FACULTAD DE JURISPRUDENCIA MAESTRÍA EN DERECHO PENAL Y...

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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES “UNIANDES - QUEVEDO” FACULTAD DE JURISPRUDENCIA MAESTRÍA EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA PROYECTO DE INVESTIGACION PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL GRADO ACADÉMICO DE MAGÍSTER EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA TEMA: “EL SICARIATO Y SU INCIDENCIA EN LA SOCIEDAD” TIPIFICADO Y SANCIONADO POR EL CÓDIGO ORGÁNICO INTEGRAL PENAL AUTOR: Ab. Esp. Víctor Hugo Astudillo Valle ASESOR: Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías AMBATO – ECUADOR 2016

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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES

“UNIANDES - QUEVEDO”

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA

MAESTRÍA EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA

PROYECTO DE INVESTIGACION PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL GRADO

ACADÉMICO DE MAGÍSTER EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA

TEMA:

“EL SICARIATO Y SU INCIDENCIA EN LA SOCIEDAD” TIPIFICADO Y

SANCIONADO POR EL CÓDIGO ORGÁNICO INTEGRAL PENAL

AUTOR: Ab. Esp. Víctor Hugo Astudillo Valle

ASESOR: Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías

AMBATO – ECUADOR

2016

CERTIFICACION DEL TUTOR

En calidad de tutor del presente trabajo de investigación, certifico que la Tesis previa a la

obtención del Título de Magister en derecho Penal y Criminología fue elaborado por el

alumno Víctor Hugo Astudillo Valle con cedula de ciudadanía No.0901569038 y cumple con

los requisitos metodológicos y científicos que la Universidad Regional Autónoma de los

Andes “Unidades” exige por lo tanto Autorizo su presentación para los trámites pertinentes.

Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías

ASESOR

DECLARACIÓN DE AUTORÍA

Declaro ser autor de la presente tesis y reconozco a la Universidad de Unidades de la Ciudad

de Ambato en el que me he preparado en la Maestría en Derecho Penal y Criminología la

misma, con carácter exclusivo.

Ab. Esp. Víctor H. Astudillo Valle

DEDICATORIA

El presente Informe de Tesis se la dedico con todo mí ser a Dios, a mí conyugue Narcisa

Natividad Mora Macías, a mis hijos que con su apoyo espiritual he podido terminar la Tesis,

por ser ellos los únicos que han hecho posible llegar hasta la presentación de esta Tesis

respetando siempre la idolología cristiana de mis semejantes.

Como también dedico esta presentación de mi tesis a mi madre querida ya fallecida, estoy

seguro que desde el lugar en el que ella se encuentre siempre me cuidará. Que alegría y

complacencia sería para mi madre si estuviera presente ver a su hijo cumplir un propósito

más de estudios en su vida.

Ab. Esp. Víctor Hugo Astudillo Valle

AGRADECIMIENTO

Agradezco a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Regional Autónoma de los

Andes y a todos los docentes que me impartieron sus conocimientos en esta Tesis, gracias al

Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías Asesor de esta Tesis por haberme dirigido

Profesionalmente.

Ab. Esp. Víctor H. Astudillo Valle

AUTOR

INDICE GENERAL

PORTADA

CERTIFICACION DEL TUTOR

DECLARACIÓN DE AUTORÍA

DEDICATORIA

AGRADECIMIENTO

RESUMEN EJECUTIVO

ABSTRACT

INTRODUCCION 1

1.- ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION 2

2.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. - 3

-

3.-FORMULACION DEL PROBLEMA 5

4.- DELIMITACION DEL PROBLEMA - 5 -

5.- OBJETO DE INVETIGACIÓN Y CAMPO DE ACCIÓN: - 6 -

6.- IDENTIFICACIÓN DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN. - 7

-

7.- OBJETIVOS - 7

-

7.1.- Objetivo General - 7

-

DISEÑAR UN ANTE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO ORGÁNICO

INTEGRAL PENAL EN SU ART.143 SOBRE EL INCREMENTO EN LA SEVERIDAD DE LA

PENA POR SICARIATO PARA GENERAR UNA POLÍTICA JUDICIAL PRO GARANTIMOS

PENAL; Y, FORTALECER AL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO Y JUSTICIA.

7.2.- Objetivos Específicos - 7

-

8.- IDEA A DEFENDER. - 8

-

9.- VARIABLES DE LA INVESTIGACION - 8

-

9.1.- Variable Dependiente - 8 -

9.2.- Variable Independiente - 8 -

10.- JUSTIFICACION DEL TEMA. - 9 -

11.-BREVE EXPLICACION DE LA METODOLOGIA INVESTIGATIVA NOVEDAD

CIENTÍFICA. - 9

-

11.1.- POR QUE ES UNA NOVEDAD CIENTIFICA - 9

-

12.- RESUMEN DE LA ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACION 10

13.- ELEMENTOS DE NOVEDAD, APORTE TEORICO Y SIGNIFICACIÓN PRACTICA EN

DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS. 11

CAPITULO UNO 12

Epígrafe I - 59 -

MARCO PRASTICO 59

EpigrafeII 59

ORIGEN DEL SICARIATO -

59 -

MEDIDAS PARA CONTRARESTAR EL SICARIATO 93

Epigrafe III -

94 -

CUALES SON LAS SANCIONES APLICABLES A LOS QUE COOMETEN EL DELITO DE

SICARIATO 94

ELEMENTOS DE NOVEDAD APORTE TEORICO Y SIGNIFICACION PRACTICA EN

DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS 94

LA DOCTRINA -

95 -

ORIGEN DE LA DOCTRINA. - 97

-

FUENTES DE INVESTIGACIÓN DEL SICARIATO. -

98 -

DERECHO COMPARADO 99

CAPITULO II 101

METODOS QUE SE UTILIZARAN EN ESTA INVESTIGACION - 101

-

Método Inductivo - 101

-

Método Deductivo - 101

-

Método Histórico - 101

-

METODO LOGICO - 101

-

Método Comparativo -

101 -

EVALUACION DE RESULTADOS - 101

-

CUADRO DOS - 103

-

POBLACION MUESTRA Y FORMULA 102

PREGUNTA UNO 105

PREGUNTA DOS 106

PREGUNTA TRES 107

PREGUNTA CUATRO 108

ANALISIS 109

PREGUNTA CINCO 110

PREGUNTA SEIS 111

PREGUNTA SIETE 112

PREGUNTAA OCHO 113

PREGUNTA NUEVE 114

PREGUNTA DIEZ 115

CAPITULO III 116

LA PROPUESTA - 116

-

DISEÑAR UN ANTE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO ORGÁNICO

INTEGRAL PENAL EN SU ART.143 SOBRE EL INCREMENTO EN LA SEVERIDAD DE LA

PENA POR SICARIATO PARA GENERAR UNA POLÍTICA JUDICIAL PRO GARANTIMOS

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS. - 116 -

CONSIDERANDO - 116

-

EN EJERCICIO DE SUS ATRIBUCIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES, EXPIDE EL

SIGUIENTE: -

119 -

CONCLUSIONES - 119

-

RECOMENDACIONES -

120 -

BIBLIOGRAFIA

LINKOGRAFIA.

ANEXOS.

RESUMEN EJECUTIVO

El Sicario es la persona que comete sus delitos a sangre fría, es el individuo que no observa la

condición económica, la religión que profesa, al partido político que pertenece, la edad, ni la

raza de la persona al que va asesinar. El sicario cumple con lo contratado por la paga al mejor

postor, a él concurren, políticos empresarios, mafiosos, terratenientes, personas que han sido

estafadas, personas con problemas sentimentales. Se diferencia del delincuente común ya que la

pagan que le realizan es por adelantado el 50 % de lo acordado, y cumplido el asesinato le

cancelan el saldo. Con una diferencia esencial del Sicario que no llegan a conocer a la persona

que los contrata para que cometan el asesinato. Estos sicarios tienen competencias ya que hay

sicarios que cobra menos cantidad de dinero para cumplir el contrato, dineros que oscilan

alrededor de $10.000 diez mil dólares de Estados Unidos de América por persona hasta $

20.000 veinte mil dólares de Estados Unidos de América por el asesinato de una persona. Su

preparación es eficiente con mínima fallas y muy pocas veces fallan. La visión del sicario es

obtener dinero de la manera más fácil a sabiendas que si fallan pueden ser respondidos a tiros y

morir en su Ley. Las razones que se aumenta más el sicariato en el Ecuador es por el ingreso de

la droga, el lavado de dólares, y la buena paga convirtiéndose a tal extremo el sicario de proteger

a la mafia hasta el momento que sean detenidos y juzgados por las Autoridades con el máximo

rigor siendo esta una pena privativa de libertad según lo dispuesto por el Art.143 del Código

Orgánico Integral Penal que dice de 22 a 26 años de prisión por asesinato al estilo de sicariato.

Los Objetivos del Sicario son de reclutar a jóvenes a nivel de todas las Provincias del Ecuador.

Las Estrategias que ha conseguido son de prepararse en partes no pobladas, en el que realizan

prácticas de tiros con blancos móviles y fijos se preparan conduciendo motocicletas, cuando ya

aprueban todos sus entrenamientos como prueba de que ya están preparado tienen que matar a

cualquier ciudadano. El equipo de trabajo del sicario son personas que llevan a cabo el

cumplimiento del contrato a pesar que en muchos casos desconocen a la persona que la mataran,

solo se dirigen con indicaciones del lugar en el que viven, en el vehículo que se movilizan, en

qué lugar trabaja y a qué hora se retira de su trabajo de la persona que van asesinar, también le

entregan fotografías. La inversión requerida para el cumplimiento del asesinato, invierte la

persona que lo contrata le facilita el dinero, le entrega una arma sea esta automática o de tiro a

tiro. La rentabilidad es compartida para el que lo contrata y el pago de lo acordado para el

sicario. El impacto es terrible para las Familias que pierden a su ser querido y afecta a la

sociedad entera y se lo puede disminuir el sicariato con fuentes de trabajo honesto y transparente

de parte de la empresa Privada y del Estado.

ABSTRACT

The phenomenon of the killings is complex within the society in which there are no

explanations or reasons to make it murder for money. Is considered to the killings that it is a

phenomenon that is attached to the drug and belongs to a family of extreme poverty, they end

up in prison for offences committed on a daily basis in several countries, becoming large

sophisticated powerful organizations above the control of Justice, and at the time that

detained it the gunman we are that they are criminals in the pay without soul or conscience

nor fear anyone gives you the same murder or that murdered it inside the study which has

been carried out through research and statements of the assassins are dangerous power and

which are just violent, and used the Christian religion to be entrusted to the Holy which they

believe to take care of it before a job or turn as it is commonly called, and most of the crimes

committed leave pass. There are many historians who cannot comprehend the coldness of

these subjects to murder, the gunman has caught a boom in South America, Central America

and several European countries with another style of killing those who call them (terrorists),

but in our Ecuador also called Hitmen to several authorities order administrative or Judicial,

who taught not justice for unprotected citizenship, we should not be surprised the Hitmen

already that it is remote since the time of the Romans. And in the 21st century in our society

you can see videos of films of killings, in which it presents as a model of the who is stronger

lives. But in reality our country the Ecuador suffers a lot those families who have lost their

loved ones, and very personal conclusion and scientific way is to ban seen in cinemas and

television those films and videos of killings, since the teen young perfect is, and murders up

to $50,oo fifty dollars of the United States of America, and to assassinate an important person

ranges around $5000 five thousand dollars of the United States of America and $20,000

twenty thousand dollars of the United States of America. But the gunman is also a dangerous

for who contract it to murder, so we inevitably have to order that they murdered him so that

he is not speaking or delete it the person who hired him to murd.

- 1 -

INTRODUCCIÓN

En la investigación del sicariato se encuentra sancionado por el Código Orgánico integral

Penal, y es un delito agravado que atenta contra la vida y violenta los derechos Humanos,

como es el derecho a la vida según la Convención Americana en su Art.4 el mismo que dice

que toda persona tiene derecho a que se respete a su vida, como de igual manear la

Constitución de la República del Ecuador en su Art.66 numeral 1 que garantiza a las

personas el derecho a la inviolabilidad de la vida, como también indica que no hay pena de

muerte, el sicariato por encargo es sancionado en el nuevo Código Orgánico Integral Penal

en vigencia, y para esta investigación se ha concurrido a varios libros, diccionario, Códigos

y la Constitución de la República del Ecuador y de las consultas por Internet, por lo que en

el Ecuador ha ocasionado bastante temor y es una alarma social y un Fenómeno, por lo que

también se considera la Constitución de la República del Ecuador en vigencia, teniendo

como instrumento judicial a los señores jueces para juzgar a muchos culpables de asesinato

por Sicariato, se dice que es un fenómeno Social por cuanto afecta a miles de familias

ecuatorianas que pierden sus seres queridos por asesinato de encargo, o por paga en manos

de estos asesinos sin alma ni razón, no existen garantías personales para nuestras vidas de

parte de las Autoridades, por lo que hasta la presente fecha se sigue observando asesinatos

en diferente Provincias del Ecuador, sin que nadie pueda hacer nada por cuanto tienen

temor a que lo maten, y los móviles por asesinato, se considera que pueda ser por venganza,

odio, rencor, satisfacción placentera, despecho, o pesadumbre de amor, ansia de heredar

eliminando al interpuesto del orden sucesorio, ocultamiento de un proceso corruptivo para

asegurar sus resultados o procurar la impunidad entre otros. El sicario es un ser sumamente

peligroso tiene un trauma social y es por eso es violento, el sicario jamás conoce al que lo

- 2 -

contrata para asesinar y no es una sola persona son varias, que se incluye el intermediario

por lo que tiene que cuidarse por cuanto puede ser víctimas de otros sicarios, en el ecuador

se puede observar que muchos funcionarios públicos o privados tienen que estar protegidos

por los famosos guarda espaldas, a quienes los mandan a estrenarse en el uso de armas y

defensa personal a fin de que le garanticen su cuidado personal y familiar, mientras que el

ciudadano común o persona Natural, no tiene dinero para contratar personal de guarda

espaldas. Podemos decir que el nacimiento del sicario es un fenómeno generalizado, siempre

termina en homicidios asesinatos referentemente entre enemigos políticos por poder

económicos, aquellos a quienes lo denominaban con guardias de choques, y se dio más el

auge en el Ecuador al momento que la producción del narcotráfico en Colombia superaba

todos los limites, aquellos sicarios se ofrecen al mejor postor intimidando y resolviendo

todos los problemas de tierras y diferencia personales encontradas entre uno de los más

temibles, ya que asesinan a sangre fría, sin mediar edades, ni género ni posición económica,

estos sicarios actúan en varios países como Colombia, Ecuador España, México, Italia,

Brasil, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, no dejan rastros ni conocen el lugar ni quien los

contrata.

1.- ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Esta investigación está directamente ligada a analizar los perjuicios ocasionados por el

Sicariato, la misma que es de remota acción contra la vida de los seres humanos, y su forma

de asesinar es muy antigua y que mantiene la relación al dar muerte a una persona por pago

de encargo. Es considerada a nivel Nacional e Internacional la misma que causa terror miedo

Esta situación causa alarma y desconcierto, razón por la que diversos sectores de la sociedad

exigen control y sanción para quienes cometan este ilícito, que influyen directa e

- 3 -

indirectamente en el sicariato. El entorno en el que se desarrolla y las formas de operar de

quienes cometen este ilícito a quienes se los denomina sicarios, para tipificar el sicariato

como delito, las razones y la justificación de los mismos, así como la reforma al Código

Penal Ecuatoriano y al Código de la Niñez y la Adolescencia, y si esta propuesta frenara la

incidencia del sicariato. El Ingreso al Ecuador de Extranjeros Colombianos, traen

incertidumbre y manifiestan que cada asesinato es una vuelta buena, demuestran frialdad a

tal extremo que asisten al entierro del asesinado a llorar y dar el pésame, hay muchos sujetos

que dicen que en veinte años de profesión han dado unas 100 vueltas efectivas, es decir

muerte por manos de sicarios. El sicariato en el Ecuador no es Profesional solo son

criminales a sueldo asesinan por la espalda vil cobardes, para que no pueda reaccionar ni

darle la oportunidad lo único que les importa es coronar la vuelta.

2.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

En la antigua Roma sicario significaba hombre-daga, pues “sica” es una daga pequeña y

fácil de esconder para apuñalar a los enemigos políticos. En la actualidad es quien asesina

por encargo, a cambio de una compensación económica. El fenómeno del sicariato no es

nuevo en el mundo ni ha estado ausente del Ecuador, lo cual quiere decir que no es un hecho

delictivo que “llega desde afuera” ni que tampoco es reciente. En el país existe sicariato

desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo pasado

se ha incrementado y ha cambiado sustancialmente, debido a la influencia masiva del

narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Si bien el número de homicidios no es tan

significativo como en Colombia, México o Brasil, sus efectos son devastadores a todo nivel.

Sin embargo, pese a que este delito ocurre en el Ecuador, constantemente se niega su

- 4 -

existencia. El sicariato no es solo un fenómeno de unos sujetos aislados que usan la

violencia para cometer homicidios por encargo, es algo mucho más complejo que ello,

debido a que su realidad está asentada sobre la base de un conjunto de redes sociales que

permean la sociedad y sus instituciones, y de una construcción valórica en términos

económicos toda vida tiene un precio y culturales el vértigo, el ascenso social. Entonces,

puede definirse no solo como un fenómeno de unos sujetos aislados que usan la violencia

para cometer homicidios por encargo, es algo mucho más complejo que ello, debido a que su

realidad está asentada sobre la base de un conjunto de redes sociales que permean la

sociedad y sus instituciones, y de una construcción valórica en términos económicos toda

vida tiene un precio y culturales el vértigo, el ascenso social. La importancia del sicariato no

estriba solo en el número de homicidios cometidos o en los grados de violencia explícita que

encierra, sino en el impacto que produce sin infiltrarse físicamente- en las guerrillas. De

forma general; según el diccionario Jurídico Elemental del Dr. Guillermo Cabanellas de

Torres en su diccionario jurídico manifiesta: “Sicario. El que comete homicidio por precio,

lo cual lo convierte en asesinato por lo tanto el asesino asalariado, y profesional si es

residente o habitual como protesta, sicarios se llama a los integrantes de los cuerpos

represivos de las tiranías, sobre todo por la alevosas matanzas en que transforma la

represión.”. De los desórdenes y manifestaciones contra el poder constituido. Esta definición

es clara por cuanto la infracción cometida con violencia a las normas jurídicas, por parte del

sujeto que mate a otra persona, por precio, pago, recompensa, promesa remuneratoria u otra

forma de beneficio, para sí o un tercero. Siendo esta infracción sancionada por el Art.143

Código Orgánico Integral Penal donde se establece la “Infracción penal.- Que Es la conducta

típica, antijurídica y culpa

- 5 -

3.- FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

La Infracción Penal del Sicariato establecida en el Código Integral Penal.- La frialdad con la

que actúan los sicarios al cometer delitos deja algunas interrogantes; y, entre ellas las

siguientes: ¿Están acaso acostumbrados a ver morir a un ser humano, cual si fuera un

animal? ¿Actúan por el simple instinto de codicia? ¿Sus escrúpulos se han diseminado por el

efecto de la violencia que ha vivido? ¿Sufren de alguna enfermedad mental? ¿La pobreza en

que viven y los vicios de las drogas los llevan a convertir en sicarios?

4.- DELIMITACION DEL PROBLEMA

El delito de sicariato en el nuevo Código Integral Penal Científicamente se ha llegado a

observar que la figura delictiva del sicariato siempre ha existido, aunque no era tan

nombrado como en la actualidad, es considerado en la sociedades antiguas como es el caso

de Roma en el cual sicario significaba el hombre daga. En el Ecuador no existe fuera de

valor de la función Judicial dejando en libertad al criminal que sigue aterrorizando a toda la

población del Ecuador, por esta razón la Asamblea Nacional expidió el Nuevo Código

Orgánico Integral Penal, protegiendo a la seguridad de los ciudadanos, pues no existe

regulación alguna sobre este tema, y los delitos cometidos anteriormente se los ha juzgado

como homicidios agravados. ALGUNOS CASOS DE SICARIATO EN EL ECUADOR: Se

señala los siguientes casos de Sicariato: caso Julio César Vargas (docente), caso José Luis

León Desiderio (periodista), caso Raúl Suárez Sandoval (fotógrafo), caso Javier Regalado

Bustamante y Miguel Bustamante Morán, caso Eddy Henríquez (Director de la Penitenciaria

del Litoral), caso Bolívar Cordero ( Vicealcalde Mocache ), caso Víctor Hugo Solano

Aguilar (empresario agrícola), caso Raúl Rodríguez (periodista), caso Munir Farra (dirigente

político); caso Juan Carlos Vela Juez (Abogado) entre otros.

- 6 -

5.- OBJETO DE INVETIGACIÓN Y CAMPO DE ACCIÓN:

En el país el tema del Sicariato ha causado un gran impacto en los diferentes sectores de la

sociedad; de los 1.924 homicidios o asesinatos registrados a escala nacional en el 2012,

según estadísticas procesadas por el Ministerio del Interior, al menos un 10% corresponde a

posibles casos de sicariato, es decir, se trató de personas que fueron asesinadas

posiblemente por un pago. Hidalgo explica “…que los sicarios son personas que

generalmente no saben ni quién es su víctima, nombre, o cargo, ni quién les encarga el

“trabajo”, cuyo mecanismo utilizado ha sido público, aparentemente, y eso sería lo grave,

efectuado en su mayor parte por ecuatorianos, jóvenes en general, que muchas veces se

promocionan, sin ningún tipo de reparos, sus servicios por internet...”. Hidalgo Link Esta

situación del Sicariato también está contemplada en el articulado recientemente aprobado

por el Pleno de la Asamblea Nacional, en el COIP: Art.143 inciso cuarto que fija entre 5 y 7

años de prisión a quienes publiciten u oferten el sicariato. Por otro lado, la sanción a los

autores intelectuales también está prevista en ese mismo artículo, con el mismo número de

años impuestos a los autores materiales. David Villamar, abogado en el libre ejercicio,

señala que la clara intención de esta reforma es que los autores intelectuales de los sicariato

fraguados y perpetrados en el país reciban una sanción correspondiente. “Fue importante

criminalizar esta figura delictiva que causa alarma y estrago social, debiendo establecerse

una pena proporcional al daño causado, tanto para el sicario como para quien lo contacta”.

“Por lo general, el sicariato incluía nada más castigar a aquel individuo que por un pago

comete un asesinato, pero con la inclusión de este artículo permitirá procesar y sancionar

también a quien o quienes pagaron por el crimen”, agrega. No obstante, el profesional del

Derecho hace alusión al artículo 42 del Código Orgánico Integral Penal vigente, que tipifica

- 7 -

también como autores a los que han perpetrado la infracción, sea de una manera directa e

inmediata, sea aconsejando o instigando a otro para que la cometa, los que han determinado

la perpetración del delito y efectuándolo valiéndose de otras personas, imputables o no

imputables, mediante precio, dádiva, promesa, orden o cualquier otro medio fraudulento y

directo.

6.- IDENTIFICACIÓN DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN.

Retos, perspectivas y perfeccionamiento de las ciencias jurídicas en Ecuador.

Fundamentos técnicos y doctrinales de las ciencias penales en Ecuador. Tendencias y

perspectivas.

7.- OBJETIVOS

7.1.- Objetivo General

Diseñar un ante Proyecto de Ley Reformatoria al Código Orgánico Integral Penal en su

Art.143 sobre el incremento en la severidad de la pena por sicariato para generar una Política

Judicial pro garantimos penal; y, fortalecer al Estado Constitucional de Derecho y Justicia.

7.2.- Objetivos Específicos

a).- Fundamentar jurídica y doctrinariamente sobre la necesidad de incrementar la pena por

sicariato para generar una Política Judicial pro garantimos penal; y, fortalecer al Estado

Constitucional de Derecho y Justicia.

- 8 -

b).- Analizar si la incidencia del sicariato en el Ecuador es un fenómeno aislado o no, y la

opinión de especialistas en la rama del derecho, para establecer la necesidad de incrementar la

pena por sicariato para generar una Política Judicial pro garantimos penal.

c).- Elaborar los elementos necesarios para realizar un ante Proyecto de Ley Reformatoria al

Código Orgánico Integral Penal en su Art.143 sobre el incremento en la severidad de la pena

por sicariato para generar una Política Judicial pro garantimos penal; y, fortalecer al Estado

Constitucional de Derecho y Justicia.

8.- IDEA A DEFENDER.

No permitir a que crezca el sicariato en el país. Ya que se pierden muchas vidas humanas

como es el caso del asesinato de Jessica Nuquez Coronel, esposa del Asambleísta de País por

El Oro, Carlos Víctor Zambrano. "La pérdida de cualquier vida humana, más aún madre de

familia mujer joven, es una tragedia" A luchar con toda la fuerza del Estado para combatir el

sicariato, mal que sí está creciendo no sólo en nuestro país, en Colombia, en Perú, pero en

nuestro país no podemos permitir que se desarrolle, no permitir que el sicariato sea la ley de la

selva y dejar que estos crímenes crezcan en nuestra patria.

9.- VARIABLES DE LA INVESTIGACION

9.1.- Variable Dependiente

El delito de sicariato establecido en el Art. 143 del Código Orgánico Integral Penal.

9.2.- Variable Independiente

El cometimiento del crimen por encargo siendo el sicario que desconoce quién lo contrata

para la ejecución del mismo, pero sí reconoce el lugar en el que lo va a cometer.

- 9 -

10.- JUSTIFICACION DEL TEMA.

Es de suma importancia entender que el delito de sicariato está constantemente latente en

nuestra sociedad, y que para aquello es necesario realizar las medidas al respecto, con el fin

de precautelar la seguridad de la ciudadanía, y garantizar tranquilidad en todos los lugares de

la ciudad, es imperioso el establecer normativas sobre este tema no solo para imponer penas a

quienes cometen el delito sino también para todas las personas que intervienen en el acto,

tomando en cuenta la proporcionalidad de la pena para todas aquellas que intervienen, además

buscar medidas para garantizar la seguridad de las personas por el hecho cierto que se

puedan transitar libremente, en todo el territorio Ecuatoriano como está consagrado en el

Art.66 numeral 14 de la Constitución de la República del Ecuador sin miedo, y con el fin de

sentirse protegidos.

11.- BREVE EXPLICACION DE LA METODOLOGIA INVESTIGATIVA NOVEDAD

CIENTÍFICA.

Por cuanto todas las actividades constituyen el conjunto de cosas que el investigador debe

Hacer durante el proceso de Ejecución de la investigación para dar cumplimiento a cada uno

de los objetivos específicos y con ello alcanzar el Objetivo General. Siendo este la

investigación del sujeto que mata por paga mediante el método de sicariato.

11.1.- POR QUE ES UNA NOVEDAD CIENTIFICA

Al diseñar un ante proyecto de reforma al Código Integral Penal sobre el incremento en la

severidad de las sanciones por infracción Penal, que genere una política judicial pro

garantimos penal, que fortalezca al Estado Constitucional de derecho y justicia, en virtud del

- 10 -

auge delincuencial y de modo preferente esta figura delictiva del sicariato, que se ha desatado

como una nueva forma de ejecución en contra del derecho a la vida de las personas.

12.- RESUMEN DE LA ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACIÓN (Tesis)

Afecta íntegramente en nuestra sociedad ya que estos sicarios son individuos que asesinan por

paga de acuerdo a su por contrato como también lo denominan por encargo. La presente

Tesis con el tema de sicariato tiene el objetivo de analizar el modo de vida y sus problemas

sociales causada por el Sicariato, sin bien es cierto que este estilo de asesinato es de muy

antigua data, y que se mantiene hasta la presente fecha en asesinar a a una personas por

dinero y/o por encargo. Por cuanto la pobreza sigue en aumento y por ende la delincuencia

con incidencia delictiva en lo que se refiere al Sicariato, por consiguiente el sicario es violento

a Nivel Nacional, esta situación causa inquietud y preocupación, por lo que las Autoridades

de Turno del Gobierno, están siguiendo un estricto control y sanción fuertes para quienes

cometan este ilícito. Por tales circunstancia se debe presentar un nuevo proyectos para la

reforma del Código Orgánico Integral Penal, por cuanto va en aumento el delito de

sicariato, y de esa forma se buscara identificar cuáles son los elementos que influyen directa e

indirectamente en el sicariato, el lugar en el que viven y que partes del país se perfeccionan,

luego del cual cometen el asesinato por los llamados sicarios. Y como una mejor propuesta

seria de eliminar parcialmente la pobreza, el desempleo, aumentar centro de educación para

que la Niñez y la Juventud se preparen y no cometan dolor y tragedia en los familiares del

asesinado al estilo del sicariato. Por lo que logrando ese objetivo de parte del Gobierno de

Turno vendría a reducir la incidencia del sicariato.

- 11 -

13.- ELEMENTOS DE NOVEDAD, APORTE TEORICO Y SIGNIFICACIÓN PRACTICA

EN DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS

Elementos de novedades son: Que el sicariato van junto con el narcotráfico en todos sus

itinerarios, El alcance a esta tesis que cada día hay más homicidios por sicariato, y

tenemos como contenido de cada capítulo desde la Introducción del inicio del sicariato que

tiene muchos años en el Ecuador y en varios países de América en el que asesinan con

crueldad en el que nos llevaría a condenar al sicario con la pena a muerte y del refrán del ojo

por ojo y diente por diente, así como el que a hierro mata a hiero muere, por lo que debería

someterse a consulta para reforma la Constitución de la República del Ecuador ya que en el

Ecuador no existe pena de muerte, de igual manera tenemos como Antecedentes de la

Investigación. Esta investigación está directamente ligada a analizar los perjuicios

ocasionados por el Sicariato, la misma que es de remota acción contra la vida de los seres

humanos, y su forma de asesinar es muy antigua y que mantiene la relación al dar muerte a

una persona por pago de encargo siendo considerada a nivel Nacional la misma que causa

terror miedo posteriormente.

- 12 -

CAPITULO I

MARCO TEORICO

Epígrafe I

Autor.- Fernando Carrión M. Titulo.- El sicariato es el crimen por encargo. Año.- 2007.

Ciudad de Pichincha. Editorial.- Diario el Comercio El sicariato es el crimen por “El

encargo no es otra cosa que la acción de encargar, encomendar algo a alguien. En caso de

homicidio una persona quiere la muerte de otra, y en vez de llevar ella directamente la

consumación, encarga la ejecución a otra persona, que aceptando el encargo pasa a ser el

encargado el comitente. Autor JONATHAN HERNANDEZ, FERNANDO CRUZ . Titulo.-

Marco Teórico Delincuencia Juvenil. Año.- 2009. Ciudad.- Bogota. Editorial.- El Tiempo. Sin lugar

a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo pasado, la

delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo

en nuestro país, sino también en el mundo entero; es una de las acciones socialmente

negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y

aceptadas por la sociedad. Definir lo que constituye delincuencia juvenil resulta ciertamente

problemático. Mientras en algunos países la delincuencia juvenil es una calificación que se

obtiene de aplicar definiciones del Código Penal cuando esas infracciones son cometidas por

menores de edad, en otros, la delincuencia juvenil incluye una gran variedad de actos en

adición a los que se encuentran enumerados en sus leyes de fondo. De tal suerte, las

figuras estadísticas de ciertos países se encuentran artificialmente abultadas en lo que

respecta a la delincuencia juvenil, mientras que en otros no reflejan esas figuras, sino un

limitad número de conductas desviadas. Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es uno de

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los fenómenos sociales más importantes que nuestras sociedades tienen planteados, y es uno

de los problemas criminológicos internacionalmente preferidos desde el siglo pasado, pues,

las manifestaciones de la conducta que llaman socialmente la atención de forma negativa

pueden observarse, por lo general, mejor entre los jóvenes que en la población adulta.

Además, es importante tratar la delincuencia juvenil de hoy como posible delincuencia adulta

de mañana. La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende

desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las

grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un

problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.

Autor.- ANA TASAY HUAMAN. Titulo.- OPINIONES DE ESPECIALISTAS WEST.

Delincuencia Juvenil. Año.- 2008, Ciudad.- Chincha - Peru. Editorial – Universidad Juan

Bautista. En este sentido ya señalaba que uno de los factores importantes que

tienen probabilidad de poner en marcha el mecanismo que puede llevarnos a cualquiera a ser

delincuente, es la baja categoría en el sistema de las clases sociales, la deficiencia en la

educación, la pobreza, un ambiente familiar inadecuado o perturbado, la residencia en un mal

vecindario y pertenencia a una familia numerosa. Se destacaba que entre las familias de

la clase más baja, muchas residían en barrios miserables, no limitaban el número de hijos y

sufrían pobreza y falta de educación. Dicho con otras palabras, los factores adversos tendían

a presentarse todos juntos y a actuar recíprocamente uno sobre otros hasta el punto de crear

una situación generadora de delitos. Algunos autores ya desafiaban la opinión de que

el comportamiento delictivo es más preponderante entre jóvenes de clase inferior, y

explicaban el hecho de que estuvieran más representados ante los Tribunales en mayor

número diciendo que las clases bajas están más expuestas a ser detenidas y llevadas ante

la justicia por malas acciones que serían juzgadas de otro modo si fueran cometidas por

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personas de la clase media o alta SHORT y NYE.- Ya advertían en 1959 que los jóvenes

norteamericanos de escuelas superiores y de clase alta, según sus propios relatos, se

comportaban igualmente mal. AKERS.- En un estudio realizado en 1964 sobre 1000

estudiantes de la escuela superior de Ohio, confirmó que no existía ninguna relación

importante entre la incidencia de la delincuencia confesada y la categoría socio-económica.

HERRERO HERRERO.- Teniendo en cuenta lo que ha quedado expuesto, define la

delincuencia como el fenómeno social constituido por el conjunto de las infracciones, contra

las normas fundamentales de convivencia, producidas en un tiempo y lugar determinados.

Autor.- JOSE LÓPEZ REY. Titulo.- CRIMINOLOGIA. TEORIA, DELINCUENCIA

JUVENIL. Año.- 1981.- Ciudad. Madrid. Editorial.- AGUILAR. Por su parte, nos ofrece

un concepto conjunto de delincuencia y criminalidad como fenómeno individual y socio-

político, afectante a toda la sociedad, cuya prevención, control y tratamiento requiere de la

cooperación de la comunidad al mismo tiempo que un adecuado sistema penal. Autor.-

GARRIDO GENOVÉS VICENTE.- Titulo.- DELINCUENCIA JUVENIL.- Año.- 1987.-

Ciudad.- Madrid.- Editorial.- PEARSON EDUCACION. Define al delincuente juvenil como

una figura cultural, porque su definición y tratamiento legal responde a distintos factores en

distintas naciones, reflejando una mezcla de conceptos psicológicos y legales. Técnicamente,

el delincuente juvenil es aquella persona que no posee la mayoría de edad penal y que

comete un hecho que está castigado por las leyes. GÖPPINGER. En su opinión del ámbito de

la criminología el concepto de joven debe ser entendido en un sentido amplio, abarcando las

edades comprendidas entre los 14 y los 21 años, haciendo dentro de este tramo de edades una

subdivisión entre jóvenes y semiadultos. Autor.- COHEN y MERTON.- Titulo.-

Delincuencia Juvenil. Año.-1955. Ciudad.- ILLINOIS. Editorial.- Sociólogo 4 . Han definido

la desviación como el comportamiento o conducta que viola el código normativo observado

- 15 -

por un grupo y que éste espera sea cumplido por el individuo, que ahora se convierte en

sujeto activo de la citada trasgresión. Todo ello es fruto del rompimiento, por parte de este

individuo, con el sistema establecido. LA DELINCUENCIA JUVENIL Y ENTORNO

SOCIAL El estudio de la criminalidad juvenil constituye un tema de actualidad, no sólo

del derecho penal, sino también de la criminología y de las ciencias conexas. El constante

aumento de los conflictos sociales, y con ellos el de la delincuencia, ha incrementado

el interés por el tema, tanto en los países industrializados o centrales, como también en los

llamados países periféricos, como son los de América Latina. Sumado a este contexto, hay

que agregar que la sociedad actual se caracteriza por un debilitamiento de

los sistemas tradicionales de apoyo para el desarrollo de la niñez y de la adolescencia.

Quisiéramos mencionar, por lo menos, tres medios de apoyo que con los cambios sociales, se

han debilitado como para dar una respuesta efectiva al desarrollo de la niñez y de

los adolescentes. En primer lugar tenemos que mencionar a: La Familia.- Los medios de

comunicación, sobre todo la televisión, han suprimido la jerarquía y hegemonía que la

familia tenía como formadora de costumbres sociales. Además, la incorporación de

la mujer al sistema laboral, por necesidad u oportunidades de desarrollo, y otros cambios en

la estructura familiar, como la ausencia generalizada del padre, replantean las relaciones del

niño y del joven. La Escuela.- Por su parte, se caracteriza por un marcado énfasis

academicista y por la competitividad feroz, borrando el sentido comunitario y

la promoción del desarrollo integral de los jóvenes. Sistemas de Asistencia y Recreación.-

Como apoyos alternativos, son mínimos y siempre insuficientes para la satisfacción de las

necesidades de la población juvenil. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA

DELINCUENCIA JUVENIL EL 28 DE JULIO – PUEBLO NUEVO -Juntamente con ello,

las mayorías de los estudios descriptivos de la carrera delictiva señalan una serie de factores

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individuales y biográficos que caracterizan al delincuente juvenil y que llevan a la conclusión

de que el delincuente juvenil es una persona con un gran conjunto de deficiencias, y una de

ellas es que comete delitos. Entre tales factores podemos citar, sin ánimo exhaustivo, los

Siguientes: Impulsivo. Con afán de protagonismo. Fracaso escolar. Consumidor de drogas.

Baja autoestima. Familia desestructurada. Clase baja. Falto de afectividad. Agresivo. Sin

habilidades sociales. Poco equilibrio emocional. Inadaptado. Frustrado. CAUSAS DE LA

DELINCUENCIA JUVENIL.- A Una primera categoría de jóvenes delincuentes vendría

definida por rasgos de anormalidad patológica, fundamentalmente: Menores delincuentes por

psicopatías: aquí el punto de referencia lo constituye la existencia de alguna de las formas de

psicopatía entendida por HARE como la patología integrada, conjuntamente, de la

incapacidad de quien la padece de sentir o manifestar simpatía o alguna clase

de calor humano para con el prójimo, en virtud de la cual se le utiliza y manipula en

beneficio del propio interés, y de la habilidad para manifestarse con falsa sinceridad en orden

a hacer creer a sus víctimas que es inocente o que está profundamente arrepentido, y todo

ello, para seguir manipulando y mintiendo. Consecuencia de ello, es que el menor es incapaz

de adaptarse a su contexto y actuar como tal, porque el trastorno de la personalidad que

sufre, le impide inhibirse respecto de conductas o comportamientos contrarios a las normas.

El menor psicópata tiende a perpetrar actos antisociales según la orientación nuclear de la

propia psicopatía, siendo de destacar en este sentido los actos que expresan frialdad y

crueldad por parte del sujeto. Menores delincuentes por neurosis: la neurosis consiste en una

grave perturbación del psiquismo de carácter sobrevenido y que se manifiesta en desórdenes

de la conducta, pudiendo ser su origen muy diverso como fracasos, frustraciones, abandono o

pérdida de seres muy queridos, etc. Criminológicamente, el neurótico trata de hacer

desaparecer la situación de angustia que sufre cometiendo delitos con el fin de obtener un

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castigo que le permita liberarse del sentimiento de culpabilidad que sobre él pesa, y esto es

también válido para el menor neurótico, aunque sean muchos menos que los adultos.

Menores delincuentes por auto referencias subliminadas de la realidad: aquí se incluyen los

menores que, por la confluencia de predisposiciones psicológicas llegan a mezclar fantasía

y juego de una forma tan intensa que empiezan a vivir fuera de la realidad. Es precisamente

ese estado anómalo el que puede conducirlos a cometer actos antisociales. Una segunda

categoría integrada por jóvenes con rasgos de anormalidad no patológica, y en la que

entraran Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad: se trata de

menores cuyas principales son la hiperactividad, excitabilidad, ausencia de sentimiento de

culpa, culpabilidad con los animales y las personas, fracaso escolar, y son poco o nada

comunicativos. Una de las principales causa de este trastorno es la ausencia o la figura

distorsionada de la madre, aunque tampoco ha de infravalorarse la disfuncionalidad del rol

paterno, pues según algunos trabajos, el crecer sin padre acarrea al niño nocivas

consecuencias que afectan al campo de la delincuencia. En muchos casos se trata de menores

que viven en la calle, en situación de permanente abandono, porque nos encontramos con

menores que, a su edad, acumulan graves frustraciones, rencores y cólera contra la sociedad;

y que tienen un mismo denominador común: el desamor, la falta de comprensión y de cariño,

así como de atención y cuidado de sus padres. En definitiva, son jóvenes con una

desviada socialización primaria que acaba por abocarles a la delincuencia. Menores

delincuentes con reacción de huida: En este caso se trata normalmente de menores que han

sufrido maltrato en el hogar y por ello abandonan el mismo. Son menores psicológicamente

débiles, y que en lugar de responder a la agresión, eligen la huida sin plazos, y casi siempre

sin rumbo. Ese alejamiento les hace propicios al reclutamiento por parte de los responsables

de la delincuencia organizada, que les escogen para llevar a cabo actuaciones simples pero de

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gran riesgo como el transporte de drogas en su propio cuerpo. CONSECUENCIAS DE LA

DELINCUENCIA JUVENIL La delincuencia juvenil, tiene consecuencias perjudiciales para

la sociedad, la cual está enfocada en resolver este problema a través de apoyo psicológico a

la familia, en el ámbito social para que la autoestima del adolescente no disminuya A

continuación las principales consecuencias: El desequilibrio mental es una de las mayores

consecuencias que afecta a los jóvenes que ingresan en la delincuencia. La desintegración

familiar o el deterioro del núcleo familiar. La promiscuidad sexual y la falta

de valores morales, arriesgan al contagio de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo

el VIH. La destrucción de los valores. Las muertes prematuras por causas de las llamadas

broncas callejeras, delincuencia juvenil fémina y su comparación con la masculina La

delincuencia juvenil femenina comenzó a estudiarse específicamente a finales de los años 60,

momento en el que, con el movimiento de liberación de la mujer, se comienza a percibir

socialmente un aumento considerable de la misma. Como principales teorías acerca de la

delincuencia femenina podemos destacar, fundamentalmente, las siguientes: Teorías clásicas:

biológicas, psicoanalíticas y psiquiátricas. Teorías intermedias de índole individualista con

proyección social. Autor.- Thomas, Pollack, Cowie. Titulo.- Teorías de carácter social: Año.-

2006. Ciudad.- Lima. Editorial.- Lima – Perú, enfoque funcionalista teoría del rol y teoría de

la igualdad de oportunidades y enfoque crítico teoría del control social y teoría de la

dependencia económica. Las teorías clásicas trataron de explicar el fenómeno de

la delincuencia femenina sobre la base de aspectos individuales, bien de contenido biológico

(anormalidades bioantropológicas, desarrollo sexual, etc. bien de contenido psicoanalítico o

psiquiátrico, en los que subyacía siempre la equiparación entre delincuencia femenina y

trastornos biológicos o psíquicos. Y, pese a haber sido superadas científicamente, lo cierto es

que estas teorías están fuertemente arraigadas en la sociedad y han influido notoriamente en

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los trabajos criminológicos hasta épocas recientes, Autor.- Luz María Durán Moreno.

Titulo.- Apuntes sobre CRIMINOLOGÍA FEMINISTA, Año.- 1992. Ciudad.- España – La

Mancha. Editorial.- Siglo XXI. Como CAROL SMART, quien concibe a la mujer

delincuente como una enferma mental. Sin embargo, sí quiero destacar el trabajo llevado a

cabo en este campo por la Unidad de Investigación Criminológica de la Universidad de

Castilla La Mancha sobre la comisión de algunos actos delictivos y pre delictivos en la

población femenina española de 14 a 21 años. Sobre una muestra de 2.100 sujetos, de 14 a

21 años, compuesta al 50% por hombres y mujeres, distribuidos homogéneamente en cuatro

grupos de edad 14-15, 16-17, 18-19, 20-21, los resultados nos ofrecen las siguientes

conclusiones. 1. Ante todo, el comportamiento problemático de las chicas responde, en

general a las mismas características que el comportamiento de los jóvenes de su edad. 2. Un

89,1% de las chicas han llevado a cabo "alguna vez" al menos una de las conductas

estudiadas por los investigadores de la UCLM. 3. Las conductas con mayor prevalencia son,

en ambos sexos, aquéllas que podríamos definir como transgresoras de las normas, pero que

no podemos calificar de delictivas, tales como consumir alcohol, faltar a clase, vandalismo,

etc.; siendo además la incidencia media, similar en ambos grupos de jóvenes. La pulsión no

es el instinto, esta va más allá de este concepto comprometiendo otro tipo de leyes que

refiere a un entender humano de carácter aberrante y que solo es entendido desde lo racional

y traducido por la palabra; como un entender. Entonces ¿qué función cumple la pulsión? Tal

vez como lo plantea Jacques Lacan “el uso de la función de la pulsión no tiene para nosotros

otro alcance que examinar lo que es la satisfacción” Así entonces, es relevante determinar la

relación entre la pulsión y la satisfacción del sujeto entorno a lo que desea, no obstante

determinando que solo los seres humanos cumplen ese requisito de buscar el objeto deseado.

Ese orden de necesidad que solo le es descrito para la razón humana. Para Sigmund Freud

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1915 la pulsión nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático,

como un representante psíquico, de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y

alcanzan el alma en su entender es claro, que en lo esencial no hacia parte de los instintos,

como es en gran medida su término va más enfocado a una fuerza algo anímico que

trasciende de la diferencia entre lo regulado por el principio del placer y la de carácter

instintiva de todos los seres vivos. El sujeto sicario, es influenciado por el mundo exterior,

que de alguna forma se convierte en hostil o agresivo. En los casos de sujetos que cumplen el

papel de sicarios ante una organización de delincuencia juvenil y que está a su vez es

acompañada de referentes culturales, que son por así decirlo una forma de mantener una la

ley del más fuerte en 16 términos identidad, está va influenciada por la lógica de un

debilitamiento de la función paterna en todo sentido, con esto no solo desde el sujeto en su

relación con el mundo, sino también de la sociedad, las leyes flexibles que permiten actos

muerte. Freud 1915 Luego que la etapa puramente narcisista es relevada por la etapa del

objeto, placer y displacer significan relaciones del yo con el objeto. Con ello sugerir que hay

algo del contenido psíquico en este sujeto sicario que encuentra algún tipo de relación que le

permite acercarse al displacer de cometer el acto, para luego vanagloriarse con la culpa

mediante rituales con sus semejantes en búsqueda de la calma. Freud plantea “podríamos

decir que una pulsión «ama» al objeto al cual aspira para su satisfacción. Pero que una

pulsión odie a un objeto nos suena bastante extraño, y caemos en la cuenta de que los

vínculos de amor y de odio no son aplicables a las relaciones de las pulsiones con sus

objetos, sino que están reservados a la relación del yo-total con los suyos. Para poder inferir

sobre la influencia de la pulsión en el sujeto criminal denominado sicario, es necesario

plantear lo dispuesto en los análisis psicoanalíticos, ya que en este contexto se puede

dilucidar un camino al entendimiento del sujeto que en su perpetua una acción destructiva

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ante otro sujeto, a quien ni siquiera conoce o se relaciona. Para Freud en su obra “Pulsiones y

destinos de pulsión” hace referencia a que el yo odia a todos los objetos, los persigue con

fines destructivos, todo lo que para el constituye fuente de displacer o frustración de la

satisfacción sexual o de necesidades de satisfacción. Por eso, esta pulsión del sujeto

denominado sicario, va en camino a las pulsiones de conservación y de una debilidad del yo,

en relación con la función paterna o la ley. Esa condición, es la que lleva al sujeto al acto de

muerte, porque la pulsión no está siendo reprimida de forma adecuada es decir puede estar

inactiva, en coherencia, “escasamente investida con energía psíquica, o investida en grados

variables y así habilitada para la actividad” Freud cuando esto sucede, no hay posibilidad de

que la pulsión sea reprimida para evitar algún tipo de displacer, ¿pero en qué momento se

convierte en placer, si el sujeto sicario asesina por dinero?, aquí se evidencia un grado de

instrumentalización, que en cada acto de sicarios una de sus víctimas el sujeto posiblemente

o en algunos casos siente un displacer que es colmado por la pulsión de auto conservación,

porque en su medio es “él o yo”. Esto es lo que lo puede conducir a cometer el homicidio.

Con ello, plantear desde aquí la importancia de la pulsión en el acto de muerte, realizado por

el sicario, donde la palabra esta intervenida para no permitir ningún tipo de represión y esto

permite a la pulsión cometer el acto, donde la culpa es sublimada o exorcizada mediante

rituales que realiza con su grupo de amigos, es claro también destacar que en este contexto

también intervienen las relaciones que el sujeto establece en su entorno social. Las cuales son

de alguna manera amenazantes, por parte de quien da la orden de muerte, por ese motivo

considerar que se establece una rivalidad y lucha del mando entorno a una ley de poderes,

que en ultimas puede ser la causada de la realización del acto homicida por parte del sicario

quien debe cumplir con la misión de asesinar y dejar fluir su pulsión de muerte. El acto de

asesinar del “sicario”, es calificado como un tipo de mercado de muerte, en donde se

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convierte por así decirlo en una actividad que genera lucro para quien lo asume, por así

decirlo, es un acto instrumentalizado. Con ello determinar que el entorno social de un joven a

quien se le presenta esta forma de ganar dinero perteneciendo a un grupo o pandilla, hace

parte de lo que en psicoanálisis se plantea desde la constitución de la estructura psicológica

del yo, su ideal del yo, en el inconsciente y el superyó. La cual se desarrolla en la resolución

del Complejo de Edipo, en coherencia con la función paterna que se instaure. Autor.- Liliana

López Muñoz, Titulo El Sicariato Una mirada psicoanalítica, Año.- 2002 Raoult, Ciudad.-

Cali- Colombia.- Editorial.- Percepción. La delincuencia juvenil se inscribe en el

desmoronamiento de los modos de regulación social, en la perdida de significaciones; ella es

ante todo una conducta descompuesta y marginal en relación con una experiencia de

desintegración y de frustración. En coherencia con lo expuesto, el acto delictivo se puede

entender como una forma de desestructuración del entendimiento normativo que regula a la

sociedad, en ella interviene los desequilibrios emocionales generados en un contexto hostil y

no deben ser enmarcados como un problema psicopatológico o trastorno mental. Lo que aquí

se evidencia es una 18 fractura en el respeto por la Ley social, una carencia de valores y una

moral que no logro ser instaurada adecuadamente en su resolución édipica. Por otro lado,

existe también la exclusión social a la que son objeto estos jóvenes que en la mayoría de los

casos no tienen oportunidades de empleo o subsistencia, generando un grado de desesperanza

y de rabia que se refleja en forma de odio. Una forma de planteamiento para explicar las

circunstancias que llevan al sujeto criminal a realizar un acto homicida es la propuesta por

Raoult “En cuanto al pasaje al acto, requiere para manifestarse, la presencia de dos

condiciones: la primera consiste en la identificación del Sujeto con el objeto que está en

juego; la segunda es la confrontación del Sujeto con el deseo del padre que instaura la Ley”

2002. Se puede exponer que para el sujeto “sicario” existe un principio en el actuar, que

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surge por medio de la identificación con su grupo o banda criminal que le permite acercarse

de manera directa al objetivo ordenado para eliminar, pero también se enfrenta a la

confrontación de ese actuar ante la Ley social; que en la mayoría está debilitada o fracturada

con motivo del odio o frustración por querer o desear aquello que se le fue negado desde su

niñez. Esa desesperanza que encuentra al regresar a la realidad de su entorno social hostil

desafiando la autoridad por que prevalece la Ley del más fuerte. ¿Es el sicario un perverso?

“La perversión es algo de lo cual jamás podremos decir que nos concierne, pues estamos

seguros de que, sea como fuere, nos concierne” Autora.- Piera Aulagnier. Titulo.- Violencia

Interpretativa, pictograma y proceso original. Año.-2001. Ciudad.- Buenos Aires. Editorial.-

Amorrortu. El punto de partida de este libro es el análisis del discurso del paciente psicótico

frente al discurso lógico Terapeuta. Con prueba que se llega a una situación estática, en la

cual ni uno ni otro se desprenden de la certeza de un saber anterior, una forma de relación

con el otro aprehendida en los comienzo de la vida Psíquica. Autor. Mario Elkin Ramírez.

Titulo.- Ordenes de Hierro.- Año.- 2007 Ciudad.- Cali.- Editorial.- La carreta e Ediciones.

donde habla sobre el sicariato “A madre santa, hijo perverso” y en esta expresión presenta en

forma directa la hipótesis que los complejos familiares como el complejo de Edipo y el

complejo del destete ofrecen posibilidad de reflexión al fenómeno del sicariato en nuestro

país. Lo plantea Ramírez 2007 “El padre funciona cada vez menos como agente de la

represión, ha sido banalizado, y se inscribe en el inconsciente hoy con el estatuto de poca

cosa. Es importante tener presente que cada vez más en las ciudades existen barrios

marginados por los diferentes fenómenos de violencia de donde crecen un sin número de

problemáticas sociales. Como por ejemplo el embarazo en menores de edad de la ciudad de

Cali, según estos datos las cifras van en aumento, hay estudios que demuestran que en Cali

las niñas menores de edad de las comunas están siendo embarazadas y finalizando a término

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dichos embarazos. Las menores de edad embarazadas, solo cuentan con el apoyo de sus

padres en el mejor de los casos. Con ello, los padres de la menor de edad resulta educando al

nieto como un hijo, lo que genera en él una confusión lo que también puede ser denominado

ambivalencia que debilita la función Paterna, la cual es introyectada en el niño cuando

resuelve su complejo de Edipo con elementos poco conveniente en sus relaciones al interior

de la familia. Entonces, la función paterna real y simbólica de la que habla Lacan se

encuentra en fracaso, está determinada por la declinación del Nombre del Padre en la

relación entre madre e hijo. Por causa de esos vínculos familiares que son confusos para el

niño. Lo cual se puede comprender como lo enuncia Dor 1995 el laberinto edipico de los

antagonismos del deseo, donde puede localizarse un punto de anclaje de las perversiones

bajo la influencia de elementos inductores inherentes a la esencia fálica que regula

necesariamente el desarrollo de esta dialéctica” Algo de su estructura psíquica quedo

comprometida en el desenvolvimiento del complejo edipico, lo que se busca comprender al

entender subjetivamente el proceder del sujeto sicario. De otro lado se puede observar una

relación entre madre e hijo no vigilada por la función paterna, nos permite reflexionar sobre

el porqué los sicarios veneran a la Virgen y no a Dios. Ya que el sujeto en su relación

simbiótica con la madre, que genera una situación fantasiosa con la mujer prohibida, la

Madre- Virgen- Ideal”. El autor plantea que el hijo en nombre de ese amor desmedido por la

madre, termina convirtiéndola en una santa y venerada, justificando así el mantenimiento de

las necesidades de esa madre quien lo empuja a la situación de mantenerla a ella y a sus

hermanos a como dé lugar. En este sentido lo que se plantea desde el psicoanálisis es el

adagio mencionado “a madre santa hijo perverso” ya que es esa madre quien desautoriza la

ley que regula en el sujeto la relación social establecida. La madre permite de forma

inconsciente el acto delincuencial, convirtiéndola en su cómplice de las acciones perpetuadas

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por el hijo. Aunque esto solo sería permitido desde la lógica del sicariato como un momento

del pasaje que conlleva a la madre a permitir y silenciar estos hechos. Ahora bien, he

observado durante los días de la visita a los Centros especializados de internamiento para

menores de edad, que aquella madre despierta de la fantasía con motivo de que su hijo fue

capturado por los hechos, entonces allí se convierte en un tipo de magdalena sacrificada al

ver a su hijo respondiendo por sus actos. Como lo plantea el autor Mario Ramírez 2007. La

ley simbólica, definida por el psicoanálisis como el Nombre del Padre, es trasmitida por la

madre como aquello que puede anudar, conciliar y dialectizar de las pasiones humana. Desde

mi punto de vista, esas pulsiones que no fueron colmadas por la represión que debió ser

instaurada desde un principio, pero en cambio se estableció una que tiene un complemento

de flexibilidad o debilitamiento, que ha provocado en la identificación del yo un daño que

puede ser el motivo para este tipo de caso en un sujeto denominado sicario. Así mismo,

como lo plantea. “Solo el discurso materno es susceptible de cumplir esta misión”. Expone

en su análisis que es ella la madre, quien le da el soporte indispensable en la consagración

del padre simbólico, el cual es determinante en la estructuraciones la psique del sujeto

entorno a la localización del padre real, padre simbólico y padre imaginario. Cuando el

sujeto acepta la castración sometiéndose a la Ley interpuesta, está otorgando el paso a la

pérdida sufrida en el caso de los neuróticos. Pero cuando el sujeto no acepta la castración

nunca habrá logrado internalizarse en la Ley. Por este motivo en algunos casos de sicariato

en jóvenes, nos enfrentamos a un tipo estructural de perverso quien comete le acto homicida

en busca de un goce, aquel que no tiene ningún tipo de condiciones solo necesita de los

datos, sin importar si es mujer, anciano o niño. Solo el nombre de la víctima que proporciona

lo que requiere para colmar su pulsión. La cual no es una orden emanada de quien lo

contrata, el sujeto busca calmar su angustia mediante una elección subjetiva, si cariando a

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quien le produce calma y goce. Lanteri. L. (1995) plantea la noción de perversión como una

tendencia deliberada a realizar actos malintencionados o agresivos con el único fin de hacer

daño. El perverso pretende afianzar su autoridad y disfruta de la incomodidad del otro, en

ello satisface las pulsiones sádicas. En consecuencia, se puede entender desde la lectura

psicoanalítica como una actitud que busca destruir la realidad psíquica de otro sujeto. En el

caso del sicariato puede ser calificada como una manifestación con carácter perverso. “La

cual puede encontrarse en la relación madre-niño: identificándose con la omnipotencia de la

madre, mediante la negación de la castración” P. Aulagnier. Esto puede ser entendido, como

un tipo de rasgos perversos y en algunos casos como estructura perversa, teniendo en cuenta

que en algunos casos el sujeto denominado sicario se encuentra dispuesto a cometer un

hecho ordenado por otro; en ocasión a esto no se observa ningún tipo de elección de la

víctima o de goce al realizar la acción. Su goce aparece cuando recibe la paga de dicho acto.

Este sujeto no podrá concebirse dentro de una patología Autor.- JOEL DOR. Titulo.-

ESTRUCTURA Y PERVERSIONES. Año.-1995 Ciudad.- Editorial.- GEDISA. La

Estructura de la Perversión, generalmente “desviado por el ábito del elemento mediatizado,

el concepto de “perversión” asido empleado desde hace mucho tiempo, en un sentido

ilegitimo. Su atractivo consiste, especialmente de sugerir cierto tipo de corrupción

ideológicamente consagrada bajo la apariencia de depravación de las costumbres, sin la cual

no podría continuar el poder de atracción y hasta diríamos fascinación que común mente se

le atribuye. Orejuela J. etc. al 2012 “No sería adecuado considerar que la perversión supone

un funcionamiento del inconsciente a cielo abierto, es decir, sin represión, pues Lacan se

refirió con esta expresión al caso de la psicosis y no de la perversión. El supuesto de que el

perverso carece de represión de Ley y de Otro es falsa”. En consecuencia se puede plantear

que en todos los casos de sicariato, el sujeto no se encuentra inmerso dentro de una estructura

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perversa, como también existen casos en que puede ser estructuras que se encuentran

ancladas a la perversión con el elemento fundamental de goce que encuentra el sicario al

asesinar a su víctima. Lacan plantea que todos los neuróticos sueñan con ser perversos en

consecuencia existen rasgos perversos que envuelven a todo sujeto dentro de su estructura

psíquica. Entonces no se puede plantear que desde el psicoanálisis la perversión generalizada

para el caso del sicario, no significa que en todos los casos la perversión sea una forma de

estructura clínica. Lacan argumenta que la perversión quiere decir únicamente una estructura

clínica sino un tipo de goce determinado por un discurso planteado desde la 22 palabra que

deviene de un gran Otro. Produciendo en el sujeto pulsiones que pueden ser ambivalentes y

generar un tipo de rasgos perversos que se afloran en el entorno en que el sujeto se

desenvuelve, de esta forma se va generando un tipo de impulso que no es sublimado desde la

represión; la cual es instaurada desde la castración y el Complejo de Edipo. En estos actos

algunos de estos sicarios subliman la culpa mediante episodios, en los cuales el sujeto

después de cometer el hecho punible se dirige con sus amigos a consumir algún tipo de licor,

ya que en la relación de él con el mundo no funciona sino a partir de la ley que fue

presentada por medio del discurso de la madre. En consecuencia existe una sublimación de

culpa que difiere del perverso estructural. Para Lacan existe un goce, que permite esa

relación y que a su vez hace parte de las necesidades del Otro social. El cartel o el patrón

determinan e inicia esa demanda del Otro social, que a su vez influye en el acto del sicario

para realizar el crimen. También se debe analizar el tema de la perversión en el lugar

femenino, como lo plantea Freud 1920 “Tres ensayos para una teoría sexual”, en el cual hace

referencia a la sobrevaloración sexual que hace la mujer con sus hijos. De esta forma explica

que ese pequeño perverso polimorfo es constituido por ella en la posibilidad de reemplazar

su falo del cual es carente. Con ello, como dice Lacan “desmiente la castración” sirviendo de

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fetiche de ella, en su relación establecida desde la palabra. En una forma u otra se vislumbra

la perversión de la madre en relación a ese hijo, que se convierte en ese falo que le produce

un tipo de goce. Por ello, hay algo implícito en la relación establecida por medio del lenguaje

que se evidencia en un deseo por la ley, la cual fue presentada por la madre al hijo y que de

alguna forma se internó con rasgos perversos, los cuales pueden ser la causa circunstancial

de este fenómeno. Conclusiones Este análisis ha intentado aportar algunos elementos que

permitieron dilucidar algunos aspectos fenomenológicos del sicariato, los cuales

evidenciaron diferentes temáticas sobre el objeto de estudio, situando la problemática social

en el que el sujeto desencadena todo tipo de acciones agresivas que devienen de las

pulsiones. Se logró evidenciar mediante un marco interdisciplinario del análisis criminal, los

supuestos que intervienen en la estructura psíquica del sujeto que realiza el acto transgresivo

a su semejante; apelando a los diferentes autores psicoanalíticos para ingresar a una

discusión en torno a las consideraciones sobre la pulsión que proviene del ello o también

llamada pulsión de muerte y del desarrollo del acto como forma de descarga de la pulsión

que deviene de un tipo de estructura psíquica agresiva. A partir de los diferentes conceptos

teóricos y datos estadísticos se logró sustentar algunas apreciaciones del fenómeno del

sicariato en varias ciudades, los cuales demuestran que el sicariato puede ser descrito como

una forma de violencia social. En los cuales están inmersas nuevas formas de culturas

hostiles y agresivas, desarrolladas tal vez con una influencia evidente de los grupos

delincuenciales que surgen por la vertiente del narcotráfico. Así como también, la debilidad

facultativa de la Ley que genera las herramientas que utiliza la delincuencia organizada para

reclutar a los menores de edad para entrenarlos y convertirlos en sicarios. Fue importante

para el desarrollo de este análisis desde la clínica psicoanalítica, pensarlo mediante la

resolución del Complejo de Edipo o Función Paterna, ya que en coherencia con todo lo

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expuesto se observa una clara participación de las relaciones sociales entabladas por el sujeto

desde su entorno cultural. De otro lado dejar planteado la importancia la experiencia del

entorno social en el que se nutre la agresividad vivida en la experiencia del sicariato, como

una forma habitual de establecimiento de patrones normativos que buscan derrumbar

mediante los actos criminales, todo pactado y establecido en las relaciones adquiridas al

ingresar a este grupo de sujetos que se identifican por su necesidad, realidad psíquica o

semejanzas en los rasgos predominantes para la comisión de actos sin moralismos limitantes

de la pulsión ejercida en el acto de asesinar a su semejante. Reconocer nuevas formas de

análisis psicoanalítico que permitan identificar elementos del entorno social donde el sujeto

se habitúa como su barrio, trayectoria académica caótica, carente de recursos y de

oportunidades o en ocasiones buscar un reconocimiento dentro de la Ley del más fuerte.

Aquella que puede ser inteligible desde los conceptos sobre el ideal del yo, identificación,

complejo del destete y Edipico, función paterna real y simbólica entre otros. Por último, a

partir de la teoría psicoanalítica no se puede sustentar que en todos los casos el sicariato se

instaura desde una estructura perversa, aunque si se pueden hallar rasgos perversos. El

sicario realiza el acto criminal de manera cociente, analítica y metódica, no elige o

instrumentaliza a su víctima; de igual forma siente algo de culpa que la sublima mediante

rituales que le permiten manejar su angustia. Permanecen en el vínculo social 24 establecido

de su entorno hostil, como un agente permisivo del actuar bajo un consentimiento dentro de

la ilegalidad, que en ultimas será el único medio que le permite cometer el acto homicida

bajo el ordenamiento emitido por el jefe “patrón” o vinculo social que establece con sus

pares y que en ultimas se convierte en la Ley de cuentas por cobrar dentro de ordenamiento

simbólico de la ilegalidad; como único camino que tiene para tener un reconocimiento y

establecerse como sujeto dentro de un grupo selectivo que le permite entrar y salir de la Ley

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o norma social de forma invisible hasta cuando no se falle en la misión ordenada. Pero no

será la última palabra, teniendo en cuenta que existen casos en que algunos sujetos que

trabajan como sicarios y presentan una estructura perversa; pero este no puede ser un análisis

universal en todos los casos. Teniendo en cuenta que el sicariato se ha convertido en una

actividad instrumentalizada, que algunos sujetos incorporan como una forma social de

vivencia hostil. Así como también se pueden encontrar sujetos que tienen una estructura

perversa, encuentran goce realizando esta práctica homicida, entran y salen de la Ley bajo su

análisis de conveniencia, de alguna forma hallando algún tipo de beneficio económico.

También indica el Marco Teórico. Por representar la esencia del enunciado del proyecto

Estado de la Región, importa proceder a la definición de los dos conceptos fundamentales

utilizados: seguridad ciudadana y Estado democrático de derecho. Otras tres nociones

básicas política criminal, prevención del delito y sistema penal están íntimamente

relacionadas con estos dos conceptos esenciales. Conceptos clave. Seguridad ciudadana La

existencia de numerosas y periódicas manifestaciones de temores colectivos imputables a

diversas circunstancias (epidemias, revoluciones, crisis económicas, calamidades públicas y,

mucho más recientemente, actos espectaculares de terrorismo forma parte de la historia de la

humanidad. También nos muestra la historia que garantizar la seguridad de los miembros de

una comunidad siempre ha representado la razón de ser, la justificación y la legitimación del

poder ejercido por sus gobernantes, así como uno de los monopolios incontestado del Estado.

El actual problema planteado por el resurgimiento del miedo al crimen debe situarse en este

marco. Cuando una comunidad se siente amenazada en su instinto de seguridad suele

reaccionar buscando chivos expiatorios, reclamando una represión más severa y exigiendo

del Estado el riguroso ejercicio de uno de sus más importantes atributos: el ius puniendi

(derecho a castigar). En esta perspectiva, debe señalarse, en primer lugar, que “miedo al

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crimen” o “inseguridad ciudadana” son los principales conceptos utilizados para designar el

fenómeno que la mayoría de la población suele identificar con la falta de represión y

prevención del delito, así como con el aumento (real o supuesto) de la criminalidad. Esta

creencia popularmente extendida suele llevar, sin embargo, de manera lógica e inexorable, a

planteamientos y conclusiones simplistas, poco rigurosas, equivocadas y a menudo

peligrosos. También merece destacarse, en segundo lugar, que el sentimiento de temor,

fuente de una profunda preocupación de una importante proporción de los ciudadanos, se ha

ido transformando con el tiempo en un objeto independiente que, no solamente ya no

necesita el delito. Sobre estos temas, véanse Chinchilla Laura y Rico José Ma. (1997), La

prevención comunitaria del delito: perspectivas para América Latina, Miami, Centro para la

Administración de Justicia, Universidad Internacional de la Florida, y Rico José Ma. y

Chinchilla Laura (2002), Seguridad ciudadana en América Latina: hacia una política integral,

México, Siglo XXI editores, como substrato, sino que por sus consecuencias, puede ser

tanto o más dañino para la sociedad que el mismo delito. Aunque los especialistas no suelen

dar una definición explícita del término “seguridad ciudadana”, parece aceptable la propuesta

por el PNUD de Costa Rica, en una perspectiva de desarrollo humano: la condición personal,

objetiva y subjetiva, de encontrarse libre de amenazas de violencia o amenaza de violencia o

despojo intencional por parte de otros, que contiene los elementos de complejidad del tema

que serán analizados más adelante. Algunos autores, sin embargo, después de haber barajado

los diversos conceptos utilizados en este ámbito (seguridad nacional, pública, integral,

humana, ciudadana), han sugerido reemplazar el término “seguridad ciudadana” por otros

más abarcadores y capaces de superarlo. En este sentido, se han propuesto otros conceptos,

tales como el de “seguridad de los habitantes” lo que permitiría incorporar, no solo a los

ciudadanos de un país, sino a todas las personas sin excepción: menores, inmigrantes

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indocumentados, refugiados, turistas o el de “desarrollo humano sostenible” que incluiría,

además de la garantía de no ser víctima de un delito, la de poder vivir en un Estado de

derecho y disponer de niveles razonables de bienestar en los campos de la salud, la

educación, el ingreso o la vivienda. Para justificar este cambio terminológico, quienes han

propuesto reemplazar el término “seguridad ciudadana” por “seguridad de los habitantes”

Invocan dos razones: la primera, la necesidad de no excluir de la protección social contra el

delito a ningún ciudadano; la segunda, los malos antecedentes que el término “seguridad

ciudadana” tiene en América Latina. Con respecto a la primera justificación, puede señalarse

que, además de tratarse de un concepto ampliamente acuñado, postula que éste no incluye a

todas las personas que residen en un país determinado, hipótesis desmentida con la sola

lectura de las publicaciones hechas sobre el tema. En cuanto a la segunda justificación,

posiblemente traduzca cierto temor a un pasado relativamente reciente, pero felizmente

superado. En cualquier caso, la aceptación de términos tan amplios, no sólo podría llevar casi

necesariamente a una pérdida rápida de sustancia del tema, sino que supondría una

importante ruptura con procesos conocidos y aún no resueltos en forma satisfactoria, con el

consiguiente peligro de adentrarse en un terreno. Con respecto a lo anteriormente expuesto,

véase Rico José Ma. y Salas Luís (1988), Inseguridad ciudadana y policía, Madrid, Tecnos,

Capítulo primero: La inseguridad ciudadana, en especial. PNUD Costa Rica (2006),

Venciendo el temor: (in) seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica, Informe

Nacional de Desarrollo Humano 2005, San José. En este sentido, Carranza Elías (1997),

“Situación del delito y de la seguridad de los habitantes en los países de América Latina”, en

Carranza Elías (Coordinador), Delito y seguridad de los habitantes, México, Siglo XXI

editores, en especial, plagado de incógnitas y pretender resolver serios problemas humanos y

sociales en forma puramente retórica o simbólica. En sentido contrario, la opción consistente

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en centrar el concepto en las conductas sancionadas por la ley penal puede ser demasiado

reductora. Entendida como el simple mantenimiento del orden público, la “seguridad

pública” no coincide necesariamente con la “seguridad de las personas”, ya que supone, por

una parte excluir aspectos de la vida cotidiana percibidos por la población como fuente de

inseguridad, por ejemplo, la presencia en los lugares públicos de jóvenes con vestimentas y

peinado extraños, tatuajes y otros signos inhabituales e incluso provocativos y, por otra parte,

incluir otros que no presentan en forma inequívoca atentados contra la seguridad individual

tal sería el caso del consumo de drogas. La definición adoptada del concepto de seguridad

ciudadana, al estar formulada en términos individuales, plantea sin embargo el problema de

su ámbito de aplicación. ¿Puede, en tales condiciones, sostenerse que el concepto también es

válido en el plano colectivo? El informe que ha propuesto la definición antes indicada

autoriza una respuesta afirmativa a esta interrogante, no solamente en Costa Rica, sino en los

demás países de la región centroamericana Así lo muestran los siguientes extractos del

mismo: “Los problemas de (in)seguridad ciudadana son percibidos por la población como

factores determinantes en el deterioro de su calidad de vida” “La inseguridad ciudadana es

un obstáculo para el desarrollo humano por cuanto limita las posibilidades individuales para

concebir y concretar un proyecto de vida, y erosiona la cooperación social y la vida cívica

necesarias para tal efecto”. “Es posible construir una sociedad más segura si se atienden las

formas de vulnerabilidad social en que proliferan la violencia y el despojo, y se fortalecen los

mecanismos colectivos de protección y la capacidad de las personas para activarlos” “Lo

que yace en el centro de la discusión de la seguridad ciudadana es la vigencia y tutela

efectiva de algunos derechos fundamentales de las personas”. El citado informe señala

además numerosas consecuencias de la inseguridad para el desarrollo humano. En el plano

social, limita los recursos públicos disponibles para la provisión de servicios destinados a la

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satisfacción de necesidades básicas, deteriora valores esenciales para la convivencia

democrática, y erosiona el tejido social, así como la confianza en las instituciones

democráticas.- En este sentido Besozzi Claudio (2004), À propos de sécurité, Montreal,

Centro Internacional para la Prevencón de la Criminalité en adelante CIPC), p. 5. 6 Véase

Crimen y desarrollo en Centroamérica. Atrapados en una encrucijada, Naciones Unidas,

Oficina contra la Droga y el Delito, marzo del 2007, PNUD Costa Rica (2006), pp. 52-54. 5

Estos puntos de vista son confirmados en forma más concreta por eminentes especialistas en

la ciencia política. Para O’ Donnell, por ejemplo, pese a que los derechos (políticos y

civiles), cuya defensa y promoción caracterizan a un Estado democrático, tienen una

intrínseca dimensión individual al ser asignados a sujetos agentes, también tienen una

dimensión intrínsecamente social si se tiene en cuenta su proyección colectiva como

derechos y libertades que identifican y sustentan cualquier contexto plural.8.- Una última

reflexión sobre el tema: la paradoja de las sociedades occidentales que, aun garantizando

actualmente de un grado de seguridad jamás alcanzado en el pasado, hacen de la seguridad

una de sus principales preocupaciones. Se han dado diversas interpretaciones a esta

incongruencia: una que, distinguiendo entre los aspectos objetivos y subjetivos del concepto,

consideran que las medidas adoptadas para la protección de los ciudadanos suelen engendrar,

en el plano de la subjetividad de los individuos, un sentimiento de amenaza; otra, formulada

por Fritz Sack, perteneciente al movimiento de criminología crítica alemana, estima que la

dramatización de la inseguridad es una construcción social destinada a compensar la pérdida

de poder del Estado en las sociedades posmodernas. Estado democrático de derecho Con

respecto a esta segunda dimensión del enunciado del proyecto de Informe Estado de la

Región (2008), después de un breve señalamiento de los criterios esenciales que definen un

Estado democrático de derecho, se enfatiza en uno de los principales elementos de la

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problemática de la seguridad ciudadana: el sistema de justicia penal, a través del cual cobra

vida esta noción en un ámbito específico de la vida social organizada y cuyas características

fundamentales se exponen más adelante. Finalmente y considerando posibles escenarios para

la acción- se exponen brevemente otras modalidades -no necesariamente democráticas- de

organización del Estado en el sector de justicia penal. Características de un Estado

democrático de derecho Contribuyen indirectamente a la definición de este término los

abundantes escritos dedicados a lo que debe entenderse por "democracia" y, sobre todo, la

manera de llegar a una definición que sirva a los propósitos prácticos de medir el desarrollo

democrático de cualquier régimen político, es decir, al análisis empírico de la democracia.

En forma más concreta, la ciencia política considera que un Estado democrático no es

solamente un conjunto de burocracias, generalmente complejas, sino también un sistema

legal, o sea, un entramado de reglas que penetran y determinan numerosas relaciones

sociales, generando para los habitantes de un determinado territorio el bien público del orden

general y asegurándoles el respeto de ciertos derechos y libertades fundamentales. Por otra

parte, un sistema legal no consiste únicamente en un conjunto de reglas, sino en sus

relaciones con las instituciones estatales designadas para interpretarlas y aplicarlas. Teniendo

en cuenta lo anterior, un Estado democrático de derecho podría ser definido en función de

estas tres dimensiones: La absoluta primacía de la ley, vale decir, la sujeción del poder

político, de cualquier institución estatal y de todos los ciudadanos a la Constitución y a la

legislación vigente. El estricto respeto, protección y fortalecimiento de los derechos y las

libertades fundamentales de todas las personas físicas, jurídicas que habitan un país. El

establecimiento de criterios rigurosos para el ejercicio de la responsabilidad política, legal y

administrativa de las personas investidas con autoridad. ¿Cómo se caracterizan los países de

América Latina con respecto a los conceptos antes expuestos? En relación con este tema,

- 36 -

conviene tener en cuenta, entre otras cosas, lo siguiente: en la mayoría de ellos, los

principales elementos que pueden definir un régimen democrático suelen revestir un

significado especial que no se corresponde totalmente con el adoptado por las democracias

tradicionales europeas o norteamericanas; la anterior práctica democrática en la región: como

es sabido, la historia latinoamericana se ha caracterizado por la alternancia entre regímenes

autoritarios y democráticos, pudiendo observarse igualmente que las experiencias con la

democracia de la mayoría de los países del área han sido en general relativamente breves y

no siempre felices; Características de un sistema democrático de justicia penal. Tanto el

conjunto del sistema de justicia como su componente penal se rigen por los siguientes

principios fundamentales: accesibilidad, independencia, justedad, eficiencia, transparencia y

moderación. Un sistema de justicia accesible es un sistema abierto y viable de manera real

para todos los ciudadanos, sin distinciones étnicas, de clase o estrato social y con

independencia de su situación económica y sus opiniones políticas. Contrariamente a lo que

ocurre en otras materias civiles, comercial, etc. en materia penal el problema de la

accesibilidad solo afecta a los ciudadanos que desean denunciar la comisión de un delito, las

víctimas y los testigos. 9 Un sistema de justicia independiente es un sistema con poder de

decisión autónomo que opera sin vinculaciones indebidas con el poder político institucional

o con cualquier grupo de presión en el plano externo, y con las procedentes de la

superioridad jerárquica en el plano interno. Un sistema de justicia justo es un sistema basado

en ciertos principios social e internacionalmente reconocidos y aceptados, tales como la

libertad, la integridad física y la dignidad de la persona, la legalidad, la igualdad de todos

ante la ley, la equidad, el respeto de los derechos humanos y un debido proceso. Un sistema

de justicia eficiente es un sistema capaz de alcanzar los objetivos para los cuales ha sido

previsto, logrando un equilibrio socialmente aceptable entre las exigencias de protección

- 37 -

penal, rapidez, mínimo costo y respeto de las garantías fundamentales de las personas. Un

sistema de justicia transparente es un sistema que opera en forma abierta frente a la

colectividad, se somete a ciertas formas de control e informa periódicamente sobre sus

actividades. En materia penal, el principio de moderación implica que se recurrirá a este

sistema cuando se han agotado otros medios de menor severidad o más pertinentes. En

general estos principios se corresponden -al menos en el plano formal- con los indicadores de

libertad política y democracia elaborados por el PNUD y Freedom House. Así, la

accesibilidad equivale a la igualdad de oportunidades y a la participación del primer caso y a

la igualdad y acceso al Poder Judicial en el segundo; la justedad, al imperio de la ley y la

protección de las garantías procesales fundamentales; la independencia está vinculada al

principio de separación de poderes; y la transparencia a la necesidad de control y

rendimiento de cuentas. El principio de eficiencia no se aplica, sin embargo, a la

democratización, sino más bien a la modernización del sistema de justicia. Estos principios,

y otros más específicos del sistema penal, se encuentran, además, en la definición de lo que

se ha convenido en llamar un "debido proceso". En lo penal, dicho sistema debe, además,

utilizarse con moderación; en este sentido, y de acuerdo con la tradición liberal democrática,

el derecho penal y el conjunto del sistema de justicia de tal naturaleza constituyen

instrumentos o condiciones de democracia en la medida en que contribuyen a minimizar la

potestad punitiva estatal, es decir, a asegurar los derechos fundamentales de los ciudadanos

contra la arbitrariedad y los abusos en el recurso a medidas coercitivas por parte del Estado.

En cuanto a los "actores" tradicionales del sistema de justicia penal, los siguientes aspectos

de su organización y funcionamiento que pueden corresponder a los parámetros de

democracia antes enumerados son: En lo atinente al componente normativo, las

constituciones suelen contener disposiciones que protegen las garantías fundamentales y

- 38 -

aseguran la independencia de la magistratura y del Ministerio Público, y los códigos de

procedimiento penal regulan, como las constituciones, las garantías fundamentales de los

inculpados, así como la libertad provisional o prisión preventiva, los criterios de valoración

de la prueba (en especial de las evidencias obtenidas ilícitamente), el secreto del sumario, el

cumplimiento de los plazos procesales, etc. En relación con la policía, los principales

indicadores para determinar su grado de democratización son el respeto por los derechos

humanos, su desmilitarización, la representatividad en sus efectivos de diversos grupos

sociales, la existencia de mecanismos de control de sus actividades y el hecho de estar al

servicio de la colectividad y no de gobiernos o grupos particulares. El tema de la

desmilitarización de la policía como un requisito de democracia es complejo, ya que en

diversos países democráticos por ejemplo, la mayoría de los países de Europa continental

algunos cuerpos policiales dependen del ministerio de la Defensa y presentan características

militares, aunque están sometidos a las autoridades civiles. Los criterios que permiten

calificar a una defensa penal como democrática son esencialmente su accesibilidad para

todos los ciudadanos problema íntimamente vinculado con el de su costo y el de los

mecanismos imaginados para garantizar el ejercicio de este derecho fundamental a las

personas menos favorecidas económicamente defensa de oficio, defensa pública. En cuanto

a la acusación, han de tenerse en cuenta su independencia y la justedad de las decisiones de

fiscales y procuradores. En lo referente al Poder Judicial, deben considerarse parámetros

como su accesibilidad, la independencia judicial frente a presiones internas y externas, la

unidad de jurisdicción lo que implica la exclusión de tribunales especiales, la justedad de las

decisiones de jueces y magistrados, el respeto de las garantías procesales y el control sobre

sus actividades. Las principales unidades de medida en materia penitenciaria deberían ser las

establecidas en las reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los

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reclusos. Finalmente, dos indicadores esenciales son comunes a todos estos “actores”: la

necesidad de transparencia y el grado de confianza de los ciudadanos en un sistema que

respete los parámetros antes indicados en el funcionamiento de cada uno de sus

componentes. Con respecto a los objetivos antes descritos, conviene recordar que la historia

muestra en América Latina un importante desfase entre lo formal y lo real, entre el “ser” y el

“deber ser”. Incluso en los relativamente recientes procesos de transición democrática,

dichos principios suelen ser objeto de graves violaciones. Tampoco se ha solventado en

forma satisfactoria lo que se entiende por democratización y modernización del sistema,

principales objetivos de los programas auspiciados y financiados por la cooperación

internacional. En general, tales programas están esencialmente orientados hacia la

modernización del sector. En cuanto a su democratización, se ha estimado poder alcanzarla

gracias a su fortalecimiento institucional, aunque no se ha profundizado ni sobre “las

necesidades de democratización”, ni sobre el hecho de que posiblemente todos los sectores

del sistema penal no tengan la misma importancia y significado con respecto a su

contribución al proceso democrático que están viviendo en las últimas décadas la mayoría de

países latinoamericanos. Por ejemplo, la reforma del sector policial puede ser más importante

para esta finalidad que la del Ministerio Público y el Poder Judicial. Otras modalidades de

intervención del Estado en lo penal Frente al modelo de sistema democrático de justicia

penal, cuyos elementos más característicos se acaban de describir y analizar, existen otros de

especial relevancia en América Latina: los sistemas de corte autoritario y, en algunos países

de la región, los sistemas propios de las poblaciones indígenas. Sistemas de corte autoritario

Como se acaba de indicar, las legislaciones y las políticas relacionadas con el sistema de

justicia penal se caracterizan por un acentuado desfase entre lo formal y lo real. La casi

totalidad de las constituciones y las legislaciones penales del área incorporan principios

- 40 -

básicos prácticamente idénticos a los existentes en las democracias occidentales, lo que no

tiene nada de extraño si se tiene en cuenta, por una parte, que aquéllas se han inspirado

tradicionalmente en éstas y, por otra parte, los avances realizados desde el inicio del proceso

de transición democrática a finales de los años. Lo que sí difiere es, tanto el grado de

cumplimiento de tales principios, que en numerosos países latinoamericanos deja aún mucho

que desear, como las tendencias represivas prevalecientes últimamente en ellos. Como

ejemplo de los problemas y obstáculos que aún persisten en la vía de la democratización de

los sistemas de justicia penal pueden señalarse, en materia legislativa, los efectos “perversos”

de diversas leyes de amnistía teóricamente destinadas a conseguir la llamada “reconciliación

nacional” (Argentina, Chile, Uruguay) y, más recientemente, la promulgación de

legislaciones criticables en la medida en que varias de sus disposiciones suponen, con el

pretexto de una mayor eficacia en los temas abordados, importantes limitaciones a diversas

garantías y principios fundamentales; tales son los casos del considerable recurso a los

decretos emanados del Poder Ejecutivo para resolver “problemas sociales urgentes”, de las

legislaciones en materia de drogas impulsadas en algunos países andinos Bolivia, Colombia,

Ecuador, Perú y Venezuela y centroamericanos Guatemala por los Estados Unidos con la

finalidad de incrementar la lucha contra este fenómeno, la restauración de la pena de muerte

para determinados delitos El Salvador, Guatemala y la promulgación de leyes especiales de

“peligrosidad social” destinadas a erradicar la delincuencia y enfrentar el problema de las

“maras” El Salvador, Guatemala, Honduras; en lo policial, además de las reticencias con

respecto a la incorporación del organismo a instituciones civiles y al control democrático de

sus actuaciones, su participación en operativos especiales “de limpieza social” e incluso en

hechos delictivos y la incorporación del ejército a las actividades relacionadas con la lucha

contra la delincuencia El Salvador, Guatemala, Honduras; en el plano judicial, el incremento

- 41 -

con fines políticos del número de miembros de las cortes supremas de justicia Argentina,

Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú, Venezuela; las dificultades para iniciar

investigaciones judiciales y procesos contra los autores y cómplices de asesinatos,

“desapariciones”, torturas y amenazas de que han sido víctimas los operadores del sistema

(fiscales, jueces, abogados); y la creación la persistencia de tribunales especiales; y la

suspensión total o parcial de las garantías fundamentales previstas en las constituciones.

Sistemas consuetudinarios indígenas Una tercera modalidad de sistemas de justicia penal está

representada por la aún existente en diversas regiones latinoamericanas con importantes

porcentajes de población indígena todos los países andinos y Panamá, Nicaragua y

Guatemala en Centroamérica. Las investigaciones sobre este tema muestran que, con

frecuencia, lo que la ley nacional tipifica como un delito no lo es para las comunidades

indígenas; el ejemplo más significativo sería, en la región andina, las legislaciones sobre

producción, distribución y consumo de drogas; en sentido contrario, una infracción sujeta a

castigo por las normas de convivencia tradicionales a las poblaciones indígenas por ejemplo,

la brujería puede no ser reconocida como tal por la legislación penal vigente. También

existen importantes diferencias en lo que respecta a las concepciones de lo “bueno” y lo

“malo” y su traducción en la forma de impartir justicia; en general, el sistema penal oficial

busca sobre todo el castigo del culpable, mientras que en las comunidades indígenas, cuya

justicia suele ser administrada por los jerarcas o ancianos en Guatemala, los “principales” se

persigue la reconciliación y el compromiso entre las partes, con la finalidad de conservar la

armonía interna del grupo. Estos sistemas, que podríamos calificar de “fragmentados” por la

coexistencia de dos modelos para la resolución de conflictos, suelen ser fuente de serios

problemas en la medida en que las poblaciones implicadas suelen rechazar el recurso a un

sistema “oficial” inaccesible, a veces incomprensible por la ignorancia del español e

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inadecuado para sus costumbres ancestrales.16 15 Sobre este tema, véanse Márquez de

Villalobos Marcela y Antony Carmen (1984), Dos estudios de criminalidad generada en

conflictos de culturas ocasionados por el modelo de desarrollo: La administración de justicia

penal en Guatemala, Guatemala; Autores Salas Luís y Rico José Ma. Titulo.- LA JUSTICIA

PENAL EN GUATEMALA, SAN JOSÉ. Año.-1989.- Ciudad Florida. Editorial.-

Universitaria Centroamericana; Además de los citados Autores tenemos a Stavenhagen

Rodolfo y Iturralde Diego, compiladores 1990, Entre la ley y la costumbre. El derecho

consuetudinario indígena en América Latina, México, Instituto Indigenista Latinoamericano

e Instituto Interamericano de Derechos Humanos. En una perspectiva de lege ferenda,

conviene mencionar el caso paradigmático de Canadá, posiblemente el único país occidental

que, bajo la iniciativa de la Comisión de Reforma del Derecho y con el apoyo de una gran

mayoría de su población, se ha dotado de un doble sistema de justicia, reconociendo la

completa autonomía de la justicia indígena para los diversos pueblos (indios y esquimales)

que habitan las zonas nórdicas del país. Otros conceptos de interés Los dos conceptos

esenciales que se acaban de describir y analizar están íntimamente relacionados con otras tres

nociones básicas política criminal, prevención del delito y sistema penal). Las dos primeras

han sido tradicionalmente las más utilizadas por los especialistas, a menudo en forma

acrítica. Política criminal Existe cierta concordancia en definir la política criminal como el

conjunto de métodos por medio de los cuales el cuerpo social articula respuestas frente al

fenómeno criminal. Dos elementos se deben destacar de esta definición: “un conjunto de

métodos” supone el recurso a medidas no exclusivamente represivas; y “el cuerpo social”

designa no solamente el aparato penal oficial sino otras instancias que tradicionalmente no

han intervenido o intervenido poco frente al crimen. De acuerdo con la interpretación más

clásica y formal, frente a aquellas conductas que en cualquier sociedad organizada se

- 43 -

consideran inadmisible, el Estado titular del ius puniendi, una de sus atribuciones esenciales

suele reaccionar con dos tipos de medidas: el control y la prevención del delito. En forma

más concreta, en el plano formal el Estado interviene ante el fenómeno criminal por varias

vías: la legislativa, mediante la amenaza de la sanción penal o la promulgación de leyes

especiales destinadas, gracias al pretendido efecto de prevención o intimación general, a

evitar la comisión de un delito; la judicial, a través de la aplicación efectiva de las sanciones

previstas en los textos legales o la individualización de la pena, con cuyas medidas, que

actúan como prevención especial, se espera evitar la reincidencia del infractor; y la

administrativa, recurriendo sobre todo a la acción policial patrullas, registros, controles, etc.

o social. Sin embargo, la investigación ha mostrado los límites de tales vías. En efecto, sus

resultados indican, entre otras cosas, lo siguiente: muchos delitos no se denuncian a las

autoridades competentes; pocos son los infractores identificados y, por tanto, acusados ante

los tribunales; numerosos condenados a una pena privativa de libertad no se rehabilitan; las

medidas tomadas por el sistema penal no suelen tener en cuenta los factores de riesgo

asociados a la criminalidad; ni la amenaza penal, el incremento de las penas o la aplicación

judicial efectiva de las sanciones previstas en los textos legales han logrado hacer disminuir

la delincuencia; la patrulla policial preventiva no impide la comisión de numerosos delitos,

ni reduce el sentimiento de inseguridad de la población, ni da lugar a una rápida respuesta

policial que permita la detención de un sospechoso. Prevención del delito En un sentido

amplio, se considera que la prevención es el conjunto de medidas destinadas a impedir o

limitar la comisión de un delito. Esta definición justifica las siguientes observaciones: no hay

acuerdo cuando se trata de precisar lo que se pretende evitar o anticipar hay conductas ilícitas

por ejemplo, en los casos de los llamados “delitos de cuello blanco”- con respecto a las

cuales la voluntad política para reprimirlas o prevenirlas deja aún mucho que desear; la

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mayoría de las medidas de carácter social no tienen necesariamente como objetivo principal

reducir la delincuencia sino mejorar las condiciones generales de vida de la población

mediante la instauración de programas de ayuda social, por lo que su esperado efecto sobre

la evolución de las tasas de criminalidad, al resultar de acciones con metas más amplias,

nunca será directo sino inducido; aunque las actividades de la policía pueden ser de gran

utilidad para la sociedad, también pueden ser la causa de serios peligros para un Estado de

derecho si, con el pretexto de evitar la comisión de un delito, se multiplican las limitaciones

al ejercicio de las libertades individuales y colectivas, aplicando sin discernimiento o en

forma arbitraria las numerosas normas que proliferan en las sociedades contemporáneas; en

este mismo sentido, la prevención de tipo comunitario no debe nunca servir de pretexto a una

ampliación indebida de los mecanismos de control ya existentes. Ante esta situación, se está

enfatizando desde hace unas tres décadas en el recurso a los enfoques más novedosos y

prometedores en la materia: la prevención “situacional” y la prevención “social”. Se trata de

modelos ideales, por lo que los especialistas preconizan su aplicación combinada. Se

entiende por prevención “situacional” el conjunto de medidas no penales tendientes a

eliminar o reducir las ocasiones que en numerosos casos propician la comisión de un delito

por ejemplo, mediante la instalación de cerraduras y sistemas de alarma en residencias y

comercios, una mejor iluminación en las calles o la vigilancia de barrio. Su postulado de base

es que el delito resulta en gran medida de elecciones influenciadas por aspectos concretos e

inmediatos de las situaciones en que puede encontrarse un infractor potencial y sus efectos

pueden apreciarse en el corto plazo. El enfoque “social” (intervenciones no penales sobre

delincuentes potenciales orientadas a eliminar o atenuar su propensión criminal está basado

en las clásicas teorías etiológicas del delito, según las cuales la acción criminal se explica por

la existencia de diversos factores anteriores a su perpetración familia, escuela, empleo,

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frecuentación de otros delincuentes, pertenencia a bandas criminales, consumo excesivo de

alcohol y otras drogas, etc. Los resultados de este enfoque sólo pueden darse en el mediano y

largo plazo. El carácter novedoso de esta tipología consiste en su aplicación combinada y

equilibrada, que no está exenta de problemas y dificultades. En este sentido, las autoridades

políticas competentes -sin duda apoyados por importantes porcentajes de la población-

suelen privilegiar las acciones de tipo “situacional”, de corta duración, mayor visibilidad y

facilidad de ejecución y capaces de resolver problemas concretos, siendo más renuentes a las

de índole “social”. Estas, sin embargo, tienen un mayor potencial con relación al futuro, ya

que su principal finalidad es enfrentar los factores de riesgo asociados a la criminalidad. En

la actualidad, la prevención del delito constituye el eje central, tanto de las intervenciones

estatales, comunitarias destinadas a enfrentar la delincuencia y la inseguridad, como de las

reflexiones de los especialistas. La mayoría de estos insisten además en que las políticas

públicas en el sector deben estar basadas, no en dogmas tradicionales, sino en el

conocimiento empírico acumulado a nivel internacional sobre el tema. Sistema penal Se

entiende por “sistema penal” el conjunto de reglas, organismos, procedimientos y personas

que intervienen en la solución de los conflictos derivados de la existencia de ciertas

conductas consideradas como delito. En especial, se trata de: las normas que establecen tales

conductas códigos penales, leyes especiales y las reglas a seguir para su investigación, juicio

y sanción códigos de procedimiento penal; las instituciones que las promulgan, reforman o

derogan Congreso, presidente de la República, ministerios competentes; y los organismos

oficiales encargados de su aplicación policía, Ministerio Público, defensa, tribunales y

sistema penitenciario. A estos componentes conviene añadir otras instituciones relacionadas

con el tema tales como el Ministerio de Justicia, la Procuraduría General y los organismos

encargados de la protección y promoción de los derechos humanos (Ombudsman y

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Defensorías del Pueblo y, más recientemente, la comunidad, que debe desempeñar un papel

importante en estos sectores, y tener en cuenta la evolución del entorno del sistema. El

sistema penal debe ser contemplado y analizado como un conjunto orgánico, como un

verdadero sistema, y no como un conglomerado más o menos acertado de normas,

instituciones, personas y procesos, que suele ser la forma tradicional de encararlo, dando

lugar a la inexistencia de una filosofía global que, abarcando los objetivos particulares de

cada uno de los sectores que lo conforman transcendiéndolos, el aporte un mínimo de

coherencia, condición necesaria para su eficiencia, y evite su distanciamiento con la

ciudadanía, que es su principal destinatario. En este sector se han dado en las últimas décadas

al menos dos hechos significativos, además de fuertes incrementos de las tasas de la

criminalidad: la aparición de un modelo “de última generación”, el Derecho Penal de los

Derechos Humanos, una de cuyas principales características es el énfasis acordado al

escrupuloso respeto de las garantías procesales penales; y la introducción en la mayoría de

los países europeos y latinoamericanos del modelo procesal penal acusatorio anglosajón

sobre todo su versión estadounidense, que rompe con una tradición y una práctica seculares.

La combinación de estos hechos ha representado y sigue representando desafíos de talla para

los sistemas penales de América Latina. Entre los de fondo se pueden destacar: la manera de

encarar algunas formas de criminalidad generalmente acompañadas por una violencia

extrema por ejemplo, los asesinatos por encargo, el tráfico de drogas a gran escala y los actos

de terrorismo); la inadecuación de algunos aspectos de la actual legislación procesal penal,

especialmente en cuanto al recurso a la prisión preventiva y en relación con el incumpliendo

de los plazos judiciales- la duración de los juicios; y la opinión generalizada según la cual el

sistema penal, al hacer predominar la forma sobre el fondo, está concebido más para la

protección de los delincuentes que para la defensa de los derechos de las víctimas, los

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testigos y la comunidad, lo que en gran medida contribuye a su falta de legitimación y su

cada vez más baja credibilidad. Sus interrelaciones ¿Cómo articular los cinco conceptos

hasta ahora descritos y analizados, ubicándolos correctamente y delimitando sus respectivos

ámbitos de aplicación? Independientemente del enunciado del proyecto, los conceptos más

abarcadores son los de “política criminal” y “Estado democrático de derecho”. El primero,

por representar el conjunto de métodos por medio de los cuales el cuerpo social articula

respuestas frente al fenómeno criminal e implicar, tanto diversas vías y medidas para su

aplicación como numerosos sectores del sistema de justicia penal no necesaria y

directamente relacionados con el tema específico de la seguridad ciudadana por ejemplo, la

elaboración de leyes, la organización y funcionamiento de tales sectores, la selección,

capacitación y distribución territorial y funcional de sus miembros y una gran cantidad de

etc. El segundo, por colocar dichos métodos en cierta perspectiva filosófico-política. En

cambio, la “prevención del delito” solo constituye, junto con el control de la criminalidad,

una de las posibles vías -aunque hoy día prioritaria- de la reacción estatal y social frente al

fenómeno criminal. Con respecto al concepto “sistema de justicia penal”, representa el

instrumento al que recurre la reacción estatal para aplicar las tres nociones anteriores.

Finalmente, con el término “seguridad ciudadana”, acuñado hace solamente unas tres

décadas, se está designando un ámbito de estudio y de acción destinado a enfrentar un

fenómeno social preocupante en el marco de un Estado democrático de derecho, orientando

prioritariamente las acciones para resolverlo aplicadas, aunque no en forma exclusiva, por el

sistema de justicia penal hacia la prevención del delito. Marco Teórico: origen del sicariato.

Actualizado a la época contemporánea, se hablaría del asesino que opera fundamental, pero

no exclusivamente con armas de fuego. El sicario de hoy es entonces un “pistolero”, aunque

el termino no sea empleado prácticamente nunca. EL SICARIATO.- Es en la actualidad un

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fenómeno económico donde se mercantiliza la muerte, en relación a los mercados, oferta y

demanda que se desarrollan, cada uno de los cuales encierra un tipo específico de víctima y

motivación del contratante. Es un “servicio” por encargo o delegación que carece de

mediación estatal y posee una importante “mediación social”, que lleva a la pérdida del

monopolio legítimo de la fuerza del Estado. La formación de una justicia mafiosa donde la

violencia se convierte en el mecanismo de resolución de conflictos propios de la rutinjusticia

por propia mano violación, crimen o acto de intimidación competidor, política a cambio de

una compensación económica previamente pactada. Se trata de un servicio a la carta y al

mejor postor que lleva a la existencia de distintos tipos de mercados que se conforman según

la cualidad de la víctima juez, comerciante, vecino; la razón del contratante venganza,

soplón; el contexto del evento (vulnerabilidad, riesgo); las condiciones del sicario

FreeLancer, tercerizada; y, según el lugar donde se cometerá el acto. El sicariato encierra un

conjunto de relaciones sociales particulares donde operan cuatro actores identificables,

explícitos y directos, producto de una “división del trabajo” que establece funciones entre

ellos están: El contratante.- Que puede ser una persona aislada que busca solventar un

problema por fuera de la ley (celos, odios o deudas, tierras), una organización delictiva

formal (limpieza social, eliminación enemigos) o una informal que requiere imponer su

lógica del negocio ilícito (narcotráfico o crimen organizado). El intermediario.- Es el actor

que opera como mediador entre el contratante y el victimario, es un personaje clave que hace

invisible al sicario frente al contratante (y viceversa), lo cual le da un poder muy grande pero

también lo pone entre la espada y la pared por el nivel de conocimiento que tiene ante el

contratante. Sin embargo, como estos dos actores se necesitan mutuamente hay una relación

perversa de convivencia perpetua, pues el contratante se torna muy vulnerable si se salta la

instancia de intermediación. El sicario.- Es el ejecutante final del objetivo de asesinar o

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escarmentar a alguien; lo cual le hace altamente vulnerable por el riesgo que corre cuando

comete el ilícito y también porque termina siendo el eslabón más débil del proceso, en tanto

por lo general no conoce al contratante, ni al intermediario, ni a la víctima actores comparta

mentalizados. Hay una relación de conocimiento de arriba hacia abajo, que hace que su

sobrevivencia dependa de dar muerte; pero su eficiencia incrementa su vulnerabilidad, en el

sentido de que ser testigo le convierte en potencial víctima de otro sicario al “saber mucho”.

El sicario es un tipo joven que ha sido reclutado de sectores de ex policías, ex militares,

narcotraficantes, guardias privados, guardaespaldas, guerrilleros, pandilleros, paramilitares,

brigadas barriales, entre otros. Estas personas pueden ser contratadas de forma individual en

ciertos barrios, discotecas, cantinas, billares, burdeles y hasta por Internet; y también a través

del crimen organizado bajo la forma tercerizada, lo cual garantiza el trabajo y la inmunidad.

La víctima.- que dependiendo de la “justicia” que quiera impartir el contratante, puede

definirse en dos tipos: una vinculada al crimen organizado narcotráfico, donde el perfil de la

víctima depende del lugar en que se ubique dentro del mercado laboral juez, policía,

magistrado, periodista o político, constituyendo por lo general un funcionario/a que se

encuentra dentro del llamado “orden público”; y la otra, puede ser cualquier persona que

tenga un entredicho con otra. Es decir, que la víctima se define según la relación que tenga

con el contratante y sus intereses. Existen tres tipos de sicarios: Los profesionales que

incluso evitan ser vistos por sus clientes, como método de prevención ante cualquier chantaje

o traición por parte de quien le fuera a pagar. Los oportunistas y Los improvisados. Así

también el sicario pueden actuar de la siguiente manera: - Público: eliminan al objetivo sin

importar la presencia de otras personas, haciéndolo parecer un asalto, (eliminando a las

personas más cercanas) o simplemente sorprendiendo a su objetivo de frente. Limpio:

eliminando solamente al objetivo, sin testigos si los hubiera también son eliminados, rápido y

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sin rodeos. Disfrazado: eliminando al objetivo, sin dejar testigos configurando una situación

que pudiera hacerlo parecer un accidente, suicidio o cualquier otra cosa que este distante de

la realidad. CARACTERÍSTICAS DEL SICARIATO: La información se da a través de

medios de comunicación, es público, el sistema que se emplea en el sicariato existe en el

país. Sin embargo, dentro de las estadísticas todavía no se puede usar este término, porque

penalmente o en la parte jurídica no estaba tipificado como sicariato hasta que se reformo el

Código Penal y Código de Procedimiento Penal anterior. Pero dentro de sus características se

presenta como un delito pagado o a su vez por venganza, ejecutado por una persona que hace

de intermediario, pues quien lo realiza no es la persona directamente afectada o interesada.

Éstas son las características que en el contexto internacional se definen como sicariato. Lo

más importante de la información de la prensa ha sido la posibilidad de descifrar algunas

características que rodean al sicariato. No se le puede pedir a esta fuente el número exacto de

asesinatos cometidos, pero sí se pueden encontrar descripciones de las cualidades de la

modalidad de actuación del sicario. Lo primero que se debe decir es que el sicariato no es un

homicidio común; hay una serie de factores contextuales y sociales que lo hacen especial y

diferente a otros. Para analizar las características del sicariato, hemos organizado la

información proporcionada por los medios de comunicación en función de diez indicadores

que tienden a delimitar el fenómeno, los cuales no guardan ningún orden ni jerarquía. La

lógica territorial del sicariato El sicariato en el país no se distribuye equilibradamente, hay

una lógica espacial que se expresa en los siguientes términos: a) La mayoría de los

homicidios cometidos por sicarios son urbanos en desmedro del campo; b) Existe una

concentración de asesinatos de esta modalidad en la costa y en la frontera norte, mientras en

la sierra con la excepción de Quito y en la amazonia con excepción de la frontera norte son

prácticamente inexistente o de menor proporción. En números absolutos San Lorenzo tiene

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casi la mitad de los homicidios por sicariato del país, le sigue Guayaquil y luego Manta,

Quevedo, Santo Domingo, Durán, Machala, Nueva Loja'", y Quito respectivamente. El lugar

del crimen. El sicariato se ejecuta en un espacio donde el homicida saca supremacía sobre la

víctima y pueda escapar sin ser identificado y menos aprendido. Son lugares donde la

víctima no puede protegerse ni solicitar ayuda y donde acostumbra a acudir, sea por que va o

por que llega; por eso la gran cantidad de homicidios próximos a la vivienda de la víctima. El

sicario estudia los movimientos cotidianos de la víctima, para tomar la decisión de donde

cometer el delito. La sorpresa y el conocimiento del espacio donde se ejecutará el crimen le

otorga al sicario un dominio sobre el escenario y la víctima. Los eventos que se producen

cerca de la casa, dentro del vehículo y en la calle llevan a la conclusión que el lugar

privilegiado para la ejecución del homicidio es el espacio público y, en segundo término, los

lugares propios de la vida cotidiana: la farmacia, la tienda, el restaurante y la discoteca. El

medio de transporte Así como la selección del lugar es importante para la ejecución del

homicidio, también es significativo escoger el medio de transporte; es más, el lugar y el

medio de transporte tienen una relación estrecha, en el sentido de que se selecciona el uno en

función del otro. Debe ser un medio que permita realizar eficientemente el acto criminal y

luego escapar sin dejar rastro. De allí que el medio de transporte que muestra mayor

versatilidad y flexibilidad para cometer el ilícito y fugar es la motocicleta; al extremo de que

hoy en día se identifica al homicidio realizado por un sicario por el solo hecho de usar este

medio de transporte; en otras palabras, es un instrumento que lo delata. Los datos obtenidos

en los diarios estudiados muestran que no hay un solo sicario que haya cometido el delito

como peatón; siempre utiliza un medio de transporte motorizado: el automóvil es el más

común, seguido de la motocicleta el más usado, esta última incrementándose en el tiempo.

Desgraciadamente no se conocen los datos respecto de la propiedad de los vehículos, pero

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todo hace presumir que se trata de medios de transporte previamente robados para cometer el

homicidio; lo cual lleva a la conclusión de que en un homicidio ejecutado por un sicario

existen varios delitos simultáneos, como, por ejemplo, la posesión de armas sin permisos, la

asociación para delinquir, el robo de bienes vehículos, infracciones de tránsito y el

homicidios mismo. La impunidad Un elemento clave para cometer el homicidio es la

impunidad y cuando ella es vulnerada, siempre aparece un mecanismo que restituye la

libertad del sicario", mediante la fuga, la corrupción o la intimidación. De allí que el sicario

le tenga más temor a otro sicario que al Estado, a sus instituciones y a sus leyes. La

impunidad en el sicariato es generalizada, lo cual demuestra lo eficiente que es y la

precariedad institucional del Estado. El sicariato erosiona y deslegitima el sistema legal y

penal, con lo cual el fenómeno tiene terreno fértil para desarrollarse porque entra en un

sistema de causación circular; es decir, el sicariato encuentra lugar donde las instituciones

son precarias y las debilita más mediante la intimidación. Con la información de los

periódicos, se puede afirmar que el sicariato garantiza "el trabajo" contratado y la impunidad

del homicidio. El sicario es un asesino profesional, en el sentido que vive de eso y lo hace

eficientemente, en muchos casos cobra por adelantado o, en otros, por cuotas con garantías

de cobro la vida misma. No se cuenta con información del sicario ofensor debido a que la

prensa generalmente recoge solo el acto homicida y no hace el seguimiento posterior; y a que

por lo general el victimario no es apresado y, por lo tanto, no se conoce su perfil. Sin

embargo algo se sabe, por lo que ocurre en otros países, gracias a investigaciones cualitativas

y cuantitativas realizadas. En el homicidio participa una o varias personas jóvenes, hombres

y de estratos medios y bajos, que han construido una cultura del vértigo donde los valores

religiosos, el dinero fácil y la condición de vengador social es atractiva. El sicario desarrolla

a través de su actividad homicida y la compensación económica una imagen de ascenso,

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inclusión y reconocimiento social. La eficiencia del servicio Al sicario no le queda más

remedio que ser eficiente, caso contrario su vida corre peligro; puede morir en el acto por la

legítima defensa que ejerza la víctima, por la acción de las fuerzas del orden o porque el

intermediario o contratante pueda considerar que "sabe mucho". Además, si el trabajo no es

eficiente, el pago no se justifica ni se efectiviza volviéndose difícil obtener un contrato

posterior. Perfil de la víctima El perfil de la víctima es fundamental para determinar a qué

segmento del "mercado" está dirigido el "servicio", sea de venganza social o crimen

organizado. Existen algunas constantes comunes: la mayoría de las víctimas son jóvenes (el

60 % están entre 20 y 30 años); en términos de género las mujeres, que son minoría mueren

por "error" o venganzas pasionales y en los hombres (que son mayoría) predomina el ajuste

de cuentas, la intimidación y la venganza. De los asesinatos a funcionarios/as públicos y a

personas vinculadas a la economía se deduce que son del crimen organizado (intimidación

legal) y de la cultura de la reciprocidad (mal reparto, competencias desleales), y los restantes

solo de la venganza social. Los precios Es un mercado manejado de manera clandestina y

explícita, aunque no regulado por obvias razones. El mercado es barrial, local, nacional e

internacional y tiene dos segmentos claramente definidos: el primero, hegemonizado por

bandas especializadas en delitos vinculados al crimen organizado, donde los precios son

relativamente altos. Y el segundo, operado por sicarios con bajo nivel de organización,

especializados en delitos de la vida cotidiana y donde los precios fluctúan bastante y están

sujetos a negociación. La intermediación entre el contratante y el sicario es también un

elemento fundamental en la determinación del precio y está más vinculado al primer caso.

Existe un mercado segmentado donde el precio del "servicio" fluctúa enormemente, eso

significa que el precio del delito varía según un menú amplio y diverso de opciones donde la

víctima, la logística, el riesgo y la intermediación son factores determinantes del precio final.

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Las fuentes de información Las fuentes tradicionales de información denuncias y registros

policiales son importantes pero insuficientes; ayudan a cuantificar los delitos, pero poco a

conocer el entorno, las circunstancias y las relaciones sociales organización subyacente que

están detrás de cada acto. Por eso es importante corregir las fuentes clásicas, para reducir la

llamada "cifra negra" y para conocer el fenómeno de la violencia y también empezar a

recuperar y construir nuevas fuentes de información. Con este estudio de aproximación al

sicariato, queda claro que la prensa es una fuente importante; no para cuantificar el delito por

que los datos no son representativos sino para entender la lógica en la que se comete el

mismo: el lugar, el medio, los victimarios y las víctimas que rodean al crimen. Sin embargo,

este conjunto de fuentes no son suficientes para entender en profundidad el sicarito, habrá

que hacer estudios etnológicos, sociológicos, antropológicos y económicos. Los medios de

comunicación: entre lo visible y lo oculto La prensa visibilizó un fenómeno que se

encontraba en la obscuridad y, además, llamó a la consciencia de las instituciones por la

existencia del problema. Es un homicidio que por su espectacularidad y violencia se hace

notorio en los medios de comunicación o, en otras palabras, conforme el sicariato crece la

información mediática lo acompaña. La prensa seria puede ser una fuente de información

importante para descifrar y analizar ciertos fenómenos delictivos como el vicariato; pero hay

que tener claro el dilema presente entre los elementos ocultos y visibles propios de este tipo

de crímenes. Así, los elementos que son posibles de estudiar a través de la prensa son los

visibles, lo cual quiere decir que es necesario ir hacia otras fuentes para interrogamos

respecto de los ocultos: comprender el nacimiento, y el desarrollo del fenómeno a través de

los actores intervinientes y de las relaciones constitutivas; es decir, comprender algunas

cualidades de la sociedad donde se explicitan. La doctrina penal tiene en el homicidio

agravado un nuevo componente: “El sicariato”, un fenómeno social y delictivo que se está

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desarrollando en América Latina, original de una vertiente delictiva común: el narcotráfico,

pasando a convertirse posteriormente en una actividad delincuencial cotidiana, no

necesariamente ligada al tráfico ilícito de estupefacientes, en países como Colombia cuna

desde la que se gestó, México, Venezuela, Brasil, Argentina, Perú y especialmente el

Ecuador. El sicariato ha empezado a presentarse en nuestro país con mayor fuerza durante

estos últimos tiempos como consecuencia de una serie de factores que generan un panorama

complejo. El asesino a sueldo que es la definición de este tipo de delincuente en realidad no

es un fenómeno nuevo ni en el mundo ni en nuestro país, lo cual quiere decir que no es un

hecho delictivo que “llega desde afuera” ni que tampoco es reciente. En el país existe

sicariato desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo

pasado se ha incrementado y ha cambiado sustancialmente, debido a la influencia del

narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Por sus implicaciones de afectación al

supremo derecho a la vida humana, por la crueldad inhumana con la que se comete y por

mercantilizar la vida de las personas, el sicariato bien puede ser conceptualizado como un

delito de lesa humanidad y el de mayor gravedad en la escala penal, que debe ser juzgado

conforme a la magnitud de la conducta de su autor, con todo el rigor de la ley, en el marco de

lo que dispone la Constitución. Definiciones: Según el diccionario común: Sicario: “Asesino

asalariado”. En varios diccionarios el sicario es definido como un "asesino asalariado",

término que al incluir el concepto de salario implícito en el crimen: el autor intelectual

demanda un tipo específico de trabajo a ser realizado por el autor material contratado. Según

el concepto que maneja la Policía.- El sicario es la persona que por encargo de otra mata a

una tercera, a cambio de un ofrecimiento, dependiendo del sujeto que va a realizar la

ejecución, la víctima y los medios utilizados. Una definición comúnmente aceptada de la

palabra “sicario” se deriva de la palabra “sica” que es una daga pequeña y fácil de esconder,

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que en la antigua Roma, se utilizaba para apuñalar a los enemigos políticos, por lo que

“sicario” significaba hombre-daga. En la actualidad es quien asesina por encargo, a cambio

de una compensación económica y se construye por lo general sobre la base de un conjunto

organizado de al menos cuatro actores explícitos: el contratante, el intermediario, el ejecutor

y la víctima. La ejecución en estos casos puede estar a cargo de una o varias persona, que en

muchos casos ni se conocen entre ellos. Es un apéndice donde uno y otro se necesita

mutuamente, donde ambos existen por la relación funcional que mantienen. Pero no solo

proviene del crimen organizado, sino también del conflicto de la ritualidad de la vida

cotidiana, en lugares donde la institucionalidad es precaria y las propuestas de "mano dura"

se generalizan y legitiman socialmente. De conformidad con la teoría y jurisprudencia pena.-

Para que se configure un delito debe haber cuatro elementos indispensables: conducta,

tipificación, antijuridicidad y responsabilidad. Sin embargo, el Código Penal ecuatoriano

anterior no tipifica el sicariato como delito, por lo que este tipo de homicidio ha estado

siendo juzgado simplemente como “homicidio agravado”, categoría legal con la que se lo

designa comúnmente en países que no han desarrollado legislación o tipificación de esta

conducta, por lo que es menester tipificarlo en nuestra legislación penal. En el contexto de la

delincuencia en general.- El sicariato deviene en una anomalía social que cada día se afianza

y consolida más, en detrimento de la seguridad ciudadana y de los derechos a la vida, como

un bien jurídico a ser defendido y protegido, y a la integridad física de la población,

acicateado por factores coyunturales que obedecen especialmente a la carencia de una

política de Estado que articule una serie de medidas orientadas a prevenirlo y controlarlo, y

se circunscribe entre la amplia gama de delitos que obedecen a una problemática de

estructura, derivada de factores primarios como la pobreza, la marginalidad, el difícil acceso

a la educación y la desintegración social que caracterizan a más del ochenta por ciento de la

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población. El director del departamento Médico Legal de la Policía, Juan Montenegro,

explica que la mayoría de quienes se inician en el sicariato son delincuentes que tienen

trastornos de Personalidad y problemas con la justicia. Dice que estas personas se dedican a

matar a otras por dinero para poder sobrevivir. “Violan códigos morales, pero no sienten

remordimiento porque son psicópatas y para ellos es fácil quitar la vida o hacer daño a otro

aunque sea conocido por ellos”. Montenegro, señala que el sicario actúa con sorpresa. Recibe

información de la víctima y le hace un seguimiento para decidir el momento y lugar en el que

la ejecutará. Puede actuar en un lugar público donde no sea identificado y su huida sea fácil.

“Por eso el sicario llega, mata y se va. No se lleva a la víctima porque no le conviene

arriesgarse a ser identificado o capturado”. El jefe de la Policía Judicial del Guayas, Wilson

Alulema, indica que no se pueden establecer patrones de cómo procede el sicario.

“Simplemente se asegura de asesinar a la persona y de no ser descubierto. Puede andar solo o

acompañado y movilizarse en carro o en moto”. Elías Dávila, indica que el sicariato es

“matar por encargo es una práctica de extrema corrupción que se ha vivido siempre, y en

diferentes épocas de la historia, pero no por frecuente deja de ser un crimen que tiene todas

las variantes posibles para hacer desaparecer una o más personas; se paga por matar, y con

diferentes formas de pago, en los hechos pasionales, en circunstancias de herencias mal

compartidas, en los tráficos de personas o de tierra, en las reyertas del apasionado

politiquerismo que anida el deseo del poder, y hoy más que nada en el sucio y

multimillonario tráfico de drogas, extendido a lo ancho y largo del mundo”. LEGISLACIÓN

ECUATORIANA Y EL SICARIATO LA INVISIBILIDAD DEL SICARIATO: La

invisibilidad del fenómeno del sicariato se construye bajo un conjunto de elementos

simultáneos", dentro de los cuales sobresalen los siguientes: primero, la definición de la

violencia a través del concepto de delito; es decir, si no consta en el código penal no existe ni

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tiene pena". Por ello el sicariato no es un delito, pero sí el resultado del mismo: el homicidio

y, por eso mismo, es difícil establecer políticas para contenerlo. En segundo lugar, la

criminalidad real se lee siempre a partir de eventos ex post (hechos delictivos) donde nunca

aparecen las circunstancias que lo rodean. En el caso del sicariato los elementos circundantes

son fundamentales para calificar el homicidio y, sobre todo, para diseñar las políticas que

permitan su contención. En tercer lugar, hay fuerzas interesadas en mantener el anonimato

del sicariato, debido a que usa el homicidio y la intimidación dentro de las instituciones es

más eficiente que la infiltración, para regular la información oficial y la de los medios.

Debido a la inexistencia de la norma legal el sicariato no se registra institucionalmente.

Tanto la eficiencia del sicariato como la ineficiencia de las instituciones lleva a negar su

existencia; escondiendo su negligencia. Por otro lado, las autoridades políticas niegan el

sicariato por temor de que afecte la imagen del país o la ciudad y eso redunde en impactos

económicos negativos. Autor.- ASAMBLEITAS, Titulo. EL CÓDIGO ORGANICO

INTEGRAL PENAL ECUATORIANO: Año.- 2014. Editorial- Guayaquil-Ecuador.

Editorial.- Corporación de Estudios y Publicaciones. Del Registro Oficial. En nuestra

legislación ya se encuentra tipificado la figura delictiva del sicariato, sin embargo los

ecuatorianos nos vemos en la necesidad que dicho acto sea reconocido y sancionado con la

más alta pena a quien comete el delito por recibir dinero a cambio, así también al actor

intelectual, y a todos quienes ayudan a que dicho acto se realice, se encuentra tipificado esta

figura delictiva, según lo que indica El Art.143 del C.O.I.P. En vigencia que establece que

“Es asesinato será sancionado con pena privativa de libertad de 22 a 26 años la misma

pena será aplicable a la persona que en forma directa o por intermediación, encargue u

ordene el cometimiento de este ilícito.

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MARCO PRÁCTICO

Los marcos prácticos son móviles de homicidio por encargo son ilimitados, inagotables, pues

como bien se señala, cada homicidio que se idea y cuya ejecución el autor intelectual delega

en el autor material, representa un homicidio por encargo y cada homicidio por encargo puede

tener su móvil disímil de los otros; esto es hay casos de homicidio por encargo por, venganza,

odio, rencor, satisfacción placentera, despecho o pesadumbre de amor, ansia de heredar

eliminando al interpuesto en el orden sucesorio ocultamiento de un proceso corruptivo para

asegurar sus resultados o procurar la impunidad, deudas producto del chulco, ajuste de

cuentas por deudas de narcotráfico, el concebido llamado mal reparto entre bandas de

antisociales.

Epígrafe II

ORIGEN DEL SICARIATO

Históricamente es una figura conocida por el derecho romano que reguló especialmente su

condena penal, por la particular crueldad con que se conducían estos asesinos, en el año 81

AC, pues sicario significaba el hombre daga, su nombre proviene de la palabra latina sica, que

significa puñal o daga pequeña, fácilmente ocultarle en los pliegues de la toga o bajo la capa,

para apuñalar a los enemigos políticos. Esta arma blanca dio lugar a llamar sicarius al oficio y

sicario a la persona encargada de asesinar a otra persona por orden o contrato. El sicarium

solía dirigir estos asesinatos contra los enemigos políticos de su amo. Sicario era entonces el

asesino que mataba con la sica o puñal. Actualizado a la época contemporánea, se hablaría del

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asesino que opera fundamental, pero no exclusivamente con armas de fuego. El sicario de

hoy es entonces un “pistolero”, aunque el término no sea empleado prácticamente nunca. El

término sicario fue acuñado inicialmente en la lengua italiana del siglo XIV3, mientras que el

vocablo castellano sicario ha sido incorporado en el habla latinoamericana apenas en la

segunda mitad del siglo XX a través del uso inicial en crónicas periodísticas. La

popularización del latinismo sicario convertido en un cultismo criticable obedece, a decir de

Mariano Arnal, “al prurito del periodismo por emplear terminología peculiar ligado al aire

distinguido que pretende darle al oficio de asesinar por encargo. Para ello se usa el cultismo;

que igual que el oculista y el dentista se ennoblecen con las denominaciones más cultas de

oftalmólogo y odontólogo, así también el asesino a sueldo se ennoblece con la denominación

de sicario. Esta crítica perfila al sicariato como una construcción mediática, no en su práctica

criminal, sino en la elaboración y circulación de la “etiqueta mediática” con la que esta clase

de homicidio es tratado en la esfera comunicativa. El uso posterior se caracteriza por una

marcada intención periodística de separar al matón común y corriente del sicario; al asesino

pasional o patológico del sicario y al homicida segado por la sed de venganza del sicario. En

varios diccionarios el sicario es definido como un "asesino asalariado", término que al incluir

el concepto de salario esencial para la definición del crimen y la percepción del mismo remite

a las relaciones de producción implícitas en el crimen: el autor intelectual demanda un tipo

específico de trabajo a ser realizado por el autor material contratado. Dichas relaciones de

producción serán analizadas detalladamente en el segundo capítulo. No es fácil determinar en

qué momento llegó el vocablo sicario a ser incorporado al lenguaje cotidiano de los medios,

para posteriormente pasar a ser empleado en las calles y finalmente por las autoridades

judiciales. En el uso actual del vocablo está implícita una mezcla de admiración y morbo: se

admira la capacidad de asesinar a sangre fría sin remordimiento moral o culpabilidad alguna y

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se exhibe la perversión de un negocio cuya mercancía es nada menos que la muerte de un ser

humano. Parecería que la sociedad civil guiada por la esfera mediática intenta establecer las

diferencias morales y legales entre un homicidio “convencional” y uno “por encargo”. Si bien

es cierto que seguramente durante la era de los carteles de Medellín y de Cali, bajo el mando

de Pablo Escobar o Carlos Leder respectivamente, se registró el mayor desarrollo del llamado

sicariato, y por lo tanto, el mayor uso de los vocablos sicario y sicariato, no es menos cierto

que tras casi tres décadas, ese vocablo es empleado en el castellano de la mayoría de países

iberoamericanos, incluidos Chile y España. Una noticia de agosto de 2005 en el diario chileno

La Nación, habla de “Sicarios chilenos” y afirma que en “Chile, los sicarios irrumpieron con

fuerza a principios de los 90. Un fenómeno que, aunque bastante posterior al que se registró

en países como Colombia o Venezuela, no deja de ser igualmente peligroso e inquietante. El

periodismo y la sociedad civil emplean el vocablo sicario para diferenciar un tipo de

homicidio de otro; está implícito un universo de elementos de difícil comprensión para el

ciudadano común: la premeditación, el pago por una muerte, las invisibles redes de violencia,

la religiosidad popular adaptada al crimen, la indiferencia e inoperancia de las instituciones

del estado, el vínculo del sicario con las economías ilegales, etc. En todos los países

iberoamericanos desde la frontera de México con los EEUU, hasta la Patagonia e incluida

España han aparecido en los últimos años noticias periodísticas que emplean el término

sicario en su redacción. Sospecho que tras varias décadas de violencia a manos de asesinos a

sueldo en distintas regiones de habla castellana, quienes emplean este término ya sea como

emisores o receptores de determinadas noticias consideran su utilización como algo común e

incuestionable. Es común hallar en la prensa escrita, provista con ediciones digitales,

numerosas noticias que emplean el término sicario. El vocablo sicarios opera lingüísticamente

en la frontera de dos niveles interpretativos. Por un lado, se convierte a través del uso

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cotidiano en un eufemismo en el que el vocablo empleado como un latinismo culto sirve de

herramienta estilística para refinar la aproximación a un tema escabroso e inhumano. Por el

otro, circunscribe y prácticamente tipifica a nivel mediático una clase de crimen. En los

diarios enumerados anteriormente salta rápidamente a la vista que el término es empleado sin

mayor resistencia idiomática. Su uso y reproducción remite a una aceptación generalizada por

parte de los profesionales de la comunicación en primera instancia y de autoridades civiles,

policiales y judiciales, así como de la sociedad civil, posteriormente. Aunque el tema del

sicariato ha sido parte de un número considerable de estudios realizado a lo largo de

Latinoamérica por investigadores de las distintas ramas de las ciencias sociales, no me ha sido

posible ubicar publicación alguna que aborde la creación o incorporación del vocablo al

castellano. Más bien, he detectado que el término sicario es utilizado sin reparo o duda como

cualquier otra expresión en castellano, siendo empleado incluso para operar en la traducción

desde otras lenguas o dialectos hacia el castellano. Luz Stella Castañeda y José Ignacio

Henao, investigadores de la Universidad de Antioquia, han estudiado durante varios años el

parlache, dialecto surgido en las comunas barrios populares de Medellín y difundido en el

resto de Colombia y partes de los países vecinos. La investigación recoge los principales

vocablos desarrollados por los jóvenes de los mencionados barrios de Medellín, incluidos

aquellos empleados para denominar a quien asesina “por encargo”. El término sicario aparece

empleado únicamente por los investigadores para traducir las expresiones que los jóvenes

usan. Castañeda explica en su tesis doctoral la aparición y el uso de las principales

expresiones. Al referirse a “dedicaliente”, un término desarrollado por este dialecto,

Castañeda dice que es “la formación de un vocablo compuesto con una significación nueva.

Este compuesto tiene dos acepciones en el parlache: significa tanto ‘delator’ como ‘sicario’,

‘matón’ o ‘asesino’. También están los sinónimos calentón, gatillero, pistoloco y traquet,o que

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en parlache tiene el mismo significado: violento, sicario, matón a sueldo. Participar entonces

en acciones violentas o estar vinculado a grupos delictivos dedicados al asesinato “por

encargo” es denominado en parlache “andar de calentura”. Si el sicario se moviliza en moto,

en parlache se lo denomina “asesino de la moto”, una precisión del sicario y su modus

operandi. El pedido mediante el cual se contrata el asesinato de una persona se denomina

“mandar como carteles de la droga, mafias, grupos de combate irregular, etc. Se denomina en

parlache “trabajar por oficina”. El parlache se ha introducido sin mayor problema en la

literatura contemporánea de Medellín y del resto de Colombia, llevando consigo los

imaginarios del sicario y su oficio. Castañeda ha detectado en la obra de escritores

colombianos como Fernando Vallejo La virgen de los sicarios , Germán Castro Caicedo En

secreto o Robinson Posada Sicarios School Escuela de Sicarios) el empleo, no solo de los

vocablos sicario/sicariato, sino además la reproducción de las maneras de hablar de los

jóvenes de los barrios populares de las comunas orientales de Medellín de los cuales ha salido

una cantidad considerable de sicarios al servicio de los grandes carteles, los grupos

paramilitares, las mafias locales o los grupos de delincuencia común. El parlache será un

rasgo fundamental del sicario narrado una de las formas de representación del asesino a

sueldo - en buena parte de las obras literarias y de las películas que revisaré en el tercer

capítulo de la presente investigación. El vocablo sicario es entonces ya parte fundamental de

una lengua que en prácticamente todos los países de habla castellana busca permanentemente

novedosas formas de expresión. De esta manera se intenta dar cuenta de una realidad cada vez

más cruel e inhumana, pero para la cual (aparentemente) hay cada vez más palabras. Es

posible entonces hablar de lenguajes violentos, no solo por sus niveles semánticos, sino

además por las diferentes enunciaciones que estos desarrollan en torno a la violencia, y en

especial, en torno al sicariato. El relato o discurso de la violencia es, por lo tanto, lo que

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Raymond Williams llama “una producción cultural manifiesta; limitada a los medios y a las

formas culturales”. Para Williams existe así una relación importante entre las formas sociales

prácticas culturales y las formas artísticas (representaciones de dichas prácticas culturales)

que permite formular las siguientes preguntas: ¿A través de qué medios se construye entonces

el discurso del sicario y su entorno? ¿ Qué se dice en estos enunciados del sicario? los

múltiples sicarios: mapeo de las discusiones precedentes el sicario del crimen organizado Una

primera revisión de las principales investigaciones hechas por las ciencias sociales en torno a

la figura del sicario permite detectar que, en prácticamente todas las publicaciones académicas

consultadas, el sicario latinoamericano aparece como un actor social de tipo violento,

incorporado a las distintas estructuras del crimen organizado, columna vertebral de las

llamadas economías ilegales. En cuanto a la aparición de la figura del sicario, las

publicaciones consultadas permitirían agrupar los enfoques metodológicos hallados en dos

grupos principales: lo que llamaré los textos con lecturas de vínculo y los textos con lecturas

de origen. En los textos con lecturas de vínculo se ha estudiado al sicario como un elemento

incorporado a los grupos delincuenciales o mafias de la droga vinculadas en Latinoamérica al

enriquecimiento ilícito. Bajo este enfoque el sicario es entendido por los distintos autores

como “fuerza de choque” o “brazo armado” del cartel u organización delictiva que lo

“emplea” para eliminar a sus “enemigos naturales”: la policía, los fiscales, los jueces, la

prensa, así como los demás carteles que compiten por una porción del mercado. El sicario no

es la figura central del estudio, sino apenas uno de los tantos elementos que componen la

estructura criminal y de violencia en la que se insertan los carteles de la droga. Este enfoque

tiende a hacer una lectura centrada en las economías ilegales y los respectivos Raymond

Williams, Sociología de la cultura, Ediciones Paidós, Barcelona, 1994. El concepto

economías ilegales abarca un espectro más amplio de actores que crimen organizado, medios

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especialmente los de tipo ilegal, incluido el sicariato frecuente para obtener sus propósitos o

defender sus intereses. En los textos con lecturas de origen los distintos autores le han seguido

la pista a la figura del sicario centrando su mirada en los espacios sociales y culturales en que

se origina la aparición de estos actores sociales. Este enfoque privilegia una lectura de las

condiciones sociales entre las que se destaca la débil presencia del Estado Nación, la marcada

corrupción de las distintas instancias públicas, la ausencia casi total de políticas de desarrollo

e integración de la población marginal, etc. que han facilitado la aparición de una oferta de

mano de obra especializada en el asesinato por encargo. Aunque ambos enfoques contemplan

dos perspectivas distintas en cada caso prevalece una determinada priorización o selección

temática se trata de estructuras y causas estrechamente interrelacionadas. Los dos tipos de

investigaciones centran su mirada respectivamente en extremos opuestos de un mismo y

complejo círculo vicioso marcado por aspectos de tipo social, político, económico, jurídico y

cultural. El gráfico esboza la interrelación existente entre los carteles de la droga y los

espacios urbano-marginales: Gráfico: relaciones viciosas de carteles y sicarios fuente: diseño

propio, lecturas de vínculo El Sociólogo Álvaro Camacho Guizado, director del Centro de

Estudios La clasificación propuesta no pretende afirmar que existan estudios o

investigaciones que omitan alguna de las partes del conflicto, sino simplemente destacar en

qué parte del llamado círculo vicioso ha centrado su enfoque el investigador o equipo de

investigadores. Socioculturales e Internacionales de la Universidad de los Andes, dirigió una

investigación que contempla al narcotráfico como un problema significativo para el Estado

colombiano, no solamente por la amplia mirada que hay que desarrollar para abordar el

problema, sino además por las distintas regiones involucradas en el mismo: Latinoamérica,

EEUU y Europa. Para el investigador, el ingreso obtenido por el tráfico de sustancias ilegales

se concentra en aquellas organizaciones “cuya acción contribuye decididamente a destruir

- 66 -

rasgos esenciales de la formación de la Nación: narcotraficantes y aparatos armados ilegales

que retan o defienden el Estado y el orden social en su conjunto, y que lo hacen mediante el

uso desmedido y feroz de la fuerza, la corrupción, la violencia.” En este panorama, el sicario

no desaparece, pero si se ve reducido en la lectura que de la violencia colombiana se hace. Su

lectura busca determinar la función instrumental que lo compromete con la economía ilegal de

la droga y el poder de los grupos que la controlan. La “guerra interna” que vive Colombia

tiene una magnitud de difícil comprensión. Los grupos armados como las guerrillas de las

FARC-EP, ELN, EPL, los paramilitares de las AUC, el Ejército y otros actores producen al

año tal cantidad de muertos, que relegan la violencia de los sicarios a un plano casi

insignificante. Camacho Guizado se refiere en su investigación al sicario como un síntoma

más que remite al poder económico y de corrupción y violencia de los carteles de la droga. El

investigador responsabiliza al narcotráfico del proceso de concentración de la tierra destinada

al cultivo ilegal y por lo tanto de armar y financiar a grupos armados para proteger y ampliar

dichos terrenos. Según Camacho, el narcotráfico en Colombia “también en su acción criminal

ha contribuido a convertir a grandes porciones de la juventud urbana en carne de cañón: bien

sean los sicarios, bien sus víctimas.” El sicario queda entonces enmarcado por Camacho como

un actor violento con dos características: está vinculado de alguna manera con el narcotráfico

y opera en los espacios urbanos, en las principales ciudades. Este último rasgo lo diferencia de

un guerrillero o un paramilitar, sujetos violentos que operan prioritariamente en los espacios

rurales. Gilberto Medina Franco, otro investigador colombiano dedicado al estudio de los

temas de la violencia colombiana y en especial de su historia, considera en Una historia de las

milicias de Medellín, que las bandas de sicarios constituyen una organización Álvaro

Camacho Guizado, (editor), Narcotráfico: Europa, EEUU, América Latina, Publicaciones I

Ediciones, Universitat de Barcelona, 2002, Gilberto Medina Franco, Una historia de las

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milicias de Medellín, IPC, Instituto Popular de Capacitación, Medellín, 2006. Sistemática del

crimen por parte de los carteles de la droga. Los jefes de la droga han hecho de simples

jóvenes de los barrios marginales a través de un metódico adiestramiento y equipamiento –

grupos profesionales de asesinato por encargo. En un momento dado, estas bandas de sicarios

no solo operaban a favor de los intereses de los carteles a los que se debían, sino que además

eran un producto en sí mismo, entendido como proveedores de servicios con posibilidades de

ser comercializados en otras partes del país. Entonces la fuerza de trabajo del sicario podía ser

re-vendida a otros grupos delictivos del país que requerían de ese servicio. Para Medina

Franco, el sicario está ligado en un matrimonio duradero con las mafias de la droga y el

crimen organizado, quienes le proveen los “encargos” dentro y fuera de la jurisdicción del

cartel. Medina resume además otros vínculos sostenidos por los grupos de sicarios, como por

ejemplo el que las organizaciones de asesinos por encargo mantenían con la guerrilla

colombiana. La palabra que entonces vino a sustituir la del “simple” sicario es la de milicia.

El General Gustavo Pardo Ariza, comandante de la 4ª. Brigada del Ejército colombiano,

explicaba en una entrevista concedida al diario La Prensa con fecha 24 de abril de 1991, que

las milicias “es el nuevo nombre dado por las guerrillas a las antiguas bandas de sicarios del

cartel de Medellín.” Estas milicias urbanas resultaron ser, en muchos de los enfrentamientos

con la fuerza pública colombiana, un temible adversario. Medina recoge en su investigación el

testimonio de uno de los dirigentes milicianos: “Mientras realizábamos los patrullajes de

rutina, generalmente en triadas, chocábamos accidentalmente con la policía. En estos

enfrentamientos la policía llevó la peor parte y tuvo varios heridos, optando siempre por

retirarse. Estaban acostumbrados a enfrentar aquellas bandas que al menor asomo de

problema tiraban a una zanja el changón y salían corriendo, pero no estaban preparados para

enfrentarse a un grupo organizado, que se les parara en la raya, además, teníamos la gran

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ventaja que conocíamos cada recodo del terreno y ellos no”. El elemento más destacado del

análisis de Medina Franco resulta el de la pertenencia al espacio en el que el conflicto se

desarrolla. Los diferentes grupos armados que desarrollaron y vincularon bandas de sicarios a

su estructura de poder supieron aprovechar este elemento decisivo y determinante. Medina

entiende estos conflictos como tensiones violentas originadas por el odio hacia un sistema

oficial del Estado, representado. Gustavo Pardo Ariza en Gilberto Medina Franco, Una

historia de las milicias de Medellín, en los policías encargados de vigilar, controlar y reprimir

manifestaciones de violencia en determinados barrios de Medellín. Habría entonces en esta

forma de violencia una implícita motivación de revancha, de reivindicación y de odio desde

los que operaba la violencia, a su vez circunscrita a determinados barrios. Aun así, el autor

recoge en su investigación varios testimonios que señalan otra motivación, una de tipo

económico. Pablo García, líder miliciano que operó durante muchos en los barrios de las

comunas de Medellín y quien lideró en 1994 año en que fue asesinado, y las negociaciones

entre varios grupos milicianos y el gobierno nacional, explica la motivación económica de los

sicarios por asesinar policías: “Cuando los sicarios del cartel le declararon la guerra a la

policía a finales del año 1989, recuerdo que un grupo compuesto por unos 18 agentes subieron

hasta el barrio conocido como El Popular a pedir protección de las milicias. Su situación era

desesperante y estaban atrapados en los barrios donde vivían tenían que convivir con sus

verdugos: los sicarios”. El sicario al que en este caso se refiere la investigación de Medina

Franco, más allá de obedecer órdenes de los carteles, halla en la recompensa por el asesinato

de un policía una nueva motivación para su accionar: “En muchos casos los agentes eran

asesinados a mansalva cuando se dirigían al trabajo, llevando a sus hijos a la escuela, o

simplemente cuando se dirigían a la tienda de la esquina a comprar cigarrillos, de esta manera

los sicarios cobraban los dos millones que ofrecían las oficinas. Pero el agente raso también

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tenía que cuidarse de sus nuevos “colegas”, la fuerza élite, que disfrutaba de todos los

privilegios del caso y tenía dentro de sus planes, sacar del camino a los agentes que

supuestamente servían de apoyo a las bandas. Al prometer una recompensa de dos millones de

pesos colombianos, el llamado de Pablo Escobar estrechó aún más el vínculo que existía entre

el cartel y el sicario. Un vínculo que se solidificaba con la promesa económica, pero que

además apelaba a dos arquetipos de la conducta humana: el cazador y el jugador. Matar

policías era un desafío convertido en juego: había que acechar, perseguir y matar para

reclamar el premio que no solo contemplaba dinero en efectivo, sino además reconocimiento

de esa masculinidad capaz de exterminar una parte del Estado-nación que los había olvidado.

Los sicarios más “aplicados” eran tomados en cuenta para otros trabajos de mayor

responsabilidad. Otro tipo de sicario detectado por Medina Franco es el sicario de la limpieza

social. Este tipo de sicariato fue concebido para eliminar de determinadas zonas urbanas a

Pablo García en Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de Medellín,

vendedores y compradores del “basuco”, un residuo contaminado con impurezas y además de

baja calidad, que resulta como subproducto en la elaboración del clorhidrato de cocaína. Los

vendedores eran grupos menores del hampa a quienes se denominaba comúnmente jíbaros,

una suerte de delincuentes comunes que intentaban hacer fortuna con la venta callejera de la

llamada “pasta”. La comercialización de este producto desarrolló una concentración incómoda

de vagabundos, mendigos, habitantes de la calle, delincuentes comunes y demás

consumidores indeseables que no podían pagar los altos precios de la cocaína refinada,

debiendo contentarse con las sobras de la cocaína de exportación. Medina Franco explica la

función de Los Priscos, un grupo de sicarios que “combatían los expendios de drogas en

Aranjuez asesinando a los jíbaros o expulsándolos del barrio, en la tarea de benefactores del

vecindario que animaba a los fundadores de esta banda delincuencial al servicio del cartel de

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Medellín. En el municipio de Envigado ocurrió lo mismo, solo que allí eran las autoridades

locales al servicio de Pablo Escobar quienes mataban a jíbaros y viciosos”. Medina Franco

abre finalmente una interesante discusión en su trabajo de investigación en el que expone la

crueldad toda crueldad es innecesaria, pero la del ejemplo citado aún más con la que opera

frecuentemente el sicario. En un capítulo de su investigación sobre la historia de las milicias

urbanas, reproduce partes de la autobiografía de Pablo García, líder de las desmovilizadas

milicias del Pueblo y para el Pueblo (MPPP), asesinado en 1994. “Allí la banda más fuerte era

La 30, unos muchachos que habían empezado como sicarios del Cartel de Medellín, con todo

el poder que había acumulado, La 30 se dedicó a matar gente de su vecindario. Cuando Los

30 cometía alguna masacre contra la población, los policías se hacían los locos”. La crueldad

de los distintos asesinatos es comentada por Medina de la siguiente manera: “Hay ocasiones

en que se ensañaban con sus víctimas; luego de acribillarlos, los amarraban de los carros y las

motos y arrastraban sus cuerpos por el barrio”. Esta descripción de los modos de asesinar y

exhibir a sus enemigos derrotados remite a una necesidad del sicario por visibilizar su poder

destructivo y de esta manera obtener el respeto que desea tener, pero del que carece. Una

operación que se inserta en lo que el antropólogo Phillippe Bourgois define como una

economía política de la violencia. Las conclusiones que Bourgois logró obtener en sus largas

investigaciones en El Barrio de 22 Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de

Medellín. Pablo García en Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de Medellín.

Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de Medellín, p. 168. 21 Nueva York le

permitieron concluir que la violencia en espacios marginales se reproduce a través de los

sujetos que de ella participan y con ayuda de los distintos discursos que los atraviesan. Uno de

los principal responsables de la violencia en estos espacios la escuela: ("Violence organized

daily life in school to become his primary memory of formal education Over the past two

- 71 -

generations, this school has effectively channeled hundreds of children into carreers of drug

dealing, violent substance abuse, social security insurance, and single motherhood”). Ante la

ausencia del padre una considerable cantidad de hogares marginales funcionan sin la

presencia del padre la violencia permite construir una suerte de nuevo patriarcado que busca

sustituir lo que Bourgois llama el patriarcado en crisis (‘patriarchy in crisis’). Surgen así como

sustitución de los espacios de sociabilización y mediación de los jóvenes con su entorno los

llamados circuitos de la ‘inner-city street-culture’, espacios en los que se despliega la llamada

cultura marginal de la calle. Las prácticas culturales de estos espacios estarían atravesadas por

rituales masculinos que, como parte de una forma de “cultura de la violencia”, están

concebidos para construir la identidad de los sujetos (mayoritariamente masculinos) quienes

ven en las distintas formas de violencia una posibilidad por ganarse el respeto de los demás

miembros de la comunidad. Bourgois sostiene que estos hogares disfuncionales en los que la

madre está trabajando y el padre ha desaparecido estimulan una lógica de la cultura callejera

que exime al padre ausente de sus responsabilidades. La escasa autoestima de estos jóvenes

busca fortalecerse a través de furtivos y promiscuos amores, consumo de alcohol y drogas,

exhibición pública de la fuerza y el poder de destrucción del que se sienten capaces. Para

Bourgois queda claro que el consumo de sustancias ilegales (crack, cocaína, marihuana, etc.)

no es directamente el problema a ser abordado por las distintas políticas públicas, sino tan

solo el síntoma de profundos conflictos: (“Substance abuse is perhaps the dimension of inner-

city poverty most susceptible to short-term policy intervention. In part, this is because drugs

are not the root of the problems presented in these pages; they are the epiphenomenonal

expression of deeper, structural dilemmas").Un similar planteamiento es de esperar en la

aproximación que se haga a la violencia que se produce en y a partir de los distintos barrios

marginales, la cual debería entenderse de manera similar: un síntoma de graves problemas

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estructurales que, sumados (25 Philippe Bourgois, In Search of Respect. Selling Crack in El

Barrio, Cambridge University Press, NY.1995), a distintas maneras de entender y explicar la

violencia, desarrolla discursos propios (“cómo me veo?) Y ajenos (¿cómo me ven?) acerca

del sicario y las formas de representarlo. La violencia en estos entornos estigmatizados

cumple importantes funciones en la construcción de las identidades. El espacio primordial

para dichas interacciones es la calle. Rolando Fernández, de la Universidad Católica del Perú,

en Lima, escribe en su investigación lo siguiente acerca de la calle: “El período juvenil se

asocia a la calle, la cual tiene que ver con el grupo de pares y su socialización en esta

convivencia. Como el hombre sólo puede hacerse a sí mismo en el espacio extra doméstico, la

calle es un espacio de aprendizaje, de activación y de representación de los mandatos

masculinos”. La violencia de los jóvenes de los barrios marginales, y con ella la de los

sicarios, no obedece únicamente a las redes de violencia en la que se cumplen órdenes de

“arriba”, sino además a la necesidad de construir los distintos modos de verse a sí mismo y de

apropiarse de las formas como otros los ven. La propuesta de Bourgois propone leer a través

de la economía política las manifestaciones del entorno para explicar la pobreza y la

marginalización social en espacios urbanos. Acerca de dos sujetos marginales Primo y Caesar

Bourgois explica ciertos rasgos de la marginalización a través de la droga (lo cual funcionaría

igualmente para la violencia y en especial para los jóvenes-sicarios): “ellos no aceptan

pasivamente su victimización estructural. Al contrario, al incorporarse a la economía ilegal y

adhiriéndose con orgullo a la cultura de la calle, persiguen una alternativa a su

marginalización social. En este proceso se convierten en agentes que administran su propia

destrucción y su sufrimiento en comunidad.” Muchos jóvenes sicarios no se definen como

víctimas de la violencia. Al contrario, las múltiples formas de violencia le permiten

desarrollar una identidad concebida para generar en el entorno temor y respeto. Una

- 73 -

investigación muy importante en las lecturas de vínculo es el que viene realizando desde hace

algunos años el investigador español Carlos Resa Nestares de la Universidad Autónoma de

Madrid en torno al tema de los grupos dedicados en México al Narcotráfico. Resa Nestares

aborda y analiza el especial y singular caso de los sicarios conocidos como Los Zetas. Aquí,

el vínculo entre hombres armados y los carteles de la droga resulta evidente y ampliamente

conocido. Se trata de un escuadrón de élite de las Fuerzas Especiales del ejército mexicano

que tras cumplir misiones de control del 28 Rolando Fernández Dávila, Representaciones de

la masculinidad en adolescentes de dos grupos de diferente estrato socio económico de Lima

Metropolitana, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2004., Phillippe Bourgois, In

Search of Respect, narcotráfico en la frontera norte de México cambiaron de “empleador”:

Entre 1999 y 2000, cambiaron de cliente y pasaron a vender sus servicios a un empresario

privado de drogas, Osiel Cárdenas Guillén. En otras palabras, privatizaron su clientela” El

estudio de Resa reafirma las relaciones de vínculo entre los grupos dedicados al

enriquecimiento ilegal y sus fuerzas de choque, dedicadas a la “protección”. Los imaginarios

de honor y valor de este grupo al servicio del cartel de la droga de Cárdenas dieron lugar a la

canción Los Zetas de Los Tucanes de Tijuana. El proceso de “privatización” de las fuerzas

armadas devela y reafirma la debilidad del estado frente al poderío económico de los

narcotraficantes. Aun así, no se trataría de una oferta de fuerza de trabajo de libre cotización

en el mercado incluso en el de las economías ilegales. Este grupo de sicarios obedece a un

patrón. Al respecto Resa apunta que Los Zetas están “sujetos a un solo cliente, lo que a la

postre le dio un cierto sentido de patronazgo”. Esta investigación será de enorme importancia

para analizar el desarrollo incorporación del sicario a las redes de poder de los carteles de la

droga. Lo que en Colombia opera como una suerte de adopción de jóvenes marginales, en

México puede ser leído como la compra una forma de privatización de la fuerza pública.

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Lecturas de origen Para algunos investigadores, el sicariato no es un fenómeno que obedezca

únicamente al uso de la violencia por parte de los carteles de la droga, sino más bien un

síntoma de la deuda social que el Estado-nación no ha podido saldar con la población más

excluida, localizada en zonas identificadas como los espacios urbano-marginales o los

llamados cinturones de pobreza. Las principales investigaciones disponibles provienen de la

academia colombiana: Alonso Salazar, José Alejandro Castaño, Arturo Alape, entre otros.

Otras aproximaciones han sido hechas desde espacios como el Programa de Estudios de la

ciudad de FLACSO Ecuador, desde el Centro de competencia en comunicación para

América Latina. Han aparecido importantes aportes al tema de la violencia – lo que en el caso

colombiano incluye al sicariato incluso en espacios de la academia europea. El sociólogo

francés Daniel Pecaut publicó en 1996 una importante investigación que intenta desarrollar

Carlos Resa Nestares, Los Zetas: de narcos a mafiosos, en Carlos Resa Nestares, El comercio

de drogas ilegales en México, Aunque en el abordará solamente las representaciones que del

sicario se hacen en la literatura y el cine y la TV, incluyo en los anexos la letra de este

narcocorrido, una visión panorámica de la violencia en Colombia. Pecaut comienza su

revisión de la alarmante violencia colombiana de la década de 1980, con una lectura histórica

del proceso político en ese país. El artículo busca, entre otros, orígenes y puntos de partida

para la violencia actual en el fracaso del Frente Nacional de 1958, aquella alianza entre

conservadores y liberales que alternaba el poder entre un bando político y el otro. Pecaut cree

que dicha alianza fue “incapaz de hacer frente a las nuevas demandas sociales”, lo que

permitiría abonar el terreno para la expansión de las guerrillas, la cara más visible de la

violencia en Colombia, pero no la única. El investigador propone una suerte de “percepción

caleidoscópica” de la violencia en Colombia. Una mirada que busca evitar el excesivo centra

miento en las manifestaciones de la violencia, para concentrarse en el origen de las

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condiciones necesarias para tal violencia. Para Pecaut, la violencia colombiana es un

complejo entramado de redes de poder político y económico. Todo acto de violencia obedece

a intereses de diversa índole. En esta lógica se inscribe también el sicario. La violencia inicial

es de tipo político, pero la violencia de los tiene una base económica. Pecaut establece un

nexo entre el surgimiento de la violencia y el rápido desarrollo “de la economía de la droga”.

Un proceso que se inició en la década de 1970 con el cultivo de la marihuana y que se

expande en la década siguiente con el cultivo de la coca. La economía de las drogas ilegales

requiere de mucho esfuerzo violento para asegurar los intereses de los carteles. La función de

los sicarios es la de eliminar cualquier obstáculo en las instancias que fuera para garantizar el

éxito de las operaciones. Pecaut halla en la escasa o nula reacción del Estado nación la

posibilidad de surgimiento de estos grupos armados al servicio de las mafias de la droga. Lo

que Pecaut finalmente lleva a discusión es la debilidad del estado colombiano para controlar

la violencia, incluida la de los sicarios. En el complejo panorama de la violencia colombiana

Pecaut propone un corte para leer por un lado el conflicto entre la guerrilla, los paramilitares y

el ejército, y por el otro lo que llama la violencia urbana. Este último tipo de violencia

centrado en las principales ciudades incluye, a más de los sicarios vinculados al asesinato de

quienes cuestionan y persiguen a los carteles, El mencionado artículo fue publicado en el

libro: Jean Michel Blanquer, Christian Gros, (editores), La Colombia bandas dedicadas a la

llamada “limpieza social”, milicias de barrio y milicias vinculadas a los grupos guerrilleros o

paramilitares. Esta violencia organizada parece opacar la violencia urbana denominada como

violencia común, entendida por Pecaut como “anomica”. Se trata de aquella violencia “hecha

de delincuencia, arreglos de cuentas, riñas y litigios ordinarios que se saldan con

innumerables asesinatos”. En este contexto, Pecaut afirma que “las bandas de sicarios de

Medellín, ante todo se han constituido para servir a los proyectos de Pablo Escobar” Pecaut

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destaca la ausencia del Estado-nación para evitar que los jóvenes de escasos recursos

económicos puedan ser reclutados por los carteles, los paramilitares o la guerrilla. El sistema

jerarquizado de las redes de sicarios al servicio del cartel de Medellín permitía a los jóvenes

ascender en la escala social, exhibir su dinero y su hombría. Pecaut hace referencia a la

llamada "cultura del tráfico de la droga". Un concepto que se refiere especialmente a la

manera de abordar y construir la vida por parte de los jóvenes-sicarios de Medellín y a su

vínculo con el crimen organizado de los carteles de la droga. Para Pecaut, esta cultura de los

sicarios aparece, a la vez, como moderna y tradicional. El sicario es moderno al subvertir el

sentido de las antiguas jerarquías, ya que en el nuevo modelo de producción alguien de

escasos recursos económicos puede llegar a tener mucho dinero e infundir temor y respeto.

Esta cultura moderna, y por lo tanto, novedosa para buena parte de los sicarios, “manifiesta el

desprecio hacia el trabajo ordinario, aquel de los padres, presentes o ausentes, que se han

humillado y plegado a las disciplinas impuestas”. El joven-sicario moderno es al mismo

tiempo tradicional, pues su cultura cotidiana “está impregnada de la religiosidad y la nostalgia

de una cultura antioqueña más o menos imaginaria”. El joven sicario es, según Pecaut, un

actor atravesado por una nueva manera de generar riqueza y con ella una vertiginoso (aunque

frecuentemente fugaz) ascenso social. El sicario ejecuta sus crímenes marcado e influido

enormemente por la religiosidad popular colombiana y en especial la de Medellín. El sicario

“no tipificado”: el debate del sicariato en ecuador La paradoja entre asesinato y devoción

católica es desarrollada en el transcurso del presente trabajo. El fenómeno del culto a la

Virgen de (“los sicarios”) y su versión mexicana del santo conocido como Malverde, serán

tema del tercer capítulo. El sicariato es un fenómeno de dimensiones casi globales. Aunque

en Ecuador el número de homicidios no alcanza las cifras de Colombia o México, el

fenómeno se ha registrado con relativa frecuencia en el territorio ecuatoriano, sin haber sido

- 77 -

estudiado aún con detenimiento por las Ciencias Sociales. Importantes figuras políticas, desde

el Mariscal Sucre, hasta Jaime Hurtado, pasando por el asesinado Dr. Gabriel García Moreno,

han sido víctimas de “asesinatos por encargo”, sin que hasta el momento existan estudios

profundos y sistemáticos al respecto. La mayoría de intentos por explicar la presencia del

sicariato suelen provenir de la prensa y se limitan a intentar ligarlo a una suerte de “mal

ejemplo” llegado desde Colombia, quien a través de su “violencia generalizada” influye sobre

la realidad de países vecinos como el Ecuador. Estos relatos periodísticos no examinan a

profundidad los casos registrados, menos aún los sistematizan, sino que se limitan a esbozar

un intento de “influencia externa” en la creación de determinadas formas de violencia que

obedecerían a cierto tipo de organización y estructura surgidas en Colombia y capaces de

traspasar las permeables fronteras de ciertas naciones. Esta aproximación intenta explicar el

aumento de los casos del sicariato en Ecuador como manifestaciones violentas “inspiradas” o

“influidas” en y por el modelo colombiano. ¿La violencia se desarrolla por cuenta propia, o es

acaso imitada de otros modelos? Fernando Carrión desarrolla la idea de un sicariato

ecuatoriano que tendría algo de ambos aspectos: una suerte de dialéctica entre lo que llega de

Colombia “debido a la influencia del narcotráfico y el paramilitarismo colombiano” y las

maneras propias desarrolladas localmente en el Ecuador. La investigación de Carrión debe

ser leída como una investigación preliminar que persigue aproximarse al tema del sicariato en

Ecuador a través de aquellas noticias periodísticas que en los últimos años fueron publicadas

por la prensa local. La investigación se detiene excesivamente en el debate en torno a la

denominación del crimen. Un asesinato por encargo en Colombia o México es llamado por la

policía y los medios fácilmente sicariato. En Ecuador en cambio, dicha denominación es

empleada casi exclusivamente por los medios de comunicación, ya que la policía se niega a

usar el término sicario, debido a que “Desgraciadamente, dentro de las estadísticas todavía no

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se puede usar porque penalmente o en la parte jurídica no está tipificado como sicariato”.

Carrión señala que “el fenómeno del sicariato no es nuevo en el mundo ni Fernando Carrión,

Sicariato, en Boletín Ciudad Segura, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede

Ecuador, Quito, 2008. Entrevista al jefe de la Policía Judicial, publicada en El Comercio

12/24/2007. Ver anexos. Estado ausente del Ecuador”. Un lugar común que intenta polemizar

el que los jefes policiales en el Ecuador emplean la palabra “homicidio con agravante”. El

encargo, pago y demás aspectos del “contrato” serían entonces agravantes del homicidio

cometido. La investigación busca que las autoridades acepten el fenómeno del sicariato como

un “homicidio por remuneración”, por lo que no persigue en primera línea explicar a qué tipo

de organizaciones legales o ilegales remite el sicariato, sino a que las distintas instituciones

del estado asuman la magnitud del problema. El debate exclusivamente mediático para

determinar si los asesinatos “por encargo” cometidos en el Ecuador se deben a la

“importación” de profesionales con un cierto “know how” delictivo colombiano, o a un tipo

de homicidio desarrollado en Ecuador. La discusión es obvia y pretende definir el fenómeno

como un hecho real y de importantes magnitudes. Carrión pregunta: “pese a que este delito

ocurre en el Ecuador, constantemente se niega su existencia. ¿Por qué esta paradoja? Ello

remite a complejas estructuras y redes de poder cuyos intereses difícilmente pueden ser

identificados con la metodología empleada por Carrión, la cual se centró únicamente en las

noticias periodísticas acerca de sicarios y sicariato publicadas en los principales diarios del

Ecuador (El Universo, El Comercio y Hoy) entre enero de 2007 y abril de 2008. Si bien es

cierto que el corte temporal de 16 meses puede arrojar datos interesantes, se trata de un

problema fundamentalmente de diversidad de fuentes. El enfoque se centra excesivamente en

los relatos periodísticos, lo que deja fuera del análisis otras fuentes: informes policiales y

fiscales, procesos judiciales, entrevistas a actores, cómplices y testigos, literatura, cine

- 79 -

(popular) y música, al igual que la tan polémica “percepción ciudadana”. En cuanto a los

datos recogidos de los diarios, el mismo Carrión advierte las limitaciones de esta

metodología: la información es limitada y sin cobertura nacional proviene de aquellas

ciudades en las que el medio tiene corresponsales; se desconocen los criterios de selección y

edición del medio (escasa sistematización de los casos): se publican lo que merece “ser

noticia”; el procesamiento es parcial, ya que no se profundiza la problemática más allá del

hecho noticioso. Estas limitaciones metodológicas remiten a determinados desaciertos

conceptuales, puesto que la noticia de prensa debe ser entendida Fernando Carrión, Sicariato.

Al respecto la legislación chilena hace una importante distinción. Los sicarios chilenos

afirman que no operan por encargo. Para eso intentan demostrar que el asesinato fue por robo,

ya que el Código Penal contempla penas menores para un homicidio simple, mientras que en

un homicidio calificado (con premeditación, alevosía o remuneración) las penas son más

altas. Ver: Figura penal del sicariato en Chile, publicado en http://www.lanacion, cl el 7 de

agosto de 2005, en todo momento como una forma de representación y, por lo tanto, como

una forma de un discurso. Las fuentes seleccionadas para dicho estudio permiten entender

algunas de las formas de relato que en torno al sicario se elaboran, pero de ninguna manera a

las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales que posibilitan el surgimiento y el

desarrollo de esta forma de violencia. Más allá del estado y los carteles de la droga está la

memoria juego de identidades ¿Quién es el sicario que atemoriza con sus asesinatos por

encargo? ¿Es posible hablar de manera general de un tipo de sicario? ¿Existe un estereotipo

de joven-sicario? ¿Cómo son contextualizados los aspectos históricos y económicos de esta

forma de violencia? El intento por circunscribir al sicario a un rango de edad, procedencia

socioeconómica, composición familiar y demás, permite sistematizar desde la perspectiva

sociológica la realidad del fenómeno del sicariato. Aun así, se corre el peligro de estereotipar

- 80 -

las distintas identidades reduciéndolas a “La identidad violenta del sicario”. Un ejercicio que,

al tiempo que niega la construcción y afirmación de otras formas de identidad, intenta remitir

a una cultura de la violencia como esencia de los espacios de pobreza de la que proviene, con

lo que se omite la economía política implícita en tales formas de violencia. Xavier Andrade,

antropólogo de FLACSO Ecuador, advierte los problemas implícitos en los estereotipos que,

alrededor de la identidad cultural, se enuncian: “los estereotipos constituyen

conceptualizaciones dominantes que homogenizan las diferencias culturales. Al negar la

diversidad interna, emplean el concepto de cultura de una manera perversa, negando la

naturaleza dinámica y contradictoria de la misma al estereotipar se clasifica la cultura como

algo estático”. Un número mayoritario de sicarios de las ciudades latinoamericanas

comenzaron sus actividades delincuenciales en su adolescencia, o incluso en la niñez. Las

condiciones de exclusión a las que se ven sometidos estos jóvenes hacen muy difícil una

posibilidad real de entablar con el otro una “larga y profunda conversación. El otro existe para

matarlo o secuestrarlo, el otro no existe Xavier Andrade, “Culture” as Stereotype: Publicases

in Ecuador, en Anthropolgy beyond culture, edited by Richard G. Fox and Bárbara J. King,

Berg Publishers, NY. 2002 para escuchar de él lo que piensa.” Los jóvenes de los barrios

marginales no sienten un reconocimiento en dos aspectos para ellos fundamentales: el que son

jóvenes y el que recorren y habitan la misma ciudad que los excluye. En la búsqueda de

publicaciones sobre sicarios encontré un número considerable de estudios que más allá de la

aproximación a organizaciones delictivas, mafias de la droga o grupos armados que defienden

o desafían al estado, existe un ser humano atrapado en una paradoja: ser un victimario que a

su vez es victimado. Se trata de investigaciones que centran su mirada en la persona

empujada, reclutada, obligada, seducida o engañada por el sicariato y sus distintas promesas

de una “vida mejor”. Al mismo tiempo, son sujetos que construyen su identidad en torno a las

- 81 -

múltiples formas de violencia como construcción de otras identidades. La mayoría de estos

estudios abordan la figura del joven-sicario desde la comunicación a través de la narración

autobiográfica o el relato urbano. He optado por llamar a estas investigaciones estudios de la

memoria. He revisado para la presente investigación textos de autores como Arturo Alape

(Ciudad Bolívar, La hoguera de las ilusiones), Alonso Salazar J., (No nacimos pa semilla),

José Alejandro Castaño (¿Cuánto cuesta matar a un hombre? Relatos reales de las comunas de

Medellín) o Pascual Serrano (Sicarios en Medellín, conviviendo con la muerte). Considero

que dichos textos deben ser tratados como relatos que operan como discursos elaborados. Si

bien es cierto que se trata de importantes recopilaciones que a través de la voz del propio

sicario narran y reconstruyen los distintos procesos históricos que hicieron posible el

desarrollo de un sicariato de la magnitud y alcance del caso colombiano, existe en la

propuesta un problema: los autores mencionados sustituyen la mirada sociológica que ubica al

sicario como objeto de estudio, por una aproximación más histórica y literaria. Este enfoque

es válido en cuanto intento por activar el acto de recordar las experiencias vividas. Un

recordar apoyado en aquello que Halbwachs llamó “los marcos sociales de la memoria”

(familia, religión, clases sociales, escuela). Sin embargo, al individualizar las distintas

trayectorias de estos sujetos de violencia, se vuelve más difícil el intento de contextualizarlas

en historias más amplias. En el segundo y tercer capítulo respectivamente revisaré los

mencionados trabajos como documentos que contribuyen a la construcción del discurso del

sicario, y además de ciertas miradas que condicionan las características de los productos

culturales como la literatura, el cine y la 45 Arturo Alalpe, Voces en el Taller de la Memoria,

Revista de Estudios Sociales No. 24, CESO, Centro de Estudios Socioculturales e

Internacionales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de los Andes, Bogotá, 2006.

Maurice Halbwachs, Los marcos sociales de la memoria, Barcelona, Anthropos, 2004,

- 82 -

televisión. Estos estudios de la memoria se adentran en una memoria individual para intentar

convertirla en la memoria de un colectivo mayor al que nadie le ha dado la palabra. Este

ejercicio testimonial remite a un problema de discurso per formativo que analizaré en el

siguiente capítulo. LA (S) MEMORIA (S) DE LA OTRA CIUDAD Arturo Alape contempla

su estudio sobre la memoria de los jóvenes en los barrios marginales de Ciudad Bolívar como

una aproximación interdisciplinaria: “desde la psicología en sus historias clínicas, desde la

antropología y sus historias de cultura, desde la sociología como una aproximación a

experiencias de comportamientos sociales, desde el periodismo como construcción de una

realidad, y desde la literatura como escritura totalizante”. Alape narra en sus crónicas la

profunda necesidad de los jóvenes de Ciudad Bolívar por ser aceptados como jóvenes:

“queremos que nos entiendan, porque somos jóvenes con los mismos conflictos que tienen los

jóvenes en el país: tenemos problemas familiares, problemas educativos, vivimos entre todo

tipo de violencia y drogadicción, somos de origen muy humilde, pero somos jóvenes.” Alape

propone en varios apartados de sus crónicas la relación del joven con la ciudad, con la ciudad

que no lo reconoce. Una ciudad que al estar oculta bajo la ciudad oficial se convierte en la

otra ciudad. ¿Qué futuro ofrece la “gran ciudad” a los jóvenes? ¿Es únicamente para las clases

acomodadas? ¿No hay otra salida que la violencia? Alape combina las voces de quien habla y

de quien escucha, un ejercicio de recordar y reconocer simultáneamente al mismo y al otro. El

diálogo incluye temas como la familia, la amistad, la vida y la muerte. El estudio describe la

actitud excluyente de los habitantes de estos barrios de Ciudad Bolívar, quienes excluyen al

“ajeno” al barrio: “Cuando llego a la zona, de inmediato siento el rechazo de alguien que está

excluido por la ciudad. El excluido socialmente también excluye al otro que llega, la

exclusión se vuelve también una manera de ser socialmente para enmascarar la necesidad de

sobrevivir.” El estudio de Alape construye un relato que debe ser leído con prudencia.

- 83 -

Aunque intenta ser la memoria de los jóvenes de Ciudad Bolívar, es un relato elaborado para

fines específicos. Alape descifra ciertas lógicas que operan en el mundo de estos jóvenes

asesinos: vivir a prisa y en peligro permite recibir mucho dinero. El joven tiene Arturo

Alalpe, Voces en el Taller de la Memoria, Arturo Alalpe, Voces en el Taller de la Memoria,

Entonces la posibilidad de vivir una vida de lujos en los pocos años que le quedan, ya que

sabe de antemano que la mayoría de sicarios no llega a cumplir los 20 años. Así, cuanto más

temprano se enrole un joven, más tiempo tendrá para vivir la nueva vida. Para Alonso Salazar,

existe un sicario (fundamentalmente urbano) que obedece de manera directa a la

descomposición social que se produce en los barrios populares. “En la raíz de esa violencia

masiva de los jóvenes están factores estructurales de exclusión económica y simbólica y

procesos culturales complejos en los que se ligan al mismo tiempo valores arcaicos y procesos

consumistas.”50 Salazar desarrolla una aproximación el primer estudio sobre la violencia

urbana en Colombia en la que el sicariato no es entonces una opción más, por el contrario, es

por lo general la única opción “real” para todo joven que intenta realizar sus sueños. El

sicariato no interrumpe el proceso de desarrollo del joven que vive en los barrios excluidos,

sino que redirección a un desarrollo suspendido anteriormente debido a las inexistentes

posibilidades de inclusión social. Los sicarios de estos barrios suelen provenir de los

segmentos jóvenes de la población marginal. Salazar considera que los jóvenes-sicarios son

parte de “un sistema de control territorial desplegado en los distintos barrios marginales.”51

En la amplia escala de violencias que registra Colombia, Salazar ha desarrollado los

conceptos de macro violencias y micro violencias. Las primeras se relacionarían con la

violencia de escala mayor: Estado, Fuerzas Armadas regulares e irregulares, e incluso una

porción considerable del crimen organizado y los actos violentos que los mismos cometen

contra ciertos sectores del Estado o de la misma sociedad. Las llamadas micro violencias

- 84 -

darían cuenta de los actos violentos “menores” o crímenes cotidianos tales como homicidios

comunes o no vinculados, asaltos, riñas, robos, etc. Esta diferenciación permite establecer

relaciones en las redes de violencia entre los actores mayores y la violencia visible de los

distintos barrios. El sicario dependiendo de la organización a la que pertenece puede operar

en ambos niveles. La aproximación de Salazar es ante todo de tipo sociológico. El autor

cuestiona profundamente el abandono de los jóvenes – especialmente de aquellos de sectores

populares – por parte del estado y la sociedad. El estudio recurre a testimonios individuales

para elaborar el mapa de una responsabilidad que la sociedad elude permanentemente. En

Arturo Salazar, No nacimos pa’ semilla. Alonso Salazar, Sicarios. Una mirada a las violencias

colombianas, en Feixa, Carlos; Molina, Fidel; Alsinet, Carles; (editores). Movimientos

juveniles en América Latina. Pachucos, malandros, punketas, Ariel, Barcelona, 2002, la

lectura histórica de los testimonios recopilados por Salazar está el punto de partida para el

análisis detallado de los factores que posibilitaron que Medellín se convirtiera en la “ciudad

más peligrosa del mundo”. Salazar hace un breve inventario de las formas de violencia

urbana: sicariato por orden de los carteles, “limpieza social” ordenada por vecinos o

comerciantes de distintos barrios, milicias vinculadas a las AUC o la guerrilla. La pregunta

central de este estudio es entonces ¿qué ha permitido / qué permite el profundo deterioro del

sentido de la vida?” El estudio de José Alejandro Castaño, ¿Cuánto cuesta matar a un

hombre?, Relatos reales de las comunas de Medellín , hace uso del mismo recurso que los

trabajos de Alape y Salazar: la memoria. El recuerdo es narrado y transcrito para ofrecer

mediante una visión “desde adentro” otras entradas al problema que aquellas habitualmente

propuestas en los convencionales discurso sobre la violencia. Uno de los valiosos aportes de

Castaño es su contextualización histórica del problema de la violencia en las comunas de

Medellín. El investigador establece para ello varias etapas: a fines de los “40 inicios de los

- 85 -

50” : migración forzada campo ciudad. Proceso provocado por el desplazamiento de

población rural a raíz del surgimiento de la violencia a manos de pandillas partidistas, un

enfrentamiento entre conservadores y liberales tras el asesinato en 1948 del líder liberal Jorge

Eliécer Gaitán de 1950 a 1980: desarrollo de las comunas, nuevos barrios “populares” con

población mayoritariamente campesina y analfabeta en las estribaciones de las laderas que

rodean a Medellín. Las familias migradas a la ciudad son absorbidas rápidamente como fuerza

de trabajo en fábricas textiles, de calzado y de la industria alimenticia local de 1960 a 1980:

las nuevas generaciones de “migrantes” nacen y crecen en una suerte de abandono doble: no

son ya del campo (aunque culturalmente tienen relación con los imaginarios populares del

campo) y no son tampoco de la ciudad (habitan una urbe que los excluye sistemáticamente),

de 1970 a 1990: el negocio internacional de las drogas ilegales permite el surgimiento y la

consolidación de los llamados carteles, grupos delictivos de enorme poder que “adoptan” a los

jóvenes de las comunas como fuerza de trabajo barata para asesinatos por encargo,

ofreciéndoles así un rápido ascenso social. Esta cronología permite leer a través de un marco

histórico y social los distintos testimonios individuales recogidos por Castaño. En los relatos

no solo se reproducen los Editorial Norma, Bogotá, 2006. Diferentes imaginarios (culturales,

religiosos, mediáticos, etc.), sino que además se presentan las bases del actual panorama de

violencia de la ciudad de Medellín y, por extrapolación, de otras ciudades latinoamericanas.

Castaño elabora así el currículum del joven-sicario: reclutado, entrenado, graduado y

empleado por lo carteles de la droga o el paramilitarismo. El dinero ganado le otorga al sicario

un nuevo estatus social. Los jóvenes sicarios lo exhiben en el barrio en ropa, trago y mujeres.

Las crónicas de Castaño permiten entender la especialización del trabajo implementada por

los carteles, así como el nuevo orden social introducido en los barrios de las comunas. Solo es

alguien quien tiene dinero y un arma, obligado además a mostrarlos como símbolos de

- 86 -

estatus. En la lectura que Castaño hace de la violencia el sicariato es organizado por el

narcotráfico y auspiciado por la complicidad del Estado-nación. Una de las facetas de la

violencia es la de la masculinidad del sicario, quien exhibe determinados códigos que avalan y

ratifican su poderío: armas, tatuajes y motos son algunos de los rasgos de virilidad de estos

asesinos. Castaño advierte reglas similares para las novias de los sicarios: ser (o parecer)

modelo con las consiguientes intervenciones estéticas (mamo plastia, lipoescultura,

operaciones de estética dental, entre otras) financiadas frecuentemente con el dinero que sus

novios obtienen de sus fechorías. “Cada una de las chicas tiene un novio, algunos de ellos

miembros de bandas que roban carros, extorsionan negocios y, por la suma correcta, matan y

secuestran”. Ejemplos como estos y productos mediáticos como series de TV y películas de

cine dan cuenta de determinadas formas de representación corporal de la masculinidad del

sicario. Entre los distintos artículos que revisé para esta investigación me llamó la atención

uno del investigador colombiano Pascual Serrano, Sicarios en Medellín: Conviviendo con la

muerte. Serrano logra una suerte de visión totalizadora entre los fenómenos reales y los

trabajos de representación del sicario (prensa, literatura, cine y TV). Su acercamiento

multidisciplinario al sicariato combina historia, estudios de la cultura y escritura de ficción.

Esa mirada resulta ser útil al momento de estudiar la producción, circulación y consumo de

los imaginarios (modos de hablar, vestir y actuar) que acompañan al sicario. Muchas de estas

representaciones estigmatizan a toda la población de los barrios marginales de los que suelen

provenir la mayoría de sicarios. ¿De quién se aprende la violencia? Alonso Salazar, lo explica

así: “A matar con el pretendido perdón de Dios se ha aprendido en la larga historia de

violencia en nuestro país. http://www.pascualserrano.net Y ello lo enseñó la propia Iglesia”.

Serrano destaca a un actor de la violencia colombiana mencionado apenas por Salazar: la

iglesia católica. El llamado de la iglesia en las décadas anteriores a “eliminar” liberales es sin

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duda alguna la semilla de gran parte de la violencia hoy en día desarrollada en los sectores

populares. La Iglesia Católica se encargó de legitimar ciertos tipos de violencia, entre ellas la

de eliminar a liberales y socialistas. El pecado de asesinar es definido desde el inicio de la

violencia por la iglesia católica. Contrario a toda ética universal que censura el asesinato de

todo ser humano, en Colombia se ha desarrollado una cultura de la violencia, católicamente

tolerada: “El buen comerciante le pide a la Virgen que le salga bien el negocio en el que va a

engañar a un vecino. Y en el barrio se reza para que la puñalada y el tiro sea efectivo. Es la

cultura de la camándula y el machete, que aparece ahora como la del escapulario y la mini-

uzi.58 Salazar advierte una forma de violencia arraigada en lo cultural y que remite de algún

modo al afán por el dinero que a lo largo de las últimas décadas desarrollaron los grupos

locales de poder. Serrano contrasta las estadísticas de crímenes con relatos literarios como La

virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo. Aquello que se sabe del “bajo mundo” se

entrelaza con aquello que se dice de quienes lo habitan. Serrano – más allá de identificar los

nexos entre sicarios y carteles, la pobreza del entorno y la impunidad del estado como factores

determinantes de la violencia propone una aproximación multidisciplinaria que entiende “lo

real” y “lo representado” como inseparables. Un interesante punto de partida según el cual las

facetas históricas, sociales y económicas de esta forma de violencia producen un relato

específico en los medios de comunicación y la cultura del entretenimiento, los cuales a su vez

elaboran nuevos discursos y representaciones que pretenden mostrar con detenimiento a ese

sicario de la vida real. Construcción mediática de la violencia. La sociedad tiene un

conocimiento parcial del sicariato, condicionado por aquello que los medios de comunicación

difunden. Jenny Pontón, investigadora de FLACSO, señala que “los medios se han convertido

en el espacio que por excelencia da cuenta de la presencia de esta clase de delito a la

ciudadanía”. Es en la noticia periodística donde el sicariato invisible adquiere una forma

- 88 -

visible para el ciudadano común. Aun así, la noticia apenas logra aproximarse a una porción

del suceso, por lo general el violento resultado de Alonso Salazar, No nacimos pa’ semilla.

Jenny Pontón, Asesinato a sueldo ¿Una construcción mediática?, en Boletín Ciudad Segura

asesinatos por encargo. Rara vez un periodista desarrolla un acercamiento más profundo.

Germán Rey considera que “el periodista, a diferencia de los detectives, no se preocupa por

descifrar el delito; su misión es contarlo”. Alberto Betancourt Posada, profesor e investigador

de la UNAM, ha desarrollado un importante estudio acerca del lenguaje empleado por los

medios de comunicación en el relato periodístico del sicariato. En su investigación,

Betancourt ha detectado un lenguaje periodístico destinado a la construcción de los hechos

que “presuntamente” habrían sucedido. Según el autor, ello influye en las maneras de percibir

el miedo en la sociedad. Estas formas de “sentir” el peligro llevan a la “conformación de las

percepciones públicas sobre la seguridad ciudadana, bajo cierta lógica: si esto le ocurre a los

jefes policíacos, qué podría esperar el ciudadano común?” La violencia adquiere así las

dimensiones de un suceso real que ocurre con una determinada frecuencia a lo largo de un

determinado espacio geográfico y bajo determinadas condiciones materiales, y la de un suceso

(re)construido y nutrido con ayuda del relato periodístico. Betancourt considera que las tres

acciones primordiales en el relato periodístico de un crimen son el saber, el creer y el

especular, que en la interpretación de este investigador se convierten en “estrategias

epistemológicas de la prensa El sicariato se visibiliza en la construcción mediática del hecho

y la percepción social del mismo. Los medios de comunicación no desarrollan una

explicación, sino una interpretación del suceso. Esta construcción implica un doble problema,

compuesto inicialmente por la interpretación de los medios de comunicación y seguido por la

reinterpretación con las que se narra este tipo de crímenes en productos culturales como la

literatura, el cine, la televisión y la música. En muchos casos, aquello que estructura la

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narración dramática de una novela literaria o un filme, proviene de interpretaciones

mediáticas. Circulan así los relatos mediáticos puestos a disposición de escritores,

realizadores o compositores. En el tercer capítulo analizaré las distintas interpretaciones con

las cuales se han “puesto en escena” sicariato literarios y fílmicos. Germán Rey, Los relatos

periodísticos del crimen: cómo se cuenta el delito en la prensa escrita latinoamericana,

Fundación Friedrich Ebert, Centro de Competencia en Comunicación, Bogotá, 2007. Alberto

Betancourt Posada en Germán Rey, Los relatos periodísticos del crimen: cómo se cuenta el

delito en la prensa escrita latinoamericana, Fundación Friedrich Ebert, Centro de Competencia

en Comunicación, Bogotá, 2007. Arturo Alape analiza la relación entre violencia y medios de

comunicación. Su pregunta inicial “¿son los jóvenes de Ciudad Bolívar por naturaleza,

violentos pistoloco, sicarios?” da cuenta de una percepción generalizada y estigmatizada.

Alape halló en la recopilación de la memoria colectiva en zonas urbanas de extremas

condiciones sociales en Bogotá, que la imagen de la violencia – en especial la que se refiere a

los sicarios es construida en la esfera mediática: los medios de comunicación habían dictado

cátedra escrita, visual y verbal, durante cinco años comparando a los jóvenes de esta zona con

los jóvenes de las Comunas de Medellín. Y claro, una conclusión al aire: si viven en las

mismas condiciones infrahumanas como los jóvenes de las Comunas de Medellín, por lógica

deben pensar lo mismo y por lo tanto deben actuar siempre con revólver en mano Los

comunicadores, en la tarea diaria de entregar “noticias” que generen audiencia, buscaban

historias sueltas que, sin contexto alguno, narraban fragmentos de alguna realidad

parcialmente descrita. La consigna central se puede leer como aquel intento mediático local

por probar que la “gran violencia” aquella con paramilitares, varones de la droga, sicarios y

demás, no era patrimonio exclusivo de Medellín o Cali. No existen en Ciudad Bolívar

espacios públicos diseñados para los jóvenes, muchos de los cuales – fichados por fechorías

- 90 -

menores o delitos mayores hallaron en las esquinas, frente a las tiendas de barrio, el espacio

de encuentro necesario para intercambiar sueños, anécdotas, bromas y planes para obtener

algún dinero. La población adulta de estos barrios con hijas adolescentes consideraba a estos

jóvenes como (potenciales) criminales y una amenaza para las jóvenes del barrio. Así

nacieron las brigadas de limpieza social. Grupos armados contratados para “eliminar” a estos

“jóvenes peligrosos”. Los sicarios de barrio fueron asesinados por asesinos contratados por

gente del barrio. Así nacía un absurdo contra-sicariato a través del cual, a decir de Arturo

Alape, entre los “años 92 y 95 asesinan en Ciudad Bolívar alrededor de 500 muchachos de 12

a 15 años. Los asesinos, apoyados por sectores de la autoridad, incluso de la propia

comunidad y pagados por dueños de establecimientos comerciales, son grupos enmascarados

que los cogen, los llevan a un sitio y los matan a quemarropa en la Ciudad Bolívar, al sur de

Bogotá, es un barrio marginal en el que confluye la extrema pobreza social urbana con el

drama de los desplazados por la violencia armada de Colombia. La zona tiene altísimos

índices de violencia (homicidios, secuestros, robos, entre otros), ver

http://www.urbanology.org/Bogota/ 64 Arturo Alape, Voces en el Taller de la Memoria. El

sicario narrado: literatura, cine y música. El sicario ha sido estudiado principalmente desde la

sociología, la antropología y la comunicación. Al mismo tiempo, el sicario ha ido apareciendo

en las últimas dos décadas en la literatura, el cine y la música. La literatura de ficción incluye

la figura del sicario en las novelas de Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios), de Jorge

Franco (Rosario Tijeras) o de Víctor Gaviria (El pelaíto que no duró nada). Además, el sicario

ha sido incorporado al cine en películas como Rodrigo D. No futuro (Víctor Gaviria,

Colombia, 1988). Amores Perros (Gonzáles Iñárritu, México, 2000), Sicario (José Novoa,

Venezuela, 1994) y las versiones fílmicas de las novelas antes mencionadas: La virgen de los

sicarios de Barbet Schroeder (Colombia, 2000) y Rosario Tijeras de Emilio Maillé (Colombia,

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2005), entre otras. En la música, el género que en mayor grado da cuenta del sicario es sin

duda alguna el corrido norteño o narcocorrido mexicano. Grupos como Los Tigres del norte,

Los Tucanes de Tijuana o Chuy Quintanilla están a la cabeza de las bandas más famosas con

éxitos como Jefe de Jefes, Los Zetas o la bronco negra. Un estudio importante sobre el tema,

que además aborda el intento de censura por parte del parlamento mexicano, fue elaborado

por Luís Astorga y publicado en 2005 en la revista Región y sociedad. El estudio analiza el

alcance de las canciones, la polémica de las letras y los mecanismos de censura impulsados

por distintos sectores del estado y la sociedad. Astorga advierte en el mencionado artículo la

tensión que ha surgido entre la libertad de expresión y censura ante la difusión de “homenajes

al narcotráfico”. No me ha sido posible hallar artículos, estudios o investigaciones que

analicen la procedencia de las representaciones de sicarios en la literatura, el cine o la canción

popular. Algunas publicaciones se aproximan a las obras citadas desde una perspectiva

artística, analizando los distintos códigos empleados y el mensaje desarrollado. Entre los

autores que abordan algunas de las obras citadas están Ana Serra. Mario Vargas Llosa68,

Jesús Jambrina, Carlos Echavarría o César Valencia Solanilla. Estas investigaciones analizan

las obras literarias o cinematográficas desde distintas entradas. Ana Serra estudió Luís

Astorga, Notas críticas. Corridos de traficantes y censura, En Región y sociedad, vol. XVII.

COLSON, El Colegio de Sonora, Sonora, Enero-Abril. 2005. Ana Serra, La escritura de la

violencia. La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo, testimonio paródico y discurso

nietzscheano, Chasqui, Revista de literatura. Nación de Chile 05.10.1999, texto disponible en

http://www.sololiteratura.com/var/lossicarios.html Jesús Jambrina, La Virgen de los sicarios:

estrategias civilizatorias en la era del desencanto, EICTV, La Habana, 2005, texto disponible

en http://www.eictv.co.cu/miradas Carlos Pineda, Entre La Sierra, Sumas y Restas y Rosario

Tijeras, en: Revista Cultura y Trabajo, diciembre 2005, ENS, Escuela Nacional Sindical,

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Medellín, 2005. César Valencia Solanilla, La virgen de los sicarios: El sagrado infierno de

Fernando Vallejo, Revista de Ciencias Humanas, UTP, Pereira, 2001, el discurso de Vallejo

en la novela La virgen de los sicarios. Vargas Llosa aprovechó su reseña sobre la misma

novela, para analizar el realismo social y el lenguaje empleado para su desarrollo. Jesús

Jambrina abordó el tema de las representaciones literarias artísticas como lecturas de lo real:

“El cine de la región no ha escapado a los estereotipos”. Echavarría estudió la relación entre

representación y realidad. Para el investigador, las películas responden a un contexto

determinado, tanto en donde se producen como lo que representan por medio del argumento”.

Valencia investigó la capacidad de la literatura por reflejar las injustas condiciones sociales.

La literatura entonces asume una determinada responsabilidad la cual, “tal vez más que nunca,

se ha encargado de revelar ese infierno de desolación que es la vida humana, condenada de

antemano a sucumbir en medio del derrumbamiento y la ausencia de futuro”. El sicario es

entendido en la mayoría de debates teóricos como un elemento violento que remite a

importantes estructuras de poder vinculadas a las economías ilegales, generalmente de los

carteles de la droga. Existe un círculo vicioso planteado por el antropólogo Michael Taussig

en My cocaine museum ("the vicious cycle of drugs to money to gold back to money") :

drogas – dinero – oro – más dinero. Considero que aunque de naturaleza material distinta,

debe incluirse en dicho círculo a la violencia: la droga genera violencia para proteger su

economía, la cual genera mucho dinero, el cual debe ser protegido, lo que a su vez produce

más violencia. Los estudios revisados abordan al sicario como parte inseparable de un

violento proceso de descomposición social y política del Estado-nación. El sicariato es parte

de una economía política de la violencia que busca desestabilizar al Estado para beneficiar la

economía de las drogas. Lo que se sabe del “sicario real” está estrechamente relacionado con

lo que en los distintos productos culturales se dice a través del “sicario ficcional”. Confluyen

- 93 -

así fácilmente descripción y relato; análisis y narración. Pero, ¿cómo nacen y cómo circulan

las representaciones del sicario en la sociedad? ¿ a través de qué productos culturales? En la

presente investigación analizaré los nexos entre realidad y representación del sicario. Aunque

resulta muy difícil llegar a determinar una “Realidad Absoluta” del sicario y su oficio

criminal, creo que es posible entender y describir de manera parcial las distintas “realidades

menores” que aparecen en los diferentes discursos elaborados por los propios asesinos o por

quienes los narran a través de la palabra escrita o la imagen visual.

2.4 MEDIDAS PARA CONTRARRESTAR EL SICARIATO

Ante el avance del sicariato como institución delictiva que pretende asentarse en la

República, el Gobierno de Ecuador representado por el Ministro de Gobierno Gustavo

Jalkh, ha decidido establecer contactos con expertos colombianos y franceses, para hacer

frente a esta verdadera amenaza que se cierne sobre la eutexia ecuatoriana. Víctima del

crimen organizado, En el Ecuador buscan frenar esta tendencia delictiva los datos,

parecen avalar este diagnóstico, pues sólo en Guayaquil se ha detectado un aumento de

esta clase de crímenes.

- 94 -

Epígrafe III

CUALES SON LAS SANCIONES APLICABLES A LOS QUE COMETEN EL

DELITO DE SICARIATO.

Las penas por el delito de sicariato llegarían de 22 a 26 años Tanto los autores materiales (sicarios)

como los intelectuales serían castigados con reclusión mayor especial, de igual manera la

publicidad u oferta de esta modalidad delictiva. (COIP) de la figura del sicariato en su artículo

143.- Sicariato. La persona que mate a otra por precio, pago, recompensa, promesa

remuneratoria u otra forma de beneficio, para sí o un tercero, será sancionada con pena

privativa de libertad de 22 a 26 años. La misma pena será aplicable a la persona, que en forma

directa o por intermediación encargue u ordene el cometimiento de este ilícito.

ELEMENTOS DE NOVEDAD, APORTE TEORICO Y SIGNIFICACIÓN PRACTICA EN

DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS.

Elementos de novedades son: Que el sicariato van junto con el narcotráfico en todos sus

itinerarios, El alcance a esta tesis que cada día hay más homicidios por sicariato, y tenemos

como contenido de cada capítulo desde la Introducción del inicio del sicariato que tiene

muchos años en el Ecuador y en varios países de América en el que asesinan con crueldad en

el que nos llevaría a condenar al sicario con la pena a muerte y del refrán del ojo por ojo y

diente por diente, así como el que a hierro mata a hiero muere, por lo que debería someterse a

consulta para reforma la Constitución de la República del Ecuador ya que en el Ecuador no

- 95 -

existe pena de muerte, de igual manera tenemos como Antecedentes de la Investigación. Esta

investigación está directamente ligada a analizar los perjuicios ocasionados por el Sicariato,

la misma que es de remota acción contra la vida de los seres humanos, y su forma de asesinar

es muy antigua y que mantiene la relación al dar muerte a una persona por pago de encargo

siendo considerada a nivel Nacional la misma que causa terror miedo posteriormente.

LA DOCTRINA

La doctrina penal tiene en el homicidio agravado un nuevo componente: “El sicariato”, un

fenómeno social y delictivo que se está desarrollando en América Latina, original de una

vertiente delictiva común: el narcotráfico, pasando a convertirse posteriormente en una

actividad delincuencial cotidiana, no necesariamente ligada al tráfico ilícito de

estupefacientes, en países como Colombia cuna desde la que se gestó, México, Venezuela,

Brasil, Argentina, Perú y especialmente el Ecuador. El sicariato ha empezado a presentarse en

nuestro país con mayor fuerza durante estos últimos tiempos como consecuencia de una serie

de factores que generan un panorama complejo. El asesino a sueldo que es la definición de

este tipo de delincuente en realidad no es un fenómeno nuevo ni en el mundo ni en nuestro

país, lo cual quiere decir que no es un hecho delictivo que “llega desde afuera” ni que

tampoco es reciente. En el país existe sicariato desde tiempos inmemoriales, aunque desde

principios de los años noventa del siglo pasado se ha incrementado y ha cambiado

sustancialmente, debido a la influencia del narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Por

sus implicaciones de afectación al supremo derecho a la vida humana, por la crueldad

inhumana con la que se comete y por mercantilizar la vida de las personas, el sicariato bien

puede ser conceptualizado como un delito de lesa humanidad y el de mayor gravedad en la

escala penal, que debe ser juzgado conforme a la magnitud de la conducta de su autor, con

- 96 -

todo el rigor de la ley, en el marco de lo que dispone la Constitución. Definiciones: Según el

diccionario común: Sicario: “Asesino asalariado”. En varios diccionarios el sicario es definido

como un "asesino asalariado", término que al incluir el concepto de salario esencial para la

definición del crimen y la percepción del mismo remite a las relaciones de producción

implícitas en el crimen: el autor intelectual demanda un tipo específico de trabajo a ser

realizado por el autor material contratado. Según el concepto que maneja la Policía.- El

sicario es la persona que por encargo de otra mata a una tercera, a cambio de un ofrecimiento,

dependiendo del sujeto que va a realizar la ejecución, la víctima y los medios utilizados. Una

definición comúnmente aceptada de la palabra “sicario” se deriva de la palabra “sica” que es

una daga pequeña y fácil de esconder, que en la antigua Roma, se utilizaba para apuñalar a los

enemigos políticos, por lo que “sicario” significaba hombre-daga. En la actualidad es quien

asesina por encargo, a cambio de una compensación económica y se construye por lo general

sobre la base de un conjunto organizado de al menos cuatro actores explícitos: el contratante,

el intermediario, el ejecutor y la víctima. La ejecución en estos casos puede estar a cargo de

una o varias persona, que en muchos casos ni se conocen entre ellos. Es un apéndice donde

uno y otro se necesita mutuamente, donde ambos existen por la relación funcional que

mantienen. Pero no solo proviene del crimen organizado, sino también del conflicto de la

ritualidad de la vida cotidiana, en lugares donde la institucionalidad es precaria y las

propuestas de "mano dura" se generalizan y legitiman socialmente. De conformidad con la

teoría y jurisprudencia pena.- Para que se configure un delito debe haber cuatro elementos

indispensables: conducta, tipificación, antijuridicidad y responsabilidad. Sin embargo, el

Código Penal ecuatoriano anterior no tipificaba el sicariato como delito, por lo que este tipo

de homicidio ha estado siendo juzgado simplemente como “homicidio agravado”, categoría

legal con la que se lo designa comúnmente en países que no han desarrollado legislación o

- 97 -

tipificación de esta conducta, por lo que fue menester tipificarlo en nuestra legislación penal

como lo es actualmente en el Art.143 del Código Orgánico Integral Penal.

ORIGEN DE LA DOCTRINA.

La palabra “sicario” tiene su origen en Roma, y es aquel que procede de la palabra “sica” que

es una daga pequeña y fácil de esconder, que en la antigua Roma, se utilizaba para apuñalar a

los enemigos políticos, por lo que “sicario” significaba hombre daga. Actualmente sicario es

quien asesina por encargo, a cambio de una compensación económica y se construye

generalmente sobre la base de un conjunto organizado de al menos cuatro personas: el

contratante, el intermediario, el ejecutor y la víctima. Es un fenómeno económico donde se

comercializa la muerte, en relación a los mercados, oferta y demanda. El sicario es contratado

para un ajuste de cuentas, por justicia por propia mano o acto de intimidación ello se realiza a

cambio de una compensación económica previamente pactada. El sicariato en el país existe

desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo pasado se

ha incrementado y ha cambiado sustancialmente, debido a la influencia del narcotráfico y el

paramilitarismo colombiano. El sicariato ha empezado a mostrarse en nuestro país con mayor

fuerza durante estos últimos tiempos como resultado de una serie de factores que generan un

panorama complejo puesto que es imposible recoger información en las instituciones que

deben producirla: policía nacional, policía judicial y fiscalía. En principio, como el sicariato

no es reconocido legalmente, la información oficial no da cuenta del fenómeno, pues con lo

único que se cuenta es con la información que publican los diferentes periódicos del país. El

sicariato es un fenómeno en crecimiento que tiene un alto grado de violencia, que genera un

fuerte impacto social y que es desconocido por las autoridades, pues estos no reconocen la

existencia del sicariato por lo que cuando se presentaban uno de estos casos lo juzgaban con

- 98 -

el anterior código penal como “homicidio agravado”, dejando de tomar en cuenta a las

personas que intervinieron para que este hecho se realice, esto da como consecuencia la

impunidad de los crímenes realizados. La impunidad en el sicariato es generalizada, lo cual

demuestra lo eficiente que es y la precariedad institucional del Estado, el sicario garantiza "el

trabajo" contratado y la impunidad del homicidio. El sicariato produce alarma, preocupación e

inseguridad en la ciudadanía; y pese a la inquietante frecuencia con que se realiza el sicariato

en universidad de cuenca facultad de jurisprudencia, ciencias políticas y sociales escuela de

derecho Jenny Claribel Barros Quiroga en el país, las autoridades judiciales no se encuentran

en la imposibilitadas de juzgar apropiadamente esta conducta, por falta de su tipificación en el

Código Penal anterior. En la ciudad de Cuenca no se observa índices altos de sicariato, si bien

notamos que todavía es una ciudad tranquila en donde el sicariato no se ha desarrollado en

gran magnitud, las autoridades judiciales en conjunto con la fuerza pública y ciudadanía tome

conciencia de este hecho y use medidas de protección y prevención que se recomienda para

evitar el crecimiento y ser víctima de este delito.

FUENTES DE INVESTIGACIÓN DEL SICARIATO.

Las fuentes tradicionales de Investigación como denuncias y registros policiales son

importantes pero insuficientes; ayudan a cuantificar los delitos, pero poco a conocer el

entorno, las circunstancias y las relaciones sociales organización subyacente que están detrás

de cada acto. Por eso es importante corregir las fuentes clásicas, para reducir la llamada "cifra

negra" y para conocer el fenómeno de la violencia y también empezar a recuperar y construir

nuevas fuentes de Investigación. Con este estudio de aproximación al sicariato, queda claro

que la prensa es una fuente importante; no para cuantificar el delito por qué los datos no son

representativos sino para entender la lógica en la que se comete el mismo: el lugar, el medio,

- 99 -

los victimarios y las víctimas que rodean al crimen. Sin embargo, este conjunto de fuentes no

son suficientes para entender en profundidad el sicarito, habrá que hacer estudios etnológicos,

sociológicos, antropológicos y económicos. Los diarios estudiados son nacionales, aunque

estas noticias tienen un énfasis local. Esto último no invalida el valor de las fuentes de

información para caracterizar el sicariato.

DERECHO COMPARADO

En todos los estados tiene su propia regulación y cada estado sigue sus propios precedentes.

Por lo mismo, para realizar el estudio de derecho comparado se lo verá de manera general y

poniendo ejemplos específicos que son los más conocidos e importantes en el sistema

americano, pero las decisiones citadas van a depender de cada estado donde se dicten dichos

fallos. En Colombia las Infracciones, por delito son términos que engloban a las acciones

cometidas por una persona o un grupo de personas que están penadas por la ley, la diferencia

en sus terminologías es la gravedad de los hechos y el tipo de pena que categorizan a cada uno

de ellos. Como es el caso colombiano, las acciones delictivas penadas por el Código Penal

expedido mediante Ley 599 de 2000, se convergen dentro de las categorías de delitos, siendo

el primero los de mayor gravedad y los únicos que se encuentran tipificados en el Código

Colombiano, el delito señalada en Colombia con pena privativa de la libertad cuyo mínimo

no sea inferior a tres años. El Estado colombiano tipifica los delitos de homicidio y asesinato

de la siguiente manera: Art. 103 - Homicidio - El que matare a otro, incurrirá en prisión de

trece (13) a veinticinco (25) años. Art. 104 - Circunstancias de agravación.- La pena será de

veinticinco (25) a cuarenta (40) años de prisión, si la conducta descrita en el Artículo anterior

se cometiere. Por precio, promesa remuneratoria, ánimo de lucro o por otro motivo. En Brasil

es el país, según el Barómetro de las Américas, con la tasa de homicidios más alta en la región

- 100 -

El 51,1% asegura que sabe de una asesinato ocurrido en su vecindario en los últimos 12

meses. El Código Penal de Brasil establece el sicariato (quien asesina mediante el pago

o promesa de recompensa u por otro motivo) como una forma de homicidio calificado, que

ese país sanciona con penas de 12 a 30 años de cárcel. En México Ley Orgánica de la

Administración Pública Federal que establece la responsabilidad de la Secretaría de

Gobernación en: a organización de la defensa y prevención social contra la delincuencia,

creando colonias penales, cárceles y establecimientos penitenciarios en el Distrito Federal y

en los estados de la Federación, mediante acuerdo con sus gobiernos, y en el artículo 19 del

reglamento interior de la Secretaría de Gobernación, que indica que corresponde a la

Dirección General de Prevención y Readaptación Social entre otras facultades, las de: vigilar

la ejecución de las medidas de tratamiento a adultos inimputables, en el Distrito Federal y en

todo el territorio en materia federal; aplicar la ley que establece las normas mínimas sobre la

readaptación social de los sentenciados, con el fin de organizar el Sistema Penitenciario

Nacional; y coordinar los servicios de prevención de la delincuencia y de la readaptación

social Con base en estas consideraciones. en México existe una orientación deformada del

derecho penal: existen figuras injustificables y penas exageradas o inidóneas, lo que se

traduce en insufribles reproducciones de la desigualdad social y en sobrepoblación carcelaria

proveniente, en una abrumadora mayoría, de las clases sociales menos favorecidas. Se abusa

de la privación de libertad no sólo cuando se ejecutan las penas sino, lo que es más grave,

cuando aún no se han dictado. Este hecho reconocido mundialmente llevó a la Organización

de las Naciones Unidas Desde el 14 de diciembre de 1990, la ONU aprobó las Reglas

Mínimas sobre las Medidas no Privativas de Libertad.

- 101 -

CAPITULO II

MARCO METODOLOGICO

METODOS QUE SE UTILIZARAN EN ESTA INVESTIGACION

Método Inductivo

Es el razonamiento que partiendo de casos particulares, se eleva a conocimientos generales.

Método Deductivo

Método que va de lo general a lo particular.

Método Histórico

Está vinculado al conocimiento de las distintas etapas de los objetos en su sucesión

cronológica, para conocer la evolución y desarrollo del objeto o fenómeno de investigación.

METODO LOGICO

Consiste en inferir de la semejanza de algunas características entre dos objetos, la

probabilidad de que las características restantes sean también semejantes.

Método Comparativo

Como su nombre lo indica, Por intermedio de la comparación, llegar a establecer juicios de

valor.

EVALUACION DE RESULTADOS

Es decir con la formula obtener el resultado de las encuestas, con las correspondientes

preguntas, las representaciones gráficas, etc.

- 102 -

POBLACION MUESTRA Y FORMULA

n = . 20.000 .

0.1² (20.000-1) + 1

n = . 20.000 .

0.01 (19.999) + 1

n = . 20.000 .

200,99

n = 99.5074382

Su población es 99.5074382 = 100

POBLACION

MUESTRO

Abogado l ibre ejercicio 20000 600000

Fisca les 110 150

Jueces 220 245

Total 20330 600395

INVESTIGACION NUMERO

- 103 -

CUADRO DOS

QUIEN ES EL SICARIO

EL

SICARIO

ES UN

ASESINO

POR PAGO

ESTA EN AUGE

EN EL

ECUADOR

ASESINA

A SANGRE

FRIA

ES UN

FENOMENO

GENERALIZADO

SIEMPRE

TERMINA

EN HOMICIDIOS

ASESINATOS

REFERENTEMENTE

ENTRE ENEMIGOS

POLITICOS

POR

PODER

ECONOMICO

SE OFRECEN

AL MEJOR

POSTOR Y

TAMBIEN LOS

DENOMINA

GUARDIA

DE CHOQUES

AL MOMENTO

QUE LA

PRODUCCIÓN

DEL NARCO

TRAFICO

SUPERABA

TODOS

LOS LIMITES

SIN MEDIAR

EDADES

NI GENERO

NI POSICIÓN

ECONOMICA

- 104 -

En consecuencia en el cuadro dos indica quien es el sicario.

a).- El Sicario Es un Fenómeno Generalizado.

b).- Es un Asesino por pago.

c).- Está en Auge en el Ecuador

d).- Asesina a sangre Fría

Para establecer la propuesta, debe realizarse las correspondientes encuestas, Abogados en

libre Ejercicio Profesional de la ciudad de Guayaquil.

- 105 -

PREGUNTA UNO

¿Qué entiende Usted por sicariato?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 70 70%

NO 30 30%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 01

70

30

SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 70 personas que equivalen al 70%, manifiestan que si

conocen lo que es el Sicariato y dicen que es un delito contra las personas y que consiste en

dar muerte violenta a las personas ya sea por ajuste de cuentas, por venganza, revanchismo.

Por narcotráfico o por asuntos políticos; mientras que 30 personas que equivalen al 30%,

indican no saben en qué consiste el sicariato.

ANÁLISIS. La mayoría de las personas encuestadas tiene una idea acertada acerca de lo que

es el Sicariato manifestando en forma general que se trata de un delito contra las personas que

hoy en día es muy frecuentes por cuanto a diario se informan a través de los noticieros a nivel

nacional sobre muerte violentas por ajuste de cuentas, narcotráfico.

- 106 -

PREGUNTA DOS

¿Sabe Usted que es el Sicario?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 20 20%

NO 80 80%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 02

20

80

SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 20 personas que equivalen al 20%, indican que el sicario es

aquella persona que asesina a una determinada personas por múltiples razones y que en el

momento de darle muerte tratan de esconder su identificación para que la justicia no los

sanciones y le ordenen la prisión, y 80 personas que equivalen al 80%, indican que no

saben quién es el sicario. ANALISIS El mayor porcentaje de las personas encuestadas no

conocen que el sicario es una persona que asesina a determinada personas, por paga y/o por

encargo es decir que recibe una buena paga a fin de dar muerte mediante contrato y hace

desaparecer a sus contrarios.

- 107 -

PREGUNTA TRES

¿Es verdad que se considera al sujeto activo como autor intelectual del cometimiento del

sicariato?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 60 60%

NO 40 40%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 03

60

40SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 60 personas que equivalen al 60%, indican que el sicario es

el sujeto activo, como autor intelectual del cometimiento del delito del sicariato, y 40

personas que equivalen al 40%, indican que no saben quién es el actor intelectual del

cometimiento del delito de sicariato. ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas

encuestadas si conocen que el sicario es el autor intelectual que asesina a determinada

personas, por paga y/o por encargo es decir que recibe una buena paga a fin de dar muerte

mediante contrato, y hace desaparecer a sus contrarios y reciben su paga al momento de

cumplir con su contrato se dicen que el sicario no tiene derecho a fallar por cuanto no recibirá

la paga.

- 108 -

PREGUNTA CUATRO

¿Que figura delictiva de homicidios por promesa remuneratoria en nuestra sociedad, a que

delito contra la vida se adecua su tipo penal:

a:) Homicidio simple ( ) b:) Homicidio Preterintencional ( )

c:) Asesinato ( ) d:) Otro: ( )

INDICADORES VARIABLESPORCENTAJE

Homicidio Simple 30 30%

Homicidio Preterintencional 20 20%

Asesinato 40 40%

Otro 10 10%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 4

30

2040

10 Homicidio Simple

Homicidio

Preterintencional

Asesinato

Otro

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 30 personas que equivalen al 30%, indican que se encuentra

adecuado a su tipo penal de Homicidio Simple, y 20 personas que equivalen al 20%, se

encuentran adecuada en Homicidio Preterintencional, y 40 personas que equivalen al 40%, se

- 109 -

encuentra adecuada al Asesinato, y 10 persona que equivale al 10%, se encuentra adecuada

en otro tipo penal.

ANALISIS

El mayor porcentaje de las personas encuestadas indica que la figura adecuada es la del

cometimiento de asesinato, y que las Autoridades de turno como el Ministerio de Justicia

tiene que ordenar el mayor control, en todos los cantones de cada provincia en especial la del

Guayas, Manabí, y la Trocal, sectores que a diario se cometen asesinato al estilo de sicariato

y a su vez utilizan motocicletas para poder cumplir su contrato, y anda bien armados por lo

que es muy necesario que las fuerzas armadas conjuntamente con la Policía Nacional vigilen

y controlen todos sectores descritos.

- 110 -

PREGUNTA CINCO

¿Cree usted, que se debe considerar al sicariato y su tipificación en el régimen penal

ecuatoriano, como delito agravado por atentar contra el derecho a la vida?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 90 90%

NO 10 10%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 05

90

10

SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 90 personas que equivalen al 90%, indican que el sicariato

debe ser tipificado como delito agravado, y 10 persona que equivale al 10% indica que no

debe ser el delito agravado, pero si desean que debe ser sancionado con todo el rigor de la

Ley.

ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas si saben que el delito debe ser

considerado como delito agravado ya que afecta a los derechos Humanos. Y se encuentra

considerado en el Código Orgánico Integral Penal en vigencia, con sanciones fuertes y

aplicables por los juzgadores. En todo el territorio Ecuatoriano.

- 111 -

PREGUNTA SEIS

¿Usted cree que el sicariato trabaja con gente preparada intelectualmente?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 70 70%

NO 30 30%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 06

70

30

SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 70 personas que equivalen al 70%, indican que el sicario es

aquella persona que está preparada y que no puede fallar al momento de asesinar a una

determinada persona, y de caso contrario que no cumple no recibirá paga alguna y 30

personas que equivalen al 30%, desconocen que el sicario trabaja con personas

Intelectuales. ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas, conocen que el

sicario trabaja con personas Intelectuales, es decir trabaja con persona Especializadas en

asesinar a personas indefensas, y que reciben una determinada cantidad de dinero pactada

para cometer el delito

- 112 -

PREGUNTA SIETE

Usted cree que el Ministerio de Justicia de Turno deberían seguir permitiendo el ingreso de

extranjeros, a nuestro país ya que el sicariato la mayor parte son realizadas por un extranjero?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 40 40%

NO 60 60%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 07

40

60SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 60 personas que equivalen al 60%, indican que el Ministerio

de Justicia no debe disponer el control de ingreso de extranjeros, por cuanto en ciertas

ocasiones viene por trabajo, turismo y otras actividades que benefician al país, a pesar que es

verdad que el extranjero comete el delito de sicariato, y 40 personas que equivale al 40%,

indica que el Ministerio de Justicia si debe prohibir el ingreso de extranjero a nuestro país.

Por cuanto causan inseguridad ciudadana y zozobra he intranquilidad en el Ecuador

ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas si está de acuerdo que el

Estado por intermedio de los Ministros de Justicia debe regular el ingreso de extranjero al

Ecuador, ya que la inmigración del hermano vecino como es el caso de los colombianos, y

como ejemplo cuando los ecuatorianos desean viajar fuera del país le pone tantas trabaja a los

ecuatoriano independiente mente del pasado Judicial o certificado de antecedentes penales.

- 113 -

PREGUNTA OCHO

¿Considera Usted que el Sicariato ha crecido cada días más en el Ecuador por falta de empleo

y problemas económicos?

Si ( ) No ( )

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 80 personas que equivalen al 80%, indican que el sicariato

si va en aumento más por falta de empleo, y por problemas económicos, y 20 persona

encuestadas que equivalen al 20 %, indican que el sicariato aumentado por la falta de empleo

y de los graves problemas económicos de los gobiernos de turno. ANALISIS. El mayor

porcentaje de las personas encuestadas si saben que en el Ecuador no aumentado el

sicariato, por la falta de empleo, y que al no tener trabajo realizan los contratos de asesinar a

varias personas mediante el modelo del sicariato, y aún más en los actuales momentos va en

aumento el sicariato, por la grave crisis económico en toda América latina y que ha llegado

al Ecuador pro lo que es inevitable que no crezca el sicariato.

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 80 80%

NO 20 20%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 08

80

20

SI

NO

- 114 -

PREGUNTA NUEVE

¿Estima pertinente que se elabore una propuesta jurídica de reforma al régimen penal, dirigida

a garantizar el derecho a la vida de las personas; tipificado como delito el sicariato con penas

privativas de libertad de treinta a cuarenta años?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 90 90%

NO 10 10%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 09

90

10

SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 90 personas que equivalen al 90%, indican que no están de

acuerdo que se elabore una nueva propuesta, a la reforma del Código Integral Penal, y 10

persona que equivale al 10 %, indica que no están de acuerdo que se reforme el C.O.I.P. por

cuanto recién está en vigencia ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas

si está de acuerdo que los asambleístas reformen el COIP. Considerando que es la única

forma que se logre garantizar el derecho a la vida, aumentado la pena de 30 años a 40 años

de las penas privativa de libertad.

- 115 -

PREGUNTA DIEZ

¿Estima Usted que al sicario también lo denominan como máquina de la muerte?

Si ( ) No ( )

INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE

SI 60 60%

NO 40 40%

TOTAL 100 100%

CUADRO No 10

60

40SI

NO

INTERPRETACION

De las 100 personas encuestadas, 60 personas que equivalen al 60%, indican que al sicariato

se lo denomina como máquina de la muerte, y 40 personas que equivalen al 40 %. No está

de acuerdo que al sicario se lo debe denomine como máquina de la muerte.

ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas indican que si está de acuerdo

que al sicario se lo denomine como máquina de la muerte, y como conclusión se puede

indicar que la mayoría de los encuestados manifiestan que los grabes problemas

económicos internos, y la falta de empleo en el Ecuador y de toda América del Sur, es la

causante para el crecimiento del sicariato la misma que atenta contra la vida de las personas

- 116 -

CAPITULO III

LA PROPUESTA

DISEÑAR UN ANTE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO ORGÁNICO

INTEGRAL PENAL EN SU ART. 143 SOBRE EL INCREMENTO EN LA SEVERIDAD

DE LA PENA POR SICARIATO PARA GENERAR UNA POLÍTICA JUDICIAL PRO

GARANTIMOS PENAL; Y, FORTALECER AL ESTADO CONSTITUCIONAL DE

DERECHO Y JUSTICIA.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS.

En las últimas décadas el Ecuador ha sufrido profundas transformaciones económicas,

sociales y políticas. La Constitución, aprobada en las urnas, impone obligaciones inaplazables

y urgentes como la revisión del sistema jurídico para cumplir con el imperativo de justicia y

certidumbre. La heterogeneidad de los componentes del sistema penal ecuatoriano, incluida la

coexistencia de varios cuerpos legales difíciles de acoplar en la práctica, ha generado una

percepción de impunidad y desconfianza. Para configurar un verdadero cuerpo legal integral

se han considerado los siguientes aspectos:

CONSIDERANDO

Que, la Constitución en el artículo 1 Forma de Estado y Gobierno.- El Ecuador es un Estado

Constitucional de Derechos y Justicia, social, demoradito, soberano, independiente, unitario,

Intercultural, Plurinacional y Laico. Se organiza en forma de Republica y se Gobierna de

manera descentralizad. La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la

- 117 -

Autoridad, y se ejerce atreves de los Órganos del Poder Público y de las formas de

participación directa prevista en la Constitución. Los recursos naturales no renovables del

territorio del Estado pertenecen a su patrimonio inalienable, Irrenunciable he imprescriptible.

Que, la Constitución, en el inciso primero del artículo 424, señala que es la norma suprema y

prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico, y por lo tanto, las normas y los actos

del poder público deben mantener conformidad con las disposiciones constitucionales;

Que, la Constitución, de conformidad con el artículo 75, reconoce a las personas el derecho al

acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e

intereses, con sujeción a los principios de inmediación y celeridad, y que en ningún caso

quedarán en indefensión;

Que, el artículo 76 de la Constitución ordena que en todo proceso en el que se determinen

derechos y obligaciones de cualquier orden, como en los penales, se asegurará las garantías

que integran el debido proceso, garantías de la defensa para la persona procesada y garantías

para las víctimas, que deben ser canalizadas a través de la ley penal;

Que, la Constitución prescribe en el artículo 78 que las víctimas de infracciones penales

tendrán derecho a protección especial, a no ser re victimizadas, y a que se adopten

mecanismos para una reparación integral que incluya el conocimiento de la verdad,

restitución, indemnizaciones, rehabilitación, garantía de no repetición, y satisfacción del

derecho violado;

Que, de acuerdo con el artículo 80 de la Constitución las acciones por infracciones de

genocidio, lesa humanidad, crímenes de guerra, desaparición forzada de personas y agresión a

un Estado serán imprescriptibles;

Que, de conformidad con el artículo 76 de la Constitución, se debe establecer la debida

proporcionalidad entre las infracciones y las sanciones penales, deben existir sanciones no

- 118 -

privativas de la libertad, las que tienen que respetar los derechos de las personas y deben ser

impuestas mediante procedimientos adversa riales, transparentes, y justos;

Que, el derecho penal adjetivo debe garantizar la existencia de un sistema adversarial, que

cuente con fiscales que promuevan el ejercicio de la acción penal dentro de los principios y

fundamentos del sistema acusatorio, con defensoras y defensores públicos que patrocinen

técnicamente a las personas acusadas de cometer una infracción, y con juezas y jueces que

dirijan el proceso y sean garantes de los derechos de los participantes procesales;

Que, para cumplir lo dispuesto en el artículo 201 de la Constitución, es impostergable

modificar el actual Sistema de Ejecución de Penas por uno que tenga como prioridad el

desarrollo de las capacidades de las personas sentenciadas penalmente para ejercer sus

derechos y cumplir sus responsabilidades al recuperar su libertad, rehabilitándose y

reinsertándose en la sociedad;

Que, el sistema penal en su componente sustantivo mantiene tipos obsoletos, pues no

responde a las necesidades actuales de la población; en su componente adjetivo es ineficiente

y no ha logrado afianzar procesos justos, rápidos, sencillos, ni tampoco ha coordinado

adecuadamente las acciones entre todos sus actores; y, en su componente ejecutivo no ha

cumplido con sus objetivos y se ha convertido en un sistema burocrático y poco eficaz, lo que

justifica una reforma integral y urgente al sistema penal en su conjunto;

Que, la Asamblea Nacional de acuerdo con el artículo 84 de la Constitución, tiene la

obligación de adecuar, formal y materialmente, las leyes y demás normas jurídicas a los

derechos previstos en la Constitución e instrumentos Internacionales.

- 119 -

EN EJERCICIO DE SUS ATRIBUCIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES,

EXPIDE EL SIGUIENTE:

Ante Proyecto a la reforma al Código Integral Penal en su Art.143 sobre el incremento de

severidad de las sanciones por infracción Penal, que genere una política judicial

progarantismo penal, y fortalecer al Estado Constitucional de derecho y Justicia.

Art.1 Refórmese el Art.143.- Sicariato.- La persona que mate a otro por precio, pago,

recompensa, promesa remuneración u otra forma de beneficio, para sí o un tercero, será

sancionada con una pena privativa de libertad de treinta años a cuarenta años y acuerdo

reparatorio consistente en dos mil salarios básicos unificados. Igual sanción recibirá el autor

intelectual del hecho o contratante, y/o el cómplice, sin perjuicio de que se les aplique las

penas previstas para el juzgamiento de otros delitos tipificados en este mismo Código

Orgánico Integral Penal”.

Art. 2. Derógale todas las disposiciones que se opongan al texto propuesto. La presente

reforma se publicada en el Registro Oficial.

CONCLUSIONES.

- 120 -

La inmensa mayoría de asesinatos son con arma de fuego en casi todas las provincias

analizadas y que la mayor causa son los ajustes de cuentas.

Por su situación de ser ciudades ubicadas en la frontera con Colombia, Esmeraldas y Lago

Agrio. La primera es la ciudad con la más alta tasa de asesinatos y homicidios; por cada

100.000 habitantes e incluso es superior a las de Quito y Guayaquil. Siguiendo Manta, que

tiene muchos asesinatos, homicidios y la presencia de bandas de sicarios.

La figura delictiva del sicariato, no es nueva; sino que no ha sido tomada en cuenta como un

tipo penal, más bien vinculado como un simple asesinato.

RECOMENDACIONES

Considerando que el primer rasgo que predomina en la población evaluada es el límite, se

recomienda trabajar en el control de los impulsos, con el fin de lograr el autocontrol y

estabilidad de las áreas afectiva y comportamental.

Al ser la personalidad antisocial, el segundo rasgo que destaca en las PPL reincidentes, es

necesario trabajar en la aplicación de valores como es el respeto hacia los demás, la

honestidad, responsabilidad, así como también el control de los impulsos Trabajar con la

visita familiar de las PPL a fin de establecer mejores relaciones afectivas con el propósito de

estabilizar el plano emocional y conductual en estas personas. Incentivar a las PPL a realizar

las actividades educativas y laborales que brinda el Centro de Privación de Libertad con el fin

de mejorar el proceso de rehabilitación y de convivencia, tanto con autoridades como con los

compañeros, para que una vez en libertad esté capacitada y dispuesta a emprender un nuevo

estilo de vida.

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ANEXO

GRAFICOS

ASESINATO POR SICARIOS EN GUAYAQUIL EN LA PROVINCIA DEL GUAYAS

Hombre baleado afuera de hospital del IESS en Guayaquil El joven llegó a pedir

ayuda al hospital Teodoro Maldonado para huir de unos motorizados que

Presuntamente le habían disparado. El suceso ocurrió cerca de la 01:00 de este

viernes. Joven Con cinco impactos de bala fue victimado a las 23:00 del pasado

lunes Josué Ricardo Villacís Guaranda, de 27 años, en la cooperativa Carlos Castro,

en el Guasmo central.

ASESINATO POR SICARIATO EN MANTA

Pareja fue asesinada al estilo sicariato

Una pareja fue asesinada a tiros el pasado lunes cuando se movilizaban en una

camioneta en el barrio Hornillos, en la vía Macará-Zapotillo. Ciudadano asesinado al

estilo sicariato en Manta Milton Gonzalo Macías Mera, de 48 años, fue asesinado

con un disparo en la cabeza mientras libaba con un amigo.

ASESINATO POR SICARIATO EN BABAHOYO

BABAHOYO • La capital fluminense registró un nuevo hecho de sangre. Esta vez

Carolo Geovanny Parra Bajaña, de 38 años de edad, fue abatido al interior de su

vehículo cuando se encontraba estacionado al pie de la casa de su madre. Según

relataron moradores del sector eran las 21:30 cuando, Parra llegó a visitar a su

mamá y al detenerse un momento en su automotor, sujetos a bordo de dos

motocicletas aparecieron para dispararle por cuatro ocasiones huyendo de inmediato

sin dejar rastro. De inmediato salieron familiares del fallecido quienes al ver lo

ocurrido comunicaron a los miembros policiales; estos a más de realizar el

levantamiento de información que ayude a determinar lo ocurrido realizaron un

rastreo por la zona sin encontrar resultados. Esto mientras que Carolo, como era

conocido entre sus amigos fue llevado de emergencia hasta una Clínica de la

localidad donde solo se confirmó su deceso. Minutos más tarde entre gritos y llantos

de sus amigos y familiares fue dirigido hasta la morgue de Babahoyo Balazos letales

Arnoldo Romero, médico legista de Los Ríos, manifestó que al comprobar el estado

del cadáver pudo determinar que la muerte fue instantánea

ASESINATO POR SICARIATO EN QUEVEDO

ESCENA. Personal de Criminalística realizó el levantamiento del cadáver en El

Pantano

Quevedo

Una ráfaga de balas fue a lo que alertó a los habitantes del sector El Pantano

situado en la parroquia San Cristóbal sobre un nuevo hecho de sangre. Esta vez, el

crimen se registró a la altura de la calle Ángel María Zúñiga, cuando la víctima se

encontraba en una esquina y fue sorprendido por sujetos desconocidos. Lorenza M.

quien habita a unas tres cuadras del sitio, comentó que todo fue en un instante. “Yo

estaba viendo que iba a preparar para la merienda cuando escuché varios disparos

y observé que la gente salió corriendo de todos lados”, detalló la mujer. Agregó que

al salir se encontró con una fatal noticia. Allí estaba el cuerpo del joven Alex Villacís

Druez de 22 años de edad, quien desde hace un tiempo atrás se había ido a vivir a

otra ciudad con su esposa. Detalles los gritos y los lamentos rápidamente se

apoderaron de la zona. Al poco tiempo llegó Lisseth Zambrano, esposa del fallecido,

quien entre lágrimas y desesperación no entendía lo ocurrido. Ella mencionó que

ambos habitaban en el Cantón Yaguachi perteneciente a la Provincia del Guayas.

“Nosotros vinimos por fin de año, llegamos desde el día miércoles, él salió un rato a

visitar a su hermana que vive también en el sector El Pantano y fue de un momento

a otro cuando nos avisaron que estaba muerto”, dijo aún consternada. Sobre el caso,

testigos dijeron que habrían sido dos sujetos a bordo de una motocicleta quienes

dispararon contra Villacís. Una vez que detonaron varios disparos los individuos se

dieron a la fuga con rumbo desconocido. Posteriormente personal de la Policía

Judicial, Criminalística y Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes

Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros, (Dinased), llegaron al lugar de

los hechos. Tras recabar los indicios del crimen, trasladaron el cuerpo hasta la

morgue del cementerio general de Quevedo. Los familiares de la víctima realizaban

los trámites para llevar al cadáver hasta la ciudad de Santo Domingo. Por lo que los

Sicarios, el brazo armado del narcotráfico. Desde el 2004, según el experto, el

narcotráfico y sicariato se incrementaron en el país y que ahora el mundo es mucho

más inseguro

ASESINATO EN GUAYAQUIL LIDERA EL SICARIATO

Tres guerras causan muerte por encargo El sicariato en la costa Guayas En lo que

va de 2011, la Fiscalía ha receptado 147 denuncias por homicidios. De ellos, 89

corresponden al de estilo sicariato; 58 ocurridos La madrugada del 22 de junio de

2010, Juan Camilo Gañán Monsalve sufrió un atentado junto con dos compatriotas

colombianos, en el kilómetro 1 de la vía Perimetral, en Guayaquil. El extranjero logró

sobrevivir a seis balazos que recibió de presuntos narcotraficantes, cuando circulaba

en un auto alquilado, por el sector de Tres Bocas, mientras trasladaba a sus

coterráneos como parte de una ‘vuelta’ (trabajo) que había pactado en Quito, y del

que recibiría 1.000 dólares de pago. Aunque, inicialmente se lo consideró una

víctima más del hecho, la mañana de ayer fue sentado en el banquillo de los

acusados, frente a los jueces del tercer tribunal de Garantías Penales de Guayas:

debía responder a las acusaciones que le formuló el fiscal Julio Vacacela,

coordinador de la Unidad de Acción Inmediata. Esta fue creada ante la ola de

asesinatos en la provincia mediante la modalidad de sicariato, que en el año suman

89 casos, según registros de la prensa. De ellos 58 se produjeron en Guayaquil

(hasta el 28 de mayo), de un total de 147 denuncias de homicidios, presentadas en

la Fiscalía de la ciudad. Gañán fue enjuiciado por el crimen de Luis Eduardo Posada

Reyes y Jaime Restrepo Romero, quienes no sobrevivieron a los veinte balazos que

recibieron de una subametralladora calibre 3.80 otra arma de fuego rústica, siete de

los cuales impactaron en la cabeza del primero. El caso forma parte de los

expedientes que, desde inicios de este año tramitan los tribunales de Garantías

Penales de Guayas, por delitos de asesinato (la mayoría de ellos en la modalidad

sicariato), homicidio y sus tentativas. Según cifras de la Fiscalía, en lo que va de

2011, la justicia ha logrado dictar 100 sentencias por esos actos ilícitos, 77 de ellas

condenatorias, 22 absolutorias (no encontraron responsabilidad) y una mixta. De esa

cifra, 64 fueron por asesinato (51 condenatorias), 23 por tentativa de asesinato (9

absolutorias), 10 de homicidio y 3 por tentativa de homicidio. Solo en mayo, la

prensa registró 15 crímenes en manos de presuntos sicarios, 9 de ellos en la urbe

porteña. A decir del fiscal Jorge Blum, la movilidad delictiva que genera el sicariato,

especialmente en Guayaquil, se desenvuelve mediante tres guerras. La una

generada por pandilleros, particularmente Latín King y Ñetas, como parte de un

enfrentamiento tradicional en el que disputan el control interno de la pandilla.

“Después de que mataron a (José Luis) Noboa, que era líder de los Ñetas, se están

peleando ese liderazgo”, señala el fiscal, al estimar que quien llegue a ese sitial

recibiría entre 30 a 50 mil dólares mensuales, por las cuotas que cada Ñeta entrega

a la agrupación. A ese enfrentamiento, suma una guerra por disputa del territorio.

Cada pandilla defiende su sitio de operación. La segunda guerra es la que se genera

entre la delincuencia común, a través de los líderes de las bandas, que están presos

en la Penitenciaría del Litoral. “Estos dominan el interior y exterior del reclusorio, por

ejemplo, los Poveda, Choneros, Queseros, Luciano, Ramírez. Esas bandas también

se disputan territorio como el Guasmo, Isla Trinitaria, Malvinas para los robos y

distribución de la droga”, explica Blum. La tercera guerra es la que libran los

narcotraficantes (nacionales o extranjeros) y que ha hecho que Ecuador deje de ser

un país de paso de droga -proveniente de Colombia y Perú- y se vuelva un

productor. “Se disputan estos espacios los peruanos en Durán, por ejemplo, y en el

norte y sur de Guayaquil, los colombianos. Estos también se unen con ecuatorianos

para la producción nacional, ya han encontrado hasta laboratorios en sitios

cercanos”. El rechazo de la droga que queda es la que se expende a las bandas y

pandilleros, según el fiscal, lo que enlaza a las tres guerras. “Como hay pelea de

territorio en los tres, hay muertos, hay asesinatos, tipo sicariato. ¿Por qué se dan?,

porque son sapos por el no pago de la droga, pero esos traficantes también hacen

préstamos y vemos mezclado el chulco con droga y robos”. El fiscal Julio Vácacela

coincide con su compañero Blum. De las investigaciones que ha realizado en ese

tipo de casos, ha observado que muchos de ellos tienen que ver por disputa de

territorio. “La Policía utiliza el término de ajuste de cuentas cuando las personas

tienen antecedentes delictivos; yo sí he observado que las peleas que tienen es por

la disputa de los territorios, por discrepancias que surgen entre esos grupos que se

dedican al expendio de droga”, explica el funcionario. No obstante, señala que hay

casos de personas que han cometido muchos actos delictivos, como por ejemplo, el

asesinato de un ciudadano en la Isla Trinitaria de apellido Alcívar, quien tenía 13

detenciones. “Cuando ocurren estos casos (es porque) se han ganado muchos

enemigos y puede ser por alguna venganza. No solo es ajustes de cuentas”, recalca.

En la mayoría de hechos, los investigadores no han podido establecer la identidad

del autor material o intelectual del crimen. Sin embargo, Vácacela asegura que la

Unidad que coordina ha logrado establecer en algunos expedientes quiénes son los

responsables e inclusive han podido obtener órdenes de detención que van

ejecutando de a poco. “Pero sí tenemos casos, especialmente esos grupos que

disputan territorio por la venta de droga, que son los que más se están matando”,

afirma. Pero la poca colaboración que existe, especialmente de la familia de la

víctima, frena en gran medida el proceso investigativo. A decir del fiscal, inclusive

cuando tienen a los acusados en audiencia de juzgamiento, muy pocas veces se

presentan los familiares, lo que debilita el juicio. Se presume que existe temor a

correr la misma suerte del fallecido. El interesado solo llega a presentar la denuncia

y de ahí desaparece. Yo sí he observado que hay muchos casos en que las peleas

que tienen (las bandas) es por la disputa de los territorios, por discrepancias que

surgen entre esos grupos que se dedican al expendio de droga. Julio Vácacela.

SENTENCIADO POR ASESINATO AL ESTILO SICARIATO

Recibieron sentencia autores del asesinato de mujer, en cangrejal de Guayaquil

el 27 marzo, 2015 el Primer Tribunal de Garantías Penales del Guayas, condeno a

26 años de prisión a los procesados Jesús Felipe C. C. y Jonathan Agustín G. S.,

por el delito de homicidio en calidad de autores materiales, luego de que la

Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones,

Extorsión y Secuestros (Dinased) de la Policía Nacional pudo demostrar durante la

etapa de investigación que las dos personas aprehendidas eran responsables del

crimen de la señora Susana Beatriz M. R. de 25 años de edad, hecho ocurrido el 24

de septiembre del 2014 en un cangrejal, ubicado en la avenida Isidro Ayora, en el

norte de Guayaquil.

Antecedentes

Siendo las 19h00 del 24 de septiembre del 2014, la víctima llegó en compañía de

una mujer y dos niños al local situado en sauces 6, al norte de la ciudad. Poco

después ingresaron dos sujetos en una motocicleta, los mismos que se acercaron a

la mesa donde estaba Susana Beatriz M. R. y dispararon dos tiros que le causaron

la muerte, fugándose en el mismo automotor.

Investigaciones

Los equipos humanos y técnicos de Sección de Delitos Contra la Vida y Muertes

Violentas, de la Dinased, ejecutaron inmediatamente un análisis de la escena del

crimen, recogiendo testimonios que permitieron dar con el paradero de Jesús Felipe

C. C., (alias Pepe flow y Jonathan Agustín G.S., (alias Yuca).

Durante el tiempo de la investigación se realizaron varias pruebas técnico-científicas

como el cotejamiento balístico (IBIS), correlación de llamadas telefónicas,

identificación de los sospechosos por medio de la cámara de Gessel y

reconstrucción del lugar de los hechos, con todos los implicados en el caso.

Redacción Guayas.

CONTROL DE MOTOCICLISTAS DE PARTE DE LA POLICIA NACIONAL A FIN

DE EVITAR ASESINATOS POR SICARIATO QUIENES SE TRANSPORTA EN

MOTOS.EN TODA LA PROVINCIA DEL GUAYAS Y SANTA ELENA

LA POLICÍA PLANTEA MODIFICAR LA NORMATIVA DE CIRCULACIÓN DE

MOTOCICLETAS

Guayaquil. Lenin Bolaños, comandante de la zona 8 de la Policía Nacional,

presentará en los próximos días, a los alcaldes de Guayaquil, Durán y

Samborondón, una propuesta para que se modifique la Ordenanza municipal donde

se regule los horarios de circulación de las motocicletas, con el fin de aumentar los

índices de seguridad. Bolaños manifestó que es un tema de interés ciudadano.

“Solicitamos que las motocicletas circulen con restricciones en un horario que puede

ser 18h00, hasta las 06h00”.

Con esta medida se busca frenar los hechos violentos cometidos desde este tipo de

transporte. “El modus operandi de estos sujetos es actuar entre dos personas, uno

de ellos conduce y el otro apuntan con el arma al perjudicado y le arrebata sus

pertenencias, para luego huir a toda velocidad”, explicó William Aguilar, coordinador

de la Fiscalía de flagrancia.

Santa Elena

El Concejo Autónomo Descentralizado de la Libertad, en la Provincia de Santa

Elena, tiene en mesa una posible normalización para quienes transiten en

motocicleta, entre los temas a regular estaría el que solo una persona pueda viajar

en este tipo de automotor.

CRÍTICAS A VERSIÓN OFICIAL DE “AJUSTE DE CUENTAS”

Una señora de media edad se asoma a la puerta de su vivienda, una villa de dos

pisos resguardada por barrotes, a medio camino de un callejón adornado por un

parque. Desconfiada, la mujer suelta un par de frases con desgana. “No hemos

puesto la denuncia y no tenemos nada más que decir. Que Dios los bendiga”. En

este sector del Suburbio oeste de Guayaquil los extraños son vistos con recelo. En

esa casa habitaba José Albino Pesantez, acribillado en el interior de una camioneta,

en el sector de La Prosperina (norte de la urbe) el pasado 4 de abril. El hombre de

36 años estaba acompañado de Félix Rodríguez Aguayo, de 34, y de Kevin Castillo,

de 17. Según testigos, dos desconocidos dispararon contra los tres y luego huyeron

en otro vehículo. En el barrio donde vivía Pesantez los vecinos prefieren

desentenderse del hecho. La mujer tras la puerta, familiar del fallecido, pide no

seguir preguntando. Dos días después de aquel hecho, en la rueda de prensa del

Consejo de Seguridad Ciudadana del Guayaquil, el Gobernador del Guayas, Roberto

Cuero, y el comandante del Distrito de la Policía de Guayaquil, Ramiro Mantilla,

adujeron que el crimen pudo tratarse de ‘ajuste de cuentas’. Cuero repartió un

boletín estadístico para enfatizar esa hipótesis. Los dos adultos acribillados tenían

antecedentes, por supuesto robo calificado y tenencia ilícita de armas, según el

documento. Para el Gobernador, gran parte de los asesinatos “que conmocionan” en

Guayaquil tienen que ver con ‘ajustes de cuentas’. Sugirió que estos hechos son el

resultado de la lucha contra el narcotráfico. “Esto es público, cada vez que hacemos

un decomiso grande de droga, después de una semana o dos, ocurren este tipo de

hechos. Esta no es la excepción”. El martes pasado, durante una visita a Guayaquil,

el ministro del Interior, Alfredo Vera, se sumó a la hipótesis de que las muertes se

producen así. “En muchos casos las personas que han sido asesinadas por medio

del sicariato, son gente que tiene cuentas con la justicia. Se dice, entre el medio

delincuencial, que un sicario comete un delito y huye del país. ¿Cómo se descubre

quién ha sido (el autor)?”, señaló el funcionario. El adolescente que murió en el

tiroteo, en el sector la Prosperina, vivía a pocas cuadras de la casa de Pesantez. En

el barrio nadie habla de la muerte del menor. El dueño de un local advierte, entre

dientes, que no son bienvenidos “los curiosos que andan preguntando”. En

Guayaquil se registraron 615 homicidios entre enero del 2010 y el pasado 22 de

abril, según datos de la Fiscalía del Guayas. Según las estadísticas de la Policía

Judicial, de los 105 asesinatos ocurridos entre enero y el 28 de marzo pasado, el

37% de las víctimas registraba antecedentes. Desde el lado de los organismos de

Derechos Humanos, se cuestiona que se justifiquen los crímenes al tratarlos como el

resultado de ‘ajustes de cuentas’ entre bandas delictivas. “Estamos muy

preocupados por las declaraciones de autoridades de Policía y de Gobierno. Es

como justificar aquello de que quien a hierro mata, a hierro muere”, cuestiona Billy

Navarrete, secretario ejecutivo del Comité Permanente de Defensa de los Derechos

Humanos (CDH). El activista recordó que en su informe del 2010 sobre Ecuador, el

relator de las Naciones Unidas para las Ejecuciones Extrajudiciales, Phillip Alston,

sugirió que ese término para categorizar a los delitos violentos debería ser

eliminado. En Guayaquil, la Unidad de Delitos Contra la Vida está a cargo de 10

fiscales. Una de los agentes, la fiscal Luz Paz y Miño, dice que de las alrededor de

400 denuncias que llegaron a su despacho en el 2010, unas 50 se resolvieron. A su

criterio, los asesinatos en los que se presume venganza entre agrupaciones

delictivas son los que no se resuelven. Lo justifica por la falta de colaboración de las

familias de las víctimas. “Cuando hay la hipótesis del ajuste de cuentas, los

familiares no se acercan. Y si vienen, no aportan nada. Así no se puede investigar”.

La funcionaria manifiesta que, de los homicidios que están a su cargo, al menos el

70% se presentan bajo dicha figura. En ese sentido, Navarrete dice que el alto grado

de impunidad de las muertes en Ecuador es constante los últimos años. “Esos

crímenes violentos quedan usualmente sin investigación, aunque existan parientes

que reclaman justicia” manifestó. Gisela Moreira León, directora de Seguridad del

Guayas, una dependencia del Ministerio del Interior, señala que el tema de las

muertes violentas se puede trabajar desde la prevención. “Conociendo ya las

estadísticas, de dónde se producen los actos violentos, con esos datos trabajaremos

en la prevención”. Ella respalda la hipótesis de que detrás de los crímenes violentos

está el ‘ajuste de cuentas.