Espiritualidad verdadera ante el materialismo contemporáneo

Introducción

El Tesoro…Tierra versus cielo: durabilidad y valoresJesús no prohíbe ahorrar para el futuro¿Qué es lo que Jesús prohíbe?

la avaricia, la usura, la ambiciónLa locura de aferrarse a los bienes ¿Qué son eses tesoros en el cielo?

Hacer aquí algo que dure por la eternidad

Donde ponemos nuestro corazón define si vamos encontrar de hecho, un verdadero tesoro.

»No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. 20  Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. 21  Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Los Ojos…Metáfora: ojos y corazón:

Poner el corazón y fijar los ojos en algoAsí como nuestra visión afecta todo nuestro

cuerpo, nuestra ambición (donde fijamos nuestros ojos y ponemos nuestros corazones) afecta toda nuestra vida

Un objetivo de vida correcto es bendición, pero un objetivo de vida egoísta nos lleva a las más profunda tinieblas morales

Los objetivos de vida que tenemos definen nuestro futuro

22  »El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. 23  Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!

Los Dos Señores La comparación ahora es a quien vamos servirUn pensamiento conciliador: secular x sagradoLa imposibilidad de servir a dos objetivos tan

distintosLa imposibilidad de ser esclavo de dos dueños

“se puede trabajar para dos patrones, pero ningún esclavo puede pertenecer a dos dueños, pues tener un solo dueño y trabajar de tiempo integral es la esencia de la esclavitud”

El tema es: el valor de Dios contra el valor del dinero

Cuando elegimos servir al dinero, no podemos conciliar con nuestro servicio a Dios.

»Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.

La estructura del texto… 25  »Por eso les digo: No se preocupen por su*vida, qué comerán o

beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la

ropa? 26  Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? 27  ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?

28  »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; 29  sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 30  Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?

31  Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”

32  Porque los*paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.

33  Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

34  Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

El principio básico del

texto

El principio básico del

texto

Los argumentos de Jesús

Los argumentos de Jesús

Aplicación Aplicación conclusiónconclusión

El principio…No preocuparse: Pensar en las necesidades del mañanaSufrir por pensar en esas cosas: stress

Patología: ansiedad Vivir por pensar solo en esas cosas: superficialidad¿Sobre qué tipo de preocupación Jesús se refería?

La buena preocupación es defendida por Jesús: Lc.14.27-30: pensar antes de actuar, sabiduría, economía

La mala preocupación: dudar de la capacidad suplidora de Dios

Los argumentos…¿Por qué no debemos preocuparnos?Por los valores:

Vida/cuerpo – comida/ropa: ¿el que dio la vida, no dará la comida? ¿El que hizo el cuerpo no hará la ropa?

Mirar la naturaleza: aves alimentadas/lirios vestidos: Dios cuida de ellos, a pesar del trabajo que hacen, y son suplidos: no valemos más que ellos? El que cuida de la naturaleza no cuidará de su obra maestra?

Por los resultados:La preocupación no significa soluciónLa preocupación es una locura porque nosotros somos

incapacesPor la cosmovisión:

Son los gentiles: por comprender un mundo sin un Dios proveedor, ellos se preocupan. Por no conocer a Dios. Preocuparse es ignorar la existencia y la providencia de Dios.

La Aplicación…La ambición santa:Buscad pues, en primer lugar…

Buscad: preocuparse por…Primer lugar: sentido de prioridad, no de sustitución Reino: compromiso en la propagación del reinado de

Jesús en las vidas de las personas – compromiso con la gloria de Dios.

Justicia: ética redentora, propagar la justa manera de relacionarse en todas las áreas de la vida en la vida de todas las personas, compromiso social.

Todas estas cosas: serán suplidas de acuerdo con sus valores

Buscar el Reino y la Justicia de Dios es tener como ambición la gloria dada a él y ver su justicia aplicada en el mundo

La Conclusión…“Por lo tanto, no se angustien por el mañana,

el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”.

Por ser la preocupación una locura, por ser incompatible con la fe cristiana, y por no resolver nada, no debemos angustiarnos por lo que no tenemos: el mañana. Si, debemos trabajar el “hoy”, cuidando de los problemas que nos toca en la actualidad sin olvidar de que la mano del Señor está actuando.

Resumen…

Por eso debemos abandonar la ambición secular que es egoísta, insensata e ignora el cuidado de Dios, dejar de preocuparnos con esas cosas y pasar a preocupar con lo que realmente importa: la gloria de Dios y su justicia en practica en el mundo

Jesús nos llama a entregar a él las preocupaciones con nuestras necesidades porque:

Él debe ser nuestro tesoro – donde está nuestro corazónÉl debe ser nuestro foco – que ilumina nuestra vidaÉl debe ser nuestro Señor – a quien dedicamos nuestra vida