El

dragón bailón

Érase una vez un dragón al que le gustaba bailar. Vivía a las afueras de la ciudad de Dragolandia porque los dragones se reían de él. Piter, el dragón morado se fue de la ciudad para perseguir sus sueños. Piter aburrido de la risa de los dragones se fue del pueblo para buscar animales a los que les gustara bailar. Iba caminando y se encontró a un hipopótamo y le dijo: -¡Buenos días! -¡Buenos días!, le contestó el hipopótamo. Piter le pregunto al hipopótamo pachón: -¿Conoces a alguien al que le guste bailar? -Si, yo soy un profesor de baile. ¿Por qué lo preguntas? -Porque a mi me gusta bailar. -¡Pues has tenido suerte, yo te puedo enseñar a bailar! -¡Oh, que suerte se ha hecho realidad mi sueño! Y se fíe con el profesor Pachón al salón de baile. Un día por el pueblo de Pachón pasaron un grupo de deportistas diciendo que había un concurso de baile.

Pachón le dijo a Piter: -¿Quieres participar? Y Piter le dijo: -¡Pues claro! Al día siguiente empezó la competición. Estaba en lo alto de una montaña. Pachón le dijo a Piter que no era fácil, pero de repente la gente de Dragolandia llegó para animarle. Así Piter con su fuerza de ánimo y los aplausos de la gente, se llenó de fuerza y se puso a bailar. Así gracias a los aplausos y loa ánimos ganó la copa Floristonerarina y nadie se río ni de él ni de nadie y nunca se volvieron a reír de los sueños de otros u otras.

Autor: Juan José García Martín