Elal y El Gigante

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ELAL Y EL GIGANTE PERSONAJES El Dios KOOCH Elal, el chico TERRGUER, la Abuela (Tuco Tuco) KUKN el Cisne El Zorrino El Guanaco Chimango Jote La Lechuza El Tábano La Gaviota LA LEYENDA Cuentan los Tehuelches de la Patagonia que lo primero que existió fue el Dios KOOCH, que al principio estaba solo en medio de la oscuridad llena de nada, donde lo único que había era el mismo. Hasta que lloro de pena por estar tan solo, y de las lágrimas se formo un mar inmenso. Y después dio un suspiro que se convirtió en el viento, que nunca dejo de soplar, a veces más fuerte, a veces más despacio. Y entonces siguió creando cosas. De una mano saco una llama que fue el Sol, y dio la primera luz. Y en medio del mar hizo aparecer una isla y ahí se puso a llenar el agua con peces y la tierra, con otros animales.

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Leyenda patagónica de Elal

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ELAL Y EL GIGANTEPERSONAJESEl Dios KOOCHElal, el chicoTERRGUER, la Abuela (Tuco Tuco)KUKN el CisneEl ZorrinoEl GuanacoChimangoJoteLa LechuzaEl TbanoLa GaviotaLA LEYENDA Cuentan los Tehuelches de la Patagonia que lo primero que existi fue el Dios KOOCH, que al principio estaba solo en medio de la oscuridad llena de nada, donde lo nico que haba era el mismo. Hasta que lloro de pena por estar tan solo, y de las lgrimas se formo un mar inmenso. Y despus dio un suspiro que se convirti en el viento, que nunca dejo de soplar, a veces ms fuerte, a veces ms despacio. Y entonces sigui creando cosas. De una mano saco una llama que fue el Sol, y dio la primera luz. Y en medio del mar hizo aparecer una isla y ah se puso a llenar el agua con peces y la tierra, con otros animales. Entonces se fue por el aire lejos, y bien lejos de la isla, hizo salir ms tierra del mar y eso fue la Patagonia. Y despus sigui creando tierras hasta que sinti que era el momento de descansar. Lo que faltaba, decidi, lo iba a hacer alguien de nombre Elal.Un Enemigo grande y poderoso Ay, pobrecito Elal...! No era ms que un bebe recin nacido en la isla en medio del mar! Y pobrecito Elal, porque acababa de morir la madre, que era una nube, y ahora se ocupaban de el varios animales. En especial lo cuidaba Terrguer, el Tuco Tuco, una especie de ratn grande y de cola cortona, que era su abuela. Y pobrecito Elal, adems, porque en una cueva de la isla viva un gigante, grande como un rbol, totalmente pelado, feo y sucio. Y ese gigante, no se sabe como, un da pudo ver algo del futuro y no le gusto nada, porque la visin le mostraba que el chiquito iba a crecer muy rpido y se iba a hacer ms poderoso que el. El monstruo bufo de rabia, pero no lo pens mucho y entonces, con unos pasos que hacan sacudir el suelo, fue derechito hasta donde estaba el bebe, aparto los animales de un manotn y se lo llevo a su cueva. En el camino decidi que lo mejor que poda hacer era comrselo. Los que cuidaban de Elal estaban muertos del susto, pero igual siguieron al gigante hasta la cueva. Entonces Terrguer vio una rendija entre las piedras, cerca de la caverna, y se meti por ah. Encontr una especie de corredor angosto y bajo, por donde pasaba apenas, a los tirones. Daba vueltas y vueltas, y a veces tuvo que escarbar la tierra con las manos para seguir, hasta que vio un huequito por donde entraba la luz. Era el donde de la cueva. Desde ah espi con cuidado y vio justo cuando el gigante pona al chico en el suelo. Entonces sali corriendo, agarro al nietito y se zambullo de nuevo por donde haba venido. El grandote quiso atajarla, pero ya se haba escabullido; rugi de furia, pego trompadas contra la pared, trato de agrandar el hueco con las manos, pero no consigui ms que arrancar unas cuantas piedras. As perdi tiempo y cuando fue a mirar afuera, ya no haba nadie.La abuela Terrguer tena miedo de que el gigante los encontrar, as que llamo a los animales y les pidi ayuda. No todos quisieron colaborar. Los pajarracos de la familia del chimango y el jote, que tambin se llama cuervo, dijeron que eso no era un asunto suyo, que ellos no tenan nada que ver, y se fueron; por eso hasta hoy casi nadie los quiere. Pero los otros se quedaron para pensar como salvar a Elal. Al fin se pusieron de acuerdo. Entre todos iban a esconderlo y a cambiarlo cada da de lugar, por las dudas. Y eso hicieron. Una vez lo acomodaban atrs de unas matas y otro da lo metan entre unos rboles. Una tarde lo pusieron en medio de unas piedras grandes y despus lo llevaron a una cueva. Y siempre se turnaban para vigilar mientras la abuela lo atenda, lo arropaba y le daba de comer. Por ms que busco, el Gigante no volvi a verlo. Se lo habr comido ese que me lo robo!, pensaba.Y no pude ver quien era!El Zorrino se ocupaba de llevar los mensajes entre los dems. Tantas veces lo vio el Gigante pasar muy apurado, que sospecho. Una noche se le acerco y, antes de que pudiera hacer nada, lo levanto con una mano y se lo puso delante de los ojos. Decime en que andas!- le dijo. En nnada, en n-nada tartamudeo el Zorrino, asustadsimo. Cmo que en nada?- rugi el Gigante y lo zangoloteo.Eso basto para que contara todo, con detalles, incluso donde estaba Elal en ese MomentoEl Gigante se rio a carcajadas y lo tiro lejos. Dedo entonces, el Zorrino va siempre a las corridas, medio escondido, por la vergenza de haber sido flojo y haber traicionado a Elal. Adems no deja que nadie se le acerque, y al que lo quiere agarrar lo roca con su orina que tiene un olor asqueroso. Elal se salvo otra vez, porque la lechuza oy la conversacin y se fue volando para avisar del peligro. Cuando el Gigante llego, ya lo haban llevado a otra parte. Pero Terguer pens que tarde o temprano el otro iba a encontrar al chico, as que junto a todos de nuevo para resolver que haran. Muchas posibilidades no haba, ms que irse de la isla.-Pero adonde? pregunto el Tbano.La Gaviota conto que una vez, hacia el lado donde baja el sol, haba visto algo en el horizonte. Deba de ser tierra. Para ah se iran, dijeron. No podemos nadar tan lejos, y menos con un chico- dijo el Guanaco. Pero hay varios que volamos contesto Kukn, el cisne- Yo llevo a Elal. Que otros carguen a los dems y, si hace falta, que hagan varios viajes.Y as fue nomas. Pusieron al chico en el lomo del cisne y, como era un bebe muy especial, el solo se agarro de las plumas con las manitos. La abuela subi a un flamenco. Y otros buscaron quienes los llevaran; a los grandes, como el guanaco, hubo que agarrarlo entre varios. Y a medida que estaban listos, levantaban vuelo y se perdan por el cielo hacia el lado donde se va el sol. As llegaron a la Patagonia, donde hasta entonces no viva nadie. Ah Elal creci con la abuela, muy rpido. Al ao pareca que tena seis, era fuerte como un torito y muy despierto. Hasta que un da en la playa aparecieron unas huellas enormes que salan del mar y se metan tierra adentro. El Gigante haba llegado nadando. - Hay que esconder al chico!- dijeron todos.Pero Elal no quiso y sali a enfrentar a l enemigo. Enseguida lo encontr y, muy decidido, se le abalanzo con un palo y le empez a pegar en las rodillas, porque ms arriba no alcanzaba. Fue intil, los garrotazos no le hacan nada. Entonces sali corriendo, con el otro atrs a la carrera, hasta un monte de arbustos espinosos. Ah adentro se escurra como una lagartija, mientras el gigante se agachaba una y otra vez para agarrarlo y se iba lastimando con las espinas. Tanto, que al fin se abri la panza y se le empezaron a salir las tripas. Al verse lastimado de ese modo, se dio vuelta y se fue hacia el mar. Pero al llegar a la costa ya estaba muy dbil, primero se cay de rodillas y despus se derrumbo, con un retumbo de trueno al dar contra el suelo. En un momento estaba convertido en roca. Esa fue la primera hazaa de Elal, que despus hizo muchas ms. Pero eso es otra historia.

FIN