entrevista_feyerabend

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aul Feyerabend (1924-1994) se caracterizó en sus primeras obras por una crítica acérrima al empirismo para continuar más adelante proponiendo una especie de pluralismo teórico en donde la idea básica era que la mejor ruta para lograr el progreso era apoyándose en el mayor número de hipótesis, como lo asentó en su clásico Tratado contra el método. Posteriormente propuso que el relativis- mo era la mejor ruta para hacer ciencia y en algún momento indicó que la cien- cia sufre más cambios que fomentar el progreso. Pensador polémico, no siempre fue del gusto de los científicos por sus posturas contestatarias y antidogmáticas, como lo reafirma en esta entrevista que hemos rescatado del tiempo para docu- mentar su posición radical contra lo que él llamó el establishment científico. Usted propone que la separación del Estado y la Iglesia se complete con la del Estado y la ciencia, a la que considera como una de las más agresivas y las más dogmáticas de las religiones. ¿No es esto una utopía? En efecto, esta idea podría parecer utópi- ca si quiere ponerla en ejecución de golpe, pero no si la pone en marcha de 92 página P Guitta-Pessis-Pasternak *Publicada en el periódico Le Monde, Febrero de 1982. Neoempirismo y ciencia. Entrevista a Paul Feyerabend* expresiones arquitectónicas de van- guardia. De esa manera el manifiesto koolhhaasia- no subraya el meri- to del modelo: sin ninguna teo- ría previa, Manhattan se ha erigido como una meca moderna de una arquitectura desinhibida y sensual, arriesgada y creativa, a la altura de una sociedad dinámica que inventa a cada momento nue- vas tecnologías. Casuística En el corazón del Rockefeller Center —el primer atisbo definitorio y pre- monitorio de la cultura por congestión espontánea— hay una doble paradoja que sólo el manhattismo puede solventar, cito a Koolhaas: “el conjunto debe combi- nar el máximo de congestión con el máxi- mo de luz y espacio”, el fundamento para la construcción de este moderno templo modélico debe ser la reconciliación de esos términos incompatibles. El desafío para los responsables de cristalizar este primer gran proyecto es que, a fines de la década de los años veinte del siglo pasa- do, resulta literalmente imposible ser con- vencional en Manhattan. Es necesario poseer una mente abierta, irreverente y rica en metáforas fantásticas para resolver adecuadamente la ecuación del despiada- do desequilibrio entre lo simbólico, lo comercial, lo artístico y lo social. El resul- tado es prodigioso y arriesgado, cuatro torres pequeñas alrededor de una súper torre, el aspecto simbólico rebasa toda expectativa, una arquitec- tura sobredimensionada, con una perspectiva geométrica ortogonal de corte clásico, y un sistema de distribu- ción de calor convectivo. Hacia 1978 Koolhaas siente fasci- nación por las ciu- dades globales. Más de 20 años después el hechizo ha dejado el lugar para el abu- rrimiento y su mirada atenta se fija en las megaciu- dades tipo Shangai, Bombay y la Ciudad de México. En 2007 el paradig- ma de la congestión ha quedado en des- uso y el arquitecto holandés funda otros como el del caos. Un embrión de éste su más reciente, lo encontramos en su aprecia- ción de los rascacielos de Nueva York, pues constituyen un “laboratorio de crecimiento geométrico vertical”. La reactualización de la utopía babélica tiene un cierto rasgo hebreo en el sentido de una recreación, de una lectura múltiple, de diversos sentidos en que puede interpretarse la Torá. La utopía tiene doble vida, y en Nueva York el regreso de Babel parece definitivo, y coincide, de acuerdo a Koolhaas, con el período 1900-1910 en que se produce el encuentro fortuito con innovaciones urbanísticas: el edificio, que desde un punto de vista urbanístico rompe con la concepción clásica del horizontalismo y el fin único, y se erige como una indetermi- nación funcional en el que un emplaza- miento concreto ya no puede equipararse a un único propósito predeterminado. En adelante, cada parcela metropolitana dará cabida a una combinación imprevisible e inestable de actividades simultáneas. Para llevar a cabo tal propósito la tecnología provee el ascensor (micro retícula de des- plazamiento) y el acero (material de soporte). El modelo de la torre ofrece soluciones para la saturación horizontal del espacio, una estructura de soporte de la cúspide donde se gobierna el todo que es el edifi- cio. La torre supone una ruptura con el patrón homogéneo de la vida cotidiana, y predomina sobre una actualidad extraviada fijando los rasgos de una nueva cultura autónoma, decidida y poderosa. El edificio Empire State (381 metros de altura), las Torres Sears (442 metros de altura), recuer- dan una y otra vez la estructura básica de la torre, en cuanto a su centralidad, panóp- tica y emancipada de la presión del entor- no. La manzana sola, es decir un bloque erigido con una superficie equivalente al de una retícula inmensa. La amalgama tridi- mensional ha desalojado la densidad ele- vando desde una sola estructura una ciuda- dela inmensa, poderosa y acorazada. El teorema de la máxima edificación dentro de un mínimo espacio se cumple en el caso de los rascacielos y sigue boyante hasta nuestros días a pesar de las huellas que el terrorismo ha horadado en el rostro de Manhattan. Esta es la visión que emerge del libro de Rem Koolhaas, Nueva York, la retí- cula moderna, el laberinto de torres del moderno feudalismo corporativo y dinámico. Rem Koolhaas. Delirio de Nueva York. Un mani- fiesto retroactivo para Manhattan, Gustavo Pili, Barcelona, 2005. Laberintos y Visiones

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aul Feyerabend (1924-1994) secaracterizó en sus primerasobras por una crítica acérrimaal empirismo para continuar

más adelante proponiendo una especie

de pluralismo teórico en donde la ideabásica era que la mejor ruta para lograrel progreso era apoyándose en el mayornúmero de hipótesis, como lo asentó ensu clásico Tratado contra el método.Posteriormente propuso que el relativis-mo era la mejor ruta para hacer cienciay en algún momento indicó que la cien-

cia sufre más cambios que fomentar elprogreso. Pensador polémico, no siemprefue del gusto de los científicos por susposturas contestatarias y antidogmáticas,como lo reafirma en esta entrevista quehemos rescatado del tiempo para docu-mentar su posición radical contra lo queél llamó el establishment científico.

Usted propone que la separación delEstado y la Iglesia se complete con la delEstado y la ciencia, a la que consideracomo una de las más agresivas y las másdogmáticas de las religiones. ¿No es estouna utopía?En efecto, esta idea podría parecer utópi-ca si quiere ponerla en ejecución degolpe, pero no si la pone en marcha de

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Guitta-Pessis-Pasternak

*Publicada en el periódico Le Monde,Febrero de 1982.

Neoempirismo y ciencia.Entrevista a Paul Feyerabend*

expresiones arquitectónicas de van-guardia. De esa manera elmanifiesto koolhhaasia-no subraya el meri-to del modelo:sin ninguna teo-ría previa,Manhattan se haerigido como unameca moderna de unaarquitectura desinhibiday sensual, arriesgada ycreativa, a la altura de unasociedad dinámica queinventa a cada momento nue-vas tecnologías.

CasuísticaEn el corazón del Rockefeller Center—el primer atisbo definitorio y pre-monitorio de la cultura por congestiónespontánea— hay una doble paradojaque sólo el manhattismo puede solventar,cito a Koolhaas: “el conjunto debe combi-nar el máximo de congestión con el máxi-mo de luz y espacio”, el fundamento parala construcción de este moderno templomodélico debe ser la reconciliación deesos términos incompatibles. El desafíopara los responsables de cristalizar esteprimer gran proyecto es que, a fines de ladécada de los años veinte del siglo pasa-do, resulta literalmente imposible ser con-vencional en Manhattan. Es necesarioposeer una mente abierta, irreverente yrica en metáforas fantásticas para resolveradecuadamente la ecuación del despiada-do desequilibrio entre lo simbólico, locomercial, lo artístico y lo social. El resul-tado es prodigioso y arriesgado, cuatrotorres pequeñas alrededor de una súper

torre, el aspecto simbólico rebasatoda expectativa, una arquitec-

tura sobredimensionada, conuna perspectiva geométrica

ortogonal de corte clásico,y un sistema de distribu-

ción de calor convectivo. Hacia 1978Koolhaas siente fasci-

nación por las ciu-dades globales.

Más de 20 añosdespués el

hechizo hadejado el

lugar para el abu-rrimiento y su mirada

atenta se fija en las megaciu-dades tipo Shangai, Bombay y la

Ciudad de México. En 2007 el paradig-ma de la congestión ha quedado en des-uso y el arquitecto holandés funda otroscomo el del caos. Un embrión de éste sumás reciente, lo encontramos en su aprecia-ción de los rascacielos de Nueva York, puesconstituyen un “laboratorio de crecimientogeométrico vertical”. La reactualización dela utopía babélica tiene un cierto rasgohebreo en el sentido de una recreación, deuna lectura múltiple, de diversos sentidos enque puede interpretarse la Torá.

La utopía tiene doble vida, y en NuevaYork el regreso de Babel parece definitivo,y coincide, de acuerdo a Koolhaas, con elperíodo 1900-1910 en que se produce elencuentro fortuito con innovacionesurbanísticas: el edificio, que desde unpunto de vista urbanístico rompe con laconcepción clásica del horizontalismo y elfin único, y se erige como una indetermi-nación funcional en el que un emplaza-

miento concreto ya no puede equipararsea un único propósito predeterminado. Enadelante, cada parcela metropolitana darácabida a una combinación imprevisible einestable de actividades simultáneas. Parallevar a cabo tal propósito la tecnologíaprovee el ascensor (micro retícula de des-plazamiento) y el acero (material desoporte).

El modelo de la torre ofrece solucionespara la saturación horizontal del espacio,una estructura de soporte de la cúspidedonde se gobierna el todo que es el edifi-cio. La torre supone una ruptura con elpatrón homogéneo de la vida cotidiana, ypredomina sobre una actualidad extraviadafijando los rasgos de una nueva culturaautónoma, decidida y poderosa. El edificioEmpire State (381 metros de altura), lasTorres Sears (442 metros de altura), recuer-dan una y otra vez la estructura básica dela torre, en cuanto a su centralidad, panóp-tica y emancipada de la presión del entor-no. La manzana sola, es decir un bloqueerigido con una superficie equivalente al deuna retícula inmensa. La amalgama tridi-mensional ha desalojado la densidad ele-vando desde una sola estructura una ciuda-dela inmensa, poderosa y acorazada. Elteorema de la máxima edificación dentrode un mínimo espacio se cumple en el casode los rascacielos y sigue boyante hastanuestros días a pesar de las huellas que elterrorismo ha horadado en el rostro deManhattan. Esta es la visión que emerge dellibro de Rem Koolhaas, Nueva York, la retí-cula moderna, el laberinto de torres delmoderno feudalismo corporativo y dinámico.

Rem Koolhaas. Delirio de Nueva York. Un mani-fiesto retroactivo para Manhattan, Gustavo Pili,Barcelona, 2005.

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manera gradual. Se podría, por ejemplo,comenzar por separar el Estado y laciencia en el campo médico, como enacupuntura, donde ella podría ser super-visada por los ciudadanos.Posteriormente se podrían separar otrasespecialidades de acuerdo con sus impli-caciones problemáticas. Progresivamentelas contrariedades serían resueltas deesta manera.

Usted desea eliminar los aspectos religio-sos presentes en la ciencia. Einstein afir-maba que “la ciencia sin la religión escoja, pero la religión sin la ciencia esciega”.Cuando yo discuto los elementos reli-giosos en la ciencia, hago alusión a loselementos no democráticos y agresi-vos que allí se introducen. La cienciano puede dejar de tener una visiónglobal del mundo, ya que ella tratade lo humano. Pero a mí me gusta-ría eliminar su componente dogmá-tico.

Nietzsche había ya dicho que si laciencia tomaba el lugar de Diosella se hundiría y que no podríahacerse los verdaderos cuestiona-mientos. ¿La ciencia está dis-puesta a renunciar a su “extraterritoriali-dad”?La cuestión no es saber si la ciencia estádispuesta a hacerlo, sino si los ciudada-nos están dispuestos a que renuncie aello. Ella sería entonces obligada a hacer-lo, ya que son ellos quienes la mantie-nen. Usted hace alusión a “las cuestionesesenciales” ¿por qué? Existen algunosaspectos “esenciales” que son efectuadospor los científicos o los epistemólogos(esos funcionarios del pensamiento),pero ¿por qué debemos aceptar sus crite-rios? Para mí, las cuestiones esencialesson las que afectan más profundamentemi vida y ellas son raramente abordadaspor la ciencia. La religión sería más aptapara tratarlas si en efecto ellas no fueranenunciadas y/o hablaran en nombre deltodo. Por otra parte, ninguna personanos prohíbe abordarlas actualmente.Nosotros no vivimos en una sociedadtotalitaria dirigida por los científicos,como lo preconizaba Platón ni tampocoexiste una “policía del pensamiento” quenos impida hacerlo. La única desventaja enel presente es nuestra propia autocensura.

¿Cree usted que el predominio de laciencia occidental proviene del hecho

que nosotros hemos creado una filosofíadualista y mecanicista, mientras que elpensamiento oriental ha fundado unaperspectiva espiritual monista y orgánica?Usted insinúa una doble idea: primera-mente que la ciencia predomina y, segui-damente, que ella debe su preponderan-cia (por lo tanto su poder) a su caráctermecanicista. La situación parece máscompleja: la influencia de la ciencia es,en efecto, muy amplia, pero esa situa-ción difiere según las regiones delmundo. Colombia, por ejemplo, parasobrellevar su pobreza solicita la ayuda

internacional para crear unimportantedispositivo demedicinaoccidental.¿Por qué lodesea? Principalmentepor el prestigioque aporta laciencia occiden-tal, pero no esmás eficaz que sumedicina tradicio-nal. Se encuen-tran diversas razo-nes del predominiode la ciencia occi-

dental, que no pro-vienen necesariamente de su filosofíamecanicista.

La “razón” parece un instrumento especí-ficamente europeo, pero usted sostieneque “sin un cuestionamiento frecuente dela razón no existen puntos de progreso”. Yo puedo apoyar mi hipótesis en el aná-lisis de la historia de las ciencias.Tenemos constataciones desconcertantes:en la antigüedad, por ejemplo, no sepensaba que la Tierra estuviera en movi-miento, desde la perspectiva de todas lasteorías científicas y las creencias religio-sas de la época era una idea sorprenden-te. Como si uno sostuviera en la actuali-dad que la Tierra permanece inmóvil enel centro del universo. Por lo tanto, hasido yendo contra la razón imperante ensu época que la ciencia ha podido pro-gresar. Usted dice que la razón es especí-ficamente europea, ¿cree usted que laspersonas de la edad de piedra no pensa-ban o las de África central no razonan?

¿Puede ser que ellos lo hagan de unamanera más “intuitiva”, mientras que noso-tros lo hacemos de manera más “lógica”.

Yo dudo que los científicos piensen porcompleto de manera “lógica”. Para per-catarse de eso sólo es suficiente conobservar atentamente al concluir susinvestigaciones, su idea de progreso ycómo la defienden ante la opinión públi-ca y científica. Es entonces cuando unose da cuenta de los saltos intuitivos quehan debido tomar, ya que ellos no seadhieren más que temporalmente a lossistemas lógicos. La investigación científi-ca es, por lo tanto, una mezcla de intui-ción y de razonamiento.

Para Karl Popper “lo que es verdad enlógica es verdad […] en el método cientí-fico”. Mientras que usted sostiene que “laciencia no progresa mas que al transgre-dir las reglas impuestas por los mismoscientíficos y epistemólogos”. ¿Quiéntiene la razón?Nadie. Uno debe descubrir la respuestade manera personal. Una idea se des-prende de esto: si usted elabora su cien-cia correctamente ella tendrá una partede verdad. Cuando dos científicos secontradicen es que uno de ellos no haprocedido correctamente. No obstante,cuando un problema importa verdadera-mente para una comunidad, cómopuede ésta fiarse de los científicos ya queellos tienen opiniones contrarias. En esecaso la comunidad debe efectuar su pro-pia búsqueda e investigación.

Para hacer triunfar su nueva cosmología,Galileo ha debido recurrir a la propagan-da; de esa manera la Tierra y la cienciamoderna fueron vistas por él como algoen movimiento. Si partimos de este hecho¿cuál es la diferencia que existe con otrasideologías?Ninguna. Es lo que pasa en una reuniónen una parroquia o en una comisióncientífica, en donde los científicos tienenideas divergentes que intentan defender,mucho depende de la inteligibilidad desus ecuaciones matemáticas herméticaspara que sean aceptadas. Importa, igual-mente, saber de qué lado está el presti-giado “establishment”. Es por ello que serecurre a los prejuicios y a la propaganda.Galileo, que era un propagandista contalento extraordinario, exponía a menudolos nuevos hechos con evidencias anti-guas: al examinar esos argumentos, etapapor etapa, usted puede descubrir méto-dos propagandistas; comprobándose quela razón gana gracias a malas razones yla ciencia, para oponerse a la fe, recurrea la mala fe.

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¿Sostendría usted que el carisma es tanimportante en la ciencia como lo es en lapolítica?Por supuesto. Galileo recurrió a ello fre-cuentemente como debe hacerlo todocientífico inteligente.

¿Si todo “conocimiento científico”, comodecía Adorno, “es dependiente de unacultura y está tejido por la ideología pro-pia de una sociedad”, cuál sería la“nueva ciencia” generada por las corrien-tes actuales?Esta hipótesis de Adorno es ambigua, siél ha querido mostrar que el “conoci-miento científico” depende del saber yde la visión del mundo de aquellos quelo han producido, entonces ella dependeen efecto de una cultura. Pero si él haquerido mostrar que el “conocimientocientífico” no depende más que de lacultura ambiente, entonces Adorno seha equivocado. Ya que a menudo elconocimiento científico evolucionajustamente en un entornohostil, y el casode Galileo es sig-nificativo: su teoríapudo vencer eimponerse a la hosti-lidad de la iglesia.

¿El racionalismo deDescartes no ha produ-cido una ciencia determi-nista?La idea de una cienciadeterminista nació en laépoca de Laplace, pero noexiste vinculación directaentre Descartes y aquél, quese basó en la física newtonia-na. Newton no era un mecani-cista determinista, ya que élpensaba que el sistema planeta-rio estaba determinado en parte por lasleyes de la mecánica y en parte por lainterferencia de Dios. En la época deLaplace (que disponía de mejores fórmu-las matemáticas) Dios podía ser elimina-do, y ese es el sentido de su célebreréplica a Napoleón: “No he tenido nece-sidad de esa hipótesis”.

¿Piensa usted que se asiste en la actuali-dad a la emergencia de una nueva teoríade la creación del orden por el desorden,de la cual ha sido pionero Prigogine consus “estructuras disipativas”?Es probable. Pero es necesario primera-mente ver las repercusiones de esta

nueva teoría en las ciencias sociales. Yoespero, sin embargo, que ella no tengauna evidencia decisiva que elimine a lamisma poesía como medio para explorarla realidad.

¿Cuál sería la importancia de esta contri-bución en el campo de la misma física?Una parte de esta teoría se basa en elmecanicismo celeste de Poincaré, la cualha sido, efectivamente, una contribuciónimportante. Pero el principal aporte delas “estructuras disipativas” se sitúa justa-mente fuera de la física, en química, bio-logía e incluso en sociología. Es unaaportación motivada por una de lasideas claves de Prigogine, que si la cien-cia excluye los fenómenos sociales yhumanos terminará por ser muy restrin-gida. Prigogine indica que la cienciadeterminista de Laplace no puede reinar;

que si nosotros efectuamosnuevas aproximaciones,nuevos instrumentosmatemáticos, a esa viejaciencia, descubriremostodas las situaciones“nuevas”. Pero eltemor es que loscientíficos siemprehan intentado eli-minar la poesíacomo si ella fueraincompatible conla realidad.

Ya quePrigogine haafirmado quela “nuevaalianza”

sería “una escu-cha poética de la naturale-

za” ¿no va a restablecer así unanueva simbiosis entre ciencia y poesía?Así lo espero.

¿Pueden tener la ciencia y el mito algu-nas características análogas?Las ciencias no tienen muchos aspectoscomunes entre ellas, si usted compara labotánica y la astrofísica, usted verá quela primera usa una terminología cualitati-va y la segunda una terminología cuanti-tativa. Algunos consideran incluso que lapsiquiatría es una ciencia. Así, una vezque usted analiza las ciencias no existeun punto de vista teórico, al examinarsus prácticas descubre tal diversidad quela distinción entre ciencia y mito no pare-ce tan evidente. En cosmología tenemos

la teoría del “big bang”, esta extraordina-ria explosión evoca algunos mitos. Deigual manera el hecho que una ley de lanaturaleza pueda ser modificada bajo lainfluencia de fuerzas opuestas recuerdaal mito de Hesiodo, en donde una ciertaregularidad es impuesta por el reino deZeus que, al guardar los titanes en elinfierno, eliminó igualmente las fuerzasopuestas.

¿Por qué dice usted que el anarquismoteórico es más propicio para el progresoque las doctrinas basadas en la ley y elorden?Yo empleo la palabra “anarquismo”enun sentido muy preciso, como el que ledaría un “racionalista” que al analizartodos los pasos seguidos por los científi-cos para llegar a sus descubrimientos,exclamaría: “Pero esto es pura anar-quía”.

Usted desea una “democracia relativis-ta” en la que los ciudadanos decidan lascuestiones principales de su vida. ¿Nocree usted que nuestras sociedades sonmuy complejas para que tal utopíapueda efectuarse? Si nuestras sociedades son muy com-plejas, ellas lo son también para loscientíficos, ya que eso significaría queexiste una imbricación de todas lasespecificidades de las cuales ellos cono-cen sólo una parcela. Si usted toma aun físico él ignora las repercusionessociales de algunos cambios físicos, elsociólogo ignora la física y el químico lasociología.

No conforme con ser un anarquista quejuega el juego de la razón a fin de rea-firmarlo, se proclama un dadaístadesenvuelto.No pienso que sea un anarquista, inclu-so a pesar de que escribí un libro sobreanarquismo. Paralelamente a pesar dehaber defendido la epistemología anar-quista no es notorio que la desee. Meparece indispensable defenderla, ya quecientíficos y defensores de la razón seencuentran del otro lado de la frontera.Yo he querido probar que sus razona-mientos no son tan irreductibles comolo pretenden. ¿Cuál es la mejor manerade demostrarlo? Defendiendo un puntode vista contrario. Pero yo no he revela-do nunca mi propia postura.

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