Encuentro color mayo junio
-
Upload
revista-encuentro -
Category
Documents
-
view
223 -
download
0
description
Transcript of Encuentro color mayo junio
Cristo ha roto todas las ataduras del
mundo…
Revista Vocacional Escolapia
Mayo-Junio 2015
Hoy voy a dialogar con Dios
Hoy voy a encontrarme conmigo mismo
Hoy voy a vivir
Hoy voy amarme
Hoy voy a perdonarme
Hoy voy a abrazarme
Hoy voy a ayudarme
Hoy voy a apreciarme
Hoy voy a regalarme
Hoy voy animarme
“Sólo hoy es especial, vívelo” hoy.
Hoy voy a reír
Hoy voy a luchar
Hoy voy a escucharme
Hoy voy a cantarme
Hoy voy a caminar
Hoy voy a observarme
Hoy voy a reflexionar sobre mi vida
Hoy voy a buscar la verdad
Hoy voy hacer amigo de mí mismo
Hoy voy abrir mi corazón
Hoy voy a disfrutar la vida
Hoy voy a tener más fe en Dios.
Un minuto de Reflexión…
Hno. Víctor Carreras, Sch.P.
¿Por qué has dejado de sonreír?
Hola, ¡qué tal jóvenes! Me dirijo a ustedes con gusto al saber que se encuentran en un proceso de discernimiento para dar una respuesta a aquél que los ha llamado. Les felicito y les extiendo mi mano para que juntos hagamos un mundo mejor.
Es sorprendente como vivimos dentro de la sociedad. ¿Por qué? Porque es una sociedad llena de placeres, lujos, racismo, indiferencia, tristeza. Acercándome a un joven una mañana le pregunte: “¿Por qué has dejado de sonreír?” y él mirándome a los ojos tristemente me dijo: “no tengo motivo para seguir en un mundo tan indiferente, donde todo pasa invisiblemente, donde el pobre no tiene un lugar, donde el niño ya no puede jugar, donde el anciano es olvidado, donde la mujer sufre y llora, donde el migrante derrama sus lágrimas por ser violentado y despojado”. Yo, mirándolo a su rostro le dije: “no podemos quedarnos observando todo cuanta pasa, no puedes quedarte sin sonreír, porque Dios está contigo a cada momento, te ha dado la oportunidad de vivir un día más, de poder ver el sol salir, la luna ocultarse, pero sobre todo te ha hecho participe de su reino, con Dios todo lo tenemos y él nos hace ser colaboradores en la construcción de su Reino, tú y yo podemos volver a sonreír, poder llevar una palabra de aliento y un mensaje de amor a la humanidad”.
Es por esto que te escribo. Sé que es difícil ver cuánto pasa. Podemos perder la sonrisa pero al mismo tiempo podemos ganarlo todo, cuando somos capaces de acercarnos a Dios. Cuando somos capaces de sonreír y ver la vida desde los ojos de Dios, podemos hacer que este mundo vuelva a sonreír, que vuelva a ser el mundo que Dios pensó cuando lo creó. Somos hombres y mujeres capaces de transformar el rostro de la humanidad, el corazón de todos aquellos que viven aislados, llevándoles el mensaje de Dios. Somos capaces de poder hacer brillar el sol una vez más.
No tengas miedo y dejemos que Dios toque nuestra vida y si tú, tienes esa pequeña llama en tu corazón, deja que Cristo lleve a la obra tu misión, no tengas miedo, toma tu cruz, toma todo lo que eres y entrégaselo a Jesús. Dios necesita hombres y mujeres capaces de sobrepasar su propia persona, de luchar contra sí mismos y dejar que Cristo viva plenamente en el corazón de cada uno. No dejes de sonreír, porque, si tú estás triste, Dios esta triste en ti y si tú quieres amar a Cristo, ámalo feliz, sonriendo desde el corazón y llevando ese su mensaje de amor a la humanidad.
El hermano que nos ha escrito
es Misionero Escalabriniano,
amigo del hno. Víctor Carreras,
Escolpio. Esta breve reflexión
fue escrita por invitación del
hno. Víctor. Ánimo y responde
a Jesús con generosidad.
Hno. Eduardo Lupercio Preciado.
VEN Y VERÁS
Cuando planeamos algún evento, siempre ponemos en
juego mucho más de lo que se dirá o se hará al final.
Esta vez, desde la concepción de la convivencia se
notaron las ganas porque todo saliera muy bien.
Desde la preocupación de Víctor o la disponibilidad
de Roberto, se podía entrever que nuestro corazón
vibraba en forma especial.
¡Y llegaron 18! Hacía mucho que la casa no iba y
venía con tantos muchachos. ¡Y qué alegría nos ha
dado tenerlos por esta su casa! El juniorato toma un
rostro distinto, creo que a los juniores nos vienen
bien estas visitas porque renuevan el ánimo sabiendo
que hay más jóvenes que se plantean en su corazón
la misma duda acuciante que nos trajo a todos
aquí. Además, algunos son «viejos conocidos»,
hermanos ya desde el corazón que los ha visto surgir
e irse llenando de la Gracia de Dios. En sus rostros
se iban dibujando sonrisas, ceños fruncidos porque
la pregunta que se plantean es fundamental,
gestos que reflejan la esperanza y la confusión
propia de esta etapa –y que nunca se nos quita del
todo porque el camino del Señor siempre nos plantea
retos y búsquedas. Este camino no es de
seguridades falsas, sino abierto siempre en clave
de riesgo.
En este fin de semana, nuestro tema
principal era «ven y verás», y nuestra intención
principal fue que nuestros hermanos vieran lo que
hacemos aquí en casa, lo que ya implica ser
escolapio desde la primera etapa de formación.
Esperábamos que, detrás de lo que ellos vieran
aquí, Dios hablara a sus corazones, les mostrara
cuánto los ama y cómo los llama a vivir para Él.
Para este camino, destaco tres eventos que me
parecieron fundamentales en el proceso.
Primero, la ronda de preguntas y
respuestas a media mañana con algunos
escolapios, tanto juniores, como padres, sobre lo
que inquieta a cada uno de los miembros del
grupo. Una de las riquezas de nuestra Escuela Pía
es su apertura y la posibilidad del diálogo.
Queríamos que ellos formularan el tema desde
sus propias inquietudes y que pudieran escuchar
otras voces con las que contrastarse. Nos
preguntaron qué fue lo más difícil cuando
dejamos la casa de nuestros padres para llegar
a la Comunidad, que si hay una edad para tomar
estas decisiones, que porqué estamos tan
contentos, de dónde viene esa felicidad, que
cuáles son nuestros miedos más grandes, que si
hemos pensado en dejar la Comunidad alguna
vez, que cómo hacemos si nos enamoramos, y
nuestras novias, qué pasó con ellas... De esto y
más pudimos hablar un rato ¡Y todavía sobraron
preguntas!
Segundo, el compartir de lo que hacemos los juniores y
la obra que representan los Hogares Calasanz, para
reafirmar lo que habíamos hablado por la mañana. Los
muchachos participaron con los tres grupos juveniles
de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe,
Tlalcoligia, DF. En su participación, algunos
descubrieron la realidad de la parroquia como área
de acción con sus propios retos y áreas de oportunidad.
Otros, comprendieron que el trabajo que se hace con
los grupos tiene muchos rostros, todos concretos, y
que cada uno de los miembros del grupo le aporta su
propia riqueza para conformarlo así como está ahora.
Finalmente, por la noche llegamos al Hogar Calasanz
(casa 1) con los más pequeños. Ahí, los muchachos
hablaron con dos tíos: Mode, una mujer que lleva 15
años trabajando por y para los niños. Mirarla ahí,
rodeada por los pequeños, uno se puede dar cuenta del
gran amor que hay entre ellos, de su gran amor y su
enorme paciencia nace el respeto que le tienen los
chicos de Casa Hogar. Y Paulino, que alguna vez militó
en uno de los grupos juveniles de la parroquia y hoy
dedica su tiempo a formar a los niños de nuestras
casas. Lo que el tío Paul les dijo, marcó a los muchachos
y después, en el compartir de la noche, más de alguno
llegó a hablar de él.
Finalmente, después de la Eucaristía dominical,
celebrada en la parroquia con los niños de la catequesis,
tuvimos un encuentro con Emmanuel, nuestro padre
provincial de las Escuelas Pías de México. Además de
las palabras de ánimo y el reconocimiento de algunos
que ya habían conocido al padre, o la presentación de
los que vienen por primera vez, hubo un momento de
diálogo, donde los muchachos pudieron hacer sus
preguntas y también ser confrontados por las palabras
del padre Emmanuel, quien insistió en que a esta vida
hay que venir «con todo», sin guardarse nada porque
la urgencia de esta vida nos llama, nos exige poner toda
nuestra persona y, desde nuestra entrega, Dios irá
actuando entre los niños y jóvenes a quienes tanto ama.
Hno. Otilio Ramón Herrera Ruiz, Sch.P.
VEN Y VERÁS
Así, en estos días tuvimos la oportunidad de
ver quiénes son los muchachos, ellos, de ver
quiénes somos los escolapios y lo que hacemos,
en qué creemos, cómo vivimos y construimos la
propia llamada. Compartimos la inquietud por
estar cerca del Maestro, por el trabajo con los
niños y los jóvenes porque creemos en la posibilidad
de un mundo mejor. Si algo de nuestra experiencia
puede iluminar la búsqueda de estos hermanos
nuestros, damos gracias a Dios que nos pone unos
frente a otros. Ellos, sin duda, nos han animado
con la fuerza de su mirada, la energía, la
inquietud que se contagian y renuevan el llamado,
una tarde a la hora décima, Jesús nos sigue
diciendo «vengan y verán». ¡Nos veremos la
próxima vez!
El escolapio es un hombre que ha descubierto a Jesús y su mensaje, y se ha dejado cautivar por él; de él obtiene su fuerza para luchar por la defensa del hombre y la mujer en cada una de sus etapas. Y vive con tal pasión el amor de Cristo que busca, por todos los medios, comunicarlo y transmitirlo, de una forma sencilla y humilde, con su servicio y su trabajo. No busca el reconocimiento de la sociedad, sino el reconocimiento del Señor, pues a él busca a agradarle. Pero sobre todo, busca que cada niño y cada niña viva en un clima de amor y de familia; la gran familia de los hijos de Dios.
Jesús, los niños, y los escolapios
En tiempo de Jesús uno de los grupos humanos más vulnerables eran las niñas y los niños. En realidad, no vivían la infancia como ahora, con muchas atenciones y regalos, si es que es el caso. Para la sociedad judía de aquella época las niñas y los niños simplemente no contaban. Ser niña o niño hoy es muy diferente, al menos en el papel. Actualmente ya se habla de derechos, incluso existen organismos, nacionales e internacionales, que ‘velan’ por la niñez en el mundo. Muchas instituciones no gubernamentales y grupos humanos están muy sensibles a su realidad, y tratan con todos sus programas, de proveer los recursos materiales y humanos, para cubrir sus necesidades.
Un escolapio hoy tiene “los mismos sentimientos que tuvo Cristo”. Ve en cada niña o niño a una persona, a un ser humano -frágil y débil- con el derecho a crecer en armonía y amor, no solo a un individuo que nace, crece y se desarrolla. En cada niña o niño ve a Dios porque cada uno de ellos es su criatura hecha carne, su hija y su hijo. El escolapio no solamente busca que se reconozcan sus derechos sociales, al modo de un ejercicio altruista, sino que se instauren sus derechos divinos. Es para ellos (los menores) las manos de Dios, el corazón de Dios, su aire vital, su ternura, su cuidado.
P. Reyes Muñoz Tónix. Sch.P.
Hogares Calasanz
Sin embargo, existen hoy millones de niñas y niños en el mundo que siguen padeciendo tristemente la ‘suerte’ que tenían en tiempo de Jesús. Millones de niñas y niños que no tienen infancia o tienen una infancia robada, truncada, ofendida. Que conjugan el verbo trabajar, servir, mendigar, antes que el de jugar o comer o sonreír. Que están expuestos al frío y a la calle, a los riesgos, a la vejación, al dolor y el sufrimiento temprano, al abandono, a la muerte. Niñas y niños que no saben lo que es el amor porque el amor es para otros, los de mejor fortuna, y solo saben lo que son los gritos, los reclamos, las groserías, las descalificaciones. Jesús estuvo contra todo esto, porque él quería para toda la niñez una infancia feliz.
El padre Alejandro García-Durán de Lara,
Chinchachoma, (escolapio) fundó los
Hogares Providencia IAP, que
precedieron a los Hogares Calasanz que
tenemos los Escolapios.
Él participó en la fundación y desarrollo
de los Hogares Calasanz con otros padres
escolapios.
Hoy los Hogares Calasanz son un lugar
privilegiado donde se manifiesta otra
faceta del carisma escolapio y es en ellos
donde muchos escolapios realizan
actualmente su apostolado.
Calasanz es un místico.
Él se encuentra con los niños pobres.
Los niños le hablan del amor del Dios todo
misericordioso
con sus miradas, con sus voces tiernas,
con su pobreza, con su sufrimiento.
Entonces él renuncia a todas sus pretensiones
de obtener puestos importantes en la Iglesia,
renuncia a ser grande
y se vuelve pequeños con los pequeños.
Calasanz dedica su vida entera a los niños pobres,
a los más pequeños.
Los niños se van metiendo a su corazón.
El quiere hablarles de Dios
pero poco a poco encuentra
cómo contemplar a Dios en esos pequeños.
Y así llega el momento de ver cara a cara a Dios,
como un místico.
Y cuando alguien ve cara a cara a Dios
todo lo demás ¡vale madres!
Chinchachoma. Tlalcoligia, D.F.
25 de agosto de 1998.
Jesús, maestro bueno, que enseñaste en el Evangelio: “Lo
que hicieran a los pequeños, a mí me lo hacen” y que nos invitaste a
pedir el aumento de los que te sigan más de cerca cuando dijiste: “La mies es mucha pero los trabajadores pocos, por lo tanto, rueguen al dueño que mande
obreros a sus campos”.
Mira con ojos de misericordia los corazones de tantos niños que no te conocen, porque no hay quienes les enseñen la Piedad y las Letras y enciende en muchos jóvenes el deseo de entregarse a la educación de la niñez y de la juventud, en las Escuelas Pías y según el ejemplo de San José de Calasanz, para que todos los niños y jóvenes del mundo, te alaben con el Padre y el Espíritu Santo.
Amén.
Oración por las vocaciones Escolapias
Te invitamos a orar por
las vocaciones escolapias…
La Escuela Pía de México sigue creciendo y está en
movimiento. La semana de Pascua celebramos el VII
Capítulo Provincial de México y en él fue reelegido como Provincial el P. Emmanuel
Suárez, Sch.P. y sus asistentes fueron los Padres: Juan
Antonio Domínguez, Sch.P., Carlos Martínez, Sch.P., Julio
Álvarez Sch.P. y Francisco Anaya, Sch.P.
¿Sabes de qué se encargan los
asistentes? Envíanos tus respuestas a
[email protected] ¡Participa, no pierdas esta oportunidad! La primera
respuesta será publicada en el siguiente Encuentro.
El 30 de mayo tuvimos la peregrinación que cada año los escolapios realizamos a la Basílica de Guadalupe. ¿Participaste?
Cuando dije “Ad orientem” NO
era eso lo que quería significar.
Te contamos un CHISTE…