Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

download Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

of 192

Transcript of Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    1/192

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    2/192

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    3/192

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    4/192

    rlo o

    de Monty Roberts

    L

    os perros han desempeado un papel importante en mi vida. Mi

    mujer, Pat, mis hijos y yo hemos tenido varios con el correr de los

    aos que fueron tiernos compaeros e importantes miembros de nues-

    tra familia. Sin embargo, ha sido otra maravillosa criatura la que ha

    dominado mi carrera profesional. Me he pasado la vida desarrollando

    -ya menudo defendiendo- el mtodo que he descubierro para comu-

    nicarme con los caballos.

    En todo este tiempo me ha resultado evidente el enorme inters que

    tiene el mundo de los perros por mis ideas. En todas las partes del

    mundo a las que voy, en mis demostraciones hay siempre cuatro veces

    ms propietarios y adiestradores de perros que domadores de caballos.

    Casi sin excepcin, tienen comentarios firmes y positivos que hacer

    sobre mi mtodo.

    Si pudiera volver a empezar, disfrutara del reto de adaptar mis ideas

    y trasladarlas al mundo del perro. Pero tal y como estn las cosas, tengo

    ms que suficiente para mantenerme ocupado desarrollando mi propia

    disciplina y compartindola con otras personas. Mortunadamente, en

    los ltimos aos, he sabido de una adiestradora canina de gran talento

    que, inspirada en mi mtodo, ya ha emprendido esta tarea.

    Me sent profundamente emocionado cuando me enter del trabajo

    quejan Fennell ha venido haciendo en Inglaterra. He tenido la fortu-

    na de conocerla all y me ha contado muchas cosas que me recuerdan

    mis propias primeras experiencias. Como a m, ajan le parece profun-

    damente injusta la forma en que el hombre ha maltratado a veces a un

    animal que afirma llamar su amigo . Ella tambin cree apasionada-

    mente que la violencia no tiene lugar en nuestra relacin con los ani-

    males. Asimismo, suea, como yo, con un mundo en el que todas las

    especies puedan vivir en paz.

    9

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    5/192

    ..

    Saber escuchar al perro

    Igual que me sucedi a m, Jan ha tardado en armarse del coraje

    necesario para contar su historia. Yo fui dando largas al asunto duran-

    te aos antes de escribir mi primer libro, El hombre que escuchaa los

    caballos Jan ha sido igual de cuidadosa para esperr a publicar sus

    ideas. Ahora siente la confianza que le da su experiencia y est prepa-

    rada para compartir su extraordinario trabajo. con un pblico ms

    amplio.

    En esta empresa, les deseo a ella y a sus ideas lo mejor. Estoy segu-

    ro de que habr quienes la critiquen. Si la experiencia me ha enseado

    algo, es que la naturaleza humana tiene una capacidad casi ilimitada

    para la negatividad. Cada uno de nosotros debera tener presente que,

    por cada grano de negativo dentro de la comunidad humana, hay una

    montaa de positivo esperndonos entre los animales. Sin embargo,

    tambin debemos mencionar que por cada persona negativa, hay lite-

    ralmente cientos que tienen sed de una mejor forma de tratar con los

    mejores amigos del hombre.

    Me enorgullece pensar que aferrndome a mis creencias he ayudado

    a hacer del mundo un mejor lugar para el caballo y espero que tambin

    para las personas. Confo en que este libro pueda lograr lo mismo para

    otra criatura muy especial: el perro.

    Monty Roberts

    1

    El hombre que escucha a los caballos

    Ed. Tutor, Madrid, 2002 .

    10

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    6/192

    ntrodu in

    C

    reo firmemente en la importancia de aprender de los errores que

    cometemos en la vida. Y con razn, porque yo misma he cometi-

    do ms de la cuenta, tanto en mis relaciones con personas como con

    perros. De todas las lecciones que stos me han enseado, ninguna fue

    tan dolorosa como la que recib en el invierno de 1972. Me parece

    oportuno empezar contndoles la tragedia de Purdey. Por razones que

    pronto resultarn evidentes, su historia es inseparable de la ma propia.

    Era la poca en que me haba casado y estaba criando a mis dos hijos

    pequeos, mi hija, Ellie, nacida aquel febrero, y Tony, que entonces

    tena dos aos y medio. Vivamos como una familia en Londres, pero

    acabbamos de decidir trasladamos al campo, exactamente a una aldea

    de Lincolnshire, un condado en pleno centro de Inglaterra. Como tan-

    tas personas que se sienten atradas por la vida rural, todos nosotros

    estbamos deseando dar largos paseos por el campo y decidimos que

    nos gustara la compaa de un perro para llevado con nosotros. En vez

    de comprarnos un cachorro que acabe de nacer, pensamos en acoger a

    un perro ya crecido. Nos gustaba la idea de ofrecer un hogar a un ani-

    mal que hubiera recibido un trato injusto, as que all que nos fuimos

    todos a la

    RSPCN

    y vimos a esta monada de perrita, un cruce de

    Border collie y Whippet, blanca y negra, que tena ya seis meses. Nos

    la llevamos a casa, y decidimos llamada Purdey.

    No era el primer perro de mi vida. se haba sido Shane, un magn-

    fico Border collie tricolor que me haba regalado mi padre cuando era

    una adolescente de 13 aos que creca en Fulham, al oeste de Londres.

    Siempre me haban encantado los perros y de nia me haba inventado

    una perrita imaginaria llamada Lady. Recuerdo a mi abuela siguindo-

    me cariosamente la corriente y hablndole a mi amiga de ficcin con-

    2

    Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, la Sociedad Protectora de Animales

    britnica, lit. Real Sociedad para la Prevencin de la Crueldad a los Animales . N. d. T

    II

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    7/192

    aber escuchar al perro

    migo. Creo que entonces ya vea a los perros igual que ahora como

    modelos de amor incondicional y absoluta lealtad cualidades que son

    difciles de encontrar en los seres humanos. La llegada de Shane a

    nuestra familia slo haba confirmado mis sentimientos.

    Adiestr a Shane con mi padre segn la tcnica que pap haba

    empleado l mismo de joven para educar a sus perros. Pap era un

    hombre bondadoso pero tambin estaba decidido a que el perro hicie-

    ra lo que se le ordenara. Si Shane haca algo mal reciba un cachete

    en la nariz o un azote en las nalgas. Pero yo tambin reciba un azote en

    el trasero y pensaba que estaba bien especialmente porque Shane era

    una criatura extremadamente inteligente y pareca comprender lo que

    . queramos. Todava puedo recordar el orgullo que yo senta alllevarlo

    a los parques de Putney Heath y Wimbledon Common en el autobs

    nmerp 74. Shane se sentaba a mi lado sin correa comportndose

    impecablemente todo el tiempo. Era un perro extraordinario.

    Si algo funciona seguimos hacindolo; como suele decirse no se

    remienda lo que no est roto. As que cuando cogimos a Purdey deci-

    d aplicad e el mismo mtodo que haba empleado con Shane ense-

    ndole la diferencia entre lo que estaba bien y lo que no con una mez-

    cla de amor afecto y fuerza cuando era necesario.

    Al principio este mtodo pareca funcionar tambin con Purdey. Se

    comportaba bien y congeni fcilmente con la familia en Londres.

    Los problemas empezaron cuando finalmente nos trasladamos a Lin-

    colnshire aquel septiembre. Nuestro nuevo hogar no podra haber

    ofrecido mayor contraste con el ruidoso y superpoblado Londres.

    Vivamos en un pueblecito aislado. No haba farolas los autobuses slo

    pasaban dos veces por semana y haba que caminar seis kilmetros y

    medio hasta la tienda ms prxima. Recuerdo que cuando era muy

    pequea me llevaron por primera vez al mar. Al vedo hu de l des-

    pavorida corriendo colina arriba. Mi expresin de nia de tres aos fue

    muy muy

    gande

    y si ella hubiera podido hablar estoy segura de que

    es lo que hubiera dicho Purdey sobre su nuevo hogar. Todo pareca

    muy muy grande .

    A poco de llegar Purdey empez a comportarse de un modo que en

    aquel momento cre extrao y no poco preocupante. Se iba corriendo

    al campo y desapareca durante horas; luego regresaba habindoselo

    pasado obviamente en grande en algn sitio. Tambin estaba hiperacti-

    va y pareca que la mnima cosa o el ruido ms insignificante la ponan

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    8/192

    Introduccin

    en tensin. Me segua absolutamente adondequiera que yo fuera lo

    que resultaba molesto porque mis dos hijos eran pequeos. No me

    gustaba nada que vagara as por el campo. Todos tenemos la responsa

    bilidad de asegurar que nuestros perros no pongan en peligro ni moles

    ten a otras personas. Pero decid que me haba hecho cargo de aquella

    perra e iba a seguir con ella. Le deba una ayuda para que se asentara y

    tena confianza en que lo conseguira. Los acontecimientos sin embar

    go pronto me sobrepasaron.

    El primer indicio que percib de que algo iba mal fue cuando un

    granjero de la zona vino a verme. Me dijo en trminos inequvocos

    que si no mantena a aquella perra bajo control tendra que pegarle un

    tiro l mismo. Me qued anonadada desde luego pero tambin enten

    d las razones de aquel hombre porque tena ganado y Purdey eviden

    temente corra tras los animales y les acosaba. As que la metimos en el

    enorme jardn de ms de 60 metros que tenamos pasamos una cuer

    da por su collar y la atamos a la de tender la ropa para que no pudiera

    alejarse. Pero aun as se escapaba en cuanto poda.

    Las cosas empeoraron una fra maana de invierno justo antes de

    Navidad. Yo haba bajado con los nios y estaba siguiendo nuestra

    habitual rutina para comenzar el da. Purdey corra por todos lados fre

    nticamente que era lo que siempre haca a primera hora de la maa

    na. Recuerdo que Ellie estaba gateando en el suelo mientras Tony

    jugaba a ayudarme clasificando una pila de ropa que yo tena en la sala

    de estar. Al entrar en la cocina que daba directamente a la sala de estar

    para recoger sus desayunos o un fuerte estrpito. Nunca olvidar lo

    que vi cuando me di la vuelta. La perra haba saltado sobre Tony y le

    haba empujado a travs de uno de los vidrios de una puerta corredera

    de cristal. Haba vidrios rotos por todas partes. Desde ese momento

    fue como si todo sucediera a cmara lenta. Recuerdo a Tony mirndo

    me con aquella expresin atnita helada mientras Dr sangremanaba a

    chorros de su carita. Recuerdo que corr hasta Tony le cog en brazos

    y agarr un paal afelpado limpio de una pila de ropa. Mis das como

    voluntaria en St John Ambulance3 me haban enseado a comprobar

    en este tipo de accidentes si haba fragmentos de cristales en las heri

    3 La mayor institucin benfica de primeros auxilios transporte y atencin humanitaria del

    Reino Unido. Tambin est presente en otros pases. Entre sus diversas actividades forma soco

    rristas. Cuenta en la actualidad con ms de 47.000 voluntarios la mitad de los cuales son jvenes

    menores de 18 aos. N. d. T

    13

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    9/192

    ber escuch r l perro

    das. Cuando me qued convencida de que no haba ninguno, empec a

    presionar el paal sobre su cara, aplicando tanta presin como poda

    para detener el flujo de sangre. Luego me lo cargu en brazos y me

    dirig hacia Ellie que estaba milagrosamente sentada y quieta en medio

    de aquel mar de vidrios rotos. La recog con el brazo que tena libre y

    me sent all de rodillas pidiendo ayuda. Mientras tanto Purdey corre-

    teaba alrededor como una loca, ladrando y saltando en el aire como si

    estuviera jugando a un juego formidable.

    Era la pesadilla que ninguna madre desea tener. Cuando despus de

    un cierto tiempo lleg la ayuda, los amigos y la familia fueron unni-

    , mes. Las heridas de Tony eran espantosas y le quedaran marcas de por

    vida. Esta perra es mala, una fiera , decan. Pero yo todava me senta

    responsable de Purdey, y estaba decidida a dar a la perra otra oportu-

    nidad. Continu metindose en problemas de vez en cuando, pero cpor

    lo menos durante un par de meses, todo se mantuvo relativamente en

    calma.

    y entonces, una soleada maana de invierno, justo antes del primer

    cumpleaos de Ellie en febrero, me encontraba en otra parte de la casa

    mientras Ellie estaba en el suelo jugando con sus juguetes, bajo la vigi-

    lancia de mi madre. En cuanto o el chillido de mi madre, me di cuen-

    ta de que algo haba sucedido. Cuando llegu a la sala de estar, mi

    madre slo acert a gritar: La perra la ha mordido, Ellie no ha hecho

    nada y la perra la ha mordido. La perra se ha vuelto loca . No quera

    creerlo. Pero cuando vi que Ellie tena un pequeo corte bastante feo

    encima del ojo derecho, no me qued otra opcin. La cabeza me daba

    vueltas. Por qu haba pasado esto? Qu haba hecho Ellie? Dnde

    me haba equivocado en el adiestramiento? Pero yo saba q~e ya haba

    pasado el momento de hacerse preguntas.

    En cuanto se enter de la noticia, mi padre vino a verme. De nia le

    haba odo hablar de uno de sus perros favoritos, un cruce de perro pas-

    tor y Olde English bulldogge llamado Gyp, y de cmo se haba vuelto

    loco . Mi abuela haba estado intentando que se quitara de un sof y l

    la haba intentado morder. Segn la manera de pensar de mi abuelo, si

    un perro poda revolverse contra la mano que le daba de comer es que

    estaba condenado, as que a Gyp se le sacrific. Mi padre no tena que

    explicrmelo con ms detalle. Hija, ya sabes lo que tienes que hacer:

    cuando se les va la cabeza, se les va , dijo con tristeza. No pierdas

    ,tiempo, hazlo cuanto antes. Aquella noche mi marido volvi del tra-

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    10/192

    ntrodu in

    bajo. Dnde est la perra? me pregunt. Ha muerto le dije. La

    haba llevado al veterinario aquella tarde y la haba hecho sacrificar.

    Durante mucho tiempo una parte de m estaba convencida de que

    haba hecho lo correcto con Purdey; pero al mismo tiempo siempre

    cre que le haba fallado que era culpa ma no suya. Incluso en el

    momento de sacrificarla senta que estaba abandonndola. Tard casi

    veinte aos en confirmar mis sospechas. Lo que ahora s es que todo

    el comportamiento de Purdey estaba causado por mi incapacidad para

    comprender a aquella perra para comunicarme con ella para mostrar-

    le lo que yo quera verdaderamente. Para decirlo con la mayor claridad:

    era una perra un miembro de la familia canina no de la humana pero

    yo estaba usando con ella un lenguaje humano.

    < Durante los ltimos diez aos he aprendido a escuchar y a com-

    prender el lenguaje de los perros. A medida que ha ido creciendo esa

    comprensin he podido comunicarme con ellos y ayudarles -a ellos y

    a sus dueos- a superar sus problemas. En muchas ocasiones mi inter-

    vencin ha evitado que un perro fuera sacrificado a causa de su com-

    portamiento aparentemente incorregible. El gozo que he sentido cada

    vez que he salvado la vida de un perro de esta manera ha sido inmen-

    so. Mentira si no admitiese que est tambin teido del remordimien- .

    to de no haber aprendido estos principios a tiempo para salvar a

    Purdey.

    El objetivo de este libro es comunicar los conocimientos que he

    adquirido. Explicar cmo llegu al mtodo que empleo actualmente.

    Seguir despus esbozando cmo puede usted aprender este lenguaje

    por s mismo. Igual que el aprendizaje de cualquier lengua tiene que

    tomarse en serio. Si lo aprende con desgana o sin poner en ello tod~ el

    alma slo conseguir confundirse a s mismo y al perro con el que est

    intentando comunicarse. Si lo aprende bien puedo asegurarle que su

    animal le recompensar con su cooperacin su lealtad y su amor. .

    15

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    11/192

    ptulo

    llenguaje perdido

    El

    perro esun len en su propio hogar. Provervio persa

    L

    a humanidad ha perdido muchos secretos en el curso de su histo-ria. Entre ellos se encuentra la verdadera naturaleza de nuestra

    relacin con el perro. Como muchos millones de personas de todo el

    mundo siempre he sentido que existe una especial afinidad entre nues-

    tras dos especies. Va ms all de la mera admiracin por las capacida-

    des atlticas del perro su inteligencia y su belleza. Hay en ello un

    vnculo intangible algo especial que nos conecta y que probablemente

    ha existido desde los ms remotos comienzos.

    Durante casi toda mi vida esta sensacin se fundaba en poco ms

    que el instinto un acto de fe si se quiere. Hoy sin embargo la rela-

    cin del ser humano con el perro es el tema de un creciente conjunto

    de datos cientficos fascinantes. Tales pruebas indican que el perro no

    es slo el mejor amigo del hombre sino tambin el ms antiguo.

    Segn las investigaciones ms actualizadas que he ledo las historias

    de las dos especies se entrelazaron desde hace mucho tiempo: 100.000

    aos a. C. Fue entonces cuando el hombre moderno el Homo sapiens

    apareci a partir de sus antepasados los neandertales en frica y en el

    Oriente

    Prximo.

    Fue tambin por esta poca cuando el perro

    Canis

    jamiliaris empez a evolucionar a partir de su antepasado el 1000

    Canis lupus.Hayal parecer pocas dudas de que los dos acontecimien-

    tos estuvieron relacionados y de que el vnculo se estableci en los pri-

    meros intentos del hombre por domesticado. Por supuesto nuestros

    antepasados fueron incorporando otros animales a sus comunidades;

    los ms destacados: la vaca la oveja el cerdo y la cabra. Pero el perro

    no fue slo la primera sino con gran diferencia la adicin ms

    exito-

    sa a nuestra familia extendida. .

    Hay pruebas convincentes que sugieren que nuestros antepasados

    valoraron a sus perros por encima de casi todo lo que formaba parte de

    17

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    12/192

    ber escuch r l perro

    su vida. Una de las cosas ms conmovedoras que he visto en aos

    recientes fue un documental sobre los descubrimientos llevados a cabo

    en el antiguo yacimiento natufiense de Ein Mallah en el norte de

    Israel. All, en aquel paisaje reseco y sin vida, los huesos de un perro

    joven de una antigedad de 12.000 aos fueron encontrados descan-

    sando bajo la mano izquierda de un esqueleto humano de la misma

    poca. Los dos haban sido enterrados juntos. Da la impresin de que,

    evidentemente, el hombre haba querido que su perro compartiese con

    l su ltima morada. Descubrimientos similares, que se remontan al

    ao 8500 a. C. han sido realizados en Amrica, en el yacimiento de

    Koster, en Illinois Estados Unidos).

    La sensacin de qe el hombre y el perro compartieron una singu-

    lar intimidad viene confirmado por el trabajo llevado a cabo por soci-

    logos en ciertas comunidades de Per y Paraguay. En ellas, incluso

    actualmente, cuando un cachorro se queda hurfano es habitual que

    una de las mujeres se ocupe de su crianza. La mujer cuida y alimenta al

    perro hasta que est preparado para valerse por s mismo. Nadie sabe

    con certeza a cuntos aos se remonta esta tradicin. Slo podemos

    aventurar la intensidad de la relacin que los antepasados de estos pue-

    blos debieron de tener con sus perros.

    Sin duda, nos quedan muchos ms hallazgos por descubrir, muchas

    ms ideas reveladoras que llegar a comprender. Pero incluso con los

    conocimientos de que disponemos actualmente, no debera sorpren-

    demos que la empata entre las dos especies fuera tan intensa. De hecho,

    ms bien al contrario: las enormes similitudes entre los dos animales

    los convertiran en compaeros naturales.

    La profusin de estudios que han sido realizados en este campo nos

    dice que tanto el antiguo lobo como el hombre de la Edad de Piedra

    compartieron los mismos instintos impulsores y la misma organizacin

    social. En pocas palabras, ambos era depredadores y vivan en grupos.

    o manadas con una estructura muy marcada. Una de las mayores simi-

    litudes que compartan era su inherente egosmo. La respuesta de un

    perro ante cualquier situacin -como la de un ser humano- es qu

    gano yo con ello? . En este caso, es fcil ver que la relacin que desa-

    rrollaron supuso para ambas especies un enorme beneficio mutuo.

    A medida que el lobo menos receloso, ms confiado, se asentaba en

    su nuevo medio junto al hombre, descubri que tena acceso a tcnicas

    y herramientas de caza ms sofisticadas, como, por ejemplo, trampas y

    18

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    13/192

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    14/192

    Saber escuchar al perro

    Lentamente el lobo evolucion convirtindose en un perro capaz de

    perseguir y capturar presas en aquel clima extremado y, lo que era ms

    importante, a hacerla siguiendo las rdenes del hombre. Este perro

    -conocido por diversos nombres: Saluki, Lebrel o Galgo persa,

    Cazador de gacelas- sigue actualmente sin alteraciones y bien podra

    ser el primer ejemplo de perro de pura raza. No fue ciertamente el lti-

    mo. En el antiguo Egipto, el Perro de los faraones fue criado para la

    caza. En Rusia, el Borzoi o galgo ruso fue criado para la caza de osos.

    En Polinesia y Amrica Central, las comunidades desarrollaron inclu-

    so razas de perros especficamente para la alimentacin.

    El proceso ha continuado a travs de las pocas, ayudado por la

    buena disposicin del perro a recibir nuestra impronta. Aqu en

    Inglaterra, por ejemplo, la cultura cazadora de la aristocracia terrate-

    niente produjo una serie de perros hechos a medida para desempear

    tareas especficas. En una hacienda rural decimonnica, una jaura tpi-

    ca inclua un Springer spaniel para levantar spring)o sacar a la caza de

    su refugio, un Pointer o un Setter para localizar y sealar o hacer la

    muestra pointo set) de las aves, y un Retriever, para cobrar 1 etrieve)as

    piezas muertas o heridas y llevrselas al perrero.

    En otras partes, diversas razas mantuvieron el vnculo histrico

    entre el hombre y el perro incluso ms estrechamente. En ningn lugar

    queda mejor ejemplificado que en el desarrollo de perros gua para los

    ciegos. Fue al final de la Primera Guerra Mundial, en una enorme casa

    de reposo en el campo, cerca de Potsdam Alemania , cuando un mdi-

    co que trabajaba con heridos de guerra not slo por casualidad que,

    cuando los pacientes que haban perdido la vista se dirigan hacia un

    tramo de escaleras, su Pastor alemn les cortaba el paso. El doctor

    intuy que el perro les estaba apartando del peligro. Empez a adies-

    trar a sus perros especficamente para usar esa capacidad natural de

    , pastoreo con el fin de ayudar a seres humanos que ya no podan ver. El

    perro lazarillo se desarroll a partir de all. Puede ser nuestra reversin

    ms directa a aquella comunidad ms primitiva. Ah estaba un perro

    poniendo a disposicin del hombre un sentido que haba perdido.

    Desafortunadamente, es un raro ejemplo de cooperacin en el mundo

    moderno.

    En aos ms recientes nuestra relacin ha cambiado, desde mi punto

    de vista, a menudo en detrimento del perro. Nuestros ex-compaeros

    para la supervivencia se han convertido en una mezcla de acompaan-

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    15/192

    -

    -

    l lengu je perdido

    tes y accesorios. La evolucin de los perros llamados falderos lo ilustra

    perfectamente. Estas razas fueron probablemente iniciadas en los tem-

    plos budistas en las altas montaas del Himalaya. All, los monjes cria-

    ron los robustos Spaniels tibetanos de modo que fueran hacindose

    cada vez ms pequeos. Y luego los usaron como si fueran bolsas de

    agua caliente, ensendoles a saltar sobre su regazo y a quedarse bajo

    sus tnicaspara defendersedel fro.

    .

    En poca de Carlos TI de Inglaterra 1660-1685), la idea haba lle-

    gado hasta este pas, donde el English toy spaniel Spaniel enano

    ingls) evolucion cruzando ejemplares de Setter cada vez ms peque-

    os. Con el tiempo, estos minsculos perros de caza fueron mimados

    por sus pudientes amos y cruzados con razas de perros enanos trados

    de Oriente. La historia de la raza todava es apreciable hoy da en los

    caractersticos rasgos de la cara achatada del King Charles spaniel

    Spaniel rey Carlos). ste fue, en mi opinin, un momento transcen-

    dental de la historia de la relacin del hombre con el perro. Para el

    perro nada haba cambiado, pero para su ex-compaero, la relacin era

    enteramente nueva. El perro haba dejado de tener una funcin ms

    all de la meramente decorativa. Era un preludio de lo que se avecinaba.

    Hoy da, son escassimos los ejemplos de la antigua relacin que

    hombre y perro disfrutaron. Nos vienen enseguida a la mente los pe-

    rros de trabajo, como los de caza, polica o granja, aparte de los perros

    gua que ya he mencionado. No obstante, son las rarsimas excepcio-

    nes. En general, hoy tenemos una cultura y una sociedad en la cual

    no se ha concedido consideracin al lugar del perro. La antigua leal-

    tad ha sido olvidada. Nuestra confianza ha llegado a dar asco y con

    ello la comprensin instintiva que compartieron las dos especies se ha

    perdido.

    De nuevo, es fcil ver por qu ha habido un fallo en las comunica-

    ciones: las pequeas comunidades en las cuales comenz nuestra his-

    toria han sido reemplazadas por una sociedad enorme y homognea,

    una aldea global. Nuestras vidas en las grandes ciudades nos han

    hecho annimos, y no reconocemos a la gente que nos rodea. Si nos

    hemos divorciado de,las necesidades de nuestros prjimos humanos,

    con los perros hemos perdido completamente el contacto. Como noso-

    tros hemos aprendido a abordar todo lo que te1).emosque afrontar en

    nuestra sociedad, simplemente hemos supuesto que nuestros perros

    han hecho lo mismo:; La verdad es que no. Hoy, el concepto que el

    . l.

    21

    . ::-~~7

    .-----

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    16/192

    ber escuch r l perro

    hombre tiene del papel del perro y la idea que el perro tiene de su posi

    cin estn completamente enfrentadas. Pretendemos que esta sola es

    pecie se atenga a nuestras normas de comportamiento que viva segn

    reglas que nunca impondramos a otro animal; una oveja o una vaca

    pongamos por caso. Hasta a los gatos se les permite que se rasquen

    solos. Slo a los perros se les dice que no pueden hacer lo que quieran.

    Es irnico y en mi opinin trgico que del milln y medio de

    especies conocidas de este planeta la nica dotada de suficiente inteli

    gencia para apreciar la belleza de otros seres no sepa respetar a los

    perros por lo que son. En consecuencia el excepcional entendimiento

    que existi entre nosotros y nuestros antiguos mejores amigos casi ha

    desaparecido. No es de extraar que haya actualmente ms problemas

    con los perros que nunca.

    Por supuesto que hay mucha gente que vive perfectamente feliz con

    sus perros. El antiguo vnculo sobrevive puro en alguna parte de nues

    tro interior. Ningn otro animal evoca el mismo conjunto de emocio

    nes o sirve de base para relaciones de tanta ternura. Pero sigue siendo

    un hecho que la gente actual que vive en armona con sus perros ha lle

    gado a esta situacin por un accidente feliz ms que a travs del cono

    cimiento. Nuestra conciencia del lenguaje instintivo sin palabras que

    compartimos con nuestros perros se ha perdido.

    Durante la ltima dcada he intentado superar esta divisin resta

    blecer aquel vnculo que exista entre hombre y perro. Mi bsqueda de

    este medio de comunicacin perdido ha sido larga y a veces frustrante.

    . Pero al final ha sido la empresa ms gratificante y emocionante que

    haya emprendido jams.

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    17/192

    ptulo

    na vida rodeada de perros

    A

    hora me cuesta imaginario pero hubo una poca en la qutfno

    poda afrontar la perspectiva de volver a establecer un lazo -de

    amistad con otro perro. En el espantoso perodo que sigui a la muer-

    te de Purdey me senta profundamente desilusionada. En un momen-

    to dado incluso creo que llegu a salir con la tpica frase: Jams

    volver a tener otro perro en esta casa . Pero la realidad era que mi

    afecto por los perros era demasiado profundo. Y al ao poco ms o

    menos de la muerte de Purdey un pequeo perro de caza estaba

    curando las cicatrices que me haba dejado mi trgica prdida.

    A pesar de nuestro temprano revs mi familia y yo nos habamos

    adaptado bien a la vida de campo. Fue el inters de mi marido por la

    caza lo que volvi a traer perros a nuestro hogar. Un da del otoo de

    1973 regres de una partida de caza al salto lamentando carecer de un

    buen perro. Haba visto un conejo herido escabullndose en el bos-

    que adonde ira a morir. Si tuviera un perro eso no habra pasado

    dijo con una mirada que dejaba pocas dudas sobre lo que estaba pen-

    sando.

    As fue como aquel septiembre el da de su cumpleaos lleg a la

    casa su primera perra de caza una Springer spaniel a la que llamamos

    Kelpie. Le encant la perrita tanto como a m. Iba a ser el comienzo de

    mi duradera predileccin por esta maravillosa raza. .

    Como supongo era de esperar estbamos aterrorizados por la idea

    de repetir la experiencia de Purdey e inmediatamente compr uno de

    los habituales manuales sobre adiestramiento de perros de caza. Tengo

    que confesar que nuestros primeros esfuerzos para moldearIa no fue-

    ron precisamente un xito clamoroso; ms bien al contrario.

    Queramos adiestrar a Kelpie para cobrar piezas tarea poco natural

    para un perro de muestra especializado en levantar la caza.

    Atenindonos rgidamente al libro la iniciamos arrojndole objetos

    para que los recogiera y nos los devolviera. El libro insista en la impor-

    23

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    18/192

    ber escuch r l perro

    tancia de comenzar con algo muy ligero. La idea era ensear a la perra

    a que mordiera suavemente los objetos que cobrara.

    Decidimos usar uno de los antiguos baberos de Ellie, al que hicimos un

    nudo. Una maana sacamos a Kelpie al aire libre, lanzamos el babero y

    esperamos que nos lo trajera. Nos emocion mucho cuando ella dio un

    brinco y fue a recoger el babero, pero nuestras expresiones pronto cam-

    biaron cuando pas corriendo por nuestro lado y se meti en casa.

    Recuerdo a mi marido dirigindome una mirada perpleja: Y ahora, qu

    dice el libro que tenemos que hacer? , pregunt. En aquel momento creo

    que todos nos partimos de risa. Cometimos un montn de errores con

    Kelpie, pero tambin nos divertimos mucho. Siempre que hoy seme sube

    a la cabeza mi talento o me siento demasiado segura sobre la capacidad

    que tengo de controlar a los perros, me acuerdo de aquel momento.

    Pero Kelpie era, al fin y al cabo, la perra de mi marido. Yoestaba tan

    encantada con ella y con lo bien que haba encajado en nuestra vida que

    poco despus decid tener mi propia perra. Me haba enamorado sin

    remedio de la raza Spaniel y compr una cachorrita de nueve semanas,

    una Springer spaniel con linaje de campeones. La llam Lady, por la

    perra imaginaria que haba tenido de nia.

    Estaba menos interesada en la caza que en la crianza de perros y en

    las exposiciones caninas. Lady fue quien me inici en ese fascinante

    mundo. A mediados de la dcada de 1970, vlajaba con ella a exposicio-

    nes por todo el pas. Era una perra encantadora y tena mucho xito

    con los jueces adondequiera que bamos. En 1976, Lady se haba clasi-

    ficado para la exposicin canina ms prestigiosa, la de Cruft s, en

    Londres. El da que viajamos hasta el famoso centro de exposiciones

    Olympia fue un momento que me llen de orgullo.

    Encontr el mundo de las exposiciones caninas gratificante y extra-

    ordinariamente divertido. Ante todo, era una gran red social, una

    forma de conocer gente que comparta los mismos gustos. Dos de los

    mejores amigos que hice fueron Bert y Gwen Green, una pareja bien

    conocida en el mundillo, cuya lnea de perros, con el afijo Springfayre,

    era enormemente popular. Bert y Gwen conocan mi inters por ini-

    ciarme en la cra de perros. Fueron ellos quienes me regalaron a

    Donna, una perra de tres aos, que era la abuela de Lady. Donna tena

    todo lo necesario para ser una buena perra de base y me ayud a empe-

    zar mi propia lnea de cra. Pronto me haba dado mi primera camada,

    y me qued uno de los siete perros, al que llam Chrissy.

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    19/192

    n vid rode d de perros

    Chrissy era un ejemplar de exposicin que se convirti en un perro

    de caza de mucho xito. Gan uno de los certmenes en la categora de

    cachorros a la edad de ocho meses y se clasific tambin para Cruft s.

    El momento lgido de mi vida con l sucedi en octubre de 1977,

    cuando le llev al Show Spaniels Field Day amada de Campo para

    Spaniels de Exposicin), una prestigiosa muestra de perros de caza que

    se hubiesen clasificado para Cruft s. El concurso juzgaba los perros slo

    por sus capacidades de trabajo. Como suele decirse, no caba en m

    cuando Chrissy gan el premio como Mejor Springer de la Jornada.

    Recuerdo vivamente el momento en que el juez me entreg la escara-

    pela de ganador. Bienvenida a la elite , me dijo. Despus de aquello

    sent verdaderamente que haba llegado a ser alguien en el mundo del

    perro.

    Animada por este xito, segu mejorando mi lnea de cra gracias a

    dos perras de buena raza y creo que gan una reputacin bastante con-

    siderable. Durante esta poca, siguieron aadindose nuevos ejempla-

    res a la coleccin de perros de la familia. Trgicamente, Donna muri

    de un tumor en 1979, con slo ocho aos de edad, pero en el perodo

    post~rior tambin compr para mi hija una Cocker spaniel llamada

    Susie, y cri perros con su hija Sandy.

    Sin embargo, fue Khan, uno de los English springer spaniels que yo

    haba criado, quien me proporcion mi mayor xito, al ganar en su

    categora en muchos concursos y el premio Best of Breed (el mejor de

    su raza). Era un perro maravilloso de hermosos rasgos, en especial el

    tipo de rostro clido pero masculino que siempre estaban buscando los

    jueces. En 1983 se clasific para Cruft s, emulando la hazaa de seis de

    mis anteriores perros. Me dio un enorme placer que ganase en su cate-

    gora. Tambin en este caso me llena de orgullo recordar el momento

    en que recib el diploma de ganador.

    Como ya he explicado, conoc a personas maravillosas y afables que

    me ensearon mucho. Pero la ms sabia de todas ellas fue sin duda Bert

    . Green. Recuerdo que sola decirme: Dudo que le hagas ningn bien

    a la raza; pero no le hagas ningn dao . Con esta frase quera decir

    que tenamos la responsabilidad de mantenemos fieles a los principios

    de la fraternidad de criadores de perros.

    Para m, criar perros conllevaba su propia serie de responsabilidades,

    en especial porque casi todos los pocos perros que cri iban encon-

    trando acomodo, con todas las precauciones debidas, en hogares de

    25

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    20/192

    ber escuch r l perro

    diversas familias. Era responsabilidad ma asegurar que estos perros

    tuvieran temperamentos que convirtieran su posesin en un placer. As

    que inevitablemente me haba pasado mucho tiempo adiestrndolos

    trabajando en lo que todo el mundo sola llamar clases de obediencia .

    Fue aqu donde el malestar que yo haba sentido durante tanto tiem-

    po sobre nuestra actitud hacia los perros realmente aflar. El recuerdo

    de Purdey era una nube constante en el fondo de mi alma. Estaba

    siempre preguntndome lo que haba hecho mal cuestiondome si de

    alguna manera la haba adiestrado incorrectamente.

    Mi creciente malestar se vio alimentado por la desconfianza que sen-

    ta acerca de los tradicionales mtodos de adiestramiento por imposi-

    cin. En mis tcnicas de adiestramiento no haba entonces nada radical

    ni revolucionario. Al contrario en la mayora de los sentidos era tan

    conservadora como todos los dems adiestradores. Pasaba por la ruti-

    na de adiestrar al perro a sentarse y a quedarse quieto empujndolelas

    nalgas hacia el suelo a que se pusiera a mi lado con un tirn del collar

    de ahogo y a seguirme. E inculcaba estas formas de disciplina median-

    te los mtodos consagrados par la tradicin.

    Sin embargo a medida que pasaba cada vez ms tiempo adiestrando

    perros empez a tomar forma una molesta duda sobre lo que estaba

    haciendo. Era como si una voz en el fondo de mi alma estuviera dicin. .

    dome constantemente: ests obligando al perro. a hacer esto; pero el

    perro no quiere hacerlo. En realidad yo haba detestado siempre la

    palabra obediencia . Tena la misma connotacin que domar en el

    mundo del caballo. Simplemente pona de relieve la realidad de la si-

    tuacin que lo que estaba empleando era un tipo de imposicin una

    forma de contrariar la voluntad del animal. En mi opinin es como la

    palabra obedecers en los votos de matrimonio. Por qu no usar

    trminos como colaborars trabajars junto a cooperars ?

    Obedecer me resulta demasiado emotivo. Pero qu poda hacer al

    respecto? No haba libros sobre cmo obrar de otro modo. Y quin

    era yo para poner las cosas en duda? No haba ms vuelta de hoja; ten-

    as que tener a tu perro bajo control no podas permitir que fuera

    corriendo por ah completamente descontrolado. Es responsabilidad

    nuestra como lo es con nuestros hijos hacerles socialmente responsa-

    bles. No tena una verdadera alternativa.

    No obstante fue en esta poca cuando empec con mis tentativas

    para que el proceso de adiestramiento resultara ms benvolo cuando

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    21/192

    n vid rode d de perros

    fuera posible. Con esta idea en mente comenc a introducir sutiles

    cambios en mi tcnica. El primero no supona nada ms complicado

    que un simple cambio de lenguaje. Como ya he explicado estaba

    empleando los mtodos tradicionales de imposicin incluyendo ellla-

    mado collar de ahogo. En mi opinin el nombre estaba mal puesto.

    Usado correctamente el collar. no deba nunca ahogar al perro sino

    tan slo controlado. Segn lo entenda yo no tena sentido empleado

    para dar tirones del perro hacia atrs. As que intent suavizar la ter-

    minologa para conseguir suavizar la actitud de las personas.

    Como parte del adiestramiento enseaba a la gente a emplear la

    correa para hacer un ruido ligero un chasquido que el perro recono-

    ciera como seal anticipatoria antes de adelantarse a su dueo. Cuando

    oa la correa reaccionaba para evitar el ahogo. As que para m y mis

    alumnos eran collares de control ms que de ahogo. Fue un cambio

    menor pero la diferencia de nfasis era fundamentaL

    Intent hacer lo mismo en el adiestramiento de las pautas junto al

    amo. N o aprobaba el mtodo que empleaba la mayora de la gente que

    supona coger la correa y derribar al perro. Crea que era un error. Mi

    forma original de conseguir que se echase era hacer que el perro se sen-

    tara y luego inclinade suavemente hacia un lado retirndole la pierna

    ms cercana al adiestrador. Siempre que poda buscaba un mtodo ms

    suave dentro de los parmetros tradicionales del trabajo.

    Mientras lo haca tuve mucho xito enseando a otras personas a

    trabajar con sus perros. Pero los cambios que yo estaba consiguiendo

    suavizando el enfoque eran muy pequeos. La filosofa central segua

    siendo la misma.. Estaba obligando al perro a hacerlo. Siempre senta

    que estaba imponiendo mi voluntad al perro en vez de conseguir que

    hiciera por propia voluntad lo que yo quera. E intua que el perro no

    saba por qu lo estaba haciendo. Las ideas que cambiaron todo esto

    comenzaron a tomar forma a finales de la dcada de 1980.

    En aquella poca mi vida haba cambiado considerablemente. Me

    haba divorciado y mis hijos haban crecido y estaban camino de la

    universidad. Yomisma haba estudiado psicologa y conductismo como

    parte de una licenciatura en literatura y ciencias sociales en la

    Universidad de Humberside. Tuve que dejar las exposiciones caninas a

    causa del divorcio. Justo cuando la gente estaba empezando a respetar ...

    me y yo a tener xito todo me fue arrebatado de repente: fue muy frus-

    trante. De mala gana tuve que desprenderme de algunos de mis perros.

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    22/192

    ber escuch r l perro

    Mientras tanto mantuve un grupo de seis ejemplares. En la poca en

    que nos trasladamos a una nueva casa en el norte del condado de

    Lincolnshire en 1984 me faltaba el tiempo necesario que requiere el

    exigente mundo del perro de competicin. Yoestaba trabajando dema-

    siado para mantener a mis hijos como para poder permitirme el lujo de

    competir o criar a tiempo completo. Aparte de mis propios perros mi

    contacto con ese mundo qued reducido al trabajo que haca en un

    refugio para animales que haba cerca de casa el Jay Gee Animal

    Sanctuary y a escribir una pgina dedicada a las mascotas para un

    peridico local.

    Mi pasin por los perros sigui siendo tan grande como siempre. La

    nica diferencia entonces era que tena que encauzarse en otra direc-

    cin. Mi inters por la psicologa y el conductismo haba continuado

    desde la universidad. El conductismo en particUlar se haba convertido

    ya entonces en parte de la corriente dominante. Haba ledo a Pavlov y

    a Freud a B. F. Skinner y a todos los expertos reconocidos en este

    campo y para ser sincera encontr mucho con lo que poda estar de

    acuerdo. La idea por ejemplo de que cuando un perro te salta encima

    est intentando establecer una jerarqua y se te est subiendo enci-

    ma para ponerte en tu sitio. O la idea de que un perro se abre paso para

    ponerse por delante cuando te diriges a una puerta porque est com-

    probando que no hay moros en la costa protegiendo la guarida y cree

    ser el lder.

    Tambin comprend y acept la idea de lo que se llamaba ansiedad

    por separacin . El punto de vista de los conductistas era que un perro

    destroza los muebles a mordiscos o destruye la casa porque est sepa-

    rado de su dueo y esa separacin le causa un enorme estrs. Todas

    estas cosas tenan pleno sentido y me fueron de gran ayuda. Pero en mi

    opinin faltaba algo. Lo que yo segua preguntndome era: por qu?

    De dnde sacaba el perro esa informacin? En aquella poca yo me

    preguntaba si no estara loca por llegar siguiera a plantearme cosas

    como stas pero por qu un perro es tan dependiente de su amo que

    le resUlta estresante estar separado de l? Entonces no lo saba pero

    estaba considerando la situacin desde el punto de vista equivocado.

    No creo exagerado decir que mi actitud hacia los perros -y mi vida-

    cambi una tarde de 1990. En aquella poca tambin trabajaba con

    caballos. El ao anterior una amiga l11a Wendy Broughton cuya

    yegua China que antriormente haba sido de carreras la haba estado

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    23/192

    Una vida rodeada de perros

    montando yo desde haca bastante tiempo, me haba.preguntado si

    estaba interesada en ir a ver a un vaquero norteamericano llamado

    Monty Roberts. Le haoa trado la Reina para demostrar sus innova-

    doras tcnicas con los caballos. Wendy le haba visto dar una exhibicin

    en la que haba conseguido que un caballo que nunca haba sido ensi-

    llado aceptase la silla, la brida y el jinete en menos de treinta minutos.

    Era, al menos a primera vista, muy impresionante, pero ella segua

    siendo escptica. Debe de haber trabajado antes con el caballo , pen-

    saba. Estaba convencida de que haba sido pura chiripa.

    Sin embargo, en 1990, Wendy tuvo la oportunidad de cambiar de

    opinin. Haba contestado a un anuncio que Monty Roberts haba

    insertado en la revista orse ound Estaba organizando otra exhibi-

    cin pblica y peda caballos de dos aos que no hubieran sido ni ensi-

    llados ni montados nunca. l haba aceptado la oferta de Wendy para

    aplicar su mtodo a Ginger Rogers, su yegua zaina pura sangre. En

    realidad para Wendy era ms un reto que una oferta. Ginger Rogers

    era una yegua extraordinariamente obstinada. En secreto, estbamos

    convencidas de que Monty Roberts estaba a punto de encontrar la

    horma de su zapato.

    Mientras una tarde soleada de verano viajaba al refugio para anima-

    les Wood Green cerca de St Ives (condado de Cambridgeshire), inten-

    t mantener la mente abierta, en gran parte po~que tengo inmenso

    respeto por el conocimiento que la Reina posee sobre los animales, en

    especial sobre sus caballos y perros. Yopensaba que, si ella crea en este

    tipo, tendra que merecer la pena vede actuar.

    Supongo que cuando se oye la palabra vaquero , inmediatamente

    se evocan imgenes de John Wayne, personajes de leyenda con som-

    breros tejanos y zahones de cuero, escupiendo y maldiciendo a su paso

    por la vida. La figura que apareci ante el reducido pblico aquel da

    no poda hallarse ms lejos de aquel clich. Vestido con una gorra de

    yquey, una pulcra camisa azul marino y pantalones beige, pareca ms

    un caballero rural. Y nada aparentaba en l ser ostentoso ni chilln. De

    hecho era muy callado y modesto. Pero haba indudablemente algo

    carismticoe inslito en l. Enseguida descubrira hasta qu punto.

    ramos unas cincuenta personas sentadas alrededor del corral circu-

    lar que se haba montado en la zona ecuestre. Monty Roberts empez

    haciendo algunos comentarios sobre su mtodo y lo que estaba a punto

    de mostrar. Sin embargo, los primeros augurios no fueron buenos.

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    24/192

    ber escuch r l perro

    Monty no saba que Ginger Rogers se encontraba detrs de l. Mien-

    tras hablaba ella empez a cabecear lentamente casi sarcsticamente

    como si asintiera a lo que estaba diciendo. Todo el mundo se parta de

    rIsa.

    Por supuesto cuando Monty se dio la vuelta Ginger se detuvo. Pero

    en cuanto se volvi para dar la cara al pblico ella volvi a comenzar.

    Wendy y yo nos dirigimos una mirada de complicidad. Estoy segura de

    que las dos estbamos pensando lo mismo: se est enfrentando con ms

    de lo que puede soportar. Mientras Monty recoga una cincha y

    comenzaba con los prolegmenos de su nmero nos sentamos espe-

    rando que se armara la marimorena.

    Precisamente veintitrs minutos

    y

    medio ms tarde estbamos listas

    para tragamos nuestras palabras. Ese fue el tiempo que tard Monty

    no slo en tranquilizar a Ginger sino tambin en que aceptase un jine-

    te y en que controlase con facilidad a una yegua que sabamos con total

    certeza que no haba sido nunca ni ensillada ni montada en su vida.

    Wendy y yo nos sentamos all en un atnito silencio. Cualquiera que

    nos viera aquel da habra visto la incredulidad reflejada en nuestras

    caras.Nos quedamosenun estadode

    s o k

    durantemucho tiempo des-

    pus. Hablamos sobre ello durante das y das. Wendy que haba

    hablado con Monty despus de su maravillosa demostracin incluso

    construy una rplica del corral circular de marca registrada de Monty

    Roberts y empez a aplicar sus consejos.

    Para m tambin era como si se hubiera encendido una luz. Haba

    muchas cosas que me haban calado muy hondo. La tcnica de Monty

    como sabe hoy todo el mundo consiste en conectar - unirse como l

    dice- con el caballo. El tiempo que pasa en el corral circular lo emplea

    estableciendo una compenetracin con el caballo comunicndose de

    hecho en el propio lenguaje del animal. Su mtodo se basa en el traba-

    jo de una vida con los caballos y an ms importante en observados

    en su ambiente natural. Lo ms impresionante de todo es que en su

    mtodo no hay lugar para el dolor ni el miedo. Cree que si no pones al

    animal de tu parte cualquier cosa que hagas ser como una violacin

    que estars imponiendo tu voluntad a un ser reacio a aceptada. Y el

    hecho de que l estuviera logrando hacer las cosas de modo distinto lo

    mostraba claramente la manera en que se ganaba la confianza del caba-

    llo. Daba mucha importancia por ejemplo al hecho de que pudiera

    tocar al caballo en su rea ms vulnerable las ijadas. Aquel da mien-

    3

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    25/192

    Una vida rodeada de perros

    tras le vea trabajando al unsono con el caballo, mirando y escuchan-

    do lo que el animal le estaba indicando, pens: Ha dado con ello .

    Haba conectado con el caballo hasta tal extremo que ste le dejaba

    hacer lo que quisiera. Y no haba en ello ninguna imposicin, ni vio-

    lencia, ni presin: el caballo estaba hacindolo por voluntad propia.

    Pens: Cmo demonios puedo hacer esto con los perros? . Estaba

    convencida de que deba ser posible dado que lqS perros son como

    nosotros cazadores-cobradores con quienes tenemos una conexin

    mucho mayor histricamente. La pregunta del milln era: MO

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    26/192

    ptulo

    scuchar y aprender

    M

    e doy cuenta ahora de que la suerte me estaba sonriendo en esta

    poca. Si no hubiera empezado a ampliar mi propio grupo de

    perros estoy segura de que nunca habra visto lo que vi. En aquel

    momento mi manada se haba reducido a un cuarteto de perros: Khan

    Susie y Sandy y una Beagle que haba recogido llamada Kim. Eran

    una pandilla divertida una maravillosa mezcla de caracteres. Sin

    embargo en aquel entonces yo estaba entrando en otra nueva fase de

    mi vida. No tena ataduras los nios haban crecido y acababa de per

    der a mis padres. Libre de pensar sobre lo que quera hacer decid dar

    la bienvenida a mi hogar a una preciosa cahorrita negra de Pastor ale

    mn llamada Sasha.

    Siempre me haba gustado la idea de poseer un Pastor alemn a

    pesar de ser una raza que ha tenido mala prensa. La gente los ve como

    perros polica animales agresivos que estn siempre atacando a la

    gente; por supuesto nada ms lejos de la verdad. Estereotipamos a los

    perros exactamente de la misma manera que encasillamos a las perso

    nas. Todos los Pastores alemanes son agresivos; todos los Spaniels son

    estpidos o a todos los Beagles les gusta vagabundear: quin no ha

    odo cosas de este estilo? Pero ~s igual de ignorante que decir que

    todos los franceses llevan boina o que todos los mejicanos van por ah

    con sombrero charro: son tonteras. Mi renuencia a tener un Pastor

    alemn no tena nada que ver con esto. Sencillamente no me conside

    raba suficientemente experta como para trabajar con este tipo de perro.

    Haba odo hablar mucho de su inmensa inteligencia sobre cmo te

    nas que estimular su cerebro darles algo en lo que pensar. Siempre me

    haba parecido que no tena el tiempo la paciencia ni desde luego los

    conocimientos para encargarme de uno de ellos. Pero en aquel mo

    mento quiz s.

    La llegada de Sasha a mi hogar marc un hito realmente decisivo.

    Despus de ver a Monty Roberts en accin yo saba que tena que

    32

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    27/192

    scuch r y prender

    seguir su ejemplo y observar muy atentamente lo que hacan mis

    perros. Tema que dejar de pensar que yo saba lo que les convena y

    empezar a observarlos con atencin. En cuanto empec a hacerla los

    resultados no tardaron mucho en presentarse. Sasha era una perra

    joven e increblemente activa. Mis dems perros reaccionaron a esta

    exuberante nueva presencia de maneras diferentes. La Beagle Kim

    simplemente la ignoraba. Khan en cambio estaba muy satisfecho

    jugando con la recin llegada. No le importaba en absoluto que Sasha

    le siguiera a todas partes pegada a l da y noche. Fue Sandy la Cocker

    spaniel de mi hijo Tony quien tuvo los problemas.

    Desde el momento en que Sasha lleg a la casa Sandy dej bien

    claro que detestaba a esta recin llegada. Sandy en honor a la verdad

    estaba envejeciendo ya tena doce aos y simplemente no quera que

    esta cachorrilla le estuviera brincando alrededor. Al principio intent

    ignorarla apartando la cabeza lo que a veces no era fcil porque Sasha

    con sus diez semanas era ya ms grande que Sandy. Cuando esto no

    funcionaba empezaba a gruir por lo bajo y a ensearle los dientes cur

    vando el labio para que Sasha retrocediera.

    Mientras me sentaba y ponderaba lo que estaba sucediendo all me

    di cuenta de que era algo que haba visto antes en otra perra ma una

    de mis Springer spaniels originales Donna o La Duquesa como se la

    conoca. Como este sobrenombre sugiere haba en Donna algo propio

    de la realeza. Cuando paseaba por la casa todo el mundo tena que

    apartarse de su camino. Recuerdo que en una ocasin mi madre lleg

    y se sent en el silln que Donna utilizaba. Donna haba estado echa

    da all enroscada tan feliz. En cuanto mi madre se sent a su lado se

    alz levant la vista indignada y la empuj fuera del borde. Mi madre

    acab en el suelo. Cuando se levant y volvi a sentarse sucedi lo

    mismo. Donna volvi a echarla. En aquel momento por supuesto nos

    hizo muchsima gracia.

    Mientras miraba a Sasha y a Sandy me di cuenta de que estaba suce

    diendo de nuevo algo similar delante de m. Lo haba visto en el pasa

    do sin darme cuenta de lo que estaba viendo; pero ahora era como si lo

    estuviera presenciando por primera vez. Era evidente lo que estaba

    sucediendo: San~y como Donn~ estaba intentando demostrar quin

    era la jefa; estaba relacionado de algn modo con la posicin jerrquica.

    Lo siguiente que not fue la intenssima representacin que mis

    perros realizaban siempre que se encontraban. Si por ejemplo llevaba

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    28/192

    ber escuch r l perro

    a Sasha al veterinario para ponede una inyeccin cada vez que ella vol

    va a casa inmediatamente ejecutaba esta representacin. Yo no saba

    cmo llamado en aquella poca pero ahora dira que era un saludo

    ritualizado. Lama mucho las caras de los dems perros con las orejas

    recogidas hacia atrs: siempre suceda lo mismo.

    Al principio no consegua aclararme. En el caso de Sasha no saba si

    atribuido a exuberancia juvenil al hecho de ser nueva en el grupo o a

    alguna costumbre que ella haba aprendido antes de llegar a mi casa.

    Mortunadamente la inspiracin que Sasha me proporcionaba no que

    daba limitada a sus acciones. En su aspecto me recordaba mucho a un

    lobo. Haba ledo algo sobre manadas de lobos en el pasado; pero ella

    me hizo examinado ms atentamente.

    Saqu algunos vdeos sobre lobos dingos y perros salvajes y qued

    impresionada cuando vi inmediatamente este mismo tipo de compor

    tamiento. Me fascin ver que situacin tras situacin ellos tambin

    realizaban este mismo saludo ritualizado. Estaba segura de que era algo

    que tena que ver con la posicin social. Esa intuicin fue consolidn

    dose a medida que investigaba ms sobre la dinmica de la manada de

    lobos una comunidad en la que todo gira en torno a los lderes o pare

    ja Alfa.

    Analizar la pareja Alfa con mayor detenimiento ms adelante. Por

    ahora explicar simplemente que los dos lobos AlEason los ms fuer

    tes sanos inteligentes y experimentados de la manada. Su posicin

    social se mantiene por el hecho de que son los nicos miembros de la

    manada que se reproducen asegurando as que slo sobrevivan los

    genes ms saludables. El punto clave aqu es que la pareja Alfa domina

    y dicta cada aspecto de la vida de la manada. El resto de la manada

    acepta el gobierno de la pareja Alfa y se someten a ellos sin cuestionar

    nada. Por debajo de la pareja lder cada subordinado se conforma con

    conocer su propia posicin y funcin vital dentro de esta jerarqua.

    Viendo documentales de lobos era obvio que los saludos rituales

    que estaba contemplando estaban todos relacionados con los lobos que

    eran al parecer la pareja Alfa. Los lobos que parecan ser los que man

    daban no laman las caras de los dems lobos; todos los dems les lam

    an a ellos la cara. Estos lametones eran tambin de naturaleza muy

    concreta: eran casi frenticos y se centraban en la cara. Haba otros

    indicios tambin en el lenguaje corporal. Los Alfas tenan un mayor

    nivel de confianza una superior altivez y mantenan un porte distinto;

    34

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    29/192

    scuch r y prender

    lo ms notable era que llevaban la cola mucho ms alta que los dems.

    Los subordinados tambin emitan sus seales. Algunos simplemente

    colocaban el cuerpo por debajo de sus lderes. Otros, se supone que los

    subordinados ms jvenes y de menor rango, ni siquiera se adelantaban

    tanto, simplemente se quedaban atrs. Era como si slo ciertos lobos

    tuvieran derecho a lamer al lder, y otros no.

    De nuevo, enseguida me di cuenta de que ya lo haba visto antes. La

    Duquesa, mi perra Donna, se comportaba exactamente de la misma

    forma autoritaria. Pero fue cuando volv a estudiar a mi manada cuan-

    do las semejanzas se hicieron realmente obvias. Inmediatamente empe-

    c a ver de nuevo lo mismo. Observ que era como si hubiera reyes,

    caballeros y siervos. Estaba claro que los perros de menor nivel eran

    colocados en su sitio por quienes estaban por encima de ellos, exacta-

    mente igual que dentro de la manada de lobos. Nunca haba estableci-

    do esta relacin. De repente, me di cuenta de que los perros eran

    iguales. Represent para m un gran avance.

    Tambin fue Sasha quien me propc )rcion la prueba ms poderosa.

    Ya estaba claro para m, por ejemplo, que ella haba adquirido una posi-

    cin ms alta dentro de la manada. Haba aumentado de tamao y de

    confianza lo suficiente para ignorar las protestas de Sandy. Al mismo

    tiempo, Sandy se haba vuelto ms resignada con la situacin. Apartaba

    la cabeza, agachaba el porte y bajaba la cola.

    El cambio de poder era ms evidente a la hora de jugar. Cuando yo

    lanzaba la pelota o el juguete que estuviramos usando, le tocaba a

    Sasha cobrado. Los dems lo perseguan y brincaban alrededor de l

    cuando caa al suelo, pero no haba discusin sobre a quin correspon-

    da el papel de recoger la pelota. Y si otro perro se acercaba a ella una

    vez que la haba recogido, Sasha le echaba una miradita, y todo su len-

    guaje corporal gritaba: Es ma, as que retrocede .

    En comparacin, el lenguaje corporal de Sandy era sumiso; a medi-

    da que esta interaccin continuaba, su cuerpo se agachaba cada vez

    ms. De hecho, Sandy haba abandonado la lucha y permitido que

    Sasha se impusiera como jefa de la manada. La perra ms joven haba

    dado, si se quiere, un golpe de Estado incruento.

    Por supuesto, mis perros no estaban exhibiendo siempre este fasci-

    nante comportamiento. Haba veses en que estaban felices uno en

    compaa de otro. Empec a comprender que esta jerarqua se refor-

    zaba slo en momentos especiales. As que el siguiente paso era averi-

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    30/192

    ber escuch r l perro

    guar exactamente cundo tena lugar esta comunicacin. Not que esto

    suceda conmigo siempre que llegaba a casa. Pero observando a los

    perros ms atentamente vi que el mismo tipo de comportamiento se

    repeta conmigo siempre que otra persona se presentaba en la puerta

    de la calle. Cuando entraba el visitante los perros se congregaban a mi

    alrededor. Se ponan muy excitados corran a la puerta correteaban

    frenticamente alrededor de los visitantes. Todo el tiempo que hacan

    esto estaban interaccionando relacionndose repitiendo este com

    portamiento ritualizado. Vi que lo mismo volva a suceder cuando saca

    ba las correas y nos preparbamos para dar un paseo. Todos ellos se

    excitaban y agitaban dando saltos y volviendo a interaccionar entre

    ellos mientras nos preparbamos para salir de casa.

    Una vez ms estudi la manada de lobos y una vez ms volv a obser

    var lo mismo. En el caso de los lobos este comportamiento ocurra

    mientras la manada se preparaba para salir de caza. Correteaban por

    todos lados y competan para ocupar determinada posicin; pero al

    final era la pareja Alfa la que mantena erguida la cabeza y alta la posi

    cin de la cola. Y eran siempre ellos quienes guiaban a la manada en

    busca de la presa.

    Me di cuenta de que los lobos estaban volviendo a establecer quin

    era all el jefe. El lder recordaba a los dems que su papel era guiarles

    y el de ellos seguirle. sta era la jerarqua y tenan que atenerse a ella

    para sobrevivir. Mi manada estaba haciendo evidentemente lo mismo.

    Pero lo que en realidad me interesaba en aquel momento era el hecho

    de que me incluyeran a m. Por la forma en que mis perros reacciona

    ban a mi alrededor estaba claro que yo formaba de algn modo parte

    de este proceso. Y de todos mis perros ninguno se inclinaba tanto a

    implicarme en el proceso como Sasha.

    Si salamos de casa Sasha se pona siempre delante de m. Se me

    atravesaba cerrndome el paso. Aunque poda atrasarla con la correa

    siempre quera ir delante. Pareca creer que era natural que ella fuera

    la primera. Igualmente si haba un ruido fuerte u ocurra algn acon

    tecimiento inesperado mientras estbamos de paseo la aparicin de un

    perro delante de nosotros por ejemplo ella se colocaba delante de m

    en una postura muy protectora. Tambin ladraba con mayor furia que

    los dems cuando se vea a alguen pasar junto a la casa o cuando el car

    tero o el lechero se acercaban a la puerta. Y; a diferencia de los dems

    no pareca haber modo de que se calmase en estas situaciones.

    36

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    31/192

    scuch r y prender

    Si soy sincera al respecto estaba en parte preocupada por este com-

    portamiento. Me recordaba un poco a Purdey que tambin tena este

    hbito de corretear delante de m. Durante cierto tiempo una parte de

    m tema que pudiera fallarle nuevamente a mi perra. Pero afortunada-

    mente esta vez percib lo que estaba sucediendo. De nuevo los recuer-

    dos de Donna me dieron una primera pista. Record cmo se haba

    comportado aos antes cuando haba acogido temporalmente a Shaun

    un nio pequeo. Siempre que l se echaba en una manta que yo le

    pona en el suelo Donna se echaba junto a l ponindole la pata enci-

    ma de una de sus piernecitas. Si l se la quitaba dando una patadita ella

    la volva a poner. Estaba actuando claramente como protectora suya

    vigilndolo en todo momento. Entonces me di cuenta de que igual

    que Donna haba sentido que el nio era responsabilidad suya de

    algn modo Sasha tambin deba estar sintiendo que ella tena un papel

    que desempear cuidando de m. Por qu si no me daba un trato tan

    particular cuando entraba por la puerta o cuando reciba visitas? Por

    qu si no se volva tan hiperactiva cuando la sacaba de paseo?

    Ahora me doy cuenta de que muchos de mis errores se deban al

    condicionamiento que tenemos como seres humanos. Como casi todos

    los dems habitantes humanos de este planeta yo haba dado por

    supuesto que el mundo giraba en torno a nuestra especie y que las

    dems especies de alguna manera encajaban en nuestro gran plan.

    Haba dado por supuesto que siendo yo el ama de los perros tena que

    ser tambin su lder. Ahora por vez primera empezaba a preguntarme

    si era as verdaderamente. Empezaba a preguntarme si Sasha estaba

    intentando cuidar de m.

    Toda la informacin que reciba de mis perros era reveladora. Pero

    ste fue para m el conocimiento ms sensacional de todos. Me oblig

    a volver a evaluar por completo mi forma de pensar. Y fue entonces

    cuando empec a caer en la cuenta. Pens: Espera un momento y si

    yo estuviera estudiando esta situacin desde el lado equivocado? Y si

    estuviera imponiendo a esta situacin un marco ms bien arrogante

    presuntuoso -y tpicamente humano-? Ysi en cambio trato de ima-

    ginrmelo desde el punto de vista del perro y ste en vez de pensar

    que depende de nosotros piensa exactamente lo contrario que es res-

    . ponsable de nosotros? Y si cree ser el lder de una manada en la cual

    nosotros somos tambin subordinados? Ysi cree que su tarea consis-

    te en protegernos en mantener nuestro bienestar en vez de ser al

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    32/192

    ber escuch r l perro

    revs? . Pensando as, muchas cosas encajaron de repente. Record la

    ansiedad por separacin. En vez de un perro preocupado dicindose

    Dnde est mam o pap)? , tenamos a un perro intranquilo que se

    deca Dnde estn estos malditos nios? . Si usted tuviera un hijo de

    dos aos y se diera cuenta de que no sabe dnde est, no se volvera

    loco de preocupacin? Los perros no estaban destruyendo la casa por

    aburrimiento: era por puro pnico. Cuando su perro le salta encima

    cuando entra en casa, no es porque quiera jugar con usted, sino porque

    est dndole la bienvenida a su vuelta a la manada de la que l se con-

    sidera el jefe.

    En muchos sentidos me senta como una tonta. Haba cometido el

    error que las personas cometemos tan a menudo en nuestro trato con

    los animales. Haba dado por supuesto que mis perros no tenan su

    propio lenguaje. Cmo iban a tenerlo? Vivan con nosotros... Haba

    supuesto que ellos comprendan que estaban viviendo conmigo en una

    casa. No se me haba ocurrido pensar que las reglas por las que se esta-

    ban rigiendo les haban sido dictadas cuando eran salvajes. En pocas

    palabras, les haba impuesto restricciones humanas: haba permitido

    que la confianza diera asco. No puedo decir que la idea se me ocurrie-

    ra como un destello cegador, ninguna manzana cay de ningn rbol,

    ni rasg el cielo rayo alguno, pero desde aquel momento cambi toda

    mi forma de pensar.

    38

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    33/192

    ptulo

    omar el mando

    E

    n pocos meses haba conseguido aclararme ms de lo que hubiera

    credo posible. Tomndome el tiempo necesario para ver a mis

    perros relacionarse entre ellos escuchando lo que me estaban diciendo

    haba adquirido algunos conocimientos convincentes. Comportamientos

    que yo haba visto en el mundo salvajelos repetan a diario mis perros en

    mi propio hogar. Haba empezado a ver cmo imponan a otros su

    voluntad cmo mostraban supremaca cmo manifestaban predominio.

    y no haba gritos ni azotes porque los perros ni gritan ni golpean.

    A partir de la observacin de mis perros haba conseguido estable-

    cer tres claras ocasiones en las que interaccionaban entre s: en

    momentos de peligro aparente cuando iban de paseo y cuando se vol-

    van a reunir. En cada uno de estos momentos observ que ciertos

    perros eran puestos en su sitio que el lder afirmaba su autoridad y los

    subordinados la aceptaban. Lo que {querasaber entonces era: cmo

    podra yo dar un paso ms?

    En mi opinin el aspecto ms inspirador del trabajo de Monty

    Roberts era la forma en que era capaz de reproducir el comportamien-

    to de un caballo aunque l fuera un ser humano. Saba que tena que

    intentar seguir su ejemplo e imitar el comportamiento de mis perros.

    Quera ver en qu medida cambiara la situacin si yo tomaba el mando

    del modo en que un lder lo hara en la naturaleza. Adems y esto era

    crucial quera descubrir si era algo que convena hacer. Habra algn

    efecto colateral? Cmo repercutira en el bienestar y en la calidad de

    vida de los perros? Teniendo esto presente saba que el reto ms

    importante era desarrollar una forma para llevar a los perros a tomar

    decisiones por su propio libre albedro. Como dice Monty yo quera

    una situacin en la que si hubiera una reunin yo seda elegida presi-

    denta. Era una tarea desalentadora.

    Saba de antemano que dos elementos eran de suma importancia.

    Pronto los llam las dos Ces . Tena que ser coherente y tambin

    39

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    34/192

    Saber escuchar al perro

    tena que mantener la calma. Durante generaciones se nos ha ensea-

    do a inculcar obediencia a nuestros perros 1adrndo1es las rdenes.

    Todos hemos usado palabras como sitz aus platz ven. Yomisma las he

    usado. Los perros las reconocen bien pero no porque comprendan el

    significado de las palabras. Simplemente aprenden a establecer asocia-

    ciones con los sonidos si se emplean reiteradamente. En mi opinin su

    eficacia prueba slo el valor de la coherencia al dar informacin a tu

    perro. En todos los dems sentidos hablar a voz en grito es una forma

    infalible de crear un perro neurtico.

    Mientras me preparaba para dar el siguiente paso 10 que suceda a

    mi alrededor reforzaba esta sensacin. En el parque al que sola llevar

    a mis perros a hacer ejercicio recuerdo a un hombre que llevaba all a

    su Dobermann con el mismo fin. Cualquier perro que se acercara al

    Dobermann era recibido por los gritos del amo que blanda al mismo

    tiempo su bastn. Casi en cuanto empezaba a hacerla su perro empe-

    zaba tambin a gruir y a querer morder. Not que en cambio la

    gente que estaba relajada y contenta con sus perros tenda a estar a

    cargo de animales que permanecan relajados y contentos mientras

    jugaban. Esto me llev a pensar en la naturaleza del 1iderazgo que

    deba proporcionar y enseguida me di cuenta de que la calma pareca

    ser un requisito fundamental por todo tipo de razones.

    Tanto en el mundo humano como en el de los perros la forma ms

    elevada de liderazgo es la de tipo silencioso inspirador. Pinsese en los

    grandes personajes de la historia: Gandhi Toro Sentado Mande1a...

    todos ellos hombres enormemente carismticos pero tranquilos.

    Aquel famoso verso del poema Si... de Kip1ing siempre se me viene

    a la cabeza cuando pienso en las cualidades del lder:

    Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila

    cuando todo a tu lado es cabeza perdida...

    Cuando te 10piensas resulta evidente. Un lder que parezca trastor-

    nado o nervioso es un lder que no inspira confianza un lder en el que

    es ms difcil creer. Desde luego es un principio que se reconoce en las

    manadas de lobos: en ellas los lobos Alfa exhiben una serenidad que

    raya a veces en el desdn.

    Yo saba que si iba a empezar a comunicarme en e11enguaje de mis

    perros y an ms importante si iba a ser elegida lder tena que empe-

    4

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    35/192

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    36/192

    ber escuch r l perro

    Debo confesar que al principio era algo forzado. Estaba cortando

    con una actitud arraigada que me haca querer interaccionar con los

    perros siempre que poda. No estoy segura de cunto tiempo podra

    haberlo mantenido si no hubiera obtenido resultados casi inmediatos.

    El impacto fue evidente uno o dos das despus de comenzar este

    nuevo rgimen. Para mi asombro en poqusimo tiempo dejaron de sal-

    tarme encima y de empujarme. A medida que repeta el procedimien-

    to cada vez que me reuna con ellos se volvieron ms y ms

    respetuosos. Segn fue avanzando la semana empezaron a apartarse y

    a dejarme entrar sin molestarme.

    Estoy segura de que su aceptacin se increment por el hecho de

    que hubo inmediatos beneficios para ellos. Dejndome el espacio cor-

    poral que yo necesitaba apreciaron un marcado cambio en el ambien-

    te durante las ocasiones en que yo estaba con ellos: estaba encantada de

    verles. Los perros aprendieron que cuando quera estar con ellos era

    tiempo de calidad. El conductismo me haba enseado que se debe

    ignorar el comportamiento indeseable y excesivo pero al mismo tiem-

    po no se debe dejar de alabar el positivo as que reforc esto desha-

    cindome en atenciones pero con serenidad cuando venan a m. En

    poco tiempo los perros slo se me acercaban cuando se lo peda y no

    cost mucho tiempo: sucedi en menos de una semana.

    El primer paso de prueba se haba demostrado tan eficaz que saba

    que haba dado con algo importante. Pero enseguida me di cuenta de que

    una sola cosa no iba a transmitirles el mensaje. Decid abordar los mo-

    mentos de peligro aparente y especficamente la llegada de extraos a

    la manada. Igual que otros perros los mos solan ladrar incesante-

    mente cuando alguien llamaba a la puerta. Cuando haca pasar al visi-

    tante inmediatamente quedaba rodeado de perros subindosele por

    todos lados y armando un escndalo terrible. Yo gritaba: Quietos

    silencio . Pero ahora me daba cuenta de que en vez de aplacarlos esta-

    ba exacerbando la situacin. De nuevo pens en Kipling; saba que

    tena que guardar en mi puesto la cabeza tranquila mantenerme en

    calma y ser coherente.

    Esta vez decid decir a la gente que ignorase a los perros cuando

    entrara por la puerta. A los perros que continuaban saltando a las visi-

    tas me los llevaba a otra habitacin.Por supuesto algunas personas

    pensaron que yo estaba loca. Para ellos lo ms natural del mundo era

    saludar al perro especialmente si era muy bonito. Mis amigos y mi

    42

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    37/192

    mar el mando

    familia haban estado acostumbrados claro est a hacer mimos a

    Sasha Khan Sandy y Kim. Pero estaba decidida a tener la oportuni-

    dad de verificar mis teoras e insist en que hicieran lo que yo les peda.

    Los primeros signos fueron suficientes para convencerme de seguir

    con ello. Nuevamente en pocos das las cosas empezaron a calmarse.

    Pronto los perros se conformaban con ladrar en vez de correr hasta las

    visitas subrseles y arremolinarse a su alrededor. Una vez ms los

    perros captaron lo que se les estaba pidiendo casi enseguida. Por su-

    puesto no me poda creer que fuera tan sencillo; en parte lo atribua

    al hecho de que tanto Sandy como Khan estuvieran envejeciendo.

    Estaba segura de que era significativo el hecho de que el perro que me

    daba mayores muestras de respuesta fuera Sasha la ms joven de la

    manada y adems una Pastora alemana. Nunca pens: Tengo razn

    tiene que haber motivos para que esto est funcionando . Me estaba

    cuestionando cosas todo el santo da. Sin embargo a pesar de todo esto

    no puedo negar que era una sensacin fantstica. Estaban transforma-

    dos parecan ms contentos ms tranquilos y vedo era un placer.

    Lo siguiente que quera abordar eran las salidas de paseo. La hora de

    paseo era entonces con toda sinceridad bastante catica. Siempre que

    salamos los perros correteaban a mi alrededor tirando de la correa.

    En muchos sentidos la situacin resuma a la perfeccin el error nefas-

    to en el adiestramiento tradicional. Creo que les haba inculcado

    muchos buenos hbitos mediante el. adiestramiento de obediencia

    pero si soy sincera conmigo misma cuando salamos o eran como

    robots o hacan su santa voluntad: o todo o nada. No quera eso y me

    pareca que deba de haber una forma de conseguir un modo de coo-

    peracin una situacin en la que pudiera hacedes acatar las normas

    cuando quisiera y en la que ellos pudieran disfrutar de la libertad de

    correr adonde quisieran cuando fuera posible. Saba que la mejor

    forma de control era el autocontrol. Pero cmo inculcado?

    En vez de ponedes la correa y dejades dar saltos por todos lados

    como locos pens que volvera a calmar la situacin por completo.

    Como ahora haca cada vez ms me detuve a pensar en la analoga con

    la manada de lobos. Observ cmo la pareja Alfa permita a sus subor-

    dinados corretear a su alrededor durante un breve perodo pero que

    con el tiempo todos se calmaban y ellos podan guiar la cacera de

    manera ordenada. As que la primera vez que reun a los perros para

    dar un paseo no intent impedir que se excitaran: todo lo contrario.

    43

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    38/192

    ber escuch r l perro

    Pensando nuevamente en los principios de la manada de lobos me di

    cuenta de que los perros tienen que excitarse porque para ellos ste es

    el preludio de una cacera y su cuerpo tiene que estar bombeando adre-

    nalina. Lo que estaba intentando hacer era no luchar contra su instin-

    to sino seguirlo.

    Pero la diferencia esta vez era que despus de ponerles la correa no

    haca nada slo me quedaba all esperando impasiblemente en calma

    y en silencio antes de salir por la puerta. De nuevo el sereno lideraz-

    go que estaba yo mostrando daba resultado y los perros se tranquili-

    zaban por compl~to. Luego descubr que durante el paseo tena que

    seguir mostrndoles mis credenciales como lder. Antes como a tantos

    otros propietarios los perros me arrastraban por la calle experiencia

    que nunca me result especialmente agradable. Sin embargo descu-

    br que si cuando empezaba el obligado tirn yo me esperaba los

    resultados eran sorprendentes. Los perros enseguida se daban cuenta

    de que no haba que apagar un incendio que no haca falta correr y

    una tras otra todas sus correas se iban aflojando a medida que dejaban

    de tirar y se volvan a mirarme. Era la primera vez que lo hacan y me

    dio el nimo que necesitaba para continuar de este tenor. Haba sido

    una lucha de voluntades y les haba convencido.

    Entonces empec a preguntarme si el mismo procedimiento funcio-

    nara cuando estuvieran sueltos sin correa. Antes mis perros se dis-

    persaban a los cuatro vientos y luego demostraban tener odo

    selectivo : acudan a mi llamada perfectamente bien en ciertas ocasio-

    nes pero si estaban distrados con un conejo o con otro perro mis fti-

    les intentos de congregarlos resonaban por los campos. En ocasiones

    he visto a perros volver pasado el rato slo para ser golpeados por su

    frustrado amo. Siempre pens que sta era una seal confusa para el

    perro: no le hara a usted dudar de volver si supiera que iba a recibir

    una paliza? Cualquiera que haya intentado coger a su perro para

    ponerle la correa sabr que a veces el perro puede traerle al retortero

    que espera que el amo se acerque y luego vuelve a echar a correr.

    De nuevo la observacin de la manada de lobos me dio la solucin

    para el problema del odo selectivo. Sabiendo que el lobo Alfa condu-

    ce a la manada en la cacera consider la situacin desde el punto de

    vista del perro. Si se crea que era el Alfa supondra que estaba condu-

    ciendo la cacera. En tal caso la tarea del amo como subordinado no

    sera llamar al perro para que volviera sino seguirle como miembro

    44

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    39/192

    mar el mando

    que era de la manada. Animada por la respuesta positiva que haba

    obtenido trabajando con las correas, decid mostrar a mis perros que yo

    conduca la cacera tambin sin correas.

    No me entusiasmaba la idea de comprobar esta teora en campo

    abierto, pero afortunadamente tena suficiente espacio en mi jardn para

    empezar. Llamndoles a mi lado y recompensndoles por hacerla inme-

    diatamente, eliminaba la confusin que se produce cuando los amos cas-

    tigan a sus perros por tardar en acudir. De nuevo, los perros aprendieron

    enseguida, todos excepto Kim, la Beagle. Una de las veces segua sin

    responder a la llamada, prefiriendo olisquear por el jardn. Frustrada,

    me di la vuelta y me dirig a la puerta de la casa, decidida a dejarla all

    fuera. Cuando llegu a la puerta, mir atrs y vi a Kim corriendo a todo

    correr para entrar. Qu descubrimiento A partir de entonces, si Kim

    no vena cuando se lo peda, me daba la vuelta y me encaminaba a la

    casa; despus de lo cual, ella me segua. Los perros son, por naturaleza,

    animales de manada, y si se les da la opcin de irse solos o volver a la

    manada, eligen siempre la manada.

    Era un gran adelanto. Era como si mantuviera sujetos a los perros

    con correas invisibles. La diferencia era pasmosa: de nuevo, al cabo de

    una semana, ms o menos, seguan disfrutando de su libertad, pero

    ahora lo hacan sin alejarse nunca demasiado de m. Y cuando quera

    congregar de nuevo la manada para volver a casa~aceptaban al instan-

    te las mnimas instrucciones que les daba. Debo admitir que no caba

    en m.

    No quisiera dar la impresin de que todo esto sucedi fcilmente, de

    que todo encaj al instante: no fue as, puedo asegurrselo. Al intentar

    desarrollar mis ideas, algunas cosas simplemente no funcionaban. En

    es'pecial, descubr que cualquier intento de combinar mis nuevas prc-

    ticas con elementos del antiguo adiestramiento de obediencia hacan

    ms mal que bien. Cuando pens en incorporar objetos como discos,

    clickersy orejeras, me di cuenta de que esto era simplemente confuso .

    y si a m me pareca confuso, qu les parecera a mis perros?

    Me doy cuenta ahora de que estaba actuando como solemos hacer

    los seres humanos: estaba complicando en exceso las cosas. Pensaba

    una y otra vez: Tiene que haber algo ms, no puede ser tan sencillo ,

    y buscaba continuamente otras cosas. Pero lentamente iba cayendo en

    45

    .

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    40/192

    ber escuch r l perro

    la cuenta de que de algn modo era realmente as de simple. Si me con-

    centraba slo en la forma de ser y obrar del perro en vez de en la forma

    de ser y obrar de las personas iba a tener mucho ms xito; era as de

    evidente: cundo se ve a un perro usando collares o correas o

    clickers

    con otro perro? A partir de entonces decid que iba a intentar hacer

    todo esto sin recurrir a ningn medio humano artificial.

    Ya haba estado aplicando los principios con gran xito durante dos

    o tres meses pero una parte de m todava segua convencida de que

    an me faltaba algo para tner una visin completa. Mis propios perros

    me estaban suministrando informacin a diario y a medida que lo

    hacan yo poda ir refinando con pequeos detalles las tcnicas que

    estaba desarrollando: e n realidad a veces era cuestin de ensayo y

    error. Pero el siguiente gran avance no vino a travs de los perros que

    entonces tena. Una vez ms fueron mis recuerdos de La Duquesa

    Donna los que me inspiraron.

    Siempre he credo en la conveniencia de dar a mis perros huesos de

    caa una vez a la semana. Cuando Donna viva el momento de poner

    los huesos en el suelo marcaba el inicio del mismo pequeo ritual. A su

    manera siempre autoritaria Donna entraba caminando en silencio y

    los dems se apartaban inmediatamente. Entonces Donna olisqueaba

    despacio los huesos hasta elegir los que quera y luego se los llevaba.

    Slo entonces los dems cogan aquellos que deseaban. Me daba cuen-

    ta de que era el mismo principio de liderazgo con el que yo ahora esta-

    ba tan familiarizada. El que no haca nada aparentemente se llevaba

    todo lo que quera. Y me hizo pensar en emplear la hora de la comi-

    da para volver a establecer la estructura de liderazgo. No se trataba de

    una idea enteramente nueva. La importancia de comer delante del

    perro era algo que haba ledo mientras estudiaba a los conductistas.

    Los perros lo reconocan como una simple forma de mostrar que eres

    el lder. De nuevo esto tena sentido para m al haber observado otros

    animales en especial leones y -otra vez ms- lobos: siempre es el Alfa

    quien se alimenta primero en las especies que comen en grupo.

    Pero aunque estaba de acuerdo con la idea de los conductistas

    disenta con el mtodo que se derivaba de ella. El enfoque conductista

    consista en imponer una jerarqua durante la comida de la noche.

    Siguiendo este sistema la persona acababa su comida a la vista del

    perro antes de dejade comerse despus la suya propia. Era un procedi-

    miento que produca sin duda resultados pero haba muchos aspectos

    46

  • 8/9/2019 Fennell-Jan-Saber-Escuchar-Al-Perro.pdf

    41/192

    TOmar el mando

    que no me gustaban Aparte de otras consideraciones la gente da de

    comer a sus perros a diferentes horas del da y de la noche. En los refu

    gios por ejemplo a los perros se les alimenta por la maana. Tambin

    pensaba que el mtodo era demasiado prolongado. De nuevo pens en

    los perros salvajes y no me imaginaba que la manada esperase hasta la

    noche. Desde el punto de vista de la comida los perros prefieren apro

    vechar la oportunidad ms que slo atiborrarse. Cazarn una liebre o

    un pjaro cualquier presa que les permita aguantar y no se estarn

    todo el da haraganeando: lo prioritario de la jornada es conseguir

    comida.

    Adems de todo esto pareca algo desconsiderado. Me puse en el

    lugar del perro y pens que si llevas todo el da sin alimento y enton

    ces la persona se sienta a comer antes de que por fin consigas recibir tu

    racin pasars mucha hambre. Es posible que esto ponga a los perros

    en su sitio pero no es muy amable. Saba que la hora de la comida tena

    grandes posibilidades como medio de reforzar las seles de liderazgo

    pero no iba a comerme el desayuno o la cena enteros delante de ellos

    as que tuve que pensar en algo distinto para comunicar la informacin.

    Tuve que idear un nuevo mtodo.

    Estaba empezando a darme cuenta de que la informacin rpida

    instintiva era la ms til probablemente porque un perro no tiene

    ninguna idea de futuro. Yo haba obs~rvado que a veces el mnimo

    gesto es capaz de transmitir una enorme cantidad de informacin. La

    idea se me ocurri cierto da. Aquella no