Emergencias en osambulatorios

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- -=~~ le}{~s y Códigos en Medicina Emergencias en os ambulatorios munlcipales de Baruta La demanda de servicios de .itencion a urgencias y emer- gencias (SAUE) en Caracas esborda con frecuencia la ca- cidad instalada de sus vein- urés hospitales generales y de _ pecialidad~ Durante los años e crecimiento económico, los cesivos incrementos en la de- anda fueron absorbidos a rtir del aumento en la oferta estos servicios durante los -os cincuenta y 'sesenta, con puesta enfuncionamiento de llamados hospitaLes perifé- zos (los más importantes: el esto de Emergencias Perifé- ':O del Oeste, mejor conocido o "PEPO" y el Hospital ipoldo Tejero Manrique, lla- o también "Periférico de he", Últimamente, en los • ranas setenta, tuvo lugar onstruccion deLServicio de - ereencias del Hospital Var- de Caracas, heredero éste élebre "Puesto de Soco- que funcionara durante .os años en la esquina de e- • Desde entonces, y en el o de un crecimiento ur- :o planificado y de una .•••... '""'"~ a contracción en la ia. la oferta de estos lIEDI<TI-A METROPOLITANA - ':::2 Volumen3 N° 1 Dr. Gustavo J. Villasmil Prieto Médico Cirujano y Especialista en Medicina Interna Poli clínica Metropolitana Breve historia de una experiencia: los ambulatorios municipales de Baruta (AMB) El Municipio Baruta del Estado Miranda cuenta con cinco establecimientos ambulatorio s propios (cuatro rurales del tipo III y uno rural del tipo II) y coadministra otros dos más con el Gobierno del Estado Miranda. En Agosto de 2000, ninguno de estos centros prestaba servicio fuera del horario regular y de lunes a viernes. ASÍ,la totalidad de los casos urgentes y emergentes gene- rados en el Municipio debían forzosamente consultar en SAUE hospitalarios' situados fuera de su jurisdicción. El nuevo gobierno municipal trazó una polí- tica tendiente a ampliar el horario de atención de estos servicios a las veinti- cuatro horas del día y en no menos de cuatro de los establecimientos bajo su administración. Se dio inicio inmediato a la implantación de tal política, todo lo cual no tardó en encontrar importantes dificultades expresadas en los pro- blemas más frecuentemente diagnosticados, a saber: Indisposición de parte del personal y de su representación sindical en lo re- lativo a la fijación de jornadas nocturnas y durante los fines de semana. Ausencia de dotación tecnológica mínima para la prestación de SAUE. Nula capacitación del personal en las destrezas requeridas para tales pres- taciones. Precariedad en cuanto a los apoyos logísticos requeridos para el sosteni- miento y continuidad de un servicio de tal naturaleza (comunicaciones, su- ministros y transporte). 7

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Emergencias enos ambulatoriosmunlcipales de Baruta

La demanda de servicios de.itencion a urgencias y emer-gencias (SAUE) en Caracasesborda con frecuencia la ca-cidad instalada de sus vein-

urés hospitales generales y de_ pecialidad~ Durante los añose crecimiento económico, loscesivos incrementos en la de-anda fueron absorbidos artir del aumento en la ofertaestos servicios durante los

-os cincuenta y 'sesenta, conpuesta enfuncionamiento dellamados hospitaLes perifé-

zos (los más importantes: elesto de Emergencias Perifé-

':O del Oeste, mejor conocidoo "PEPO" y el Hospitalipoldo Tejero Manrique, lla-o también "Periférico dehe", Últimamente, en los

• ranas setenta, tuvo lugaronstruccion deLServicio de

- ereencias del Hospital Var-de Caracas, heredero éste

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lIEDI<TI-A METROPOLITANA- ':::2 Volumen3 N° 1

Dr. Gustavo J. Villasmil PrietoMédico Cirujano y

Especialista en Medicina InternaPoli clínica Metropolitana

Breve historia de una experiencia: los ambulatorios municipalesde Baruta (AMB)

El Municipio Baruta del Estado Miranda cuenta con cinco establecimientosambulatorio s propios (cuatro rurales del tipo III y uno rural del tipo II) ycoadministra otros dos más con el Gobierno del Estado Miranda. En Agostode 2000, ninguno de estos centros prestaba servicio fuera del horario regulary de lunes a viernes. ASÍ, la totalidad de los casos urgentes y emergentes gene-rados en el Municipio debían forzosamente consultar en SAUE hospitalarios'situados fuera de su jurisdicción. El nuevo gobierno municipal trazó una polí-tica tendiente a ampliar el horario de atención de estos servicios a las veinti-cuatro horas del día y en no menos de cuatro de los establecimientos bajo suadministración. Se dio inicio inmediato a la implantación de tal política, todolo cual no tardó en encontrar importantes dificultades expresadas en los pro-blemas más frecuentemente diagnosticados, a saber:

• Indisposición de parte del personal y de su representación sindical en lo re-lativo a la fijación de jornadas nocturnas y durante los fines de semana.

• Ausencia de dotación tecnológica mínima para la prestación de SAUE.

• Nula capacitación del personal en las destrezas requeridas para tales pres-taciones.

• Precariedad en cuanto a los apoyos logísticos requeridos para el sosteni-miento y continuidad de un servicio de tal naturaleza (comunicaciones, su-ministros y transporte).

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servicios no pudo expandirsemás, al punto que los casi cua-tro millones de caraqueños nocuentan sino con la aquella redlevantada más de treinta añosantes. De este modo y con eltiempo, la congestión y dete-rioro de estos servicios se hizopatente. Una de las opcionesha sido la de extender el hora-rio de atención al público de lared ambulatoria instalada -más de cien establecimientosen el Area Metropolitana de Ca-racas (AMC)-, lo cual no dejade plantear serias interrogan-·tes en cuanto a las posibilida-des reales de estas estructurasen lo referente a la dispensa-cióndeSAUE.1

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Más allá de los "síntomas": hadareddeAMB.Uno puede aproximarse al moesquema propuesto por Allaincomo un sistema constituídsub-sistemas: por un lado.

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Volumen 3 N° 1

El sistema socio-estructural de losAMB: la "medicina de guerra"En correspondencia con una cultura organizacional así caracterizada se sitúaun sistema socio-estructural marcado por la precariedad errcuanto al estadode las plantas fisicas, la dotación tecnológica y los suministros médicos nece-sarios para una práctica idónea. Apenas si algún mobiliario, casi ningún equi-po de mediana tecnología y solo unos pocos medicamentos de servicio cons-tituían la dotación tipo de un AMB, todo lo cual limitaba de suyo la presta-ción de servicios con una cierta agregación de valor.

Se conformaba así una organización médica de alcance limitado en cuanto asu capacidad real para prestar servicios complejos como los SAUE, de desem-peño técnico secularmente bajo y cuyo personal, sometido desde siempre a in-centivos de "baja potencia" al tiempo que embuído en tan particular relaciónestructura-cultura, no parecía dispuesto a ir mucho más allá en aras de sosteneruna nueva estructura de servicios que contemplara, entre otros, los SAUE.

Así las cosas: ¿cómo dar sustento a la prestación de SAUE?Fueron cinco los lineamientos que definiera la gerencia sanitaria municipal afin de promover las transformaciones tanto culturales como estructurales

. -que hicieran posible el cambio organizacional requerido para la efectiva in-serción de los SAUE en la oferta de los AMB, a saber:

• Fijación de una agenda de cambio "de arriba hacia abajo": los SAUE "sí osí".

• Introducción de una gerencia in situ en cada establecimiento de la red deAMB.

• Inversión en el "hardware" de los AMB: las plantas.físicas y la tecnologíarequeridas. .

• Inversión en el capital humano de los AMB: el reentrenamiento de su per-sonal.

• Inauguración de una estilo de gerencia "itinerante": el modelaje como he-rramienta para el cambio.

La fijación de una agenda de gestión que privilegiase la instalación de losSAUE fue parte de una decisión asumida por el gabinete del gobierno muni-cipal en sus primeros cien días de gestión. La solidez con la que se inaugura-ba un gobierno electo con casi el ochenta por ciento de los votos emitidos erala señal necesaria para acometer un cambio al que naturalmente se le opon-drían los "dolientes" del status qua. Se trató, ciertamente, de una decisión po-

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lítica. La estrategia para instaurar el cambio deseado pasaba necesariamentepor el fortalecimiento de una gerencia in situ en cada establecimiento, bajocuya responsabilidad habría de estar la administración de los distintos proce-sos técnicos inherentes a la implantación del nuevo servicio. Esta gerencia insitu gozaba del pleno respaldo de la administración. El "hardware" de cadaAMB fue sensiblemente mejorado, con inversiones tanto en sus plantas fisi-cas como en el equipamiento médico requerido para brindar prestaciones decomplejidad superior a lo acostumbrado. Consistentemente, el componentehumano del sistema (digamos que el "humanware" del sistema) debía elevarsu nivel de apresto para, con el auxilio de la nueva tecnología, manejar efecti-vamente los nuevos procesos técnicos inherentes a los SAUE. Ello condujo asu reentrenamiento formal y su "coaching" contínuo por parte de aquellosmiembros del personal con experiencia previa en tales procesos y cuyo con-curso fue especialmente fomentado 3. Finalmente, la gerencia sanitaria delMunicipio asumió un nuevo rol itinerante, con contínuas visitas a los AMB eimplicándose con frecuencia en el manejo algunos casos. Ello no solo permi-tió conocer de primera mano los detalles inherentes a la "puesta a punto" delSAUE, sino que se constituyó en sí mismo en un "mensaje" hacia el staffenel sentido de que el cambio propuesto era, sobre todo, una responsabilidad yuna tarea de todos, desde el nivel más operativo hasta-el de la alta gerencia. Elgerente itinerante se convertía en sí mismo en un factor de modelaje.

Los SAUE en losAMB: la historia tres años más tardeEntre Agosto de 2000 y Junio de 2001 tres de los cinco AMB ya ofrecíanSAUE. En lo sucesivo, la administración municipal haría esfuerzos por dotarprogresivamente de tecnología a estos establecimientos, así como de apoyo enmateria de comunicaciones tanto telefónicas como de radio. Un servicio deatención prehospitalaria y ambulancias especialmente concebido para brindarapoyo a la red serviría finalmente como elemento de inserción en la compleji-dad de los SAUE basados en hospitales, de modo que aquellos casos de emer-gencia mayor pudieran ser evacuados de manera expedita y segura hacia la redde hospitales, de ser necesario. Progresivamente, los SAUE se incorporaron al"paisaje" cotidiano de los establecimientos de la red deAMB: se introdujeronnuevas jergas acordes con la Medicina de Urgencias, se popularizaron saberesy destrezas de nuevo cuño, insertar un catéter central o un tubo endotraqueal,reconocer una arritmia maligna y tratada, colocar un marcapasos externo, etc- .El concurso de otra cultura organizacional distinta, la aportada por aquellosnuevos miembros del equipo que provenían de grandes hospitales, indujo en

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buena medida el cambio a través del entrenamiento dado a los restantes miem-

bros del equipo. Finalmente, la exitosa implantación del cambio en los AMB

tuvo un acicate principalísimo en la actitud de los gerentes'responsables del

mismo. Participar de modo directo de la gestión de dicho cambio, compartien-

do tareas, incertidumbres y riesgos con los demás miembros del equipo en los

distintos AMB permitió disminuir la natural resistencia que todo cambio en-

frenta, al tiempo que neutralizaba la conservadora posición sostenida por gre-

mios y sindicatos ante propuestas de carácter innovador como ésta.'

La inserción de los SAUE en los AMB está teniendo importantes impactos

en la gestión de la atención médica a casos urgentes y emergentes generados

en el Municipio. Cerca de un 80% de éstos son resueltos en los SAUE basa-

dos en los AMB, 10 cual alivia notablemente la presión de demanda que de

otro modo se ejercería sobre el hospital. El 20% restante que deba ser forzo-

samente evacuado al hospital es objeto de un traslado convenientemente asis-,tido, con los soportes vitales requeridos para garantizar la seguridad del en-

fermo hasta su arribo al hospital que fmalmente le reciba, cuyo staff es ente-

rado vía radio sobre los pormenores del caso antes y durante su traslado. s

Hoy en día, ya nadie recuerda los tiempos en los que los AMB se mantenían

cerrados de noche o en los fines de semana: más aún, todos, gremios y sindi-

catos, funcionarios de la administración sanitaria municipal, instructores, en-

fermeras, médicos y paramédicos, sienten la inserción de los SAUE en los

AMB como un mérito propio. Un debate que es innecesario y aún inconve-

niente abordar: al fin y al cabo, lo sustantivo no es sino que cada miembro del

equipo y que cada factor de poder involucrado en el proceso, vea y-sienta al

cambio como cosa propia, como algo de sí. Ninguna mejor garantía hay de

sustentabilidad errel tiempo.

La integración de 10sAMB a la dispensación de SAUE en el Municipio Baru-

ta bien podría tenerse como una contribución al necesario redimensiona-

miento de una demanda, que de otro modo tendría que ser derivada hacia una

congestionada red pública o hacia establecimientos privados inaccesibles pa-

ra gran parte de los usuarios. Bajo adecuada supervisión, contando con per-

sonal entrenado y equipado y con apoyo logístico suficiente, es posible brin-

dar la atención debida a casos urgentes y emergentes fuera de una estructura

hospitalaria, cuya operación siempre será costosa y dependiente de inversio-

nes dificilmente al alcance de un gobierno 10cal.6

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Bibliografía:

1. Villasmil, G. La atención médica ambulatoria en Caracas: ¿un serviciosin demanda?MedMetropolitana(2000); 1 (1): 14-19.

2. Ramió, C (1999). La cultura organizativa de la administración pública.En: Teoría de la organización y administración pública. Madrid. Tecnos-Universidad Pompeu Fabra, p. 196 Ysucs.

3. Harmon, Michael y Richard T. Mayer. Contexto Organizacional de laAdministración Publica. En: Teoría de la Organización para la Adminis-tración Publica. Fondo de Cultura Económica, México, 1997.p. 33 Ysucs.

4. Minzberg, Henry. Gestionar el gobierno, gobernar la gestión. En: Losadai Marrodán, Carlos (ed).¿De Burócratas a Gerentes? Las ciencias de lagestión aplicadas a la administración del Estado. Ediciones del BancoInteramericano de Desarrollo. Washington, DC, 1999. cap. 7, pág. 208.

5. Memoria y Cuenta del Alcalde a la Cámara Municipal de Baruta, ejerci-cios fiscales correspondientes a los años 200 1Y2002.

6. Villasmil, G. Demanda y oferta de servicios de atención médica. Algunasconsideraciones desde la perspectiva de la gestión. Hemos (2002); 3: 4-8.

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