EL MOLINO DE LA MARQUESA DE CULLERA ES OBRA DE UN FAMOSO ARQUITECTO VALENCIANO

El bisnieto de José Calvo y Tomás conserva planos originales del proyecto

Recientemente se dio a conocer a la opinión pública el hallazgo de dos proyectos de obras relativos al molino de la Marquesa de Cullera (1864) y su azud (1865). Los valores patrimoniales de este singular sistema hidráulico de origen medieval se encuentran amenazados por el proyecto de demolición y reconstrucción del azud impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, licitado y en ejecución sin sometimiento previo a trámite de Evaluación de Impacto Ambiental.

José Calvo, autor de los proyectos ejecutados en el siglo XIX (construcción de un nuevo molino y refuerzo del azud), firma ambos en calidad de “Arquitecto de la Real Academia de San Fernando”. Los documentos técnicos se caracterizan por su esmerada caligrafía y grafismo, gran nivel de detalle y diligente apoyo en cálculos matemáticos y referencias bibliográficas. Su calidad permitió atribuir la autoría, como hipótesis de trabajo, a José Calvo y Tomás (1836-1903).

José Calvo pertenece a un notable linaje de arquitectos vinculados a la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Era nieto Joaquín Tomás y Sanz (1769-1834), que llegó a ser teniente y director de Arquitectura de la institución, e hijo de Timoteo Calvo e Ibarra (1799-1879), Arquitecto Mayor del Ayuntamiento de Valencia y autor, junto a Sebastián Monleón y Antonino Sancho, del proyecto de Ensanche de la ciudad de 1858.

Académico de número de la Real Academia de San Carlos y socio de número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, José Calvo fue un destacado representante del Eclecticismo arquitectónico en Valencia. Las licencias de obra conservadas en el Archivo Histórico Municipal muestran que su cartera de clientes integraba a un selecto grupo de establecimientos eclesiásticos y miembros de la nobleza local, entre los que se contaba el marqués de Malferit. Ejerció, como su padre, el cargo de Arquitecto Mayor de Valencia. Su formación y sensibilidad se reflejan en el magnífico pórtico dórico de la ampliación del cementerio de Valencia iniciada en 1876. En 1884 firmó, junto a Joaquín María Arnau y Luis Ferreres, el proyecto de Ensanche que ordenó el crecimiento de la ciudad de acuerdo con una retícula ortogonal, inspirado en el modelo concebido por Cerdá para Barcelona, y cuyo desarrollo produjo las Grandes Vías como grandes ejes estructuradores de la ciudad moderna. Desempeñó asimismo un papel muy relevante en la restauración de las Torres de Serranos iniciada en 1888.

La atribución de los proyectos de Cullera a José Calvo ha sido podido ser confirmada gracias a la colaboración de su bisnieto, el también arquitecto Juan Luis Calvo y Aparisi, en cuyo poder obran sendos planos originales correspondientes a la intervención llevada a cabo en el molino en de la Marquesa en 1864. Los planos, dedicados a la “Planta del Piso de tierra” y la “Planta de Fundación” del ingenio hidráulico, presentan la misma firma, escala (1/100, en metros y palmos valencianos) y título que los conservados en el Archivo de la Diputación de Valencia (“Proyecto de reforma en el Molino Grande situado en el término de Cullera propio del Excmo. Sor. Marqués de Malferit”).

Al parecer, se trata de planos de ejecución, puesto que, a diferencia de los custodiados por la Diputación, no presentan por separado las plantas del molino medieval y del nuevo

molino, sino que la planta del ingenio a demoler se superpone en trazo discontinuo a la del edificio a construir. Asimismo los planos colorean de modo diferente las fábricas antiguas que debían ser conservadas (en negro) respecto de las de nueva factura (en rojo). Ambos poseen, pues, un extraordinario valor para la lectura arqueológica del edificio, que integra restos del molino medieval.

Juan Luis Calvo posee también un plano con sección en alzado y planta de la cámara motriz de un molino de dos ruedas hidráulicas, y un plano con secciones transversales del Júcar y del azud de la Acequia Madre de Cullera, que consigna el nivel alcanzado por la gran riada del 4 de noviembre de 1864 (la riada de San Carlos) respecto al nivel ordinario y las avenidas ordinarias y extraordinarias del río. Este plano es virtualmente idéntico al firmado en 1865 por el arquitecto Jorge Gisbert que se conserva en el Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia, del que parece ser un borrador o copia de trabajo.

El representante del ilustre linaje de arquitectos, a quienes la ciudad de Valencia ha dedicado una plaza en el paseo de la Alameda, frente al Palau de la Música, ha manifestado su disposición a ceder los planos en depósito al Ayuntamiento de Cullera, para su mejor conservación, estudio y difusión.

Luis Pablo MartínezAsociación para la Conservación y Estudio de los Molinos (ACEM)

<luispablo.martinez@gmail.com>