El Yamor, la bebida sagrada, fruto de las diferentes clases del maíz como símbolo de la diversificación étnica-cultural del pueblo Sarance; acaricia los mas íntimos sentimientos de los otavaleños hacia su terruño; despierta el amor por nuestra historia, para basar nuestras acciones en la construcción de la adorable llacta con dignidad, justicia y equidad.

Que las bendiciones de la Virgen María de Monserrate nos llene de energía de vida, ilumine nuestros pensamientos y actitudes a propósitos más elevados sin resentimientos, ni frustraciones, sin protagonismos, sino con verdadera vocación de servicio para que, juntos construyamos con entusiasmo un Otavalo unido y solidario.

Disfrutemos estas fiestas septembrinas con el respeto mutuo y tolerancia. Recibamos a quienes nos visitan con amabilidad, sencillez y el calor del afecto que hace de nuestro pueblo el espacio de verdadera convivencia del ser con la Pachamama. Vivamos una fiesta sana, alegre en la ciudad más amable del país.

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