Estallido de Las Formas Doc de Trabajo

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Ossandón, C., Santa Cruz, E. (2005). El estallido de las formas. Chile en los albores de la “cultura de masas”. Santiago de Chile: Lom. Prólogo (09)…la naciente cultura de masas en Chile:…de relación cultural o pública que se constituye desde fines del siglo XIX y más claramente en las primeras décadas del siglo XX. Es éste un escenario heterogéneo, atravesado por públicos y ethos distintos, donde irrumpen medios nuevos…revistas magazinescas y especializadas,…unos códigos y unas sensibilidades que traen inéditas improntas culturales. …en las nuevas tendencias que se aprecian en la prensa periódica…un soporte de los nuevos espacios sociales y de mercado que el raciocinio político- ilustrado público. [describir alguno de los aspectos de esta particularidad histórica, bosquejando unos reordenamientos culturales que articulan tendencias presentes en la sociedad chilena de comienzos del siglo XX] (10) Nuevos y complejos vínculos se establecen entre los productos y secciones de una prensa más marcadamente empresarial y cultural de los sectores emergentes…En el nuevo escenario comunicacional es menos nítida la brecha entre lectura y escritura…Las revistas comienzan a diferenciar un espacio propio, distinto del de la prensa diaria, y tienen un desarrollo inédito aquellas de tipo magazinesco (la revista Zig- Zag fundada en 1905 es aquí un caso ejemplar). El clásico público lector decimonónico deviene otro, que amplia y segmenta el ámbito de sus intereses… …en las primeras décadas del XX, es entonces una importante transformación o reorganización cultural.… con la extensión y complejización de los espacios comunicacionales como con la inicial reformulación de los vínculos entre las esfera pública y privada…lugares públicos, cuyo carácter más desenvuelto se impone…por sobre un tipo de existencia más hogareña, patriarcal o semirrecogida. 1

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Ossandón, C., Santa Cruz, E. (2005). El estallido de las formas. Chile en los albores de la “cultura de masas”. Santiago de Chile: Lom.

Prólogo(09)…la naciente cultura de masas en Chile:…de relación cultural o pública que se constituye desde fines del siglo XIX y más claramente en las primeras décadas del siglo XX. Es éste un escenario heterogéneo, atravesado por públicos y ethos distintos, donde irrumpen medios nuevos…revistas magazinescas y especializadas,…unos códigos y unas sensibilidades que traen inéditas improntas culturales.…en las nuevas tendencias que se aprecian en la prensa periódica…un soporte de los nuevos espacios sociales y de mercado que el raciocinio político- ilustrado público.[describir alguno de los aspectos de esta particularidad histórica, bosquejando unos reordenamientos culturales que articulan tendencias presentes en la sociedad chilena de comienzos del siglo XX]

(10) Nuevos y complejos vínculos se establecen entre los productos y secciones de una prensa más marcadamente empresarial y cultural de los sectores emergentes…En el nuevo escenario comunicacional es menos nítida la brecha entre lectura y escritura…Las revistas comienzan a diferenciar un espacio propio, distinto del de la prensa diaria, y tienen un desarrollo inédito aquellas de tipo magazinesco (la revista Zig- Zag fundada en 1905 es aquí un caso ejemplar). El clásico público lector decimonónico deviene otro, que amplia y segmenta el ámbito de sus intereses……en las primeras décadas del XX, es entonces una importante transformación o reorganización cultural.… con la extensión y complejización de los espacios comunicacionales como con la inicial reformulación de los vínculos entre las esfera pública y privada…lugares públicos, cuyo carácter más desenvuelto se impone…por sobre un tipo de existencia más hogareña, patriarcal o semirrecogida.

(11)…nuevas visibilidades o exterioridades sígnicas, en inéditas relaciones entre letra e imagen, y en la estimulación de unas sensibilidades que ya no tienen como fuente la cultura ilustrada- letrada. …de diferentes y cambiantes estrategias de recepción; público que expresa nuevos gestos (más ligados al (h)ojear que al focalizar) y ritmos (más extensivos que intensivos) de lectura.De estos circuitos culturales…

(12)…unas interiorizaciones o expectativas distintas de ese lector ilustrado y político del siglo XIX, se reconocen en géneros tales como los folletines- novelas, las zarzuelas o las revistas magazinescas entre otros…la naciente industria cultural.…las revistas del género magazine: una composición bastante expresiva del desarrollo cultural moderno.…Sucesos de 1902,…Selecta de 1909, de la plebeya y satírica Corre- Vuela de 1908, de la elitista Pacífico Magazine de 1913 y de la clásica Zig Zag de 1905.…apuesta abierta o planificadamente a la creación de un producto comercial, siendo éste uno de los factores importantes que le permitió contar con un público lector disímil que trascendió el ámbito de la élite.

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…contribuyendo a crear una esfera pública de la aparición. …y estará más dispuesta a cultivar gustos o auras que ideas o convicciones…modelo de esfera pública que Habermas llamó representativa, donde lo que se destaca es la visibilidad o escenificación de los actores y acontecimientos… relevancia a los cambios y rasgos que se constatan en el propio dispositivo enunciador de estas publicaciones…(13)…un mayor peso expresivo o formal.…mutaciones o estallidos que estos nuevos soportes y signos hacen patente, así como las connotaciones públicas……los juegos entre el decir y el mostrar…estas dos formas básicas de representación…el código visual…del nacionalismo…así como la configuración de imaginarios ligados al cuerpo y al deber ser femenino.…la variedad y desjerarquización de los temas (una receta de cocina al lado de una catástrofe natural, por ejemplo), la apertura a lo múltiple y abigarrado, la extensión y fragmentación del mundo, la diversidad de lenguajes y estilos, la búsqueda de la entretención, así como la construcción de objetos y servicios modernos, detalle este último no menor en la nueva configuración de lo real. Los distintos…códigos…parecen alterar los modos letrados y discursivos clásicos de validación…también articulan nuevas necesidades y expectativas…colaboran…a transformar en sentido común…conectar el ámbito comunicacional y otras modernizaciones con la construcción de unas aspiraciones o imaginarios vividos cotidianamente…(14)…comprensión de crisis o del nuevo ordenamiento social que se aprecia en las primeras décadas del siglo XX en nuestro país.…un mapa de la prensa del período…los inicios del siglo XX en Chile desde una perspectiva comunicacional…la consolidación en Chile de los patrones universales del modelo informativo y liberal…***INSTANCIA DE ENUNCIACIÓN

Capítulo 1. Modernización y vida cotidiana (E. Sta. Cruz A.)

(17)…el análisis de los procesos modernizadores se sustente en…dos claves interpretativas…en la relación que cada uno de estos procesos establece, de manera compleja y conflictiva, entre lo particular y lo universal.Se puede afirmar que los distintos procesos modernizadores vividos por la sociedad chilena han articulado de una forma específica una dimensión universalista… propia si se quiere del carácter de la época…

(18)…la sucesión de procesos modernizadores vividos en medio de grandes conflictos y traumas históricos por la sociedad chilena (el liberal- oligárquico, el nacional- desarrollista y el actual neo- liberal globalizante)…tiene que ver con las relaciones de continuidad y ruptura entre una etapa y otra.…cada nueva reordenación global de la sociedad y el capitalismo chileno se ha hecho, en buena medida, a contrapelo y en oposición al modelo que lo precedió, constituyendo así una dimensión evidente de ruptura y de allí la forma y métodos convulsionados, cuando no traumáticos que se han instalado.…ello no obsta a que permanezcan características o elementos modernizadores…(cuestión que es especialmente evidente en el caso del desarrollo de la industria cultural en Chile) o, aunque suene paradojal, constituyéndose en tradición…

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(19) Esta tradición moderna tiene su propia historia, su evolución… buena parte de lo que consideramos nuestras tradiciones nacionales…fueron constituyentes o incluso símbolos de modernidad…

(20)…se trataría de entender lo cultural al interior de los procesos modernizadores, al decir de Brunner, como una cultura cotidiana de masas crecientemente articulada desde un campo simbólico en permanente crecimiento y diversificación.

(21) ¿Cómo el desarrollo de formas comunicacionales modernas operó sobre un sentido común masivo en las primeras décadas del siglo XX en nuestro país?…¿De qué manera se articularon dichas estrategias comunicacionales y culturales con un contexto percibido cada vez más ampliamente como de crisis general y de profundas transformaciones modernizadoras en la vida cotidiana? ¿Cómo se vinculó el “estallido de formas” que presencia el período con sentidos comunes en vías de masificación y diversificación?

(23) La hipótesis es que lo que hace la industria cultural es precisamente cotidianizar la modernidad, es decir, naturalizarla. Da sentido a esa experiencia ordinaria de vivir, en las claves civilizatorias modernas…presencia de ciertos factores modernizadores de carácter estructural, tales como el crecimiento económico, el desarrollo urbano, la expansión de las comunicaciones y el transporte, las nuevas tecnologías, la industrialización, el desarrollo del aparato educacional, etc., se vivieron a nivel del sentido común en las primeras décadas del siglo XX en nuestro país, configurando un cierto imaginario social…simultánea a la sensación de crisis, desigualdad, injusticias sociales extremas, pérdida de rumbo histórico, etc.

El impacto de aquellas [las revistas] en la sociabilidad masiva y popular, así como en la (24) emergencia de formas comunicacionales modernas dirigidas a un mercado cultural en ampliación y diversificación…cómo ello permitió que comenzaran a emerger distintos públicos, a partir de una oferta comunicacional y cultural variada y con ello las primera manifestaciones de lo que luego se ha llamado cultura de masas, espacio en el cual se visibiliza y emerge lo popular y lo plebeyo.

(29) La modernidad vinculada a la libertad individual, a la construcción de un sujeto consciente del tiempo de la historia, al desarrollo de la creatividad y el conocimiento humano, representa un conjunto de preocupaciones fundamentales de las elites intelectuales y políticas, que operan a través de un desfase con la anterior percepción.

Capítulo 2. El género magazine y sus orígenes ( E. Santa Cruz A.)

(33) Uno de los principales indicadores del surgimiento de la industria cultural moderna en nuestro país es la aparición en los comienzos del siglo XX de revistas periódicas destinadas a satisfacer la demanda de públicos diversos. […] En ese marco también aparece en Chile otro género comunicacional que, si bien posee antecedentes en fenómenos culturales masivos y populares anteriores, como el espectáculo de variedades en plazas y ferias, asume un rasgo específica en la palabra impresa. Se trata del magazine, el que tuvo su

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primera expresión en el formato de revistas periódicas y, luego, con el correr del siglo, incluso se extendió a otros lenguajes y tecnologías comunicacionales.El magazine es definido convencionalmente como un periódico ilustrado […] Se trata de un género que es capaz de albergar en su interior en forma entremezclada crónicas, entrevistas, reportajes de actualidad, ilustraciones, avisos publicitarios, cuentos y novelas por entrega, notas de vida social, caricaturas, poemas, etc. En este sentido, se trata de un género extraordinariamente maleable en cuanto a sus formatos y contenidos.(34) Así, de acuerdo a sus contenidos preferenciales u otras características propias de sus formatos, es posible diferenciar magazines dedicados a cuestiones culturales y literarias […]En esta perspectiva, el magazine como género fue consolidándose al calor del desarrollo de la industria cultural en ampliación, lo que equivale a ratificar su origen como parte de los procesos de modernización en dicho ámbito […] Cuestión similar a la planteada por Berman cuando afirma que la constitución de sistemas de comunicación social complejos y tecnificados destinados a públicos masivos constituye una de las características comunes a cualquier proceso de modernización.[…] para Ortiz la modernidad es una y diversa. Una, en cuanto matriz civilizatoria; diversa, en su configuración histórica […] qué característica asume en las particulares condiciones que la modernización liberal- oligárquica muestra en las dos primeras décadas del siglo XX en Chile […] dar cuenta de las experiencias específicas de las revistas que circularon en nuestro país, así como del rol que como “actores” socioculturales jugaron en ese contexto modernizador. (35) Una de las más importantes tareas que el magazine jugó (y sigue jugando) en los procesos de modernización dice relación con la divulgación y vulgarización del conocimiento. [Importancia de la incorporación a la vida social de sectores masivos y populares, ya sea como educación formal, como también cultura cotidiana de masas].Así, entonces, la industria cultural desde sus orígenes ha desarrollado de manera preferente una tarea divulgadora que le permitió a sus apologistas proclamar el advenimiento de una era de democratización cultural. […] Este es el sentido preciso de lo que se denominó vulgarización, término que en manos de una cierta élite ilustrada y culta adquirió rápidamente una significación puramente peyorativa al designar aquello dirigido hacia un público masivo y básicamente ignorante. Es posible sostener que las revistas magazinescas […] las que circularon en nuestro país en las dos primeras décadas del siglo XX desarrollaron la función comunicativa que estamos comentando, pero probablemente centradas mayormente en la naturalización de un paradigma cientificista de la vida en la cultura cotidiana […](36) […] una segunda característica importante se relaciona con el hecho de que el magazine no sólo admite todo tipo de contenidos, estableciendo con ello, dicho sea de paso, una diferencia sustancial con la revista especializada también emergente en Chile en el mismo período, sino que establece una relación de equivalencia entre ellos, cuestión que le ha permitido a la crítica ilustrada instarle el estigma de la banalidad, cuando no el de frivolidad. A diferencia de la revista especializada que normalmente trata de justificar su existencia intentando demostrar o fundamentar la importancia y relevancia de sus contenidos, generalmente en criterios sociales, educativos o de demandas de la audiencia, el magazine coloca en un mismo plano las más disímiles actividades sociales o los más variados temas, ocupando similares espacios o compartiendo páginas. [Este género además, jugaba con la imagen].

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Debido a que, a principios del siglo XX, la industria editorial nacional contaba con la posibilidad técnica de reproducir imágenes en forma masiva, las revistas magazinescas harán de ellas uno de sus “contenidos” fundamentales. […] en dichas revistas adquirió [la fotografía] la suficiente autonomía para hablar por su cuenta.[…] las revistas magazinescas, junto al cine, que en los años ’10 también adquirió connotaciones inicialmente masivas en nuestro país, comienzan a configurar un imaginario social de esas mismas características […](37) Los elementos hasta aquí señalados, entre otros, apuntan a una cuestión más de fondo en cuanto al papel jugado por las revistas magazinescas, en tanto “actores” socioculturales, en las dos primeras décadas del siglo XX en nuestro país, y ello dice relación con la reestructuración a nivel del imaginario social de la vida cotidiana. En ese sentido, no es nuevo señalar que los procesos de modernización, sociológicamente hablando, implican que la experiencia cotidiana de los individuos se traslada de los grupos primarios a los grupos de referencia secundarios, como consecuencia de la mayor complejidad social y del crecimiento de los conglomerados urbanos.[…] el tradicional rol adjudicado a la prensa y los medios de comunicación en la conformación de la opinión pública, en tanto mediadores al interior de una sociedad cada vez más imposibilitada de re- conocer y re- presentar su globalidad a partir de la experiencia directa de los individuos que la conformaban.[…] que dichas publicaciones contribuyeron de manera importante a una ampliación y expansión de la cotidianidad, al menos de los chilenos que habitaban las ciudades más importantes del país. De esa manera, el imaginario social se expandió y se complejizó. (38) […] en cuanto género de la industria cultural, el magazine debe estar necesariamente marcado por el signo de la amenidad y la entretención […] sus formas y contenidos, cualesquiera que ellos sean, están destinados a producir una fruición y un placer en los lectores […] este género [por tanto] es una de las más claras y terminantes pruebas de lo artificioso que resulta la tradicional diferenciación de las funciones de la comunicación social en la sociedad moderna en información, entretención y educación. [Esto viene a explicar el gran número de revistas magazinescas durante la primera parte del siglo XX, las que pese a compartir los mismos objetivos, éstas variaban su formato y temáticas según el público al cual estuvieran dirigidas].

Capítulo 3. Zig- Zag o la imagen como gozo

(62) 1. Decir no es mostrarNo parece adecuado entender Zig- Zag como la continuación “natural” de esa esfera pública de debate que se había desarrollado en la prensa chilena desde la segunda mitad del siglo XIX-, esfera que adoleció de severas restricciones y que coexistió junto a otros modos de instalación pública […] (63) esta nueva publicación, así como el género que ella colabora muy significativamente a impulsar, contribuirá a crear más bien una esfera pública de aparición; esfera que operará a través de formatos y códigos distintos a los de la expresión y discusión oral o escrita. Estamos pensando en ese tipo de esfera pública que Jürgen Habermas llamó representativa, donde lo que se destaca es la visibilidad o escenificación de los actores y acontecimientos, y que fue concebida como una suerte de refeudalización o de recaída de una supuesta minoría de edad pre-ilustrada. En el seno de la llamada sociedad de masas, no será, según Habermas, el raciocinio o la crítica, sino la

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pompa o el aura de los personajes y acciones los que reconfigurarán los nuevos escenarios públicos.Digamos desde una perspectiva analítica […] que en Zig- Zag dejan de ser principalmente relevantes las explicaciones que los actores son capaces de levantar sobre sí y el mundo o el modo cómo los discursos absorben o colocan los hechos, instalándose ahora un tipo de organización que, aun cuando no supone una ruptura entre el mostrar y el decir (o entre el mirar y el leer […] se apoya en unos ingredientes […] que cambian el propio dispositivo enunciador, exhibiendo éste un mayor peso expresivo o formal. En Zig- Zag el mostrar y la mirada se constituyen en los nuevos poderes, el decir y la lecturaza no son tan avasalladores como antes, y tanto el mostrar como el decir quedan igualmente tocados por la coexistencia o fricción que se establece entre ambos.Lo afirmado no es un detalle y representa un componente importante del proceso de reorganización cultural que se da en Chile en esas primeras décadas del XX. Como si junto con las nuevas manifestaciones que tienen lugar a comienzos de siglo […] una correspondencia con un género: el magazinesco, que precisamente se nutre de mostraciones y no de demostraciones, de colores, tomas, paisajes, trivialidades […] Estos nuevos recursos comunicacionales suscitan un gran interés público y contribuyen a socavar (sin suprimir) el reinado (más breve y acotado de lo que se piensa) (64) del soporte letrado, universal y logocéntrico […]El juego de las correspondencias se hace más nítido aun cuando nos fijamos en la importancia que para la aristocracia castellano-vasca adquiere el buen tono […] (66) […] dado el peso enunciativo que estas nuevas relaciones exhiben, se diferencian también (siguiendo la tendencia mundial de una prensa moderna) de unas modalidades de enunciación que suponen la intervención de unos sujetos capaces de realizar distintos juegos o movimientos discursivos (más visiblemente en otras obras con nombres y apellidos). Ahora el nuevo dispositivo tiene muy poco que ver con la modalidad subjetiva de las relaciones mismas. Estas como el formato han dejado de ser un significante cualquiera. Y el escritor no es la condición principal para que haya significación.

(75) Pero no son éstos los factores más importantes que deseamos destacar. Al presentarse las imágenes, y las fotografías en particular, como códigos capaces de determinar las propias superficies significantes de los formatos, las revistas magazinescas y Zig-Zag van a trastocar, […] no sólo el modo de construcción ideológica, que ya no se verá forzado a defender determinadas representaciones mentales de las cosas, sino también aquellas disposiciones que apelaban al rodeo silogístico o a la convicción, para apoyarse ahora más en los e(a)fectos, inclinaciones o gustos que suscitan tanto las imágenes particulares como la revista misma concebida como imagen, incluidos (76) sus textos escritos (aunque la coaptación más plena de éstos en determinadas publicaciones periódicas queda diferida para más adelante). A diferencia de tantas otras publicaciones, la revista no impone su ley a través de sentidos o ideologías que se instalan volatilizando sus propios soportes materiales, ya que son estos mismos soportes (fotos, dibujos, pero también recuadros, espacios en blanco, tipos de letra, etc.) los que provocan goces o modelan gustos.Los nuevos formatos y códigos entran así a rivalizar, ampliando o reconfigurando las posibilidades perceptivas, toda una serie de recursos lingüísticos o ampliamente discursivos […] que en una cierta prensa venían haciendo gala o fomentando, y que se validaba tanto por esos recursos como por sus postulados y la modernidad de su formato. Al desbancar

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estos recursos son otros los modos de aprehensión de la realidad que Zig-Zag cultiva, ahora más ligados al universo de la sensibilidad o del encanto.Se podría sostener que las revistas magazinescas y Zig-Zag se instalan en el plano de los gustos o de las inclinaciones un tipo de influencia (por usar una expresión algo mágica, poco precisa, según Foucault) que viene a compensar la amenidad que un público más masivo experimentó respecto de las vanguardias pictóricas y literarias en la década de 1920 […] Queda ciertamente por precisar el rasgo específico, la prolongación en el tiempo o la profundidad cultural de este sensorium que Zig-Zag contribuye a formar.

Capítulo 4. Las mujeres a principios del siglo XX. Una lectura desde el magazine (Pabla Ávila)

(79) […] la lectura de las revistas del género magazine, entendido como un espacio que marca unas circunstancias que ya no son, necesariamente, las de la letra ilustrada o puramente literaria, aquella de movimientos parejos, sino que introducen una brecha que matiza y en la que se adoptan nuevos movimientos, discontinuos y polifónicos, en los que va a primar la mezcla y la convivencia fuera de reglas. […] en el contexto de la emergencia y popularización del magazine, podemos leer, a través de su formato, una sociedad que está mutando no solo sus imaginarios de género y de sociabilidad, sino también los de la representación del mundo. (81) […] las nuevas formas de sociabilidad de las mujeres […] la irrupción de un género que parece empalmar muy bien con la explosión del consumo y la publicitada actividad social de la élite […] cómo se expresan en este contexto los discursos referentes a las mujeres, cuáles son los rasgos destacables en la construcción de la feminidad y qué rol juega el emergente género magazine en las figuraciones de lo femenino de la época.[Esta situación se observa mediante la revista Zig- Zag, el magazine que se dice fue todo un suceso mediático de la época].

Caracterización del magazine Zig- ZagPerteneciente al grupo editorial de El Mercurio, de Agustín Edwards, la revista Zig- Zag se presenta, desde su lanzamiento, como un nuevo proyecto que irrumpe en la vida santiaguina de principios de siglo.(83) La revista se presentaba como una suerte de ventana que nos mostraba tanto los cambios que estaban ocurriendo en Chile como los acontecimientos en el exterior. Esto se acompañaba con abundantes fotografías […] La evolución de esta última era también reflejo de un cambio epocal y la publicitación de productos fue cada vez más extensa y diversa.

Prototipos de mujeres y “lo femenino”(84) A nuestro parecer estas revistas se presentan como una verdadera ventana de las actividades de las mujeres a principios de siglo y de lo que se consideraba debía ser lo propiamente femenino. (85) […] la posibilidad de mirar a las actividades de las mujeres que están al servicio de la élite, aunque no como protagonistas de sus páginas, sino como el reverso de las mismas, siendo el silencio presente que se escucha a través de las actividades de otros. Son estos

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contrapuntos lo que nos permiten referirnos a las representaciones de las mujeres, porque, en el decir de la revista, se lee lo femenino genérico en el decir de y hacia las mujeres de la élite se leen las ausentes, actoras secundarias a las que hay que formar, educar y proveer información para el empleo. Un aspecto interesante es que los contenidos referidos a las mujeres en la revista del magazine tienen cruces importantes con las denominadas revistas de mujeres. Fundamentalmente se trata de información que puede reproducir normas y comportamientos sociales aceptados, al mismo tiempo que ofrece alternativas que se contraponen con ellos. […] los papeles que pueden desarrollar las mujeres, de lo que se considera debe ser lo femenino […]

Capítulo 6. El “campo periodístico” en los albores del siglo XX (E. Santa Cruz)

Capítulo 11. Espacios públicos y sujetos discursivos (Carlos Ossandón)(247)…las primeras décadas del siglo XX en Chile, la mirada tiende a deslizarse casi “naturalmente” de la descripción de determinadas funciones y lugares de unos sujetos que, como nos recuerda Michel Foucault, no están fuera del campo discursivo, al examen de unos formatos periodísticos que exhiben distintas relaciones, géneros, secciones y juegos de lenguajes. Como si en ese espacio temporal se diese una mutación que obligase a fijar progresivamente la mirada más en las narraciones de los narradores, más en los principios de unificación o esquematismos de las nacientes industrias culturales que en las prerrogativas del “sujeto trascendental del conocimiento” […]. En la puntualización de las distintas modulaciones que toma la intelligentzia en Chile esta inclinación o desliz pudiera ser, sin embargo, solo aparente, en la medida que entre los límites temporales mencionados, […] las señas de la prensa periódica; señas que tienen que ver con las distintas emergencias, regularidades o rarezas que manifiestan las exterioridades o visibilidades propias de estas superficies, más allá pues de “sub-textos” o de “intenciones subjetivas”. [Michel Foucault, La arqueología del saber ] Los soportes destacados (continuamos pensando en la prensa periódica), preñados de historicidad o de cambios, también ellos acontecimientos discursivos , dan cuenta de unas condiciones de unas condiciones de existencia, de unas singularidades y correlaciones, que visibilizan no solo unos sujetos , unas operaciones o centros enunciativos, sino también, en conjunto con ello, unas relaciones igualmente cambiantes con otros poderes, tales como el Estado, la actividad política o el mercado

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de bienes simbólicos. Es esta perspectiva la que, entre otros emplazamientos, permite diferenciar (248) primeramente una relación de tipo simbiótico que no reconoce ni problematiza a sus simbiontes, cuestión que se hace evidente en un tipo de prensa básicamente instrumental (respecto de las nacientes agrupaciones políticas) […] Esta prensa trae un intelectual- voz ciertamente inapropiada para el siglo XIX y sobre todo para este caso- completamente devaluado de tal o mero coadyuvante […]

(248) […] es en este período cuando la prensa se empieza a perfilar como un actor […] o, más nítidamente, como un sujeto cultural constituyente de los procesos modernizadores, ciertamente enredados en distintas lógicas: económicas, políticas o propiamente comunicacionales. De un modo correlativo, este actor pondrá en movimiento, y de un modo cada vez más consciente, diferentes estrategias en el plano comercial, periodístico y político. Por otro lado, se puede sostener que es precisamente esta capacidad estratégica y significativa que exhibe la prensa, la que hace que ella devenga, a través de sus propios objetivos, regularidades y lenguajes, en una instancia de enunciación que progresivamente la irá independizando o desprendimiento de las compulsiones propias de los sujetos . Sin embargo, no habría que apresurarse declarando demasiado tempranamente la muerte del sujeto o, más precisamente, del autor como centro enunciativo . (249) […] unas publicaciones que permiten la constitución y el despliegue de una figura muy activa y no un mero derivado, que realiza unas funciones distintas a aquellas que comprometió a ese sujeto estatal y fundador que encarnó Andrés Bello […] Nos referimos al publicista , una modalidad enunciativa que toma cuerpo en individuos muy diversos (Justo Arteaga Alemparte y Zorobabel Rodríguez, entre los más destacados), que se confunde con las labores del proto-periodista y del político, y que está básicamente preocupado por discutir aquellas cuestiones reguladoras de la sociedad civil y política. El enunciado “Todos tienen razón”, proferido por el publicista liberal Justo Arteaga Alemparte [es de la década del ‘40], viene a validar ese entramado de voces que constituyen el nuevo espacio de opinión pública y resume bien el nuevo universal u horizonte desde el cual esta figura se valida.

(250) […] se confunde a ratos con el publicista; al lado asimismo del sujeto- portavoz de nuevos sujetos sociales que se manifiesta ya desde la segunda mitad del siglo XIX, aunque más visiblemente en los primeros años del XX con la prensa de Luis Emilio Recabarren, por citar sólo algunas de las distintas identidades o más bien maneras de ejercer el oficio de intelectual. […] Se trata de unas publicidades o modos de relación pública no siempre nítidas ni fáciles de identificar, que dan cuenta de distintos vínculos entre las esferas pública y privada, de hegemonías, mixturas y exclusiones, de unos públicos, de unas escrituras o géneros, de unas estrategias de lectura, también de unas sensibilidades o goces. Son los propios principios de articulación o de distribución de los signos de la prensa, cuya relevancia se hace cada vez más nítida en la medida que se acrecienta su capacidad actoral , así como la muy evidente ampliación y diversificación que experimenta la prensa en la segunda mitad del XIX […]

(250) De un modo más o menos paralelo a las tendencias que se aprecian en la prensa de la segunda mitad del XIX, e insertándose precisamente en esa línea relativamente autonomista o no puramente instrumental […] (251) a fines de ka década de 1850- es posible toparse

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con unos espacios que comienzan a problematizar las relaciones o tejidos comunicacionales ‘clásicos’ entre los campos de la cultura y del poder, sintonizados en torno a un orden cultural, unos consensos sociales o unos cambios políticos que había que propiciar. En este nuevo espacio irrumpen unas subjetividades que buscan algo atolondradamente, y con múltiples recaídas, modos propios o no exteriores de validación. Estas subjetividades, bastante precarias por lo demás, se definen dentro de las posibilidades y límites que abre un cierto romanticismo liberal, tan tributario de un factor literario como de otro más bien político. Estamos pensando en ese gesto de “corrimiento” entre la letra y la voluntad institucional que se observa en un periódico que se hizo llamar El Correo Literario , cuyo primer número apareció el 18 de julio de 1858, comprometiendo a autores tales como Antonio Torres, Guillermo Blest Gana y Guillermo Matta. Hemos creído ver aquí un importante […] espacio de ‘emancipación’ o de dispersión de las funciones estatales y fundacionales que cercaban a las letras […]

EL ESCRITOR Y LOS INICIOS DE LA CULTURA DE MASAS(252) Sin olvidar a los publicistas ya citados […] parece claro que renovados afanes de “desprendimiento” y de modernización literaria se dan se dan en torno a La Época, principalmente en 1887 su ‘año literario’; también en uno de los salones del Palacio de la Moneda […] y en diarios como La Ley (1894- 1910) con su Anexo semanal y La Tarde (1897- 1903) con su suplemento semanal e ilustrado Los Lunes. Es sabido que el diario La Época permite el desarrollo o la articulación de una actividad esteticista y soñadora (el llamado modernismo) que hace ahora más patente o consciente las capacidades que tiene la subjetividad de inventar mundos […] Pedro Balmaceda, Rubén Darío o Alfredo Irarrázabal son algunos de los escritores jóvenes que se congregan en este diario.(252) Bajo unas compulsiones que no tienen como centro a la política, y en el marco de las nuevas filiaciones estéticas francesas principalmente, nos topamos ahora con la figura del artista-escritor- algo dandy algo bohemio-, inseparable del descubrimiento […] Esta figura no sólo se aleja de la “sobriedad patriarcal” de Bello así como el “espíritu fáustico” de Vicuña Mackenna, sino también de esos “poetas próceres” comprometidos con la “patria” y que ocupaban lugares dirigentes en la política nacional.(253) A diferencia pues, de unas “personalidades” prácticamente inseparables de un público amplio y expectante, […] estamos pensando en unos sujetos más “exclusivos” que se amparan bajo los códigos de la “alta cultura” principalmente y que incluso rechazan el contacto con ese público o que se relacionan al menos problemáticamente con él, como se puede apreciar, por ejemplo, en la revista Lilas y campanudas (1897-1898) de (253) inequívoca orientación modernista, dirigida por León Garcín (seudónimo de Francisco Contreras), y que tanto invita a su tribuna a “parnasianos, decadentes, simbolistas o como se llamen los jóvenes que aman el arte nuevo” […] Las transgresiones ortográficas de Antonio Bórquez Solar, o el modo como la letra “K” se convierte en un objeto exagerado de exhibición […]

[CULTURA DE MASAS:---VISIÓN MÁS QUE ENTENDIMIENTO]

(254) […] las demandas del nuevo público, “esa invasora autoridad de nuestros tiempos”, según adelantó La Época en 1882 (n º 316, 15 de octubre), como también las “presiones” del editor, del tiempo o de los formatos mismos, del tiempo o de los formatos mismos, no son ajenas al desarrollo de unos “géneros menores” u ocasionalmente por donde se

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desplegó la nueva sensibilidad literaria dando origen a un corpus de narraciones diversas y de crónicas como las que elaboró Francisco Contreras en Pluma y Lápiz (1900-1904) […] en una dirección similar se pueden mencionar algunos poemas de Carlos Pezoa Véliz, como “Crimen de la calle del puente” o “Próximo fusilamiento en Iquique”, que incorporan o resignifican literariamente las noticias o relatos de un cierto tipo de prensa y/o crónica policial […]

(255) Incluso publicaciones como La Revista Cómica (1895-1905) o la citada Pluma y Lápiz, que conservan su carácter literario a pesar de sus señas magazinescas o que no son propiamente para el “gran público”, dedican ya sea en sus portada o en sus páginas interiores importantes espacios a la obra y “personalidad” de poetas y pintores, como se venía haciendo desde los tiempos de El Correo Literario de 1858. No sólo la naciente cultura de masas no es irrelevante para los llamados nuevos por Armando Donoso, que incluye a escritores como Francisco Contreras o Pedro Antonio González.

(256) […] estos descentramientos, provocados no sólo por las nacientes industrias culturales, están en la base de la potenciación creativa-solitaria o absoluta- de la subjetividad del autor y de su obra, que es una de las características precisamente de este período.Parece claro pues que los nuevos escenarios plantean un conjunto de reacciones o desencuentros pero también de aperturas que manifiestan unos escritores que dan ya señales inequívocas de autonomización o de independencia, permitiendo distintas cofradías como la que se dio en Pluma y Lápiz entre “jóvenes escritores y artistas del centro intelectual santiaguino”, bastante consciente de su distintividad pero también de un nuevo modo de inserción pública. Se trata de esa inicial, incompleta y desigual “división del trabajo” cultural constatada por Pedro Henríquez Ureña […]

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