El Marxismo y La Cuestion Nacional - Stalin

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El Marxismo y La Cuestion Nacional es una obra clave para la comprension de la teoria marxista acerca de la cuestión nacional.

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1EL MARXISMO Y LA CUESTINNACIONAL(1)Jos Visarionovich STALIN(2)______________________________________________________________Indice:1.Introduccinpag 22.La nacinpag 43.El movimiento nacionalpag 104.El planteamiento de la cuestinpag 155.La autonoma cultural-nacionalpag 206.El bund, su nacionalismo y su separatismopag 277.Los caucasianos, la conferencia de los liquidadorespag 358.La cuestin nacional en Rusiapag 439.Notaspag 48

2INTRODUCCIONEl perodo de la contrarrevolucin en Rusia no ha trado solamente rayos y truenos,sino tambin desilusin respecto al movimiento, falta de fe en las fuerzas comunes.Cuando crea en un porvenir luminoso, la gente luchaba junta, independientemente desu nacionalidad: los problemas comunes ante todo! Pero cuando en el espritu seinsinuaron las dudas, la gente comenz a dispersarse por barrios nacionales: que cadacual cuente slo consigo! El problema nacional ante todo!Al mismo tiempo, se produca en el pas una seria transformacin en la vida econmica.El ao 1905 no pas en vano: los restos de la servidumbre en el campo sufrieron unnuevo golpe. Las cosechas buenas que siguieron a los aos de hambre y el augeindustrial que se produjo despus, hicieron avanzar al capitalismo. La diferenciacin enel campo y el crecimiento de las ciudades, el desarrollo del comercio y de las vas decomunicacin dieron un gran paso adelante. Esto es particularmente cierto en lo que serefiere a las regiones de la periferia y no poda por menos de acelerar el proceso deconsolidacin econmica de las nacionalidades de Rusia. Estas tenan necesariamenteque ponerse en movimiento.Contribuy tambin al despertar de las nacionalidades el rgimen constitucional,instaurado durante este perodo. El aumento de los peridicos y de la literatura engeneral, cierta libertad de prensa y de las instituciones culturales, el desarrollo de losteatrospopulares,etc.contribuyeron,sinduda,a fortalecerlossentimientosnacionales. La Duma, con su campaa electoral y sus grupos polticos, dio nuevasposibilidades para reavivar las naciones y un nuevo y amplio campo para movilizarlas.La ola del nacionalismo belicoso levantada desde arriba y las numerosas represionesdesencadenadas por los investidos de Poder para vengarse de la periferia por suamor a la libertad, provocaron, como reaccin, una ola de nacionalismo desde abajo,que a veces llegaba a ser franco chovinismo. Son hechos conocidos de todos: elfortalecimiento entre los judos del sionismo;(3)en Polonia, el creciente chovinismo;entre los trtaros el panislamismo;(4)entre los armenios, los georgianos y los ucranianos,el recrudecimiento del nacionalismo; la propensin general de las gentes de espritupequeoburgus al antisemitismo.La ola del nacionalismo avanzaba ms y ms, amenazando envolver a las masasobreras. Y cuanto ms decreca el movimiento de liberacin, ms esplendorosamentefloreca el nacionalismo.En este momento difcil, incumba a la socialdemocracia una alta misin: hacer frente alnacionalismo, protegeralasmasascontralaepidemiageneral.Pueslasocialdemocracia, y solamente ella, poda hacerlo contraponiendo al nacionalismo elarma probada del internacionalismo, la unidad y la indivisibilidad de la lucha de clases.Y cuanto ms fuerte fuese la oleada de nacionalismo, ms potente deba resonar, la vozde la socialdemocracia en pro de la fraternidad y de la unidad de los proletarios de todaslas nacionalidades de Rusia. En estas circunstancias, se requera una firmeza especialpor parte de los socialdemcratas de las regiones perifricas, que chocaban directamentecon el movimiento nacionalista.

3Pero no todos los socialdemcratas, y en primer lugar los de las regiones perifricas,acreditaron estar a la altura de su misin. El Bund,(5)que antes destacaba las tareascomunes, empez a poner en primer plano sus objetivos particulares, puramentenacionalistas: la cosa lleg a tal extremo, que proclam como uno de los puntoscentrales de su campaa electoral la celebracin del sbado y el reconocimiento delyidish.(6)Tras el Bund sigui el Cucaso: una parte de los socialdemcratascaucasianos, que antes rechazaba, con los dems socialdemcratas caucasianos, laautonoma cultural-nacional, la presenta ahora como reivindicacin inmediata.(7)Y nohablemos ya de la conferencia de los liquidadores, que sancion diplomticamente lasvacilaciones nacionalistas.(8)De esto se deduce que las concepciones de la socialdemocracia de Rusia en cuanto a lacuestin nacional no estn claras an para todos los socialdemcratas.Es imprescindible, evidentemente, proceder a un estudio serio y completo de la cuestinnacional. Es necesario un trabajo coordinado e infatigable de los socialdemcratasconsecuentes contra la niebla nacionalista, de dondequiera que venga.

42. LA NACIONQu es una nacin?Una nacin es, ante todo, una comunidad, una determinada comunidad de hombres.Esta comunidad no es de raza ni de tribu. La actual nacin italiana fue constituida porromanos, germanos, etruscos, griegos, rabes, etc. La nacin francesa fue formada porgalos, romanos, bretones, germanos, etc. Y otro tanto cabe decir de los ingleses,alemanes, etc., cuyas naciones fueron formadas por gentes de razas y tribus diversas.Tenemos, pues, que una nacin no es una comunidad racial o tribal, sino una comunidadde hombres histricamente formada.Por otro lado, es indudable que los grandes Estados de Ciro o de Alejandro no podanser llamados naciones, aunque se haban formado en el transcurso de la historia y habansido integrados por diversas razas y tribus. Esos Estados no eran naciones, sinoconglomerados de grupos, accidentales y mal vinculados, que se disgregaban o se unansegn los xitos o derrotas de tal o cual conquistador.Tenemos, pues, que una nacin no es un conglomerado accidental y efmero, sino unacomunidad estable de hombres.Pero no toda comunidad estable constituye una nacin. Austria y Rusia son tambincomunidades estables, y, sin embargo, nadie las llama naciones. Qu es lo quedistingue a una comunidad nacional de una comunidad estatal? Entre otras cosas, queuna comunidad nacional es inconcebible sin un idioma comn, mientras que para unEstado no es obligatorio que haya un idioma comn. La nacin checa, en Austria, y lapolaca, en Rusia, no seran posibles sin un idioma comn para cada una de ellas,mientras que para la integridad de Rusia y de Austria no es un obstculo el que dentrode sus fronteras existan varios idiomas. Y al decir esto, nos referimos, naturalmente, alos idiomas que habla el pueblo y no al idioma oficial de cancillera.Tenemos, pues, la comunidad de idioma como uno de los rasgos caractersticos de lanacin.Esto no quiere decir, como es lgico, que diversas naciones hablen siempre y en todaspartes idiomas diversos ni que todos los que hablen uno y el mismo idioma constituyanobligatoriamente una sola nacin. Un idioma comn para cada nacin, pero noobligatoriamente diversos idiomas para diversas naciones! No hay nacin que hable a lavez diversos idiomas, pero esto no quiere decir que no pueda haber dos naciones quehablen el mismo idioma! Los ingleses y los norteamericanos hablan el mismo idioma, ya pesar de esto no constituyen una sola nacin. Otro tanto cabe decir de los noruegos ylos daneses, de los ingleses y los irlandeses.Y por qu, por ejemplo, los ingleses y los norteamericanos no forman una sola nacin,a pesar de tener un idioma comn?Ante todo, porque no viven conjuntamente, sino en distintos territorios. La nacin slose forma como resultado de relaciones duraderas y regulares, como resultado de la

5convivencia de los hombres, de generacin en generacin. Y esta convivenciaprolongadanoesposiblesinunterritoriocomn. Anteslosinglesesylosnorteamericanos poblaban un solo territorio, Inglaterra, y constituan una sola nacin.Ms tarde, una parte de los ingleses emigr de este pas a un nuevo territorio, el Nortede Amrica, y aqu, en el nuevo territorio, form a lo largo del tiempo una nuevanacin, la norteamericana. La diversidad de territorios condujo a la formacin denaciones diversas.Tenemos, pues, la comunidad de territorio como uno de los rasgos caractersticos de lanacin.Pero esto no es todo. La comunidad de territorio por s sola no determina todava lanacin. Ha de concurrir, adems, un vnculo econmico interno que suelde en un todonico las diversas partes de la nacin. Entre Inglaterra y Norteamrica no existe estevnculo; por eso constituyen dos naciones distintas. Y los mismos norteamericanos nomereceran el nombre de nacin si los diversos confines de Norteamrica no estuviesenligados entre s en una unidad econmica gracias a la divisin del trabajo establecidaentre ellos, al desarrollo de las vas de comunicacin, etc.Tomemos, por ejemplo, a los georgianos. Los georgianos de los tiempos anteriores a lareforma vivan en un territorio comn y hablaban un mismo idioma, pero, con todo, noconstituan, estrictamente hablando, una sola nacin, pues, divididos en variosprincipados sin ninguna ligazn entre s, no podan vivir una vida econmica comn; sepasaron siglos guerreando y arruinndose mutuamente, azuzando unos contra otros a lospersas o a los turcos. La unificacin efmera y accidental de estos principados, que aveces consegua llevar a cabo cualquier rey afortunado, slo abarcaba, en el mejor delos casos, las esferas superficiales, las esferas administrativas, y pronto saltaba hechaaicos al chocar con los caprichos de los prncipes y la indiferencia de los campesinos.Dada la dispersin econmica de Georgia, no poda ser de otro modo Georgia no serevel como nacin hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando la cada del rgimende servidumbre y el desarrollo de la vida econmica del pas, el desarrollo de las vas decomunicacin y el nacimiento del capitalismo establecieron una divisin del trabajoentre sus distintas regiones, quebrantaron por completo el aislamiento econmico de losprincipados y los unieron en un todo.Y lo mismo hay que decir de otras naciones que han pasado por la fase del feudalismo yen cuyo seno se ha desarrollado el capitalismo.Tenemos, pues, la comunidad de vida econmica, la ligazn econmica como una de lasparticularidades caractersticas de la nacin.Pero tampoco esto es todo. Adems de lo dicho, hay que tener en cuenta tambin lasparticularidades de la fisonoma espiritual de los hombres unidos en una nacin. Lasnaciones no slo se distinguen unas de otras por sus condiciones de vida, sino tambinpor su fisonoma espiritual, que se expresa en las particularidades de la cultura nacional.En el hecho de que Inglaterra, Amrica del Norte e Irlanda, aun hablando el mismoidioma, formen, no obstante, tres naciones distintas, desempea un papel de bastanteimportancia la psicologa peculiar que se ha ido formando en cada una de estasnaciones, de generacin en generacin, a consecuencia de condiciones de existenciadiferentes.

6Claro est que, por s sola, la psicologa, o el carcter nacional, como otras veces se lallama, es algo imperceptible para el observador; pero como se expresa en laspeculiaridades de la cultura comn a toda la nacin, es aprehensible y no puede serdejada de lado.Huelga decir que el carcter nacional no es algo que exista de una vez para siempre,sino que cambia con las condiciones de vida; pero, por lo mismo que existe en cadamomento dado, imprime su sello a la fisonoma de la nacin.Tenemos, pues, la comunidad de psicologa, reflejada en la comunidad de cultura, comouno de los rasgos caractersticos de la nacin.Con esto, hemos sealado todos los rasgos distintivos de una nacin.Nacin es una comunidad humana estable, histricamente formada y surgida sobre labase de la comunidad de idioma, de territorio, de vida econmica y de psicologa,manifestada sta en la comunidad de cultura.Adems, de suyo se comprende que la nacin, como todo fenmeno histrico, se hallasujeta a la ley del cambio, tiene su historia, su comienzo y su fin.Es necesario subrayar que ninguno de los rasgos indicados, tomado aisladamente, essuficiente para definir la nacin. Ms an: basta con que falte aunque slo sea uno deestos rasgos, para que la nacin deje de serlo.Podemos imaginarnos hombres de carcter nacional comn, y, sin embargo, nopodremos decir que forman una nacin si estn desligados econmicamente, si viven enterritorios distintos, hablan idiomas distintos, etc. As, por ejemplo, los judos de Rusia,de Galitzia, de Amrica, de Georgia y de las montaas del Cucaso no forman, a juicionuestro, una sola nacin.Podemos imaginarnos hombres con comunidad de territorio y de vida econmica, y, noobstante, no formarn una nacin si entre ellos no existe comunidad de idioma y decarcter nacional. Tal es el caso, por ejemplo, de los alemanes y los letones en laregin del Bltico.Finalmente, los noruegos y los daneses hablan un mismo idioma, pero no forman unasola nacin, por no reunir los dems rasgos distintivos.Slo la presencia conjunta de todos los rasgos distintivos forma la nacin.Podra pensarse que el carcter nacional no es uno de los rasgos distintivos, sino elnico rasgo esencial de la nacin, y que todos los dems constituyen, propiamentehablando, condiciones para el desarrollo de la nacin, pero no rasgos de sta. En estepunto de vista se colocan, por ejemplo, los tericos socialdemcratas de la cuestinnacional R. Springer y, sobre todo, O. Bauer, conocidos en Austria.Examinemos su teora de la nacin.

7Segn Springer, la nacin es una unin de hombres que piensan y hablan del mismomodo. Es una comunidad cultural de un grupo de hombres contemporneos, novinculada con el suelo.(9)As, pues, una unin de hombres que piensan y hablan del mismo modo, por muydesunidos que se hallen unos de otros y vivan donde vivan.Bauer va todava ms all.Qu es una nacin? --pregunta--. Es la comunidad de idioma lo que une a los hombres en una nacin?Pero los ingleses e irlandeses hablan la misma lengua, y no forman, sin embargo, un solo pueblo; y losjudos no tienen lengua comn alguna, y, sin embargo, forman una nacin.(10)Qu es, pues, una nacin?La nacin es una comunidad relativa de carcter.(11)Pero qu es el carcter, y aqu, en este caso, el carcter nacional?El carcter nacional es la suma de rasgos que distinguen a los hombres de unanacionalidad de los de otra, el conjunto de rasgos fsicos y espirituales que distinguen auna nacin de otra.(12)Bauer sabe, naturalmente, que el carcter nacional no cae del cielo; por eso aade:El carcter de los hombres no se determina sino por su destino La nacin no es ms que la comunidadde destino, determinada a su vez por las condiciones en que los hombres producen sus medios deexistencia y distribuyen los productos de su trabajo(13)De este modo, llegamos a la definicin ms completa, segn la expresin de Bauer,de la nacin.Nacin es el conjunto de hombres unidos en una comunidad de carcter sobre la base de una comunidadde destinos.(14)As, pues, una comunidad de carcter nacional sobre la base de una comunidad dedestinos, al margen de todo vnculo obligatorio con una comunidad de territorio, delengua y de vida econmica.Pero, en este caso, qu queda en pie de la nacin? De qu comunidad nacional puedehablarse respecto a hombres desligados econmicamente unos de otros, que viven enterritorios diferentes y que hablan, de generacin en generacin, idiomas distintos?Bauer habla de los judos como de una nacin, aunque no tienen lengua comnalguna;(15)pero qu comunidad de destinos y qu vnculos nacionales puedenmediar, por ejemplo, entre judos georgianos, daguestanos, rusos y norteamericanos,completamente desligados los unos de los otros, que viven en diferentes territorios yhablan distintos idiomas?Indudablemente, los mencionados judos viven una vida econmica y poltica comncon los georgianos, los daguestanos, los rusos y los norteamericanos, en una atmsfera

8cultural comn, y esto no puede por menos de imprimir su sello al carcter nacional deestos judos. Y si en ellos queda algo de comn, es la religin, su mismo origen yalgunos vestigios del carcter nacional. Todo esto es indudable. Pero cmo se puedesostener seriamente que unos ritos religiosos fosilizados y unos vestigios psicolgicosque van esfumndose influyan en el destino de los mencionados judos con msfuerza que la vida econmica, social y cultural que los rodea? Y es que slo partiendode este supuesto, puede hablarse, en general, de los judos como de una sola nacin.En qu se distingue, entonces, la nacin de Bauer de ese espritu nacional mstico yque se basta a s mismo de los espiritualistas?Bauer establece un limite infranqueable entre el rasgo distintivo de la nacin (elcarcter nacional) y las condiciones de su vida, separando el uno de las otras. Peroqu es el carcter nacional sino el reflejo de las condiciones de vida, la condensacinde las impresiones recibidas del medio circundante? Cmo es posible limitarse a no verms que el carcter nacional, aislndolo y separndolo del terreno en que brota?Adems,queraloquedistinguaconcretamentelanacininglesadelanorteamericana, a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, cuando Amrica delNorte se llamaba todava Nueva Inglaterra? No era, por cierto, el carcter nacional,pues los norteamericanos eran oriundos de Inglaterra y haban llevado consigo aAmrica, adems de la lengua inglesa, el carcter nacional ingls y, como es lgico, nopodan perderlo tan pronto, aunque, bajo la influencia de las nuevas condiciones, seestaba formando, seguramente, en ellos su propio carcter. Y, sin embargo, pese a lamayor o menor comunidad de carcter, ya entonces constituan una nacin distinta deInglaterra. Evidentemente, Nueva Inglaterra, como nacin, no se diferenciabaentonces de Inglaterra, como nacin, por su carcter nacional especial, o no sediferenciaba tanto por su carcter nacional como por el medio, por las condiciones devida, distintas de las de Inglaterra.Est, pues, claro que no existe, en realidad, ningn rasgo distintivo nico de la nacin.Existe slo una suma de rasgos, de los cuales, comparando unas naciones con otras, sedestacan con mayor relieve ste (el carcter nacional), aqul (el idioma) o aquel otro (elterritorio, las condiciones econmicas). La nacin es la combinacin de todos losrasgos, tomados en conjunto.El punto de vista de Bauer, al identificar la nacin con el carcter nacional, separa lanacin del suelo y la convierte en una especie de fuerza invisible y que se basta a smisma. El resultado no es una nacin viva y que acta, sino algo mstico, imperceptibley de ultra-tumba. Repito, pues, qu nacin juda es sa, por ejemplo, compuesta porjudos georgianos, daguestanos, rusos, norteamericanos y otros judos que no secomprenden entre s (pues hablan idiomas distintos), viven en distintas partes delplaneta, no se vern jams unos a otros y no actuarn jams conjuntamente, ni entiempos de paz ni en tiempos de guerra?No, no es para estas naciones, que slo existen sobre el papel, para las que lasocialdemocracia establece su programa nacional. La socialdemocracia slo puede teneren cuenta naciones reales, que actan y se mueven y, por tanto, obligan a que se lastenga en cuenta.

9Bauer, evidentemente, confunde la nacin, que es una categora histrica, con la tribu,que es una categora tnica.Por lo dems, el mismo Bauer se da cuenta, a lo que parece, de la endeblez de suposicin. Despus de presentar decididamente en el comienzo de su libro a los judoscomo nacin,(16)al final del mismo se corrige, afirmando que la sociedad capitalista noles permite en absoluto (a los judos) subsistir como nacin,(17)asimilndolos a otrasnaciones. La razn reside, segn l, en que los judos no poseen un territoriodelimitado de colonizacin,(18)mientras que los checos, por ejemplo, que segn Bauerdeben conservarse como nacin, tienen ese territorio. En una palabra: la causa est en laausencia de territorio.Argumentando as, Bauer quera demostrar que la autonoma nacional no puede ser unareivindicacin de los obreros judos,(19)pero al mismo tiempo ha refutado sin querer supropia teora, que niega la comunidad de territorio como uno de los rasgos distintivos dela nacin.Pero Bauer va ms all. Al comienzo de su libro declara resueltamente que los judosno tienen lengua comn alguna, y, sin embargo, forman una nacin.(20)Y apenas alllegar a la pgina 130 cambia de frente, declarando no menos resueltamente: Esindudable que no puede existir una nacin sin un idioma comn.(21)Aqu Bauer quera demostrar que el idioma es el medio ms importante de relacinentre los hombres(22)pero al mismo tiempo ha demostrado, sin darse cuenta, algo queno se propona demostrar, a saber: la inconsistencia de su propia teora de la nacin, queniega la importancia de la comunidad de idioma.As se refuta a s misma esta teora, hilvanada con hilos idealistas.

103.EL MOVIMIENTO NACIONALLa nacin no es simplemente una categora histrica, sino una categora histrica de unadeterminada poca, de la poca del capitalismo ascensional. El proceso de liquidacindel feudalismo y de desarrollo del capitalismo es, al mismo tiempo, el proceso en quelos hombres se constituyen en naciones. As sucede, por ejemplo, en la EuropaOccidental. Los ingleses, los franceses, los alemanes, los italianos, etc. se constituyeronen naciones bajo la marcha triunfal del capitalismo victorioso sobre el fraccionamientofeudal.Pero all, la formacin de naciones significaba, al mismo tiempo, su transformacin enEstados nacionales independientes. Las naciones inglesa, francesa, etc. son, al mismotiempo, los Estados ingls, etc. El caso de Irlanda, que queda al margen de este proceso,no cambia el cuadro general.En la Europa Oriental, las cosas ocurren de un modo algo distinto. Mientras que en elOeste las naciones se desarrollan en Estados, en el Este se forman Estadosmultinacionales, Estados integrados por varias nacionalidades. Tal es el caso de Austria-Hungra y de Rusia. En Austria, los ms desarrollados en el sentido poltico resultaronser los alemanes, y ellos asumieron la tarea de unificar las nacionalidades austriacas enun Estado. En Hungra, los ms aptos para la organizacin estatal resultaron ser losmagiares --el ncleo de las nacionalidades hngaras--, y ellos fueron los unificadores deHungra. En Rusia, asumieron el papel de unificadores de las nacionalidades los grandesrusos, a cuyo frente estaba una potente y organizada burocracia militar aristocrticaformada en el transcurso de la historia.As ocurrieron las cosas en el Este.Este modo peculiar de formacin de Estados slo poda tener lugar en las condicionesde un feudalismo todava sin liquidar, en las condiciones de un capitalismo dbilmentedesarrollado, en que las nacionalidades relegadas a segundo plano no haban conseguidoan consolidarse econmicamente como naciones integrales.Pero el capitalismo comienza a desarrollarse tambin en los Estados del Este. Sedesarrollan el comercio y las vas de comunicacin. Surgen grandes ciudades. Lasnaciones se consolidan econmicamente. Irrumpiendo en la vida apacible de lasnacionalidades postergadas, el capitalismo las hace agitarse y las pone en movimiento.El desarrollo de la prensa y el teatro, la actuacin del Reichsrat (en Austria) y de laDuma (en Rusia) contribuyen a reforzar los sentimientos nacionales. Los intelectualesque surgen en las nacionalidades postergadas se penetran de la idea nacional y actanen la misma direccinPero las naciones postergadas que despiertan a una vida propia, ya no se constituyen enEstados nacionales independientes: tropiezan con la poderossima resistencia que lesoponen las capas dirigentes de las naciones dominantes, las cuales se hallan desde hacelargo tiempo a la cabeza del Estado. Han llegado tarde!As se constituyeron como nacin los checos, los polacos, etc. en Austria; los croatas,etc. en Hungra; los letones, los lituanos, los ucranianos, los georgianos, los armenios,

11etc. en Rusia. Lo que en la Europa Occidental era una excepcin (Irlanda) se convierteen regla en el Este.En el Oeste, Irlanda contest a su situacin excepcional con un movimiento nacional.En el Este, las naciones que haban despertado tenan que hacer lo mismo.As fueron crendose las circunstancias que empujaron a la lucha a las naciones jvenesde la Europa Oriental.La lucha comenz y se extendi, en rigor, no entre las naciones en su conjunto, sinoentre las clases dominantes de las naciones dominadoras y de las naciones postergadas.La lucha la libran, generalmente, la pequea burguesa urbana de la nacin oprimidacontra la gran burguesa de la nacin dominadora (los checos y los alemanes), o bien laburguesa rural de la nacin oprimida contra los terratenientes de la nacin dominante(los ucranianos en Polonia), o bien toda la burguesa nacional de las nacionesoprimidas contra la aristocracia gobernante de la nacin dominadora (Polonia, Lituaniay Ucrania, en Rusia).La burguesa es el principal personaje en accin.El problema fundamental para la joven burguesa es el mercado. Dar salida a susmercancas y salir vencedora en su competencia con la burguesa de otra nacionalidad:he ah su objetivo. De aqu su deseo de asegurarse su mercado, un mercado propio.El mercado es la primera escuela en que la burguesa aprende el nacionalismo.Pero, generalmente, la cosa no se limita al mercado. En la lucha se mezcla la burocraciasemifeudal-semiburguesa de la nacin dominante con sus mtodos de agarrar y nosoltar. La burguesa de la nacin dominadora --lo mismo da que se trate de la granburguesa o de la pequea-- obtiene la posibilidad de deshacerse ms rpida y msresueltamente de su competidor. Las fuerzas se unifican, y se empieza a adoptartoda una serie de medidas restrictivas contra la burguesa algena, medidas que seconvierten en represiones. La lucha pasa de la esfera econmica a la esfera poltica.Limitacin de la libertad de movimiento, trabas al idioma, restriccin de los derechoselectorales, reduccin de escuelas, trabas a la religin, etc., etc. llueven sobre la cabezadel competidor. Naturalmente, estas medidas no sirven slo a los intereses de lasclases burguesas de la nacin dominadora, sino tambin a los objetivos especficos decasta, por decirlo as, de la burocracia gobernante. Pero, desde el punto de vista de losresultados, esto es absolutamente igual: las clases burguesas y la burocracia se dan lamano en este caso, ya se trate de Austria-Hungra o de Rusia.La burguesa de la nacin oprimida, que se ve acosada por todas partes, se pone,naturalmente, en movimiento. Apela a los de abajo de su pas y comienza a clamaracerca de la patria, haciendo pasar su propia causa por la causa de todo el pueblo.Recluta para s un ejrcito entre sus compatriotas en inters de la patria. Los deabajo no siempre permanecen sordos a sus llamadas, y se agrupan en torno a subandera: la represin de arriba les afecta tambin a ellos, provocando su descontento.As comienza el movimiento nacional.

12La fuerza del movimiento nacional est determinada por el grado en que participan en llas extensas capas de la nacin, el proletariado y los campesinos.Que el proletariado se coloque bajo la bandera del nacionalismo burgus, depende delgrado de desarrollo de las contradicciones de clase, de la conciencia y de laorganizacin del proletariado. El proletariado consciente tiene su propia bandera, yaprobada, y no necesita marchar bajo la bandera de la burguesa.En cuanto a los campesinos, su participacin en el movimiento nacional depende, antetodo, del carcter de la represin. Si la represin afecta a los intereses de la tierra,como ocurra en Irlanda, las grandes masas campesinas se colocan inmediatamente bajola bandera del movimiento nacional.Por otra parte, si en Georgia, por ejemplo, no existe un nacionalismo anti-ruso ms omenos serio, es, sobre todo, porque all no hay terratenientes rusos ni una granburguesa rusa que pudieran dar pbulo a este nacionalismo en las masas. En Georgiahay un nacionalismo anti-armenio, pero es porque all existe adems una gran burguesaarmenia que, al batir a la pequea burguesa georgiana, aun dbil, empuja a sta alnacionalismo anti-armenio.Con sujecin a estos factores, el movimiento nacional o asume un carcter de masas,creciendo ms y ms (Irlanda Galitzia), o se convierte en una serie de pequeascolisiones que degeneran en escndalos y en una lucha por cuestiones de rtulos(como en algunos pueblos de Bohemia).El contenido del movimiento nacional no puede, naturalmente, ser el mismo en todaspartes: est determinado ntegramente por las distintas reivindicaciones que presenta elmovimiento. En Irlanda, este movimiento tiene un carcter agrario; en Bohemia, gira entorno al idioma; en unos sitios, reclama igualdad de derechos civiles y libertad decultos; en otros, sus propios funcionarios o su propia Dieta. En las diversasreivindicaciones se traslucen, frecuentemente, los diversos rasgos que caracterizan a unanacin en general (el idioma, el territorio, etc.). Merece notarse que no se encuentra enparte alguna la reivindicacin de ese carcter nacional de Bauer, que lo abarca todo.Y es lgico: por s solo, el carcter nacional es inaprensible, y, como observaacertadamente J. Strasser, con l no hay nada que hacer en la poltica.(23)Tales son, a grandes rasgos, las formas y el carcter del movimiento nacional.Por lo expuesto se ve claramente que, bajo el capitalismo ascensional, la lucha nacionales una lucha entre las clases burguesas. A veces, la burguesa consigue arrastrar alproletariado al movimiento nacional, y entonces exteriormente parece que en la luchanacional participa todo el pueblo, pero eso slo exteriormente. En su esencia, estalucha sigue siendo siempre una lucha burguesa, conveniente y grata principalmente parala burguesa.Pero de aqu no se desprende, ni mucho menos, que el proletariado no deba lucharcontra la poltica de opresin de las nacionalidades.La restriccin de la libertad de movimiento, la privacin de derechos electorales, lastrabas al idioma, la reduccin de las escuelas y otras medidas represivas afectan a los

13obreros en grado no menor, si no es mayor, que a la burguesa. Esta situacin no puedepor menos de frenar el libre desarrollo de las fuerzas espirituales del proletariado de lasnaciones sometidas. No se puede hablar seriamente del pleno desarrollo de lasfacultades espirituales del obrero trtaro o judo, cuando no se le permite servirse de sulengua materna en las asambleas o en las conferencias y cuando se le cierran lasescuelas.La poltica de represin nacionalista es tambin peligrosa en otro aspecto para la causadel proletariado. Esta poltica desva la atencin de extensas capas del mismo de lascuestiones sociales, de las cuestiones de la lucha de clases hacia las cuestionesnacionales, hacia las cuestiones comunes al proletariado y a la burguesa. Y esto creaun terreno favorable para las prdicas mentirosas sobre la armona de intereses, paravelar los intereses de clase del proletariado, para esclavizar moralmente a los obreros.De este modo, se levanta una seria barrera ante la unificacin de los obreros de todas lasnacionalidades. Si hasta hoy una parte considerable de los obreros polacos permanecebajo la esclavitud moral de los nacionalistas burgueses, si hasta hoy se mantiene almargen del movimiento obrero internacional, es, principalmente, porque la secularpoltica anti-polaca de los investidos de Poder crea un terreno favorable para estaesclavitud y entorpece la liberacin de los obreros de la misma.Pero la poltica de represin no se detiene aqu. Del sistema de opresin pasa nopocas veces al sistema de azuzamiento de unas naciones contra otras, al sistema dematanzas y pogromos. Naturalmente, este ltimo sistema no es posible siempre ni entodas partes, pero all donde es posible --cuando no se cuenta con las libertadeselementales-- toma no pocas veces proporciones terribles, amenazando con ahogar ensangre y en lgrimas la unin de los obreros. El Cucaso y el Sur de Rusia nos dan nopocos ejemplos de esto. Divide e impera: he ah el objetivo de la poltica deazuzamiento. Y en cuanto esta poltica tiene xito, representa un mal tremendo para elproletariado, un obstculo formidable que se levanta ante la unin de los obreros detodas las nacionalidades que integran el Estado.Pero los obreros estn interesados en la fusin completa de todos sus camaradas en unejrcito internacional nico, en su rpida y definitiva liberacin de la esclavitud moral aque la burguesa los somete, en el pleno y libre desarrollo de las fuerzas espirituales desus hermanos, cualquiera que sea la nacin a que pertenezcan.Por eso, los obreros luchan y lucharn contra todas las formas de la poltica de opresinde las naciones, desde las ms sutiles hasta las ms burdas, al igual que contra todas lasformas de la poltica de azuzamiento de unas naciones contra otras.Por eso, la socialdemocracia de todos los pases proclama el derecho de las naciones a laautodeterminacin.El derecho de autodeterminacin significa que slo la propia nacin tiene derecho adeterminar sus destinos, que nadie tiene derecho a inmiscuirse por la fuerza en la vidade una nacin, a destruir sus escuelas y dems instituciones, a atentar contra sus hbitosy costumbres, a poner trabas a su idioma, a restringir sus derechos.Esto no quiere decir, naturalmente, que la socialdemocracia vaya a apoyar todas y cadauna de las costumbres e instituciones de una nacin. Luchando contra la violencia

14ejercida sobre las naciones, slo defender el derecho de la nacin a determinar por smisma sus destinos, emprendiendo al mismo tiempo campaas de agitacin contra lascostumbres y las instituciones nocivas de esta nacin, para dar a las capas trabajadorasde dicha nacin la posibilidad de liberarse de ellas.El derecho de autodeterminacin significa que la nacin puede organizarse conforme asus deseos. Tiene derecho a organizar su vida segn los principios de la autonoma.Tiene derecho a entrar en relaciones federativas con otras naciones. Tiene derecho asepararse por completo. La nacin es soberana, y todas las naciones son iguales enderechos.Eso, naturalmente, no quiere decir que la socialdemocracia vaya a defender todas lasreivindicaciones de una nacin, sean cuales fueren. La nacin tiene derecho incluso avolver al viejo orden de cosas, pero esto no significa que la socialdemocracia haya desuscribir este acuerdo de tal o cual institucin de una nacin dada. El deber de lasocialdemocracia, que defiende los intereses del proletariado, y los derechos de lanacin, integrada por diversas clases, son dos cosas distintas.Luchando por el derecho de autodeterminacin de las naciones, la socialdemocracia sepropone como objetivo poner fin a la poltica de opresin de las naciones, hacerimposible esta poltica y, con ello, minar las bases de la lucha entre las naciones,atenuarla, reducirla al mnimo.En esto se distingue esencialmente la poltica del proletariado consciente de la polticade la burguesa, que se esfuerza por ahondar y fomentar la lucha nacional, por prolongary agudizar el movimiento nacional.Por eso, precisamente, el proletariado consciente no puede colocarse bajo la banderanacional de la burguesa.Por eso, precisamente, la poltica llamada evolutivo-nacional, propuesta por Bauer,no puede ser la poltica del proletariado. El intento de Bauer de identificar su polticaevolutivo-nacional con la poltica de la clase obrera moderna(24)es un intento deadaptar la lucha de clase de los obreros a la lucha de las naciones.Los destinos del movimiento nacional, que es en sustancia un movimiento burgus,estn naturalmente vinculados a los destinos de la burguesa. La cada definitiva delmovimiento nacional slo es posible con la cada de la burguesa. Slo cuando reine elsocialismo se podr instaurar la paz completa. Lo que s se puede, incluso dentro delmarco del capitalismo, es reducir al mnimo la lucha nacional, minarla en su raz,hacerla lo ms inofensiva posible para el proletariado. As lo atestiguan aunque slosean los ejemplos de Suiza y Norteamrica. Para ello es necesario democratizar el pas ydar a las naciones la posibilidad de desarrollarse libremente.

154. PLANTEAMIENTO DE LA CUESTIONLa nacin tiene derecho a determinar libremente sus destinos. Tiene derecho aorganizarse como le plazca, naturalmente, siempre y cuando no menoscabe los derechosde otras naciones. Esto es indiscutible.Pero cmo, concretamente, debe organizarse, qu formas debe revestir su futuraconstitucin, si se toman en cuenta los intereses de la mayora de la nacin y, ante todo,los del proletariado?La nacin tiene derecho a organizarse sobre la base de la autonoma. Tiene derechoincluso a separarse. Pero eso no significa que deba hacerlo bajo cualesquieracondiciones, que la autonoma o la separacin sean siempre y en todas partes ventajosaspara la nacin, es decir, para la mayora de ella, es decir, para las capas trabajadoras.Los trtaros de la Transcaucasia, como nacin, pueden reunirse, supongamos, en suDieta, y, sometindose a la influencia de sus beys y mulhas, restaurar en su pas el viejoorden de cosas, decidirsu separacin del Estado.Conformeal punto delaautodeterminacin, tienen perfecto derecho a hacerlo. Pero ira esto en inters de lascapas trabajadoras de la nacin trtara? Podran los socialdemcratas contemplarindiferentes cmo los beys y los mulhas arrastraban consigo a las masas en la solucinde la cuestin nacional? No debera la socialdemocracia inmiscuirse en el asunto einfluir sobre la voluntad de la nacin en un determinado sentido? No debera presentarun plan concreto para resolver la cuestin, el plan ms ventajoso para las masastrtaras?Pero qu solucin sera la ms compatible con los intereses de las masas trabajadoras?La autonoma, la federacin o la separacin?Todos estos son problemas cuya solucin depende de las condiciones histricasconcretas que rodean a la nacin de que se trate.Ms an; las condiciones, como todo, cambian, y una solucin acertada para unmomento dado puede resultar completamente inaceptable para otro momento.A mediados del siglo XIX, Marx era partidario de la separacin de la Polonia rusa, ycon razn, pues entonces se planteaba el problema de liberar una cultura superior deotra cultura inferior que la destrua. Y entonces el problema no se planteaba solamenteen teora, de un modo acadmico, sino en la prctica, en la realidad mismaA fines del siglo XIX, los marxistas polacos se manifiestan ya en contra de laseparacin de Polonia, y tambin ellos tienen razn, puesto que en los ltimos cincuentaaos se han producido cambios profundos en el sentido de un acercamiento econmicoy cultural entre Rusia y Polonia. Adems, durante este tiempo, el problema de laseparacin ha dejado de ser un problema prctico para convertirse en un tema dediscusiones acadmicas, que tal vez apasiona slo a los intelectuales residentes en elextranjero.Esto no excluye, naturalmente, la posibilidad de ciertas coyunturas interiores yexteriores en las cuales el problema de la separacin de Polonia puede estar de nuevo ala orden del da.

16De ello se desprende que la solucin de la cuestin nacional slo es posible en conexincon las condiciones histricas, tomadas en su desarrollo.Las condiciones econmicas, polticas y culturales que rodean a una nacin dadaconstituyen la nica clave para la solucin del problema de cmo debe organizarseconcretamente tal o cual nacin, de qu formas debe revestir su futura constitucin.Adems, puede ocurrir que cada nacin requiera su propia solucin del problema. Sihay algn terreno en que sea necesario plantear el problema de manera dialctica, esprecisamente aqu, en la cuestin nacional.En virtud de esto, debemos declararnos decididamente contra un mtodo muyextendido, pero tambin muy simplista, de resolver la cuestin nacional, que tiene susorgenes en el Bund. Nos referimos al fcil mtodo de remitirse a la socialdemocraciaaustriaca y a la sureslava,(25)que, segn se dice, han resuelto ya la cuestin nacional yde las que los socialdemcratas rusos deben simplemente tomar prestada su solucin. Separte del supuesto de que todo lo que es acertado para Austria, por ejemplo, lo estambin para Rusia. Se pierde de vista lo ms importante y decisivo del caso presente:las condiciones histricas concretas de Rusia, en general, y de la vida de cada nacindentro de las fronteras de Rusia, en particular.Escuchad, por ejemplo, al conocido bundista V. Kossovski:Cuando en el IV Congreso del Bund se debati la cuestin (se refiere a la cuestin nacional. J. St.) desdeel punto de vista de los principios, la solucin de la misma --propuesta por uno de los miembros delCongreso-- en el espritu de la resolucin del Partido Socialdemcrata Sureslavo, encontr la aprobacingeneral.(26)En consecuencia, el Congreso adopt por unanimidad la autonoma nacional.Y eso fue todo! Ni un anlisis de la realidad rusa, ni un examen de las condiciones devida de los judos en Rusia. Lo primero que se hizo fue tomar prestada la solucin delPartido Socialdemcrata Sureslavo, luego aprobarla y despus adoptarla porunanimidad! As plantean y resuelven los bundistas la cuestin nacional en RusiaSin embargo, Austria y Rusia presentan condiciones totalmente distintas. As se explicapor qu los socialdemcratas de Austria, al aprobar el programa nacional en Brnn(1899),(27)inspirndose en la resolucin del Partido Socialdemcrata Sureslavo (conalgunas enmiendas insignificantes, es cierto), abordaron el problema de una maneracompletamente no rusa, por decirlo as, y lo resolvieron, naturalmente, de una manerano rusa.Veamos, ante todo, el planteamiento de la cuestin. Cmo plantean la cuestinSpringer y Bauer, los tericos austriacos de la autonoma cultural-nacional, esosintrpretesdelprograma nacionalde Brnnyde la resolucindelPartidoSocialdemcrata Sureslavo?Dejamos sin respuesta aqu --dice Springer-- la cuestin de si es posible, en general, un Estadomultinacional y de si, en particular, las nacionalidades austriacas estn obligadas a formar un todopoltico; estas cuestiones vamos a darlas por resueltas. Para quien no est conforme con esta posibilidad ynecesidad, nuestra investigacin carecer, ciertamente, de fundamento. Nuestro tema es el siguiente:

17puesto que dichas naciones estn obligadas a llevar una existencia conjunta, qu formas jurdicas lespermitirn convivir mejor?.(28)Tenemos, pues, la integridad estatal de Austria como punto de partida.Y lo mismo dice Bauer:Partimos del supuesto de que las naciones austriacas permanezcan dentro de la mismaunin estatal en que ahora conviven, y preguntamos cules sern, dentro de esta unin,las relaciones de las naciones entre s y de todas ellas con el Estado.(29)Nuevamente la integridad de Austria en primer trmino.Puede la socialdemocracia de Rusia plantear as la cuestin? No, no puede. Y no puedeporque se atiene desde el primer momento al punto de vista de la autodeterminacin delas naciones, en virtud de la cual la nacin tiene derecho a separarse.Hasta el bundista Goldblat reconoci en el II Congreso de la socialdemocracia de Rusiaque sta no puede renunciar al punto de vista de la autodeterminacin. He aqu lo quedijo entonces Goldblat:Contra el derecho de autodeterminacin no puede objetarse nada. Si una nacin lucha por suindependencia, nadie debe oponerse a ello. Si Polonia no quiere contraer un matrimonio legal conRusia, no somos nosotros quienes hemos de ponerle obstculos.Todo esto es as. Pero de aqu se deduce que los puntos de partida de lossocialdemcratas austriacos y rusos, lejos de ser iguales, son, por el contrario,diametralmente opuestos. Puede, despus de esto, hablarse de la posibilidad de tomarprestado de los austriacos el programa nacional?Prosigamos. Los austriacos piensan realizar la libertad de las nacionalidades mediantepequeas reformas a paso lento. Proponiendo la autonoma cultural-nacional comomedida prctica, no cuentan para nada con cambios radicales, con un movimientodemocrtico de liberacin, que ellos no tienen en perspectiva. En cambio, los marxistasrusos vinculan el problema de la libertad de las nacionalidades con probables cambiosradicales, con un movimiento democrtico de liberacin, no teniendo razones paracontar con reformas. Y eso hace cambiar esencialmente la cuestin, en lo que se refierea los probables destinos de las naciones en Rusia.Naturalmente --dice Bauer--, es difcil creer que la autonoma nacional haya de obtenerse como fruto deuna gran decisin, de una accin enrgica y audaz. Austria marchar hacia la autonoma nacional paso apaso, por un proceso lento y doloroso, a travs de una dura lucha, como resultado de la cual la legislaciny la administracin se encontrarn en un estado de parlisis crnica. S, el nuevo rgimen jurdico delEstado no se crear por medio de un gran acto legislativo, sino de una multitud de leyes aisladas,promulgadas para determinados territorios y para comunidades determinadas.(30)Y lo mismo dice Springer:S muy bien --escribe Springer-- que las instituciones de este gnero (los organismos de la autonomanacional. J. St.) no se crean en un ao ni en diez. La sola reorganizacin de la administracin prusiana

18exigi largo tiempo Prusia necesit dos decenios para establecer definitivamente sus principalesinstituciones administrativas. Por eso, nadie debe pensar que yo ignoro cunto tiempo y cuntasdificultades le costar a Austria.(31)Todo eso es muy preciso, pero pueden acaso los marxistas rusos no vincular lacuestin nacional a acciones enrgicas y audaces? Pueden ellos contar con reformasparciales, con una multitud de leyes aisladas, como medio para conquistar la libertadde las nacionalidades? Y si no pueden ni deben hacer esto, no se deduce claramentede aqu que los mtodos de lucha y las perspectivas de los austriacos y de los rusos soncompletamente distintos? Cmo, en esta situacin, es posible limitarse a la autonomacultural-nacional, unilateral y a medias, de los austriacos? Una de dos: o los partidariosde la solucin prestada no cuentan con acciones enrgicas y audaces en Rusia, ocuentan con ellas, pero no saben lo que hacen.Finalmente, Rusia y Austria se hallan ante tareas inmediatas completamente distintas,razn por la cual tambin es distinto el mtodo que se impone para la solucin de lacuestinnacional.Austria vive bajolascondicionesdel parlamentarismo, sinparlamento, no sera posible el desarrollo de aquel pas en las circunstancias actuales.Pero en Austria la vida parlamentaria y la legislacin se paralizan completamente, nopocas veces, a causa de graves choques entre los partidos nacionales. As se explica lacrisis poltica crnica que desde hace largo tiempo viene padeciendo Austria. Esto haceque la cuestin nacional sea all el eje de la vida poltica, un problema de vida o muerte.No es sorprendente, por tanto, que los polticos socialdemcratas austriacos se esfuercenen resolver, ante todo, de un modo o de otro, el problema de los choques nacionales; enresolverlo, claro est, sobre la base del parlamentarismo existente, por mtodosparlamentariosNo ocurre as en Rusia. En primer lugar, en Rusia no tenemos, gracias a Dios,parlamento.(32)En segundo lugar --y esto es lo fundamental--, el eje de la vida polticade Rusia no es la cuestin nacional, sino la agraria. Por eso, los destinos del problemaruso, y, por consiguiente, tambin los de la liberacin de las naciones, estnvinculados en Rusia a la solucin de la cuestin agraria, es decir, a la destruccin de losrestos feudales, es decir, a la democratizacin del pas. A ello se debe que en Rusia lacuestin nacional no se presente como una cuestin independiente y decisiva, sino comoparte del problema general y ms importante de liberar al pas de los restos feudales.La esterilidad del parlamento austriaco --escribe Springer-- se debe precisamente a que cada reformaengendra dentro de los partidos nacionales contradicciones que destruyen su cohesin; por eso los jefes delos partidos rehuyen cuidadosamente todo lo que huele a reforma. En Austria, el progreso slo esconcebible en el caso de que a las naciones se les concedan posiciones legales imprescriptibles que lesreleven de la necesidad de mantener en el parlamento destacamentos de lucha permanentes y les permitanentregarse a la solucin de los problemas econmicos y sociales.Y lo mismo dice Bauer:La paz nacional es necesaria ante todo para el Estado. El Estado no puede en modo alguno tolerar que lalegislacin se paralice por una estpida cuestin de idioma, por la ms leve querella entre las gentesexcitadas en cualquier zona plurilinge, por cada nueva escuela.(33)Todo esto es comprensible. Pero no menos comprensible es que en Rusia la cuestinnacional est situada en un plano completamente distinto. No es la cuestin nacional,

19sino la cuestin agraria la que decide el destino del progreso en Rusia; la cuestinnacional es una cuestin subordinada.Tenemos, pues, un planteamiento distinto de la cuestin, distintas perspectivas ydistintos mtodos de lucha, distintas tareas inmediatas. Acaso no es evidente que, enesta situacin, slo hombres aficionados al papeleo, que resuelven la cuestinnacional fuera del espacio y del tiempo, pueden seguir el ejemplo de Austria y tomarprestado su programa?Repito: condiciones histricas concretas como punto de partida y planteamientodialctico de la cuestin como el nico planteamiento acertado: sa es la clave para lasolucin del problema nacional.

205. LA AUTONOMIA CULTURAL-NACIONALMs arriba hemos hablado del aspecto formal del programa nacional austriaco, de losfundamentos metodolgicos en virtud de los cuales los marxistas rusos no puedensimplemente tomar ejemplo de la socialdemocracia austriaca y hacer suyo el programade sta.Hablemos ahora del programa mismo en su aspecto sustancial.As, pues, cul es el programa nacional de los socialdemcratas austriacos?Este programa se expresa en dos palabras: autonoma cultural-nacional.Ello significa, en primer lugar, que la autonoma no se concede, supongamos, aBohemia o a Polonia, habitadas principalmente por checos y polacos, sino a los checosy polacos en general, independientemente del territorio y sea cual fuere la regin deAustria en que habiten.Es sta la razn de que tal autonoma se denomine nacional y no territorial.Ello significa, en segundo lugar, que los checos, los polacos, los alemanes, etc.,diseminados por los distintos confines de Austria, considerados individualmente, comopersonas distintas, se organizan en naciones ntegras y entran, como tales, a formar partedel Estado austriaco. Y as Austria no ser una unin de regiones autnomas, sino unaunin de nacionalidades autnomas, constituidas independientemente del territorio.Ello significa, en tercer lugar, que las instituciones nacionales de tipo general que hande ser creadas con estos fines para los polacos, los checos, etc. no entendern en losasuntos polticos, sino solamente en los culturales. Las cuestiones especficamentepolticas se concentrarn en el parlamento (Reichsrat) de toda Austria.Por eso, esta autonoma se denomina, adems, cultural, cultural-nacional.He aqu el texto del programa aprobado por la socialdemocracia austriaca en elCongreso de Brnn de 1899.(34)Despus de indicar que las disensiones nacionales en Austria impiden el progresopoltico, que la solucin definitiva de la cuestin nacional es, ante todo, unanecesidad cultural y que esta solucin slo es posible en una sociedad autnticamentedemocrtica, constituida sobre la base del sufragio universal, directo e igual, elprograma contina:La conservacin y el desarrollo de las particularidades nacionales(35)de todos los pueblos de Austria sloes posible sobre la base de la plena igualdad de derechos y de la ausencia de toda clase de opresin. Portanto, debe ser rechazado, en primer trmino, todo centralismo burocrtico del Estado, lo mismo que losprivilegios feudales de los territorios.En estas condiciones, y solamente en estas condiciones, se podr establecer en Austriael orden nacional en vez de las disensiones nacionales; precisamente sobre la base de lossiguientes principios:

211.Austria debe ser transformada en un Estado que represente una unin democrtica denacionalidades.2.En lugar de los territorios histricos de la Corona deben formarse corporacionesautnomas nacionalmente delimitadas, en cada una de las cuales la legislacin y laadministracin se confen a cmaras nacionales elegidas sobre la base del sufragiouniversal, directo e igual.3.Todas las regiones autnomas de una y la misma nacin forman en conjunto unaunin nacional nica, que resuelve sus asuntos nacionales de una manera absolutamenteautnoma.4.Los derechos de las minoras nacionales son garantizados por una ley especialpromulgada por el Parlamento imperial.El programa termina con un llamamiento a la solidaridad de todas las naciones deAustria.(36)No es difcil advertir que en este programa han quedado algunas huellas deterritorialismo, pero en trminos generales es la formulacin de la autonomanacional. No en vano Springer, el primer agitador en pro de la autonoma cultural-nacional, lo acoge con entusiasmo.(37)Bauer lo aprueba tambin, calificndolo devictoria terica(38)de la autonoma nacional; nicamente, en inters de una mayorclaridad, propone sustituir el punto 4 por una formulacin ms precisa, que hable de lanecesidad de constituir la minora nacional dentro de cada regin autnoma como unacorporacin de derecho pblico, para regentar los asuntos de las escuelas y otrosasuntos culturales.(39)Tal es el programa nacional de la socialdemocracia austriaca. Examinemos susfundamentos cientficos.Veamos cmo fundamenta la socialdemocracia austriaca la autonoma cultural-nacional,por la que aboga. Dirijmonos a los tericos de esta ltima, a Springer y Bauer. El puntode partida de la autonoma nacional es el concepto de la nacin como una unin depersonas, independientemente de todo territorio determinado.La nacionalidad --segn Springer-- no guarda la menor relacin sustancial con el territorio; la nacin esuna unin autnoma de personas.(40)Bauer habla tambin de la nacin como de una comunidad de personas, a la que nose otorga una dominacin exclusiva en ninguna regin determinada.(41)Pero las personas que componen una nacin no siempre viven agrupadas en una masacompacta; frecuentemente se dividen en grupos, y en esta forma se incrustan enorganismos nacionales ajenos. Es el capitalismo el que las acucia a ir a diversasregiones y ciudades a ganar su pan. Pero al entrar en territorios nacionales ajenos,formando en ellos minoras, estos grupos sufren a consecuencia de las trabas que lasmayoras nacionales del sitio en que residen ponen a su idioma, a sus escuelas, etc. Deaqu los conflictos nacionales. De aqu la inutilidad de la autonoma territorial. Lanica salida de esta situacin, a juicio de Springer y de Bauer, es organizar las minoras

22de una nacionalidad dada, dispersas por las diversas regiones del Estado, en una solaunin nacional general, comn a todas las clases. Slo semejante unin podra defender,a juicio de ellos, los intereses culturales de las minoras nacionales, slo ella sera capazde poner fin a las discordias nacionales.De esto se deduce --dice Springer-- la necesidad de constituir las nacionalidades, de dotarlas de derechosy deberes(42)Por cierto, una ley se promulga fcilmente, pero tendr la eficacia que de ella se espera?Si queris crear una ley para las naciones, lo primero que tenis que hacer es crear estas naciones(43)Sin constituir las nacionalidades, es imposible crear el derecho nacional y eliminar las disensionesnacionales.(44)Bauer se manifiesta en el mismo sentido cuando formula como una reivindicacin dela clase obrera la constitucin de las minoras en corporaciones de derecho pblico,basadas en el principio personal.(45)Pero cmo han de organizarse las naciones? Cmo ha de determinarse cundo unindividuo pertenece a sta o a la otra nacin?La nacionalidad --dice Springer-- se determina por medio de certificados nacionales; cada individuo queviva en una regin dada estar obligado a declarar a qu nacionalidad pertenece.(46)El principio personal --dice Bauer-- presupone que la poblacin se dividir por nacionalidades sobre labase de la libre declaracin de los ciudadanos adultos, para lo cual deben organizarse censosnacionales.(47)Y ms adelante:Todos los alemanes --dice Bauer-- domiciliados en regiones nacionalmente homogneas y todos losalemanes inscritos en los censos nacionales de las regiones mixtas, constituirn la nacin alemana yelegirn un consejo nacional.(48)Otro tanto hay que decir de los checos, los polacos, etc.El consejo nacional es --segn Springer-- el parlamento cultural-nacional, llamado a fijar los principios yaprobar los medios necesarios para velar por la enseanza nacional, la literatura nacional, el arte y laciencia, la organizacin de academias, museos, galeras, teatros, etc.(49)Tal es la organizacin de una nacin y su institucin central.Formando tales instituciones, comunes a todas las clases, el Partido SocialdemcrataAustriaco aspira, en opinin de Bauer, a convertir la cultura nacional en patrimonio detodo el pueblo, y de este modo --el nico posible-- unir a todos los miembros de lanacin en una comunidad nacional-cultural.(50)Podra pensarse que todo esto slo guarda relacin con Austria. Pero Bauer no estconforme con ello. Afirma resueltamente que la autonoma nacional es tambinobligatoriaparalosdemsEstadosconstituidos,como Austria,porvariasnacionalidades.A la poltica nacional de las clases poseedoras, a la poltica de la conquista del Poder en un Estadomultinacional, el proletariado de todas las naciones contrapone --segn Bauer-- su reivindicacin de laautonoma nacional.(51)

23Y luego, sustituyendo imperceptiblemente la autodeterminacin de las naciones por laautonoma nacional, prosigue:Y as, la autonoma nacional, la autodeterminacin de las naciones, se convierte inevitablemente en elprograma constitucional del proletariado de todas las naciones que viven dentro de un Estadomultinacional.(52)Pero Bauer va todava ms lejos. Est profundamente convencido de que las unionesnacionales comunes a todas las clases, constituidas por l y por Springer, habrn deservir de prototipo para la futura sociedad socialista. Pues sabe que el rgimen socialsocialista desmembrar a la humanidad en comunidades nacionalmente delimitadas,(53)que en el socialismo se realizar la agrupacin de la humanidad en comunidadesnacionales autnomas,(54)que, de este modo, la sociedad socialista presentar,indudablemente, un cuadro abigarrado de uniones nacionales de personas y decorporacionesterritoriales(55)y que,portanto,elprincipiosocialistadelanacionalidad es la sntesis suprema del principio nacional y de la autonomanacional.(56)Creemos que es suficienteTal es la fundamentacin de la autonoma cultural-nacional en las obras de Bauer ySpringer.Ante todo, salta a la vista la sustitucin absolutamente incomprensible y no justificada,en modo alguno, de la autodeterminacin de las naciones por la autonoma nacional.Una de dos: o Bauer no comprende lo que es autodeterminacin o lo comprende y, poruna u otra razn, restringe deliberadamente este concepto. Pues es indudable: a) que laautonoma cultural-nacional implica la integridad del Estado compuesto por variasnacionalidades, mientras que la autodeterminacin se sale del marco de esta integridad;b)que la autodeterminacin da a la nacin toda la plenitud de derechos, mientras que laautonoma nacional slo le da derechos culturales. Esto, en primer lugar.En segundo lugar, cabe perfectamente dentro de lo posible que en el futuro concurrantales circunstancias interiores y exteriores, que esta o la otra nacionalidad se decida asalirse del Estado multinacional de que forma parte, por ejemplo, de Austria (acaso enel Congreso de Brnn los socialdemcratas rutenos no se declararon dispuestos a uniren un todo las dos partes de su pueblo?).(57)Qu hacer, en tal caso, con la autonomanacional inevitable para el proletariado de todas las naciones? Qu solucin delproblema es sta, que encaja mecnicamente a las naciones en el lecho de Procusto de laintegridad de un Estado?Prosigamos. La autonoma nacional est en contradiccin con todo el curso deldesarrollo de las naciones. Da la consigna de organizar las naciones. Pero pueden lasnaciones soldarse artificialmente, si la vida, si el desarrollo econmico desgaja de ellasa grupos enteros y los dispersa por diversos territorios? No cabe duda de que en lasprimeras fases del capitalismo las naciones se cohesionan. Pero asimismo es indudableque en las fases superiores del capitalismo comienza un proceso de dispersin de lasnaciones, un proceso en el que se separa de las naciones toda una serie de grupos quesalen a ganarse el pan y que acaban asentndose definitivamente en otros territorios delEstado. De este modo, los grupos que cambian de residencia pierden los viejos vnculos

24y adquieren otros nuevos en los nuevos sitios, asimilan, de generacin en generacin,nuevos hbitos y nuevos gustos, y, tal vez, tambin un nuevo idioma. Y se pregunta: esposible fundir en una sola unin nacional a estos grupos, disociados unos de otros?Dnde estn los aros mgicos con los cuales pudiera unirse lo que no tienen uninposible? Sera concebible cohesionar en una nacin, por ejemplo, a los alemanes delBltico y a los alemanes de la Transcaucasia? Y si todo esto es inconcebible eimposible, en qu se distingue, en este caso, la autonoma nacional de la utopa de losviejos nacionalistas, que se esforzaban en volver atrs el carro de la historia?Pero la unidad de una nacin no se desmorona solamente por efecto de las migraciones.Se desmorona tambin por causas internas, por efecto de la agudizacin de la lucha declases. En las primeras fases del capitalismo an poda hablarse de la comunidadcultural del proletariado y la burguesa. Pero, con el desarrollo de la gran industria ycon la agudizacin de la lucha de clases, esta comunidad comienza a esfumarse. Noes posible hablar seriamente de comunidad cultural de una nacin, cuando lospatronos y los obreros de la misma nacin dejan de entenderse unos a otros. De qucomunidad de destinos puede hablarse cuando la burguesa est sedienta de guerra yel proletariado declara la guerra a la guerra? Se puede, con estos elementosantagnicos, organizar una unin nacional nica y comn a todas las clases? Esposible, despus de esto, hablar de la unin de todos los miembros de la nacin en unacomunidad nacional-cultural?(58)No se desprende claramente de aqu que laautonoma nacional se contradice con toda la marcha de la lucha de clases?Pero admitamos por un momento que la consigna de organizad la nacin! sea unaconsigna viable. Todava podra uno comprender a los parlamentarios nacionalistasburgueses, que se esfuerzan en organizar la nacin con objeto de obtener ms votos.Pero desde cundo los socialdemcratas se dedican a organizar naciones, aconstituir naciones, a crear naciones?Qu socialdemcratas son esos que, en una poca de la ms intensa agudizacin de lalucha de clases, se ponen a organizar uniones nacionales comunes a todas las clases?Hasta ahora, la socialdemocracia austriaca, como todas las dems, tena una solamisin: organizar al proletariado. Pero, por lo visto, esta misin est anticuada. AhoraSpringer y Bauer sealan una misin nueva, ms sugestiva: la de crear, la deorganizar la nacin.Por lo dems, la lgica obliga: quien acepta la autonoma nacional tiene que aceptartambin esta nueva misin; pero eso equivale a abandonar las posiciones de clase, apisar la senda del nacionalismo.La autonoma cultural-nacional de Springer y Bauer es una sutil variedad delnacionalismo.Y no es, ni mucho menos, fortuito que el programa nacional de los socialdemcratasaustriacos imponga la obligacin de velar por la conservacin y el desarrollo de lasparticularidades nacionales de los pueblos. Fijaos bien en lo que significaraconservar tales particularidades nacionales de los trtaros de la Transcaucasiacomo la autoflagelacin en la fiesta del Shajsei-Vajsei o desarrollar talespeculiaridades nacionales de los georgianos como el derecho de venganza!

25Este punto estara muy en su lugar en un programa rabiosamente burgus-nacionalista, ysi figura en el programa de los socialdemcratas austriacos es porque la autonomanacional tolera puntos semejantes y no est en contradiccin con ellos.Pero la autonoma nacional, inservible para la sociedad presente, lo es todava ms parala futura, para la sociedad socialista.La profeca de Bauer de la desmembracin de la humanidad en comunidadesnacionalmente delimitadas(59)queda refutada por toda la trayectoria del desarrollo de lahumanidad moderna. Las barreras nacionales, lejos de reforzarse, se desmoronan ycaen. Ya en la dcada del 40, Marx deca que el aislamiento nacional y losantagonismos entre los pueblos desaparecen de da en da y que el dominio delproletariado los har desaparecer ms de prisa todava.(60)El desarrollo ulterior de lahumanidad, con el crecimiento gigantesco de la produccin capitalista, con lamezcolanza de nacionalidades y la unificacin de los individuos en territorios cada vezms vastos, confirma rotundamente la idea de Marx.El deseo de Bauer de presentar la sociedad socialista bajo la forma de un cuadroabigarrado de uniones nacionales de personas y de corporaciones territoriales es untmido intento de suplantar la concepcin de Marx del socialismo por la concepcin,reformada, de Bakunin. La historia del socialismo revela que todos los intentos de estegnero llevan siempre en su seno los elementos de una bancarrota inevitable.Y no hablemos ya de ese principio socialista de la nacionalidad ensalzado por Bauery que es, a juicio nuestro, la sustitucin del principio socialista de la lucha de clases porun principio burgus, por el principio de la nacionalidad. Si la autonoma nacionalarranca de un principio tan dudoso, necesario es reconocer que slo puede inferir daoal movimiento obrero.Es cierto que este nacionalismo no se transparenta tanto, pues se enmascara hbilmentecon frases socialistas; por eso es tanto ms daoso para el proletariado. Al nacionalismofranco siempre se le puede batir: no es difcil discernirlo. Es mucho ms difcil lucharcontra un nacionalismo enmascarado y no identificable bajo su careta. Protegido con lacoraza del socialismo, es menos vulnerable y ms vivaz. Como vive entre los obreros,emponzoa la atmsfera, sembrando ideas dainas de desconfianza mutua y deaislamiento entre los obreros de distintas nacionalidades.Pero el dao que causa la autonoma nacional no se reduce a esto. No slo prepara elterreno al aislamiento de las naciones, sino tambin a la fragmentacin del movimientoobrero unido. La idea de la autonoma nacional sienta las premisas psicolgicas para ladivisin del partido obrero unido en diversos partidos organizados por nacionalidades.Tras los partidos se fraccionan los sindicatos, y el resultado es un completo aislamiento.Y as, un movimiento de clase unido se desparrama en distintos riachuelos nacionalesaislados.Austria, cuna de la autonoma nacional, nos proporciona los ms deplorablesejemplos de este fenmeno. El Partido Socialdemcrata Austriaco, en otro tiempounido, comenz ya en 1897 (en el Congreso de Wimberg)(61)a fraccionarse en distintospartidos separados. Despus del Congreso de Brnn (1899), en que se aprob laautonoma nacional, el fraccionamiento se acentu todava ms. Por ltimo, la cosa ha

26llegado hasta el punto de que, en vez de un partido internacional unido, hoy existen seispartidos nacionales, de los que uno, el Partido Socialdemcrata Checo, no quiereincluso tener la menor relacin con la socialdemocracia alemana.A los partidos estn vinculados los sindicatos. En Austria, lo mismo en unos que enotros, la labor principal pesa sobre los mismos obreros socialdemcratas. Haba, pues,razones para temer que el separatismo en el seno del partido llevase al separatismodentro de los sindicatos, que stos se fraccionasen tambin. Y as ha ocurrido, en efecto:los sindicatos se han dividido tambin por nacionalidades. Y ahora las cosas llegan nopocas veces al extremo de que los obreros checos rompan una huelga sostenida por losobreros alemanes o luchen en las elecciones municipales junto a la burguesa checacontra los obreros de nacionalidad alemana.De lo expuesto se desprende que la autonoma cultural-nacional no resuelve la cuestinnacional. Lejos de ello, la exacerba y la embrolla, abonando el terreno para escindir launidad del movimiento obrero, para aislar a los obreros por nacionalidades, paraacentuar las fricciones entre ellos.Tales son los frutos de la autonoma nacional.

276. EL BUND, SU NACIONALISMO Y SU SEPARATISMOHemos dicho ms arriba que Bauer, reconociendo que la autonoma nacional esnecesaria para los checos, los polacos, etc., se declara, no obstante, contrario a estaautonoma para los judos. A la pregunta de debe la clase obrera reivindicar laautonoma para el pueblo judo?, Bauer contesta que la autonoma nacional no puedeser una reivindicacin de los obreros judos.(62)La causa reside, a juicio de Bauer, enque la sociedad capitalista no les permite (a los judos. J. St.) subsistir comonacin.(63)Resumiendo: la nacin juda est dejando de existir; por tanto, no hay para quinreivindicar la autonoma nacional. Los judos van siendo asimilados.Esta opinin acerca de los destinos de los judos como nacin no es nueva. Marx laexpres ya en la dcada del 40(64) (65),refirindose, principalmente, a los judosalemanes. Kautsky(66)la repiti en 1903,(67)refirindose a los judos rusos. Ahora larepite Bauer con relacin a los judos austriacos. Con la diferencia, sin embargo, de quel no niega el presente, sino el futuro de la nacin juda.Bauer explica la imposibilidad de que los judos subsistan como nacin por el hecho deque los judos no poseen un territorio delimitado de colonizacin.(68)Esta explicacin,acertada en principio, no expresa, sin embargo, toda la verdad. La razn estriba, antetodo, en que los judos no tienen una capa de poblacin extensa y estable ligada a latierra y que cohesione de un modo natural a la nacin, no slo como su osamenta, sinotambin como mercado nacional. De los 5 6 millones de judos rusos, slo un 3 4% se halla vinculado de un modo o de otro a la agricultura. El 96% restante trabaja enel comercio, en la industria, en las instituciones urbanas, y, en general, habita en lasciudades y, adems, diseminado por toda Rusia, sin constituir la mayora ni en una solaprovincia.De este modo, incrustados como minoras nacionales en territorios de otra nacionalidad,los judos sirven principalmente a naciones ajenas como industriales y comerciantes ytambin ejerciendo profesiones liberales, adaptndose de un modo natural a lasnaciones ajenas en cuanto al idioma, etc. Todo esto, sumado a la crecientemezcolanza de las nacionalidades, peculiar de las formas desarrolladas del capitalismo,conduce a la asimilacin de los judos. La abolicin de las zonas de asentamiento nohar ms que acelerar esta asimilacin.Por esta razn, la cuestin de la autonoma nacional reviste, en lo que a los judos rusosse refiere, un carcter un tanto peregrino: se propone la autonoma para una nacincuyo futuro se niega y cuya existencia necesita todava ser demostrada!No obstante, el Bund se coloc en esta posicin peregrina y precaria, al adoptar en su VICongreso (1905) un programa nacional en el espritu de la autonoma nacional.Dos circunstancias indujeron al Bund a dar este paso. La primera circunstancia es laexistencia del Bund como organizacin de los obreros socialdemcratas judos ysolamente judos. Ya antes de 1897 los grupos socialdemcratas que trabajaban entrelos obreros judos se propusieron el objetivo de crear una organizacin obreraespecficamente juda.(69)En 1897 crearon esta organizacin unificndose en el Bund.

28Ocurri esto en la poca en que, de hecho, la socialdemocracia de Rusia no exista ancomountodo.Desde entonces,el Bundhaidocreciendoyextendindosecontinuamente, destacndose cada vez ms sobre el fondo de los das grises de lasocialdemocracia de Rusia. Pero he aqu que llegan los aos del novecientos. Comienzael movimiento obrero de masas. Crece la socialdemocracia polaca y arrastra a la luchade masas a los obreros judos. Crece la socialdemocracia de Rusia y se atrae a losobreros bundistas. El marco nacional del Bund, carente de una base territorial,comienza a hacerse estrecho. Ante el Bund se plantea el problema de disolverse en laola internacional general o defender su existencia independiente, como organizacinextraterritorial. Y el Bund opta por lo segundo.As se crea la teora del Bund, como nico representante del proletariado judo.Pero justificar esta extraa teora de una manera ms o menos sencilla resultabaimposible. Era necesario encontrar una base de principio, una justificacin deprincipio. La autonoma cultural-nacional result ser esta base. Y el Bund se aferr aella, tomndola prestada de la socialdemocracia austriaca. Si los austriacos no hubiesentenido semejante programa, el Bund lo habra inventado para justificar en el terreno delos principios su existencia independiente.De este modo, despus del tmido intento hecho en 1901 (IV Congreso), el Bund adoptadefinitivamente el programa nacional en 1905 (VI Congreso).La segunda circunstancia es la situacin especial de los judos como minorasnacionales en las regiones con mayoras compactas de otras nacionalidades. Ya hemosdicho que esta situacin mina la existencia de los judos como nacin, situndolos en elcamino de la asimilacin. Pero esto es un proceso objetivo. Subjetivamente, en lasmentes de los judos provoca una reaccin y plantea el problema de las garantas paralos derechos de la minora nacional, de las garantas contra la asimilacin. Predicando lavitalidad de la nacionalidad juda, el Bund no poda por menos de situarse en el puntode vista de las garantas. Y, una vez adoptada esta posicin, no poda por menos deaceptar la autonoma nacional, pues si el Bund haba de acogerse a una autonomacualquiera, sta no poda ser otra que la nacional, es decir, cultural-nacional: la carenciade un territorio definido e ntegro no permita ni hablar de una autonoma poltico-territorial para los judos.Es significativo que el Bund subrayase desde el primor momento el carcter de laautonoma nacional como garanta de los derechos de las minoras nacionales, comogaranta del libre desarrollo de las naciones. Y tampoco es casual que Goldblat, elrepresentante del Bund en el II Congreso de la socialdemocracia de Rusia, formulase laautonoma nacional como instituciones que les garanticen [a las naciones. J. St.] plenalibertad de desarrollo cultural.(70)La misma proposicin presentaron a la minorasocialdemcrata de la IV Duma los partidarios de las ideas del Bund.As fue como el Bund adopt la peregrina posicin de la autonoma nacional de losjudos.Ms arriba hemos analizado la autonoma nacionaL en lneas generales. Este anlisis hapuesto de manifiesto que la autonoma nacional conduce al nacionalismo. Ms adelanteveremos que el Bund ha llegado a ese mismo final. Pero el Bund enfoca, adems, la

29autonoma nacional en un aspecto especial, como garanta de los derechos de lasminoras nacionales. Examinemos tambin la cuestin en este aspecto especial. Ello estanto ms necesario por cuanto la cuestin de las minoras nacionales, y no slo de lasjudas, encierra para la socialdemocracia una gran importancia.Tenemos, pues, instituciones que garanticen a las naciones plena libertad dedesarrollo cultural.Pero qu instituciones son sas que garantizan, etc.?Ante todo, el consejo nacional de Springer-Bauer, algo por el estilo de una Dieta paraasuntos culturales.Pero acaso pueden estas instituciones garantizar la plena libertad de desarrollocultural de la nacin. Acaso puede una Dieta para asuntos culturales garantizar a lanacin contra las represiones nacionalistas?El Bund entiende que s.Pero la historia dice lo contrario.En la Polonia rusa existi en un tiempo una Dieta, una Dieta poltica, y sta,naturalmente, se esforzaba por garantizar la libertad de desarrollo cultural de lospolacos, pero no slo no lo consigui, sino que por el contrario ella misma sucumbi enlucha desigual contra las condiciones polticas generales imperantes en Rusia.En Finlandia existe desde hace largo tiempo una Dieta, que tambin se esfuerza pordefender a la nacionalidad finlandesa contra los atentados. Pero si puede hacer muchoen este sentido, es cosa que est a la vista de todo el mundo.Naturalmente que no todas las Dietas son iguales, y con la Dieta democrticamenteorganizada de Finlandia no es tan fcil arreglrselas como con la Dieta aristocrticapolaca. Pero lo decisivo no es, sin embargo, la Dieta misma, sino el orden general decosas reinante en Rusia. Si hoy existiese en Rusia un orden de cosas poltico-social tanbrutalmente asitico como en el pasado, en los aos en que fue abolida la Dieta polaca,a la Dieta finlandesa le ira mucho peor. Por otra parte, la poltica de atentados contraFinlandia se acenta, y no se puede decir que esta poltica sufra derrotasY si as se presentan las cosas tratndose de instituciones antiguas, formadas en eltranscurso de la historia, de Dietas polticas, menos han de poder garantizar el libredesarrollo de las naciones Dietas jvenes, instituciones jvenes y, adems, tan dbilescomo las Dietas culturales.La cuestin no estriba, evidentemente, en las instituciones, sino en el orden generalimperante en el pas. Si en el pas no hay democratizacin, no hay tampoco garantaspara la plena libertad de desarrollo cultural de las nacionalidades. Con seguridadpuede decirse que cuanto ms democrtico sea el pas, menos atentados habr a lalibertad de las nacionalidades y mayores sern las garantas contra esos atentados.

30Rusia es un pas semiasitico, y por eso la poltica de atentados reviste all, no pocasveces, las formas ms brutales, formas de pogromo. Huelga decir que en Rusia lasgarantas han sido reducidas al mnimo.Alemania es ya Europa, con mayor o menor libertad poltica. No es de extraar que allla poltica de atentados no revista nunca formas de pogromo.En Francia, naturalmente, hay todava mayores garantas, pues Francia es un pas msdemocrtico que Alemania.Y no hablemos ya de Suiza, donde gracias a su elevada democracia, aunque burguesa,las nacionalidades viven libremente, lo mismo si son minora que mayora.El Bund sigue, pues, un camino falso, al afirmar que las instituciones pueden por ssolas garantizar el pleno desarrollo cultural de las nacionalidades.Podr objetarse que el mismo Bund considera la democratizacin de Rusia comocondicin previa para la creacin de estas instituciones y para las garantas de lalibertad. Pero eso es falso. Por el Informe de la VIII Conferencia del Bund(71)se veque ste piensa conseguir esas instituciones sobre la base del actual orden de cosasvigente en Rusia, por medio de una reforma de la comunidad juda.La comunidad --dijo en esta Conferencia uno de los lderes del Bund puede convertirse en el ncleo de lafutura autonoma cultural-nacional. La autonoma cultural-nacional es la forma en que las naciones sesirven a s mismas, la forma de satisfacer las necesidades nacionales. Bajo la forma de la comunidad sealberga el mismo contenido. Son eslabones de la misma cadena, etapas de la misma evolucin.(72)Partiendo de esto, la Conferencia acord que era necesario luchar por la reforma de lacomunidad juda y por transformarla legislativamente en una institucin laica,democrticamente organizada.(73)Est claro que el Bund no considera como condicin y garanta la democratizacin deRusia, sino la futura institucin laica de los judos, que ha de obtenerse mediante lareforma de la comunidad juda, por va legislativa, digmoslo as, a travs de laDuma.Pero ya hemos visto que, por s solas, sin un orden de cosas democrtico vigente entodo el Estado, las instituciones no pueden servir de garantas.Ahora bien, qu ocurrir bajo un futuro rgimen democrtico? No sern tambinnecesarias, bajo la democracia, instituciones especiales, instituciones culturales quegaranticen, etc.? Cmo se presentan las cosas, a este respecto, en la democrticaSuiza, por ejemplo? Existen all instituciones culturales especiales por el estilo delconsejo nacional de Springer? No, no existen. Pero no sufren por ello los interesesculturales de los italianos, por ejemplo, que constituyen all una minora?Al parecer, no. Y la cosa es lgica: la democracia en Suiza hace superfluas todas esasinstituciones culturales especiales, que, segn se pretende, garantizan, etc.Por tanto, impotentes en cuanto al hoy y superfluas en cuanto al maana, as son lasinstituciones de la autonoma cultural-nacional, as es la autonoma nacional.

31Pero esta autonoma resulta an ms perjudicial cuando se le impone a una nacincuya existencia y cuyo porvenir estn en tela de juicio. En tales casos, los partidarios dela autonoma nacional estn obligados a proteger y conservar todas las particularidadesde la nacin, no slo las tiles, sino tambin --las perniciosas, con tal de salvar a lanacin de ser asimilada, con tal de preservarla.El Bund tena que emprender indefectiblemente este peligroso camino. Y lo emprendien efecto. Nos referimos a los conocidos acuerdos de las ltimas Conferencias del Bundsobre el sbado, sobre el yidish, etc.La socialdemocracia postula el derecho de emplear la lengua materna para todas lasnaciones; pero el Bund no se da por satisfecho con esto y exige que se defiendan conespecial insistencia los derechos de la lengua juda.(74)Y el mismo Bund, en laselecciones a la IV Duma, da preferencia a los (compromisarios) que se obliguen adefender los derechos de la lengua juda.(75)No es el derecho general a emplear la lengua materna, sino el derecho particular aemplear la lengua juda, el yidish! Que los obreros de cada nacionalidad luchen antetodo por su propia lengua: los judos por el judo, los georgianos por el georgiano, etc.La lucha por los derechos generales de todas las naciones es una cosa secundaria.Podis incluso no reconocer el derecho a emplear la lengua materna para todas lasnacionalidades oprimidas pero, si reconocis el derecho a emplear el yidish, ya sabisque el Bund votar por vosotros, que el Bund os dar preferencia.En qu se distingue, entonces, el Bund de los nacionalistas burgueses?La socialdemocracia postula el establecimiento de un da obligatorio de descanso a lasemana, pero el Bund no se da por satisfecho con esto y exige que se asegure alproletariado judo, legislativamente, el derecho a celebrar el sbado, relevndole de laobligacin de celebrar tambin otro da.(76)Es de esperar que el Bund dar un paso adelante y exigir el derecho a celebrar todaslas viejas fiestas judas. Y si, para desgracia del Bund, los obreros judos se han curadode prejuicios y no desean celebrar esas fiestas, el Bund, con su campaa (de agitacinpor el derecho del sbado, les recordar el sbado, cultivar en ellos, por decirlo as,el espritu del sbadoPor eso se comprenden perfectamente los fogosos discursos pronunciados en la VIIIConferencia del Bund pidiendo hospitales judos, reivindicacin sta que se razonabadiciendo que el enfermo se siente mejor entre los suyos, que el obrero judo sesentir mal entre obreros polacos y se sentir bien entre tenderos judos.(77)Conservar todo lo judo, preservar todas las peculiaridades nacionales de los judos,hasta las que se sabe de antemano que son perjudiciales para el proletariado, separar alos judos de todo lo que no sea judo, llegando hasta a construir hospitales especiales:fijaos cun bajo ha ido a parar el Bund!El camarada Plejnov(78)tena una y mil veces razn al decir que el Bund adapta elsocialismo al nacionalismo. Naturalmente, V. Kossovski y otros bundistas como lpueden motejar a Plejnov de demagogo(79), --el papel lo aguanta todo--, pero

32conociendo la actuacin del Bund, no es difcil comprender que estas bravas gentestemen sencillamente decir la verdad acerca de s mismas y se escudan en improperios apropsito de la demagogia.Pero, al mantener tal posicin en el problema nacional, el Bund, naturalmente, tena queemprender tambin en materia de organizacin la senda del aislamiento de los obrerosjudos, la senda de las curias nacionales dentro de la socialdemocracia. Tal es la lgicade la autonoma nacional!Y, en efecto, de la teora del nico representante el Bund pasa a la teora deldeslindamiento nacional de los obreros. El Bund exige de la socialdemocracia deRusia que introduzca en la estructura de su organizacin un deslindamiento pornacionalidades.(80)Y del deslindamiento da un paso adelante hacia la teora delaislamiento. No en vano en la VIII Conferencia del Bund resollaron discursossosteniendo que en el aislamiento es donde reside la existencia nacional.(81)El federalismo en la organizacin alberga en su seno elementos de descomposicin y deseparatismo. El Bund marcha hacia el separatismo.Y en realidad, no le queda otro camino. Ya su misma existencia como organizacinextraterritorial le empuja a la senda del separatismo. El Bund no posee un territoriontegro y definido; opera en territorios ajenos, mientras que la socialdemocraciapolaca, la letona y la rusa, entre las que se mueve, son colectividades territorialesinternacionales. Pero ello hace que cada ampliacin de estas colectividades representepara el Bund una prdida, una reduccin de su campo de accin. Una de dos: o todala socialdemocracia de Rusia debe reorganizarse sobre los principios del federalismonacional, en cuyo caso el Bund obtiene la posibilidad de asegurarse el proletariadojudo;osemantieneenvigorel principioterritorial internacionaldeestascolectividades, en cuyo caso el Bund tiene que reorganizarse sobre los principiosinternacionalistas, como ocurre con la socialdemocracia polaca y la letona.Esto explica por qu el Bund exige desde el primer momento la reconstruccin de lasocialdemocracia de Rusia sobre principios federativos.(82)En 1906, el Bund, cediendo a la ola de unificacin nacida en la base, eligi el caminointermedio, ingresando en la socialdemocracia de Rusia. Pero cmo ingres?. Mientrasque la socialdemocracia polaca y la letona ingresaron en ella para trabajar pacfica yconjuntamente, el Bund ingres con el fin de guerrear por la federacin. El lder de losbundistas, Medem, as lo dijo entonces:No vamos a un idilio, sino a la lucha. No hay idilio y slo los Manlov pueden esperar que lo haya en unporvenir prximo. El Bund debe entrar en el Partido armado de pies a cabeza.(83)Sera un error ver en esto mala voluntad por parte de Medem. No se trata de malavoluntad, sino de la posicin especial del Bund, en virtud de la cual ste no puede pormenos de luchar contra la socialdemocracia de Rusia, organizada sobre los principiosdel internacionalismo. Ahora bien, luchando contra ella, el Bund, naturalmente,infringa los intereses de la unidad. Por ltimo, la cosa lleg hasta la ruptura formal delBund con la socialdemocracia de Rusia: el Bund, violando los estatutos, se uni, en las

33elecciones a la IV Duma, con los nacionalistas de Polonia contra los socialdemcrataspolacos.El Bund encontr, por lo visto, que la ruptura era la mejor manera de asegurar suactuacin independiente.As fue como el principio del deslindamiento en el terreno de la organizacincondujo al separatismo, a la completa ruptura.Polemizando acerca del federalismo con la vieja Iskra,(84)el Bund escriba en ciertapoca:La Iskra quiere convencernos de que las relaciones federativas del Bund con la socialdemocracia deRusia deben debilitar los vnculos entre ellos. No podemos refutar esta opinin remitindonos a laexperiencia de Rusia, por la sencilla razn de que la socialdemocracia de Rusia no existe como una uninfederativa.Peropodemosreferirnosalaexperienciaextraordinariamenteinstructivadelasocialdemocracia de Austria, que asumi carcter federativo sobre la base del acuerdo del Congreso delPartido celebrado en 1897.(85)Esto fue escrito en 1902.Pero ahora estamos en 1913. Ahora tenemos tanto la experiencia de Rusia como laexperiencia de la socialdemocracia de Austria.Qu nos dicen estas experiencias?Comencemosporlaexperienciaextraordinariamenteinstructivadelasocialdemocracia deAustria. Hasta 1896,an exista enAustria un partidosocialdemcrata nico. En ese ao, los checos por primera vez reclaman y obtienen enel Congreso Internacional de Londres una representacin aparte. En 1897, en elCongreso del Partido celebrado en Viena (en Wimberg), se liquida formalmente elpartido nico y se constituye en su lugar una unin federativa de seis grupossocialdemcratas nacionales. Ms adelante, estos grupos se convierten en partidosindependientes. Poco a poco, los partidos van rompiendo los vnculos entre s. Tras lospartidos se escinde la minora parlamentaria y se forman clubs nacionales. Les siguenlos sindicatos, que se fraccionan tambin por nacionalidades. La cosa llega hasta lascooperativas, para cuyo fraccionamiento exhortan a los obreros los separatistaschecos.(86)Y no hablemos ya de cmo la agitacin separatista entibia en los obreros elsentimientodesolidaridadempujndolos nopocas veces alasendadelosrompehuelgas.Vemos,pues,quelaexperienciaextraordinariamenteinstructivadelasocialdemocracia de Austria habla en contra del Bund y a favor de la vieja Iskra. Enel partido austriaco, el federalismo condujo al separatismo ms vergonzoso y a ladestruccin de la unidad del movimiento obrero.Ya hemos visto ms arriba que la experiencia de Rusia nos dice lo mismo. Losseparatistas bundistas, al igual que los checos, rompieron con la socialdemocraciacomn, con la socialdemocracia de Rusia. En cuanto a los sindicatos, a los sindicatosbundistas, estuvieron organizados, desde el primer momento, sobre los principios de lanacionalidad, es decir, estaban desligados de los obreros de otras nacionalidades.

34Completo aislamiento, completa ruptura: he ah lo que pone de manifiesto laexperiencia rusa del federalismo.No es extrao que este estado de cosas repercuta entre los obreros, entibiando elsentimiento de solidaridad y provocando la desmoralizacin, la cual penetra tambin enel Bund. Nos referimos, al decir esto, a los conflictos cada vez ms frecuentes entre losobr