Exposición Nuclear en CUNL

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U MENTÓ AL SUBSIDlO : DE LA U · NIVERSIDAD Un Millón 250 Mil Pesos Otorga el Estado a Nuestra Casa de Estudios ll N millón 250 mil pesos de aumento estatal al subsidio de la Universidad de Nuevo león se incluye en la ley de Egresos del Gobierno del Estado, con lo cual se au. nta a cerca de siete millones la suma que gasta el Estado pa. nuestra Casa de Estudios. Por otra parte, se tiene conoci- oüent o que el subsidio del Go- iÑcmo Federal se elevará a dos mi- fone, ;o mil pesas, en lugar de uno. con lo•que unido a los ingre- par concepto de cuotas oscola- JU y otros servicios, la Universi- dad de :\"uevo Le6n dispondrá .Je CICtca de once millones de presu- puesto Sobre d particular el Rector di- jo que una buena parte de estos aumentos se destinarán a mejorar Jos-sueldos de los maestros, a la ad- quisición de material escolar, de laboratorio. biblioteca y a mejorar b edificios. ------------ Exposición Sobre Energía Nuclear en CUNL D . E acuerdo con los prepara. tivos que se están realizan- do, a partir de la próxima semana se instalará en terrenos de Ciudad Universitaria la expo- sición de energía nuclear que co- mo parte de un ciclo de activida- des académicas específicas, ofre- cerán en esta ciudad maestros 1 catedráticos del Instituto Nacio- nal de Euergía Nueclear, bajo e( patrocinio de la Universidad '- Nuevo León. - VIII Semana de la Enfermera SEMANA DE LA ENFERMERA.-El Ing. Noé C. Elizondo, en nombre del Cobernador del Estado declaró el día, 3, en la noche, inauguradas las actividades de la VIII Semana de la En- fennera en el Aula Magna.- Lo acompañan, en la foto, los doctores Rodolfo González G., Apo. lonio Vallejo Tte. Cml. y Dr. Manuel Viera Ortega, Gral. Pablo Gómez Salinas M.C. y Ma. de Jesús Candi; V da. de Moreno, Presidente de la Asociación de Enfermeras de Nuevo León A. C. 6 Millones Para el Hospital "J. E. González" D E acuerdo con las posibili- dades del erario estatal, en la nueva Ley de Egresos crel Gobierno del Estado se inclu- ye un aumento al subsidio del Hospital Universitario que le per- mite elevar la participación ofi- cíal a la suma de seis millones de pesos, la cual se considera insufi- ciente para resolver los proble- mas económicos que confronta dicho establecimiento. Sin embargo, el director activa- gestiones ante el Gobierno Fe- deral con . el fin de procurar un aumento en el subsidio federal, que es muy modesto. De los EE. UU. SEMANARIO INFORMATIVO Y CULTURAL AUSPICIADO POR El PATRONATO UNIVERSITARIO DE NUEVO LEON Autorizado como corrtSpondcncía de Zda. Clase en la Administrca.ión de Corrcoe de Montc:m:y, N. L., el 16 de abril de 1951. ENERO 6 DE 1960 · 45 9 MONTERREY, NUEVO LEON, MEXfCO AÑO vm MATAMOROS 107 PTE. Becas para Maestros Mexicanos El Departamento de .i,,~._.o, t:n cooperac,on con el Departamento 4e Educación de los Estados Unidos de América comm1i II la Uni- versidad de Nuevo León por conducto del señor Cónsul Darrel D. Car- ter, que ofrece un número de beéas para el año 1960 (en 1959 se otorga1'on 12 becas de acuerdo con este programa) a maestros, ins- pectores y director es de educación m1>xicanos, para C111'SOS espooiales Y seminarios en instituciones de enseñanza superior en los EstadM Unid08, y para visitar centros educativos y observar sistemas y méto- dos escolares. Estas becas se otorgan en las siguientes actividades: ~*· ' 'filli L ~' ~ · ' EDUCACION PRIMARIA: Metodología, útiles de ense- ñanza , cursos y su contenido, educación rural, guarderías, kindergartens y educación fi- sica. trucción, observación de cla- ses. ESCOLAR: Selección, uso y comparación de las técnicas de inspección, problemas ad- ministrativos, planes de e:stu- dio, estadística, adiestramiento de maestros en funciones, re- laciones entre la escuela y la comunidad, servicios escolares, proyectos de edificios, presu- puestos y funcionamiento de escuelas. 6. CIVILIZACION NORTEAME- RICANA: Proyecto especial (SrGUE EN LA PAGINA 12) ' ~- "v ~( .DcOLTA.-La Bandera Nacronal presidi6 la ceremonia inaugu- ral de la Vill Semana de la Enfermera el lunes 3 de enero ao- lual en el Aula Magna de la Universidad.- Formaron la Escolta 1 la Bandera las señoritas Ma. del Carmen Niño, Obdulia Alejo Noyola y la señorita Triana. 2. EDUCACION SECUNDARIA: Metodología, útiles de ense- ñanza, materias y su conteni- do, educación rural y fisica. l. EDUCACION VOCACIONAL: Olientación vocacional, artes industriales, a di e stramiento comercial, agricultura voca- cional, economla doméstica. 4. ENSEJ.ll"ANZA DEL INGLES COMO SEGUNDA LENGUA: Métodos de enseñanza del in- glés en todos los años escola- res, útiles auxiliares audiovi- suales, problema¡ de la ins- 5. INSPECCION Y DIRECCION FELIZ AÑO 1960 Al iniciarse el pre,·ente aiio de rq6o VIDA UNIVERSITARIA hace llegar a todos sus suscriptores, anunciantes, amigos y favorecedores, los más feruientes uotos por su prosperi- dad y bienestar personal, y ratifica una vez más su de;eo de promot1er el acercamiento cultural de todos los pue- blos de América y en espeáal del pueblo mexicano.

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U MENTÓ ~ AL SUBSIDlO: DE LA U·NIVERSIDAD Un Millón 250 Mil Pesos Otorga el Estado a Nuestra Casa de Estudios

ll N millón 250 mil pesos de aumento estatal al subsidio de la Universidad de Nuevo león se incluye en la ley de Egresos del Gobierno del Estado, con lo cual se au.

nta a cerca de siete millones la suma que gasta el Estado pa. nuestra Casa de Estudios.

Por otra parte, se tiene conoci­oüento que el subsidio del Go­iÑcmo Federal se elevará a dos mi­fone, ;o mil pesas, en lugar de uno. con lo•que unido a los ingre­

par concepto de cuotas oscola­JU y otros servicios, la Universi­dad de :\"uevo Le6n dispondrá .Je CICtca de once millones de presu­puesto

Sobre d particular el Rector di­jo que una buena parte de estos aumentos se destinarán a mejorar Jos-sueldos de los maestros, a la ad­quisición de material escolar, de laboratorio. biblioteca y a mejorar b edificios.

------------Exposición Sobre Energía Nuclear en CUNL

D. E acuerdo con los prepara. tivos que se están realizan­do, a partir de la próxima

semana se instalará en terrenos de Ciudad Universitaria la expo­sición de energía nuclear que co­mo parte de un ciclo de activida­des académicas específicas, ofre­cerán en esta ciudad maestros 1 catedráticos del Instituto Nacio­nal de Euergía Nueclear, bajo e( patrocinio de la Universidad '­Nuevo León.

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VIII Semana de la Enfermera SEMANA DE LA ENFERMERA.-El Ing. Noé C. Elizondo, en nombre del Cobernador del Estado declaró el día, 3, en la noche, inauguradas las actividades de la VIII Semana de la En­fennera en el Aula Magna.- Lo acompañan, en la foto, los doctores Rodolfo González G., Apo. lonio Vallejo Tte. Cml. y Dr. Manuel Viera Ortega, Gral. Pablo Gómez Salinas M.C. y Ma. de Jesús Candi; V da. de Moreno, Presidente de la Asociación de Enfermeras de Nuevo León A. C.

6 Millones Para el Hospital "J. E. González"

D E acuerdo con las posibili­dades del erario estatal, en la nueva Ley de Egresos

crel Gobierno del Estado se inclu­ye un aumento al subsidio del Hospital Universitario que le per­mite elevar la participación ofi­cíal a la suma de seis millones de pesos, la cual se considera insufi­ciente para resolver los proble­mas económicos que confronta dicho establecimiento.

Sin embargo, el director activa­rá gestiones ante el Gobierno Fe­deral con .el fin de procurar un aumento en el subsidio federal, que es muy modesto.

De los EE. UU.

SEMANARIO INFORMATIVO Y CULTURAL AUSPICIADO POR El PATRONATO UNIVERSITARIO DE NUEVO LEON Autorizado como corrtSpondcncía de Zda. Clase en la Administrca.ión de Corrcoe

de Montc:m:y, N. L., el 16 de abril de 1951.

ENERO 6 DE 1960 · 45 9 MONTERREY, NUEVO LEON, MEXfCO • AÑO vm MATAMOROS 107 PTE.

Becas para Maestros Mexicanos El Departamento de .i,,~._.o, t:n cooperac,on con el Departamento

4e Educación de los Estados Unidos de América comm1icó II la Uni­versidad de Nuevo León por conducto del señor Cónsul Darrel D. Car­ter, que ofrece un número de beéas para el año 1960 (en 1959 se otorga1'on 12 becas de acuerdo con este programa) a maestros, ins­pectores y directores de educación m1>xicanos, para C111'SOS espooiales Y seminarios en instituciones de enseñanza superior en los EstadM Unid08, y para visitar centros educativos y observar sistemas y méto­dos escolares.

Estas becas se otorgan en las siguientes actividades:

~*· ' 'filli L ~'~· ' EDUCACION PRIMARIA: Metodología, útiles de ense­ñanza, cursos y su contenido, educación rural, guarderías, kindergartens y educación fi­sica.

trucción, observación de cla­ses.

ESCOLAR: Selección, uso y comparación de las técnicas de inspección, problemas ad­ministrativos, planes de e:stu­dio, estadística, adiestramiento de maestros en funciones, re­laciones entre la escuela y la comunidad, servicios escolares, proyectos de edificios, presu­puestos y funcionamiento de escuelas.

6. CIVILIZACION NORTEAME­RICANA: Proyecto especial

(SrGUE EN LA PAGINA 12)

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~

.DcOLTA.-La Bandera Nacronal presidi6 la ceremonia inaugu­ral de la Vill Semana de la Enfermera el lunes 3 de enero ao­lual en el Aula Magna de la Universidad.- Formaron la Escolta 1 la Bandera las señoritas Ma. del Carmen Niño, Obdulia Alejo

Noyola y la señorita Triana.

2. EDUCACION SECUNDARIA: Metodología, útiles de ense­ñanza, materias y su conteni­do, educación rural y fisica.

l. EDUCACION VOCACIONAL: Olientación vocacional, artes industriales, a di e stramiento comercial, agricultura voca­cional, economla doméstica.

4. ENSEJ.ll"ANZA DEL INGLES COMO SEGUNDA LENGUA: Métodos de enseñanza del in­glés en todos los años escola­res, útiles auxiliares audiovi­suales, problema¡ de la ins-

5. INSPECCION Y DIRECCION

FELIZ AÑO 1960

Al iniciarse el pre,·ente aiio de rq6o

VIDA UNIVERSITARIA hace llegar a todos sus suscriptores, anunciantes, amigos y favorecedores, los más feruientes uotos por su prosperi­dad y bienestar personal, y ratifica una vez más su de;eo de promot1er el acercamiento cultural de todos los pue­blos de América y en espeáal del pueblo mexicano.

,, MIE.R.COLES , DE ENERO DE 1960

MIUOOU,S , DE ENEJO DE 1~ '1

• • •

Galería . lf.NIVEBSITABIA sinuoso ca1111no· • de Bal§ac

l11g. Cls• uzo Hino;os•

Ing. César Lazo Hinojosa

E L lnl'. César Lue Hiao,je­sa es oriundo de Monte­rrey, N. L, donde Jtll4lió el

illía 2 de febrero 4le 1931. , Bise •1111 primeros estudios en Ja El¡. eueJa ·"lieón Guzmán" y Seeun­daria No. 1, de esta misma ciu­dad; pasó posteriormente a Ja Escuela Diurna de BacbilJeres de la 1J1fr,ersi1lad de Nue\lo León y .i.- alli a Ja Facultad de Ingenie­ria CiYiJ cte Ja misma Uni\ler&i• 4MI ,4lende completó sus eriudi09 )lll'Ofe9io....., I09 añot titl 18U a lHS. .Keeieió el titulo e&rre#JIOll­diente eea fecha SO de man.o lle 186&; 1111 tesñt reeepeie~ 1-: "'DIS~O Dl.l UN PUENTE PRB-1:8.FOBZADO SOBRE EL BIO SANTA CATARINA".

TBUCl'URAS DE CONCRETO, PUENTES, GEOMETIUA DF,S. CRJPTIV A, MECANICA ANALI­TICA y CALCULO PRACTICO en la Facultad de Ingeniería Ci­l'iL De est;as materias tiene a su cargo en la actualidad sólo las de ESTABILIDAD EN LAS CONS­T R U C C 1O NE S y PUENTES, sienmi además Consejero Maestro por 1$ Jni-m• Facultoo.. E.n l!t._55-66 fue Secretario de la Escuela.

Fue ProfMOr en los eursee lle erientaeión ~ bllebiJJeree ,ue N impa.rten en el verano.

En el rame de III prol,asió11 eo­lMeré ea-el~ 4lel ~ de la Faeeltad Ñ Dereello tle Ja Universidad, 7 • actualmente Je­fe del Departamente Ñ Dieei.e

. '

por ALFONSO RANGEL GUERRA

E L biógrafo siempre pisa un terreno difícil, La vida de su personaje le plantea mil problemas que no siempre resuelven el archivo o el dato histórico, y se verá pre­

,_. a utilizar los caminos secr~tos de la intui~ión y de la ,.;a creación. De ahí que la biografía se considere un gé­... montado sobre la historia y la literatura, pues de ambas

necesita para cumplirse.

Hon()f'ate de Balz#

Cuando el biografiado es • fue un escritor los elementoa para atraparlo son más abun­dantes, ya que en su obra po­drán encontrarse los hilos con­ductores que llevarán a aque­lla existencia, pero no por eso puede afirmarse que los pro­blemas son menores. El ejem­plo típico es .Honorato Balzac. -ese fabuloso novelista francé1 del sjglo xix que dejó una obra tan grande que se nece-­sita trazar un verdadero iti• nerario si se pretende estu­diarla y encontrarle todos sus recovecos. Balzac es uno de 101 cami_nos más sinuosos que pue­de transitar el crítico o histo­riador de la literatura, no tal\4

ID porque sus novelas sean oscuras y _difíciles, sino porque al 1 tRbar en contacto con La comedia humana se penetra a uii _ IIINldo poblado por mil y un personajes que encarnan la gran­~ y servidumbre del género humano en todas las escala1

Treviño . ,odofes, en todas las actividades y en todos los ambientes de i-11 Francia del siglo pasado.

1 Jaime Torres Bodet, siguiendo con paso seguro ese camino

fncioso, nos entrega un estudio de Balzac que se caracteriza lng. Rajael Serna • prilJclpafmente por dos aspectos que a nuestro parecer son los

OllNTJIO INTEBAMEB 1 € A No . euJtatl lle A&Nnemi&; .... ihacen valioso: primero, por la· claridad con que separa O RIQINABIO 4e e.ta eiu-. dad de Monterrey, -W el

día l• .-e enero de 1&30. &IS primeros estudiet hH~ lttvé a eah en la Escuela "Fernáncles de Liau-di" y SeelQldaria Núra. lino, puando luego a la Eseu.ela Diur­na tle Baebilleree de la Univerei­dad de Nuevo .Leén, derule ilermi­nó la preparatoria. Sut¡_ estudios profesionales los reaJillé en la. Faeultad de Ingeniería Civil en el · periodo de 1948 a 1953, reeibiendo el titulo . correspondiente een fe­eba 17 de diciembre d6 1966.

En l95t ingresó a la Faeul&ad de Ciencias de la UnivenicJIMI de Nuel'o León. reeibiendo ea 1911'1 tí­hJe de Ueeneiado en MatemAti­.,.._

Sioe..t. ya maestre uaiYenita­rie fue bec,ado por el BAN()O B"E IIEXIOO, 8. A., 7 la UaívenWad 4e .JJJu.vo Leó11 pua baeer eetu­llles '·~"" .. , . .,,. _ ·~~~ .

•• :t:N~ANZA DIJ l!lSTADIS- .te .&LGllBJU, Gl.lOIIJ:'l'"aU pas de la vida del novelista, trabajo no exento de com-TIC-A. IOOONOMJCA FINANCIE- ANALITICA Y CALCULO ~ nes que realiza con la mano firme del que conoce et BA, 11ea tlede e11 Santi&l'o de BEN~AL ea lu EecuelM .... e maneja; y segundo, por la forma en que nos presenta ~b:'to la ."'!'11::=e::1: 11

'~:: :=eto~':;; :: ::.!ueae ':..--;- najes claves .de l«:- comedia hum?".ª• a través de _los maestre de esas materias ea 1a eas. , évéi1et podemos apreciar diversas caractensflcas de la creación

. Faeultacl de Economía 7 en la En_ eooperaeión eoa el ara. ~ciana. &ieuela 4le Matemát.ica&. ROBERTO TREVflQ-O GOJa&. ¡ Como en esa magnífica Trayedoria de Goethe que nos de-

Su labor cerno maestro uni\ler- LEZ elaboró para servir .. ta• ·...._Alfonso Reyes donde Carlota de Stein Ulrica Mariana Be-9itario puede r,e11eñane eomo 11i• to en las preparatoriu ... /l!L"' ' ' ' ' gue: Profesor de ALGEBRA su- "'Apuntes de Geometría Alllllti- ~IIIIICI Brentano y otras ilustres figuras femeninas sirven para PERIOR, CALCULO DIFEREN- ea" que, editados por Ja U..... "9Ulr la huella del genio alemán, aquí seguimos al novelista CJAL, CALCULO INTEGRA L, llidad, se utilizan basta la ,.., hnc. en su azarosa vida cruzándonos con las mujeres que IDDRA.ULICA Y ESTABILIDAD Fue Profesor fundad?r • 111: fo Impulsaron y animaron desde su ·1uventud hasta la muerte. EN LAS CONSTRUCCIONES, en Facultades de Agrononua e llp- · la -la Paeultad de Ingeniería Civil; Jlierla Meeánia. En 1a artccMt1 · . maternal Madame de Berny lo ayuda; la senora de Abrantes H.estre de plllDta ea la Eseuela " Director de la E8euela .. • . , lo ro~ solícita pero exigente; Madame de Castries juega con 4le lla&emátk-u, llependieate de temátieas. • .a, María, relegada y un poco lejos de la luz que irradia Bal-:. F== .!: =n':s ~ ~~ ; = • -, le da el orgullo de la paternidad; la Condesa Hanska lo rias: ANALISIS ECONOMIOO. 1, HONTI!lRJllff y a 1a ~ 111C111tiene cerca con una correspondencia que dura varios lus-ANALI818 ECONOIOOO-B 7 ES- HATEMA'DCA JI.EXICAJU. Iros y culmina en el matrimonio; y desde lejos, su amiga Zulma TADISTICA GENERAL; Prof_, Carraud lo aconseja y trata de frenar los desmanes y locuras

Bise estudios .te postgl'Mluado en la Universidad de Purdue, ea Lafayette, IAd., U.S.A., ~r espa.­eie de Ull aiie, U m&teM de Jl:S.. i'BUCl'UBAS.

· -··--·•--'"" ..... ·- •~- ..,,,,_ B. l. O. que este hombre cometió siempre. Escila y Caribdis de Balzac, mujeres indican su fumbo y st¡1ñalan el paso, sin que los ezos ni los peligros a que io exponen hagan desmayar su

pósito de alcanzar lo que siempre pretendió. "¡Cuatro hom­habrán tenido una vida inmensa -escribe Balzac a Eve­Hanska en 1844, a los 45 años de edad-: Napoleón, Cu-

d.e Ja Oficina Técnica dlel Jng. •r• _■ -■ _■ _■ _■ _■_• _■ _• _• _., _.;. ___ -_-_-_-_______________ _:..;.;_..:..;,=:=:=::::=:=:=::;:;~ JOflé Enri,ue Arriaga.

Pertenece al COLEGIO l)E JN.

Su boja de 11ervieios eomo maes­tre aniveni&arie • la f!igviea&e: PNlesoJ,' tle ESTABILIDAD EN LAS CONSTRUCCIONES, llS-

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E O'Connell, y yo quiero ser el cuarto! El primero vivió la de Europa: se inoculaba ejércitos. El segundo se desposó

la tierra. El tercero encarnó a todo un pueblo. Yo habré do, dentro de mi cabeza, a toda una sociedad" .. . (p. 41)

~neo años después moría. Había cumplido ese deseo y aho-(!iia _., nombre acompaña al de los grandes del siglo xix.

Pero si las mujeres nos guían en la vida del novelista, los najes masculinos son los qve señorean en La comedia hu­y son los que toma Torres Bodet para realizar el estudio

ese monumento de la ficción novelística que es la obra de lzac. "El subsuelo", "La galería de los ángeles" y "El piso

hombre" son los tres estratos en que divide Torres Bodet la ia humana. En .el subsuelo reina Vautrin, figura de mal- '

~ a la que Baizac nunca torció el camino. Ha ce y deshace, z6 ante los ojos maravillados de su propio autor, que ve

actúa este individuo que sacrifica vidas y destinos, apa­y desaparece en varias "reencarnaciones" y por último se

:lit vierte de perseguido en perseguidor, al ingr<;sar a fa policía. ._ la galería de los ángeles, Adelina Fischer, Eugenia Grandet 'Y Josefina Claes representan la bondad y el sacrificio. "De es­... ~ngeles está hecho, en su mayor parte, el p~aíso de La co-lledta humana. ¡Sombrío y trágico paraíso! La bondad no ~rece en él sino custodiada por el dolor y asumiendo el pa• """ de víctima" (p. 138). Por último, el piso del hombre es ha-

. t ,-,,1 {SIGUE EN LA PAGINA 10)

~ por Ja(me Torres Bodet. Breviario No. 149 del Fondo de -..tura Económica. México, 1959.

Alfonso Reyes

L A noticia de la muerte de Alfonso Reyes. por lo inesperada, me sorprendió inerme la mañana del día 28 de diciembre en

este suMonterrey nativo a mil kilómetros do ese México, la "región más transparente del ai­re,. que como él sabía y decía "le iba a quitar la vida... Una semana antes había recibido yo su última carta en la cual me agradecía cariño, samente un breve comentario mío sobre su úl­timo libro LA FILOSOFIA HELENISTICA que yo había publicado en VIDA UNIVERSI­TARIA; en esa misma carta me anunciaba el envío de un libro suyo EL DESLINDE detrás del cual andaba yo desde hacía mucho tiempo. Y, en efecto, creo que fue el día 22 ó 23 de diciembre pasado, cuando llegó a mis manos, con una dedicatoria que, no pensaba yo, iba a ser la última. En su carta Alfonso Reyes me hablaba de "este tortuoso camino que es la jor­nada del escritor y que sin remedio y ,por ley natural tiende a llenarse de espinas y cardos al final de la vida". Tan cerca estaba el final de la suya y creo que lo presentía tan cercano que no pudo menos de escribir estas palabras a las cuales no dí la importancia que él- lo he pensa­do después- las quería dar. Evocando en estos días todos mis recuerdos- su carta, su libro, la noticia de su muerte- no puedo menos de pen­sar en la figura de Alfonso Reyes en su "capilla alfonsina", recinto sagrado, templo, taller, sala de tertulia o su despacho del Colegio de Méxi­co, donde lo visité en mi últ;ima estancia en la ciudad de México. Y puesto en este camino, tengo que retroceder a 1954, diciembre, cuando en ese mismo despacho del Colegio de México junto con Millares Cario. deambulamos por los vericuetos de una bibliografía alarconiana y de­rivamos hasta Virgilio- y sus traductores espa­ñoles. Y allí fue también, donde gracias a él, comenzamos a dar los primeros pasos para mi traslado a México, a Monterrey, donde como él me dijo "vivía simbólicamente desde hacía mu­chos años". Y tengo todavía que retroceder y buscar en mis recuerdos a un Alfonso Reyes, que todavía era para mí sólo un nombre, en mis años de bachillerato, cuando leí y me entusias­mé con su versión en español moderno del Poe­ma de Mío Cid, en una descolorida edición de Calleja que, posiblemente, hayan conservado las manos cariñosas de mi madre entre mis' prime­ros libros.

Debo confesar que para mí Alfonso Reyes re­presenta mucho más que todo su valor inteleo, tual, su agilidad de mente, su delicadeza de es­píritu, su generosidad. Penosamente tengo que trascender todas estas altas cualidades para pen­sar en un Alfonso Reyes vita~ en UD hombre

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PAPELES AL VIENTO

ALFONSO BEYES

Memoriam-

por

JUAN ANTONIO AY ALA

que encarnó en pleno siglo XX los ideales lim­pios y siempre altos de un humanista que esta­ba siempre mucho más allá de la literatura o la, literaturas; Alfonso Reyes para todos nosotros, para mí en especial, tiene el valor y el vigor de ser uno de esos hombres excepcionales, únicos en su tiempo, de ser siempre consecuentes con­sigo mismo y con el ideal de vida que han abra­zado, uno de esos hitos inmóviles que sólo se dan muy de vez en cuando y que son un ejem­plo perenne para todas las generaciones. Desde el momento en que se define su vocación litera­ria hasta la hora de muerte, Alfonso Reyes da su máxima y constante lección: una vida ejemplar, un libro vivcr para las generaciones de jóvenes mexicanos, hispanoamericanos y españo. les, de que sí se puede y se debe vivir con un alto ideal sin necesidad de tener que descender a los bajos fondos de la intriga, la política y otras actividades menos limpias.

En el prólogo de su último libro- LA FILO. SOFIA HELENISTICA- Alfonso Reyes se lla­ma a sí mismo "maestro en universales"; creo yo que esta es la definición más certera que un hombre como él puede dar de sí mismo. Por­que fue universal en su vida, en su ámbito, en sus intereses, en su amor para México. Nos­otros, los jóvenes españoles de una generación casi perdida, que nos hemos encontrado a nos­otros mismos fuera de la tierra y que hemos po­dido hacer fuera el recuento de nuestros haberes, siempre tendremos en la persona y en la obra de Alfonso Reyes la oportunidad de hallar un

' camino de esperanza, que no nos dieron ni si­quiera nuestros propios maestros, ni siquiera­., casi nos da vergüenza el decirlo- nuestros grandes hombres que, en muchas ocasiones, no quisieron, por interés propio, por intereses de partido, señalarnos un camino y tuvimos que renegar de mucho de lo que deberíamos de ha­ber sido. La juventud de México tiene el pri­vilegio de haber encontrado en Alfonso Reyes a un "maestro en universales", incorruptible que, hasta la hora suprema, supo estar atento y vigi. lante, como guardián de los máximos valores de la cultura y de la patria.

La presencia- ausencia de Alfonso Reyes, en estos momentos, cobra todo el valor de un sím­bolo. Sólo puedo pensar en aquel · Odysseo que, en sus correrías marinas, siempre se auto­firmaba en todos los valores del mundo griego -civilizado- que él representaba y que nunca pudo olvidar. Como Odysseo, Alfonso Reyes ha partido en su barca hacia otros puertos, pero en su carta de navegante nos ha quedado una ruta a seguir:, la de su eiemplaridad.

·»ARWIN·- DARWINISMO. Las Corrientes Filosóficas en las Ciencias Naturales

El Materialismo Dialéctico y su Aplicación a la Biología Por el Dr. EDUARDO AGUIRRE PEQUEAO, Director del Instituto de Investigaciones Cientfficas y de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Univ. da Nuevo le6n.

A eontinuación se exponen lo más brevemente posible los punto& opuestos que para

entender filosóficamente los fe­nómenos vitales se han empleado 7 .loe eonflicros que han puesto frente a 11 explicaciones contra­rias, enfrentándose de esa mane­ra, eomo oposiciones irreducti­bles, el finalismo 7 el determinis­mo, el vitalismo y el mecanismo o, en una palabra, el Idealismo 7 el materialismo en todas 1111 ananltestaciones.

n tar impregnada del mú absurdo misticismo, no explica nada ea absoluto, sino que es, pura y sim­plemente, un juego de palabras.

faetor metafisico especial, Ja lla­mada "fuerza vital", que nos es eonodda 6nicamente por sus efec­tos, pero euya verdadera natura­leza aer6 siempre un misterio pa­ra la Investigación. Los meeam­dstu, JIOF otra parte, auponen ,ue no existe difereneia esencial •tre loa fenómeJMJI flaico-fluimi­eoa que observamos en el mundo laorpnieo y aquellos que sen :pro­p!Ge de los seres organizados.

En realidad, las oposiciones en­tre finalistas y vitalistas J)Or una ¡,arte y deterministras y meeanl­dstu por otra, no son siJlO aspee­tae pardales de la vieja y general Gl)Gaid6II entre las dos eseueJas flJcJe6fieas fundamentales: la idea­lista y la materialista, euyaa dife­rendae esenciales expresa dan y eoadllarne&te Jackson < 193 8 )

cuando lal 4lefilW a a tlralnol 1iguJentes:

\ "Por materialismo entendemos cualquier concepción del mundo, o modo de pensar, que trata los pensrumentos, ideas, conceptos, etc., como pinturas de ~a mente, esto es, como la reflexión en la oonciencia humana de un munoo real y material, que existe fuera de nosotros, y cuya exlstenci~ es independiente de nuestra cc,neien­cia o volwitad''.

"Por idealismo entendemos cualquier concepción del mundo, 0 modo: de pensar, que trata Jos pensamientos, ide~ etc.,. de otra manera que como reflexiones de un mundo material; de otra ma­nera que conseeuenclas e lmtge­nes, dignas de- confianza. del mun­do de cosaa materiale~'.

O como eategóricamente expre­sa EJigeJa •cLudwig Feuer~'> haciendo almi<la a la separaeilln fundamental de estas dos conie1r tes de pensamiento:

'"La grD CUNÜÓB 'Nsica ele • da la filosetia, espeeialmeute de la filOIOfia moderna, es la que se refiere a Ja relación del pensa­miento con la realidad, o en otros tfnlli-, tle) pensamiento - la materia''.

Y Lenin, poniendo ele manifies­to todo el enorme interls que en­ciena este upeete, al eriticu la fllosofia de Maei. y Avenarius en 1u "Materialismo y empireocriti-

~l=~ie:t:. illa el llembre?" y continúa di~ "Esta pregunta, como ya heniói 'risto, es sobre todo peligrosa Pi­ra la filosofía de Mach y de A~ narius. Lu ciencias natlll'aleii afirman positivamente que la r. rra existia en \lJl06 e!tadas taJet. que ni el .hombre ni ningiln CIU8 ser viviente la habitaban '7 • podían Jtabttarla. La materia °"' génica es un fenómeno ~ producto de una evol~n .., larga. Luego, no había en aque. Das épocas materia dotada de -. libilidad, ni "complejo de sen..,. clones", ni "yo" de ninguna eJa. se, "indisolublemente" unido . 11 medio según la doctrina de Ave­narius. Lo primordia} es la ma,, teria; el pensamiento, la eonclen­eia, la sensibilidad, no _,. m6t que productos de una evoluclclá muy avanzada. Tal es la teorfa materialista adoptada 1JDiwnal,. mente por las ciencias naturales".

En la Bie>logja el materillUame gana rápi4amente terl'ellO a Jlllo tJr del siglo XVID Y, al ~ nar el X1X, la rna11>rla de IN 1116-logos repudiaba e) idean._ 4IÍ todas si. rnanlfestaclenes..

Y la pogidón de los rnatfttalllr tas, de e!IOII a quienes Marx y ~ gels llamaban "'materialistas w gares" tan bien earaete1'1111$11 J)Or Vogt, Buchner y otros, a A, nes del siglo XIX, en ain1..._. te. Sus explicaciones funclaaea­talmente mecénicas, o por meJat decir casi '6nicamente geomfld,¡

(SIGUE EN LA PAGINA 1J f

El finalismo que encuentra ya ana expresión perfecta en Aris­t6teles, trata de explicar los fe­J16menos biológicos en un sentido teleológico, ea decir, como proclu­déndose de una manera necesa­ria para responder a un fin pre­concebido, al cual deben acercar­•· Dentro de esta posición todo cuanto puede hacerse en el estu­dio de la Biologia, es tratar de comprender esos fines a que fa­talmente deben conducir los pro­ees011 biológicos y Que, expresa­~nte manifestado o tácitamente entendido por los autores, necesi­tan de la Intervención de una en­tidad divina capaz de ordenarlos en la forma en que los observa­JnOS. La manera simplista y anti­dentHica como los finalistas pre­tenden explicar estos problemas, estA resumida por Le Dantec U.906) en una pregunta y una respuesta que, segiln fl, censtitu­yen la mHula del error teleológi­eo: ",Por qué fsta esü hecho de tal manera? Porque es menester 'ltle tal cpsa se produzca". Como ae Te, esta "explieaci6n" de los fen6menoe blol(>gicos, tras de ee-

El determinismo, por otra par­te, JlO mira en los hecbcNI bio~gt. eos, por complicados Que aean, u­no el encadenamiento de tenmne­DOII originados por Ju acdoaes e Interacciones de la -teria 'riva 7 el medio ambiente. Asl para ex­plicar los tenómenoe, ee meaea­ter adentrarse lo m6s )Nllil,le n el estudio de la materia organi­zada y en el de las oondldoaes .i medio, y eomprendtt que eada hecho es la eonsecuenda ele obo anterior que es s11 urteeedente el>llgado y que, a su -.a, este aue­~ hecho proporclonuA las condt­eiones necesarias para Ja pn,duc­eión de otro més, en un encadena­miento Interminable de causa a efecto, que se continúa al Infini­to. de esta manera no es IK!Cesa­rio pensar en un fin previamente Impuesto a los fenómenos, ni in­vocar una entidad superior eapaa de fijar esa meta, conceptos am­lN>s que salen 1CbrancJo en la llio­logla mooema.

pwOO Otro conflicto muy semejante al

anterior y estrechamente ligado a fl en su significación filos6fiea, es el que se presenta entre el vitalss­mo y el mecanicismo, ea 111 in­tento de explicar la naturaleza de los procesos propias de 1a materia organizada.

Para los 'ritalistas, los fen&ne­:aos Nol6giooe esencialmente di• ferentes de los de la materia inor­gánica, tal como 1011 estudian la Flsica ,. la Quhnica, ae dellerlan • la presencia en aq~ de un

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MlEltOOLES 6 DE ENER<> 00 1968'

~LFOÑSÓ ,BEYES el· mexicano universal

por el Dr. AGUSTIN BASAVE FERNANDEZ DEL VALLE

LFONSO Reyes encontró, en el humanismo, su razón de vivir. Su ideal fue siempre el mismo; su aspiracion nunca vaciló. En varias ocasiones confesó que el escribir era para él un modo de respiración. A punta de pluma organizaba la maraña mundanal y le

lacía cobrar sentido. La literatura, la poesía, fueron, en sus manos, "como una vasta inves­ción en busca de la conciencia nacional, encaminada a dar al ser mexicano mayor vincula-con la tierra y un apoderamiento mayor sobre las realidades del -mundo". Nunca se arre­

:pintió.. de su oficio, a pesar de contratiempos y torturas. En el júbilo de la creación encontró iofflpensación y descanso. Y aunque el don d ~ admirar la belleza y de engendrar en la belie­'h. no sea acaso, el más alto don concedido al hombre, como lo creyó siempre, de bueno fe, Jllonso Reyes; es lo cierto que lo firmezei de su vocación estética le acercó a la virtud moral.

Como todos los poseedores de güedad clásica -a los griegos, so- de Estudios Históricos de Madrid. .,ina auténtica vocación literaria, bre todo- sin haber sido nunca, Sus inquietudes le llevaron lo mis­~so Reyes luchó y sufiió "en por eso, un extraño a nuestra rea- roo a la literatura clásica españo­l' asalto a ese castillo de amor que lidad cultural. Formando en seve- la -por la que sintió siempre una • la poesía". Sabía que la adusta ras disciplinas filológicas, trabajó particular predilección- que a las pcccitÍn no se entrega . al pri- con Menéndez Pida! en el Centro corrientes literarias de la época; al -.,er requerimiento y que . el secre-

• jdeal duerm~,oculto ,el) la ,s?m· A roo•nai110 Sa, "Yo tamb1en -?OS ¡:onfiesii f \., r o - me he quebrado alguna · vez la

estudio de la aportación cultural hispanoameticana y al tratado que resume las enseñanzas de la re­tórica greco-latina; a las pequeñas fantasías estéticas y al deslinde del fenómeno literario.

Nacido en Monterrey, el 17 de mayo de 1889, Alfonso Reyes cur­só su preparatoria en nuestro in­olvidable Colegio Civil y recibió su título de abogado en la Uni­versidad Nacional de México, en 1913. Europa y América le otor• garon sus más altos títulos y sus más preciadas c o n d e c oraciones. Su sobras completas, que aún no acaban de salir a la luz pública, pasan la decena de gruesos volú­menes. Lo más perdurable de su rica y varia producción está, aca­so, en "Cuestiones Gongorinas", "Capítulos de Literatura Españo­la", "El Deslinde"., "La Crítica en la_ Edad Ateniense", "La Antigua Retórica" ... Escribió v e r s o s -"Hu e 11 as", "Ifigencia Cru~••,

"Pausa", •"Romances del R{o de Enero"..:_ según va la vida, al pa­so del alma, sin volver- los ojos. Y aunque la poesía forme una parte mínima de su obra esctita, fue, -¡que duda cabe!-, un poe­ta de arte noble y sereno que supo atar en el hilo central de su emo­ción personal, todo lo recogido por su curiosidad y simpatía ina• gotables.

Las nuevas generaciones mexi­canas hemos aprendido, de Alfon­so Reyes, que México puede dejar oír ya, sin temor a confundirse, su clara voz. El nos ha lanzado por sendas universales y nos ha dado al esperanza -porque ,Mé­xico es el nombre de una esperan­za humana- de participar en d diálogo mundial. Le buscaremos, le seguiremos 6uscando, pero él ya no estará eo su tumba ...

¡Descanse en paz Alfonso R~ yos, humanista por vocación J ~igo si~mpre cordial!

¡ídcra contra el Angel d~ Dios, f. lo largo de temerosas noches de J- y desesperanza, Pª:ª amane­JB al día siguiente con !a scnsa-• jubilosa de que la naturaleza

. Léibniz, · 1a persp·ecti va y nuestro· tiempo • al fin me entregaba sus se­~ ... A la juventud de México te Jeialó una misión:

tlprento he de recoger mi barco • la atarazana, y os dejo esta pa-

, laln de aliemo. Defended, oontra 111' 11aevas barbaries, la libertad Id espíritu, y el derecho a las Mbornables disciplinas de la .ad. A mí me ha tocado Ue­pr 11nos minutos antes, solo para aros la puerta, a vosotros, bra­lUS cachorros, alumnos inquietos « Jas musas, a vosotrós el por­-wair y el triunfo". Pero no se limitó a señalar una misión y abrir una puerta. En cada frag­aeato de su obra total resplan­tl«e un valor estético. Su mirada cordial, flexible, amplia, cortés, se ~ca a las cosas y a las ideas con .._ bondad estética" dispuesta a 91111prenderlo todo. Su destino amable le llevó a explorar y a sal­._ cuanto pudo.

Alfonso Reyes, ensayista, poeta, «meo traduttor, maestro y eru-4ita, fue, ante todo, un escritor. Ua escritor de raza, que todo lo -.ía y lo calibraba. Un escritor clbico -en el más digno sentido de 1a palabra- qye leyó todo y e.de lo fichó y la juzgó. Su gala­..... y su gracia de estilista es \n­lllllnparable. Agil y fresco hasta d liaat, su prosa nunca denotó an­~iento ni fatiga. Mientras • merpo fue doblegado y subyu-,ado por su irremediable mal car-4'aco, su espíritu estuvo siempre • 4ilpenibilidad para emprender, 1111a Y otra vez, las grandes avon-lllns del pensamiento y de la sen-lÜhlidad.

Con Alfonso Reyes -el mexica-8e 11niversal-, México pierde a • más ilustre hombre de letras. l'oco antes con José Vasconcelos, habíamos perdido los mexicanos a llUCstro más egregio filósofo. Pero acguramente hemos ganado -aun-que humanamente las pérdidas hayan sido irreparables- dos se-fieros lugares en el concierto uni-l'etsai de la posteridad.

Amó apasionadamente la anti--

N. UESTRO tieml'6 es, si no el mejor de los posi­bles COl!)O pensaba Leib­

niz de su mundo, sí un acae­cer medio cínico y medio car­navalesco. Pero Léibniz, al de­cir de cierto pensador, vivi6 aquella época feliz en la que el capital mercantil se había entro­ni7.ado en la clase de los terra­tenientes, en los dichosos años de la monarquía absoluta, cuaa­do el capitalista y el latifundis­ta habían hecho el gran descu­brimiento: el despotismo feu­dal y la trampa mercantil armo­nizaban espléndidamente en el sistema de la primitiva ácumu­lación capitalista. El fue -11os dice- el heraldo de ese siglo que parecía hecho para el bri­llo de princesas, riquísimos bur­gueses y académicos reales; no es de extrañar, que haciendo un lado las dificultades del cálculo, saliera a los jardines palaciegos rodeado de las d;,·11as de la cor­te, a buscar -sin encontrar d~s­de luego- dos hojas iguales, de­mostrando la validez del prin­cipio de identidad, y demostran­do también la igualdad de tales señoras en las lides que Sócra­tes aprendió de Diotirna de

-E. R. BLACKAUER

Mantinea. Nuestro tiemoo no tiene esa candorosa felicidad de la época en que el rey y'las da­mas de la nobleza no se baña­ban, en la que siempre los no­velistas feudales y románticos ocultan la ubicación de los muy necesarios servicios en los cas­tillos. Ahora, ya no s~ necesita inv0car como Erasmo a la lo­cura para tratar de cerdos im­béciles a teólogos y monjes, tampoco esconder entre los ve­ricuetos de la Enciclopedia las tonterías dogmáticas, más del interés que de la razón; si bien es cierto, que algunos poetas nutridos en la Carta del Atlán­tico y las Garantías Individua­les han extremado la cuestión, aunque éstos, como diría To. más de Aquino, son contingen­cias de la imperfectaoilidad del mundo. No le importaría mu­cho que hubiera pretendido pro­bar la existencia de Dios par­tiendo de la perfectibilidad de la naturale7.a, su orden y su fin.

Nuestros días, y ya Ortega lo veía en los de él, han descubier­to la perspectiva como visión -del mundo v de la vida. La P<?-

breza, que parece poseer el don de la ubicuidad, no es, ni una injusticia ni una inmoralidad: es una perspectiva del hombre. La más noble puesto que sin ella no hay caridad (León XIII. -Encíclica Rerum Novarum). Claro que esto no es cinismo, es toda una teoría, Pareto y Spen­gler también la vislumqraron, lo que asombra -que no debe asombrar porque es Qllracterís­tica organi7.ada de estos años­es el número de hombres que creen tales patrañas.

Empero, hay que pensar que cuando la boca come no puede hablar.

Así, al calor de la bendita perspectiva, se justifica el atra~ so mental, la medioevalidad de ciertos pueblos. La tradición, que en mucl10s casos es igno­rancia hecha herencia, encuen­tra también allí su fundamento filosófico; porque la perspecti­va, para no perder sus líneas necesita enraizar en el pesado, sólo que el pasado, por causa de la torpeza de l1istoriadores inútiles, se ha transformado en algo nebuloso, donde hay con-

Of COLA A COLA-PREfl(RA OO~lf [Olíl

tingencias escolásticas, pero na­da del pueblo, ni porque del hombre ni porque del hambre.

Esta miseria de nuestra épo­ca parece estar bien secundada por los filósofos. La caricia y ta mano, que bien podían ser ob­jeto de recriminaciones amoro­sas de Alcibíades para Sócrates, ha encontrado hasta una redue­oién en "el reino neutro de lo vivido". Y la verdad es que cuando un mistificador como Bergson se ocupaba de la risa y un ridículo como Simmel de la moda, era poco lo que se podía esperar de ese árbol carcomido que fue la filosofía espiritualis­ta a fines y principio de siglo.

Ahora, se necesita recordar que el cinismo, el carnaval de nuestro tiempo, es un carnaval de ideas, de filósofos nostálgi­cos de medioevalidad; que la realidad del horn bre está más allá de las especulaciones sub­jetivas; que donde Ortega veía la masa está el pueblo y donde se ve la calidad está la hipocre­cía. El disfraz, es pues, el signo de' la contemporanidad, un dis­fraz, que se permite ocultar tras un combate banal y falaz con­tra un clericalismo ya muerto, las tareas vitales de toda lucha cognocente y revolucionaria. Todo indica, por tanto, que si Léibniz, Ortega y el Papa t&

· nían una perspectiva, era, en realidad, solamente eso: 1tn1

perspectiva.

XEA W Badio· Bits 1280 K. c.

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. MIERCOLES <í DE ENERO DE 1960

f .

Alfonso Reyes

·Una Fidelidad Estoica a la Vocación Oración fúnebre pronunciada por el señor Mi~istro de Ed11ración p._

blica de México, Lic. ¡aime Torres Bodet, en el sepelzo del esclarecido hu,,,.. nista don Alfonso Reyes.

CHARLANDO con el Ing. :Roberto TreYiño González, ex-Rec­tor de la Universidad nuernleonesa, aparece don AHonso Reyes en una de las múltiples Yisitas que el destacado escritor hiciera

a esta su tierra natal: Monterrey.

No Descansó

Hasta el Final don Alfonso Reyes Siguió Escribiendo

por JOSE Al VARADO

E N esta hora de duelo para las letras patrias ':'engo a rendir un conmovido ho-

menaje al insigne autor de tan­tas páginas prestigiosas, al poe­ta de Huellas y de Ifigenia Cruel, al ensayista de Visión de Aná­huac y El Cazador; El Deslinde y Junta de Sombras; al narrador de El .Plano Oblicuo, al comenta­rista de Góngora y Mallarmé, de Gracián y Ruiz de Al arcón; de Sor Juana y Amado Nervo; al traductor de Chesterton y de Murray; al que describió -en conferencias incomparables- la epopeya moral de la Grecia clá­sica, al que dedicó cada hora del día, cada día del mes, cada mes del año y todos los años de su tarea, desde el umbral de la ju­ventud, a una genero~a misión de

Si Vasconcclos es la contradic­ción apasionada y fulgurante, Re­yes es la armonía lúcida y serena. Uno es un conjunto de relámpa­gos, otro una persistente claridad.

No hubo forma de manifcsta-

e De: Excelsior

ON la muerte de Alfonso Reyes se va otro de las gran­des figuras de la generación de 1910, reunida en el Ateneo de la Juventud. lo habían precedido Antonio

Caso, Pedro Henríquez Ureña y José Vasconcelos. Su última página publicada apareció hoce unos cuantos días en EXCEL­SIOR y fue para despedir a uno de sus amigos, el licenciado GeJ noro Fernández Mac Gregor. Escribió hasta el instante final

• ción literaria que Alfonso Reyes no abordara, siempre con maes­tría. El poema y d ensayo, el re­lato y el cuento, la novela y el dis­curso, la epopeya, la elegfa el epi­grama ..•. No hubo época de ia l. '

El grupo de Alfonso Reyes ha sido decisivo en la cultura mexicana contemporánea. Antonio Caso fue el maestro, Hen­ríquez Ureña el crítico, Vosconcelos el profeta y Reyes el huma­nista. Todos contribuyeron con su obro o la expresión de Amé­rica y todos han participado en la formulación del pensamiento en lengua española.

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1teratura que no pasara por sus filtros humanos ni hubo lengua que no despertara su curiosidad.

Pero Alfonso Reyes no es sólo una figura literaria. Todos los te­mas de la inquietud humana mo­vieron su pluma. Desde la filoso-fía hasta la semántica; desde la política hasta la arqueología: des-

la inteligencia: ampliar y ahon­dar el sentido humano de la cul­tura difundiéndola con intrépida com:icción y esforzándose por lo­grar -según sus ~is~ipulos . lo atestiguan- ese domm10 esencial de su propio ser y de su expre­sión que lo califica como a un maestro entre los maestros me­xicanos de ánimo universal.

Pasma en la existencia de Al­fonso R~yes, la fidelidad estoica a la vocación. Nada lo interrum­pió en su denodado ascenso ha­cia las cumbres más altas Y más difíciles. Vivió impulsado incesan­temente por una gran voluntad de luz. Señor de las transparen­cias sus libros son un modelo de son:isa y de claridad. Quien son­ríe sabe lo que perdona. Y, como lo

1

afirmó con palabras inmarce-

de la historia hasta la filologfa. Buscaba lo mismo en el pasado que inquiría las adivinaciones del porvenir. El tema del destino de América ardió siempre en sumen­te q¡mo una llama infatigable y las cuestiones de México llamaron a su puerta lo mismo en París, en Madrid, en Buenos Aires o en R[o de Janeiro.

Ha sido, sin duda, uno de los grandes hombres de letras de este siglo; pero también uno de los grandes contemporáneos de Toyn­bce y de Ortega y Gasset.

Alfonso Reyes llegó a la juven• tud cuando flotaba la .ilusión de un mundo concluído. La Tierra parecía firme sobre los pies y el cielo semejaba el techo más segu­ro de los hombres. Todo invitaba a la contemplación y al deleite de la música. Muchos supusieron que la única actividad posible era ador­nar el universo y sólo algunos jó­venes experimentaron una vaga sospecha. París brillaba como el diamante más puro de la civiliza­ción y en las ciudades de México se confundía el silencio con la paz y el sueño con el orden. Todo se '\lino abajo.

La Revolución dispersó al Ate­neo de la Juventud y hubo quien se empeñara en creer que sólo Mé­xico, por sus instintos atá, icos des­atados de pronto, se desposaba una vez más con la violencia. Pe­ro después vino la guerra. El ven­tJayaJ mexicano había llegado a Alfonso Reyes hasta París; pero apenas puestos en orden los pape­les sobre su mesa y los proyectos en el alma, la contienda europea lo arrojó a Madrid. Allí pasó las horas duras y amargas del des-

(SIGUE EN LA PAGINA 10)

C~NTRAL FINANCIERA Y FIDUCIARIA DE INVERSIONES, S. A.

sibles Alfonso Reyes, cuando •et hombre sonríe, entonces funda la civilización y empieza la his(o. rja". · Esta sonrisa y aquella luz ru.. ron sus armas espléndidas de hu­ma~sta. Comprendió cuanto c:o­noc10 y amó cuanto quiso com­prender. Positiv~ lección para la, nuevas generaciones la de este prócer de la literatura que no mezcló jamás el menor veneno 1 la miel de la madurez y que supo cumplidamente cómo en el úfo­ra de la prosa, o del verso mejor pulido, sólo debe escanciarse ·le más puro de al experiencia '1 .le más genuino del corazón.

Hombre de alma efusiva '1 ilt diáfano entendimiento, advlrtl6 como pocos las responsabilida6ea de la sabiduría y tendió sin ees.ar una mano amiga a los que llega. ban, deseosos de patrocinio y i\'i. dos de consejo. Guía de los J6, venes, su vida fue una cátedra permanente y, con autoridad sin, guiar. am~ma y caracteristlea, una exhortación de honradez ¡ia, ra todos los que procuran reo, cir lo inefable, manifestándolo.

En un mundo que parece no celar del espíritu oscuramentt, él exaltó sobre todo la necesidat de acatar los valores auténtkoi del espíritu. Por eso, en un ~ rrafo inolvidable, declaró alguna vez que el pecado mayor de la inteligencia contemporánea es, acaso, su desconfianza para la poesía. Creo no . traicionarlo al asegurar que la poesía, entendida en ese supremo alcance, no está sólo en los libros, sino en los ac­tos, pues - además de una fór­mula de belleza- implica una ley de verdad y de amor al bien.

Esperamos que un día llegue en que la conducta de los hom­bres y de los pueblos dé razón a nuestro gran desaparecido, siem­pre vivo y presente para II05' otros al maestro que por si solo puebÍa un capítulo noble e inten­so de las letras patrias. A Jaa técnicas necesarias del poder so­bre la naturaleza, ha de regiflaa al fin, por efecto de la conCJen• cia, ese eq uilib1'io eficaz ~ 1~ sensibilidad y del pensamiento, es decir, ese orden sereno de la cultura al que Reyes íntegramen­te se consagró.

El señor Presidente López M .. teos ha querido señalar al ~ las virtudes de este escn~ ejemplar, escogiendo para : tumba uno de los Jugares m respetables de México, la Rot(}I: da de los Hombres Ilustres, don­de yacen, bajo la protección de la tierra materna, algunos de )OI mexicanos más dignos de rem~ branza, de honor y de admira­ción.

Al inclinarme ante sus restol mortales con respeto Y con em~ ción, expreso el voto de que! e la vida de sus lectores, 51~

triunfando la gracia _human;,Jus ecuanimidad, el perdon Y ente que enaltecieron constantem la enseñanza atmoniosa Y pro­funda de Alfonso Reyes.

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MIERCOLES , DE ENERO DE 1960 :~ 1 1

; , ) ') ! . J i .t ; 1 l y,I PAGINA 7

íle la Ejemplo vivo lJniversalidad

Palabras pronunciadas en el sepelio de Alfonso Reyes, por el Dr. Ignacio Chávez.

P ARA acercdrme a esta fosa y decir unas polab!aS de adiós o Alfonso Reyes debo hacer un esfuerzo doloroso. Tengo miedo de que lo emoción me venza. Apenas hoce un día que recogí sus últimos palabras y le cerré los ojos; calladamente, con una voz hú-

iiieda y sin palabras, me de_spedí ~e él. Y aquí estoy, sin emb_argo, para volver a despedirlo, f$IG vez a nombre del Colegio Nac,onol, que se ho quedado huerfano de su presencia.

El año ha sido terrible para nosotros. Cuando aún no se apagaban los pasos de dos de los nuestros que se fueron, de Diego Rivera y Manuel Toussaint, miramos con angustia la parti­da efe Samuel Ramos y después la de José Vasconcelos. Hoy es la de Alfonso Reyes. ¡Qué duro castigo se abate sobre México, que en algo más de un año pierde o cinco de sus hijos 1118jores!

Esta muerte de hoy nos deja en desamparo. Por sobre 1a ad­JDiiación que teníamos por Al­fonso Reyes había el hecho de flUC todos lo amábamos. Nunca 11D hombre reunió mayor don de timpatía ni se amasó una figu­D' de mayor calidad humana. y junto a esos dones estaba el

,;:IIIO, e] de ]a rad_iación de una >.ljate)igencia supenor. En el Co­'.!)eaie Nacional unos represen-ba la historia, otros Ja filoso­la y otros más, alguna discipli­

' "'111 artística o científica. Alfon-1111 Reves las representaba todas, IOIJI() ·el ejemplo vivo de la uni-

«rStlidad en el talento y en la eultura. En él no sabría decirse t¡Ué predominaba, si el poeta e el ensayista, si el crítico o el -filósofo, si el humanista o el eientífico. El científico tam­l>ién, aunque parezca extraño,

Por esta su anchura de visión lo atacaron los miopes, supo­niéndole poco arraigo a la tie­rra nuestra. Su respuesta es una lección que debiera grabarse en la puerta de nuestras Universi­dades: "¿Qué tendremos los mexicanos que no podamos ir a donde todos los pueblos van? ¿Quién nos impide ahondar en el común patrimonio del espí­ritu con el mismo señorío que los demás? . . . No y mil veces no; nada puede sernos ajeno ,i­no lo que ignoramos. La única manera de ser provechosamen­te nacional consiste en ser ge­nerosamente universal, pues nunca la parte se entendió sin el todo".

labor creadora y hasta el día de su muerte, no dio tregua a su pluma.

Como un hombre. enamora­.do de la vida tenía el horror del sufrimiento y la angustia de morir. Pero su fina elegancia espiritual, como una forma de pudor, no le permitía exhibirlo. Y pocos hom b¡es ví con más serena actitud a 1a hora del pe­ligro; nunca una pregunta in­discreta, nunca una duda me-drosa. ·

Sabía bien lo incierto de su futuro; sabía que su coraz~. "pobre jarrito rajado", como é) decía, a cada nuevo ataque pen­día de un hilo cada vez más sutil y sin embargo, seguía en su trabajo febrilmente, gozosa• mente, jugando carreras con el destino. Pero no se engañaba. Al despedir con lágrimas a González Martínez traicionó

Dibujo Je Gerardo Ca_ntd

su secreto cuando dijo " ... que se adelgaza el muro y ya por transparencia se ve Ja

(eternidad". Hoy ]legó a su final y entra

al descanso y a la paz. A nos­otros nos deja e] valor de su ejempló y de su obra. Para el

dolor de su partida, nos queda su comisa. Con la voz que se rompe, despedimos al hermano que se va.

DR. IGNACIO CHAVEZ México, a 28 de diciembre de

1959. · porque nadie logró mejor que él sistematizar sus conocimien­tos y forjarse una recia disci­plina mental o investigar en su campo con tanto rigor como un hombre de ciencia.

Más que un hombre culto parecía la cultura misma. Y hoy se ha ido: ¿quién lo sustituirá? En nuestro tiempo, ninguno, porque estos hombres prodigio sólo vienen de tarde en tarde, de siglo en siglo, y las épocas ya no son propicias para la lar­ga y penosa formación .de un hombre hasta encarnar la sabi­duría de su tiempo.

Era un hombre de sensibili­dad exquisita; sufría hasta la tortura con la grosera incom­prensión y con la mezquindad envenenada, como sufrió desde joven el desajuste de un mun­do donde los suyos, a los que amaba profundamente, choca­ban con el nuevo orden que se estaba gestando y que él admi­tía. Sufría de ese veneno ino­culado; pero como en la pará­bola de Nietzcl1e, de ese vene­no hizo su bálsamo. Su espí­ritu se impregnó de compren­sión, de suavidad, de simpatía. Al irnp'.lcto prefería responder, como él dijo de sus antepasa­dos "corno buen pedernal, que no ' suelta astillas sino deste­llos". Por eso en su vida y en su obra dominó la sonrisa. "Cuando el hombre sonríe -escribió- funda la ciYilización y empieza la historia".

Gran ·señor de la Literatura Castellana

Hoy que la muerte acaba con los últimos regateos de 1a in­oomprensión o de la envidia, el país entero se dará cuenta del ~mbre que ha perdido; del es­tntor que supo juntar la hon­dura con ]a claridad y la belle­za con la gracia; del que atacó !8<)os los problemas, porque Je mteresaba todo cuanto fuese ~umano; del mexicano que Siendo profundamente nacional, se ffiO\'iÓ en el mundo de las ideas con el señorío de un hom­bre uni\'ersal. "Pueblo me soy -decía- como buen america­JI?, a falta de líneas patrimo­niales me siento heredero uni­versa l. Mi casa es la tierra".

Su espíritu, en el fondo, guar­dó siempre la alegría de un nifio áYido, primero, de apren­der]~ todo, después, de pala­dearlo todo. La amargura que vendrá más tarde la amasará con su alegría innata para ha­cerla humor en su pluma, inge-. nio y gracia, que son uno d~ los encantos mayores de su estilo.

Fue el ejemplo más vivo de una vocación hecha llamado irresistible. Alfonso Reyes se consaoró totalmente a su tarea,

b f' . d sintiendo el goce austico e su

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Palabras del Dr. Luis Garrido en el sepelio de don Alfonso Reyes

PENAS eumplidos cinc o días del fallecimiento del A insigne académico don Ge­

naro Fernández Mac Gregor, la muerte ha vuelto a nuestra casa. En esta ocasión, nos arrebata al Director que la enaltecía con su nombre, que es orgullo de las le• tras castellanas. Un hondo duelo, embarga no sólo a la patria mexi­cana, que pierde a uno de sus hi­jos más preclaros, sino. a todos los que en el mundo, sienten 1~ belle­za y admiran las ideas armonio­sas. Ya el eminente polígrafo de tiempo atrá~, presentía el término de su vida ejemplar, al advertir, melancólicamente, que sus amigos más queridos se iban a la cita uni­versal de la muerte, dejándole -como él decía- sin más compa­ñía que las reliquias y los retra­tos. Ahora le tocó a su vez fran­quear el umbral, del sitio de don­de no se regresa, para ir a reunir­se con aquellos que la parca arre­bató a su admiración.

Alfonso Reyes nos deja una obra considerable. El observó la máxima de Leonardo, de que el tiempo es suficientemente largo. para los que saben emplearlo bien. En efecto, tuvo el sello de los es­cogidos. Desde su juventud, mos­tró una decidida y Yenturosa '\IO•

cación literaria, que enriqueció al correr del tiempo con una vasta cultura. Dotado de excepcional aptitud para escribir, alcanzó las ci¡nas cJc la , perfección. Fue fiel

toda su existencia a su arte, al que honró con dignidad. La diploma­cia a la que prestó la fuerza de su talento, no logró separarlo de su guía natural y predilecta.

En el curso de sus días, su amor por las letras lo llevó a la poesía, al cuento, al ensayo, a la crítica, a la teoría literaria, y finalmente a la historia y a la filosofía. La densidad de su trabajo compren-

de cerca de doscientos libros. Con impulso perenne, con pasión do­m inante, trabajó sus creaciones. Eran para él momentos inefables, escribir sobre las blancas cuartillas, ya el poema que nos revelaba la profunda iluminación de su ser, ya el estudio admirable sobre una

obra maestra & w visión de las

lSIGUE EN LA PAGINA 12)

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DARWIN - DARWINISMO (VIENE DE LA PAGINA 4)

cas, eran, cierto es, materialistas; pero d1";graciudamente, en mu­chas oc~siones, también metafísi­cas. Y esa posición seguirá siendo adopl.l\da, ya en nuestro siglo, por biólogos de la talla de Loeb, Le Dantec, Giard, etc., que tanta in­fluencia ejercieron en el pensa­miento biológico.

Nuestros abuelos materialistas, de cuya herencia a pesar de sus errores nos sentimos orgullosos, creían ingenuamente que con los mortales golpes asestados al vita­lismo no sólo habían dejado a és­te en agonía, sino que a la vez ha­bían logrado comprendt'r o explí- . car, en una forma simple y per­fecta, los fenómenos naturales y las leyes que los rigen.

El primero ~Wilson, 1928) ha­bllmdo de la ignorancia en que aun e:;tamos de la estructura del protoplasma agrega: " ... pero nada ganaremos con la suposición vitalista de que el principio guia­dor en el desarrollo es no sólo desconocido sino inconocible". Y Morgan (1935) expresa: " ... has­ta que se haya demostrado que lo que llamamos propiedad o propie­dades de los seres vivientes están enteramente aparte de lo que co­nocemos como sistemas no vivien­tes, será fa! ta de visión recurrir a principios obviamente metafísi­cos o aun contemporizar con ellos ... porque el hombre de cien­cia mira el misticismo como un modo pasado de moda de intentar ofrecer una solución finalista al problema que estudia".

• 1 •

1 • t •

1 •

En la actualidad, las cosas se plantean de manera diversa. Los adelantos enormes de la ciencia experimental, el perfeccionamien­to de los instrumentos de obser­vación y medida, han creado una nueva e insospechada imagen de la materia y de los fenómenos vi­tales fundamentales. Y esta nue­va visión no puede ·ser totalmente comprendida, ni mucho menos ex­plicada, en la forma clásica del materialismo mecanicisla.

Biólogos tan conocidos como W1lson, el más eminente citolo­gista contemporáneo y Morgan, el creador de la teoría de los ge­nes, han visto claramente el pro• blema planteando las dificultades del materialismo mecanicista en la explicación de los hechos bio• lógicos, pero al mismo tiempo, ex­presando que tal cosa no .signüica ni con mucho un retorno a la.s po­siciones ideali$taS, que con toda razóa consideran definitivamente muertas.

Ante esta situación, no parecen quedar sino tres posiciones posi­bles: P,rimero, abandonar el mate­rialismo mecanicista para regre­sar al vitalismo espiritualista en cualquiera de sus matices; segun­do. aferrarse al viejo materialis­mo cerrando ojos y oídos a sus indudables imperfecciones y limi­taciones; y tercero, abandonar to­do intento de explicación de los fenómenos naturales, limitándose a describir sólo aquello que es di­rectamente observable, regresan­do así a la estéril y mentirosa "es­cuela de los hechos", que hiciera famosa Cuvier hace más de un si­glo.

Medio siglo de prestigio garantizan su satisf accion ., ... _ '

La primera solución no signifi­caría otra cosa que abandonar una posición, que a pesar de sus erro­res y limitaciones ha demostrado ser valiosa, para regresar a otra difinitivamente destruida por los descubrimientos científicos de to­do orden. En e~te """º· a tedas

• luces se pierde más de lo que se gana con el cambio.

La segunda, es cómoda pero an­ticientífica, dogmática y, a la pos• tre, re¡ultará insostenible, rebasa­da por la marcha incesante de la ciencia experimental.

La tercera, no sólo presenta ina-

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ceptables limitaciones en abstrac­to, sino que en la práctica es fal• sa y mentirosa. En efecto, pro­clamando a cada pa!IO mantener­se e.trictamente apegado a los he­chos que observa y alejado de to­da teoría, el investigador no pue­de. cuando se adentra algo en el sujeto que estudia, dejar de in­tentar una labor de síntesis y no ofrecer posibles explicaciones de los hechos; pero la posición adop­tada le obliga a realizar ésto casi a hurtadillas, recurriendo en oca­¡¡iones a los más confusos razona• mientos y a los más incompletos, y a veces contradictorios sistemas filosóficos.

Así las cosas, biólogos eminen­tes, inconscientemente, quizá, han aplicado en sus trabajos sin men­cionarlo y tal vez sin conocerlo teóricamente tampoco, el método fecundo del materialismo dialécti­co, introducido por Marx y Engels en el terreno cientüico y que, des­de entonces, ha sido usado con tanto éxita en las ciencias sociales.

El materialismo dialéctico ha conservado la posición fundamen­tal del viejo materialismo, cerran­do el camino del idealismo, ·man­teaiendo la afirmación funda• ll)éntal de que las ideas y pensa­mientos de toda indole no son si­no el reflejo de un mundo mate­rial que existe independiente y anterior a la ment<> ~-,., 1,, ~rci­be

.?ero, al revé¡¡ ck1 , .. -,.o«ausmo mecanicista, el materialismo dia­léctico trata al mundo no como una cosa estática sino como algo dinámico, en continuo proceso lle transformación, de tal manera Que todo lo existente "es y no es" al mismo tiempo, en el sentido de que en cada momento C$ti cambiando para modificarse y, sin embargo, está conservando cierta identidad consigo mismo. Además, ve que esta continua evolución de la ,Naturaleza es la consecuencia de sus propias contradicciones in­ternas, porque cada fenómeno lle­va en sí mismo las causas de su limitación, en juego incesante 6e una afirmación (la tesis) una ne­gación (la antitesis) y ~na nue­va afirmación, que no es otra c?sa sino la negación de la nega­ción (la síntesis), que crea una nueva condición, que M ., ~·• ,.,, .,

tl'$is afirmativa en el nuew cadenamiento de una aerle rior de fenómenGs.

Ahondar en la exposioiáll te caraeteristicas del dialéctico, su génesis y u

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IJÁJlWIN- DARWINISMO ...,. DI LA PAGINA IJ léctico, por comider81' predaa-•!-- mente esa bnportancia de la se-:~ - 0~ sistemas Y méto- cuencia de los fenómenos, no to-

llGII.! a)argaria enorme• ma esas posiciones Infantiles que lil capitulo y· noa lleva• los materialistas "vulgares" adop-

t,rrenos puramente filosófi• taban, para suponer que una "in-111 •~BOi del campo de la teligencia superior" que conociera !!"~ __., eD el que nos sen- en un momento dado "todas" las .,.........autorizados, aunque ~a en condiciones de un organismo y ..., afnbna, para incursionar. "todas'' las del medio en que se - .- t1e1ee profun~~ el eneuentl'a, podría dar explicacio­,a_. leDM> el el materialismo nes "infalibles" de k>s feoomenoe ~ le recomendamos muy biológkos que con dicho organis­~nte, además de k>s mo se relacionaba. Posición clara­~~---- eD el texto, la ex- mente idealista, aun injertada en

apoeiri6n que hace René el materialismo; porque suponer en el capitulo "Hegel '1 esa "inteliigencia de ordell supe.

•-.,~"Ala Jumiere cJu mar- rior" necesaria para tal percep­(Parls, 1935); a.si oomo el ción omnisciente era en realidad

aro de A. Tbalbeim~r, lneursionar en loe tenenos delez­al materiallsmO ella- nables de la metafisica y !lffptu

(Buenos Mres), que es U.citam~te la ~ibilidad ele una • 111 mejoreS y más eoncre• entidad divina.

- wl&-ta::,dolleS 1ff IOl,re la E) materialismo dialktlco, n-~ 1 enDOI· lerado de todcJe aquelloa pulltos ■ _.... 411aWet1co. '1 esto es débiles ofrffe, como cli,iimtll. • eral ,ara expliear SUS ll?"" grandes e>portunidades en 1US = 5 e 7 de hito en el est•dio aplicaciones a la Biología.

... _.¡o 'fiviente, no se eonfor• Ya Man 1 Engels las )labfan • _.¡ar. como lo hacia percibid& claramente y en mlr

~ al z'■lirM mecanlcista, las ehas de sus obras la discusión de • •- llle en 1Ul DlGIIIOto da- problemas de la natunJea. viva 1 _.~un ar wñote J loa pr~pa fllertel11eJlte. Pero,

• _.. __, bue para ~u- despaciadame11te, pocoe bi6logos :S., .., • ,-.na y au tooe10- ban empleado el método clialécti-• .- e,nsidera ~ "ante- eo 1 en OC81ioftes, cuando Jo han

:..,. de dicho organismo, es- hecho, ha !ido sin darse eueJ\ta • ._ bllltorla", que el. estu• cte ello y, desde JUego, sin inten-• Ja ~ IMII indiG es tar wna aillltemalhaei6• filosófica ~te en Jos aeres ~ de sus conceptos. Sólo en épocas

Por 611iao el método dla- recleates diverso1 biólogos aovié-

t1coa, J algunOI de eflOI P~ se IWt atrevido a adenuarse per la nueva senda, tan prometedora en resultados fructiferos, pero tan llena de fonnidables ob.ttAcu• los.

BIOLOGIA Y SOCIOLOGIA

Si aceptamos los hechos que de la Evolución ae derivan, si estu­diamos cuidadosamente nl.N!Stra especie en todos sus aspectos ana­tómicos y fisiológicos, si registra.­mos su historia paleontológica pa., :ra Ilustramos eon k> que los fósi• · les prehumanos puedan mostrar• nos, llegaremos a la conclusión única de que no somos sino uno de tantOIII eslabOnes en la serie zoológica.

Nuestras necesidades orgánicas aon, básicamente, las mismas que experimentan los demás animales. Unas, como la bdaqueda de aJi­ment01 y albergue. estAn directa­mente orientadas a la conserva­ción del individuo; otras, las que a la reproducción ae miereJl, tie­nen per '6ltima resultante Ja con­aenaci6n de la especie.

Y a 1a satisfacción de esas ne­eesidades se dirigen, normalmen­te las aetm<}ades del Mmbre, re­gidas en sus más intiaos aspec­tos per factores materiales seme­jantes a los que actCian en b de­más animales.

CUando estudialMI. pues, • la humanidad. a predio ao perder de viata que estamOIII estlldiando un conjunto de seres anhnales. En conseeuencia, sl JI08 acereanMJB • eR eampo de estudio armadol de

(SIGUE E.N LA PAGINk 12)

'PA(;JNA,

tt Por qaíf sera ••• ~

Por qut seró que tambffln en Estocolmo, Suecia (como .. aprecia en ra grófica, a estas personas brindando con la pausa refrucante, que se ha hecho tan popular en toda Suecia), como en Monterrey y como en M6xico e...­t9ro,. todo mundo, en todas partes y a toda hora toman

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PAGINA 11 MIERCOLES , DE ENERO DE 1960

_. • ..no ,Jglo Brlndond~ - No descansó ... (VIENE DE LA PAGINA 6)

rraigado y los insomnios del soli­tario. La transparencia del aire pa­recía convertirse en una helada masa de vidrio en torno del joven: lo separaba de todos los objeto, del mundo.

Dos recursos lo salvaron: su es­peranza en el género humano y su lealtad a la vocación. La sospc,­cha de su adolescencia sobre la fal. sa perfección del orden finisecular, convertida en certidumbre, se ha­bía convertido también en una de­fensa. En medio del caos la opera­ción de trasladar las palabras al pa­pel le devolvía lo armon!o~.

La enseñanza de la cns1s fue do­ftnitiva. Alfonso Reyes llegó a ilu­minar todo lo que tocaba su pen­samiento porque supo buscar e.ll

medio de la sombra y nunca ce­rró los ojos a la experiencia hu­mana ni al espectáculo del mundo. No- era el suyo, tal vez, un tem­peramento para vivir en medio de la catástrofe, contemplar incendios aü- percibir derrumbes; pero acep­tó la vida tal como se la daba su ér;xxa. No hay_ fueg? ni cólera. en sus· palabras, m su tinta es ard1en• te, Pero hay luz y trémula comu­nicación; destellos de su siglo. Nunca lo abandonaron la curiosi­dad ni el afán de ligar a las per­sonas, las obras y las cosas por mo­dio de la inteligencia.

La lengua española le debe algu­nas de sus mejores páginas; Am6-rica varias de sus ideas más cla­ras, y México la más severa adhe>­sión moral e intelectual.

Su obra escrita es quizá la mú vasta de un mexicano. Muchas pá-

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... ___________________________ _. ,,,,

giftas formuladas por el deber de la tarea transitoria, son fugitiva, en su texto, mas no en la inten­ción. Pero muchas otras son per­durables y pertenecen a la expre-

tura. Sut ojos se han

siempre; pero deja de todo lo que vieron,

El sinuoso camino de Balzac ('f" (VJENB DI LA PAGINA Jt

bitado por César Birotteau, el cura de Tours, José y Felipe & deau, cuatro caracteres que cinceló Balzac en su pequeño "'­do. De los cuatro, el último rompe esa barrera en actitud • tructora y negativa, Estos serían los grandes personales dt"Ji comedia humana, a los que habría que agregar al Padre fi. riot. Y a su alrededor, pululan cientos de gentes que los .... pañan en ,u, glo,;o, y••• de,dkho,, <au,on su~ permanecen como impasibl~s testigos ante los aconteci •

En capítulos aparte se estudian el determinismo de su concepción política, la búsqueda de lo absoluto, para,._ cluír el asedio enfrentando al novelista con otros escrfio9 obras que algo le adeudan, desde la novela psicológica ~ la policíaca. Jaime Torres Bodet ha escrito un libro mag que se agregaró sin duda a los mejores estudios que se. realizado sobre la vida y la obra de Honorato Balzac. cumbre de la literatura universal.

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Dará Fuerte Impulso al Deporte Durante 1960 la U. de Nuevo León -.... 1111 .........

.-..-.o •--1G1•1111ta1,r

L' Sr. Rector de la Univer-

E sitiad de Nuevo León, Ar­quitecto Joaquín A. Mora

tltc)arado que tiene especial en que se le preste al de­

la máxima atención dura!1• l960 y que se aprovecharan ellperieneias anteriores para

ción para tratar de formar un equipo representativo.

El Lic. Rubén Barragán Gar­za, Director del Depar tamento Deportvo de la Universidad de Nuevo León ha mostrada hasta el presente una especial diligen­cia por no dejar de ayudar a los

grupos depor tivos universitarios y ha hecho todo lo que está de su parte por resolver los difíci­les problemas que en lo general se presentan por falta de fondos para el fomento intensivo del de­porte universitario.

~-~!lf! dando a los estudiantes rsitarios los campos necesa­

$11 y Jos útiles que pudieran ha­~ falta.

l)ebido a lo anterior, ya se )la Universidad con su Quinteto de Basquet Frente al Cetro

1·¡.-:::s:::-... ll!'IP-.. -~-.

~ llll in1orme de las activí­i141e hechas durante los últimos

IMIMI 11\ ........ ~ meses y que son la ~rifi-~ del torneo inter \lnivetsi­J.8irlo de basquetbol, el inter_ uni- . ..,.itarlo de beisbol que aun se

. J11i efeet~IUW, un torneo atl'é-tlee de novatos de ]lista y campo ·

Jos trabajos relacionados con la pacíón de la Universidad

ue•o León en el festejo del ,o de Noviembre próximo pasa-fo. '

LA última vuelta del Cam­peonato Cruz de Malta ser­virá para decidir los prime-

ros tl"eS' Jugares que se los dispu­tarán los equipos de la Uni~rsi­dad, Proeesa y Tecnológico. .El jueves será el primer choque cla­ve y ~erá entre Procesa y los uni­sitarios dirigidos por Ornar San­ooval.

les a los poderosos, aún tienen es,. peranzas de hacer una travesura.

Al terminar el mes de Diciem­bre la colocación de los equipos · era:

Gs. Ps. PtJe. 8 2 .800

'1 2 .778

'1 3 .700

--~ ....... ... ........ .,._

-·-••·- ....... -·--·----•-' 11eawu-. Por efectuarse dos o tres com­

~nclas más de Atletismo, el paer Universitario de futltol so­)IIS, la participación de equipos ~tarios en la Liga Inter­t.Ñla de Futbol Americano y IIGIM!ffltnt-e un tornee de Nata-

Hasta ahora el Campeonato Cruz de Malta ha sido estupendo ya que los equipos han demostra­do una clara superación y aunque sólo son tres los conjuntos con po­sibilidades tle ganar el primer si­tio, los otros tres que están lu­chandl,> denodadamente por ganar•

Equipos

Procesa

Universidad

Tecnológico

Vidriera M.

Matamoros

Tigres

4 6 .400 ............................ _.

3 8 .272 - .. ________ 4 __ ,.. _____ ,_,

1 9 .100

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Las sÑ:!te victorias de los uni­vérsitarios han sido: dos veces so­bre el Tec por 63 a 56 y63 a 59. Una S()bre el Procesa 60 a 55. Dos sobre el Matamoros por 62 a, 44 y 61 a 49. Una sobre los Bote­Deros 70 a 4a. Una victoria 80-

'bre los Tigres por 46 a 29 y por último las dos derrotas sufridas ante el Procesa por 64 a 59 y an­te los Botelleros por 51 a ·19,

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$ 45.472,~.69

- El Pmtl1t~ ll!\}all.~ fn, fqm,ulado de acuerdo eon la agrupación de cuentas ordenada por la R Cemlsl6n Nacional ltanearla, habltnao lh1o a3ue_taaat, 1M clvieas . ~ a. wpe li.e eoti.:w:ión del cira. . .

El saldo que arroja la cuenta ee Pérdidas y Ganancias ,e encuentra sujeto alas modif1cac1onea que aeuerde la H. Comisión Nacional :Bancaria al bcer la revillión de este Balante de acuerdo con la Ley.

IORGE ~A ROMERO Clentnler

EBNDrl'O OBTIZ ~. c.P.T. ~1'111.

PAGINA tz MIERCOU!S 6 DE ENERO DE 19'1

.DAR WIN - DAR WINIS1lfO (VIENE DE LA PAGINA 9)

lln sólido criterio biológico, par, tiremo,; de una buena posición pa­ra intentar resolver los prnble­mas que se no, \"an presentando. · Claro e,tá que podemos tam­

bién, siguiendo los postulados teológicos y metafbicos. decir que el hombre, creado por la Divini­dad a su imagen y semejanza, es una entidad aislada en la Natu­raleza, cuya marcha no está re­gida por los mismos impulsos bio­lógicos que gobiernan la existen­cia de los animales, sino que de­be ceñirse a reglas especiales que p.1ra él ha dict_ado esa supuesta Divinidad que lo creó.

Ma,; lo curioso es que, quienes adoptan _esta segunda posición pretendiendo que los motivos hu­manos son de índole distinta, no pueden negar, pues ello los condu­ciría a lo ab~urdo, que el hombre debe comer pai·a sustentarse, tal como lo hace cualquier animal, y que uno de los más fuertes impul­sos que lo guían en su vida es el que lo conduce a reproducir,e, exactamente en la misma forma en que lo hace cualquier otro mamífero.

Aplicar, pues, el criterio bioló• gico en el estudio de la humani­dad. es tratar de comprender la estructura y el funcionamiento del hombre como un simple ani­mal; sus relaciones con el medio, que en su base son las mismas que experimentan los demás sP.­res organizados y la forma en que se agrupa con otros hombt'eci, regidos también por las mismas leyes y movidos por los mismos impul:;os biológicos.

No quiere decir lo anterior que en el hombre no existan, especial­mente en sus relaciones con los demás hombres, ciertos hechos "sociales" que si los enfocamos, procurando aclararlos con el úni­co auxilio de la Biología, nos re­s u 1 t a r á n incomprensibles. Más adelante volveremo.;; a insistir so­bre las semejanzas y diferencias entre lo que podemos llamar el "hecho biológico" y el "hecho so­cial".

Lo que hasta aquí hemos que­rido expre.,ar es que cuanto me­jor conozcamos biológicamente al hombre, en mejor posición esta­remos para intet·pretarlo social­mente.

Es curioso hacer notar cómo Linneo, decidido partidario del creacionismo y del fijismo, no pu­do menos de percibir, con su cla­ra mentalidad sistemática, que el hombre presentaba una serie de semejanzas tan grandes con (03 monos. que ameritaba colocarlo dentro del mismo orden que aque­llos: el Orden•de los Primates.

sociales y religiosos que apoyados en razones científicas.

Cuando se dice que entre el hombre y to;; monos superiores existen relaciones de parentescll, como lo aceptan casi sin excep­ción todos los biólogos contempo­ráneos que no están cegados por los prejuicios sociales o religiosos, se quiere expresar con ello que ambas líneas, la humana y la si­miesca. descienden de antecesores comunes. Es decir, si quisiéramos trasladar esta noción a los térmi­nos usuales que empleamos para designar las relaciones entre los humanos, diríamos que los monos superiores son nuestros "primos'' lejanos, pero por ningún concep­to nuestros "abuelos" remotos.

Ahora bien, el hombre. gracias al enorme desarrollo de su siste­ma nervioso central, especialmen­te de &u cerebro, ha logrado crear los instrumentos de producción y con ellos ha influido modificando la Naturaleza en forma incompa­rable con la de cualquier otra es­pecie animal. Al crear los útiles e instrumento~ de producción ha desarrollado también una serie de actitudes mentales. de reglas de conducta, relacionadas con el em­pleo y la posesión de los mismos, que no tienen paralelo en ningu­na otra forma animal, ya que úni­camente ese producto de la evo­lución zoológica que es el hom­bre, ha logrado suplementar sus propias capacidades biológicas con el empleo de útiles e instrumen• tos diversos. Estos problemas y muchos otros

más, deben encararse valiente­mente, sin remilgos y gazmoñe­rías, basándose en los conocimien­tos obtenidos de la Biología.

Pero no hay que olvidar que junto a estos fenómenos clara­mente biológicos, hay otros cuya explicación no puede buscarse si­no en razones de carácter social derivadas, como antes dijimos, de un hecho que no observamos en las otras especies animales: la existencia de útiles e instrumen­tos de producción, cuya propiedad y empleo condicionan en gran parte las relaciones humanas.

Querer juzgar de los problemas de la humanidad sin escudriñar hasta lo más hondo en la natura­leza animal del hombre, nos pare­ce tan absurdo como pretender aplicar exclusivamente esos da­tos biológicos, sin tomar en cuen­ta la existencia de los factores propiamente sociale,.

Es precisamente por el olvido de este importantísimo aspecto, como los ideólogos reaccionarios han podido deformar los princi• píos evidentemente revoluciona• ríos del evolucionismo, especial• mente del darwinismo, para tra• tar de justificar las más tremen­das formas de explotación del hombre por el hombre.

Posteriormente. con el desen­volvimiento de la teoría de la Evolución, fue necesario enfocar más seriamente el problema del hombre, para determinar si de­bía considerársele con el mismo origen de los demás seres vivien­tes, ligados a enos por relaciones de parentesco o, por el contrario babia que postular para él un orí~ gen distinto. divino, y colocarlo como una cosa aparte en la Na­turaleza, en un reino especial, el absurdo Reino Hominal, que no vacilaron en sostener algunos au­tores, guiados más por prejuicios

. . Efectivamente, el tran;;formL-<• mo nos enseña que todo en ia Naturaleza cambia, se transfor• ma, evoluciona en un sendero sin fin. Si aplicamos este concepto al estudio del hombre, lo único que válidamente podemos sacar de allí es que, siendo el hombre par• te de esa Nat.uraleza en un con• tinuo de\"enir, no habrá que bus• car en él, ni en su organización social, princioíos ah«''"'~· ,. "•~r-

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nos, que escapen al continuo cam­biar del Universo.

Pero en Jugar de ello, no han faltad o quienes, pretendiendo aplicar los principios darwinia­nos de "lucha por la vida", "su­pervivencia del más apto" y "se­lección natural" al estudio de las relaciones humanas, quieran jus­tificar la situación de opresión de las grandes masas productoras por una minoría que, según ellos, sería la de "los más aptos"; sin fijarse que cuando hablamos de especies animales, las caracterís­ticas orgánicas de sus individuos serán las que les proporcionen las posibilidades de triunfar en la vi­da, mientras que en los seres hu­manos los individuos y grupos do­minantes, que con frecuencia son los más imperfectos biológicamen­te, deben su situación privilegia­da tan sólo a la detentación de los medios e instrumentos de pro-ducción. ,.

Para evitar el desprestigio del punto de vista biológico en el es­tudio de los problemas humanos, es menester reducirlo a sus justos términos: sacar de él todos los importantes frutos que puede brindarnos, pero sin olvidar que en los problemas de la humani­dad, paralelamente al hecho bio­lógico, se desenvuelve el hecho social, cuyo estudio requiere da• tos y técnicas distintos a los em­pleados en la Biología. (Enrique Beltrán).

GRAN SEÑOR ... (VIENE DE LA PAGINA 7)

cosas plena de verdad y hermo­sura.

Artista incansable, pensador y erudito en continuo viaje por el campo de la cultura, sólo en la muerte conocerá el descanso y !a· paz. Por derecho propio se ganó esta tumba, en el cenáculo lumi­noso de los mejores ciudadanos de México. Entra a ella, con una glo­ria hecha con los mejores mate­riales del espíritu, para el que re­clamó todos los derechos. Su des-

aparición, sin duda, conmoverf • nuestro medio, pero ella se dejará sentir, además, en el ámbito uni­versal, por su alcance en la cut. tura clásica y en las letras extran­jeras. Era la figura más señera de la América española, merced a su tersa prosa y a su saber enci­clopédico. Trataba de ganarle la carrera al tiempo, para concluir su obra monumental y estaba dán­dole los últimos toques, cuando lo sorprendió la muerte. Sólo su fe• cundo peregrinaje .por el mundo de los libros y de la vida, pudo capacitarlo para ser un profundo humanista, siempre con una viva inquietud, gozándose en la bellez'.1 y con un pensamiento fácil y so­brio.

Gran señor de la literatura ca,¡. tellana, aquilató con eminencia sus más altos valores: la sátira del Archipreste de Hita, la técnica re• novadora de Góngora, el teatro moralizador de Calderón, la acti­vidad intelectual de Quevedo ... y, por último, el deslinde de la propia literatura, perfilando toda una teoría estética de valor indu­dable.

Alfonso Reyes, con grandeza r vigor, se ocupó también de los te• mas mexicanos. Muchas páginas -suyas sobrevivirán, perpetuando nuestros encantos y valores. Y enmedio del cauce de su proái. giosa producción; se alzarán igual­mente como rocas enhiestas, su, libros sobre la Grecia inmortal, que son una revelación de pleni­tul de vida, de ser espiritual. El ilustre desaparecido, por la gran distinción de sus emociones, por su capacidad de intuir, y por la forma perfecta de sus trabajos, tuvo el alma de un verdadero ate­niense, que contemplara la diosa

Atenea I la entrada polis.

. Hombres de su condición. d1tan. las mejores calidadei :" e~pec1e huma~a. Su ejemplo ~ ut~ye un valioso legado 1 1A COOt, ter1dad, a la que deja a¡' • ea.. una brillante falange d~ in~ dores, que se formó en to Cltl&a­él, en el Coleg~o de México, de ra la Academia Mexicana de~ Len~ua, significa una pérdida ~ , cepc1onal, pues su labor . . era ner. vio potente, aliento perdurable ca e! cu

8r~ de sus tareas. Su l111CB­

c1a a 1ge profundamente I todos sus miembros, pero su recuerde los ~compañará siempre, porque su figura se yergue ya en d di­latado horizonte de la 'patria 1 . 'coa a magistral serenidad, del que

nos deja una obra esclarecida,

DE LOS EE. UU.

(vmNI Di U PRIMERA PMllfAI

en grupo para maestros de • glés de segunda enseñanza.~ ra presentar literatura amer¡.. cana, filosofía, arte y ciend• sociales. El curso inelll19 Via­jes educativos dando a los vi­sitantes observación Prietica y experiencia en los. aspecloa culturales, sociales y edueatl• vos de la vida norteameriC8!11.

'l. OTROS CAMPOS DE -F.SPE,. CIALIZACION: P ro gradlll individuales en campos cializados, tales como ción audio-visual, educ de niños retardados m educación de sordo-m ciegos, educación para tos.

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