Esta Mujer. La Utopia Posible - Montes Juan

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Transcript of Esta Mujer. La Utopia Posible - Montes Juan

  • ndiceEsta mujer - La utopa posible

    Agradecimientos

    Prlogo

    Prlogo

    Advertencias del autor

    Rquiem de una mujer sola

    IDe la utopa es posible a la utopa posible

    IIPido la palabra

    IIIEl tiro por la culata

    IVDilemas de la articulacin:Transformacin del Peronismoo el nacimiento de un frente?

    VComunicacin e imagen:detrs de Channel y Louis Vuitton

    Bibliografa

  • Esta mujer - La utopa posibleJuan Montes

    A Mara Jos, mi mujerA Luca, Manuel, Lola y Eva, mis hijosA Jos Fassi

  • AgradecimientosA Olga Susana Coppari,Beatriz Vottero, Carlota Ro, Martn Gill,Ester Lina Lanzi, Juanchi Galdeano,Eduardo Perrotta, Arturo Videla,Marcelo Gagliesi, Daniel Pittavino,Guillermo Wierzba, Lola Pisan, Enrique Cal

  • PrlogoUn militante

    por Fernando Chino Navarro,Diputado Provincial por Buenos Airesdel Frente para la Victoria

    Soy apenas un militante...

    No es poco lo que tiene para decir un hombre desde esa condicin, desde ese apenas.

    Juan Montes lo dice e intenta hacer varias cosas con este libro. Nos relata la historia que estamos protagonizando a partir dela llegada de Nstor y Cristina. Se hace preguntas desde su condicin de padre y militante reconciliado con la esperanza.Pero, tambin, se atreve a intentar hacerlas desde la cabeza de la mujer que perdi a su amor, que se qued sola frente a lamultitud con la responsabilidad de seguir profundizando el modelo de pas que se comenz a gestar y construir desde 2003.

    Si para nosotros era impensado hace menos de una dcada el cambio que vivi nuestra Nacin, intentmonos imaginar cmosucede en el alma de ella, que fue protagonista central de ese cambio y a la vez testigo cotidiano de cmo Nstor, su amor,ofrendaba la vida que pudo salvar en otros tiempos. A ella le toca vivir y protagonizar el cambio soado, pero en la mstemida de las soledades, y con la responsabilidad de sostenerse en el centro de la escena y seguir dando batalla.

    La voz de los que empezaron a volver a creer, los que recobraron la esperanza, los que se fueron reconciliando con laoportunidad de recuperar la poltica en favor de las mayoras, se fue expresando de mltiples maneras, en los barrios, en lasaulas, en el mbito laboral, en la calle, en las redes sociales, en la necesidad de salir a expresar una conviccin que si en unmomento pareci minoritaria frente al monlogo meditico, paso a paso fue creciendo al reconocerse en otras y en otros hastallegar a erigirse en el nervio vivo de la ms hermosa esperanza de transformacin en dcadas.

    Juan es una de esas voces, que se anima no slo a decir en lo cotidiano, en lo cercano, en su comunidad, sino que tambintiene la necesidad y la vocacin de decir ms, de compartir esas expectativas, temores, ansiedades y convicciones en elmomento histrico en que el legado de Nstor Kirchner encuentra a Cristina en esa irreparable soledad con la mstrascendente de las responsabilidades.

    Juan sabe que el amor del pueblo no puede reparar esa prdida, pero a su vez es imprescindible para afrontar ese desafo, noslo desde el aguante y la crispasin, sino fundamentalmente desde el compromiso de animarse a ir por ms da a da.

    Pero adems, Juan Montes lo hace desde su condicin de ciudadano de una localidad de la provincia de Crdoba en la cual,como en muchsimas otras, esta transformacin que vive el pas se ha vivido de una manera que an no terminamos de percibiry comprender quienes habitamos en las grandes ciudades.

    Juan Montes es entonces una voz necesaria, que viene a rescatar el valor de la palabra, el valor del debate, el valor de laconfrontacin, que viene a compartir el coraje de animarse a discutirle a los poderosos la ms implacable de las hegemonas,la del relato.

    Maana, despus de leer a Juan Montes, saldr a caminar por la maana. Ver el sol trepando en la maana y no slo mesentir feliz de saberlo amarillo y no verde. Caminar con la certeza y la responsabilidad de seguir luchando para que todas ytodos tengamos las mismas oportunidades de sol. Y con la angustia, la emocin y el compromiso de saber que hay una mujerque se ha quedado sola, que ha perdido su amor, pero que no renuncia a la esperanza que construy a partir de ese amor y nosnecesita caminando a su lado, descorriendo velos, recuperando verdades, enamorados de enamorar cada da ms,animndonos a aprender a contar ese sol amarillo con nuestras propias palabras.

  • Prlogo"La palabra hecha militancia. De sueo a realidad"

    por Martn Rodrigo Gill.

    A fines del ao pasado mantuve un encuentro con Juan Montes. Guardaba de l valiosos recuerdos de mi poca de estudiantesecundario en el Instituto Bernardino Rivadavia, cuando bajo la impronta pedaggica de Don Antonio Sobral y dentro de lasmodalidades especiales que ofreca la institucin, Juan era nuestro profesor de teatro. Ahora, por esos maravillosos designiosde la vida, lo volva a encontrar siendo el estudiante del Profesorado en Lengua y Literatura en la Universidad Nacional deVilla Mara; veintids aos despus de aquellos cursos de teatro, Juan me encontraba desempeando la funcin de Rector deesta maravillosa realidad de la Universidad Pblica de nuestra regin del centro del pas, la Universidad Nacional de VillaMara. En aquel encuentro, primero y breve, me coment el proyecto sobre el que estaba escribiendo; bastaron esos brevesinstantes, para advertir la conviccin, el entusiasmo y la capacidad que cualquiera que conozca al autor, le reconocerindiscutiblemente. De manera apasionada me detall las razones, los motivos y las esperanzas, que lo llevaban a pedir, desdeel interior del interior de la pampa gringa, en su rol de trabajador de su vivero de Boulevard Vlez Sarsfield, en sucompromiso de estudiante de una Universidad Pblica, pero fundamentalmente, en su naturaleza de militante de toda la vida dela causa nacional y popular, lo que le llevaba a pedir la palabra, sin condicionamientos de ningn tipo, sin obsecuenciasrentadas, sin incmodas presiones corporativistas, simplemente pedir la palabra, nada ms, ni nada menos, desde all, desdeesa condicin, pedir la palabra para dar razn de la esperanza.

    La conviccin y obstinacin llev al autor a pedir el auditorio de nuestra universidad para desde all proclamar y argumentarsobre el presente del gobierno de Cristina Fernndez de Kirchner y las amenazas, los desafos, las oportunidades que sobreesta hora se presentaba. Su exposicin fue slida y contundente, con variadas interpretaciones e hiptesis lcidas y novedosassobre ese presente.

    Cuando el 27 de octubre de 2010 nos sorprendi la muerte del ex presidente Nstor Carlos Kirchner, las elucubracionespolticas resultaron variadas, contradictorias. Pero sin duda alguna, la figura y el rol de la Sra. Presidenta Cristina Fernndezde Kirchner se redimension. Ante el desconcierto atnito de los sectores de la oposicin, y desde ese doloroso y silenciosomomento, una nueva realidad comenzaba a asomar, surgan un nuevo tiempo. Quizs, sin ser esta circunstancia la motivacinde este libro, no caben dudas que Juan Montes se encontr con la necesidad de redimensionar la cuestin y volcar nuevasreflexiones en torno al rol que en esta hora de la patria, que en la Argentina del bicentenario, le tocara llevar adelante a estamujer como presidenta de todos los argentinos y como conductora del espacio nacional y popular con vocacin de podertransformador de la realidad. Este libro es sin dudas resultado de dicho proceso reflexivo. En sus pginas el lector encontrarun texto interesante, agudo, profundo, crtico, esperanzador, autntico, original, pero, por sobre todas las cosas, un libro querecupera el valor de la palabra como el instrumento ms valioso para dar razn de la esperanza que se tiene, un libro que escapaz de recuperar el valor de la palabra para hacerla militancia, militancia por un sueo, por las utopas hechas realidad, porlos errores que no se deben volver a cometer, por los aciertos que marcarn la historia, por los debates abiertos, por lasinjusticias saldadas, por lo hecho, por lo que sin dudar an falta, militancia que no se impone por la violencia, militancia quese propone por los hechos y por la palabra.

    Esa palabra que tanto signific y significa en el gobierno actual como uno de los ejes centrales para motivar bajo unaconcepcin democrtica y federal una nueva Ley de Servicios de Radiodifusin Audiovisual; esa palabra se hace libro paraanimar el debate, para proponer, argumentar, formular reflexiones crticas, pronosticar.

    Adems, el autor no cae en una forma literaria reservada para una selecta intelectualidad; se escribe desde la militancia y seescribe para la militancia. Su lectura franca, sentida, que intercambia sus reflexiones con intervenciones noveladas, resultarpara quien lo lea un texto apasionante.

    La obra de Juan Montes aborda agudos anlisis desde los cuales ensaya novedosas hiptesis sobre el perodo de gobierno deNstor Kirchner y de Cristina Fernndez, en los cuales si bien reconoce en Nstor Kirchner como artfice de grandestransformaciones en el pas, no duda en afirmar en que es durante la presidencia de Cristina Fernndez donde los sujetos queexperimentaban esos cambios se empezaron a manifestar espontnea y colectivamente; desde all y en una detalladaargumentacin concluir en que si bien el perodo de gobierno de Nstor Kirchner fue de crecimiento cuantitativo en los ms

  • variados ordenes, el gobierno de Cristina Fernndez ser el de la transformacin cualitativa. Esta realidad aparece claramentededucida cuando el autor expresa:

    Nstor Kirchner era predecible y por lgica su gobierno fue de crecimiento cuantitativo. Esta mujer, construye poltica, instalael debate de la poltica misma, no polemiza en primera persona, instala la polmica y deja que los actores sociales polemicen.El gobierno de esta mujer es cualitativo y eso la diferencia del resto.

    Resulta interesante la ubicacin del Kirchnerismo en el proceso histrico, del que afirma representa una transicinhistrica, nunca un fin en s mismo y no duda en afirmar que este perodo es lo ms parecido al gobierno peronista en losltimos cincuenta aos.

    En varios pasajes del texto se permite reflexionar sobre el Kirchnerismo tras la ausencia fsica de Nstor Kirchner y afirmacon contundencia que Cristina Fernndez no hereda el legado de su compaero, sino que es constructora del legado junto a sucompaero, definiendo a la transicin Kirchner Kirchner como una entidad de dos cabezas. Distingue este momento histricode la conduccin de la primera magistratura del pas por parte de una mujer a partir de la muerte de su esposo, y all afirmarque la gran diferencia est en Cristina Fernndez, por ser esencialmente un cuadro poltico.

    Juan Montes habla desde su condicin de militante y de peronista y, desde all, realiza anlisis sobre el pasado, el presente ysobre todo, sobre el futuro del Peronismo; y lo hace, como lo manifiesta, desde la complejidad del Peronismo, de eserompecabezas del que dir: solo puede entenderse sin sentir contradicciones si es analizado desde el propio Peronismo;desde esa posicin particular analiza los tiempos que vienen en torno a conducir el campo nacional y popular, al que perteneceel Peronismo, pero que no se agota necesariamente en l.

    Realiza un profundo anlisis desde dos fuertes situaciones de conflicto del gobierno de Cristina Fernndez: el conflicto con elcampo y el conflicto con las corporaciones mediticas y analiza con singular agudeza sobre el origen de los conflictos, partosnecesarios para mirar esperanzados una realidad en transformacin, porque afirmar:

    En la Repblica Argentina no se han producido an transformaciones definitivas, y eso es, aunque no lo parezca, auspicioso.Lo que ha pasado es que se han abierto muchos procesos de discusin que permitirn ir construyendo una idea de sociedadms articulada, ms profunda, ms participativa, ms democrtica.

    La Universidad Nacional de Villa Mara ha apostado, desde hace dos aos, a construir un sello editorial, Eduvim con laesperanza de que ste recupere el rol de los sellos editoriales de las universidades pblicas, apostando a la produccinliteraria producto de la actividad acadmica y de investigacin, pero tambin siendo herramienta para la tarea de extensinque recupera la historia (coleccin Documento Regional de Identidad), que promueve la lectura (Antologas Poticas,coleccin Pajarito de Agua; coleccin CincoMilNovecientos), y que apueste y proponga el debate, en este sentido, la obra quepresentamos, es a la segunda de la coleccin que se iniciara con la obra: De Kirchner a Pern, ida y vuelta de Jorge Piva yDavid Metral.

    Quien se adentre en la lectura de Esta Mujer podr coincidir con lo expresado en el libro; podr agregar nuevasargumentaciones; podr pedir la palabra para refutar lo aqu dicho; pero de lo que estoy seguro, es que no podr quedarimpvido, neutral o, en la comodidad del silencio. Esta Mujer nos propondr e invitar indefectiblemente al debate y es buenoque el lector lo sepa desde este momento.

    Como muestra de ello traigo al final de este prlogo una pregunta que Juan Montes se hace al promediar la lectura del libro:cmo no va a generar odio si hace lo que a otros gobiernos populares hubieran querido hacer y no pudieron? Cmo no va agenerar odio si hace lo que cualquier gobierno antipopular no quisiera que se haga? Como no va a generar odio si para colmoesta mujer, es mujer.

    El debate est abierto, la palabra ha sido pedida, invito a compartirla.

    Martn Rodrigo Gill / Rector de la UNVM

  • Advertencias del autorEscrib este libro mirando a mis hijos a los ojos. Por ellos ped la palabra. Cuando me sentaba a escribir me preguntaban:qu ests haciendo pap? Y yo les responda: dibujando la esperanza. Yo me senta digno cuando me miraban. La esperanzanos hace dignos.

    S que vivo en un pas complejo y contradictorio ante el que me resguarda la memoria. Por eso, quizs, pueda mirar a mishijos a los ojos y protegerlos del pasado, celebrando junto a ellos este momento histrico que, an con debilidades ycarencias, nos ofrece la dignidad de la esperanza.

    Desde ese lugar hablar de Cristina Fernndez de Kirchner: mirando los horrores de donde vengo como argentino ydisfrutando de este presente en el que se instala, entre la pobreza y la especulacin, una refrescante nocin de patria.

    A pesar de las crticas, se estn produciendo cambios significativos. No puedo decir que tengo la certeza de que la sociedadalcance a medir este momento ms all de su bolsillo. Nos han acostumbrado tanto a medir las cosas tan superficialmente quea veces no somos capaces de observar lo verdadero. Se estn tocando intereses muy poderosos, se estn abriendo procesos dediscusin trascendentales, se estn vulnerando mscaras que siempre cremos invulnerables, por eso tambin la reaccin estan violenta y el rechazo a Esta Mujer tan especfico.

    En ese marco, y ante la perspectiva de que Cristina Fernndez triunfe en las elecciones de 2011, me atemoriza lo que puedavenir. Si en cuatro aos no han podido frenarla, y la han negado, injuriado, subestimado, ante la posibilidad de que tenga otroscuatro aos para profundizar un modelo mejor para todos en detrimento de los intereses de unos pocos, qu cosas no intentarnhacer. Ya le quisieron tirar un muerto, y ya la Sociedad Rural est operando no a favor de los pequeos productores sino endetrimento del modelo, ya estn enrareciendo el clima los operadores que quieren volver al pas de la represin, de lahiperinflacin, del corralito, del trabajo indigno y la jubilacin miserable.

    Pero la Argentina est siendo conducida por un cuadro poltico y esto, en un pas cercenado por la dictadura, angustiado por elfracaso alfonsinista, adormecido por el vaciamiento menemista, asustado por el estrepitoso derrumbe de De La Ra y lasucesin de presidentes que salan como mamushkas en la tremenda crisis de 2001, es un sntoma esperanzador. Este es uno delos motivos por los que me dejo conducir por esta mujer.

    No me detendr a analizar la mitad vaca del vaso. No por necedad sino por eleccin, no se describirn aqu las cuestionesque an faltan por hacer, ni los grises por aclarar. Anda por all una sarta de gatafloras que se encargan a diario de mostrar lamitad vaca del vaso mucho mejor que lo que uno podra hacerlo. Esos crticos politlogos que andan buscando errores,falencias y carencias para instalarlas como ejes centrales del proyecto en lugar de aportarlos a un debate para la edificacin yconsolidacin del pas que la sociedad se merece.

    Me reservo ante ellos la honestidad de, tal vez, slo en algunos casos, compartir sus crticas a pesar de que ellos jamscompartiran estas alabanzas, aunque las consideren verdaderas. No esperen de m precisiones acadmicas ni rigor cientfico,desde mi humilde lugar, ejerzo de motu propio y vengo a promover la necesidad de predicadores de este proyecto nacional.

    Yo tengo apenas estos pensamientos sencillos que ostentan la intencin de rescatar la profundidad de Cristina Fernndez, quienme ha devuelto la mstica, la esperanza y la necesidad de participar, tratando de producir en ustedes el efecto multiplicadorque el momento reclama.

    Esos son algunos de los motivos por los que me dejo conducir por esta mujer. Desde all me otorgo el crdito del optimismo,me adjudico la posibilidad de la esperanza.

    Espero sepan comprender y disculpar mi atrevimiento.

    Soy apenas un militante.

  • Rquiem de una mujer solaQu pensamientos giran en la mente de una mujer frente al fretro donde yace su esposo? Qu recuerdos? Qu angustias?Qu dudas? Qu preguntas quedaron sin formular? Qu secretos se lleva ese hombre para nunca jams? Qu palabras nodichas? Qu besos no dados? Qu heridas no cerradas?

    Qu pensamientos giran en la mente de esta mujer? Sola en la multitud, obligada a compartir su soledad con millones de seresque jams ha visto, sola, an sostenida por infinitas manos, por llantos desbordados y extraos, sola. Sola, a pesar de losabrazos y los psames sin fin, sola. Sola y con hijos, sola y responsable no de uno, no de dos seres humanos, de cuarentamillones de personas. Sola en la multitud.

    Qu pensamientos giran en la mente de esta mujer que es presidenta de un pas con una de las idiosincrasias ms heterogneasdel mundo? Tendr en cuenta los saludos sinceros y los besos traidores? Tendr en cuenta que no podr tener su duelo comocualquier persona debera tenerlo? Pensar en lo que viene frente al hombre que ama y yace para siempre fro y callado?Temer cmo hacerlo sin l?

    Qu pensamientos giran en la mente de esta mujer a la que no se le permite llorar a gritos, a sollozos, siquiera con ese llantohilo que no cesa, que se desliza apenas desde el lugar donde el dolor se esconde?

    No puede llorar,no se le est permitido llorar.Y debe llorar,si llora,un llanto protocolar.Llanto investido.

    Qu pensar esta mujer? Qu cosas pensar frente al fretro donde su hombre descansa eternamente? Qu hambre, qutrabajo, qu ndice econmico, qu pelea meditica, qu casa de qu barrio, qu calle, qu labriego, qu opositor, qu ciego,qu alumno, qu camin, qu reclamo, qu boda, qu ministro, qu infinitas cuestiones pensar mientras mira a su hombre,mientras ve pasar a esa multitud frente a su soledad que le resulta ajena?

    Qu pensar esta mujer frente a la historia que sabe que ella escribe? Reclamar del deudo cuestiones inconclusas? Leexigir respuestas para seguir calando en este suelo de masas que soaron de jvenes? Qu pensamientos abismalesentrelazan a su amor por el hombre y al cargo que sustenta? Cmo ser quedarse sola en un camino colectivo que embanderun pas?

    Sola.

    Con el futuro de la patria a cuestas.

    Nstor Kirchner se ha llevado la parte de la entidad que ms le costar sustituir a Cristina: la informalidad.

    Cmo hacas, mi amor, para andar con la camisa desabrochada? Cmo hacas, mi amor, cmo hacas para desabrocharte lacorbata y andar desalineado? Cmo hacas mi bien, cmo lograbas caminar entre la gente por esos barrios que te amaron,cmo podas sentarte a tomar un cafecito en cualquier bar cercano a la Rosada? Cmo hacas, querido de mi alma, parahablarle sencillo al corazn del hombre?

  • IDe la utopa es posible a la utopa posible1

    La Plata, 20 de setiembre de 1974

    Quin es la compaera que est hablando?Es linda, no?Quin es la compaera?Ven despus a casa que te la presento. Te gusta?Quin es?S, te gusta.Ella era frgil y era enrgica.

    El era alto y entusiasta.(Se conocieron en La Plata. Eran casi adolescentes. En la casa de una amiga, despus de una asamblea de la FUA, en el da dela primavera. Eran peronistas. En los aos 70 y en La Plata, era imposible no ser peronista.)El era dulce y era tmido.Ella era franca y era esquiva.El dijo: Hola.Ella dijo: Hola.Y se miraron. Desde entonces hicieron cosas inteligentes: ser dos muertos menos en el 76 y no perder las convicciones.

    Con paciencia materna, a fuerza de gestin y de carcter, fue abrindose paso en una tormenta meditica, poltica y social quese arm en torno a su figura a pocos das de haber asumido la presidencia.

    Cristina Fernndez de Kirchner sacudi el odio irracional que los sectores de poder guardaban celosamente debajo de laalmohada y que era custodiado por una fraccin importantsima de la sociedad argentina, pero tambin despert el amor designificativos sectores que se sintieron identificados con su modelo, con su gestin, con su discurso, con su estilo y con superfil. Entre esos lmites logr construir un nuevo espacio en el devenir poltico argentino, pagando el costo de ser mujer, deser peronista, y de ser inteligente.

    Sin embargo, la vida le tena reservados otros conflictos, los ms difciles, los ms significativos. Tras la sorpresiva muertede su esposo y compaero, Nstor Kirchner, socio afectivo en la construccin poltica desde su adolescencia, esta mujerqued sola para continuar la gestin iniciada por l en el 2003. Sola y madre, planteando y replantendose el reclamomaternal de los hijos esos reclamos del amor donde se desvanecen las justificaciones de las realizaciones personales, aunsiendo presidente de una nacin-, y por sobre todas las cosas, hacindose cargo de un nuevo espacio de articulacin deexpresiones sociales que descargan sobre sus hombros la pesada mochila del futuro argentino. No es poca cosa, dirimir suduelo entre el reclamo de dos hijos y la esperanza de millones.

    Ese es el verdadero escenario que se ilumina cada noche en la soledad de su cuarto cuando frente al espejo descubre quedebajo del maquillaje hay una simple mujer, pequea y sola, aferrndose a los bordes de la vida.

    Entre este presente, cargado de aciertos y desaciertos, de euforias y depresiones, de odios irracionales y amores devotos yaquellas violentas jornadas de su adolescencia, impregnadas de ideales, de lucha y utopia, hay, antes que ninguna otra cosa,una historia de amor. Una novela que salt de la ficcin para inmiscuirse en la vida poltica del pas y terminar conduciendo eldestino de millones de personas.

    De esta mujer intentar relatarles. De esta mujer y su contexto histrico.

    De la utopa es posiblea la utopa posible

  • En el ao 2003, durante la presidencia de Nstor Kirchner, se inici en la Repblica Argentina un profundo proceso decambios que opusieron a las polticas neoliberales que predominaron en el pas durante las ltimas dcadas, un sentido deconstruccin social inclusivo. Se instauraron medidas para que las personas pasaran de ser objetivos de mercado econmico asujetos sociales, interviniendo, regulando y reorientando hacia un sentido colectivo, los intereses deshumanizados que expusoel capitalismo neoliberal.

    Se dice que Nstor Kirchner fue el artfice de las transformaciones. Sin embargo, es a partir de 2008, durante la presidenciade Cristina Fernndez, cuando los sujetos que experimentaban esos cambios se empezaron a manifestar espontnea ycolectivamente.

    En todo caso, se podra decir, que l sent las bases a partir de un modelo poltico que intervino en el mercado econmico consentido social. Provoc un crecimiento cuantitativo. Pero ella gener un movimiento en el que se resignific el sentido decultura. Ella es cualitativa. El volvi a darle valores al ejercicio de la poltica. Ella instal el debate poltico en la vidacotidiana de la gente.

    De cualquier manera, la conjuncin de ambas etapas conforman un mismo proceso que represent para el pas la dcada decrecimiento econmico ms estable y ms slida de los ltimos 60 aos, pero esencialmente, la apertura de un espacio dedebate institucional durante el que se reinterpretaron ideas doctrinarias.

    Desde ese espacio se recuper y se promovi un sentido de participacin social que haba sido cercenado 35 aos atrs,durante el genocidio de la dictadura militar, y banalizado en los aos posteriores durante los sucesivos gobiernosneoliberales.

    Qu representa esto? Por un lado, que la confluencia de diferentes vertientes de pensamiento progresista que acompaan esteproceso de cuna peronista, le otorgan una amplitud al Peronismo que lo trasciende, y esa misma confluencia, que se definecomo Modelo Nacional, Popular y Latinoamericano, trasciende al propio Kirchnerismo. Desde esta representacin en trnsitose comenz a hablar del nacimiento de una nueva fuerza que est ms all de las conducciones coyunturales y de lasestructuras convencionales.

    Por el otro, la identidad peronista. Las estructuras convencionales del partido, las organizaciones obreras, los emergentes debase que se rearman en pos de esta conduccin y sostienen que este modelo es el Peronismo por el que tanto se ha luchado ypor el que tantos militantes han muerto. Estos sectores no le cierran las puertas a esa confluencia de izquierda ycentroizquierda que se suma al proyecto de Pern, pero se niegan a ser negados. Para stos el Kirchnerismo como entidad noexiste: Nstor Kirchner, primero y Cristina Fernndez de Kirchner, despus, son los conductores emergentes de la internapartidaria inaugurada en los 60 por John William Cooke2, esa fraccin interna que pulse durante cincuenta aos con losrepresentantes de la derecha partidaria y que ahora, en el poder, no resignar sus banderas. Al fin y al cabo, indican, es elmovimiento pendular que caracteriza al partido en aras de su revolucin inconclusa.

    Lo curioso es que esas interpretaciones no confrontan, van construyendo lugares propios y multiplicndose, porque fuera comofuera el resultado que solo el tiempo histrico develar, hay una realidad de la que ambas expresiones se sienten beneficiadas.Las vertientes progresistas independientes, las izquierdas moderadas y las centroizquierdas, sienten que han avanzado en sulucha y se han afirmado nuevamente en el devenir poltico de la Argentina. Los histricos progresistas de Pern sienten quehan resignificado su cultura, que han reinstalado las consignas que tanto el gobierno de Isabel Pern3, como las fuerzasmilitares, pasando por la derecha antiperonista y el liberalismo canbal, haban dado por caducas.

    Se podr decir entonces que con el llamado Kirchnerismo se inici un nuevo ciclo de reordenamiento ideolgico, cuyahomogeneidad, de profundizarse el modelo, podr dilucidarse muchos aos despus. Ese es uno de los cambios msrelevantes que se dan en la Repblica Argentina en la ltima dcada. All se instala una nueva cultura que obliga a todos loscomponentes de la sociedad a replantear las formas, los modos y los contenidos de un Estado de Derecho Democrtico.

    De esta manera, entonces, el Kirchnerismo representa una transicin histrica, nunca un fin en s mismo.

    Transicin Kirchner-Kirchner:una entidad de dos cabezas

    Mucho se ha dicho acerca de que el matrimonio Kirchner representaba una misma entidad, pero vale destacar que si esto es

  • as, es una entidad de dos cabezas. Porque an con los mismos objetivos, an por idnticos caminos, an desde idnticaprocedencia, pautada o no como estrategia en la intimidad de la pareja, sendas gestiones presentaron sustanciales diferencias,y es el valor agregado que Cristina Fernndez le aport a esa entidad, lo que provoc un estado de movilizacin que fuereuniendo a favor o en contra- las ms variadas procedencias sociales e ideolgicas, ampliando el campo de consenso queacompaaba a su esposo y consolidando un proceso de participacin activa, concientizada y movilizada.

    Son varios los factores que incidieron en esta diferenciacin. El contexto histrico de la gestin de Kirchner estuvo signadopor dos caractersticas: asumi la conduccin de un pas en quiebra, catico, cuasi acfalo y ese escenario demandaba unaconcertacin social de pacificacin, por lo que el mandatario ejerci sus polticas acompaado por la ciudadana, yapuntalado por los partidos de oposicin, por los agentes de la economa, y por la consideracin de los pases acreedores.

    En ese contexto el presidente sorprendi a propios y extraos cuando inici un proceso de reinstitucionalizacin, girando noabruptamente como afirman algunos observadores, sino tmidamente, hacia la centroizquierda y contraponiendo al modeloneoliberal, basado en la economa de libre mercado, a un Estado social de derecho, con una fuerte funcin reguladora.Kirchner capitaliz un marco favorable que le permiti plantear decisiones estratgicas hacia un modelo social con base en laDoctrina Justicialista.

    A Cristina Fernndez su mandato la ubic en un contexto inverso: el pas haba definido el rumbo, los diferentes sectores de laeconoma transitaban un proceso de recuperacin, y la paz social no presentaba riesgos. Sin embargo, las corporacioneseconmicas, los partidos polticos de la oposicin, y una considerable porcin del pensamiento conservador y reaccionario dela sociedad argentina, ante el riesgo del giro hacia la centro-izquierda que haba evidenciado con sus polticas la gestin deKirchner, dieron por concluido el romance. Un gran frente adverso estrech filas en aras de frenar el avance populista deeste reinterpretado Justicialismo que enarbol la pareja peronista.

    Fue en ese contexto donde la electa mandataria marc, por definicin o consecuencia, las diferencias que le imprimieronrasgos distintivos a su gestin de gobierno. Cristina Fernndez, para continuar profundizando el modelo de pas inauguradopor su esposo, debi pagar el costo de asumir en primera persona la decisin poltica. Kirchner tom decisiones estratgicas ysorprendi a los distintos espacios de poder que le daban consenso. Cristina Fernndez, para profundizar las decisionesestratgicas iniciadas por su cnyuge y ante los sectores de poder que estaban alertados, debi asumir el costo de lasdecisiones polticas, por ende, ya no en un marco de consenso sino de confrontacin.

    Numerosos especialistas intentaron analizar el carcter confrontativo que la Presidenta le imprimi a su mandato. Huboquienes sostuvieron que la entidad no era tal, que Cristina Fernndez era apenas la ejecutora de medidas antagnicas cuyaautora intelectual perteneca a su esposo. De esta manera, la mirada machista reduca el potencial del binomio polticosubestimando la capacidad intelectual de la mandataria por una mera cuestin de gnero.

    Desde otra perspectiva, aunque con igual liviandad, estaban los que concluan que la titular del ejecutivo haba quedadoexpuesta a una gestin confrontativa debido a un caprichoso manejo de un conflicto rural.

    No obstante, para lograr entender el funcionamiento de esta entidad que es analizada como una sociedad poltica, esrigurosamente necesario tener en cuenta dos antecedentes imprescindibles, sin los cuales la coherencia de su relato histrico ysu construccin poltica dejaran, tan slo en ese fro plano, la razn de ser del matrimonio Kirchner.

    El primer antecedente a tener en cuenta es que esta no fue sencillamente una alianza poltica, no fue una sociedad de acuerdomutuo para lograr determinados objetivos, ni fue una confluencia de intereses que se retroalimentan para desarrollar unprograma de accin poltica. El elemento insoslayable para comprender esta etapa de transformacin tiene su origen nada msni nada menos que en una historia de amor, y en el ejercicio del amor matrimonial por casi cuatro dcadas. El segundoelemento surge a partir de que esa declaracin de amor se jur desde una conviccin ideolgica apasionada, se proyect enpromesas de lucha y sacrificio y se instal en un contexto extremadamente politizado y violento.

    Mi amor, tengo miedo. Un auto estuvo rondando toda la noche. Por las dudas me fui a dormir a casa de Lita. Ayer, en lareunin de la FUA not que algunos compaeros empezaban a dudar sobre si estbamos en el camino correcto. Me sorprendiRubn cuando plante el tema de que porqu estbamos dentro del Peronismo si la estructura peronista nos combata. Empezcon eso de salirse y actuar por fuera y yo le dije que no, que por fuera del Peronismo era imposible producir ningn cambio.Hasta cuando seguiremos as? Quiero que vuelvas pronto aunque haga apenas un da que te hayas ido. Hasta cundoseguiremos as? Te quiero, volv pronto.

    PD: Hace fro all?

  • (La Plata, 22 de marzo de 1975)

    Yo te prometo negrita que vamos a salir de esta. En el viaje a la casa de mis viejos observaba la pampa, abandonada, seca ypensaba en los miles y miles que se amontonan en las capitales sin tener ms tierra que la de sus orejas. Yo te prometo quevamos a lograr un pas con viviendas para todos, donde el campo garantice el pan del pueblo, donde haya hombres felices,porque ese es el fin ltimo del Peronismo, que los habitantes de este suelo disfruten la felicidad para la que han sidoengendrados. Pero vos prometeme que te vas a cuidar, y no me vas a aflojar ahora.

    (Ro Gallegos, 28 de marzo de 1975)

    Yo no te voy a aflojar nunca. Voy a estar a tu lado hasta el fin de mis das, y vamos a tener hijos. Yo quiero un casalito, comodice Gelman. Y te prometo ensearles a mis hijos los ideales que estamos defendiendo para que nos ayuden a pelearla. Yo teprometo amor una patria justa, libre, soberana, yo te prometo luchar por el poder y cuando tengamos el poder lo repartamospara que entre todos podamos cambiar esta sociedad hipcrita. Yo te prometo no ceder en la pelea por la libertad, por losderechos, y te prometo enfrentarme a quien fuera para lograr estos sueos. Cuidate Cundo volvs?

    (La Plata, 10 de abril de 1975)

    Vuelvo el jueves. Gracias por las promesas, pero acordate que mejor que prometer es realizar. Ser muy difcil hacerleentender a los sectores del poder econmico que hay otra forma de construir la patria. No le des bola a Rubn. Pern no hablade expropiacin, habla de distribucin, de justicia social. No te pongas en el lado violento de la lucha, tu razn es la palabra,la idea, el argumento. Te prometo que voy a ser presidente y hacer todo lo que soamos. Ah, me cort el pelo, no me retes.

    (Ro gallegos, 18 de abril de 1975)

    TELEGRAMA: Me hiciste rer y me sacaste el miedo. Por eso tambin te quiero, porque me haces rer. Vos presidente? A losumo vocal suplente de la comisin directiva de Racing. Qu loco sos. Te amo.

    (La Plata, 26 de abril de 1975)

    Es en la historia de amor con casi cuatro dcadas de convivencia donde se desvanecen todas las conjeturas del fro anlisispoltico y toma cuerpo la mirada romntica de los sueos y las promesas. Es a partir de esa conjura sentimental de losprincipios de los aos setenta desde donde es lcito asomarse a la alcoba matrimonial para entender cmo y desde dndeconstruyeron el modelo que hoy se instala en el pas. Es, en gran medida, la mirada romntica de un amor politizado, la raznpor las que el matrimonio Kirchner reavivaron la mstica de la participacin poltica, obligados a revisar en la intimidad sieran lo que se prometieron ser y si construyeron el pas que se juraron una tarde, tendidos en el pasto de un parque de La Plata,escuchando a Sui Generis4.

    Desde entonces fueron una entidad poltica de funcionamiento autnomo y es esa autonoma la que marca la diferencia entreuno y otro. Pero en ese traccionar en un mismo sentido, por definicin estratgica o consecuencia circunstancial, es CristinaFernndez quien profundiza el debate ideolgico y resignifica la participacin y la militancia, a partir de la valoracin delejercicio de la poltica iniciada por Nstor Kirchner.

    Kirchner sienta las bases estructurales para iniciar un proceso de construccin de pas desde un Estado de Bienestar. Y unEstado de Bienestar, inclusivo, diverso, con justicia social, implica, necesariamente alterar intereses establecidos. A CristinaFernndez le toc la peor parte: intentar consensuar intereses que de antemano se sabe son imposibles de consensuar.

    Es en el conflicto donde cobra vital importancia la historia de amor, las promesas de amor, las ilusiones y los proyectosjuveniles donde el amor se funda, los juramentos de lo que se prometen ser, e intervienen directamente sobre la suerte de 40millones de personas.

    Una historia de amor cuyos protagonistas se unieron primero en el amor y entrelazaron los ideales de manera tal que su vidacotidiana, sus despertares, sus festejos ntimos, sus secretos, su sexualidad, sus pensamientos fueron la rutina diaria, elcontexto domstico donde se formaron, donde se afirmaron, donde se evaluaron, donde definieron sus caracteres y adndenadie, absolutamente nadie, ni siquiera sus hijos, pudiera penetrar y alcanzar a definir si esta historia de amor era unasociedad poltica, una entidad monoltica o una entidad de dos cabezas.

  • Ellos dos, desnudos, mirando el techo.Ellos dos, y sus conciencias.

    La sorpresiva muerte de Nstor Kirchner aviv la bsqueda de esta definicin. Para los medios hegemnicos, para lospartidos de la oposicin, para el pensamiento social antikirchnerista, la muerte del ex presidente daba por concluida laentidad. El especulativo psame de los medios y los polticos planteaban un antes y un despus de Kirchner en el gobierno desu esposa. El promocionado vaco dirigencial que el fallecimiento del ltimo estadista dejaba en la Argentina, apuntaba ms adesvanecer la autonoma de pensamiento de la otra cabeza de la conduccin, e instalaban el criterio machista de que CristinaFernndez era slo la esposa de.

    Es curioso, porque an los medios favorables al gobierno, an los analistas y polticos aliados, en un histrico homenaje, porelevacin, contribuan, indirectamente, a la lectura direccionada de la oposicin.

    Todos los logros, todas las conquistas, todo el ejercicio de la poltica, toda la capacidad de construccin, toda la base delcambio estructural, parecan adjudicrsele a Nstor Kirchner y Cristina Fernndez era relegada as, a la obligada y fielheredera de un proyecto de pas por el que haba que acompaarla, protegerla, afianzarla. Ambas lecturas hablan de unaentidad. Pero visto as, si la columna vertebral de la entidad estaba muerta, la entidad en su conjunto se desvaneca. Este fue elmensaje que trataron de instalar los medios.

    Sin embargo no son pocos los antecedentes que le otorgan a Cristina Fernndez idntica capacidad para seguir avanzando eneste proyecto de pas, para el que, en el inicio de su historia de amor y a lo largo de todas sus vidas, aport en igual medida,miradas desde otra perspectiva que se manifestaran durante su mandato.

    Cristina Fernndez no hereda el legado, es constructora del legado junto a su compaero. En qu medida aport para llegar aeste momento histrico que hoy recae sobre sus hombros de mujer frgil, fragilidad no de gnero sino de especie? Quinconduca en realidad el proyecto? Era l, con su desalineado accionar y su capacidad articuladora? Era ella, con su miradaprofunda y su carcter firme y forjado en los vericuetos de los anlisis ideolgicos? Eran un complemento predeterminadopor ellos mismos? Quin se anima a afirmar cualquier respuesta? Quin se anima a desconocer la procedencia militante deambos y su ejercicio permanente en la escena nacional? Es prudente afirmar, como lo hicieron prcticamente todos losespecialistas, los polticos, los medios de comunicacin, que con Nstor Kirchner mora el ltimo estadista, el ltimo granlder que recuper al pas de entre las cenizas, el que deja un vaco abismal? Qu queda entonces de Cristina Fernndez?Qu suceder si resulta que este proceso de profundos cambios estructurales que se inici en el 2003 es profundizado,consolidado y proyectado hacia las generaciones futuras por la presidenta? Cmo es posible definir quin es quien en esaentidad, cuando los antecedentes ubican a ambas partes recorriendo el camino hombro a hombro, palmo a palmo, da a da?Quin puede vaticinar que cielos o que infiernos le reserva el destino a esta mujer?

    Cristina Fernndez no llega a la presidencia por portacin de apellido. Su identificacin con el Peronismo y su trabajo demilitancia se inicia en su adolescencia, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de la Plata. All se incorpora alFrente de Agrupaciones Eva Pern (FAEP) cuando an no haba cumplido los 20 aos de edad. Conoce entonces a NstorKirchner, que vena de Federacin Universitaria por la Revolucin Nacional (FURN).

    Juntos participan de la fusin de las dos corrientes para crear la Juventud Universitaria Peronista. All se inicia un procesoque recaera sobre ellos 30 aos despus: asumir la responsabilidad de los destinos del pas por el que se comprometan. Eraapenas una historia de amor en tiempos violentos, de esos tiempos en que las promesas no admitiran traiciones.

    Y esto?Abrlo.Es una medallita rota.Es una media medalla.Es Eva? Y la otra parte?Ac est. A ver, pone la tuya. Y ahora yo junto la ma y es una sola. Separala. Ves? Ahora vos tens la mitad de mi Eva y yotengo la mitad de tu Eva. Juntos o separados somos uno solo.Te amo.Yo te amo ms.Mentira, yo te amo ms.Yo te amo ms profundo.Tonto.

  • Linda.

    El viento del atardecer inunda de tilos el aire de La Plata. En el banco de la plazoleta de 7 y 48 ella apoya su cabeza en elpecho del joven que silencia palabras que ella intuye.

    Qu vamos a hacer? No coincido en los mtodos. Tengo miedo.

    Estuve hablando con los compaeros de la JUP. Con el ala poltica de la JUP, ellos tambin estn sufriendofragmentaciones.

    Nos van a matar a todos. Hay que buscar otras salidas. Al final Walsh5 tiene razn. Yo no coincido con los mtodos de laviolencia.

    Salgmonos y pasemos a los cuadros barriales, hay que organizar las redes sociales desde la construccin poltica.

    Y adnde nos pasamos?

    Pasemos al ala de construccin poltica de la JUP. Desde all podemos recuperar el trabajo de militancia y trabajar por elPeronismo que nosotros queremos.

    Tengo miedo.

    Los tilos de La Plata cargan de aromas el aire que se lleva el viento.

    Cristina Fernndez no es Eva Pern, toda pasin y coraje y amor. Cristina Fernndez no es Mara Estela Martnez, que heredael peor pas con la mejor de sus incapacidades, no es Chiche Duhalde, ladera consecuente y vscera de su constructor, no esLilita Carri, profetisa pndula sin norte ideolgico. Cristina Fernndez forj su destino desde la adolescencia. No hereda:cimienta, construye con absoluta autonoma y rumbo ideolgico su razn de ser, dedica su vida a un ideal, se prepara, estudia,investiga, discute, polemiza, legisla, se permite contradicciones, se retira, se aburguesa, cambia de lugar, regresa, consensa,desmiente, trabaja, enriquece, ejerce, discute, pero la marca del 70 sigue intacta. An desde la lucha sectorial de la burguesalas bases doctrinarias de un pas inclusivo siguen intactas. Al fin y al cabo el Peronismo es eso. Nunca el Peronismo plantelucha de clases, quizs porque el Peronismo no implicaba lucha de clases, quizs porque Eva muri tempranamente. Vaya unoa saber.

    Pero en la bsqueda de definir cual parte del cuerpo de la entidad kirchnerista le corresponde a cada uno, esos aspectos no sepueden poner en discusin. Cristina Fernndez no llega al gobierno sin capacidad de liderazgo. Es, esencialmente, un cuadropoltico, ligado s a quien fuera su gran amor, su nico hombre, su incondicional compaero, pero el grado de pertenencia deesta entidad se reparte en dos partes iguales. Quin es entonces Cristina Fernndez?

    Una militante de los tormentosos aos 70. Trae una marca generacional. Pertenece a la generacin que discuta de polticaen la mesa de los domingos con padres, hermanos y tos; la generacin a la que en la escuela primaria se le preguntaba En tucasa qu son? Peronistas o contreras? cuando ya el Peronismo tena firmado un certificado de defuncin que nunca entr envigencia. Es de la generacin del pas partido en dos. Y de La Plata, que no es un dato menor. Tener veinte aos en La Plataen los aos 70 era algo especial. Cada sbado al medioda, por 7 y 49, paseaban las muchachas ms bellas del planeta, conlos buitres al acecho; se armaba un programa cargado de promesas y se terminaba en Bellas Artes viendo OperacinMasacre en la clandestinidad; o en un centro de estudiantes, fascinados frente al filme en blanco y negro en el que Perndejaba sus charlas de Actualizacin doctrinaria. En el peor de los casos, se terminaba en alguna casa generosa, con guitarray Serrat, o Viglietti, o el libro de poemas que los amantes llevan siempre a la cabecera de la cama, al decir de Neruda.Era imposible no ser peronista en los 70 y en La Plata.

    Eduardo Fernndez, padre de Cristina, era un comerciante radical, balbinista. Ofelia, la mam, una mezcla de (peronista)conservadora y dirigente sindical. Las discusiones en la mesa de los Fernndez eran feroces. Como feroces eran las peleas dela alumna Fernndez con sus profesores de secundaria.En 1973 lleg a la Universidad Nacional de La Plata: Lanusse en retirada, Cmpora al Gobierno, Pern al Poder (con Pmayscula) y aquel se van, se van y nunca volvern de aquellos jvenes que crean de verdad lo que decan creer. Y lasasambleas. Largas, interminables, profusas, dursimas. Todava todo era adolescente. Si algn tono de voz perdura hoy en lapresidenta, algn gesto rgido, alguna modulacin cortada a hachazos que puede herir algunos odos, tal vez deba atribuirse aesa marca registrada: La Plata y los 706.

  • Te quers casar conmigo?

    Ella no dice nada. Se aprieta contra el pecho del hombre que la abraza, y se aferra al pedazo de medalla con el rostroquebrado de Eva Duarte.

    Tengo miedo.

    Te quers casar conmigo?

    Est todo muy confuso. Y al fin y al cabo nos estamos alejando del pueblo, estamos en el camino del fundamentalismo yesto no debe ser as. Siento como que hay un desprecio por los instrumentos democrticos que al fin de cuentas es eldesprecio a la voluntad popular.

    Te quers casar conmigo?

    Para qu tanta preparacin intelectual? Para qu tanto compromiso con la causa? La intelectualidad y el compromiso sies violento terminan contradiciendo la causa. Mi causa es el Peronismo, el poder es apenas el medio que nos tiene quepermitir ejercitar un modelo de justicia social. Tenemos que preservarnos. No podemos terminar flotando en el Ro de laPlata. Tengo miedo.

    A ver, teniendo en cuenta tu planteo, que sera tctico, desde el punto de vista estratgico, contestame: te quers casarconmigo?

    Por supuesto pavo.

    VIVA PERN CARAJO.

    Y de pronto las luces del patrullero que pasaba. Siempre haba un patrullero o un Falcon verde que pasaba. Corrieron,corrieron entre los rboles de los bosques de La Plata, se rean, se rean a carcajadas, l, una mezcla de John Lennon, Paul McCarney, Condorito y Lupn, ella morocha, fresca, menudita y felz. Corrieron y rieron, corrieron y gritaron.

    Viva Pern, carajo.

    Y viva la compaera Eva.

    As de simple. Amor y militancia. Seis meses de noviazgo y el casamiento el jueves 8 de mayo de 1975, cantando la marchaperonista en un pas donde cualquiera poda ser sospechado, donde cualquiera poda ser secuestrado, donde cualquiera podaser desaparecido. Contextualiza la crnica que ese mismo da la polica hallaba en Villa Celina el cadver destrozado abalazos de Alfredo Ongaro, de 21 aos, hijo del dirigente grfico Raimundo Ongaro, en ese momento preso a disposicin delPoder Ejecutivo.

    La Plata fue un ensayo general del terrorismo de Estado que llegara en 1976. La Triple A y otros grupos criminales selanzaron a una fiesta de sangre en la que los jvenes militantes (...) eran fusilados contra las mismas paredes que pintaban alamparo de la noche.7

    La Plata, 23 de marzo de 1976

    Espiando hacia la calle por una fina hendija que abren las cortinas, sola, en la penumbra de un departamento tapizado delibros, una muchacha llora. No es un llanto caudaloso. No es siquiera un llanto de nariz roja y mocos respirados. Es un llantosereno, que viene de la historia, que viene de los antepasados, que atraviesa tiempos de incomprensin humana, un llanto quese desliza quedamente, un llanto premonitorio, un llanto triste, solitario, final.

    El ruido de los pasos atropellados que llegan desde las escaleras explotan en la atmosfera. La muchacha est tensa, esperandolo peor. La puerta se abre violentamente, y ella, que esperaba la capucha, los gritos, el repiqueteo de las ametralladoras lo veentrar a l, ese joven desgarbado de pelo largo que apenas un ao atrs no conoca, y lo ve grande, poderoso en su fragilidad,intenso, protector y su pecho no puede ms y estalla el llanto ahora s, caudaloso, gritado, con mocos que se mezclan en losbesos y se abrazan desesperadamente, como si quisieran fundirse, entrarse uno adentro del otro. Eran dos jvenes perdidos enla inmensidad de la violencia, dos chicos con ideales, dos muchachos con sueos de justicia.

  • Levant los documentos que nos vamos.

    Por qu, qu pasa, por qu gritas?

    No hags preguntas, levant tus documentos que nos vamos.

    Decime qu pasa!

    Hay mucho movimiento, hay mucho despliegue, se estn chupando a muchos compaeros. Van a dar el golpe.

    Par, serenate, explicame mejor!

    Levant tus documentos carajo!

    Era la primera vez que le gritaba.No era un grito agresivo y violento. Era un grito desesperado, protector, de padre frente al peligro. Temblando slidamente,sinti que las manos de la mujer que amaba se soltaban, que la mujer que amaba se iba desvaneciendo lentamente,deslizndose hacia el piso hasta quedar de rodillas. Y llor.El llor.Llor violentamente y ella lloraba, aferrada a sus piernas, mirando desde abajo a ese gigante en lgrimas.

    Cuando dieron el golpe militar, el 24 de marzo de 1976 los jvenes Kirchner haban decidido haca un tiempo terminar esaetapa.

    Haban estado de acuerdo con la lucha poltica por la esencia de la doctrina peronista, haban estado de acuerdo en la peleainterna por los espacios que la misma dirigencia de derecha de ese controvertido partido haba copado, pero no habanacordado con las organizaciones de la tendencia la pelea violenta, el asalto al poder hurfanos de las bases que decaninterpretar desde la lucha armada. Nunca pertenecieron orgnicamente a Montoneros.

    Haba llegado la hora de resguardarse, de ser dos muertos menos, de preservar dos cuerpos fundidos en uno solo, y esperar.

    Nos fuimos de casa a una pensin de mala muerte. Esa madrugada no pudimos dormir porque sonaban ametralladoras yexplosiones. Debe ser por eso que me cuesta tanto ir a La Plata. Amo a esa ciudad donde pas mi vida, mi adolescencia, perotambin me recuerda esos aos violentos y a toda la gente que ya no est ms, recordar, ya presidenta.

    El resto es historia conocida. Para no ser dos ms de los que no estn ms, los Kirchner se van al Sur desolado. El, abogado,ella con tres materias a rendir antes del ttulo. En Ro Gallegos establecen el Estudio Jurdico Kirchner, una empresa deasesoramiento financiero que fue exitosa: 22 de las 24 propiedades que figuran en la declaracin jurada de la presidentafueron compradas en esos aos.Al contrario que con otras vidas, a las que los aos de plomo deshicieron, la pareja Kirchner se mantuvo unida. Un casoespecial.8

    Aos de ostracismo poltico. De bucear, a escondidas, libros y documentos donde hallar explicaciones a ese terror que seestaba viviendo. Cooke, Pern, Jauretche, Arregui, nadie poda responder por ese pas asaltado por la ignominia, por esadoctrina que permita lecturas de derecha a izquierda, otorgando a cada una argumentos de pertenencia. Ese tiempo deoscuridad y silencio la encuentra maternal, el nacimiento de Mximo renueva sus promesas, vuelve a jurarle al hijo losmismos juramentos que le jurara al padre. Noches de vigilia, eternas caminatas por las costas del sur prometindose,contndose. Palabras que llevaban promesas. Palabras en las costas de los mares del sur para que nadie oyera, para que elviento las llevara a algn lugar donde despus, con la marea calma, salir en su bsqueda.

    Quien no tenga en cuenta esta historia de amor se quedar a mitad de camino en el anlisis. Sin embargo, puede una historiade amor, por romntica y apasionada que fuera, justificar la conduccin de un gobierno? Por supuesto que no, pero el tiempo,paciente, testigo, laborioso, fue tramando al pasar de las pocas el relato slido donde maduran los liderazgos.

    Por eso, porque el lenguaje fue aprendido al unsono, construido de a dos por sendas paralelas pero con un mismo norte, no sepuede otorgar, a ninguno de los dos, la primaca de la conduccin. Cristina Fernndez tendr ahora, cuando ya su compaerode ruta no habitar la alcoba para susurrarse los ms ntimos secretos, la responsabilidad y la posibilidad de demostrar que laentidad sigue intacta, porque ni siquiera la entidad era un fin en si mismo, y podr ratificar los ttulos que la refrendan como

  • una tenaz dirigente del partido de Pern:

    En el 89 fue diputada provincial en Santa Cruz, en el 93 diputada nacional por Santa Cruz, en el 95 senadora, en el 97 se fuede la Cmara alta (No soy, no fui ni ser menemista) para ser diputada: la haban borrado de todas las comisiones de laCmara por pedir pblicamente la renuncia de Oscar Camilin, ministro de Defensa, por la venta de armas a Ecuador yCroacia; en 2002, despus de la hecatombe, fue de nuevo senadora. En 2003 arriesg: No quiero ser presidenta. Cosas quese dicen.

    Nunca dej de lado su carcter, que tanto irritaba a algunos de sus pares en el Senado: rebelda, frontalidad, pasin, capacidadde anlisis, fortaleza de carcter y aquellas altas torres de la primera juventud: justicia social, Derechos Humanos.9

    Causas y excusas

    Con todo, no es el origen militante lo que le otorga a Cristina Fernndez un rol autnomo en la entidad kirchnerista, no es lavalidacin de ttulos expuestos como credenciales que le confieren autoridad e independencia, no es siquiera la capacidad deconstruccin poltica que en las filas internas del Peronismo se le reconoce, no es tampoco su impronta intelectual ydiscursiva, principal rasgo de su personalidad, en la que deposita su carta de ascendencia social. La autonoma, la autoridad yla diferenciacin estn dadas por lo que su gestin provoc en la sociedad argentina.

    Es durante su perodo de gobierno que se renueva la viabilidad de confrontar a sectores histricamente ajenos a los interesesde las mayoras, es durante su gestin que se actualiza la idea de que un programa de inclusin es posible, es durante sumandato que se percibe una evolucin ideolgica, y es durante su administracin que se reencuentra una gran parte de lamilitancia poltica que haba sido desvalorizada y una enorme porcin de ciudadanos que volvieron a hablar de nacin, depas, de proyectos.

    Estos motivos y este momento histrico trascienden al Kirchnerismo, plantean un debate del Peronismo por dentro y por fueradel Peronismo. Es ms, Cristina Fernndez reafirma el Peronismo desde su condicin ideolgica por caminos alternativos,opone a la puja de la hegemona o la transversalidad de la interna partidaria, un criterio de diversidad en el que actan sujetosno necesariamente peronistas. Plantea cuestiones de reagrupamiento peronista que la propia dirigencia peronista no alcanza acomprender. Habla de Peronismo desde el Peronismo, pero instala un debate que perfila un espacio ms amplio deconstruccin, al que confluyen expresiones de las ms diversas procedencias progresistas.

    Esas expresiones, que quizs observaban el proceso de 2003-2007 con mirada expectante, recin se pronunciaronpblicamente, ocuparon espacios, iniciaron una etapa de organizacin, a partir del conflicto que el flamante mandato de lapresidenta mantendra con el sector agropecuario.

    Era conciente el gobierno de lo que provocara, en el terreno social, el conflicto del campo? Qu sucedi en la alcobamatrimonial en un da de junio de 2008, en los das previos a la votacin en el senado por la resolucin 125? Cul fue laactitud previa a esos acontecimientos de Nstor Kirchner, y cul fue la actitud posterior? Cul era el origen y la procedenciade la mayora juvenil e independiente que se dio cita en el velorio del estadista? Qu relacin existen entre estosacontecimientos para argumentar la hiptesis de que Cristina Fernndez no era apenas un apndice conyugal sino la otracabeza de la llamada entidad? Cristina sorprende tambin con su gestin confrontativa o su estilo obedece a la segunda etapadel proceso concebido en la intimidad de su pareja y ante el espejo donde habitan las promesas del pasado que dio origen a laentidad?

    Al repasar la plataforma electoral de la mandataria argentina es sencillo encontrar razones para desestimar que no fue el factorsorpresa lo que enardeci a numerosos y poderosos sectores de la sociedad contra los que debi confrontar.

    La por entonces candidata del Frente para la Victoria ya haba anunciado cul sera el eje de su gestin y dej expuesto a quintereses afectaran sus polticas.

    Por lo pronto se debe deducir que las caractersticas de su gestin fueron parte del acuerdo poltico y resultado delcumplimiento de las promesas de amor. Pero lo que si sorprendi a los grupos que se vieron afectados, fue la decisin polticaque manifest su gobierno, la constatacin de que el estilo decidido de la presidenta, era para tener en cuenta. Es en estepreciso punto donde se inicia un camino que desnudar que esta conduccin conjunta de la entidad est sostenida por doscapacidades autnomas, donde se relativiza la idea de quien manda.

  • Es a partir de esta demostracin de temperamento, de conocimiento poltico, de profundidad ideolgica donde emerge lasolidez dirigencial de la presidenta, a punto tal, que propios sectores del Kirchnerismo y del progresismo independientecomenzaron a dibujar y a promover- la posibilidad de que fuera ella y no l quien encabezara la candidatura a presidentepara el ao 2011. Kirchner, que era el candidato natural, evalu, poco antes de morir, la posibilidad de la formula Kirchner Kirchner. Esta mujer haba desplegado sus propias alas, y poda volar junto a su amado.

    Pero a pocos meses de asumir, una resolucin que implicaba regular las retenciones cerealeras con el objeto de, por un lado,equilibrar los beneficios del sector estableciendo criterios que diferencien al pequeo productor de los grandes y de lospooles de siembra y, por otro, equilibrar la produccin de otras materias primas y alimentos necesarios para sostener elequilibrio de la economa, provoc una reaccin social claramente direccionada desde los medios hegemnicos que ya habaniniciado una arremetida en los finales del mandato de Nstor Kirchner.

    La injerencia corporativa a travs de los medios hegemnicos, principalmente Grupo Clarn y La Nacin, impuso en laopinin pblica la oposicin a la Resolucin 125 como excusa para agitar un levantamiento de neta clase media y depensamiento conservador y reaccionario, ocultando la verdadera intencin de debilitar al gobierno de Cristina Fernndezquien haba anunciado en su plataforma electoral, reiterado en su discurso de asuncin y llevado a los hechos, laimplementacin de de una ley que regulara y democratizara el ejercicio de los medios de comunicacin audiovisuales yahondar en las cuestiones de los Derechos Humanos.

    La masiva y violenta reaccin del sector agropecuario, principalmente sojero, paraliz el pas cortando rutas y accesos,impidiendo el abastecimiento de la poblacin y ejerciendo una inusitada presin a la que muchos sectores la calificaron degolpista.

    Hasta esos das el ex presidente haba estado ligado intrnsecamente con el direccionamiento y la conduccin del gobierno desu mujer. En ese contexto y como medicin de fuerzas Nstor Kirchner improvisadamente convoca y encabeza una marchahacia Plaza de Mayo para contrarrestar la embestida ruralista y medir fuerzas en apoyo al mandato de Cristina Fernndez.

    Los medios de la corporacin se encargaron con detalles de difundir una imagen desaforada tanto del ex mandatario como desus principales colaboradores que incidieron en su estrepitosa cada de imagen y alimentaron las columnas injuriosas de losmedios en cuestin. La presidenta se cuid de no aparecer en esas manifestaciones y guard el lugar de su investidurarefugindose en su mejor espacio, el discurso argumentativo, la utilizacin de la palabra como vehculo de razonamiento, elanlisis poltico e ideolgico de su interpretacin de modelo de pas.

    Fue una de las escasas veces pblicas en que la entidad qued diferenciada en sus metodologas. En la intimidad deldormitorio, en la soledad de esas vidas que eran responsables de cuarenta millones de personas, sonaron voces discordes.

    No me hagas ms esto.

    Qu quers, que los deje avanzar y te quemen la Rosada? Estos tipos quieren otro 55.

    No es la forma.

    Ah! No es la forma? Y qu, penss negociar?

    No hay nada que negociar

    Mostrs fuerza o negocis, de otra forma estos tipos estn decididos a pasarte por arriba.

    Pero muerta, no arrodillada. Esto no tiene nada que ver con los sojeros, esto tiene que ver con el Grupo Clarn.

    Quizs no sea momento de enfrentar, quizs haya que buscar un consenso, como en el 2004.

    No hay vuelta atrs, en este tema no hay vuelta atrs. A ver ven.

    Qu tengo?

    Ven, dejame oler.

    Qu tengo?

  • Estuviste fumando otra vez.

    Que voy a fumar! Ah todos fumaban y se me impregn el humo.

    Si, claro.

    Tens trescientos tractores a cuatro cuadras y me hacs lo por un cigarrito de morondanga.

    Ah, estuviste fumando entonces.

    Un cigarrito noms. Ven negrita, abrazame.

    Dejame

    No te me vas a largar a llorar ahora, negrita.

    Aquella vez pudiste consensuar porque no saban adonde bamos. Pero ahora los tengo yo mordindome los talones.

    Ven Negra, no discutamos as.

    No me toqus.

    Tanto lo por un cigarrito.

    No te das cuenta por donde viene la cosa?

    Por la Ley de Medios, ya se, cajonela y arregl, avancemos por otro lado y despus volvemos.

    Son los chicos.

    Qu?

    Es por la Ley de Medios y es por los chicos.

    De la seora?

    De la seora. Qu quers que arregle? Qu nos repartamos un hijo cada uno? Mire seora, terminemos esto, devuelvaa un chico y le dejamos el otro. Dejme de joder. No me hagas ms esas cosas, consultme antes, y dejme manejar estoa m.

    Bueno Ya est? Te puedo abrazar al menos?

    No. Tens olor a cigarrillo.

    Los das posteriores a aquella marcha la presencia pblica de Nstor Kirchner fue menos intensa, y paralelamente, laexposicin de la presidenta comenz a tener intensidad meditica. Algo haba pasado. Algn acontecimiento ntimo de estaentidad provocaba la aparicin absolutamente protagnica de Cristina Fernndez en la intensa lucha que librara durante todasu gestin con los medios de comunicacin, y sus aliados econmicos y polticos.

    Lo cierto es que desde aquellos momentos y desde esta actitud presidencial comenzaron a producirse acontecimientos deimportancia en la vida social de la Repblica Argentina, una resignificacin de la participacin poltica de base, que, pese ala profundidad de los cambios durante el gobierno de Nstor Kirchner, no se haba manifestado movilizadamente. Esjustamente a partir de esta movilizacin que se puede relacionar la participacin de una inmensa mayora de jvenes y lanotable presencia de un espectro progresista de la sociedad durante las exequias del presidente y aquellos acontecimientosturbulentos de la revuelta rural.

    Salvo los sectores politizados identificados como los kirchneristas de la primera hora, la mayora de las expresionesinorgnicas provienen de la gestin de Cristina Fernndez. Amplios sectores del propio Peronismo que haba sido desguazadopor el Neoliberalismo menemista, representantes de ideologas de izquierda y centroizquierda, ciudadanos no politizados pero

  • que haban sido beneficiados por estos ltimos gobiernos, observaron en la gestin confrontativa de Cristina Fernndez unaactitud poltica diferenciada, slo comparable a los enfrentamientos verbales e ideolgicos encabezados por Juan Pern y EvaDuarte.

    Esta entidad poltica que conformara la pareja demostr un funcionamiento independiente en la misma direccin y puso en elcentro de la escena la necesidad de confrontar o buscar consensos con los sectores de poder, exponindolos, vulnerndolos yprobando mediante gestin relevante, la injerencia que estos sectores tuvieron sobre los diferentes gobiernos durante muchaspocas.

    La presidenta, al demostrar decisin poltica, oblig a un amplio sector social a revisar y resignificar la gestin de Kirchner,cotejndola a su vez con los gobiernos democrticos de los ltimos 30 aos. Es de esta comparacin donde brota la verdaderacimiente del odio. El odio, el rechazo, la injuria, la conspiracin, las operaciones polticas y econmicas, las alianzas entre elpoder poltico y el poder meditico, confabularon contra el gobierno de sta mujer, no contra el gobierno de Nstor Kirchner.

    Qu gener la ira? Fue la Ley de Medios? Fue el conflicto del campo? Fue la investigacin acerca de la procedencia delos hijos de Ernestina Herrera de Noble? Fue la exposicin pblica de la operacin Papel Prensa? Fue el reinicio de losjuicios a los responsables del genocidio? Por qu contra el Kirchnerismo volvi a utilizarse el mismo discurso antiperonistaque se usara 60 aos atrs?

    En el fondo el odio provino del espanto: se haba reinstalado en el pas lo que los sectores antiperonistas haban dado pormuerto: haba vuelto el Peronismo. Con sus contradicciones, con su folclore, con sus consignas, pero por sobre todas lascosas, con su ideario de Justicia Social y su cultura. Y peor an: se iniciaba en el pas un proceso a donde confluanexpresiones que superaran al Peronismo mismo, y ms que peor, estas expresiones no provenan de las estructuras partidariasnicamente: significativos sectores independientes se sentan incluidos por este giro de centroizquierda que le imprima lanovel mandataria, y las utopas al menos las utopas posibles como gustaba decir al presidente sureo- echaban a rodar elsueo de un frente amplio, nacional, popular y latinoamericano.

    De Alfonsn a Kirchner. Volver a los 17

    Hemos repasado entonces la idea de la entidad de dos cabezas y hemos marcado como punto de inflexin el conflicto delcampo como el disparador de una corriente de expresin de centroizquierda, iniciada durante la gestin de Nstor Kirchnerpero potenciada en la administracin de Cristina Fernndez.

    Definimos, adems, que la virulenta oposicin surgi tambin durante la misma gestin y que el motivo de fondo fue larecuperacin del espacio peronista que los opositores haban dado por claudicado.

    Cules son los aspectos y las causas que diferencian a esta administracin de los gobiernos argentinos desde el 83 al 2003?

    Si bien podramos enumerar una extensa lista de razones, econmicas, ideolgicas, de gestin, etc., hay una elemental yconcluyente: la entidad Kirchner decide, por primera vez en nuestro pas, que los grupos de poder no orienten las polticas deEstado de acuerdo a sus conveniencias y menos que ejerzan el control social por sobre los gobiernos.

    La casa no estaba en orden10

    Alfonsn no tom aquella decisin, no asumi esa responsabilidad, o al menos le falt coraje y apoyo. Fue dbil en estesentido. Y aquella fue la debilidad del gobierno de la Unin Cvica Radical por la que se truncara el mandato de RalAlfonsn.

    Este mandatario inici el camino de la consolidacin de la democracia tras un oscuro perodo dictatorial, afirm la libertad deexpresin y la libertad de opinin, busc una sociedad participativa, plural, antidogmtica. Dict leyes fundamentales como laLey de Patria Potestad compartida y la Ley de divorcio. Tuvo, en sus primeros tiempos, una marcada poltica de DerechosHumanos, mbito donde crea la Comisin Nacional de Desaparicin de Personas (CONADEP), decret enjuiciar a losdirigentes de organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros y orden procesar a las tres juntas militares que dominaron alpas durante la dictadura militar desde 1976 hasta 1982, declarando nula la ley de auto amnista y desplazando al tribunalmilitar que estaba enjuiciando a las juntas, para someterlas a juicios civiles.

  • Con todo, Alfonsn no lleg a calar el hueso. En su intento de reparacin histrica defini un espacio estrecho deresponsabilidad golpista: centr solo en las fuerzas militares el comienzo y el fin de los pesares que ensangrentaron al pasdurante una dcada, sin animarse a enfrentar a los socios internos representados por grandes grupos de poder econmico ysectores de derecha conservadora- y externos, representados por entonces por la banca acreedora centrada en el FondoMonetario Internacional. La presin de esta triloga no tardara en llegar, y con ella, el inicio del gran fracaso alfonsinista.Desde la economa, tanto los agentes internos como los agentes externos se encargaron de crear un escenario de descontentosocial, en el que el gobierno no atinaba con sus polticas econmicas y torpemente suma a aquellos grupos concentrados, lapelea con el sector sindical.

    En ese marco, amenazado por sectores de las Fuerzas Armadas que se negaban a aceptar el enjuiciamiento por violaciones alos Derechos Humanos, sancion la Ley de Punto Final, que impona un plazo de 60 das para procesar a acusados decrmenes de lesa humanidad.

    Esta muestra de debilidad institucional envalenton al sector castrense quien pronunci el conocido levantamiento de SemanaSanta, logrando negociar con el gobierno la garanta de que no habra nuevos juicios. Medida que se concret en la Ley deObediencia Debida.

    As las cosas, con el aparato de persuasin intacto, Alfonsn no pudo controlar los mercados, sometindose a sus recetaseconmicas.

    Para sintetizar esta realidad baste trazar dos paralelos entre 1984 y 1989: al finalizar 1984 el salario real haba aumentado un35% pero la inflacin alcanz el 625% anual. En mayo de 1989 la inflacin trep al 78,4% mensual, casi el mil por cientoanual. Este rcord de hiperinflacin elev el ndice de pobreza del 25% en enero al 47,3% en octubre del mismo ao.

    Lo dems es conocido: saqueos, muerte, y entrega anticipada del poder. La deuda externa haba trepado a 45000 millones dedlares.

    Menem y la muerte de las ideologas

    A diferencia de Alfonsn, Menem no cometi el error de permitir la injerencia de los grandes grupos de poder en el gobierno.Menem, a conciencia, gobern junto a ellos.

    Carlos Sal Menem lleg a la presidencia de la mano del Partido Justicialista, y una vez en el poder se desvi abruptamentedel ideario peronista cultivando una alianza con sectores conservadores tradicionalmente opositores al partido de Pern.

    La deuda externa subi a 65000 millones y escal a 148000 millones de dlares. Entre 1989 y 1999 se amortizaron 115000millones en intereses! La evasin de divisas registr activos de argentinos en el exterior por 50 mil millones en 1991 a118700 millones en casi idntico perodo.

    Contrariamente a los principios del partido que lo llev al poder, introdujo reformas de aguda injerencia neoliberal: con laaprobacin de la Ley de Reforma del Estado se atribuy la autoridad para privatizar empresas estatales en la forma que elpresidente considerara pertinente. Entre otras se desguazaron Entel Empresa Nacional de Telefona-, Aerolneas Argentinas,la red vial, los canales televisivos a excepcin de ATC, hoy Canal 7 Televisin Pblica Digital-, gran parte de las redesferroviarias, YPF Yacimientos Petrolferos Fiscales- y Gas del Estado. Desregul la economa, reduciendo cupos yaranceles, estableci la libertad de precios, aument impuestos como los de Valor Agregado IVA- y Ganancias.

    Con todo ello, en el paraso del neoliberalismo, no pudo controlar en 1989 una nueva escalada inflacionaria. El entoncesministro de Economa, Erman Gonzles, apel al Plan Bonex confiscando depsitos a plazo fijo cambindolos por bonos delargo plazo en dlares.

    Tras el fracaso del funcionario, asumi la conduccin econmica Domingo Cavallo, pope de Fundacin Mediterrnea, cuna degures del capitalismo a ultranza. Cavallo impuls la Ley de Convertibilidad que se prolongara hasta fines de la crisisargentina de 2001 y comienzos de 2002.

    Con ello logr un leve crecimiento del Producto Bruto Interno, contrajo la industria nacional y primariz la economa, por loque la estabilidad econmica era slo aparente, ya que se disminuy la capacidad del sector de emplear mano de obra ycerraban incontables establecimientos industriales. La deuda externa trep a los 160000 millones de dlares.

  • Al asumir el gobierno los ndices de desocupacin y subocupacin haban alcanzado picos histricos: 8,1 y 8,6 en los finalesdel gobierno alfonsinista, tras una leve disminucin al 6,9 en mayo de 1992, el desempleo y el subempleo volvieron a crecerdurante la crisis conocida como del tequila, alcanzando un pico de 18,4 en 1995.

    Contribuyeron a estos ndices los despidos masivos en las empresas privatizadas, la tercerizacin de las actividades y lassucesivas medidas de flexibilizacin laboral. Gran parte de la sociedad argentina, el segmento de clase media alta se integrseducida por los tipos de cambio que le permitieron viajar al exterior y entrar en la fiebre del consumo. Sign a este mandatoun profundo sentido de banalizacin de la funcin poltica y frivolizacin del discurso meditico.

    Menem es condenado por su propio veneno: lejos de avanzar hacia un estado de justicia con los acontecimientos dolorososdel pasado, profundiz los errores de Alfonsn y promovi el indulto a los militares que actuaron durante el Proceso deReorganizacin Nacional. Antes de hacer justicia con uno de los emblemas del justicialismo referido a la independenciaeconmica, se aline a las polticas de Estados Unidos a travs del Fondo Monetario Internacional, incendiando con ello, laotra bandera peronista: la soberana poltica. Sin Independencia Econmica, sin Soberana Poltica, cay la tercera banderadel Peronismo, la que le da sustento, el de la Justicia Social.

    De la Ra, un gobierno para nada aburrido

    Con la paz social en riesgo, el nuevo perodo del gobierno radical encontr a un Fernando de la Ra, tratando de apagar elincendio con bidones de nafta.

    El moderado presidente inici su gestin intentando aplicar un programa de flexibilizacin laboral en un marco escandalosode corrupcin y soborno. Procur debilitar el poder gremial de los sindicatos y bajar los costos laborales. Decret aumentosimpositivos, intent controlar el gasto pblico y baj las tasas internas de inters para mantener la estabilidad monetaria yfinanciera.

    Con todo, en diciembre de 2000 con Jos Luis Machinea en el Ministerio de Economa, debi pedir ayuda complementaria alFondo Monetario Internacional, negociando un paquete de salvataje por cuarenta mil millones de dlares, conocido comoBlindaje financiero. El fracaso de Machinea llev a esa cartera al entonces titular de Defensa, Ricardo Lpez Murphy quienfue destituido a slo 14 das de asumir.

    El mercado volvi a imponer el nombre de Domingo Cavallo, quien, para aceptar, condicion al gobierno y las cmarasexigiendo amplios poderes especiales. Es decir que, quienes conformaban la economa de mercado ya no slo garantizabansu injerencia en el gobierno sino que, adems, podan hacer lo que les plazca.

    Con Cavallo como punta de lanza y poderes absolutos, las corporaciones locales no tardaran en convocar al festn a sussocios extranjeros: el superministro negoci con el FMI otro prstamo multimillonario para evitar la bancarrota argentina, y labenfica entidad lo otorg bajo condiciones draconianas, que acentuaron inmediatamente los conflictos sociales: a cambio de8000 millones de dlares el gobierno argentino se debi comprometer a aplicar un duro plan de ajuste que asegurase uncrecimiento sostenible y el pago de los intereses de la deuda externa, que por entonces ascenda a 130000 millones dedlares, el 45% del Producto Bruto Interno del pas. Amparado en los superpoderes el ministro logr la aprobacin de la Leyde Intangibilidad de los depsitos bancarios.

    Con todas las polticas orientadas a equilibrar el mercado, siguiendo las directivas de los asesores del Fondo MonetarioInternacional, las piezas de ajustes de este gran edificio a punto de desmoronarse, era la sociedad argentina, y se sabe que enuna economa de mercado, el hombre es quien est abajo, es el cimiento que soporta todo el peso de la apariencia vidriada deeste gran espejo o espejismo- que es el edificio del capitalismo.

    La desocupacin haba trepado casi al 20%, la clase media haba sido vulnerada en sus apetencias y puesta en riesgo no slosu estabilidad sino su integridad. El marco internacional ya anunciaba su peor crisis, y la reaccin social no tardara en llegar,naca una nueva forma de protesta que luego se convertira en organizaciones: numerosos grupos denominados piqueterosrecurrieron a una modalidad de protesta consistente en bloqueos totales o parciales de calles y rutas.

    En ese contexto, el superministro impuls el denominado megacanje, un rescate de 28144 millones de dlares en bonos,canjeados por ttulos de un valor de 30401 millones de la misma moneda. En la operacin entr tambin el intercambio debonos del llamado Plan Brady. En ambas transacciones haba intervenido un amigo personal de Domingo Cavallo, DavidMulford, y al menos en la ltima negociacin intervino adems el viceministro, Daniel Marx. De acuerdo a los analistas de

  • aquella poca, Mulford habra recibido una comisin de aproximadamente 150 millones de dlares.

    Con el pas en quiebra, con altsimos ndices de desocupacin y pobreza, con los salarios, las jubilaciones y los planessociales como pieza de ajuste, el gobierno de Fernando de la Ra, como un elefante en un bazar, apel a los ahorros de laclase media que se dio por enterada que era parte de la sociedad y tambin gan las calles cuando observ que su dineroquedara preso en un corralito financiero.

    La rebelin social se hizo sentir. De la Ra debi alejarse en helicptero de la Casa de Gobierno, no sin antes dejar en lasveredas varios cuerpos sin vida, victimas de sangrientas represiones. Eso s, en todo ese proceso, el pueblo hizo su aporte:puso los muertos.

    Los presidentes mamushkas

    Hay un juguete, un objeto de decoracin ruso conocido como mamushkas. Es una mueca de madera, que al abrirla por lamitad, deja aparecer otra, y que, de igual manera, al volver a abrirla, contiene otra. As hasta lograr mgicamente la aparicinde varias muecas, que tienen como caracterstica en comn, el mismo rostro en su exterior, y el cuerpo vaco.

    Esa es la imagen que puede describir la alocada carrera que se vivi en el pas para lograr que alguien tomara la brasacaliente entre las manos, esa bomba de estruendo con la mecha encendida que daba la bienvenida al nuevo milenio: elgobierno, lo que quedaba del gobierno y lo que le quedaba de tiempo a ese perodo tras la renuncia del presidente de la Ra.En dos o tres das asumieron varios presidentes, que no resistan el peso de semejante cada, hasta que el Peronismo solicitel consenso para aplicar la Ley de Acefala y la Asamblea Legislativa nombr como presidente interino a Eduardo Duhaldequien, en palabras de Adrin Murano,

    haba logrado contener los desbordes a pura ortodoxia: beneficios para los dueos del poder y del dinero, shockasistencialista, amplias concesiones a los barones polticos y represin policial. En ese campo minado de pactos y urgencias,Kirchner decidi abrirse paso con dinamita11.

    No ves que vengo de un pas que estde olvido siempre gris?

    A esta altura nos preguntaremos, qu tiene que ver todo esto con el tema del libro? Qu tiene que ver este repasoarchiconocido de la historia reciente de nuestro pas con el gobierno y la vida poltica de Cristina Fernndez? Todo. PorqueCristina Fernndez, como vimos, no aparece de la nada, y el tema es, seguramente, establecer claramente de donde viene parapoder comprender la realidad de 2010 en la sociedad argentina. Una sociedad en la que nada es lineal, que transgrede elsentido comn, con una idiosincrasia concebida en base a mixturas sociales, ideolgicas, culturales, en donde la lgica tieneotros parmetros de anlisis; un pas donde la lgica es la contradiccin, y por ello, muy difcil de asir desde el pensamientotradicional.

    Y ese pas, esa sociedad, est atravesada por una herida que se niega a cerrar, una grieta sin fondo llamada Peronismo yCristina Fernndez, como vimos, proviene de la corriente radicalizada de este movimiento.

    Para poder entender esta cuestin debemos abrevar en esa sangre que la herida del Peronismo no deja de manar. Allconfluyen las bacterias, los antdotos, se mezcla el polvo, el herrumbre y aparece el alcohol que desinfecta, y la herida selimpia y parece cerrarse, y todo el organismo vuelve a funcionar armnicamente. Pero de pronto un roce, una palabra, alguienque despega la cascarita de la cicatrizacin, una cada, un grito, un raspn, o simplemente una mirada esquiva vuelve a abrirla,y se mezclan las procedencias de los glbulos y vuelven aplicarle diferentes teoras medicinales, pero est all, expuesta,jams cicatrizada, y los mismos heridos de esa herida se juntan, se pelean, se aman, se separan, se abrazan, se golpean, selloran, se festejan, pero cuidan la herida, alimentan la herida y la protegen de los extremos que quieren amputarla.Cristina Fernndez proviene de esa herida. Quizs de la parte de la herida donde el dolor se oculta.Y en todo ese proceso los tiempos cambian, los hombres van mutando sus creencias, discutiendo las causas de la herida,reorientan sus convicciones, revisan los efectos de la herida y se aggiornan a los nuevos vientos, y la herida es una heridanueva, como en el tango, absurda, a veces melanclica, y como el tango, siempre naciendo en nuevos escenarios.

    De aquellos das violentos de los 70 al banalizado momento menemista, el matrimonio Kirchner haba salvaguardado algunasconvicciones, pero el escenario ya no eran las villas del conurbano bonaerense, Cristina ya no vesta sus polleras de bambula

  • ni habitaban un despojado departamentito estudiantil en alguna diagonal perdida de la Plata.

    El gobernaba una provincia austral, ella debata cuestiones de Estado en la legislatura. El segua siendo pragmtico ybromista, ella, temperamental e ideolgica.

    Seora, su esposo al telfono.

    Estoy en reunin de comisin, que me llame ms tarde.

    Insiste, parece enojado.

    Decile que digo yo que se desenoje.

    Si seora.

    Este dilogo puede resultar comn en cualquier matrimonio argentino, en cualquier casa, en cualquier pareja. Pero no escomn cuando la seora es Senadora Nacional y el esposo, el Gobernador de la Provincia de Santa Cruz.

    Seora, el seor insiste.

    A ver, dame. Hola.

    Qu te pasa, me quers hundir?

    No s de qu me ests hablando.

    Si, sabs de que te estoy hablando. Par la mano un poco, manej los tiempos.

    A estos tipos hay que frenarlos.

    No te olvids que soy el gobernador de Santa Cruz y necesito de estos tipos, como vos los llams.

    Me llam mocosa impertinente.

    Quin?

    Eduardo.

    Mocosa impertinente? Eso te pasa por no ser menemista.

    No te hags el chistoso. No fu, no soy, ni ser menemista. Ni se te ocurra rerte.

    Mocosa impertinente te dijo?

    Te ests riendo. Yo s que te ests riendo.

    Mocosa impertinente? Hola. Hola. Hola.

    Cort. Refunfuo. Eduardo era senador por la provincia de La Rioja, hermano de Carlos Sal Menem, y la calific de mocosaimpertinente cuando la joven legisladora le hech en cara los privilegios que aquel tena por ser el hermano del presidente dela Nacin.Seora, un fax de su esposo.Un corazn atravesado por una flecha, y una oracin al pie:Eduardo es mi dolo.Ella sonri, doblo el papel en cuatro. Qu chiquiln, musit. Y volvi a sonrer.

    Emergen de la complejidad del Peronismo, emergen de ese rompecabezas que slo quienes venimos de l permtaseme laprimera persona-, estamos en condiciones de entender sin sentirnos contradictorios. Emergieron, decamos, de ese puzzlellamado Peronismo: Cristina Fernndez era legisladora durante el gobierno de Carlos Sal Menem. Nstor Kirchner eragobernador de su provincia. Pero ni Nstor ni Cristina eran menemistas. El vicepresidente de Menem era Eduardo Duhalde.

  • Cristina, que no era menemista, an en la alianza de la coyuntura tampoco se defini duhaldista. A Nstor no le cerraba muchoDuhalde. Duhalde estaba en el gobierno junto a Menem, que sera luego, en 2003, su enemigo interno en el Partido Justicialistay el contrincante seguro a quien derrotar en las presidenciales. Para ello Duhalde propone a Reutemann, que no era Duhaldistacomo candidato de su corriente, y Reutemann, le dice que no. Entonces Duhalde tienta al cordobs de la Sota, que haba sidomenemista, pero tampoco logra cerrar el acuerdo. Y ah aparecen los Kirchner. Cristina opera con Duhalde, Duhalde consultacon Chiche, que no la quera a Cristina. Y en eso llama Nstor. Cosas del Peronismo.

    Venite para el sur este fin de semana.

    Qu pas?

    Ven urgente, negrita, tenemos que hablar.

    Te noto nervioso.

    Estoy nervioso.

    Te hablaron?

    Ya sabs algo?

    Te llamaron?

    Vos ests atrs de esto? Yo saba, yo saba.

    Tranquilizate.

    Pero mir que sos, eh.

    Te quiero.

    Yo tambin te quiero, pero venite pronto. Y cuando vengas comprame una corbata azul.

    Vas a usar corbata?

    Azul, azul marino, como la que usaba el general.

    Y me vas a pasear en la motoneta a m?

    A vos te llevo en andas.

    Fanfarrn.

    Mocosa impertinente.

    El pobre Kirchner lleg a la presidencia de la mano de Duhalde. Lleg pobre de pobreza electoral: desgarbado, sureo,incgnito, lleg no slo por decantacin duhaldista sino con la menor cantidad de votos que presidente alguno haya logrado enla historia del pas: apenas un pobrecito 23%. Y para colmo de pobrezas encima su contrincante abandona, no le da laoportunidad de disputar. Lo nico que le hubiera faltado para certificar una pobreza rcord, es haber corrido solo y salirsegundo. Pero al pobre Kirchner lo favoreci el buen humor, su hombra pajuerana, pero por sobre todas las cosas, sucapacidad de deseo y de trabajo. Hubiera preferido un mano a mano propio, contar los ltimos diez votos del desempate. Peroera un pobre pobre de pobreza electoral Cmo iba a venir del interior del interior a querer ser presidente? Y mire la sorpresaque le dio a la Argentina el ninguneado Pingino. Con todo respeto, como deca Kirchner.

    A pesar de l, la injerencia duhaldista es significativa en los comienzos de su gestin, a punto tal que el santacruceo dacontinuidad al economista Roberto Lavagna al frente de la cartera de economa.

    No obstante, Nstor Kirchner no era un aparecido circunstancial. Como vimos, su compromiso militante vena desde sujuventud, y salvado del naufragio procesista junto a su esposa, construy una carrera poltica desde ese palo enjabonado que

  • es el Justicialismo, donde las idas y venidas, la necesidad de aferrarse a los amigos o a los enemigos internos, tomarse delbrazo del opositor o largarle la mano al de abajo, es moneda corriente en los cdigos de la construccin poltica en laargentina.

    Kirchner regres a esa arena organizando el PJ santacruceo y ejerciendo cargos como el de Presidente de la Caja dePrevisin Social, intendente de la capital santacrucea y gobernador de la misma provincia por ms de una dcada, cargo queejerci junto al de presidente de la Organizacin de Estados Productores de Hidrocarburos.

    Fue elegido Convencional para la reforma de la carta magna de la Repblica Argentina del ao 1994; Secretario de AccinPoltica del Consejo Nacional del Partido Justicialista, Presidente del Consejo Provincial del Partido Justicialista y ms tardesera Presidente del Partido Justicialista en el orden nacional y Secretario General del UNASUR.

    Por qu resulta necesario inventariar su procedencia para marcar las diferencias entre su gobierno y los anteriores de la etapapos dictadura? Justamente porque algunas de sus acciones, ampliadas y profundizadas despus por Cristina Fernndez,sedujeron a amplios sectores progresistas y de izquierdas moderadas que vieron en la gestin K el nacimiento de un frente msamplio que el Peronismo. Y la concepcin de ese frente maduraba en ellos mucho antes de 2003.

    Y es a partir de esta circunstancia donde se abre un nuevo debate que procura establecer sobr qu bases se proyectar elmodelo. Un debate que viene del Peronismo pero que busca distanciarse o transformarlo.

    Por que los Kirchner, ya superadas las ilusiones revolucionarias de los setenta, reinterpretaron la doctrina peronista perollegaron construyendo, conduciendo y gestionando desde la estructura partidaria convencional, desde esa mixtura dondeconviven conservadores y progresistas y muchos sectores que emergen, que se definen como Modelo Nacional y Popular y queno vienen de estas estructuras, reniegan, dudan, e intentan excluir la procedencia natural del Kirchnerismo.

    Esta dicotoma, no obstante, permite contradicciones de sectores que despegan la gesti