Ensayo Metafísica

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MANIFESTACIÓN DE LA INDIVIDUACIÓN Y ENCARNACIÓN ¿Qué es la individuación en el hombre? Por, Steven Castañeda Yesica Cortes, Jerson Vásquez y Andrés Nieto Poniéndolo en palabras de Kant, la individuación ¿sería el culmen, al cual el hombre llega a una “edad madura”, o por el contrario, es un proceso el cual se va dando paulatinamente a lo largo de su existencia? Partimos de un punto básico, tenemos un cuerpo, en constante actividad sensorial y susceptible a estímulos de un entorno determinado. German Vargas en su escrito “Carne e Individuación”, nos brinda un punto más a considerar, a saber: el hombre no solo posee un cuerpo sensorial, sino también, carne. ¿Qué poseemos como hombres, cuerpo o carne? ¿Es lo mismo pero puesto en diferentes palabras en cuestión?, o por el contrario ¿son elementos distintos, solo que ligados fielmente a la individuación del hombre como tal? La propuesta del presente escrito es discernir tales conceptos y tratar de esclarecer las preguntas planteadas anteriormente, para tal objetivo nos basaremos en los textos Carne e Individuación (Vargas, 2013), y el libro Ambivalencia de la Multitud, específicamente el capítulo 10: Los ángeles y el general intellect. La individuación en Duns Scoto y Gilbert Simondon, cuyo autor es Paolo Virno (2004). Ahora bien, el hombre en cuanto ser social, se ve inmerso en un conjunto de vivencias inevitables, conocidas como mundo de la vida. En esta experiencia, en la cual aprehende un mundo paulatinamente específico para sí –ya que cada ser humano en la interacción desarrolla capacidades para ello–, este ser humano informa y se informa a partir de esta relación con otros individuos. Esto es notorio en el trato que mantiene un profesor con su estudiante, en el que a medida que el profesor informa y trata de esculpir al individuo, este –el profesor– también puede sufrir cambios

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MANIFESTACIÓN DE LA INDIVIDUACIÓN Y ENCARNACIÓN¿Qué es la individuación en el hombre?

Por, Steven Castañeda Yesica Cortes, Jerson Vásquez y Andrés Nieto

Poniéndolo en palabras de Kant, la individuación ¿sería el culmen, al cual el hombre llega a una “edad madura”, o por el contrario, es un proceso el cual se va dando paulatinamente a lo largo de su existencia? Partimos de un punto básico, tenemos un cuerpo, en constante actividad sensorial y susceptible a estímulos de un entorno determinado. German Vargas en su escrito “Carne e Individuación”, nos brinda un punto más a considerar, a saber: el hombre no solo posee un cuerpo sensorial, sino también, carne. ¿Qué poseemos como hombres, cuerpo o carne? ¿Es lo mismo pero puesto en diferentes palabras en cuestión?, o por el contrario ¿son elementos distintos, solo que ligados fielmente a la individuación del hombre como tal?

La propuesta del presente escrito es discernir tales conceptos y tratar de esclarecer las preguntas planteadas anteriormente, para tal objetivo nos basaremos en los textos Carne e Individuación (Vargas, 2013), y el libro Ambivalencia de la Multitud, específicamente el capítulo 10: Los ángeles y el general intellect. La individuación en Duns Scoto y Gilbert Simondon, cuyo autor es Paolo Virno (2004).

Ahora bien, el hombre en cuanto ser social, se ve inmerso en un conjunto de vivencias inevitables, conocidas como mundo de la vida. En esta experiencia, en la cual aprehende un mundo paulatinamente específico para sí –ya que cada ser humano en la interacción desarrolla capacidades para ello–, este ser humano informa y se informa a partir de esta relación con otros individuos. Esto es notorio en el trato que mantiene un profesor con su estudiante, en el que a medida que el profesor informa y trata de esculpir al individuo, este –el profesor– también puede sufrir cambios y ser re-esculpido por el estudiante, ya que este no es una materia inmóvil, sino cuerpo en función de la carne.

Con esto, se quiere decir que el cuerpo es el núcleo sensorial y consistente que cada hombre posee por naturaleza, entendiendo este, como medio por el cual el sujeto se relaciona directamente con el mundo sensorial, atravesado siempre por la ejecución de la carne, comprendiendo esto como la apetencia del ser, la cual llega a una reducción erótica, la cual hace que el sentido racional se disperse en la mundanizacion.

Así, se llega a entender a la humanidad como un encuentro entre formas de ser, como lo son el Eros y Ágape, se puede decir que al profundizar en estas dimensiones, se encuentra –si se le quiere llamar– el “ideal” de ser humano. Por un lado, el Eros, potencia la individualidad, llegando a ser esta premisa, fundamental para que el ser humano se sienta como individuo “apartado” de su núcleo social, no obstante, siendo fruto de la misma, además se puede notar que para acrecentarse, el ser humano en tanto individuo como parte de una sociedad, ha de llegar a comprender que, cada individuo como tal tiende a realizar sus necesidades y deseos desde esta perspectiva y así lograr

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simpatizar con sus semejantes y, justamente, fundar el Ágape, como instancia inevitable en el devenir de las relaciones humanas.

Gracias a esta potenciadora dialéctica que desde diferentes matices aguarda el ser humano, este puede comprender no ya un amor ególatra sino un amor universal, en el cual el concepto de intersubjetividad juega un papel intrínseco en este devenir. Es así como el Otro se empieza a percibir no como medio, cosa u obstáculo para cada quien, sino como un fin, horizonte o posibilidad en la cual pueden tales seres sustanciar ese “ideal” de amor universal. Por algo diría el texto: “no es porque te conozco que te amo; te amo tan solo porque eres”. No solo se puede ver así que esto podría ser realizable en el continuo vivir del hombre, sino que también este podría hacer surgir una conciencia “expandida” en la cual cada individuo se olvida de sí mismo para proyectarse en la carne, en el instinto que confluye con cada ser semejante.

Referencias bibliográficas

Vargas, Germán (2013) Carne e individuación. La deconstrucción fenomenológica del patriarcalismo. Universidad Pedagógica Nacional.

Virno, Paolo (2011) Los ángeles y el general intellect; En: Ambivalencia de la multitud: entre la innovación y la negatividad. 2a ed. Buenos Aires: Tinta Limón. Trad. Emilio Sadier y Diego Picotto.