EL COLOR - Ediciones Uranoservidor.edicionesurano.com/i_Prensa/1976/4-zigzag.pdfAutor de los libros...

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Editorial NA NOCHE RECIENTE, conversaba con una ami- ga que se encontraba en horas bajas. Ella misma encontró una solución para animarse: "Maña- na me visto de colores". Me pareció una fór- mula afortunada -práctica, sencilla y visi- ble- para afrontar un momento emocio- nalmente frágil. Las emociones son procesos psicológi- cos y fisiológicos que se activan automáti- camente cada vez que detectamos algún cambio significativo para nosotros. Si las emociones tuvieran colores, probable- mente la tristeza sería gris, el miedo, ne- gro y la alegría, un estallido multicolor... Primero, experimentamos sensacio- nes, luego, emociones, y, después, sen- timientos. La sensación es la impresión que las cosas nos producen por medio de los sentidos. Se traduce en una emoción, es decir, una alteración del ánimo inten- sa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somá- tica. Y desemboca en un sentimiento, o sea, en un estado afectivo del ánimo. La emoción dura poco, pero el sentimiento que genera, a menudo perdura. Si es pla- centero, perfecto. Si no, no tanto... La secuencia emocional menciona- da se completa con la vertiente racional. Después de sentir, pensamos. Yluego, ac- tuamos (o no, que es también una forma de actuar). La complejidad estriba en que nuestro pensamiento está mediatizado por nuestras emociones y éstas, a su vez, están condicionadas por nuestras creen- cias (paradigmas ciertos o falsos que va- mos incorporando consciente o incons- cientemente a lo largo de nuestra vida y con los que subjetivizamos la realidad). En los años 60, Marisol cantaba que la vida es una tómbola. No lo comparto de- masiado, pero en el plano emocional a veces sí lo es: en un mismo día nos puede tocar llorar, reír y angustiarnos. En la época de Marisol, precisamen- te, el personal andaba muy ufano lucien- do su Coeficiente de Inteligencia o el de sus hijos, pero hace ya tiempo que que- claro que se trata de un indicador ob- soleto. En los 80, Howard Gardner lan- su teoría de las inteligencias múltiples y, apoyándose en ella, en los 90, surgió con fuerza un concepto mucho más cer- tero: la inteligencia emocional (IE). Esta se sustenta en cinco competencias emo- cionales, tres personales (autoconoci- EL COLOR DÉLA EMOCIÓN ENRIQUE DE MORA Autor de los libros "ZigZag" y "Funny-Pop " miento, autocontrol y automotivación) y dos interpersonales (empatia y habilida- des sociales). La IE es la capacidad de interactuar con eficacia con uno mismo y con los de- más. Cuanto más IE tenemos, más facili- tamos nuestra vida y la de los demás. Aunque la tómbola o lotería genética nos dota de un temperamento innato y, por tanto, de unas competencias emocio- nales innatas, la IE se puede desarrollar. Las emociones son como los músculos. Debemos ejercitarlas. ¿Cómo? Exponién- dolas a situaciones. No sólo a las que nos vienen dadas sino exponiéndolas volunta- riamente a otras situaciones: invitando a comer a nuestro peor enemigo en la em- presa, preparándonos para aguantar con autocontrol las bromitas del cuñado en las fiestas familiares o cogiendo el toro por los cuernos con el más díscolo de nuestros co- laboradores. Al entrenar las emociones, nos volvemos más fuertes y elásticos emo- cionalmente. La gimnasia emocional nos dota de herramientas prácticas para su- perar los altibajos de la vida y mantener el equilibrio. La vida es como el poker: no ga- na aquel al que le tocan mejores cartas, si- no quién sabe jugarlas mejor. Si practica- mos emocionalmente, estaremos más pre- parados para nuevos retos. Lo ideal es disfrutar de las emociones positivas y doblegar o controlar las emo- ciones negativas. ¿Qué podemos hacer cuando estamos emocionalmente bajos? Primero, relativizar ese estado, diciéndo- nos que no durará eternamente. Tiene que haber momentos malos para que haya momentos buenos. Esa sencilla reflexión ya ayuda a frenar la caída emocional. Y después, podemos empren- der alguna acción que acelere el proceso de recuperación. Se trata de que engañe- mos un poco a la parte emocional del ce- rebro para forzar un cambio: que el esta- do de ánimo empiece a ver la salida del túnel. Vestirse de colores parece un buen "truco". Yhay otras opciones: hacer ejerci- cio, tomar el sol, reunirse con amigos "vi- tamínicos", etc. Lo inteligente emocionalmente es so- breponerse a los estados de ánimo nega- tivos y extraer aprendizajes. No es fácil. Ante las adversidades, hay personas que aprietan los dientes y sonríen. Y siguen adelante con más fuerza, si cabe. Tienen un dominio de su vida emocional mucho mayor que otras. Según Daniel Goleman, el 75% del éxito personal y profesional se debe a factores emocionales y solo un 25% a fac- tores cognitivos. La mayoría de nuestras decisiones están impregnadas por emo- ciones (no compramos un coche hacien- do grandes cálculos de rentabilidad, ni elegimos pareja porque sea objetivamen- te la mejor opción). La vida es un cuadro inmenso, único e irrepetible que empezamos a pintar al na- cer y terminamos al fallecer. Nuestros lo- gros y fracasos van quedando representa- dos en el lienzo de nuestra vida. La poli- cromía de la pintura refleja nuestra vida emocional. Lo bueno es que la paleta de colores la manejamos nosotros, como mi amiga. Recuerden: lo importante no es lo que ocurre, sino cómo nos enfrentamos a lo que ocurre. @

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Editorial

NA NOCHE RECIENTE,conversaba con una ami-ga que se encontraba enhoras bajas. Ella mismaencontró una soluciónpara animarse: "Maña-

na me visto de colores". Me pareció una fór-mula afortunada -práctica, sencilla y visi-ble- para afrontar un momento emocio-nalmente frágil.

Las emociones son procesos psicológi-cos y fisiológicos que se activan automáti-camente cada vez que detectamos algúncambio significativo para nosotros. Si lasemociones tuvieran colores, probable-mente la tristeza sería gris, el miedo, ne-gro y la alegría, un estallido multicolor...

Primero, experimentamos sensacio-nes, luego, emociones, y, después, sen-timientos. La sensación es la impresiónque las cosas nos producen por medio delos sentidos. Se traduce en una emoción,es decir, una alteración del ánimo inten-sa y pasajera, agradable o penosa, que vaacompañada de cierta conmoción somá-tica. Y desemboca en un sentimiento, osea, en un estado afectivo del ánimo. Laemoción dura poco, pero el sentimientoque genera, a menudo perdura. Si es pla-centero, perfecto. Si no, no tanto...

La secuencia emocional menciona-da se completa con la vertiente racional.Después de sentir, pensamos. Y luego, ac-tuamos (o no, que es también una formade actuar). La complejidad estriba en quenuestro pensamiento está mediatizadopor nuestras emociones y éstas, a su vez,están condicionadas por nuestras creen-cias (paradigmas ciertos o falsos que va-mos incorporando consciente o incons-cientemente a lo largo de nuestra vida ycon los que subjetivizamos la realidad).

En los años 60, Marisol cantaba que lavida es una tómbola. No lo comparto de-masiado, pero en el plano emocional aveces sí lo es: en un mismo día nos puedetocar llorar, reír y angustiarnos.

En la época de Marisol, precisamen-te, el personal andaba muy ufano lucien-do su Coeficiente de Inteligencia o el desus hijos, pero hace ya tiempo que que-dó claro que se trata de un indicador ob-soleto. En los 80, Howard Gardner lan-zó su teoría de las inteligencias múltiplesy, apoyándose en ella, en los 90, surgiócon fuerza un concepto mucho más cer-tero: la inteligencia emocional (IE). Estase sustenta en cinco competencias emo-cionales, tres personales (autoconoci-

EL COLORDÉLA

EMOCIÓNENRIQUE DE MORA

Autor de los libros"ZigZag" y "Funny-Pop "

miento, autocontrol y automotivación) ydos interpersonales (empatia y habilida-des sociales).

La IE es la capacidad de interactuarcon eficacia con uno mismo y con los de-más. Cuanto más IE tenemos, más facili-tamos nuestra vida y la de los demás.

Aunque la tómbola o lotería genéticanos dota de un temperamento innato y,por tanto, de unas competencias emocio-nales innatas, la IE se puede desarrollar.Las emociones son como los músculos.Debemos ejercitarlas. ¿Cómo? Exponién-dolas a situaciones. No sólo a las que nosvienen dadas sino exponiéndolas volunta-riamente a otras situaciones: invitando acomer a nuestro peor enemigo en la em-presa, preparándonos para aguantar conautocontrol las bromitas del cuñado en lasfiestas familiares o cogiendo el toro por loscuernos con el más díscolo de nuestros co-laboradores. Al entrenar las emociones,nos volvemos más fuertes y elásticos emo-cionalmente. La gimnasia emocional nosdota de herramientas prácticas para su-perar los altibajos de la vida y mantener elequilibrio. La vida es como el poker: no ga-na aquel al que le tocan mejores cartas, si-no quién sabe jugarlas mejor. Si practica-mos emocionalmente, estaremos más pre-parados para nuevos retos.

Lo ideal es disfrutar de las emocionespositivas y doblegar o controlar las emo-ciones negativas. ¿Qué podemos hacercuando estamos emocionalmente bajos?Primero, relativizar ese estado, diciéndo-nos que no durará eternamente. Tieneque haber momentos malos para quehaya momentos buenos. Esa sencillareflexión ya ayuda a frenar la caída

emocional. Y después, podemos empren-der alguna acción que acelere el procesode recuperación. Se trata de que engañe-mos un poco a la parte emocional del ce-rebro para forzar un cambio: que el esta-do de ánimo empiece a ver la salida deltúnel. Vestirse de colores parece un buen"truco". Yhay otras opciones: hacer ejerci-cio, tomar el sol, reunirse con amigos "vi-tamínicos", etc.

Lo inteligente emocionalmente es so-breponerse a los estados de ánimo nega-tivos y extraer aprendizajes. No es fácil.Ante las adversidades, hay personas queaprietan los dientes y sonríen. Y siguenadelante con más fuerza, si cabe. Tienenun dominio de su vida emocional muchomayor que otras.

Según Daniel Goleman, el 75% deléxito personal y profesional se debe afactores emocionales y solo un 25% a fac-tores cognitivos. La mayoría de nuestrasdecisiones están impregnadas por emo-ciones (no compramos un coche hacien-do grandes cálculos de rentabilidad, nielegimos pareja porque sea objetivamen-te la mejor opción).

La vida es un cuadro inmenso, único eirrepetible que empezamos a pintar al na-cer y terminamos al fallecer. Nuestros lo-gros y fracasos van quedando representa-dos en el lienzo de nuestra vida. La poli-cromía de la pintura refleja nuestra vidaemocional. Lo bueno es que la paleta decolores la manejamos nosotros, como miamiga. Recuerden: lo importante no es loque ocurre, sino cómo nos enfrentamos alo que ocurre. @