En un momento de crisis, inflexión y cambio...

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1 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD En un momento de crisis, inflexión y cambio Transformaciones regionales en Bolivia Diciembre 2003

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Programa de las Naciones Unidas para el DesarrolloPNUD

En un momento de crisis, inflexión y cambio

Transformaciones regionalesen Bolivia

Diciembre 2003

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Depósito legal: 4-1-1591-03ISBN: 99905-75-35-5

Edición: Rafael ArchondoDiagramación: Plural editores

Impresión: Plural editores

Impreso en Bolivia

Programa De Las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUDCalle 14 esq. Sánchez Bustamante, Calacoto

Edif. Metrobol, piso 5 – Telf. 2-2795544 (int. 528)Fax 2-2795820 – E-mail: idh.bondp.org

Página web: http://idh.pnud.bo

La Paz, diciembre de 2003

La responsabilidad de este Informe es de quienes participaron en su elaboración y nocompromete necesariamente a la línea de pensamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

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P r e s e n t a c i ó n

Bolivia es, hoy más que nunca, un paísconformado y construido por distintas regio-nes. Desde que se empezó a vislumbrar laposibilidad de rediseñar el entramado estatalmediante la convocatoria a una AsambleaConstituyente, la preponderancia de los ám-bitos regionales ha crecido significativamente.

A través de su Informe de DesarrolloHumano (IDH), el Programa de las NacionesUnidas para el Desarrollo (PNUD) ha enca-rado el desafío de comprender la dinámicaregional boliviana con relativa anticipación.En los últimos meses, el PNUD ha publicadocuatro informes de Desarrollo Humano con-centrados en los espacios relevantes del terri-torio boliviano, que comparten afinidadesgeográficas, culturales, políticas y económicas.En esos libros se abordaron y confrontaron losprincipales indicadores regionales del Altipla-no marítimo, el Eje sur, el Norte amazónicoy el Sudeste cruceño. Se eligieron esos ámbi-tos habida cuenta de su interconexión diná-mica con espacios ampliados más allá de lasfronteras de Bolivia. En la presente publica-ción contamos con una síntesis completa deaquellos esfuerzos de investigación y propues-ta. En ese sentido, hemos vuelto a reintegraren un solo documento aquellas miradas quese habían especializado en detectar las varia-das singularidades del país.

Con este abanico de reflexiones y datos,el PNUD desea aportar en el análisis del mo-mento de inflexión que vive Bolivia, desbro-zando posibles salidas desde el plano terri-torial y sus potencialidades. Creemos que enello se van nuestras expectativas sobre el de-sarrollo humano deseable para el futuro.

Sintetizar cuatro informes y establecerdesde allí una nueva mirada ha sido un ejer-cicio arduo, amplio y complejo. Para ello hasido indispensable un meticuloso proceso deconcertación con los principales actores re-gionales del país. Con ellos, el equipo deinvestigación del IDH ha organizado talleres,seminarios y entrevistas. En ese sentido, ellosson parte fundamental de este aporte, queahora el PNUD devuelve en forma de textospublicados. Queremos agradecer su coope-ración y ahora esperamos sus valiosas con-tribuciones en el momento del debate deestas conclusiones.

A tiempo de invitarlo a comprender loshallazgos de esta síntesis de cuatro regiones,hacemos votos para que toda esta informa-ción sea de utilidad a fin de que las autori-dades y los representantes de la poblaciónboliviana perfeccionen sus políticas orienta-das a mejorar la calidad de vida de los máspobres y marginados.

Carlos Felipe MartínezCoordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia

y Representante Residente del PNUD

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Equipo De Los Informes RegionalesDe Desarrollo Humano En Bolivia

CoordinadorFernando Calderón Gutiérrez

InvestigadoresAntonio Araníbar ArzeSantiago Daroca Oller

Christian JettéNatasha Loayza Castro

Armando Ortuño YañezChristopher E. Pinc

Hugo José Suárez Suaréz

Asistentes de InvestigaciónPatricia Cusicanqui FortúnDaniel Mejía Maldonado

Milenka Ocampo MendozaCecilia Ledezma Araníbar

Inga Olmos Castillo

Equipo de Difusión y ComunicaciónRafael Archondo Quiroga

Jacques Duhaime

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Nuestro especial reconocimiento a laEmbajada Real de Dinamarca en particular alSr. Mogens Pedersen y a la Sra. MariannePeters; a la Agencia de Cooperación Suecapara el Desarrollo Internacional (ASDI), enespecial al Sr. Torsten Wetterblad y al Sr. Pau-los Berglöf, a la Vicepresidencia de la Repú-blica de Bolivia sin cuyo apoyo este informeno hubiera sido posible, así como al maes-tro de la plástica Sr. Ricardo Pérez Alcalá porsu gran colaboración artística.

El Programa de las Naciones Unidas parael Desarrollo agradece además a las institucio-nes y a las personas que apoyaron la elabora-ción de los informes en cada región por suvalioso trabajo, sus aportes y comentarios:

Informe de Desarrollo Humanoen Tarija

Agradecemos a los miembros del CO-MITE INSTITUCIONAL: Carlos Cabrera (Rec-tor de la Universidad Autónoma Juan MisaelCaracho); Hugo Carvajal (Honorable Senadorde la República); Miguel Castro (Director deCER-DET); Mario Cossio (Honorable Dipu-tado Nacional); Luis Lema (Director Superin-tendencia de Hidrocarburos Tarija); Juan Car-los Navajas (Vicerector de la UniversidadCatólica Boliviana U.A Tarija); Mariel Paz(Defensora del Pueblo Tarija); Sergio Pruden-cio (Presidente de la Asociación Nacional deIndustriales Vitivinícola); Lena Vergara (Di-rectora Regional INE Tarija).

Agradecemos también por su apoyo aWilliam Castillo (Instituto Nacional de Es-tadística – INE Tarija); Karina Olarte, JaimeCalderón y Sra. Patricia Galarza (Universi-dad Católica Boliviana U.A. Tarija); JavierCastellanos, Manuel Herrera Flores y MariaEugenia Aparicio de Daroca (UniversidadAutónoma Juan Misael Caracho - UAJMS),Dr. Oscar Antezana (Unidad Regional de

Villamontes), Ricardo Colpari (Unidad Re-gional de Bermejo); Rosa Morón (UnidadRegional de Yacuiba); Rosario Rodríguez(Tarupayo); Carlos Vacaflores, Pilar Liza-rraga, Rhinda Calla, Magali Flores, Ricardodel Carpio, Jesús Molina, Freddy Carranza,Delina Cardozo (Comunidad de EstudiosJAINA); Ing. Oscar Vargas Molina e Ing. PaúlCastellanos Mealla (ex Prefectos de Tarija);Ing. Karim Leytón Alé (Unidad de Planifi-cación de la Prefectura de Tarija); GuillermoLópez Mirau (Senador de la Provincia deSalta); Jorge Gutiérrez (Asesor del ConcejoDeliberante de Salta); Hernan Williamens(Cónsul de Argentina en Tarija); RobertoRuíz y Mario Rios (Comité pro intereses deTarija); Eddy Arce Birbueth (ECOVIA);Amado Montes (Oficina Técnica Nacionalde los Ríos Pilcomayo y Bermejo); AdriánOliva Alcázar, Alberto Lazcano, Daniel Cen-teno Sánchez, David Galeán, Jorge Ruiz,Mercedes Yucra, Patricia Virreina y SebastiánDaroca (Prefectura de Tarija); Alejandro Gue-rra y Rodrigo Ayala (PROMETA); Marcel Cam-pero (YPFB Tarija); Grover Barja (UniversidadCatólica Boliviana La Paz); Guillermo LópezMirau (Honorable Senador de la Provincia deSalta); Jorge Gutiérrez y Nora Giménez (Con-cejo Deliberante de Salta); Lic. HoracioBarrancos; Adriana Paz Ramírez; Sergio LeaPlaza; a todos los estudiantes de ambas Uni-versidades en Tarija, y de la UAJMS en Berme-jo, Yacuiba y Villamontes que participaron enla aplicación de la Encuesta de Percepcionesdel Cambio 2002; al Grupo Nacional de Tra-bajo para la Participación – GNTP y a la Bri-gada Parlamentaria de Tarija.

Informe de Desarrollo Humanoen La Paz y Oruro

Agradecemos por su apoyo al Dr. Juandel Granado (Alcalde de La Paz); InstitutoNacional de Estadística de Bolivia; Antonio

A g r a d e c i m i e n t o s

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Aranibar Q; Gustavo Fernández; EduardoBallón; José Carlos Burga; Jorge Merritt;Luis Vargas y Raúl Lizarraga (Oficina del In-forme Nacional de Desarrollo Humano delPNUD Perú); Cámara de Comercio e Indus-tria de Arequipa; Carlos Leyton (Macro Re-gión Sur); autoridades locales y regionales deArica e Iquique, en particular al Sr. JorgeSoria (Alcalde de Iquique), Ernesto Lo,Marcelo Fernandez y Hugo Romero.

Informe de Desarrollo Humanoen el Norte Amazónico

Agradecemos por su apoyo a la Prefec-tura de Pando; Asociación de Municipalida-des de Pando y los distintos alcaldes; Arme-linda Zonta (IPHAE); Guillermo Rioja;Oscar Llanque; Gonzalo Rojas; Ruth Llanos;Carlos Edgar de Deus; Michel Bravo (Ex –Prefecto de Pando); Miguel Becerra Suárez(Alcalde de Cobija); Palmiro Soria (PoderCiudadano); Ronald Camargo (Rector de laUniversidad Amazónica de Pando); CarolCarlo (Concejala y Presidente de la Asocia-ción de Municipalidades de Pando); MarielaRocha (Distrito de Educación en Pando);Nancy Pérez (Presidente del Comité de Vi-gilancia de Pando); Héctor Vacalazo (Ex–subprefecto de Riberalta); Luis Casey (Obis-po de Pando); Elena Shimose; Tom Martínez(SNV); Hernán Vargas (Alcalde de Guaya-ramerín); Hno. Raúl Guzmán (Director delColegio La Salle en Puerto Rico); Hna. Ma-ría Barron y Hna. Martha Vázquez (Misio-neras Cruzada de la Iglesia); Mauricio Na-varro (Infraestructura Regional de Américadel Sur); Alfredo Seoane (Viceministro deRelaciones Económicas del Ministerio deRelaciones Exteriores); Juan Carlos Shulze(Director del Programa Regional de Apoyoa los Pueblos Indígenas de la Amazonía);Alan Bojanic; Gilberto do Carmo Siquiera

(Secretaría de Planeamiento y Coordinacióndel Gobierno del Estado del Acre).

Informe de Desarrollo Humano enSanta Cruz

Agradecemos por su apoyo a Evans Gan-darillas (a quien está dedicada esta investi-gación), Fernando Prado, Isabella Prado;Carlos Hugo Molina, Juan Carlos Urenda,Franz Barrios S., Luis Saavedra Bruno, Gus-tavo Pedraza, Sebastián Daroca, MiguelUrioste, Franz Sandoval, Rubens Barbery,José Ortiz Mercado, Dunia Sandoval, VaniaSandoval, Tayron Henrich, Edwin Saucedo,Zéline Lacombe, Mario Murillo, MiguelVillarroel, Jorge Merritt; Bruna Antelo Go-dofredo Sandoval y Ana María Lema (PIEBen Santa Cruz); CEPAD y CEDURE; LuisSaavedra Bruno (Federación de EmpresariosPrivados de Santa Cruz); Zvonco e IvoBranjican (Cámara de Industria y Comerciode Santa Cruz); Diego Montenegro (Asocia-ción Nacional de Productores de Oleagi-nosas); Juan Armando Antelo y DemetrioSoruco (Cámara Agropecuaria del Oriente);Raúl Kiefer (Cámara Boliviana de Hidrocar-buros); Oswaldo Barriga y Gary Rodríguez(Instituto Boliviano de Comercio Exterior -CADEX); Oscar Antonio Franco (Federaciónde Ganaderos de Santa Cruz); Edwin Agui-lera (Superintendencia Forestal); Lorgio PazStelzer y Lorgio Balcazar (Comité CívicoPro-Santa Cruz); Edwin Saucedo y MarioMedina (Prefectura de Santa Cruz); AdriánLeaño y Julio Maldonado (MancomunidadGran Chiquitana); Erwin Méndez (Alcaldede San Ignacio); Randolfo Sanabria (Alcal-de de San Rafael); Dick Dorado (Alcalde deSan Miguel); Eduardo Rau (Alcalde de Puer-to Suárez); Lilian Jerez (Alcaldesa de PuertoGuijarro); Uddo Rapp (Alcalde de SanMatías).

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Í n d i c e

Nuestra perspectiva: principales conceptos 9

Crisis, inflexión y cambio en la Bolivia de hoy 10

La inflexión territorial: Antecedentes históricos y proyecciones futuras 11

Las perspectivas regionales 14I. El Desarrollo Humano en Tarija 14II. El Desarrollo Humano en el Norte Amazónico 18III. El Desarrollo Humano en La Paz y Oruro 22IV. El Desarrollo Humano en Santa Cruz 29

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Nuestra perspectiva: principalesconceptos

Los principales objetivos de los diversosinformes de Desarrollo Humano en Boliviafueron, por una parte, comprender el mo-mento de inflexión y cambio que vive el paísen el marco de la democracia y el desarrollo(PNUD, 2002) y, por otra, promover un de-bate sobre las opciones de Bolivia, intentan-do combinar un paradigma universal de de-sarrollo (centrado en la expansión de lascapacidades en función de los valores y lasaspiraciones de las personas y las comunida-des) con los rasgos socio-históricos particu-lares del país y la región.

Desde esta perspectiva, si bien los proce-sos de mundialización pueden llegar adesestructurar sociedades, también abrennuevas oportunidades. Para ello, los actoressociales deben participar reivindicando susderechos y demandas en la búsqueda de op-ciones de desarrollo que den un sentido his-tórico distinto a dichos procesos, pues se en-tiende que la subjetividad de las personas y delas colectividades son parte de la constitucióndel desarrollo, en tanto los actores se conci-ben como portadores de sentido histórico. Eneste marco, la política debe renovarse en cuan-to a su capacidad de articulación social y depromoción de actores de desarrollo.

El desarrollo humano apuesta tanto porla capacidad de la sociedad, sus actores ypersonas como las fuerzas articuladoras de lademocracia, la productividad, la sostenibi-lidad y la equidad, como por la expansión deoportunidades. Este enfoque promueve lascapacidades y aspiraciones sociales para quecoincidan con los valores y puedan transfor-marse libre y realmente en agencias de equi-dad; esto es, se trata de promover actores concapacidad de reflexión compleja frente alcambio y con posibilidades de incidir en él.

En ese sentido, el desarrollo humano esla mejor y más eficiente elección social quepuede tomar una sociedad. La mejor, por-que su meta es promocionar la calidad devida de la gente, en la medida en que éstaconjuga la libertad real para elegir sus pro-pios proyectos de vida y la justa distribuciónde capacidades para lograrlos y, así, combi-na equidad con respeto a las diferencias. Lamás eficiente, porque optimiza las disposi-ciones subjetivas de la gente cuando las con-vierte en acuerdos que integran la diversidadde aspiraciones de la sociedad. El desarrollose concibe como construcción colectiva quese hace con otros distintos; la diversidadenriquece cuando se convierte en bien co-mún a través de la deliberación y los acuer-dos estratégicos.

Una conclusión reiterada en los diferen-tes informes de Desarrollo Humano de Bo-livia es que para que el desarrollo y la demo-cracia sean sostenibles en una sociedadculturalmente diversa como la boliviana, senecesita de compromisos y de deliberaciónpara manejar los conflictos. Es fundamentalque en esos espacios deliberativos se plasmenacuerdos pragmáticos que favorezcan el de-sarrollo humano. Para poder desarrollarse, lasociedad boliviana precisa combinar unalógica pragmática con otra pluralista yparticipativa.

Vale la pena recordar algunos hitos. ElInforme de Desarrollo Humano Bolivia1998 planteó la necesidad estratégica deconjugar competitividad auténtica, equidadactiva e institucionalidad eficaz y legítima,a partir de un salto educativo en la sociedad,donde la formación de códigos de moderni-dad pudiesen vincularse con procesos histó-ricos particulares. Para ello sería necesariolograr un consenso basado en compromisosnacionales de carácter intercultural, que seanel resultado de múltiples intercambios entre

En un momento de crisis, inflexión y cambio

Para que el desarrollo y lademocracia sean sostenibles en

una sociedad culturalmentediversa como la boliviana, senecesita de compromisos y de

deliberación para manejar losconflictos

Transformaciones regionalesen Bolivia

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actores del desarrollo capaces de movilizarsus fuerzas en función de metas específicas.

En el Informe de Desarrollo HumanoBolivia 2000 se planteó que los valores y lasaspiraciones de unidad, respeto a la diversi-dad y equidad en la diferencia, que los boli-vianos manifestaban como propios, puedensustentar un desarrollo que sea el resultadode compromisos y acuerdos que logren resul-tados. El Informe detectó que los bolivianospriorizan el logro de un desarrollo pendien-te, lo que consistiría en avanzar en tres pla-nos: menos pobreza, más institucionalidady mayor infraestructura en comunicaciones.

En el Informe de Desarrollo HumanoBolivia 2002 se puso énfasis en las capacida-des políticas de la sociedad boliviana comoprincipal fuerza para consolidar la democra-cia, a partir de incrementar la confianza y lo-grar compromisos, resortes decisivos para eldesarrollo. Las capacidades políticas democrá-ticas, especialmente las que estimulan prácti-cas deliberativas mediante las cuales la socie-dad construye acuerdos, pueden promoveruna sociedad mejor y favorecer una mayor co-hesión social para disminuir la pobreza.

Una preocupación central de los infor-mes mundiales de Desarrollo Humano sonlos efectos de los procesos de mundializaciónde la economía sobre el desarrollo humano.Como se dijo, si bien éstos tienden a profun-dizar la desigualdad y la pobreza, tambiénpueden constituirse en oportunidades parapromover el desarrollo humano. Esta es laperspectiva del Informe de Desarrollo Hu-mano Bolivia 2004, que recupera los avan-ces de los informes anteriores y plantea unarelación fecunda entre economía, sociedadde la información y desarrollo humano.

La disposición a deliberar y a produciracuerdos y resultados en función del bien co-mún es un referente fundamental para promo-ver pactos educativos-informacionales en fun-ción del desarrollo humano y la disminuciónde la pobreza. El Informe de Desarrollo Hu-mano Bolivia 2004 indaga cómo afecta la eco-nomía de la información al proceso de desa-rrollo y qué políticas públicas asociadas con lastecnologías de la información serían posiblespara promover el desarrollo humano y dismi-nuir la pobreza. La sociedad actual se caracte-riza por la producción y el consumo de infor-mación en varias esferas de la vida social y porel desarrollo tecnológico asociado al procesa-miento de datos, la valorización social de la in-

formación y el crecimiento del valor agrega-do del producto que contiene conocimiento.La pregunta es cómo se posesiona la sociedadboliviana frente a estos hechos.

El Informe parte del supuesto de que elaumento de las capacidades informacionalespermitiría que la gente decida el tipo de vidaque quiere vivir y de que la capacidad de losactores es básica para el desarrollo informa-cional. Así, se plantea la hipótesis de quequienes tengan mayor capacidad para hacerpactos y convertirse en nuevas fuerzas de lasociedad de la información tendrán un pa-pel fundamental en una perspectiva renova-da del desarrollo humano, y que una acciónpolítica que aproveche la oportunidad infor-macional y tecnológica, depende de la capa-cidad de adecuación de los actores a la nue-va realidad. Esto supone actores sociales conposibilidades de autodeterminación y capa-cidades de representación de intereses y de-mandas, basadas en orientaciones de desarro-llo. Es decir, se requiere de actores concapacidad para movilizar las diversidadessocioculturales en función de un desarrollobasado en el consenso y el compromiso.

Crisis, inflexión y cambio en laBolivia de hoy

Desde el inicio de la democracia, Boli-via ha experimentado varios cambios quemodificaron su perfil de desarrollo. Entreellos se pueden citar:

– La recuperación de la democracia.

– Los esfuerzos para fortalecer la estabili-dad política y darle gobernabilidad alrégimen.

– La estabilidad y la apertura de mercados.

– Las reformas estructurales (como las le-yes de Capitalización y de Reforma Edu-cativa).

– Las reformas del Estado (a través de lasleyes de Participación Popular y de mo-dernización del Estado).

– Las políticas de erradicación de la hojade coca.

– La complejización de la desigualdad so-cial y el incremento de la pobreza poringresos.

– Las potencialidades económicas del gasy su proyección en el mercado interna-cional.

La disposición a deliberar y aproducir acuerdos y resultadosen función del bien común esun referente fundamentalpara promover pactoseducativos-informacionalesen función del desarrollohumano y la disminución dela pobreza

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ca del eje central y, por otro, la emergenciade una nueva configuración territorial vin-culada a dinámicas trans-fronterizas. Al me-nos cuatro regiones están marcando nuevaspautas de desarrollo nacional, integraciónsub-regional y vinculación entre el Pacíficoy el Atlántico. Estos espacios territoriales sehan denominado como el Eje sur, el Altipla-no marítimo, el Norte amazónico y el Sudes-te cruceño.

Esta transformación conlleva oportuni-dades y riesgos para Bolivia, pues supone, entérminos de desarrollo humano, el potencia-miento de algunas regiones y la degradaciónde otras. La gran cuestión es cómo articulael Estado este nuevo dinamismo en funcióndel desarrollo humano.

La inflexión territorial:Antecedentes históricos yproyecciones futuras

Dos temas son ineludibles para com-prender la inflexión territorial que vive elpaís:

1) El saldo de desarrollo pendiente, vin-culado a altos índices de pobreza, defi-ciente institucionalidad e inadecuadainfraestructura vial, que dificultan eldesarrollo. Resultado de esto, la capaci-dad del país de generar riqueza está blo-queada, existe gran fragmentación socialy brechas regionales que tienden a sepa-rar aún más a territorios distantes de losejes más dinámicos. A esto se suma elenclaustramiento marítimo. Prolongarla deuda de desarrollo pendiente pareceinsostenible en el momento de crisis quevive hoy el país, pues la solución de losproblemas estructurales es una sentidaaspiración tanto de las élites sociales,empresariales y políticas, de las distin-tas regiones del país como de todos losbolivianos (PNUD, 2000 e InformesRegionales).

2) Los patrones históricos de ocupacióndel espacio. Historia y territorio marca-ron las identidades diversas y los trau-mas internos del país y su vinculacióncon el mundo. Es necesario revisarcríticamente la configuración territorialpara dar cuenta de las nuevas chances dedesarrollo de Bolivia. Política, territorioy configuración cultural son el resultadode un proceso histórico largo y difícil,poblado de tensiones, desmembramien-

– Los nuevos patrones de urbanización yla primacía del mundo urbano.

– La emergencia de conflictos que cuestio-nan los resultados económicos y socia-les de la apertura y critican el proceso deglobalización y los cambios recientes enel sistema de partidos políticos.

En este ámbito, los avances en losindicadores de Desarrollo Humano resultaninsuficientes. Los límites marcan un mo-mento de inflexión y cambio, tanto en elsentido del desarrollo como en los conteni-dos de la democracia, lo que lleva a buscaruna nueva articulación entre ambos. El In-forme de Desarrollo Humano de Bolivia2002 caracteriza la inflexión en un dobleplano:

1) El de las condiciones objetivas, signadopor las contradicciones en los ámbitossocial, económico e institucional, pro-pias de un patrón desequilibrado dedesarrollo humano, de la persistencia deun círculo vicioso entre crecimiento ypobreza y de la inercia del Estado neo-liberal-patrimonial;

2) El de las condiciones subjetivas, marcadopor la crisis de consenso entre las élitespolíticas y sociales (y en su interior), lademanda de dignidad desde los sectoresmás pobres y los límites de la acción co-lectiva y política fragmentada y desarti-culada.

Las reformas económicas y políticasimplementadas desde principios de la déca-da del 80, además de incidir en el cambio deperfil del desarrollo nacional, propiciaronuna nueva vinculación con el mercado mun-dial basada en la afluencia masiva de inver-sión extranjera directa al sector de hidrocar-buros y en el descubrimiento de las enormesreservas de gas.

Al mismo tiempo estas reformas modi-ficaron radicalmente las fronteras entre Es-tado y mercado y entre lo central y lo localal interior del Estado. Sobre esta base seempezó a reconfigurar la geografía nacionaly nuevas regiones, no sólo las ciudades másimportantes, adquirieron importancia estra-tégica en el desarrollo nacional.

Estas tendencias estructurales estaríansosteniendo un proceso de transformaciónen la relación entre regiones y nación, queimplicaría, por un lado, importantes cam-bios en la dinámica socioeconómica y políti-

El saldo de desarrollopendiente, vinculado a altos

índices de pobreza, deficienteinstitucionalidad e

inadecuada infraestructuravial, que dificultan el

desarrollo

Historia y territoriomarcaron las identidades

diversas y los traumasinternos del país y su

vinculación con el mundo

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tos territoriales y conflictos internosque, en definitiva, constituyeron unanación inconclusa y compleja, aunquesiempre unida frente a los peligros de laguerra o el cambio.

En cuanto a los actuales desafíos de laorganización territorial de la nación, existendos referencias importantes. Por un lado, laarticulación entre el occidente y las culturasprehispánicas que generaron una estructu-ración territorial de tipo colonial que aún per-siste y se reproduce en múltiples ámbitos enla vida nacional, cuyo sustento histórico sonorganizaciones territoriales y configuracionesculturales, creadas, para ser precisos, en Char-cas. Por otro lado, está la formación de Boli-via como Estado-nación, que se hizo a partirde la historia precedente, aunque de manerainconclusa, tanto por la débil capacidad deinclusión social y política de las diversas fuer-zas culturales como por los fuertes límites paracrear una genuina comunidad nacional susten-tada en un régimen democrático.

Los problemas de comunicación territo-rial y las tremendas dificultades de vincula-ción (entre otras cosas por la falta de puer-tos) con el mercado y el mundo moderno,son otras referencias fundamentales que ex-plican cómo Bolivia organizó su territorio ycómo estos factores de dependencia e inco-municación limitaron su progreso.

Asimismo, hubo distintos patrones deocupación territorial articulados histórica-mente, que dieron como resultado una “he-terogeneidad estructural” particular, concombinaciones de espacios, regiones y pro-cesos de integración y desequilibrio espacial.A continuación se reseñan brevemente estospatrones1.

i) El control multiétnico de la diversidadecológica. Durante el período pre-colonialse permitió el manejo de poblaciones, eluso de recursos naturales y complejasformas de producción y reproducciónsocial, dando lugar a una genuina revo-lución agrícola, única en su género aescala mundial.

ii) El patrón colonial–andino de ocupacióndel espacio. Durante la colonia hubo ra-cionalidades distintas de ocupación delterritorio. En el período de la conquis-

ta, el territorio se desarrolló en torno aleje Potosí–Lima; luego la ocupación te-rritorial se expandió de acuerdo a las ne-cesidades político-administrativas de laCorona, y las relaciones de la minería yagricultura se estrecharon, aunque su-bordinadas a la producción minera. Conla decadencia de la minería, la agricul-tura y el comercio tuvieron más fuerzay se generaron nuevas articulaciones es-paciales que culminaron con la crisis yruptura del pacto colonial.

iii) El patrón de crisis y transición en el terri-torio que dio origen a la República. A fi-nes del período colonial, con la decaden-cia de la economía de la plata, hubo unadesarticulación sectorial y espacial, queabrió paso a localidades y micro-regio-nes, fortaleciendo poderes locales. LaRepública nació marcada por el peso deéstos y por una débil cohesión económi-ca y social, sin proyecto político hege-mónico y sin capacidad de control so-bre la totalidad de su espacio. Por ellofueron débiles la unidad nacional y laconexión entre regiones y ciudades.

iv) El “enclave” como patrón concentrador delespacio. A principios del siglo XX primóel patrón andino de ocupación del espa-cio, con una reconcentración geográfi-ca de la población y de actividades pro-ductivas en las regiones base del capitalminero, mientras que el resto del paíspermanecía relativamente desarticulado.Se conformaron consorcios mineros quepriorizaron la articulación caminera yferroviaria, principalmente en centrosurbanos del entorno de las regiones mi-neras. Este patrón urbano-minero de de-sarrollo regional determinó un procesode concentración de la economía y lapoblación en los departamentos deOruro, Potosí, Chuquisaca y La Paz.

v) El patrón de integración nacional del es-pacio, con la interpenetración urbano–re-gional y la expansión de la frontera agrí-cola.–El proceso de 1952 culminó enuna integración espacial entre las distin-tas actividades económicas del país ytuvo dos elementos complementarios:los cambios operados en el modelo dedesarrollo económico bajo una nueva

1 Una descripción más detallada de la evolución de estos patrones véase en A. Rivera, 2003. Formación y Evolución del EspacioNacional. Cuaderno de futuro No 18.

La formación de Boliviacomo Estado-nación, que sehizo a partir de la historiaprecedente, aunque demanera inconclusa, tanto porla débil capacidad deinclusión social y política delas diversas fuerzas culturalescomo por los fuertes límitespara crear una genuinacomunidad nacionalsustentada en un régimendemocrático

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relación con el mercado internacionalque diversificó la economía productivaregional, y el nuevo papel del Estado, queincursionó en reformas fundamentalescomo la Reforma Agraria, la Nacionali-zación de las minas, las nuevas políticaspetroleras, las políticas de infraestructuracaminera, las políticas sociales y las po-líticas de integración ciudadana. Enbuena medida, el Estado orientó sus po-líticas y su acción hacia la integración delas regiones del oriente al desarrollo glo-bal del país y mediante grandes inversio-nes.–Surgió entonces una nueva lógicaurbano-regional que conjugó dos proce-sos complementarios: la emergencia denuevas unidades urbano-regionales másinterdependientes que generaron unnuevo orden espacial y una fuerte asime-tría interregional, con agudos desequi-librios en la relación ciudad-región.

vi) La expansión de la frontera agrícola ha-cia el oriente. Realizada a través de la ac-ción del Estado, esta expansión dina-mizó la economía y la agricultura de laregión de Santa Cruz. Ella contribuyó ala sustitución de importaciones agríco-las en algunos rubros y a la ampliaciónde los rubros de exportación (azúcar, al-godón, madera y soya). Asimismo eldinamismo de la agricultura cruceña sevinculó con los cambios en la estructu-ra urbana de la región, especialmente enla ciudad de Santa Cruz.

Los informes regionales de DesarrolloHumano reinterpretan en alguna medidaestas aseveraciones. Estamos seguros de quelas posibilidades de Bolivia radican en con-frontar creativamente su pasado históricocon los nuevos proyectos de desarrollo queperfilen su porvenir. Asumir “el nosotros” nosólo es encarar la diversidad con equidad,sino también navegar en los avatares de laglobalización con nuestras costumbres ynuestra memoria.

Lo que sigue es una síntesis de cuatroinformes regionales que, a nuestro juicio,reconfiguran los patrones territoriales narra-dos y los nuevos problemas y perspectivaspara el futuro de Bolivia. Ellos se basan enel supuesto de que la dimensión territorialde la inflexión abre la posibilidad de nuevasconfiguraciones regionales basadas en:

1. Nuevas dinámicas económicas potencia-les y reales asociadas a recursos naturales.

2. Esfuerzos regionales de vinculación di-recta con entornos internacionales y conla globalización.

3. Empeños destinados a constituir unproyecto que resuelva los temas pen-dientes de la modernización (el fortale-cimiento institucional, la equidad socialy la consolidación de la infraestructuravial y comunicacional, entre otros).

4. Nuevas fuerzas sociales, culturales y re-gionales que buscan mayor protagonis-mo de sus regiones en la nación.

Cabe señalar que a partir de esos cam-bios, las sociedades regionales redefinieronsus relaciones significativamente. Por unlado, recompusieron sus elementos internos,modificaron sus lazos con otras regiones, conel país en su conjunto y también con el en-torno internacional globalizado. En ese sen-tido, la nueva configuración regional plan-tea nuevos retos y una reconfiguración de larelación entre Estado, región y nación.

Por su relevancia, vale la pena proponeraquí dos temas que se vinculan a la relaciónentre globalización, identidad y cultura. Porun lado, las regiones viven de una forma par-ticular el nuevo intercambio con la nacióny el mundo (hoy, un amazónico boliviano sevincula con el Brasil y con Europa sin ningu-na dificultad). La cultura local puede apare-cer en lo internacional y, a su vez, lo mundialya está en lo local. Por el otro, la identidaddel país estuvo siempre afianzada en los re-cursos naturales. Sin embargo con él resultadifícil construir una identidad cultural na-cional: es abstracto, apela al pasado a travésde la memoria de la guerra (por el petróleo)y no involucra ni vital ni físicamente a lagente.

Uno de los hallazgos de los informesregionales es que Bolivia vive múltiplesreconfiguraciones culturales. No existe cul-tura regional homogénea (el oriente está lle-no de collas, Tarija tiene chapacos, cha-queños y collas). El desafío es cómo construirun proyecto cultural incluyente y de diálo-go en la diversidad, y ello es urgente dadoque la dirección de la nueva reconfiguraciónnacional no está definida y puede devenirmás bien en una lógica centrífuga y dedesestructuración de la nación.

La gran pregunta que plantean los infor-mes de Desarrollo Humano regionales escómo las nuevas dinámicas regionales rede-

La nueva configuraciónregional plantea nuevos retos

y una reconfiguración de larelación entre Estado, región y

nación

El desafío es cómo construirun proyecto cultural

incluyente y de diálogo en ladiversidad, y ello es urgentedado que la dirección de la

nueva reconfiguraciónnacional no está definida ypuede devenir más bien enuna lógica centrífuga y de

desestructuración de la nación

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finen la nación y cómo, a partir de esta rede-finición, se abre la posibilidad de un nuevoestilo de desarrollo humano.

Las principales conclusiones de los in-formes señalan que efectivamente existennuevos dinamismos de cambio regional ypotencialidades para el desarrollo humano dela región y el país, aunque también estánpresentes arcanas tendencias a la desintegra-ción nacional y al estancamiento regional.En definitiva, el problema es cómo el terri-torio y la nación se redefinen en las nuevascondiciones de la globalización.

Las síntesis de los informes de Desarro-llo Humano regionales que se presentan acontinuación contienen los principales ha-llazgos y pautas para el desarrollo humanoregional de cada una de las cuatro regiones.

Las perspectivas regionales

I. El Desarrollo Humano en Tarija

Principales hallazgos

1. Tarija vive un momento de cambioacelerado y complejo por las posibilidadesy expectativas que abrió el descubrimientode recursos hidrocarburíferos y las chancesde venta del gas; el reto es enfrentarlo des-de la perspectiva del desarrollo humano.Desde la década del 90, Tarija vive un pro-ceso de transformación asociado a las refor-mas estructurales nacionales y a dinámicas dereestructuración internas. Ello se expresa en:i) una mayor presencia de Tarija en la polí-tica boliviana; ii) una presencia renovada demunicipios y mancomunidades asociada a laparticipación popular; iii) un nuevo perfilprefectural relacionado a la descentralizacióny a la eliminación de las corporaciones dedesarrollo; iv) leves incrementos en la acti-vidad económica en el período 1992-2001;v) algunos cambios en la infraestructura ca-minera y de comunicación; vi) una aperturaa la diversidad cultural asociada a la presen-cia indígena; vii) un incremento de la pobla-ción asociado a la migración.

2. Tarija presenta genuinos avances enel desarrollo humano. Entre ellos, por ejem-plo, tiene un índice mayor de desarrollo hu-mano (0.652) que otros departamentos delpaís y ocupa el segundo lugar en el país des-pués de Santa Cruz (0.679). Dentro del ín-dice, la esperanza de vida de sus habitantes

(68.1 años) es mayor que la de Bolivia (65.4años) y menor que la de la Santa Cruz (68.54).En términos de ingresos, ocupa el cuartolugar con un índice de 0.542 equivalente alnivel nacional (0.541). Con respecto a losniveles educativos, el departamento está enséptimo lugar con un índice de 0.728, me-nor que el nacional (.0743). Asimismo, fueel segundo departamento, después de SantaCruz, que consiguió mayores avances en lareducción de la pobreza en términos de Ne-cesidades Básicas Insatisfechas. En la últimadécada disminuyó su pobreza en 18.4% (en1992 el 69.2% de la población era pobre; en2003 el porcentaje se redujo al 50.8%) yvivió un fuerte proceso de migración y cre-cimiento, frente al cual, en particular losmunicipios de Tarija y Yacuiba respondieronpositivamente en términos de provisión deservicios básicos y educación. Sin embargocon relación al empleo, la respuesta fue mix-ta: a nivel departamental (y en menor me-dida en Yacuiba) la desocupación subió,mientras que en el municipio de Tarija bajó.

A pesar de estos logros, Tarija tienerezagos en lo económico y crecientes bre-chas internas que limitan su desarrollo. Aligual que lo ocurrido en el país, en Tarija nose generó riqueza de forma sostenible, másallá de ciertos incrementos en el nivel eco-nómico. Los logros en la reducción de la po-breza al interior del departamento fueronlimitados (un 35,9% de su población vive ensituación de pobreza moderada y un 14,6%en situación de indigencia) y se generaroncrecientes brechas entre municipios. Estehecho, junto con las dificultades en el planoeconómico, refleja un patrón de desarrollodesequilibrado, limitación fundamental enel desarrollo humano de Tarija.

3. Tarija vive un proceso acelerado demutación cultural asociado con disponibilidadal cambio, que se manifiesta en la concienciadel mismo que tiene su población: el 76.9%de los tarijeños siente que Tarija se transformóen los últimos cinco años, el 72.2% cree queel ritmo del cambio será aún mayor y el 74.5%considera que los cambios que vienen afecta-rán su vida y la de su familia. Además, existeoptimismo frente al cambio (alrededor del60% de los tarijeños considera que los cam-bios mejorarán Tarija, su propia vida y la desu familia y entre el 70% y el 80 % espera queen “algo” el gas mejore su vida, la de su fami-lia y la de todos los bolivianos). Los tarijeñosse sienten felices de vivir en Tarija.”Pero tam-

En definitiva, el problema escómo el territorio y la naciónse redefinen en las nuevascondiciones de laglobalización

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bién existe incertidumbre respecto a los re-sultados. Se teme que el cambio genere des-confianza respecto a sus verdaderos beneficia-rios, pues la mayoría de los tarijeños observaque los políticos y las transnacionales sean losmás beneficiados, y que los más ricos, los bo-livianos y los más pobres, en ese orden, se be-neficien menos.

Por otra parte, la “identidad regionaltarijeña” se está reconociendo como tal yampliando a otras identidades culturales (laindígena, la andina, la sureña, la campesinay la propiamente urbana), que expresan ladiversidad regional. Desde este pluricultu-ralismo tarijeño, asociado a la aceleración delcambio, es posible apreciar dos factoresinterrelacionados de gran relevancia para elfuturo de Tarija: 1) una heterogeneidad decondiciones de vida, relacionada a la diver-sidad cultural y a la estructura regional; 2)los diversos criterios a partir de los cuales lostarijeños piensan distribuir los recursoshidrocarburíferos2. Un importante límite aldesarrollo humano de Tarija es que este pro-ceso de auto-reconocimiento plural y aper-tura no está exento de dificultades, aunqueesté en camino de hacerlo.

4. El desarrollo regional descansa en elcapital social y en la disposición a la deli-beración. Sin embargo existen fuertes lími-tes dados por su visión de desarrollo nacio-nal y por la institucionalidad del Estado enla región.

El 75.3% de la población tarijeña poseeun alto capital social, el 59.2% está dispues-to a deliberar y el 58.4% percibe que puedemejorar su situación personal. En otras pala-bras, existen importantes capacidades paraaprovechar los recursos hidrocarburíferos ypromover el desarrollo humano. Resulta fun-damental rescatar las capacidades en términosde capital social particularmente entre los máspobres, quienes gracias a sus capacidades po-líticas quieren y pueden transformar sus ne-cesidades en demandas para buscar pautas dedesarrollo para ellos mismos y para la región.

En la encuesta realizada encontró queun 67.7% de la población piensa que exis-ten pocas posibilidades de mejorar la situa-ción del país y una débil visión nacional res-

pecto del desarrollo humano. Estos datosconstituyen un límite, porque el desarrollode la región no es sostenible si no se relacio-na con el desarrollo nacional.

En el ámbito institucional, la Prefecturaestá impulsando una concertación entre losdistintos actores del departamento, para lograr“un marco estratégico para el mediano y lar-go plazo que oriente la gestión pública y seconvierta en una política para la región”(FLATA CITA). Una de las limitaciones en lagestión pública prefectural es la dependenciaburocrática del Estado central, entre cuyosproblemas destacan el patrimonialismo, elagotamiento de la democracia pactada y losbajos niveles de confianza en el Estado en ge-neral. Por otra parte, algunas especificacionesde la Ley de Descentralización Administrati-va provocan, en alguna medida, ciertas restric-ciones al desempeño administrativo de la Pre-fectura. La ausencia de un Plan de DesarrolloDepartamental (PDD) formalmente aproba-do es un límite importante por susimplicaciones negativas en la gobernabilidad,al poner trabas a la transparencia y “accoun-tability” de las labores de la Prefectura.

5. El sur de Bolivia y el norte de Argen-tina y Paraguay están reconformando lamacrorregión sur, que tiene la potencialidadde vincularse de manera integradora a laglobalización.

Si bien la macrorregión sur tiene unpatrón de vinculación histórico cultural delarga data (que tiene que ver con lo andinoy lo chaqueño), está reconfigurándose bajonuevos parámetros de integración regionalen función de los recursos hidrocarburíferos.El nuevo patrón de integración se basa, porun lado, en una articulación sociocultural,política y económica (expresada en la recrea-ción de redes indígenas, en migraciones delarga duración vinculadas a complementa-riedades económicas y a mercados de traba-jo asociados a estrategias de supervivencia yen el fortalecimiento de un mercado en for-mación) y, por otro, en el tratamiento bi-nacional o trinacional de temas comunes,que van más allá de la necesidad de accióntrans-fronteriza, como la consolidación delcorredor bi-oceánico, el tratamiento de las

2 Entre esos criterios puede mencionarse que: i) los beneficios tienen que ser para todos los bolivianos, pero se debe privilegiar ala región productora; ii) la distribución de los recursos y beneficios del gas debería realizarse con criterios de equidad, deacuerdo a los niveles de pobreza existentes; iii) las inversiones que se realicen deben promover un desarrollo sostenible, no sólopara las comunidades cercanas sino para todo el departamento y para Bolivia.

El desarrollo regionaldescansa en el capital social y

en la disposición a ladeliberación

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cuencas de los ríos Bermejo y Pilcomayo yla acción de redes de ONG relacionadas conel manejo de reservas ecológicas.

La macrorregión sur tiene dos ejes deintegración con dinámicas particulares, peroque interactúan: 1) el Gran Chaco sudame-ricano y 2) los valles sub-andinos del sur deBolivia y el norte de Argentina. La re-confi-guración de la macrorregión enfrenta opor-tunidades, riesgos y desafíos para consolidar-se. El primer paso en esta tarea es gestar unavoluntad política trinacional a partir de lacual Bolivia, Argentina y Paraguay reconoz-can la existencia e importancia de esta ma-crorregión. Ella abre oportunidades para tra-tar problemas comunes que no puedentratarse en forma aislada, como el combatea la exclusión social, la fragilidad ecológica,las muchas veces intolerables dinámicassocioeconómicas de frontera .

En la macrorregión están presentes di-námicas vinculadas a la economía de la infor-mación y la globalización (sobre todo refe-ridas a la acción de empresas transnacionales,a redes y vías de comunicación, a acceso di-recto a medios de comunicación de masas)que, sin embargo, coexisten con dinámicastradicionales tanto de gestión del desarrolloproductivo-institucional como de los com-portamientos de actores sociales.

6. Tarija cuenta con condiciones ejempla-res que deben potenciarse para impulsar unproceso de desarrollo humano sostenible en laregión e incidir sobre la magnitud del cambio.

Al vincular el desarrollo humano y losrecursos hidrocarburíferos, el proceso deconcertación abre espacios para que la gen-te se involucre en las decisiones que afectansu vida y al mismo tiempo se desarrolle unacultura de tolerancia y respeto al otro.

La concertación es una estrategia quenecesita perfeccionarse para acordar políti-cas de desarrollo vinculadas a los beneficiosderivados del gas natural. El desafío consis-te en convertir los acuerdos en resultadospara que el proceso gane legitimidad y cum-pla así su objetivo: devolver protagonismo alser humano frente a su vida.

Pautas para un cambio acelerado con desa-rrollo humano

1. Para que Tarija fortalezca y promue-va un desarrollo humano sostenible es nece-sario concentrar los esfuerzos en tres niveles:

i) Colocar como eje del desarrollo a lagente, fortaleciendo sus capacidadeshumanas mediante el impulso de espa-cios deliberativos en los cuales expresensus visiones de futuro y anhelos y, así,al compartirlos con otros, se re-constru-yan y transformen en aspiraciones colec-tivas con la fuerza necesaria como paraconvertirse en un bien común de la so-ciedad. En este sentido, es fundamentalprofundizar la expansión de capacidadespara llegar a acuerdos.

ii) Buscar que los recursos hidrocarbu-ríferos promuevan una competitividadauténtica que mejore las posibilidadesde empleo, aumente la calidad y califi-cación de los recursos humanos y pro-mueva una creciente dinámica de incor-poración de ciencia y tecnología en laproducción.

iii) Promover una visión holística del de-sarrollo humano, que garantice su sos-tenibilidad en el tiempo al fortalecer lassinergias entre las regiones, de tal formaque las brechas existentes se puedan re-ducir. Tarija no logrará mayores progre-sos en desarrollo humano si las otras re-giones no lo hacen también. Si bien estedesafío no es exclusivo de esta región,Tarija, podría, porque tiene las capaci-dades, liderar la construcción de un paísmás justo y equitativo. Es fundamentalfortalecer la idea de vocación comparti-da, como también la conformación deuna visión integrada y no sectorial deldesarrollo humano.

2. Resulta fundamental profundizar yampliar el proceso de concertación a distin-tos niveles y crear nuevos espacios públicosdeliberativos para enfrentar al menos tres de-safíos que son ineludibles para Tarija, a sa-ber:

i) Asumir el inter-culturalismo para for-talecer la democracia y construir las ba-ses del desarrollo humano de la región.Este reto está vinculado con la aperturade espacios públicos deliberativos, en loscuales las diferentes ideas sobre los otrosdistintos, visiones de futuro, anhelos ysueños, se puedan expresar y socializar,no con el ánimo de uniformarlos, sinopara representarlos y compartirlos comoaspiraciones diversas respecto al cambioy el futuro.

Tarija cuenta con condicionesejemplares que debenpotenciarse para impulsar unproceso de desarrollo humanosostenible en la región eincidir sobre la magnitud delcambio

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ii) Fortalecer las condiciones subjetivas ylas capacidades políticas de la gentefrente a las transformaciones en curso,para tener mayor incidencia en el pro-ceso de cambio. La participación de lospobres en los procesos de concertación,en los cuales se gesten acuerdos y pac-tos destinados a conseguir una mayorintegración social en los procesos dedesarrollo departamental, resulta funda-mental para potenciarlos como actoressociales del desarrollo humano de Tarija.

iii) Fortalecer la institucionalidad estatalregional posibilitando espacios másfructíferos de participación ciudadanaen la toma de decisiones, lo que tam-bién puede generar mecanismos de“accountability” a nivel social e institu-cional, aumentando la legitimidad de lagestión pública. Por otra parte, la Pre-fectura necesita fortalecer su papel de“bisagra” entre los niveles públicos re-gionales y locales y la nación, por unlado, y los esenciales vínculos con laglobalización, por otro. Para ello es fun-damental constituir procesos de concer-tación en diferentes niveles, que abar-quen la relación entre sociedad civil yEstado regional (proceso que está enavance), entre los diferentes niveles de laestructura política departamental (pre-fectura, subprefecturas, municipios,corregimientos, etc.) y entre las instanciaspúblicas regionales y el Estado central.

3. Tarija tiene posibilidades de consti-tuirse en eje de la macrorregión sur si po-tencia una integración regional, nacional ymacrorregional-global. En el ámbito regio-nal, el desafío es lograr una mayor integra-ción entre el Chaco y el valle central y unagestión eficiente e incluyente de la pluri-culturalidad tarijeña, impulsar una compe-titividad auténtica regional y fortalecer yampliar procesos deliberativos en los cualesse construyan y compartan valores, visionesy aspiraciones y donde, además, se gestionenlos conflictos a partir de una base institu-cional sólida.

En el ámbito nacional, el reto es forta-lecer el eje de integración del sur e impulsaruna mejor articulación socioeconómica ypolítica con la nación, superando lógicas deconfrontación que conducen al separatismoy tomando en cuenta el rol de sostén que co-mienza a jugar Tarija en el contexto nacio-

nal. Para esto se requieren fuertes señalespolíticas y acciones claras provenientes tan-to del Estado nacional como del departa-mento. Los recursos provenientes de los hi-drocarburos no deberían generar mayordesigualdad nacional; esto implica que Tarijamire al país, y especialmente a las zonas máspobres, para poder plantear mecanismosque, sin disminuir las posibilidades de desa-rrollo departamental y los derechos comoregión productora, puedan achicar las dis-tancias socioeconómicas entre las regiones.

En el ámbito macrorregional-global, setrataría de: consolidar la infraestructura vialque comunique Tarija con el Atlántico y elPacífico, donde Tarija sea el centro integra-dor de la macrorregión; impulsar el plantea-miento común de objetivos entre el sur bo-liviano y el norte argentino y paraguayo, afin de enfrentar problemas compartidos li-gados a las dinámicas de frontera y a las re-laciones entre regiones (por ejemplo, la re-ducción de bolsones de exclusión, lapromoción de una mayor integración indí-gena, el impulso a los intercambios empre-sariales, el manejo de reservas naturales, eltratamiento de cuencas importantes comolas de los ríos Pilcomayo y Bermejo); coadyu-var a la coordinación de distintas accionesprovenientes de varios actores (estatales, pri-vados, ONG y otros), que impulsen accionestrinacionales o macrorregionales; promoverel fortalecimiento de la macrorregión en tér-minos de complementariedad de oportuni-dades, potenciamiento de ventajas compara-tivas, intercambio de experiencias parasuperar debilidades, de tal forma de que setengan mayores posibilidades comomacrorregión de ser protagonistas en laglobalización aprovechando sus posibilida-des, en vez de ser actores pasivos fagocitadospor la exclusión que ella puede generar.

4. Las chances de éxito de la macro-rregión sur radican en que se constituya enun eje territorial donde los flujos y redes deinformación globales estén presentes en lagestión local, pero a partir del desarrollo delas capacidades informacionales y tecnoló-gicas de la sociedad y las personas. Valedecir, que pueda ser una macrorregión glo-bal y local-regional al mismo tiempo. Estoimplica, por un lado, una mayor articulacióninterregional que fortalezca las relacionessocioculturales y económicas, y el tratamien-to de temas comunes, y, por otro, una inser-

Tarija tiene posibilidades deconstituirse en eje de la

macrorregión sur si potenciauna integración regional,

nacional y macrorregional-global

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ción en mercados globales, que a partir de laincorporación de nuevas tecnologías posibi-lite el acceso a los flujos de informaciónglobales. Para ello resulta fundamental for-talecer las capacidades informacionales de losactores e instituciones regionales.

Los ciudadanos de Tarija y del sur deBolivia tienen las capacidades y las posibili-dades para enfrentar el cambio y la incerti-dumbre que viven desde la perspectiva deldesarrollo humano. Ello supone asumir elproceso de cambio cultural acelerado a par-tir del desarrollo de las capacidades políticasque existen en la región, y especialmenteentre los grupos más pobres y excluidos. Asi-mismo, para que el cambio no reproduzca unenclave económico moderno en medio de lapobreza es fundamental llevar a cabo políti-cas que fortalezcan una lógica de competiti-vidad genuina, sustentada en las capacidadestécnicas y en la sostenibilidad ambientaldesde una lógica endógena y compartida porla región y el país. Esto sería posible si seconstruye una visión y una práctica sobre labase de los usos y las potencialidades de laregión y del país en la globalización. El prin-cipal recurso con que cuentan estos ciudada-nos son sus propias experiencias de delibe-ración y concertación, que deben asentarseen la promoción de una visión holística delpaís y del desarrollo humano.

II. El Desarrollo Humano en el NorteAmazónico

La Amazonía boliviana está dividida entres formaciones forestales: el bosque ama-zónico, el bosque húmedo de llanura (lapampa de Moxos) y el bosque húmedo delescudo precámbrico. Comprende además losdepartamentos de Pando y Beni y el norte delos departamentos de La Paz, Cochabambay Santa Cruz, abarcando una superficieaproximada de 280.120 km2.

La Amazonía boliviana, cuya extensiónrepresenta cerca del 10% del territorio nacio-nal, no tiene una clara subdivisión interna,pero en los hechos se reconoce al extremonorte del país como la “región del Norteamazónico”, denominada también oficial-mente como la región castañera. Allí se en-cuentran el denominado bosque amazónicoy el extremo norte de las sabanas amazónicas.

El Informe se refiere básicamente a laexperiencia económica, social y cultural de

Pando y la Provincia Vaca Díez del departa-mento del Beni. En algunas ocasiones seincluye a regiones vecinas, nacionales einternacionales, para comprender procesosparticulares, aunque el estudio se limita alNorte amazónico de Bolivia.

Son varios los elementos que permitenpensar la región del norte amazónico comoun bloque: i) La naturaleza: Geográfica-mente, la Amazonía tiene características na-turales muy particulares que crean una cul-tura propia; ii) El ciclo económico: Laeconomía de la región estuvo marcada pordistintos ciclos productivos que fueron cons-truyendo lógicas económicas y sociales (pri-mero la goma y luego la castaña generaronun rol especial de la región en la economíanacional y mundial); iii) La guerra: En laexperiencia de frontera, particularmente ladel norte boliviano, tuvo un rol central laguerra con el Brasil, que obligó al gobiernoa tomar en cuenta, aunque tardíamente, a laAmazonía; iv) La débil presencia del Esta-do: La región tuvo muchas dificultades paraintegrarse al país y en general al mundo; eldifícil acceso hizo que al Estado le fuera casiimposible atender a la región. Sólo en lasúltimas décadas se logró construir un lazomás estable entre la Amazonía y las autori-dades nacionales; v) La conformación social:En la región confluyen los indígenas (quemantienen la lengua y la cultura, aunque hoysu número es reducido ya que en buena me-dida fueron eliminados), las migracionesextranjeras (que llegaron a trabajar comopeones, particularmente peruanos y brasi-leros, o como administradores de las grandesempresas) y las migraciones internas (que sedieron durante el auge económico de la go-ma -provenientes de Beni y Santa Cruz- y enla actualidad -provenientes de La Paz y Co-chabamba- por las oportunidades comercia-les); vi) La ecología: siendo este tema hoycentral en el debate mundial, la región ad-quirió mayor importancia; vii) Los vínculosinternacionales: En los últimos años se lle-vó a cabo una serie de iniciativas, tanto gu-bernamentales como de la sociedad civil, enPando (Bolivia), Madre de Dios (Perú) y elAcre (Brasil), que expresan una preocupa-ción de instituciones internacionales sobre elproblema del desarrollo de la Amazonía.Estas características, rápidamente resumidas,permiten pensar a la Amazonía como unaregión diversa pero con importantes puntosde encuentro.

Son varios los elementos quepermiten pensar la región delnorte amazónico como unbloque: La naturalezaEl ciclo económico;La guerra; La débil presenciadel Estado; La conformaciónsocial; La ecología; Losvínculos internacionales

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Principales hallazgos

1. La región se constituyó a partir deun patrón económico que giraba en tornoa la producción de la goma hasta aproxima-damente la década del 20 en el siglo XX. Ini-ciativas personales de colonizadores lograronconvertir a la Amazonía en un centro ex-portador de goma con una importante inser-ción en el mercado mundial. La Casa Suárezfue una empresa que generó un polo de de-sarrollo e incluso durante la guerra contraBrasil defendió algunos territorios.

El ciclo de la goma acabó en 1940 conla muerte del principal gestor de la CasaSuárez. Desde los años 30 hasta los 80aproximadamente, la región vivió de los re-sabios de la economía de la goma y se con-virtió en una de las regiones más olvidadasdel país. Recién a finales de la década del 80se comenzó a reconstituir un nuevo cicloeconómico, asentado en la castaña.

2. A partir de la década del 80, la trans-formación de la región se relaciona con el re-torno de la democracia, las reformas econó-micas, las reformas en el Estado (como lamunicipalización y la descentralización) y elnuevo rol de la ecología en el debate inter-nacional, entre otros factores. Demográ-ficamente, se produjo un proceso de urbani-zación: hoy el 70% de la población vive enRiberalta, Guayaramerín y Cobija. En lo eco-nómico, la región empezó a recibir más ingre-sos del Estado. Políticamente, Pando adquirióimportancia nacional y algunos de sus dirigen-tes políticos ocuparon puestos de dirección delpaís. En términos de infraestructura, se abrie-ron nuevos caminos que vinculan la regióncon el eje troncal, se construyó un aeropuertointernacional en Cobija y se multiplicó elnúmero de medios de comunicación. Ensuma, se vive la emergencia de un nuevo ci-clo histórico, social y económico quereconfigura el Norte amazónico, que abrenuevas perspectivas económicas y producti-vas con la castaña, pero convive con dinámi-cas muy tradicionales de producción. Lasrelaciones sociales en general están marcadaspor una lógica conservadora, mientras que laeconomía está entrando en una dinámicamoderna. Este desencuentro entre lo econó-mico y lo social crea contradicciones eimpacta en la política, la organización socialy el proceso productivo.

3. Existe una tendencia de avance en losindicadores económicos que no se traduce

en adelantos equivalentes en el campo so-cial. La pobreza está muy extendida en laregión, no sólo en las áreas rurales alejadassino también en los barrios de las ciudades,particularmente en Riberalta, el centro ur-bano más poblado. Al analizar el Índice deDesarrollo Humano, se observa un compor-tamiento especial. Pando se encuentra en elgrupo de los departamentos con desarrollohumano medio alto; pasó del sexto lugar en1992 al tercero en 2001, con un IDH leve-mente superior al promedio nacional. Sinembargo, en términos de educación y espe-ranza de vida, el departamento ocupa elquinto lugar a nivel nacional, mientras queen términos de ingresos es el primero (en elaño 2000, el ingreso per cápita fue el máselevado de todos los departamentos del país).Esta tendencia muestra que si bien la econo-mía pandina logró cierto dinamismo en losúltimos años, ello no se traduce en el mejora-miento de la calidad de vida de sus poblado-res. Es interesante remarcar que el compor-tamiento del IDH en Pando es exactamenteinverso al de la nación, donde el crecimien-to del índice se basaría en los avances eneducación y salud y no en la dinámica eco-nómica (PNUD, 2002).

Si se contrasta el dato recién menciona-do con el índice de necesidades básicas in-satisfechas, en el año 2001, Beni y Pando seubicaban entre los departamentos más po-bres del país: más del 70% de su poblaciónse encontraba en situación de pobreza y cercadel 30 % en situación de extrema pobreza.En ambos departamentos, la tasa de dismi-nución de la pobreza en el curso de las últi-mas décadas es inferior al promedio nacio-nal. Este dato refuerza la tendencia antesexplicada: si bien hay un relativo crecimien-to económico, éste no beneficia al conjun-to de la población. Las brechas económicasy sociales en la región son fuertementemarcadas. La distribución de la pobreza pormunicipio evidencia distancias importantes:en 14 de los 17 municipios que conformanel departamento de Pando y la provinciaVaca Díez del Beni, el porcentaje de hoga-res con necesidades básicas insatisfechas essuperior al 80%. La distribución de la pobla-ción extremadamente pobre permite identi-ficar con más precisión estas brechas: mien-tras que la extrema pobreza es inferior al12% en Guayaramerín, Cobija y Porvenir,supera el 50% en siete municipios concen-trados en el centro de la región del norte

Existe una tendencia deavance en los indicadores

económicos que no se traduceen adelantos equivalentes en

el campo social

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amazónico. El aislamiento de la región, ladispersión de la población y las dificultadesde acceso y comunicación, la economía deenclave gomero, y últimamente castañero,contribuyen a explicar los atrasos regiona-les en el plano social. Sin embargo la pobre-za también es la herencia de un patrón dedesarrollo asentado en instituciones comoel habilito, que si bien procuraban asegurarla reproducción física del trabajador y sufamilia, tejían una red de relaciones socialesprofundamente verticales y dependientes. ElEstado, cuya presencia en la región fue his-tóricamente débil, tampoco logró captar unaproporción significativa de la renta genera-da por la exportación de goma y castaña, ymenos transformarla en inversiones en sec-tores clave del desarrollo humano, como laeducación, el agua potable y la salud.

4. Los bosques con sus diversos frutosson la base de la economía regional. Tambiénproveen a sus habitantes, incluidos muchosde los que viven en las ciudades, de variosbienes de subsistencia. Con el colapso defi-nitivo de la economía de la goma en 1986,cuando Brasil dejó de subvencionar las com-pras de goma boliviana, se debilitó el siste-ma de la barraca, puesto que la goma gene-raba ocupación para los barraqueros ysiringueros durante más de seis meses al año.El resto del tiempo lo dedicaban a la reco-lección de la castaña y, en menor medida, ala agricultura de subsistencia. Muchossiringueros emigraron hacia los centros ur-banos de Riberalta, Guayaramerín y Cobi-ja, mientras que varias barracas se transfor-maron en comunidades libres. La regiónencontró un nuevo dinamismo a partir dela década del 90 gracias a un incrementosignificativo de las exportaciones de casta-ña beneficiada. Este renovado dinamismotambién se explica por el crecimiento, duran-te la misma década, de la explotación demadera y de ganadería vacuna, para lo cuallas áreas boscosas se convirtieron en tierrasde pastoreo a lo largo de las carreteras queconducen a los centros urbanos.

El desarrollo económico de la regióndepende principalmente de la exportación dedos materias primas renovables sometidas aprocesos incipientes de transformación: lacastaña beneficiada y la madera aserrada. Sibien los ingresos generados por estas activida-des contribuyeron a generar uno de los PIB percápita regional más elevados en el país en elcurso de los últimos años (1.219 dólares el año

2000), los fundamentos de la economía regio-nal son frágiles y altamente dependientes delas fluctuaciones de los precios de estos pro-ductos en los mercados internacionales, comolo demuestra lo sucedido con la castaña en losúltimos dos años.

5. La presencia del Estado en la regiónfue siempre débil. Desde los ámbitos econó-micos hasta los sociales o jurídicos, el Esta-do no dio suficientes respuestas. El tradicio-nalismo y patrimonialismo presentes en lasociedad instauraron una dinámica que nodejó muchos espacios para construir un Es-tado de derecho. Si bien en los últimos añoshubo avances en esta dirección, el estableci-miento de reglas claras en lo económico,social y jurídico es todavía una tarea pen-diente, como lo muestran las encuestas almanifestar la población una gran aspiraciónde confianza en las instituciones. El grandesafío de la región consiste en traducir laspotencialidades económicas en un mayornivel de desarrollo humano a partir delmanejo sostenible de sus recursos natura-les. Para ello se requiere, ante todo, forta-lecer las organizaciones locales y los muni-cipios como la base institucional para eldesarrollo de la región y que el Estado ten-ga una presencia y participación más activa.

6. La identidad amazónica y las orienta-ciones de la sociedad son elementos funda-mentales para el desarrollo humano. LaAmazonía está viviendo un nuevo patrón cul-tural. La cultura generada alrededor de laproducción de la goma se ha desplazado aotra que gira en torno a la castaña, al proce-so de urbanización y a una última ola mi-gratoria del occidente del país, en la que laecología sigue jugando un rol fundamental.

Los grupos que surgieron en torno a laproducción de la goma y luego de la castañay la madera vivieron enfrentamientos y crea-ron distintas organizaciones que de acuerdoa sus intereses económicos y sociales, plan-tean sus visiones sobre el desarrollo regional.De alguna manera, son el reflejo del patrónhistórico y del cambio cultural, dejando enevidencia complejos aspectos de mestizaje.

La Amazonía inició un proceso de mo-dernización social, pero todavía hay una es-tructura tradicional, fragmentada, abierta,pluricultural y en formación que, siendoheredera de la forma societal de la barraca,se enfrenta a transformaciones radicales quele imponen nuevos desafíos.

El gran desafío de la regiónconsiste en traducir laspotencialidades económicasen un mayor nivel dedesarrollo humano a partirdel manejo sostenible de susrecursos naturales

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7. La “identidad amazónica” tiene dis-tintos orígenes, vínculos con el pasado y cier-to grado de eficacia a la hora de mirar a otros.Funciona tanto en los intercambios en lavida cotidiana como en ámbitos guberna-mentales. Ella tiene distintos referentes (elorigen étnico, la procedencia -ser paceño ocochabambino-, lo nacional, lo amazónicovinculado a lo internacional) y, aunque noestá muy consolidada, puede llegar a ser uneje articulador. Un proyecto de desarrollohumano que contemple desarrollo con equi-dad y respeto a la naturaleza deberá cons-truirse a partir de la capacidad de la regiónde mirarse a sí misma como un bloque quecomparte una historia común, una relacióncon la naturaleza y una identidad propia.

8. Los distintos actores sociales regio-nales tienen diversas visiones de desarrollo.La élite política propone un desarrollo des-de la gestión política, los empresarios preten-den generar condiciones para un capitalismomoderno, para los líderes municipales eldesarrollo debe darse en torno a la amplia-ción de mercados para sus productos y los in-dígenas y trabajadores buscan el progreso apartir de la participación de la comunidad enla producción y del beneficio de sus réditoseconómicos. Sin embargo, existe una matrizque atraviesa a los distintos actores socia-les y que es una suerte de integración na-cional pendiente. Ella se basa en el paradig-ma del progreso industrial, en la creaciónde condiciones jurídicas estables para laproducción, en la búsqueda de una parti-cipación más activa del Estado y de la ciu-dadanía y en la construcción de más y me-jores carreteras.

Si bien existe este proyecto de moderni-zación en el cual confluyen los principalesactores, las distancias entre unos y otros sonsignificativas y, en algunos casos, generanconflicto. Este proyecto choca con estructu-ras del pasado que se convierten en un im-pedimento para un plan integrador (porejemplo, con formas sociales-productivascomo el habilito, la barraca, etc., que provie-nen de la economía de enclave gomero y quesiguen funcionando bajo otros mecanismos).Asimismo, el proyecto moderno de la Ama-zonía no respondió de manera eficaz a lasexigencias de los actores sociales; por ello, sino se resuelven sus falencias, especialmenteen términos de integración, la Amazonía seexpone a tensiones difíciles.

9. El cuidado de la Amazonía se con-virtió en una problemática central en el ám-bito internacional, como lo muestran lasdistintas cumbres mundiales y, en particular,la Declaración de Johannesburgo sobre De-sarrollo Sustentable del año 2002, que la ca-racteriza como una de las mayores concen-traciones de biomasa del planeta, que albergauna importante población pluricultural, unasignificativa diversidad biológica en genes,especies y ecosistemas, y que otorga un sinnú-mero de productos forestales y servicios am-bientales. Las selvas de la Amazonía represen-tan más del 50% de todas las selvas tropicalesdel planeta. Un crecimiento voraz que notome en cuenta el cuidado de la naturaleza yano se sostiene. En Bolivia, Perú y Brasil sellevaron a cabo iniciativas interesantes, tan-to desde el gobierno como desde las institu-ciones de la sociedad civil, para analizar elproblema del desarrollo, la integración y elmedio ambiente. Sin embargo, todavía hayuna tarea pendiente para establecer un nue-vo patrón de desarrollo que contemple losdesafíos y oportunidades de la región en unalógica de desarrollo humano, involucrando alos distintos países y actores.

Desde la perspectiva del desarrollohumano, éste no es posible sin una visiónecológica, y no puede existir una visiónecológica sin desarrollo humano. El nuevomodelo de crecimiento debe ser capaz devincular estas dos dimensiones. Esta opcióntendría que articular la capacidad de gene-ración de riqueza con el respeto a la natu-raleza y a la vez con la búsqueda de equidad.De nada sirve la riqueza si hay depredacióny pobreza. Tampoco es solución lograr creci-miento y respeto a la naturaleza si se mantie-ne la inequidad. Sólo un desarrollo humanosustentable que equilibre los tres elementosserá sostenible en el futuro. Éste se debeconstruir a partir de la participación de lascomunidades, el diálogo de los diferentesactores sociales y una visión estratégica ha-cia el futuro.

Pautas para una agenda de Desarrollo Hu-mano en el norte amazónico

1. Frente a la pervivencia de relacionesde producción tradicionales y al rezago entérminos sociales que se da junto con exigen-cias modernas de la economía de mercado yun acelerado cambio económico, se debeimpulsar un marco legal que equilibre estasdos dimensiones antagónicas.

Un proyecto de desarrollohumano que contemple

desarrollo con equidad yrespeto a la naturaleza deberá

construirse a partir de lacapacidad de la región de

mirarse a sí misma como unbloque que comparte una

historia común, una relacióncon la naturaleza y una

identidad propia

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A pesar de los avances en los últimosaños, es preciso fortalecer el Estado de dere-cho, que se exprese en instituciones sólidaspara los distintos ámbitos de la vida social.Tanto las organizaciones locales como la ad-ministración estatal nacional deberían im-pulsar programas orientados a afianzar lapresencia de instituciones públicas autóno-mas, departamentales y municipales, quesean a la vez capaces de coordinar accionesconjuntas para fortalecer una representacióndemocrática.

2. Una demanda de la población de estaregión es participar en la vida pública y en eldesarrollo, así como beneficiarse de sus rédi-tos. Es preciso consolidar una lógica de ciu-dadanía activa, sin la cual no hay desarrollo.

3. El atraso en los indicadores de saludy educación y la distancia con respecto a losindicadores económicos, no permiten un de-sarrollo humano sostenido. La inversión enestos ámbitos sociales es crucial para poderpensar en un nuevo patrón de desarrollo sos-tenible.

4. El relativamente alto dinamismo eco-nómico no aportó a la satisfacción de las ne-cesidades básicas y las brechas económicasson grandes. Es preciso promover un progra-ma de lucha contra la pobreza que busqueacortar las brechas y construir una sociedadmás equitativa.

5. La economía amazónica gira alrede-dor de un solo producto (la castaña), que asu vez depende de factores externos determi-nados por la economía mundial. El nuevoimpulso productivo debería orientarse a di-versificar las fuentes de ingresos y buscarmayor valor agregado en los productos.

6. Se debe buscar modernizar las relacio-nes laborales en el marco de leyes estables.Las nuevas industrias deben respetar las le-yes del trabajo.

7. La tierra es uno de los temas más de-licados en el norte amazónico. Tanto el Esta-do como los actores locales tienen que esfor-zarse por solucionar los distintos conflictosde la tenencia de tierra, en el marco de lasleyes que rigen en la nación.

8. La región debe ser capaz de mirarse así misma como un colectivo con una histo-ria común en la medida en que refuerce una“identidad amazónica” que apele tanto aacontecimientos históricos (por ejemplo la

guerra del Acre), como a dinámicas cultura-les propias de la Amazonía.

9. La infraestructura de comunicaciónes central tanto para la integración nacionalcomo para la dinámica productiva. En talsentido, tiene que lograrse que los caminosy carreteras funcionen todo el año.

10. Habría que buscar que las interesan-tes iniciativas de vinculación internacionalentre Brasil, Perú y Bolivia se orienten aconstruir una agenda conjunta de desarrollopara la región. En esta tarea deben partici-par los gobiernos de cada país y las represen-taciones locales.

11. El tema central del desarrollo delNorte Amazónico debe ser el cuidado de lanaturaleza. No existe desarrollo si hay depre-dación de la selva y, como se fundamentó, laecología es un tema clave del desarrollo hu-mano y de orden mundial.

Se debe buscar un nuevo patrón de desarro-llo que contemple el uso sostenido de los recursosnaturales, la productividad y la equidad. Laproductividad debe ir de la mano de la relaciónentre la ecología y lo humano. Si el NorteAmazónico logra construir un proyecto deecodesarrollo humano con la participación de susdistintos actores, podrá mirar al futuro con op-timismo. De lo contrario, el devenir será incier-to, y en todo caso cualquier proyecto de desarro-llo no tendrá sostenibilidad en el largo plazo.Este horizonte debe incluir al conjunto social y,en un proceso deliberativo, se debería llegar aacuerdos comunes en esta dirección. Sólo unainteligente articulación entre la generación deriqueza, el uso sostenido de los recursos natura-les y la equidad logrará que la región se integreexitosamente a la globalización. A través de esteproceso se logrará construir una visión comúnque le permita a la Amazonía relacionarse conla nación y el Estado en una lógica de colabora-ción para el desarrollo humano e insertarseexitosamente en la globalización con crecimien-to, equidad y cuidado ecológico.

III. El Desarrollo Humano en La Paz yOruro

Las relaciones entre el Altiplano bolivia-no, el sur del Perú y el norte de Chile -ma-crorregión denominada Altiplano marítimo-incrementarían el desarrollo humano de es-tas tres regiones. La idea que subyace en esteInforme regional es que las oportunidadespara los ciudadanos más pobres de la ma-crorregión aumentarán en la medida en que

Si el Norte Amazónico lograconstruir un proyecto deecodesarrollo humano con laparticipación de sus distintosactores, podrá mirar al futurocon optimismo

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se generen nuevas complementariedadeseconómicas y sociales y se piensen los pro-cesos de desarrollo en una lógica de benefi-cios mutuos.

Principales hallazgos

1. Urbanización, desarticulación terri-torial y estancamiento socio-económico. Lapoblación de los departamentos de La Paz yOruro representaba el 33% del total de lapoblación boliviana (en 1950 era el 39%).El departamento de La Paz tiene la dinámi-ca poblacional más importante de toda laregión altiplánica. Hay indicios de que ladinámica demográfica favorable al orienteestaría disminuyendo desde la década del 90.Esto no significa que la sistemática disminu-ción del peso demográfico del altiplano serevertirá en el mediano plazo, pero es pro-bable que los cambios sean menos marcadosque los registrados entre 1950 y 1992.

Los niveles de urbanización se mantu-vieron y se detectó un modesto crecimientode la población rural cercana a los grandescentros urbanos, en el altiplano norte paceñoy a lo largo de la ruta La Paz-Oruro. La es-tructura urbana se concentra en dos áreas: elárea metropolitana La Paz-El Alto (que po-dría consolidar un área de influencia exten-dida hacia la ciudad de Oruro, la zona agrí-cola del altiplano norte, los pueblos a la veradel camino La Paz-Oruro y ciertas localida-des de Los Yungas) y la ciudad de Oruro. Seobserva el crecimiento de localidades inter-medias a la vera del camino La Paz-Oruro yen Los Yungas, pero la red regional de loca-lidades intermedias es débil con relación aotras zonas del país. Lamentablemente, esteespacio no termina de articularse formal-mente, aunque aglomera a la mayoría de lapoblación de ambos departamentos, pero laszonas fuera de esta red de localidades y áreasagrícolas tienden a estar excluidas de la di-námica de crecimiento regional.

Oruro y La Paz mejoraron su IDH Regio-nal (IDHR) en el período 1992-2001, sobretodo este último, que se vio favorecido por unacoyuntura de elevado crecimiento de su PIB,aunque persisten dudas sobre la sostenibilidadde estas mejoras. En el caso de La Paz es noto-rio el menor desempeño económico en rela-ción con los avances educativos.

La articulación económica del territorioen La Paz y Oruro es muy débil y predomi-nan las aglomeraciones urbanas (sobre todo

la metrópoli La Paz-El Alto), existe una re-lativa marginación del altiplano sur y unafuerte tendencia a repetir lógicas de enclaveen las zonas mineras. Hay grandes espaciosrurales relativamente dispersos, especializa-dos en actividades agrícolas de baja produc-tividad.

Este conjunto de factores sugiere la ideade una región territorialmente desestructu-rada y con tendencias hacia una desvincula-ción social y económica.

2. Estancamiento de la economía y dela competitividad regional. La crisis regio-nal de la década del 80 implicó un primermomento de dramático reajuste que de al-guna manera pudo ser gestionado en la dé-cada del 90. Incluso se pensaron escenariospositivos alimentados por la aparición deuna “minería emergente” en Oruro o el mini-boom exportador paceño de inicios de los 90.A casi un lustro de tales coyunturas, la regiónestá nuevamente ante una difícil encrucijada.Parecería que los viejos problemas plantea-dos por el agotamiento del patrón económi-co basado en la minería no fueron conve-nientemente resueltos, y, aunque la regiónsigue siendo esencialmente minera, en la ac-tualidad las explotaciones no tienen la capa-cidad de generación de empleo y actividadescomplementarias del viejo enclave estañífero.

Entre 1970 y mediados de la década del90, disminuyó la participación de la regiónen la economía nacional del 42% al 30% delPIB. A partir de 1995-1996, La Paz volvió asufrir una caída en su participación, mien-tras se consolidaba el liderazgo cruceño. Engeneral, se ha estancado la actividad expor-tadora de La Paz y Oruro, pero La Paz pre-senta indicadores positivos de diversificaciónen segmentos de mercado con mayor valoragregado. Al contrario, Oruro se especializaen productos de bajo valor agregado basadosen ventajas absolutas (materias primas mine-ras y productos semielaborados ligados aellas).

Las actividades comerciales y de trans-porte se expandieron en Oruro, en su mayo-ría orientadas hacia el puerto de Iquique. Laregión se ve a sí misma como una zona detránsito y punto intermedio de los flujos decomercio entre el centro oeste sudamerica-no y los puertos del Pacífico. Estas activida-des detuvieron la brutal caída que se vivió enla década del 80, pero no se resolvió el pro-blema de fondo: ¿qué vocación económica

La articulación económica delterritorio en La Paz y Oruro

es muy débil y predominanlas aglomeraciones urbanas(sobre todo la metrópoli La

Paz-El Alto), existe unarelativa marginación del

altiplano sur y una fuertetendencia a repetir lógicas deenclave en las zonas mineras

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tiene la región y cuál es su viabilidad institu-cional y política?

En términos de competitividad, Oruroapenas califica en cuanto a factores de “di-namismo-actividad económica”, que sonpoco sostenibles. La Paz y Oruro tuvieron undesempeño mediocre en la reducción depobreza entre 1992-2001. Existe una fuertepolarización entre las zonas urbanas y rura-les regionales, donde la pobreza está muyextendida, y aunque las zonas urbanas estánen mejor situación, su desempeño es menoral de las ciudades más dinámicas del país.

En el mediano plazo, Oruro depende deldinamismo de un solo sector de la economía(minería aurífera), que tiene un impacto li-mitado en la competitividad global y en lacalidad de vida.

En La Paz existen factores positivos,cruciales para procesos de desarrollo másequilibrados y con opciones de sostenibi-lidad (capacidades humanas, empresariales einfraestructura). Sin embargo, ellos contras-tan con un notable deterioro de la capacidadde la región (en parte debido a su escasa ca-pacidad institucional) para atraer inversionesy dinamizar su economía.

Asimismo, la terciarización de su econo-mía y la debilidad de los sectores producti-vos explican en gran medida el mediocre des-empeño económico de La Paz. Entre unaagricultura con graves problemas de pro-ductividad, un sector manufacturero en re-cuperación, pero lejos de ser el motor de laeconomía, y un sector de servicios mayori-tariamente orientado hacia segmentos infor-males de actividad, la región no genera sufi-cientes oportunidades de empleo e ingresospara una población que mejoró sus nivelesde educación en la última década. La hete-rogeneidad de su estructura económica, eincluso al interior de cada sector, configuraescenarios de acceso diferenciado a las opor-tunidades económicas.

Estos fenómenos ocurren en un contextoterritorial de extrema polarización económicaentre el área metropolitana y el resto del depar-tamento, y con lógicas de especialización al in-terior de la misma urbe que pueden aumentarla segregación entre ricos-pobres, aymaras/no-aymaras o entre gente con altos niveles de cali-ficación y el resto de la población.

Por otra parte, la zona metropolitanajuega un papel notable en el área de servicios

y concentra un aparato industrial debilitado,pero con fortalezas con relación al existenteen otras ciudades del país. Asimismo tienelos niveles de escolaridad más altos del paísy el más alto porcentaje de profesionales ypersonal directivo en empresas e institucio-nes públicas.

La Paz estaría en una suerte de círculovicioso. Por un lado, su declive económicotiene que ver con la ausencia de acciones yemprendimientos que aprovechen mejor susfortalezas, lo que exige cohesión, confianzasocial y niveles mínimos de eficiencia de lasinstituciones. Todo ello es justamente lo quees débil. En consecuencia, la economía regio-nal decae, se profundizan las desigualdadessociales, se acelera el conflicto y se dificultala construcción de instituciones regionalescreíbles.

Pautas hacia el desarrollo humano de La Pazy Oruro

3. Oruro: la reconversión inconclusa.Tanto en el caso de la minería como en el delcomercio y el transporte, es urgente reflexio-nar sobre acciones complementarias e inno-vaciones que permitan aprovechar las opor-tunidades creadas por la dinámica de lasactividades en sus periodos de expansión. Enminería, la agenda de discusión se concen-tra en torno a tres ejes:

i) Hay límites muy duros para una articu-lación de la nueva minería con el restode la economía debido a la capacidadtecnológica y el tipo de procesos produc-tivos que precisan grandes inversionesen el sector. Se deberían optimizar losefectos reales que estas explotacionespueden producir en la región: regalías oalgunas externalidades ligadas a la gene-ración de oportunidades de empleo ca-lificado o de utilización de tecnologíasavanzadas.

ii) Se pueden aprovechar estas explotacio-nes para desarrollar capacidades compe-titivas locales en ciertas tareas y servicioscomplementarios de alto valor agregadoe intensivos en conocimiento, como porejemplo servicios técnicos, know how entemas medioambientales o de explora-ción minera. Esto implica nuevos tiposde políticas públicas y alianzas entreactores productivos regionales.

iii) Es crucial reflexionar sobre el uso de lasregalías que la región obtiene por la

En La Paz existen factorespositivos, cruciales paraprocesos de desarrollo másequilibrados y con opciones desostenibilidad (capacidadeshumanas, empresariales einfraestructura)

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explotación de recursos no renovables.Se puede recomendar para el futuro re-glas más claras para el uso de estos re-cursos, como la creación de fondos parainversiones con alto rendimiento o paraproyectos específicos de aumento decompetitividad.

El potencial de desarrollo asociado a laubicación geográfica de Oruro puede traerventajas a la región, pero ante la ausencia depolíticas y acciones complementarias puedeser desaprovechado. Es preciso orientar laregión hacia la provisión de servicios de co-mercio y transporte de alto valor agregadosusceptibles de aumentar la productividad yel crecimiento económico. Esto implica pa-sar de una lógica de zona de tránsito (que sebeneficia apenas con la prestación de algunosservicios de hospedaje, alimentación, mante-nimiento de vehículos o venta de carburan-tes) hacia otra donde la ciudad brinde servi-cios de almacenaje o de transformación dediversa índole, de gestión logística de carga yde procesamiento de trámites para el comer-cio exterior. Para ello se necesitan nuevasinfraestructuras de comunicación e informa-ción, personal calificado en estas nuevas fun-ciones, habilitación de áreas para el estacio-namiento y el almacenaje, políticas depromoción económica agresivas e incentivospara la instalación de emprendimientos en laciudad y, fundamentalmente, alianzas entre elsector privado que opera servicios portuariosen Chile y el que podría ser su socio en Oruro.

4. La Paz: entre la centralidad perdiday el redescubrimiento de su territorio Unatarea pendiente en La Paz es el redescubri-miento de su territorio. Se trata de pasar deuna lógica que confundía a la región con laciudad a otra, en la cual el área metropolita-na sea la cabeza de un espacio regionalampliado que puede traspasar incluso lasfronteras nacionales. Una primera área de in-fluencia de la metrópoli está constituida porel conjunto de localidades y zonas agrícolasdensamente pobladas de los departamentos deLa Paz y Oruro. Un segundo nivel territorialde influencia podría estar conformado por elsur del Perú y el norte de Chile. La ubicaciónde la ciudad en la encrucijada entre los flujoseconómicos de estas zonas, el resto de Boli-via y el Este del continente, es una oportuni-dad que se debería aprovechar.

Dada la estructura económica y produc-tiva del departamento y las tendencias de

localización y especialización descritas, noparece existir alternativa a un eventual mo-delo de desarrollo regional liderado por elcomplejo urbano La Paz-El Alto-Viacha. Taldesafío obliga a abandonar las lógicasfragmentadas de planificación y gestión deldesarrollo departamental. Se requieren inno-vaciones institucionales para la toma de deci-siones y la gestión de proyectos comunes alárea metropolitana y que los proyectos dedesarrollo departamental asignen un papelcentral a las grandes ciudades y sean concer-tados con los actores que las conforman.

Muchos dilemas y opciones de desarro-llo rural deberán también ser pensados con-siderando un rol para la metrópoli paceña yla estructura urbana intermedia que se ha idoestructurando en el último decenio. Es po-sible que ahí se ubiquen los servicios y co-nocimientos que pueden viabilizar muchosemprendimientos agrícolas y vincularse asegmentos dinámicos del mercado mundial.

Al interior de la metrópoli, habría quefomentar un patrón de especialización com-patible con la creación de redes y sistemas deinnovación empresarial que articulen el te-rritorio urbano y que promuevan una evo-lución constante de la estructura económi-ca de las diferentes zonas de la ciudad haciasegmentos más productivos y de mayor va-lor agregado. Esto implica acciones orienta-das a desconcentrar servicios de alto valoragregado o a vincularlos con el resto de laestructura económica de la ciudad.

Esta agenda muestra que el fortaleci-miento de una base productiva regional, enla cual la industria manufacturera es central,no es incompatible con la consolidación deuna economía moderna de servicios. El apro-vechamiento de estas oportunidades requierecombinar políticas territoriales y sectoriales,cuya viabilidad depende de la capacidadpolítica de los actores regionales.

5. Debilidad de los actores regionalesy límites institucionales del desarrollo. Enlos departamentos de La Paz y Oruro exis-ten graves problemas de desconfianza de laciudadanía frente a las principales institucio-nes regionales y una ineficiencia institu-cional. El desempeño y la imagen de la pre-fectura está muy por detrás de la que logranlos municipios. La Paz es la región con ma-yores problemas de eficiencia institucionalen ambos niveles.

El potencial de desarrolloasociado a la ubicación

geográfica de Oruro puedetraer ventajas a la región,

pero ante la ausencia depolíticas y acciones

complementarias puede serdesaprovechado

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Si bien la “mediocridad de capacidades”y la “desarticulación institucional” son fre-cuentes en el sistema prefectural y en partedel sistema municipal boliviano, sus efectossobre la legitimidad y eficiencia de estas en-tidades se amplifican en regiones que exigenuna acción pública más intensa e innova-dora, como es el caso del altiplano, que en-frenta un largo período de reestructuracióny crisis. Hay límites para el logro de visionesy acciones compartidas en la región. Éstosson la debilidad de la identidad regional, latensión entre la desconfianza de la sociedadfrente a las instituciones formales y el abun-dante capital social existente, la difícil inte-gración multicultural, además de la fragmen-tación y polarización política que dificulta laformulación de un proyecto regional com-partido.

La construcción de una nueva visiónproductiva parece poco viable mientras lasociedad siga anclada en la nostalgia de loque un día fue la región o perpleja ante unarealidad que no comprende. Los cambios delas últimas décadas no sólo modificaron lasestructuras económicas y espaciales de la re-gión, sino también a los actores mismos deldesarrollo regional. Por tanto, lograr inclu-sión social y diálogo intercultural es un pasoprevio a cualquier intento de formulaciónde tal visión. El equilibrio entre una lógicamodernizadora y otra cultural y socialmen-te inclusiva es la tarea que continúa pen-diente y resulta ineludible para construiruna renovada idea de región en el occiden-te boliviano.

Así, la definición de una nueva vocaciónproductiva es ante todo un problema políti-co que tiene que ver más con la habilidadpara articular los intereses de los diversosactores regionales y locales que con defini-ciones técnicas, aunque estas últimas ayuden.

Realidad y ficción del altiplano marítimo

1. Larga historia de contactos e inter-cambios. Las relaciones económicas, socia-les y culturales entre el altiplano boliviano,el sur del Perú y el norte de Chile han sidohistóricamente importantes. Ya en la épocaprecolombina, por ejemplo, había un mane-jo territorial del mundo andino basado en lagestión de las complementariedades entredistintos pisos ecológicos, poderoso antece-dente para construir una identidad culturalque impulse este proyecto. Paradójicamen-te, las relaciones interregionales fueron más

fuertes durante la época precolombina y co-lonial que en los últimos dos siglos, aunquepara Bolivia esta región siempre fue estraté-gica, pues es la principal salida de su comer-cio exterior y su vínculo con los flujos eco-nómicos mundiales.

2. Localización de Bolivia como “mal-dición” y oportunidad. Es frecuente asociarla localización de Bolivia o su difícil geogra-fía a su subdesarrollo, a lo que se sumaríanlos límites de comunicación interna que di-ficultan la construcción nacional. Se confi-guró así una suerte de “maldición” en térmi-nos de la viabilidad del desarrollo bolivianoen tan adversas condiciones.

La dinámica de cambio tecnológico yeconómico de los últimos decenios está plan-teando nuevas oportunidades para romper ocuestionar esta “maldición”. Desde esta visión,el altiplano se podría transformar en un espa-cio de articulación entre mercados y espaciosgeo-económicos diversos, y entonces el encla-vamiento boliviano en el centro del continen-te sería una ventaja para su desarrollo. Sinembargo, para ello se requiere infraestructu-ra, un tejido económico y productivo inter-no y, sobre todo, un proyecto macrorregionalque vincule el altiplano con la costa.

3. Territorio y desarrollo humano en lamacrorregión.

La macrorregión tiene una gran diver-sidad socioeconómica; hay un mayor rezagoen las zonas “interiores” (La Paz, Oruro,Cuzco y Puno) frente a las zonas costeras(Moquegua, Arequipa, Tacna y Tarapacá).Las zonas rurales fronterizas de los tres paí-ses tienen un menor desarrollo humano quelas ciudades de la región que están muy pordebajo de los niveles existentes en las zonasmás desarrolladas de cada país, lo cual refle-ja la débil vinculación macrorregional. En lamedida en que las relaciones se intensifi-quen, se esperaría que los niveles de desarro-llo humano mejoren.

El altiplano marítimo es una macrorre-gión fuertemente urbanizada, con una im-portante red de ciudades. Los menores nive-les de desempeño socioeconómico delaltiplano boliviano son bajos, al igual que enel sur del Perú y el norte de Chile. En la ac-tualidad, estas últimas regiones están buscan-do ampliar sus horizontes. Existen, pues,potencialidades por la cercanía geográfica ycultural con el occidente boliviano.

El equilibrio entre una lógicamodernizadora y otracultural y socialmenteinclusiva es la tarea quecontinúa pendiente y resultaineludible para construir unarenovada idea de región en eloccidente boliviano

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4. Oportunidades objetivas para laconstrucción macrorregional: infraestruc-tura y complementariedades económicas.En términos de infraestructura, lo que no sehizo en casi un siglo se está logrando conso-lidar en pocas décadas. A inicios del sigloXXI, la mayoría de las grandes aglomeracio-nes de esta zona están conectadas por carre-teras asfaltadas y se está avanzando en la ta-rea de establecer la conexión de estas vías conel centro del continente. El sistema de puer-tos está evolucionando hacia una lógica demayor competencia y eficiencia. Es necesa-rio reforzar esta tendencia con acciones queincrementen la competitividad de las econo-mías de los territorios interiores de la macro-rregión, pues éstas son en el mediano plazoel verdadero hinterland potencial de los puer-tos macrorregionales en tanto los productosdel centro oeste brasileño encuentran mayo-res ventajas en salir por los puertos del Estedel continente.

Asimismo, son importantes las relacio-nes económicas binacionales de pequeñaescala, sobre todo en la zona altiplánica quecomparten Bolivia y Perú. Pero las relacio-nes económicas existentes dentro de lamacrorregión no son uniformes. Es así queentre el altiplano boliviano y el norte deChile hay sobre todo una vinculación co-mercial, entre el altiplano boliviano y el surdel Perú hay además opciones decomplementariedad productiva y entre elnorte de Chile y el sur del Perú existen den-sos nexos comerciales y una competenciaentre sus puertos, que podría a su vez trans-formarse en una complementariedad (o es-pecialización portuaria) si la capacidad eco-nómica de su hinterland común se ampliaen el futuro.

5. El proyecto LNG y la macrorregión.El proyecto LNG es una interesante opciónde desarrollo, sobre todo por el impulso quepodría darle a la zona portuaria elegida parala exportación del gas al norte. Bolivia de-bería aprovechar los efectos positivos quegenerará tal proyecto en la zona. Esta opción,aunque sólo sea uno de los puntos de unaamplia agenda de desarrollo regional y fron-terizo, podría fortalecer las relaciones de co-operación tri-nacional, lo que ayudaría aconsolidar una densa red de relacionesmacrorregionales que amplíen mercados yoportunidades para el desarrollo humano delas poblaciones más pobres.

6. Aproximación a las orientaciones delos actores regionales. En Bolivia se ve elaltiplano como zona de tránsito y no comoun espacio competitivo a partir de sus com-plementariedades económicas y de una vi-sión compleja de las articulaciones comercia-les con el norte de Chile y el sur del Perú.En el norte de Chile, la salida es transformarla región en un gran centro de servicios co-merciales y de intercambio económico quesirva a una amplia zona del centro oeste sud-americano. Es la idea de contar con una pla-taforma de servicios que incluya zonas por-tuarias, facilidades comerciales, apoyoslogísticos y opciones de transformación deproductos. Bolivia juega un papel central enesta estrategia, pues es el espacio que debe-ría vincular los puertos del norte chileno conel mercado del oeste brasileño. Los actoresregionales son conscientes de la importanciade Bolivia como principal mercado para susservicios comerciales y como espacio de trán-sito futuro de los flujos de comercio con elBrasil. La falta de solución definitiva de loslitigios históricos entre ambos países es ellímite a este proyecto.

Por su parte, en el sur del Perú se iden-tifican tres ámbitos de articulación regional:i) los puertos de Ilo y Matarani como opcio-nes para el comercio exterior boliviano y eloeste brasileño, ii) la posibilidad de concre-tar nuevos mercados en Bolivia y en el Bra-sil para las empresas del sur del Perú, y iii)la identificación y el fortalecimiento de en-cadenamientos productivos y redes de inter-cambio binacionales. Estas visiones tiendena estar presentes en todos los departamentosdel sur peruano, pero sobre todo en la pro-yección estratégica de la Macrorregión Sur(Macrosur), iniciativa de articulación regio-nal que busca definir una visión común dedesarrollo para todo el sur peruano. La Ma-crosur se piensa como una base, en el sur delPerú, de un proceso de articulación territo-rial más ambicioso que incluye Bolivia, Chiley el oeste brasileño. Se trata de una valiosaoportunidad para avanzar hacia la constitu-ción del altiplano marítimo. En esta fase, laMacrosur parece priorizar la construcción deun espacio integrado y la identificación devocaciones económicas para cada una de lasregiones que la conforman. Adicionalmente,hay esfuerzos significativos para influir en lamodernización de la infraestructura vial yportuaria de la región. La prioridad en laagenda de los principales actores del sur del

En Bolivia se ve el altiplanocomo zona de tránsito y no

como un espacio competitivoa partir de sus

complementariedadeseconómicas y de una visión

compleja de las articulacionescomerciales con el norte de

Chile y el sur del Perú

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Perú se orienta a la solución de los comple-jos problemas de integración interna y alproceso de descentralización, que está reciénempezando.

7. La agenda macrorregional y los go-biernos centrales. La agenda regional de de-sarrollo en las tres zonas analizadas es am-biciosa e implica altos niveles de movilizaciónde todos los actores regionales. Estos esfuer-zos deben estar acompañados de voluntadesy acciones desde el gobierno central. Se pre-cisan reglas mínimas que orienten la acciónde los gobiernos locales y regionales en as-pectos de integración tri-nacional y esque-mas de co-financiamiento desde el nivel na-cional que apoyen las iniciativas locales oregionales. Cabe remarcar que los esfuerzosde construcción macrorregional deben serparalelos a la búsqueda de soluciones defini-tivas de los problemas históricos , tarea quecompete a los gobiernos centrales.

Algunas pautas de política regional para laintegración

1. La macrorregión como una respues-ta a la globalización desde el desarrollohumano. La eventual consolidación de unespacio macrorregional más integrado podríapotencialmente modificar la posición y lasoportunidades de las economías de la macro-rregión. Habría tres escenarios de evolucióndel desarrollo humano y de las economíasregionales del altiplano marítimo:

i) Un primer escenario es donde se lograconsolidar el papel de la macrorregióncomo una plataforma muy competitivade servicios comerciales y de transpor-te. Ello implica la construcción de unsistema de transporte multimodal aso-ciado a una red de servicios logísticos yde transformación de bienes. Ésta es unárea donde Bolivia y sus ciudades jueganun papel crucial, pero íntimamente li-gado a las estrategias de los puertos delnorte de Chile y del sur del Perú.

ii) Un segundo escenario estaría dado porla ampliación del mercado y un mejoraprovechamiento de economías de esca-la que puede favorecer a ciertos produc-tores agrícolas o artesanales para quetransiten de una situación de subsisten-cia a otra de mayor productividad. Es elcaso de los productores de quinua o delos artesanos bolivianos, que puedenampliar su mercado al sur del Perú yviceversa.

iii) Un tercer escenario supone el fortaleci-miento de muchas empresas competiti-vas actualmente orientadas al mercadolocal o con una penetración todavía en-deble en los mercados globales. Estopodría lograrse si se consolida una pla-taforma de servicios portuarios y comer-ciales que rebaje costos de transporte ygenere externalidades (aprendizaje, in-versiones, know how, relaciones comer-ciales, etc.) que favorezcan el comercioexterior y las ganancias de productivi-dad.

El impulso al desarrollo humano regio-nal implica actuar en los tres escenarios;políticas que sólo privilegien uno de ellos po-siblemente tendrán efectos limitados y nodeterminarán el cambio en el perfil econó-mico de la región ni podrán disminuir la po-breza. Son cruciales las acciones que promue-van los dos últimos escenarios, pues ellospotenciarían la macrorregión no sólo en surol de plataforma de tránsito comercial, sinocomo espacio productivo y de alta com-petitividad.

2. La competitividad como resultado deacciones sectoriales y territoriales. Una hi-pótesis de este Informe plantea la necesidadde pensar la integración no sólo en términosde una mejor infraestructura de comunica-ciones, sino sobre todo ligada a acciones queincrementen los niveles de competitividad delas empresas y los productores. El aumentode la competitividad tiene que ver, en defi-nitiva, con las condiciones endógenas (orga-nización de la empresa, valores, redes socia-les) y del entorno que impulsan incrementosde la productividad y en la capacidad degestión y asimilación del progreso técnico.Esto precisa combinar dos lógicas de acciónpública que son complementarias: i) la crea-ción de un entorno territorial que contribu-ya al productor, y ii) acciones orientadas a undeterminado sector o encadenamiento eco-nómico, cual puede localizarse en diferentesespacios territoriales.

3. La macrorregión como sistema mo-dular de redes de intercambio. Tradicional-mente se pensó que la construcción regionalexige cierto grado de formalización institu-cional, una sólida identidad o fronteras biendelimitadas. Sin embargo, los procesos deintegración regional en la globalización sonfrecuentemente de carácter modular. Lasnuevas regiones o zonas económicas se cons-

La agenda regional dedesarrollo en las tres zonasanalizadas es ambiciosa eimplica altos niveles demovilización de todos losactores regionales

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tituyen en torno a objetivos puntuales quearticulan a redes de actores de un conjuntode territorios; un mismo actor o localidadpuede participar en diferentes tipos de redes,de acuerdo a sus necesidades y posibilidades.

El altiplano marítimo debe ser pensadocomo una amalgama de diferentes tipos dearticulaciones institucionales y relacioneseconómicas. Podrá estar constituida por re-des de cooperación entre ciudades con ob-jetivos específicos, proyectos de desarrollocon una gestión binacional compartida, es-quemas de cooperación empresarial sectorial(cluster binacional de quinua por ejemplo),los cuales no tienen necesariamente que es-tar bajo un paraguas institucional formal.

4. Este nuevo tipo de construcción re-gional debería reflejarse y ser sostenido porestructuras institucionales innovadoras, através de esquemas complejos de goberna-bilidad que articulen diferentes niveles de ad-ministración y de gestión territorial y agenteseconómicos en torno a objetivos concretosde desarrollo. El gobierno central deberíaparticipar de estas redes de formulación yejecución de políticas como protagonista y/o como promotor. Las fuerzas regionales ylocales de los tres países tendrían mayoresoportunidades para avanzar en este sentido.

Las grandes ciudades (La Paz, Oruro,Arequipa, Iquique o Arica) juegan un papelcentral en tal proceso. Mediante la integra-ción y cooperación, ellas podrían alcanzarmás eficientemente sus metas de desarrollohumano y de reducción de la pobreza. Exis-te, sin embargo, una barrera en términos defalta de información sobre los escenarios enlos cuales se desenvuelve la competitividadregional y sobre la creciente importancia quetienen las relaciones interregionales para eldesarrollo de la zona. Ello ocurre en Bolivia,Perú y Chile, en un contexto de aceleramien-to a veces desordenado de las relaciones eco-nómicas en la región. Los problemas histó-ricos sólo podrán resolverse en la medida quese avance hacia una mayor integración ma-crorregional, no sólo económica, sino tam-bién social y cultural.

IV. El Desarrollo Humano en SantaCruz

El Informe regional analiza el momen-to de crisis, inflexión y re-configuración re-gional en Santa Cruz y la macrorregión Este,y explora las orientaciones del desarrollo de

la región más dinámica y una de las más afec-tadas por las transformaciones en curso. Serealiza, primero, un balance del desarrollohumano del departamento a lo largo de lasegunda mitad del siglo XX para analizar lastendencias estructurales que marcan, en laactualidad, un cierto agotamiento de lasdinámicas del desarrollo regional y luego seargumenta una hipótesis que sugiere que lagran región chiquitana, articulada con los es-tados vecinos del Brasil, encierra potenciali-dades suficientes como para convertirse en elterritorio que amplíe el modelo cruceño másallá del dinamismo de la región integrada.

Principales hallazgos

1. En el transcurso de la segunda mi-tad del siglo XX, Santa Cruz pasó de la pe-riferia al centro. Fue un proceso complejoy dinámico, mediado por una relación a lavez conflictiva y provechosa con el Estadonacional en la defensa de los intereses regio-nales y en el que hubo una divergencia en-tre el dinamismo económico y demográfi-co y la debilidad de su expresión en el planopolítico, tanto a nivel regional como nacio-nal.

Con la crisis del modelo de acumulaciónliberal minero-exportador y la necesidad deabastecer de alimentos al frente de batalladurante la Guerra del Chaco, Santa Cruzcomenzó a cumplir un nuevo rol, pues laexplotación de las riquezas hidrocarburíferasde la región y los sucesivos ciclos de desarro-llo agrícola ligados al cultivo de la caña deazúcar, el algodón y la soya, dieron un pesocreciente a la región en el escenario econó-mico y político nacional.

Con las transformaciones estructuralespromovidas por la Revolución Nacional, elhecho de que los intereses regionales con-vergieran con los del Estado nacional fuedeterminante, tanto así que los escasos mo-mentos de divergencia opusieron tan radical-mente el interés de las élites locales con elcentro de poder, que terminaron promovien-do cambios en la conducción del Estado.Aún así, las demandas de descentralizaciónpolítica nunca fueron atendidas por el podercentral, al menos en los términos planteadospor las organizaciones regionales.

En el balance quedan logros históricospromovidos por una élite que asumió su roldirigente para forjar amplios consensos entorno a reivindicaciones compartidas en la

En el transcurso de la segundamitad del siglo XX, Santa

Cruz pasó de la periferia alcentro

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región, como también una cuota de respon-sabilidad en la pérdida de una oportunidadhistórica para la región y el país, durante elmomento de mayor convergencia con el Es-tado central en los años 70. En esa época, lasélites ocuparon entidades públicas y favore-cieron la acumulación de riqueza de deter-minados grupos, pero no fueron capaces degenerar liderazgos políticos consistentes anivel regional.

2. A partir de los años 70, las transfor-maciones estructurales del departamento deSanta Cruz parecen haber combinado treselementos en una especie de círculo virtuo-so: i) crecimiento económico y transforma-ción productiva, ii) dinamismo demográfi-co y urbanización, y iii) reducción de lapobreza.

En el plano teórico-intelectual, el PlanBohan (1941), en el institucional, la creaciónde la Corporación Boliviana de Fomento(1942) y la “Marcha hacia el Oriente” (1952)en el ámbito de la política pública, son hi-tos fundamentales para comprender el des-pegue de la economía cruceña en los años 60.La diversificación productiva frente a la cri-sis de la minería de occidente dio un lugarestratégico a esta región, que albergaba lariqueza hidrocarburífera del país y presenta-ba potencialidades excepcionales para am-pliar la frontera agrícola con cultivos desti-nados a comercializarse en mercados andinosinternos y externos.

El ciclo histórico iniciado con la demo-cracia y las reformas económicas en la prime-ra mitad de la década del 80, otorgó un roleconómico predominante a la región en elmarco de una estrategia de crecimientoexportadora y sostenida por la inversión pri-vada. El proyecto “Tierras Bajas del Este”, fi-nanciado por el Banco Mundial, fue el tercerproceso de ampliación de la frontera agrícolae impulsó la agroindustria de las oleaginosas,mientras que las reformas inducidas en el sec-tor de hidrocarburos y de telecomunicacionespropiciaron la internacionalización de la eco-nomía cruceña y alentaron la emergencia deuna economía urbana de servicios de altacalidad en la década del 90.

En los períodos 1955-1980 y 1985-2000 (con contribuciones variables, estruc-turas industriales distintas y mercados cam-biantes según el período), el dinamismo dela economía regional se sustentó en dos pi-lares: el crecimiento de la agroindustria y las

exportaciones de hidrocarburos. Se trató deuno de los más exitosos procesos de descen-tralización económica de América Latina. Enapenas tres décadas, la economía cruceña seconsolidó como la primera economía regio-nal generando el 30% de la producción bo-liviana el año 2000.

El dinamismo económico se basó en uncierto proceso de transformación producti-va, en tanto se consolidó el sector industrialen el PIB regional, el empleo agrícola deca-yó sustancialmente y aumentó la ocupaciónen servicios: si en 1965, el 30% del PIB de-partamental y el 38% de la PEA eran de ori-gen agrícola, al final del período, el peso delsector agropecuario decayó al 22% y al 20%respectivamente, anotando al mismo tiem-po ganancias de productividad nada despre-ciables en el sector.

Este fenómeno se dio junto a un proce-so intenso de migración y consolidación deespacios urbanos, principalmente al norte dela ciudad de Santa Cruz. La emergencia deleje económico La Paz-Cochabamba-SantaCruz implicó una acelerada re-configuraciónde las dinámicas poblacionales en el país: enlos últimos 50 años, el oriente pasó de alber-gar al 12% de la población boliviana al 30%de la misma, en un proceso de urbanizaciónconcentrado en el departamento de SantaCruz. La capital del departamento es actual-mente la primera ciudad del país con más de1,1 millones de habitantes; la particularidaddel proceso de ocupación territorial en San-ta Cruz reside tanto en la conformación deuna red de localidades urbanas intermediasen un espacio relativamente amplio, como enlas intensas migraciones: actualmente, el27% de los residentes habituales del depar-tamento declaran haber nacido en otro lu-gar del país.

La disminución de la ocupación agrícolay el aumento de la urbanización evidencia-dos en la mayoría de los municipios del de-partamento, tuvieron un efecto positivo enla reducción de la pobreza medida según NBI

en Santa Cruz: si en 1976 el 80% de la po-blación del departamento adolecía de Nece-sidades Básicas Insatisfechas, ese porcentajese redujo en más de la mitad en los últimos25 años, en 27 de los 50 municipios del de-partamento, la reducción en el periodo1992-2001 fue mayor al promedio nacional.

3. Al finalizar el siglo XX, Santa Cruzera el primer departamento del país en

Las transformacionesestructurales deldepartamento de Santa Cruzparecen haber combinado treselementos en una especie decírculo virtuoso:i) crecimiento económico ytransformación productiva,ii) dinamismo demográfico yurbanización, y iii) reducciónde la pobreza

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materia de desarrollo humano y de com-petitividad

A mediados de la década del 70, SantaCruz fue el primer departamento del país enacceder a un nivel de desarrollo humanomedio. Desde entonces los avances fueronciertamente notables y, en el último cuartode siglo, Santa Cruz siempre ocupó el primerlugar del país en materia de desarrollo hu-mano. Así, se puede afirmar que el dinamis-mo económico tuvo efectos sociales impor-tantes expresados en el aumento en la tasa dealfabetización de adultos, en la de matricu-lación y en la esperanza de vida, que susten-taron la reducción de la pobreza entre 1976y 2001. Todo ello ocurrió en medio de unproceso migratorio, de transformación y decomplejización social sin precedentes enBolivia.

Santa Cruz logró construir la economíaregional más competitiva del país (comomuestra está el indicador de competitividadregional elaborado con base en 45 variablesreagrupadas en cinco componentes de acti-vidad económica, capacidades humanas, ca-pacidades empresariales, infraestructura yfortaleza institucional) al tiempo que acu-mulaba un valioso capital humano. Por lomismo, y si bien en la configuración regio-nal del país no existe hegemonía de una solaaglomeración urbana, los avances notablesde Santa Cruz, sobre todo de su área metro-politana, en materia de desarrollo humanoy competitividad, permiten plantear la po-sibilidad de que la ciudad-región asuma unrol hegemónico a mediano plazo. Ello tam-bién sucede en lo demográfico, pues la tasade crecimiento ínter censal urbana de SantaCruz de la Sierra sigue siendo la más alta delpaís. En lo económico sucede algo similardadas las externalidades urbanas de las quese beneficia la ciudad, sede de operacionesdel 50% de las empresas más grandes deBolivia y que alberga al mercado urbano másimportante del país, tanto por su dimensióncomo por su nivel de ingresos. A su vez, enlo político se observa la capacidad de reivin-dicación de los intereses regionales y demovilización frente al gobierno central.

Sin embargo, algunos datos permitenrelativizar la tendencia estructural. Si bien esmuy probable que Santa Cruz de la Sierraconsolide su posición de cabeza del eje cen-tral, es cuestionable que llegue a representarun porcentaje del PIB como el de las áreas

metropolitanas de Lima y Santiago para susrespectivos países (el 44% y el 48% del PIB

de Perú y Chile, respectivamente), puesCochabamba, una región prácticamente es-tancada en su participación nacional desdelos años 60, aún representa un 18% del PIB

nacional, mientras que la economía paceña,en declive desde hace dos décadas, representatodavía un 23% del PIB y concentra el 35%del PIB en servicios financieros y empresaria-les. En lo demográfico, los datos del censo2001 muestran una convergencia nacional-departamental y urbano-rural de las tasas decrecimiento ínter censal, por lo que es posi-ble, a mediano plazo, que se tienda inclusohacia una cierta estabilización en el peso re-lativo de los tres pisos ecológicos del país.Finalmente, es en lo político donde se apre-cian probablemente las mayores debilidadesdel departamento para consolidar sus logrosen materia de desarrollo humano y compe-titividad, en la medida en que, históricamen-te, la fortaleza económica y demográfica deldepartamento no fue acompañada de lide-razgos políticos regionales consistentes. Ac-tualmente, la brecha entre la debilidad polí-tico-institucional y la fortaleza de actoreseconómicos transnacionales parece haberseampliado dramáticamente.

4. A pesar de los logros anotados, San-ta Cruz vive una profunda crisis política,económica y social, que deja en evidencialimitaciones estructurales del proceso dedesarrollo regional.

La frágil articulación entre equidad,competitividad e institucionalidad en el pro-ceso de desarrollo de Santa Cruz condicio-naron constantemente los logros del depar-tamento en materia de desarrollo humano acoyunturas favorables para su aparato pro-ductivo.

En este sentido, la desagregación delIDH de Santa Cruz en sus componentes eco-nómicos y sociales ratifica una tendencianacional (PNUD, 2002): la rigidez del PIB percápita (a lo que se suma su desigual distri-bución) generó un patrón asimétrico dedesarrollo humano. En efecto, si en 1976existía un cierto equilibrio entre los compo-nentes económicos y sociales del IDH, lacrisis de los años 80 y la ralentización del cre-cimiento económico a partir de 1998 gene-raron un desarrollo asimétrico, que cuestio-na la calidad y sostenibilidad de los logrossociales.

Santa Cruz vive unaprofunda crisis política,

económica y social, que dejaen evidencia limitaciones

estructurales del proceso dedesarrollo regional

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Por otra parte, aunque en el último cuar-to de siglo, Santa Cruz redujo considerable-mente sus niveles de pobreza, ésta todavíaafecta al 38% de la población. Un análisismás profundo del proceso de desarrollomuestra que: i) los avances se registraronfundamentalmente en el área de educación,aunque se notaron falencias importantes enlos demás componentes del índice, ii) en untercio de los municipios (aquellos con losmayores niveles de pobreza al inicio del pe-riodo3), la reducción fue muy modesta en elperíodo 1992-2001, y iii) si bien la pobrezaextrema fue superada en el departamento, losumbrales de pobreza crecieron considerable-mente mientras el número de hogares connecesidades básicas satisfechas prácticamentese mantuvo. Si el desarrollo humano es antetodo un proceso productor de equidades, enel caso de Santa Cruz la fragilidad del pro-ceso es manifiesta y no es de extrañar que elcontexto actual de reducción del PIB per cá-pita afecte con particular fuerza a ampliosgrupos de la sociedad cruceña.

Este desarrollo asimétrico refleja la fra-gilidad de las bases sobre las cuales se asientala competitividad de Santa Cruz. En efecto,el dinamismo económico cruceño observa-do en los períodos 1960-1975 y 1988-1998fue interrumpido bruscamente por procesosrecesivos que cuestionan la capacidad de laeconomía regional para transformar sus ven-tajas comparativas en materia de recursosnaturales, en otras menos expuestas a las con-diciones de la demanda internacional. Yaunque la economía cruceña es la más com-petitiva del país, Bolivia ocupa los puestos 67y 75 (de una muestra de 75 países) en el ran-king global macro y micro-económico decompetitividad del World Economic Forum2002-2003. Finalmente, una desagregacióndel Índice de Competitividad Regionalmuestra la gran debilidad de la región: lafragilidad de sus instituciones.

5. Tres elementos configuran el mo-mento de inflexión en la dinámica de desa-rrollo regional: la competitividad (la baseproductiva se restringe), la equidad (los re-querimientos sociales se amplían) y la ins-titucionalidad (con una fuerte crisis de le-gitimidad y de representatividad de lasinstituciones).

La coyuntura actual del departamento,marcada por la caída del PIB per cápita, el au-mento del desempleo, el deterioro de la ca-lidad de los servicios públicos, el incremen-to de la inseguridad ciudadana y elpesimismo creciente frente al futuro, eviden-cia un bloqueo en el desarrollo regional quelas políticas públicas, lejos de romper hanfortalecido.

En lo económico, la emergencia de uncrecimiento basado en sectores dinámicoscon poca capacidad de generación de empleono cualificado y sustentado por actorestransnacionales, se produce en un contextorecesivo que pone en riesgo la viabilidad tan-to de la empresa privada moderno-exporta-dora como de los sectores tradicionales einformales urbanos de Santa Cruz. Esta co-yuntura dejó en evidencia los límites estruc-turales de i) un modelo de crecimiento agroexportador fuertemente dependiente de lafertilidad y disponibilidad de la tierra, de laconsolidación de mercados cautivos y de lasfluctuaciones de los precios internacionalesde materias primas, y de ii) a una base eco-nómica urbana, terciarizada e informal, sa-turada. La base productiva se restringe.

En lo social, los problemas de planifica-ción, gestión y, en definitiva, mala utiliza-ción de los recursos municipales y prefectu-rales -coincidentes con la crisis económica-,un proceso migratorio constante y un creci-miento caótico de las zonas peri urbanas,provocaron un deterioro de los servicios y unincremento de la inseguridad ciudadana enla ciudad de Santa Cruz, donde casi la mi-tad de la población vive en umbrales de po-breza. En el resto del departamento, la fra-gilidad de los logros sociales es patente,fundamentalmente en los municipios confuerte presencia indígena, pero incluso enenclaves comerciales de frontera fuertementeafectados por cuatro años de crisis. Los re-querimientos sociales se amplían.

En lo político, las instituciones cívicasy políticas de Santa Cruz parecen atravesarpor una crisis de representatividad y de legi-timidad. Por un lado, se expresa un males-tar social con relación al poder político, a laarbitrariedad de las instituciones públicas ya las irregularidades en la justicia (Jáuregui,2003). Por el otro, las capacidades políticas

3 Por lo que sólo Montero, Camiri, Puerto Guijarro y Santa Cruz de la Sierra tienenostentan niveles de pobreza inferiores alpromedio departamental, y, en el caso de la capital, el dato global ocultaencierra una fuerte disparidad interna.

Tres elementos configuran elmomento de inflexión en ladinámica de desarrolloregional: la competitividad,la equidad y lainstitucionalidad

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de la sociedad cruceña son débiles y fragmen-tadas. Pareciera que la sociedad cruceña y susinstituciones son incapaces de dar cuenta dela diversidad étnico-cultural, resultado delproceso migratorio y de la complejizaciónsocial que conlleva todo proceso de desarro-llo capitalista. La capacidad de representa-ción y la legitimidad de las institucionescruceñas se debilitan.

Pautas para una agenda de desarrollo hu-mano mirando hacia el Este

1. Frente al agotamiento del proyecto dedesarrollo regional es necesario pensar lamacrorregión Este como una nueva articula-ción que amplíe la base productiva, limite lapresión social sobre los recursos y fortalez-ca nuevos espacios de participación política.

El proceso de desarrollo de Santa Cruzpropició la emergencia de una subregión inte-grada como ampliación del área metropolita-na a otros centros urbanos en red y sus áreasde influencia. El fácil acceso, la fluidez de lamano de obra, la difusión de tecnología y lacalidad de los suelos, hicieron de esta regiónun territorio con fuertes ventajas competitivas.Al mismo tiempo, al menos hasta fines de losaños 70, el desarrollo cruceño tuvo como fron-tera natural el Río Grande.

El modelo cruceño se amplió hacia: i) elpolo del sudeste, a 500 kilómetros de distan-cia, ampliando su capacidad exportadora ygenerando un interesante enclave comercial,ii) la Chiquitanía misional, donde se promo-vieron interesantes actividades productivasaunque no conllevaran mejoras importantesen materia de desarrollo humano, iii) losvalles, con Samaipata como centro, y iv) laszonas bajas del Este, ampliando la fronteraagrícola y los cultivos de exportación. Así,Santa Cruz tiene un nodo principal metro-politano, un nodo secundario exportador yáreas “enganchadas” al área metropolitana,con potencialidades para entrar al circuitoexportador, pero”“manejadas” por ésta.

En el actual contexto de crisis, ¿es posi-ble pensar una nueva articulación territorialque, de forma sostenible, amplíe la base pro-ductiva del departamento, limite la presiónsocial sobre los recursos y abra nuevos espa-cios de participación política? ¿Cómo fun-cionaría el territorio cruceño si se estimula-ran las relaciones de Santa Cruz con losEstados vecinos de Matto Grosso y MattoGrosso do Sul, y sus respectivas capitales, en

una suerte de macrorregión Este? La orien-tación “andino-céntrica” de la economíacruceña, la debilidad estructural de las ins-tancias de planificación regional, las grandesdistancias y la baja densidad poblacional,rasgos del territorio de la macrorregión Este,son los motivos por los cuales se margina lazona más extensa del departamento.

Dadas las conquistas del desarrollo hu-mano regional y los logros de competiti-vidad, pareciera que es posible plantearse uncrecimiento más complejo, con mayor incor-poración de tecnología y de capacidadeshumanas para generar más valor agregado.

Por otra parte, la población rural deSanta Cruz es probablemente el único gru-po en el país que posee un conjunto de ca-pacidades políticas que la hacen particular-mente propensa a la acción colectiva y a laparticipación política (PNUD, 2002). Esposible potenciar las dinámicas desatadas porla participación popular, impulsar los proce-sos mancomunitarios y profundizar la des-centralización dando a las prefecturas mayorautonomía y capacidad de planificación es-tratégica. Por último, la hipotética macrorre-gión Este se asienta en un discurso propio dela sociedad y la economía de la información,pues más que centrarse en la geografía tra-dicional, enfatiza los nodos, ejes y flujos, esdecir, las redes.

2. La región de la Gran Chiquitanía,además de su riqueza cultural y su ubica-ción geográfica, tiene importantes activospara ampliar la base del desarrollo regional:en lo económico, a través del desarrollo delturismo cultural y ecológico, la ganaderíade exportación y la explotación sosteniblede sus bosques, y en lo político, a través deexperiencias interesantes de desarrollo local,un marco institucional mancomunitario degran escala y la existencia de importantescapacidades políticas en su población.

Esta región es central para la macrorre-gión Este. Cabe preguntarse si ella podráconvertirse en el territorio que amplíe el mo-delo cruceño fuera de la región metropoli-tana, conecte a la región y al país con nue-vos flujos y mercados externos y potencie unnuevo proyecto de desarrollo regional.

En el plano territorial, la Chiquitania esun amplio espacio constituido como un sis-tema de centros intermedios, con un pasa-do histórico común, una fuerte identidad

Frente al agotamiento delproyecto de desarrollo regional

es necesario pensar lamacrorregión Este como una

nueva articulación queamplíe la base productiva,

limite la presión social sobrelos recursos y

fortalezca nuevos espacios departicipación política

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cultural, ingentes recursos naturales particu-larmente forestales, vastos parques nacionalesy áreas protegidas, un circuito misional procla-mado Patrimonio Cultural de la Humanidady un eje transversal estructurador constituidopor la carretera, el ferrocarril y el gasoducto.Al mismo tiempo, es un territorio hetero-géneo, con actividades urbanas de enclave,mala calidad de la infraestructura vial, servi-cios deficientes, ausencia de planes de ordena-miento urbano, problemas de deforestación enel sector oeste, suelos deficientes para uso agrí-cola intensivo y débiles mecanismos de con-trol de ocupación de suelos.

En lo económico, la región exporta ma-terias primas agropecuarias, básicamente pro-ductos forestales y ganado vacuno, a lo que sesuma el turismo y la artesanía como activida-des emergentes. Si bien no existe una estruc-tura industrial más allá de la experiencia po-sitiva de ciertas micro y pequeñas empresas,las ventajas comparativas de la región en ma-teria de recursos naturales deberían servir debase para construir ventajas competitivas enmateria de turismo cultural (circuitomisional), turismo ecológico (tres parques na-cionales y áreas protegidas con valiosabiodiversidad), minería (nueve zonas de inte-rés minero en oro, hierro, níquel, cobre, pie-dras preciosas), ganadería (un tercio del hatodepartamental en una zona declarada libre deaftosa), madera (50% de la riqueza forestal delpaís en 14 millones de hectáreas) y serviciospara el comercio exterior (infraestructuras detransporte y almacenamiento sobre todo enPuerto Suárez-Quijarro).

La baja capacitación de sus recursos hu-manos es el límite más importante al desa-rrollo humano de la Gran Chiquitania. Enefecto, aunque la realidad de los municipioschiquitanos suele ser muy diversa por el ni-vel de densidad poblacional, el grado de ur-banización y el nivel de predominio de acti-vidades agropecuarias de subsistencia, losbajos índices de desarrollo humano y los al-tos niveles de pobreza e indigencia asociadosa la exclusión de grupos indígenas y origina-rios son una tendencia común en todos losmunicipios de la región. Aún así la calidaddel capital social, el elevado compromiso conel país y la región, los altos niveles de con-fianza institucional y los bajos niveles defatalismo de la población chiquitana, la con-vierten probablemente en uno de los grupos

con mayor capacidad de acción colectiva enel país. Esto último se refuerza por la matrizcultural común que está siendo revalorizadaen los últimos años.

En el plano institucional, la organizaciónde los municipios en una mancomunidad yla participación de numerosas instituciones dedesarrollo constituyen una fortaleza en lamedida en que empiezan a coordinar sus in-tervenciones en la zona. Asimismo, la pau-latina organización de los pueblos indígenaspara la defensa y ejercicio de sus derechosfortalece la práctica democrática. Sin embar-go, la falta de instancias departamentales decoordinación y planificación, así como laaún fuerte exclusión de los grupos indígenas,son barreras para el desarrollo humano.

3. En Santa Cruz existe conciencia de lacrisis, pero es urgente hacer una reflexiónautocrítica para pensar el futuro. Frente auna base productiva que se restringe, unapresión social exacerbada sobre los recursosy una crisis de representatividad y legitimi-dad de los actores políticos y sociales, pare-ce necesario:

i) Fortalecer la institucionalidad democrá-tica articulando el nivel regional descen-tralizado, transparente, competente yrepresentativo con las instancias localesy nacionales;

ii) Definir estrategias productivas que va-loricen la innovación, la incorporacióndel progreso técnico y el aprovecha-miento pleno de las capacidades de lagente, para consolidar ventajas compe-titivas menos expuestas a las condicio-nes de la demanda;

iii) Ampliar territorialmente el desarrollopara no favorecer un enclave modernoy globalizado en una región metropoli-tana con desigualdades violentas, y ro-deada por territorios de marginalidad,atraso y dependencia; y

iv) Pensar estrategias que fortalezcan la par-ticipación de nuevos actores sociales yterritoriales en el marco de un proyectocolectivo incluyente, que asuma la diver-sidad de la sociedad. En suma, es nece-sario fortalecer a los distintos actoreslocales para articular equidad, competi-tividad e institucionalidad en el proce-so de desarrollo regional.

En Santa Cruz existeconciencia de la crisis, pero esurgente hacer una reflexiónautocrítica para pensar elfuturo