El mito del agente de cambio

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EL MITO DEL AGENTE DE CAMBIO T écnico en Salud Rural: Si después de tantos años de servicio aún no entiendes que no eres indispensable y que nunca has sido ni eres ni serás la respuesta a los problemas de salud del área rural, tal vez sea el momento de decirte que eres un pendejo, un ingenuo entre los torpes y un idiota que sirve de alfombra para que otros, más listos que tú, alcancen sus metas y su comfort a costa de tus esfuerzos. Por tanto, no te extrañe que al final de tu carrera alguien te arroje este improperio: ´¿Por qué fuiste tan estúpido que nunca quisiste ver que sólo eras una pieza más dentro del vil e ngra naje del Estado? Te dieron un bonito discurso, te engaña ron y tú lo quisiste así, pero otros se llevaron la mejor parte y a ti ni los desperdicios te dejaronµ . Un TSR de la XXI Promoción, 1999. Dicen aquellos Técnicos en Salud Rural abnegados (?) que hoy día devengan jugosos salarios en la Procuraduría de los Derechos Humanos o en alguna otra institución u ONG (¿dónde está eso de que el Técnico en Salud Rural lo es toda la vida?) que históricamente el TSR fue concebido como una respuesta a los nefastos indicadores de salud que agobiaban a nuestras comunidades (no obstante, hogaño, con todo y la dilatada confraternidad de Técnicos en Salud Rural, estamos peor que antes. Si algún destello de un raquítico desarrollo ha llegado a esas localidades lejanas, el TSR no ha tenido que ver en lo absoluto). Es por eso que el fallecido Dr. Alberto Viau Dávila concibió la idea (no sé si algún otro médico o profesional humanista participó en la concepción del TSR; por regla general asumimos que todo el mérito, que más bien deviene en una gran culpa, recae en este señor) de formar a un medio profesional que supiera medio de todo para convertirse con ese medio conocimiento en la respuesta infalible a los graves problemas de salud de las aldeas, caseríos y fincas. De lo contrario ¿cómo podríamos entender este absurdo concepto: ´El Técnico en Salud Rural es un trabajador de Salud Pública que con su capacidad teórico- práctica y humanística se desplaza al área rural para lograr la participación activa de la comunidad a fin de que ésta se desarro lle integralmen teµ? Si connotamos esta ideota en una exégesis para desentrañar sus posibilidades hermeneúticas desde la concepción del signo lingüístico, cuya fórmula es igual a la relación bilateral entre un significante y un significado,

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EL MITO DEL AGENTE DE CAMBIO T écnico en Salud Rural: Si después de tantos años de servicio aún no 

entiendes que no eres indispensable y que nunca has sido ni eres ni 

serás la respuesta a los problemas de salud del área rural, tal vez sea el momento de decirte que eres un pendejo, un ingenuo entre los torpes y un 

idiota que sirve de alfombra para que otros, más listos que tú, alcancen sus metas y su comfort a costa de tus esfuerzos. Por tanto, no te extrañe que al final de tu carrera alguien te arroje este improperio: ´¿Por qué fuiste tan estúpido que nunca quisiste ver que sólo eras una pieza más dentro 

del vil engranaje del Estado? Te dieron un bonito discurso, te engañaron y tú lo quisiste así, pero otros se llevaron la mejor parte y a ti ni los 

desperdicios te dejaronµ. Un TSR de la XXI Promoción, 1999. 

Dicen aquellos Técnicos en Salud Rural abnegados (?)que hoy día devengan jugosos salarios en la Procuraduría delos Derechos Humanos o en alguna otra institución u ONG(¿dónde está eso de que el Técnico en Salud Rural lo es todala vida?) que históricamente el TSR fue concebido como unarespuesta a los nefastos indicadores de salud que agobiabana nuestras comunidades (no obstante, hogaño, con todo y ladilatada confraternidad de Técnicos en Salud Rural, estamospeor que antes. Si algún destello de un raquítico desarrolloha llegado a esas localidades lejanas, el TSR no ha tenido quever en lo absoluto). Es por eso que el fallecido Dr. AlbertoViau Dávila concibió la idea (no sé si algún otro médico oprofesional humanista participó en la concepción del TSR;por regla general asumimos que todo el mérito, que más biendeviene en una gran culpa, recae en este señor) de formar aun medio profesional que supiera medio de todo paraconvertirse con ese medio conocimiento en la respuestainfalible a los graves problemas de salud de las aldeas,caseríos y fincas. De lo contrario ¿cómo podríamos entendereste absurdo concepto: ´El Técnico en Salud Rural es untrabajador de Salud Pública que con su capacidad teórico-

práctica y humanística se desplaza al área rural para lograrla participación activa de la comunidad a fin de que ésta sedesarrolle integralmenteµ? 

Si connotamos esta ideota en una exégesis paradesentrañar sus posibilidades hermeneúticas desde laconcepción del signo lingüístico, cuya fórmula es igual a larelación bilateral entre un significante y un significado,

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encontraremos las severas y groseras contradicciones quedespliega y que sólo pueden entenderse analizandodetenidamente lo que quiere decir esta construccióngramatical con independencia sintáctica. A continuaciónharemos una descomposición de sus elementos: 

1. El Técnico en Salud Rural es un trabajador de SaludPública. En consecuencia, un trabajador del Estado, y porende, subordinado a sus intereses. ¿Desde cuándo elMinisterio de Salud Pública y Asistencia Social ha aportadoalgo bueno para la salud del pueblo, y menos para loshabitantes de las retrógradas áreas rurales? El Técnico enSalud Rural depende del Estado y éste siempre le pondrárestricciones, porque el TSR está bajo la dirección de un jefe

inmediato superior que a su vez no puede ni debe tomardecisiones unilaterales. A parte de ello, el Ministerio de SaludPública, como cualquier institución estatal, no está paraservir al pueblo sino para servirse de él. Lo importante parael Estado siempre será mantener las apariencias a cualquierprecio. Sólo considérese esta paradoja: una secretariaejecutiva devenga un sueldo mayor que el de cualquiertecniquito refundido en vaya a saber qué lóbrega montaña. Lasalud pública no es ni será la prioridad del Estado, aunqueasí lo digan con letras de oro la Constitución Política de la

República, la Ley del Organismo Ejecutivo y el Código deSalud. 

2. Que con su capacidad teórico-práctica y humanística.  Tristemente el Técnico en Salud Rural no tiene todo esoporque ni siquiera sus deficientes formadores lo han tenido.Estandarizando a grosso modo la capacidad intelectual demuchos Técnicos en Salud Rural, a simple vista estaría muypor debajo del promedio, a menos que el INDAPS sea un asen educación formal, y es más que obvio que no es así,porque la calidad académica allí ha venido de más a menos.

Alguien podrá tener capacidad teórica y no capacidadpráctica, o viceversa (¿y qué de aquellos que no tienen ni louno ni lo otro?). Algún que otro TSR podrá tener las dostangibles en su capacidad de gestión, pero esa capacidad de

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gestión ya está bastante desgastada, porque sabemos quegestionar es pedir a otros lo que el Ministerio de SaludPública no quiere dar, incurriendo por lo mismo enmanifiesta negligencia castigada por la ley, porque esosrecursos tienen que desaguar en cuentas ajenas de ciertos

funcionarios. Gestionar es pedir; pedir es joder, y al que jodetarde o temprano lo mandan al carajo.

La capacidad humanística es una fórmula vacía quedebería prohibirse invocarla o pronunciarla. Debe concebirseprimero en la conciencia de cada ser humano para luegomanifestarse en beneficio de sus semejantes sin discursosostentosos o ampulosas arengas que evidencian la hipocresíade quienes las profieren. Sin embargo, el ser humano esegoísta desde su nacimiento; por naturaleza es así. El hombre

sólo piensa en sí mismo, y nada bueno puede esperarse deun egocéntrico. La capacidad humanística muy pocos la hantenido, y es más, de entre ellos muchos fueron consideradoslocos, porque no es normal. Todo mundo habla de la calidadhumana, pero cuando alguien hace una buena obra (v. g. lasupuesta caridad empresarial) no la hace porque tenga unbuen corazón sino porque espera obtener un provecho muchomayor de ella. 

3. Se desplaza al área rural para lograr la participación activade la comunidad. La participación de la comunidad es algorelativo; de lograrse depende sólo de ciertos intereses quedeben ser satisfechos. Si en nombre de un Centro de Salud el  Técnico en Salud Rural va a proponerle a las comunidadesun bonito plan de trabajo, mejor que ni lo haga. Todos losaben muy bien: tal como la cabeza son los demás miembros.Si los ministros de salud son una retahíla de mentirosospatológicos ¿qué podemos esperar de un Director de Área deSalud subordinado a ellos? Y todavía peor ¿qué podemos

esperar de un empleadito sin el más mínimo poder dedecisión ni de resolución, i. e. un entusiasta Técnico en SaludRural, que está en el nivel más ínfimo de la jerarquíainstitucional? ¡Ni pensarlo es bueno! Si los Técnicos en SaludRural quieren hacer algo provechoso para sus comunidadesque se salgan del sistema; que dejen de ser unos parásitosque se aferran a su magro sueldito y al oropel del trabajo

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público. Si el Técnico en Salud Rural es un burócrata ¡nihablar! Es un mentiroso y un acomodado más. 

4. A fin de que ésta se desarrolle integralmente. Esto es el

colmo de un idealismo burdo, irracional, irreal e irrisorio.Ninguna comunidad, aunque pertenezca a una nación delprimer mundo, ha alcanzado el desarrollo integral. Esutópico. Mientras el hombre sea hombre eso nunca seráposible. Tal vez alcance un desarrollo material pero noespiritual, que es lo más importante. Lejos de eso, vemos queel desarrollo material trae consigo un grave deterioro moral.No podemos negar los beneficios (muy imperfectos porqueconllevan graves efectos sobre la salud) de la tecnología, perotampoco podemos ser necios como para ignorar la rápida y

abrumadora propagación de la inmundicia de Sodoma através de los artefactos de avanzada tecnología. El declive delos valores está desembocando en las fauces del infierno, y¿qué puede hacer un Técnico en Salud Rural, moralmentedébil, ante esas fuerzas demoníacas?. 

Cuando todos comparezcan a juicio ante el trono delGran Juez, el Dr. Viau Dávila tendrá que reconocer queestaba muy equivocado. El desarrollo integral no depende deuna persona ni de la participación activa de la comunidad en

un paupérrimo contexto social como el nuestro. Desde elpunto de vista científico requiere una convergencia dediversos factores ajenos hasta para el mismo Estado.