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3/7/2016 Exotizacin o neo-exotismo en el Gran Caribe Hispnico. Indicios de un proceso hegemnico cultural desde el cine de ficci n contemporneo

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Cinmas dAmrique latine21 | 2013:Cinma et politique

Exotizacin o neo-exotismo en elGran Caribe Hispnico. Indiciosde un proceso hegemnicocultural desde el cine de ficcincontemporneo

CARLOSALFONSOLPEZLIZARAZO

p. 150-161

Traduction(s) :

Exotisation ou no-exotisme dans la Grande Carabe hispanique. Indices dun

processus hgmonique culturel dans le cinma de fiction contemporain

Rsums

EspaolFranaisEste artculo habla del exotismo y la neo-extica como nociones y experiencias culturales

vinculadas con el cine que mira desde fuera y desde dentro al Gran Caribe Hispnicocontemporneo.

Cet article prsente lexotisme et la no-exotique comme des notions et des expriencesculturelles lies au cinma qui montre la Grande Carabe hispanique daujourdhui dun point de

vue externe et dun point de vue interne.

Entres dindex

Mots-cls : exotisme, no-exotique, industrie culturelle, cinma de fiction, Carabes

Palabras claves : exotismo, nueva extica, industria cultural, cine de ficcin, Caribe

Texte intgral
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Carmen Miranda

Introduccin

El Caribe Hispnico y el cine extico: unarchipilago flmico singular

Por asuntos metodolgicos, nos ocuparemos de algunos pases del Caribe objeto de

colonizacin hispnica. El propsito de las presentes lneas es establecer al Gran CaribeHispnico como escenario en disputa entre perspectivas portadoras de dismilesposturas polticas e ideolgicas que buscan, por un lado, la continuacin con un

proceso de exotizacin que asume una tradicional idea eurocntrica de comunicar laregin por el otro, fundamentada en un nuevo escenario del consumo transcultural y

justificada en el multiculturalismo y cierta asepsia ideolgica, una praxis neo-exticaque arropa y afecta a la forma cinematogrfica para hacer atractivo el productocinematogrfico y generar rditos econmicos y tursticos en y para la regin.

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Vale la pena precisar que inspirados en cierta perspectiva fanoniana, buscamossuperar la mirada local y trascender hacia un sentido suprarregional, pues, no hay pas

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Mara Antonieta Pons en El cicln del Caribe(1950), de Ramn Pereda

Sandra, la mujer de fuego(1954), de Juan Orol

del Mar Caribe que no conozca el papel que juegan ciertos hegemonismos culturalespara desplegar la idea de que la regin encarna nada ms que el encanto extico. Deigual forma, habra que precisar que en la actualidad la regin no cuenta, en lo que serefiere al sentido justo del trmino, con una industria cinematogrfica1. Pues losprocesos de produccin, as como su frecuencia y volumen nos impiden definirla de estamanera, por lo que apelamos ms bien a nombrar toda la obra flmica del Caribe comoun archipilago2. Con esto pueden encuadrar mejor en el tiempo y en el espacio lasdiscontinuidades, las diversidades y la fragmentacin, propias de la produccincinematogrfica caribea. Asimismo, y para cerrar esta suerte de delimitacin, esimposible hablar de la experiencia cinematogrfica del Caribe hispnico, sin considerarla praxis y la teora cinematogrfica surgidas en las dems regiones caribeas(francfona, neerlandesa, anglfona, portuguesa) de hecho aqu tenemos ya unproblema cuando en la definicin del Gran Caribe van incluidas la costacentroamericana y el norte de la suramericana como sustantivas de la caribeidad portal motivo, no insistiremos en Centroamrica y Sudamrica separadas e inconexas delCaribe, recogemos una mirada trans-areal para reflexionar sobre el cine en el mbitohispnico de la regin3.

Luego de estas precisiones, partamos con un vistazo general de los aos 1930 a 1950.All la historiografa del cine latinoamericano identifica apodos o nombres artsticosque llaman ampliamente la atencin: El cicln del Caribe que corresponde a Mara

Antonieta Pons La Venus dorada que fue Ninn Sevilla Rosa Carmina, conocidacomo La mujer de fuego Meche Barba que fue La Venus Azteca. De este perodotambin es menester sealar, obligadamente, a Juan Orol (1897-1988) y sus pelculas.Director, actor y productor espaol que se establece en Cuba y luego en Mxico eimpulsa este cine desde los aos 1930 hasta ms o menos 1954, con filmes como

Siboney (1938) y Sandra la mujer de fuego (1954), entre otros4 . Estas actrices ypelculas, y otras ms, corresponden a un tipo de cine exitoso en la taquilla y situaronen el imaginario social el llamado cine de rumberas (musical), el cine de cabaret(policial) y las actrices como las Reinas del Trpico. Ciertamente, desde una lecturaeurocntrica, reinasque representan la sensualidad y exuberancia extica de la mujerde una regin que naturalmente provee esta imagen.

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Carmen Miranda en Week-end in Havana(1941), de Walter Lang Elenco

Ahora bien, de este perodo, tambin llama la atencin que no slo es la produccinlocal, por supuesto desde un modelo suministrado por la industria metropolitana, laque viene impulsando una idea de sofisticacin y carnaval sobre la reginevidentemente, es el momento en que las grandes productoras ubicadas en Hollywoodlgicamente miran al Caribe. Llevan a la escena cinematogrfica la idea que all tienensobre sta, tal como lo dijo Capra en su momento: En Hollywood conocemos la vidasolamente a travs de las pelculas de cada uno5. En ese sentido, una de las figurasms emblemticas de lo que el cine de ficcin revela cuando emplea el exotismo fue laproyeccin de la figura artstica de Carmen Miranda (1909-1955). Con ella, la industriahollywoodense ciment una imagen estereotipo de latinoamericanismo y caribeidad

asociada a la msica y la danza, con 14 filmes para la Fox, MGM y Paramount6. Deestas pelculas, por ejemplo, destaca Week-end in Havana(1941)7,en la cual se insistecon representaciones de Cuba y el Caribe nada ms como el paraso tropical y el lugardel placer por antonomasia. Tal como lo seala el personaje de Miranda en la escena deapertura cuando responde la pregunta que hace el Coro musical al cliente de un glido

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Mara Antonieta Pons

Meche Barba, La Venus Azteca

Nueva York que busca vacaciones y podra pasar el fin de semana en La Habana,Carmen Miranda responde con su canto: Regresars de prisa a tu oficina el lunes por lamaana/ Pero ya no sers la misma persona. Lo que podra considerarse un insulsocanto publicitario, finalmente gesta a lo largo del filme una imagen bastante simple deuna compleja identidad cultural y especialmente una concepcin de isla-consumo en laque la msica y la danza sirven como mercanca. En estas pelculas, Carmen Mirandainterpret personajes coronados con frutas, penachos multicolores y llamativos

vestidos que estilizaron su figura. Sin duda, fue esta una accin interpretativa valiosa

para el mundo artstico del momento, pero trascendi la mera estilizacin de la regin,tal como seala F. Padrn: La estrella brasilea ser uno de los elementos claves en eseestrechar de lazos entre nuestras repblicas y el buen Vecino8.


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Ninn Sevilla, La Venus dorada

Ciertamente el cine musical hollywoodense y el llamado cine de rumberas y decabaret ofrecieron un filn en la taquilla para abonar a las distribuidorasinternacionales y para las nacientes industrias nacionales y con esto el impulso a unfascinante star system propio. Pero su peso traspas los lmites de la oportunidadeconmica y gener una lectura codificada del Caribe en las pantallas de ese momento,como el lugar de la exuberancia y la diversin.

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Ahora bien, esta reflexin considera que fue a partir de ese momento cuando el cineexotiza de forma sistemtica al Caribe en filmes de ficcin realizados por autoreslatinoamericanos y no latinoamericanos debido a que este cine valid ideolgicamenteel exotismo, al revivirlo mediante novedosos procesos de estilizacin visual y sonora.Del mismo modo, y no obstante esta carga evidente en el cine de rumberas y cine decabaret, el perodo tambin ofrece otros elementos relevantes para insistir en estepropsito exotizante, elementos que estuvieron asociados a otros gneros como elmelodrama y la comedia, y a otros artistas, por supuesto.

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Precisamente, sobre este mismo perodo, R. Gubern reflexiona acerca de la presencia

masiva del cine producido y coproducido entre Espaa y, principalmente, Mxico,Argentina y Cuba, en salas espaolas y de Latinoamrica9. Habla de una alianza quepopulariz a directores y artistas como Mara Flix, Jorge Mistral, Lola Flores entreotros. l se detiene en el tema idiomtico, como vnculo y diferencia. Segn Gubern, elcastellano peninsular no fue del todo bien aceptado en la regin y, a su vez, el pblico

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Mara Antonieta Pons, El cicln del Caribe

espaol no comprenda los modismos mexicanos, porque, [] como principio general,el exotismo lingstico slo fue admitido por los pblicos urbanos con un cierto niveleducativo, aunque a veces este exotismo jug a favor de la popularidad de ciertasestrellas10. De esta afirmacin llama la atencin el hecho de que para Gubern, elexotismo esencialmente pertenece a la expresin formal y es un asunto legtimo y bienrecibido pero por un pblico con buen nivel educativo y eminentemente urbano. Deconformidad con esto, se puede inferir, entonces, que el exotismo es un problema queinvolucr en su momento (y an hoy es el caso) al concepto de clase social y/o sector

social. Ya que el cierto nivel educativo al que l se refiere es posible para quienes tienenacceso a la educacin, a los medios de comunicacin y a la formacin artstica. Por otrolado, resalta el contraste entre el sector rural y urbano de nuestros pases, para colegirque el habitante de la ciudad cuenta con ms oportunidades de contacto con elmundo y en ese relacionamiento el exotismo funge como estrategia para elconocimiento. Sin embargo, a rengln seguido, las preguntas obligadas se refieren aqu tipo de conocimiento?, con qu propsitos?

Pese a ello, con lo dicho anteriormente, es viable aqu generar una tensin para ganaren perspectiva, al contrastar esas visiones que naturalizan al exotismo con claro acentoeurocntrico con un pensamiento anticolonial y descolonizador como el de, porejemplo, A. Csaire, cuando denuncia la muerte de una sociedad por el magro papel deintelectuales y burcratas locales entre los cuales estn los amantes del exotismo paraenaltecer la produccin extranjera y avalar la de la propia cultura pero desde cnones

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Carmen Miranda

europeos11 F. Fanon, cuando seala los trastornos y desviaciones que suscita elexotismo en la conformacin de la conciencia y la cultura nacionales, pues llama laatencin sobre artistas e intelectuales de la regin que adoptan, experimentan y creanobras con las cuales expresan su realidad local como extranjeros que pisan por primera

vez su propia comarca12 y la de R. Fernndez Retamar cuando se apoya en la nocincriollo extico de Jos Mart: el mestizo autctono ha vencido al criollo extico13. Deesta manera, cuando aparece en el discurso martiano la expresin criollo extico,Fernndez Retamar no la dejar pasar de largo pues le permite determinar los

peculiares atributos que Faustino Sarmiento y Jos Mart tienen como pensadoreslatinoamericanos, para establecer en el contexto de la guerra fra la presencia deintelectuales artificiales que se presentan con atuendo mestizo, pero an representana la Amrica europea de la que habl Mart. En voz de Retamar: Sarmiento es un ferozracista porque es un idelogo de las clases explotadoras donde campea el criolloextico Mart es radicalmente antirracista porque es portavoz de las clases explotadas,donde se estn fundiendo las razas. Sarmiento se opone a lo americano esencial paraimplantar aqu, a sangre y fuego, como pretendieron los conquistadores, frmulasforneas Mart defiende lo autctono, lo verdaderamente americano14.

Evidentemente, esta primera parte del siglo XX trae consigo la tensin entre ciertalegitimidad para tomar el exotismo como estrategia artstica y cultural, de sustratoprimitivista o naf, cultivado sin cortapisas por las metrpolis cinematogrficas yavalado por sus agentes artsticos en la regin, en debate con lo nacional y lo extranjero,

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El amor en los tiempos del clera, de Mike Newell (2007)

Caribe, de Estebn Ramrez (2003)

lo original-primitivo y la copia-artificio. No caben dudas de que este perodo estableceuna resemantizacin del exotismo primitivista, en contradiccin con una realidadeconmica, poltica y cultural que no puede divorciarse de los procesos y problemassociales en la regin.


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El cine contemporneo: nueva extica yexotizacin

A partir de la dcada de 1980, es evidente en y para la regin articularse al nuevoescenario cultural marcado por nuevas condiciones polticas y econmicas de ordenmundial, relacionadas con nuevas lgicas del consumo de masas, fortalecidas por laglobalizacin. Estas nuevas lgicas buscan, por un lado, configurar un consumidor noslo de orden local sino internacional, y por el otro, el refinamiento de las hegemonasculturales.

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Hay que sealar tambin que, a pesar de la existencia de proyectos claramentepoltico-cinematogrficos en la regin, como La Esttica de la Violencia (Glauber

Rocha, 1965), el Cine Imperfecto (Julio Garca-Espinosa, 1969) y el Tercer Cine(Octavio Getino y Fernando Solanas, 1968), con una clara perspectiva antiimperialista

y anticolonial, que animaron el aglutinamiento de creadores y debates en torno acontenidos, estilos narrativos y crtica al consumo del cine para Latinoamrica, y, noobstante estas posturas que pusieron en tensin el devenir de los cines nacionales, los

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Habana Blues, de Benito Zambrano (2005)

aos 1980 y siguientes muestran cmo la industria cultural transnacional sereacomod para mantener el control del negocio en la regin. Por ejemplo, con lamodernizacin a ultranza de los circuitos de exhibicin theatrical en las urbes lacooptacin de talentos artsticos y temticas locales para insertarlas en el mercadomundial el control monoplico de otras ventanas de exhibicin como el home videoy latelevisin y lo ms serio, la homogeneizacin de narrativas al estilo Hollywood15. Conlo cual se insiste en la dependencia cinematogrfica como realidad de la regin.Dependencia que no procede exclusivamente del control de las materias primas y la

tecnologa, sino, precisamente, dependientes por el suministro de obras. Dejando a laregin el papel central de consumidora, tal como lo indica Corts (2005) para todaCentroamrica pero que perfectamente se puede extrapolar al Caribe hispnico16.

Evidentemente, estos reacomodos generan un cambio clave con dos direcciones. Porun lado, en los temas a trabajar por los cines nacionales, en los cuales aparecen lasproblemticas de gnero, etnia, medioambiente, con las que la regin dialoga en elconcierto global. Expresadas en por ejemplo filmes como: Caribe (2003) de EstebanRamrez, Un macho de mujer (2006) de Alfonso Rodrguez,Los viajes del viento (2009)de Ciro Guerra. Y, por el otro, el cambio motivado por los productores-directoresexternos a la regin, que crean pelculas asociadas a temas habituales como las luchasde liberacin nacional, la censura poltica, el atraso y el progreso, con las que asumieronposturas, en cierto sentido, radicales y coherentes con las realidades representadas. Lascuales se observan en pelculas como: Trece das (2000) de Roger Donaldson,Habana

Blues(2005) de Benito Zambrano,El amor en los tiempos del clera (2006)de MikeNewell. No obstante esta disparidad en las direcciones sealadas, ciertamente el modopara tratarlas fue unnime: el exotismo.

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Esto trae consigo la aparicin de filmes de consumo masivo provistos de untratamiento dramatrgico que an recurre a la imagen extica como teln de fondo,como estereotipo, como perspectiva, para abordar estas temticas. Lo que indica queasistimos, segn S. Hall, a una de las expresiones de la llamada nueva extica17manifestacin que no aparece slo en la gastronoma, msica, plstica y publicidad,sino en el cine de ficcin. Es decir, se trata de considerar la produccin de pelculaslocales, en co-produccin, o de produccin internacional, basadas en la diferenciacultural, con aire posmoderno, pero no para avalar y profundizar polticamente estacondicin identitaria de la diferencia, sino porque ella permite proveer a los circuitosinternacionales de consumo cultural de alto nivel adquisitivo con nuevos y extraosartefactos. En estos, el espacio, el tiempo, las tramas, los personajes y los conflictos queemanan del Caribe son etiquetados y catalogados en nuevos empaques que llevan lamarca registrada de lo tnicamente diferenciado, pero que, en la prctica, logran elmismo efecto de antao con los penachos y coronas de frutas de Carmen Miranda.

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Los viajes del viento, de Ciro Guerra (2009)

Segn B. Paddington, estas nuevas imgenes van incrustadas en discursosestticos que siguen ocultando los verdaderos problemas de la regin:El uso del Caribe,en tanto que locacin extica, contina hasta hoy mismo. Cuando el Caribe esidentificado en uno de estos filmes, usualmente ocurre que se le emplea a modo de telnde fondo sobre el cual aparecen las estrellas, usualmente norteamericanas, lidiando contemas como el vud, la piratera o el trfico de drogas18.

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Lamentablemente, el cine ha sido y es instrumento importante en esta distorsincultural, desorientando al mundo y tambin a los propios habitantes del Caribe. Sinembargo, estas nuevas imgenes no corresponden exclusivamente a una produccineuropeo-norteamericana. Asimismo, y como lo hemos venido insinuando, el exotismono es una praxis eurocntrica exclusivamente, o dicho de otra forma, no es postura

nica del viajero extranjero y expresin eurocntrica por excelencia ms bien, es unacondicin etnocntrica para asumir la superioridad sobre un otro que un nosotros hadefinido como atrasado, brbaro, primitivo, salvaje, extrao19. En medio del debatesobre el cine y la identidad caribeos, se vislumbra que el cine local tambin puede serportador de esta visin. Pues hoy los problemas del hambre, el dao ecolgico, lacorrupcin, el patrimonio inmaterial, la inmigracin, son los temas exticos para elforneo de nuestra regin. Pero este es un forneo instalado en sociedades con altopoder adquisitivo animado para consumir la nueva extica, la cual, situada en lasociedad de consumo, se erige como nuevo valor simblico de estatus social yprivilegiada forma de conocimiento del mundo. Lamentablemente, pues, an hoy sepuede afirmar, como lo hiciera G. Rocha: los procesos de la creacin artstica del

mundo subdesarrollado slo le interesan en la medida en que satisfagan su nostalgiadel primitivismo y este primitivismo se presenta hbrido, disfrazado sobre tardasherencias del mundo civilizado, mal comprendidas porque fueron impuestas por loscondicionamientos colonialistas20.

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Mara Antonieta Pons, El cicln del Caribe y Ninn Sevilla, La Venus dorada

De modo similar estas realidades tambin pueden ser distorsionadas por los propioshabitantes de la regin. Al respecto se avizoran un par de justificaciones: una, pordebilidad financiera para producir pelculas, lo que obliga a concesiones en el

tratamiento y la otra, por asumir posturas advenedizas frente a las propias realidades.B. Paddington trae a colacin el debate entre el crtico de cine Alain Menil y el directorde cine guadalupano Christian Lara: El Caribe es descrito en los filmes de Lara [porejemploAdieu foulards, 1983], a travs de los ojos de alguien que es extranjero en supropio pas, y resulta por lo tanto incapaz de reconocerse en otra etiqueta que no sea ladel exotismo21.

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Evidentemente, esta declaracin no puede ser tomada como una rebatia insulsaentre crtico de cine y autor cinematogrfico, sino como expresin de un debateprofundo y dinmico histricamente al cual debe prestarse atencin. Porque el caso deLara no es el nico, otros cinematografistas locales como Pedro Gonzlez-RubiodirigiendoAlamar (2009), Ciro Guerra, Alfonso Rodrguez, con los filmes mencionados

arriba Jos Enrique Pintor Pinky con su filme Sanky Panky (2007), puedenejemplificar este debate en otras costas de la regin porque tambin usan al Caribecomo pretexto para cautivar a un otro del primer mundo embelesado con la nuevaextica.

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Conclusin

Carmen Miranda

Finalmente, desde una perspectiva crtica, al auscultar el papel del cine de ficcin ycon destinacin masiva en la regin, definitivamente, hablamos no de oportunidadesde crecimiento y desarrollo va la industria cultural, se trata de los significados quepueden tener para los ciudadanos del Caribe su codificacin como exticos y terminarempacados as en productos cinematogrficos que, en un nuevo escenario cultural dealcances transnacionales, decididamente no proyectan sus realidades sino quecontribuyen con la prolongacin de procesos de invisibilizacin y distorsin de sus

identidades y de enajenacin del derecho a sus valas culturales.

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Notes

1Garca Borrero J., Cuatro notas sobre el cine en el Caribe, 2006 (On line)

2Bentez Rojo A.,La Isla que se r epite, 1998, p. 17

3Ette O. y otros, Trans (it) Areas. Convivencias en Centroamrica y el Caribe, 2011, p. 11

4 Ver Castro M., Cuba exotizada y la construccin cinematogrfica de la nacin mexicana,http://www.razonypalabra.org.mx/N/N71/TEXTOS/CASTRO_REVISADO.pdf. Tambin F.Muoz,Las rei nas del trpico, 1993

5 Un apartado de la entrevista que este director dio para la revista Variety del 14 de abril de

1948, Powdermake Hortense, El mundo del cine visto por una antroploga ,1950, Hollywood, p.27

6Parish J. y Pitts M.,Hollywood Songsters, A biographical dictionary, 1991, p. 501-508

7Dirigida por Lang Walter, Elenco: Alice Faye, Carmen Miranda, John Payne y Csar Romero,Twentieth Century-Fox, duracin 81 m inutos, color, 1941

8Padrn F.,El sistema de estrellas latino en los aos 30 y 40. Rostros en la muchedumbre,2011 (on line)

9Gubern R.,Pluralismo y comunidad en nuestras cinematografas, 1997 (on line)

10Ibid (on line)

11Al respecto Csaire A.,Discurso sobre el colonialismo, 1955, p. 25

12Se puede ver Fanon F.,Los condenados de la tierr a, 2007, p. 178

13Fernndez Retamar R., Todo Calibn, 2000, p. 39

14Ibid, p. 51

15Sorlin P., Cines europeos, sociedades europeas, 1996, p. 2-25

16Frente a la dependencia se puede profundizar en Paranagu P. A., Tradicin y modernidad enel cine de Amrica Latina, 2003, p. 15-32, Acerca del papel de consumidores exclusivos se puedeampliar tambin, en Corts M., Ms all de la pantalla rota. Cine y video en Centroamrica,2005, p. 533-547

17Hall S.,Lo local y lo global, 2010, p. 501-520

18Paddington. B., Cine caribeo: imagen, identidad y produccin, 2010, (on line)

19Rojas Mix M.,Amri ca Imaginari a, 1992, p. 247-251

20Rocha G.,La esttica del hambre , 1965 (on line)21Paddington B., Cine caribeo: imagen, identidad y produccin, 1992, (on line).

Table des illustrations

Garca Borrero Juan Antonio, Cuatro notas sobre el cine en el Caribe, inRevista Cine cubanoOn line, octubre -diciembre 2006, inhttp://www.cubacine.cult.cu/revistacinecubano/digital04/cap01.htm (ltima consulta:12/11/2012)

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Titre Carmen Miranda

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Titre Mara Antonieta Pons en El cicln del Caribe(1950), de Ramn Pereda

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Titre Sandra, la mujer de fuego(1954), de Juan Orol

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Titre Carmen Miranda en Week-end in Havana(1941), de Walter Lang

Elenco

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Titre Mara Antonieta Pons

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Titre Meche Barba, La Venus Azteca

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Titre Ninn Sevilla, La Venus dorada

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Titre Mara Antonieta Pons, El cicln del Caribe

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Titre El amor en los tiempos del clera, de Mike Newell (2007)

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Titre Caribe, de Estebn Ramrez (2003)

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Titre Habana Blues, de Benito Zambrano (2005)



Titre Los viajes del viento, de Ciro Guerra (2009)



Titre Mara Antonieta Pons, El cicln del Caribe y Ninn Sevilla, La Venus

dorada




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Pour citer cet article

Rfrence papier

Carlos Alfonso Lpez Lizarazo, Exotizacin o neo-exotismo en el Gran Caribe Hispnico.Indicios de un proceso hegemnico cultural desde el cine de ficcin contemporneo ,Cinmas dAmrique latine, 21 | 2013, 150-161.

Rfrence lectro nique

Carlos Alfonso Lpez Lizarazo, Exotizacin o neo-exotismo en el Gran Caribe Hispnico.Indicios de un proceso hegemnico cultural desde el cine de ficcin contemporneo ,Cinmas dAmrique latine[En ligne], 21 | 2013, mis en ligne le 12 dcembre 2014, consult le02 juillet 2016. URL : http://cinelatino.revues.org/331

Auteur

Carlos Alfonso Lpez Lizarazo

Profesor investigador de la Universidad de Medelln (Colombia), especialista en Dramaturgia yMster en Educacin. Ensea historia del cine, guiones, semitica de la imagen, teora del

montaje cinematogrfico, direccin de actores. Actualmente d octorando en EstudiosLatinoamericanos de la Universidad de Chile tiene experiencia docente en educacin superiordesde 1999, y en produccin y realizacin audiovisual desde 1989.

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