El fuego no es cuestión de género

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El fuego no es cuestión de género El oficio de ser bombero siempre ha estado asociado con los hombres, sin embargo, en una época donde las tareas se distribuyen cada vez más uniformemente entre hombres y mujeres el cuerpo de bomberos de La Estrella cuenta con varias mujeres en sus filas, entre ellas la bombero Lida Toro Sosa, de 41 años, cuya determinación y valentía le han servido para superar las barreras del machismo y la religión (ella y su familia son Cristianos), pues nadando en contra de la corriente pudo cumplir su sueño y llegar a servir a la comunidad como siempre lo quiso Según la bombero: “Mi vida parece una novela, hasta quisiera escribir un libro contando mi historia”. Su infancia transcurrió como la de cualquier niña, jugaba, iba a la escuela, pero esto solo fue hasta que llegó a quinto de primaria, al terminar ese año, su papá un hombre machista de aquella época, decidió que tenía que quedarse en la casa para aprender a ser una mujer, tendría que aprender a cocinar, lavar, planchar, coser y como su papá era el que mandaba en la casa, esa orden se cumplió; a pesar de esto, ella nunca dejó de tener sueños, aunque no podía asistir a la escuela, siguió leyendo, escribiendo e informándose. Así fueron pasando los años, entre las paredes de su casa, “aprendiendo a ser mujer”.

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La historia de vida de una mujer que ha luchado siempre por cumplir sus sueños

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El fuego no es cuestión de género

El oficio de ser bombero siempre ha estado asociado con los hombres, sin

embargo, en una época donde las tareas se distribuyen cada vez más

uniformemente entre hombres y mujeres el cuerpo de bomberos de La Estrella

cuenta con varias mujeres en sus filas, entre ellas la bombero Lida Toro Sosa, de

41 años, cuya determinación y valentía le han servido para superar las barreras

del machismo y la religión (ella y su familia son Cristianos), pues nadando en

contra de la corriente pudo cumplir su sueño y llegar a servir a la comunidad como

siempre lo quiso

Según la bombero: “Mi vida parece una novela, hasta quisiera escribir un libro

contando mi historia”. Su infancia transcurrió como la de cualquier niña, jugaba,

iba a la escuela, pero esto solo fue hasta que llegó a quinto de primaria, al

terminar ese año, su papá un hombre machista de aquella época, decidió que

tenía que quedarse en la casa para aprender a ser una mujer, tendría que

aprender a cocinar, lavar, planchar, coser y como su papá era el que mandaba en

la casa, esa orden se cumplió; a pesar de esto, ella nunca dejó de tener sueños,

aunque no podía asistir a la escuela, siguió leyendo, escribiendo e informándose.

Así fueron pasando los años, entre las paredes de su casa, “aprendiendo a ser

mujer”.

A los 19 años conoció en el culto, a su actual esposo Pedro Nel Delgado y

después de 8 meses de noviazgo decidieron casarse, ese fue un gran paso, no

solo en la vida de pareja sino su paso a la libertad y le dijo firmemente a su

esposo: “No me cortes las alas, déjame ser lo que yo quiera”

Y así fue, desde ese momento Lida, comenzó a vivir su vida como ella quería;

como siempre tuvo en su cabeza la idea de ayudar a la comunidad y ahora que

podía hacerlo, decidió ingresar al Cuerpo de Bomberos voluntarios de La Estrella

y terminar sus estudios en la escuela nocturna de La Tablaza, hacer su técnica y

otros cursos que tiene.

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¡Qué problema!

Lo que ni se imaginaba ella, era el revuelo y el escándalo que su decisión de

entrar a Los Bomberos y estudiar al mismo tiempo iba a causar, no solo en su

familia especialmente a su mamá y su suegra, sino en su iglesia y la comunidad.

Para los Cristianos, la mujer debe vestir de falda y hombre de pantalón, pero para

una mujer bombero sería difícil cumplir con su labor llevando puesta una; nadie la

entendía, primero una mujer haciendo trabajos de hombres y segundo cómo una

Cristiana estaba usando pantalón, además del tiempo que tenía que dejar solo su

hogar y llegar casi a las 11 pm después de estudiar. Pero sus problemas no

pararon ahí, La estación de Bomberos está ubicada en la carrera 55 N°80 sur–177

en frente del Motel Sol y Luna y rodeada de otros cuantos; los vecinos que no

sabían a lo que se dedicaba ella, no tenían otra cosa que hacer que especular

cosas e inventar los motivos por los cuales siempre la veían salir de ese sector,

así que fueron a decirle a Pedro su esposo, que la sinvergüenza de Lida lo estaba

engañando, pues siempre salía de los moteles, afortunadamente su esposo

siempre ha sido su apoyo y sabía que solo se trataba de chismes. Y esto fue

¡Prueba superada!

Sueños que siguen vivos

De a poco Lida, va cumpliendo cada uno de sus sueños, después de ser bombero,

ser líder comunitaria, tener una linda, unida y amorosa familia, ella quiere seguir

soñando y si es posible “morirse estudiando”, dice la bombero: “no voy a

descansar hasta poder ser una enfermera y también me encantaría ser sicóloga.

Ahora estoy buscando a alguien que me ayude y me diga que tengo que hacer

para escribir un libro, tengo muchas cosas para contar y sé que mis historias

pueden inspirar a muchas personas para que se superen”. Siempre le dice a sus 3

hijos que tiene que soñar y luchar por sus sueños, porque nadie lo va a hacer por

ellos.

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