El Icono de La Transfiguración Del Señor

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El icono de la Transfiguración del Señor, explicación detallada ENTENDER EL MISTERIO DE LA TRANSFIGURACIÓN A LA LUZ DE LOS PADRES Y DE LA TRADICIÓN UNÁNIME DE LA IGLESIA “El instrumento que nos permitirá renacer, purificarnos, comulgar y ver en nosotros a Dios, el que nos permitirá tener el conocimiento de las leyes de Dios y participar de la Gracia, es la LUZ INCREADA. Esta Luz Increada nos permite percibir la Vida Divina en nosotros y adquirir el conocimiento de la voluntad Divina. El Bautismo nos crea de nuevo y nos injerta en el Cuerpo Viviente del Cristo, la comunión alimenta la semilla divina en nosotros. La Crismación nos trae de nuevo la Luz Increada, nos da la Gracia que nos permitirá conocer a Dios y ser reconocidos por Él. Esa Luz divina teje una nueva creatura, elabora una inteligencia y un corazón semejantes a los del Cristo, esclarece la habitación interior del hombre, abre el sentido espiritual a las Santas Escrituras, revela la finalidad de la creación divina y el lugar de cada persona en el Cuerpo del Cristo.” (Padre Pierre Deschamps. Presbítero ortodoxo francés e Ingeniero Nuclear) En la visión de la Transfiguración, la Resurrección y la Parusía del Señor, el tema de la Luz adquiere relieves sorprendentes, lo confirman una cantidad de escritos de los Padres. Según San Macario de Egipto (+362): “Es el fuego que descendió sobre los Apóstoles en Pentecostés, el mismo que le habló e iluminó el espíritu de Pablo, el que Moisés vio en la zarza ardiente, el fuego que llevo a Elías de la tierra, en forma de un carro de fuego. Los ángeles y los espíritus al servicio de Dios participan en la claridad o luz de este fuego. Es la fuerza de la Resurrección, la realidad de la Vida Eterna, la iluminación de las almas santas, la estabilidad de las potencias celestes.” La visión perfecta de la divinidad hecha perceptible en su Luz Increada es el “Misterio del octavo día”, misterio que pertenece al siglo venidero. Sin embargo, quienes son dignos de ella, consiguen ver “El Reino de Dios venido en Su fuerza”, desde esta vida, como lo vieron los tres apóstoles en el Monte Tabor. Esta Luz o iluminación puede definirse como el carácter visible de la divinidad, de las Energías o de la Gracia en la que Dios se da a conocer. No es de orden intelectual, tampoco es una realidad sensible, pero esta Luz colma al mismo tiempo la inteligencia y los sentidos, se revela al hombre entero y no sólo a una de sus facultades. La Luz Divina es un elemento de la experiencia mística, sobrepasa al mismo tiempo los sentidos y la inteligencia.

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El icono de la Transfiguracin del Seor, explicacin detalladaENTENDER EL MISTERIO DE LA TRANSFIGURACIN A LA LUZ DE LOS PADRES Y DE LA TRADICIN UNNIME DE LA IGLESIAEl instrumento que nos permitir renacer, purificarnos, comulgar y ver en nosotros a Dios, el que nos permitir tener el conocimiento de las leyes de Dios y participar de la Gracia, es laLUZ INCREADA.Esta Luz Increada nos permite percibir la Vida Divina en nosotros y adquirir el conocimiento de la voluntad Divina.El Bautismo nos crea de nuevo y nos injerta en elCuerpo Viviente del Cristo,la comunin alimenta la semilla divina en nosotros. La Crismacin nos trae de nuevo la Luz Increada, nos da la Gracia que nos permitir conocer a Dios y ser reconocidos por l. Esa Luz divina teje una nueva creatura, elabora una inteligencia y un corazn semejantes a los del Cristo, esclarece la habitacin interior del hombre, abre el sentido espiritual a las Santas Escrituras, revela la finalidad de la creacin divina y el lugar de cada persona en el Cuerpo del Cristo.(Padre Pierre Deschamps. Presbtero ortodoxo francs e Ingeniero Nuclear)En la visin de la Transfiguracin, la Resurreccin y la Parusa del Seor, el tema de la Luz adquiere relieves sorprendentes, lo confirman una cantidad de escritos de los Padres.Segn San Macario de Egipto (+362):Es el fuego que descendi sobre los Apstoles en Pentecosts, el mismo que le habl e ilumin el espritu de Pablo, el que Moiss vio en la zarza ardiente, el fuego que llevo a Elas de la tierra, en forma de un carro de fuego. Los ngeles y los espritus al servicio de Dios participan en la claridad o luz de este fuego. Es la fuerza de la Resurreccin, la realidad de la Vida Eterna, la iluminacin de las almas santas, la estabilidad de las potencias celestes.La visin perfecta de la divinidad hecha perceptible en suLuz Increadaes elMisterio del octavo da, misterio que pertenece al siglo venidero.Sin embargo, quienes son dignos de ella, consiguen verEl Reino de Dios venido en Su fuerza, desde esta vida, como lo vieron los tres apstoles en el Monte Tabor. Esta Luz o iluminacin puede definirse como el carcter visible de la divinidad, de las Energas o de la Gracia en la que Dios se da a conocer.No es de orden intelectual, tampoco es una realidad sensible, pero esta Luz colma al mismo tiempo la inteligencia y los sentidos, se revela al hombre entero y no slo a una de sus facultades.La Luz Divinaes un elemento de la experiencia mstica, sobrepasa al mismo tiempo los sentidos y la inteligencia.San Gregorio Palamas (+1359) dice:La luz que los apstoles vieron en el Monte Tabor es propia de Dios por naturaleza eterna, infinita, existente fuera del tiempo y del espacio. Apareca ya en las teofanas del Antiguo Testamento como la Gloria de Dios, era una aparicin aterradora e insoportable para las criaturas, porque es exterior, ajena a la naturaleza humana antes del Cristo.Por eso San Simen el Nuevo Telogo (+1022) dice que San Pablo, en el camino a Damasco, al no tener todava la fe en Cristo, fue cegado y derribado por la aparicin de laLuz Divina.En cambio Mara Magdalena pudo ver la Luz de la Resurreccin que llenaba el sepulcro, y esa Luz la hizo capaz de ver a los ngeles y conversar con ellos.La Transfiguracin no fue un fenmeno circunscripto en el tiempo y el espacio, ningn cambio sobrevino para el Cristo en ese momento, ni siquiera en su naturaleza humana, pero se produjo un cambio en la conciencia de los apstoles que recibieron por algn tiempo la facultad de ver al Maestro tal como era, resplandeciente de laLuz Eternade su divinidad.Para ver laLuz Divinacon los ojos corporales como lo vieron los discpulos en el Monte Tabor, hay que participar de dicha Luz, ser transformado por ella en mayor o en menor medida. La experiencia mstica supone un cambio de nuestra naturaleza, su transformacin por laGracia.San Gregorio Palamas lo dice explcitamente:Aquel que participa en la Energa Divina se convierte l mismo en Luz, en cierto modo, est unido a la Luz, y, con la Luz, ve en plena conciencia todo lo que permanece oculto a los que no tienen esa gracia, sobrepasa as no slo los sentidos corporales, sino tambin cuanto puede ser conocido (por la inteligencia) pues los puros de corazn ven a Diosque, siendo Luz, habita en ellos y se revela a los que lo aman, a sus bienamadosSan Serafn de Sarov comienza sus enseanzas espirituales diciendo:Dios es fuego que calienta y abraza los corazonesAl final de nuestra liturgia, en la Accin de Gracias, cantamos:Hemos visto la verdadera Luz, hemos recibido el Espritu Santo, hemos hallado la verdadera fe. Adoremos a la Trinidad indivisible pues Ella nos ha salvado.Es una afirmacin plena y fuerte de lo que vivimos autnticamente, hemos visto realmente la Luz porque recibimos alEspritu Santo.Vemos en los Evangelios cmo el Seor prepara a sus discpulos muy especialmente para esa visin inminente y lo hace en trminos bastante enigmticos y esto subraya la importancia definitiva del hecho.Amn os digo: algunos de los que estn aqu no gustarn la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios (Mc. 9, 11)O (Mt.16-20) que dice:no gustaran la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su ReinoLos apstolesPedro, Juan y Santiagoson los elegidos durante su vida, como testigos oculares de la Gloria del Seor, y Pedro da testimonio en su segunda epstola (1, 16)testigos oculares de su magnificenciay ms adelante dice: nosotros mismos escuchamos esta voz, venida del Cielo, estando con l en el Monte SantoY Mateo 17,1-8 sigue narrando: que fue transfigurado ante ellos, su rostro resplandeca como el sol y sus ropas se hicieron brillantes como la Luz. Moiss y Elas lo rodean, una Nube luminosa los toma bajo su sombra. Este es mi Hijo, mi amado, en l me regocijo, escuchadlo.San Gregorio Nacianceno (+390) y San Juan Damasceno (+749) en homilas sobre la Transfiguracin expresan la tradicin unnime:la Luz revelada a los apstoles era manifestacin del esplendor divino, Gloria intemporal e increada.El hombre entra en la comunin real con las energas divinas, y tal como en el Misterio Eucarstico, con una parcela recibe a Dios entero. La comunin no es ni substancial, ni hiposttica, sino energtica, y en sus energas Dios se hace totalmente presente.De hecho la Transfiguracin es la de los apstoles que durante un momento pasaron de la carne al espritu y recibieron laGraciade contemplar la Gloria del Seor escondida bajo su kenosis y develada bruscamente ante sus ojos desengaados y abiertos.Esta Luz es la energa en la que Dios se da por entero y su visin constituye el cara a cara, elMisterio del Octavo Day el estado deDeificacin.EXPLICACIN DEL ICONOEl icono nos hace ver al Cristo que se apareci a los apstoles en forma de Dios; como una de las Personas de la Trinidad y esta aparicin constituye unaTeofana Trinitaria, con la voz del Padre y el Espritu Santo en la nube luminosa.El Cristo habla con Moiss y Elasde su futura pasin, el Padre testifica la divina filiacin del Cristo para que los apstoles comprendan que la pasin era voluntaria y que se den cuenta de que el Seor es en Verdad el esplendor del Padre.El icono nos muestra a los discpulos que caen desde la cima escarpada, alterados, espantados por la visin fulgurante.Pedrode rodillas y levantando la mano para protegerse de la Luz,Juanque cae dando la espalda a la Luz ySantiagoque cae hacia atrsEl contraste buscado es asombroso,opone al Cristo inmovilizado en lapaz trascendenteque emana de l, baa las figuras inclinadas de Moiss y Elas en la forma de un crculo perfecto, smbolo de laEternidad.Y abajo el dinamismo de los apstoles, que se mueven,totalmente humanos todava ante la revelacin que los sobrecoge y los transforma.Esta oposicin subraya, admirablemente el carcter increado de la Luz de la Transfiguracin.Maravillado por la visin, Pedro quera plantar tres tiendas, instalarse en el Reino, antes del fin de la historia. Gregorio Palamas (+1359) dice: que es una tentacin evidente y agrega que el mundo entero est destinado al Reino, pero debe transfigurarse, convirtindose enTierra Nueva. El hombre en cierto sentido es superior al ngel porque es espritu encarnadoporque vive en continuidad estrecha con elCosmos, contiene toda la Creacin y condiciona su estado.Y San Pablo dice: La creacin entera gime y espera ser liberada, salvada en el hombre cristificado, dueo y seor del universo(Rm 8,22).Pedrocomo no entiende, quiere confusamente retener el instante glorioso y conservar su aspecto excepcional. Entonces habla delevantar tiendas: para encerrar y guardar y esto puede engendrar la muerte,el Cristo no le replic nada, la respuesta viene de laNube, entonces Pedro se sorprende, est sobrecogido en su gesto apurado e irrisorio.En cambioSantiagotrata de comprender lo que ve y oye, acoge el suceso, est disponible.SanJuanes el que parece manifestar la mayor comprensin delMisterio.Generalmente est prosternado, la cara contra el suelo, sumergido en una visin interior. Juan sabe que la Luz es esencial para la visin de un paisaje. En su Evangelio repite es La Verdadera Luzque viene a hacerse ver en nuestro mundo de tinieblas, tenebroso a causa de la muerte y que nos hace ver los paisajes del mundo nuevo que est naciendo.La Luz del Verboda significacin y color a todas las cosas.Podemos observar tres tradas:1)Moiss,Elas y Jess con su cuerpo humano.2) Jess el Hijo amado, el Padre Eterno y la nube luminosa (Espritu Santo).- La Santa Trinidad.3)Pedro, Juan y Santiago.Jess est presente:a los discpulos por su cuerpo, a los profetas por su espritu, y a Dios por su Ser, y aparece como el eje y el centro de los tres planos e inicia una circulacin entre las tres tradas.El Cristo est en el centro de un diagrama llamado Mandorlaformada porcrculos concntricos, que significan la totalidad de las esferas del universo creado. Segn la tradicin, las tres esferas contienen todos los misterios de la creacin divina.Un pentgono inscrito a menudo en el crculo de la mandorla, representa laNube Luminosasigno del Espritu Santo y Fuente trascendente de las Energas Divinas.Moiss,quien durante 40 das y 40 noches permaneci en el Monte llevado por la nube (Ex 24,18) y tuvo la visin de la zarza ardiente y la revelacin del Nombre Divino, est de pie llevando lasTablas de la Leyescritas por el dedo de Dios (Ex 31,18). En el icono aparece generalmente imberbe, vestido conun manto azul-violeta, recuerdo del vestido sacerdotal que le fue revelado.(Ex 28,31)Esta tnica teida depurpura-azul, representa la vida celestial, el desapego de las cosas de la tierra.Es una tnica area, se extiende desde la cabeza a los pies, es decir que la Ley no quiere una virtud truncada, es el vestido de la transformacin espiritual que lleva aqul a quien Dios nombreSu Amigo. Lacimaen la que Moiss est parado es un recuerdo de su elevacin sobre elMonte Sina.Elasllego al mismo Monte, despus de una marcha y un ayuno de 40 das y 40 noches. All encontr a Dios en la voz de un silencio tenue (1Reyes 19,8-18). El hombre colrico, el hombre resuelto a quien Dios dobleg y a quien infundi el don de la misericordia, el poder sobre los elementos, el poder de resucitar al hijo de la viuda; es con Moiss y Juan Bautista, uno de los grandes testigos de Dios. Es tambin el modelo de la vida asctica y de la oracin eficaz.El Himno VII del Dicono Romano el Meloda (siglo VI) dice:Elas fue llevado por un carro de fuego,el Cristo fue elevado entre las nubes y las potencias.Elas envi desde el Cielo su piel de cordero a Eliseo,el Cristo envi a sus apstoles el Espritu Santo,el Defensor, el Parclito que nosotros los bautizados hemos recibido todos,por el cul somos santificados.El Cristo rodeado por los tres apstoles, testigos de la humanidad viviente, por Moiss testigo de la morada de los muertos, los infiernos; y Elas, testigo de los Cielos donde subi, el Cristo brilla con una Luz que nada debe a la luz csmica. El manifiesta laLUZ INCREADA.La mandorla donde est el Cristo, con el correr del tiempo fue ms elaborada, en algunas salen siete rayos (Dones del Espritu Santo), u ocho (mundo transfigurado), tambin suele aparecer dos cuadrados formando una estrella de ocho puntas.LaLuz Increadareviste al Cristo, a los Santos, es la Verdadera Luz, que ya iluminaba el Paraso. En esa Luz, no habitual para nuestros ojos, que hizo caer a los apstoles, pero en la que estn cmodos Moiss y Elas.La Luz del Siglo Venideroque apareci anticipadamente en el Sina y se manifest plenamente en el Monte Tabor, es el objeto de la bsqueda de los cristianos. Se puede decir que el icono de la Transfiguracin de Nuestro Seor Jesucristo es el de la condescendencia y de la misericordia divinas: el Cristo durante su vida terrestre vel su esplendor para que nosotros pudiramos soportar verlo.El rollo que sostiene en su mano izquierda es el de las Escrituras que l est cumpliendo. l sostendr el libro de la Vida cuando todo est terminado. Con su mano derecha nos bendice.La representacin de la Transfiguracin es un icono del pasado, del presente y del porvenir de la humanidad y de cada hombre. Ofrece a nuestra mirada una realidad, una afirmacin. Lo que fue anunciado en el Antiguo Testamento, el Cristo lo muestra, como anticipacin cierta de lo que ser y de aquella en la que podremos participar.El icono es ms que un arte, hay que seguir ese llamado litrgico que dice:que toda carne guarde silencio, y, entonces en ese recogimiento silencioso, se abren nuestros ojos, el icono se anima, se hace sensible y aparece su mensaje secreto.Como la Luz de la Transfiguracin apareci a los tres apstoles elegidos por el Seor, como un relmpago, la imagen del mundo venidero nos alcanzar como verdadera fiesta de la Belleza.