Electrodinamica

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a vez más el lenguaje hablado. Pero en PNL también trabajamos con la metáfora, el lenguaje desde su cariz poético, buscando más bien la apertura y la ampliación de los mapas mentales. , llevándolo desde un significado concreto a otro simbólico o figurado ue lo represente. !s decir, e"presamos una cosa por medio de otra, similar en alg#n aspecto. La metáfora, por tanto, implica una comparación, en la cual dos cosas ue son diferentes se vinculan a partir de alg#n rasgo similar$ puedo hablar de %las perlas de boca%, porue los dientes y las perlas comparten la cualidad de %blancura%. &na metáfora ue no se asemeje en nada a auello ue supuestamente representa deja de ser una metáfora, para convertirse simplemente en un significado concreto. !l lenguaje metafórico es #til para sembrar nuevas ideas. Los grandes l'deres pol'tico y religiosos de todas las épocas lo sab'an, por eso no sol'an e"presar sus ideas directamente, sino ue hablaban a su gente por medio de parábolas y alegor'as. !ste tipo de comunicación, ue llamaremos indirecta, genera menor resistencia por parte del ue escucha, a la vez ue tiene un mayor impacto emocional, ya ue es capaz de como reservorio de m#ltiples recursos y posibilidades, tal como lo entend'a (ilton ). !ric*son+. e este modo, se para dejar ue ingresen ideas y modos de solución alternativos. -uando la lógica no sirve podemos tener una alternativa con el lenguaje indirecto o lenguaje de la metáfora. La esencia de la metáfora es la analog'a, la comparación. -uanto más simple es la comparación, más cerca de la conciencia está. -uanto más compleja y más transformada está la analog'a, más va a eludir el control de la conciencia y va a entr a nivel inconciente. La metáfora no impone, sino ue sugiere. No ordena, sino ue siembra, dejando a uien escucha ue tome sólo lo ue necesite y lo haga madurar a su propio ritmo, para degustar sus frutos en el momento adecuado. Nuestro lenguaje cotidiano está impregnado de metáforas, de las ue a veces ni nos percatamos$ %se me heló la sangre%, %me clavó un pu al en el corazón%, etc., son e"presiones metafóricas corrientes para referirse a vivencias de otro orden. /enemos metáforas para definir al mundo y a la vida$ %la vida es un valle de lágrimas% %el mundo es un pa uelo%, etc. Lo interesante es ue si definimos metafóricamente al mundo de determinada manera, será más congruente ue actuemos de un modo y no de otro. 0i la vida es un valle de lágrimas, 1dónde hay lugar para la felicidad2 1)abr alguna otra forma de crecer y evolucionar, más allá del sufrimiento2 El camino del héroe

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a vez ms el lenguaje hablado. Pero en PNL tambin trabajamos con la metfora, el lenguaje desde su cariz potico, buscando ms bien la apertura y la ampliacin de los mapas mentales. , llevndolo desde un significado concreto a otro simblico o figurado que lo represente. Es decir, expresamos una cosa por medio de otra, similar en algn aspecto. La metfora, por tanto, implica una comparacin, en la cual dos cosas que son diferentes se vinculan a partir de algn rasgo similar: puedo hablar de "las perlas de tu boca", porque los dientes y las perlas comparten la cualidad de "blancura". Una metfora que no se asemeje en nada a aquello que supuestamente representa deja de ser una metfora, para convertirse simplemente en un significado concreto. El lenguaje metafrico es til para sembrar nuevas ideas. Los grandes lderes polticos y religiosos de todas las pocas lo saban, por eso no solan expresar sus ideas directamente, sino que hablaban a su gente por medio de parbolas y alegoras. Este tipo de comunicacin, que llamaremos indirecta, genera menor resistencia por parte del que escucha, a la vez que tiene un mayor impacto emocional, ya que es capaz de como reservorio de mltiples recursos y posibilidades, tal como lo entenda Milton H. Erickson). De este modo, se para dejar que ingresen ideas y modos de solucin alternativos. Cuando la lgica no sirve podemos tener una alternativa con el lenguaje indirecto o lenguaje de la metfora. La esencia de la metfora es la analoga, la comparacin. Cuanto ms simple es la comparacin, ms cerca de la conciencia est. Cuanto ms compleja y ms transformada est la analoga, ms va a eludir el control de la conciencia y va a entrar a nivel inconciente. La metfora no impone, sino que sugiere. No ordena, sino que siembra, dejando a quien escucha que tome slo lo que necesite y lo haga madurar a su propio ritmo, para degustar sus frutos en el momento adecuado. Nuestro lenguaje cotidiano est impregnado de metforas, de las que a veces ni nos percatamos: "se me hel la sangre", "me clav un pual en el corazn", etc., son expresiones metafricas corrientes para referirse a vivencias de otro orden. Tenemos metforas para definir al mundo y a la vida: "la vida es un valle de lgrimas", "el mundo es un pauelo", etc. Lo interesante es que si definimos metafricamente al mundo de determinada manera, ser ms congruente que actuemos de un modo y no de otro. Si la vida es un valle de lgrimas, dnde hay lugar para la felicidad? Habr alguna otra forma de crecer y evolucionar, ms all del sufrimiento? El camino del hroe Una interesante metfora de la vida es la que se encuentra implcita en la mayor parte de los relatos mitolgicos y las leyendas folklricas: la vida como el camino de un hroe que se transforma, al resolver diferentes situaciones y pasar por diversas peripecias mientras lo transita. Este hroe (o herona) atemporal y universal es el reflejo de los desafos que encontramos en el camino de la vida: conflictos cotidianos, bsquedas, crisis, aprendizajes, experiencias todas que contribuirn a nuestra evolucin personal y a la transformacin de nuestra conciencia. En las culturas "primitivas" normalmente no exista la adolescencia. El pasaje de la niez a la adultez se daba a partir de un ritual. En el mismo se separaba al nio de su mundo conocido, familiar, y se lo llevaba a otro espacio, un templo, o un lugar especial, donde se llevara a cabo la iniciacin propiamente dicha. All, acompaados siempre de un gua, tenan que pasar por ciertas pruebas y aprendizajes, y reciban ciertos conocimientos especficos que los iban a preparar para la vida adulta. Luego regresaban al mundo normal pero ya con otra categora, la cual poda reflejarse en cambio de nombre o de vestimenta (como ocurre en la ordenacin de un cura o de una monja). Segn Campbell, los mitos del camino del hroe siguen bsicamente la misma estructura del ritual de iniciacin, cuyas tres fases son: la preparacin, la iniciacin propiamente dicha, y el regreso (cada una con varias sub-fases). Una historia puede respetar estas fases de manera lineal, secuencial, o bien contenerlas desordenadamente; puede omitir una o varias etapas, o puede repetir alguna, ya sea en forma idntica o con variaciones. Pero en definitiva, estas etapas sern siempre reconocibles si sabemos buscarlas. La metfora como instrumento de cambio No slo podemos disfrutar de la magia de los mitos, leyendas y cuentos de hadas; tambin podemos utilizarlos como poderosos instrumentos de cambio. A esto lo llamamos "metfora teraputica". Cuando alguien nos relata un problema, es posible que recordemos espontneamente algn cuento, novela o pelcula. Nuestra propia mente inconciente encontr alguna analoga entre ese problema y la metfora, traz un paralelo en el que es probable que se encuentre el germen de una posible solucin. Esto es lo que haca Milton H. Erickson, el famoso psiquiatra e hipnoterapeuta cuyas estrategias modelaron Bandler y Grinder. Sus sesiones de terapia generalmente consistan en el relato de varios cuentos o ancdotas, sin ningn nexo aparente entre ellos (o con el motivo de consulta del paciente). Sin embargo, el hilo conductor era que despertaban en quien los escuchaba el o los recursos que ste necesitaba para superar el problema por sus propios medios. (Quien desee profundizar en esta tcnica puede leer "Mi voz ir contigo", de Sidney Rosen). Tener un buen repertorio de cuentos y leyendas es de suma utilidad para el psiclogo clnico, ya que stos pueden incorporarse a las otras tcnicas teraputicas que maneje, como ilustra Jorge Bucay en "Recuentos para Demin", donde un paciente ficticio plantea diferentes problemticas, a las que el terapeuta responde con sendos cuentos.