El Dilema de La Legalizacion de Las Drogas - Copia (2)

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El dilema de la legalización de las drogas Luis Chang Ching Políticos, economistas y arquitectos de políticas públicas debaten el dilema de la legalización de las drogas en todo el mundo. Por un lado, hay quienes pretenden su legalización, pero en el otro extremo están quienes se oponen basados en el fallo de su implementación en los países que decidieron legalizar las drogas. En el medio, encontramos países que pierden el control de parte de su territorio a maños de las mafias y el narcotráfico, gobiernos paralizados por el lavado de dinero, delincuencia organizada, y la corrupción a todo nivel. Todo esto ha llevado a considerar a ciertos países como estados no viables enfrentados al doble estándar moral del laissez faire ante el narcotráfico e incluso el terrorismo o la guerrilla asociada, dejándolos en el foco central de este dilema. 1

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un amplio analisis sobre el asunto de las drogas

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El dilema de la legalizacin de las drogasLuis Chang ChingPolticos, economistas y arquitectos de polticas pblicas debaten el dilema de la legalizacin de las drogas en todo el mundo. Por un lado, hay quienes pretenden su legalizacin, pero en el otro extremo estn quienes se oponen basados en el fallo de su implementacin en los pases que decidieron legalizar las drogas. En el medio, encontramos pases que pierden el control de parte de su territorio a maos de las mafias y el narcotrfico, gobiernos paralizados por el lavado de dinero, delincuencia organizada, y la corrupcin a todo nivel. Todo esto ha llevado a considerar a ciertos pases como estados no viables enfrentados al doble estndar moral del laissez faire ante el narcotrfico e incluso el terrorismo o la guerrilla asociada, dejndolos en el foco central de este dilema.La prohibicin del alcohol y su ulterior legalizacin tuvo a los intereses econmicos de productores y comercializadores como sus grandes actores, las consecuencias histricas de esta decisin ha sido largamente documentada (Dura, 2012) , al igual que la legalizacin del tabaco y su abuso, en reportes pblicos e investigaciones acadmicas (Gunnlaugsson & Galliher, 2010). El alcoholismo, el cncer pulmonar y el ataque cardiaco constituyen los principales flagelos de salud pblica relacionados con el tabaco y el alcohol. La legalizacin trajo aparejada una determinada cuota de regulacin es decir, incluso la venta de tabaco y alcohol en ciertas ocasiones se encuentra prohibido de venderse a menores de edad o de consumirse en lugares pblicos, tambin encontramos limitaciones a las actividades de comercializacin, publicitarias, e incluso sanciones drsticas a quienes manejen en evidente estado etlico y que podran suponer crcel efectiva si ocasionan la muerte de manera negligente.A pesar del hecho que los candidatos a diferentes niveles de gobierno en los diversos estados en los Estados Unidos de Norteamrica (USA, por sus siglas en ingls) introducen ms y ms el tema de la descriminalizacin de la marihuana en los Estados Unidos por considerarla una droga blanda, el lenguaje oficial del departamento de estado norteamericano contina siendo el mismo: Guerra a las drogas. Un anlisis de norte a sur en todo el hemisferio (Brasil, Mxico, Canad, Jamaica, y tambin Per) nos lleva a reconocer que la guerra a las drogas es tambin la poltica oficial de no pocos pases de la regin, sin lugar a dudas, influidos por la poltica norteamericana. As, el entonces candidato presidencial y luego posterior presidente de Colombia lvaro Uribe fij claramente su posicin al declarar because if we do not defeat drugs, they will destroy our ecology, our rule of law, our productive culture, and the future of our youth [porque si nosotros no vencemos a las drogas, ellas destruirn nuestra ecologa, nuestro estado de derecho, nuestra cultura productiva y el futuro de nuestra juventud] (Tokatlian, 2002, p. 38) Una revisin a los avances de esa guerra contra las drogas nos muestra resultados no pocas veces desalentadores, incluso hay quienes ponen en duda que efectivamente los Estados Unidos y Mxico realmente desean ganar esta guerra (Stout, 2012), incluso la milenaria china no se salva de este flagelo. Recurdese que China vivi una etapa del opio que fue fuertemente combatida por Mao Tse Tung, el fundador del partido comunista chino y por muchos aos su gua y gran timonel. Recientemente el narcotrfico viene en aumento y poniendo en serio riesgo las relaciones de China con su vecino de Corea del Norte. En el gigante asitico, la produccin de drogas, su comercializacin y ulterior consumo estn castigados como parte de la doctrina que emerge del partido en el poder. Sin embargo, se sostiene que las reformas econmicas, as como la apertura comercial y otras reformas implantadas por sus sucesores desde 1980 con Deng a la cabeza, han generado tal nivel de corrupcin que el problema de las drogas ha re-emergido haciendo que el trafico de drogas tambin sea hoy un problema que requiere una mayor atencin del gobierno, la prensa y la sociedad china en su conjunto (Clarke, 2008). Los pases rabes no estn ajenos al narcotrfico y sus actividades conexas a pesar de las drsticas medidas punitivas que conllevan incluso la pena de muerte en casos de trafico ilcito de drogas. Una mirada a la historia reciente del narcotrfico en Jordania es muy aleccionadora del escalamiento del problema. Hasta la mitad del siglo XX no se registran incidencias importantes de narcotrfico. En la dcada de los 50 se introduce la cannabis, mas conocida como marihuana, como una droga blanda sobre todo desde la zona de Palestina. Dos dcadas despus el trafico ilcito de herona y cocana se convierten en el principal problema de seguridad nacional (Al-Fawwaz et al., 2012) reportan un alto nivel de correlacin entre el trafico de drogas con el crimen y la delincuencia. El escalamiento de drogas blandas como la cannabis hacia las drogas duras como la herona y la cocana es una tendencia mundial, mas recientemente hay un nuevo foco de preocupacin porque el flujo del narcotrfico de una va de pases productores relativamente pobres y subdesarrollados a pases consumidores relativamente ricos se transforma en una avenida de doble sentido con el retorno de drogas qumicas cada vez mas populares en esos mismos mercados de pases desarrollados que ya empiezan a penetrar mercados de pases pobres con este tipo de drogas baratas, abundantes y de fcil acceso. Rusia no escapa a la tendencia mundial antes indicada. El uso de narcticos y psicotrpicos tiene un fuerte impacto en poblacin joven afectando su salud mental. Lo grave es que el incremento de este problema de salud publica entre los aos 2002 en comparacin con los aos 90 se aprecia que la cantidad de personas afectadas se ha incrementado hasta en 10 veces, pero las poblaciones jvenes en 14.8 veces (Shcherbakova, 2005). El problema de salud publica es creciente en la medida que la poblacin impactada por el narcotrfico aun no ha alcanzado el nivel de madurez fsica, social y psicolgica suficiente como para decidir de manera madura respecto del uso de estos narcticos y psicotrpicos. La dependencia de las drogas llega a inutilizar a estas personas para alcanzar la capacidad de decidir sobre su vida e incluso los incapacita para el trabajo, reclutando a este grupo etario -lenta e irremediablemente- en un circulo vicioso de las drogas y la delincuencia para financiar su consumo. Nordstrom and Dackis (2011) estudiaron la relacin entre la adiccin y la delincuencia. En 2007 la violacin a la legislacin de drogas alcanzo 14 millones de arrestos y se estima que 19.9 millones de norteamericanos mayores a 12 aos son consumidores usuales de drogas ilcitas lo que equivale al 8 % del total de la poblacin de Estados Unidos. Descubrieron que la conducta permisiva domestica incrementa el chance del abuso de drogas por parte de los adolescentes. Estudios correlacionales confirman que la adiccin severa fue un predictor significante de la conducta criminal. Al comparar grupos adictos con otros no adictos, el riesgo de exhibir estilos patolgicos por parte de los adictos se incrementa en 40 veces. Del mismo modo, entre los riesgos potenciales se puede mencionar la propensin a la agresin y violencia, conductas antisociales, pandillaje, falta de autocontrol, encontrando que el uso de tabaco, alcohol y marihuana era significativamente elevado en sujetos con deficiente autocontrol. Sucesivos periodos de adiccin y abstinencia tambin han sido estudiados, encontrando que durante los periodos de abstinencia los drogadictos son criminalmente activos. La relacin entre abuso de drogas y criminalidad esta ampliamente sostenida en la literatura. Smithson, McFadden, Mwesigye, and Casey (2004) estudiaron la reduccin de la oferta de herona en Australia y encontraron que no existe una correlacin entre esta reduccin y las muertes por sobredosis. Estos resultados podran sugerir una situacin de todo o nada, es decir, que la reduccin de la oferta del narcotrfico no tendra un beneficio social apreciable por lo que la guerra al abuso de drogas debera ser total para alcanzar beneficios tangibles. Ortiz (2009) estudi la desaceleracin de la economa Colombiana comparando una tasa media tendencial desde la dcada de los 30s del siglo pasado hasta inicios de la dcada de los 80s, donde cambia a una desaceleracin tendencial. Ortiz revis varias explicaciones a esta desaceleracin y una de ella se relaciona con la escalada de violencia que vivi dicho pas, la que tambin esta relacionada con el narcotrfico en trminos de causalidad. Tambin se enfoca el problema de la produccin de coca y cocana en trminos de competitividad y articulacin con el mercado mundial en el sentido que si esta actividad no fuera rentable para quienes la desarrollan, simplemente no estaran dedicados a ella. Jamieson (1992) report las actividades del narcotrfico en Norteamrica, el Reino Unido, la entonces Comunidad Europea, y Latinoamrica. Present las actividades de la Mafia en trminos de dominacin y poder para alcanzar consensos en el interior de la Mafia misma para desarrollar protocolos, reglas de juego, recompensas, territorios separando sus categoras a Mafia poltica para contrarrestar cualquier iniciativa antimafia, la Mafia econmica para penetrar el mundo de los negocios, y la Mafia demostrativa que incluye vendettas, asesinatos, extorsiones, entre otras medidas coercitivas para su beneficio. Si bien las convenciones de la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) sobre drogas de 1961, 1971 y la ratificacin en noviembre 1990 de la convencin de la ONU en Viena 1988 hacen impensable cualquier iniciativa de legalizacin de narcticos y psicotrpicos, acadmicos y polticos de diversas latitudes han planteado dicha legalizacin. Becker (2001) evidenci que la posibilidad de ganar la guerra a las drogas son mnimas, los esfuerzos de interdiccin y represin no han tenido los resultados esperados en el mundo entero, la proliferacin de mafias locales y organizaciones de mayor envergadura han respondido con notable xito a las iniciativas de los Estados para luchar contra las drogas. Las mafias han invadido las esferas sociales, econmicas y polticas de no pocos estados en el mundo al punto de que se considere una derrota definitiva ante ella y se proceda a legalizar la marihuana y otras drogas duras como alternativa de mayor efectividad. En la actualidad, los mecanismos de mercado son absolutamente contrarios a los postulados de la mafia. El mercado preconiza libre entrada y salida, informacin transparente, oportunidades para todos, en tanto la mafia es selectiva, cerrada, contraria al libre mercado. La propuesta de los seguidores de la idea de la legalizacin de las drogas plantea utilizar los mecanismos de mercado para controlar la actividad hacindola licita y legal, cobrndole impuestos, de modo que los precios suban y esto sirva como barrera de control al reducir las cantidades demandadas.La mafia y el crimen organizado en su accionar en la esfera econmica incorpora mecanismos de lavado de dinero que hacen imposible el desarrollo de actividades lcitas en otros muy diversos sectores de la economa en su conjunto. (Ferwerda, 2009) consider aplicables algunas extensiones del modelo de Becker antes mencionada: En la medida que la poltica anti lavado de dinero no tiene efectos sobre la decisin de lavado de dinero, porque si disminuye el lavado de dinero se incrementa sus costos de transaccin. Los efectos marginales de la poltica anti lavado de dinero refuerza la reinversin de excedentes de actividades ilcitas en otras nueva o mas poderosas actividades ilcitas. Gordon (2001) revis el lavado de dinero y el financiamiento de las actividades terroristas concluyendo que a pesar que el sistema de prevencin no ha logrado su misin recomienda fortalecer las unidades de inteligencia financiera para investigar y reportar transacciones sospechosas. Gaidelys and Buciunas (2008) reforzaron la idea de reinversin de fondos de actividades criminales en la misma actividad ilcita y no pocas veces tambin financian las actividades terroristas. Resuelto el tema de su ilegal origen, se utiliza para el desarrollo de negocios, inversiones, y otras actividades lcitas que se conectan con esta fuente de recursos mediante empresas offshore por tanto la lucha contra el lavado de dinero requiere la accin conjunta de las autoridades de supervisin financiera y bancaria de los pases que se asocien con tal fin.Holanda ha sido tomada como tpico ejemplo aparentemente exitoso de legalizacin de las drogas. Sin embargo, en los ltimos cuatro aos se cuadruplic el nmero de drogadictos, el consumo de marihuana aumento en un 25%, los coffee shops aumentaron de 30 a 300 en los ltimos 10 aos, la delincuencia, robos y asaltos a mano armada no han podido reducirse a pesar de la promulgacin de leyes ms severas, otros pases como Suecia reportan experiencias similares, Alaska tuvo que retroceder en el intento de legalizar la droga luego de una experiencia de 05 aos, Suiza permiti una zona para el libre consumo de drogas con el consiguiente aumento de peleas, prostitucin y homicidios. En general la evidencia emprica de la legalizacin de la droga no ha tenido hasta hoy un final feliz y tampoco ha dado los resultados esperados por los acadmicos y polticos que se mostraron a favor de dicha iniciativa. Cabieses (2012) consider que en el Per los tres pilares del prohibicionismo: penalizar el consumo, erradicar cultivos, militarizar territorios, han fracasado a la luz de la disminucin de los precios de las drogas, la cada vez mejor calidad de droga que circula ilegalmente, la inseguridad en las calles. En las dcadas de los 80s y 90s los sembradores de la hoja de coca eran efectivamente campesinos, un giro importante ha cambiado cuando las mafias ya no le compran hojas de coca a los campesinos sino Pasta Bsica de Cocana (PBC), de modo que los incorporan a la cadena productiva de esta droga. El eje de la interdiccin se encuentra acorralado en capturar campesinos y micro comercializadores de PBC que se han adecuado a las nuevas condiciones de mercado, en tanto los verdaderos capos de la Mafia dedican esfuerzos a otras actividades de mayor valor. Per se ha convertido en el primer productor de hoja de coca en el mundo, presumiblemente tambin sea ahora mismo el primer productor de cocana en el mundo. A pesar del exitoso programa de erradicacin de San Martin (departamento peruano de la selva norte) que constituye la nica experiencia exitosa en 40 aos de lucha, Villarn (2012) report un estudio de caso de desarrollo econmico local resaltando una serie de factores con la esperanza de replicar este modelo en otras regiones y departamentos del Per. La erradicacin del cultivo de hoja de coca y la comercializacin de PBC, drogas e insumos para su elaboracin han sido totalmente erradicadas en el Departamento de San Martin, abriendo una alternativa entre tantos reportes desalentadores. La legalizacin de las drogas se ha presentado como una alternativa de control ms efectivo considerando que la guerra contra las drogas ha fracasado en todas las latitudes. El incremento de la drogadiccin en los lugares donde se ha legalizado, con el ulterior aumento de la delincuencia y el crimen organizado ha hecho retroceder a los que descriminalizaron el consumo y la micro comercializacin, dcese que estos ltimos pretendieron imponer impuestos a los consumidores de drogas a cambio de que les dejaran operar. La reduccin o control del narcotrfico no ha reducido los problemas de la adiccin e incremento del consumo por el lado de la demanda de drogas. La interdiccin, las polticas y estrategias de control del narco trfico, el lavado de dinero, etc. han resultado incapaces para contener su avance. En la lucha frontal contra el narco trfico y la guerrilla el nico camino viable es vencer esta guerra utilizando la fuerza, la razn, la voluntad popular, la movilizacin social, el Estado, la sociedad civil, las empresas, la Iglesia, la sociedad en su conjunto y el modelo San Martin. References Tokatlian, J. G. (2002). Normalizing the drug economies. 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