Estar donde estés Implementar la actitud de start-up en ...
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Este es un contenido asociado al episodio “Replantear nuestra economía personal en la nueva normalidad“del Podcast de Banco Sabadell
Índice:1. Introducción2. El modelo de las start-ups: ‘bootstrap finance’3. La visión de las entidades financieras4. Conclusiones
Estar donde estés
Implementar la actitud de start-up en nuestra economía personalRedacción:
Gloria Batllori, Profesora asociada, Departamento de Economía, Finanzas y
Contabilidad de ESADE y Profesora contratada doctora URL;
Ricard Balcells, Director del Segmento de Banca Personal de Banco Sabadell.
Edición:
Jordi Fabregat, Profesor del Departamento de Economía, Finanzas y
Contabilidad de ESADE.
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1. Introducción¿Cuáles han sido los cambios en nuestra forma de gastar, ahorrar, invertir y �nanciarnos derivados
del coronavirus?, ¿vamos a mantener este nuevo comportamiento?, ¿qué marco de referencia
podemos utilizar para la toma de decisiones relacionadas con la economía personal en un entorno
de elevada incertidumbre?
En el episodio “Replantear nuestra economía personal en la nueva normalidad” del Podcast de
Banco Sabadell, planteamos una serie de cuestiones sobre nuestra vida y nuestra economía,
motivadas tanto por la magnitud de la pandemia a nivel económico y emocional, como por el
tiempo libre que en algunos casos hemos tenido para re�exionar sobre el futuro.
El cierre parcial de la economía empezó la primavera de este año y ha llevado consigo un gran
impacto en la economía personal: reducción de los ingresos, uso de las cuentas de emergencia,
objetivos pospuestos y otros retos �nancieros dolorosos. Si bien es cierto que en algunos casos
el coronavirus ha tenido un impacto limitado o incluso nulo, en la mayoría de las personas las
consecuencias de la pandemia serán muy notables en el corto, medio y largo plazo.
Esta no es una crisis �nanciera, sino una crisis económica con serias consecuencias �nancieras.
Y estas consecuencias afectan tanto a las empresas como a las personas. Hemos modi�cado
nuestros patrones de comportamiento con la reducción de los gastos, el incremento del ahorro y
la disminución de la deuda, ya sea �nanciera, como la hipotecaria o de crédito personal, o de la
tarjeta de crédito.
Algunos de estos cambios de comportamiento se mantendrán una vez que la situación sanitaria
esté controlada, aunque es posible que en otros aspectos se conserven los hábitos anteriores a
la pandemia. En cualquier caso, no existe un marco de referencia con el que comparar una
situación de incertidumbre como la actual, por lo que no se cuenta con antecedentes o posibles
estrategias a seguir a nivel de la economía personal.
Mientras las empresas farmacéuticas avanzan en la
búsqueda de una cura para el virus, se ha
desencadenado la peor recesión desde principios del
siglo pasado. Durante décadas, la economía ha
con�ado en los bancos centrales y en los ministros de
economía o �nanzas para resolver las crisis mediante la
inyección de liquidez en el sistema y políticas �scales.
Ahora es diferente y debemos mirar a los cientí�cos y a
los datos sobre una posible vacuna o tratamiento
antiviral para tener signos de esperanza.
Según palabras de Alan Greenspan, el expresidente de
la Reserva Federal de Estados Unidos y respetado
economista, “el virus está suponiendo la mayor fuente
de incertidumbre”, por lo que es muy complicado, sino
imposible, realizar proyecciones a corto o medio plazo.
La COVID-19 ha modi�cado el contexto global afectando
a todo nuestro entorno personal, desde el punto de
vista profesional, �nanciero y social. Y en este contexto
de elevada incertidumbre, muchos factores están fuera
de nuestro alcance, pero el conocimiento �nanciero
nos puede ayudar a gestionar mejor nuestras �nanzas
en este nuevo entorno incierto, tanto durante como
después de la pandemia.
Si hacemos el ejercicio de comparar y analizar nuestra
economía personal como si fuéramos una empresa nos
preguntamos ¿cuáles son las organizaciones que se
mueven en entornos de total incertidumbre? Las
‘start-ups’. Las ‘start-ups’ suelen lanzar productos o
Esta no es una crisis �nanciera, sino una crisis económica con serias consecuencias �nancieras
servicios que todavía no existen. No pueden realizar
ningún tipo de análisis de mercado ni proyecciones de
productos o servicios inexistentes. Pues bien, a lo largo
de este documento utilizaremos el marco de referencia
del que se sirven las 'start-ups' para la toma de
decisiones en un entorno sumamente incierto para
trasladarlo a la economía personal.
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¿Cuáles han sido los cambios en nuestra forma de gastar, ahorrar, invertir y �nanciarnos derivados
del coronavirus?, ¿vamos a mantener este nuevo comportamiento?, ¿qué marco de referencia
podemos utilizar para la toma de decisiones relacionadas con la economía personal en un entorno
de elevada incertidumbre?
En el episodio “Replantear nuestra economía personal en la nueva normalidad” del Podcast de
Banco Sabadell, planteamos una serie de cuestiones sobre nuestra vida y nuestra economía,
motivadas tanto por la magnitud de la pandemia a nivel económico y emocional, como por el
tiempo libre que en algunos casos hemos tenido para re�exionar sobre el futuro.
El cierre parcial de la economía empezó la primavera de este año y ha llevado consigo un gran
impacto en la economía personal: reducción de los ingresos, uso de las cuentas de emergencia,
objetivos pospuestos y otros retos �nancieros dolorosos. Si bien es cierto que en algunos casos
el coronavirus ha tenido un impacto limitado o incluso nulo, en la mayoría de las personas las
consecuencias de la pandemia serán muy notables en el corto, medio y largo plazo.
Esta no es una crisis �nanciera, sino una crisis económica con serias consecuencias �nancieras.
Y estas consecuencias afectan tanto a las empresas como a las personas. Hemos modi�cado
nuestros patrones de comportamiento con la reducción de los gastos, el incremento del ahorro y
la disminución de la deuda, ya sea �nanciera, como la hipotecaria o de crédito personal, o de la
tarjeta de crédito.
Algunos de estos cambios de comportamiento se mantendrán una vez que la situación sanitaria
esté controlada, aunque es posible que en otros aspectos se conserven los hábitos anteriores a
la pandemia. En cualquier caso, no existe un marco de referencia con el que comparar una
situación de incertidumbre como la actual, por lo que no se cuenta con antecedentes o posibles
estrategias a seguir a nivel de la economía personal.
Mientras las empresas farmacéuticas avanzan en la
búsqueda de una cura para el virus, se ha
desencadenado la peor recesión desde principios del
siglo pasado. Durante décadas, la economía ha
con�ado en los bancos centrales y en los ministros de
economía o �nanzas para resolver las crisis mediante la
inyección de liquidez en el sistema y políticas �scales.
Ahora es diferente y debemos mirar a los cientí�cos y a
los datos sobre una posible vacuna o tratamiento
antiviral para tener signos de esperanza.
Según palabras de Alan Greenspan, el expresidente de
la Reserva Federal de Estados Unidos y respetado
economista, “el virus está suponiendo la mayor fuente
de incertidumbre”, por lo que es muy complicado, sino
imposible, realizar proyecciones a corto o medio plazo.
La COVID-19 ha modi�cado el contexto global afectando
a todo nuestro entorno personal, desde el punto de
vista profesional, �nanciero y social. Y en este contexto
de elevada incertidumbre, muchos factores están fuera
de nuestro alcance, pero el conocimiento �nanciero
nos puede ayudar a gestionar mejor nuestras �nanzas
en este nuevo entorno incierto, tanto durante como
después de la pandemia.
Si hacemos el ejercicio de comparar y analizar nuestra
economía personal como si fuéramos una empresa nos
preguntamos ¿cuáles son las organizaciones que se
mueven en entornos de total incertidumbre? Las
‘start-ups’. Las ‘start-ups’ suelen lanzar productos o
servicios que todavía no existen. No pueden realizar
ningún tipo de análisis de mercado ni proyecciones de
productos o servicios inexistentes. Pues bien, a lo largo
de este documento utilizaremos el marco de referencia
del que se sirven las 'start-ups' para la toma de
decisiones en un entorno sumamente incierto para
trasladarlo a la economía personal.
El conocimiento �nanciero nos puede ayudar a gestionar mejor nuestras �nanzas en este nuevo entorno incierto
Utilizaremos el marco de referencia del que se sirven las 'start-ups' para la toma de decisiones en un entorno sumamente incierto para trasladarlo a la economía personal.
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2. El modelo de las start-ups:‘bootstrap finance’
La �nanciación de las start-ups suele provenir del capital de los fondos de capital riesgo, más
conocidos en su apelación anglosajona de Venture Capital (VC). La magnitud de la �nanciación de
los VC suele ser elevada y permite de�nir la aventura empresarial con un nivel de recursos alto.
Sin embargo, hay casos en los que el emprendedor �nancia su proyecto con sus ahorros o incluso
con la tarjeta de crédito. El volumen de los recursos �nancieros disponibles en cada uno de los
supuestos no es evidentemente el mismo. Y, por ello, la forma de gestionarlos tampoco lo es.
El segundo tipo de �nanciación fue denominado ‘bootstrap finance’ por el profesor visitante de
Harvard Business School, Sama Bahir, quien acuñó el término y apareció en 1992 por primera vez
en la revista Harvard Business Review. En inglés, el término 'bootstrap' hace referencia a la
lengüeta de las botas que facilita el ponérselas. En el ecosistema de las start-ups, 'bootstrap’ se
re�ere a aquellas situaciones en las que el fundador se �nancia a sí mismo, sin contar con la
ayuda de inversores adicionales: “el emprendedor se pone las botas solo”.
En de�nitiva, el acceso a �nanciación externa y de mayor envergadura no impulsa el desarrollo de
las capacidades de resiliencia y �exibilidad. Por el contrario, el modelo 'bootstrap finance' tiene
algunas ventajas, como que fuerza. a los emprendedores a ser más cuidadosos con los gastos y
a conseguir más ingresos con mayor antelación para poder generar recursos y seguir �nanciando
la empresa.
El nuevo entorno que ha creado la pandemia ha modi�cado el marco de referencia que poseen
los ciudadanos para la toma de decisiones económicas. Vamos a comportarnos como si
fuéramos una start-up del modelo ‘bootstrap finance’ y veamos qué pasos debemos seguir para
gestionar nuestra economía personal.
En el ecosistema de las start-ups, 'bootstrap' se re�ere a aquellas situaciones en las que el fundador se �nancia a sí mismo, sin contar con la ayuda de inversores adicionales
Start-ups con financiación Venture Capital vs. ‘Booststrap Finance’
Gasto elevado en I+D
Financiación de VC
Control de los gastos, especialmente en I+D,
pequeños proyectos y seguimiento de los
resultados a corto plazo para eliminar
aquellos que no generan liquidez
Contratación de talento con experiencia
y de elevado coste
Olvidarse del talento excepcional, atrayendo
talento que se pueda desarrollar
Rápida escalabilidad Crecer al ritmo que sea sostenible con la
auto�nanciación
Perspectiva de largo plazo Ser operativos rápidamente
‘Bootstrap �nance’
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Un plan �nanciero anual a tres años, proyectando los ingresos y gastos adecuados para estimar
la liquidez generada.
Realizar escenarios que contemplen hipótesis diferentes: cambios de trabajo, tener un hijo, etc.
Un presupuesto mensual detallado de los ingresos, los gastos y la tesorería resultante.
Analizar las fuentes de ingresos: sueldo, rentabilidad de las inversiones, etc. y determinar el
sueldo, la rentabilidad de las inversiones, nuevas formas de ingresos en forma de proyectose
ingresos pasivos.
Mantener una cuenta de emergencia que cubra los gastos �jos de al menos seis meses.
Invertir el resto en fondos a largo plazo con un nivel de riesgo asumible y que nos de
rentabilidad al mismo tiempo.
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¿Qué debemos hacer?1.
2.3.4.
5.6.
Ahora bien, una vez de�nidos los pasos básicos a
seguir para gestionar nuestra economía personal en un
entorno de incertidumbre, es importante tener en
cuenta el contexto económico actual y saber cuál es la
situación de nuestras �nanzas personales tras el
impacto del coronavirus.
El elevado grado de incertidumbre, unido a las medidas
de restricción y el cierre de algunas actividades, ha
elevado la tasa de ahorro de los hogares a niveles
máximos. Con nuestras �nanzas con�nadas nos hemos
convertido en ahorradores forzados, incapaces de
consumir en vacaciones, socializar y gastar en
desplazamientos.
Además, la incertidumbre ha llevado a posponer
aquellas acciones que implicaban un gran desembolso,
como el cambio de vivienda o de vehículo.
¿Cuál es la situación de la economía personal con la pandemia?
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¿Volveremos a los valores promedios de ahorro de la última década situados entre el 5 y el 10%?
Esta es una pregunta que va a determinar la velocidad de recuperación de la economía. El disparo
del ahorro en los hogares, a pesar del decremento de la renta disponible y la pérdida de empleo en
algunos casos, preocupa a los economistas, puesto que el 60% del PIB depende de dicho
consumo. Cuando incrementa el ahorro en contra del consumo, impacta en los tipos de interés,
reduce el crecimiento y debilita el potencial de la economía.
Durante épocas de recesión es totalmente racional tener un comportamiento más conservador
con los gastos e incrementar el ahorro. Si nos �jamos en las opiniones de los analistas �nancieros
y economistas, hay dos corrientes principales sobre lo que ocurrirá una vez que la situación
sanitaria esté controlada:
La recuperación de la economía dependerá, en parte, de cuál de las dos corrientes se imponga.
Por ahora las previsiones no coinciden, la Comisión Europea estima que el consumo en 2021
crecerá a un ritmo mayor que la economía (8.9% vs 7%), mientras que el Banco de España y el
Gobierno pronostican lo contrario.
No podemos predecir el futuro, pero podemos tratar de identi�car patrones por segmento. Por
ejemplo, una encuesta de Aviva a los consumidores británicos muestra que es probable que los
mayores de 45 mantengan los hábitos de mayor ahorro. Esta comportamiento es más probable en
aquellos que tienen más de 55 años, mientras que en los menores de 45 esta tendencia cae. El
per�l de riesgo no solo es una cuestión de personalidad (hay personas más conservadoras que
agresivas en sus inversiones), sino que también in�uye la capacidad económica. El segmento de
población con más recursos económicos se puede permitir arriesgar más que los que no disponen
de ellos para superar una pérdida económica con inversiones de mayor riesgo.
¿Cuál va a ser el comportamiento después de la pandemia?
Puesto que es un shock de la demanda a raíz del
con�namiento y del cierre de tiendas y restauración, en
cuanto se pueda abrir la economía de nuevo con cierta
normalidad, el gasto volverá a sus niveles pre-covid. La
teoría se basa en que los consumidores van a querer
recuperar el tiempo perdido y volver de nuevo y con rapidez
a los hábitos anteriores. La base es el olvido motivado, el
olvido de momentos difíciles. Por otro lado, las ayudas
estatales promueven que el cambio de hábito sea
transitorio.
El cambio de hábitos es transitorioSi nos basamos en las recesiones del pasado, por ejemplo
la Gran Depresión de los años 20, el miedo produjo un
estancamiento prolongado. La capacidad de ahorro ya
estaba en tendencia alcista en el 2019 fruto de la
pirámide de edad de la población. Una sociedad más
envejecida que quiere proteger �nancieramente la etapa de
la jubilación. La teoría es que en base a la relación riesgo-
rentabilidad, cuando hay mayor riesgo percibido exigimos
una mayor rentabilidad. Al acercarnos a la edad de
jubilación, el per�l de riesgo se vuelve más conservador y
consecuentemente, ahorramos más.
Los economistas que tienen esta argumentación prevén
que la economía resurgirá en forma de V, o quizás W con
la segunda ola.
Los economistas que tienen esta argumentación prevén
que la economía tardará muchos años es resurgir y la
forma de la recuperación se parecerá más a una bañera.
El cambio de hábitos es estructural
Independientemente de nuestro per�l de riesgo y de nuestra capacidad económica, la economía
personal, igual que ocurre en las empresas, debe desarrollar resiliencia para poder mantener el
estilo de vida a largo plazo en dos frentes:
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La recuperación de la economía dependerá, en parte, de cuál de las dos corrientes se imponga.
Por ahora las previsiones no coinciden, la Comisión Europea estima que el consumo en 2021
crecerá a un ritmo mayor que la economía (8.9% vs 7%), mientras que el Banco de España y el
Gobierno pronostican lo contrario.
No podemos predecir el futuro, pero podemos tratar de identi�car patrones por segmento. Por
ejemplo, una encuesta de Aviva a los consumidores británicos muestra que es probable que los
mayores de 45 mantengan los hábitos de mayor ahorro. Esta comportamiento es más probable en
aquellos que tienen más de 55 años, mientras que en los menores de 45 esta tendencia cae. El
per�l de riesgo no solo es una cuestión de personalidad (hay personas más conservadoras que
agresivas en sus inversiones), sino que también in�uye la capacidad económica. El segmento de
población con más recursos económicos se puede permitir arriesgar más que los que no disponen
de ellos para superar una pérdida económica con inversiones de mayor riesgo.
1. Asegurando la liquidez a corto plazo.
2. Buscando nuevas formas para mantener la liquidez a largo plazo.
Pensar como una start-up en modo ‘bootstrap’ permite proteger la liquidez a través del control y
selección de los gastos necesarios y, al mismo tiempo, promover pequeños proyectos de futuro
que generarán liquidez a largo plazo. El modelo de trabajar en una misma empresa o puesto de
trabajo no se va a sostener en el futuro. Por el contrario, será necesario ir adquiriendo nuevas
habilidades, ir probando nuevos proyectos que encajen con la nueva realidad cambiante. Para ello,
necesitamos ser �exibles y adaptarnos a un entorno que varía con rapidez.
El modelo de trabajar en una misma empresa o puesto de trabajo no se va a sostener en el futuro. Será necesario ir adquiriendo nuevas habilidades, ir probando nuevos proyectos que encajen con la nueva realidad cambiante
A pesar de que existen algunos gastos �jos muy difíciles de reducir (la vivienda, los suministros del
hogar), hay otro tipo de gastos que podemos controlar o limitar con el objetivo de poder disponer
de liquidez en el futuro. En este sentido, pensemos si es necesario tener un coche de propiedad si
trabajamos desde casa, si es imprescindible vivir en la ciudad si trabajamos remotamente o si nos
hace falta tener tanta ropa si no vamos a la o�cina.
¿Cómo podemos limitar los gastos?
Pensemos en si es posible alquilar un bien que tengamos en propiedad si no lo estamos
utilizando (coche, moto, bicicleta, ropa, etc.) o en monetizar algunas de nuestras habilidades
(servicios online, etc.).
No se trata de pensar en economía de guerra, si no en economía conectada, compartida y que
tenga en cuenta la sostenibilidad del planeta.
¿Cómo podemos desarrollar proyectos de futuros ingresos?
Independientemente de nuestro per�l de riesgo y de nuestra capacidad económica, la economía
personal, igual que ocurre en las empresas, debe desarrollar resiliencia para poder mantener el
estilo de vida a largo plazo en dos frentes:
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3. La visión de las entidades financierasHablamos con Ricard Balcells, Director del Segmento de Banca Personal de Banco Sabadell, para
ampliar la visión desde el punto de vista de los expertos de entidades �nancieras.
Como ya se ha comentado anteriormente, los hogares
españoles gastaron en el segundo trimestre (periodo
que coincidió prácticamente con el estado de alarma
por la COVID-19), menos de lo que ingresaron. Esto
llevó a que su tasa de ahorro se situara en el 31,1%, el
valor más alto de toda la serie iniciada en 1999, según
informó el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta
tasa supera en más de diez puntos el anterior máximo,
del 20,1%, alcanzado durante el segundo trimestre de
2009, en la pasada crisis.
Como es lógico, el incremento de la tasa de ahorro ha
sido fruto, principalmente, del cierre de las fronteras,
las restricciones en el ocio y demás servicios no
esenciales, sumados a un con�namiento de la
población que provocó de forma drástica la contención
del consumo.
El ahorro en los hogares
¿Cómo podemos orientar ese consumo post-COVID-19? Desde hace años se observa un mayor
interés de los consumidores por aspectos sociales y medioambientales. Ahora, con los nuevos
hábitos de consumo que se han generado a raíz de la crisis sanitaria, se consolidan aún más
estas tendencias orientadas a un consumo sostenible.
Hablamos, por ejemplo, de conceptos como el ‘pago por uso’ frente a la propiedad, que con la
COVID-19 han tomado más fuerza, si cabe, en un entorno de transformación marcado por la
incertidumbre.
En lo referente a la sostenibilidad, la movilidad y a cómo serán las ciudades que habitaremos en el
futuro, la Unión Europea ha intentado marcar una hoja de ruta a través de los Fondos Europeos de
Recuperación. Los epígrafes referentes a movilidad y sostenibilidad, son, sin duda, una
oportunidad para el país y una palanca inmejorable para las entidades para dar respuesta a estas
imprescindibles como agentes necesarios para canalizar estas ayudas.
Un consumo más sostenible
Máximos tasa ahorro en los hogares desde 1991 (segundo trimestre)
A todo esto, se le suma la elevada incertidumbre actual, la cual provoca que muchas decisiones
asociadas al gasto se aplacen a la espera de divisar un futuro más optimista. Es decir, el estado
anímico in�uye de forma clara a la hora de llevar a cabo un consumo más elevado.
Desde nuestro punto de vista, consideramos que en el futuro el consumo se recuperará y que la
tasa de ahorro disminuirá a medida que se vaya recuperando la normalidad y el acceso a
actividades de ocio como los viajes, la cultura y la adquisición de bienes y servicios. No obstante,
es probable que se incremente la cultura de ahorro para afrontar épocas de incertidumbre como
la que hemos vivido.
En efecto, uno de los pilares básicos de estos fondos europeos, y al que irá destinado el 37% de
los recursos, es la transición energética, que implica a sectores como el de la construcción y el del
automóvil. En el ámbito de la movilidad, el Gobierno español persigue la electri�cación del parque
automovilístico en los próximos años. Entre sus objetivos se encuentran la instalación de más de
100.000 puntos de recarga de vehículo eléctrico. Así pues, ante las disyuntivas comunes como
“¿qué coche me voy a comprar?”, ahora se une la pregunta “¿tiene que ser eléctrico, híbrido,
enchufable…?”. Para dar respuesta a estas cuestiones, y en de�nitiva, a la incertidumbre que
genera una transformación como la que estamos viviendo, la opción cada vez es más clara: pasa
por el alquiler (‘renting’) con todos los servicios incluidos, sin preocupaciones, y con la �exibilidad
de adaptar los plazos de los servicios a una realidad de la empresa y de los particulares cada día
más cambiante.
Todos somos responsables y actores esenciales de esta transformación hacia una economía más
sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y la primera palanca a activar es, sin duda, la
movilidad.
Otro de los efectos evidentes de la pandemia es el replantearnos la vivienda en que queremos vivir
en el futuro. El precedente del con�namiento o la implantación del teletrabajo son aspectos claros
que obligan a repensar los espacios de nuestros hogares para adaptarlos a esta nueva realidad.
Consideramos que en España no cambiará radicalmente el hecho de ser un país con un elevado
porcentaje de viviendas en propiedad más que en alquiler, ya que forma parte de nuestra cultura.
Además, con el escenario de tipos actuales y futuros la población continuará apostando por la
compra más que por el alquiler.
Lo que está cambiando es la forma en la que construimos (o reformamos) esas viviendas.
Espacios más amplios, abiertos, terrazas y zonas comunes son algunos de los elementos más
cotizados en la búsqueda de vivienda. Y aquí también juega un papel importante la sostenibilidad,
ya que la edi�cación cada vez tiene más en cuenta la e�ciencia energética. En este sentido,
destacan también los planes de los fondos europeos, a través de los cuales el Gobierno español
prevé rehabilitar más de 500.000 viviendas durante los próximos tres años para hacerlas más
e�cientes desde el punto de vista energético.
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¿Cómo podemos orientar ese consumo post-COVID-19? Desde hace años se observa un mayor
interés de los consumidores por aspectos sociales y medioambientales. Ahora, con los nuevos
hábitos de consumo que se han generado a raíz de la crisis sanitaria, se consolidan aún más
estas tendencias orientadas a un consumo sostenible.
Hablamos, por ejemplo, de conceptos como el ‘pago por uso’ frente a la propiedad, que con la
COVID-19 han tomado más fuerza, si cabe, en un entorno de transformación marcado por la
incertidumbre.
En lo referente a la sostenibilidad, la movilidad y a cómo serán las ciudades que habitaremos en el
futuro, la Unión Europea ha intentado marcar una hoja de ruta a través de los Fondos Europeos de
Recuperación. Los epígrafes referentes a movilidad y sostenibilidad, son, sin duda, una
oportunidad para el país y una palanca inmejorable para las entidades para dar respuesta a estas
imprescindibles como agentes necesarios para canalizar estas ayudas.
En efecto, uno de los pilares básicos de estos fondos europeos, y al que irá destinado el 37% de
los recursos, es la transición energética, que implica a sectores como el de la construcción y el del
automóvil. En el ámbito de la movilidad, el Gobierno español persigue la electri�cación del parque
automovilístico en los próximos años. Entre sus objetivos se encuentran la instalación de más de
100.000 puntos de recarga de vehículo eléctrico. Así pues, ante las disyuntivas comunes como
“¿qué coche me voy a comprar?”, ahora se une la pregunta “¿tiene que ser eléctrico, híbrido,
enchufable…?”. Para dar respuesta a estas cuestiones, y en de�nitiva, a la incertidumbre que
genera una transformación como la que estamos viviendo, la opción cada vez es más clara: pasa
por el alquiler (‘renting’) con todos los servicios incluidos, sin preocupaciones, y con la �exibilidad
de adaptar los plazos de los servicios a una realidad de la empresa y de los particulares cada día
más cambiante.
Todos somos responsables y actores esenciales de esta transformación hacia una economía más
sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y la primera palanca a activar es, sin duda, la
movilidad.
Otro de los efectos evidentes de la pandemia es el replantearnos la vivienda en que queremos vivir
en el futuro. El precedente del con�namiento o la implantación del teletrabajo son aspectos claros
que obligan a repensar los espacios de nuestros hogares para adaptarlos a esta nueva realidad.
Consideramos que en España no cambiará radicalmente el hecho de ser un país con un elevado
porcentaje de viviendas en propiedad más que en alquiler, ya que forma parte de nuestra cultura.
Además, con el escenario de tipos actuales y futuros la población continuará apostando por la
compra más que por el alquiler.
Lo que está cambiando es la forma en la que construimos (o reformamos) esas viviendas.
Espacios más amplios, abiertos, terrazas y zonas comunes son algunos de los elementos más
cotizados en la búsqueda de vivienda. Y aquí también juega un papel importante la sostenibilidad,
ya que la edi�cación cada vez tiene más en cuenta la e�ciencia energética. En este sentido,
destacan también los planes de los fondos europeos, a través de los cuales el Gobierno español
prevé rehabilitar más de 500.000 viviendas durante los próximos tres años para hacerlas más
e�cientes desde el punto de vista energético.
Como hemos comentado anteriormente, la pandemia ha provocado un incremento sustancial de
las tasas de ahorro de las familiasfamilias. La situación económica actual y la crisis en la que nos
adentramos seguramente provocarán la necesidad de disponer de liquidez para atender
imprevistos derivados de la crisis y, consecuentemente, provocará el incremento de posiciones en
cuentas corrientes (principalmente), dado que los depósitos ya no ofrecen rentabilidad alguna. Con
Liquidez e inversiones
La mejor alternativa de inversión será aquella que implique
una diversi�cación, que se ajusteal per�l de riesgo, se mantenga
en el plazo recomendado y en que se realicen aportaciones
periódicas
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este nivel de tipos de interés nulos o negativos, los
Fondos Monetarios no pueden ofrecer rentabilidades
interesantes por lo que la mejor alternativa de inversión
será aquella que implique una diversi�cación, se ajuste
al per�l de riesgo, se mantenga en el plazo
recomendado y en la que se realicen aportaciones
periódicas. La recomendación es que antes de realizar
cualquier inversión �nanciera consultes con un
profesional. Si lo deseas, puedes pedir cita con un
gestor personal aquí.
4. ConclusionesPodemos responder claramente que la pandemia ha modi�cado nuestros hábitos �nancieros así
como el contexto económico y social. No está claro si este cambio es transitorio o estructural,
porque el nivel de incertidumbre di�culta las proyecciones a futuro. En todo caso, debemos estar
preparados para sobrevivir en un entorno más incierto y ello es posible si tenemos resiliencia y
�exibilidad económica. En la mayoría de los casos, deberemos modi�car nuestro modo de tomar
decisiones en nuestra economía personal.
La propuesta es replicar el modus operandi de las start-ups que se auto�nancian, denominado
‘bootstrap finance’. Es decir, desarrollar �exibilidad para adaptarnos a la incertidumbre y resiliencia
para sobrevivir en el corto plazo y ser solventes en el largo plazo.
¿Qué debemos hacer? Básicamente plani�car para asegurar una liquidez tanto a corto como a
largo plazo que nos permita mantener nuestro estilo de vida.
Durante los últimos meses, el coronavirus ha hecho que retrasemos muchas decisiones de gasto,
por lo que la tasa de ahorro de las familias en España se ha batido récords. ¿Qué haremos con
esos ahorro? Ahora es el momento de repensar el futuro con proyectos pequeños que puedan ser
exitosos, que no requieran de gran esfuerzo �nanciero y que nos aseguren la liquidez a largo plazo.
Tenemos que ser capaces de ir adaptándonos a nuevas circunstancias con un margen de tiempo
estrecho.
Asimismo, una vez resueltas las decisiones que afectan de forma inmediata a nuestra situación
�nanciera, debemos aprovechar la ocasión para replantearnos lo que verdaderamente es
importante en nuestras vidas. Quizás pasar del tener al alquilar. Quizás no consumir lo que no
garantice la sostenibilidad. Quizás replantear la utilización de nuestro tiempo �nito. Como ya dijo
Churchill: “Nunca desaprovechemos una buena crisis”.
1. Pensar en el largo plazo elaborando planes �nancieros alternativos (escenarios).
2. Presupuestar a corto plazo con detalle para identi�car la liquidez.
3. Crear pequeños proyectos de futuro que generen una nueva estructura de menores gastos y
nuevas fuentes de ingresos.
4. Mantener un colchón de liquidez, a ser posible con aportaciones periódicas, aunque sean
pequeñas.
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Estar donde estés
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