EXPERIMENTOS EXTRAÑOS
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EXPERIMENTOS EXTRAÑOS
Introducción
La ciencia siempre ha tratado de explicar todos los fenómenos del mundo y con
ello se han descubierto cosas que han estado ocultas ante nuestros ojos y que
tiene nuestro universo. Para poder entender los fenómenos los científicos lo
reproducen en laboratorio y prueban nuevas cosas para obtener resultados
nuevos, algunos llamados científicos les gusta experimentar según ellos cosas
extraordinarias pero la verdad es que son extraños y crueles que jamás se debería
permitir este tipo de ciencia.
Cuerpo
En la historia se han realizado experimentos extraños utilizando animales e incluso
seres humanos, entre los experimentos que más han llamado la atención al
mundo son:
El elefante y el ácido.
Hace casi medio siglo, un grupo de psiquiatras se propuso investigar el efecto que
ejerce el LSD (dietilamida del ácido lisérgico) en los elefantes y, más en concreto,
si era posible inducir en un elefante macho un estado denominado “musth”, en el
que los elefantes se vuelven violentos e incontrolables. No están claras las
razones por las que tenían ese propósito y de hecho, hay quien piensa que esas
razones tenían mucho que ver con el interés que tenía la CIA en conocer el efecto
de sustancias psicoactivas sobre las personas. Los elefantes no son personas,
pero en muchas ocasiones se utilizan modelos animales antes de realizar ensayos
con seres humanos e, incluso, tampoco se llega siempre a esa fase. El caso es
que uno de los investigadores tenía, al parecer, alguna relación con la CIA.
El problema era que no sabían cómo calcular la dosis que había que utilizar,
puesto que hasta entonces no se habían hecho investigaciones sobre ese
particular con animales tan grandes. Tomaron como referencia una dosis
suficiente para provocar que un gato se vuelva agresivo y, a partir de la relación
entre la masa del elefante y la del gato, calcularon en proporción la dosis a
suministrar al elefante. Esto es, asumieron que existía una relación lineal entre la
dosis efectiva y el tamaño. El cálculo lo hicieron mediante esta sencilla operación:
DE = DK x [WE/WK] donde DE es la dosis para el elefante, DK la dosis efectiva para
el gato, WE la masa del elefante, y WK la masa del gato. Les salió una dosis de 300
mg.
Para el ensayo utilizaron un elefante, de nombre Tusko, que era parte de la fauna
de un parque zoológico. Los efectos de los 300 mg de LSD fueron dramáticos.
Una vez suministrada la dosis al elefante empezó a barritar furioso y a correr;
luego se quedó quieto y cayó al suelo; cinco minutos después sufrió una serie de
espasmos; veinte minutos después de la inyección del LSD, decidieron
suministrarle hidrocloruro de clorpromacina (Thoracina) para contrarrestar las
reacciones adversas, y una hora más tarde, le inyectaron pentobarbital sódico.
Tusko murió una hora y cuarenta minutos después de la inyección inicial de LSD.
Revivir a los muertos
En los años 30, Robert Cornish, investigador de la Universidad de California en
Berkeley, creía que había encontrado el sistema para devolver a la vida
a muertos, que no tuviesen daños orgánicos graves.
Cornish, trabajando en el Instituto de Biología Experimental de la Universidad,
decidió primero afinar su método aplicándolo en animales y fue así como el 22
de mayo de 1934 probó sus experimentos en cinco perros a los que bautizó
como Lazarus (I, II, III, IV y V). Primero los asfixió con gas nitrógeno, esperó a
que permaneciesen muertos durante diez minutos y les aplicó su técnica. Los
tres primeros intentos fueron un fracaso, pero los dos siguientes resucitaron, eso
sí, con una motricidad desequilibrada y alteraciones nerviosas severas. Aunque
ciegos y con importantes daños cerebrales, vivieron durante meses en casa del
científico.
Cuando habían transcurrido seis minutos desde el último latido, el joven doctor
Robert E. Cornish dispuso a Lazarus II a un dispositivo de “sube y baja”,
llamado teeterboard. Allí abrió una de las venas del muslo del terrier para aplicar
una solución salina saturada de oxígeno y que contiene adrenalina y estimulantes
para el corazón, el extracto de hígado heparina y un poco de sangre canina de la
que había sido la fibrina (sustancia coagulante) que se retiró. La solución
estimulante se hundió en un medidor de vidrio, ya que se filtró en el cuerpo a
través de cinco pies de tubo de goma, comenzó a levantarse en pulsaciones
lentas. Lazarus II quedó sin aliento por momentos. Sus piernas temblaban. Su
corazón empezó a latir, débilmente al principio, luego como un triphammer. Lázaro
II estaba vivo.
Durante ocho horas y 13 minutos el perro estaba en un coma inquieto, apenas
gimiendo, jadeando suavemente. Ansioso por acelerar la recuperación, el doctor
Cornish inyectó una solución de glucosa. Pero un coágulo complicó el experimento
con Lazarus II y III.
Lazarus V fue condenado a muerte con una sobredosis de éter. Media hora
después que su respiración se había detenido y cinco minutos después de que su
corazón se paralizó, el animal fue revivido por medio de productos químicos y la
electricidad. El doctor Cornish, entusiasta, ha expresado que Lazarus V volvió más
cerca de la normalidad en cuatro días que el otro Lazarus, que lo había hecho en
trece días. Se ha solicitado a los gobernadores de los estados de Colorado,
Arizona y Nevada para entregarle los cuerpos de los criminales después de que se
hayan declarado muertos después de su condena en cámaras de gas, pero sus
peticiones han sido rechazadas por diversos motivos.
Años después, en 1947, Cornish anunció que estaba listo para realizar el
experimento con un humano. Thomas Mc Monigle, un prisionero condenado a
pena de muerte, se ofreció como voluntario para servir como conejillo de indias,
pero el estado de California denegó la petición. Temían que si el experimento
funcionaba tendrían que dejar libre a McMonigle porque la ley penal impide
mantener bajo arresto a personas discapacitadas, fuera de sus facultades
(incluyendo los protegidos por el fuero político) y personas sin voluntad.
Su método y modos de proceder no eran muy complejos, no más que la
escrupulosa preparación de la fórmula y el cálculo de los efectos y las
manifestaciones somáticas delrigor mortis. El eje pragmático de su plan consistía
en una tabla de balanceo o vaivén que se utilizó para dinamizar el flujo
sanguíneo en los pacientes recientemente fallecidos para a continuación inyectar
una combinación dosificada de epinefrina (adrenalina) y anticoagulantes
mientras continuaba la oscilación con el sencillo mecanismo diseñado para tales
propósitos.
Ovejas drogadas con anfetaminas para recibir electroshocks
Recibir electroshocks mientras estas viajando en un droga dura no es
precisamente un buen trip, pero ovejas seleccionadas para participar en un
estudio que prueba los peligros de estas armas (“tasers”, en inglés) tendrán que
aguantar el rigor, aunque seguramente nadie les preguntó ni siquiera si querían
tomar crystal meth.
El estudio fondeado en parte por Taser International tiene como fin probar si estos
aparatos de elctroshock usados por la policía han producido problemas cardiacos
o hasta la muerte en sospechosos bajo la influenica de la droga crystal meth.
El abuso de estas sustancias metanfetamínicas al parecer ha provocado muertes
relacionadas con el arresto en situaciones donde policías utilizan las armas de
electrshock en sujetos intoxicados. En este caso, las personas son ovejas.
Utilizando el Taser X26 que puede emitir shocks a distancias superiores a 10
metros, los investigadores “shockearon” a 16 ovejas anestesiadas después de ser
inyectadas con metanfetamina hidrcloruro (meth pura)
Sólo las ovejas pequeñas, pesando menos de 35 kilos sufriern condiciones
cardiacas exacerbadas. Sin embargo, si este estudio ya olía raro, además de ser
fondeado por una compañia que produce estas armas de sometimiento, dos de los
investigaores tienen acciones de la compañía.
El estudio que aparece en la revista Academic Emergency Medicine abiertamente
enumera algunas advertencias. Aparte de ser financiado en parte por Taser
International, los autores del estudio incluyen dos médicos que representan a
médicos especialistas y los accionistas de la empresa. Uno de los dos es también
el director médico de Taser International.
Sin embargo, la Taser tiene un interés comprensible en la evaluación de la
seguridad de sus dispositivos no letales en este tipo de condiciones extremas.
Dispositivos Taser se han convertido en una familia de amplio alcance que incluye
cartuchos de escopeta Taser que disparan desde una escopeta calibre 12 de
hasta 100 pies. La compañía también se ha asociado con el Pentágono para
desarrollar cartuchos de choque para un lanzador de granadas.
Taser ha tenido siquiera sus empleados se ponen en la línea de fuego para
responder por la seguridad de sus productos.
Conclusiones
La ciencia en busca de explicaciones de los fenómenos que nos rodean intentan
reproducirlos en el laboratorio bajo condiciones controladas, en su búsqueda
algunos científicos no miden consecuencias y se tornan crueles yendo en contra
de derechos de animales principalmente, ya que primero se experimenta con ellos
antes de empezar las pruebas con seres humanos. Estos experimentos la mayoría
de las veces dan resultados fallidos, por ello se debería tener un control
exhaustivo de las investigaciones científicas y experimentos realizados en los
laboratorios, pero también apoyar nuevas ideas creativas y que realmente nos den
un avance tecnológico científico para el desarrollo y adelanto de la sociedad bajo
normas éticas y de buena convivencia.
Bibliografía
L. J. West, C, M. Pierce, W. D. Thomas (1962): “Lysergic acid diethylamide: its
effects on a male asiatic elephant”. Science 138: 1100-1103.
pijamasurf.com/2010/04/ovejas-en-crystal-meth-reciben-electroshocks/
revistareplicante.com/robert-cornish-el-reanimador/
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE INGENIERÍA CIENCIAS FÍSICAS Y MATEMÁTICA
INGENIERÍA EN COMPUTACIÓN GRÁFICA
Comunicación Oral y Escrita
Integrantes: Alarcón Ruiz VivianaPillajo Rodrigo
ENSAYO ACADEMICO