Escuela del trabajo de Makarenko y Blonskij.pdf
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TABLA DE CONTENIDOS
1. Introducción 3
2. Jean-Jacques Rousseau 4
2.1 Educación 4
3. Karl Marx 4
3.1 La médula de la educación marxista 4
4. Vladímir Ilich Lenin 5
4.1 Sociedad 5
4.2 Educación 6
4.3 Hombre 8
5. Pavel Petrovic Blonskij 9
5.1 La propuesta de la “Escuela de Trabajo” 11
5.2 Desarrollo de la capacidad de dominar herramientas de trabajo y sus
técnicas 11
5.3 Educación social 11
5.4 Guardería infantil, o Jardín de infancia 12
5.5 Escuela elemental del trabajo, o Escuela de trabajo de primer grado
12
5.6 Escuela de trabajo para adolescentes, o escuela de segundo grado
13
6. Antón Semiónovich Makarenko 13
6.1 Educación 14
6.2 Una educación colectivista a través del colectivismo 17
6.3 Cuatro horas de fábrica, cinco de escuela 18
6.4 Hombre 19
6.5 Sociedad 20
7. Conclusión 23
8. Bibliografía 25
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1. Introducción
La educación es un tema que en este último tiempo ha dado mucho que
hablar. Este trabajo tiene que ver directamente con nuestra carrera, y su fin es unir
el pensamiento pedagógico con las ideologías de personajes que han marcado la
Humanidad. Es aquí donde se desarrollarán los temas de la educación y el
comunismo, y para ello, aludiremos a tres exponentes destacados en el tema:
Lenin, Blonskij y Makarenko. Nuestro trabajo tiene como objetivo comprender
cómo las sociedades experimentaron procesos de desarrollo y movilidad, y cómo
la escuela acompañó y facilitó estas transformaciones. Los ritmos y modalidades
de inserción de las economías latinoamericanas en la escultura económica del
capitalismo mundial fueron extremadamente diferenciados. Lo mismo puede
decirse del desarrollo del liberalismo y la democracia política. Las desigualdades
históricas de la educación básica están en vías de profundizarse, como resultado
de las transformaciones recientes de la economía y la sociedad latinoamericanas.
Entre estos tres filósofos y pedagogos se explicarán las diferencias y
similitudes que existen en la inclusión de la mentalidad marxista y/o comunista en
las escuelas. También sus visiones, tanto en lo pedagógico como en la
importancia del hombre en sus metodologías.
La pregunta que nos plantearemos en este informe es si acaso sus
metodologías son aceptadas actualmente, y si acaso sería posible aplicarlas en el
sistema actual.
Para ello, utilizaremos citas del libro “La Cuestión Escolar” en cada uno de
los autores, para comprender tanto su pensamiento, como su metodología;
además, nombraremos a los que impulsaron este pensamiento en ellos.
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2. Jean-Jacques Rousseau: (1712 – 1778)
Su filosofía se basa en dos de sus más reconocidas frases, una contenida
en el “El Contrato Social”: «El hombre nace libre, pero en todos lados está
encadenado»; y la otra, contenida en su novela “Emilio, o de la educación”: «El
hombre es bueno por naturaleza»; de esta última se puede extraer su idea de la
posibilidad de una educación.
2.1) Educación: “Jean Jaques Rousseau era más bien un filósofo político,
no un pedagogo; pero, a través de su novela “Emilio, o de la educación” promueve
pensamientos filosóficos sobre la educación, siendo éste uno de sus principales
aportes en el campo de la pedagogía. En este libro, exalta la bondad del hombre y
de la naturaleza, a la vez que plantea temas que más adelante desarrollará en " El
Contrato Social". Rousseau concibe su paradigma del hombre encadenado en
“Emilio, o de la educación”. Al igual que en discurso sobre el origen y los
fundamentos de la desigualdad entre los hombres, quiere apartar la formación del
hombre en “Emilio, o de la educación” de su indagación; los hombres,
diseminados entre ellos, observan, imitan su industria, y se elevan de esta manera
hasta el instinto de las bestias; se alimentan igualmente de la mayoría. Rousseau
crea un sistema de educación que deja al hombre, o en este caso al niño, que viva
y se desarrolle en una sociedad corrupta y oprimida. Como dice el estudio
preliminar de “Emilio, o de la educación”: “asignad a los niños más libertad y
menos imperio, dejadles hacer más por sí mismos y exigir menos de los demás”.
3. Karl Marx: (1818 - 1883)
Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del
comunismo moderno y del marxismo.
3.1) La médula de la educación marxista. Se encuentra en la formación de
los individuos, creían en la cosmovisión científica (idea influenciada fuertemente
por las teorías de Darwin y la evolución; el hombre socialmente también debía
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evolucionar), la fidelidad abnegada a la causa del partido y a los ideales
comunistas, al amor a la patria socialista y el internacionalismo proletario. El
conocimiento de la teoría marxista leninista permite al hombre comprender la
perspectiva histórica y el desarrollo socioeconómico y político de la sociedad,
ayuda a orientarse en los acontecimientos internacionales y de sostener una
intransigente lucha contra la ideología burguesa.
4. Vladímir Ilich Lenin
4.1) Sociedad: “La sociedad soviética post a la revolución enfrentaba una
transformación destinada a ser netamente comunista dejando atrás a la
democracia.” (La Cuestión Escolar, pág. 351).
Según expone Lenin, el Estado surge de la sociedad, pero separado de
ella, ejerciendo la fuerza sobre ella. Esa fuerza consiste principalmente en
"destacamentos especiales de hombres armados, que disponen de cárceles y
otros elementos" (Reforma y estado, Lenin). Los instrumentos principales por los
que se ejerce esta fuerza son la policía y el ejército permanente. Debido a esto,
Lenin presenta aquí una primera alternativa comunista: la organización armada
espontánea de la población. Aquello no es posible para el Estado burgués "porque
la sociedad civilizada está dividida en clases enemigas y, además, irreconciliables,
cuyo armamento 'espontáneo' conduciría a la lucha armada entre ellas" (Lenin,
“Opportunism, and the Collapse of the Second International”). Esta realidad oculta
sale a la luz cuando los acontecimientos revolucionarios revelan los
enfrentamientos de clase, y vemos cómo cada clase se sirve de sus propios
"destacamentos de hombres armados" para el servicio de sus intereses de clase.
Uno de los puntos más importantes que destaca Lenin es que la clase
obrera debía ser liberada, y para que eso se lograse era necesario un partido
político revolucionario y sólido. Le liberación se llevaría a cabo a través de los
cambios en las condiciones de vida de la sociedad, en la liberación del trabajo
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explotador, en la implantación de una autentica justicia social, etc. Pero la
liberación de la clase obrera, además de ser liberada por las injusticias que se
cometían en su contra, depende también de la liberación de la ideología burguesa.
Lenin tenía claro que para que el comunismo fuera una realidad, la ideología
burguesa debía necesariamente ser desterrada. Según su pensamiento, el cambio
en la ideología no debía ser dejado al azar del movimiento obrero, pues ese azar
llevará a lo que Lenin llama “tradeunionismo”, que en pocas palabras, es la lucha
reivindicativa económica.
Lenin subraya que el Estado constituye el instrumento para la dominación
de una clase sobre otra. La extinción del Estado o comunismo es un proceso en
dos pasos. En primer lugar la toma, previsiblemente por la violencia (no por otra
cosa, sino porqué se prevée que será contestada violentamente), por parte del
proletariado de la maquinaria del Estado. Ello conduce a la dictadura del
proletariado o socialismo, un Estado que, como tal, ejerce una dominación de
clase; sólo que, en este caso, una dominación en la cual la que manda, es la masa
del pueblo: por tanto, una "dictadura", pero paradójicamente, más democrática y
además transitoria.
4.2) Educación: “Lenin le da un enfoque muy importante a la educación
como realización para el cambio revolucionario.” (La Cuestión Escolar, 352).
En el gobierno de Lenin se le asigna un papel importantísimo a la
educación, de cara al cambio social que estaba por venir gracias a la revolución,
Lenin afirma que sin ella “el comunismo no será más que un deseo”.
Según Lenin, el cambio en la ideología no puede surgir por arte de magia o
de manera espontánea, sino que ese cambio ideológico debe ser introducido,
inculcado desde el exterior. Lenin aclara esto en su obra “Qué hacer”: “Hemos
dicho que los obreros no podían tener conciencia socialdemócrata. Esto solo
podrá ser introducido desde afuera”. Éste será uno de los papeles que Lenin le
dará a la educación: El aprendizaje de la ideología comunista. En un discurso que
Lenin dio a las juventudes comunistas, se le hizo la siguiente pregunta: “¿Qué
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aprender?”, a lo que Lenin respondió: “Debo decir que la primera respuesta y, al
parecer la más natural, es que la Unión de Juventudes, y en general toda la
juventud que quiera pasar al comunismo, tiene que aprender el comunismo”.
En el anterior discurso, Lenin llama reiteradas veces la atención al afirmar
que el comunismo no se puede aprender en folletos, obras o libros comunistas; el
comunismo se aprende ligando la instrucción de éste a la educación de la
juventud, impregnando en ella la lucha que existe entre los explotados y los
explotadores, ya que es allí donde estriba la esencia de la moral comunista.
Según Lenin, la educación debe transmitir una serie de conocimientos para
la edificación del comunismo: “Sabemos que es imposible edificar la sociedad
comunista sin restaurar la industria y la agricultura, y no en su forma antigua claro
está, hay que restaurarlas sobre una base moderna, conforme a la última palabra
de la ciencia” (Tareas de las Organizaciones Juveniles, Discurso en la I Sesión del
III Congreso de Juventudes Comunistas de Rusia). Tal reconstrucción no debe ser
hecha por ignorantes, y para ella son necesarias algo más que nociones
rudimentarias: hay que dominar distintas técnicas y saber cómo aplicarlas, y esto
debe garantizar la formación politécnica.
Junto con la ideología comunista y los conocimientos politécnicos, la
escuela debe ser un transmisor de la cultura del proletariado, cultura que no puede
ser adquirida si no se tiene noción de la cultura humana general:
“La vieja escuela era libresca, obligaba a almacenar una masa de
conocimientos superfluos, muertos, que atiborraban la cabeza y transformaban a
la generación joven en un ejército de funcionarios cortados todos por el mismo
patrón. Pero si intentas deducir de eso que se puede ser comunista sin haber
asimilado el tesoro de conocimientos acumulados por la humanidad, cometerías
un craso error. Sería equivocado pensar que basta con saber las consignas
comunistas, las conclusiones de la ciencia comunista sin adquirir la suma de
conocimientos de los que es consecuencia el comunismo” (Tareas de las
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Organizaciones Juveniles, Discurso en la I Sesión del III Congreso de Juventudes
Comunistas de Rusia).
Lenin se manifiesta en contra de la enseñanza memorística de la vieja
escuela, que sobrecargaba la cabeza de los estudiantes con contenidos en su
mayor parte inútiles; es por esto, que aún sin despreciar el papel de la memoria,
está en contra del aprendizaje puramente memorístico de las consignas
comunistas.
4.3) Hombre: “No queremos una enseñanza memorista, pero necesitamos
desarrollar y perfeccionar la memoria de cada estudiante dándole hechos
esenciales, porque el comunismo sería una vaciedad”. (La Cuestión Escolar, pág.
355).
Lenin era consciente de que el cambio en la mentalidad del hombre debía
necesariamente tener sus raíces en la escuela, pero no a la manera de la vieja
escuela, sino de forma más consciente.
“En lugar del adiestramiento que se practicaba en la sociedad burguesa
contra la voluntad de la mayoría, nosotros colocamos la disciplina consciente de
los obreros y campesinos, que unen a su odio contra la vieja sociedad el querer, el
saber y e estar dispuestos a unificar y organizar las fuerzas para esta lucha”.
(Tareas de las Organizaciones Juveniles, Discurso en la I Sesión del III Congreso
de Juventudes Comunistas de Rusia).
Para Lenin el comunismo sólo se aprendía ligando la instrucción, la
educación de la juventud, a la lucha de los explotados con los explotadores. En
esa lucha queda en evidencia la moral comunista: “Cuando se nos habla de
moralidad, decimos: para un comunista, toda la moral consiste en esta disciplina
solidaria y unida y en esta lucha consiente de las masas contra los explotadores”
(Tareas de las Organizaciones Juveniles, Discurso en la I Sesión del III Congreso
de Juventudes Comunistas de Rusia). Según Lenin, es deber de la educación
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inculcar esa moral a toda la juventud, que, a su vez, debe extenderla hasta lograr
hacer de cada hombre un auténtico comunista.
“Toda la educación, toda la instrucción y toda la enseñanza de la juventud
contemporánea deben inculcarle el espíritu de la moral comunista”. Más adelante
en el mismo texto Lenin repasa la misma idea: “La base de la moralidad comunista
está en la lucha por afianzar y culminar el comunismo. Esa es la base de la
educación, la instrucción y la enseñanza comunista”. (Ambas citas corresponden
a: Tareas de las Organizaciones Juveniles, Discurso en la I Sesión del III
Congreso de Juventudes Comunistas de Rusia)
Bajo la influencia de Marx, propuso la transformación de la escuela en una
escuela de producción en la que los alumnos se vean introducidos en la cultura
industrial y experimenten una educación politécnica. Conceptos similares fueron
discutidos en Alemania por Oestrich y la alianza de reformistas escolares
decididos (formada en Berlín en 1919).
5. Pavel Petrovic Blonskij (1884-1941)
Primeramente, cabe mencionar que la exposición de las ideas del señor
Blonskij ha sido tomada del análisis que Th. Dietrich ha hecho acerca de este
tema, porque no se obtuvo acceso a las obras del propio autor.
P.P. Blonskij, Profesor de Pedagogía, alentado por las teorías innovadoras
europeas propias del movimiento post revolucionario, conocidas actualmente
como escuela nueva o educación activa, tuvo un gran ideal del hombre, pues
pretendió que las ideas marxistas sobre un sistema pedagógico y una
organización de la enseñanza, que se canalizarían en la educación politécnica, se
unieran a la educación intelectual, por medio de la integración a la vida de la
comuna y de la fábrica, lo que en conjunto llevaría a la realización del “hombre
nuevo” y “desarrollado totalmente”. Lamentablemente, este ideal no llegó a
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aplicarse nunca, pues, según la interpretación de Dietrich, “la historia todavía no
está suficientemente cerca de su estadio final para que el sueño pueda hacerse
realidad” (La Cuestión Escolar, pág. 395).
Con gran influencia de Rousseau, quien en una de sus frases célebres,
previamente mencionadas, dijo “el hombre es bueno por naturaleza”, Blonskij basó
su trabajo bajo la creencia de que el niño posee una bondad natural, esto quiere
decir que es por naturaleza comunista, pues tiene la conciencia del hombre de la
sociedad cooperativa y sin clases sociales.
Inspirado en Marx, este pedagogo quiso formar una sociedad nueva,
sustituyendo la antigua formación ligada a los oficios artesanales por una
enseñanza de tipo politécnica más integral, la cual no sólo abarcaría aspectos
técnicos (como lo hace un oficio), sino que también educaría a los jóvenes en
aspectos sociales, económicos, políticos y culturales. De esta manera, la escuela
productiva se sustituiría por una organización que se identifica con la misma vida
social: “la formación politécnica debe educar al hombre para que sea capaz de
dominar la naturaleza” (La Cuestión Escolar, pág. 387). Es así, que se crearían los
complejos, método global de enseñanza que se basa, en primer lugar, en que la
vida y las experiencias que a través de ésta el niño adquiere es quien lo educa, y
ya que ésta se circunscribe a la comuna y a la fábrica, la familiarización con las
herramientas y máquinas le da al joven un interés por la economía familiar, la cual,
a su vez, se relaciona con los intercambios comerciales y la producción. Cada uno
de los dominios de la vida nombrados previamente, son un complejo del cual debe
partir la enseñanza. En otras palabras, el aprendizaje en el manejo de las
máquinas y de los modos de trabajo mezcla la escuela y la vida, pues desde el
trabajo industrial se tiene acceso al conocimiento y dominio de la naturaleza y
también de la sociedad. Como se puede ver, hay una superestructura del proceso
del trabajo y de producción, llamado “base”, que sustituiría al conocimiento por
“materias”. El pedagogo en cuestión idealizó que las tareas que anteriormente
habían sido típicas de la escuela, ahora las asumiría la comuna o la fábrica en una
cooperativa.
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Para Blonskij era fundamental en toda educación la formación de jóvenes
de trabajo útil y racional, ya que sólo ese trabajo tiene un valor formativo, al ser el
único que, a la vez que contribuye al bienestar social, despierta la conciencia
comunista (La Cuestión Escolar, pág. 388). Basados en la frase mencionada
anteriormente, los principios generales de Blonskij pueden desglosarse de la
siguiente manera:
5.1) La propuesta de la “Escuela de Trabajo”. Tenía el ideal de reorganizar
la estructura educativa sobre la base de la industria para una sociedad sin clases.
Esto implicaría la desaparición de la escuela tradicional, sustituyéndola por la
superestructura, o base, mencionada previamente.
5.2) Desarrollo de la capacidad de dominar herramientas de trabajo y sus
técnicas, junto con la clara comprensión éstas. Debía ser esencial una educación
en el trabajo que se basara en el aprendizaje progresivo del uso de maquinarias y
herramientas, junto con el uso de técnicas para poder dominarlas. De esta
manera, el joven pasa del trabajo industrial al conocimiento, a la ciencia que le
permite dominar la naturaleza, la economía y la sociedad (La Cuestión Escolar,
pág. 389). Para Blonskij, ésta es la vía hacia la educación polivalente. Por
supuesto, el grado de desarrollo del niño debería tomarse en consideración, pues
este pedagogo respetaba los niveles de edad y las posibilidades de acción y
asimilación de cada uno de ellos.
1. Proceso de formación. Aprendizaje del uso de una(s)
máquina(s).
2. Observación de los distintos modos de trabajo y la
comparación con otros, por el montaje y desmontaje de la máquina.
3. Conocimiento de los componentes esenciales de esa máquina
o de las máquinas parecidas.
5.3) Educación social. Blonskij afirmaba que gracias a este sistema, la
“formación industrial” y la “formación social” eran posibles simultáneamente, a
diferencia del sistema anterior de “formación humanística” y “formación científica”,
completamente opuestas. Es de esta manera que creó el término “principio del
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trabajo colectivo”, el cual alude a que, a pesar de la división del trabajo de cada
individuo, el objetivo es común en el trabajo colectivo, y es de esta forma que la
persona es parte de un todo.
El pedagogo aseguraba que la fábrica era el lugar educativo ideal para el
hombre, y de esta manera, el trabajo industrial permitiría la formación multilateral y
polivalente, pues dispone a niños y jóvenes instrumentos para desarrollarse en
todas las áreas: científicas, sociales y filosóficas. Las “fuerzas activantes”, que él
llamaba, le darían a los jóvenes disciplina y educación para acceder a un nivel de
libertad superior, más consciente de su propio ser. Por otra parte, al estar la
escuela subsumida en la comuna y la fábrica, son estos “conjuntos” los que
proveerían incentivos a los niños y jóvenes para su desarrollo y maduración, y, a
la vez, por la diversidad de su organización, la educación polivalente sería posible
de obtener.
Para que el propósito de Blonskij fuera fructífero y se abriera paso a esta
nueva ideología de educación, debía ser necesario eliminar las prácticas de la
antigua formación, como, por ejemplo, el tiempo de la clase con una duración
determinada de tiempo; las materias escolares; el “agrupar” a los niños por edad y
obligar los a ocuparse en un solo y mismo objetivo; el autoritarismo por parte del
educador; y, la importancia concedida al trabajo intelectual y menosprecio de la
actividad manual, entre algunas de ellas. La organización “escuela única de
formación y de trabajo” está determinada por tres “momentos”:
5.4) Guardería infantil, o Jardín de infancia. (3 a 7 años) Los niños se
forman a través de actividades libres, y el maestro sólo se preocupa de que
aquéllas estén bien elegidas y estructuradas, pues los niños deben observar y
explorar el mundo a través de salidas, excursiones, etc. Los niños adquieren
conocimiento por medio de la creación y la acción: la imitación, la reproducción y
el trabajo, junto con la observación y la reflexión.
5.5) Escuela elemental del trabajo, o Escuela de trabajo de primer grado. (8
a 13 años) Se caracteriza por la vida en comuna. La transición se realiza a través
de una “robinsonada” la cual pretende que los niños organicen su vida como
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primitivos, aprendiendo los oficios del hombre prehistórico, pues sólo llevan su
ropa, deben inventar sus propias herramientas, construir sus propios refugios y
procurarse de alimentos y ropas. Según el pedagogo, este “momento” es
fundamental para los niños, pues les da el discernimiento para aprender de la
experiencia, y se educan mutuamente, ayudándose los unos a los otros. A partir
de esta vida en comuna, el niño adquiere conocimientos y forja su personalidad.
5.6) Escuela de trabajo para adolescentes, o escuela de segundo grado.
(14 a 18 años) Integrada en la fábrica, es conocimiento y práctica de la vida social,
pues los jóvenes producen y crean cosas útiles para la sociedad, al mismo tiempo
que adquieren su formación intelectual y social. Blonskij también hizo una
distribución detallada de las horas dedicadas al trabajo, alrededor de 2.500 horas
destinadas al trabajo industrial en un 50% aprox., y a los otros trabajos, como la
fabricación de tejidos, fundición de aceros, etc., la otra mitad de las horas. La
formación social, gran fuente de aprendizaje, no se dejaría nunca de lado, pues
hay un constante contacto con la vida y la realidad. El desarrollo de las actitudes
colectivas se realiza gracias a la vida en comuna.
6. Antón Makarenko: (1888-1939)
Pedagogo ruso, principalmente se dedicó a la re-educación de niños y
jóvenes delincuentes y desadaptados. Su tesis se basa en que la educación se va
desarrollando paulatinamente, mediante el esfuerzo y la disciplina “consciente”, y
cuyo objetivo es el ejercicio de una socialización eficaz y productiva. El trabajo, al
que él llama “colectivo”, es el medio más adecuado para lograrla; sólo una
sociedad que impone quehaceres importantes y exige sacrificios en su realización,
puede fomentar las potencialidades de sus niños y jóvenes. Makarenko afirma que
no hay jóvenes malos o extraviados, simplemente no han tenido un buen
condicionamiento social. Proveer ese buen condicionamiento es la tarea del
educador, que no se realiza sólo psicológicamente, sino introduciendo al joven en
una experiencia social verdadera.
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6.1) Educación. La pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la
experiencia, fundamentalmente. Su trabajo no fue fácil, en primer lugar, por las
condiciones y dificultades por las que atravesaba su país, la guerra, la revolución,
y en segundo lugar, por los jóvenes con los que trabajó, pues muchos eran
huérfanos, niños abandonados y desadaptados y jóvenes delincuentes. Poseedor
de una gran experiencia como organizador y director de comunas educativas,
logró elaborar su propia teoría, concreta y real. Fue, además, escritor y
conferencista sobre temas pedagógicos, en donde hace hincapié de su práctica en
las comunas en la educación, tanto familiar como escolar.
El pedagogo en cuestión es un hombre controvertido, como lo fue en su
época y lo sigue siendo en la actualidad. A través de sus obras, se manifiesta
como un hombre de personalidad fría, cerebral y permanentemente
autocontrolada. Era un hombre poco afectivo, sin embargo, era muy preocupado
por los jóvenes, los conocía y ayudaba psicológicamente, y éstos le tenían gran
admiración.
Makarenko tiene una postura pedagógica muy innovadora, debido a que
está en desacuerdo con los teóricos de la pedagogía coetáneos, pues no
encuentra validez en sus técnicas, métodos e instrumentos de las doctrinas
educativas. Con una marcada oposición, este pedagogo cita “la nueva pedagogía
no nació de las torturantes convulsiones de un intelecto de gabinete, si no de los
movimientos vivos de los hombres, de las tradiciones y reacciones de una
colectividad real, de las nuevas formas de amistad y disciplina.” (La Cuestión
Escolar, pág. 361) “El trabajo y la creación a que Makarenko se dedicó
permanentemente fueron el trabajo y la creación educativa (La Cuestión Escolar,
pág. 365).
El pedagogo en cuestión no acepta que la educación se estructure en torno
a los intereses o necesidades del niño, pues el énfasis está en la colectividad, y el
rol de la educación se basa en educar al niño en función de la sociedad. La
espontaneidad o iniciativa debe ser el fruto del trabajo organizado, y de la
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responsabilidad y el deber frente a ese trabajo, los cuales están por encima de los
intereses espontáneos del niño (los que se asocian al carácter bueno de la
naturaleza del niño). “Los educadores soviéticos no somos los ‘servidores de la
naturaleza’, sino sus maestros”. (La Cuestión Escolar, pág. 362). La
espontaneidad es socialmente perjudicial; no queda, pues, otra opción que
abandonarla. Para sustituir a ésta, se debe crear la “disciplina consciente” y una
organización bien estructurada de los educadores, las cuales requieren la
educación de la voluntad, capacidad netamente necesaria para el avance de la
comuna y la sociedad.
Los objetivos que este pedagogo establece en la educación se fundan en
dos principios fundamentales:
a) Su confianza en la sociedad soviética. Convencido de que la revolución de
1917 llevó a Rusia a la cumbre de la historia y supuso el inicio de un nuevo
orden en las relaciones humanas y en la moral, y de que la juventud rusa se
convirtió en ‘un fenómeno mundial incomparable a cualquier otro’”. (La
Cuestión Escolar, pág. 365). Estaba orgulloso de pertenecer a la Unión
Soviética, y esto lo impulsaba a seguir con su proyecto apasionadamente.
b) Su fe en las posibilidades de la educación. “Makarenko orienta su
pedagogía a la formación de hombres capaces, a su vez, de ser también
constructores activos del comunismo... Cuando comenzó su trabajo en la
colonia Gorki, se notaba carente de técnicas e instrumentos pedagógicos;
sólo tenía claro que debía tener una pedagogía comunista, pero su
militancia comunista fue su punto para comenzar. “La praxis le suministró
después técnicas e instrumentos, le dio conocimientos pedagógicos”. “La
pedagogía del pedagogo en cuestión no podía ser sino una pedagogía
comunista”. (La Cuestión Escolar, pág. 366).
Makarenko tenía tal confianza en el comunismo como el remedio de todos
los fracasos, que planteaba que una persona con una vida comunista puede
resolver todos sus problemas sin dificultades, a condición de no olvidar en la
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sociedad que está y hacia dónde debe dirigir sus esfuerzos, pues es un miembro
de una sociedad, ciudadano de su país y participante de una construcción
socialista. Y es en este punto en donde el pedagogo enfoca su éxito: en la
formación educativa de esa persona, pues el elemento determinante del triunfo de
la educación se basa “en que los padres cumplan activa, constantemente y en
conciencia con su deber cívico hacia la sociedad soviética” (La Cuestión Escolar,
pág. 367). De esta manera, no será posible el fracaso, pues basta con guiarse con
el procedimiento de principios generales de la vida y la moral soviética.
Este autor, plantea su trabajo como una tremenda responsabilidad social,
en donde no hay lugar para equivocaciones: se debe lograr éxito y precisión,
análogos a la producción que consigue una fábrica. “Para mí, la pedagogía es una
obra social. Cuando educo a un hombre, debo saber precisamente lo que saldrá
de mis manos.” (La Cuestión Escolar, pág. 368). Para obtener un “producto” tan
refinado, Makarenko necesita planes o proyectos de trabajo previos que
determinen el resultado final exacto. Es en este punto, en donde el pedagogo da
sentido a la “educación activa”: fijarse una meta y poner los medios que sean
necesarios para alcanzarla. Él tiene muy claras las cualidades precisas que desea
formar en un hombre, y para eso, debe encontrar los medios para conseguir la
meta, la cual nunca pierde de vista, pues debe ver el modelo, el ideal al que desea
alcanzar. Su ideal es “convertir a los niños bajo su cargo en ‘constructores activos
y conscientes del comunismo’, el de hacer de cada individuo un miembro activo de
su época y su sociedad, el de formar individuos que se conviertan en
constructores y fortalecedores del Estado proletario; lo que Makarenko pretende,
en definitiva, es hacer de cada alumno un comunista activo y consciente…”. (La
Cuestión Escolar, pág. 368).
Educar, para Makarenko, es introducir a los estudiantes en perspectivas
precisas, comunistas, y que deben profundizarse a medida que éstos maduran y
son más conscientes. “Educar a un hombre significa educar en él vías de
perspectiva por las que distribuye su felicidad de mañana… la organización de
nuevas perspectivas, en la utilización de las que ya existen y en el planteamiento
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gradual de otras más valiosas… despertar a la vida y extender gradualmente las
perspectivas de la colectividad entera hasta conseguir que lleguen a las
perspectivas de toda la Unión” (La Cuestión Escolar, pág. 369). En otras palabras,
lo que se espera conseguir de la educación es un pilar activo, decidido, sin dudas
a la causa comunista y esto, a través de la formación de ciudadanos genuina y
completamente comunistas, adjudicados de todas aquellas características que la
sociedad comunista demanda en ellos.
Algunas de las cualidades que deben ser fruto de la educación, y que todo
ciudadano soviético debe tener:
- Profundo sentimiento del deber y de la responsabilidad para con los
objetivos de la Sociedad Soviética.
- Espíritu de colaboración, solidaridad y camaradería diametralmente
opuesto a cualquier tipo de fantasía o egoísmos individualistas.
- Personalidad disciplinada, con un gran dominio de la voluntad y con las
miras puestas siempre en los intereses de la colectividad.
- Unas condiciones personales y un modo de actuar que impidan la
sumisión y la explotación del hombre por el hombre.
- Una sólida formación política que hiciera de cada colono un comunista
convencido y un propagandista de sus ideas a través de su acción y su
palabra.
6.2) Una educación colectivista a través del colectivismo. Parte de la base
de que la educación es ante todo un desarrollo social, y es por esta razón que el
hombre soviético no podía ser educado bajo la influencia de sólo una persona; la
esencia de la educación del niño está en la organización de la vida de éste en el
ejemplo que se le brinda con la vida personal y social. Dicha organización tiene en
este pedagogo el nombre de “colectivo”, y es ésto lo que constituye la esencia
misma de su método educativo. Makarenko tiene la visión de que el niño debe
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educarse en el colectivo por dos razones: “en primer lugar, porque sólo la
experiencia colectiva puede desarrollar una necesidad moralmente válida, y, en
segundo lugar, porque sólo a través del colectivismo podía formarse el hombre
comunista”. (La Cuestión Escolar, pág. 371). De esta manera, el pedagogo hace
un contraste con el individualismo, pues el colectivismo representa la “solidaridad
del hombre con la sociedad”.
Makarenko citó: “Mi mundo es el de la creación organizada del hombre. Un
mundo de rigurosa lógica leninista.” Consideró a su colectivo un método de gran
logro educativo y eficazmente terapéutico, cuya la estructuración adecuada podría
alcanzar grandes prodigios.
6.3) Cuatro horas de fábrica, cinco de escuela. La tradición marxista
defiende el trabajo como elemento básico, como el componente esencial para la
educación; el trabajo es un bienestar para el hombre tanto, como para asegurar su
calidad de vida, tras dedicarse un tiempo a la agricultura. Después, pasó a ser
netamente industrial, los productos eran exportados al extranjero. Makarenko
recomienda a los padres que inculquen a los hijos que realicen cosas que no les
guste y que les tengan poca importancia, para que busquen trabajo para su
utilidad; pero los niños que llegaban a la colonia de Makarenko eran niños que no
tuvieron padres que les educaran de esa manera, por lo tanto, éstos presentaban
oposición al momento de trabajar, hecho que no duraba mucho con la lógica
implacable que sus propios compañeros les refutaban.
La educación tiene que estar al servicio del trabajo. El trabajo debe
presentarse como un valor en el individuo, por lo tanto, la educación es un proceso
mediante el cual, cualquier persona llega a valorar tanto la enseñanza como el
trabajo. El trabajo, más particularmente el trabajo manual es aceptado y ejecutado
positivamente por todos.
La escuela era definida como una colectividad con una meta común, la que
era producida por una moralidad comunista, naciendo de la escuela un sistema
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bien determinado que denominaba Régimen, que conduce al desarrollo de la
disciplina.
La individualidad del niño, las diferencias individuales fueron rechazadas.
El niño debía ser absorbido en la colectividad de la escuela. El hombre es
producto de la experiencia.
6.4) Hombre: “no es sólo el deseo y su satisfacción, sino que es también
el deseo y la abstención, el deseo y la renuncia simultánea. Si el niño se habitúa a
realizar sus deseos sin ponerles nunca freno, nunca tendrá fuerza de voluntad” (La
Cuestión Escolar, pág. 366).
Si bien, el hombre se destaca por soñar con más de lo que puede alcanzar,
en la teoría de Makarenko el hombre, para ser realista, debe tener un freno en sus
expectativas, algo que lo haga ver su propia realidad y lo que de verdad se está
viviendo en ese tiempo. Este pensamiento se debe a que Makarenko basó su
ideología en lo que estaba viviendo en su momento, en toda la desgracia que vivió
gracias a la Unión Soviética; las clases sociales bien marcadas por el lado
económico sin ningún tipo de nivelación y sin ninguna posibilidad de surgir a
través del esfuerzo, ya que el deseo bloquea lo que de verdad se puede obtener
dejando de lado la fuerza de voluntad a la hora de moldear al niño.
“… por poner un ejemplo, que la idea de felicidad infantil de los reformistas
era una idea fundamentalmente individualista y basada en nociones como las de
espontaneidad, libertad, etc.; Makarenko, por su parte, liga la felicidad a la
participación en las actividades sociales y pone en primer plano el cumplimiento
de los deberes y responsabilidades a ellas unidos.” (La Cuestión Escolar, pág.
365)
La pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la experiencia,
como ya hemos dicho. Esto fue lo único que le ayudó a solucionar los problemas
reales que se vivían en la colonia GORKI. Debido a las características con las que
los niños llegaban a la colonia, Makarenko afirmó que el niño no es bueno ni malo
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por naturaleza, sino que es la educación la que decide este aspecto en última
instancia.
Para solucionar los problemas que se vivían en la colonia, Makarenko basó
su pedagogía en dos puntos principales: la creación de la conciencia de grupo y el
trabajo productivo.
Para crear la conciencia de grupo, tuvo la idea de dividir a los niños en
pequeños grupos estables de 4 ó 5 niños, entre los cuales había un responsable.
Esto permitía que se creara un grupo consolidado, que favorecía la re-educación
de los niños.
“Cuando educo a un hombre debo saber precisamente lo que saldrá de mis
manos. Quiero responder de mi producción y de la de mis colaboradores, de los
futuros ingenieros y maestros, de toda esta organización, de los aviadores,
estudiantes y pedagogos. De toda esta producción respondo yo.” (La Cuestión
Escolar, pág. 366)
Makarenko tenía una convicción tan fuerte de perfección, que al tener que
crear, moldear o enseñar, vertía la responsabilidad completa sobre él mismo, pues
el educar o instruir a alguien no era una tarea sencilla, por el simple hecho de que
la ideología de igualdad y perfección que tenían de sociedad, tenía que empezar
por el individuo más pequeño. Además, para Makarenko la educación es una obra
social, es decir, una obra que define su metodología para ver si era efectiva.
El producto, como Makarenko lo llama, debe ser perfecto para demostrar
una sociedad perfecta, no puede haber fallas, por el simple hecho de que
representan el objetivo de la ideología completa.
6.5) Sociedad: “Quisiera decir a todos y repetirlo incansablemente, que
estoy orgulloso de ser ciudadano de la Unión Soviética. Esta afirmación, por
común y banal que en apariencia sea, llena cada día mi existencia de una alegría
nueva. Ella impulsa mi pensamiento, mi voluntad y mis sentimientos a dejarse
penetrar por nuestras perspectivas de futuro, me invita a lanzarme
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apasionadamente a llevarlas a cabo y a arrastrar conmigo a otros; deseo trabajar,
crear; deseo ardientemente consagrarme a hacer realidad nuestras fabulosas e
insospechadas posibilidades.” (La Cuestión Escolar, 369)
Para Makarenko su ideología y modelo de sociedad perfecta tenía ciertas
características, tales como:
i. El Estado tiene la obligación de dirigir la vida de las personas. La familia no
debe ser la encargada.
ii. La educación no está al servicio de la individualidad, sino pensada para la
colectividad, la persona al servicio del bien común (Bien Común Producto
de una sociedad sin clases, donde las personas contribuyen lo más que
pueden).
iii. La educación tiene que estar al servicio del trabajo. El trabajo debe
presentarse como un valor en el individuo, por lo tanto, la educación es un
proceso mediante en cualquier persona llega a valorar tanto la enseñanza
como el trabajo. El trabajo, más particularmente el trabajo manual es
aceptado y ejecutado positivamente por todos.
iv. Disciplina militar, ya que existía la agrupación por destacamento, la
vestimenta a través de uniforme, número igual de niñas y niños. Las
relaciones eran distantes al dar un anuncio de cambio. Este enfoque fue
ideado por Makarenko mediante el método de “Ensayo y Error”, lo que tuvo
sus orígenes a partir de los desórdenes civiles.
v. La escuela era definida como una colectividad con una meta común, la que
era producida por una moralidad comunista, naciendo de la escuela un
sistema bien determinado que denominaba “Régimen”, que conduce al
desarrollo de la disciplina.
vi. El castigo era ejerciendo presión grupal y haciendo a los niños participar en
tareas conductistas, lo que dio paso al fomento del desarrollo moral. Esta
era la tradición colectivista o régimen, que actúa como reforzamiento
positivo en la conducta infantil.
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vii. La individualidad del niño, las diferencias individuales fueron rechazadas. El
niño debía ser absorbido en la colectividad de la escuela. El hombre es
producto de la experiencia.
Tal era su fe en su ideología y metodología, que lo creía como una
enfermedad para los que no la entendían, pero al mismo tiempo una cura para
aquellos que la ansiaban para más que una metodología, es decir, soñaban con
que se llevara a la práctica en su sociedad.
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7. Conclusión
La base de la Educación, según Karl Marx, es la formación
comunista de los individuos, una cosmovisión científica, la fidelidad abnegada a la
causa del partido y a los ideales comunistas, al amor a la patria socialista y el
internacionalismo proletario. Lenin fue fiel en todo su mandato a los principios de
Marx, y propuso que la visión comunista debía ser inculcada en los jóvenes desde
el primer momento en que tenían educación. Para él, no se podía ser comunista
sólo con saber las consignas e ideas que tenía el partido, sino que se debía saber
la suma de acontecimientos que se dieron en la historia para que el movimiento
socialista se creara.
Makarenko y Blonskij, dos hombres ligados a la educación, quisieron tomar
como base el socialismo de Karl Marx y los ideales de Lenin para impregnar en los
jóvenes el pensamiento comunista, ambos desde su propia perspectiva, muy
distinta de implementar. Makarenko no aceptaba una educación memorística, ya
de esa forma el comunismo se transformaría en una vaciedad; para él, se debía
impregnar un espíritu crítico a los jóvenes, para enriquecerlos con el conocimiento
de todos los hechos, sin los cuales no sería posible formar un hombre culto y fiel a
los ideales comunistas. Blonskij, por otra parte, creía que sustituyendo la antigua
formación ligada a los oficios artesanales por una enseñanza de tipo politécnica
más integral, educando a los jóvenes en aspectos sociales, económicos, políticos
y culturales, la escuela productiva se reemplazaría por una organización que se
identificaría con la misma vida social: para él “la formación politécnica debe educar
al hombre para que sea capaz de dominar la naturaleza” (La Cuestión Escolar,
387).
Como conclusión, se destaca que los pedagogos en cuestión quisieron
llegar al mismo fin, pero por distintos medios. Ambos pensaron que con una
pedagogía liberal con iniciativas, autogobierno y la prudente ayuda del educador a
los niños, extraerían de aquél un hombre auténtico e ideológico, libre, de actitudes
colectivas. Todo esto fue utópico; pues, lamentablemente, el capitalismo en que
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estamos inmersos será difícil de cambiar. A nivel pedagógico sería muy complejo
sustituir el conocimiento por “materias”. El proyecto de estos educadores sería
muy difícil de implantar en nuestra sociedad actual, ya que se deberían cambiar
radicalmente nuestras costumbres, y dejar de lado la tecnología, a la que tanto
estamos acostumbrados.
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8. Bibliografía
• Palacios, Jesús: “La Cuestión Escolar”. Año 1984, Edición Laia.
• Rousseau, Jean-Jacques: “El Contrato Social”. Año 1762.
• Rousseau, Jean-Jacques: “Emilio, o de la Educación”. Año 1762.
• Lenin, V. I.: “Qué hacer”. Año 1902.
• Lenin, V. I.: “Reforma y estado”. Año 1917.
• Lenin, V. I.: “Tareas de las Organizaciones Juveniles, Discurso en la I
Sesión del III Congreso de Juventudes Comunistas de Rusia”. Moscú, 2 de
octubre de 1920.
• Lenin, V. I.: “Opportunism, and the Collapse of the Second International”.
Escrito en el año 1917. Primera publicación en “Proletarshay Revotutsia”
No. 5 (28), 1924.