Esquema vigilia de oraci+ôn perseguidos

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VIGILIA DE ORACIÓN “PEDIMOS ALIVIO PARA LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS E IMPLORAMOS LA PAZ” ORACIÓN INICIAL: ORACIÓN SIMPLE DE SAN FRANCISCO Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna. SALMO DE SÚPLICA POR LA PAZ Señor, Dios de nuestra salvación de día y de noche clamamos en tu presencia. Llegue hasta ti nuestra oración inclina tu oído a nuestra súplica... Tuyo es el cielo, y tuya también la tierra, el orbe y cuanto encierra. Mira, Señor, la situación de nuestra tierra. Ayúdanos a encontrar caminos de convivencia. Vengan presto a nuestro encuentro tus ternuras pues estamos abatidos del todo. Ayúdanos Dios de nuestra salvación, por amor de la gloria de tu Nombre. Mira, Señor, la violencia que nos divide, ayúdanos a encontrar caminos de concordia. A ti, Señor, nos acogemos, no seamos confundidos, pues Tú eres nuestra esperanza, Señor; haz cesar las guerras hasta el extremo de la tierra, quiebra el arco, parte en dos la lanza y prende fuego a los escudos.

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VIGILIA DE ORACIÓN “PEDIMOS ALIVIO PARA LOS CRISTIANOS

PERSEGUIDOS E IMPLORAMOS LA PAZ”

ORACIÓN INICIAL: ORACIÓN SIMPLE DE SAN FRANCISCO Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna.

SALMO DE SÚPLICA POR LA PAZ

Señor, Dios de nuestra salvación de día y de noche clamamos en tu presencia. Llegue hasta ti nuestra oración inclina tu oído a nuestra súplica... Tuyo es el cielo, y tuya también la tierra, el orbe y cuanto encierra. Mira, Señor, la situación de nuestra tierra. Ayúdanos a encontrar caminos de convivencia. Vengan presto a nuestro encuentro tus ternuras pues estamos abatidos del todo. Ayúdanos Dios de nuestra salvación, por amor de la gloria de tu Nombre. Mira, Señor, la violencia que nos divide, ayúdanos a encontrar caminos de concordia. A ti, Señor, nos acogemos, no seamos confundidos, pues Tú eres nuestra esperanza, Señor; haz cesar las guerras hasta el extremo de la tierra, quiebra el arco, parte en dos la lanza y prende fuego a los escudos.

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Mira, Señor, la angustia de tantos hijos tuyos, ayúdanos a encontrar caminos de reconciliación. Despierta ya. ¿Por qué duermes, Señor? Levántate, no nos rechaces para siempre ¿por qué nos ocultas tu rostro? Escucha nuestras súplicas, Señor, que esperamos en Ti. Ayúdanos a encontrar caminos de esperanza. Muéstranos tus caminos, Señor, enséñanos tus sendas. Guíanos en tu verdad, enséñanos que Tú eres el Dios de nuestra salvación. Cambia nuestro corazón de piedra, Señor. Danos entrañas de misericordia para encontrar caminos de perdón. Señor y Dios nuestro, nuestra roca y nuestro baluarte, nuestro liberador, nuestro salvador. Ayúdanos a superar nuestras divisiones. Ayúdanos a encontrar caminos de paz para tu tierra.

FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL DIVINO PASTOR PROVINCIA “NUESTRA SEÑORA DEL PILAR / ARGENTINA – BOLIVIA”

ORACIÓN FINAL:

Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre sufren persecución y discriminación en tantos lugares del mundo. Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe. Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen. Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad. Que María, Reina de la Paz interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad. Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe. Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

BENDICIÓN DE FRANCISCO DE ASÍS

COMISIÓN VOCACONAL OFS DE ESPAÑA

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TESTIMONIO

Eisham es una niña de 15 años. Cuando la vi por primera vez, sus ojos denotaban una tristeza extrema. Una tristeza acumulada durante seis largos años.

Cuando tenía solo 9 fue testigo directo de como una turba de radicales musulmanes se llevaban a rastras a su madre, la desnudaban y la apaleaban. Ella intentó detenerlos pero fue prácticamente aplastada por la multitud enloquecida. “Mientras la golpeaban pidió agua, pero nadie le ofreció un vaso de agua, no le daban tregua”

Su madre se llama Asia Bibi y su único crimen fue beber agua de un pozo “musulmán”. Su historia es conocida, lleva 5 años encerrada en una celda de 2 metros en Pakistán, esperando ser ejecutada por blasfemia (se la acusa de contaminar el pozo de agua ya que ella es cristiana).

Eisham llego a Roma con su padre, Ashiq, con la esperanza de poder ver al Santo Padre y pedirle que rece por su madre. Podrían haberle pedido que presionara al gobierno pakistaní, que hiciera un llamamiento mundial… pero solo querían pedirle oración.

Acompañe a la familia de Asia Bibi por Roma, respondiendo a entrevistas, entrevistándose con políticos… Eisham nunca sonrió, es una niña muy bella, pero profundamente triste. Cada vez que algún periodista le preguntaba por su madre y por lo que recordaba de aquel día, rompía a llorar.

Durante esos dos días en Roma solo sonrió una vez, cuando llego frente al Papa Francisco, le dio la mano y le sonrió con una devoción que no pude encontrar entre el resto de “peregrinos” que teníamos alrededor. Ashiq se inclinó en una larga reverencia y estrecho contra su frente las manos del Papa. Estos gestos me cuestionaron profundamente. ¿Tengo yo esa

devoción, ese respeto al sucesor de Pedro? ¿Cuándo vemos al Papa vemos al “personaje mediático” o comprendemos de verdad lo que representa y a Quien representa?

Luego de la audiencia los acompañe a una iglesia cercana. Al entrar se quitaron los zapatos y se quedaron muy extrañados de que yo no hiciera lo mismo. En Pakistán se descalzan para entrar al templo en señal de respeto al lugar sagrado. ¿Cuántas veces yo entro en el templo como entraría en una tienda, en una habitación de mi casa…?

Tuvimos mucho tiempo para hablar de su madre, de su situación y se me quedó marcado a fuego lo que me dijo “Es una mujer temerosa de Dios y con una gran fe. Siempre nos habló de Él y de Su bondad”. Asia Bibi podría quedar libre cuando ella quisiera, solamente tendría que renegar de su fe y abrazar el Islam. Su vida está en juego pero ella se mantiene fiel a su fe en Cristo ¿haría yo lo mismo? ¿Estaría dispuesto a morir por Cristo? No he sido capaz de responderme estas preguntas.

La vida de Eisham y su familia siempre fue dura, son de la casta más baja del país, pobres absolutos, campesinos, discriminados por ser cristianos, pero “éramos felices junto a mi madre. Quiero que mi madre vuelva” me dijo entre lágrimas. ¿Cuántas veces me he agobiado por el trabajo, por tenerlo o por perderlo? ¿Cuántas veces me he angustiado porque no tenía el dinero para comprar tal o cual cosa?

Eisham me ha enseñado lo que significa confiar en la Providencia. Lo que significa tener fe. Una fe que trasciende las necesidades materiales e incluso la propia vida.

Tuve también la posibilidad de hablar con muchos cristianos perseguidos en esos días… Un misionero de Irak me contaba como sus alumnos, cristianos, hablaban durante el recreo. El tema de conversación no era el futbol, los cromos o las caricaturas. Esos niños cristianos, sabedores de cuál puede ser su destino, hablaban de que gritarían cuando llegase ISIS a su pueblo. Cuando pusieran el cuchillo en sus cuellos… “Viva Cristo!” “Viva la Virgen!”

No supe que decir.

¿Qué podemos hacer para ayudar? Todos me dijeron lo mismo: Lo primero rezar por ellos, lo segundo hablar de ellos, que sus historias y sufrimientos no queden en el olvido, lo tercero, los que puedan, ayudar económicamente.

Gabriel López Santamaría, ofs