El Psicoanalisis Es Un Método en El Laberinto

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"El psicoanalisis es un método en el laberinto" por Paula Hochman La entrada en el análisis es la entrada en el laberinto del Inconsciente donde se descubre la estructura del lenguaje. Freud lo distinguió como un campo regido por los procesos primarios de la condensación y el desplazamiento, que en la poética se llaman metáfora y metonimia. En lo inconsciente se descubre que el sentido no es intrínseco al significante, que sólo puede alcanzarse un efecto de sentido si un significante se articula a otro significante. Esta ley, el hecho de que el significante funciona encadenado y por relaciones alienantes de alteridad, es su ley de oro e inicio del laberinto. El método, es el de la buena lógica: atenerse a la lógica del significante que es la de la concatenación. Su primer paso es entrar. Es el paso que da Freud cuando ante un error o un tropiezo en el discurso, en lugar de justificarlo o ignorarlo, lo establece como un texto y busca su razón. El laberinto es una presentación del lenguaje cuya estructura no encadena sentidos sino significantes y donde es necesario orientarse y leer. Orientarse, no por el sentido, sino jugando el juego del significante, seguir concatenaciones como hizo Freud armando series, recortando elementos. La comprensión deberá esperar. En el laberinto del lenguaje, comprender desorienta, “nos es necesario un poco de polvo en los ojos” . La comprensión es una satisfacción inútil, no conduce a la razón del sintoma ni al campo del sujeto. Tampoco por comprender se está menos en el laberinto. Se trata de seguir el hilo de Ariadna del deseo y esperar en la incomprensión, resistiendo la sensación angustiante del laberinto. Esa sensación de laberinto se produce porque la verdad no está marcada, no hay marcador de la metáfora, es

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"El psicoanalisis es un método en el laberinto"

por Paula Hochman

La entrada en el análisis es la entrada en el laberinto del Inconsciente donde se descubre la estructura del lenguaje. Freud lo distinguió como un campo regido por los procesos primarios de la condensación y el desplazamiento, que en la poética se llaman metáfora y metonimia. En lo inconsciente se descubre que el sentido no es intrínseco al significante, que sólo puede alcanzarse un efecto de sentido si un significante se articula a otro significante. Esta ley, el hecho de que el significante funciona encadenado y por relaciones alienantes de alteridad, es su ley de oro e inicio del laberinto. El método, es el de la buena lógica: atenerse a la lógica del significante que es la de la concatenación. Su primer paso es entrar. Es el paso que da Freud cuando ante un error o un tropiezo en el discurso, en lugar de justificarlo o ignorarlo, lo establece como un texto y busca su razón. El laberinto es una presentación del lenguaje cuya estructura no encadena sentidos sino significantes y donde es necesario orientarse y leer. Orientarse, no por el sentido, sino jugando el juego del significante, seguir concatenaciones como hizo Freud armando series, recortando elementos. La comprensión deberá esperar.En el laberinto del lenguaje, comprender desorienta, “nos es necesario un poco de polvo en los ojos” . La comprensión es una satisfacción inútil, no conduce a la razón del sintoma ni al campo del sujeto. Tampoco por comprender se está menos en el laberinto. Se trata de seguir el hilo de Ariadna del deseo y esperar en la incomprensión, resistiendo la sensación angustiante del laberinto.Esa sensación de laberinto se produce porque la verdad no está marcada, no hay marcador de la metáfora, es necesario reconocerla, leerla gracias al equívoco. Un cuerpo que habla en el lenguaje necesita leer y escribir, una vida intelectual como unico método eficaz a pesar de la reaccionaria idealización de la naturaleza usada como escudo contra la literatura.