El Humanismo Hoy

11
  !"#$%&'(()* + -'.%$)/-&- "+ 0%1 .2$3)+%1 &" 0- 4"5 6"&"$-0 &"0 7"$"(8% &" 9'.%$: ;-<% 0)("+()- &"0 =>?@!A B="+.$% ?"C)(-+% &" @$%."(()*+ 5 6%3"+.% &" 0%1 7"$"(8%1 &" 9'.%$D =@EFGHE 5 #$%('$-+&% "+ .%&% .)"3#% I'" +% 1" J)%0"+ 0%1 &"$"(8%1 &" 0%1 $"#$"1"+.-&%1 #%$ =>?@!A 5 .'."0-&%1 #%$ 0- 0"K)10-()*+ &" &"$"(8%1 &" -'.%$ 3"C)(-+-LM NO% 1" #"$3)." 0- (%#)-: $"#$%&'(()*+ +) &)1.$);'()*+ &" 0- %;$-: P+)(-3"+." 1" -'.%$)/- "0 '1% #"$1%+-0 1)+ Q)+"1 &" 0'($% #%$ "0 #"$)%&% (%3#$"+&)&% &"0 R &"  9K%1.% &" SEHE -0 ST & " O%J)"3;$" &" SEHE: #-$- ('-0I' )"$ '1% &)1.)+.% -0 1"U -0-&% -+."$)% $3"+.": 1" &";" 1%0)().-$ -'. %$)/-()*+ #% $ "1($).% -0 .).'0-$ &" 0%1 &"$"(8%1 #-.$)3%+)-0 "1 &" 0- %;$-L

description

El humanismo en la actualidad

Transcript of El Humanismo Hoy

  • 120%5('(/&8562&/$9(eWLFDSHQVDPLHQWRKXPDQtVWLFR\VRFLHGDG

    + 120%5('(/352)(6257,78/$5'U0LJXHO$JXVWtQ5RPHUR0RUHWW 120%5('(//,%52 eWLFD\SROtWLFD 120%5('(/$8725 6iQFKH]9i]TXH]$GROIR 120%5('(/&$378/2(OKXPDQLVPRKR\ (',725,$/ )RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFD (',&,1 D 10(52'(,661,6%1 )(&+$'(38%/,&$&,1

    5$1*2'(3*,1$6 727$/'(3*,1$6

    !

    "!"#$%&'(()*+,-'.%$)/-&-,"+,0%1,.2$3)+%1,&",0-,4"5,6"&"$-0,&"0,7"$"(8%,&",9'.%$:,;-?@!A,B="+.$%,?"C)(-+%,&",@$%."(()*+,5,6%3"+.%,&",0%1,7"$"(8%1,&",9'.%$D,=@EFGHE,5,#$%('$-+&%,"+,.%&%,.)"3#%,I'",+%,1",J)%0"+,0%1,&"$"(8%1,&",0%1,$"#$"1"+.-&%1,#%$,=>?@!A,5,.'."0-&%1,#%$,0-,0"K)10-()*+,&",&"$"(8%1,&",-'.%$,3"C)(-+-LM,

    NO%,1",#"$3).",0-,(%#)-:,$"#$%&'(()*+,+),&)1.$);'()*+,&",0-,%;$-:,,P+)(-3"+.",1",-'.%$)/-,"0,'1%,#"$1%+-0,1)+,Q)+"1,&",0'($%,#%$,"0,#"$)%&%,(%3#$"+&)&%,&"0,R,&",9K%1.%,&",SEHE,-0,ST,&",,O%J)"3;$",,&",SEHE:,#-$-,('-0I')"$,'1%,&)1.)+.%,-0,1"U-0-&%,-+."$)%$3"+.":,,1",&";",1%0)().-$,-'.%$)/-()*+,#%$,"1($).%,-0,.).'0-$,&",0%1,&"$"(8%1,#-.$)3%+)-0"1,&",0-,%;$-L#!

    ,

    ,

    !

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    EL HUMANISMO HOY*

    Empecemos nuestras reflexiones precisando lo que entendemospor humanismo. Pero, al hacerlo, advertimos en seguida que noexiste el HUMANISMO, as con maysculas, en abstracto, sino loshumanismos que han surgido y predominado en situaciones his-tricas concretas.

    Tracemos, pues, aunque sea esquemticamente, el itinerariode los humanismos histricos. Tenemos, como un primer hito enel camino, el humanismo clsico de la Grecia antigua, que exaltala vida terica, contemplativa, como la verdadera propiamentehumana. Lo humano carece aqu de un alcance universal; slo seda en los hombres "libres", propietarios de esclavos o ciudadanosde la polis, de la que quedan excluidos en la Atenas clsicados tercios de la poblacin.

    En el humanismo cristiano que le sucede, a diferencia delhumanismo clsico, la cualidad humana no slo se halla por enci-ma de las diferencias de raza, sino tambin por encima de las dife-rencias territoriales y sociales. Tiene por ello una dimensin msuniversal, ya que reconoce la dignidad humana en todos los hom-bres. Pero lo propiamente humano, que en este mundo terrenoslo conoce la finitud, la imperfeccin y la desdicha, se alcanzams all de "este valle de lgrimas" en una vida sobrenatural.

    El humanismo moderno que surge y se desarrolla con la so-ciedad burguesa pone al hombre como centro y fin. Lo humano sepresenta con una dimensin universal aqu en la tierra, en virtudde la naturaleza o esencia humana comn a todos los individuos,

    * Conferencia de clausura del X Congreso Nacional de Filosofa celebradoen Morelia, Michoacn, en noviembre de 2005.

    94

    I

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    EL HUMANISMO HOY 95

    por encima de sus diferencias sociales o culturales. Y lo humanose da propiamente cuando el hombre es tratado como postulaKant como un fin y no como un medio. Pero esta dimensinuniversal, abstractamente igualitaria, no toma en cuenta las des-igualdades reales de la sociedad dividida en clases ni la enajena-cin del hombre como obrero al convertirse en simple medio oinstrumento de produccin.

    Las sociedades que, en nuestra poca, despus de la Revolu-cin rusa de 1917, pretendan construir una nueva sociedad, unhumanismo socialista, por causas complejas que no podemos exa-minar ahora, este humanismo no se ha alcanzado realmente en lassociedades del llamado "socialismo real".

    II

    En todos estos humanismos histricos, nos encontramos con hu-manismos limitados. Limitado a los hombres "libres" en el huma-nismo clsico; limitado al plano espiritual en el mundo terreno oreservado a un mundo ultraterreno, sobrenatural; reducido al pla-no formal, abstracto del hombre como ciudadano y, por ltimo,limitado a la realidad, como el humanismo socialista en los paseseuropeos del Este, ya que en ellos el "socialismo real" era irrealcomo socialismo.

    Es la realidad social en la que surgen los diferentes huma-nismos la que les impone su limitacin a sectores sociales domi-nantes o privilegiados, la que le imprime un carcter formal a suuniversalidad o la que lo pone en contradiccin con el ideal so-cialista que proclama. Pero, cualquiera que sea la forma en que semanifieste histricamente el humanismo, ste se presenta comouna actitud filosfica que afirma el valor de ser hombre. El hom-bre es la medida de todas las cosas, dice Protgoras en la Antige-dad; el hombre es un fin en s mismo, sentencia Kant en los tiem-pos modernos; "la raz del hombre afirma el joven Marx es elhombre mismo".

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    96 CUESTIONES DE PRINCIPIO Y CUESTIONES CONCRETASEn el humanismo clsico, el valor del hombre se asienta en la

    razn; en el humanismo moderno, burgus, se reafirma su racio-nalidad y sta, desplegada en la ciencia y la tcnica, convierte alhombre, al desarrollar inmensamente las fuerzas productivas, enamo y seor de la naturaleza. En el humanismo socialista de ins-piracin marxiana, el hombre se desarrolla histrica y socialmentecomo ser humano, y al transformar a la naturaleza se transforma as mismo. Pero, trtese del humanismo clsico o moderno, del te-rico o prctico, con unas u otras limitaciones histricas, de clase, elhumanismo entraa cierta reivindicacin de lo humano o la exal-tacin del hombre como un valor, o valor supremo. Esta reivindi-cacin o exaltacin lleva aparejada una protesta en diversosplanos, de distinto alcance de acuerdo con la forma de humanis-mo contra lo que hay de inhumano o antihumano en las relacio-nes entre los hombres (de dominio y servidumbre, de explotaciny opresin).

    ni

    Sin embargo, no siempre el humanismo se ha reivindicado. Desdelos tiempos modernos, y particularmente en nuestra poca, el hu-manismo ha sido impugnado desde diversos ngulos, ya sea por-que se le considere utpico o bien un ideal irrealizable. En este do-ble sentido, cabe hablar de un antihumanismo terico en el planodel pensamiento, y de un antihumanismo prctico en la vida real.

    Ya en el siglo XVIII, en plena Ilustracin; es decir, cuando cam-pea la confianza en el poder de la razn como instrumento deemancipacin, de humanizacin, Rousseau sostiene que la culturay la tcnica pueden volverse contra el hombre, degradndolo ocorrompindolo. Rousseau pretende as vacunar a sus contempo-rneos contra el optimismo ilustrado, racionalista.

    Por otra parte, la absolutizacin del comportamiento nega-tivo del hombre egosta, agresivo hace imposible el huma-nismo. Es lo que vemos ya antes del ginebrino en la filosofa pol-tica de un Hobbes, en el siglo xvn, ya en la modernidad burguesa.

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    EL HUMANISMO HOY 97

    El hombre afirma es, por su naturaleza, "un lobo para el hom-bre" y en su "estado natural" slo puede estar en una constante"guerra de todos contra todos". Slo la sociedad fundada en un"contrato social" impide este aniquilamiento mutuo. Este anti-humanismo avant la lettre lo hallamos tambin dos siglos ms tar-de en la economa poltica inglesa, en la que subyace una con-cepcin del hombre como individuo egosta que convierte a lasociedad como dice Adam Smith en un campo de batalla.Aunque David Ricardo y Adam Smith proponen ese egosmocomo un rasgo de la "naturaleza humana" y, por tanto, universaly ahistrico, sus ojos de economistas estn puestos en la sociedadmoderna burguesa de su tiempo, cuya inhumanidad considerancnicamente como algo dado, natural y, por consiguiente, inevita-ble e insuperable.

    Este antihumanismo implcito, larvado, de la economa polti-ca inglesa pasa, en las primeras dcadas del siglo xix, a la concep-cin hegeliana de la sociedad civil, esfera que l concibe tambinsiguiendo a Adam Smith como un campo de batalla en el quelos individuos y los grupos sociales (o "corporaciones") entranen conflicto, ya que slo se guan por sus intereses particulares,egostas. Lo propiamente humano slo se da, para Hegel, en loshombres como miembros de la comunidad poltica o Estado. Esah donde al guiarse por altos intereses del Espritu, de la Razn,se concilian o resuelven los conflictos irreconciliables en la socie-dad civil.

    Ya en nuestra poca, particularmente en el periodo que seabre con la derrota del nazismo en la segunda Guerra Mundial, ycomo reaccin ante los monstruosos crmenes nazis contra la hu-manidad, surge la necesidad de poner en el centro de la atencinlos valores y derechos humanos brutalmente hollados. El auge delexistencialismo en los aos cuarenta y cincuenta se explica poresta reaccin humanista. El ttulo de un texto de Sartre de la po-ca: El existencialismo es un humanismo, indica claramente el girohumanista de esta filosofa. Por otro lado, los Manuscritos de 1844del joven Marx, apenas divulgados hasta entonces, permiten re-

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    98 CUESTIONES DE PRINCIPIO Y CUESTIONES CONCRETAS

    descubrir y revalorar el lado humanista de su pensamiento. Estehumanismo marxista se refuerza an ms al denunciarse en losaos cincuenta al estalinismo, que se revela como la anttesisdel proyecto socialista de emancipacin humana y, en definitiva,como antihumanismo prctico, real.

    Podemos decir, por ello, que la extensin de los aspectos ne-gativos, antihumanistas de la sociedad contempornea explican laextensin en el plano filosfico del humanismo, que se encarnasobre todo en el existencialismo y en el marxismo que reivindicael contenido humanista del pensamiento de Marx. Pero, al mismotiempo que encontramos afirmado este humanismo terico, o msexactamente filosfico como reaccin al antihumanismo real,tenemos tambin un antihumanismo terico. No se trata ya del an-tihumanismo larvado, implcito de la filosofa poltica de Hobbescon su idea del hombre como "lobo del hombre", o de la concep-cin de la sociedad civil como "campo de batalla" o "guerra de to-dos contra todos", que sustentan los economistas ingleses y Hegel,sino que estamos ante un antihumanismo explcito, abierto. Secontrapone as al humanismo, fundado tericamente, lo que unode sus exponentes, Louis Althusser otro exponente del que nosocuparemos brevemente a continuacin es Heidegger llamaprecisamente el "antihumanismo terico". Porque el humanismo,a juicio suyo, carece de ttulos tericos que lo legitimen.

    IV

    Heidegger es uno de los filsofos ms importantes de nuestrapoca. Su nombre ha vuelto a ocupar el primer plano en estosaos no slo por razones filosficas sino tambin polticas: al es-clarecerse y probarse su vinculacin con el nazismo. El problemafilosfico fundamental que le interesa es el viejo problema metaf-sico del Ser, pero su novedad consiste en abordarlo desde el anli-sis de la existencia del nico ente que se pregunta por el Ser: elhombre. Pero, a juicio suyo, lo que define su filosofa no es el hom-

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    EL HUMANISMO HOY 99

    bre, sino el Ser, o ms exactamente la bsqueda del Ser. Por ello,rechaza que su filosofa sea existencialista. Por otra parte, si se en-tiende por humanismo poner al hombre en el centro, como sujeto,porque hay un fundamento para ponerlo, el humanismo est encrisis. En cuanto que para Heidegger el Ser no puede concebirsecomo Grund, o fundamento, el hombre no puede ocupar la posi-cin de "centro" de la realidad, que ese fundamento debiera asig-narle. Ahora bien, sigue argumentando Heidegger, no hay huma-nismo posible si el hombre no puede apelar a un fundamentotrascendente. El humanismo es insostenible porque el hombre nopuede apelar a ese fundamento. El antihumanismo de Heideggerpresupone, pues, una conexin entre crisis del humanismo ynegacin de un principio o fundamento trascendente, negacinque en Nietzsche se expresa como "la muerte de Dios". Se podraoponer a la conclusin de Heidegger una consecuencia de signoopuesto, como la que postula el joven Marx: justamente porqueno hay tal principio trascendente, el hombre ha de encontrar esefundamento en s mismo, o dicho con sus propias palabras: "laraz del hombre es el hombre mismo". De este modo, el humanis-mo pone al hombre en el centro de la realidad, sin necesidad deque un principio o fundamento exterior o trascendente le asigneese puesto.

    El antihumanismo fue sostenido tambin abiertamente por el fil-sofo marxista francs Louis Althusser, al caracterizar todo huma-nismo como ideolgico, pues, a juicio suyo, carece de fundamentocientfico. Althusser niega por ello la validez terica del humanis-mo marxista, ya que segn l se apoya en un concepto ideol-gico de hombre: el concepto que gira en torno al eje de la enajena-cin en los Manuscritos del 44 del joven Marx.

    De este modo, al homologar infundadamente a nuestromodo de ver ese concepto marxiano con el especulativo, abs-tracto, de Feuerbach, Althusser extirpa un aspecto esencial del

    V

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    100 CUESTIONES DE PRINCIPIO Y CUESTIONES CONCRETAS

    marxismo: su lado humanista, como proyecto de emancipacin, olo reduce a pura ideologa sin valor terico, cientfico, introduceas en el seno mismo del marxismo una escisin cientificista, posi-tivista entre ideologa y ciencia; o sea, entre su lado humanista,como proyecto de emancipacin humana, y su lado cientfico, co-mo conocimiento de la realidad que hay que transformar parapoder realizar ese proyecto. La premisa althusseriana de que todoconcepto de hombre es ideolgico (en el sentido peyorativo de fal-so, distorsionado) puede refutarse con un concepto de hombrereal, histrico y social, que es a su vez el de individuo concreto in-separable de las relaciones sociales. Con base en esta concepcindel hombre, el humanismo se concibe no ya como una simple as-piracin o ideal utpico, sino como un proyecto necesario y de-seable, cuya realizacin ha de tomar en cuenta las posibilidadesreales que el conocimiento objetivo, cientfico, descubre en la pro-pia realidad.

    vi

    Ciertamente, mucho ms grave y peligroso que el antihumanismoterico es el antihumanismo real, prctico. Formas extremas deese antihumanismo que se da a lo largo de toda la historia huma-na son en nuestra poca el nazismo y el estalinismo con susprcticas aberrantes y criminales contra el hombre. Pero el antihu-manismo se hace presente no slo en la persecucin, la tortura o elcrimen, sino tambin en formas menos visibles pero no por ellomenos degradantes para los seres humanos. Si por humanismo seentiende toda actitud hacia el hombre o toda conducta humana enla que el ser humano debe ser tratado como un fin y no como unsimple medio o instrumento, y si por humanismo hay que enten-der tambin la elevacin del hombre como hombre; o sea, el des-arrollo de sus facultades y posibilidades como ser consciente, librey creador, as como las relaciones entre los hombres en las queunos y otros se reconocen y afirman como seres humanos, el hu-manismo no slo hay que buscarlo en el comportamiento de los

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    EL HUMANISMO HOY 101

    individuos sino tambin en las instituciones, sistemas o relacionesque lo hacen posible. Por el contrario, el antihumanismo podrencontrarse cada vez que del hombre se hace un medio, un instru-mento o una mercanca; es decir, en todo aquello que lo rebaja odegrada o que detiene o limita el desarrollo de sus facultades yposibilidades como ser consciente, libre y creador.

    El antihumanismo, pues, es asunto terico y prctico. Y laprctica nos dice que, en nuestro tiempo, no slo sigue dndoseen las formas tradicionales de la persecucin, la tortura y el cri-men sino tambin en la vida cotidiana, en la que calladamente seimponen las exigencias de instituciones, sistemas y relacionesantihumanistas.

    El antihumanismo impregna el sistema econmico y social ca-pitalista, en el que impera como ley suprema el lucro y la ganan-cia, en el que el trabajo humano se convierte en mercanca, y en elque las relaciones entre los hombres se cosifican o deshumanizan.Este proceso de impersonalizacin o deshumanizacin se extien-de de la esfera del trabajo, de la produccin, al consumo e invadetodas las relaciones humanas. El universo kafkiano cada vez msfielmente refleja la deshumanizacin de la realidad social. El capi-talismo, estructuralmente, por llevar en su entraa semejante cosi-ficacin y deshumanizacin, es hostil al humanismo.

    VII

    Pero el antihumanismo no slo se manifiesta al ser tratados loshombres y los pueblos simplemente como medios y no como fi-nes, sino tambin en actividades que, no obstante su potencial hu-manista, emancipatorio, se vuelven en las condiciones socialescontemporneas contra el hombre. Me refiero ahora a la cienciay a la tecnologa basada en ella. Nadie puede negar el inmensoprogreso que ha significado y significa el desarrollo cientfico ytecnolgico al crear las condiciones primero con el trabajo ma-quinizado y ms tarde con el automatizado para ampliar el

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    102 CUESTIONES DE PRINCIPIO Y CUESTIONES CONCRETAS

    "tiempo libre" y, con l, para realizar las posibilidades creadorasdel hombre. Sin embargo, en las condiciones sociales en que do-mina la apropiacin privada de los medios de produccin, stos,lejos de estar al servicio de las necesidades del hombre, se alzancontra l: a) al incrementar el desempleo y la miseria, y con ello lascondiciones inhumanas de existencia; b) al convertir el dominiodel hombre sobre la naturaleza en destruccin de la base naturalde su existencia; c) al incrementar el potencial destructivo de lasarmas blicas hasta el punto de amenazar la supervivencia mismade la humanidad, y d) propiciar, con los avances de la ingenieragentica, la posibilidad de manipular con fines antihumanos elpatrimonio gentico de los hombres.

    Vemos, en suma, que cierto uso de la ciencia y la tcnica, ennuestros das, tanto ms peligroso cuanto ms acelerado en suprogreso, se vuelve contra el hombre. Por ltimo, el humanismosufre en nuestra poca los embates cotidianos de los medios decomunicacin de masas, en cuanto que stos contribuyen a vaciarespiritualmente a sus destinatarios, a limitar su capacidad de re-flexin, crtica y decisin, y a estandarizar sus gustos, ideales y va-lores. Los medios de comunicacin de masas contribuyen as ajustificar, como un hecho natural e inevitable e incluso desea-ble, la cosificacin y deshumanizacin que impera efectivamente,as como los efectos destructivos del progreso cientfico y tcnico.

    VIII

    El cuadro que acabamos de trazar del ser humano en la sociedadcontempornea no debe llevarnos a un pesimismo de la voluntado de la inteligencia, para valemos de expresiones conocidas deGramsci. Sera caer en un fatalismo histrico de signo negativo,opuesto a otro de signo positivo que tambin debe ser rechazado:el progresismo lineal, inexorable. La historia la hacen los hombresy en sus manos est tanto el degradarse como el elevarse en ella.Lo que prueba que el antihumanismo prctico, al que nos hemos

  • 0DWHULDOUHSURGXFLGRSRUILQHVDFDGpPLFRVSURKLELGDVXUHSURGXFFLyQVLQODDXWRUL]DFLyQGHORVWLWXODUHVGHORVGHUHFKRV

    EL HUMANISMO HOY 103

    referido, no significa la derrota de todo proyecto humanista. Peros plantea, como una tarea vital y actual, la necesidad apremiantede rescatar, desarrollar y consolidar un humanismo que respondaa las exigencias, posibilidades y condiciones de nuestra poca.

    Pero el humanismo de hoy tiene que dejar a un lado una ideacentral del humanismo de ayer: aqulla que viene de la Ilustra-cin y que Descartes formul categricamente: la del hombrecomo dueo y seor de la naturaleza. Una idea que incluso Marxhace suya, aunque poniendo ese dominio al servicio no de unaclase, sino de toda la sociedad.

    Pero hoy sabemos muy bien que el desarrollo ilimitado de lasfuerzas productivas, lejos de servir al hombre, se vuelve contra lal destruir la base natural, indispensable de su existencia.

    El humanismo hoy exige, por todo ello, no slo una nueva re-lacin entre los hombres, sino tambin una nueva relacin del hom-bre con la naturaleza. Ha de ser, por tanto, no slo social msexactamente socialista, sino tambin ecolgico, o ms precisa-mente ecologista.