El origen militar de los símbolos de España

8/6/2019 El origen militar de los smbolos de Espaa

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tela en un partido de 1: Aragncortado de Navarra; 2 Jerusalnpartido de Hungra.

El lema de D. Fernando deTanto monta, que aparece aco-lado en el escudo, y que hace re-ferencia a la leyenda del nudo delgordiano, en que lo importantees resolver un problema impo-sible mediante una accin tajante

y sin contemplacin, o lo que eslo mismo, desatar el nudo quecortarlo.

Las divisas del yugo y e-chas, dice D. Faustino MenndezPidal, son de sentido galante,fundadas en las iniciales de losnombres de ambos esposos, perosu signi cado ha sido a vecesmal comprendido, ya que cadauno usaba la correspondiente a lainicial del otro

J uana I y F elIpe I

Al casarse D. Juana con D. Felipeel Hermoso, este aade sus propiasarmas al escudo de su esposa, que-dando las de D. Juana en primer lugar.Esta unin dio lugar a las armas quecon variantes, que iremos explicando,sern las armas grandes de los reyes deEspaa hasta el advenimiento de la 2Repblica.

D. Felipe I el Hermoso, igualque D. Fernando su suegro, sonlos dos nicos reyes que no sien-

do propieta-rios, numeraron porCastilla, que es la utilizaran los

Escudo de D. Fernando el Catlico desde1504 a 1516

Pergamino antiguo con el escudo de D. Felipe el Hermoso


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EDUARDO GARCA-MENACHO OSSET90

reyes de Espaa, aportara al escudo conjunto de ambos, loscuarteles de Austria, Borgoa moderna, Borgoa antigua, Brabante y sobreel todo un partido de Flandes y Tirol y en otros casos solo Flandes. Ademsaporta a las armas reales el collar de la Orden del Toisn de oro, como so-berano de la Orden, por ser cabeza de la casa de Borgoa.

En 1512, estando ya viudo D. Fernando, deja la regencia de Castilla,gobernando en conjunto D. Juana y D. Felipe, quedando rota la unin deambos reinos, ms tarde volver a la regencia D. Fernando, y al morir ste,D. Juana ser proclamada reina de Aragn, quedando unidos ambos reinosde nitivamente y consiguindose de esta forma la unidad espaola.

Pergamino del breviario que recibi D. Isabel la Catlica en 1497, con motivo del doblematrimonio de sus hijos D. Juan y D. Juana


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El escudo de D. Juana y D. Felipe, se presentara de dos maneras, corta-do, poniendo las armas de Castilla y Aragn en el primero y las de D. Felipe

en segundo, que es lo habitual o cuartelado en cruz la 1 y 4 las de D. Juanay 2 y 3 las de D. Felipe.La descripcin herldica de stas ser:

Cortado:Primero: partido, 1 cuartelado en cruz 1 y 4, en campo de gules un

castillo de oro abierto de azur (Castilla) y 2 y 3 un len rampante de pur- pura coronado de oro (Len); 2 partido 1 en oro cuatro palos de gules(Aragn), 2 cuartelado en aspa 1 y 4 en oro cuatro palos de gules, 2 y 3 en plata un guila de sable coronada de oro picada y membrada de gules(Sicilia) entado en punta en plata granada al natural, rajada de gules, tal-lada y hojada de dos hojas de sinople (Granada)

Segundo cuartelado en cruz 1 de gules y una faja de plata, (Austriamoderno), 2 de azur, sembrado de ores de lis de oro y bordura compona-da, de plata y gules, (Borgoa moderno), 3 bandado de oro y de azur conbordura de gules, (Borgoa antiguo), 4 de sable un len de oro, coronadode lo mismo, lenguado y armado de gules, (Brabante). Sobre el todo del 2 Partido 1 de oro un len de sable, lenguado y armado de gules, (Flandes);2 de plata un guila de gules, coronada, picada y membrada de oro, car-

gado el pecho de un creciente trebolado de lo mismo, (Tirol).Timbrado de corona real antigua y rodeado del collar del Toisn de Oro.

Variante primera del escudo de D. Juana I y D. Felipe

Variante segunda del escudo de D. Juana I y D. Felipe


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C arlos I

Ya viuda D. Juana y al morir D. Fernando el Catlico, heredara el tronoel hijo de D. Juana y D. Felipe que ser D. Carlos I. Aunque que al estar lareina trastornada, las cortes se niegan a incapacitarla, por lo que D. Carlos Ireinara y rmara en conjunto con su madre, y acceder al trono imperial conel nombre de Carlos I de Espaa y V de Alemania.

El encabezamiento de los documentos, donde recoge todos los estadosde su soberana ser:

Don Carlos por la Divina Clemencia Emperador semper Augusto Reyde Alemania, y D. Juana su madre y el propio don Carlos por la graciade Dios Reyes de Castilla, de Len, de Aragn, de las Dos Sicilias, de Jerusaln, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia,de Mallorca, de Sevilla, de Cerdea, de Crdoba, de Crcega, de Murcia,de Jan, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas Canarias,de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Ocano, Condes de Barcelona,Seores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas, y de Cinco Patrias,Condes del Roselln y de Cerdea, Marqueses de Oristan y de Soriano,

Escudo del Emperador D. Carlos, en la portada de los fueros del Reino de Valencia


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Archiduques de Austria, Duques de Borgoa y de Brabante, Condes deTirol, y de Flandes.

Durante este periodo, el escudo que usa es el de sus padres acolada elguila imperial exployada y coronada de la imperial corona, y aparece lascolumnas de Hrcules por primera vez, que desaparecern despus con suhijo, y todos los Austrias, hasta volver con el primero de los reyes de la Casade Borbn.

En algunos escudos el segundo cuartel de Aragn y Sicilia, lo cuartelaen cruz 1 Aragn y 2 Sicilia, 3 Jerusaln y 4 Navarra. Este ltimo cuarteldesaparecer de la mayora de los escudos de sus sucesores hasta las armasde Napolen y posteriormente en el gobierno provisional en 1868.

F elIpe II

Siendo Prncipe de Espaa, todava D. Felipe, hijo de D. Carlos I, cas

en primeras nupcias con D. Mara Tudor, hija de Enrique VIII de Inglaterray de D. Catalina de Aragn, hija de los Reyes Catlicos, ello dar origen al

Escudo del Emperador D. Carlos I de Espaa y V de Alemania


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escudo de alianza del Prncipe D. Felipe, como rey consorte de Inglaterra,que para que este, no fuera con ttulo de prncipe solo, ser proclamado Reyde Npoles, el conjunto herldico ser:

Escudo partido primero las Armas de D. Felipe y en segundo las deMara Tudor, las de ella estarn representadas por los reinos de Francia y elde Inglaterra.

Al renunciar El emperador Carlos, D. Felipe hereda todas sus enormesposesiones. Ya como rey de Espaa con los ttulos de:

Don Felipe por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de Len, de Aragn, de las dos Sicilias, de Je-rusaln, de Portugal, de Navarra,de Granada, de Toledo, de Valen-cia, de Galicia, de Mallorca, de

Sevilla, de Cerdea, de Crdoba,de Crcega, de Murcia, de Jan,de los Algarbes, de Algecira, deGibraltar, de las Islas Canarias,de las Islas Orientales y Occi-dentales, Islas y Tierra Firme del Mar Ocano, Archiduque de Aus-tria, Duque de Borgoa, Braban-te y Miln, Conde de Abspurg,Flandes y Tirol, Barcelona, Seor de Vizcaya y de Molina.

Moneda donde se ve el Escudo del Prncipe de Espaa D. Felipe, (luego Felipe II) y D. Mara Tudor

Escudo del Prncipe de Espaa D. Felipe, (luegoFelipe II), como rey consorte de Inglaterra


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En sus armas usar un cortado en primer lugar el cuartelado de Castillay Len y partido de Aragn a su vez partido de Aragn-Sicilia (en algu-nas ocasiones aadir Navarra y Hungra). En segundo lugar las armas dela Casa de Austria; Partido: Austria,cortado de Borgoa antigua, 2 Bor-goa moderno, cortado de BrabanteSobre el todo del 2 un partido deFlandes y Tirol.

Posteriormente al proclamarle,las Cortes rey de Portugal, en 1581,aade al escudo en el primer cuartelsobre el todo las Armas de Portugal.

Durante los reinados siguientesel uso de las armas ser el mismo.Despus de sublevarse Portugal ynombrar rey al duque de Bragan-za (1640), su independencia no sereconocer hasta el reinado siguiente,con D. Carlos II. En algunos casos,al haber perdido Portugal, quitara elcuartel portugus, pero la mayora delas veces, seguir usando el escudode su padre.

Escudo del reinado de D. Felipe II en el Ayuntamiento de San Clemente, donde se venvariante y la utilizacin del guila como soporte

Escudo de D. Felipe II, como rey de Espaa


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Moneda del reinado de rey D. Felipe III

Escudo de D. Felipe II que utiliz como rey de Espaa con el mximo de cuarteles

Moneda del reinado de rey D. Carlos II


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F elIpe V y F ernando VI

Al llegar la Casa de Borbn con el rey D. Felipe V, aade el escusnpropio de su Casa y en el exterior la corona real espaola tal como hoy laentendemos. Este escudo se mantendr durante los dos siguientes reinadossin modi carlo.

Esta composicin herldica, de gran complejidad y de difcil repre-sentacin en tamaos pequeos, como monedas, sellos o papel timbrado,

Escudo del rey D. Felipe V


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era frecuentemente simpli cada repre-sentando nicamente la parte central de lamisma, es decir, el cuartelado de Castillay Len, con la granada y el escusn conlas lises. En este reinado se recuperan enlas armas reducidas. Como representacinde Amrica las columnas, que ya se man-tendrn en las armas reducidas siempre,aunque no en todos los escudos.

Durante estos reinados alternaran las

armas grandes o plenas con la partecentral del escudo armas Chicas o redu-cidas.

En cualquier caso, estuvisemos ante las armas grandes o plenas, oante las armas reducidas o chicas, siempreestbamos ante las ARMAS DEL REY, noante las ARMAS DE ESPAA, pues en lamentalidad del siglo XVIII, vigente el Anti-guo Rgimen, la soberana se personi cabay residenciaba en el Monarca.

C arlos III y C arlos IV

Poco despus de su subida al trono de Es-paa, hacia 1760, el Rey D. Carlos III adopt

Moneda con el escudo grande delreinado de rey D. Felipe V

Moneda americana con el escudo simple del reinado de rey D. Felipe V, en el anverso y enel reverso las columnas con los mundos

Moneda con el escudo simple delrey D. Fernando VI


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un escudo herldico que conservaba lo contenido en el de sus antecesores yal que aadi las armas representativas de los ducados de Parma y Toscana,cuyos derechos dinsticos ostentaba este monarca como primognito de laReina Isabel Farnesio.

Escudo grande del rey D. Felipe V


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En sus armas grandes utilizara: en el centro, cuartelado de Castilla yLen, con Granada en punta, y escusn con las lises sobre azur, con bor-dura de gules, propias del Duque de Anjou cuando vino a reinar a nuestrapatria como Felipe V, que representan a la Dinasta de Borbn de Espaa. Y

Moneda con el escudo grande delreinado del rey D. Carlos III

Escudo de grande del rey Carlos III

Moneda con el escudo simple del reinadodel rey D. Carlos III


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rodeando a las mismas Aragn, Sicilia, Austria, Borgoa moderna, Parma(Farnesio) Toscana (Medicis), Borgoa antigua, Flandes, Tirol y Brabante.

Tambin se utiliza la composicin, denominada Armas simples, comosimpli cacin de la anterior en muchas ocasiones.

J os n apolen I, el U surpador

Cuando este sistema entra en crisis, en las ilegtimas Cortes de Bayonaque acataban al usurpador Jos Bonaparte, se deliber sobre el escudo de ar-mas que corresponda al Rey de Espaa, hasta que el cannigo Jos AntonioLlorente interviene con su Discurso herldico sobre el Escudo de Armas deEspaa, y propuso dos escudos. El modelo elegido fue un partido y cortado

de dos, siendo Castilla, Len, Aragn, Navarra, Granada, y la representacinde los territorios de ultramar con dos mundos y las columnas de Hrculesque ya de antiguo vena representado estos territorios y sobre el todo elguila imperial de los Bonaparte. Las armas de Jos I son, pues, las primerasque adquieren un tinte nacional, lgico tras la traumtica desaparicin denuestra vida poltica de la anterior dinasta y por la introduccin de elementotan novedoso en nuestra organizacin cual era el de la Carta de Bayona.

Escudo de Napolen


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Durante la revolucinfrancesa, la Asamblea consti-tuyente en 1790 prohbe el usode armas herldicas en todo elterritorio francs, como sm-bolo de la vieja nobleza; solofueron eximidos de la des-truccin aquellos de intersartstico. Con base en la leyfueron eliminados una gran

cantidad de escudos de todotipo, en piedra, vidrieras, etc.Ya proclamado emperadorNapolen, en 1808, crea unnuevo sistema herldico. EnEspaa, despus de la derrotade Napolen, fueron picadoso sustituidos los escudos de su hermano Jos. Solo se salv un escudo jo-se no en el monasterio de San Benito en Valladolid. Al restaurar la fachadaen 2001, apareci el escudo tapado, posiblemente sea el nico que queda enpiedra del reinado de Jos I.

F ernando VII e I sabel II

Restaurado Fernando VII en plenitud del ejercicio de la Soberana, serestablece el anterior sistema herldico: el uso alternado, segn las nece-sidades, de las armas grandes o del cuartelado castellano-leons, hasta elfallecimiento del Rey en 1833.

Escudo de Napolen en el Monasterio de San Benitoen Valladolid

Moneda del reinado de Rey D. FernandoVII, con el escudo simple

Moneda del reinado de D. Isabel II, con elescudo grande


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As ocurri igualmente durante el reinado de su hija Isabel II, duranteel que se adopta el sistema liberal constitucional que, an dando gran im-portancia a la bandera como emblema de la Nacin, no alter los usos dela herldica regia. Sin embargo al establecerse la Bandera, roja y amarillacomo nacional, en 1843, las armas que ella deben gurar son las simples dela monarqua sobre las aspas de San Andrs.

GobIerno proVIsIonal

El Gobierno provisional, despus dedestronar a la reina Isabel II, pedir a laAcademia de la Historia, un informe acer-ca de las armas de la Nacin espaola, queen un maduro dictamen2, se adopt comoarmas nacionales las que representaba laherldica de los reinos peninsulares y losterritorios donde ejerca la soberana elpueblo espaol en ese momento (1868),

2 Informe publicado en el Boletn de la Real Academia de la Historia, n 4, de 1884,pp. 186-191.

Variante del escudo del reinado de D. Isabel, que dicta el decreto de la Bandera Nacionalen 1843

Moneda del Gobierno Provisional


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es decir: Castilla, Len, Aragn (que incluye los territorios del antiguo reinode Aragn, Valencia, las Baleares y Catalua), Navarra y Granada, a los quese aade la divisa de Carlos V, las columnas de Hrcules con la inscripcinPLVS VLTRA, como recuerdo del descubrimiento de las tierras ultramari-nas (en aquella fecha an se conservaban Cuba, Puerto Rico, Filipinas, lasCarolinas).

Como timbre, corona mural, que no signi caba estrictamente a laRepblica, pues en ese momento an no se haba de nido la forma de go-bierno que iba a adoptar para Espaa la Constituyente.

La descripcin del escudo segn el citado informe es:

Cuartelado en cruz: primero de gules y un castillo de oro, almenadode tres almenas, y donjonado de tres torres, la del medio mayor; cada unatambin con tres almenas, el todo de oro, mazonado de sable y adjurado deazur; segundo, de plata y un len de gules, coronado de oro, armado y lampasado de lo mismo; tercero, de oro y cuatro palos de gules; cuarto de gules y una cadena puesta en orla, en cruz y en sotuer; entado en punta, de plata y una granada al natural mostrando sus granos de gules, sostenida, tayada y hojada de dos hojas de sinople. Acostadas, una a cada lado, las dos co-lumnas de Hrcules, de plata, con la basa y el capitel de oro, liadas con unalista de gules, cargada con elPlus ultra de oro.

a madeo I

Luego, con D. Amadeo Ivolver a utilizar el mismoescudo del Gobierno provi-sional, cambiando la coronamural por la real y se incor-pora el escusn con las armasde la Casa de Saboya, la cruzde plata sobre fondo de gules.

p rImera r epblICa

Al advenimiento de la Primera Repblica, volver a utilizar las armasdel gobierno provisional.

Escudo del reinado de D. Amadeo de Saboya


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a lFonso XII y a lFonso XIII

La restauracin Alfonsina de 1874, volver, como ya hemos dicho, alanterior escudo, pero va introduciendo poco a poco el escudo del gobiernoprovisional con la corona real y las lises de Borbn.

Situacin que se mantendr durante la primera poca de reinado de D.Alfonso XIII. Al nal del reinado, hay una gran confusin en la represen-

tacin herldica, pues las monedas de curso legal, los sellos de correos yde la Administracin civil, judicial y militar, las condecoraciones, los em-blemas castrenses y multitud de elementos puramente ornamentales o deco-rativos mantenan en vigor hasta cuatro modelos de escudo: el basado en elinforme de la Academia de la Historiade 1868, el escudo grande de CarlosIII, y el cuartelado de Castilla y Len,todos con diferentes versiones.

A partir de 1925, en el Gobiernodel Dictador Primo de Rivera y disuel-tas sine dielas Cmaras Legislativas,Alfonso XIII decide remodelar lasarmas grandes del rey D. Carlos IIIpara dar cabida en las mismas a lasarmas de Navarra y substituir el cuar-telado central de Castilla y Len porla representacin de las armas ya teni-das por nacionales (Castilla, Len,Aragn, Navarra, Granada y las lises

de la dinasta del escusn central). Alcambiar de lugar las armas de Aragn

Moneda de la I Repblica

Moneda del reinado del rey D. Alfonso XII,similar al del Gobierno provisional, pero

aadiendo la corona Real, y las lises de laCasa de Real de Espaa


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Escudo de la primera parte del reinado del rey D. Alfonso XIII

Escudo de la segunda parte del reinado del rey D. Alfonso XII


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se opt por llenar el vaco que dejaban en su emplazamiento original conel escudo del reino de Jerusaln, que fue la que utiliz S.A.R. el Conde deBarcelona durante el periodo en que ostent la jefatura de la Casa Real es-paola, desde 1941 hasta 1977.

s eGunda r epblICa

La II Repblica escogi como escudode armas el de las monedas de cinco pe-setas de 1869, es decir, el propuesto por laAcademia de la Historia en 1868, con lascolumnas de Hrcules y la corona mural.Es a partir de este momento cuando seasimilar en Espaa la corona mural, pro-pia de ciudades, como corona republicana.

Curiosamente, al igual que existe el es-cudo de Napolen que hemos mencionado,hoy se pueden encontrar numerosos escu-

dos de la republica que durante la pocadel General Franco, no fueron picados, ni

Escudo de la segunda parte del reinado del rey D. Alfonso XII

Escudo de una fachada trasera del Ministerio de Agricultura


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cambiados por otro, ejemplode ello lo encontramos en eldel Banco de Espaa, y en unade las fachadas del Ministeriode Agricultura en Madrid, en lafachada del Casino Militar y enel monumento a los hroes delas Guerras de frica de Melilla,en la Plaza del Ayuntamiento enSantander, y otros en diver-

sas entidades a lo largo de lasciudades y pueblos espaoles.

GobIerno del G eneral F ranCo

Durante la poca del Estado Espaol delGeneral D. Francisco Franco (desde 1938)usar su peculiar composicin, basada en lade los Reyes Catlicos3 con alguna variante.Pondr el lema Una Grande Libre en lugardel que D. Fernando el Catlico aporta al es-cudo comn, sustituye por Navarra el escudode Sicilia y aade las columnas de Hrcules.

3 Un buen estudio sobre la evolucin de la Herldica regia espaola es el libro de ME-NNDEZ PIDAL, Faustino:El escudo de Espaa, publicado por la Real AcademiaMatritense de Herldica y Genealoga en 2004.

Escudo de la II Republica

Moneda del estado espaol en lapoca del general Franco

Escudo de una fachada del Banco de Espaa


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J uan C arlos I

l ser proclamado rey . Juanarlos I aade alguna modifcacin

en 19774, que fgurara en el Regla-mento de Banderas, Estandartes,Guiones, Insignias y istintivos,aprobado por Real ecreto de 21de enero de 1977, y que ser el quefgure en la constitucin de 1978.

a onstitucin hace mencin de labandera de Espaa, que defne tex-tualmente en su artculo 4, pero nomenciona ni el escudo ni el himno.

osteriormente, ya promul-gada la onstitucin de 1978, hoyvigente, mediante la ey 33/1981de 5 de octubre se aprueban como

armas del estado espaol las del tantas veces aludido in orme de la ca-demia de la Historia de 1868, con las nicas modifcaciones de aadir unescusn con las lises de la dinastareinante y substituir la corona mu-ral por una real.

u descripcin ser:es cuartelado y entado en

punta. En el primer cuartel, degules (rojo), un castillo de oro, al-menado, aclarado en azur (azul)

y mazonado de sable (negro). En

el segundo, de plata, un len rampante, de prpura, linguado, ua-do, armado de gules, coronado deoro. En el tercero, de oro, cuatro

palos de gules. En el cuarto, degules, una cadena de oro, puestaen cruz, aspa y orla, cargada enel centro de una esmeralda de si-

4 Modifcacin del escudo usado durante el periodo del Estado Espaol del GeneralFranco, realizada por el Real ecreto 1511/1977, de 21 de enero.

Escudo del reinado de D. Juan Carlos I, primera poca. Real Decreto de 1977

Escudo del reinado de D. Juan Carlos I, primera poca. Real Decreto de 1977


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nople (verde). Entado en punta, de plata, una granada al natural, rajadade gules, tallada y hojada de dos hojas de sinople. Acompaado de doscolumnas, de plata, con base y capitel, de oro, sobre ondas de azur y plata,superada de corona imperial, la diestra, y de una corona real, la siniestra,ambas de oro, rodeando las columnas, una cinta de gules, cargada de letrasde oro, en la diestra PLVS y en la siniestra VLTRA.

Primera pgina de la constitucin con el escudo del Real Decreto de 1977


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El Escudo lleva escusn de azur,tres lises de oro, puestas dos y una, labordura de gules, propio de la dinastareinante.

Al timbre, corona real, cerrada,que es un crculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho orones de hojas de acanto, visiblescinco, interpoladas de perlas y de cu- yas hojas salen sendas diademas su-

madas de perlas, que convergen en unmundo de azur o azul, con el semime-ridiano y el ecuador de oro, sumado decruz de oro, la corona forrada de rojo.

Este escudo es, comnmente, de-nominado constitucional, de manera equivocada y errnea, puesto que sepuso en vigor varios aos despus de promulgarse la Constitucin de 1978.En el Palacio del Congreso de los Diputados se conserva el ejemplar de laConstitucin rmado en 1978 por S.M. el Rey, en el que, tanto en la encua-dernacin como en el cuerpo del volumen, aparecen las armas herldicasvigentes en aquel momento en el reino de Espaa, y que no son otras que lasdel guila de San Juan adoptadas en 1938, levemente modi cadas en 1977.

Este escudo es, sin discusin, el nico escudo de Espaa, del Estadoy de la Nacin, el de la Adminis-tracin Central, el de la de Justicia,el de las Fuerzas Armadas, el de lasselecciones nacionales deportivas ylos equipos olmpicos, el que guraen nuestras representaciones diplo-mticas y el que, con buen criterio,preside el saln de sesiones del Con-greso de los Diputados. En 1999, sedict una normativasobre criteriosde imagen institucional, tendente asu utilizacin homognea por losorganismos de la AdministracinCentral, evitando logotipos y gu-ras a nes que en nada favorecen la

labor identi cativa que justi ca laexistencia de la herldica.

Escudo o cial de Espaa del decretode 1981

Escudo de Espaa del decreto de 1981, segndiseo herldico


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Adems de ello, est el escudo del Rey de Espaa, que representa suemblema personal y que lo de ne el Reglamento de Banderas, Estandartes,Guiones, Insignias y Distintivos, aprobado por Real Decreto de 21 de enerode 1977, que las blasona indirectamente al describir el guin y el estandartedel Rey de Espaa, lo que se hace segn las pautas marcadas ya en el Decre-to de 22 de abril de 1971, por el que se dot o cialmente de armas a S.A.R.el Prncipe de Espaa.

Cuartelado: I, en fondo de gules (rojo), un castillo donjonado, de trestorres, de oro, mazonado de sable y aclarado de azur, que es Castilla. II,sobre campo de plata, un len rampante de gules5 , linguado de gules, coro-

nado y uado de oro, por Len. III, en campo de oro, cuatro palos de gules,que son las armas del antiguo reino de Aragn. IV, de gules, una cadena deoro puesta en orla, cruz y aspa, cargada en el abismo con una piedra desinople, que representa al reino de Navarra. En punta, una granada de sucolor, tallada de sinople, sobre campo de plata, que es Granada. Sobre eltodo, escusn de azur con tres lises de oro bien puestas y bordura de gules,que son las armas de la Dinasta de Borbn de Espaa, tambin llamadas

5 Segn la tradicin herldica, este len deba ser de prpura, el color de la Realeza, peroha sido frecuente representarlo de gules (rojo) y as ha quedado jado en las armasactualmente vigentes de Su Majestad.

Escudo de SM el Rey


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Anjou Moderno por ser las que us el Rey Felipe V antes de ser proclamado Rey de Espaa, cuando utilizaba el ttulo de Duque de Anjou. Al timbre,la corona real de Espaa. A diestra y siniestra de la punta del escudo, lasdivisas de los Reyes Catlicos: un yugo de gules con cintas de lo mismo,en su posicin natural, divisa del Rey Fernando, y un haz de cinco echas,tambin de gules, con las puntas hacia abajo, por la Reina Isabel. Ecotada,la cruz de San Andrs, elemento de origen borgon, enraizado en la herl-dica y en la vexilologa espaolas desde los tiempos de los monarcas de la Dinasta de los Austria.

Igualmente y por Real Decreto 84/2001, de 16 de marzo (BOE nm. 66

de 17 de marzo), se crea el guin y el estandarte de Su Alteza Real el Prn-cipe de Asturias.En l se establecen las armas que debe usar. En el prembulo del Real

decreto dice: siguiendo la tradicin de la Casa Real y con el asesoramientode la Real Academia de la Historia.

Escudo del Prncipe de Asturias


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La descripcin del escudo del Prncipe que hace el BOE es la siguiente:Escudo cuartelado:1, de gules, con un castillo de oro, almenado, ma-

zonado de sable y aclarado de azur, que es Castilla; 2 de plata con un lenrampante de prpura coronado de oro, lampasado y armado de gules, quees len; 3, de oro con cuatro palos de gules, que es de Aragn; 4 de gulescon una cadena de oro puesta en orla, en cruz y en aspa, con un punto desinople en abismo, que es de Navarra; entado en punta, de plata con unagranada al natural rajada de gules, sostenida, tallada y hojada de dos hojasde sinople, que es Granada. Sobre el todo, un escusn de azur con tres oresde lis de oro, bordura de gules, que es Borbn. El todo diferenciado con un

lambel de azur de tres pies.El escudo, timbrado con una corona cerrada, que es un circulo de oro,engastado en piedras preciosas en sus colores, compuesto de ocho oronesde hojas de acanto visibles cinco, interpolados de perlas en su color, de losque parten cuatro diademas de perlas, vistas tres, que convergen en un orbeazur, con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado de cruz de oro, lacorona forrada de rojo y rodeado del collar del Toisn de oro.


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LEGISLACIN OFICIAL

Decreto del Gobierno Provisional de la Repblica de 27 de abril de 1931,(Gaceta de Madrid de 28 de abril de 1931). Adoptando como Banderanacional para todos los nes o ciales de representacin del Estado, den-tro y fuera del territorio espaol, y en todos los servicios pblicos, as civiles como militares, la bandera tricolor.

Decreto del 2 de febrero de 1938 (BOE 470) sobre el nuevo escudo de Es-paa.

Decreto de 11 de octubre de 1945, se aprueba el nuevo Reglamento de Ban-deras, Insignias y Distintivos.

Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero, por el que se aprueba el Reglamen-to de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos (BOEnm. 156, de 1 de julio de 1977).

Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de Espaa.

Real Decreto 2964/1981 de 18 de diciembre que establece el modelo o cialdel escudo de Espaa, su uso y tamao.

Real Decreto 2267/1982 de 3 de septiembre en el que se hace la especi ca-cin tcnica de sus colores.


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EL HIMNO NACIONALJuan Mara SILVELA MILNS DEL BOSCH1

Introduccin

Espaa es seguramente la nacin ms antigua de Europa y el sentimien-to de pertenecer a una gran familia, a una protonacin como dira el profesorJos Antonio Maravall, ya era asumido por los habitantes de la Pennsula connaturalidad, quizs desde antes de la Edad Media. A rmaba que Espaa, pa-radjicamente, se encontraba mucho ms unida, cultural y socialmente, an-tes de la invasin musulmana que al nal de la Reconquista, aunque el idealneogtico de uni cacin fuera intenssimo. Desde el Laudes HispaniaedeSan Isidoro,la perpetua fermentacin catalizadora, segn la expresin deClaudio Snchez Albornoz, no dej de funcionar, an despus del 711; as,desautorizaba laexageracin anti-histricade suponer que la mareaarbi-go-hebraicalo anegara todo a partir de aquel ao. De esta forma se entiendeque Lus de Cmoens, el poeta portugus, al comienzo de la Edad Moderna,pudiera escribir:castellanos y portugueses, porque espaoles lo somos todos.

Un siglo ms tarde, durante el reinado de Felipe IV, los soldados de losTercios Espaoles, amotinados en Flandes porque no les llegaban las pagas, justi caban su rebelin ante el rey por carta (conservada en el Archivo deSimancas y descubierta por el historiador Ren Cuatrefagues) con una fra-se muy signi cativa:siendo como somos en nacin como V.M. espaolesExpresin que difcilmente podra suponerse dicha o escrita por un britni-co, francs o cualquier otro europeo, contemporneo de los integrantes denuestros Tercios. Doy por supuesto que el concepto que expresaban con la

1 Coronel de Caballera.


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JUAN MARA SILVELA MILNS DEL BOSCH120

palabra nacin no era el determinadamente poltico y romntico del sigloXIX, sino prximo al de patria, como extensin de la familia.

Por lo dicho, no debe extraar que los smbolos, que necesariamentedeben representar este concepto de nacin por tener un componente tan abs-tracto, tengan en Espaa un origen muy antiguo, aunque su reconocimientoo cial haya sido ms tardo que el de otras naciones. En el caso de nuestro Himno, se adelantaron, entre otros, el holands y el ingls, por citar ejemploseuropeos. Podemos aadir, adems, que su formacin se produjo de formadistinta. Por ejemplo, el ingls, inspirado en Hendel, y el alemn, inspiradoen Haydn, se fomentaron o crearon prcticamente desde el Estado, aunque

fueron asumidos con pasin por sus gentes inmediatamente. En cambio, elespaol tuvo un inicio bien humilde: una msica compuesta en la dcadade los 60 del siglo XVIII para cuando los granaderos, fuerza de elite denuestra Infantera, marchasen solos y para que pudieran rendir los honoresque prescriba la Ordenanza. A nales de este mismo siglo, fue encumbradopor el pueblo madrileo, como smbolo real. Tal consideracin trajo comoconsecuencia que adquiriera, a partir de la Guerra de la Independencia, uncarcter claramente nacional, aunque fuera denominada y declarada o cialpor Isabel II como Marcha Reala mitad del siglo XIX.

Isabel II con Alfonso XII en brazos; leo de Madrazo. Cuartel General del Ejrcito


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EL HIMNO NACIONAL 121

Comienzo de la Marcha de Granaderos

Surgi esta marcha por la necesidad de uni car y reglamentar lostoquesde la guerra dentro del proceso de formacin de las nuevas ordenanzas,que deban sustituir a las de Felipe V de 1728. Para ello, se crearon las co-rrespondientes juntas. La primera ya durante el reinado de Fernando VI, en1749. Las siguientes, en 1760, 1763 (dos en el mismo ao) y 1767, fueronorganizadas por orden de Carlos III. La ltima, presidida por el Conde deAranda, conseguira la aprobacin por el rey de las famosa Reales Ordenan-zas, que han estado vigentes hasta la segunda mitad del siglo XX.

En 1751, al concretarse las conclusiones de la primera junta,la Marchade Granaderosya guraba entre lostoquespropuestos (siempre que cual-quiera tropa marche con las formalidades correspondientes, tocarn mar-cha los Tambores que haya en ella; y si los Granaderos marcharen solos,usarn entonces de la Marcha Granadera); pero dudo que estuviera escrita,pues todava no se haba reintroducido los pfanos en los batallones de la In-fantera espaola, cosa que se hizo en el reglamento de 1760. Hay que teneren cuenta que dos de estos instrumentos fueron los encargados de interpretarla meloda en la primera escritura que conocemos de la marcha.

Caja y pfano del siglo XIX. lbum de Clonard. IHCM


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Ricardo Fernndez de la Torre, quizs el musiclogo con mayor conoci-miento de nuestra msica militar, encontr, en la Biblioteca Nacional (1970),una pequea publicacin manuscrita que se titula: Libro de la Ordenanza delos toques de pfanos y tambores que se tocan nuevamente en la Infanteraespaola. En este manuscrito gura la partitura dela Marcha de Granaderos escrita para dos pfanos y un tambor. En su portada se expresa que han sidocompuestospor Manuel de Espinosa y lleva la fecha de 1761. (Manuel Es-pinosa de los Monteros, natural de Andjar, fue 1 oboe de la Capilla Real ylleg posteriormente a ser director de las Reales Academias y de la CapillaReal; falleci en 1810 a una edad muy avanzada para aquella poca: 80 aos).

Su libro tiene todas las caractersticas de ser un documento de trabajo,pues incluso no parece acabado. Seguramente, fue solicitado por el entoncescoronel Martn lvarez de Sotomayor y, por ello, ofrecido al citado jefe.En aqul ao era el Ayudante General de Infantera y a su cargo estaba lainstruccin de esta Arma. Evidentemente, necesitaba este documento parala Ordenanza de Infantera de 1761. Despus de ser retirada la publicacinparcial de las Ordenanzas generales al ao siguiente, la propuesta detoques del citadolibro y la conveniencia de uni carlos no parece que se discutie-ra en la tercera y cuarta juntas de ordenanzas, las formadas en 1763. Dosaos despus (2 de julio), lvarez de Sotomayor elevara un informe al Rey

Libro manuscrito de 1761 que se conserva en la Biblioteca Nacional. Historia de la Msica Militar de Espaa (HMME), pgina 84


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sobre la necesidad de uni car los toques de la Infantera para queS.M. loshaga examinar con la mayor atencin a la Junta de Generales( Los toquesde Guerra en msica, tanto para los Pfanos como para los Clarinetes, noestn todos arreglados, ni completos, por lo que sera conveniente al caso,dar un cuaderno separado a cada Regimiento (y que se incluyese la libretade tambores) para que uniformemente pudieran seguirlos pues hasta hoyse notan grandes diferencias que disuenan, que a su arbitrio inventan estaespecie de msicos). Con todo, no sera posible reglamentarlos toques de laguerra hasta la convocatoria de la siguiente junta en 1767 y una vez aproba-das las famosas Reales Ordenanzas, al ao siguiente.

Al gurar Espinosa como autor en la portada dellibro manuscrito, nodeba haber dudas sobre quin es el autor de la Marcha de Granaderos.Incluso dentro del citado manuscrito, gura la partitura de otra marcha, de-nominadaWalona, de la que se aclara que fue compuesta por Carlos Julin,tambin intrprete de oboe y amigo de Espinosa. Esta especi cacin consti-tuye por s misma una rati cacin de la autora del resto de lostoques por elmsico de Andjar. Sin embargo, se ha discutido mucho sobre ello.

Promulgadas las Reales Ordenanzas en 1768, el rey aprobara, al aosiguiente, lo que todava no se designaba como reglamento, pero que reunatodas sus caractersticas: unCuaderno impreso que jaba y ordenaba lostoques de la guerraa utilizar por la Infantera. En su portada se explica quecontiene: losToques de la Guerra que debern observar uniformadamen-te los pfanos, clarinetes y tambores de S.M.Adems, Redondo Daz, quepublic sobre este tema un excelente trabajo en la Revista Historia Militar(nmero 54 de 1983), ha encontrado y reproduce en su artculo los decretosque hicieron posible la publicacin delCuadernoque uni caba obligato-riamente los toques de guerra: El Rey quiere que en la Junta de Generalesse trate y examine si conviene, como S.M. lo cree, uniformar la Infanteraextranjera a los toques de Guerra de la espaola, exceptuando los suizoscomo cuerpo de capitulacin. Avsolo a V.E., para que, comunicndolo a la Junta, proponga a S.M. lo que estime conveniente(R. O. del 6 de noviembrede 1767). Estudiado por la Junta la cuestin, Carlos III mandaba por R. O.de 23 de noviembre del mismo ao:que los toques de guerra que usa la Infantera Espaola, sean comunes y precisos a la Extranjera, sin variacinalguna, exceptuando los cuerpos suizos por sus consideraciones particula-res, si no conviene seguir la misma Regla, como sera del Real agrado.

En el Cuaderno impreso de 1769 citado nos encontramos de nuevoconla Marcha de Granaderoscuya instrumentacin incluye, adems de los

pfanos, dos clarinetes. A Espinosa se le reconoce en la citada portada comoconcertador.


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El padre Otao, el gran musiclogo jesuita, dispuso de un ejemplar delCuaderno(1769), propiedad del Marqus de Toca, para realizar su estudio

sobre losToques de la Guerra usados por el Ejrcito Espaol; fue publi-cado en 1939 y editado por Radio Nacional de Burgos. Al comprobar queEspinosa slo guraba como concertador, no quiso desautorizar la leyendaque, desde mediados del siglo XIX, asignaba la autora dela Marcha deGranaderosal rey Federico II de Prusia: este monarca se la habra regaladoa Carlos III por medio del Conde de Aranda. El caso es que el sacerdote jesuita conoca la existencia de otra publicacin en la Biblioteca Nacional,pero pensaba que era el original del estudiado por l y no el Libromanuscri-to de 1761. La Guerra Civil (1936/39) no le permiti disponer del elementoque poda haberle aclarado la cuestin y ayudado a precisar la autora dela Marcha de Granaderos.

Portada del cuaderno impreso de los toques de la guerra aprobados por el ReyCarlos III, conservado en la biblioteca del Palacio Real. HMME; pgina 95


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Tampoco Begoa Lolo, autora de la parte correspondiente al HimnodellibroSmbolos de Espaa,realizada de forma minuciosa y muy completa(editado por Centro Superior de Investigaciones Cient cas en 1999 Ma-drid), reconoce como autor a Manuel de Espinosa. Su razonamiento sebasa en que la investigadora Rosario lvarez ha encontrado recientementeen el Archivo Histrico Provincial de Santa Cruz de Tenerife la Marcha deGranaderos, junta con laFusilera y la Retreta, que tambin guran en elCuaderno(1769), formando parte del legado del presbtero canario Valoisy Bethencourt. Habindose copiado las citadas msicas para este sacerdoteentre 1770 y 1791, junto a otras composiciones para clave de principiosde siglo, considera a Manuel de Espinosa solamente como recopilador. Sinembargo, Fernndez de la Torre descubri, tambin en la Biblioteca Nacio-nal, una carpeta fechada en 1764, en la que, entre otras composiciones parasalterio y clave, gurala Marcha de Granaderos, concertada para clarinetes,

pfanos y tambores. Teniendo en cuenta que Espinosa era interprete de cla-ve, que es posible que la carpeta fuera suya y que de aqu pudo ser copiada

El sacerdote jesuita Nemesio Otao, autor de la publicacin toques de la guerra usados por el Ejrcito Espaol. HMME; pgina 90


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para el presbtero, la argumentacin de la musicloga para a rmar que laactuacin de Espinosa estarams prxima a la de armonizador o concer-tador, que a la de creador , no me acaba de convencer; y sus disquisicionessobre la signi cacin de la palabracompuestoatribuida a Espinosa en el Libromanuscrito de 1761 tampoco.

Cmo se compuso la Marcha de Granaderos

De todas formas, parece evidente que Espinosa se inspir en composi-

ciones anteriores. Segn Garca Valdecasas, el comienzo de laGlosa sobrela Pavana Realdel vihuelista Enrquez Valderrbano, compuesta en 1547,coincide nota a nota, acorde con acorde o punto contra punto con el temade la Marcha de Granaderos.Es una sucesin de 18cordescon sus notas depaso y no le pareca posible atribuir al azar tan exacta correspondencia. LaPavana Real, de la que ignoramos su autor, debi ser encargada por Gonza-lo de Ayora, capitn de la guardia personal de Fernando el Catlico, con el

n de acompaar a los reyes y des lar con un andar rtmico, acompasado y

Partituras del inicio de la Glosa sobre la Pavana Real y de la Marcha de Granaderos


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envarado, el llamado paso del pavo, que dio nombre a este tipo de msica;hubo que organizar este cuerpo a raz del atentado sufrido por el rey enBarcelona (1503).

La Pavanadebi gustar y hacerse muy conocida en este siglo, pues va-rios autores se inspiraron en ella, como el maestro Jimnez para su compo-sicinbatalla. Incluso en el XVIII, el organista Juan Moreno la emple parasu minuetto.

Espinosa tambin deba conocerla y la utiliz para su Marcha de Grana-deros, con el aadido de un cierre meldico. Segn Fernndez de la Torre,esta terminacin fue importada de Francia. Formaba parte de la Marcha de

los Jenzarosdel reinado de Luis XV y se repiti en la Marcha de las Guar-dias Francesasy las retretas de Luis XVI y Luis Felipe. Puccini incorporesta ltima retreta en el 2 acto de su pera La Boheme. Por ello, algn des-pistado atribuye a este msico italiano la autora de la Marcha Real. Tam-bin los ingleses emplearon este cierre meldico; primero para la marcha delosYorkshire Militiay despus en la Rule Britnica.

Es decir, Espinosa compuso probablementela Marcha de Granaderos adaptando para pfano la meloda del inicio de laGlosa de la Pavana Real,escrita para vihuela, sobre la notacin del tambor de la Marcha, utiliza-da reglamentariamente hasta entonces por los Batallones de Infantera einterpretada exclusivamente por este instrumento, aadiendo, adems, elcierre meldico citado. Cierre, que su compaero Carlos Julin tambinutiliz para su Marcha Walona. Le podemos quitar su autora? Si as lohiciramos, podramos con el mismo razonamiento no considerar a Boc-cherini autor delQuintettinoy, en consecuencia, de su famosa Ritirata di Madrid , empleada por el msico italiano en varias de sus composiciones.En el prlogo de una de sus obras se a rma que:Todo lo que no correspon-de a las reglas de composicin debe ser olvidado en atencin a la autenti-cidad de lo representado. El citado msico sigui esta regla exactamente,como puede comprobarse al escuchar la Retretade Espinosa delCuaderno (1769) y, a continuacin, la Ritirata. Fernndez de la Torre no dudaba enconsiderar a Espinosa como autor de la Marcha de Granaderosy yo mesumo a esta opinin.

En busca de antecedentes de la Marcha Real, incluso podramos remon-tarnos ms atrs, hasta la Edad Media, pues el arabista Julin Ribera con-sidera que la segunda frase de lacantiga XLII de Alfonso X el Sabio (s.XIII) coincide con el tema de la Marcha de Granaderos. Lo descubri en suestudio de la edicin delCdice Toledano, que procedente del Escorial, se

encuentra en la Biblioteca de Florencia. No nos debe extraar este hallazgo,pues, segn este investigador, son varias las cantigas que tienen resonancia


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militar e incluso algunas de ellas origen en toques de trompeta. No tengolos conocimientos su cientes para valorar crticamente la trascripcin efec-tuada por este prestigioso investigador; entonces, no se escriba la msicacomo ahora y la meloda resultante es producto de la interpretacin reali-zada por Julin Ribera. De todas formas, hay que reconocer que realiz sudescubrimiento de forma casual y no buscado de antemano y, aunque hayasido discutida tal identi cacin, emociona pensar que pueda ser cierta y lameloda de nuestro himno tenga su origen en la Edad Media.

Cmo se convirti la Marcha de Granaderos en Real

Al ser los Granaderos fuerzas especiales de Infantera, acompaabana los reyes con frecuencia e incluso realizaban la guardia exterior delPalacio. Para llevar a cabo estos cometidos, utilizaran con profusinsu marcha, tanto para des lar ante los reyes como para rendir los mxi-mos honores a la familia real segn ordenaba la ordenanza correspon-

diente. Y como resulta lgico deducir, los madrileos y los visitantesde la ciudad terminaron por identi car la composicin de Espinosa con

Fragmento de la Marcha Granadera del cuaderno de 1761, exponente ms hallado hastahoy del actual Himno Nacional (Seccin de Msica de la Biblioteca Nacional)


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las personas reales. Esta identi cacin, segn el propio padre Otao,se acentu durante la Guerra de la Independencia. La ausencia de losreyes producira incluso que la Marcha de Granaderoscomenzara a serexpresin popular del sentimiento nacional que emergi con fuerza antela ocupacin francesa. Esta circunstancia pudo ser uno de los motivosde que se decretara, el 3 de febrero de 1815, que la marcha, designadacomoespaola, se interpretase como nicotoquede honor en cualquiercircunstancia e independientemente de la unidad militar que rindiera ho-nores, pues muchas ya la estaban utilizando. Pero lo que principalmentese buscaba era evitar que las unidades espaolas utilizaran msicas fran-

cesas, principalmente La Marsellesa, a la que los madrileos le habanpuesto una letra patritica. Slo la Caballera y los cuerpos montadosseguiran utilizando sustoquespropios.

Asociada la Marcha de Granaderoscon el Antiguo Rgimen por losliberales, fue sustituida porel Himno de Riegodurante el trienio liberal, conel ttulo de Marcha Nacional de Ordenanza(R. D. del 7 de abril de 1822).No existe acuerdo entre los musiclogos sobre quien fue su autor. Fernndezde la Torre se inclina por el compositor valenciano Jos Melchor Gomis,msico mayor de la Milicia Nacional. Obligado a emigrar a Pars a la vueltade los absolutistas, alcanzara posteriormente gran fama. Desde luego fue suprimer concertador para banda. Manuel Varo, entre otros, tiene tambin par-tidarios de ser considerado su creador. Con todo, parece evidente que quien

Trompeta del Regimiento de Caballera Hsares de la Princesa de Cusachs. IHCM


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fuera su autor deba conocer una danza popular del valle de Benasque en elAlto Aragn y utiliz su meloda para componer el himno. De la letra, todoscoinciden en que fue escrita por el general Evaristo San Miguel Valledor.

Se recuperla Marcha de Granaderoscomo Real en la boda de Isabel IIen 1846, aunque posiblemente ya se estaba utilizando para rendir los hono-res; siete aos despus y por R. D. de 5 de noviembre, se dio ala Marchade Granaderos, cali cada de antigua espaola, la consideracin o cial de Marcha Real. La denominacin de antigua espaola disipa todas las dudasque hubiera de cual era la marcha que el decreto de 1815 designaba comonicotoque de honor . Segn hemos expuesto, si la meloda de la Marcha

de Granaderosse escuchaba ya como cantiga en el siglo XIII y, sin duda,Espinosa la compuso inspirndose en laPavana Real, su vinculacin conlas dinastas reinantes es evidente y, sin embargo, haba sido el pueblo quiendecisivamente la encumbr a smbolo real y nacional.

De Marcha Real a Himno Nacional

Durante el rgimen provisional que sigui a la revolucin septembrinade 1868, Prim orden la sustitucin dela Marcha Realpor otra compuesta

Ricardo Fernndez de la Torre y el msico militar Bartolom Prez Casas en 1955. HMME; pgina 356


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por el msico de origen italiano Squadrani. Este compositor militar, nacidoen Terrazina en los Estados Ponti cios (1830), se haba unido a las unidadesespaolas enviadas en apoyo del Papa durante la revolucin de 1849. Suspadres haban sido asesinados y decidi venirse a la Pennsula con nuestrastropas. Se nacionaliz espaol y en nuestro pas lleg a ser msico mayorde varios regimientos. Su Marcha Nacionalse estren, segn Fernndez dela Torre, en el patio del Ministerio de la Guerra el 7 de febrero de 1869 conmotivo de la apertura de las Cortes Constituyentes. Pero no gust; de todasformas se orden, el 31 de agosto de 1870, que se interpretarainterinamenteen sustitucin dela Marcha Granadera.

Para disponer de otra marcha para rendir los honoresal Santsimo Sacra-mento, personas reales y altas dignidades civiles y militares, fue convocadoun concurso el 4 de septiembre de 1870. En la orden circular se especi cabaal comienzo que la nalidad era sustituir ala Marcha Realcomo marcha dehonor; pero ya en el artculo primero se peda a los compositores espaoles,que acudieran al certamen, la realizacin de una Marcha Nacional , lo quesupona dar a la obra elegida un signi cado superior. Se concedera al autorde la marcha ganadorauna distincin honor cay 2.000 pesetas,cantidadapreciable en aquellos aos.

En el expediente del concurso, que se conserva en el Archivo GeneralMilitar de Segovia (legajos 217/8/9, divisin 8, seccin 2), se encuentra unescrito, sin fecha, pero desde luego anterior al certamen, en el que se justi -ca su convocatoria por haber sidola Marcha Realadoptada por el Rey Car-los III y se la consideraba, por tanto,como uno de los distintivos de la Casade Borbn.Se asegura, en el citado documento, quela Marcha Realeraco-nocida en un principio por Marcha Prusiana atendiendo sin duda al origen.Seguramente, esta denominacin se debe a la forma de concertacin dela Marcha Granadera; adems de ser el motivo de cambiarle inapropiadamen-te el nombre, pudo ser el origen de la leyenda que atribuye su autora al ReyFederico II de Prusia. Se haban olvidado de que tambin haba sido llamadaantigua espaola. De todas formas, en otro escrito del mismo expediente, sereconoce la cali cacin de espaola para la marcha, pero se asegura que fueescrita en Francia para Felipe V, informacin recogida de La Historia de lamsica espaola(tomo 3 cap. 21) de Mariano Soriano Fuertes.

El jurado, que deba seleccionar la nueva marcha, se constituy con losmsicos Hilarin Eslava, Francisco Asenjo Barbieri y Emilio Arrieta. El pri-mero dimiti mediante o cio del 12 de noviembre; dimisin justi cada porenfermedad, que suena a disculpa. Consultados los otros dos, fue propuesto

para sustituirlo Baltasar Saldoni, que sera nombrado cinco das despus. El jurado no se sinti capaz de seleccionar ninguna composicin;la circular


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del ministerio le peda en su artculo 4un mximo de tres.En consecuencia, declarara desierto el concurso. Ninguno de los cuatro compositores quisopasar a la historia por ser los protagonistas de la supresin de un himno tanarraigado ya en la conciencia popular. No insistieron mucho en su calidadartstica, pues entre las composiciones presentadas habra seguramente algu-nas extraordinarias, aunque a rmaban denuestra antigua Marcha Realqueeraartsticamente de lo mejor y de loms apropiado que puede inventarse.Justi caron su decisin, en consecuencia, con el siguiente argumento:en loscantos nacionales, a pesar de su mayor o menor bondad artstica, entra por mucho la signi cacin que les presta la costumbre o el capricho de los pueblos.

En escrito del 9 de diciembre, recibido la noche del 12, el Ministerio dela Guerra insista y peda al jurado que seleccionase 4 o 6 marchas parasuejecucin por las bandas de msica de los cuerpos del Ejrcito que exis-ten en esta Corte y luego de ser odas se decida lo ms conveniente, perotambin se negaron a tal proposicin en escrito realizado al da siguiente.La decisin que haban tomado era rme. Finalmente, Amadeo I de Saboyadecidi declarar ala Marcha Realcomo Marcha Nacional Espaola (R. O.del 8 de enero de 1871), ttulo que mejor concuerda, por todos los concep-tos, con su historia.

Se concedi nmero a 447, aunque parecer ser que se presentaronvarias ms. Los lemas que guran en el sobrecerrado y lacradoque de-

ba contener la rma y residenciadel autor y que tambin deban en-cabezar o escribirse en la portadade las partituras, hacen referenciacon frecuencia a la revolucin sep-tembrina y a la libertad, as comola patria y a la monarqua. Comoes lgico, muchos recuerdan la ba-talla de Alcolea y numerosos estnescritos en latn. Entre los autoresse encuentran los mejores msicosde la poca, como Toms Bretn,Ruperto Chap con cuatro marchas,Federico Chueca, Manuel Pene-lla

Ricardo Fernndez de la Torreasegura que estuvieron selecciona-

dos los lemas Iberia, Mis armas sonlas Armasy Mi descanso el pelear,Francisco Asenjo Barbieri. HMME; pgina 268


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pero desconozco de donde obtuvo tal informacin, pues del expedienteconservado en Segovia nada permite deducir tal cosa. Con el lema Iberiahemos encontrado cuatro marchas presentadas por Manuel Jubau y Al-bert (nmero 9), Manuel Albert de la Pea (nmero 38), Ignacio Ovejero(nmero 299) y Manuel Romero (nmero 324). Con respecto al segundoy tercer lemas, slo existe uno que contiene a los dos y est escrito de lasiguiente forma:mis arreos son las armas mi descanso el pelear de GilGines, pero concurre con tres composiciones escritas para piano (nmeros415/6/7). Por otra parte, el lema Marcha Real Democrtica,que corres-ponde a Toms Bretn, no lleg con las dems partituras. Hubo que pedirla

por escrito al Ministerio y tena cambiado el numero; en un principio gu-raba con el 51, pero luego se le dio el 1. Esto me hace sospechar que pudoestar seleccionada.

De la popularidad alcanzada porla Marcha Granaderay de la que el jurado nombrado era consciente, es una bella prueba una obra musical deJuan B. Lambert; realiz su versin de la Marcha Real a principios del S.XX para una composicin potica, titulada Himno a la Bandera, de SinesioDelgado (palentino, fundador con Chap de la sociedad de autores y pri-mer secretario de la junta directiva de sta). Fue un trabajo que ofreci alrey Alfonso XIII a rmando quesiendo la msica la ms el expresin delsentimiento y la Bandera el ms estimado smbolo de la Patria, nada ms justo que dedicar a Vuestra Real Majestad este Himno adaptado a la msicade la Marcha Real Espaola. La composicin potica de Sinesio Delgadocontiene algunos versos ya no actuales, aunque acordes con el tiempo en quefueron escritos, y es la siguiente:

Salve bandera de mi patria; salve,y en alto siempre desafa al viento,tal como en triunfo por la tierra toda

te llevaron indmitos guerreros.Tu eres Espaa en las desdichas grandesy en ti palpita con latido eternoel aliento inmortal de los soldadosque a tu sombra adorndote murieron.

Cubres el templo en que la madre reza,las horas de los mseros labriegos,

las cunas donde duermen mis hermanos,la tierra en que descansan mis abuelos.


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Por eso eres sagrada. Entorno tuyo,a travs del espacio y de los tiempos,el eco de las glorias espaolasvibra y retumba con marcial estruendo.

Salve bandera de mi patria; salve,y en alto siempre desafa al viento,manchada con el polvo de las tumbas,teida con la sangre de los muertos.

En la II Repblicala Marcha Realfue de nuevo sustituida porel Himnode Riego, cambio en el que puso mucho empeo Azaa. Pero el GeneralFranco, en Sevilla (27 de noviembre de 1937), orden su recuperacin como Himno Nacional, ttulo rati cado por decreto de 17 de julio de 1942. Sesobreentenda que se refera a la versin orquestada por el maestro PrezCasas, segn peticin de Alfonso XIII (declarado reglamentario por R. O.de 27 de agosto de 1908). Parece ser que una interpretacin desafortunadadela Marcha Realefectuada por varias bandas de msica militar en la Plaza deOriente ante el Palacio Real fue el motivo del encargo. En 1997, el Estadoadquiri todos los derechos de autor de la Marcha Reala la familia y here-

deros del citado msico militar (R. D.1543 publicado en el BOE del 10 deoctubre de 1997). Este msico la ha-ba registrado, junto conla Marchade Infantes (Antiguotoque de lla-mada del libro manuscrito de 1761),durante la II Repblica, seguramentepor temor a que se perdiera.

Simultneamente a la comprade los derechos, la Presidencia delGobierno haba promovido una co-misin para realizar una nueva ver-sin del Himno Nacional. Se encargde ello al entonces teniente coronelFrancisco Grau Vegara, director dela Unidad de Msica de la GuardiaReal. Despus de ser analizado eltrabajo del citado msico militar por

la Real Academia de Bellas Artes, seaprob la nueva versin el 11 de no-

Bartolom Prez Casas, director de la banda

de Alabarderos a principios del siglo XX. HMME; pgina350


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viembre de 1996. El 25 de febrero de 1997 se realiz una grabacin anteS.M., acordndose hacer algo ms lento el ritmo. El 10 de octubre se apro-baba, en el Consejo de Ministros, las caractersticas y disposiciones de utili-zacin del himno. La nueva versin fue estrenada en el Teatro Real ante losReyes de Espaa el mismo da de su publicacin en el BOE (R. D. 1560 de11 de octubre de 1997). Un ao despus, Francisco Grau Vegara renunci atodos sus derechos como autor.

Un Himno Nacional sin letra?

Una cuestin actual y candente es la falta de letra del Himno espaol.Muchas personas lo echan en falta. Respetando sus sentimientos, convieneanticipar que inici su andadura como una marcha militar para des lar orendir honores, lo que hace complicado aadirle una composicin poticafcil de cantar. Pero yo creo que no debe preocupar esta circunstancia: Kanty Rousseau aseguraban que la msica es el arte de expresar sentimientos.

Dibujo de Cusachs para el libro la vida militar en Espaa de Barado. HMME; pgina 301


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Schopenhauer lleg ms lejos, pues a rmaba que poda expresar lo que hayde metafsica en el mundo, la cosa en s de cada fenmeno. Es, por tanto, unmedio de expresin capaz de signi car los ms profundos e intensos senti-mientos e ideales. Para justi car esta a rmacin, nada me parece ms apro-piado que poner el ejemplo deltoque de Oracin; toque de ordenanza que seoye a diario en los cuarteles despus de arriar la bandera y que invita a rezarpor los que dieron su vida por Espaa. Su misma meloda es ya una oraciny la emocin ante el recuerdo del compaero perdido y de los que sirvierona la nacin, hasta el lmite de entregar su vida, surge de forma espontnea eintensa en quien lo escucha.

Con todo, Marquina y Pemn escribieron sendas composiciones poti-cas para el Himno,como otros ms, pero sus versos no fueron totalmenteasumidos por los espaoles. La letra del segundo se hizo ms popular y esla siguiente:

Viva Espaa!Alzad las frentes, hijosdel pueblo espaol,que siempre ha de vivir.Gloria a la Patriaque supo seguirsobre el azul del marel caminar del sol!

Triunfa Espaa!Los yunques y las ruedascanten al compsun nuevo himno de fe.Junto con ellos cantemos de piela vida nueva y fuertede trabajo y paz.

Tambin trascribo, a continuacin, algunos de los versos que compusoMarquina:

LA BANDERA DE ESPAAGloria, Gloria, corona de la Patria, soberana luzque es oro en tu pendn!

Vida, vida, futuro de la Patriaque en tus rojos es


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abierto el corazn!Prpura y oro: bandera inmortal,en tus colores juntos carne y alma estn.Prpura y oro: querer y lograr,t eres bandera, el signo del humano afn.

ESPAA GUIADORAPide Espaa! Tu nombre llevaremosdonde quieras t:que honrarlo es nuestra ley

Manda, Espaa, y unidos lucharemosporque vivas tu,sin tregua pueblo y rey!Una bandera gloriosa nos das:nadie viviendo, Espaa, nos la arrancar.Para que un da nos pueda cubrir,danos, Espaa, el gozo de morir por ti.

VIVA ESPAA

Viva Espaa! Del grito de la Patriala excepcin triunfal.Abri camino al sol:Viva Espaa! Repiten veinte pueblosy al hablar dan fedel nimo espaolMarquen arado, martillo y clarnsu noble ritmo al grito de la Patria, fe!Gua la mente a la mano hasta el n,y al Viva Espaa asista toda Espaa en pie.

Es posible que la falta de composicin potica dela Marcha Realhicieraque dos pasodobles con letras sugerentes fueran utilizados como himnos po-pulares. El primero fue Cdiz de la zarzuela del mismo nombre, compuestapor Federico Chueca y Joaqun Valverde. Al nal del s. XIX, se convirti enun himno popular con elViva Espaa!tan sonoro de su letra. Siempre quese interpretaba, provocaba una gran exaltacin nacional y se hizo costumbrepedirlo en honor de los hroes y para celebrar los triunfos deportivos de loscompatriotas. Incluso lleg a proponerse que fuera declaradohimno nacio-

nal, dejando ala Marcha de Granaderoscomo Realexclusivamente.


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La marchaCdizacompa anuestras tropas a Cuba y Filipinas.Despus del 1898 dej de tocarse,pero fue rehabilitado durante ladictadura de Primo de Rivera; sinembargo, ya no tendra tanto xito,pues haba alcanzado gran famaotro pasodoble, el dela Bandera.Se hizo popular desde el mismoda que fue escuchado por primera

vez en el teatro Martn de Madridel 31 de octubre de 1919, cuan-do se estren la zarzuela de LasCorsarias. Su autor fue FranciscoAlonso que obtuvo un xito rotun-do. Posteriormente, el pasodoble

sera conocido popularmentecomo Banderita, quizs ha-ciendo referencia, en sintonacon la letra del mismo, al pa-uelo que cubra, como unapequea cortina, la perchadonde los soldados colgabansus prendas en el dormitorio;tena dispuestos los colores dela bandera en sentido verticaly en las salidas a campaa laguardaban en su mochila.ElPasodoble de la Banderasus-tituy como himno popular aCdizy acompa al EjrcitoEspaol en la recuperacin delRif, despus del Desastre deAnnual.

En n, Se debe poner le-tra al Himno? La aceptara sifuera apropiada, pero me temo

que, ante la necesidad de re-sultar polticamente correcta,

Eduardo Marquina, autor en 1929 de variasletras para la Marcha Real. HMME, pgina 453

Portada de la partitura de la zarzuela Cdiz. HMME; pgina 306


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no est a la altura de su historia. Por otra parte, Estara dispuesto su autora ceder sus derechos?

La leyenda sobre la Marcha Real

La Enciclopedia Universal Ilustrada de Espasa-Calpe ha sido la respon-sable de la permanencia de la leyenda del origen dela Marcha Realcomoregalo de Federico II de Prusia a Carlos III; la pudo tomar delCompendiode Historia de Espaade Alfonso Moreno Espinosa, libro de texto esco-lar de principios del s. XX para la recin creada segunda enseanza. Tuvoamplsima difusin; nada menos que 23 ediciones, que van desde la primerarealizada en Cdiz (1903) hasta la ltima de Barcelona (1912). Sin embargo,la versin de la enciclopedia se aproxima ms al relato existente enPout-Pourri de aires nacionales y extranjeros(folleto editado por Osler en Ma-

drid -1884-, cuyo autor es Manuel Lpez Calvo). Lo que a rma la citadaenciclopedia en la voz Marcha real espaola es:

Francisco Alonso autor del Pasodoble de la Bandera para la zarzuela de Las Corsarias. HMME; pgina 419


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Cuando Carlos III quiso que el ejrcito espaol siguiese lamisma tctica que el de Prusia, comision para estudiarla al con-de de Aranda, a la sazn ministro de Estado. El rey de Prusia ma-nifest al embajador espaol que la tctica del ejrcito prusianoestaba tomada de un libro espaol titulado Consideraciones mi-litares, del marqus de Santa Cruz de Marcenado. Cuentase queal despedirlo le dijo: Tomad, seor ministro, esta marcha militar que tena destinada para honrar a mi persona. Al aceptarla el reyde Espaa Carlos III la declar marcha de honor espaola por Real decreto dado en San Ildefonso el 3 de Septiembre de 1770.

Siguiendo a Redondo Daz, la leyenda comenz a formarse a mediadosdel s. XIX y se transmiti en revistas y peridicos con diversas variaciones.Hasta donde pudo comprobar, se cont por primera vez en el Espritu P-blico, mediante un artculo de Antonio Vallecillo y Lujn (1864), aunqueFernndez de la Torre asegura que apareci por primera vez en la EspaaMilitar (1861). Vallecillo volvi a tratar esta cuestin en su Homenaje aVillamartn(1884); en sus dos versiones cambiaba de general protagonista,pues el intermediario entre los reyes era Martn lvarez de Sotomayor. Dela clebre conversacin volvi a ser interlocutor y receptor de la marcha elConde de Aranda, Pedro Abarca de Bolea, en Los Sucesos (1868). Final-mente, la ancdota sera recogida por Manuel Lpez Calvo en su obra yacitada y tambin por el autor del texto escolarCompendio de Historia deEspaa.

En las diferentes versiones sobre la famosa conversacin entre Federico IIy el Conde de Aranda (o el general lvarez de Sotomayor) hay numerososerrores que merecen ser puestos de mani esto para insistir en la falta defundamentos histricos de la leyenda. Pedro Abarca de Bolea no fue Minis-tro de Estado con Carlos III, sino con su hijo Carlos IV, ni fue embajador enPrusia, nacin con la que entonces no tenamos relacin diplomtica, sinoen Polonia; tampoco se poda mandar, en consecuencia, una comisin deestudio en aquellos aos.

A su vuelta a la Pennsula en junio de 1762 (no se olvide que ellibro manuscrito de Espinosa es de 1761) para participar en la Campaa de Por-tugal, el Conde de Aranda no pudo entrevistarse con Federico II, ya que elmonarca prusiano se encontraba en su Cuartel General de Battler (Breslau),

rmando la paz con Rusia. Incluso en sus cartas o ciales, cuando relata elviaje, no cita la entrevista, encuentro sobre el que hubiera tenido obligacin

de informar al Secretario de Estado, Ricardo Wall. El Decreto de San Ilde-fonso (La Granja) dado por Carlos III no se ha encontrado y, tal como est


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redactado, no se corresponde con lo dispuesto en la Ordenanza de Infante-ra. Segn lo reproduce Redondo Daz, el decreto ordenabaque la marchaque algunos designan con el nombre de prusiana, sustituya a la marcharegular de las ordenanzas para rendir los honores a SM., la reina, prncipe y princesa de Asturias; y en lo sucesivo se use slo de ella en los casosexpresados.Lo rma en San Ildefonso (La Granja) el 3 de septiembre de1770: Juan Gregorio de Muniain (Conde de Priego). Seguramente es falso.Sin embargo, Redondo Daz llega a admitir que podra referirse ala Marcha Real Fusilera, annima y que, segn Fernndez de la Torre, tiene cierta si-militud y parece derivada dela Marcha Fusilerade Espinosa que gura en

el Cuaderno(1769). Con todo, el aire espaol de ambas es indudable, comolo es tambin el dela Marcha de Granaderos. Y si Federico II hubiera hechoun regalo musical a Carlos III, por ejemplo con motivo de su enlace conMaria Amalia de Sajonia durante su reinado en Npoles (segn una nuevaversin de la leyenda), hubiese sido una composicin barroca muy distinta aestas marchas con ritmo de pavana. Lo nico que puede a rmarse acertadodel citado decreto es que todas estaban concertadas a la prusiana; es decir:para pfanos, clarinetes y tambores, pues tampoco exista una nicamarcharegular de las ordenanzasen 1770. Finalmente, la obra del Marqus de San-ta Cruz de Marcenado, sobre la que se centra la pretendida conversacin, es Re exiones militaresy no Consideraciones militares. Esta ancdota, peroslo centrada en este libro y con Federico II, tambin se cuenta del hijo yheredero del Marqus de Santa Cruz (Gonzlez Posadas: Memoriasedicinfacsmil de Bibli los Asturianos. Luarca, 1972, pg. 286). En este caso, elsuceso concuerda ms con la poca y los personajes que intervinieron, porlo que podra ser cierta.

Se repiti tantas veces esta historieta que el musiclogo Nemesio Otaolleg a conceder verosimilitud a la leyenda en 1939. Incluso Rafael Olae-chea y Jos Benimelli, en su biografa del Conde de Aranda, dieron porhistrica la ancdota, cuando, por los datos obtenidos de las fuentes quemanejan, podan haber deducido que fue imposible el encuentro entre el reyy el conde durante el viaje de regreso de ste a Espaa.

Segn reconocen los que fueron directores de nuestras bandas militares,el general Grau en la Guardia Real o el teniente coronel Moreno Gmez enCuartel General del Ejrcito,la Marcha de Granaderostiene un aire muyespaol, no en vano su antecedente es una pavana; en consecuencia, consi-derar a Federico II autor de la misma para drsela a Carlos III es, segn es-criba Garca Valdecasas,como si Olof Palme(presidente socialdemcrata

del gobierno de Suecia cuando se public el artculo)nos pudiera regalar, aestas alturas, el fandango de Huelva por mucho que se empee.


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Resulta curioso, despus de todos estos argumentos en contra de la le-yenda, que realmente existala Marcha de Granaderos del Rey Federico. Esdel siglo XIX y fue compuesta sobre una cancin del XVIII por FerdinandRadeck. Conocida popularmente porel abejorroy de con guracin tpica-mente alemana y sincopada, se asign a los Fusileros de la Guardia, lo quees paradjico. Tambin los britnicos disponen de una preciosa y primitiva Marcha de Granaderos, annima y del siglo XVIII.

Conclusin

Para m, ha sido un orgullo escribir sobre esta joya, el Himno Nacio-nal, cuya historia no es muy conocida; incluso, recientemente, en la ter-cera plana de un conocido diario nacional, dedicada al artculo de fondoms importante del da, un prestigioso intelectual y musiclogo peda laconvocatoria de un nuevo concurso para dotar a Espaa de un himno, puesno le reconoca al actual su enraizamiento en nuestra historia y una calidadmusical adecuada, cosa que si hicieron los componentes del jurado nom-brado por Prim. Sin embargo, el arraigo popular de nuestro Himnolo hahecho capaz de perdurar hasta hoy a pesar de tantas vicisitudes adversasy creo humildemente que este trabajo responde convenientemente a losrequerimientos de dicho intelectual. Como he sealado, nuestro Himno es probable que se formara a la vez que Espaa como protonacin y esseguro que, al menos, lo hizo cuando en nuestra patria se constituy el pri-mer estado moderno europeo (durante el reinado de los Reyes Catlicos).Es, en consecuencia y por derecho propio, smbolo de nuestra historia ytradicin, unidad y hermandad e idneo para expresar nuestro espritu yaspiraciones como pueblo o Nacin.

Por ello nunca nos cansaremos de escuchar con el mximo respeto estamelodasencilla y grave, tal vez un punto triste, como en el fondo lo es cadaespaol(Garca Valdecasas); smbolo nacional, al que slo lo gana en anti-gedad el color rojo y del que podemos a rmar lo mismo que Cnovas dijodel citado color: ha sidomaduramente formado por los siglos en nuestramadre patria y elegido y adoptado por los espaoles de ms valor moral ycient co. Nos impulsar, sin duda con mayor intensidad y enardecimiento,a mejorar el proyecto de convivencia total en la empresa comn que es Es-paa.


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BIBLIOGRAFA ELEMENTAL

ESPECFICA PARA LA HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL:

REDONDO DIAZ, Fernando: Leyenda y realidad de la marcha Real Espa-ola en Revista de Historia Militar, Nm. 54(pp. 63 a 184). MADRID,1983.

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