Extractivismo y riquezas naturales.

1. Objetivos:

Inducir a la creación de criterios objetivos y críticos acerca de las actividades extractivistas y la ausencia de ellas en nuestro país.

Concientizar sobre la importancia de los páramos y la selva para la supervivencia de la vida humana.

Motivar a adolecentes y niños a luchar por la conservación de nuestro hogar, la tierra.

2. Introducción:

Las actividades extractivitas como la minería y la obtención de petróleo, se han convertido en temas que generan una particular sensibilidad en América latina y en especial en países donde se viven ambas problemáticas como el Ecuador. Se trata de temas centrales en los debates sobre desarrollo de países y regiones, cargado de profundas implicaciones económicas, sociales, ambientales y políticas.

En países andinos como Colombia, Ecuador y Perú la minería representa una actividad productiva, de creciente importancia para las finanzas públicas, al igual que en países petroleros su ingreso representa un gran porcentaje en su producto interno bruto (PIB). Al mismo tiempo, los evidentes impactos ambientales y sociales de dichos proyectos, son objeto de comprensible preocupación, pues ponen en riesgo funciones ambientales por parte de ecosistemas estratégicos y generan delicadas afectaciones sociales.

Los páramos y las selvas son ecosistemas indispensables, los páramos como proveedores y reguladores de agua para el consumo domestico, agrícola e industrial y por su riqueza en biodiversidad al igual que la selva, que además aporta al planeta como un pulmón para contrarrestar el temido efecto invernadero, es fuente inagotable de conocimiento y cuna de culturas y grupos humanos ancestrales.

Aparte de otras muchas consideraciones ambientales proyectos petroleros y mineros generan grandes inquietudes sobre el sistema hidrológico y prestaciones ecosistémicas asociadas, a estos se suman los impactos en la rica biodiversidad y las delicadas consecuencias sobre la estructura socio-económica y las culturas de las comunidades selváticas y alto andinas.

En esta perspectiva, Ecuador tendrá que tomar importantes decisiones de política respecto a la viabilidad ambiental y social, incluso económica de la minería en el páramo de Quimsacocha y la extracción de petróleo en el parque nacional Yasuní.

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Precisamente, este es un modulo de estudio, que ofrece un análisis integral del tema, para generar conciencia y análisis útiles en la toma de decisiones; basándose en una recopilación de trabajos y estudios políticos realizados en el país y a nivel latinoamericano.

3. Extractivismo.

Desde los inicios de la humanidad, el ser humano ha buscado formas mediante las cuales pueda mejorar su calidad de vida; desde este punto y con la mentalidad del hombre como “ser superior de la naturaleza”, comienza el desarrollo y evolución de la vida con pensamientos extractivistas bastante marcados, comenzando por la sustracción de madera, minerales, metales, piedras preciosas, hidrocarburos, etc., los cuales han sido base muchas industrias hasta la actualidad, todo esto en nombre del desarrollo.

Pero, desarrollo de quienes y de cuantos estamos hablando, las estadísticas y la historia nos demuestran que, en la mayoría de países ricos en recursos naturales, sus habitantes no tienen como satisfacer sus necesidades básicas, lo que nos permite sostener que dichos países dedicados a la explotación y exportación de riqueza natural, encuentran mayores dificultades para desarrollarse, o como muchos dicen están destinados al subdesarrollo.

La gran disponibilidad de recursos naturales que caracteriza a estos países, particularmente si se trata de minerales o petróleo, tiende a distorsionar la estructura económica y la asignación de los factores productivos del país; redistribuye regresivamente el ingreso nacional y concentra la riqueza en pocas manos.

Según el banco interamericano de desarrollo (BID):

“cuanto más rico sea un paísEn recursos naturales, más lento será su desarrollo y mayores

Sus desigualdades internas. (…)”

“(…), los recursos naturales son ‘sumiderosDe capital’ succionan capitales intensamente,

Haciéndolo todavía más escaso para otros fines (por ejemplo, laIndustrialización) y generando poco empleo.”

“(…), los países pobres pero con rentas importantes de sus recursosNaturales, ni se desarrollan ni adhieren a democracias genuinas. La principal

Razón es que esos países no incentivan la cultura del trabajo, pues resulta másAtractivo participar de la puja por, y vivir de, esa riqueza fácil”.

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Frente a estos malos presagios, organismos multilaterales de crédito -FMI, Banco Mundial y el BID- difunden consensos que consolidan un proyecto político de dominación, sin incorporar en sus análisis las aberraciones derivadas de economías atadas históricamente a un esquema de comercio exterior injusto y desigual, inclusive en términos ambientales.

El punto de partida de esta cuestión radica, en gran medida, en la forma en que se extraen y se aprovechan dichos recursos, así como la manera en que se distribuyen sus frutos. Esto ha conducido a una generalización de la pobreza, ha dado paso a crisis económicas recurrentes, al tiempo que ha consolidado mentalidades “rentistas”. Todo esto profundiza la débil y escasa institucionalidad, alienta la corrupción y deteriora el medio ambiente.

La realidad de una economía primario-exportadora de recursos petroleros y/o minerales preferentemente, se refleja además en un escaso interés por invertir en el mercado interno. Esto redunda en una limitada integración del sector exportador con la producción nacional.

Esta situación es explicable por lo relativamente fácil que resulta obtener ventaja de la generosa naturaleza y de una mano de obra barata. Explicable quizás, pero de ninguna manera justificable, en la medida en que el beneficio de estas actividades va a las economías ricas, importadoras de estos recursos, que luego sacan un provecho mayor procesándolos y comercializando productos terminados. Mientras tanto los países exportadores de bienes primarios, reciben una mínima participación de la renta minera o petrolera y son los que cargan con el peso de los pasivos ambientales y sociales.

A lo anterior se suma la masiva concentración de dichas rentas en pocos grupos oligopólicos. Estos sectores empresariales, contagiados por el rentismo, no encuentran estímulos (tampoco los crean) para sus inversiones en la economía doméstica. Prefieren fomentar el consumo de bienes importados, con frecuencia sacan sus ganancias fuera del país y manejan sus negocios con empresas afincadas en lugares conocidos como paraísos fiscales.

Es imposible aceptar que todos los países productores de bienes primarios similares, que son muchos, puedan crecer esperando que la demanda internacional sea suficiente y sostenida para garantizar ese crecimiento, por lo que el aparato productivo queda sujeto a las vicisitudes del mercado mundial. En especial, queda vulnerable a la competencia de otros países en similares condiciones, que buscan sostener sus ingresos sin preocuparse mayormente por un manejo más adecuado de los precios.

a. Contexto:Minería.

En materia de política minera, Colombia, Ecuador y Perú, consideran a la minería como un sector estratégico, y en consecuencia, han venido estimulando la inversión en proyectos de exploración y explotación. Incluso en medio de la incertidumbre

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generado en este año pasado, por el proceso de referendo de la constitución nacional del Ecuador, las señales políticas del presidente Correa fueron favorables para el sector. Más allá de las diferencias ideológicas de los actuales gobiernos, los tres países coinciden en líneas generales en apostarle a la minería, como uno de los pilares de su economía.

Un entorno favorable de los precios de los metales, reactivo durante los últimos años la actividad minera. No obstante, la actual crisis financiera mundial va afectar la dinámica de los grandes proyectos mineros, y como parte de sus efectos el precio de los metales en el mercado internacional ha bajado, un riesgo evidente es que las restricciones financieras, afecten la operación de los proyectos y las empresas reduzcan sus estándares en inversiones ambientales y sociales.

Es evidente que los ministerios de minas y energía hacen prevalecer su interés, el cual es el desarrollo minero, tomando ventaja de la debilidad corporativa y menos estatus político de las instituciones ambientales. Para el beneficio de los intereses nacionales es importante que se logre un mejor balance en el peso político entre los temas político y ambiental, que garantice decisiones mas objetivas orientadas hacia el bien integral de la sociedad.

En general, el panorama regional muestra una expansión en el sector minero, cuyos títulos y concesiones afectan el territorio de los países sin distinciones, y no se limita frente a ecosistemas estratégicos. Las autoridades mineras concesionan aéreas para la explotación, con bajo rigor en más de ordenamiento territorial y normativas ambientales. El argumento subyacente, parte de la premisa constitucional de que el subsuelo es del Estado, pero no toma en cuenta que el acceso al subsuelo, debe respetar principios socioeconómicos y ambientales, que tienen igual contexto constitucional. Si bien las licencias de exploración no representan el compromiso de entrega de futuras licencias de explotación, generan expectativas que se traducen en potenciales conflictos intersectoriales al interior del propio Estado y son el reflejo de políticas públicas desarticuladas e incoherentes.

En ecuador el aporte de la minería al PIB nacional es poco significativo en la actualidad. Sin embargo, durante los últimos años el país propicio la llegada de inversionistas internacionales interesados en grandes proyectos mineros, la mayoría situados en el sur del `país, como arte de una agresiva política para el impulso de la actividad.

Cuatro grandes emprendimientos mineros han suscitado enormes expectativas por parte del sector: fruta del norte (oro y plata) a cargo de la compañía Aurelian/Kinross, Rio blanco (oro y plata) de la firma IMC, Mirador (cobre) de ECSA Y Quimsacocha de IAMgold, las empresas y

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sectores sociales están a la espera de la nueva ley de minería y su aplicación.

El actual gobierno ecuatoriano defiende el concepto de una minería responsable y afrontar el desafío de conciliar los sólidos planteamientos ambientales de la nueva constitución con una actividad económica considerada de enorme importancia para el futuro del país. El propio presidente corra ha sido muy activo en defender estas ideas.

En el artículo 407 de la nueva constitución “ se prohíbe la actividad extractiva de recursos no renovables en aéreas protegidas y zonas declaradas como intangibles”, si bien se establece en el mismo artículo que “ excepcionalmente dichos recursos se podrán explotar a petición fundamentada de la presidencia de la república y previa declaratoria del interés nacional por parte de la asamblea nacional que, de estimarlo conveniente, podrá convocar a consulta popular”. En cualquier caso en el artículo 408, precisa que los recursos naturales, incluidos los productos del subsuelo, yacimientos minerales y de hidrocarburos” solo podrán ser explotados, en estricto cumplimiento de los principios ambientales establecidos en la constitución.

Petróleo.

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