Ensayo Andrelis
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República Bolivariana de VenezuelaMinisterio del Poder Popular Para la Educación Universitaria
Universidad Nacional Experimental “Rómulo Gallegos”Área De Humanidades, Artes, Letras Y Filosofía
Programa de Licenciatura en HistoriaNúcleo- Calabozo
EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA
INVESTIGACIÓN HISTÓRICA.
Bachilleres:
Cuenca Andrelis
Profesor:
Jorge Rodríguez
CALABOZO, JUNIO, 2015
INTRODUCCION
El método histórico de investigación puede aplicarse no solo a la
disciplina que generalmente se denomina historia, sino que también es
posible emplearlo para garantizar el significado y fiabilidad de los hechos
pasados en las ciencias naturales y básicas, la medicina, derecho o
cualquier otra disciplina científica, El método histórico nos ayudara a
establecer las relaciones existentes entre los hechos acontecidos en el
desarrollo de estas ciencias. Con este método se proporciona un sistema
de evaluación y síntesis de pruebas sistematizadas con el fin de
establecer hechos, dependencias históricas y esclarecer antecedentes
gnoseológicos que demuestren la interacción que siempre ha existido
entre las ciencias desde sus propios surgimientos y, de esta manera
extraer conclusiones sobre acontecimientos pasados que expliciten
vínculos y que permitan encontrar y entender los hechos que justifiquen el
estado actual.
Es consecuencia del planteamiento del problema, delimita aquella
parte de la realidad que interesa estudiar. La precisión del investigador,
en este sentido, se demuestra en la redacción minuciosa y cuidada con la
cual formula el objeto de estudio el objeto de la investigación científica es
aquello a lo que se aplica el pensamiento. Cuando se trata de obtener
nuevo conocimiento científico el objeto se erige en fortaleza que hay que
conquistar con métodos que aseguren la garantía de obtención de una
verdad contrastable por toda la comunidad científica.
Este objeto del conocimiento científico de la investigación, está
constituido por los vestigios que plantean un conjunto de problemas
epistemológicos en el tema de la investigación cuya resolución se
persigue. El investigador debe tener conciencia asumida de que el objeto
de conocimiento se le opone por naturaleza, no se deja conocer
fácilmente, plantea numerosa dificultades, la investigación es, en
consecuencia, ejercicio intelectual dificultoso, lleno de obstáculos y, por
consiguiente, factor formativo para la persona que lo ejerce.
APROXIMACION AL PROBLEMA EN ESTUDIO.
La historia siempre está en función de un presente cualquiera: los
intereses y las necesidades sociales, tal como existen. Actualmente,
condicionan nuestro enfoque del pasado, la selección de los hechos y, por
consiguiente, la imagen de dicho pasado. Al subjetivismo y al relativismo
que pesan sobre el presentismo se añade el reproche de que formula en
términos demasiado generales e imprecisos, enfocada desde este ángulo,
la sociología del conocimiento tal como la proponen Karl Mannheim y su
escuela, constituye el complemento natural del presentismo, aún cuando
esta complementariedad no haya sido intencional, ni siquiera señalada
por los representantes de las dos corrientes respectivas, el conocimiento
es, desde el comienzo, un proceso cooperativo de la vida del grupo, en la
que cada uno despliega su conocer dentro del marco de un destino
común, de una común actividad y del triunfo sobre dificultades comunes
(en las que, sin embargo, cada uno tiene una participación distinta).
Tal vez la tarea intelectual más valiosa sea aprender a pensar
dinámica y relacionalmente en vez de hacerlo estáticamente. En nuestro
contemporáneo estado de perplejidad social e intelectual, es muy
chocante comprobar que aquellas personas que pretenden haber
descubierto algo absoluto son corrientemente las mismas que también
pretenden ser superiores a las demás. Encontrar, en nuestros días,
quienes intenten hacer pasar por legítimo al mundo y recomienden a otros
algún remedio secreto de lo absoluto que ellos pretenden haber
descubierto es, simplemente, un signo de la perdida y de la necesidad de
una certeza intelectual y moral, sentida por amplios sectores de gentes
que son incapaces de aceptar la vida de frente.
Por otro lado Braudel (1957.), nos dice que:
“Pensar la vida como un problema inmenso, una
ecuación o más bien una familia de ecuaciones
parcialmente dependientes, parcialmente independientes,
unas de otras.... Entendiendo que esas ecuaciones son
muy complejas y llenas de sorpresas, y que a menudo
somos incapaces de descubrir sus "raíces"”. (P. 13)
El objeto de cada ciencia es la verdad alcanzada con certeza: sólo
respetando esta exigencia fundamental, la historia podrá cumplir también
una tarea educativa y formativa, la metodología de la búsqueda histórica
dicta precisamente las reglas para la búsqueda de la verdad histórica.
Perfeccionada en la escuela alemana del siglo XIX, encontró su máximo
exponente en Leopold von Ranke, cuyos métodos fueron recogidos en el
manual, considerado clásico, de Bernheim. El método de la búsqueda o
de la reconstrucción histórica se desarrolla en estas fases: a) elección del
ámbito de la investigación, b) eurística o búsqueda de las fuentes, c)
crítica de las mismas (externa e interna), d) reconstrucción de la historia,
y, al final, e) exposición, Así, pues, el primer trabajo para la
reconstrucción histórica consiste en la búsqueda y en la recogida de todo
el material posible. A la recogida de las fuentes es necesario añadir la
recogida bibliográfica.
Según el manual del erudito positivista: "La historia se hace con los
documentos". Este lema se refería, en el período en el que se iba
perfeccionando la metodología, a los documentos escritos, y sólo ellos. La
historia se podía definir como la ciencia de los documentos que vienen
descifrados, analizados, para sacar los hechos que contienen. Este
trabajo de desciframiento y de análisis es la tarea de la crítica histórica.
Según esta descripción, el historiador no construye la historia, sino que la
vuelve a encontrar. Pero esta concepción no es del todo exacta, pues la
historia es el resultado del esfuerzo, en un sentido creador, por el que el
historiador, el sujeto cognoscente, establece esa relación entre el pasado
que evoca y el presente que es el suyo.
En realidad, la historia es lo que consigue captar del pasado el
historiador, pero, al pasar a través de sus instrumentos de conocimiento,
ese pasado queda reelaborado, tan "rehecho", que aparece enteramente
nuevo, convertido en otra cosa distinta de la que fue. Los documentos son
el material de la historia (junto con la arqueología, geografía, etc.), pero el
historiador parte de una pregunta que plantea al pasado. El pasado se
presenta como un fantasma, como algo genérico, para asirlo debe partir
de las preguntas que tiene. Por eso podemos decir que el proceso de
elaboración de la historia se inicia no porque existan documentos, sino
por la pregunta que tiene el historiador, que le hace elegir, delimitar y
concebir el tema. La pregunta se presenta bajo el aspecto de una
hipótesis a verificar. Por eso la historia depende del historiador, de sus
preguntas.
CONCLUSIÓN
A manera de conclusión se puede decir que el valor de la historia, su
interés humano depende estrechamente del genio del historiador, del
acierto de las preguntas planteadas al pasado. Pero ciertamente el
historiador ni puede imaginar el pasado ni puede captarlo directamente,
sino sólo a través de los vestigios que ha dejado, en la medida que
podemos encontrarlos y somos capaces de interpretarlos, es decir, a
través de los documentos. Pero estos documentos no nos reportan todo
el pasado, y no siempre las cosas más importantes. Los documentos
conservados no siempre son los que nosotros desearíamos o lo que haría
falta que fuesen. O no los hay en absoluto o no hay bastantes: tal es el
caso general en la historia antigua, donde trabajamos la mayoría de las
veces sobre fuentes literarias, siempre demasiado sumarias o que
resultan secundarias.
Pero ningún relato histórico representa los hechos en bruto, tal cual
ocurrieron. La exigencia de una objetividad para los relatos históricos no
se cumple ni en nuestra época actual, pues todo relato es siempre la
presentación literaria de unos hechos. Esto hay que subrayarlo si se
utilizan fuentes. El historiador, al no ser testigo presencial, obtiene su
información de otros testimonios que a su vez es necesario reinterpretar
(pues el testimonio es una interpretación de lo sucedido), es decir, es
necesaria la crítica histórica, a la investigación de las fuentes se asocia de
manera muy íntima la exploración de la bibliografía sobre el tema.