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El estereo tipo italiano en los reportajes de la revista Via ja ,. 1. Introducci6n En el verano de 2010, la Ministra italiana de Turismo se dirigió al Fiscal General Estado para pedir una indemnización y la retirada de una aplicación de Apple, Country», que consideró que perjudicaba la imagen de Italia. En este programa para Phone y I-Pad, Italia quedaba identificada mediante las siguientes tags: Mafia vers, pizza, pasta, scooters. La iniciativa de la Ministra, que contó con el respaldo representante del Partido Democrático en la Commissione Antimafia, pone en cía la necesidad de llevar a cabo una reflexión profunda sobre los fenómenos de percepción y de construcción de la alteridad por parte de una industria, como es turismo, que debería sentar sus bases en principios como, por ejemplo, el · valor de la experiencia para el conocimiento de lo nuevo. No es nuestra intención detenernos en consideraciones a propósito de las facetas que el término estereotipo entraña, ni tampoco en lo que atañe a la categoría trofe, la de prejuicio -en verdad más relacionadas con los grupos sociales- dicho tema es campo de investigación privilegiado de disciplinas tales como la logía y la psicología social que, de todas formas, y como ya se ha dicho, estudio de un fenómeno tan diversificado como es el del turismo 1 . Nos u.u.u .... tanto, a recordar que el concepto de estereotipo remite a la simplificación y a la y que se basa en un principio de econonúa cognoscitiva gracias al cual tendemo3 a yarnos en la opinión de quien ha afrontado una experiencia que consideramos pica. La secuela inevitable es que dicho consenso incidirá y guiará nuestra introduciéndonos en un marco de expectativas precisas donde se cte!;encacienam dialéctica entre autoestereotipos y heteroestereotipos; y sólo las mentes más críticas seguirán sustraerse a una visión meramente comparativa de lo nuevo. En cuentas, como defendía Barthes en Mythologies (1957), texto en el que optó por al término doxa en sustitución de estereotipo acuñado por Lipmann2, se trata de nar sobre cómo la opinión pública apela a esquemas culturales fijos operando reducción del significado. Al analizar el tema de la presencia de estereotipos en los textos del turismo, perspectiva histórica y amplia, se puede afirmar que las guías son el género de los libros de viajes de los siglos XVIII y XIX, centrados en una visión Elena Liverani es autora de la Introducción y del Apartado 3. jordi Canals, del Apartado 2. Las son conjuntaS. El presente estudio se basa en los resultados del Prograrnma di ricerca di Rilevante Nazionale (PRIN 2007, prot. 2007ASKNML), R linguaggio del/a comunicazione turistial spagrwlo-ita/iam>. sicali, pragmatid e intermltura/i. 1 A este respecto, cfr. Ángel GI\RCIA SANTIAGO, Los estereotipos nadonales de las pobladones de los paíJts COSUR y España, Santander, TGD, 2006. 2 Sobre la historia del término introducido por el periodista americano, cfr. Bruno MA.zZAAA, prejuidos, Madrid, Acento Editorial, 1999.

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El estereo tipo italiano en los reportajes de la revista Viaja,.

1. Introducci6n En el verano de 2010, la Ministra italiana de Turismo se dirigió al Fiscal General

Estado para pedir una indemnización y la retirada de una aplicación de Apple, Country», que consideró que perjudicaba la imagen de Italia. En este programa para Phone y I-Pad, Italia quedaba identificada mediante las siguientes tags: Mafia vers, pizza, pasta, scooters. La iniciativa de la Ministra, que contó con el respaldo representante del Partido Democrático en la Commissione Antimafia, pone en cía la necesidad de llevar a cabo una reflexión profunda sobre los fenómenos de percepción y de construcción de la alteridad por parte de una industria, como es turismo, que debería sentar sus bases en principios como, por ejemplo, el · valor de la experiencia para el conocimiento de lo nuevo.

No es nuestra intención detenernos en consideraciones a propósito de las facetas que el término estereotipo entraña, ni tampoco en lo que atañe a la categoría trofe, la de prejuicio -en verdad más relacionadas con los grupos sociales- pu~ dicho tema es campo de investigación privilegiado de disciplinas tales como la logía y la psicología social que, de todas formas, y como ya se ha dicho, cor1tríl~yl!l estudio de un fenómeno tan diversificado como es el del turismo1. Nos u.u.u .... ul\·~ tanto, a recordar que el concepto de estereotipo remite a la simplificación y a la y que se basa en un principio de econonúa cognoscitiva gracias al cual tendemo3 a yarnos en la opinión de quien ha afrontado una experiencia que consideramos pica. La secuela inevitable es que dicho consenso incidirá y guiará nuestra introduciéndonos en un marco de expectativas precisas donde se cte!;encacienam dialéctica entre autoestereotipos y heteroestereotipos; y sólo las mentes más críticas seguirán sustraerse a una visión meramente comparativa de lo nuevo. En cuentas, como defendía Barthes en Mythologies (1957), texto en el que optó por al término doxa en sustitución de estereotipo acuñado por Lipmann2, se trata de nar sobre cómo la opinión pública apela a esquemas culturales fijos operando reducción del significado.

Al analizar el tema de la presencia de estereotipos en los textos del turismo, perspectiva histórica y amplia, se puede afirmar que las guías son el género de los libros de viajes de los siglos XVIII y XIX, centrados en una visión

• Elena Liverani es autora de la Introducción y del Apartado 3. jordi Canals, del Apartado 2. Las son conjuntaS. El presente estudio se basa en los resultados del Prograrnma di ricerca di Rilevante Nazionale (PRIN 2007, prot. 2007ASKNML), R linguaggio del/a comunicazione turistial spagrwlo-ita/iam>. sicali, pragmatid e intermltura/i. 1 A este respecto, cfr. Ángel GI\RCIA SANTIAGO, Los estereotipos nadonales de las pobladones de los paíJts COSUR y España, Santander, TGD, 2006. 2 Sobre la historia del término introducido por el periodista americano, cfr. Bruno MA.zZAAA, prejuidos, Madrid, Acento Editorial, 1999.

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que propiciaba que toda evaluación se formulara en relación con la cultura de partida. Y que son dichos textos los que más corren el riesgo de presentar mecanismos de estereotipización3. Seguramente a la formación de estereotipos contribuye actualmen­te un género que ha registrado una evidente explosión: el de los anuncios publicita­rios. El análisis de las campañas promocionales revela, en efecto, que los típicos meca­nismos de condensación pueden presentar una variante de acuerdo con el cambio de la jerarqwa de valores que reflejan y sobre la cual amoldar la persuasión, pero siguen remitiendo a una idea tan simplificada del Otro que ha permitido, por ejemplo, a Pilar Martino4 afirmar que el turismo, con su ingente inversión en el márketing publicitario, es un auténtico generador de estereotipos.

Los reportajes de viajes, por su naturaleza híbrida con rasgos paraliterarios, que «combina un discurso enciclopédico con las experiencias recogidas por el autor, la

~==~aventura personal y la ueilidad»S en teoría deberían poderse sustraer a los mecanismos de categorización, en virtud de algunas de las características que los definen6; el pre­dominio de la mirada subjetiva, la actitud de espontánea curiosidad con respecto a lo nuevo, la elección de destinos a menudo poco usuales o de realidades particulares que observar, deberían proporcionar una garantía contra la simplificación. En reali­dad, como veremos, también en los textos publicados en la revista Viajar a partir de 1978 y hasta la fecha actual se registra una tendencia a presentar una visión bastante convencional de Italia, propensión quizás más acusada en los textos más recientes. En ellos, en efecto, a pesar de que muchos de los autores declaren abiertamente querer salir del circuito de los estereotipos, notamos que tiende a producirse una visión maniquea: por un lado tenemos a la masa de los turistas y a sus visitas estereotipadas, y por otro a los viajeros? -como los reporteros- que en cambio procuran alejarse de este mundo demasiado simplificado, ya conocido y trillado; pero es indudable que de esta manera, indirectamente, los autores siguen alimentándolo, de hecho inte­grándose en él. La experiencia directa y la mirada nueva, por lo tanto, no bastan para derrumbar el edificio de la categorización que, no hay que olvidarlo, se construye por otra parte sobre convicciones tan difundidas porque en sí contienen también una base de justificación. Y desde el punto de vista lingüístico, prescindiendo de su valor literario y de la relativa libertad de expresión de la que estos textos gozan, los repor­tajes revelan la tendencia a apoyarse en operaciones textuales muy frecuentes tam­bién en otros géneros afines.

2. El estereotipo y el pen"odismo de viajes Se entiende por estereotipo el conjunto de expectativas que permiten predecir, con

Esta es la tesis defendida, por ejemplo, por Belén LOZANO SIIÑl.JDO, "Los estereotipos en las guías de viaje", en AA.VV., Relaciones hispano-alemanas. Prejuicios y estereotipos, eruuenrros y desencuentros: un balatrce, Alicante, Uni­ver:sidad de Alicante, 2008, pp. 80-87 tras haber analizado algunas guías alemanas sobre España. • Alba PILAR MM TINO, oEl turismo creador de estereotipOS>, en AA.VV., Relaciones hispano-alematras. ~ui· O()s Y estereotipos, encuentros y desencuentros: un balance, Alicante, Universidad de Alicante, 2008, pp. 143-154. 5

Pedro Eduardo RtVAS NIETO, Historia y tJalllraleza del periodismo de viajes desde el antiguo Egipto hasta la actuali­dad, Madrid, Miraguano Ediciones, 2006, p. 204. 6

Sobre las propiedades discursivas de este género cfr. Jord.i CANAJ.S y Elena LtVERANI, Viaggiare am la paro/a, ~no, Franco Angeli, 2010.

Sobre la tan discutida distinción entre viajero y rurista cfr., por ejemplo, una síntesis en Elena LIVER.ANI,

-.\ppunti per la traduzione degli elementi ünguistico-culrurali nei tes ti di viaggio: Cl1ademo del Duero di Julio Ua­I!Uzarest, en CANAJ.S y LIVE!V.NI, Viaggiare cotr la paro/a cit., pp. 151 y ss.

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relativo automatismo, valores y actitudes que atribuimos a los demás8 o que las colectivida. des se atribuyen a sí mismas. Postulamos que la presencia de estereotipos en los reportajes de viajero está condicionada por el hecho de que el autor se impone el propósito divulgati­vo de comunicar una realidad social compleja que por añadidura resulta desconocida para la mayor parte de sus lectores, por lo que el recurso al estereotipo entronca con la eficiencia comunicativa, atendiendo a que «las personas poseen una capacidad limitada para Pn>cesat la información acerca del mundo y los estereotipos son funcionales en el sentido de que reducen la complejidad de ese mundo. Por tanto, la estereotipia se asocia a un aspecto fuo.. damental del pensamiento humano: la categorizacióru9. Obra en definitiva a favor de la econonúa del pensamiento, que precisa, en aras de simplificación, de las necesarias car.ego.. rizaciones, que no sólo comportan un ahorro «tanto de esfuerzo analítico como de tieJn,. po»to, sino que a su vez se vinculan a la teoría de los constructos personales de George ~ Kellyll, los cuales mediante su continua reelaboración y reestructuración hacen posible que el sujeto entienda el mundo y dé sentido a su propia experiencia personal.

Cuando la autoridad del locutor prevalece, el recurso al estereotipo puede acarrear coar secuencias indeseadas. Resultan especialmente negativas en los casos en los que el est~ po se infiltra en textos como los reportajes de viajero que analizaremos acto seguido, cuales nacen con el propósito de divulgar el conocimiento de sociedades ajenas. El es, en tales ocasiones, el de definir primero y observar tan sólo en un segundo mc>mc~'ll Un riesgo que se hace más crítico si se tiene en cuenta que, por haber entrado el repol'QIIII( en contacto directo con la sociedad que descnbe, el lector le atribuye una cre,dlb:llict!d le lleva a admitir un fondo de verdad en el estereotipo y aun en el prejuicio13.

2.1. Italia y los italianos en la primera q,oca de la revista "Viajar" (1978-1983) En esta parte inicial proponemos una aproximación a los reportajes de terna italiano

se publicaron en los primeros seis años de la revista española Viajar. De este modo mos poder identificar la imagen mental que de Italia y de los italianos, pero también turistas que la visitan, se desprende del conjunto de números que aparecieron en la e~apt lanzamiento de la revista. Fue aquella una época en la que el imaginario colectivo de lectores hispanos estaba sobre todo condicionado por la imagen de la que se habían eco poderosos medios de comunicación de masas como el cine, sin que pa.t:adc)]lcamq media.t:a un difundido conocimiento directo de la realidad del vecino país mediterráneo.

Pa.t:a el estudio de los estereotipos en los textos que componen nuestro corp~ parte de la premisa de que los reporteros comparten un conjunto de creencias y se descarta en cambio cuanto es fruto de una convicción personal, pues anclar d reotipo «a la opinión individual de una persona es, nos parece, privar al cortceiPrD1 precisión y de utilidad explanatoria•>14.

8 Maria AngeJs VILADOT e lNsnTUT CA TALA DE LA DONA, Estereorips s«ials de la do11a, Barcelona, de Catalunya (Departament de la Presidencia: lnstitut Cac:ala de la Dona), 1993, p. 19. 9 Susana de ANDRÉS Dl!L CAMPo, Estereotipos de género en la publicidad de la Segunda República Español-. da, Uníversidad de Granada, 2005, pp. 17-18. 10 José Luis SANGRADOR GARCÍA, Estereotipos de las rradotralídades y regiones de España, Madrid, Centro dt tigaciones Sociológicas, 1981, p. 44. 11 George A. KEu.v, Tite Psychology ofPmonal Ccnstructs, New York, Norton, 1955. 12 Cfr. José Ignacio CANO GESTOSO, Los esrereotipos sociales. El proceso de perpetuaci6n a rravés de la mm!Of{tl va, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1993, p. 141. 13 CANO GESTOSO, Los esrereotipos sociales cit., p. 170. 14 SANGR!ú)()R GARciA, Estereotipos de las nacionalidades cit., p. 46.

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Precisamos que el período que tomamos en consideración abarca 59 entregas de la revista que se publicaron entre abril de 1978 (fecha en la que se lanzó el primer número de Viajar) y diciembre de 1983. En este intervalo de tiempo se publicaron un total de 16 reportajes referentes a la descripción geográfica de distintas regiones y ciudades italia­nas. En sus artículos, además de las consabidas notas paisajísticas y de ambientación urbana, propias de este género de textos, los autores dan entrada en sus reportajes a materia enciclopédica, fusionando con las observaciones personales, propias del viajero que se desplaza por la geografia que pretende evocar al lector, heterogéneas considera­ciones históricas, sociales y culturales que permean el texto.

En el peóodo que consideramos, las regiones italianas a las que mayor atención se ha concedido son Sicilia y Lacio (mduyendo en esta última al Estado Vaticano), con un balan­ce de sendos tres reportajes. Les siguen c~u.p~Lia y Véneto con dos reportajes respecti­vamente, mientras que a las regiones de Valle de Aosta, Emilia Romaña, Liguria, Lombar­día, Toscana y Umbría se les da cabida en las páginas de la revista tan sólo en una ocasión.

2.2. El contexto hist6rico y soda[ Viajar, cuyo primer número apareció en abril de 1978, recién liquidada la dictadura

franquista, constituye la primera revista española especializada en turismo y viajes. La fundó y dirigió a lo largo de sus primeros años Luis Carandell, conocido periodista de la época de transición que había estado vinculado a una experiencia precedente en la re­dacción de la revista Triunfo, el semanario en el que a partir de julio de 1968 se publicó la sección fija «Celtiberia show» que en muchos aspectos se convirtió en plataforma desde la que aproximarse a una España pintoresca y desconocida para sus mismos habitantesls.

Mucho ha cambiado la sociedad española en las últimas tres décadas, por lo que hoy se hace necesario recordar que, para una buena parte de quienes en los años del franquis­lllo se desplazaron más allá de sus fronteras, la aproximación al mundo desarrollado no fue consecuencia de una curiosidad intelectual que una vez saciada implicaba el regreso al propio país, sino que obedecía a condicionamientos económicos que hicieron de los países europeos una formidable cantera de trabajo a la que acudieron oleadas de emi­grantes ibéricos. Para otros el viaje fue, por su parte, la consecuencia de exigencias políti­cas que habían propiciado la salida de los (auto)exiliados para quienes no cupo otra alter­nativa que la de echar raíces en sociedades más tolerantes y que encarnaban un ideal democrático.

El período de la transición fue cambiando de manera paulatina la mentalidad del espa­ñol medio, cada vez más aperturista y curioso por lo que se refería sobre todo a cuanto se agazapaba más allá de la frontera pirenaica. Tal como en el primer número de Viajar escribe el editorialista anónimo, pero cuya identidad cabe identificar con la del director ~randell: <<ya no se encuentra en los trenes a nadie que diga: "yo, por desgracia, he via­Jado mucho">>16.

El desconocimiento y también la idealización por cuanto había en el exterior propi­ciacon que los viajeros españoles incipientes fueran al encuentro de aquella realidad con una mirada distorsionada. Una distorsión que a menudo constituía también la conse­cuencia natural de haber contemplado hasta la saciedad escenas que había popularizado la industria cinematográfica, que por imperativo oficial se había convertido en el suce-

IS Maóa Ángeles SÁNCHEZ, "Luis Carandell: aprendiz de todo, maestro de todos", en Pr6xima estación: BeniCJlssim, ed. ~osalía Torrenc eral., Castello de la Plana, Publicacions de la Urúversitat jaume I, 2005, pp. 9-30. 6 [Luis CAAANOELL] "A todos nos gusta viajar", en Viajar, 1 (1978), p. 5.

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dáneo con el que satisfacer los deseos de los viajeros frustrados, si es que hemos de juz­garlo por un célebre principio que se atribuye al general Franco y del que el menciona­do artículo editorial se hace eco al aludir al <<consejo que los gobernantes daban por entonces a sus súbditos: "Menos viajar y más ir al cine"»t7.

La cultura cinematográfica de los españoles condiciona de manera especial la visión que ellos tienen de Italia, tras años en los que el espectador ha sorbido lo mejor de la produc­ción neorrealista y de sus inmediatos herederos. Al respecto llama la atención el acto coll:l­ciente con el que Miguel Bayón, uno de los autores de reportajes de terna italiano que consideramos en esta aproximación a los primeros años de la historia de Viajar, pinta la ~­lidad de cuanto advierte a su paso por las calles de Roma. Todo evoca algo ya visto en 1a pantalla, en virtud de una asociación de la que es plenamente consciente el reporter:n y que, a la par de la propia erudición, se convierte en un instrumento que le ayuda a descodi­ficar el mundo del que es testigo: «Haber visto -vivido- cine italiano, o cuadros renacenQs... tas, o grupos escultóricos de cónsules, procónsules y questores, sirve de gran ayuc1a»1s.

2.3. El italiano en su entorno No hay fronteras entre el individuo y el espacio en el que éste se halla inmerso. El

entorno urbano, y en parte también rural, se entrelaza con el prototipo del italiano hasta. el punto de que el marco espacial que se describe resulta indisociable de la población que en él vive y que termina integrándose en este paisaje como si se tratara de un ~ primordial, equiparable a las numerosas y valiosas piezas de su patrimonio arquitectóni­co: «Las calles [de Roma] son museos vivos -de piedras, de monumentos, de hombres y mujeres- que hay que observar y vivir con los cinco sentidos>>19.

En estos textos pertenecientes a la primera época de Viajar, esta atención por ef hombre que habita en el lugar al que pertenece resulta, con todo, poco explícita. La sensación es de hecho la de que en aquella fase inicial, en la que los autores se lanzaron al descubrirni.ento de un espacio del que sabían tan sólo por intermediación cultural, dejan a un lado el testimonio directo y se muestran sobre todo estimulados por un pt'l)o­pósito didáctico, sintiendo la necesidad de transmitir a sus lectores información de emi­nente carácter enciclopédico. En sus reportajes se hacen eco de las vicisitudes bístóricat, arqueológicas (al respecto se cuenta incluso con una sección especializada) y artísticat que han determinado las vicisitudes sociales y culturales de aquella geograña mediterrí• nea. Sólo ocasionalmente, en cambio, sienten la urgencia de fijar en el texto impreso retazos de la vida fugaz que se desliza ante su mirada testimonial.

2.4. Anacronismos y tipos hegem6nicos La proyección en el tiempo presente de cuanto aconteció en siglos pasados, y aun ea

la Antigüedad, es también otra constante en los textos de los primeros colaboradores dt Viajar, en cuyos artículos tarde o temprano termina abriéndose paso dicha continuidacl anacrónica. Al describir Italia y los italianos, en los textos de los reporteros se funden Y quedan entrelazados pasado y presente. Así, por ejemplo, al evocar la actitud de quienllt asistían a los espectáculos del Circo Máximo de Roma, el autor superpone los p~ temporales con consciente anacronismo: <<Los "tifosi" o "hinchas" no son nada nuCVIf

17 (CARANDELL] cA todos nos gusta» cit., p. 5; Luis CAR.ANDE.LL, "Un país llarnado Celtiberia", en Triunfotn• tpora.]ornadas organizadas tn la Gua de Vt lázquez los dfas 26 y 27 de octubre dt 1992, ed. Alicia ALTEO VIG1l Y.,_ AUBER.T, Madrid, Casa de Velázquez-Eiliciones Pléyades, 1995, p. 137. 18 Miguel BAYÓN, "Eternamente Roma", en Viajar, 38 (1981), p. 29. 19 BAYÓN, "Etemamente Roma" cit., p. 29 [Entradilla].

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en Italia»20. Como si la afición de los italianos por los deportes competitivos, y en con­creto por el rutbol, se hallara al extremo de una línea que enlaza de manera natural con las pasiones de los romanos de la Antigüedad latina por los combates de gladiadores.

Se hace dificil ver hasta qué punto hay conciencia, por parte de los autores, de estar :mte una realidad geográfica y cultural compleja en la que se mantienen el rasgo diferen­cial y una idiosincrasia muy heterogénea. La sensación es la de que el reportero, que es testigo de un suceso intrascendente en los muelles de Nápoles, dándonos una crónica nimia que revela la flexibilidad ante la normativa en favor de la cortesía hacia el prójimo (se ha levantado ya la pasarela por la que se accede a la nave que cubre el trayecto entre Nápoles y la isla de Capri, pero aparece de repente un autocar cargado con turistas y se baja de nuevo la rampa), no consigue marcar límites entre las nacionales y las que podrí-

!:!::::=~GI'1 i.'1terpreta...rse come e&ractef.sticas distirlth.ras de ur~ conducta rídda infrecuente entre meridionales: «Al fin y al cabo, estamos en Italia. ¿Qué importa perder diez o quince minutos dentro de una jornada feliz?»21. En los reportajes que consideramos las marcas de singularidad local, cuando se hallan presentes en el texto, resaltan por su excepcionalidad.

El habitante de la capital se erige en la quintaesencia de la italianidad. El romano es sin duda el más sujeto a la esterotipización y sobre el que el reportero pone en juego los proverbiales lugares comunes. En el único reportaje de nuestro corpus centrado en la capital italiana, Miguel Bayón acoge todos los tópicos que pesan sobre la idiosincrasia de los romanos22. Son de hecho los que suscitan con mayor automatismo la puesta en mar­cha de mecanismos de esterotipización, mientras que sobre los habitantes de las restantes regiones italianas apenas se centra el foco intencionado del reportero, exceptuando cli­chés primarios de naturaleza caricaturesca que se basan en motivos puramente exteriores: al gondolero veneciano que viste el tradicional súeter de rayas y va tocado con el som­brero de paja con lazo23 se le contrapone «el clásico romano lenguaraz en carniseta>>24.

En algunos textos los rasgos de comportamiento se ligan al marco espacial restringi­do al que están vinculados los habitantes de las ciudades italianas. Son actitudes condi­cionadas por el peso de la tradición que supone la pertenencia a un grupo urbano impermeable a cuanto procede del exterior y que le distingue frente a los demás com­ponentes de la colectividad. Este determinismo espacial, que vincula el individuo al territorio, es uno de los motivos que recurren con mayor frecuencia en el corpus de textos que consideramos.

2.5. El estereotipo del turista En los reportajes de viajero son los turistas, con sus actitudes homologadas por exi­

gencias que suelen ser casi siempre las mismas pese a su heterogéneo origen, quienes a ~enudo caen en el campo visual del autor y quedan incorporados a sus textos como npos humanos indisociables también ellos de la escena costumbrista que se retrata. Constituyen un grupo humano amorfo en el que no cabe la singularidad y cuyos nl!Iherosos miembros se mueven mecánicamente al unísono. Son sobre todo los que Viajan en bandada a las grandes ciudades de arte italianas, como Venecia, donde «com­Pran ceniceros de falso cristal de Murano, pañuelos de seda, viajan en vaporetto y alqui-

~ Javier ARCE, "Sicilia: los mosaicos de Pi= Annerina", en Viajar, 7 (1978), p. n. 22

José Ptluz GÁU.EGO, "Un mito llamado Capri", en Viajar, 36 (1981), p. 22.

23 BAYÓN, "Eternamente Rorru~" cit., p. 30.

24 Cristina PERJ ROSSI, "La agonía de Venecia", en Viajar, 8 (1978), p. 75. BAYÓN, "Eternamente Rorru~" cit., p. 30.

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Elena LIVERANI y Jordi CANALS ----lan _góndolas»zs. Estos turi.stas insaciables, causantes e_n buena pa:te de la decadencia de la cmdad lagunar, se descnben de manera eficaz mediante la metafora que los equipara a los cuervos que caen sobre la carroña: «~os visitantes] se lanzan vorazmente sobre ella [sobre Venecia] como sobre un agonizante aún bello de ver»26.

En el frente opuesto registramos los lugares en los que el autor evoca al turista rne~ cólico que, como surgido de tiempos pasados, recorre enclaves ligados a las que etapas canónicas del esteta decimonónico, propicias a desvaríos de inspiración roxnáJlricL'' Un estereotipo de turista solitario y melancólico que aparece sobre todo asociado a enclaves de interés arqueológico a cuya fama contribuyeron los viajeros del Grand José Pérez Gállego da, por poner un ejemplo, a este tipo cabida al describir la !vf.irabi!e de Bacoli; que se halla en los Campi Flegrei, sin que haya conseguido entrada en el texto del cliché: «es poco o nada frecuentada, siendo úni"[caJ~etm~~ por cineastas en busca de escenarios insólitos o románticos turistas solitarios .. . >>n.

3. Última época de "Viajar" (1996-2009J8 En el corpus de nuestro proyecto PRIN aparecen 35 textos extraídos de la

Viajar. Dejando de lado algunos artículos que hemos preferido clasificar como ríos", los demás se adscriben al género del "Reportaje". Por lo que se refiere a su ficación pormenorizada, según los parámetros indicados por Belenguer29 rermtllllll Acler30 y nos limitarnos a recordar que en su gran mayoría son reportajes de viajes gráfico-urbanos que centran su atención en ciudades espécificas como Roma, Florencia, Venecia, ofreciendo una visión de conjunto de las mismas. Para someter textos a un análisis que intente estudiar los fenómenos de mutua percepción, nos oportuno recordar las palabras de Idoia Arbillaga, quien en su monograña sobre toria del viaje a Italia como género literario, desde sus albores hasta el s. XX, que los viajeros españoles, con respecto a los de otros países «no expresan el grado de sorpresa ni ese arrebatado entusiasmo»3t por lo que atañe al patrimonio co y natural de Italia, circunstancia que la estudiosa atribuye a las afinidades políticas y artísticas y a una geografia en gran medida asimilable. En cambio en textos, que tienen finalidades distintas, nunca faltan, como era de suponer, amplias rencias a todo esto; es más: cualquier reportaje, remite invariablemente a tales Otra vertiente de fundamental importancia en la percepción recíproca es la que cierne a los caracteres nacionales; a pesar de· que nuestros textos se concentran mál en la descripción de Italia que en la de los italianos -y en los contados casos en se dedican a este aspecto prevalece un actitud, como veremos, acrítica y r~r,·r ~011111 es indudable que los dos paises también en este sentido advierten una sensación tiva semejanza a la que hacía referencia la estudiosa ya citada32. En resumidas

25 PERI ROSSI, "La agonía de Venecia" cit., p. 66. 26 PERI ROSSI, "La agorúa de Venecia" cit., p. 74. 27 José PÉR.EZ GÁU..EGO, "Los Campos Flegreos", Viajar, 12 (1979), p. 27. 28 Para la redacción. de este artículo se han consultado también textos de la revista de fecha anterior. 29 Muiano BELENGUI!R JANil, Periodismo de viaje. Análisis de 11M especializad6n periodlstica, Sevilla, Social, 2000. 30 Irene ACLER, "Reportage di viaggio: una pro posta di classi.ficazione'', en CANALS y LJVEMNI, la paro/a cit., pp. 17-28. 31 Idoia Aru3LLLAGA, Estetica y teQria de/libro de IIÍaje. El "IIÍaje a Italia" en España, Málaga, urn:ver.nu..-•"""'i ga, 2005, p. 469. 32 Recordarnos aquí, con las palabras de Bruno Mazzara, cuál es el estereotipo más difundido coP

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nos importa subrayar por lo que respecta a la adhesión a la diversidad, estos dos países presentan un rrúnirno grado de conflictividad entre sí: se puede en efecto afirmar que se trata de dos culturas que poseen los mismos mecanismos de defensa y de atenuación con respecto a los tabúes de lo que es realmente distinto, ese Otro que es tan dificil de integrar en la propia visión del mundo y que tendemos a neutralizar pretendiendo que lo distinto se limite a ser lo exótico; la diferencia y la distancia se declinan por lo tanto de manera que se puedan guiar y controlar.

Como anticipábamos, una de las principales funciones del reportaje en estos últimos mos donde la circulación de noticias a través de la red permite a cualquier persona abas­tecerse de todo dato necesario, es la de enseñar aspectos y lugares insólitos o, más senci­llamente, la de actualizar la información en beneficio de los lectores, potenciales viajeros .ue quieran emprender t.Ln_a e_xperiencia persor.a! parecida. Y segu¿~'11ente u...~c de los rasgos característicos de estos textos es la distancia que se quiere marcar programática­mente entre turista y viajero; es a este último, en efecto, a quien se dirige explícitamente el reportero, o acudiendo a la forma participativa de nosotros. No es de extrañar, por lo Wlto, que se establezca una especie de equivalencia entre quien puede comprender la auténtica esencia de un lugar a través de la experiencia -el viajero- y quien, como el turista, se priva de esta oportunidad de conocimiento33. Emblemático a este respecto es el caso de Venecia: «Los turistas, en los tres días de estancia media que emplean para conocer la ciudad de los canales, desperdician la magia de su pátina bajo la inadecuada presión de querer comprenderla como si fuera un trampantojo»34; <<La Plaza de San Mar­cos y todas sus calles adyacentes estaban totalmente invadidas por una masa de turistas en pantalón corto empeñados en hacer la misma foto o idéntico plano de video»35.

Responden al a&n de mostrar aspectos menos conocidos o rutas nuevas, para poner un ejemplo, textos como el de Carlos Carrúcero, donde se traza un recorrido que parte del Lago Maggiore y va hada las villas paladianas, y que desde el íncipit demuestra no saber renunciar a los tópicos antes mencionados: «Vicenza y Padua simbolizan una Italia ajena a los grandes movimientos de turistas pero cargada de historia, monumentos y sensibilidad»36; o reportajes que nos describen un tipo de turismo nuevo en zonas menos concurridas37.

La actualización de la información, junto con la descripción y la función persuasiva, es uno de los pilares sobre los que se fundan estos textos que, come se decía, en muchas ocasiones no presentan una imagen o una mirada particularmente innovadora. Es el ~o, por ejemplo, del texto de Noelia Sastre, «La Roma que no sale en las postales,>, cuyo título delata abiertamente la voluntad de detenerse en el lavado de cara de Roma describiendo sus nuevas edificaciones (el museo Macro, la Central Montemartini, el

Qr.icter de los italianos: «Los italianos son fantasiosos y simpáticos, orientados hacia la comunidad particular (so­~ todo la familia) más que al colectivo social, inconstantes y superficiales, espontáneos y sinceros, preocupados ~ por la apariencia que por la esencia• (MA.zz...\Jv., Estereotipos y prej11idos cit. p. 28).

A propósito del estereotipo del turista del que burlarse, cfr. M. Isabel GoNZAr.Ez CRuz y M. del Pilar GON­ZALEz DE u. RosA, "El viaje linguístico: una aproximación sociolingüística a la literatura de viaje", enj. M. Ou­~ e~ al., Escrituras y reescrituras del viaje, Bem, Peter Lang, 2007, pp. 235-247.

33 F1ona CAMERON, "Pahcios de alquiler en Venecia", en Viajar, 142 (1997), p. 40.

36 Francisco Po EGEA, "Venecia: la orgía perpetua", en Viajar, 115 (1995), p. 32. Carlos CARNICERO, "Italia en tres dimensiones, del Lago Mayor a Vicenza y Padua", en Viajar, 154 (1988).

i'f· 112-117. Por ejemplo Ana VtTIENES, "Turismo rural en el norte de la Toscana", en Viajar, 152 (1998), pp. 34-43, que

llos describe la zona del Chianti, Lucca y Pisa y propone una estancia de turismo rural.

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auditórium de Renzo Piano) y las últimas estructuras receptivas38• Aun más evidente es el propósito de evaluar el impacto turístico de algunas obras realizadas a raíz de impor­tantes acontecimientos internacionales, como se desprende del reportaje de Ana Vitie­nes que describe la capital reformada para la celebración de1Jubileo39.

La exaltación de lo nuevo parece ser, por lo tanto, el hilo conductor de los repotb:ies de estos últimos años pero la búsqueda de estos elementos de atracción a veces se reduce a meras citas. Como se recordaba, prácticamente no hay casos en los que no se proponga una visita a una ciudad italiana sin mencionar su glorioso pasado artístico. Si tomamos como ejemplo Florencia, uno de los destinos más amados, volvemos a encontrar Jo, mismos itinerarios, las mismas citas literarias que ya casi se pueden considerar obligato.. rias. La innovación por lo tanto reside -tal como ocurre por ejemplo en el reportaje de Nuria Cortés<IO- en yuxtaponer al síndrome de Stendhal una referencia a Hannibal 1.eo-. ter, o a aconsejar un paseo por los Uffizí y luego por las tiendas de Pucci o Ferragam0 .

El terna del turismo de la moda o de la compra, como era de esperar, se concenca en particular en un destino, Milán. Se reduce a proponer esta única faceta de la ciuda4 Cristina Mihura41, mientras que el texto firmado por Ana Vitienes aborda, en forma dé diario, una visita mucho más completa, con todo lujo de detalles, por rincones mi1arJe.. ses. La conciencia con la que la autora decide querer alejarse del estereotipo que sintetiat za Milán como capital de la moda, y la voluntad de distinguirse de las masas de turista;. ((<Se agradece la ausencia de turistas en manadas»), no sólo no le impide caer en tópicos (la inaccesibilidad de los precios, por ejemplo) sino que adelanta una conclusión cuando la periodista se describe a sí misma, lista para embarcar en el de vuelta, cargada de bolsas42.

Uno de los destinos turísticos que más tacilmente se presta a la estereotipización sin lugar a dudas Nápoles. No es el caso del texto de Javier Reverte, uno de los brillantes reporteros -que en «Nápoles» de 2004 refleja la experiencia de quien, a de las buenas lecturas, en este caso Malaparte y Norman Lewis43, puede llegar a trar en la esencia de una ciudad~ sino del de Juan Ramón Vidal:

La humedad, d mar y las oscuras historias de la Camorra caracterizan a esta urbe de balcones ropa tendida, calles estrechas y tráfico surrealista criada a los pies del Vesubio. Auténtico didllt1IIU1 más puro humor italiano, su olor a spaghetti con tomate y d desorden sintomático de su ofrecen un recital mediterráneo rebosante de actividad, a veces peligrosa o festera, pero callada o apática

El texto sigue con un listado de lugares comunes: «Entre las cualidades de Ná¡IJOIIIIJ no está precisamente la de ofrecer una buena imagen>>, afirmación a la que siguen deraciones sobre el tráfico, la basura, el contrabando, San Genaro, la pasión por el bol, y una descripción que roza lo folklórico:

Guardando la entrada verá al cabeza de familia en C2miset:a, luciendo un tripón impenittnU Y el aspecto de haber olvidado ya el último día en que trabajó. A poco que no aparte la visa. un vistazo al interior: la cama -impecablemente hecha-, el armario imitación estilo imperio

38 Noelia SASTRE "La Roma que no sale en las post:a!es", en Viajar, 218 (2003}, pp. 32-46. 39 Ana VITIENES, "Roma la eterna modernidad", en Viqjar, 185 (2000), pp. 82-100. 40 Nuria CORTÉS, "50 ideas para disfrut:ac de Aorencia", en Viajar, 220 (2003}, pp. 106-110. 41 Cristina MIHUR.A, "El emporio de la moda", en Viajar, 10 (1994), pp. 10-16. 42 Ana VITIENCS, "Milán. Arte y diseño made in lt:a!y", en Viajar, 158 (1998}, pp. 44-45. 43 Javier REVERTE, "Nápoles", en Viajar, 233 (2004}, p. 20.

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parloteo de la televisión, entre imágenes piadosas, alguna que otra flor de plástico y un montón de enseres domésticos«

Como ya hemos recordado, exceptuando el fragmento reproducido, en realidad son bastante escasas las referencias al carácter nacional del italiano en estos reportajes; y llama la atención que siga teniendo vigencia una visión que, como apuntaba Canals en el apartado anterior, le debe mucho al cine italiano:

Alguien dijo que los italianos se empeñan en perpetuar la caricatura que han hecho de sí mismos y, tal vez, el juicio sea cierto. Exageran, gesticulan, exhiben a cualquier hora su portentoso talento para la mímica, te dicen las frases que estás deseando escuchar mientraS sonríen para sí con sabia melan­colía. Unos te interpretan un papel de Sordi, algunos el de Gassman y otros el de Mastroianni. Unas te exhiben su busto como la Loren, algunas las pantorrillas como la Mangano y otras te gruñen como la Magnani. Y, al contrario de lo que podría pensarse, tanto teatro no les ridiculiza sino que les hace, ante nosotros, más seguros de sú propia naturaleza, firmes en su ego sutil y profundo45

Por lo que se refiere a los aspectos lingüísticos, la modulación de los mecanismos de estereotipizacion se vale en buena medida de las herramientas que permiten la simplifi­cación del Otro garantizando su existencia gracias a la aserción, como recientemente ha ~ubrayado Marie-Ange Bugnot en una monografia que se ocupa del discurso turístico y de la reactivación del locus amoenus: «La généralisation pose une réalité comme existant et par conséque)\lt représent un jugement de valeur thétique du garant»46. En esta pers­pectiva, también'. las acumulaciones, las enumeraciones y las hipérboles apuntan a este objetivo. El aná#,sis de nuestro corpus ofrece abundantísimos ejemplos de técnicas de generalización: !ICapri es la reina de las sirenas»47; «Milán es la capital mundial de la moda»48; <(Náp9J~s combina con sabiduría el vigor mediterráneo con una intensa indo­lencia sureña>>49; 1«Venecia es la más onírica de las ciudades italianas>>so.

Desempeñañ;::1una función parecida todas las formas de interdiscursividad -la cita, la alusión o la overassertation-; como hemos intentado demostrar en otro trabajoS! se trata de estrategias argumentativas con función apelativa encaminadas a fundar la veracidad de lo afirmado b en el principio de autoridad o en un conocimiento compartido; de allí la copiosidad de referencias literarias y cinematográficas que contribuyen a reafirmar las expectativas del lector y a proponer una imagen de Italia que, como se decía, si no fuera por algunas características discursivas típicas de los reportajes y por las temáticas

====~ue se esfuerzan por ser novedosas, segui.ria siendo bastante convencional y en muchos casos bastante parecida a la propuesta por las guías.

4. Conclusiones Los textos de la época inicial de Viajar presentan a grandes rasgos una gran heteroge­

neidad temática y también formal. Al tiempo que algunos autores se imponen la tarea de

44 Juan Ramón VrDAL, "Nápoles: temperamento volcánico", en Viajar, 128 (1996), pp. 58-72. : Javier REVER TE, "Siempre Italia", en Viajar, 259 (2007), p. 18.

Marie-Ange BUGNOT, Le discourse touristique ou la réactivation du "locus amoem1s", Granada, Comares, 2009, p. 124. ' 47

i8 Alonso IBARROLA, "Capri, Ischia y Procida: cantos de sirena", en Viajar, 95 (1993), pp. 68-83. VrTil!NES, "Milán. Pute y diseño" cit., p. 44.

49

50 Ana VITIENES, "Nápoles. La sirena meridional", en Viajar, 193 (2001), p. 20.

51 Ana VITIENES, "Venecia. 48 horas", en Viajar, 175 (2000), p. 86. Jordi CANALS y Elena LlVERANl, "Voces del discurso en reportajes de viajero", en La lengua del turismo. Géne­

l(!s discursivos y terminolog(a, ed. Maria Vittoria CALvr y Giovanna MAPEUI, Bem, Peter Lang, 2001, pp. 114-130.

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divulgar conocimientos de carácter enciclopédico sobre destinos que se proponen lugares poco conocidos aún por sus lectores, otros dejan en cambio constancia de la sin­~i?ad d~ una estancia p~onal. Aun . en estos casos no abundan las ~o~i~eraciones subjetlvas, ru tampoco las VISiones estereottpadas. Tal vez porque en estos anos lillciales periodismo de viajes (iniciales en España, pero también en la mayor parte de países peos), el objetivo se centra de manera prioritaria en la transmisión de datos rr· nn,-n. ....... __

lo que convierte a dichos textos en un material alternativo a la guía propiamente Registramos con todo reportajes en los que el autor lleva a cabo un balance ~u~;•¡etrvo lo que ha sido una experiencia real de viajero y no un sencillo acopio de materia Los lugares comunes y los estereotipos asoman ocasionalmente a la superficie del pero en tales casos la sospecha es sobre todo la de que se insinúan en los reportajes dose eco de estampas de corte popular con las que los autores se habían l.élUWl<llllZli(JD

través de la cinematograña (y algo menos la literatura) italiana de décadas pre,Ce<lienb!~M que constituye una deuda cultural que, como en el caso de Miguel Bayón, admiten nos de los autores de esta primera época de Viajar que de manera inconsciente y a estaban foljando un género pedodístico que ha perdurado hasta nuestros días.

Quizás más homologada sea la producción de los últimos años; los reportajes siendo de buen nivel pero, por lo que respecta a la imagen de Italia que pro'FOilS quitarnos los textos donde la personalidad del escritor sobresale de manera eVlt, ... nl,. en los que responde más claramente a un modelo casi diarístico donde la narración experiencia vivida prevalece sobre las instancias informativas, en general se trata tos que tienen una estructura bastante rígida y que tienden a parecerse a los que facilmente se pueden encontrar en las guías de tono menos formal. Au~"\UIIil:: reportajes 'más logrados, sea desde un punto vista de la estructuración u·,~'Wli''~'-'~IA.i desde una perspectiva temática, no nos parecen un género donde se esté ex-petimleal do un tipo de comunicación verdaderamente innovadora. A pesar de todo esto, deramos que los reportajes de la revista Viajar siguen desempeñando una función mativa y descriptiva de calidad y que también gracias al soporte iconográfico ejercer una eficaz función persuasiva para aquel segmento de público que todavía a viajar para experimentar el conocimiento de algo posiblemente nuevo y distinto.

Resumen: El recuno al estereotipo en el periodismo de viajes es una estrategia discursiva que &cilita la una realidad desconocida para el destinatario de los reportajes. Los autores pa~;ten para dicho esrudio de la considCIId!ll un corpus de teXtOS extraídos de la revista española /'if9ar en Jos que se describen metas italianas. Se contta¡xmcn publicados en los primeros años de existencia de la publicación {1978-1983) a Jos de fecha mh reciente n 'l'/6..21111!111

ración que perm.ititá valorar la cambiante aproximación por parte de los profesionales de la edición de textos

Palabras clave: estereotipo, periodismo de viajes.

Abstract: Using stereorypes in travel joumalism is a discourse strategy aimed at malciog it easier for readcn 10 stand a reality they do oot koow. lo this paper, we aoalyze a corpus of texts published by the Spaoish about ltalian destinatioos. We compare textS written during the first years of the magazine's existence more recent ooes (1996-2009), thus highligbting the chaoges in the approach used by professiooals in tbc tourism publishing.

Keywords: stereoryping, ttavel joumalism.