El sofá rojo

25
REVISTA DEDICADA AL RELATO Y AL MICRORRELATO Nº1 (ENERO-MARZO, 2009) EL SOFÁ ROJO Autores del presente número: ESTEBAN GUTIÉRREZ GÓMEZ, FRANCO DIMERDA, DIONI BLASCO, FELISA MORENO ORTEGA. www.revistaelsofarojo.blogspot.co m

description

Revista dedicada al relato y al microrrelato

Transcript of El sofá rojo

REV

ISTA

DED

ICA

DA

AL

REL

ATO

Y A

L M

ICR

OR

RE

LAT

O

Nº1

(EN

ERO

-MAR

ZO, 2

009)

EL S

OFÁ

RO

JO

Autores del presente número: ESTEBAN GUTIÉRREZ GÓMEZ, FRANCO DIMERDA, DIONI BLASCO, FELISA MORENO ORTEGA.

www.revistaelsofarojo.blogspot.com

REVISTA EL SOFÁ ROJO

www.revistaelsofarojo.blogspot.com

nº1 (enero-marzo, 2009)

Responsables del proyecto

Delia Olmos

Juan Javier Murillo

2

Índice de obras

Aquel lapicero de Cinzano (Esteban Gutiérrez Gómez)

Tres microrrelatos (Franco DiMerda)

Mi sonrisa preferida (Dioni Blasco)

El libro (Felisa Moreno Ortega)

3

AQUEL LAPICERO DE CINZANOEsteban Gutiérrez Gómez

Las noches son interminables y ya no se revuelve en la cama como antes. Está quieta, boca arriba, con los párpados apretados a la espera de que los cubra de oro la luz. No quiere dormir. Prefiere pensar, ocupar la mente con el zumbido de las moscas en la cocina, con los ladridos lejanos en el páramo, contando los descorches del yeso de la fachada que caen al suelo –frutos vencidos por la helada–, como la muda vieja de las serpientes. Pero el sueño vuelve y, otra vez, la ve correr por el sendero del río, camino de casa. Entonces, despliega las pestañas como para despertarse, pero la luz no ha llegado. No es que no quiera soñarlo, es que sabe que nunca podrá dar una explicación. Ella lo sabe. Está resignada desde hace mucho. Ella sí, pero la otra, la niña que la habita mientras duerme, no. Noche tras noche, durante más de ochenta años, demandando una respuesta. Como una mortaja, el silencio profundo en el que despunta redentor el rumor de la nevera, vacía y vieja como ella, le hace estremecerse. Son las peores horas, justo antes del amanecer. Las más solitarias y crueles del día. Cierra de nuevo los párpados con fuerza hasta que llegue la hora de poder sentir el calor sobre la piel. Y la niña vuelve con su sonrisa desdentada y su voz de terciopelo, y le guiña un ojo precioso color caramelo para que la siga. Es ella. Ella misma. Se reconoce de nuevo, hace mucho tiempo, antes de aquello. Pide explicaciones, la acusa de hurtar su felicidad. Siempre ahí dentro, siempre igual, al intentar dormir. Ella, la misma. Justo antes, justo la noche antes. ¿Por qué? ¿Qué quieres de mí? No, ya no es posible; las cosas del pasado no se pueden cambiar. Ya me gustaría a mí poder hacerlo, o poder olvidarlo. Y, mientras tanto, la orina caliente sobre sus muslos, resbalando por el plástico del cobertor. Como antes de aquello, como hace años. Nunca nadie lo supo.

4

Entonces nunca. Se levantaba y cambiaba las sábanas, las enjuagaba en la frialdad del agua del pilón y tiraba la paja mojada en el suelo del granero; luego volvía con haces nuevos y brillantes a confeccionar el colchón. Antes de aquello, cuando la vida era diferente, cuando existían los colores. La niña le guiña un ojo y se ríe buscando la complicidad en la travesura de la orina. Al instante, como descendiendo de un vuelo, se ve en el colegio, levitando desde el techo, observando como la niña mira fijamente a Magdalena. Fue a ella a la que quitó el lapicero de colores, su tesoro, aquel regalo que alguien le hizo, la mina arco iris y el grabado de Cinzano. Fuiste tú, le dice Magdalena a la niña, tú. Y, enfurecida, araña su cara con odio una vez más, y le saca los ojos con dos pinturas de madera. Ya no se ríe, la niña de pelo azafrán que tenía vitrales de caramelo, que es ella, ya no se ríe. De repente el calor, la débil luz que reconforta, los párpados acariciados. Y ahora le da miedo no poder mirar. El trino de los pájaros y el despertar del gallo León, le confirman que todo ha pasado. Ya pronto vendrán a rescatarla del tormento. Ya oye la llave que descorre el cerrojo del portal, el cacharrear en la cocina, los pasos suaves de zapatillas venciendo el entarimado del corredor. Con los párpados cerrados, calientes, pero cerrados, escucha recriminaciones cariñosas de voces familiares. Entonces sí, entonces se despide de la niña hasta más tarde, no sabe porqué cogió el lapicero, no sabía el drama que iba a ocasionar un simple lapicero tornasolado de Cinzano, y deja que la levanten de la cama, que la laven y cambien el cobertor de plástico, y deja que curen sus heridas de la cara, sin hacer caso a las advertencias de noches futuras encadenada a una cama del sanatorio, y deja que besen las cuencas vacías de sus ojos.

NOTA BIOGRÁFICA

5

Nací en Madrid en 1963. Baco, mi dúplice y alter ego, nació 17 años después a los controles de Radio Juventud de Madrid y en garitos en los que se gestaban los grupos de rock & roll. Yo siempre soñé ser una estrella del rock. Siempre andaba imaginándome bañado de luz sobre un escenario, haciendo tronar la guitarra de Angus Young. Eso es lo que yo quería ser: un bala perdida, un canto rodado, un vividor. No sé cuándo ni cómo se me quitó la idea de la cabeza, sólo sé que acabé tragado por la literatura y aparecí en éste otro mundo. Dejé atrás los años de radio y los antros aquellos que se llamaban pomposamente a sí mismos locales de ensayo, y me convertí en un onanista del libro, un bebedor solitario, un mentiroso compulsivo. Me convertí en otro creador de ficciones. Aquél mundo corpóreo no era el mío, y escogí mi propio destino. Elegí fracasar. Todos los que habéis leído algo mío, lo sabéis. Me declaro cuentista. Blog: http://ellaberintodenoe.blogspot.com/

TRES MICRORRELATOSFranco DiMerda

El uno para el otroEra un amor grande, puro y eterno el que unía al puma con la oveja. Cuando se vieron por primera vez allá en el campo, supieron de inmediato que nada ni nadie los separaría. Mucho menos los “buenos argumentos”. Porque eso de que él era carnívoro y ella herbívora no era más que la misma tontería de que uno es muy mayor y la otra menor. Por eso su amor duró tanto tiempo, incluso hasta dos horas después que el puma se la comió. La extrañó en plena digestión. La soñó mientras dormía. Derramó una lágrima al defecar.

Jesús, el niño y el rebañoIba Jesús por las calles de Jerusalén cuando de pronto se le cruzó un niño y le preguntó: “¿Por qué te sigue tanta gente?”—No sé —le

6

respondió Jesús—. Ve y pregúntale a ellos. El niño fue y les preguntó a los que lo seguían: “¿Por qué siguen a ese hombre?”—Porque hace milagros —respondió un joven.—Porque es nuestro rey —contestó un enfermo.—Porque vino a salvarnos —replicó una anciana.—Porque es el hijo de Dios —aseguró un apóstol. El niño, aún más confundido, regresó donde Jesús y luego de decirle lo que todos le habían dicho volvió a preguntar: “¿Por qué te sigue tanta gente?”—No sé —respondió Jesús finalmente—. Solo sé que hasta hace un momento a otro niño le dieron dos y no cuatro razones.

Los cien gusanos cargadores del Gran Libro

Después de caminar por mucho tiempo a través de la selva, los cien gusanos cargadores del Gran Libro llegaron a un cruce que se dividía en tres caminos. Como no sabían qué ruta debían seguir, bajaron de sus espaldas el Gran Libro y lo consultaron. Luego, una vez despejadas todas sus dudas (porque hay que saber que el Gran libro tenía todas sus respuestas), los gusanos lo volvieron a cargar sobre sus hombros y, totalmente resueltos, siguieron el camino del medio. Sin embargo, debido a la pequeña confusión originada entre la descarga y la carga del Gran Libro, y también porque cien son casi igual que noventa y nueve, nadie se dio cuenta que habían dejado, atrás en el cruce, a un gusano del grupo que se había quedado dormido. El gusano despertó y, como no sabía qué ruta habían tomado sus demás compañeros, decidió seguir una al azar. Pasaron los días y el gusano notó sorprendido que ahora ya no caminaba sino que corría pues, debido a que no cargaba nada, se sentía más ligero de peso. Notó también lo hermoso que era el cielo pues ya no tenía encima nada que le tapara la visión. Y finalmente, lo que lo maravilló aún más, fue descubrir que existían agazapados sobre su espalda unos pequeños botoncitos que poco a poco fueron creciendo hasta

7

convertirse en alas. Desde lo alto del cielo una enorme mariposa ve un pequeño libro moviéndose lentamente abajo, en el suelo.

NOTA BIOGRÁFICA

Nací en Lima (Perú) el 10 de febrero de 1973. Allí gané varios concursos de cómics y publiqué en distintos fanzines y revistas del medio. En el 2000 logré huir de mi país (porque del Perú no se emigra, se huye) y logré refugiarme en España, país en el que vivo desde entonces. En la actualidad reparto el poco tiempo libre que me deja el trabajo (cuando lo hay) viendo películas, leyendo cómics y escuchando Metal Extremo. Escribo relatos cortos para la revista Heavy Rock. Blog: http://www.francodimerda.blogspot.com/

MI SONRISA PREFERIDADioni Blasco

Me enamore de aquella sonrisa sin poderlo remediar.

Llegue a casa mientras todo aquel que se cruzaba por mi camino lloraba un gol en propia puerta que había echado a perder toda una temporada y de la que yo me sentía participe en cierto modo.

Os cuento...

Me había dejado encajar un sentimiento de la manera más tonta y sin darme ni cuenta.

8

Juro por lo más sagrado, que hasta que no me gire de forma descarada a contemplar mi corazón en el fondo de la red no lo terminaba de dar por hecho, un gran descuido por mi parte.

-Una pena, eso les ha pasado por confiados. Me decía el vecino de arriba mientras me sostenía la puerta de la calle.

-No he podido ver el partido.

Subí las escaleras y lo siguiente que recuerdo es que la verdura estaba a medio hacer.

Daba igual.

Comía inconscientemente mientras veía la pared y a sus agujeros. Soñaba con un inmenso cuadro con su foto y escribía en el ordenador con la mano derecha a la vez que con la izquierda sostenía el plato,

a la comida, y al tenedor.

Era difícil explicarse en el diario, no había muchos datos que ofrecer, salvo su mirada, cautivadora, alegre, atenta. Sus manos limpias de cualquier objeto. Su pelo suelto, largo y moreno. Un perfume que nunca antes me pareció olerlo, discreto pero muy resultón. Una vestimenta deportiva. Y una sonrisa que no puedo superar. Ni tan siquiera un comediante profesional me hizo sentirme tan feliz.

El plato terminó por caerse al suelo.

Yo seguía pendiente de darle nuevas pinceladas a mi cuadro de mentira.

9

El gato se puso a jugar con el tenedor sin darle mayor importancia.

Ojos marrones, tirando a bajita, claro que con lo alto que soy yo...

De repente me deje caer sobre la mesa y me quede dormido.

A penas pude abrir los ojos y sentir un cosquilleo cuando vi unos ojos azulados felinos que me observaban, no tardamos en quedarnos dormidos los dos, esta vez durante toda la noche.

Amanecí con un dolor de espalda terrible, estaba congelado por completo y ni siquiera me había soltado el botón del pantalón.

El estomago me dolía, la cabeza me dolía, todo me dolía, hasta que observe la hora en el reloj.

Dando saltos fui hasta la habitación, agarre el teléfono móvil y marque el numero de la empresa.

Me echaron una buena bronca y salí por la puerta sin desayunar.

-UNA PENA EL GOL DE ANOCHE.

-No me encuentro bien.

-LLEGAS CASI UNA HORA TARDE.

-Tengo mucho frio, debería haber ido al médico antes de venir hacia aquí.

Aquella muralla con bigote retrocedió un paso y saco unas monedas del bolsillo.

10

Vamos a tomar un café caliente y luego date prisa que hoy vas muy retrasado.

Acepte y también pude conseguir una aspirina.

Era una locura ponerse a trabajar estando como estaba.

La muralla también lo sabia pero no podía dejarme escapar.

El café realmente estaba caliente y nadie por allí se explicaba cómo podía haber llegado hasta el trabajo con la cena por los pantalones.

Me acorde de la verdura a medio hacer, del vaso de vino que al parecer durmiendo también cayó sobre mí, de aquella sonrisa tan llena de vida y a la vez causante de todo y asustándome recordé que la llave de la taquilla no la metí junto con las demás.

-Ostia las llaves...

La muralla con bigote de un enfado roció medio pasillo con su café con leche.

-Lárgate a casa.

Cerrando los ojos le di las gracias y anduve hacia la puerta de la salida.

-Repite conmigo. Me decía la muralla.

-Mañana voy a estar bueno.

11

Lo dijimos dos o tres veces pero yo no tenía ánimos para una cuarta.

Le prometí un montón de cosas. Siempre les suele gustar.

Cuando por fin logre salir a la calle, fui directo a una farmacia y me sumergí en la paciencia de una dependienta mayor.

-Eso es una estupidez. Una sonrisa nunca hace daño. Que me digas una mala cara, o un grito, o una burla...

-No se asuste. Así empezó todo.

Aquella farmacéutica saco de debajo del mostrador una pequeña botella de agua. Le dio un buen trago y me dijo que fuera al médico y que me calmara. Volvió a cerrar la botella y con los labios mojados todavía me añadió que lo que me pasaba es que había cogido frío, que igual no era ni un resfriado.

Le compre unos caramelos de vitamina c y desobedeciendo me fui a dormir.

Pasaron unas horas y sonó el teléfono. Era la muralla bigotuda.

Me duche y salí a la calle.

Hacía frío y estaba nublado.

Estaba claro que el tiempo no me iba a acompañar en todo el día.

Me seguía doliendo la cabeza y la espalda, los ojos y el pecho,

12

y pensando si dolía el alma de alguna forma volví otra vez a la farmacia.

Dijeron que tenía fiebre, que me cuidase mas y que me tomara unos sobres cada ocho horas.

De camino a casa me encontré con mi sonrisa preferida.

Estuvimos hablando un rato y en mal momento la tuve que ver pues cada vez empezaba a sentirme peor.

Soñaba con que se viniera a dormir conmigo pero no fue así.

Me dijo que me tapase bien y que antes de una semana ya estaría genial.

Ella estaba preciosa, alegre, llena de vida e impaciente, ya que iba a casa de un amigo suyo para terminar de preparar todo para el viaje.

Se iban lo que quedaba de semana a esquiar y a relajarse.

Me quede sin palabras.

Ella esperaba un pásatelo, digo, pasároslo bien, o una cosa así.

De veras no podía decir nada, me había quedado petrificado y menos mal que no me vi la cara a mí mismo, supongo.

Volvió a sonreír, me dio dos besos y se fue.

13

Cerré la puerta de una manera silenciosa pero al verme en el recibidor no pude con la cara que allí se reflejaba y termine por romper el espejo a puñetazos.

Pasados unos minutos estaba sentado en el suelo allí mismo.

Llorando, desecho, y sangrando como un cerdo.

-¡dios mío! -gritaba la vecina.

-¡Abre la puerta! ¿Qué demonios te ha pasado?

Me levante y abrí la puerta del piso. Patético.

Me llevo a urgencias en su coche y lo primero que dijo me puso más furioso todavía.

-Tiene un ataque de celos pero exagerado.

Me agarro un tipo serio del brazo y después de curarme me dejo las dos manos vendadas. Lo que me faltaba. La vecina desapareció.

Me quede dormido encima de una camilla y un tipo más serio todavía me pregunto por todo lo que me había pasado. Se lo explique y me dijo que era normal todo. Que me fuera a mi casa.

Mientras andaba no pensaba en nada, hasta que llegue al portal y me di cuenta de que me estaba siguiendo alguien.

Al cerrar la puerta la pude reconocer, esa sombra primero, y esa sonrisa, imperecedera, después.

14

Estaba asustada por verme así y mi mala lengua le dijo todo.

Desde la sonrisa hasta el jefe, del resfriado al desgraciado del amiguito esquiador, de mis lágrimas a la visita con la vecina en urgencias, yo hablaba y ella asentía con la cabeza a todo.

Parecía que escuchaba y se guardaba las respuestas mordiéndose el labio inferior.

Al final me detuve de hablar y nos fumamos un cigarro.

Ella no dijo gran cosa pero después me abrazo con sus manos por la nuca y me dio un beso en los labios. Yo la abracé con mis manos vendadas por la cintura y continuamos.

NOTA BIOGRÁFICA

Este mardano nació en Zaragoza hace treinta y tres años, fruto de un padre maltratador y una madre cobardicomiedosa, (¿especie actualmente en extinción?) Mientras la civilización continua echándose a perder, la pequeña ovejita (negra por supuesto), aprende a leer y a escribir, tal y como los demás niños y niñas de un colegio público en el barrio de delicias.Allí con el tiempo conoce varios grupos que se pasaban en cassette como la polla records, barricada, burning, los suaves... Y uno reconoce las letras tan propias, que le da por escribir también. Así nacen pues sus primeros “poemas y reflejos”En clase las letras entran mejor que los números y fuera, los besos de una adolescente, musa de numerosos renglones, le hacen por fin escribir algo sobre el amor.Pero fue en 1996 cuando publico auto editadamente su primera novela, “desembocando en el Guadalquivir”, una historia llena de sexo, drogas y rock and roll. En 1998 saldrían quinientos ejemplares mas.En 1999 y en dos partes se publicarían “poemas rescatados de una mochila” con la sana intención de reunir poemas y canciones desde chinorris hasta ese momento. También vio la luz el relato “sus palabras tienen que sonar” relato que tuvo una ampliada edición en este año 2008 y prologada por el kebrantaversos. Ahora pues solo se puede conseguir “sus palabras te tienen que sonar”.Y tras una parada de cinco años, vuelve a la carga con relatos, poemas, haikus y desvaríos varios.

15

En el 2007 se publica “la carpeta”, la cual se presenta a un certamen y la declaran finalista, pero el jurado da el premio como desierto. Nadie ganó... (para uno que me presento... tongo, tongo...)Y en el mismo año “relatos para el 2007” con 13 relatos mas una entrevista en su interior.Desde febrero de 2007 se une al universo blog, en http://www.dionisioblasco.blogspot.com/ y comienza a conocer mucha gente con la cual comparte afición. Aparece en diversas bitácoras y recitales, esperando se puedan continuar durante mucho tiempo. De momento ahí sigue... Esperando críticas y apoyos.

EL LIBROFelisa Moreno Ortega

Se puso la chaqueta, descolgándola de la percha, dejada adrede fuera del armario para mantenerla a salvo de las arrugas ya que hacía días que éste se había convertido en un pozo sin fondo donde las prendas luchaban por hacerse un hueco. Apuró el café y dejó la taza sobre la mesita, si estuviera allí Silvia le habría regañado, pero hacía mucho tiempo que ella se marchó y Luis no se preocupaba mucho por el cuidado de la casa.

Esa fue una de sus primeras pérdidas, el abandono de la mujer que le había acompañado durante más de diez años. Después fueron los amigos los que evitaban su compañía, con excusas cada vez más absurdas. La asistenta también se marchó, desde entonces gustaba de mantener la casa en penumbra, así no veía el polvo que se iba acumulando en los muebles.

Pasaba días enteros sin hablar con nadie, sobre todo los fines de 16

semana, que los dedicaba por entero a la lectura de aquel libro. Silvia decía que era la causa de su cambio de humor, desde que llegó a sus manos aquel antiguo ejemplar de tapas de cuero y folios amarillentos, pasaba horas y horas enfrascado en su lectura, acompañado de su inseparable taza de café.

Realmente su humor se agrió, nunca tenía ganas de salir, de estar con los amigos, de hacer el amor con Silvia, sólo era feliz cuando tenía el extraño libro entre sus manos. Jamás dejaba que nadie lo tocara, ni comentó cual era su contenido, lo custodiaba como si fuera una joya, una obra de arte que pudiera deshacerse con un simple roce.

Estaba empezando a descuidar su trabajo de editor, pues cada vez le costaba más concentrarse en cualquier lectura que no fuera la de aquellas líneas imposibles. Las palabras no iban en línea recta sino que formaban figuras de todo tipo, espirales concéntricas, hexágonos y otras figuras geométricas. Las frases parecían incongruentes, pero no tardó en encontrarles sentido, una vez que conseguía ponerlas en línea recta, sólo había que leer las palabras de derecha a izquierda. De esta forma el texto adquiría sentido.

Le costó un poco más averiguar que las páginas seguían un orden irregular, a la primera página le seguía la once, a la segunda la veintidós, a la tercera la treinta y tres y así sucesivamente hasta la nueve que le correspondería la noventa y nueve. A la diez ya le correspondería la doce, pues la once ya estaba asignada, a la doce la veintitrés y así hasta las trescientas páginas que componían la obra.

Para hacer más fácil la lectura fue copiando en el ordenador el contenido íntegro del libro, primero obtenía las frases en forma lineal, después colocaba las palabras de izquierda a derecha para dar

17

sentido a dichas frases. Era un arduo trabajo y como no podía concentrarse en otras tareas pidió unos días de vacaciones a la empresa. Le amenazaron con despedirlo si seguía en aquella actitud, pero finalmente aceptaron. En una semana consiguió tener una reproducción íntegra de cada hoja, por último dio el orden antes referido a las páginas, consiguiendo que tuvieran sentido.

Guardó cuidadosamente el archivo y lo mando a imprimir. Necesitaba tomar el aire. Acababa de amanecer, llevaba siete noches sin dormir, por sus venas galopaba la cafeína, acelerando su pulso.

Deleitó con placer el cigarrillo, no estaba de moda fumar, más bien era un vicio socialmente deleznable, pero a él le satisfacía intensamente. Pensó con nostalgia en Silvia, tendría que hablar con ella, ahora que había terminado aquel libro quería recuperar su vida. Volver a abrir las ventanas, subir persianas, correr cortinas. Así lo hizo, y un estallido de luz inundó la estancia, dejando al descubierto la percha y la taza vacía sobre la mesita, compañeras de sus noches de insomnio.

Estaba deseando leer aquellas páginas, que con tanto trabajo había descifrado, pero necesitaba alejarse por un momento, por eso dejó la impresora trabajando mientras que salía a dar un paseo. La mañana era fresca, se arrebujó en la chaqueta, aquella vieja chaqueta compañera de fatigas durante tantos años. Encendió otro cigarrillo, estaba orgulloso, durante muchos días se había dedicado a montar un rompecabezas, un puzzle a primera vista imposible, pero que él había sabido descifrar. Para poder componerlo había tenido que leer todas las páginas, pero evitó enfrascarse en el contenido. Sólo eran piezas que encajar para obtener el fruto prohibido que gozaría leyendo en su totalidad, sentado en el sillón de orejas, envuelto en una densa nube de humo.

18

Iba tan ensimismado en sus pensamientos que cruzó la calle sin mirar, el coche venía a una velocidad excesiva, antes de saltar por los aires pudo ver la cara de sorpresa del joven conductor. El grito quedó ahogado en su garganta.

Silvia estaba arreglando las macetas de su balcón, le gustaban los geranios, tenía de muchos colores desde el rosa pálido hasta el rojo sangre, pasaba horas regándolos, abonándolos, incluso hablaba con ellos. Sonó el timbre de la puerta, se sobresaltó, la maceta que tenía entre las manos cayó estrellándose sobre las losas de la terraza.

La noticia la había dejado trastornada, Luis seguía siendo su marido, ella no había perdido la esperanza de recuperarlo. Se marchó porque quería darle una lección, últimamente estaba demasiado concentrado en su trabajo, ella se sentía triste, abandonada. Acabada de cumplir cuarenta años, no tener hijos era su gran frustración y Luis no parecía entenderlo. Volvía a pisar las antiguas baldosas de aquel apartamento, todo estaba mucho más sucio que cuando se marchó, pero igual, congelado en el tiempo. Miró el ordenador, sobre la bandeja de la impresora se acumulaban las hojas, seguramente era el último trabajo de su marido. Cogió el taco de folios y los miró distraídamente, pero algo llamó su atención. Empezó a leer, primero con curiosidad luego con ansia. Era una biografía. La vida de Luis estaba plasmaba en aquellas páginas, un escalofrío recorrió su espalda al leer la última hoja. ¿Cómo pudo describir su muerte con tanta exactitud?

NOTA BIOGRÁFICA

19

Nacida en Alcaudete (Jaén) en 1.969. Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales.

En el año 2006 empecé a escribir, sobre todo relatos cortos. En el 2007 me atreví con mi primera novela “La asesina de ojos bondadosos” que será publicada próximamente por la Diputación de Jaén, al obtener el primer premio del Certamen de Escritores Noveles de ese año. Blog: http://felisamorenoortega.blogspot.com/

Premios literarios:- 3º premio del III Concurso de Cartas de Amor y Desamor del Ayuntamiento de Huétor Vega (Granada). Año 2006.- 3ª Clasificada en el I Certamen Asoc. Cultural Ars Creatio (Torrevieja) “Una Imagen en mil palabras”. Año 2006. Publicado libro del concurso.- 3ª Clasificada en el V Certamen Las Lagunas-Ars Creatio (Torrevieja). Año 2006. Publicado libro del concurso.- 2º Premio Certamen Mujeres Creadoras del Ayuntamiento de Baena. Año 2007.- Finalista IV Certamen de relato Asociación Canal Literatura. Murcia, año 2007. Publicado libro del concurso.- 3ª Premio I Certamen de Literatura de la Región de Murcia “La Memoria y el Alzheimer”. Año 2007. Publicado en libro del certamen.- 1º Premio Escritores Noveles de la Diputación de Jaén. Año 2007.- 1ª Premio I Certamen Cartas a un Sueño de ADSUR (Jaén). Año 2008.- Mención Especial I Certamen Ciudad de Águilas (Murcia). Año 2008- Finalista V Certamen de Relato Asociación Canal Literatura. Murcia, año 2008.- 1º Premio XII Certamen Mujeres creadoras, Ayuntamiento de Baena, año 2008.

20