-tiendo can nosotros sus experiencias y opiniones, en particular a Sebastian Alegrett, Rodrigo Arcaya, Jose Bisogno, Robert BoUome, Pedro Concha, M.ariano Crespo, Roberto Madero, Hugo Pisani, Alfredo Salas Rotundo, Roberto Salas Capriles y Jack Sweeney. El Cendes constituy6 un foro estimulante para el debate de las transformaciones politicas e hist6ricas de Venezuela. Quiero expresar en especial mi agradecimiento a Manuel Be-roes, Gaston Carvallo, Gennan Carrera Damas, Ocarina Castillo, Luis Gomez, Ivan Gorrin, Margarita Lopez-Maya y Terry KarL Monica Gonza-

    Seij6 y Nelson Freytes colaboraron en la obtencion y organizacion de los datos.

    Durante el ano academico 1988-1989, la Spencer Foundation y la Michi-gan Society of Fellows, con e1 apoyo del Centro de Estudios Latinoamerica-nos R6mulo Gallegos (Celarg), me facilitaron los fondos para 1a investiga-ci6n. En el Celarg ,Yolanda Salas de Lecuna y Hector Malave Mata fueron constantes fuentes de valiosas sugerencias. Durante ese a1"l0 explore 121 in-terrelacion entre las concepciones de Ia historia del pueblo y de la elite, tal como se expresan en las ideologlas politicas y en 121 religiosidad popular, mediante la investigacion de la campana presidencial y del cuIto popular de Maria Lionza. En respuesta a1 incremento de la represi6n estatal y la

    o XIX

    intranquilidad popular, amp lie mi investigadon para examinar el estudio del vinculo entre 1a violenda poHtica,lamemoria colectiva y las transforma-ciones sociales. Para mi investigacion sobre la violencia politica conte con la colaboraci6n de much as mas personas de las que puedo mencionar aqui; me gustaria reconocer 1a cooperaci6n de Ligia BolIvar, Matias Camunas, Liliana Ortega, Antonio Garcia y Walter Marquez. Buena parte de 10 que aprendi sobre el culto de Marfa Lionza se 10 debo a Daisy Barreto y a Ma-riano Diaz. Quiero tambien agradecer a Bernardo Mommer, cuyo trabajo pionero en 1a aplicacion de 1a teoria de la renta del suelo a 121 industria venezolana del pettoleo y lectura crHica de dos capitulos de este libro, contribuyeron de manera significativa con esta obta.

    Ellibro adopto su forma inicial en 1a Universidad de Chicago, donde me forme como antropologo. La labor de dos extraotdinatios profesores y es-tudiosos, que me iniciaron en este campo, sigue orientando mi pensamien-to. Victor Turner me ayudo a apreciar la intuicion de William Blake de que se puede vel' el universo en un grano de arena. POl' su parte, Terence Tun1er es un acicate constante para nevar el pensamiento hasta sus ultimos limites, e interrogar no solo su veracidad sino su valor; tanto su integridad personal e intelectual, como el apoyo leal en momentos de ad versidad, me alentaron a seguir adelante. Muchos otros en Ia Universidad de Chicago contribuye-ron a dar forma a este libro, tanto porIa excelencia de su trabajo como pOI' el apoyo crHico ami propia labor. La obra pionera de Bernard Cohn en la intersecci6n entre la antropologia y 121 historia, puso en tela de juicio las convicciones limitantes de ambas disciplinas y abrio un espacio que hizo posible mi trabajo. La imaginativa integraci6n de 1a etnografia y la histoda para el estudio del colonialismo, realizada pOl' Jean y John Comaroff, ha sentado un modele ejemplar de 10 que puede lograr una antropologia crHica. A pesar de sus ocupaciones, John Comaroff siempre ha encontrado un momenta para ofrecerme una opinion criUca. John Coats worth, historia-dor, y Adam Przeworski, cientista politico, me proporcionaron un inspira-dor contrapunteo disciplinario que ampli6 elrango de mi ttabajo. Mediante el aliento que me brindaron y el ejemplo de su obra academica, Paul Friedrich, Keith Hart y Nancy Munn me ayudaron a formular varios aspectos de esta obra. Tengo tambien una deuda de gratitud con vadas personas de 121 Universidad de Chicago cuya amistad y opiniones alimen-taron este proyecto en diversas coyunturas; en particular Lauren Berlant, Robin Derby, Martha Lampland, Moishe Postone, Rafael Sanchez, Ka-thleen Swartzman y Richard Turits.

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  • XX 0 o XXI

    Durante mi estancia como fellow en el Kellog Institute de la Universidad amistosa sobre ellibro en su conjunto, que me ayud6 a llevado a termino. de Notre Dame desarrolle la seccian dedicada a dictaduras y golpes de Recibf un valioso apoyo financiero para varias fases de mi investigaci6n de Estado; quisiera agradecerles en especial a Roberto Da Matta y Guillermo la Universidad de Michigan por intermedio del Rackham Graduate School, O'Donnell sus valiosas sugerencias. Ellibro adopt6 su forma definitiva en la vicerrectoria para asuntos academicos y multiculturales, la vicepresiden-la Universidad de Michigan. Mis alumnos hicieron avanzar mis pens a- cia de investigaciones y el International Institute. mientos en direcciones inesperadas, haciendo realidad el ideal de la educa- Mis amigos del Liceo Andres Bello se percataran de que el compromiso ci6n como un proceso interactivo mediante el cual el educador es educado. que orienta esta obra se form6 afios atras en nuestra pasi6n compartida por De no ser por las asimetrias de esta interaccion podria reconocer de modo 10 posible. Por su apoyo y amistad quiero tambien expresar mi agradeci-mas pleno cuanto y quienes me ensefiaron. La Michigan Society of fellows, mien to a Jorge Blanco, Ramon Castro, Maria Elena Coronil, Marisa y Penin el seminario de profesores sobre Estudios Comparativos de las Transfor- Erminy, Mirna Guerra, James Huey, Pablo Livinalli, Stuart McDowell, Elsa maciones SoCiales, y los departamentos de Antropologia e Historia han Morales, Ana Rodriguez, Zeva Schub y Gloria Skurski. Vaya tambien mt constituido foros sumamente estimulantes de conversadones que han gratitud a mis padres, Lya Imber de Coronil y Fernando Ruben Coroni!; y transgredido los Hmites de las disdplinas. Quiero expresar mi graUtud a a mis suegros, Irene y Frank Skurski, cuyas vidas ejemplares y apoyo numerosas personas de Michigan que me brindaron comentarios y apoyo, incondicional hicieron posible esta obra. Mis hijas, Mariana y Andrea, en especial a Jane Burbank, Fred Cooper, Valentine Daniel, Nicholas Dirks, aceptaron que su padre estuviera a menudo distraido 0 no estuviera, pero Laurent Dubois, GeoffEley, Paul Eiss, Michael Foliadis, Lessie Jo Frazier, tambien hallaron innumerables formas de recordarme que habia una vida Raymond Grew, Daniel Levine, Bruce Mannheim, Brink Messick, Walter i. fuera dellibro y me contagiaron con su alegrfa; quizas algun dia compren-Mignolo,SherryOrtner,DavidPedersen,JohnPemberton,JoseRabasa,Bill dan que este libro fue escrito para ellas. Finalmente, al revisal' estos Rosenberg, Rebecca Scott, Bill Sewell, Ann Stoler y Ron Suny. Vaya mi reconocimientos siempl'e insuficientes, me viene a 1a mente el proverbio profunda gratitud a los miembros de mi equipo de lectura, Roger Rouse, cubano: "Un solo palo no hace monte". Si bien es cierto que todo libra es un Kim Schepelle, David Scobey y Julie Skurski, quienes leyeron las primeras producto colectivo, este 10 es mas que otros. Desde el inicio fue un proyecto versiones del manuscrito; y tambien a un grupo de estudiantes de la compartido. Julie Skurski particip6 en su creaci6n desde el inicio hasta el Universidad de Michigan que leyeron la version final y me ofrecieron final como companera, amiga y colega. Su voz esta presente en cada valiosas sugerencias. En su etapa final, el texto se enriqueci6 gracias a los palabra, 10 que hace que la idea de autoria individual sea una ficcion encendidos debates que sostuve con el grupo de latinoamericanistas que generosa pero injusta. Mi gratitud a to dos, yen especial a ella, por dar vida elaboran una perspectiva subalterna para el estudio de las Americas1 a esta necesaria ficcion. Quisiera expresar tambien m.i reconocimiento al Undergraduate Research Mientras que las personas que he mencionado me ayudaban a recorrer Opportunity Program de la Universidad de Michigan, que me posibilit6 ellaberinto, otras me atrapaban en el y me obHgaban a experimental' el contarconla ayuda devarios estudiantes, en especial Danielle Hay ot,quien poder escurridizo del Estado. Al mostral' c6mo el ejercicio del poder del compuso la bibliografia, y Tomas Grigera, quien produjo los graficos. Estado crea condiciones que dificultan la comprensi6n de su funcionamien-David Brent, editor de la University of Chicago Press, confi6 en este to, la propia y laberintica historia de este libro reproduce la historia estatal proyecto y 10 apoy6 desde su inido; dos lectores an6nimos me propordo- que describe; es por ella que siento la tentacion de contarla. Pera para no naron valiosas sugerencias. Tuve la suede de trabajar can Jim Schaefer, escribir un libro dentro de otro libro, solo ofrecere una breve version de la quien mejor6-mi redaccion y mis analisis, y me bl'ind6 una vision crHica y para reconocer su efecto sobre la produccion del texto.

    1. Para una colecci6n de artfculos que presentan algunos de estos puntos de vista, v. Subaltern Studies in the Americas, numero especial de Dispositio/n vol. 19 N 46,1994, editado por Jose Rabasa, Javier Sanjines y Robert Carr.

    Antes de comenzar mi llwestigacion habla realizado trabajo de campo en Cuba durante un ano, en un prayecto que quedo trunco debido a >. politicos en la isla. Por divers as razones decidi no escribir sobre

    sino dedicarme al analisis de la ideologia nacionalista y el poder del

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  • XXII 0

    Estado en Venezuela. Sin embargo, ami regreso a EEUU fUl detenido, se me impidio la entrada bajo la acusaci6n de ser agente de la subversion, se me nego toda informacion acerca de los cargos que pesaban contra mi y, tras varios meses, se me ordena abandonar el pais "en 48 horas ff Como re-sultado de un encuentro casual en el que coincidfan lazos familiares y VInculos politicos, un abogado con buenos contactos logr61a suspensi6n de mi deportaci6n (jdespues de haber sido enviada por correo!) y se ocup6 de mi defensa.

    Esa defensa incluy6 un "juicio" kafkiano. Acusado de agente de la h""''''''nn pero sin que me permitieran conocer los cargos en raz6n de que

    revelarlos podia panel' en peligro la seguridad del gobierno de EEUU, tuve que preparar mi defensa sobre la base de imaginal' que podia ser interpre-tado como mi y enfrentarlo con .un discurso apoyado en todas las

    que podia presentar. Una parte esencial de esa defensa consistla en hacer un relato de mi vida desde 1a nmez. Ese recuento debia contar con el respaldo de cartas de personalidades oficiales y publicas, asi como de in-formes policiales y de inteligencia de EEUU y Venezuela. Como parte de ese proceso, obtuve el apoyo del entonces presidente venezolano, Rafael Cal-dera (mi padre era el medico de su familia), quien Ie pidi6 a su em.bajador en Washington que me representara ante las autoridades norteamericanas.

    No obstante, mi situacion sigui6 siendo la misma. Tras mas de un ano en EEUU intentando s01udonar mi caso por medios legales 0 politicos, pero sin ni siquiera una audiencia, Julie Skurski y yo decidimos re-gresar a Venezuela para llevar adelante nuestro nuevo proyecto. Sin embargo, cuando comence a estudiar las estructuras del poder politico y economico, supe que mi caso era fuente de rumores y murmuradones en tales circulos, y de que habia estado bajo estrecha vigilanda des de antes de mi detenci6n en Miami. Mi incapaddad para demostrar inocenda, a del considerable apoyo redbido, probaba mi culpa. La desconfianza, los rum ores y 1a vigilanda, si bien limitaban mi investigaci6n, tambien ayudaron a entender como el poder crea realidades mediante sus efectos.

    Los datos que he obtenido despues (que incluyen documentos a los que accedi mediante 1a Ley sobre Libertad de Informacion [Freedom of Infor-mation Act]) parecen indicar que me vi envuelto en una intrincada red

    que entrelazaba los intentos del presidente Nixon para golpear la disidenda en EEUU y el disenso en America Latina, can rivalidades varios Hderes politicos venezolanos. A fines de 1978, durante de Carter, se desisti6 de las acusaciones en mi contra tal como se ~'~C~"~'j"'''j'

    formulado: mediante una carta que no ofrecia ninguna explicaci6n. A la 1uz de estos acontecimientos, aSl como de 1a continuada sensibilidad de algu-nos de los temas que abordo, me vi obligado a ponderar el imp acto de publicar mi recuento de 1", formacion del Estado en Venezuela sobre mi posibilidad de seguir trabajando en su transformacion. Resulta ir6nico que la crisis del Estado y el reio a su poder sin limites, que analiza en este libro, hayan abierto un espacio politico al cual este texto puede ahara sumarse.

    -------------------------- Cuadra 1 -

    1908-1935 1936-1941 1941-1945 1945-1948 1948 1948-1950 1950-1958 1958-1959 1959-1964 1964-1969 1969-1974 1974-1979 1979-1984 19841989 1989-1993 19931994 1994

    Jdes de Estado, 1908-1996

    General Juan Vicente G6mez General Eleazar L6pez Contreras General Isaias Medina Angarita Junta Revolucionaria de Gobiemo (presidida por R6mulo Betancourt) R6mulo Gallegos Junta Militar (presidida por Carlos Delgado Chalbaud) General Marcos Perez Jimenez Junta Clvico-Militar (presidida por el contralmirante Wolfgang Larrazabal) R6mulo Betancourt Raul Leoni Rafael Caldera Carlos Andres Perez Luis Herrera Camplns Jaime Lusinchi Carlos Andres Perez Ram6n Velazquez Rafael Caldera

    migueldortavargasText Box

  • XXIV 0

    Carlos Andres Perez durante la campana presidencial de 1988.

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  • Estado magico y Introduccion:

    oCGidentalismo

    Nunca levan/amos muchas salas de teatro en este pafs. L Para que? La estructuYa priflcipista del poder jue siempre nuestro mejor escenario. '" iDe d6nde sacamos nuestras instituciones

    p!lbUeas? LDe d6nde sacamos nuestra noci6n de "Estado"? De un sombrero. De un rutinario trueo de prestidigitacion . ... La aparici6n del petr61eo como industria cre6 en Venezuela una especie de cosmogo~l{a. EI Estado adquiri6 rapidamente un matiz "providencial". Pas6 de un desmTolio lento,

    tan lento como todo 10 que tiene que ver can Ia agricultura, a un desarrollo "milagroso" y espectacular . ... Un candida to que no nos prometa el parafso es un suicida: LPor que? Porqlle el

    Estado no tiene nada que ver cOt! nuestra realidad. EI Estado es un brujo magnanimo . ... El pe/r6leo es janttistico y par 10 tanto induce a 10 "jantasioso". El antmcio de que eramos un pals petrolero cre6

    en Venezuela la ilusi6n de un milagro. Creo en Ia prlic/ica la "cultura del milagro': . ... La riqueza petrolera tuvo la juerza de un milo . ... Betancourt, Leoni y Caldera no jueron demasiado lejos en ese

    "sueno venezolano" porque la reaUdad presupuestaria 10 impedia. Segufamas siendo ricos; pera no tan ricos. Pero vino el olro. Perez, Carlos Andres Perez, y al/{ sf encontranlOS la jrase que nos dejinfa.

    Estlibamas construyendo La Gran Venezuela. Perez 110 era lin presidente. Era un mogo. Un moga capaz de disparamos hacia una alucinaci6n que dejaba pequenas las fanjarronadas del

    perezjimenismo . ... perez Jimenez decret6 el sueno del Progreso. EI pais no progreso, desde fuego. Ef pais engord6 ... [EI gobiemo de] perez Jimenezjue un debut; lei de] Carlos Andres perez, una

    reprise. Jose Ignacio Cabrujas

    Tiene sentido que Jose Ignacio Cabrujas, un adamado autor de obras teatrales y series de television, intimamente familiarizado con formas locales de la fabuladon venezolana, se haya convertido en uno de los comentaristas politicos mas agudos del pais. Invitado por la Comisi6n Presidencial para la Reforma del Estado (Copre) a expresar sus puntos de vista sobre la polltica venezolanal, Cabrujas llama Ia atencion sobre algo evidente y, no obstante, ausente del analisis social: la deificadon del Estado en la vida poHtica contemporanea de Venezuela2

    1. El presidente Jaime Lusinchi decret61a creaci6n de la Copre el17 de diciembre de 1984, con el objetivo de promover la democl'atizad6n del Estado. Para un analisis de la Copre que la ubica en el contexto de diversos intentos de reformar el Estado venezolano, v. G6mez Calcano y L6pez-Maya (1990: 57-116). 2. Philip Abrams sostiene que el analisis sodal tiende a reproducil' la apariencia divina del Estado como fuerza unificada y autocentrada (1988). En el caso venezolano, esta apariencia se ve reforzada porIa riqueza fiscal, que proviene sobre todo de los ingresos petroleros y no de los impuestos, 10 que permite al Estado encamar poderes que parecen emanar de sl mismo. (Para un comentario sobre los puntos de vista de Abrams, v. e! capftuloI). Para el amilisis de los efectos intersubjetivos de las relaciones de poder, el concepto weberiano de carisma, en particular en sus versiones mas sociol6gicas y antropol6gicas (Shils 1965; Tambiah 1984), arroja luz sobre la deificaci6n del Estado. El concepto marxista de fetichismo del Estado abarca la fenomenologia del poder politico y su dim'imica social subyacente. Para un agudo analisis del concepto marxiano de fetichismo, v. Pietz (1993); para un intento de aplicar el concepto de fetichismo al Estado, v. Wells (1981).

    migueldortavargasText Box

  • 2 0 1I1troducci6n -------------------------

    Al reflexionar sobre espejismos vividos colectivamente, Cabrujas re-laciona la apariencia providencial del Estado con su materialidad terre-nal, y subraya los efectos culturales y politicos de su extra ordinaria riqueza financiera. Como si qui.siera reconocer, y al mismo Uempo desau-torizar, Ia exaltada autorrepresentaci6n del Estado, senala que este en Venezuela es un "brujo magmlnimo" dotado de poder para reemplazar 1a realidad por ficciones fabulosas apuntaladas por Ia riqueza petrolera. "El petr61eo es fanhlstico y por 10 tanto induce a 10 'fantasioso''', dice Cabrujas. Su capacidad de despertar fantasias permite a los lfderes estatales hacer de 1a vida politica un encandilador espectaculo de progre-so nacional mediante "trucos de prestidigitaci6n". Los representantes del Estado, esto es, las encarnaciones visib1es de los poderes invisibles del dinero petroleroj aparecen en el escenario estatal como magos poderosos que extraen Ia realidad social, desde instituciones publicas hasta cosmo-gonfas, de un sombrero.

    Una versi6n oficial de 1a cosmogonia politic a venezolana ha 10grado definir Ia visi6n publica del pasado de Ia naci6n. Segtin esta visi6n, el na-cimiento de lamodernidad nacional se produce con Ia muerte del general Juan Vicente G6mez, en 1935, cuando terminan sus 27 aftos de dictadura. La muerte de Gomez libero a Venezuela del yugo de un gobierno personalista y permiti6 emprender un proceso de democratizacion solo interrumpido por 1a dictadura del general Marcos Perez Jimenez (1948-1958). Despues de 1958, el proceso condujo a 1a consolidacion del sistema democratico mas duradero de 1a America del Sur. Segun este recuento, mientras G6mez mantuvo al pais atrapado en un pas ado arcaico, Perez Jimenez creo un oscuro interregno que interrumpi6 brevemente el proceso democratizador puesto en marcha con la desaparidon de Gomez.

    Contra 10 generalmente aceptado, solo e~ forma parcial Cibrujas se haceeco de esta historiaoficial. En lugar de concentrarse de modo exdusivo en los regimenes democraticos, escoge dos momentos de la autoconforma-cion del Estado como agente del progreso modemo: el gobierno dictatorial de Perez Jimenez, al cual describe como el "debut" del" sueno del Progre-so"; y 1a primera presidencia de Carlos Andres Perez (1974-1979), que re-presenta, segun Cabrujas, 1a "reprise" alucinante de ese mHo. Aunque Perez Jimenez era un dictador militar y Perez un lider democratico, Cabrujas sugiere que ambos promovieron el mHo del progreso con mas fuerza que otros presidentes, y que gobernaron en periodos de riqueza fiscal y estabilidad poHtica extraordinarias.

    EI Estado el occicie:J1tllliSlTlO 0 3

    A pesar de sus diferencias, estas visiones oficiales y anecdoticas del pasado de 1a nadon se centran en el mismo periodo "modemo" posterior a 1935. Uno de los trucos de prestidigitacion mas efectivos realizados en Venezuela ha consistido en relegar a Gomez al periodo "de atraso" del pas ado venezolano. Al caracterizar su gobierno como encarnacion de 10

    primitivo~ los regimenes posteriores se han presentado, por contraste, co-mo representantes de Ia modemidad.D.e este modo han encubierto que sus bases se asienta~~~~~i regimen de Gomez, con el que comparten Ia de-pendencia de 1a economia petrolera y Ia extra ordinaria personalizacion del poder del Estado. Como veremos, fue durante el regimen fI tradicional" de Gomez, no obstante, que se torno posible imaginar Venezuela como una nadon petrolera moderna, identificar al gobernante con el Estado y repre-sen tar al Estado como agente de 1a modernizacion. induso Cabrujas haya olvidado a Gomez es sintomatico, pienso, de una amnesia colectiva que envuelve ala versi6n predominante de 1a historia venezolana3.

    Lo olvidado tiItra 10 que se recuerda. El poder de persuasion de un recuento historico depende, como el de un acto de magia, de que los ar-tificios de su produccion se mantengan OCllHos. Al igual que la historia, que de modo ambiguo se refiere tanto a 1a memoria selectiva de relatos sobre el pasado, como a este en su totalidad, la magia alude a una realidad extraordinaria, pero tambien a una presentacion se1ectiva de elementos que provoca una ilusi6n de existencia mediante invisibles manipu1aciones a-poyadas en 1a distraccion y 1a diversion. Como 1a his tori a, 1a magia pende entre 1a ficci6n y los hechos, entre los trucos y la verdad. En La historia oficial, pelicula argentina sobre el terror de Estado y la memoria historica, Gabriela, hija adoptiva (en reaHdad apropiada de padres desaparecidos), el dia de su cumpleaftos (que se celebraba, por cierto, en la fecha de su adopcion) Ie pregunta al mago de su fiesta: " LUsted es un mago de trucos, ode verdad?". Como sugiere el filme, con el mero hecho de plantearse, 1a pregunta abre un espacio para explorar el juego de ilusion y verdad de la magia y de la historia, porque recuerda que ambas se producen, como 1a memoria misma, mediante aetos de representaci6n.

    3. Sin embargo, Cabrujas reconoce que G6mez marca el inicio de la rapida transformaci6n ecol16mica que condujo a 1a identificaci6n del Estado con el Gobierno. "En Venezuela el Estado es el Gobierno", dice Cabrujas. Esta identificaci6n se produjo de modo tan natural como el "crecimiento" de la economia. Segun Cabrujas, desde el gobierno de G6mez hasta el de Luis Herrera Camp ins, Ve!'lezuela "crecia econ6micamente casi como los ciclos de la naturaleza", sin ser responsable de su propio crecimiento (1987: 19).

    migueldortavargasText Box

  • 4 0 intl'odllcci6n

    En este libro exarnino la aparid6n del Estado venezolano como agente trascendente y unificador de la nad6n. Sostengo que la deificad6n del Estado tuvo Iugar como parte de la transformacion de Venezuela ennacion

    que, en tanto tat se perdbia como una naci6n con dos cuerpos: un cuerpo politico compuesto por sus ciudadanos y lm cuerpo natural cuya materia era su rico subsuelo. Al condensar en S1 los multiples poderes

    ,,,,,."'l',,r.

  • te6rico de temas que trato de efectuar mediante narrativas hist6ricas y etnognificas en los capHulos posteriores. El capitulo se centra en la supre-

    . sion de la naturaleza en las corrientes dominantes de la teoria social y evahia el significado de esta desaparicion para la comprensi6n de la division del mundo entre centros modemos y periferias atrasadas. Sosten-go que esta amnesia en relacion con la naturaleza ha implicado tambitn el olvido del papel de la "periferia" en la formacion del mundo modemo, un activo" silenciamiento del pasado" (Trouillot 1995) que reinscribe la violen-cia de una historia hecha a expensas del trabajo y los recursos naturales de pueblos relegados a los margenes.

    A fin de analizar la significacion del petroleo para la formaci6n del Estado venezolano y dar cuenta de su valor monetario, desarrollo un en-foque para el analisis de sociedades que dependen de la exportacion de uno o pocos productos primarios. Mediante un examen de teorlas sobre el sub desarrollo, opiniones neocHisicas sobre los recursos naturales, 1a teorla marxista del valor y un estudio de 1a evolucion de los precios del petroleo duranteeste siglo, me separo del problema de la magnitud y la direccion de los flujos de valor (la problematica del intercambio desigual, que es objeto de la mayoria de las teorias sobre el sub desarrollo ) y llamo 1a atencion sobre las divisiones globales del trabajo y la naturaleza implicadas en la creacion del valor. Al tratar la creacion del valor como un proceso que supone tanto la formaci6n de sujetos como la produccion de bienes, ubico los campos asociados normalmente con la cultura, la polHica y la economfa en un campo de analisis unificado. Mediante e1 desarrollo de un enfoque unifica-dor, intento examinar 1a constitucion historica desujetos como parte de 1a formacion de un mundo objetivado de institudones y creencias sociales, y ver la historia que los forma como criaturas historic as, a la vez, como la fuente que nuti'e su actividad de protagonistas de 1a historia.

    La mayoria de los analistas separan a los paises del Tercer Mundo exportadores de petroleo del resto de los paises tercermundistas, dada su excepcional riqueza financiera. Por supuesto, estos paises petroleros com-parten rasgos estructurales distintivos respecto de otras naciones periferi-cas, los cuales no solo se derivan de su riqueza finandera, sino tambien de la centralidad del Estado en sus economias4 Lo que me resulta sorprenden-

    4. De modo similar, un analista sostiene que "culturalmente, Venezuela pertenece a la Ameri-ca Latina; estructuralmente, su economia y sus patrones de estabilidad e inestabilidad se asemejan mas a los de otros paises productores de petr6Jeo reJativamente populosos como A ~._,...l!_ T_.{_ ~~ 'hr;n-..... _~ .... " IV ....... 1 1 oat:::. '111\

    El Estado eloccidentnlisfllo 0 7

    te, sin embargo, es hasta que punto las naciones exportadoras de petr61eo nos pueden ayudar a discernir la situacion que comparten la mayorfa de los paises del Tercer Mundo en virtud de su posicion como exportadores de productos primarios que dependen de la renta del suelo (ingresos cuya base es 1a tierra)5. La magnitud de esas rentas puede variar mucho, dependiendo de factores como el tipo de producto exportado, los patrones de producci6n y demanda globales, y 1a competencia de produdos alternativos. Esas rentas pueden provenir de diferentes estructuras productivas y de distintos tipos de vincuJos entre la economla local y la global, segun 1a ya clasica distindon entre enclaves bajo control extranjero y sedores de exportaci6n control ados nacionalmente (Cardoso y Faletta 1979). Pero esas rentas contribuyen a establecer patrones similares de especializacion interna y de dependencia extema que consolidan el papel de las naciones del Tercer Mundo, como 10 que llamo sociedades exportadoras de naturaleza. Aun cuando estas. naciones traten de romper su dependencia colonial de las exportaciones de productos primarios mediante la puesta en practica de planes de desarrollo dirigidos a diversificar sus economias, por 10 general se apoyan para hacerlo en la divisa obtenida mediante la exportacion de productos primarios, conlo que intensifican su dependencia de los mismos. Paradojicamente, al tratar de aprovechar su ventaja comparativa, estas naciones exportadoras de naturaleza a menudo vuelven a asumir su papel colonial de fuentes de productos primarios, papd ahora reescrito en terminos de la racionalidad neoHberal del capitalismo globalizante. Para ellas, al poscolonialismo sigue el neocolonialismo.

    La dependencia de la mayoria de los paises del Tercer Mundo de unos pocos productos primarios de exportacion los somete con frecuencia a cicl.os similares de auge y crisis, sea el producto de exportaci6n el azucar, como en los casos de Cuba y de Puerto Rico durante la "danza de los millones" tras la Primera Guerra Mundial; sean carne y granos, COlno en la Argentina de la belle cpoque; sea el guano, como en el prospero Peru de mediad os del siglo XIX; sea e1 petroleo, como en la mayoria de las naciones petroleras (los ejemplos podrian facilmente extenderse a otros productores de productos primarios de 1a America Latina, Asia y Africa). Los auges de la exportaci6n Henden a sobrevalorar la moneda nacional, promover im-portaciones de bienes manufacturados y socavar los sedores productivos

    migueldortavargasText Box

  • 8 0 Introducci6n

    al mercado interno. Los economistas que estudiaron la erosion de las manufaduras holandesas como resultado de 1a r

  • 10 0 Inl1'Oducci6n

    bierno gomccista (me concentro en los debates que tuvieron Iugar en 1936) y Ia formulacion de polHicas sobre el petroIeo (hasta 1943). El capitulo termina con una critica del vaciamiento de 1a materialidad en algunas teorias sobre 1a democracia, mediante un comentario critico sobre las obras de Claude Lefort y Slavoj Zizek.

    En 1a parte II, mediante un anaJisis de varios golpes de Estado (1945, 1948, 1952y 1958), examino como se ventilo 1a disputa entre regimenes dictatoriales y democratic os entre 1945 y 1958. En ei contexte de W1a di-versificacion limitada de 1a economla interna, el Estado se convirtio en objeto de una intensa rivalidad politica y en centro de las luchas economi-cas. De 1amisma forma en que durante el gobierno de Gomez el Estado, con fuentes independientes de riqueza, habia side 1a herramienta privatizada de U11 gobernante personalista, despues pudo tornarse herramienta sectaria de un partido democratico. La tension entre el origen natural de 1a riqueza colectiva y finita de 1a nacion, y el destino privado de su apropiacion social, dio contornos a 1a disputa democracia / dictadura entre 1945 y 1958.

    Mediante el examen detallado de 1a orquestacion pnktica y 1a represen-tadon publica de estos golpes, reviso como el Estado se construyo como el Iugar central del poder poHtico. En el capitulo 3 analizo como este papel se conceptualizo durante el proceso que condujo a 1a consolidacion de 1a dictadura de Perez Jimenez. AmpHo este amllisis en el capitulo 4 examinan-do 1a imagen del progreso de este dictador. En primer termino, presento un panorama general de las consecuencias contradictorias de sus polfticas economicas, que rnientras promovian 1a diversificacion economica limita-ban su ulterior desarrollo; e i1ustro este proceso pormedio de un ana1isis del desarrollo siderurgico. Las poHticas contradictorias de Perez Jimenez hideron que el capital local se volviera contra el regimen y formara una alianza con los partidos de 1a cIase media que condujo al golpe de Estado de 1958. En el capitulo 5 examino 1a orquestad6n del 23 de Enero, conside-rado por mucl10s como el momento fundacional de 1a democracia venezo-lana, 1a mas estable y duradera de 1a America del Sur.

    Estos tres capHulos ubican 1a construccion de 1a democrada venezolana en el contexto de debates recientes sobre los procesos mundiales de democratizacion, en los cuales figura como un caso ejemplar. Sostengo que las caracteristicas "politicas" a menudo invocadas para explicar 1a estabili-dad y el exito de 1a democracia local-Ia supuesta vocacion democratica, las capacidades de negociacion y las aptitudes de aprendizaje de los Hderes-tambien deben ser objeto de una explicacion. Mi aJ.1alisis de los discursos

    EI Estado eloccidwtalismo 0 11

    fundacionales de 1a democracia en 1a parte I, y de 1a dinamica de las clases y 1a formacion del Estado en 1a II, trata de brindar una explicacion de las condiciones que han permitido y limitado la democracia en Venezuela.

    En 1a parte III analizo 1a consolidacion del petroestado durante el periodo de auge petrolero de 1a primera presidencia de Carlos Andres Pe-rez (1974-1979). Mientras que en los centrosmetropolitanos 1a cuadruplica-d6n de los precios del petroleo, a fines de 1973, produjo visiones de declinacion politica y economica, en Venezuela, a1 igual que en otras na-dones productoras, dio Iugar a 1a ilusion de que una modernizacion instantanea estaba a1 alcance de la mano, y que torrentes de dinero provenientes del petroleo cambiarian el curso de 1a historia y 1anza1'1an a1 pais hada el futuro. Perez propuso transformar la bonanza petrolera en un vasto proyecto para desarroHar el pais en una esc ala sin precedentes y a toda velocidad, y 10gra1', en efecto, dar un salta hacia 1a autonomia. Si Simon Bolivar habia encabezado 1a nacion en su march a hacia 1a Independencia merced a1 triunfo sobre Espana en la batalla de Carabobo en 1821, Perez proponia ganar 1a batalla decisiva por 1a independencia economica de 1a naci6n.

    En tres capitulos examino el proyecto de transformacion nacional de Perez y su plan para "sembrar el petroleo". En el capitulo 6 estudio su intento de desarrollar 1a industria automotriz mediante 1a producci6n de ."vehk1..l10s completamente venezolanos" (esto es, completar 1a produccion nacional de vehk1..llos) y 1a lucha politica que sigui6 a ese intento, conocida como 1a "guerra de los Inotores", cuando e1 Gobierno negocio con las empresas automotrices transnacionales y los capitalistas nacionales 1a producdon local de moto1'es para vehkulos. El proceso de negociacion, que aparentemente versaba sobre temas tecnicos, se convirtio en un espacio para la oposicion a las metas de desarrollo existentes y para la realineacion de las fuerzas politicas en el seno de 1a alianza politica gobernante. Las demoras en las decisiones de polfticas, causadas en apa1'iencia pOl' un conflicto entre 1a estrategia de promoci6n de las exportaciones y 1a de sustituci6n de importaciones para desarrollar 1a produccion nac10na1, ocultaba una reorientaci6n subyacente de 1a estrategia global de las empre-sas automotrices transnadonales, asi como un conflicto nadonal cronico, intensificado por el auge petrolero, entre la p1'oducci6n de valor y 1a apropiacion de la 1'enta. Los debates internos de poHtica reflejaban la tension entre el predominio social real de 1a circulacion de 1a renta sobre 1a producci6n de valor, y la necesidad politica de disfrazar esta practica

    migueldortavargasText Box

  • 12 0 Introducci611

    dominante del sector de negocios y a1 Estado y a la burguesia como adalides de 1a producci6n y de la autonomia

    Mientras que el capitulo sabre 1a guerra de los motores analiza 1a Htl;al-!'aLJlualU para poner en 1a polftica de nacional de vehiculos, el siguiente examina 1a corta vida de Fanatracto, una compania

    IJH_."'-'Ua. por el Gobierno y propiedad conjunta del Estado, una empre-sa transnacional estadounidense y un conglomerado nacional. Desde 1936 1a consigna de "sembrar I petr61eo" ha expresado de modo metaf6rico 1a

    estatal de utilizar los recurs os provenientes del subsuelo para fi-nanciar 1a producci6n industrial y agricola moderna. La creaci6n de una fabrica de tractores se entendia como un media para fomentar tanto 1a industria como 1a agricultura y, por tanto, se convirti6 en una de las ex-

    mas altas de ese objetivo. Fanatracto naci6 en medio de gran gastos, pero fue abandonada silenciosamente tan pronto como

    se construy6, y se Ie deja morif. En este capitulo analizo 1a insolita historia de Fanatracto e intento explicar su desaparici6n como resultado de rivali-dades en el seno del Estado y de las orientaciones contradictorias de sus accionistas en 10 relativo a inversiones produdivas.

    A diferencia de estos dos estudios del campo productivo, el capitulo 8 . el asesinato de Ramon Carmona, lUI abogado ametrallado en las

    canes de Caracas a 1a luz del d.ia. El debate publico sobre este asesinato durante 1a campana electoral de 1978, revel61a existencia de una vasta red de transacciones formales, informales e ilegales que vinculaban a traves de varios acuerdos de negocios a una amplia gama de actores que iban desde

    pobres hasta el presidente y su amante. Mientras que mi anaJisis sobre 1a guerra de los motores y 1a muerte de Fanatracto sen.ala como el predominio de la circulacion de 1a renta sobre 1a producci6n de valor erosion6 los esfuerzos productivos, con el caso Carmona exploro la

    interna del sistema de circulaci6n de 1a renta despues del auge npt,.",I",,o de 1973, cuando los rios de petrodolares que fluyeron a 10 largo del cuerpo politico cambiaron su forma a1 redefinir criterios normativos y preyectar en el escenario publico como normal y deseable el rostra ilicito de 1a actividad estatal.

    Estos tres capitulos muestran c6mo 1a tension entre circulacion del dinero proveniente del petr6leo y producci6n de valor que subyace a1 ca- I

    rentista de Venezuela, se vivi6 y expres6 concretamente en las acciones cotidianas de diferentes adores sodales. La circulaci6n de torren-les de dinero proveniente del petroleo no solo erosionola actividad produc-

    tiva y estimul61a diseminacion de 1a especulaci6n y 1a corrupci6nfinancie-ras, sino que tambien facilit6 1a concentracion del poder en los mas altos niveles de gobierno. A su vez, los poderes extraordinarios del presidente alentaron un estilo vertical de disefio de poHticas que a menudo condujo a acdones arbitrarias y contradictorias, y que minD las practicas democrati-cas.

    En 1a parte IV analizo acontecimientos posteriores y hago algunas observaciones generales sobre el arca hist6rico que cubre este libro. En el capitulo 9 muestro brevemente c6mo la hegemonia credente del capital internadonal (induido el capital nadonal internadonalizado) ha condud-do a que el mercado desplace a1 Estado como ellugar predominante de las acciones lucrativas y como 1a fuente legitimadora de las categorias en cuyos terminos se define la vida publica. El capitulo 10 arroja 1uz sobre este desplazamiento al subrayar 1a 16gica social de 1a transformaci6n hist6rica analizada en ellibro, y se concentra en los procesos gemelos de globaliza-ci6n y abstracd6n que han acompanado ala transustanciaci6n del petr61eo en dinero. Sostengo que si 1a circulad6n de petrod61ares a traves de la economia nadonal subordin6 las estructuras praductivas a 1a 16gica de captaci6n de 1a renta, ahora la circulaci6n de petrod61ares y de dinero de 1a deuda en los circuitos financieros internacionales ha logrado dominar a la economia nacional y determinar las condiciones en las cuales tiene que

    Cuadro2 -Gastes del Estade, 1900-1979

    (en mill ones de bolivares)

    Prccios Pl'edos Promedio Presidcnte Pcriodo actuales de 1979 anual

    Cipriano Castro 1900-1908 433 2.247 250 Juan V. G6mez 1908-1935 3.170 12.885 477 Eleazar L6pez C. 1936-1941 805 8.833 1.606 Isaias Medina A. 1941-1945 1.798 6.905 1.534 R6mulo Betancourt 1945-1948 2.249 7.429 3.715 R6mulo Gallegos 1948 1.644 4.605 4.605 M. Perez Jimenez 1948-1958 24.410 68.926 7.658 Wolfgang Lal'l"azabal 1958 6.260 17.389 17.389 R6mulo Betancourt 1959-1964 32.384 84.307 16.861 Raul Leoni 1964-1969 40.133 90.166 18.033 Rafael Caldera 1969-1974 59.920 120.210 24.042 Carlos A. Perez 1974-1979 221.840 286.362 57.272

    Fuente: Fundaci6n Polar 1988: 455.

    migueldortavargasText Box

  • 14 0 Introdllcci611

    funcionar, obligando al Estado nacional a actuar en nombre del mercado abierto. La creciente abstracci6n de la fuenle del poder estatal, que ha ido de la materialidad espedfica del petr6leo como sustancia a la capacidad de intercambio general del dinero como equivalente universal, ha conllevado no solo un cambio de las form as del poderpolHko y de sus representaciones etichizadas, sino tambien un debilitamiento del Estado con respecto a la hegemonla en expansi6n del dinero internacional. Circunscribiendo la necesidad de reforma al ambito interno, al "ajuste interno" que demanda ahora la doctrinaneoliberal, en sunombre se promete modernizar lanaci6n arrancandola del mundo de fantasia conjutado POt el petroestado magico y trayendola al mundo transparente y racional del mercado libre.

    En el prologo de uno de sus muchos libros, Jorge Luis Borges (1978) alert6 contra las largas introducciones. He decidido atender el consejo y no permitir que esta introducci6n sea mucho mas larga que la suya -aunque quizas Ie Henda Lma trampa borgeana al lector y continue con mis comentarios ll,troductorios en I siguiente capitulo. He estructurado este libro como Wla serie de fragmentos que pueden leerse como unidades en S1 mismas 0 como partes de Lm conjunto mayor, que es, a su vez, solo un fragmento de Lma historia labermtica. No obstante, dos asuntos relacionados entre si requieren un comentario en este punta: primero, la relaci6n dellibro con la crltica al eurocentrismo y, segundo, su concentrad6n en el funcionamiento del poder en las NaHas esferas" del Estado. El primero tiene que ver con mi intento de ver la modernidad des de su fonda; el segundo, con mi decisi6n de echar una mirada sobre la historia de Venezuela desde la dma.

    5i bien puede resultar evidente que el punto de vista aqul presentado sobre la historia de Venezuela se nutre de la critic a poscolonial contempo-ranea, quizas no resulte tan obvio que 10 hace vinculando obras recientes producidas a prop6sito del colonialismo de la Europa septentrional en Asia y Africa con una larga tradici6n caribefta y latinoamericana de reflexi6n crltica sobre el colonialismo y el imperialismo modern08 En buena medida, debido a lainfluenda de la crHica pionera de Edward Said al orientalismo,

    8. Estas referencias incluyen figuras de la centralidad de Jose Marti, Fernando Ortiz, Fel11ando Henrique Cardoso, C.L.R. James, Frantz Fanon y Stuart Hall. Quisiera reconocer publica mente 1a influencia que tambien he recibido de autores no academicos provenientes de la literatura (p. ej., Jose Lezama Lima, Pablo Neruda, Alejo Carpentier, Gabriel Garcia Marquez, Augusto Roa Bastos); las artes visuales (los muralistas mexicanos, el pintoI' cubano Manuel Mendive y los venezolanos Apolinal', Emerio Darlo L\U1ar, Miguel Von Dangel y Jacobo Borges); y, no menos importante, la musica popular, en especialla musica del Caribe, la eual, gracias a Ortiz, considero una forma de transculturaci6n que afirma la vida.

    El Estado e/ accidClltali"l1lO 0 15

    la critic a del eurocentrismo se ha centrado en las representaciones ocdden-tales de sociedades no occidentales que estuvieron sujetas ala dominaci6n colonial de Europa septentrional. Quizas los estudiosos que desarrollaron de modo mas productiv~ esta criticahayan sido los vinculados al Grupo de Estudios Subalternos de la India, que ha intentado refundar la historiogra-fiahindu mediante una critica de su dependencia de categorias eurocentri-cas, compartidas no solo por la historiografia colonial, sino tambien por la nacionalista y la marxista. Este extraordinario logro colectivo ha ejercido Lma influencia significativa sobre quienes estudian otras zonas del mund09 Desde una perspectiva latinoamericana, que se nutre de una relaci6n mu-cho mas larga con el colonialismo y el imperialismo europeos, resulta perceptible la asunci6n por parte de esos autores de una clara separaci6n entre Europa y el mundo colonial, aun cuando reconocen su constituci6n hist6rica mutua 10.

    Pienso que el an"Uisis de 1a representaci6n occidental de otras socieda-des -el centro de Oriel1talism (1978), de Said- conlIeva la necesidad de oponerse a esos COl1struCtos en tanto elementos de la autoconformaci6n de Occidente como encarnaci6n de 10 moderno. Por tanto, desmontar el orientalismo supone que vinculemos y problematicemos mas las dos entidades que estan en el centro del anaIisis de Said: las representaciones orientalistas de Occidente y el Occidente mismo. Ello requiere reorientar

    9. V. el ensayo bibliogl'Mico de Cooper con respecto a Africa (1994) y de Mallon con respecto a America Latina (1994). 10. Aunque los estudiosos adscritos a los estudios subalternos han utilizado de manera produetiva esta separaci6n entre Europa y el mundo colonial, su empleo conlleva el riesgo de reinscribir las asunciones imperiaJes que subyacen en el esquema de los tres mundos (para una critica de este esquema, v. PIetsch 1981). POl' ejemplo, Chakrabarty plantea que la historia europea funeiona globalmente como la clave para interpretar la his tori a del Tercer Mundo, y para ello' invoea la famosa analogia de Marx entre la biologia evolutiva y el desarrollo social (su idea de que igual que la anatomia humana es la clave para entender la anatomia del mono, las categorias abstractas de la sociedad burguesa son la clave para en tender las sociedades anteriores) (1992: 3-4). Esta clave solo se aplica a las sociedades contempol'aneas si no ofrecemos resistencia a la,negacion imperial de su caractercoetaneo, lo que hace que parezcan mantener entre Sl una relaci6n evolutiva y no admite que coexisten lado a lado (contra Fabian 1983). EI argumento de que "un historiador del Tercer Mundo esta condenado a conocer Europa dado que es la cuna de 10 moderno" (Chakrabarty 1992: 19) revela, pel'o tambien confirma, el papel ideol6gico de Europa como la clave indispensable para comprender la reaJidad interna del Tercer Mundo. Aun cuando Chakrabarty analiza la efectividad de esta divisi6n ideol6gica entre Europa y sus Olros, el lector puede muy bien preguntarse si la aceptaci6n de esa divisi6n no supone el riesgo, al mismo tiempo, de reinscribir la idea de Europa como civilizada ("I a anatomia humana") y del Tercer Mundo como salvaje ("Ia anatomia del mono"). He preferido tomarcomo punto de partida el concepto de transeuIturaci6n de Ortiz, tanto para problematizar la separaci6n entre Primer y Tercer Mundo como para Doner en tela rlp:jllirin b iriQ::\ rio P" ... , .... V" ....... ....,. ....... ,.." 1~ __ t-_"~_ . 1." ",,, "'~-.

    migueldortavargasText Box

  • 16

    nuestra atenci6n: pasar del problema del" orientaIismo", que se centra en la estereotipada del Oriente, al del occidentalismo, termino

    Ut:l:HlO,llV la relacion entre la concepcion implicita de Ocddente y sus represen taciones de las sodedades no occidentales. Esta perspectiva no sup one invertir el centro del amHisis de Oriente a Occidente, del Otro al Yo. Lo que intenta, al guiar nuestro entendimiento hada Ia naruraleza relacio-nal de las representadones de colectividades humanas, es sacar a Ia luz su

    en relaciones de poder asimetricas, que incluyen el poder para velar en 1a desigualdad, cor tar sus conexiones historicas y, par tanto,

    nr",,,,onl-:ol r como atributos internos e independientes de entidades cerradas en S1 mismas 10 que son en realidad resultados hist6ricos de pueblos re-",,'H'W'U',)" entre S1. El occidentalismo, tal como 10 defino, no es, por tanto, el reverso del sino su condicion de posibilidad de existenda.

    sodedad puede producir representaciones estereotipadas de Ja diferenda cultural como parte de su prapia autoproducd6n, 10

    del occidentalismo es que conlleva la movilizad6n de representa-dones estereotipadas de sodedades no occidentales como parte del autodi-seno de Occidente como poder imperial. El occidentalismo es inseparable de 1a hegemonia occidental, no solo porque como forma de conocimiento expresa el poder de Occidente, sino tambien porque establece un vinculo espedfko entre conocimiento y poder en el Occidente.

    de esta forma, el occidentalismo es la expresion de una reladon constitutiva entre representaciones occidentales de la diferencia cultural y el predominio global de Occidente. Piantear un reta al occidentalisma demanda desbancarlo como modo de representaci6n que produce concep-dones polarizadas y jenirquicas de Occidente y sus Otros y hace de esas concepciones figuras centrales en los recuentos de las historias global y

    de operaciones: 1a desagregacion de sus historias relacionales; 1a conversi6n de 1a diferencia en jerarquia,la naturalizacion de esas representaciones; y, por tanto, 1a intervenci6n, aun sin intendon, en 1a reproducci6n de relaciones asimetricas de poderll .

    De 10 dicha hasta aqui debe ya resultar evidente que este libra explora 1a historia de Venezuela medi"mte una mirada a los centros cimeros del

    1 J, Desarrollo este punta de vista sabre el occidentalismo mediante una elaboraci6n a partir de la obra deSaid quese apoya en una evaluaci6ncritica de tres modalidades de representaci6n occidentalistas. Para una importante contribuci6n al analisis de la formaci6n mutua de Europa .. ~ . ,~ ......... 1 .......... ,"' .... '0 r"', ........ 'Ol H ~rr.Jo1 (1 qgQ)

    El Estado occidentalislIw 0 17

    poder polftico. Ese tipo de historia comparte el problema de las historias" de arriba hacia abajo", aun si trata de ubicar ese "arriba" en el seno de un complejo conjunto de relaciones y de verlo desde los margenes. Una li-mitaci6n obvia es el acceso restringido que Hene 1a mayoria de los anaHstas a 10 que a menudo es un escenario social poderoso, excluyente e infestado de secretos. No obstante, el riesgo mayor es el de verse atrapado "arriba" por los l'igores del trabajo y las complicidades osmoticas del poder, con el resultado de que los sedores subordinados desaparecen de la vista 0 permanecen como sombras en el trasfondo. Cuando ello sucede, el anaIisis, inconcientemente, tiende a reinscribir la arrogante mirada desde la cima y a reproducir su autoproclamada univel'salidad y su desinteres basieo por

    , las vidas y las formas de conocimiento de los sujetos subalterrios. Si bien me he concentrado en una mirada desde las imponentes alturas

    del Estado, he tratado de brindar una perspectiva de los de abajo, desde adentro y tambien desde afuera. Producir este libra mientras trabajaba con sectores populares de Venezuela, iba y venia des de Estados Unidos y tenia en mente a lectores venezolanos y de otros paises, me alent6 constantemen-te a emplear perspectivas cambiantes, a rastrear los vlnculos entre formas de poder locales y glob ales, y a vel' el Estado como dominante y dependien-te, induso como subalterno.

    Al contrario de algunas taxonomias esencialistas de 10 subalten10, considero el concepto de subaltel'nidad como reladonal y relativo, y que hace referenda a adores sotiales heterogeneos que compal'ten una condi-cion comlin de subordinad6n. Entiendo que hay tiempos y lugares en los que aparecen en el escenario de la historia como sujetos subaltemos que, en otros tiempos y lugares, desempenan papeles dominantes. Mas aun: en cualquier tiempo y lugar, un actor puede ser subaltemo en relaci6n con otro, y al mismo tiempo dominante con l'especto a un tercero. Y, por su-puesto, hay contextos en los cuales estas categorias no son aplicables. La subaltemidadno define el sel' de un sujeto, sino un Estado subordinado del sern. Sin embargo, dado que 1a subordinacion prolongada tiene como

    12. A partir de la tipologfa de la cual se sil've Guha para clasificar a los sujetos subalternos y domlr~antes, Spivak centra su trabajo en el sujeto subalterno can menos poder para desarrollar su tesiS sobr: la subordinaci6n como actor politico del sujeto subalterno, 0, dicho con sus paiabras, su mcapacidad para "hablar". En una critica de su argumentaci6n central, lomo los sUJetos subalternos mtermedlOs de Guha para desarrollaruna concepci6n relacional de la subalternidad que utilizo para analizar las transformaciones del Estado venezolano en 1989 cuando sus lideres populistas se convirtieron en defensores del programa de austeridad del FMI (1994; 2000) ..

    migueldortavargasText Box

  • efecto la fijadon de los sujetos en posidones de limitadon, una concepcion reladonal de 10 subaltemo exigeuna vision doble que reconozca, en un nivel, un suelo comun para divers as formas de subordinacion y, en otro, la identidad singular de sujetos formados en numdos sociales espedficamen-te acotados. Mientras que la primera optica abre un espacio para establecer Vll1culos entre multiples sujetos subordinados (incluido el analista que adopta unap~rspectiva subaltema), la segunda reconoce los eectos dUe-renciadores e intransferibles de modalidades espedficas de subordina-cion13

    Desde una perspectiva subaltema abordo en este libra la formacion del Estado venezolano en el contexto de la produccion historic a de la moder-nidad subaltema de Venezuela. Para el tratamiento de la dominacion y la subaltemidad como caracterizaciones relacionales, me ha resultado pro-ductivo en ciertas situaciones observar el Estado neocolonial en 10 que hene de permeado por relaciones de subalternidad, sin olvidar su poder nl su diferencia con adores subalternos sujetos a formas mas absolu-tas de subordinacion. Al desagregar categorias homogeneizantes en sus formas historic as relacionales, una perspectiva subalterna brinda la base para una critica general del poder en sus formas multiplemente fetichiza-das. En lugar de organizar mi recuento en terminos de narrativas que presentan al Estado como un agente soberano y central en la transformacion de la nacion de la tradicion a la modernidad, tomo esas narrativas como mi objeto de amllisis.

    He tratado de no olvidar que el proceso de formacion del Estado. venezolano forma parte de un praceso global de modernidad que reclama para S1 una universalidad, una racionalidad y una moralidad que dependen de la subordinacion,la exclusion 0 la destruccion de formas alternativas de sociabilidad, racionalidad y valores (Chatterjee 1993). Como las narrativas de la modernidad se han construido sobre la base de exclusiones y negacio-nes, he tratado de prestar atencion a las operaciones ocultas que seleccionan y naturalizan la memoria historica, al Hitro que crea las memorias naciona-les y global, y a sus respectivas formas de amnesia.

    13. Este cambia de 10 que entiendo pOl' subalternidad, que difiere de 10 que significaba para el termino en trabajos previos (1994), Ie debe mucho a algunos debates que sostuve miembros del Grupo de la Playa del Latin American Subaltern Studies Group de Puerto (marzo de 1996),y especialmente a la insistencia de Josefina Saldana en la alteridad . los sujetos subaJternos y a la 5ugerencia deAlberto Moreira de que emplearamos un .1_L1_" ___ , ____ ~~L_~ __ ~ ... ,., ............ ~ ..... ~ .. f., ........ 1", .... ~1 ..... 1J.-r. ........ n.

    1 stado el accidentalismo 0 19

    Aunque la antropologia se ha detenido a las puertas del estudio del Estado, paradojicamente mepreparo para abordar algunas de las tareas que he enfrentado en este libro. Las unidades de estudio usuales de la antropo-Jogia son los pueblos subordinados 0 subalternos: los Olros de Occidente, y, en el seno de Occidente, sus comunidades 0 subculturas margin ales. Comence a elaborar esta obra en la Universidad de Chicago, a manera de esfuerzo para lograr que la antropologia superara sus limites legitimos previamente establecidos. Es un lugar comun de la antropologia polHica que el antropologo. "hene una 'licericia profesional' para estudiar las es-tructuras intersticiales, suplementarias y paralelas de sociedades comple-jas, esto es, las areas grises perifericas que rodean 10 que Lenin trato como las alturas estrategicas del poder soberaxw" (Vincent 1978: 176). Me propu-se aceptar esta licencia y almism.o tiempo panel' en tela de juicio sus Hmites, y centrarme directamente en el estudio de las alturas estrategicas del poder soberano. Al centrar mi atencion en las zonas opacas de Jas decisiones estatales y corporativas que estan en el corazon mismo de procesos que han conformado el muncio moderno, he tratado de preservar la perspectiva unificante que ha distinguido a 1a antrapologia, asi como la energia descentrante que anima esta obm.

    La perspectiva descentrada desarrollada en ellibro intenta establecer una posicion que pennita trascender la oposicion entre 10 universal y 10 regional que subtiende ala modernidad occidental. El "descentramiento", igual que 10 "pluritopico" de Mignolo (1995) 010 "policentrico" de Shohat yStam (1994) funciona como senal que expresa el deseo de llegar a modos de aprehender y construir la diferencia en la igualdad. Al adoptar esta perspectiva conffo en no limitarme a ampliar las referencias geopoliticas de la modernidad, sino a trascender su horizonte conceptual. Como senala Dussel:

    La "r~alizacion" de la modernidad ya no consiste en el paso de su encarnacion europea abstracta a Ia "real". Hayen dia consiste mas bien en un proceso que tl'aseendel'a a Ia modernidad como taVen una transmodernidad, en Ia eual tanto Ia modernidad como su alteridad negada (las vktimas) se l'ealizan mutuamente en un proceso mutua de fertilizadon cl'eativa (1993: 76).

    En su libro Petroleo - juga de fa tierra, Juan Pablo Perez AHonzo, el arquitecto fundamental y posterior critico de las polfticas petroleras vene-

    . zolanas, afirm6 que "el petroleo es e1 mas importante de los combustibles i1nCUs]:)ensatlles parala vida moderna" (1961: 83). Toda su obra se nutri6 de lU1 agudo sentimiento de Que el Detr61eo pra cf'ntra 1 naTrl 1rl ronfOTlTIrlrinn

    migueldortavargasText Box

  • 20 0 Introducch51l

    del mundo modemo, como fuente de energia que se agota y tambien como sustancia que se incorpora al mundo objetual de la modemidad, desde la

    usamos hasta los vehiculos que nos transportan y las casas que habitamos. El ha contribuido a moldear un mtmdo muy estratifi-cado y eco16gicamente irracional cuya imagen es la de pueblos y cosas

    . que comparten su separaci6n unos de otros y de la historia que lqs engendr6. Si la modemidad es un proceso que se caracteriza porIa incesante, obsesiva e irreversible transformacion de un mundo fragmenta-do en entidades separadas entre si, entonces los efectos de la producci6n y el consumo de petr61eo reflejan el espiritu de la modemidad14 Susan Buck-Morss ha senalado que "Una construcci6n de la historia que no mire hacia aU

  • Hombre con un busto de Sim6n Bolivar durante el saqueo de Cal'acas tras la muerte del general Juan Vicente G6mez el17 de diciembl'e de 1935,

    - li ........ .;h .. l. ...... I\~ .. "A""' ..... "..,.,. .... u .. 'h1: .... $- ............. "'T ........ ; ............. l \

    1

    Quizas la palabra mas compleja del idioma sea "naturaleza". Resulta relativamente facil distingltir en ella Ires zonas de significado; 1) la cualidad y el carticler esenciaf de algo; 2) In fuerza

    inmanente que dirige al mundo 0 a los seres humanos, a a ambos; 3) el mundo mate";al, se ineluya 0 110 en ez a los seres humanos. No obstante, es evidente que en 2) y 3), mmque la zona de referenda es clara en senUdo general, los significados precisos son variables y, en ocasiones, indusa opueslos. El

    desarrollo hist6rico de la palabra en los Ires selltidos es importallle, pero tambien resulla significativo que los Ires sentidas, y las muchas variaciones y alternntivas en el senD de los dos

    mas complicados de elias, permanecen aun activos y genera/izados en los usos contemporaneos de la pafabra.

    Raymond Williams

    tIml canstrucci6n de la histaria que no mire hada adelante, sino hacia atras, ilacia la destrucci6n de la naluraleza material como ha ocurrido realmente,

    brinda un conlraste diali!clico can el milo fuluris/a del progreso hist6rico (que s610 puede sosienerse si se alvida 10 sucedido).

    Susan Buck-Morss

    Como dijera Borges en cierta ocasion, la ausenda de camellos revel a la ,mtenticidad del Coran: es un texto que Hene sus rakes en una cultura dande se da por sentada la existencia de los camellos, Siguiendo la misma 16gica, la poca atenci6n prestada a la naturaleza por la teoria social occi-dental contemporanea, quizas muestre hasta que grado la apropiaci6n ma-,iva de los recurs os naturales de la cual depende el mundo moderno ha Ilegado a asumirse como un hecho natural. Sin embargo, si en el primer

    esa familiaridad expresa la dinamica milenaria entre sociedad y na-lUI"GueZa, en el segundo refleja el crecimiento abrupto de una perspectiva

    corto plazo que amenaza el futuro de la naturaleza y de la humanidad. "Podemos cerrar los ojos y dedr que no queremos estar bien informa-sobre estos temas", afirma uno de los autores del "primer infonne

    t'oIYlpleto sobre el estado general del territorio de los Estados Unidos"l. No ese esmdio insta a una toma de condencia colectiva: "Vastos donde. antes existia un dinamico habitat natural, que en una

    sumaban al menos la mitad del area de los 48 estados contiguos, se degradado hasta el punto de correr peligron. Otro de sus autores, al

    .En la primera piigina de The New York Times dellS de febrero de 1995 se publico un articulo " este informe. Sobre la idea de que la proteccion de las especies en vias de extinci6n no

    adoptarse como un objetivo absoluto, sino que se la debe equilibrar con la promocion de las l1eCf'SiOAnp.;;: hlltn::'1"I:::IC H 1\11"." ............. Dl ______ , ........ ,..."\

    migueldortavargasText Box

  • o PrcnHere - La nntumleza de In rlllci6n

    J aJertar sobre el hecho de que "no se trata de que esten desapareciendo

    y aHa, sino de que estamos perdiendo conjuntos enteros de PS!JeC:les y sus habitats", propone "a los que fomentan nuevos proyectos deberfa pruebas de que sus actividades no resultaran daninas". En momentos cuando se exalta el libre mercado como 1a encarnaci6n natural de creo que es mas que probable que los encargados de aquellas pruebas seran los estados, cuyas regulaciones sobre conservaci6n ambiental (in.cluida la Ley sabre Especies en Vias de Extinci6n [Endangered Species Actj, aprobada en EEUU), corren el riesgo de ser eliminadas par "cmtinaturales", en respuesta a las presiones de los de fen-sores de los derechos sobre 1a propiedad y sus aliados conservadores en el

    estadounidense. Resulta ir6nico que los pasos que dan los conservadores para abrir nuevos espacios a 1a obtencion de ganancias mediante 1a eliminacion de impedimentos a1 juego "natural" del mercado, amenacen can erosionar las bases fiskas que hacen posibles las ganancias a largo plazo y 1a vida misma.

    Es notable que el informe describa 1a destrucci6n de 1a naturaleza en el mismo centro del sistema capitalista. La informacion disponible sobre I resto de las Americas y otras regiones no metropolitanas, configura una

    U""lallllC de 1a devastaci6n de 1a naturaleza que ha tenido lugar en las naciones neocoloniales, en las cuales una cultura colonial de pillaje de la naturaleza sigue sirviendo de base a las pr,kticas actuales. A pesal' de los esfuerzos encaminados a diversificar sus economias, realizados des-

    de obtener la llldependenda, estas antiguas colonias continuan, por 10 general, dependiendo de productos agricolas 0 minerales de exportad6n y son regidas por Estados cuyas indulgentes politkas ambientales a menu do son violadas por "promotol'es" que cuentan con 1a complicidad de funcio-

    . narios estatales2. tipico ilustra 1a erosion de las bases naturales de las

    del Tercer Mundo. Hace una dec ada, las Naciones Unidas consideraban "rico" en recursos hidraulicos a El Salvador, pero hoy 10 definen como cercano a 1a "linea de 1a pobreza". El pais experimenta actual mente una grave escasez de agua debido a 1a mala planificaci6n, el

    (lE'~SUllIian:u causado por tuberias con un deficiente mantenimiento y el uso ,lbusivo por parte de los duefios de 1a tierra. El caudal del el mayor

    2. Para un analisis dasico del impacto destructivo de la conquista y la colonizaci6n de las

    025

    rio del pais, ha disminuido en 62,9% entre 1985 y 1993. Ricardo Navarro, director del Centro Salvadorefio de Tecnologia Apropiada, afirma que el agua "se convertira en un recurso estrategico, y una gran parte de las fu-turas acciones politicas y militares tendran como causa el abastecimiento de agua a habitantes can poder". Y aflade: "En el futuro hablaremos de ecopolitica y no de geopolitica, porque los limites geogrMicos seran menos importantes que los eco16gicos para 1a definicion de areas de interes y relaciones de poder". Segun Navarro, "10 que debiera constituir una fuente de vida se convertira en fuente de disputas y violencia" (cit. por Dalton 1995)*. La distinci6n que establece Navarro entre preocupaciones eco16gi-cas y geogrMicas llama poderosamente 1a atenci6n sobre 1a necesidad de incluir una apreciaci6n mas plena de 1a importancia de 1a naturaleza en 1a geopolitica contemporanea. Y aunque este ejemplo parezca tener importan-cia solo en el nivel interno, la destruccion del bosque hillnedo de la Amazonia, fuente de oxfgeno de todo el planeta, evidencia que las preocu-paciones eco16gicas plantean cuestiones relativas a 1a soberania nacionaJ. y los derechos internacionales que ponen en tela de juicio los Hmites geopo-liticos tradicionales.

    Desde los origenes del comercio mundial, nacido con 1a conquista de las Americas, hasta 1a globalizaci6n del mercado acelerada por avanzadas tecnologfas de 1a produccion y de las comunicaciones, 1a mercantilizacion planetaria de los recursos naturales tiende a continuar como si estos fueran inagotables, a pesar de las restricciones conservacionistas. Para todo prop6-sito practico, en las sociedades en las cuales los negocios han llegado a definir el sentido comun y los fines de 1a existencia, se da por sentada 1a naturaleza.

    La teorla sodal occidental y la

    Ninguna generalizad6n puede hacer justicia a los tratamientos diver-sos y complejos que ha hecho de 1a naturaleza 1a teorfa social occidental. Creo, sin embargo, que los paradigmas dominantes en la ciencia social occidental tienden a reproducir la premisa que pennea la cultura moder-na de que puede darse por sentada a la naturaleza. La cosmovision del

    \ '. Traducido dpj in,,"lp~. IN. riP l~ T \

    migueldortavargasText Box

  • 260 naluraleza de la naci6n

    progreso hist6rico posterior a 1a Hustraci6n por 10 general afirma 1a prima" cia del tiempo sobre el espado, y de 1a cultura sobre 1a naturaleza. En el marco de estas polaridades, 1a naturaleza se asocia de manera tan cercana a1 espado y a 1a geografia que estas categorias a menudo se emplean como metaforas intercambiables. Cuando las diferencian, los historiadores y los cientistas sociales usualmente presentan espado 0 geografla como un es-

    cenar~o inerte sobre el cual tienen lugar los acontedmientos hist6ricos, y a 1a naturaleza como el material pasivo con el cual los seres humanos construyen sumund03. Esta separaci6n entre historia y geografia, y el predominio del tiempo sobre el espado, tienen el efecto de producir imagenes de sociedades que parecen separadas de su medio natural, como si estuvieran hechas de aire. Cuando aparece 1a naturaleza generalmente

    adopta~ de nuevo, 1a aparienda del aire, eterna y al alcance de 1a mano. .Banada por esta luz engafiosa, 1a apropiaci6n social de la naturaleza no parece requerir una atend6n analitica especial.

    No pretendo que esta caracterizad6n sea mas que una guia general que me ayude a ubicar mi punto de vista sobre los paradigmas te6ricos dominantes tal y como los yeo desde mi perspectiva de antrop610go cultural e historiador. Mi obra, que forma parte de una contracorriente, parte de estudios que se oponen a 1a actual priorizaci6n del tiempo a costa del espado, pero no mediante un reordenamiento, sino mediante una redefinid6n de esas categorias para integrar una concepdon espadalizada del tiempo con una idea temporalizada del espado. Muchos de esos estudios se han produddo en el punto de intersecci6n entre 1a geografia radical y 1a economia politica. En un analisis sobre esta corriente titulado "The Postmodernization of Geography: A Review", Edward Soja comenta que 1a atend6n credente que les conceden los no geografos a los temas espaciales y geograficos ha llegado a tal punto que esos advenedizos "se atreven ... a proclamar 10 que 1a mayoria de los geografos aun vacilan en

    3. Esta afirmaci6n excluye subdisciplinas que Ie atribuyen a la naturaleza una influencia decisiva en los asuntos sociales, como la sociobiologla y diversos tipos de determinismos geograficos cuyas categorlas cosificadas y J6gica reduccionista dificultan la comprensi6n y desalientan las acciones transformadoras; parad6jicamente, estos puntos de vista sobre la naturaleza pueden tener el efecto de inhibir, por temo!' a resultar asociados a ellos, intentos alternativos encaminados a integral' a la naturaleza a1 analisis social. Por otra parte, sin que haya sido mi intenci6n, mi caracterizaci6n no Ie hace justicia a un sustancial conjunto de trabajos que arroja luz sobrela compleja unidad que existe entre la sociedad y la naturaleza (realizado por ge6grafos, antrop610gos ecologistas, crfticas feministas), y que incluye muchos estudios que han nutrido este libro, pero que puedo mencionar s610 de forma parcial en el presente analisis. .

    La l1a/uraleza de la his/oria 0 27

    hacer explicito: el espacio y la geografla quizas esten desplazando 1a primada del tiempo y 1a historia como las dimensiones interpretativas especialmente significativas del periodo contemponineo" (1987: 289).

    Si se tiene en cuenta que el complejo conjunto de transfonnaciones culturales asodado a la posmodernidad conlleva una crisis de los metarre-latos y, porconsiguiente, el privilegio de 1a simultaneidad en detrimento de 1a secuencialidad, y de 1a superfide a costa de la profundidad, resulta comprensibleque se pueda creer que 1a "posmodernizaci6n de 1a geogra-fia" conduzca, como sugiere Soja, a1 desplazamiento del tiempo por parte

  • ) 0 I'reJniere - La l1aturafeza de fa l1aciolJ ---_ .. -._---

    :ientro constituido porIa generalizacion de un espacio posmoderno uente de profundidad, generado por las nuevas tecnologias de 1a praduc-iSn y las e1 mundo se torna irrepresentable. Como ~'"'' I,[-'SII-I al mundo OP[lCO e impenetrable que ha disuelto la posibilidad de na opci6n politica radical por parte de sujetos soberanos, Jameson propo-e una "estetica de trazado cie mapas cognoscitivos". A la perdida del 2ntido de la historicidad asociada con e1 surgimiento del espacio posmo-erno, Ie corresponde un debilitamiento de 1a agencia poHtica.

    A diferencia de Jameson, Ernesto Laclau celebra las posibilidades ,0Hticas abiertas por e1 posmodernismo, al cual considera un cambio

    de las condiciones de formacion de identidad. En vez de los politicos unitarios de la modernidad, cuyos papeles prescri-

    os fueran fijados por los grandes metarrelatos, ahora resulta posible politicas multiples en torno de una pletora de identi-

    lades y alianzas constituidas de manera Huida. En un libra sugerentemente itulado Nuevas reflexiones sobre fa revoluci6n de nuestro tiempo (1990), .,,,eLm apoya su argumentacion en un extenso amilisis del espacio y el

    como principios de organizacion. Considera el espacio como un :ampo de repeticion, estasis y determinacion, pOl' oposicion al tiempo, que :ntiende como e1 reino de 1a innovacion, e1 cambio y 1a libertad. Al

    . la libertad como 121 ausencia de determinaci6n (observese 1a -lHnidadJcon las definiciones libera1es de 1a libertad como la ausencia de

    Laclau ve la historia como una expresion de libertad y, por tanto, como e1 reino de la poHtica. E1 espacio, que es e1 terreno de la

    o la se reduce a una esfera no politica de determinacion ('structural.

    Resulta significativ~ que a pesar de sus divergentes evaluaciones de 1a posmodernidad, Jameson y Laclau reproduzcan 'lIDa opinion muy generali-zada que considera al tiempo y al espacio como categorlas opuestas. 5i bien