El ministerio de la familia

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“Crear una humanidad nueva y mejor” para que el Plan de Dios sea realizado cada vez más plenamente.

Son muchos los cambios que ha sufrido la familia:

De la familia tribu: padre, madre, abuelos, tíos, primos, sobrinos… a la Familia Nuclear: padre, madre, hijos;

De la familia cerrada en sí misma a la familia abierta a la sociedad;

De la familia numerosa a la familia responsablepor un número menor de hijos;

De la estabilidad conyugal para el divorcio y un nuevo matrimonio;

De una familia con papeles predeterminados de marido y mujer para una familia del compañerismo y la reciprocidad;

De la familia constituida por intereses a una familia centrada en la afectividad y la gratuidad.

MISIÓN DE NUESTRAS FAMILIAS PARA AYUDAR A CONSTRUIR EL REINO DE

DIOS

Formar los corazones a semejanza del corazón de Dios

Se trata de educar, educere que significa, sacar para fuera, hacer salir, desentrañar la identidad más profunda de los hijos y de la familia.

El resultado tiene que ser una persona, una familia crítica, comprometida, libre ya que conoce su columna vertebral, su estructura sólida, su personalidad impidiendo que una cantidad de máscaras artificiales estén superpuestas a su verdadera identidad.

La función humanizadora de la familia consiste en ayudar a cada uno de sus miembros a entender, asumir, desarrollar y vivir, aquellos valores y elementos que

constituyen lo específicamente humano, en su dimensión más positiva y realizante: el amor, el cuidado, la voluntad de estar juntos, la compasión solidaria, el respeto a la

dignidad de la persona…Monseñor Romero

La familia humaniza…

AMANDO

TRANSMITIENDO VALORES

RESPETANDO Y VALORANDO AL OTRO

CON LA CONVIVENCIA GENEROSA Y EL

ENCUENTRO UNIFICADOR

ABRIÉNDOSE AL MISTERIO DE DIOS

¿Qué sería de la familia si faltaran

estas dimensiones

éticas?

“Está puesta la misión de la edificación del Reino de Dios en la Historia”

La relación pastoral, el itinerario de fe en la familia.

Sabemos bien que para que tenga lugar una auténtica obra educativa no basta una teoría justa o una doctrina que comunicar. Se necesita algo mucho más grande y humano, esa cercanía, vivida diariamente, que es propia del amor y que encuentra su espacio más propicio ante todo en la comunidad familiar, y después en una parroquia o movimiento o asociación eclesial, en los que se encuentran personas que prestan atención a los hermanos, en particular, a los niños y jóvenes, así como a los adultos, los ancianos, los enfermos, las mismas familias, porque, en Cristo, les aman. El gran patrón de los educadores, san Juan Bosco, recordaba a sus hijos espirituales que «la educación es cosa de corazón y que sólo Dios es su dueño» (Benedicto XVI).

Este es el motivo por el que en el fundamento de la formación de la persona cristiana y de la transmisión de la fe está necesariamente la oración, la amistad personal con Cristo y la contemplación en él del rostro del Padre. Y lo mismo se puede decir de todo nuestro compromiso misionero, en particular, de nuestra pastoral familiar: que la Familia de Nazaret sea, por tanto, para nuestras familias y comunidades objeto de constante y confiada oración, así como modelo de vida.

“Entre evangelización y promoción humana – desarrollo, liberación – existen efectivamente lazos muy fuertes.

Vínculos de orden antropológico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos.

Lazos de orden teológico, ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan de la redención que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir y de justicia que hay que restaurar.

Vínculos de orden eminentemente evangélico como es el de la caridad: en efecto, ¿Cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre?

No es posible aceptar “que la obra de evangelización pueda o deba olvidar las cuestiones extremamente graves, tan agitadas hoy día, que atañen a la justicia, a la liberación, al desarrollo y a la paz en el mundo. Si esto ocurriera, sería ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor hacia el prójimo que sufre o padece necesidad” (61).

Pues bien, las mismas voces que con celo, inteligencia y valentía abordaron durante el Sínodo este tema acuciante, adelantaron, con gran complacencia por nuestra parte, los principios iluminadores para comprender mejor la importancia y el sentido profundo de la liberación tal y como la ha anunciado y realizado Jesús de Nazaret y la predica la Iglesia.”

Evangelii Nuntiandi No.31

La familia es realidad importantísima. Pero más importante que la familia es el Reino – No pocas veces Jesús da a entender que el Reino está por encima de la familia: “Su madre y sus hermanos son los que hacen la voluntad de su Padre” los lazos de sangre no son los más decisivos.

El serio asunto más allá de estos lazos de sangre. Importante y fundamental es la gran familia de los Hijos de Dios.