Evolución histórica de los cordófonos primera parte
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Los Cordófonos
Los cordófonos son aquellos instrumentos musicales que generan el sonido por medio
de la vibración de cuerdas, ya sea frotando, pulsando o percutiendo las cuerdas. Estas
cuerdas por lo general pueden ser de tripa, nailon, metal o seda, o una combinación de
estos materiales (cuando son entorchadas). Suelen estar tensadas entre dos puntos del
instrumento y amplifican su sonido ayudadas normalmente por una caja acústica o de
resonancia. Hoy en día esto no es necesariamente así dado que la tecnología puede
hacer que recojamos sus vibraciones mediante micrófonos y las amplifiquemos
mediante amplificadores eléctricos.
Clasificamos los cordófonos en tres familias:
Frotados: Son aquellos instrumentos en los que frotamos las cuerdas con un arco,
manteniendo así el sonido en el tiempo con una intensidad constante.
Pulsados o Punteados: Son aquellos en los que pulsamos las cuerdas bien con los dedos
o bien con una púa. Una vez pulsada la cuerda, la intensidad del sonido disminuye hasta
desaparecer.
Percutidos: Son aquellos en los que golpeamos las cuerdas. Una vez golpeadas la
intensidad del sonido disminuye hasta desaparecer.
Evolución histórica de los cordófonos
La Prehistoria:
Los primeros indicios de instrumentos musicales, se encuentran en el paleolítico medio
(130000 a 33000 años a.C.) y en el paleolítico superior (33000 a 9000 años a.C.). En el
neolítico medio, se encuentran en forma de representaciones artísticas de los mismos. A
continuación se muestra un ejemplo de ello. Es la Venus de Laussel en la que muchos
arqueólogos identifican el cuerno que tiene en la mano derecha como un instrumento
idiófono.
Ya en el paleolítico superior, se encuentran restos de lo que se piensa que podrían ser
bramaderas, que consisten en una placa de hueso u otro material atada a una cuerda por
un extremo, que al girar genera un sonido. Se clasifican dentro de la familia de los
aerófonos. La bramadera que se muestra a continuación fue hallada en La Roche
Landine, en Francia.
También en el paleolítico superior se han hallado flautas, siendo las más antiguas
aceptadas por la mayoría de los arqueólogos, las encontradas en Geissenklösterle,
Alemania. Y que se cree que datan más o menos de unos 34000 años. A continuación se
muestra la fotografía de una de las flautas.
Más cerca, se han encontrado lo que parecen ser flautas en Isturitz, Behe Nafarroa.
Estas datan de la época Magdaleniense en el paleolítico superior.
En cuanto a los cordófonos, se sabe por las pinturas rupestres como vemos más abajo,
que en el neolítico, utilizaban arcos para cazar. Por esto se supone que sabían que las
cuerdas tensadas de diferentes tamaños, producen sonidos distintos.
Mesopotamia:
Suponemos que en Mesopotamia nace el arpa, ya que los instrumentos de cuerda más
antiguos encontrados hasta el momento son las denominadas “Arpas de Ur”, también
llamadas “Liras de Ur”. Datan de aproximadamente del año 2.400 a.C.
Se cree que el arpa surge del desarrollo del arco, cuando se le añaden a éste más cuerdas
y un mecanismo de resonancia, que más adelante daría pié al desarrollo de la Lira. En la
lira, las cuerdas se proyectan desde un yugo que se apoya en dos brazos y la principal
diferencia que tiene con el arpa es, que mientras que en la lira las cuerdas tienen la
misma longitud, en el arpa son desiguales. Tanto el arpa como la lira, son instrumentos
de cuerda pulsada.
-Los sumerios:
Sumeria era una región situada en la parte sur de la antigua Mesopotamia, entre los ríos
Éufrates y Tigris, y está considerada como la más antigua civilización (5300 a.C a 1940
a.C.). Sabemos que los sumerios tocaban el arpa, gracias a los restos encontrados en las
tumbas de las ciudades de Ur y Kisch. También gracias a las expresiones gráficas
artísticas de la época y a algunos documentos que han llegado hasta nuestros días, ya
que los sumerios ya conocían la escritura.
También tocaban la lira y un laúd de dos cuerdas, provisto probablemente de un mástil
largo, como la actual guitarra.
El arpa primitiva de sumeria presentaba la forma de un arco abierto hacía delante y su
caja de resonancia se practicaba en la misma madera del arco. El número de cuerdas
(verticales, con la más larga situada en la parte externa), varió probablemente entre 11 y
15.
La lira por lo que sabemos, solía ser de gran tamaño, y con la forma de un animal
sagrado cuyo cuerpo constituía la caja de resonancia. Las cuerdas, podían llegar a once,
solían estar sujetas a la base de la caja y se enrollaban en la barra de ajuste por medio de
palancas.
Ya en el tercer milenio antes de Cristo, los textos Sumerios hacen mención de la música
religiosa. Aunque los registros están relacionados en su mayoría con los ritos y
ceremonias religiosas en los templos, también nos hablan de la música popular y
profana, o de cómo se tocaba música en los festines de la corte y la nobleza.
-Los babilonios:
Más adelante los babilonios inventarían la notación musical, cuyos ejemplos
conservados más antiguos, datan del imperio Medio Asirio, del año 2000 a.C. La más
antigua forma de notación musical conocida, fue encontrada en Nippur (Irak). A
continuación se muestra esta tabla, una escritura cuneiforme que recoge instrucciones
para representar la música, a modo de guía para el intérprete.
El antiguo Egipto:
De la familia de los cordófonos, en Egipto destacó el arpa. Utilizada ya desde el
Imperio Antiguo, aunque como ya se ha mencionado anteriormente su origen haya que
buscarlo en tierras de Mesopotamia. El arpa fué un instrumento muy apreciado por
ellos, llegando a convertirse en el instrumento nacional de los egipcios. De mayor o
menor tamaño, podía ser curvo o triangular. En las representaciones más antiguas, los
arpistas, aparecen sentados o arrodillados en el suelo tocando arpas con forma curva.
Pintura de un arpista, en la Tumba de Naht.
Más adelante, ya en el Nuevo Imperio, se generalizaron las arpas llamadas “de palo o
remo”, que eran también de tamaños variables. Solían ser de madera y su número de
cuerdas variaba en función de su tamaño llegando incluso a tener dieciséis. Las más
grandes se denominan “de pie”, ya que eran tocadas en dicha posición.
Dos músicos de Arpa que figuran en la tumba de Ramsés III.
También podemos encontrar el “arpa angular”, y unas arpas de hombro parecidas al
salterio, que eran tocadas siendo apoyadas en dicha parte del cuerpo.
Arpa egipcia encontrada en la Tumba de Thauenany. XVIII Dinastía, 1534-1296 a.C.
Durante el Imperio Medio, adoptaron la lira. En un principio, fue una lira rústica, toda
de madera, que se tocaba con un gran plectro. Este instrumento, fue sufriendo
transformaciones siendo a veces ligera, de caja redondeada y brazos elegantemente
contorneados, y otras veces maciza, rectangular y con un cordal prominente del que
saldrían hasta trece cuerdas.
También apareció el laúd por su contacto con la cultura Mesopotámica. Un laúd
perfectamente conservado y provisto aún de sus cuerdas fue hallado en una tumba de
Tebas que data de alrededor del 1490 a.C. Este instrumento, mide 1,20 m de largo y
posee una caja de resonancia ovalada, redondeada por la parte de atrás, de madera de
cedro. Está cubierta por una piel que constituye la tapa superior, atravesada por el
mástil. Este mástil, cilíndrico, se halla desprovisto de diapasón y trastes, pero en la parte
superior lleva una pieza de madera triangular perforada por tres ranuras por las que
pasan las cuerdas de tripa. Estas, salen de una cejilla, sujetándose después mediante una
cuerda fuertemente enrollada alrededor de nudos de tela. Se tocaba con un pequeño
plectro de madera pulida. En la siguiente imagen podemos ver a dos músicos egipcios
tocando el arpa y el laúd.
La música en Egipto, era utilizada sobre todo, en los rituales religiosos. También
pensaban que podían comunicarse con los difuntos por medio de ella y que era útil
como remedio terapéutico. Como curiosidad, señalar, que el jeroglífico para música, es
el mismo que para bienestar y para la alegría. Durante el Imperio Nuevo, se utiliza ya en
actos civiles y cortesanos, surgiendo aquí la orquesta que está formada por cantantes y
bailarinas, expertas en el manejo del arpa, laúd, lira, oboe, etc.
Ejemplo de una orquesta.
Muestro también en esta fotografía como eran los laudes de la época.
No se conocen notaciones musicales egipcias, por lo que se desconoce el sistema
musical que seguían. Pero por el estudio de los instrumentos que tenían de los que hay
muchas representaciones, se ha sacado la conclusión de que seguían una escala
pentatónica o heptatónica.
La Antigua Grecia:
Podemos decir, que la civilización griega, marcó un antes y un después en la forma de
comprender la música. Fueron los griegos, quienes comprendieron el origen natural de
la música, trascendiendo las explicaciones fabuladas acerca de su origen mágico o
religioso. Ellos asociaron la música a la física y la matemática, creando así un sistema
musical y los primeros tratados sobre armonía. Incluso la palabra música, proviene de la
denominación de las Musas, hijas de Zeus, que según la mitología griega, inspiraban
todas las actividades creativas e intelectuales.
En cuanto a los instrumentos de cuerda, en un principio, el más extendido fue la lira.
Más adelante será la cítara la que adquiera más importancia, debido a su mayor
sonoridad. La lira fue también el instrumento de Apolo, por lo que se consideró el
instrumento más importante entre los griegos. Se construía con el caparazón de una
tortuga y aunque al principio sólo constaba de cuatro cuerdas, más adelante le fueron
añadidas otras tres, dando lugar así a la lira heptacorde. La afinación se llevaba a cabo
de tal manera que se pudiera disponer de varias escalas modales, distribuyendo el
intérprete las cuerdas graves a la izquierda y las agudas a la derecha. Las cuerdas de
tripa, se tensaban con ayuda de correas de cuero y un ancho cordal haciéndolas pasar
por un puente móvil situado en el tercio de su longitud. Con la lira se solía practicar el
arte denominado Lirismo Coral.
Esta lira griega, se muestra en el Museo Británico de Londres.
Apolo con una lira representado en un kilix (especie de copa) del siglo V a.C.
Como he constatado anteriormente, la cítara, fue cogiendo popularidad con el tiempo,
debido a su mayor sonoridad. Entre las cítaras tenemos a la que podríamos referirnos
como cítara de cuna, más pequeña y con una caja de resonancia en forma de herradura
de madera, que era utilizada para uso doméstico. Tenemos también una mayor que solía
ser utilizada por los citaristas profesionales, con una caja de resonancia mayor y más
cuadrada, también de madera que disponía de entre siete y doce cuerdas. Con la cítara,
lo griegos practicaron dos artes, la Citerodia y la Citarística.
La Citarodia, consistía en un solo vocal acompañado de una cítara. Es decir, un poeta el
cual, el mismo se acompañaba por una cítara para recitar.
La Citarística en cambio, era el arte de los solos instrumentales en los cuales el músico
mostraba su virtuosismo con el instrumento.
Erató, musa de la mitología griega tocando la cítara.
-El sistema musical griego:
Gracias al estudio, tanto de la naturaleza de los sonidos, como de la relación numérica
existente entre las diferentes alturas de tono, llevado a cabo por personas como
Terpandro (siglo VII a.C.), Pitágoras (siglo VI a.C.) o Aristógenes (siglo IV a.C.), se
desarrolló un sistema que comprendía tres géneros. Estos géneros son, el diatónico, el
cromático y el enarmónico y los definimos de la siguiente manera:
*Diatónico: Es el más antiguo de todos. Su escala fundamental era la escala dórica, que
estaba compuesta de dos tetracordes descendentes dispuestos de la siguiente manera: MI
RE DO SI LA SOL FA MI. Ambos estaban compuestos por dos tonos y un semitono.
A partir de cada uno de los tonos de la escala diatónica, crearon nuevas escalas a las que
denominaron Modos. Los modos más usuales fueron siete, y fueron los siguientes:
1. El Modo Dórico o escala de Mi
2. El Modo Hipodórico, llamado más tarde Eólico o escala de La
3. El Modo Frigio o escala de Re
4. El Modo Hipofrigio, más tarde Jonio, o escala de Sol
5. El Modo Lidio o escala de Do
6. El Modo Hipolidio o escala de Fa; y
7. El Modo Mixolidio, más tarde Hiperdorio, o escala de Si
Cada uno de estos modos, era atribuido a un carácter moral determinado, siendo el
modo dórico el modo nacional por excelencia. Con el tiempo agregaron a la escala
dórica dos nuevos tetracordes, uno superior (MI FA SOL LA) y otro inferior (MI RE
DO SI) más una nota complementaria (LA) en la región grave. A este conjunto de
quince notas, cuya extensión abarca dos octavas, se le llamó, Sistema perfecto.
*Cromático: Este género, apareció en el siglo VI antes de cristo. Los tetracordes estaban
formados por dos semitonos y una tercera menor de la siguiente manera: MI FA FA#
LA y SI DO DO# MI. Se le llamó cromático porque tenía mayor vivacidad y color
(kroma) que el género diatónico. Se utilizó sobre todo en la citarística.
*Enarmónico: Es el más reciente. Sus tetracordes estaban formados por dos intervalos
de un cuarto de tono y una tercera mayor de la siguiente manera: MI MI## FA LA y SI
SI## DO MI. Lo practicaron los músicos profesionales más refinados, principalmente
por los que tocaban el aulos.
-Rítmica:
Para medir el tiempo, los griegos tomaban como unidad el valor de más pequeña
duración. A este se le denominaba breve. Después estaba la larga que se componía de
dos breves. El breve se representaba con el signo “U”, y equivalía más o menos a una
corchea de la actualidad. La larga se representaba con el signo “-“, y equivalía más o
menos a una negra actual. De la combinación de breves y largas se obtenían diferentes
ritmos elementales llamados pies. La conjunción de varios pies, formaban un metro y
varios metros formaban un miembro de frase o Kólon. Las frases se agrupaban en
periodos, y los periodos en estrofas.
-La notación musical:
Los griegos tenían dos clases de notación, la melódica y la rítmica. La notación
melódica era alfabética y comprendía dos tipos de signos. Para la notación musical
instrumental se utilizaban quince signos provenientes de un alfabeto arcaico, y para la
música vocal se utilizaban veinticuatro letras del alfabeto griego. La notación rítmica
utilizaba cinco signos especiales que nos daban la duración de los sonidos y los
silencios.
-Las formas musicales griegas:
También desarrollaron los griegos diferentes formas musicales, combinándolas en
ocasiones con formas teatrales. Entre las principales formas musicales, destacan:
-El Lirismo coral, que era el arte de la poesía acompañada por la lira, y también, del
arte coral que era realizado por grupos de cantores. Dentro del lirismo coral, tenemos las
siguientes formas: El Himeneo o canto nupcial, el Treno o canto fúnebre, el Escolio o
canto de banquetes y el Peán o himno en honor a Dionisos, entre otras.
-El Melodrama, que consistía en la declamación de un poema acompañada de algún
instrumento.
-La Tragedia, que consistía en diálogos entre un actor y el coro, en los que intervenían
además la danza, la declamación y la música instrumental.
-El Ditirambo, que relacionado con el culto a Dionisos, fue uno de los principales
géneros de la antigua lírica coral griega. Comenzó como un canto coral en honor a
Dionisos, y se convirtió luego en un verdadero himno coral con danza, música y acción
mímica.
El Imperio Romano:
No podemos decir que el imperio romano aportara nada nuevo en lo que respecta a la
música en la historia. Lo que hicieron más bien fue, adoptar y adaptar a sus necesidades
y costumbres, los conocimientos musicales de los pueblos conquistados, en particular
los del pueblo griego. Esto incluye el sistema musical, los modos etc. Los romanos
proyectaron la música hacia finalidades épicas, bélicas y rituales, así como a la
diversión. Aumentaron el tamaño de los instrumentos para obtener más sonoridad y
crearon enormes orquestas.
Apolo Citaredo. Copia romana s. I a.C. de la original griega.
En cuanto a los instrumentos de cuerda, tampoco inventaron nada nuevo y fueron la lira
y la cítara los dos cordófonos por excelencia.
Museo della Cività Romana. Roma
Reconstrucción de una cítara sobre la base de un fresco de la Villa de Boscoreale
(Pompeya)
Los músicos disfrutaban de respeto ya que la música era considerada como un gran
espectáculo. En especial eran respetados los músicos virtuosos, que disfrutaban de tratos
especiales entre los romanos. Esto nos da una pista de la importancia de la música en el
imperio romano.
Resulta conveniente recalcar que el Órgano (Hydraulus) que tanto en Bizancio como en
Roma era un instrumento de práctica esencialmente seglar y profana, más tarde
cambiará su carácter y significado, al ser introducido como símbolo triunfal en los ritos
y liturgia de la nueva religión cristiana de Occidente, donde se convertirá en el
Instrumento Litúrgico Cristiano por excelencia a partir del siglo VIII (por Carlomagno).
Podríamos decir, que las características más importantes que aportó el imperio romano a
la música según nuestro punto de vista, son el perfeccionamiento y desarrollo del
órgano y el nacimiento de la música cristiana que sirve de unión entre la música antigua
y la moderna, mediante la Edad Media.
La Edad Media:
En principio, podemos decir que la música tenía dos ramas en la edad media: La
Litúrgica, y La Profana. La primera se expresa mediante el canto Gregoriano, y la
segunda es la música popular, donde se van a desarrollar y van a evolucionar los
cordófonos principalmente aunque también tendrán presencia en la música litúrgica.
Aun siendo lo que más nos interesa los cordófonos, que en su mayoría son utilizados en
la música profana, haremos mención primero a la música litúrgica, por la importancia
que tuvo en el nacimiento de la polifonía y de la notación musical tal y como la
conocemos hoy en día.
-Música Litúrgica en la edad media:
La edad media, comienza tras la caída del imperio romano, y termina en el siglo XV. En
los últimos años del imperio romano, la religión cristiana se había extendido por todo el
imperio, y el canto comenzó a ser parte de sus ceremonias de culto. Se cree que estos
cantos tenían gran influencia judía ya que esta costumbre fue adquirida de las sinagogas
hebreas, y que a esta influencia se añadió también la del arte greco-romano, puesto que
la religión cristiana germina en el seno del imperio romano, siendo este heredero de la
cultura griega. Con el tiempo estos cantos fueron desarrollando formas diferentes en
función a la región donde se practicaban, hasta que a finales del siglo VI, el Papa
Gregorio I el Magno, recopiló y organizó una serie de cantos romanos que estableció
como los obligatorios de la liturgia unificada cristiana. Fomentó y reformó también, los
estudios en la Schola Cantorum de Roma. En un principio el canto gregoriano era un
canto monódico y sin acompañamiento instrumental, cantado en latín y con un ritmo
libre, pero hacia el siglo IX, surge la polifonía. En las primeras polifonías, se
desarrollaron dos géneros principalmente: el Organum y el Discantus.
-El Organum consistía en añadir a una melodía gregoriana llamada Cantus Firmus, una
segunda voz a distancia de cuarta o quinta, llamada Voz Organalis.
-El Discantus eran dos voces que seguían movimientos contrarios.
Entre los siglos XII y XIII surgió el denominado Ars Antiqua, que se desarrolló, hasta
llegar al Ars Nova, que se extendió desde el siglo XIV hasta el renacimiento.
-El Ars Antiqua: Se desarrollaron dos géneros principales.
*El Conductus, que fue un nuevo sistema polifónico en el que la melodía principal
no era gregoriana, sino inventada por el compositor. A veces esa forma de composición
aparecía sin letra en alguna de sus voces, lo que permite suponer que el conductus era
ejecutado por instrumentos en algunas de sus partes.
*El Motete, que fue un canto a dos o tres voces de carácter contrapuntístico, con la
peculiaridad de que cada voz independiente tenía un texto diferente y un ritmo también
diferente, por lo que resultó una música muy vivaz y contrastada.
* El Canon, que es una forma polifónica en la que hay una sola melodía pero que se
va repitiendo mediante entradas sucesivas de diferentes voces o instrumentos. La
diferencia con las demás formas polifónicas es que aquí hay una sola melodía pero
cantada o tocada en tiempos diferentes.
-El Ars Nova: Supuso una importante revolución en lo que hasta entonces había sido la
música. Se empezaron a trasladar a los instrumentos, piezas originariamente polifónico-
vocales. Se perfiló claramente la diferenciación técnica y expresiva que existía entre los
diversos tipos de instrumentos destinados a sustituir determinadas voces. Se dio una
evolución y enriquecimiento de los ritmos y las armonías. El Ars Nova permitió fijar las
notas y admitió acordes.
-Música profana en la edad media:
Fue en la música profana donde se dio realmente el desarrollo de los cordófonos durante
la edad media. Como ya hemos descrito, la música litúrgica, no introdujo instrumentos
prácticamente hasta el Ars Nova. Por el contrario, no fue así en la música popular, que
se apoyaba en ellos entre otras cosas para atraer al público. Entre los músicos populares,
se dieron dos figuras importantes: Los Juglares y los Trovadores.
-Los Juglares: Eran personajes herrantes que iban de aldea en aldea, de castillo en
castillo, asombrando y divirtiendo a un público analfabeto. Herederos de los mimos y
joculatores de la roma clásica y pagana, mitad poetas y mitad saltimbanquis, mezclaban
en sus actuaciones la declamación y el malabarismo, la música y la sátira, la lírica y las
gestas épicas.
Juglares en las Cantigas de Alfonso X el Sabio.
Los Trovadores: Pertenecían a una clase social más elevada, e insistían en distinguirse
de los juglares, considerándoles de peor condición. Generalmente los trovadores
componían y cantaban sus propias obras, mientras que los juglares solo interpretaban
porque no tenían formación ni facultades para componer.
Trovador tocando el rabel. Miniatura de la Biblia de Vic, siglo XIII.
A continuación nombro y describo algunos de los cordófonos utilizados por juglares y
trovadores durante la edad media, comenzaré por algunos cordófonos de cuerda pulsada
y percutida para terminar con los de cuerda frotada:
-El Laúd: La familia genérica de los laúdes está integrada por instrumentos constituidos
por un mástil unido con una caja de resonancia. El intérprete presiona las cuerdas contra
el mástil o las toca con los dedos por encima del mismo para obtener las notas deseadas.
Normalmente, los instrumentos con espaldas abombadas se clasifican como laúdes, y
los que presentan espaldas planas reciben el nombre de guitarras. No podemos decir que
esta sea una norma estricta, pues existen numerosos híbridos. Se cree que entró en
Europa por España, a la cual llegó por medio de los árabes, al ser ésta invadida por
ellos. Su nombre procede de la palabra al-úd que en árabe significa “la madera”. Su
fondo curvo podía estar construido en su origen por una pieza de madera, pero al
aumentar de tamaño, esta pieza se vio sustituida por costillas de madera dura. La tabla
armónica estaba construida de madera blanda y presentaba un rosetón. Las cuerdas de
tripa se tensaban entre un cordal frontal y un clavijero combado hacia atrás en ángulo
recto con respecto al mástil. Este último era corto y a partir del siglo XIV se fue dotando
cada vez con más frecuencia por trastes de tripa. Los laúdes europeos primitivos
presentaban a menudo cuatro cuerdas simples supuestamente afinadas en alturas
relativas a do fa la re1 y se punteaban con un plectro. Con posterioridad los órdenes
pasaron a ser dobles, y el diapasón se extendió, en primer lugar hasta sol1, y luego hasta
sol.
Músicos tocando el laúd en las
Cantigas de Alfonso X el Sabio.
-La Guitarra: En los siglos XI y XII pueden distinguirse dos tipos de "guitarras" o
"guiternes". Por un lado la morisca o mandora, con forma ovalada de media pera y que
se asemeja al laúd árabe. Por otro lado la guitarra latina, una evolución de las antiguas
cedras o cítaras, de fondo plano, unida por aros con mango largo y cuyo clavijero era
similar al del violín. Las cuerdas de tripa se punteaban con un plectro, y aunque se
desconoce su afinación medieval, es posible que se afinara como los laúdes primitivos,
es decir do fa la re1. La primera de ellas concuerda con la hipótesis del origen oriental
de la guitarra, una especie de laúd asirio que se habría extendido por Persia y Arabia,
hasta llegar a España durante la estancia árabe en la Península Ibérica. La segunda,
reforzaría la hipótesis del origen greco-latino del instrumento. Una de las
representaciones más antiguas que se conservan está en Europa Occidental en un
Pasionario de la abadía de Zwiefalten del año 1180. Ambos tipos están representados en
las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio de 1270 como podemos observar a
continuación.
Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio de 1270
-El Arpa: El arpa románica solía ser del tipo conocido como “arpa de bastidor”, en la
que el brazo superior y la caja de resonancia que sostenían respectivamente los
extremos superior e inferior de las cuerdas, se comunicaban mediante una columna
frontal de la que carecían, y siguen careciendo, las arpas no europeas. El bastidor
medieval era con frecuencia, de sauce, y las cuerdas solían ser de tripa o metal. El arpa
medieval que mejor se ha conservado es llamada Arpa del rey Brian Boru, la cual se
cree que data del siglo XIV y que podemos encontrar en el museo de Dublín.
El arpa de Brian Boru Arpistas en las Cantigas de Alfonso X el Sabio.
-El Salterio: Formado por un juego de cuerdas, una para cada nota, estiradas sobre una
caja horizontal. Su forma solía ser trapezoidal, con uno o dos lados curvos. Las cuerdas
se golpeaban con macillas o se pulsaban con los dedos o con un plectro. De pequeñas
dimensiones, se le tenía suspendido del cuello, o bien se ponía sobre las rodillas. El
nombre proviene de la palabra griega psalterion, quizá referida al arpa. El salterio se
originó en el Oriente Próximo y penetró en Europa a través de España. En los siglos
XIV y XV se le adaptaron teclados y, con el tiempo, dio lugar al clavicémbalo. Además,
hacia finales de la edad media, el trapecio se transformó en un triángulo isósceles y esto
provocó la frecuente confusión con otro instrumento llamado tímpano. El salterio se
clasifica como un subtipo de la familia de la cítara.
Músicos tocando el salterio en las
Cantigas de Alfonso X el Sabio.
-La Zanfoña: Apareció en Europa Occidental hacia el siglo IX. Su origen podría estar
en España o tal vez en Oriente Próximo. En sus formas más antiguas se usaba en la
música religiosa medieval, requería dos intérpretes y recibía el nombre de organistrum
(organito) y más tarde vielle à roue (viola de rueda) y symphonia. Se asemeja a un
violín mecánico en el que varias cuerdas vibran por la fricción de una rueda enresinada,
situada en la caja de resonancia del instrumento, que gira gracias a un manubrio. El
organistrum no era un instrumento cromático, puesto que cuando floreció en el siglo XII
y a principios del XIII, los instrumentos con alturas fijas presentaban sólo una nota
escrita fuera de nuestra tonalidad de Do, la de Si bemol, que era esencial para el
hexacordo que comienza en Fa.
Organistrum del Pórtico de la Gloria
de la Catedral de Santiago de Compostela.
Hare ahora referencia a los instrumentos de cuerda frotada más destacados habidos
durante la Edad Media, haciendo para ello una pequeña presentación sobre este tipo de
instrumento:
Los instrumentos de arco son relativamente recientes. Werner Bachmann ha sugerido
que se originaron en Asia central, en torno al rio Oxus, no más tarde del siglo IX d.C.
La primera información sobre estos instrumentos aparece poco después del año 900 en
las tierras de los imperios islámico y bizantino. Desde aquella fecha se tocaban
instrumentos de arco conocidos respectivamente como rabé y lyra. Las fuentes
pictóricas muestran que el arco llegó a España y al sur de Italia en el siglo X, y a partir
de principios del siglo XI alcanzó el norte de Europa.
Los instrumentos de arco de la Europa medieval presentaban formas y tamaños
diversos, y su afinación no estaba estandarizada. Podían tener puentes curvos o planos.
Los planos permitían tocar al mismo tiempo la melodía y un acompañamiento de
bordón y los curves permitían tocar cuerdas separadas.
-El Rabel: Instrumento medieval tocado con arco semejante al violín que conocemos
hoy en día. Su caja de resonancia tenía forma de pera y una espalda era abombada
tallada a partir de una pieza de madera. El mango estaba formado por el ahusamiento
gradual del cuerpo. La palabra actual rabel aparece sobre todo a partir del año 1300,
coincidiendo con el desarrollo de un clavijero en forma de hoz que, con el tiempo,
condujo a la voluta del violín. El número de cuerdas variaba de una a cinco y a veces se
afinaban por pares. Cuando había un puente plano que permitía realizar bordones en
torno a una melodía, la afinación de las cuerdas alternaba cuartas y quintas. A tenor de
lo que parece desprenderse de ciertas pinturas medievales, había formaciones de rabeles
de diferentes tamaños. Martin Agricola proporcionaba las siguientes afinaciones cuando
escribió su Musica Instrumentalis Deudsch: soprano sol re1 la1; contralto y tenor do sol
re1; bajo fa sol re la. En ciertas pinturas aparecen rabeles con trastes aunque esto no era
lo habitual. El sonido del rabel se describía como tosco, y aunque a finales de la Edad
Media se utilizó en la música religiosa, se empleaba también para ocasiones profanas y
festividades públicas. En España fue muy empleado tanto por juglares como por
músicos cortesanos. En el norte de Europa se solía colocar sobre el hombro y se dirigía
hacia abajo. En el sur a menudo se posaba en el regazo, particularmente cuando el
instrumento se asemejaba al rabé
Músicos tocando el rabel en las Cantigas
de Alfonso X el Sabio.
-La Viola y la Fídula: La viola fue un instrumento de cuerda frotada con un sonido que
podríamos calificar de profundo. Tenía un sonido más grave que su contemporáneo el
rabel. Poseía entre tres y cinco cuerdas que podían ser de tripa, de seda o, según alguna
crónica, de metal. La caja solía tener forma de óvalo, de gota de agua, de rectángulo con
las esquinas redondeadas, o también de ocho, similar a la moderna guitarra. Las clavijas
podían ser frontales, es decir del dado frontal del instrumento, o traseras. El arco, como
todos los anteriores al período clásico, tenía su curva hacia afuera como el arco de tiro y
poseía un mango hermosamente labrado. El intérprete solía estar sentado, y sostenía la
viola sobre su regazo, mientras empuñaba el arco desde abajo.
Los ministriles medievales a menudo caminaban mientras tocaban, por ejemplo en
procesiones y danzas, y por ello la viola medieval era poco adecuada. La respuesta a
este problema llegó con el instrumento que se conoce, en sentido particular, como fídula
medieval. Esta fídula, se solía sostener en las mismas posiciones que el rabel y podía
encontrarse en distintas formas y tamaños. Sus características principales eran un fondo
plano y un mástil diferenciado respecto al cuerpo del instrumento, aunque se obtuviera
de la misma pieza de madera. El tipo más perfeccionado de fídula combinaba estos
requisitos, en algunos casos con todas las cuerdas sobre el mástil, y en otros con un
bordón lateral. El clavijero habitual de la época era en forma de pala. Jerónimo de
Moravia propone tres afinaciones para este instrumento, la primera de las cuales originó
las otras dos: re/sol sol re1 re1; re sol sol re1; sol sol re do1 do1. En la década de 1480,
Tictoris describía también una afinación de quintas y de unísonos para fídula con cinco
cuerdas, y afirmaba que la de tres cuerdas se afinaba por quintas. Señalaba que en la
época el puente solía ser curvo, a fin de que el arco pudiera tocar cada cuerda
independientemente.
Ejemplo de músico tocando
una fídula, en Yermo
(Cantabria)
Iglesia de Santa María
-Notación musical en la edad media:
En los inicios de la Edad Media, se continuaba utilizando, la Notación neumática
derivada del ancestral sistema judío Ta´amim de acentos, neumas o signos que
representaban las alturas, el número de notas de cada tono que debía cantarse y la
dirección de la línea melódica ascendente o descendente, pero sin precisar exactamente,
el régimen de intervalos existente entre cada una de ellas, ni la relación de duración de
las mismas.
Así pues, los manuscritos musicales pertenecientes a los más remotos tiempos de la
Iglesia están escritos en esa Notación Neumática.
A finales del siglo IX e inicios del X, veremos aparecer los primeros nombres de varios
teóricos, compositores y composiciones musicales no religiosas y los manuscritos con
Notación Interválica (se llama intervalo la distancia que separa un sonido de otro), es
decir, los primeros documentos musicales escritos a partir de la tradición oral en los
cuales aparece una LÍNEA DE ALTURA para ubicar sonidos.
A partir de entonces, la Notación pasó de los oscuros Neumas al uso de las Letras o
Caracteres latinos para identificar los diferentes sonidos o alturas y se inició el proceso
de escribirlos en Notación Diastemática con pautas o líneas, a partir de una primera
línea. Pero con una sola línea no se podían establecer parámetros claros y precisos de
referencia sonora; se inició entonces, un largo proceso de desarrollo de las
investigaciones para lograr la elaboración de un sistema más perfecto y completo de
escritura musical.
Pero los aportes más importantes cambios y renovaciones se producen a mediados del
siglo XI, gracias a los trabajo del monje benedictino y teórico musical de la Abadía de
Saint-Maur-des-Fossés, llamado Guido (Guy), conocido más popularmente, por haber
nacido probablemente, en la ciudad italiana de Arezzo (Toscana), como Guittone o
GUIDO D´AREZZO (c.990-1050), quien ha sido llamado con propiedad El Padre de la
Música Occidental. En su tratado Micrologus (c.1025), desarrolló un Sistema de cuatro
líneas (Tetragrama) precursor del actual Pentagrama.
Guido fue el inventor del Sistema de Solfeo y de la Notación actual: Cambió en forma
simple, la notación neumática y la de las letras latinas (Notación Alfabética) para ello
utilizó el Himno para las Vísperas de la Fiesta de San Juan Bautista (24 de Junio), que
había sido compuesto en el siglo VIII por el diácono, teólogo, historiador y poeta
descendiente de una noble familia lombarda, llamado Paulus (Friuli, c.720-c.799)
conocido también como Paulus Casinensis o Levita, y cuyo apellido era Warnfridus.
Guido D’Arezzo, adaptó las primeras sílabas de cada verso de dicho Himno para
facilitar de esta manera, la Solmisación, memorización y entonación de las notas del
Hexacordum.
El Renacimiento:
Llamamos música renacentista, a la música europea escrita durante el Renacimiento. No
está definido con exactitud donde comienza el Renacimiento, pero llamamos
Renacimiento a la época que va desde el final de la Edad Media hasta el principio de
Barroco, y esta época abarca los siglos XV y XVI. Las características estilísticas que
definen la música renacentista son su textura polifónica, que sigue las leyes del
contrapunto, y está regida por el sistema modal heredado del canto gregoriano. Entre
sus formas musicales más difundidas se encuentran la misa y el motete en el género
religioso, el madrigal, el villancico y la chanson en el género profano, y las danzas, el
ricercare y la canzona en la música instrumental.
Al igual que sucedió con los demás aspectos de la música, la fabricación de
instrumentos y la disponibilidad de repertorio para ellos creció enormemente en el
Renacimiento, gracias al aumento de la demanda social y al efecto de la imprenta.
Además de tocar un repertorio específicamente instrumental los instrumentos fueron
utilizados habitualmente para interpretar polifonía vocal. La escritura de esta, con voces
de igual importancia y un ámbito general más amplio que en la Edad Media, obligó a
adaptar los instrumentos, que extendieron su tesitura creándose familias completas de
cada modelo. Cada tamaño era nombrado con el nombre de la voz equivalente, así, por
ejemplo, se crearon flautas de pico soprano, alto, tenor y bajos de varias tallas, y un
proceso semejante siguieron cordófonos como las violas da gamba, de metal como los
sacabuches o de madera como las chirimías. Cada tipo instrumental solía reunirse en
grupos instrumentales homogéneos, llamados consorts. Cada familia instrumental fue
utilizada para funciones sociales específicas: así, los de cuerda pulsada y frotada se
utilizaban en el ámbito doméstico (tocados por músicos profesionales para la
aristocracia o directamente por aficionados burgueses), los de madera en bandas,
habituales en la iglesia y en actos civiles, y los de metal quedaban reservados para actos
sociales de la nobleza. Tocar un instrumento pasó de ser una tarea propia de
menesterosos a ser vista como refinado entretenimiento de nobles.
Dentro de los cordófonos podemos distinguir entre los instrumentos de cuerda pulsada o
punteada, los de cuerda frotada, y los de cuerda con teclado. A continuación hago una
descripción de los más destacados:
-Instrumentos de cuerda con teclado:
-El clavicordio: Era un instrumento rectangular cuyas cuerdas se extendían
paralelamente al teclado. Cuando se presionaba una tecla, ésta levantaba un macillo o
tangente, que percutía un par de cuerdas desde abajo. Permanecía en esta posición hasta
que el intérprete separaba el dedo de la tecla. El sonido se mantenía, aunque era muy
débil debido a la corta distancia que recorría el macillo. Podía producir un vibrato con
fines expresivos. Las cuerdas del clavicordio sonaban tan sólo entre los macillos y un
puente movible mediante el cual podía ajustarse la altura de tono, las otras secciones se
amortiguaban mediante fieltro. Los clavicordios primitivos presentaban trastes, y
contaban con más teclas que cuerdas. Al principio, las cuerdas poseían igual longitud y
los macillos se colocaban de modo que pudieran producir una octava diatónica. Más
adelante se aumentó el número de cuerdas que se hicieron de diferentes tamaños, dando
pié así al clavicordio cromático.
Clavicorde dit de Lépante, Musée de la Musique – Paris
-El clave: Podemos decir que en la práctica el clave o clavicémbalo era un salterio con
teclas. Al pulsar una tecla, su extremo interior impulsaba hacia arriba una pieza de
madera conocida como martinete que contenía una lengüeta de madera en la que había
un plectro. Cuando el martinete se levantaba, el plectro punteaba la cuerda. Para evitar
que al descender volviera a tocar la cuerda, la lengüeta se retiraba. Los primeros claves
poseían una cuerda de 8 pies por nota. Más adelante tendrían órdenes dobles de cuerdas,
que precisaban de una segunda hilera de martinetes, controlados a veces mediante una
palanca que permitía habilitarlas para la ejecución o silenciarlas. Aunque la segunda
cuerda también fuera de 8 pies, en algunos instrumentos se reemplazó por la de 4 pies.
Los instrumentos de un solo teclado del siglo XVI ya se adecuaban al acompañamiento
de danzas y a las piezas instrumentales de la época. Aun así con el tiempo, precisó
poder elegir la afinación. Los nuevos instrumentos, cuyos primeros ejemplares datan de
antes de 1600, se construían con dos teclados organizados en distintas alturas para
facilitar la transposición.
-Instrumentos de cuerda pulsada:
-El arpa: A principios del renacimiento, el arpa entró en un periodo de crisis. Al estar
afinada de antemano para adecuarse a la llave de cada composición, no podía hacer
frente al creciente cromatismo de la música. En consecuencia, el arpa debía convertirse
en cromática, hallándose una solución en el siglo XVI. Esta solución consistía en añadir
un nuevo orden de cuerdas cromáticas junto a las cuerdas diatónicas.
-El laúd: Con la creciente necesidad de producir notas bajas, característica del periodo
renacentista, el laúd se dotó de un mayor número de cuerdas graves. A fines del siglo
XVI, Antonio Naldi, inventó una nueva forma de instrumento que permitía un
acompañamiento continuo, que se llamó tiorba o chitarrone. Este poseía un cuerpo de
grandes dimensiones y un juego de bordones muy largos, con su propio clavijero en el
extremo del mástil prolongado. A causa de su longitud, los dos órdenes de cuerdas del
extremo no podían soportar la tensión requerida para la afinación del laúd, por lo que se
afinaban una octava por debajo, mientras que el tercer orden se empleaba en las partes
melódicas principales. Las cuerdas que se presionaban, podían ser simples o dobles, de
tripa o de metal. Una de las formas relacionadas con este instrumento fue el archilaúd,
que aunque poseía bordones con su propio clavijero separados de las cuerdas, su cuerpo
era el de un laúd normal, por lo que los órdenes superiores no precisaban afinarse una
octava por debajo.
-La Guitarra: A mediados del siglo XV emergió en España una nueva forma de
guitarra, que se llamó vihuela de mano. Poco después, llegó hasta Italia y la llamaron
viola de mano. Presentaba seis órdenes de cuerdas, y se puteaba con los dedos. También
existía un tipo de instrumento llamada viola española o nueva guiterna, que según los
tres libros de música escritos por Alonso Mudarra, había dos afinaciones para sus
cuatro cuerdas dobles: la antigua fa fa1, do1 do1, mi1 mi1, la1 la1. Y la nueva, sol sol1,
do1 do1, mi1 mi1, la1 la1. A finales del siglo XVI, a la guitarra se le había añadido un
quinto orden de cuerdas. Su afinación era la la, re re1, sol sol, si si, mi1 mi1, muy
cercana a la de la guitarra moderna.
Guitarra de cuatro órdenes Guillaume Morlaye.
-Instrumentos de cuerda frotada:
-La Lira de braccio: Era un instrumento desarrollado a partir de la fídula medieval que
se tocaba en el hombro o en el pecho. Solía presentar cinco cuerdas sobre el diapasón y
dos bordones laterales, afinados, según las alturas relativas de Giovanni María
Lanfranco (1533) en re re1, sol sol1, re1, la1, mi2, y según Praetorius (1619) en re re1,
sol sol1, re1, la1, re2. El fondo y los aros solían estar hechos de piezas de madera
independientes y los costados presentaban curvaturas pronunciadas. El puente podía ser
ligeramente curvo o completamente plano, lo cual permitía que el intérprete tocara o no
todas las cuerdas según su deseo.
Madonna in trono e santi
Lira de braccio Bartolommeo Montagna, 1500 Lira de gamba o Lirone
-La Lira de gamba o lirone: Era de la misma familia que la lira de braccio pero más
grande y grueso. Se tocaba entre las rodillas o bien sobre el regazo, y podía presentar
hasta catorce cuerdas sobre el diapasón junto a dos bordones laterales.
-La Viola: Originadas a partir de las vihuela de mano de la edad media, e importada a
Italia desde España constituyeron en el siglo XVI, toda una familia de instrumentos de
cuerda que muy pronto se diferenció de la familia del violín. Las principales
características que las distinguían de la familia del violín, fueron la siguientes: una caja
más alargada que se iba estrechando hacia el mástil, y un fondo plano; la tapa armónica
tenía generalmente los oídos en forma de “C”, el diapasón estaba dividido en trastes y
constaba de seis cuerdas.
A la viola que se tocaba sostenida en el hombro, se le denominaba viola de braccio, y a
la que se tocaba sostenida sobre las piernas o en el regazo, más grande que la anterior,
se le denominaba viola de gamba. En principio, este tipo de instrumento no presentaba
estandarización alguna en cuanto a forma de afinación, pero en la época en que se
publicó la Regola Rubertina de Silvestro Ganassi, en Venecia, en 1542-1543, se solían
tocar juntos en varios tamaños. Ganassi ofrecía varias afinaciones para los mismos:
soprano re sol do1 mi1 la1 re2; contralto y tenor sol do fa la re1 sol1; bajo re sol do mi
la re1.
Catedral de Valencia, año 1500.
Escultura de intérprete tocando una viola de gamba. Viola de gamba.
-El violín: La familia del violín, cuya sonoridad era más brillante que la de las violas,
resultaba más adecuada para el nuevo estilo italiano de música, que precisaba de
instrumentos capaces de destacar sobre los otros, y que pudieran mezclarse con ellos
cuando fuera necesario. En apariencia, el violín poseía, y sigue poseyendo, costados
menos profundos que las violas, su tabla armónica y su fondo eran ligeramente curvos,
con bordes algo levantados y los oídos tenían forma de “f”. El mástil, con su diapasón
sin trastes, terminaba en un clavijero coronado con una voluta, mientras que las cuatro
cuerdas pasaban sobre un puente curvo antes de fijarse en un cordal, en el extremo
inferior. Las afinaciones usuales de los instrumentos más pequeños de esta familia son
ahora: violín sol re1 la1 mi2; viola do sol la1 re1; violonchelo do sol re la; pero en sus
primeros días, el violonchelo solía ser mayor que ahora, y se llamaba bajo de violín,
afinado en ocasiones en si fa do sol. El modelo intermedio, el violín tenor, se afinaba
aproximadamente a medio camino entre la viola y el bajo de violín.
Hasta hace poco se creía que los primeros violines databan de la década de 1520, pero
en la actualidad han aparecido fuentes más antiguas, entre las que destaca una pintura
que se remonta a los años 1505-1508, de Garofalo, en el palacio de Ludovico il Moro,
en Ferrara. Aunque se cree que los primeros violines poseían tres cuerdas, hacia 1556 se
estableció su número en cuatro, cuando Jambe de Fer describió los instrumentos y
facilitó las afinaciones modernas del violín y de la viola.
Palazzo di Ludovic il Moro
Pintura mural de Garofalo, 1505-1508 Familia del violín
Uno de los primeros constructores conocidos de violines fue el cremonés Andrea Amati,
nacido antes de 1511. Los instrumentos que se conservan de este constructor datan del
siglo XVI y representan el violín ya completamente maduro y con cuatro cuerdas. Los
instrumentos de Amati se caracterizaban por el abovedamiento de la tabla armónica. En
contraste con estos ejemplares, la población de Brescia, que durante mucho tiempo fue
un importante centro de construcción de instrumentos, producía modelos más planos,
realizados en primer lugar por Gasparo de Saló (Gasparo Bertolotti, 1540-1609) y su
discípulo Giovanni Paolo Maggini (1581-1632).
En la época de Andrea Amati, los instrumentos de la familia del violín se usaban sobre
todo para doblar la voz de otros instrumentos, y se tocaban particularmente para bailar.
En este sentido ha sobrevivido una música de danza para estos instrumentos, procedente
del Balet comique de la Royne, de 1581. No nos ha llegado ninguna obra para violín
solista de este periodo.
El Barroco:
La música del periodo barroco es el estilo musical, que abarca desde el nacimiento de la
ópera en el siglo XVII (aproximadamente en 1600) hasta la mitad del siglo XVIII
(aproximadamente hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750).
Se trata de una de las épocas musicales más largas, fecundas y revolucionarias de la
música occidental, así como la más influyente. Su característica más notoria es
probablemente el uso del bajo continuo y el desarrollo de la armonía tonal, a diferencia
de la anterior, modal. En esta época se desarrollan la sonata, el concerto grosso, la
ópera, el oratorio y el ballet francés.
A diferencia de épocas anteriores, la música sacra y la música profana conviven
armoniosamente, formando parte de la profesión musical. Se buscó en un principio
desechar las complicadas líneas melódicas de la polifonía renacentista para dar lugar a
la homofonía (más tarde la polifonía recuperará con Bach todo el esplendor que la había
caracterizado), dando de esta manera más fortaleza y protagonismo al texto, pues la
música giraba en torno a una sola melodía bien formada y acompañada por acordes,
para que fuera "entendible" el texto. Esto fue debido en gran parte a la corriente
humanista.
El cultivo de la música puramente instrumental llevó a un importante desarrollo de la
técnica, al servicio de una fuerte expresión emocional. Se destacó el caso del violinista
Arcangelo Corelli quien, según el testimonio de François Raguenet, cuando tocaba en
público "perdía el dominio de sí mismo", tenía los ojos enrojecidos y, pese a todo esto,
lograba expresarse a la perfección.
En esta época, el clavecín, el órgano, la viola de gamba y el laúd vivieron su gran época
dorada a nivel técnico, interpretativo y compositivo. La etapa final del Barroco (1700-
1750) será el cenit y el ocaso del clavecín y la viola da gamba que en la segunda mitad
del siglo XVIII caerán en el olvido y quedarán totalmente relegados, ya en la época
clásica, por sus descendientes, el violín, el violonchelo y el pianoforte o piano.
El laúd, el instrumento renacentista por excelencia, cayó en el olvido ya por 1690-1700,
desplazado por la guitarra y el clavecín.
-Instrumentos de cuerda con teclado:
-El clavicordio: Durante el barroco, más concretamente en el siglo XVIII, se produce
en este instrumento un importante desarrollo al desaparecer los trastes. En estos
clavicordios cada tecla poseía su propio par de cuerdas, cuya extensión alcanzó las
cinco octavas. Para acoger el mayor número de cuerdas, los instrumentos se hicieron de
más grandes y más robustos, un ejemplo de ello es el clavicordio fabricado por
Gottfried Silbermann para C.P.E. Bach tal como el compositor alemán Johann
Friedrich Reichardt escribió en Briefe eines aufmerksamen Reisenden.
-El clave: Ya durante el final del renacimiento los claves fueron dotados de dos teclados
organizados en diferentes alturas para facilitar la transposición. Ello condujo a la idea de
que podía usarse un segundo teclado para crear un mayor efecto si proporcionaba un
sonido que contrastara con el primero. En consecuencia, a partir de mediados del siglo
XVII, la construcción se vio modificada, de modo que ambos teclados se afinaban a la
misma altura, y sus respectivos registros podían sonar separadamente o acoplarse para
conseguir un mayor volumen. Con frecuencia se añadió un juego adicional de cuerdas a
los dos ya existentes, con lo cual se obtenía un instrumento cuyo teclado superior
controlaba un registro de 8 pies, y el inferior uno de 8 pies y otro de 4. Esto permitía un
aumento de su extensión hasta las cinco octavas a menudo a partir de fa1. Este tipo de
instrumento acabó conformando la configuración básica del siglo en el siglo XVIII,
aunque con frecuencia se añadieron otros registros con el fin de proporcionar una mayor
variedad de sonido. Thomas Mace, en Musick`s Monument de 1676, señalaba que poseía
un clave de John Haward que contenía pedales para cambiar los registros. Este sistema,
no se adoptó en general hasta que en 1765 aproximadamente, el registro mecánico,
permitiera que el intérprete cambiara los registros preestablecidos con un pedal para el
pie izquierdo, de modo que ambas manos pudieran dedicarse exclusivamente a tocar.
-El piano: En la actualidad parece seguro que el fortepiano o pianoforte, llamado piano
en la actualidad, fue inventado por Bartolomeo Cristofori, conservador de instrumentos
musicales del príncipe Fernando de Médicis en Florencia. Según el diario de Francesco
Mannucci, de febrero de 1711, Cristofori trabajaba ya en el en 1698, y un inventario de
los instrumentos del príncipe en 1700 incluía:
“un arpicémbalo de Bartolomeo Cristofori, un nuevo invento, que permite tocar piano y
forte… con apagadores de paño rojo que tocan las cuerdas y martillos que posibilitan
el piano y el forte.”
El fortepiano, era en la práctica, un clave con martillos en lugar de plectros. Cuando se
accionaba una tecla, ésta levantaba una palanca intermedia que hacía pivotar un escape.
A su vez, éste golpeaba un martillo, que golpeaba la cuerda. Al mismo tiempo, se movía
un apagador desde la cuerda, que permitía que ésta vibrara. Cuando se soltaba la cuerda,
el apagador, el martillo y el escape volvían a su posición original.
El fortepiano de Bartolome Cristofori más antiguo conservado, Florencia, 1720.
La primera música conocida específicamente para piano, aparece en Florencia, en 1732,
las Sonate da címbalo di piano e forte, de Lodovico Giustini.
-Instrumentos de cuerda pulsada:
-El arpa: El arpa triple, que según la Harmonic Universelle (1636) de Marin Mersenne
fue inventada hacia 1600 por el napolitano “Sieur Luc Anthoine Eustache”, poseía tres
órdenes de cuerdas. Los exteriores diatónicos y ejecutados por la mano correspondiente
al lado de cada orden, y el orden interior que contenía las notas cromáticas y se
punteaba con cualquiera de las dos manos. Entretanto, los experimentos en Baviera y el
Tirol se concentraron en un arpa con un solo orden de cuerdas, en la que ciertas cuerdas
iban equipadas con un gancho en el extremo superior. Cuando se torcía cada gancho,
tensaba una cuerda para elevarla un semitono. Esto se hacía con una mano, por lo que el
intérprete debía dejar de tocar con esta mano para llevar a cabo la acción. Este problema
se resolvió con el arpa de pedales, que data del año 1720 aproximadamente y que se
atribuye a Jacob Hochbrucker y al mismo tiempo a J.P. Vetter, aunque el hijo de
Hochbrucker, Simon, declaraba que su padre la había inventado en 1697. Mediante
alambres o varas, los ganchos estaban conectados con pedales situados en la parte
inferior del instrumento. Al presionar un pedal que se enganchaba en una muesca, todas
las notas Do se elevaban, al pulsar el siguiente pedal se elevaban las notas Re, y así
sucesivamente.
Giovanni Lanfranco,
Venus tocando el arpa, 1630-34 Arpa barroca de tres órdenes.
-El laúd: El laúd barroco poseía órdenes dobles, y lucía también varios bordones
fijados en un clavijero separado. Sus afinaciones variaban según las demandas de
compositores como los franceses Denis y Ennemond Gautier y los alemanes Esaias
Reusner y Silvius Weiss. Aunque el empleo del laúd estaba en decadencia en el siglo
XVIII, recurrieron al mismo el propio Bach en algunas de sus suites, Vivaldi en
conciertos y Haydn en piezas de cámara.
Theodor Rombouts, The concert 1620. Museo de vellas artes, Valencia.
-La guitarra: De este período se conservan numerosas guitarras, obra de los mejores
violeros de la época, a la cabeza delos cuales se hallan Antonio Stradivari, de Cremona,
y Joachim Tielke, de Hamburgo. Algunos de dichos instrumentos presentan espaldas
ligeramente abombadas, característica que era normal en la chitarra battente, una
variante italiana.
Guitarra construida por Antonio Stradivari.
Respecto a la guitarra común, su forma que había sido más estrecha y profunda, se hizo
más ancha y con menor profundidad, con curvas más pronunciadas en los costados. La
tapa armónica, que hasta entonces se sostenía mediante dos barras paralelas interiores,
se dotó de costillas dispuestas en abanico, lo cual propició una mejora del sonido,
mientras que su roseta labrada daba paso a un simple orificio llamado boca. Las cuerdas
dobles pasaron a ser simples, y se añadió una sexta. La afinación quedó establecida en
la que hoy se sigue utilizando, mi la re sol si mi1. El diapasón se alargó para permitir la
ejecución de notas más agudas, y las clavijas, insertadas por detrás del clavijero, se
vieron reemplazadas por clavijas mecánicas dispuestas en los lados del mismo.
-Instrumentos de cuerda frotada:
-La viola: A finales del siglo XVII, el consort de violas ya estaba dejando paso a la
familia del violin, aunque alcanzó su punto culminante en las fantasías de Henry
Purcell en 1680.
El bajo de viola, se siguió utilizando como instrumento de continuo durante algún
tiempo tras el declive de las violas, y en ocasiones se le otorgó una parte especial de
obbligato, como en Komm süsses Kreuz, de la Pasión según san Mateo de Bach. Se
utilizó también como instrumento virtuoso, y su complejidad la mostraba Christopher
Simpson en The Division Viol en 1667. El término divisiones hacía referencia a las
variaciones sobre un bajo.
El violón se usaba ya en el siglo XVI, y siguió tocándose durante mucho tiempo tras
decaer las violas. Poseía seis cuerdas afinadas aproximadamente una quinta por debajo
de las del bajo de consort. Se tocaba en consorts de viola o como instrumento de
continuo, asociándose con el tiempo al contrabajo de la familia del violín.
La viola bastarda floreció durante el siglo XVII y poseía muchas afinaciones diferentes
para adecuarse a la música. De entre todas las violas esta fue la más adecuada para tocar
obras polifónicas a solo.
La viola más pequeña apareció en Francia en torno al 1700, y la tocaban
preferentemente las damas de la corte francesa. Se conoció como pardessus de viole, era
más pequeña que la viola soprano y se afinaba una cuarta por encima de esta. Su
repertorio consistía en variaciones de melodías populares.
Músico con violón y vaso 1625,
Hendrik Terbrugghen
-El violín: No es hasta el siglo XVII cuando el violín adquiere un prestigio del que no
gozaba hasta entonces. Claudio Monteverdi lo utiliza para completar las voces corales
en su ópera Orfeo de 1607, descubriendo así las posibilidades sonoras del violín. El
violín agudo fue durante mucho tiempo el miembro más importante de la familia,
mientras que los demás se usaban sobre todo para cometidos de apoyo. En principio los
instrumentos de la familia eran: el violín, la viola, los instrumentos tenor y bajo, y el
contrabajo; pero más adelante surgirá el violonchelo, que durante la larga vida de
Antonio Stradivari refleja una reducción de tamaño, quedando normalizado este en
76cm, una talla muy similar a la de ahora. Como muestra de su rápida popularidad, en
1680 ya estaba incluido como instrumento fijo en la Orquesta Imperial de Viena y en
1709, la Orquesta Sinfónica de Dresde ya tenía cuatro violonchelos. Las primeras obras
creadas específicamente para violonchelo, fueron de Doménico Gabrieli y de Giuseppe
Maria Jacchini hacia 1689. En los siglos XVII y XVIII, existió también un violino
piccolo, afinado más alto que el violín normal. Su cuerda inferior era a veces do1, pero
Bach la dispuso en si en su Concierto de Branderburgo nº1 en 1721. En su Tratado de
los principios fundamentales del violín, de 1756, Leopold Mozart afirmaba que, dado
que en aquel momento los violinistas tocaban en posiciones más agudas, el violín más
pequeño ya no era necesario.
En cuanto a la construcción del violín durante el barroco, destacan Nicola Amati (1596-
1684), nieto de Andrea Amati y que tuvo como discípulo a Antonio Stradivari (1644-
1737), y que llevaron a su grado máximo de perfección, la construcción de estos
instrumentos. Los violines Amati se caracterizan por el considerable abovedamiento de
la tabla armónica, como los de Jakob Stainer (1617-1683) de Absa, cerca de Innsbruck,
que durante muchos años fue el constructor de violines más destacado fuera de Italia.
Después de realizar sus primeros instrumentos según el estilo Amati, Stradivari terminó
por adoptar una forma más suave en su modelo clásico, como queda patente en el violín
Mesias de 1716.
Violin Mesias de Antonio Stradivari, Museo Ashmolean.
Hacer referencia también a Giuseppe Guarneri (1698-1644), de la familia de
constructores Guarneri y apodado “del Gesu”.
Estos instrumentos, no fueron construidos tal y como los conocemos hoy en día. A
finales del siglo XVIII, las condiciones de interpretación habían cambiado tanto que los
instrumentos tuvieron que ser modificados. Esto fue debido a la necesidad de disponer
de un sonido más fuerte y penetrante, más aun cuando el solista debía destacar sobre la
orquesta. Para ello se elevó la altura de tono del instrumento y las cuerdas se tensaron.
Para que los instrumentos aguantaran el incremento de la tensión, se reforzaron el
puente, así como el alma y la barra armónica, y se alteraron el mástil y el batidor. Como
es lógico, tras estos cambios podemos deducir que su sonido original no era igual al
actual. Por ello y para que las obras de la época puedan ser interpretadas tal y como
fueron concebidas, se están volviendo a construir instrumentos en su modo original, tal
como se hacía en los siglos XVI, XVII y XVIII.
Fases de construcción de un violín barroco:
Entre los modos más conocidos de construir un violín, están, el modo italiano y el
francés. En este apartado describiré como se construye un violín utilizando el modo
italiano. En primer lugar, crearemos una plantilla con una madera fina o la forma de la
tapa del modelo de violín que queremos construir. Cuando tengamos la plantilla
terminada, trazaremos una segunda línea paralela al borde de la plantilla que distará
unos tres milímetros aproximadamente. Para trazar esta línea utilizaremos un gramil.
Cortaremos la plantilla por el segundo trazado dándole así la forma que tendrán los aros.
Dibujaremos esta última forma resultante sobre una tabla de madera (durante el barroco
solía ser de nogal pero en la actualidad se hace con madera contrachapada dada su
resistencia) y la cortaremos y limaremos hasta conseguir la forma deseada. A esta
última plantilla de unos 14mm de ancho, le haremos unos agujeros que nos servirán
para amarrar los sargentos más adelante. Le cortaremos también dos rectángulos en la
parte delantera y trasera y le quitaremos las puntas de las Ces creando unos huecos
escuadrados. En estos seis huecos creados pegaremos unos tacos de madera a los que
luego se pegarán los aros.
Cuando tengamos los tacos pegados, empezaremos a trabajar las maderas que
utilizaremos para los aros, cortándolas a la anchura deseada y gastándolas con una
cuchilla de ebanista hasta conseguir el grosor necesario. Cuando las tengamos
preparadas procederemos a doblarlas humedeciéndolas y aplicándoles calor. Los tacos
que hemos pegado anteriormente a la plantilla, los trabajaremos primero por la parte
interior para pegarle los aros en forma de C, y cuando hayamos pegado lo que llamamos
las Ces, trabajaremos la parte exterior de los tacos para pegarle el resto de los aros.
Una vez pegados los aros y cortada la madera sobrante, prepararemos los contraaros y
los pegaremos por la parte interior de los aros. Para esto habrá que realizar unas
muescas a los tacos donde irán encajados los contraaros.
Terminada esta fase, empezaremos a dar forma al mástil y a la voluta. Para esto
crearemos otra plantilla de madera fina donde estará plasmada tanto la forma del mástil
como la de la voluta espiral inclusive. Una vez terminada la plantilla y tras preparar la
madera que utilizaremos escuadrándola, dibujaremos la plantilla en ambos costados de
la madera paralelamente. Para la espiral de la voluta utilizaremos como guía unos
agujeros que habremos hecho en la plantilla siguiendo el dibujo de la espiral, marcando
ésta en la madera con un punzón. Lo mismo aremos para los agujeros de las clavijas.
Tras asegurarnos de que todo está correctamente marcado procederemos a cortar la
madera por donde marcan los dibujos para comenzar a trabajar la voluta. Una vez
terminada la voluta dejaremos esta pieza para más adelante acabando de dar forma al
mástil y colocar el diapasón, antes de realizar el encastre.
El siguiente paso será construir la tapa y el fondo. Las maderas utilizadas serán: abeto
(picea albis) para la tapa, y arce (Acer pseudoplatanus) para el fondo (y por lo general
para el resto de partes de violín). Dado que las maderas utilizadas para este cometido las
obtenemos de una cuña de madera, le primero que hay que hacer es, sacar dos piezas de
esta cuña y preparar una junta para luego pegarlas y conseguir una tabla del tamaño
adecuado. Cuando tengamos la junta pegada, alisaremos su lado plano utilizando una
garlopa y marcaremos la tabla dándole la forma de la tapa o el fondo según el caso,
utilizando para esto los aros que ya tenemos preparados. Tendremos en cuenta que la
pieza tiene que ser aproximadamente tres milímetros más ancha que los aros. Para
realizar una línea paralela a los aros, utilizaremos una arandela, haciéndola rodar por el
borde de los aros y deslizando el lápiz apoyado en la parte interior de la arandela.
Tras marcar la forma de que tendrán la tapa o el fondo según el caso, cortaremos la
madera y empezaremos a darle forma a la bóveda en la parte exterior. Trabajaremos
también el borde exterior para dejarlo lo más uniforme posible.
El próximo paso será insertarle los filetes. Para esto haremos un surco a unos tres o
cuatro milímetros del borde para después introducir los filetes en él y pegarlos con cola.
Una vez pegados los filetes acabaremos de darle forma a la bóveda exterior para a
continuación comenzar a vaciarla por la parte interior.
Fileteado
Abovedado
Vaciado
Cuando hayamos terminado la tapa y el fondo, haremos las llamadas efes en la tapa.
Para esto primero haremos el dibujo de las efes en un papel grueso (hoy día podemos
utilizar una lámina de plástico), y después recortaremos el papel (plástico) dejando un
hueco en el lugar de las efes. A continuación calcularemos el lugar que corresponde a
las estas en la tapa para dibujarlas en ella utilizando la plantilla que hemos preparado en
papel (plástico). Cuando estén dibujadas procederemos a vaciar el lugar que les
corresponde.
A continuación colocaremos la barra armónica en el lado de la tapa donde estarán las
cuerdas graves. La barra armónica será un listón de madera de abeto que estará colocada
a lo largo de la tapa por la parte interior. Una vez colocada, tendremos que equilibrarla
quitándole material.
Una vez terminada la barra armónica volveremos a los aros que tenemos junto a la
plantilla. Soltaremos los aros de la plantilla y uniremos la tapa y el fondo a los aros
dando así forma al cuerpo del violín. Para pegarlo todo, utilizaremos unos sargentos
especialmente preparados para ello.
Para concluir tras dar la forma definitiva al mástil, le ajustaremos el diapasón para
terminar encastrándolo en el cuerpo del violín. Después, solo nos queda, ajustar y
colocarle piezas como el botón, el puente o las clavijas y por supuesto las cuerdas. Tras
probar el instrumento y darle los últimos retoques para refinar su sonido, solo quedara
barnizarlo y esperar a que se seque.
Algunas de las escuelas más destacadas de Luthería en la actualidad son:
-Escuola internazionale di Liuteria. Cremona, Italia.
-Violin Making school of America. Salt Lake City, US.
-Mittenwald. Germany.
-École Nationale de Lutherie. Mirecour, France.
-Newark school of Violin Making. UK.
-Chicago school of Violin Making. US.
Bibliografía:
- http://www.histomusica.com
-http://www.fundacionjuanbautistaplaza.com
-http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_musica
-Los instrumentos musicales en el mundo. Francois René Tranchefort. Alianza Música.
-Historia de los instrumentos musicales. Anthony Baiene. TAURUS Iniciación a la
música.
-Historia de los instrumentos musicales. Mary Remnant. MA NON Trapo.
IÑIGO IRIZAR MUJIKA
primer curso de lutería.
Conservatorio Crisóstomo de Arriaga, Bilbao