El Telegrafo Mercantil, Rural, Politico, Economico e Historiografo Del Rio de La Plata, Refraccion...

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El Telégrafo Mercantil, Rural, Político-Económico e Historiógrafo del Río de la Plata, refracción de la ilustración española Lic. Esteban Sambuccetti Introducción El objeto del presente trabajo será el análisis de las distintas manifestaciones de la Ilustración, particularmente la ilustración española, tomando como fuente al primer periódico impreso en Buenos Aires de forma regular: El Telégrafo Mercantil, analizando la refracción de las ideas de la Ilustración en sus páginas.

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La Ilustracion Española en el Rio de la Plata a traves de una sus fuentes mas emblematicas.

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Seminario de Historia de Amrica I

El Telgrafo Mercantil, Rural, Poltico-Econmico e Historigrafo del Ro de la Plata, refraccin de la ilustracin espaola

Lic. Esteban SambuccettiIntroduccinEl objeto del presente trabajo ser el anlisis de las distintas manifestaciones de la Ilustracin, particularmente la ilustracin espaola, tomando como fuente al primer peridico impreso en Buenos Aires de forma regular: El Telgrafo Mercantil, analizando la refraccin de las ideas de la Ilustracin en sus pginas.

Cabe ser aclarado que cuando nos referimos al concepto de refraccin, en este caso en particular lo que se intenta es aplicar el concepto desarrollado por Daisy Rpodas Ardanaz , ya que se entiende que las ideas transmitidas son en muchos casos modificadas, a travs de reordenamientos, podas, resmenes, y amplificaciones.La ilustracin fue un movimiento cultural, social, poltico e intelectual, aparecido en Alemania en el siglo XVII. Sus teoras se vinculan con la ciencia moderna, el protestantismo y el racionalismo filosfico. Influy en l, el pensamiento de la burguesa que permiti a esa clase social tomar conciencia del papel poltico que deba desempear segn su poder econmico y su importancia social. La caracterstica del pensamiento ilustrado fue la fusin del antropocentrismo y la razn. Esta ltima, la premisa indispensable para toda futura concepcin.En filosofa centra su estudio no en la metafsica sino en la constitucin de la materia, dando origen a las teoras empricas y al materialismo. En lo religioso surge la crtica a las religiones positivistas. Produjo grandes avances en el estudio de las ciencias naturales, matemticas, fisicoqumicas y bioqumicas, con su correlato tcnico de medicina, mecnica, minera, agronoma, etc.

En Inglaterra se destacaron en esta tendencia los filsofos J. Locke y D. Hume y los utilitaristas Jeremy Bentham y J. Stuart Mill. En Francia se destacaron los enciclopedistas Voltaire, Diderot, Dalembert cuyas teoras fueron compiladas por la Enciclopedia, Debemos nombrar en la ciencia poltica a Montesquieu que introdujo el constitucionalismo ingls y la separacin de poderes y a Rousseau que hizo renacer la teora del contrato social y la democracia popular, as como el regalismo en lo eclesistico religioso, al subordinar la iglesia al poder poltico.Pero, nuestro tema, lo que nos interesa ms y que por lo tanto veremos trasladarse aqu: es la refraccin de la ilustracin espaola, que anhelaba una regeneracin nacional, cuyo vocero sera en primer lugar el padre Feijoo. Con un cierto apoyo del poder, un grupo de ilustrados entre los que se destacaron Campomanes, Jovellanos, Floridablanca y otros se preocuparon en primer lugar de fomentar el progreso, entendido en gran parte a partir de una actitud netamente racionalista en sus formas y el adelanto de la economa, apoyndose en el sector agrario. Por supuesto siempre en todos estos mbitos reflexionando dentro de los parmetros de la religiosidad catlica.Lo concreto es que aqu primeramente se delimitarn la concepcin y los alcances del pensamiento ilustrado (particularmente como hablbamos, del espaol), como as tambin en este caso, las particularidades y diferencias que por su procedencia reflejar el peridico de la ilustracin espaola, en la ciudad de Buenos Aires.Es preciso por tanto concretar un anlisis sobre estos elementos para luego, en los siguientes captulos realizar una aproximacin a las distintas ideas transmitidas. Por ejemplo en el caso del utilitarismo se vea reflejado notablemente, como as tambin el caso del criticismo en sus distintas vertientes: la econmica, la social y luego en menor medida la del orden poltico y lo religioso. Estos eran justamente los componentes del citado iluminismo cristiano.

No obstante la intencin ser en todo momento no convertirse simplemente en un compendio regular de manifestaciones del iluminismo, y su vertiente especficamente espaola, sino tambin poder percibir mas all del significado de estas representaciones, su influencia en un territorio en el cual una gran cantidad de cambios y situaciones comenzaban lentamente a gestarse para luego ser determinantes de la historia del suelo del que provenan. Estar entonces a su vez la posibilidad de comprender la interseccin entre dos realidades sumamente dismiles, cuyo resultado ser la refraccin de numerosos ideales.

Capitulo 1

La ilustracin espaola en los decenios previos al Telgrafo Mercantil, Rural, Poltico-Econmico e Historigrafo del Ro de la PlataComo bien describe Vicente Palacio Atard, la Espaa ilustrada bsicamente era una regin pobre, un pas que quizs se haba sobrepuesto a la pobreza aun mayor del s. XVII, pero no por ello abandonaba su condicin de pobre. Tenemos entonces un territorio que mantiene a una notable porcin de su poblacin dedicada al mbito de lo rural, y a una porcin de habitantes de las urbes, que a nivel general, ingresan a lo que puede considerarse dentro de la categora de pobreza. Sin embargo debemos distinguir claramente a ambos sectores. Tenemos por un lado el mbito de lo rural, sobre el cual Jean Sarrailh, describe a esta poblacin como sometida a una dolorosa existencia como masa rural. En este segmento la mayor parte de sus habitantes se encuentra en una relacin de dependencia directa de una pequea minora de propietarios de las tierras, dividindose en arrendatarios y jornaleros, teniendo estos ltimos una mayor dificultad para subsistir econmicamente. Por supuesto que aqu sera preciso destacar las diferentes regiones, ya que no todas ellas presentan los mismos caracteres en el plano rural, ya que en el caso de Aragn, podemos apreciar un nivel de vida sustentable, igual que en la regin de Catalua.

La mayor parte de las regiones, sin embargo, se caracteriza por la presencia de latifundios, ostentados por una reducida minora de propietarios prsperos. Esta notable desigualdad es tambin percibida por el gobierno, realizndose reformas en ese aspecto, impulsadas por la escuela econmica denominada fisiocracia, caracterstica del periodo. Una de las disposiciones mas comunes en este caso ser la distribucin de los baldos y ejidos, con resultados dispares, aconsejada en el Informe sobre la ley agraria redactado por Jovellanos.

Ahora bien, en el mbito urbano la situacin no ser justamente mejor pues, en este caso, tambin podemos observar como los salarios no son altos ni mucho menos, a lo cual se suma a su vez la falta de propensin al ahorro de los habitantes, manifestada en los relatos de la poca, que pintan al espaol como proclive al juego y a otros tipos de esparcimientos. Parece ser que a este estado de cosas tambin coadyuvaba el concepto de frugalidad, causal de la aparente desidia de estos pobladores.

De todas formas esto no ser lo nico caracterstico del pueblo espaol, siendo notable su respeto por la religin; sobre todo cuando el sentimiento de fervor religioso comenzaba a experimentar un deterioro en otras regiones. Esto es, sin lugar a dudas, algo que merece ser destacado. Sin embargo al acercarse el S.XIX se ver que los ataques a la religin, propinados por un segmento del pueblo espaol, sern mayores y ms frecuentes, aunque en muchos casos pudieran tener un objetivo reconstructivo y reparador, Con todo ello no inhibir ciertas prcticas, como la vestimenta de estatuas sagradas, o la multiplicidad de reliquias a las que se les brinda respeto y adoracin. Algo sumamente excepcional para autores como Diderot, quien consideraba que sin la religin seriamos un poco mas alegres.

Otro de los elementos a tener en cuenta ser justamente el resguardo de las formas a nivel poltico, ya que podemos observar como en ningn momento se atenta contra la institucin real, sino que por el contrario, en una primera instancia ante los intentos revolucionarios por parte de las colonias de Amrica del norte, Espaa no les brindara su apoyo como Francia. Posteriormente, tras los episodios revolucionarios en ste ltimo pas, se vivirn y magnificaran las manifestaciones de oprobio hacia este en 1793, persistiendo tras las primeras incursiones en el norte de Espaa. Aqu vemos, en consecuencia, como a partir de las notables contradicciones en los orgenes y las necesidades de reformas de los ciudadanos espaoles, se percibe como estn en las antpodas del caso francs, pues los reformadores y la monarqua, se identificaron en un propsito comn.

Esto podemos relacionarlo con las proscripciones de ciertos libros por parte de la Inquisicin, dentro de los que encontramos a las obras de autores de la talla de Adam Smith, Voltaire, Rousseau y Locke entre otros, y los cuales, tras los acontecimientos de la revolucin francesa y pasados los temores que engendraron los eventos referidos a la ocupacin de territorios ibricos, irn gradualmente insertndose en el territorio espaol, a medida que vaya transcurriendo el reinado de Carlos IV, y disminuya la tensin entre los pases.Con esto lo que queremos, no es rechazar la estrecha relacin entre la monarqua y los reformadores, sino destacar cuando comenz a manifestarse un grado creciente de tolerancia hacia las nuevas ideas provenientes del exterior.

Captulo 2El Telgrafo Mercantil, Su aparicinEl Telgrafo Mercantil, primer diario impreso de forma regular en el Virreinato del Ro de la Plata, hace su aparicin el da 1 de abril de 1801, publicado por la Imprenta de los Nios Expsitos, y redactado por Francisco Cabello y Mesa.

Su ttulo completo ser Telgrafo Mercantil, Rural, Poltico-Econmico e Historigrafo del Ro de la Plata, y durante su publicacin alcanzar la cifra de 110 publicaciones, desde la mencionada fecha, hasta su ltima aparicin, el 17 de octubre de 1802. En un principio su publicacin fue bisemanal, constando de 8 paginas, para luego pasar a ampliarse, pasando a publicarse de forma semanal, llegando a constar en algunos casos del doble de pginas con el que originalmente contaba.

La iniciativa que llevara al escritor a publicar dicho peridico, podramos llegar a afirmar que tiene mucho que ver con el avance de la ilustracin, y la pertinente laicizacin de la cultura, y por lo pronto no parece haber sido un xito econmico, si tomamos en cuenta las palabras de su editor, quien reiteradas veces remarc como, a partir de su experiencia, la empresa periodstica, lejos estaba de constituir un negocio rentable.

Asimismo tambin podemos encontrar, en los momentos culminantes de su obra, como resalta el hecho de la difusin de las ideas ilustradas, como un fuerte mvil de su iniciativa.Pero si por esto, al fin llegase a morir de hambre este peridico en su infancia entre los brazos de sus patronos y en su misma patria sentencia casi ufano-, sta, aquellos, ni la historia no podrn omitir que su editor fue el primero y quien mas ha trabajado sobre las mrgenes de Paran y del Rmac para transplantar en estos pases el buen gusto y los conocimientos de Europa.

De todas formas esto es solo un segmento de lo que podramos considerar del autor ya que en principio no debera rechazarse la influencia de su entorno, compuesto en parte por intelectuales, y tampoco dejar totalmente descartada una posible mala administracin, ya que se menciona en algunas infidencias de la poca, la cercana en que estaba Cabello del juego y los grandes gastos.

En cuanto al pblico consumidor del Telgrafo podemos observar como en su mayora pertenece a pequeos comerciantes (un segmento de un 43% aproximadamente), en gran medida de origen europeo. Esto se da en fuerte consonancia con el carcter netamente mercantil del peridico, como su mismo nombre lo indica, si bien la fidelidad de este grupo se encontraba en una relacin inversa con la del grupo de intelectuales (este ltimo de una proporcin netamente superior), posiblemente acorde con sus lgicas necesidades inmediatas.Por supuesto que el carcter mercantil del Telgrafo, no ser ms que una notable evidencia de la aplicacin del pensamiento ilustrado sobre el mbito econmico. Un ejemplo de ello lo tenemos en esta cita a continuacin, que esta inserta dentro del marco del anlisis del Imperio Romano y su comparacin con la sociedad de la poca, exaltndose en el primero el considerable status social del campesino, y su importancia como pilar para la economa. Nada demasiado lejano de la concepcin fisicrata de la poca.Es preciso que se anime al triste labrador y que se le haga conocer que en su incesante aplicacin se halla envuelta no solo la suerte de su familia, sino tambin la de la sociedad entera, de la cual es miembro exclarecido.

O tambin en este caso, (ya abandonando las analogas anteriores) en donde tras ir enumerando una serie de industrias derivadas de diferentes productos agrcolas, como el caso del camo entre otros, se afirma que:El primero y ms precioso estircol, que debemos poner en nuestras tierras y granjeras es el de una constante aplicacin y desvelo para el mejor cultivo de varios ramos que hay de industria y estn abandonados. A lo cual puede contribuir la sabia poltica del real consulado protegiendo y facilitando ocupaciones de todas las clases de industria, por medio de los premios que se podran conceder a aquellos labradores y comerciantes.

En este ultimo caso que hemos citado, nos encontramos tomando una cita del primer ao del Telgrafo, y que por su temtica, podemos apreciar como puede llegar a satisfacer las inquietudes tanto del pblico afecto al comercio, como a los ocupantes de cargos letrados, e incluso tambin la de aquellos con cierta influencia en la vida poltica como el caso de los burcratas y eclesisticos, sin mencionar a aquellos suscriptores pertenecientes a la Real Audiencia.

Y por supuesto en relacin al pblico mayoritario que consuma las pginas del Telgrafo, el de los comerciantes, (aquellos que practicaban la actividad legalmente) se ver como sus intereses, (aunque tambin los de la Corona en una proporcin mayor), intentan ser representados. Se lo hace mediante el ataque al contrabando, tildado como beneficiario de unos pocos, pues mermara las posibilidades de los comerciantes y la industria local de desarrollarse, como as tambin estara favoreciendo a las potencias extranjeras como el caso de Inglaterra y Portugal.

Este pblico del Telgrafo, era bsicamente quien sustentaba las publicaciones mediante suscripciones, sobre las cuales el editor se encargaba minuciosamente de recordar todas las posibilidades de acceder a las mismas.

Otra de las cuestiones que no podemos dejar de lado al hablar de la fundacin del Telgrafo, es justamente el inters por parte de su editor de conformar una sociedad patritica literaria y econmica; en una fecha cercana a la aparicin de los primeros nmeros, tras solicitar Cabello y Mesa a la Corte su confirmacin real el 22 de agosto de 1801. Sin dudas una muestra inequvoca del ideal de progreso como rasgo perceptible en su persona.Capitulo 3

3.1 La idea de Progreso Habiendo observado como se da la iniciativa de Cabello y Mesa, para la formacin de una sociedad literaria, ya poseemos por tanto un innegable indicio de lo que expresbamos en las pginas anteriores, la bsqueda del progreso, el afn del conocimiento, la apertura del pensamiento hacia gneros literarios. En definitiva una arista ms en la que se puede percibir caracteres de la ilustracin, y que bien podemos rastrearlos en su peridico.

Al entender el ideal del progreso, podemos abarcarlo desde diversas pticas, ya que comprende por tanto segn la visin ilustrada, un avance de tipo lineal en el marco temporal, una actitud por parte del individuo que por intermedio de la razn y su mayor cercana a la religin (por supuesto en este caso el concepto aplicado a los caracteres del iluminismo cristiano ya expuestos), le permite acercarse al desarrollo.

Aqu en el peridico encontramos un ejemplo vinculado al desarrollo del transporte, sin lugar a dudas como mecanismo de mayor avance en diversos aspectos, como el relativo al desarrollo econmico.

Hasta nuestros tiempos en Amrica no se habra pensado en caminos. Se marchaba en el cerro o en el llano sin otra direccin que la del rastro que haban dejado los anteriores viajantes

Asimismo, vinculado al concepto del presente capitulo, podemos observar en una correspondencia dirigida hacia Cabello y Mesa, como se pondera notablemente su actividad, vinculndola al progreso, ya que seria el medio para alejarse de la barbarie.S, mi amigo: cualquier produccin literaria de la Amrica, me llena de placer y aumenta mi amistad para con V., y el deseo de que se le proteja con eficacia y estima su notorio merito segn merece, pues a sus incubaciones y celo patritico debe la Amrica meridional los peridicos que en estos tiempos le van dando la estimacin, que borrar entre los sabios de Europa la mal concebida idea de la barbarie de sus habitantes.

Otra de las aristas con las que podemos vincular la idea del progreso, es aquella que trata sobre la mujer y su rol.La necesidad de educar a las mujeres con todo cuidado esta fundada en la felicidad de todos los hombres, indistintamente reunidos en un cuerpo de sociedad, ya sea grande ya chica, quiero decir sobre lo til, que pueden serse los individuos asociados mutuamente.

Aqu tenemos otro de los elementos propios del iluminismo, el concepto de lo til, que lo podemos apreciar en las ltimas palabras de la cita. En consecuencia ya se observa la intencin de incorporar a la mujer la educacin, algo que si bien se sabe, constituye una caracterstica del lugar y la poca, no por ello debe de ser soslayado. Posteriormente en un artculo titulado las virtudes de las mujeres, podremos apreciar nuevamente como el autor refuerza dicha concepcin:

Para probar que las mujeres son capaces en todas las virtudes varoniles que producen grandes acciones, no es necesario citar todas las heronas que se han ilustrado antiguamente en casi todas las naciones

Asimismo no sern resaltadas solamente sus virtudes, como podremos ver en este caso en mayor medida:

Si la influencia de la mujer sobre todo lo que se hace de agradable, y til esta visiblemente trazada por la naturaleza, y por la sociedad; es consecuencia precisa que sus almas sean ilustradas con todas las verdades fundamentales que los hombres deben conocer; sus luces servirn para sacar del caos a las nuestras y conservarlas

Ningn dato menor significa la estima que refleja por entonces el editor del Telgrafo Mercantil hacia el gnero femenino, en una sociedad en la cual, al margen del rol que pudieran llegar a tener o no las mujeres sobre la vida intelectual, hasta ese entonces se consideraba un tanto marginada su participacin. (No se intenta que abandone su rol dedicado a la crianza de la familia). Se observa como remarcable el hecho de tratar de abogar por alguno de sus derechos, y exaltar su figura, sobre todo a partir de su relacin con el concepto de educacin.

Justamente, la educacin es otro de los elementos que aqu vinculamos estrechamente al ideal de progreso, el que tambin tendr un rol destacado en las pginas del Telgrafo.

El fomento de la educacin popular es considerado como un canal directo hacia el conocimiento, al mismo tiempo que un remedio contra la ignorancia. Ser uno de los mecanismos que utilizar el peridico aqu estudiado, la difusin de textos literarios, polticos y religiosos, en los cuales la elevacin de la virtud, el orden, la felicidad, el trabajo, y en definitiva el progreso, seran sus resultados.Recordemos que en el periodo sobre el cual nos centramos, como as tambin en las dcadas inmediatas, podemos observar que la posesin de los libros no era algo muy accesible al pueblo en general, ni mucho menos.

Si bien se observa que la posesin de libros no era exclusiva de letrados, no por ello se dejaban de manifestar numerosas dificultades para poder adquirir los ejemplares, sea por la ausencia de un amplio volumen circulando, como as tambin por el hecho de los onerosos valores que estos detentaban. Esto ltimo justamente constitua una obstruccin cierta para la educacin, en especial como sta era entendida por Cabello y Mesa.

Esta concepcin, como veremos aqu en un ejemplo, se relacionaba con una asimilacin de los contenidos en diversas reas, no solamente aplicndose a la especificidad de la profesin o el oficio.:

Los jueces o subdelegados del gobierno de quien depende el de la campaa deben tener una instruccin para su buen desempeo, en lo judicial, militar, econmico, poltico, a fin de uniformar en lo posible el buen orden y mtodo adoptado a las circunstancias locales ()

En este ejemplo tenemos una innegable exposicin, de cmo el mbito poltico dependa en su desarrollo de la instruccin y la bsqueda del conocimiento. Por ser justamente el mbito poltico en el que se centra el editor, extraemos en este caso una muestra del valor privilegiado de la educacin, sobre un rea encargada de conducir los destinos de cada regin.

Capitulo 3.2Tendencias Utilitarias Dentro de la temtica al progreso, y sus manifestaciones en el Telgrafo, podemos observar como tanto en las temticas precedentes, como la educacin, la construccin de caminos y el rol de la mujer, un elemento emerge indefectiblemente a la luz: las tendencias utilitarias. Ya mencionbamos en una de las citas como se explicita la concepcin de lo til, ahora intentaremos desarrollar otros aspectos de lo mismo.

Aqui tenemos dos ejemplos de cuestiones totalmente dismiles en cuanto a su temtica, pero inexorablemente similares en cuanto al reflejo de las tendencias mencionadas. La primera de ellas hace referencia a un anlisis sobre el ostracismo segn era entendido en la antigua Grecia. En este caso el concepto de utilidad ir prcticamente por encima de cualquier planteo tico o moral en la consideracin del ostracismo como institucin.No se les confiscaban los bienes, pero sobre los incalculables perjuicios que indispensablemente sufran, se les interceptaba el progreso de su merito y de la utilidad con que servan () No habra sido suficientes reprimirles la autoridad confiada y separarlos de todos los ramos de la administracin de la republica, sin despreciar en los conflictos y ocurrencias las luces que podan ministrar con sus talentos y experiencia?.

Aqu, en un caso ms cercano a la poca, tenemos una ancdota americana que refleja el valor de la utilidad de un enlace con una persona de altos recursos:La mand desatar inmediatamente, declarndole que no era esclava, que de ella dependa reinar en su pas, y que no la juzgaba tan ciega que prefiriese a un marido pobre y sin recursos antes que al prncipe de una nacin poderosa, que le ofreca un imperio absoluto sobre si mismo y sobre todos los pueblos.

Aqu por supuesto queda reflejado como se debe dar prioridad al beneficio material por sobre todo tipo de afecto o aprecio, observndose las ventajas inmediatas, como as tambin tildndose bajo la forma robusta de ceguera un obrar contrario a los beneficios materiales.Estas tendencias utilitarias que son las que posteriormente se encontrarn vigentes durante gran parte del s. XVIII, y que tendrn posteriormente como uno de sus mximos representantes a Jeremy Bentham, coinciden con nuestra concepcin de la refraccin del ideal de progreso en el Telgrafo. Por lo tanto pasaremos al anlisis del conocimiento cientfico y las nuevas ideas expuestas sobre l en nuestra fuente.Captulo 3.3El conocimiento cientfico y las nuevas ideas En los captulos previos hemos tratado sobre el ideal del progreso y las nuevas ideas y crticas sobre las ideologas imperantes en los diversos mbitos. Ahora bien, uno de los elementos fundamentales en esta construccin, es justamente la valoracin que refractaba el Telgrafo sobre el desarrollo cientfico, considerando las distintas disciplinas.

En este sentido, por ejemplo, el autor consideraba que por medio de la geografa tambin poda accederse a la historia y las caractersticas de un pas, como as tambin por medio de una sntesis del mundo realizar una profeca del futuro, encaminndose hacia el progreso.

Por supuesto tambin en sus pginas podemos apreciar cuestiones un tanto particulares, pero que no por ello dejaban de realzar la importancia que Cabello y Mesa, conceda a aquellos materiales, que con su estudio cientfico, pudieran otorgar algn beneficio al individuo. A continuacin un anlisis sobre el cacao:Cacao, sus usos y virtudes: hecho polvos, y tomado a la manera de chuno, refrena los ardores o incendios del hgado, purga la matriz (...) tomada onza y media, su composicin conforta el cerebro, el estomago y el hgado, socorre a los asmticos y tsicos, y a los de catarro si es de causa fra.

Tambin vemos aqu otro exponente, en este caso en un articulo rotulado, los beneficios de la botnica:

A consecuencia de su viaje a la Amrica meriodional, se han dedicado los seores botnicos D. Hipolito Ruisz y D. Joseph Pavon a publicar en Madrid la obra intitulada da flora peruviana et chilensis () Efectivamente, sobre estar completos en la parte botnica e histrica, a Juicio de los mismos mulos de la obra, aaden los autores en muchas plantas sus nombres vulgares, sus virtudes y usos mdicos y econmicos, y varias observaciones apreciables.

Como en la mayor parte de los casos, en esta nueva oportunidad, la cuestin de la utilidad vuelve a poder ser apreciada.

Asimismo el autor en esta valoracin del conocimiento cientfico hacia su ideal por el progreso, buscar justamente la mencionada utilidad en las diversas ciencias, en pos de mayores beneficios. Por ejemplo tenemos el caso del estudio de la naturaleza, particularmente de la sal inglesa, sobre el cual en un artculo se resalta sus conexiones con la fsica y la qumica y su potencial para la elaboracin de la magnesia cruda, un medicamento considerado por entonces sumamente saludable.

Igualmente la tensin entre lo tradicional y lo nuevo, ser una inevitable resultante de este progreso derivado del conocimiento cientfico. Ya que por supuesto aqu se resaltaban previamente los beneficios que generaba, el hecho de una mayor conexin entre las diversas ciencias y la aplicacin de beneficios mutuos para reas, quizs un tanto desprovistas de estos enfoques previamente.

Por citar nuevamente un ejemplo, tenemos el caso de una medicacin recomendada para aquellos recin nacidos como beneficiosa, dejando entrever la posible desconfianza que pudiera suscitar como elemento novedoso:

Pero me atrevo a decir que esta virtud decantada no halla apoyo en la fsica, y que ni la experiencia la ha hecho de modo alguno en Montevideo. Y es posible que esa capital, ciudad tan populosa, con doctos facultativos, y donde es frecuente esta enfermedad no nos haya dado hasta ahora nocin alguna sobre un asunto de tanto inters? .No obstante: Aplquese a los recin nacidos el referido blsamo, confieso que no hallo bastante razn para temer por esto algn prejuicio, pero no se tenga tanta confianza en ello, que se debe poner en practica aquellos preceptos que prometen con mas probabilidad mas beneficios

Lo curioso aqu es que no solo podemos observar que se refieren en esta tensin a elementos de lo que podramos determinar las ciencias naturales, sino tambin en el plano de las ciencias sociales, (si bien por supuesto hay que ser cuidadoso al tratar estos conceptos en su evolucin temporal). Podemos encontrar tambin algunas cuestiones que indican la referida tensin.

Por ejemplo aqu tenemos un artculo denominado la supremaca del cronista espaol

As, pues debo confesar a boca llena que yo no entiendo semejantes contrariedades, y prescindiendo del trabajo de querer hacer la concordia de noticias incompatible, lo nico que se presenta mas racional es preferir a un cronista espaol, que no debi dudar los datos de nuestra historia, en comparacin con un cronista extranjero, que por mil razones no debe tener igual autoridad, y mucho menos la relacin de su viaje, por sus repetidas reimpresiones en distintos idiomas y regiones

Bien, entonces, lo que tenemos por un lado es una bsqueda del desarrollo, el beneficio recproco de las ciencias y su avance, como un mecanismo para alcanzar el tan ansiado progreso de los pueblos. Ahora, tambin por otro lado estamos asistiendo a la otra faceta de este proceso, que es justamente el rechazo hacia ciertas formas novedosas que pudieran suscitar algunas reservas.

En este ultimo artculo del cronista espaol sin duda se torna un tanto mas complejo llevar a cabo el anlisis, por no ser tan lineal como en el artculo sobre los recin nacidos, De todas formas el argumento de rechazar al cronista extranjero por la traduccin que pudiera llevar a cabo en su lengua, si bien puede ser razonable a partir de lo que pudiera perderse en la traduccin, no por ello se deja de rechazar a un extranjero y sus posibles aportes al conocimientos, por el simple hecho de poseer una cultura diversa, aunque podra aportar nuevos elementos y saberes aplicables a las distintas ciencias.

Capitulo 4Mantenimiento del valor de la religin. Su rolHemos iniciado el presente trabajo tomando justamente la ilustracin cristiana y sus caractersticas propias que la diferenciaban de forma sensible del movimiento ilustrado en general, y sin lugar a dudas especialmente con el francs.

Se ha recogido previamente una diversidad de manifestaciones, pero no obstante es imprescindible poder entender el contenido de esta obra que es nuestro centro de atencin, tomando algunos fragmentos y artculos para poder apreciar, que a pesar del culto por el conocimiento cientfico y las indudables tendencias utilitarias, la religin no dejo de ocupar un lugar de preeminencia y es resaltada dentro de la propia educacin como valor fundamental. Asimismo reiterando la temtica del rol de la mujer, tambin nos detenemos aqu en otra ejemplificacin de la relacin estrecha que mantienen la religin y la educacin. En este caso aqu lo tenemos en un retrato de principalmente a quien se considera como las porteas mas distinguidas.Desde la mas temprana edad todas se instruyen en los principios esenciales de nuestra adorable religin, y uniendo las prendas del espritu a las del corazn, la facilidad de aprehender con la aplicacin a instruirse cada da mas por medio de una educacin sabia (...) leen y escriben con admirable propiedad, exactitud y correccin y a mas del dogma, misterios y elementos de la moral cristiana, repiten, algunas, los pasajes mas sealados de ambos testamentos: la fundacin, progresos, y estado actual de nuestra religin.

Justamente tendremos publicaciones donde se resaltara fuertemente el valor de la religin en la educacin, y no solamente en el sector femenino:

Pero un hombre rustico como yo no halla otro modo de explicarse ni entiende otra materia que tratar mas digna de las atenciones y cuidados de la sociedad que promover con el mas ardiente celo la enseanza publica de la religin.

De todas formas no ser el nico mbito, el perteneciente a la educacin el que se ver ligado al sentimiento religioso, pues tenemos aqu un rea, sobre la cual el conocimiento cientfico es subordinado a la proteccin divina.Lo cierto es que este pueblo goza potentemente de la proteccin de su Soberana Patrona. En el ao de 1776 (sino voy errado) hubo por estas campaas una enfermedad pestilente tan mortfera que no obstante las piadosas disposiciones del gobierno de Buenos Aires en enviar mdicos, medicina y sacerdotes por todas partes en auxilio de enfermos, quedaron desoladas familias enteras al rigor de la peste. Pero en la jurisdiccin de este pueblo fueron pocos los apestados, y de estos solamente solo dos murieron.

Sin dudas una muestra contundente del mantenimiento de la consideracin sobre la religin en una esfera aun ms elevada que la que pudiera constituirse cualquier paradigma puramente netamente cientfico y racional.Conclusin

Claramente el siglo XVIII, se erige como un periodo de tiempo en el cual las antiguas creencias y paradigmas que previamente haban sido sostenidos, comenzaban a revisarse y por ellos a reformularse sobre muchos aspectos.

El Telgrafo Mercantil por consiguiente, lo que har aqu ser manifestar y transcribir estos mismos elementos que mencionbamos, agregndole nuevos elementos y un valor individual propio lgicamente del mbito sobre el que fue concebido. Es por ello que justamente se ha tomado como pilar la concepcin de la refraccin, ya que en una vasta cantidad de artculos lo que se puede apreciar es la inevitable comparacin con Europa, sea tratando las temticas del comercio, o bien aquellas que se refieren a la ilustracin , o sin lugar a dudas, tambin a todas las que dejen entrever esta necesidad de progreso.

Por lo tanto aqu nos encontramos con la referencia inmediata y concreta hacia otras realidades, pertenecientes en su mayora al viejo mundo, pero con los resguardos lgicos que deben manifestarse en este tipo de publicaciones. Un caso evidente de esta cuestin, se refiere a lo que es la educacin de la mujer. La mujer como tal no intenta ser elevada hacia un rol de una mayor participacin en mbitos que previamente no ha tenido pero, sin embargo, en contraste se busca un mayor cultivo de sus capacidades intelectuales, en pos de la utilidad del hombre como su compaa por un lado, y por otro para una mayor y mejor crianza de su familia.

La evidencia innegable, es la posible contradiccin que esta argumentacin poda acarrear, ya que en ningn momento se analizan las posibles consecuencias del cultivo de su intelecto, al calificarla para una eventual participacin en otros roles previamente vedados a su gnero.

En las antpodas a esta cuestin, si por un lado no podemos dejar de percibir, como se est aplicando un modelo de educacin basado en un concepto de utilidad, que tenia sus claros orgenes en el pensamiento del viejo continente, se produce su lgica adaptacin a la realidad, en este caso de Buenos Aires.

Un nuevo ejemplo del concepto de adaptacin que mencionbamos, retrata el hecho que hemos citado en el capitulo 4, sobre la aparente proteccin de la Santa Cruz a la ciudad de Buenos Aires, ante una peste que el autor considera haberse expandido a partir de 1776 aproximadamente. Este caso nos retrata como el ideal religioso, caracterstico del iluminismo espaol se ve aplicado a una situacin exgena, pero respetando el sentimiento religioso de los habitantes, y sus correspondientes implicancias.

En definitiva con lo que nos encontramos aqu es con la manifestacin de los diversos matices propios de la ideologa ilustrada, principalmente espaola, desarrollada ntidamente en una gran cantidad de sus caracteres, la cual si bien no obstante se ve en cierta medida cohibida, o reprimida en sus manifestaciones sobre lo que podra ser una mayor impronta reformista, no deja de referirnos cmo su publico lector, no poda verse ajeno en modo alguno a las tendencias y paradigmas de pensamiento espaol. Este sera socavado posteriormente en sus antiguos cimientos, por la difusin de las nuevas ideas.Bibliografa

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Jos Torre Revello, El Libro, la imprenta y el periodismo en Amrica durante la dominacin hispnica, Buenos Aires, Facultad de Filosofa y Letras, 1940.

ndiceIntroduccin2

Capitulo 1..4Capitulo 2 .6Capitulo 3.1 ..10Capitulo 3.2..13Capitulo 3.3.. 15Capitulo 4..18Conclusin.21Bibliografa.23 Rpodas Ardanaz ,Daisy Refraccin de Ideas en Hispanoamrica Colonial, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, secretaria de cultura de la presidencia de la nacin, 1983, Pp.34-35

Palacio Atard, Vicente los espaoles de la ilustracin, Madrid, ediciones Guadarrama, p.18

Sarrailh, Jean La Espaa ilustrada de la segunda mitad del s. XVIII, Madrid, Fondo de cultura econmica, 1974, p.20

Ibdem. p.569

Ibdem p.76

Ibdem p.660

Vase Diderot, Entreitien avec la marechale, (Euvres, ed. Tourneaux, tomo II, pagina 514) en Hazard, Paul, El pensamiento europeo en el siglo XVIII, Buenos Aires, Ed. Alianza, p.53

. Sarrailh, Jean, op. cit pp. 607-608

Palacio Atard, Vicente, op. cit. p.27

Chiaramonte, Jos Carlos La ilustracin en el Ro de la Plata, Buenos Aires, ed. Sudamericana, p. 30

Martini, Mnica, Francisco Antonio Cabello y Mesa, un publicista ilustrado de dos mundos (1786- 1824), Buenos Aires, Instituto de Investigaciones sobre Identidad Cultural, Usal 1998. pp. 130-131

Ibdem. P.189

Ibdem. P.213

Ibdem.239

Agricultura en Telgrafo Mercantil, Rural, Poltico-Econmico e Historigrafo del Ro de la Plata 27 de mayo de 1801, ao I, n.7, t1. p.134

Manifiesto de la metalurgia, caza, pesca, agricultura y pastoreo de la provincia de Buenos Aires en Telgrafo Mercantil, Rural... op. cit. 11 de octubre de 1801, ao I, n19 , t.2 pp.137-138

Podemos ver un ejemplo de esta cuestin en el articulo contrabando en Telgrafo, Mercantil, Rural... op. cit. 3 de junio de 1801,ao I, n.19 t. I pp.147-151

Torre Revello, Jos, El libro, la imprenta y el periodismo en Amrica, Mxico 1991, Universidad nacional Autnoma de Mxico.

Unanue, Hiplito, Discurso histrico sobre el nuevo camino de callao de Lima en telgrafo mercantil... op. cit. 8 de noviembre de 1801, ao I, n.28 t. 2 p.205

Enio tullio grope, en telgrafo mercantil... op. cit. 13 de junio de Enero de 1802, ao 2, t.4 n.7 p.98

Continan las reflexiones sobre la educacin de las mujeres traducidas del celebre Leclerc, por una seora portea en telgrafo mercantil....op. cit. 4 de marzo de 1802, ao 2, n14. t.3 p.205

Mariluz Urquijo, Jos M. Ideas y creencias en Academia Nacional de la Historia, Nueva Historia de la Nacin Argentina t. III, Buenos Aires, Planeta, 1999, p.234

Continan las reflexiones sobre la educacin de las mujeres traducidas del celebre Leclerc, por una seora portea Virtudes de las mujeres en Telgrafo Mercantil, Rural....op. cit. 11 de abril de 1802, ao 2, n.15, t.3 p.220

Continuan las reflexiones sobre la educacin de las mujeres traducidas del celebre Leclerc, por una seora portea Influencia de la mujer en Telgrafo Mercantil, Rural,... op. cit. 4 de marzo de 1802, ao 2, n.14 t.3 p.204

Daisy Rpodas Ardanaz, Libros, bibliotecas y lecturas, en Academia Nacional de la Historia, Nueva Historia... op. cit., t.III, Buenos aires, Planeta, 1999, pp.149-150

Continuacin sobre el establecimiento de capillas en la banda del Rio de la Plata en Telgrafo Mercantil, Rural,... op. cit. 4 de julio de 1802 ao II, n. 10 t. 4 p.180

Enio tullio grope, Sobre una ley athica, en Telgrafo Mercantil, Rural, op. cit. 26 de agosto de 1802, ,ao II, n18, t.4 p.306

Ancdota Americana en Telgrafo Mercantil, Rural, op. cit. 2 de mayo de 1802, ao, 2, n.1 t. IV, p.10

Continuacin de las lecciones de geografa en Telgrafo Mercantil, Rural... op. cit. 19 de agosto de 1801, ao I n. 6 t.2 pp.37-38

Cacao sus usos y virtudes por el Padre Segismundo, en Telgrafo Mercantil Rural... op. cit. 21 de Febrero de 1802,ao II, n 8 t.3 p.120

Noticia de la flora del Per, y de otras botnicas que se van publicando por D. Hiplito Ruiz y D. Joseph Pavn en Telgrafo Mercantil, Rural..., op. cit. 23 de mayo de 1802, ao II, n. 4. t.4 p. 58

El ejemplo lo podemos encontrar en Haenke, Tadeo Sal de Inglaterra, sal amarga o magnesia vitriolada en Telgrafo Mercantil, Rural... op. cit. 11 de Julio de 1801, ao I, n. 30 t. 1 pp. 237-238

Medicina en Telgrafo Mercantil, Rural.... op. cit. 7 de marzo de 1802 ao II, n.10 t.3 p.149

Caete, Pedro Vicente, Discurso histrico cronolgico sobre la fundacin de Buenos Aires en Telgrafo Mercantil Rural... op. cit., 9 de mayo de 1802, ao II, n.2 t.4 pp.27-28

Elogio a las porteas en Telgrafo Mercantil Rural... op. cit. 18 de octubre de 1801, ao I, n 20, t.II, p.163

Carta de Infausto Pastor en Telgrafo Mercantil Rural... op. cit, 1 de julio de 1801, ao 1, n.27, t.1, p.213

Relacin histrica del pueblo y jurisdiccin del rosario de los arroyos, en el gobierno de Santa Fe, provincia de Buenos Aires en Telgrafo Mercantil, Rural... op. cit. 4 de marzo de 1802, ao II, n14, t.III, p. 211

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