El Valle Dasper

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EL VALLE DASPER Argumento: El día 25 de diciembre, alrededor de una hoguera, un soldado explica a un grupo de niños varias historias con enseñanzas morales, basadas en cuentos populares. SOPA DE PIEDRAS: Sobre el egoísmo. LA FELICITACIÓN: Sobre la importancia de ayudar a los demás. LAS HISTORIAS DEL HOMBRE SABIO: - Sobre la honradez. - Sobre la educación de los hijos. - Sobre el plan de Dios para cada uno. Autor: Efraim Blanco (Barcelona) SOPA DE PIEDRAS (Adaptación de un cuento popular) Narrador: Dicen que hace mucho tiempo, un pais pasó una larga y dura guerra. Como podéis imaginar en las guerras siempre hay envidias y rencores. Pero sobretodo no hay pan para comer. Se pasa mucha hambre. No se recoge el trigo, no se hace harina y la gente se muere de hambre. Un 25 de diciembre, Navidad, cuando en este país ya se había acabado la guerra, un soldado llegó a un pueblo de montaña. Su aspecto no era demasiado bueno y se notaba en su cara el cansancio del camino. Muerto de hambre llamó a la puerta de la primera casa que encontró. - ¿Señora no tendrá un mendrugo de pan para este pobre soldado que viene de la guerra? Recuerde que estamos en Navidad - Pero ¿ qué te has creído? ¿Te has vuelto loco? ¿Cómo te atreves a pedir pan? ¡Vete, aquí no se te ha perdido nada! Con un empujón lo echó de su casa. ¡Pobre soldado! Lo probó en una y otra casa y de todos obtenia la misma respuesta. Nadie

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SOPA DE PIEDRAS

EL VALLE DASPER

Argumento: El da 25 de diciembre, alrededor de una hoguera, un soldado explica a un grupo de nios varias historias con enseanzas morales, basadas en cuentos populares.

SOPA DE PIEDRAS: Sobre el egosmo.

LA FELICITACIN: Sobre la importancia de ayudar a los dems.

LAS HISTORIAS DEL HOMBRE SABIO:

Sobre la honradez.

Sobre la educacin de los hijos.

Sobre el plan de Dios para cada uno.

Autor: Efraim Blanco (Barcelona)SOPA DE PIEDRAS (Adaptacin de un cuento popular)

Narrador: Dicen que hace mucho tiempo, un pais pas una larga y dura guerra. Como podis imaginar en las guerras siempre hay envidias y rencores. Pero sobretodo no hay pan para comer. Se pasa mucha hambre. No se recoge el trigo, no se hace harina y la gente se muere de hambre.

Un 25 de diciembre, Navidad, cuando en este pas ya se haba acabado la guerra, un soldado lleg a un pueblo de montaa. Su aspecto no era demasiado bueno y se notaba en su cara el cansancio del camino.

Muerto de hambre llam a la puerta de la primera casa que encontr.

Seora no tendr un mendrugo de pan para este pobre soldado que viene de la guerra? Recuerde que estamos en Navidad

Pero qu te has credo? Te has vuelto loco? Cmo te atreves a pedir pan? Vete, aqu no se te ha perdido nada!

Con un empujn lo ech de su casa. Pobre soldado! Lo prob en una y otra casa y de todos obtenia la misma respuesta. Nadie quera saber nada de l. Nadie le ofreci ni un triste trozo de pan.

El soldado no se rindi y recorri el pueblo de arriba abajo en busca de alimento. Al final encontr a unas nias que estaban jugando en el lavadero del pueblo y les dijo:

Oye! habeis probado alguna vez una sopa de piedras?

Las nias se rieron porque creyeron que se trataba de una tonteria. Pero unos nios que estaban all cerca, adornando el rbol de navidad, corrieron hacia el soldado.

Lisa: Soldado, te podemos ayudar?

Soldado: Claro que s! A ver... necesito... que me traigais una olla bien grande, agua, y un puado de piedras del rio. Ah! No olvidis de traer la lea para el fuego.

En un periquete, los nios y las nias trajeron todo lo que el soldado les haba dicho. Encendieron el fuego, pusieron la olla encima y la llenaron de agua y piedras. El agua empez a calentarse. Los nios estaban impacientes y se decan:

Josu: Podemos probar la sopa?

Soldado: Tranquilos, tranquilos todava falta un poco.

La sopa se habia ido calentando y al rato el soldado prob metiendo el dedo.

Soldado: Mmmmmm! Qu buena! Pero me parece que le falta un poco de sal.

-Nria: Pero si yo tengo sal en casa. Voy a buscarla. Ahora vengo.

Fue corriendo hacia casa y a escondidas de su madre cogi la sal y la trajo al soldado que la ech en la sopa.

Soldado: Est de rechupete! Pero yo dira que le falta un poco de tomate..

Lus: Yo tengo en casa. Voy a por ellos. Enseguida estoy aqu.

Soldado: Mmmmmm! Esplndida! Estos tomates son de primera. Lstima s tuviesemos unas patatas...

Diana. Yo! Yo las traigo. Mi madre las tiene guardadas en el stano.

Y aquellos chicos y chicas fueron trayendo cosas : lechuga, patatas, arroz y hasta trajeron un trozo de pollo.

Cuando la olla estaba bien llena lo removi todo y al final el soldado lo prov y dijo:

Soldado: Mmmmmm qu sopa tan buena! La mejor sopa de piedras que he hecho en toda mi vida. Venga, chicos, chicas, vamos a avisar a toda la gente del pueblo. Basta de tanto egoismo! Basta de puertas cerradas! Qu traigan platos y cucharas! Entre todos repartiremos esta sopa.

Hubo para todos. Nadie se qued sin sopa. Cuando hubieron acabado el soldado les dijo:

Soldado: No os vayis todavia, encenderemos un buen fuego y os explicar unas historias que nunca olvidaris. Poneos cmodos que empieza la sesin.

La felicitacin (basada en un cuento popular)

Narrador: Hace muchos aos, en el valle Dasper ocurri una historia digna de admirar. Era costumbre que por las fiestas de Navidad todos los vecinos del valle se enviasen postales para felicitar el ao nuevo. Aunque vivan cerca los unos de los otros, daba igual, ellos seguan con su tradicin hasta el da de hoy.

(Sale el cartero a escena)

Aquellos eran das de mucho trabajo para Hans, el cartero del pueblo.

Hans: (entrando a su casa) Hola querida! Qu da ms cansado! Llevo todo el da repartiendo cartas y ms cartas, arriba y abajo. Si sigo as no llegar a viejo. (se quita el sombrero, la bufanda, el abrigo y se sienta en la mesa)

Hilda: Pues con el tiempo que ha hecho hoy! Los nios no ha podido ir a la escuela. Ha cado tanta nieve! Ha sido la nevada ms grande de los ltimos aos! (todo esto mientras va poniendo la mesa)

Hans: No te preocupes querida, despus quitar la nieve de la puerta. Ahora slo quiero comer, tengo un hambre que hasta me comera un oso.

Hilda: Venga sintate que ya est preparada la mesa!

Hans: Hmmmm qu bien huele! Sabes? Como cada ao todos los habitantes del pueblo reciben postales menos la vieja Gruber, la que vive en lo alto de la colina. Es que nadie le podra escribir unas lneas?

Hilda: Si es una lstima. Desde que se muri su esposo es como si no existiese. Si yo estuviese en su lugar me morira de pena. Recuerda que el ao pasado por estas fechas le dio un achuchn. Hans! Debemos hacer algo por esta mujer!

Hans: S podramos escribirle nosotros una postal. Seguro que le har mucha ilusin.

Narrador: Despus de la cena, Hans y Hilda escribieron unas letras a la vieja Gruber desendole feliz ao nuevo. El cartero y su esposa tenan buen corazn y no queran que la vieja Gruber se quedase sin una postal de Navidad. Decidieron no poner remite a la carta para que ella no supiese quien se la haba escrito. A la maana siguiente Hans se levant muy de maana para ir a buscar todas las cartas y as iniciar el reparto. A ltima hora se dirigi a lo alto de la colina para dar la carta a la vieja Gruber. Ella viva con una sobrina a la cul abandonaron sus padres siendo ella muy pequea.

Hans: Otra vez esta subida. (se para a descansar en una piedra y saca el pauelo para secarse el sudor) Ya no puedo ms. Como siga as me tendrn que jubilar antes de tiempo. (suspira) Todo sea por la vieja Gruber. (llega hasta la puerta y pica...) Que raro nadie responde. (vuelve a picar) Como no est! Despus del esfuerzo que he hecho...

Gruber: Quin es? Quin anda ah?

Hans: Abra por favor, soy Hans el cartero del pueblo.

Gruber: El cartero? (abre la puerta lentamente)

Hans: Tenga , hoy me han dejado esta postal para Vd.

Gruber: No puede ser. Seguro que no se equivoca? Hace aos que no recibo carta.

Hans: Si Sra. Gruber, que s es para Vd, pone su nombre y su direccin.

Gruber: Quin os la ha dado?

Hans: Pues no se, no pone remite.

(Gruber con una mano temblorosa cogi la postal y la mir estraada)

G: Feliz Navidad y prspero ao nuevo Sra. Gruber! (dio la vuelta a la postal) no pone nada... ni nombre... ni direccin... nada. Cmo sabr quin me la ha envidado?

Hans: Bueno Sra. Gruber debo seguir con mi trabajo. Feliz Navidad!

Gruber: Adis... adis gentil hombre. Gracias por su subir aqu para traerme esta postal. (entra dentro de la casa y se dirige a su sobrina) Mira Beti alguien nos ha escrito una postal. Desde que tu to muri no habamos recibido ninguna. Quin podr ser?

Beti: No se abuela... djame pensar, ahora mismo no se me ocurre nadie...y la ta que tenemos en Austria?

Gruber: No creo, ya es muy mayor, hace aos que perdi la vista y est sola en casa. Despus de tanto pensar no me extraara nada que hubiese sido Bernard. Desde jvenes habamos sido tan amigos... y era tan bromista.

Beti: Pero, cunto hace que no le ves? Cunto hace que no sabes nada de l?

Gruber: Huiiii... hace tantos aos, todava recuerdo cuando estudibamos juntos en la escuela. La profesora estaba cansada de nosotros. Nuestra amistad dur muchos aos pero cuando se fue a la guerra perdimos todo contacto...

Beti: pero quizs te haya escrito para volver a recordar aquellos viejos tiempos, para saber de ti! Escrbele una postal para demostrarle tu afectos tambin.

Gruber: Si quizs tengas razn. Le escribir una postal y maana se la dar al cartero.

Narrador: Tal y como dijo aquella noche le escribi unas lneas a su viejo amigo. Pero durante aquella noche la vieja Gruber no pudo dormir pensando si en vez de Bernard, hubiese sido otra persona. Le saba mal no contestar a aquella amable postal de Navidad. Por la maana mientras preparaba el desayuno segua dialogando con su sobrina.

G: No s Beti. Esta noche he estado pensando que quizs fuese Carlota. Aquella amiga italiana que vino para ganarse la vida y tuvo que volver de repente a su pas por un asunto de herencia. ramos tan amigas...

Beti: Escribe otra postal para ella. Yo mismo se la bajar al cartero esta tarde camino de la escuela.

Narrador: Pero la vieja Gruber empez a pensar y pensar en ms personas

Gruber: Y si hubiese sido Berta, la enfermera que la atendi tan bien en el hospital. Pero tambin se acord de Fredic aquel compaero de fatigas de su marido con el que iba tantas tardes de verano a pescar truchas. Pero tambin podra haber sido Julie la esposa del ferroviario con la que iba a tomar el te cada martes y viernes.

Narrador: La vieja Gruber se dio cuenta de que a lo largo de su vida haban sido muchas las personas que haba conocido y que de alguna manera u otra haban sido amigas de ella y de su marido. As que decidi escribir postales a todas las personas que ella crea que podan haber sido. Muchos vecinos del pueblo tambin recibieron postales de la vieja Gruber. Muchos se quedaban extraados. Una felicitacin de la vieja Gruber... que raro... si nunca saluda, ni sonre cuando nos ve por la calle. Pero por qu no? Enviarle una postal tampoco era tan difcil.

ACTO II

Narrador: Cuando Hans abri el buzn aquella maana y orden la correspondencia recibida dio una gran salto de sorpresa. Haba un montn de cartas dirigidas a la vieja Gruber.

Hans: Oh, no! Ahora tengo que subir a la colina cargado como un burro. Todo sea por la vieja Gruber.

Gruber: Gracias Sr. Cartero! Perdone, cmo se llama?

Hans: Hans Sra.

Gruber: Muchas gracias Hans. Tenga esta postal de Navidad es para Vd. y su familia. Feliz Navidad!.

Hans: Gracias. Feliz Navidad!

Gruber: Mira Beti, mira cuntas carta nos ha trado el cartero. Estoy impaciente por leerlas todas. Acrcate a mi y vamos a leerlas.

Carta: Muchas felicidades ya era hora que te dignases a acordarte de los amigos. Tenemos que hablar, queremos hacer una asociacin de vecinos del valle y nos gustara que estuvieses. Fedric

Carta: Feliz ao nuevo: Quieres venir a comer con nosotros el da de ao nuevo? Carlota

Carta: Un fuerte abrazo Celebro que se te haya pasado el enfado... cundo nos vemos? Mara

Beti: Mira esta, ta. Gracias por acordarte de m. Estoy enfermo y no me puedo mover de la cama. Por qu no vienes una tarde y recordamos viejos tiempos? Luchi

Carta: Por muchos aos por qu no vienes a tomar el t un da de estos? Julie.

Narrador: La vieja Gruber cambi por completo gracias a la accin del cartero y su mujer. A veces no cuesta nada hacer un pequeo esfuerzo por alguien que parece que no lo merezca. Recordad esta historia y que os sirva para ayudar a alguien cuando tengis oportunidad para hacerlo!

Soldado: qu os ha parecido esta historia? A qu es bonita? Pues mirad la siguiente.

Las historias del hombre sabio

Narrador: Sabis lo que es un hombre o una mujer sabia? La historia que os quiero explicar a continuacin habla de un hombre sabio. Pero para eso debemos saber lo que significa la palabra sabio. La Biblia nos cuenta la historia de un hombre que era muy sabio. Su nombre era Salomn. Este hombre deba mandar sobre el pueblo. l deba tomar decisiones muy importantes. Como construir las casas, como hacer las calles, y mucha gente vena a l cuando tena dudas y preguntas. Un sabio es una persona que sabe que es lo mejor para ti en cada momento.

Tambin nos explica la Biblia que haba una mujer muy sabia. Su nombre era Dbora. La gente vena desde muy lejos a preguntarle a Dbora que tena que hacer cuando tena un problema. Y Dbora, que siempre se sentaba debajo de una palmera, pensaba y responda. As la gente despus se iba contenta y sabiendo que es lo que deba hacer.

Hace muchos aos en este pueblo tambin exista un hombre sabio. Como a Dbora y a Salomn la gente le preguntaba muchas cosas. Esta es la historia que os explicar a continuacin.

(Se abre el teln y se ve al sabio sentado en una silla de madera junto a una fuente y labrando la madera)

ACTO I

Esben era el hombre ms sabio la regin. Viva en una pequea colina al lado del lago del valle. Cada tarde, despus del duro trabajo del da se sentaba junto a la fuente del camino y la gente vena desde muy lejos a preguntarle.

Un tarde de otoo vino una tal Heissel.

Heissel: Hola buen hombre! Ya empieza a hacer un poco de fro, verdad?

Esben: Si, tiene Vd. razn. Este viento del norte nos traer las primeras nieves.

Heissel: Le he trado unas setas del bosque. Es que le quera hacer una pregunta.

Esben: No se moleste, estoy aqu para ayudarle. Cuente, cuente...

Heissel: Mire. Nosotros vivimos al otro lado del valle y como Vd. sabe nosotros vivimos de nuestras vacas. Ellas nos dan la leche que siempre necesitamos. Durante el da trabajamos duramente y por la tarde las ordeamos para vender la leche. Pero tenemos un vecino que no es muy honrado. Cada tarde a las 7 sacamos nuestros cntaros llenos para que el de la fbrica lechera los vace en su camin nevera. Nuestro vecino tiene las mismas vacas que nosotros pero l llena 5 cntaros y nosotros 4 cada da. Un da descubrimos que aade agua a la leche y as puede llenar un cntaro ms cada da. Y como el de la fbrica lechera lo vaca all mismo en su contenedor-nevera y lo mezcla con toda la leche de los dems vecinos nadie se da cuenta. Esta operacin la repite da tras da. Gracias a eso sus ganancias son muy numerosas. qu debemos hacer?

Esben: La gente de campo, es gente honrada pero siempre hay alguno que no lo es. Escucha la siguiente historia, en ella hay una tendera y una panadera.

(teln)

Panadera: Ingrid!

Ingrid: Qu quieres, mama?

Panadera: Ven un momento, por favor, ... ves a la tendera y compra un kilo de lentejas porque sino no tenemos nada para los invitados de maana.

Ingrid: Si ya voy... Dnde quieres que las compre? Voy a la tienda de Mara?

Panadera: Si ves all, pero no tardes ni te entretengas a jugar con tu amiga.

Ingrid: (llega a la tienda y abre la puerta) Hola Sra. Mara!

Tendera: Hola Ingrid! Buenos das. Qu queras hoy?

Ingrid: Un kg de lentejas. Tenemos invitados maana y mi madre quiere hacer lentejas. con lo poco que a mi me gustan!

Tendera: Ayyy esta nia. Tienes que comer de todo. Yo a la ma no le perdono nada. Toma, aqu tienes las lentejas, un kg exacto.

Ingrid: Vale! Aqu tiene el dinero. Hasta maana.

(Horas ms tarde en casa de la tendera)

Tendera: Cristi!

Cristi: qu quieres mam?

Tendera: ven aqu! ves a comprar pan!. Tu padre no tiene bocadillo para maana. Ves a casa de la panadera y dile que te de un kg. de harina Aunque est cerrado tu llama que nos debe muchos favores.

Cristi: Si ya voy. (llega a la tienda y est cerrada. Pica en la casa.) Hola Sra. Panadera. Mire mi madre me ha dicho que le de un kg. de harina, y que si no est abierto que pique en casa, dice que Vd. le debe muchos favores.

Panadera: Si hija, ahora mismo te lo doy. (baja a la tienda) Dnde habr puesto las pesas? No las encuentro por ningn sitio. Necesito pesar un kg. No me extraara nada que las hubiese cogido Ingrid... ah! Ya s. Lo pesar con el Kg. de lentejas que he comprado hoy. (coge las lentejas las pone en la balanza y va poniendo harina hasta llegar al kg. finalmente se las entrega a Cristi) Ten guapa esto es un kg. de harina. Da recuerdos a tu familia.

Cristi: Adis.

A la maana siguiente en el mercado del pueblo se encuentran la panadera y la tendera.

Tendera: Anda mira quin viene por ah. Es la panadera, ahora me va a oir.

Panadera: Buenos das Sra. Mara!

Tendera: Buenos das! qu gastando el dinero! no? Cmo hay gente que va robando poco a poco.

Panadera: Qu dice Vd. Sra. Mara? a qu se refiere?

Tendera: No que ayer fue mi hija a comprar un kg. de harina y cuando lleg a casa y lo pes en mi balanza haba 750 g. o no se haba dado cuenta?

Panadera: Pues no Sra. Ahora si que me deja Vd. sorprendida

Tendera: Ah si! por qu?

Panadera: Porque cuando vino su hija a buscar la harina no encontr las pesas de Kg. por ningn sitio y entonces cog las lentejas que mi hija haba comprado en su tienda y las utilic como pesas de Kg. Ahora me doy cuenta que la timadora es Vd.

(se cierra el teln)

Esben: Ves amiga! Ella misma cay en su trampa. Esta historia ilustra muy bien lo que dice Dios en su palabra, lo que el hombre sembrare, eso tambin segar. As que no te preocupes y tu sigue siendo honrada que algn da ellos ya pagarn que lo estn haciendo.

Heissel: Muchas gracias Esben! Ahora estoy mucho mejor.

ACTO II

(Aparece otra vez Esben, sentado en una silla tallando madera cuando de repente se acerca una madre con su hija y la va regaando durante todo el camino sin justificacin)

Madre: Venga nia, te he dicho 50 veces que andes ms deprisa y no me haces caso. Tenemos que llegar a tiempo para que ordees las vacas y des de comer a las gallinas.

Nia: Pero mam si hemos estado caminando durante todo el da. Estoy muy cansada. Necesito descansar.

Madre: Calla! Parece mentira. Con lo buena nia que era yo y hay que ver lo que me ha salido.

Nia; Va mama vamos a sentarnos un ratito.., va aunque sea as de pequeito! Ya no puedo ms.

Esben: Buenas tardes Sra. No quieren sentarse unos minutos bajo la sombra de este rbol. Les ofrezco un poco de queso y una limonada. quieren?

Nia: Si por favor! Yo ya no puedo ms.

Madre: Tu calla, aqu la que opina soy yo! Si buen hombre, pues aceptamos su invitacin. Con esta nia no se puede ir a ningn sitio.

(Esben les ofrece la limonada y el queso)

Esben: No le da pena tratar a su hija de esta manera? La pobre est muy cansada.

Madre: Qu dice? Mis padres eran ms duros conmigo.

Esben: Me gustara contarles una historia. Todo el mundo que viene a verme quiere que le cuente una historia importante para sus vidas, Y yo nada ms verles he pensado en una muy buena

Madre: Ah asi que Vd. es el sabio Esben! Cuente, cuente con mucho gusto le escucharemos.

Nia: Si, si una historia.

(teln)

(Se ve una familia sentada alrededor de la mesa, un hombre, una mujer, una abuela y una nia. La madre se levanta y coge la sopa dispuesta a servir a los dems)

Madre: La sopa ya est preparada. Vamos Luisa tu primera. Pon el plato bien... una ... y dos, dos cucharadas. Hay que comerlo todo. Ahora a tu abuela. A ver que nos haces hoy, recuerda que ayer tiraste la sopa encima de la mesa. Acerca bien el plato. (la madre le empieza a poner la sopa y de repente se le cae el plato al suelo)

Madre: Si lo sabia yo. Es que cada da tienes que hacer algo. Es el cuarto plato que rompes en un mes.

Abuela: Cunto lo siento hija! Se me ha resbalado y no me he dado cuenta. No volver a pasar ms.

Madre: Desde luego que no! Si sigues as vas a acabar con toda la vajilla. Maana mismo le haces un plato de madera y as no se le volver a romper ningn plato ms.

Abuela: No hija! Eso si que no. Har lo que quieras, pero djame que coma como lo hacis vosotros.

Madre: As no podemos seguir, desde que vino a casa no para de romper cosas. Un plato de madera y as se acordar de que tiene que ir con ms cuidado.

Hija: Pero mam, la abuela est enferma... lo hace sin querer...

Madre: No hay nada ms que hablar! Una plato de madera!

Abuela: No te preocupes hija. No pasa nada. Ya me acostumbrar.

(Teln) (Algunos das ms tarde)

Madre: Luisa! Ven a poner la mesa!

Luisa: Espera! Estoy haciendo una cosa.

Madre: Pues deja lo que ests haciendo y ven enseguida!

Luisa: Pero mam, espera unos segundos!

Madre: Esta nia se va a enterar..(va corriendo a la habitacin. Cuando entra la nia esconde rpidamente un trozo de madera dentro de un trapo) Te he dicho que vengas a poner la mesa!... Qu ests haciendo?

Luisa: (escondiendo el trapo) Nada... no es nada importante...

Madre: Te he dicho que qu es eso! Ensamelo! (Va a cogerlo con mpetu y se lo arrebata. La nia empieza a llorar y la madre a desenvolver el trapo) Qu es esto? Si parece un plato de madera... Lo ests haciendo t con tus propias manos?

Luisa: (llorando) Si... si lo he hecho yo.

Madre: Pero si tu no queras que la abuela tuviese un plato de madera... adems ya no hace falta... tu padre le hizo uno el otro da.

Luisa: Si.., pero ese plato no es para la abuela ..., ese plato es para cuando tu seas como la abuela y vengas a vivir a mi casa.

(Teln)

Esben: Lo ves! Esa pequea copiaba lo que haca su madre. Dice la Biblia Instruye al nio en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartar de el. Tambin dice su palabra que el nio consentido avergenza a su madre. Pero al nio hay que educarle con amor. Esa nia lleg a la conclusin de que tratara a su madre como ella lo estaba haciendo con su abuela. Se un buen ejemplo para tu hija y al final de tus das ella te tratar con amor.

ACTO III

(Esben sigue sentado a la sombra y de repente se encuentra con alguien conocido)

Sophie: Hola Esben!

Esben: (mostrando alegra) Hola Sophie! Cuanto tiempo sin vernos. Tena tantas ganas de volveros a ver otra vez.

Sophie: Nosotros tambin.

Esben: Pero cuntame, dnde est mi gran amigo Ernest. Cmo os fue por Amrica del Sur? Sintate aqu y cuntame.

Sophie: De eso precisamente quera hablarte. Ernest est en cama con una fiebre amarilla, pero eso no es todo. Hemos tenido que volver porque las cosas no salan como habamos previsto. Como ya sabes mi madre muri el ao pasado mientras estbamos all. Me enter 3 semanas ms tarde. Nuestro hijo John cay enfermo y tuvimos que esperar 7 meses para que le pudiesen operar. Y nos ocurrieron otras muchas cosas que ni an ahora te las puedo explicar.

Esben: No saba todo eso.

Sophie: Ernest y yo estamos muy tristes y lo que es peor an muy desanimados. El pastor de la iglesia intenta animarnos y ayudarnos pero Ernest ha perdido toda confianza y est muy desalentado. Esben... no s que va a ser de nosotros.

Esben: Deja que te cuente una historia mientras te seco las lgrimas.

Haba una vez en un pequeo pueblo suizo un gran violinista. Bueno, eso dicen las gentes que lo oyeron por ltima vez. Era uno de los mejores solistas al violn que el centro de Europa haya tenido.

Pero este hombre, el cual era creyente, un da se hundi. Amaba terriblemente a su mujer y la perdi en un accidente cuando iba al concierto ms importante de su vida. Desde aquel da decidi que nunca ms tocara el violn. Pero algo importante pas.

(teln: se ve a un hombre y a una mujer en su casa. Dialogan)

Pastor: La verdad es que no se como animar a este hombre. Mira que lo he intentado todo. La primera vez fui con unos hermanos de la iglesia para animarle... y no result.

Mujer: Otra vez, fuimos con los jvenes de la iglesia y cantamos algunas canciones y compartimos la Palabra... pero tampoco hubo manera.

Pastor: Recuerdas lo que nos dijo por ltima vez? No hace falta que se esfuercen. Se que tienen muy buenas intenciones pero no servir de nada.

Mujer: Este pobre hombre vive amargado y es una pena no poder ayudarle.

Oye! Hoy me he encontrado el viejo violn en el armario. qu quieres que haga con el?

Pastor: No s. Ya hace muchos aos que no lo toco y estar estropeado si quieres, puedes...un momento! Se me acaba de ocurrir una gran idea. (Va, coge el violn y sale de casa) Ahora vengo!

(El pastor se dirige a casa del violinista)

Pastor: (toca al timbre de la casa) Buenas tardes Sr. Leman!

Leman: quin es?

Pastor: Soy yo, el pastor de la iglesia.

Leman: qu pesado este hombre! A ver que show me monta hoy.

Pastor: Buenas tardes. Mire vena para ver si me poda echar una mano, necesito su ayuda.

Leman: Mi ayuda? Pero no ve que soy un pobre viejo que no puedo hacer nada.

Pastor: Esto si que puede hacerlo estoy seguro. Mire, mi mujer encontr por casa mi viejo violn con el que tocaba de joven, pero cuando lo he sacado del estuche he visto que esta sucio y desafinado. He venido para que Vd. me ayude a repararlo.

Leman: Uiiiii! Hace muchos aos que ya no toco el violn. El mo seguro que est tan o ms estropeado que el suyo.

Pastor: Pero mire Sr. Leman, es un buen violn (lo saca y se lo ensea, el viejo lo coge con cuidado y sopla para ver los datos de fabricacin)

Sr. Leman: Pero si es un Stradivarius! Cmo puede tener un Stradivarius es estas condiciones? Esto es un tesoro. Con mucho gusto lo arreglar.

(El Sr. Leman cogi y lo limpi con un trapo. Despus con mucho cuidado revis la cubierta de madera mirando los posibles defectos)

Sr. Leman: Despus de haberlo limpiado es necesario que le demos una ligera capa de barniz. Ms tarde engrasaremos las clavijas y limpiaremos el arco.

Pastor: Veo que Vd. tiene un gran conocimiento del tema. Es Vd. un maestro en esto.

Sr. Leman: No Seor, lo fui en otro tiempo pero hoy.... hoy ya no puedo hacer nada. (sigue reparando el violn)

(Al cabo de unas horas)

Sr. Leman: Ahora ya slo falta afinar las cuerdas. (empieza a tocar las clavijas y suena mal)

Pastor: Ahora las cuerdas ya suenan bien.

(El Sr. Leman empieza a tocar una sencilla pieza al violn)

Pastor: Cmo suena! Es maravilloso. (aplaude con mpetu)

Sr. Leman: Este es un buen violn. Pero necesitaba ser arreglado para ser tocado de esta manera. El violn sin el violinista no es nada.

Pastor: Si Seor, cuanta razn tiene. Este violn no era nada porque estaba descuidado nadie poda tocarlo. As es nuestra vida. Cuando viene una ola grande nos hundimos, nos descuidamos y nos lamentamos de nuestra situacin. Pero todos necesitamos ser reparados como Vd. ha hecho con el violn. Dios afina las cuerdas de nuestra vida y eso nos produce dolor, pero cuando confiamos en Dios y nos dejamos llevar por l, somos como msica armoniosa para los dems. Eso precisamente es, Sr. Leman, lo que Dios estaba haciendo con Vd.)

(teln)

Esben: Lo ves Sophie. Hay muchas cosas en la vida que no entendemos pero Dios tiene un plan para cada uno. Dice la Biblia que a los que Dios aman todas las cosa les ayudan a bien. Ve y cuntale esta historia a tu marido y tu hijo y descansad en el Dios que todo lo sabe y ve.

Soldado: Y esta ha sido la ltima historia por hoy. Yo debo continuar mi camino y os deseo lo mejor, Recordad las palabras que hoy habis escuchado. Hasta siempre!