La escena siguiente se desarrolla en un Homecenter de Rancagua. Una mujer bordeando los 30 aos compra un conjunto de sillas para la terraza de una casa. Atrs de ella un nio de 5 aos juega entre las sillas. Ms al fondo, quien parece ser la pareja de la mujer y el padre del nio mira sin opinar demasiado. La mujer pregunta sobre la disponibilidad de un juego de terraza en oferta.

Felicidades. Convertiste tu creatividad y tu busqueda de estatus social en un conjunto de muebles fabricados en un pais donde la esclavitud aun es legal. Tu, as como tantas mujeres burguesas de clase media, trabajadoras, optaste por creer que la mejor forma de ser creativa es comprar el juego de muebles que mejor refleje tu personalidad. Nia rechazada, padres no atentos, carencias econmicas, parejas inestables, en fin; todo se traduce en elegir el juego de muebles que mejor te represente.

Al menos esa es la idea que cruza mi cabeza al momento de contemplar la escena. Lo cierto es que la rabia dirigida hacia ti no es distinta de la que dirijo hacia mi. Buscaba un transformador de 5v para un adaptador de cables HDMI que utilizo en mi televisor Samsung que solo tiene una entrada de alta definicin y que estupidamente no cambie en la fecha estipulada. Mi rabia de consumidor irresponsable y patetico reflejada en una victima que no tiene ni la ms minima idea de mis fallas. Y yo que pensaba que era especial.

De todas formas no encontr el maldito cargador, no puedo sacarme de la cabeza la idea de que me cagaron en la Casa Royal, tonto de mi por partida doble, de no fijarme en ese detalle. Bueno, errores muchos para tan poco tiempo, es estresante, levemente molesto. Debo cortar trasmisiones, la teora del caos entr en curso.