EL COLEGIO DE MICHOACAN CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS · 2018. 3. 8. · Instituto de...

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EL COLEGIO DE MICHOACAN CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS ‘MUJERES SINARQUISTAS EN MÉXICO. HISTORIA DE UNA MILITANCIA CATÓLICA FEMENINA (1937-1948)” Tesis que para obtener el grado de Doctora en Historia presenta: Roxana Rodríguez Bravo Directora de tesis: Doctora Verónica Oikión Solano. Lectores: Doctora Ana Lau Jaiven. Doctor Martín López Ávalos. Zamora, mayo de 2011

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EL COLEGIO DE MICHOACAN

CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS

‘MUJERES SINARQUISTAS EN MÉXICO. HISTORIA DE UNA

MILITANCIA CATÓLICA FEMENINA (1937-1948)”

Tesis que para obtener el grado de Doctora en Historia presenta:

Roxana Rodríguez Bravo

Directora de tesis: Doctora Verónica Oikión Solano. Lectores: Doctora Ana Lau Jaiven.

Doctor Martín López Ávalos.

Zamora, mayo de 2011

A Pedro Chale.

In memoriam

A mi hija, Mayela G. Chalé.

A mi madre, Adriana Bravo.

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AGRADECIMIENTOSEste trabajo es el producto del programa de doctorado en Historia generación 2005-2010, el cual realicé gracias a la beca que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) me otorgó durante cinco años. Asimismo, agradezco al Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM la beca “Teixidor” que me concedió para hacer una estancia doctoral de enero a mayo de 2009 con el asesoram lento del doctor Enrique Plasencia de la Parra. Gracias al Banco Santander, a través de la “Beca de Movilidad” llevé a cabo una estancia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de septiembre de 2010 a febrero de 2011 dirigida por la doctora Dalia Barrera Bassols, a quien agradezco todo su apoyo académico y sus interesantes observaciones.

Al Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora agradezco el incluirme en su programa de becarios 2011, apoyo sin el cual este trabajo no se hubiera finalizado. El doctor José Alfredo Pureco merece una mención especial por su comprensión y desinteresada ayuda; ya que a través de ésta tuve acceso a todas las facilidades y recursos dentro del Instituto para finalizar mi tesis.

Agradezco a El Colegio de Michoacán los cinco años de estudios que me brindó, así como la extensión de beca con la que se pudo terminar esta tesis. A todos mis maestros del Centro de Estudios Históricos siempre les estaré en deuda por todo lo aprendido y por su apoyo: doctor José Antonio Serrano, doctora Nelly Sigaut, doctora Chantal Cramaussel, doctor Salvador Álvarez, doctor Víctor Gayol, doctor Martín González de la Vara, doctor Conrado Hernández (q.e.p.d.), doctora Laura Cházaro, doctor Rafael Diego y doctor Martín Sánchez. A la doctora Verónica Oikión no tengo palabras para agradecerle todo su soporte académico y afectivo, ya que sin su guía este trabajo no podría haberse llevado a cabo. Al doctor Martín López agradezco sus comentarios y observaciones. A la doctora Ana Lau le debo guiarme en el camino de hacer Historia de las Mujeres. Estoy en deuda con la lectura y orientación del doctor Jean Meyer, misma que se realizó a través del apoyo de la doctora Beatriz Rojas.

Toda la comunidad de El Colegio de Michoacán me dio su apoyo en momentos difíciles. Gracias a los trabajadores de la “Biblioteca Luis González”, a la licenciada María Luisa López y a Laura Georgina Hernández del Departamento de Asuntos Escolares y al personal de la cafetería. También agradezco a las autoridades del Colegio: doctor Andrew Roth (Secretario General) y doctor Martín Sánchez (Presidente) por toda la ayuda prestada, así como a la doctora Elizabeth Juárez, del Centro de Estudios Antropológicos, quien me dio la mano desinteresadamente.

La investigación se llevó a cabo gracias al apoyo prestado en el Archivo Histórico de la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero de la Universidad Iberoamericana; en el Archivo Histórico de la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología en Historia y en la Hemeroteca Nacional de la UNAM. En el

Laboratorio de Historia Oral de la Universidad de Guanajuato conté con el apoyo del doctor Carlos Armando Preciado y de la licenciada Ruth Atilano quienes me facilitaron varios documentos vía electrónica. También agradezco a las dos ramas de la Unión Nacional Sinarquista las facilidades otorgadas para consultar su material y asistir a varios de sus eventos.

Fuera del ámbito académico la primera persona que merece ser mencionada es mi madre, Adriana Bravo, por todo el apoyo y amor que me ha prodigado durante toda mi vida. Agradezco también a Silvia, Arnulfo y Sofía por su apoyo en todos sentidos. A Luis Gerardo, Catalina, Diego y Hernán por su cariño incondicional. A la señora Martha Yolanda Espinosa por todas las deferencias que ha tenido para conmigo a lo largo de los años que hemos compartido. Una vez más mi total agradecimiento al doctor Alan Rosenberg A. por su guía a lo largo de los últimos diez años. A la doctora Evelyn Alfaro por su amistad y compañía durante los cinco difíciles años del doctorado, así como al maestro Alejandro Soberanis, maestro Eduardo Solorio, doctor Marcelo Zamora, maestra Elizabeth Pérez, maestra Lupita Poot, maestra Ana Alicia Torres y doctor Gabriel Vázquez. Finalmente a mi hija Mayela Guadalupe Chalé quien vino a inundar de amor y energía mi vida y al maestro Pedro J. Chalé (q.e.p.d.) a quienes dedico este trabajo.

“ MUJERES SINARQUISTAS EN MÉXICO. HISTORIA DE UNA MILITANCIA CATÓLICA FEMENINA. (1937-1948)"

AGRADECIMIENTOS 3

INDICE

INTRODUCCIÓN

ESTADO DE LA CUESTIÓN

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1 ANTECEDENTES Y PUESTA EN MARCHA DE LA UNIÓN NACIONAL SINARQUISTA. 37

1.1 Antecedentes de la Unión Nacional Sinarquista1.1.1 Los antecedentes más lejanos.1.1.2 La Guerra Cristera.1.1.3 “Las Legiones”, “Base” u “OCA.”1.1.4 La fundación de la Unión Nacional Sinarquista.1.1.5 La corriente cívico social.1.1.6 La etapa m ístico social.1.1.7 Militantes y censos sinarquistas.1.1.8 El sinarquismo y las elecciones de 1940.1.1.9 La salida de Abascal.1.1.10 La colonia María Auxiliadora.1.1.11 La división del sinarquismo.1.1.12 La UNS después de 1945.

373738394142 42 4550515253 57

1.2Antecedentes de las luchas femeninas en las organizaciones católicas durante el siglo XX. 59

1.2.1 Las Damas Católicas. 591.2.2 Las mujeres durante la Guerra Cristera. 611.2.2.1 Las Brigadas femeninas Santa Juana de Arco. 631.2.2.2 El declive de las Brigadas. 651.2.3 La participación femenina en la Acción Católica y otras organizaciones

651.2.3.1 La Juventud Católica Femenina Mexicana. 661.2.3.2 La Unión Católica Femenina. 671.2.4 La participación de las mujeres en “Las Legiones”. 68

2 LA PARTICIPACIÓN FEMENINA EN LA PRIMERA ETAPA DEL SINARQUISMO (1937-1944). 70

2.1 Las mujeres sinarquistas en la corriente cívico social (1937 Creación del discurso sinarquista de género.

Las diez normas de conducta para la mujer sinarquista.Otras expresiones del ideal femenino sinarquista.Los estereotipos masculino y femenino sinarquistas.José Antonio Urquiza, el padre del sinarquismo.Teresa Bustos, la mujer bandera.Las características de los estereotipos sinarquistas.Siguiendo el ejemplo de Teresa Bustos, la señorita Julia

2.1 .1 12.1 .2 12.1 .2.12.1 .2.22.1 .2.32.1 .2.42.1 .2.52.1 .2.62.1 .2.7

12.1

1.3 1

2.1 .3.12.1 .3.22.1 .3.32.1 .4 12.1 .5 1

2.1 .5.12.1 .5.2

Rueda.

Las mujeres en El Sinarquista.La formación de los primeros comités femeninos sinarquistas. Otros comités

El acercamiento de Guadalupe Carranza a la UNS.El encuentro de Guadalupe Carranza con Salvador Abascal.

■1940).707071

737475767777

Rosas7879 79

818383

84 86

88

2.2 Las mujeres sinarquistas en la corriente místico social (1940-1944). 892.2.1 Las mujeres bajo la dirigencia de Salvador Abascal. 892.2.1.1 Las normas de género implementadas por Abascal. 892.2.1.2 Las mujeres oradoras, cantantes y compositoras sinarquistas. 912.2.1.3 Las canciones y poesías femeninas sinarquistas. 922.2.1.4 Los comités femeninos sinarquistas en la etapa místico social. 942.2.1.5 Las actividades de los comités femeninos sinarquistas. 97

2.2.2 El papel de las mujeres en las marchas y concentraciones sinarquistas. 982.2.2.1 Las labores femeninas en las reuniones sinarquistas. 1002.22.2 La participación femenina en la marcha de Morelia de 1941. 1042.2.3 La participación de las mujeres en la colonia María Auxiliadora. 1062.2.3.1 Las colonias sinarquistas. 1062.2.3.2 María Auxiliadora, el experimento de Abascal. 1062.2.3.3 Las familias elegidas. 1072.2.3.4 Los problemas y las dificultades en la colonia. 109

2.2.3.5 El testimonio de Guadalupe Carranza de Abascal 110

3 LA PARTICIPACIÓN FEMENINA EN LA SEGUNDA ETAPA DEL SINARQUISMO (1944-1948). 114

3.1 La formación de las secciones femeninas de la UNS. 1143.1.1 Reorganización de las actividades femeninas tras la división del

sinarquismo. 1143.1.2 La sección femenina de la UNS apolítica. 1153.1.2.1 La estructura de la sección femenina. 1163.1.2.2 Los primeros programas. 1183.1.3 La sección femenina de la UNS política. 1193.1.3.1 La organización de la sección. 1193.1.3.2 El funcionamiento de la sección. 1213.1.4 Similitudes y diferencias entre las secciones femeninas de la UNS. 123

3.2 Las Juntas y Concejos femeninos sinarquistas (1945-1948). 1243.2.1 La importancia de las reuniones femeninas. 1243.2.2 Las juntas de la sección femenina apolítica. 1243.2.2.1 Las reuniones de 1945. 1243.2 2.2 Las juntas de 1946. 1263.2.2.3 Los concejos durante 1947 y 1948. 1293.2.3 Las juntas y reuniones de la sección femenina rama política. 1313.2.3.1 Las juntas celebradas en 1945. 1313.2.3.2 Los concejos de la sección femenina durante 1947. 1333.2.3.3 Las reuniones de 1948. 136

3.3 La educación y el servicio social sinarquista. 1373.3.1 La educación y el servicio social en la sección femenina apolítica. 1373.3.1.1 Los cursos de formación de la sección femenina apolítica. 1393.3.2 La educación y el servicio social en la sección femenina política. 1413.3.2.1 El servicio social. 1413.3.2.2 Los proyectos educativos. 1433.3.2.3 La diferenciación de la educación por sexo. 146

3.4Las publicaciones femeninas sinarquistas.3.4.1 Mejicana, la revista de la UNS apolítica.3.4.1.1 Los contenidos de Mejicana.3.4.1.2 La crisis y desaparición de la revista.3.4.2 Mujer, la revista de la sección femenina política.3.4.2.1 Las dificultades económicas.3.4.2.2 Las sugerencias.

147147151153154 154 158

3.4.2.3 Las secciones de la revista. 160

3.5Los liderazgos femeninos de la UNS. 1783.5.1 Un breve retrato de una sinarquista campesina. 1783.5.2 Las líderes femeninas sinarquistas. 1803.5.2.1 María del Carmen Rodríguez, jefa de la sección femenina apolítica.

1803.5.2.2 Ofelia Ramírez Sánchez, la líder sinarquista más importante.

183

4 POLÍTICA Y SUFRAGIO FEMENINO DESDE LA MIRADA SINARQUISTA.188

4.1 Mujeres sinarquistas y participación política. 1884.1.1 Las demandas sinarquistas por el derecho a la participación política. 1884.1.1.1 En política sin descuidar el hogar 191

4.2 La participación de las mujeres en Fuerza Popular, el partido políticosinarquista. 194

4.2.1 Las organizaciones femeninas al interior de partidos políticos. 1944.2.2 Las mujeres en los inicios del PFP. 199

4.3 El sufragio femenino desde la mirada sinarquista. 2014.3.1 El voto de la mujer en el ámbito municipal. 2014.3.2 La posición de las sinarquistas frente al sufragio femenino 204

EPÍLOGO: LA HERENCIA FEMENINA SINARQUISTA 208

CONCLUSIONES 214

BIBLIOGRAFÍA.

ACERVIOS CONSULTADOS

ENTREVISTAS REALIZADAS

220

228

228

APENDICE FOTOGRAFICO 229

Las mujeres sinarquistas demuestran ya su valor, por los que duermen la siesta ellas luchan con ardor.

Dicen que sólo los hombres por México han de luchar y que estorban las mujeres porque ni saben pensar. Yo me quedo de una pieza, pues lo dicen sin razón;

si el hombre da la cabeza, la mujer da el corazón.

Fragmento de canción sinarquista.

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INTRODUCCIÓNEl trabajo tiene como objetivo el análisis de la participación femenina dentro de la Unión Nacional Sinarquista (UNS). El sinarquismo fue un movimiento de derecha radical que surgió en 1937 como una reacción a la Revolución Mexicana y a los gobiernos emanados de ésta. Tuvo sus orígenes en la Guerra Cristera y en los sucesos que ésta trajo como consecuencia. Los sinarquistas tenían una oposición abierta al cardenismo, al comunismo, y a la política económica, educativa y agraria de la post revolución. La UNS quería modificar el contexto histórico, el sistema post revolucionario y el orden político establecido para así retornar a un pasado glorioso, cristiano-católico, tradicionalista y colonial. El Bajío mexicano (estados de Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes y Michoacán) fue la zona del país dentro de la cual el sinarquismo tuvo mayor número de militantes y más influencia.^

Las mujeres participaron activamente durante toda la vida de esta organización. Se trataba de mujeres de diferentes edades y condiciones socio­económicas que tenían como común denominador profesar la religión católica y, en algunos casos, ser parte de otras organizaciones de laicas. Las sinarquistas buscaban los mismos ideales que la UNS proponía pero su rol femenino les asignaba tareas y actividades especiales dentro de la organización. Todo lo anterior no era muy diferente a lo que otras asociaciones, incluso antagónicas, querían que sus mujeres fueran y se comportaran. En este contexto el siguiente trabajo responde a la siguiente pregunta: ¿Cómo se conformó el deber ser femenino sinarquista entre 1937 y 1948?

En lo que respecta al espacio temporal, se retomó, de acuerdo a Joan Kelly Gadol, una periodización de tipo relacional que estableciera vínculos entre la historia de las mujeres y la de los hombres; de esta forma, los cortes temporales tradicionales se conservaron en la medida en que se refieren a los grandes cambios estructurales de la sociedad, y se tome en cuenta que los efectos de los hechos son distintos entre hombres y mujeres.^

El periodo escogido respondió a que las mujeres tuvieron una importante presencia dentro del sinarquismo desde su fundación en 1937. Los inicios del movimiento, para las mujeres, estuvieron marcados por la formación de estereotipos y normas de género sinarquistas; así como por la participación de amplios bloques de campesinas y obreras que formaron parte de los eventos y concentraciones, sobre todo en el Bajío mexicano. A pesar de lo anterior, las sinarquistas enfrentaron grandes dificultades para organizarse y sobresalir. Lo anterior tuvo que ver con las limitaciones de los compañeros varones de la

Pablo Serrano Álvarez, La Batalla del espíritu, el movimiento sinarquista en el Bajío (1932-1951), tomo I, México, CONACULTA, 1992, p. 35. Joan Kelly Gadol, “La relación social entre los sexos, implicaciones metodológicas de la historia

de las mujeres”, en Carmen Ramos Escandón (comp.). Género e Historia, México, Instituto Mora- UAM, 1997.

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organización y sobre todo uno de sus líderes más importantes, Salvador Abascal Infante.

El siguiente corte temporal de este trabajo se estableció entre 1945 y 1948. En 1945 la UNS se dividió en dos organizaciones, una con orientación política y otra apolítica. Ambas UNS fundaron secciones femeninas que produjeron una gran cantidad de fuentes escritas, fotográficas y orales, y les permitió a extensos grupos de mujeres de distintas clases sociales tener participación política en el ámbito público. Es por lo anterior, que a comparación de la primera etapa, los testimonios femeninos para estos años fueron abundantes. Durante el gobierno de Miguel Alemán Valdés (1946-1952) se aprobó el derecho a las mujeres a votar en las elecciones municipales. En 1947 la UNS rama política fundó un partido que les sirvió a varias de las sinarquistas como trampolín político: Fuerza Popular. Así, empezaron a incursionar en política y a emitir opiniones sobre estos temas. Sin embargo, los sinarquistas perdieron el registro de su partido en 1949, lo que hizo que la importancia de las secciones femeninas disminuyera y la participación política de las mujeres a través de éste se viera minada.

La investigación cerró en 1948 debido a que en este año las dos organizaciones y sus secciones femeninas se encontraban en franca decadencia. Sin embargo, las sinarquistas siguieron dando la batalla política. Las mujeres pertenecientes a la UNS siempre lucharon, desde su trinchera conservadora, por obtener una mejor posición social y política para la mujer católica.

Las sinarquistas compartieron construcciones culturales de género similares a las demás mujeres, incluso las de izquierda. Hacían las mismas actividades e incluso eran tratadas igual que otros grupos de mujeres por parte de los varones del movimiento. Pero a diferencia de las de izquierda que iban en contra de esas ideas y de las construcciones de género tradicionales, las sinarquistas defendieron el status quo, contradictoriamente esto les sirvió para salir al espacio público y lograr cierta independencia. Lo anterior muchas veces fue en contra de la normatividad de género, pero al hacerlo desde una trinchera legitimizada por la Iglesia Católica, no fueron sancionadas socialmente.

Dentro de la llamada Historia de las mujeres existe un vacío en el estudio e investigación de las mujeres cercanas a la Iglesia Católica. Lo anterior tal vez se deba, como mencionaron George Duby y Michelle Perrot, a que durante mucho tiempo las mujeres quedaron abandonadas a la sombra de la Historia. Más tarde, empezaron a ser visibles gracias al desarrollo de la antropología, la perspectiva de las mentalidades y sobre todo de los movimientos feministas^, los cuales no simpatizaban con la Iglesia Católica como institución. Agustín Vaca apuntó que el inicio de los estudios sobre Historia de las mujeres constituyó un baluarte científico

George Duby y Michelle Perrot, “Presentación” en Historia de las mujeres, el siglo XX, bajo la dirección de Francoise Thébaud, tomo V, el siglo XX, Madrid, Taurus Ediciones, 1993, p. X.

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para las feministas militantes que privilegiaron, por razones bastante válidas, el estudio de caso de mujeres que de alguna manera habían resistido y combatido la dominación varonil la desigualdad entre hombres y mujeres y el conservadurismo."^

De acuerdo a Inmaculada Blasco, la Historia de las mujeres se ha sentido poco atraída hacia el tema de las mujeres y la religión debido al impacto negativo de ésta sobre la emancipación femenina^. La misma autora consideró que esta visión que predicaba la sumisión femenina a la Iglesia y a sus dictados ha sido fija y persistente, así como asignada a todas las mujeres vinculadas de alguna forma a la institución eclesiástica. Blasco consideró que esta visión debería ser puesta a discusión y ser criticada.

En este sentido, el presente trabajo intenta romper con esa visión estática que apunta a señalar que las mujeres pertenecientes a asociaciones u organizaciones de tipo religioso y/o de derecha radical estuvieron marcadas por la pasividad, el control y la sumisión. De esta forma, esta investigación contribuirá a adentrarse a temáticas poco abordadas dentro de los estudios de género y la Historia de las mujeres.

Retomando la pregunta inicial de esta investigación: ¿Cómo se conformó el deber ser femenino y la militancia sinarquista entre 1937 y 1948? Se pretende demostrar que las mujeres sinarquistas, apoyándose en las normas y roles de género tradiciones lograron hacerse visibles en el espacio público y obtener ciertas reivindicaciones políticas y sociales. Las sinarquistas reconfiguraron dichas normas de género al amparo de un movimiento social muy cercano a la religión católica como fue el sinarquismo. Las mujeres de la UNS lograron crear espacios propios fuera del control de sus contrapartes varones y de la Iglesia Católica. La ruptura no fue radical, sino que se sirvieron de lo anterior para construir un deber ser femenino sinarquista en el que quedaban englobados el cumplimiento de sus necesidades y el cuestionamiento de la situación social y política de la mujer, y otros problemas sociales que no necesariamente atañían solamente al ámbito femenino.

De acuerdo a lo anterior se planteó como objetivo general de la investigación realizar la historia de las mujeres sinarquistas y de sus luchas políticas y sociales en el periodo que va de 1937 a 1948. El eje conductor del trabajo fue la construcción del deber ser femenino sinarquista. Para lograr esto fue necesario investigar, describir y analizar la participación femenina sinarquista en las diversas épocas y tendencias que conformaron al movimiento. Investigar, describir y analizar las acciones de las sinarquistas y cómo éstas influyeron en el

Agustín Vaca, Los silencios de la Historia: las cristeras, Guadalajara, El Colegio de Jalisco, 1998,p.10.

Inmaculada Blasco, Paradojas de la ortodoxia: politicas de masas y militancia católica femenina en España, (1919-1939), Zaragoza, Prensa Universitaria de Zaragoza, editorial de la Universidad de Zaragoza, Sagradiana: estudios feministas 3, 2003, p. 9.

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desarrollo del movimiento sinarquista en general y en las relaciones entre hombres y mujeres en este contexto. Investigar, describir y analizar el actuar de las sinarquistas en otras organizaciones de corte católico, político y de derecha, incluso en las de otros países y analizar cómo lo anterior repercutió en la construcción del deber ser femenino sinarquista. Por esto, se hizo necesario el análisis del sistema y normas de género imperantes al interior de la UNS y saber cómo las mujeres reconfiguraron y se apropiaron de éstas para realizar diferentes objetivos.

En comparación con otras investigaciones sobre Historia de las mujeres que han señalado una marcada ausencia de fuentes escritas sobre mujeres, para el caso de este trabajo los documentos escritos, en términos generales, son abundantes. Se cuenta con escritos, reportes e informes redactados por la dirigencia femenina, y bastante correspondencia que mujeres de distintos puntos de la República Mexicana enviaron a las jefas municipales y lideresas de la sección femenina de la UNS. También sobresalen los reportajes publicados en los periódicos El Sinarquista y Orden y en las revistas Mujer y Mejicana. Estos son testimonios de primera mano que fueron útiles para la reconstrucción histórica de las sinarquistas. Y si bien, muchos de estos documentos se referían a las mujeres “jefas” de la sección femenina, obreras sinarcas, y/o mujeres de clase media de las ciudades de provincia, se contó con un gran número de fotografías y otras fuentes indirectas que sirvieron para historiar a las campesinas sinarquistas. También se buscaron testimonios orales, tanto de hombres como de mujeres que participaron dentro de la UNS.

Al ser los datos copiosos, se realizó una reconstrucción histórica con base en información amplia y abundante, que permitió ir al rescate de mujeres y hombres de carne y hueso.® Las fuentes documentales fueron sometidas a las cuatro críticas del método histórico. Luis González definió éstas como sigue: para comenzar, se determina si las fuentes de que se disponen son auténticas o fraguadas. Luego se averigua sin son fiables o creíbles. En tercer término, se leen e interpretan para saber lo que dicen, y por último se procede al careo o verificación de los testimonios.^

Luis González calificó la operación interpretativa como la más difícil en el arte de historiar. Para este autor, mediante la crítica de interpretación se pasa de los signos de los documentos a la cosa significada por tales signos; se transcurre de la expresión a la conciencia de lo que se ha expresado.®EI marco interpretativo de esta investigación fue la perspectiva de género, entendiendo éste como la

® Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán, 1924-1962, Zamora, El Colegio de Michoacán, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2004, p. 27. Luis González, El oficio de historiar, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2003, p. 227.

® Ibidem, p. 238.

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construcción cultural de la diferencia sexual.^ En este sentido, el género es el resultado de la producción de normas culturales sobre el comportamiento de los hombres y las mujeres mediadas por la compleja interacción de un amplio espectro de instituciones económicas, sociales, políticas y religiosas.^® De acuerdo con Joan W. Scott, el género también es una forma de relaciones significantes de poder, ya que los significados de género constituyen símbolos culturales a los que se recurre constantemente para crear y justificar formas de ejercicio de poder. ”

El género no es estático, sino que cambia de acuerdo al contexto histórico. Los límites sociales establecidos por modelos basados en el género varían tanto histórica como culturalmente.De esta manera, el género se convierte en una categoría de análisis histórico que permite comprender, por un lado que los significados de lo femenino y lo masculino son construcciones culturales y, por lo tanto, variables en cada momento y en cada espacio, en relación con los cambios sociales, económicos y políticos. Como mencionó Joan W. Scott, la intención de la investigación histórica debe ser romper con la noción de fijeza que a veces se le ha dado al género. De acuerdo a la misma autora, este tipo de análisis debe incluir nociones políticas y referencias a las instituciones y organizaciones sociales."'®

De acuerdo a Ana Lidia García'" , al utilizar el género como herramienta para el análisis histórico, esta categoría nos permitirá hablar de las relaciones y procesos entre los hombres y las mujeres así como de las construcciones que se establecieron alrededor de los roles masculinos y femeninos, con base en un conjunto de normas y prescripciones (por ejemplo, el documento titulado: Diez normas para la mujer sinarquista). Asimismo se dilucidará el por qué estas normas se construyeron, se impusieron, se transformaron y se reprodujeron con el paso del tiempo. El estudio de las normas, según Julia Tuñón, es importante porque éstas influyen en las mujeres que han sido condicionadas en forma precisa por la moral dominante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas consignas son dictadas por distintos medios que no siempre son coherentes, y que además las

® Marta Lamas (coord.), “Introducción” a El género. La construcción cultural de la diferencia sexual, México, PUEG-UNAM, 2003, p. 12.

Ibidem, p. 13.Joan W. Scott, “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en Marta Lamas (coord.)

op. cit, p. 17.Conway, Jill K, Susan C. Bourque, Joan W. Scott, “El concepto de género” en Marta Lamas

(coord.), op. cit, p.23.Joan Scott, “El género: una categoría para el análisis histórico”, ya citado, p. 290.Ana Lidia García, Problemas metodológicos de la historia de las mujeres. La historiografía

dedicada al siglo XIXmexicano, México, UAM-Coordinación de Humanidades, PUEG-UNAM, 1994,pp. 10,11.

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experiencias humanas cambian entre lo propugnado y lo posible, por lo tanto se requiere ver tanto la regla como su práctica.^®

Una de estas normas era la que destinaba a las mujeres al espacio privado y a los hombres al espacio público. Lo anterior es conocido como las esferas separadas en donde se asigna a los hombres la esfera pública, la producción y el mercado de trabajo, mientras que se relega a las mujeres al ámbito privado, a lo doméstico. Para Celia Amorós la ubicación de las mujeres en el ámbito privado se fundamenta ideológicamente en la diferencia sexual: al tener anatomías distintas con funciones reproductivas complementarias, hombres y mujeres también deben tener papeles sociales distintos y complementarios. Por su capacidad de parir y amamantar, la mujer queda responsabilizada de todo el trabajo familiar, no sólo del relativo al cuidado y atención de la cría. ®

A través del sinarquismo, las mujeres que se afiliaron al movimiento salieron de su confinamiento, en mayor o menor medida, al espacio público. Lo cual fue en sí mismo una contradicción, ya que la ideología y normas católicas en las que el sinarquismo se basaba destinaba a las mujeres a lo privado. “No traiciones tu hermoso destino de mujer dándote a tareas varoniles”, rezaba una de las normas del decálogo femenino. Las sinarquistas, sobre todo las líderes, reconfiguraron esta norma y la convirtieron en un mecanismo para modificar su entorno más inmediato y en un motor para la acción pública y organizada de las mujeres. Además sirvió para transformar o reforzar los significados de género tradicionales. Inmaculada Blasco, al hablar de las organizaciones de laicas católicas durante el franquismo, mencionaba que:

Al asumir como objetivo político la difusión de un modelo femenino definido exclusivamente por la maternidad, el matrimonio y el hogar, la práctica de movilización y los proyectos de vida de las dirigentes comenzaron a mostrar una de las más flagrantes contradicciones entre discurso y práctica que podemos describir en la historia de las mujeres.'^

Lo anterior también correspondió a la situación de las líderes sinarquistas quienes en su mayoría no contrajeron matrimonio ni vivieron la experiencia de la maternidad.

Joan W. Scott señaló que al utilizar el género como categoría para la investigación histórica se podría indagar acerca de las relaciones de poder establecidas entre los géneros, que para el caso de la UNS hicieron que los hombres intentaran minar y limitar la participación política de las mujeres sinarcas.

15 Julia Tuñón, “Las mujeres y su historia. Balance, problemas y perspectivas” en Elena Urrutia (coord.), Estudios sobre las mujeres y las relaciones de género en México: aportes desde diversas disciplinas, México, El Colegio de México, 2002, p. 393.

Celia Amorós, Feminismo, Igualdad y Diferencia, México, PUEG-UNAM, 2001, p. 18. Inmaculada Blasco, op. cit, p. 27.

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y que estas mujeres basándose en las concepciones de género dominantes lograran incursionar en el sinarquismo como movimiento social y político, así como en la vida política nacional.

Es aquí donde entran en juego las estrategias de los actores sociales involucrados. Jill Conway, Susan Bourque y Joan W Scott mencionaron que las instituciones no siempre tienen éxito en su tarea de inculcar conductas culturalmente aceptables o comportamientos convencionales. Así, no parece que los individuos simplemente acepten o reflejen las designaciones normativas. Más bien, las ideas que tienen acerca de su propia identidad de género y de su sexualidad se manifiestan en sus negativas, reinterpretaciones o aceptaciones parciales de sus temas dominantes.^® Es por esto que dentro de este trabajo se puso énfasis en las reinterpretaciones, transgresiones, negativas y negociaciones que las mujeres sinarquistas hicieron de las normas de género dominantes, así como de las reglas sinarquistas.

La presente investigación representa un rompimiento con la idea de que las mujeres de “derecha” y cercanas a la Iglesia Católica carecieron de voluntad propia y fueron manipuladas por la institución eclesiástica. También se inscribe dentro de los muy pocos trabajos que abordan esta cuestión dentro de la llamada Historia de las mujeres. Lo anterior podrá servir como un comparativo entre la situación y participación de mujeres de distintos espacios y temporalidades, a fin de trazar similitudes y diferencias en el devenir de la participación política y social de las mujeres.

En lo que respecta a las fuentes, la labor de rescate que se hizo de todas ellas es un aporte a la manera cómo abordar los temas femeninos dentro de la Historia. Muchas de éstas al estar filtradas por la mirada masculina tuvieron que ser interpretadas de manera que se hiciera hablar a las mujeres acerca de sus vidas, del espacio privado, de sus motivaciones y necesidades. Se usaron las mismas fuentes que en otras investigaciones sobre sinarquismo, sin embargo, en este trabajo se les dio una lectura desde el punto de vista femenino, sacando hasta el más mínimo detalle sobre su participación en el movimiento. Del mismo modo, se recopilaron una gran cantidad de fotografías que dan cuenta de la participación y presencia femenina en el espacio público. Éstas podrán ser de gran utilidad para futuras investigaciones.

La primera parte de la investigación representa el trabajo de resumir y analizar la historiografía existente sobre el sinarquismo y que ha sido escrita desde las más diversas miradas y enfoques. Asimismo, aunque no es el tema que ocupó a esta investigación, se analizaron y contrastaron, con base en los censos sinarquistas existentes, las cifras de militantes por años y lugares del país. Esta

18 Conway, Jill, K, Susan C. Bourque, Joan W. Scott, “El concepto de género,” p. 24, ya citado.

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labor no se había encontrado en ningún trabajo anterior, ya que la mayoría de las ocasiones tan sólo se repetían las cifras de otros autores.

Para concluir, se puede decir que este trabajo aunque se puede inscribir como propio de la Historia de las mujeres, tiene como objetivo principal conocer la historia del sinarquismo a través de la mirada de las mujeres que participaron en éste. Estas mujeres, en plural, pertenecieron a distintos estratos sociales y diversos contextos. Sin embargo, todas ellas crearon una conciencia católica y sinarquista que las hizo dar un salto de la esfera privada a la esfera pública y política del país. Para conocer a estas mujeres fue necesario indagar no sólo en los documentos escritos, sino también en las fuentes fotográficas, hemerográficas, orales y en una gran cantidad de supervivencias. Para lograr lo anterior me propuse analizar todo este corpus desde la perspectiva de género para así reconstruir el entramado de relaciones establecidas entre hombres y mujeres alrededor de la UNS, y por otro lado, darles rostro a todas esas mujeres sinarquistas y católicas que han sido olvidadas por la Historia.

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Las fuentes.Como ya fue mencionado, para el caso de esta investigación, las fuentes en

general fueron abundantes. Los acervos que principalmente se consultaron fueron: el Archivo de la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero de la Universidad Iberoamericana y el Archivo de la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Flistoria. En el primero se encuentra toda la documentación de la sección femenina de la UNS rama apolítica, ya que uno de sus dirigentes más importantes: José de Jesús Sam López donó dichos documentos a la citada biblioteca. En éste se resguardan todos los informes y planes que la profesora María del Carmen Rodríguez escribió cuando estuvo al mando de la sección femenina (1945-1948).

También existen correspondencia y documentos varios que se refieren a la UNS rama apolítica. Sobresalen la gran cantidad de fotografías sobre el sinarquismo las cuales están sin clasificar ni catalogar pero que son una fuente importantísima de primera mano para el estudio del sinarquismo como organización. En el mismo archivo se localizan algunos ejemplares de la revista Mujer que correspondieron a la sección femenina rama política. Tal vez lo anterior se debió a que las sinarquistas apolíticas querían echar un vistazo a la publicación de la organización rival.

En lo que respecta al Archivo de la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Flistoria, éste contiene abundante documentación sobre el sinarquismo desde su fundación y hasta la década de los sesenta del siglo pasado. El acervo se conformó con parte de los expedientes que se encontraban en el comité nacional de la UNS en León, Guanajuato, y otro tanto que estaba en el comité sinarquista del Distrito Federal. Aquí se encuentran los censos sinarquistas de 1940 y 1947 que fueron primeramente ordenados y clasificados por Jean Meyer. Más tarde, Anne Marie de la Vega se encargó de catalogar el material que fue microfilmado en su totalidad y dio como resultado un aproximado de 160 rollos. En éstos está el periódico El Sinarquista desde su primer número en 1938 hasta el último antes de la división del sinarquismo. La documentación acerca de la sección femenina de 1945 hasta los sesenta es muy abundante. Existen informes, correspondencia, acuses de recibo, fotografías, reportes de las juntas, listas de los comités y censos de mujeres.

Para consultar los medios de comunicación sinarquista: los periódicos El Sinarquista y Orden, así como El Boletín de Información, recurrí a la Hemeroteca Nacional de la UNAM donde se hallan todos los números de estas publicaciones desde sus inicios hasta aproximadamente la década de los setenta Lo anterior se complementó con el material proporcionado por los dirigentes de la UNS rama política. En sus instalaciones tuve acceso a la colección del periódico Orden, así como a las obras escritas por sinarquistas. Estas personas también me proporcionaron una copia digital del libro Historia Gráfica del Sinarquismo. En este mismo lugar entrevisté a mujeres que participaron en el movimiento sinarquista y

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asistí a varias reuniones de la organización. Lo mismo ocurrió con la otra rama de la UNS quienes amablemente me invitaron a algunos eventos donde tuve oportunidad de platicar y entrevistar a varias personas.

En la parte que corresponde a las entrevistas, el Laboratorio de Historia Oral de la Universidad de Guanajuato, en León cuenta con un acervo de entrevistas a sinarquistas, entre las que sobresale una con Ofelia Ramírez Sánchez, quien fuera jefa de la sección femenina de la rama política desde 1945. En este departamento me proporcionaron las entrevistas transcritas. Lo mismo ocurrió en el Archivo de la Unidad de Estudios Regionales de la UNAM en Jiquilpan, Michoacán donde se encuentran un par de entrevistas con varones sinarquistas y sus esposas. Lo anterior es material de primera mano que sirve para historiar a las sinarquistas.

Otros archivos donde se localiza material relativo al sinarquismo, aunque en menor medida relacionado con las mujeres es el Archivo General de la Nación en el Distrito Federal. En la galería 6 de este acervo, que corresponde al ramo de Investigaciones Políticas y Sociales. En su mayoría se trata de reportes e informes que agentes del gobierno hacían con respecto a los movimientos de la UNS. En el Colegio de México se encuentran microfilmados algunos documentos referentes a la UNS que se ubican en los Archivos Nacionales de Washington. Parte de dicho material me fue proporcionado por Jean Meyer, así como algunas fotografías que este investigador recabó.

Las obras de Salvador Abascal y otras fuentes primarias del sinarquismo como sus libros de doctrina y cancioneros fueron de suma importancia. En éstos se puede vislumbrar la mirada que la dirigencia y el contingente masculino sinarquista tuvieron acerca de las mujeres y su participación dentro del movimiento. Asimismo, en algunos de ellos se filtraron algunos textos escritos por mujeres como el de la esposa de Abascal, Guadalupe Carranza que es un testimonio de primera mano para acercarse a las mujeres sinarquistas de las clases medias y altas, así como las mujeres cercanas a los jefes sinarquistas.

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El capitulado.En el primer capítulo de la tesis se abordaron los antecedentes. Dentro de éstos se detallaron y explicaron los orígenes de la UNS, su relación con la Guerra Cristera, la Iglesia Católica y la manera cómo se conformó en un movimiento social y político. Se relacionó al movimiento sinarquista con el contexto social y político de México durante aquella época. La importancia de lo anterior fue ubicar fechas, nombres y procesos tanto del sinarquismo como del país que ayudaran a explicar y entrelazar la participación femenina y sus características dentro de la organización sinarquista. Asimismo, al mostrar la ideología de la UNS fue posible entender el modo cómo se concibieron las relaciones entre los géneros y cómo éstas se integraron alrededor de una organización católico-política como lo fue el sinarquismo. Este apartado llevó por título “Antecedentes de la Unión Nacional Sinarquista”.

Las mujeres sinarquistas no fueron las primeras mujeres católicas que se agruparon alrededor de organizaciones religiosas, ni las que tuvieron participación en movimientos políticos y sociales. Por lo anterior, en el punto 1.2 del primer capítulo, que llevó por título “Antecedentes de las luchas femeninas en las organizaciones católicas durante el siglo XX” se analizó la participación femenina en México desde el siglo XIX de diversos grupos de corte católico. Lo anterior fue imprescindible para entender los marcos ideológicos y organizativos de la militancia católica femenina, y establecer una continuidad (y/o ruptura) en las actividades de las mujeres desde el siglo XX hasta el sinarquismo. Dichas actividades fueron entre otras: la realización de grupos de oración, participación en diversos actos y rituales religiosos como misas y la impartición de sacramentos, acciones caritativas y de ayuda a personas consideradas como “necesitadas”; enseñanza de doctrina católica a niños y adultos; publicaciones dedicadas a las mujeres, entre otras.

Dentro de este punto también se mostró cómo se construyó un “deber ser femenino” apegado a las normas de la Iglesia Católica que perfiló el comportamiento y acciones de las mujeres que dentro del sinarquismo se orientó hacia la participación política y social femenina. Ejemplo de lo anterior fue el papel femenino dentro de la Guerra Cristera. En este conflicto religioso, las mujeres realizaron diversos tipos de acciones: desde aquellas que eran consideradas propiamente femeninas como preparación de comida, costura, y limpieza hasta el traslado clandestino de armas; toma de templos cerrados por disposición gubernamental y variados actos de resistencia. Este apartado también fue importante debido a que muchas de las mujeres que participaron en el conflicto cristero más tarde se unieron a la UNS.

El segundo capítulo de la tesis tuvo por nombre “Participación femenina en la primera etapa del sinarquismo (1937-1944). Estos años fueron los de más auge para la UNS y van de sus orígenes en 1937 hasta 1944 cuando el movimiento

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sufrió una división que lo llevó a la formación de dos ramas sinarquistas. Como se verá en el primer capítulo, referente a la parte de antecedentes, algunos autores han dividido la historia del sinarquismo en etapas que corresponden a sus características ideológicas, de militancia y liderazgo: la cívico social (1937-1940); la místico social (1940-1944) y la división (1944-hasta nuestros días).

El punto 2.1 “Las mujeres sinarquistas en la corriente cívico social (1937- 1940). Creación de un discurso sinarquista de género” analizó la participación de las mujeres en los orígenes del sinarquismo. En ésta, las actividades de las mujeres fueron muy embrionarias, pero se pudo observar que a pesar de que los líderes varones del movimiento no fomentaron la participación femenina durante estos años, las mujeres empezaron a organizarse por cuenta propia tomando como referencia los marcos ideológicos sinarquistas. Estos últimos también se perfilaron dentro de esta etapa del sinarquismo creando un discurso sinarquista de género y un deber ser femenino que tenía como base no sólo las normas de la Iglesia Católica, sino también estereotipos de hombre y mujer basados en dos mártires sinarquistas: José Antonio Urquiza y Teresa Bustos.

El apartado 2.2 titulado “Las mujeres sinarquistas en la corriente místico social (1940-1944) se dedicó al análisis de esta etapa sinarquista. Dentro de ésta, la UNS vivió su periodo de más éxito con el mayor número de militantes. Lo anterior, en parte se debió al liderazgo de Salvador Abascal Infante, el jefe más carismático de toda la historia de la UNS; su dirigencia se caracterizó por seguir lineamientos muy estrictos en cuanto a las tácticas organizativas y de comportamiento de los militantes. Abascal llevó a la práctica un “deber ser femenino” que confinaba a la mujer al espacio privado, limitando su participación en el espacio público. Sin embargo, las mujeres se hicieron de diversas estrategias para que sus actividades no fueran coartadas y siguieron organizando sus grupos de estudio sinarquista y doctrina religiosa, actividades proselitistas y la realización de actos públicos en donde se cantaba, se hacían abanderamientos y más cosas que contribuyeron a la difusión del sinarquismo. Aunque Salvador Abascal prohibió la participación de las mujeres como oradoras en las manifestaciones de la UNS, éstas siguieron realizando esta actividad sobre todo en espacios diferentes a las grandes ciudades. Lo anterior fue prueba de cómo conciliaron las diferencias entre los marcos impuestos y su propia voluntad.

Uno de los proyectos más ambiciosos de la UNS fue llevar a la práctica la realización de colonias en donde sus habitantes vivirían de acuerdo a la doctrina y utopía sinarquista. Éstas se formaron en lugares alejados del centro del país, generalmente en estados del norte de la República como Baja California y Sinaloa. El asentamiento sinarquista de más importancia llevó por nombre María Auxiliadora y fue fundado por Salvador Abascal en Baja California en 1941. La colonia se conformó por 85 familias nucleares procedentes de estados del Bajío mexicano, principalmente de Michoacán. Por diversos motivos que son

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mencionados en el punto 2.2.2 que lleva por título “La participación de las mujeres en la Colonia María Auxiliadora”, la colonia no prosperó causando que más de la mitad de las familias regresaran a sus lugares de origen.

Este apartado tuvo como objetivo mostrar y analizar las relaciones de género gestadas en el asiento sinarquista y cómo éstas se configuraron alrededor de un proyecto utópico que tenía varias fracturas en su interior. Dentro de María Auxiliadora cada sexo tenía un rol asignado siendo el de las mujeres el dedicarse al cuidado del hogar, la oración, la crianza de los hijos y la educación de los mismos. No todo fue armonía dentro de María Auxiliadora ya que se gestaron varios conflictos desde la falta de recursos para mantenerse, una tensa relación con el jefe Abascal y roces con el gobierno mexicano, hasta problemas cotidianos sobre todo entre el grupo femenino. Para conocer la vida de las mujeres dentro de la colonia me basé en el único testimonio directo existente: un texto escrito por Guadalupe Carranza, esposa de Salvador Abascal.

La segunda etapa del sinarquismo (1944-1945) fue la más importante para la organización femenina. En esta parte de la historia sinarquista, por diversos motivos que se desarrollaron en la parte de antecedentes, la UNS se dividió en dos ramas, una con orientación política y otra sin intenciones de participar en contiendas electorales. Hacia 1944 ambas organizaciones sinarquistas crearon una secretaría femenil que tenía como objetivo centralizar todas las actividades de las mujeres alrededor del país. Para lo anterior, se nombró a una jefa de dicha secretaría y jefas en los distintos estados y municipios. Los testimonios correspondientes a esta etapa son abundantes ya que las dos secretarías femeninas produjeron una gran cantidad de documentos escritos y fotográficos. ¿Cuáles fueron las actividades femeninas desarrolladas durante esta etapa? ¿Cómo fueron las relaciones entre la secretaría general y sus diferentes instancias al interior del país? ¿Cómo fueron las relaciones entre las mujeres en el marco de una organización tan jerárquica como fue la Unión Nacional Sinarquista? ¿Cómo se configuraron las relaciones entre los géneros en esta etapa? Éstas son algunas de las preguntas que se resolverán en el capítulo tercero de la tesis que lleva por título “La participación femenina en la segunda etapa del sinarquismo (1944- 1950)”.

El primer apartado del tercer capítulo “Formación de las secciones femeninas de la UNS” explicó el proceso de organización de los dos grupos femeninos en las dos ramas de la UNS. ¿Cuáles fueron los objetivos para fundarlas? ¿Qué tanta injerencia tuvieron las mujeres en dicho proceso? ¿Cómo se organizaron al interior de cada una? ¿Cómo se desarrollaron los objetivos y planes de acciones de las mujeres al interior de las dos? Estas son algunas de las preguntas que se plantearon dentro de este apartado.

Dentro de los apartados 3.2 y 3.3 (“Los concejos y juntas sinarquistas” y “La educación y el servicio social sinarquista”), que se dedicaron a la sección

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femenina de la UNS apolítica y política respectivamente, se analizaron más a fondo las actividades y organización de las mujeres en ambas ramas sinarquistas. La primera parte habló sobre las reuniones femeninas como el lugar que les permitió a las mujeres salir al espacio público, adquirir conocimientos y entablar redes de socialización entre ellas. En el segundo punto se abordó la manera cómo las sinarquistas concibieron la educación y el servicio social, y cómo las mujeres llevaron a cabo diversos proyectos que tenían como finalidad educar a sus congéneres y atender distintas necesidades sociales.

Durante la época más importante de las secciones femeninas, ambas ramas publicaron dos revistas que vieron la luz entre los años 1945 y 1948. El apartado 3.4 que llevó por título “Las publicaciones sinarquistas femeninas” tuvo como objetivo el análisis de la literatura femenina de la UNS. La revista de la sección femenina de la UNS apolítica llevó por nombre Mejicana y la de las mujeres de la rama política Mujer. Ambas se realizaron con un afán de promoción de los ideales femeninos sinarquistas, en el contexto de aparición de otras revistas para mujeres durante ese periodo. En la búsqueda documental no se encontró ningún número de Mejicana, pero en archivo se localizaron algunos borradores de los números y de los artículos publicados en la misma. Caso contrario a Mujer, de la cual fueron revisados alrededor de diez ejemplares en diversos acervos documentales de la ciudad de México. Algunas de las preguntas que guiaron este apartado fueron las siguientes: ¿Quién escribía dichas revistas y con qué propósito? ¿A quién estaban dirigidas? ¿Qué tanta difusión tuvieron? ¿Solamente circularon dentro de la UNS? ¿Qué tanta autonomía tenían las mujeres en la configuración y redacción de las revistas? ¿Existieron conflictos con sus contrapartes masculinos por algún artículo publicado?

A través de estas revistas se pudo observar y analizar cuál fue la mirada y percepción que las mujeres sinarquistas poseyeron acerca de la situación política y social del país y de otros asuntos relacionados con las mujeres. Dentro del contenido de éstas también fue frecuente observar que de manera velada se pusieron de manifiesto algunos de los conflictos entre las mujeres y los hombres pertenecientes a la UNS y se denunció otro tipo de situaciones que las mujeres sinarquistas consideraban como injustas.

Tanto Mejicana como Mujer fueron una manera de observar la manera cómo las mujeres sinarquistas, de clase media y alta, quienes dirigían y redactaban las revistas, percibían a otros grupos de mujeres como eran las campesinas y las obreras y trataban de imponer un modo de vida. Las líderes sinarquistas intentaban “salvar” a este tipo de mujeres a quienes consideraban inferiores y con grandes carencias. Se trataba de enseñar e imponer hábitos de limpieza, orden, nutrición y aspectos de religión e historia de México desde la mirada sinarquista de mujeres de clase media y alta. La transmisión de lo anterior era inútil considerando el alto nivel de analfabetismo que la población tenía, sobre

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todo en el ámbito rural. Aunado a lo anterior, el costo de la revista era imposible de pagar por la gran mayoría de las mujeres sinarquistas. Esto llevó a la quiebra a ambas publicaciones y a su subsecuente desaparición. Sin embargo, esta literatura, tanto por su contenido, fotografías y la documentación que generaron (órdenes de envío, talones de pago, cartas a la redacción de la revista, entre otros), se convierte en un testimonio invaluable para el análisis de las mujeres sinarquistas.

El punto 3.5 titulado “Los liderazgos femeninos sinarquistas” se centró en el caso de las dos dirigentes más importantes del movimiento después de 1945: María del Carmen Rodríguez, jefa de la sección femenina de la UNS apolítica y Ofelia Ramírez, de la UNS política. Lo anterior se debió a que, a pesar de que los documentos que hablaban sobre los aspectos organizativos de las secciones femeninas fueron abundantes, no lo fue así en lo que respecta a la vida personal de las militantes y dirigentes. Por otro lado, Ofelia Ramírez se puede considerar como la mujer que más sobresalió dentro del sinarquismo en general y la única que dio el salto a la política nacional.

El cuarto capítulo de la tesis llevó por título “Política y sufragio desde la mirada sinarquista (1945-1948).” Durante este periodo, México vivió cambios en lo que concierne al papel de las mujeres dentro del ejercicio político y la política electoral. Todos los partidos políticos empezaron a integrar secciones femeninas en su interior y otros grupos de izquierda se siguieron organizando, tal y como lo venían haciendo desde las décadas de los veinte y treinta del siglo XX. A partir de 1947, durante el sexenio de Miguel Alemán Valdés, se otorgó a las mujeres el derecho de votar en las elecciones municipales, ya que se consideraba al municipio como una extensión del hogar, espacio destinado a las mujeres. ¿Cuál fue la posición y opinión de las mujeres sinarquistas frente a esta nueva disposición? ¿Cómo participaron desde la postura sinarquista? Estas últimas fueron las preguntas que se resolvieron dentro de este apartado.

La Unión Nacional Sinarquista fundó un partido político que llevó por nombre Fuerza Popular, que logró su registro como tal en 1946. Los sinarquistas vieron que la participación femenina en éste sería de gran importancia por lo que se formó una sección dedicada a la organización de las mujeres dentro del partido con el fin de promover su contribución en las tareas políticas sinarquistas. Fuerza Popular tan sólo duró dos años, pero en este tiempo las mujeres tuvieron un escaparate y plataforma política importante.

Los puntos anteriores fueron abordados en los puntos: 4.1 “Mujeres y participación política”, 4.2 “La participación de las mujeres en Fuerza Popular, el partido político sinarquista” y 4.3 “El sufragio femenino desde la mirada sinarquista.”

Por diversas razones, a partir de 1948 las dos ramas sinarquistas vivieron su decadencia. El número de militantes bajó considerablemente en comparación

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con sus inicios y con la época de Salvador Abascal en la dirigencia. Lo anterior, como se verá en la parte de antecedentes, tuvo que ver con la mejor relación establecida entre la Iglesia Católica y el Estado mexicano por lo que ya no existía ningún enemigo a vencer por parte de los grupos más radicales allegados a ésta. Económicamente, las dos UNS estaban en quiebra, tanto así que por algún tiempo ambas ramas tuvieron que suspender la publicación de sus periódicos.

Sin embargo, y de manera marginal, las dos UNS siguieron subsistiendo como organizaciones sociales ya sin brazo político, ya que el partido sinarquista se deshizo en 1949. Los sinarquistas de la rama política intentaron fundar otros partidos políticos y obtener su registro durante la década de los cincuenta, todos éstos fueron fallidos. El PDM (Partido Demócrata Mexicano) creado con la Reforma Política de 1977 fue el partido político sinarquista que tuvo más éxito y más adeptos, sobre todo en el Bajío mexicano.

El epílogo de la tesis que lleva por título “La herencia sinarquista” tuvo como objetivo realizar un somero análisis del desarrollo de las dos UNS después de 1948 y la participación femenina dentro de los partidos políticos formados en la década de los cincuenta, y más tarde en el PDM. ¿Cuáles fueron las actividades de las mujeres en este periodo? Esta es la pregunta que guió el análisis de este último apartado.

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ESTADO DE LA CUESTIONUno de los primeros libros que abordaron a la UNS como organización política y social fue El sinarquismo, ¿un fascismo mexicano? de Jean Meyer, publicado en 1977'®. Meyer relacionaba la fecha de su publicación en francés con la Reforma Política en México emprendida en 1977, lo que permitió a varios partidos de oposición la entrada en el juego institucional. Entre ellos al Partido Demócrata Mexicano, heredero directo del sinarquismo, y según Meyer, con muy poca credibilidad ante la opinión pública debido a sus orígenes.

Desde el título del libro se percibió la orientación y el eje conductor que el autor siguió. Éste resaltó el contexto internacional que rodeó al sinarquismo: la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial y la explosión de los fascismos en el mundo. En este tenor, el libro de Meyer intentó dar respuesta a la pregunta que dio título a su libro: ¿Es el sinarquismo, un fascismo mexicano? ¿Cuál es la respuesta que Meyer esbozó a su pregunta? El autor mencionaba que al sinarquismo se le había dado la etiqueta fácil de fascismo, pero que no hubo contagio. También afirmó que los métodos y los signos externos del fascismo que el sinarquismo adquirió no eran suficientes para calificar al movimiento de fascista. Además, para Meyer, en el México de 1940, no existieron las condiciones necesarias para el desarrollo de un movimiento o régimen de este tipo.^°

En otros estudios y testimonios se ha hablado del apoyo que la Unión Nacional Sinarquista pudo haber recibido de los nazis, de los falangistas, e, incluso, de grupos opositores estadounidenses. Sin embargo, Meyer mencionó que la causa de la lógica sinarquista se encontró en una sociedad que estaba asustada por el cardenismo, lo que reforzó el radicalismo de derecha.^' En el sinarquismo se pudieron localizar algunas similitudes de organización con el falangismo, el fascismo italiano y el alemán, pero Meyer trazó su singularidad para el caso mexicano: la UNS en su mayor dimensión estadística era agraria, pero funcionaba también como “revolución” de las clases medias, como reaparición de lo que la historia había reprimido (los católicos excluidos de la vida política), o malogrado (la reforma agraria). Por lo tanto, el sinarquismo fue un movimiento interclasista.®® Meyer concluyó que el sinarquismo sólo representó un psicodrama fascista que facilitó el deslizamiento de la derecha de la Revolución Mexicana.®®

Si bien Jean Meyer afirmó que el sinarquismo tuvo poco que ver con los fascismos mundiales, existen otras obras, como las de Mario Gilí, que encontraron

19 Jean Meyer, El sinarquismo, ¿un fascismo mexicano?, México, Joaquín Mortiz, 1980. Casi durante la misma época de publicación del libro de Meyer, salió a luz la tesis de Anne-Marie L. de la Vega, Histoire du mouvement sinarquista 1934-1944, These de III cycle, 2 vols., Paris, (inédita), 1975.

Jean Meyer, op. cit. p. 204. Ibidem, p. 204.Ibidem, p. 205.Ibidem, p. 206.

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nazis, falangistas y fascistas dentro de la organización y desarrollo del sinarquismo. Las dos obras a las que se hace referencia son: Sinarquismo, origen y esenc/a,®"' publicado en 1962, y La década bárbara^^ de 1970. Gilí subrayó el hecho de que el nacimiento de la UNS en 1937 coincidió con el periodo de fortalecimiento del Tercer Reich y los grandes triunfos militares de Hitler. De esta forma, Gilí dio algunos datos que relacionaban a la UNS con el nazismo alemán.

Las tesis anteriores que vincularon al sinarquismo con el fascismo europeo fueron calificadas por Hugh Campbell como invenciones de la izquierda mexicana. Campbell publicó un libro en 1976 con el título de La derecha radical en México, 1929-1940. En palabras de este autor, su objetivo fue examinar la política de México durante el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, dentro del cual existió la expansión de movimientos nacionalistas populares, autoritarios y sin ideología, a los que se calificó como derecha radical; uno de estos movimientos fue el sinarquismo.®® Una de las aportaciones de este libro fue la realización de un breve balance historiográfico sobre el tema en cuestión.

Otro de los investigadores que han analizado al sinarquismo es Servando Ortoll. Durante la década de los ochenta del siglo pasado, Ortoll realizó una tesis de doctorado con el título Catholic Organizations in México's National Politics and International Diplomacy.^^. Al ser la consulta de esta tesis de difícil acceso se optó en este trabajo por revisar artículos que se hubieran desprendido de ella. Entre éstos destacaron: “Las Legiones, La Base y el Sinarquismo: ¿tres organizaciones distintas y un solo fin verdadero?,”®® y “Acción Católica y sinarquismo: ¿dos alternativas para controlar a los disidentes?”®® En ambos trabajos Ortoll destacó las relaciones del sinarquismo con asociaciones católicas y políticas anteriores, vinculadas al movimiento cristero. El autor concluyó que el sinarquismo, así como todas las organizaciones que le dieron origen, fueron una estrategia para mantener a los católicos unidos y controlados.

También durante la década de los ochenta del siglo XX, Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar, vinculados a la Universidad Iberoamericana, repositorio donde se encuentra documentación sobre la UNS, publicaron algunos libros sobre el tema. El primero llevó por título Hacia una reinterpretación del sinarquismo actual] se

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Mario Gilí, Sinarquismo, origen y esencia, México, Editorial Olin, 1962. Mario Gilí, La década bárbara, México, Imprenta Madero, 1970.Hugh Campbell, La derecha radical en México, México, Sepsetentas, 1975, p. 7.Servando Ortoll, Catholic Organizations in México's National Politics an International Diplomacy,

1926-1942, tesis inédita de doctorado en Filosofía por la universidad de Columbia, New York, Colombia University, 1987.

Servando Ortoll, “Las Legiones, La Base y el sinarquismo: ¿tres organizaciones y un solo fin verdadero?, en Jorge Alonso, (coord.). El PDM en Jalisco, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1989.

Servando Ortoll, “Acción Católica y sinarquismo, ¿dos alternativas para controlar a los disidentes?” en Carlos Martínez Assad (coord.). Religiosidad y politica en México, México, Universidad Iberoamericana, 1992.

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editó en 1988 y fue producto de un seminario de investigación en el Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana. El objetivo de este libro era contribuir al estudio sobre el sinarquismo y observar la complejidad de las relaciones entre la Iglesia y el Estado mexicano, y los ajustes políticos con respecto a la religión católica que este último había emprendido.®® El eje conductor que guió este trabajo fue entender el desarrollo del PDM, en su dimensión histórica, a través de la publicación y divulgación de documentos inéditos.

A partir de la Reforma Electoral de 1977 se empezaron a escribir algunos artículos sobre la relación existente entre el sinarquismo y el PAN.®' Como mencionó Leonor Ludiow, en un artículo titulado “Formación de una disidencia: el nacimiento de la Unión Nacional Sinarquista y del Partido Acción Nacional,”®® el carácter de fuerzas anti cardenistas y las afinidades políticas y religiosas entre peñistas y sinarquistas, han permitido que diversos autores y comentaristas políticos las consideren como fuerzas homogéneas y unificadas.®® Sin embargo, para Ludiow, lo anterior no es del todo cierto, ya que al paso de los años los sinarquistas y los peñistas fueron definiéndose como fuerzas diferenciadas.

La distinción más importante entre sinarquismo y panismo es que la UNS nunca se logró consolidar como una fuerza opositora potencial. Esto tal vez se debió a su falta de expectativas políticas que lo hicieron mantenerse como movimiento cívico, como señaló Manuel Rodríguez en un artículo titulado “El sinarquismo y Acción Nacional: las afinidades conflictivas.” Lo anterior trajo como consecuencia que, a pesar de haber formado el Partido Fuerza Popular en 1946, y legalizar en la década de los setenta el PDM, el sinarquismo nunca manifestó ni abjuró expresamente de sus primitivas posiciones contrarias a la democracia liberal y al régimen de partidos políticos, por lo que nunca llegó a colocarse como verdadera fuerza política.®"'

Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar siguieron aprovechando la disposición de los archivos sobre el sinarquismo que se encuentran en la Universidad Iberoamericana, y en 1992 compilaron y coordinaron en conjunto otro libro que llevaba por título Religión, política y sociedad (el sinarquismo y la Iglesia en

30 Guillermo Zermeño P, y Rubén Aguilar V., Hacia una interpretación del sinarquismo actual, México, Universidad Iberoamericana, 1988, pp. 14-15.

Véase Soledad Loaeza, El Partido Acción Nacional: la larga marcha, 1939-1994. Oposición leal y partido de protesta, México, Fondo de Cultura Económica, 1999. Si se quiere revisar las relaciones entre el PAN y la UNS en un contexto regional, véase Rossana Almada, El vestido azul de la sultana. La construcción del PAN en Zamora 1940,1995, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2001.

Leonor Ludiow, “Formación de una disidencia: el nacimiento de la Unión Nacional Sinarquista y del Partido Acción Nacional”, en Estudios Políticos: 50 años del Partido Acción Nacional, revista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, vol., 8, julio-septiembre de 1989, México, UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, p. 4.

Ibidem, p. 5.33

Manuel Rodríguez Lapuente, “El Sinarquismo y Acción Nacional: las afinidades conflictivas” en Foro Internacional, revista de El Colegio de México, vol. XXIX, núm. 3, enero-marzo 1989, México, El Colegio de México, pp. 456-457.

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México).^^ Éste constó de nueve ensayos escritos por diversos autores que participaron en un seminario sobre sinarquismo, llevado a cabo entre 1985 y 1988, organizado por la Universidad Iberoamericana y la Universidad Autónoma de Querétaro. La mayoría de los ensayos se concentraron en los primeros años del sinarquismo (1937-1945), y el énfasis se puso en el desarrollo de éste a nivel regional.

Pablo Serrano Álvarez, quien ha sido un entusiasta de la historia regional, publicó un libro en 1992 que tenía por objeto escribir la historia local del sinarquismo, ya que consideraba que la historia nacional de este movimiento ya se había realizado. El libro estaba compuesto de dos tomos que llevaron por título La batalla del espíritu. El movimiento sinarquista en el Bajío (1 9 3 2 -1 9 5 1 Serrano definió al sinarquismo como: “un movimiento que integró e interpretó la identidad regional, no sólo mediante la militancia, la ideología y las acciones, sino por medio de la expresión social, política, cultural e histórica.”® El autor mencionó que los pobladores del Bajío mexicano encontraron en el sinarquismo un canal para expresarse ante el contexto modernizador de la posrevolución.®®

En el 2003, Jean Meyer volvió a reflexionar acerca del sinarquismo a través de un libro titulado El sinarquismo, el cardenismo y la Iglesia, 1937-1947. La intención principal de Meyer para retomar veinte años después el tema del sinarquismo fue que la historia secreta de la UNS había dejado de serla a partir de los trabajos académicos de Anne-Marie Lenaert, Servando Ortoll, Pablo Serrano y, en especial, a partir de la publicación de las memorias de Salvador Abascal, el líder sinarquista más importante.®® Meyer concluyó en esta obra que el sinarquismo nunca fue el títere del gran capital, menos del imperialismo estadounidense, nazi o japonés. Asimismo, subrayó la importancia que el factor religioso tuvo para entender este movimiento de masas, así como su truncamiento cuando parecía encontrarse en su periodo más exitoso."'®

Héctor Hernández García de León publicó en 2004 un libro que tuvo por título Historia Política del Sinarquismo, 1934-1944. El autor realizó un trabajo de interpretación e introducción a los aspectos políticos de la oposición religiosa de las derechas y de su función dentro del sistema político mexicano. En este sentido, su objetivo era contribuir a esclarecer la falacia que había crecido en torno a la relevancia del tema, y dar luz sobre la confusión y desinformación acerca de las cuestiones religiosas que, según el autor, predominaron en varios de los

35 Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar, Religión, politica y sociedad, el sinarquismo y la Iglesia en México (nueve ensayos), México, Universidad Iberoamericana, 1992.

Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, II tomos, op. cit.Ibidem, tomo I, p. 13.Ibidem, tomo I, pp. 13-14.Jean Meyer, El sinarquismo, el cardenismo y ia Iglesia, México, Tusquets Editores, 2003, p. 9. Ibidem, p. 15.

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estudios."" Como su título lo indicó, esta obra se trató de una historia política del sinarquismo que se estructuró alrededor de tres áreas: los antecedentes históricos y políticos del movimiento; la evolución de la relación Iglesia-Estado después de la Guerra Cristera; el ascenso de la izquierda y la subsiguiente consolidación de la oposición de derecha al gobierno de Lázaro Cárdenas del Río."'® Asimismo, el autor realizó una exposición cronológica del movimiento sinarquista, y sobre la ideología y organización del movimiento. El principal aporte de este libro fue la consulta que su autor realizó en archivos extranjeros, como: The Public Record Office at Kew, en Londres; Ministerio de Asuntos Exteriores y Archivo General y Biblioteca, en Madrid; y The National Archives of the United States, en la ciudad de Washington. Sin embargo, Hernández García de León no retomó para su estudio trabajos relevantes que sobre el tema se han escrito, como el de Serrano Álvarez.

Es importante mencionar las tesis inéditas de licenciatura y postgrado que se han escrito sobre el sinarquismo. El sinarquismo en Michoacán 1939- 1941, de Rogelio Javier Escamilla, tesis de licenciatura en Historia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, de 1985. De la autoría de María Luna Argudín, Un asunto de familia. El sinarquismo en León, Guanajuato (1946-1960), tesis de licenciatura en Historia por la UNAM, presentada en 1987. De Lorena García Allende, Ser sinarquista en Jalisco 1937-1969, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, tesis para obtener el grado de licenciada en Historia, 2003. Y de Eva Noemí Orozco García, Salvador Abascal y la colonia sinarquista Ma. Auxiliadora, sociedad utópica en Baja California 1941-1944, tesis de maestría. El Colegio de Sonora, 2005.

También han existido trabajos que sin ser el sinarquismo el tema principal lo han tocado. César Moheno escribió en 1981 un artículo junto con Rosa Plá que llevó por título: “¿Milenarismo campesino? El sinarquismo en San Juan Parangaricutiro”."'® En éste, los autores reprodujeron de manera textual un par de entrevistas con dos personas de esa comunidad que militaron dentro de las filas sinarquistas desde 1937. El primer entrevistado de nombre don Federico, se decía mestizo y tenía 74 años en 1981. El segundo hombre, don José María se identificó como tarasco puro y en 1981 contaba con 72 años. Ambos se afiliaron al sinarquismo en 1937. Según Moheno y Plá, los dos hombres no habían descubierto el significado del sinarquismo hasta la fecha de publicación del artículo."''' Las entrevistas que Moheno y Plá transcribieron y analizaron en este

41 Héctor Hernández García de León, Historia Política del Sinarquismo 1934-1944, México, Universidad iberoamericana-Porrúa, 2004, p.10.

Ibidem, pp. 10-11.César Moheno y Rosa Piá, “¿Miienarismo campesino? Ei sinarquismo en San Juan

Parangaricutiro”, en Relaciones, estudios de cultura y sociedad, voi. ii, número 6, Zamora, Ei Coiegio de Michoacán, 1981.44 Ibidem, p. 68

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artículo fueron bastante elocuentes, ya que don Federico y don José María dieron su propia versión acerca de la historia del sinarquismo y del contexto histórico en el que éste se insertó.

Más tarde César Moheno presentó su tesis de maestría que llevó por título Las historias y los hombres de San Juan. Esta investigación fue publicada tiempo después bajo el auspicio de El Colegio de Michoacán. En este libro, Moheno reconstruyó la historia del pueblo San Juan Paricutín, famoso por ser el asentamiento más cercano al volcán Paricutín que hizo erupción en la década de los cuarenta del siglo XX. Según el autor, el sinarquismo llegó a este lugar de manera temprana, y tuvo éxito debido a que los campesinos de San Juan veían en el sinarquismo una continuación y una ampliación de la lucha cristera por medios pacíficos."'® El autor también señaló que mediante el sinarquismo, los habitantes de San Juan pretendieron recuperar la tradición de resolver los problemas cotidianos dentro de un orden social cristiano, que buscaba la manifestación diaria de la idea de comunidad."*® A través de los cantos y concentraciones sinarquistas, de acuerdo con Moheno, los san juanenses encontraron vías para expresar su descontento y asimismo el sentido de pertenencia a una organización.

Por otro lado, el sinarquismo, sobre todo su rama política, ha generado su propia historiografía a través de algunas publicaciones. Se trató generalmente de libros de carácter anónimo que fueron atribuidos a los líderes más destacados del movimiento. Se ha contado con novelas como Pedro Sinarquista, y libros de la historia sinárquica como Sucedió Ayer, pedazos de realidad del acontecer sinárquico. Este último fue de la autoría del licenciado Antonio Martínez Aguayo, importante miembro del sinarquismo político. Todas las obras editadas por la UNS han sido de gran valor como fuente documental al ser un reflejo de la percepción sinarquista de su propia historia y de los acontecimientos nacionales e internacionales.

Quizá la obra sinarquista de mayor valor como testimonio historiográfico haya sido la abundante producción de Salvador Abascal Infante, quien además fundó la primera colonia sinarquista María Auxiliadora, en Baja California. La citada colonia fracasó y después de esto y de su rompimiento con la UNS, Abascal se convirtió en gerente de la editorial JUS donde publicó más de veinte libros. De éstos, los que más destacaron fueron: Mis recuerdos, sinarquismo y colonia María Auxiliadora, publicado en 1980, en donde Abascal contó su papel dentro del sinarquismo y la fundación de la colonia. En 1987, salió a la luz Tomás Garrido Cañaba!. Sin Dios, sin curas, sin iglesias. En éste Abascal relató la toma de Villahermosa que llevó a cabo en 1940 y con la cual pretendía salvar a este estado de la herencia “comunista” de Garrido Canabal (gobernador de Tabasco de 1921 a

45 César C. Moheno Pérez, Las historias y los hombres de San Juan, tesis para obtener el grado deMaestro en Historia por El Colegio de Michoacán, Zamora, agosto de 1983.46 Ibidem.

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1924). Toda la obra de Abascal se convirtió en una fuente de datos, nombres y lugares sobre la historia del sinarquismo, pero al mismo tiempo se ha podido extraer parte de la ideología del movimiento durante distintas épocas.

Dentro de la historiografía del sinarquismo casi nunca se ha analizado el papel de las mujeres, sólo en algunas ocasiones se habla de Teresa Bustos y los sucesos de Celaya. Ni siquiera se ha tomado en cuenta a otras mujeres sobresalientes ni se ha analizado el papel de las secciones femeninas dentro del movimiento. El único que dedicó cuatro páginas a la acción juven i I-femenil es Serrano Álvarez dentro del segundo tomo de La batalla del espíritu, el movimiento sinarquista en el Bajío (1932-1951). El autor mencionó que a partir de 1944 la sección femenil se constituyó en el sostén organizativo de la UNS, y que más tarde, al ser nombrada Ofelia Ramírez como jefa de la secretaría femenil organizó a las mujeres mediante actividades sociales, bienhechoras, educativas, piadosas y tradicionales del sexo opuesto."'^ Cabe mencionar que tal apreciación de Serrano Álvarez puede ser bastante cuestionable. Las mujeres sinarquistas no sólo realizaron actividades consideradas como propias del género femenino, como las que Serrano enunció, sino que también tuvieron una intensa participación política y de lucha por los derechos de las mujeres católicas.

Con respecto a la presencia de las mujeres dentro del movimiento sinarquista, fueron cuatro los trabajos que más han sobresalido. El primero fue una contribución publicada en el libro Religión, política y sociedad, el sinarquismo y la Iglesia en México (nueve ensayos). Laura Pérez Rosales fue la autora de “Las mujeres sinarquistas: nuevas adelitas en la vida pública mexicana, 1945-1948”. La autora, al ser profesora de la Universidad Iberoamericana, aprovechó los acervos históricos de la sección femenina de la UNS. Este acervo contiene documentación de la UNS apolítica. Pérez Rosales mencionó que la mujer ha sido un vehículo eficaz y permanente dentro de las labores sociales, educativas y religiosas de la Iglesia, por lo que el estudio del papel que la mujer desempeñó, en particular dentro del movimiento sinarquista, se convierte en una herramienta indispensable para entender el significado del sinarquismo en general."'®

Pérez Rosales aportó información interesante para el estudio de la mujer sinarquista, como la transcripción completa del documento “Las diez normas de la mujer sinarquista”, redactado por el comité de la UNS al inicio de la organización. Las normas contenidas en este documento plasmaban las cualidades ideales de la mujer sinarquista: obediencia, sumisión y abnegación. Estas reglas fueron una normatividad de género bien estructurada, se trató del “deber ser femenino sinarquista.” Se limitaba su actuar político a través de una premisa que decía: “no

Pablo Serrano Álvarez, op. cit, tomo II, p. 190Laura Pérez Rosales, “Las mujeres sinarquistas: nuevas adelitas en la vida política mexicana,

1945-1948)”, en Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar, Religión, politica y sociedad, op. cit, p. 171.

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traiciones tu hermoso destino de mujer dándote a tareas varoniles.”"'® A las mujeres les correspondían las labores humanitarias y el ruego incesante.

Asimismo, la autora presentó gran cantidad de documentos fotográficos, sobre todo de mujeres campesinas que participaron en las grandes manifestaciones y marchas sinarquistas en el Bajío mexicano. También se informó acerca del perfil de las mujeres de clase media pertenecientes a la UNS, algunos datos sobre edad, ocupación y vestimenta. Pérez Rosales señaló que era frecuente observar a mujeres de la Acción Católica Femenina (ACF), simpatizantes del sinarquismo, vestidas de charras, portando la bandera nacional y la bandera sinarquista. Las mujeres de clase media usaban uniforme militar, al igual que sus compañeros varones.®® La autora recopiló una gran cantidad de información acerca de la Sección Femenina de la UNS y de la formación del internado para mujeres sinarquistas. Todo esto la llevó a concluir que las mujeres integrantes de esta sección gozaban de una relativa autonomía, pero que lo anterior no significaba el abandono de prácticas rígidas y tradicionales, ya que, por ejemplo, se prohibían la celebración de fiestas y los paseos mixtos.

Pérez Rosales también concluyó que toda la organización femenina de la UNS estuvo diseñada desde una perspectiva masculina en la cual la mujer debería desempeñar un papel subordinado y secundario tanto en la militancia como en la vida cotidiana. La realidad mostró que las mujeres sinarquistas estuvieron a la vanguardia del movimiento. Las mujeres utilizaron la cruz y los estandartes religiosos para hacer oír sus convicciones sociales y creencias religiosas y luchar por estas mismas. La disputa, aunque por momentos fue violenta, también fue social, en el campo y en la ciudad, e incluso con sus contrapartes sinarquistas varones que no siempre vieron con agrado la labor femenina.®'

Todas las afirmaciones anteriores de Pérez Rosales quedan, más que como conclusiones, como verdaderas hipótesis, ya que su trabajo no alcanza a demostrar documentalmente lo que sostuvo. Algo más que se debe señalar al respecto de este último trabajo, es que no tomó en cuenta la existencia de dos ramas sinarquistas después de la división de la UNS. Lo anterior la hizo no diferenciar entre las secciones femeninas y mezclar datos, por ejemplo, cuando habló de las revistas sinarquistas, para ella fue una sola publicación la que se imprimió. Esto tal vez se debió a que solamente consultó los archivos de la Universidad Iberoamericana que contienen información sobre la UNS apolítica, por lo que su material de archivo también fue muy limitado.

El siguiente trabajo que apareció es el de Martha Muñoz de la Mora, quien en 1995 escribió un artículo titulado “El papel revolucionario de las mujeres

Ibidem, p. 176.“ Ibidem, p. 177.

Ibidem, pp. 192-193.

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sinarquistas”, que formó parte del libro Estudios de género en Michoacán, lo femenino y masculino en perspectiva.^^ Cuando Muñoz de la Mora escribió este artículo era estudiante de la licenciatura en Historia en la Universidad de las Américas en Puebla. El trabajo no aportó nada en términos historiográficos ya que no se basó en una investigación de archivo; la autora solamente retomó lo dicho por otros autores que han escrito sobre el sinarquismo y las mujeres sinarquistas.

En el año 2000 apareció publicado por El Colegio de México el libro Mujeres, ciudadanía y poder, dentro del cual se encontró el artículo de Norma Delia Morales Suárez titulado “Las mujeres de Cristo Rey, comunidad sinarquista del sur de Sinaloa.” Los aportes de este trabajo al estudio de las mujeres sinarquistas fueron novedosos, ya que se conjugó la perspectiva histórica con la antropológica. El interés de la autora surgió de un proyecto acerca de la cultura regional de Sinaloa dentro del cual sus participantes se percataron que la comunidad de Cristo Rey, perteneciente el municipio de Escuinapa, presentaba muchas diferencias con respecto al resto de las regiones de Sinaloa. Al investigar el origen de esta comunidad, la autora encontró que ésta se fundó como colonia sinarquista en 1947, y que siguió funcionando como tal hasta 1963.

Morales Suárez planteó como objetivo de su investigación analizar el discurso sinarquista-religioso que ordenó las relaciones de género, asignando a las mujeres un sitio y un tipo de comportamiento.®® Para lograr lo anterior, la autora expresó un panorama general del desarrollo del sinarquismo, retomando las etapas que al respecto de este movimiento fueron difundidas por Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar. Una vez enumeradas las corrientes cívico-social, místico-social, y cívico-política. Morales Suárez analizó la concepción que acerca de lo femenino se generó en cada una de éstas. Pero la autora pensó que debería ir más allá de la teoría y el documento, y consideró que el discurso sinarquista sobre las relaciones de género se podría hacer más visible a través de un estudio monográfico en donde se pudieran encontrar las huellas de la cultura política sinarquista. Así fue como emprendió un estudio de caso en la comunidad de Cristo Rey utilizando la historia oral como la herramienta principal, seleccionando a los actores, hombres y mujeres, que con mayor relevancia social y conocimiento local tuvieran de su comunidad.®"'

De esta manera, las entrevistas estuvieron dirigidas a los siguientes temas: la historia de la comunidad, la familia, la fiesta, la vida cotidiana, las actividades

Marta Muñoz de la Mora, “El papel revolucionario de las mujeres sinarquistas” en Miriam Aidé Núñez Vega, María Argelia González Butrón, Cecilia Fernández Zayas (editoras) Estudios de género en Michoacán, lo femenino y lo masculino en perspectiva, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Centro de Investigación y Desarrollo en el Estado de Michoacán, 1995.

Noma Delia Morales Suárez, “Las mujeres de Cristo Rey, comunidad sinarquista del sur de Sinaloa” en Dalia Barrera Bassols (comp.). Mujeres, ciudadania y poder, México, El Colegio de México, 2000, p. 344.54 Ibidem, pp. 352-353.

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religiosas y la participación política. En el caso de las mujeres, las entrevistas se agruparon en las siguientes temáticas: la vida privada y la vida pública.®® Morales Suárez mencionó que, más que conclusiones definitivas, la investigación dio como resultado abundantes inquietudes y cuestionamientos: la comunidad de Cristo Rey se insertó en una peculiar cultura política donde la intensidad de la experiencia histórica sinarquista adquirió tintes de causalidad, ya que proporcionó los discursos legitimadores que dieron sentido a las explicaciones presentes y les proporcionaron un marco de expectativas para el futuro.®® En el caso de la participación política de las mujeres de Cristo Rey, la autora apuntó que fue significativo su desinterés por pertenecer a un partido político; para las mujeres de esta comunidad “hacer política” significó ejercer su derecho al voto. Para las mujeres de esta comunidad, el ideal abascalista de militancia del espíritu seguía todavía vigente y éste se retransmitía aún a las nuevas generaciones®^.

Morales Suárez consideró que el principal aporte de su investigación consistió en haberse asomado, de manera empírica, a la percepción que estas mujeres tenían de su propio quehacer político, actitudes y opiniones, grado de interés y motivación, apreciación del derecho a la igualdad de oportunidades, orientación del voto, etc.®®

La publicación más reciente que ha abordado el tema de las mujeres sinarquistas fue el artículo de Kristina A. Boyian titulado “Gendering the faith and altering the nation: mexican catholic women's activism, 1917-1940,” que está integrado en Sex in Revolution, que salió la luz en el 2006. El principal aporte de Boyian fue establecer una continuidad tanto ideológica como política entre el sinarquismo y otras organizaciones católicas que surgieron durante el periodo posrevolucionario. Sin embargo, el artículo de Boyian no se basó en ningún trabajo de archivo, e incluso sus datos los retomó de publicaciones anteriores.

Todos estos trabajos fueron de gran utilidad para el desarrollo de esta investigación. Muchos de ellos, bastante extensos como el de Pablo Serrano Álvarez®® y Héctor Hernández García de León,®° que han realizado la historia política y regional del sinarquismo. Éstos se convirtieron en referentes sobre datos, nombres, lugares y procesos de la UNS. Los autores antes mencionados realizaron búsquedas exhaustivas en todos los acervos donde existe información sobre sinarquismo. Lo anterior otorgó pistas sobre el tipo de documentación que se encuentra en cada uno de estos archivos.

Ibidem, pp. 353-354.Ibidem, p. 372.Ibidem, pp. 373-374.Ibidem, p. 373.Pablo Serrano Álvarez, op. c it, 2 tomos. Héctor Hernández García de León, op. cit

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Las publicaciones que la UNS ha realizado a lo largo de su existencia, así como las obras de sinarquistas renombrados como Salvador Abascal se convirtieron en fuentes de primera mano para la reconstrucción histórica de este movimiento político y social. Lo mismo ocurrió con los periódicos editados por la UNS: El Sinarquista y Orden. Así como con otras fuentes periodísticas y hemerográficas contemporáneas. Al respecto destacó el artículo de Margaret Shedd “Tormenta derechista en México” publicado originalmente en 1945.®' Éste relató una concentración sinarquista en León, Guanajuato, que se llevó a cabo en 1944.

Por otro lado, los trabajos que han retomado el tema de las mujeres sinarquistas, generalmente artículos dentro de publicaciones más amplias, aunque son pioneros, ninguno ha profundizado en el tema. Algunos tienen bastantes imprecisiones documentales, mientras que otros sólo retomaron lo dicho por diversos autores.

Se puede decir que el tema de las mujeres sinarquistas ha sido poco y superficialmente abordado en la historiografía sobre el sinarquismo. Se han privilegiado otros aspectos de este movimiento, sobre todo el político. La presente investigación se convierte así en la primera que trata al sinarquismo desde la mirada femenina.

61 Margaret Shedd, “Tormenta derechista en México”, en Boletín de Históricas, revista del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, número 80, México, febrero de 2008.

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1 ANTECEDENTES1.1 Antecedentes de la Unión Nacional Sinarquista.1.1.1 Los antecedentes más lejanos.Al ser conocido el sinarquismo como una continuación de la Guerra Cristera, algunos autores situaron sus antecedentes en los conflictos entre religión y Estado posteriores a la Revolución Mexicana de 1910. Jean Meyer ubicó los orígenes del sinarquismo en el Partido Católico Nacional, que funcionó de 1910 a 1913. Para este autor, la génesis de este partido se remontó a la década de 1870 y su acción se prolongó en la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa (LNDLR) (fundada en 1925). Entre los descendientes de este partido se encontraron, por un lado, la Unión Nacional Sinarquista, y el Partido Acción Nacional, por el otro.®®

Uno de los movimientos que surgieron como consecuencia de la Revolución Mexicana fue la llamada “Liga Sinárquica Amigos del Pueblo”. Ésta operó bajo el liderazgo de Tomás Rosales desde 1915 en el Distrito Federal. Su objetivo era el logro de la paz social en un país convulsionado por la guerra civil y la lucha entre facciones.®® Serrano Álvarez mencionó que el modelo ideológico del sinarquismo de los treinta fue tomado de la liga sinárquica de Rosales, sobre todo en las ideas y objetivos referentes al orden social y la oposición a la anarquía revolucionaria.®"'

Más tarde, tras la promulgación de la Constitución de 1917, los católicos se reagruparon en diversas asociaciones como la Unión de Damas Católicas, los Caballeros de Colón, la Confederación Católica del Trabajo, la Unión Popular de Jalisco, y la Acción Católica de la Juventud Mexicana (ACJM). Estas organizaciones defendieron la inclusión de los católicos en el nuevo orden sociopolítico de la Revolución y propugnaban se definiera la posición que la Iglesia debería tener dentro del nuevo Estado; ya que para los revolucionarios, la Iglesia debía mantener un papel subordinado. La motivación espiritual era el combate de un régimen ateo que no garantizaba la libertad religiosa del pueblo y que limitaba, según estos grupos, la libertad de enseñanza, de asociación, y de conciencia.®®

Asimismo existieron organizaciones de tipo secreto como la U (Unión de Católicos Mexicanos) nacida en Morelia entre 1918 y 1920. Ésta fue fundada por el padre Luis María Martínez, arzobispo primado de México en 1936. Uno de sus líderes más importantes fue Adalberto Abascal, padre de Salvador Abascal Infante futuro dirigente sinarquista. La U sobrevivió durante el conflicto cristero y parece ser que fue rival de lo que sería la LNDLR.®®

Jean Meyer, El Sinarquismo, el Cardenismo y la Iglesia, op. cit, p. 19. Pablo Serrano Álvarez, op. cit, tomo I, p. 42.Ibidem, p. 43 Ibidem, p. 47.Fernando M. González, Matar y morir por Cristo Rey. Aspectos de la cristiada, UNAM-Instituto de

Investigaciones Sociales, Plaza y Valdés, 2001, p. 32.

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1.1.2 La Guerra Cristera.El parteaguas de la relación entre Iglesia y Estado fue el movimiento cristero. Los primeros estudios al respecto de este tema fueron realizados por Alicia Olivera de Bonfil.® Más tarde, Jean Meyer señaló que el movimiento cristero se convirtió en la reacción ideológica y armada de los católicos en contra de los revolucionarios desde el inicio de la Revolución Mexicana de 1910.®® Para Pablo Serrano, en la Guerra Cristera se enlazaron la lucha por la religión y por eliminar problemas socio-económicos como el de la tierra. La cristiada se convirtió en un movimiento multiclasista que unió a todos los descontentos con el gobierno posrevolucionario y el callismo.®®

El Estado buscó el término del conflicto armado cristero a través de unos acuerdos con el sector más transigente de este movimiento. Al gobierno le convenía una solución rápida en vista de las elecciones presidenciales de julio de 1929. Sin embargo, éste no quería satisfacer ninguna demanda eclesiástica ni las de los cristeros. El 21 de junio de 1929 se dieron las últimas declaraciones finales del acuerdo: no se cedería ningún precepto sobre la Carta Magna, y con esto no quedaron solucionadas las diferencias entre Iglesia y Estado. Éstas fueron: demandas sobre libertad de educación; injerencia de los católicos en la esfera política; manifestaciones públicas del culto religioso; registro de sacerdotes ante las autoridades; y derecho de la Iglesia para poseer bienes.^® Con esto quedó establecida una nueva relación Iglesia-Estado que algunos autores han calificado como el modus vivendi.

Para Jean Meyer, los arreglos de 1929 simbolizaron la eliminación definitiva de la democracia cristiana en México, lo cual no significó que el catolicismo intransigente dejara de existir. Se adaptó y resurgió sin cesar. Volvió a aparecer entre 1937 y 1939 bajo la doble forma contradictoria y rival del movimiento sinarquista y del Partido Acción Nacional.^'

Según José Miguel Romero de Solís, los arreglos de junio de 1929 se concluyeron sin tomar en cuenta a los cristeros, a sabiendas de que habían venido solicitando con insistencia que no se llegara a ningún acuerdo sin antes manifestar ellos su punto de vista.^®

67 Alicia Olivera de Bonfil, Aspectos del conflicto religioso de 1926 a 1929: sus antecedentes y consecuencias, México, INAH, 1966.

Jean Meyer, La Cristiada, la guerra de los cristeros, tomo I, México, Siglo XXI editores, 1994,

72

Pablo Serrano Alvarez, La batalla del espíritu, op. cit, tomo I, pp. 56-57. Ibidem, p. 70.Jean Meyer, El sinarquismo, el cardenismo y la Iglesia, op. cit., p. 23.José Miguel Romero de Solís, El aguijón del espíritu. Historia contemporánea de la Iglesia en

México (1892-1992), México, Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, El Colegio de Michoacán, Archivo Histórico del municipio de Colima, Universidad de Colima, 1996, p. 379.

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Serrano mencionó que el inconformismo católico respecto a los arreglos de 1929 se acrecentó durante el curso de 1930 cuando la represión gubernamental hacia los todavía cristeros levantados se recrudeció/® De esta manera, la ley Calles de 1926 se seguía aplicando en varios estados del país, lo que puso en evidencia la violación de los arreglos y la demostración de que toda actividad católica estaría restringida/"' Al interior de las organizaciones católicas también hubo un cisma, ya que algunos estuvieron a favor de los acuerdos de 1929, mientras otros querían regresar a la lucha armada. A partir de 1931, tanto transigentes como intransigentes coincidieron en que la acción cívica de las organizaciones católicas era una buena arma para seguir luchando en contra del régimen.^® Para Serrano, los arreglos de 1929 y su secuela fueron el punto de partida de la oposición derechista católica en contra del cardenismo de la segunda mitad de la década de los treinta.^®

1.1.3. Las Legiones, Base u OCA.A partir de 1932 bajo el principio de lucha cívica propuesto por la Santa Sede, se fundaron diversas asociaciones como las Legiones que nacieron en Guadalajara durante ese año. Ésta organización tuvo como antecedente a \a U liderada por Manuel Romo de Alba. La U buscaba rescatar la lucha cristera por medio de la acción cívica y la toma de poder por medios violentos.^^ En 1935 Salvador Abascal Infante, quien jugaría un papel importante dentro del movimiento sinarquista, fue primeramente invitado por algunos ex cristeros a lanzarse a la lucha armada. Lo anterior no se llevó a cabo por lo que Abascal decidió unirse al Congreso Supremo de las Legiones tras la invitación de su padrino Monseñor Luis María Martínez.

Para 1934, las Legiones cambiaron de nombre y empezaron a ser conocidas como La Base u OCA. Esta organización funcionó de manera similar al movimiento de juventudes mañanas controlado por Antonio Santacruz cuyo nombre permaneció en al anonimato por largo tiempo.^®. Santacruz fue otro personaje de gran importancia dentro del movimiento sinarquista posterior cuya identidad como jefe se mantuvo en secreto.^® La OCA era una institución de católicos seglares que tenía como fin implantar en México un orden social cristiano, según sus líderes, inspirado en las enseñanzas de la Iglesia Católica y

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Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, op. cit, tomo I, p. 73. Ibidem, p. 73.Ibidem, p. 75.Ibidem, p. 77.Pablo Serrano Álvarez, “El ritual de un sacerdote sinarquista: Salvador Abascal” en Carlos

Martínez Assad (coord.), A Dios lo que es de Dios, México, Ed. Aguilar, 1994, p. 398.Agustín Vaca, “Apuntes sobre un movimiento contrarrevolucionario: El Sinarquismo”, en

Jornadas de Historia de Occidente. Movimientos populares en el occidente de México siglos XIX y XX, Jiquilpan, 1995, p. 145.

Verónica Oikión Solano, Michoacán en la via de la unidad nacional, México, INEHRM-Secretaría de Gobernación, 1995, p. 226.

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conforme a las realidades y anhelos de la Nación. La OCA tenía el antisemitismo como uno de sus principios básicos, y llevaban a cabo acciones como escribir sobre billetes de banco y en cristales de oficinas públicas la siguiente leyenda: “Abajo la escuela socialista”®®

De acuerdo a Fernando M. González los sinarquistas se convirtieron en las Legiones depuradas a cargo de algunos jesuítas que utilizaron a Antonio Santacruz como su aparente director. Para este autor, las Legiones que más tarde se llamaría la Base o la OCA se fundaron con el propósito de utilizarla como trampolín político de lo que sería la Unión Nacional Sinarquista.®'

Para Flugh Campbell, el plan del presidente Lázaro Cárdenas del Río para establecer un sistema de educación socialista en México hizo que se produjera un resurgimiento de la derecha radical en México cristalizado en distintas organizaciones como la Base.®® La organización de la Base se dividió en once secciones: patronal, obrera, campesina, información, comunicación, relaciones, propaganda, estudiantil, finanzas, clase media, y sinarquismo.®®

Después de la Guerra Cristera, la jerarquía católica se planteó la posibilidad de crear una organización que sirviera como puente o intermediario entre los católicos, la jerarquía eclesiástica y el Estado Mexicano, ya que la ACM (Acción Católica Mexicana), había fracasado en tal propósito. De esta forma, con la ayuda de los jesuítas, se creó el Comité de Acción Nacional que coordinaría la participación de los católicos. Lo que se trataba era de crear una organización fachada que uniera a los católicos bajo una bandera única, y a la vez funcionara como un grupo de presión con influencia en la política mexicana.®"' Los jesuítas decidieron aprovechar las Legiones, Base u OCA para formar esta nueva asociación. Las razones de esta elección fueron las siguientes: Las Legiones no tenían un historial de haber sido creadas por la jerarquía católica; se trataba de contar con un líder laico de paja e incondicional; y se podían encauzar sus objetivos en la dirección que la Iglesia Católica pretendía.®® Fue en este contexto que se creó la UNS.

Pablo Serrano Álvarez, “El ritual de un sacerdote sinarquista”, p. 399, ya citado. Fernando M. González, op. cit, p. 266.

82 Hugh Campbell, op. cit, p. 81.Laura Pérez Rosales, op. cit, p. 174.Servando Ortoll, “Acción católica y sinarquismo”, p. 153, ya citado.

85 Ibidem, pp. 153-154.

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1.1.4 La fundación de la Unión Nacional Sinarquista.En 1937 la Base celebró una junta nacional de carácter secreto en la ciudad de León, Guanajuato, durante la cual se fundó la Unión Nacional Sinarquista. La palabra sinarquismo significa, con orden, con autoridad y es lo opuesto a anarquía. La UNS se basó en la encíclica papal de 1937, Firmissimam Constantiam, que autorizaba a los católicos a organizarse, siempre y cuando se evitara que la Iglesia Católica apareciera de manera pública en las asociaciones y eventos. El 12 de junio de 1937 se promulgó el primer manifiesto sinarquista con la leyenda: “Patria, Justicia y Libertad”,®® firmado por José Antonio Urquiza, José Trueba Olivares en calidad de presidente, y Manuel Zermeño como vicepresidente.®^ No se tiene noticia de que alguna mujer estuviera presente en aquella reunión. Sin embargo, en una foto posterior, titulada “Luchadores de primera línea,” aparecieron como sinarcas de la primera década las señoritas Ofelia Ramírez, Olga Vázquez y Amparo Martínez.®® Las tres jugarían un importante papel dentro del sinarquismo en años posteriores.

La Unión Nacional Sinarquista se convirtió en una organización con una ideología ultra católica, mesiánica, anticomunista, antiyanqui e hispanista. Los sinarquistas tenían una oposición abierta al cardenismo, al comunismo, y a la política económica, educativa y agraria de la posrevolución. La UNS quería modificar el contexto histórico, el sistema posrevolucionario y el orden político del momento para así retornar a un pasado glorioso, cristiano, tradicionalista y colonial.®®

Parte de dicho manifiesto señalaba lo siguiente: “Ante los angustiosos problemas que agitan a toda la Nación, es absolutamente necesario que exista una organización compuesta de verdaderos patriotas, una organización que trabaje en la restauración de los derechos fundamentales de cada ciudadano, que tenga como su más alta finalidad la salvación de México. El sinarquismo es un movimiento positivo, que unifica, construye y engrandece, y por lo tanto, diametralmente opuesto a las doctrinas que sustentan postulados de odio y devastación. El sinarquismo proclama el amor a la Patria y se opondrá con todas sus fuerzas a los sistemas que pretenden borrar las fronteras de los pueblos, para convertir al mundo en un inmenso feudo en donde fácilmente imperen los malvados y perversos propagandista inventores de esas teorías.” En Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, tomo I, México, UNS, s/f, p. 12.87

88

89

Mario Gilí, La década bárbara, op. cit, pp. 20.Antonio Martínez Aguayo, op. cit, p. 181.Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo I, op. cit, p. 59.

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1.1.5 La corriente cívico social.Algunos autores como Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar identificaron a la primera etapa del sinarquismo (1937-1940) como la “corriente cívico social.”®® Su representante más importante fue el ingeniero Antonio Santacruz, jefe de la organización secreta de la UNS quien dirigía al sinarquismo desde dentro. Al mando de Santacruz se buscó mantener una relación más orgánica con la estrategia general de la Iglesia, acorde con las directrices emitidas por el Papa Pío XI a la Acción Católica Mexicana.®' Durante este periodo, la UNS trató de resistir la tentación al levantamiento armado; sin embargo, predicó la abstención en las elecciones presidenciales de julio de 1940 ya que auguraba que éstas serían fraudulentas. Todo ocurrió como estaba previsto: Almazán abandonó tranquilamente a sus partidarios después de haber sido amañadas las elecciones, y la UNS ganó con ello prestigio e influencia por haber acertado.®®

En la “corriente cívico social” murieron los primeros mártires sinarquistas, y con esto nacieron los primeros símbolos ideológicos de la organización: José Antonio Urquiza y Teresa Bustos. La versión oficial sinarquista de la muerte de Urquiza ha señalado que falleció durante un conflicto entre ejidatarios y sinarquistas en Apaseo, Guanajuato, en abril de 1938, donde su familia era propietaria de una hacienda. Sin embargo, años después algunos líderes sinarquistas, como Salvador Abascal, revelaron que Urquiza había sido ultimado a manos de uno de los trabajadores de la hacienda por motivos de resentimiento laboral.

Un año después del fallecimiento de Urquiza murió la joven obrera Teresa Bustos durante un enfrentamiento armado. Esta mujer también ha sido considerada como mártir del sinarquismo. El 10 de julio de 1939, las reservas agrarias atacaron a un grupo de sinarquistas que estaban haciendo propaganda en el pueblo de Juan Martín, cerca de Celaya; hubo cinco personas muertas y once heridos. El caso fue tan grave que el presidente Cárdenas se trasladó a Celaya en donde los sinarquistas reclamaron justicia a través de una manifestación de dos mil personas; más tarde el presidente prometió castigara los responsables.®®

Al día siguiente del enfrentamiento, al realizarse los funerales de estos sinarquistas, la joven obrera Teresa Bustos asistió al sepelio para cubrir los féretros con una bandera mexicana elaborada por ella misma. Los agraristas arremetieron una vez más en contra de los sinarquistas y una de las balas tocó a

90 Guillermo Zermeño y Rubén Aguilar, Hacia una reinterpretación del sinarquismo actual, op. cit, p. 30.

Ibidem, p. 32.Jean Meyer, El sinarquismo, el Cardenismo y la Iglesia, op. cit, p. 54.Ibidem, p. 51.

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Bustos quien murió abrazando la enseña patria.®"' Héctor Hernández García de León mencionó que la bandera ensangrentada se convirtió en un gesto simbólico de unidad para los sinarquistas casi al punto del misticismo.®® Cada jefe nacional saliente la entregaba a su sucesor, y hasta ahora la UNS, rama política, la conserva como un objeto de mucho valor. Con su muerte, Teresa Bustos ganó un lugar dentro del panteón sinarquista como la mujer mártir del movimiento.

1.1.6 La etapa místico social.Guillermo Zermeño calificó a la etapa sinarquista que va de 1940 a 1943

como la “corriente místico social” cuyo principal líder fue Salvador Abascal Infante. Durante este periodo la UNS alcanzó los números más altos de militantes y los triunfos políticos más sobresalientes.

Abascal fue invitado por el arzobispo Luis María Martínez para unirse a La Base y en 1937 saltó a la Unión Nacional Sinarquista siendo primeramente jefe de la división de Michoacán. Hacia 1940 fue nombrado jefe de la Unión Nacional Sinarquista. En enero de 1939 el jefe nacional Zermeño fue herido por la espalda tras un enfrentamiento en Tepic, Nayarit. Lo anterior lo dejó incapacitado para fungir como la cabeza de la UNS por lo que Salvador Abascal tomó su lugar. Hernández García de León subrayó que durante este periodo el sinarquismo pasó de ser un grupo provincial e insignificante, a la fuerza política más importante del país. Según el mismo autor, en lo anterior influyeron varios factores como las consecuencias políticas de las elecciones de 1940, y el sentimiento de frustración que éstas generaron; el triunfo de los nacionalistas en la Guerra Civil española, y el aumento de las repercusiones políticas del fascismo europeo. Pero sobre todo, fue el carisma y liderazgo de Abascal lo que llevó al sinarquismo a convertirse en un movimiento social tan importante.®®

Para Pablo Serrano, en los postulados ideológicos y la organización jerárquica de Abascal, como jefe de la Unión Nacional Sinarquista, se encontraba implícita una admiración hacia los hitlerianos alemanes, los fascistas italianos y los falangistas españoles; además de un sentido acendrado de hispanismo, antisemitismo y antiyanquismo, aunado a un recio ataque a todo lo que sonara a revolución.®^

Otra de las características de la jefatura de Salvador Abascal fue la gran cantidad de enfrentamientos armados, toma de oficinas de gobierno y otros edificios públicos, y muertes que se sumaron entre 1939 y 1940. Las grandes concentraciones sinarquistas fueron muy notorias durante este periodo, como la

Ibidem, p. 52.Héctor Hernández García de León, op. cit, pp. 190,191.Ibidem, pp. 170-172.Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo I, op. cit .p. 87.

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de Morelia realizada en 1941. Abascal militarizó a la UNS a través del principio de convertir a cada sinarquista en una persona “mitad monje, mitad soldado.”

Las grandes manifestaciones incluían a campesinos, obreros y sectores de la clase media. La estructura del sinarquismo en este tipo de concentraciones era paramilitar; los afiliados eran considerados como soldados, no sólo para el desfile, sino para el combate. Los soldados provenían generalmente del sector rural, jornaleros sin tierra (atraídos por la propaganda sobre la propiedad de la tierra de la UNS, colonos, mediaros, ejidatarios y pequeños propietarios. De las ciudades medias se integraron pequeños comerciantes, artesanos, empleados de servicios y obreros.®®

Debido al tipo de despliegues y desfiles dentro de estas movilizaciones sinarquistas, algunos autores han marcado similitudes con la falange española e incluso con el nazismo alemán y el fascismo italiano. Alejandro Carrillo, en 1943 mencionaba al respecto que: “a imitación del fascismo, del nazismo y del falangismo la organización sinarquista es de tipo militar. Sus miembros reciben el nombre de soldados; sus líderes son llamados jefes. Como los falangistas españoles, los sinarquistas están organizados en cuadros, centurias y compañías. Los sinarquistas tienen sus himnos, sus cantos de lucha y llaman marchas a sus movilizaciones de partidarios.”®®

Laura Pérez Rosales subrayó que dentro de las manifestaciones sinarquistas era común observar a las mujeres de la Acción Católica Mexicana, simpatizantes del movimiento sinarquista, vestidas de charras, portando la bandera nacional, como muestra de nacionalismo, y la bandera sinarquista. De la misma manera, las mujeres líderes, casi siempre pertenecientes a la clase media, usaban uniforme de tipo militar, al igual que sus compañeros varones.'®®

100

Verónica Oikión, op. cit, p. 228.Alejandro Carrillo, op. c it p. 50.Laura Pérez Rosales, “Las mujeres sinarquistas”, p. 175 ya citado.

44

1.1.7 Militantes y censos sinarquistas.Para conocer más acerca de la militancia sinarquista, por un lado, se contó con los datos de los diversos autores que han abordado el tema y que aportaron al respecto. Por otro lado, existió un censo de militantes sinarquistas realizado entre 1940 y 1941 que aportó cifras, nombres y fotografías de los militantes. Al interpretar toda esta información se pudieron encontrar diferencias sustanciales, sobre todo en las estimaciones del número de militantes entre los investigadores y el citado registro. A continuación se contrastarán los números y las distintos cifras que cada una de estas fuentes otorgó a través de un cuadro donde se muestran los nombres de los autores que calcularon números acerca de los efectivos sinarquistas en distintos años del movimiento, y las fuentes utilizadas para obtener dichos datos.

Asimismo se señalan los números de militantes sinarquistas extraídos según el censo sinarquista elaborado entre 1939 y 1940. Éste fue encomendado al comité nacional a través de la sección de propaganda y los comités municipales de cada estado.

Cuadro I. Número de militantes sinarquistas entre 1937 y 1943 según varios autores y el censo sinarquista de 1940.AUTOR 1937 1938 1939 1940 1941 1943 FUENTESJeanMeyer

90 000 360 000 460 000 560000

Comités municipales. El autor ordenó y sistematizó los datos del censo.

PabloSerrano

5 000 30 000 90 000 230 000 360 000 560000

T rabajo de Anne Marie de la Vega

HéctorHernández

5 000 10 000 30 000 360 000 Noespecificado

Censo de 1940

30350censados

30 350 censados

Whitaker y Jean Meyer

Como se puede observar en el cuadro anterior, para el año 1937 los únicos investigadores que presentaron datos del número de militantes sinarquistas fueron Pablo Serrano y Héctor Hernández García de León. Ambos concordaron que

101 Este registro se encuentra en el Archivo de la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Historia (desde ahora AHBMNAH) en forma de microfilm.

45

durante el inicio del movimiento había un promedio de 5 mil sinarquistas. Serrano Álvarez se basó en las cifras proporcionadas por Anne Marie de la Vega en su tesis doctoral acerca del movimiento sinarquista, publicada en 1979.'°® En lo que respecta a Héctor Hernández García de León, éste no proporcionó la fuente en que se basó para apuntar sus resultados. Los mismos autores calcularon números de militantes sinarquistas para el año 1938. Como se puede observar en el cuadro número uno, la diferencia entre ambos es de 20 mil personas. Serrano calculó 30 mil basándose una vez más en los datos de de la Vega; mientras que Hernández García de León sumó 10 mil de acuerdo a los cálculos de Arthur Whitaker.'®®

Los efectivos sinarquistas para 1939 fueron calculados por Jean Meyer y Pablo Serrano Álvarez en 90 mil. Meyer se basó en los datos del censo y Serrano en el trabajo de Anne Marie de la Vega; también utilizó un documento redactado por la comisión revisora de la UNS, redactado por Antonio Martínez Aguayo y Feliciano Manrique. Dicha comisión calculó que en 1939 había 60 mil sinarquistas activos, pero se apuntaba que para fines de ese mismo año se esperaba contar con 90 mil militantes.'®"' Hernández García de León, basándose en el trabajo de Juan Ignacio Padilla'®®, ideólogo y cronista sinarquista, apuntó que para 1939 existían 30 mil afiliados al sinarquismo.'®®

Para el año de 1940 es donde se puede observar un salto enorme en las cifras de sinarquistas. Así, de 90 mil calculados por Meyer y Serrano, y 30 mil estimados por Hernández García de León, los mismos autores sumaron entre 200 mil y 360 mil los efectivos sinarquistas para ese año. Pablo Serrano se basó en la tesis de Anne Marie de la Vega. Aparte del censo Jean Meyer utilizó un documento que llevó por título Registro General de los Contingentes de la UNS, redactado en 1943.'® Hernández García de León tomó la cifra de más de 200 mil sinarquistas conforme a los cálculos de Hugh Campbell.'®®.

Todos estos datos contradicen las cifras que durante esta investigación se extrajeron del conteo y análisis del censo sinarquista de 1940, que como ya fue señalado fue realizado por el comité nacional de la UNS entre los años de 1939 y 1941. Contando uno a uno y una a una los y las militantes sinarquistas, el registro arrojó un total de 30 mil 350 afiliados a la UNS para 1940. Lo anterior representa una diferencia de casi diez veces más que el número obtenido en mi conteo. ¿Por qué de esta diferencia?

Anne Marie de la Vega, op. cit.102 103 Arthur Whitaker, “Inter-American Affairs, 1942”, Annual Survey, revista de la Universidad de Columbia, números 2 y 3, New York, 1943.

Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. c it, p. 233.Juan Ignacio Padilla, Sinarquismo: contrarrevolución, México, Ed. Polis, 1948.Héctor Hernández García de León, op. cit., p. 170.Jean Meyer, El sinarquismo ¿un fascismo mexicano?, op. c it, p. 299.Hugh Campbell, op. cit.

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Como se puede observar en el cuadro número uno, de 1939 a 1940 las cifras que los investigadores ofrecen se incrementaron casi cuatro veces. Ya que por ejemplo, Jean Meyer calculó 90 mil para 1939, mientras que para 1940 estimó 360 mil. Una de las explicaciones a lo anterior puede ser que los investigadores se basaron en las cifras otorgadas por la misma UNS, quienes muy a menudo incrementaban el número de sus militantes. Otra respuesta puede ser que el cálculo de los sinarquistas se guió en el número de personas presentes en las grandes marchas y concentraciones sinarquistas. Sin embargo, no todos los presentes a estos eventos podían considerarse como sinarquistas activos.

Por medio de varios testimonios orales que he recopilado se puede demostrar que a las reuniones y concentraciones sinarquistas no sólo asistían los militantes activos, sino también familiares de los y las sinarquistas que no se consideraban miembros de la UNS. Lo anterior nos llevó al problema de distinguir entre militantes activos, simpatizantes y acompañantes. Esto podría explicar la gran diferencia existente entre los números dados por los investigadores para 1940 y la cifra total de los sinarquistas censados para ese mismo año.

Otro aspecto a considerar son las deficiencias y carencias del censo de 1940. Algunas de las hojas del registro se perdieron y otras están en muy mal estado lo que hace imposible su lectura. También, como apuntó Jean Meyer, algunos comités jamás enviaron todos los censos ya que para inscribirse había que pagar veinticinco centavos y enviar dos fotografías, y no todos podían hacerlo.'®® Lo anterior fue muy evidente cuando se realizó el análisis del registro según los estados de la República. Para observar lo anterior tenemos el cuadro número dos.

109 Jean Meyer, El sinarquismo ¿un fascismo mexicano?, op. c it, p. 66.

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Cuadro II. Los efectivos sinarquistas por estados según los investigadores y el censo de 1940.LOS EFECTIVOS NÚMERO SINARQUISTASESTADOS SINARQUISTAS

SEGÚN JEAN MEYER PARA 1940

DESINARQUISTAS CALCULADOS POR SERRANO ÁLVAREZ PARA 1940

REGISTRADOS EN EL CENSO DE 1940

POBLACION TOTAL DE CADAESTADO EN 1940 SEGÚN JEAN MEYER

Aguascalientes 8, 600 14 160, 000Baja California 600 130, 000Campeche 500 89, 000Coahuila 1, 500 18 543, 000Colima 6, 000 123 75, 000Chiapas 360 6 660, 000Chihuahua 4, 855 117 644, 000Durango 4, 915 44 472, 000Guanajuato 75, 000 65, 000 4, 260 1, 000, 000Guerrero 4, 500 218 730, 000Hidalgo 2, 500 750, 000Jalisco 20, 695 Entre 15, 000 y

20, 00030 1, 400, 000

México 1, 000 1, 100, 000Michoacán 85, 000 17,675 1, 166, 000Morelos 1, 500 182, 000Nayarit 2, 000 279 213, 000Nuevo León 600 16 525, 000Oaxaca 410 1, 188, 000Puebla 16, 000 21 1, 286, 000Querétaro 25, 000 15,000 2, 397 243, 500San Luis 20, 000 2, 194 668, 800Sinaloa 2, 000 38 486,000Sonora 1, 200 363, 800Tabasco 1, 000 871 285, 000Tamaulipas 2, 900 499 462, 000Tlaxcala 2, 000 220, 000Veracruz 3, 000 150 1, 610, 000Yucatán 1, 100 38 416, 000Zacatecas 8, 330 1,123 553, 000Distrito Federal 1, 000 63 1, 749, 000E.U.A 3, 000 21TOTAL 310, 365 30, 350 19, 449, 290

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Jalisco es el caso que más ejemplificó las lagunas dentro del censo sinarquista de 1940. Mientras Meyer mencionó que en este estado había aproximadamente 20 mil 695 sinarquistas, y Serrano Álvarez calculó entre 15 mil y 20 mil, el registro de la UNS reportó para Jalisco tan sólo 30 sinarquistas. Es bien sabido que Jalisco fue un importante bastión sinarquista por lo que la información dentro del censo debió haberse perdido.

Algo parecido pudo suceder con el registro de los sinarquistas en Estados Unidos ya que Meyer sumó 3 mil militantes en aquél país, mientras que solamente se encuentran 21 censados. El mismo autor citó que en Estados Unidos funcionaron 4 comités regionales directamente unidos al comité nacional de México. Éstos fueron: Los Ángeles y Bakersfieid, en California; El Paso y Me Alien, en Texas. Dichos bastiones controlaban más de cincuenta comités locales en donde había mexicanos, especialmente en California, y en Texas, pero también en Illinois, Indiana y Nuevo México."® Los registros fotográficos también dan cuenta de la formación de comités sinarquistas en el país vecino.

Sin embargo, para estimar el número de sinarquistas en 1940, Meyer también usó los registros de militantes de los comités municipales sinarquistas, pero no sólo los del año 1940, sino que también consideró los de 1941 a 1943, por lo que las cifras que él dio también pudieron haberse incrementado debido a este motivo. Asimismo, Meyer utilizó como referente para sus cálculos las ventas del periódico El Sinarquista, al respecto mencionó: “La difusión del periódico sirve de índice de progresión en el tiempo y en el espacio; pero se puede ser más preciso y describir la implantación del movimiento en cada estado.”" ' Sin embargo, estas mediciones con base en las ventas del periódico pueden ser puestas a discusión. En algunas ocasiones, Meyer asentó información sin mencionar la fuente, como cuando subrayó que del primero de enero al 21 de marzo de 1940, la UNS registró 50 mil adhesiones, y de enero de 1940 a octubre de 1941, 400 mil"® sin mencionar la procedencia de estos datos.

Como ya fue mencionado, Meyer mezcló los datos para los años que van de 1939 a 1943, basándose en los censos existentes para estos estados y en los registros de los comités municipales. El mismo autor afirmó que si tan sólo se basaran en estos documentos, que casi siempre están incompletos, no se ficharían más de 36 mil militantes, cifra que no representaría un muestrario."®

Tomando en cuenta todas las variables anteriores: las lagunas en el censo de 1940; las sobrestimaciones de la UNS; la mezcla de datos y de fechas realizadas por Meyer para calcular los militantes sinarquistas; me atrevo a afirmar

Ibidem, p. 65. Ibidem, p. 63. Ibidem, p. 65. Ibidem, p. 68.

49

que para 1940 la Unión Nacional Sinarquista no llegó a tener más de 100 mil militantes activos alrededor del país y en Estados Unidos. Lo anterior contrastó con las cifras dadas por Jean Meyer, Pablo Serrano, y Héctor Hernández García de León quienes sumaron entre 230 mil y 360 mil sinarquistas militantes para 1940. Este último año representó el punto más álgido en toda la historia del sinarquismo como movimiento social, por lo que el número de 560 mil sinarquistas para 1943 me parece bastante exagerado.

1.1.8 El sinarquismo y las elecciones de 1940.Para Hernández García de León la importancia política de la UNS radicó en que, junto con el PAN recién fundado, se convirtieron en el portavoz de la opinión nacionalista de derecha opuesta al presidente Lázaro Cárdenas. Lo anterior le dio a la organización sinarquista un papel preponderante en las elecciones presidenciales de 1940.""' Los nombres que sonaban como candidatos a la presidencia por el PNR fueron, entre otros: Juan Andrew Almazán, Manuel Ávila Camacho (Secretario de la Defensa Nacional), Joaquín Amaro, Gildardo Magaña, Francisco Múgica (el radical más allegado al presidente y secretario de la SCOP), y Rafael Sánchez Tapia. A pesar de que se apostaba por la candidatura de Múgica, el postulante presidencial por el PRM fue Ávila Camacho. Lo anterior causó la renuncia de Múgica y Sánchez Tapia, y que Almazán se uniera al Partido Revolucionario de la Unificación Nacional (PRUN) que era apoyado por los grupos llamados de derecha y por algunos disidentes del PRM."®

A pesar de que uno de los principios básicos de la UNS era no entrometerse en la política nacional y electoral, durante el proceso para elegir presidente en 1940 se vio ante el dilema de apoyar o no a algún candidato, y si así fuera quién sería. Lo más lógico era que se pronunciara a favor de Almazán, por ser éste el más cercano a las propuestas de la derecha. Sin embargo, si la UNS hacía lo anterior corría el riesgo de lanzar a las tropas sinarquistas a una rebelión armada si el partido oficial desconocía el triunfo de la oposición. También tenían la opción de mantener una actitud política tradicional, lo que implicaba apoyar a Ávila Camacho. Según Hernández García de León, Ávila Camacho no esperaba obtener el apoyo de los sinarquistas, pero si el PNR lograba negociar la neutralidad de la UNS se evitaría una rebelión campesina."®

Ante este escenario, el gobierno mexicano, a través de Miguel Alemán Valdés, jefe de la campaña avilacamachista, logró un acuerdo desde febrero de 1940 con la dirigencia de la UNS para evitar su alianza con Almazán, mediante el cual se comprometió a la abstención electoral, a cambio, el gobierno titularía las

114

115Héctor Hernández García de León, op. cit., p. 185.Luis González, Historia de la Revolución Mexicana (1934-1940). Los dias del presidente

Cárdenas, México, El Colegio de México, 1981.116 Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 186.

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parcelas ejidales."^ La verdadera posición de la UNS con respecto a las elecciones se informó hasta el mismo día del proceso. Lo anterior permitió al jefe de la UNS en ese momento, Manuel Zermeño, mostrar a Ávila Camacho que las tropas sinarquistas estaban bajo control evitando que éstas se fueran al monte."®

A principios de 1940, la UNS repitió por distintos medios que votar era inútil dado que se estaba fraguando un posible fraude, pero a través de los periódicos y revistas sinarquistas se podía observar que la UNS se mostraba favorable hacia Almazán. Asimismo, después de las elecciones que le dieron el triunfo a Manuel Ávila Camacho, los sinarquistas denunciaron que el proceso había sido manipulado, consumándose la manipulación electoral."®

1.1.9 La salida de Abascal.Salvador Abascal Infante fue removido de la jefatura de la UNS en septiembre de 1941. ¿Por qué a pesar de los éxitos que Abascal dio al sinarquismo se le persuadió de dejar el cargo? Jean Meyer se preguntó algo más: ¿Cómo lo convencieron de hacer lo anterior? ¿Qué tuvo que ver esto con el contextomundial?'®®

Como ya fue señalado en párrafos anteriores, la Base, como organización secreta al mando del ingeniero Antonio Santacruz, era la responsable de mover los destinos de la UNS. Al entrar Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial en 1941, Santacruz consideró necesario un acercamiento con el vecino país. Sin embargo, esto contravenía la ideología “antiyanqui” del sinarquismo, y sobre todo a las ideas de Abascal. Santacruz entró en negociaciones con la embajada estadounidense con el objetivo de obtener apoyo. Por otro lado, los funcionarios de Estados Unidos creían conveniente las relaciones con la UNS ya que sus jefes podrían servir de vínculo entre aquél país y las masas mexicanas. El trato estaba hecho pero implicaba que Abascal saliera de la UNS, ya que los estadounidenses consideraban a Abascal como un individuo beligerante capaz de un levantamiento armado y de llevar a la práctica la ideología “antiyanqui.”'®'

Para lograr convencer a Abascal, la Base se valió del arzobispo de México, monseñor Luis María Martínez, padrino y persona de gran influencia en la vida de Abascal. Y es que no sólo Estados Unidos recelaba las acciones de Abascal, sino que la jerarquía eclesiástica de México pensaba que éste podría poner en jaque el llamado “modus vivendi” establecido en 1929. Para deshacerse de él, la UNS permitió a Abascal fundar una colonia sinarquista.'®® Abascal había planeado lo

117 Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán, Zamora, El Colegio de Michoacán, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2004, p. 257.118

119

120121

122

Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 186.Ibidem, pp. 187-189.Jean Meyer, El sinarquismo ¿un fascismo mexicano?, op. cit, p. 94. Ibidem, pp. 91-93.Ibidem, pp. 91-95.

51

anterior desde hacía mucho tiempo y vio que el momento de su partida de la jefatura de la UNS era el idóneo. Según Jean Meyer, y el propio Abascal, éste último ignoraba las intenciones de La Base para lograr un entendimiento con Estados Unidos, y también de que no sabía la opinión que algunos sectores de la Iglesia Católica tenían sobre él.'®®

1.1.10 La colonia María Auxiliadora.En este contexto, Salvador Abascal se dio a la tarea de emprender el proyecto de formar una colonia católica sinarquista en Baja California. Al respecto, Pablo Serrano señalaba que:

La simple idea de la colonización fue una utopía, una idealización personal de Abascal, que deseaba rescatar en pleno siglo XX el papel desempeñado por los misioneros jesuitas o franciscanos en los siglo XVI, XVII y XVIII, para demostrar que con sacrificio, fe y espíritu se podía realizar el ideal católico-sinarquista.'®"'

Parecía indicar que la colonia sería un éxito debido a la buena relación entre el ejecutivo federal y los sinarquistas. Lo anterior hizo que el Jefe, como era conocido Abascal entre los sinarquistas y los futuros colonos, lograra obtener el permiso y los recursos económicos para echar andar el proyecto. “La historia, sin embargo, fue dramática, triste y cruel tanto para el mismo Abascal como para el movimiento sinarquista en su conjunto.”'®®

Después de varios preparativos y contratiempos, 85 familias con un total de 400 personas provenientes del Distrito Federal, León, Querétaro, Acámbaro, Ario de Rosales, Pátzcuaro y Morelia partieron el 18 de diciembre de 1941 hacia la fundación de la colonia María Auxiliadora en Baja California. Todos los colonos provenían de estos lugares debido a que, según las apreciaciones de Abascal, esa gente era la que más soportaba los sacrificios, sabía de agricultura y, sobre todo, era la más moral y católica del país.'®® Las inclemencias del clima, la falta de recursos económicos, la vida dura del desierto, más el carácter obsesivo, intransigente e idealista de Abascal, hizo que la empresa fracasara y varias familias de colonos emprendieran el viaje de regreso a sus lugares de origen.'®^ Para febrero de 1943 quedaban en la colonia tan sólo 282 personas que

Ibidem, p. 92.123

Pablo Serrano Álvarez, “María Auxiliadora: El Sinarquismo en Baja California Sur, 1940-1944”, en www.uabc.mx/historicas/RevistaA/ol-IX/Numero%203/Maria%Auxiliadora.htm, obtenida el 30 deseptiembre de 2006, p. 2.125

126,Ibidem, p. 3.Salvador Abascal, Mis

Tradición, 1980, p. 234.recuerdos, sinarquismo y colonia María Auxiliadora, México, Ed.

127 Pablo Serrano Alvarez, “El ritual de un sacerdote sinarquista”, p. 410 ya citado.

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enfrentaban las restricciones económicas, las penurias, el duro trabajo, las enfermedades y el carácter del jefe Abascal.

Según datos recabados por Pablo Serrano, hasta 1943 la obra colonizadora de Baja California le había costado 120 mil pesos a la Unión Nacional Sinarquista.'®® Pero no sólo se había perdido dinero en la empresa sino también el prestigio de los sinarquistas. Todo lo anterior fraccionó a la Unión y a sus dirigentes. A mediados de 1943, ante la falta de apoyo del Comité Nacional Sinarquista, el cambio de orientaciones del movimiento y las intrigas entre los líderes, Abascal rompió con la UNS. “Abascal comprendió muy tarde que el proyecto de la colonización había sido apoyado, primero, para apartarlo de la jefatura nacional de la UNS, y segundo, para que ante el fracaso saliera desprestigiado el movimiento y, sobre todo, ante los adversarios y la opinión pública.”'®® El 29 de mayo de 1944, Abascal fue separado de la jefatura de la colonia convirtiéndose en un adversario del sinarquismo.'®® En la edición del 15 de junio de 1944 de El Sinarquista se señaló que las declaraciones y críticas de Abascal acerca de los líderes sinarquistas habían contribuido a fomentar los ataques en contra de la UNS por parte de comunistas y revolucionarios.'®'

1.1.11 La división del sinarquismo.La división del sinarquismo fue el resultado de diversos factores tanto internos como externos, e incluso relacionados con distintos aspectos de la política nacional e internacional. La salida de Salvador Abascal; el fin de la Segunda Guerra Mundial y la política internacional que México siguió después de ésta; ciertas declaraciones de algunos líderes de la UNS en contra de la figura de Benito Juárez; y la relación de estira y afloja establecida entre la UNS y el Estado mexicano, tuvieron bastante influencia en esta escisión.'®®

Algunos autores como Jean Meyer relacionaron el momento de crisis del sinarquismo con el contexto de la Segunda Guerra Mundial y la entrada de México a ésta. Lo anterior se debió a la antipatía de algunos miembros de la UNS frente a Estados Unidos y su simpatía por las potencias del Eje. De esta manera, se organizó un comité antifascista en contra de la UNS. Debido a la intimidación ejercida por el presidente Ávila Camacho, la UNS se suscribió al Comité Nacional

128 Pablo Serrano Alvarez, “María Auxiliadora, el sinarquismo en Baja California Sur”, p. 13 ya citado.

Ibidem, p. 13129

Para tener un panorama completo de la colonia María Auxiliadora se puede consultar: Salvador Abascal, op. cit. Dentro de esta obra, Abascal describe a detalle toda la empresa colonizadora y algunos aspectos de su vida privada como su noviazgo y matrimonio con Guadalupe Josefina Carranza.

Hemeroteca Nacional Universidad Autónoma de México, desde ahora HNUNAM, El Sinarquista, México, D.F., 15 de junio de 1944.

Jean Meyer, El sinarquismo ¿un fascismo mexicano?, op. c it, pp. 124.

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Antinazi y Antifascista, declarando lo siguiente: “Contra el comunismo, el nazismo y el franquismo, enemigos del pueblo, se levanta, resuelto y pacificador el sinarquismo.”'®® Sin embargo, esta supuesta buena relación entre el gobierno y la UNS fue trastocada por diversos factores: las declaraciones en contra de Juárez; levantamientos campesinos debido al descontento social; la oposición del sinarquismo frente a la instauración del servicio militar; y las sospechas de relación de la UNS con las potencias del Eje.'®"'

Serrano Álvarez apuntó que la escisión del sinarquismo se debió al letargo de la acción sinarquista; la disminución de la expansión territorial, y la manipulación por parte de factores externos, jerarquía eclesiástica, Estados Unidos y los conflictos internos, como la salida de Abascal de la UNS y el cambio en los objetivos del movimiento.'®®.

Para 1944, Juan Ignacio Padilla'®®, segundo en la jefatura de la UNS empezó a desobedecer órdenes de la Base, poniendo de manifiesto que la UNS podía eludirla cambiando tanto sus objetivos como su estrategia.'®^ Además, al regresar Abascal de su fallida expedición a Baja California y ser expulsado de la UNS, éste empezó a atacar y difamar a Manuel Torres Bueno jefe de la Unión Nacional Sinarquista.'®® Como consecuencia de lo anterior. Torres Bueno presentó su renuncia a la UNS, la cual no fue aceptada. Sin embargo, en los meses siguientes Torres Bueno empezó a tomar decisiones unilaterales sin la autorización del alto mando de la Base y comenzó a sugerir que el sinarquismo se

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Ibidem, p. 127.Ibidem, pp. 128-129.Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. c it, p. 126.Juan Ignacio Padilla fue jefe de Las Legiones. Se unió al sinarquismo desde sus inicios

participando en varias de las manifestaciones en contra de la Ley de Educación Socialista en la década de los treinta. Fue amigo cercano de Manuel Torres Bueno. Llegó a ser jefe de la UNS política durante la década de los cincuenta. Padilla fue autor de varios libros sobre ideología e historia sinarquista. Un internado sinarquista de niños llevó su nombre; los alumnos eran conocidos como “los juanes” o “los juanes Ignacios.”

Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 278.137

Manuel Torres Bueno fue jefe de la UNS entre 1941 y 1945 antes de la etapa en que el sinarquismo se dividió. Fue fundador de la Unión Nacional Sinarquista en 1937 y ocupó varios cargos dentro del movimiento. Serrano Álvarez calificó a Torres Bueno como un abogado provinciano que se había distinguido por su obediencia sumisa al alto mando de la Base. Torres Bueno asumió la jefatura de la UNS en diciembre de 1941 después de la salida de Abascal. Serrano Álvarez señaló que el carácter reservado, taciturno, inexpresivo, introvertido y administrativo de Torres Bueno, frente a la impetuosidad y autoritarismo abascalista, condujo al movimiento al estancamiento. Con su jefatura se inició una época de la acción “campañista” (campañas de moralización, de limpieza, de alfabetización, de lucha contra el protestantismo, de rescate de las tradiciones), sin protestas acaloradas ni movilizaciones efectivas. Todo lo anterior disminuyó el espíritu de lucha que había caracterizado la época de Abascal. A partir de 1942, instigado por la Base, Torres Bueno declaró la afiliación, el colaboracionismo y la alianza del movimiento a la política de Ávila Camacho en todas sus expresiones. También se declaró proyanqui y democrático. Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu tomo II, op. cit., pp. 125- 126.

Héctor Hernández García de León, op. cit, pp. 282-283.

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insertaría en la política nacional, a pesar de que uno de sus principios básicos había sido no formar parte de la política ni de las contiendas electorales.'®®

Además, Torres Bueno se atrevió a revelar a los militantes sinarquistas el secreto supremo de la UNS: que existía una organización secreta al interior del sinarquismo: la Base. Esto le ganó bastantes adeptos entre los militantes. Todo lo anterior formó parte de una estrategia de Torres Bueno para emprender una campaña más combativa durante 1944, que de acuerdo a Hernández García de León, fue seguida de una ola de represión gubernamental durante los meses de junio y julio de ese año.'"*®

En octubre de 1944, Antonio Santacruz, jefe de la Base, aceptó la renuncia de Torres Bueno aunque éste se negó a retirarse. Al terminar el año 1944, el jefe nacional Manuel Torres Bueno estaba convencido de que no había ninguna razón para que la UNS siguiera subordinada a la Base. Por tal motivo informó a Santacruz y al alto mando que el movimiento sinarquista era totalmente independiente y que llevaría su propio plan de acción.'""

La Base ordenó enviar hombres armados a ocupar la sede de la UNS para imponer como presidente al licenciado Carlos Athié Carrasco. Este hombre era totalmente desconocido para la mayoría de los sinarquistas, ya que nunca había desempeñado ningún puesto de importancia; trabajó como maestro en la escuela para jefes sinarquistas en la ciudad de México, y solamente un círculo interno muy cerrado lo conocía.'"'® Abascal lo calificó como una “bellísima persona, pero absolutamente incapaz de aprender el papel de líder.”'"*®

En respuesta. Torres Bueno convocó a una manifestación con los jefes regionales en Celaya donde se decidió romper con el alto mando. Ante esta situación, Santacruz recurrió a la Iglesia tras la amenaza de la ruptura de los jefes jóvenes y de un posible regreso de Abascal a la UNS. Esto trajo como consecuencia la disgregación de los jefes y sobre todo la desilusión de los militantes.

Debido a que Manuel Torres Bueno siguió considerándose como jefe de la UNS, fueron dos las facciones que se proclamaron como sinarquistas auténticas. Lo anterior causó que existieran dos organizaciones con el mismo nombre: la Unión Nacional Sinarquista de Torres Bueno (UNS-MTB), la más dominante, y la UNS de la Base controlada por Santacruz pero bajo la máscara de Athié (UNS-

139 José Antonio Urquiza, el fundador de la UNS mencionó en 1937 que el sinarquismo no aspiraba a formar un partido electoral. Urquiza también agregó que rechazaban el atributo político que se le daba al sinarquismo. Nunca serían un partido ni mucho menos un partido político. Héctor Hernández García de León, op. cit., pp. 290, 291.140

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Ibidem, p. 279.Ibidem, pp. 278-281.Ibidem, p. 281.Salvador Abascal Infante, op. cit., p. 711.

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CAC).'"*"* Hugh Campbell mencionó que muchos de los militantes no sabían de la existencia de la Base como organización secreta. El mismo autor enunció las tres corrientes principales del sinarquismo durante su cisma: un segmento extremista representado por Abascal que se oponía a cualquier forma de arreglo con el gobierno y sostenía una oposición militante. La facción moderada estaba encabezada por Torres Bueno; ésta reprobaba el uso de la violencia y deseaba canalizar sus críticas a través de la vía electoral. El segmento más conservador era la Base operada por Athié; ésta abogaba por la colaboración con el gobierno en todos sus proyectos.'"*®

Al momento de la escisión del sinarquismo los jefes se dividieron el mapa de las zonas de influencia de la organización. La UNS de Athié-Santacruz retuvo su predominio sobre Aguascalientes, Querétaro y Yucatán. Según Abascal al momento de la división, Antonio Santacruz y su segundo Antonio Lomelí pudieron quedarse aparte de los estados antes nombrados, con parte de Puebla.'"*® El grupo liderado por Torres Bueno mantuvo afiliados en Michoacán, Zacatecas, Jalisco y algunos municipios de Puebla.'"*^ A menudo ambos grupos pelearon por la influencia en varios lugares. Ejemplo de lo anterior fue la pugna que ambas UNS sostuvieron para mantener su influencia en varios municipios de Michoacán, Puebla y Zacatecas.

En mayo de 1945, la UNS de Torres Bueno celebró su octava junta anual, a ésta asistieron menos de 15 mil sinarquistas, lo que representó la concurrencia más pobre a una manifestación sinarquista. Dentro de esta junta se anunció que Torres Bueno sería reemplazado en su cargo por Gildardo González Sánchez.'"*® Según Hugh Campbell, González Sánchez fue el líder más gris en toda la historia del sinarquismo.'"*® Sin embargo, Hernández García de León opinó que fue durante su jefatura que el sinarquismo entró en una etapa renovada.'®® Para 1945, Gildardo González y Torres Bueno crearon el partido político “Fuerza Popular” que logró el triunfo de veinticinco senadores y diputados en las elecciones estatales de Michoacán, sin embargo, las comisiones anularon su triunfo. Cuatro de estos veinticinco también fueron postulados por Acción Nacional, éstos sí llegaron a la cámara de diputados.'®' En suma, las elecciones de 1946, donde salió triunfador Miguel Alemán Valdés, fueron un desastre para el movimiento, muchos

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Hugh Campbell, op.cit. pp. 178-179.Mario Gilí, La década bárbara, op. cit, pp. 178-179.Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 711.Pablo Serrano Álvarez, La batalla de espíritu, tomo I, op. cit, p. 90.Gildardo González Sánchez fue jefe sinarquista de Puebla, amigo cercano de Manuel Torres

Bueno y ex cuñado de Salvador Ábascal Infante ya que estuvo casado con Carmen Abascal, hermana de Salvador, quien murió en 1944. Según Abascal, González Sánchez fue elegido como jefe sinarquista solamente por ser su cuñado. Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 711.149

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Hugh Campbell, op. cit, pp. 182-183.Héctor Hernández García de León, op. cit p. 95.Jean Meyer, El sinarquismo, ¿un fascismo mexicano?, op. cit, p. 136.

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sinarquistas se sintieron decepcionados con la participación del sinarquismo en elecciones, y otros opinaban que Torres Bueno había vendido al movimiento y traicionado sus principios básicos que prohibían la incursión en política.'®®

1.1.12 La UNS después de 1945.Uno de los últimos grandes momentos de la Unión Nacional Sinarquista fue de 1947 a 1949. Bajo la dirección de Luis Martínez Narezo, el movimiento volvió a la oposición con motivo de la epidemia de fiebre aftosa. Serrano Álvarez mencionó que desde diciembre de 1946 apareció una epizootia que afectó a la ganadería de los estados del centro de México. Ésta se llama fiebre aftosa, se trataba de un virus proveniente de Brasil que enfermó al ganado establecido en 17 estados de la República. Se creía que la fiebre se extendería rápidamente hasta Estados Unidos, por lo anterior, en 1947 el gobierno norteamericano comenzó a presionar a Miguel Alemán para que implementara medidas radicales.'®® La disposición adoptada por el Estado mexicano fue el llamado rifle sanitario, es decir, la muerte e incineración de todos los animales de las zonas afectadas estuviera contagiado o sano. La destrucción de ganado implicó el aniquilamiento de la economía agraria y campesina de todo el centro de México, y aunque se trataba de indemnizar a los afectados, los abusos del ejército, la corrupción en la Secretaría de Agricultura, y la resistencia de los campesinos, ocasionaron serios conflictos económicos y sociales, locales y regionales.'®"*

En este contexto, la UNS política formó una comisión técnica para averiguar si era inevitable la destrucción de todo el ganado. Sus fuentes sostenían que se trataba de una cepa benigna, por lo que era innecesario matar a todos los animales. Así, el comité nacional de la UNS inició una campaña contra el rifle sanitario y contra Estados Unidos.'®® El problema de la fiebre aftosa fue aprovechado por la UNS para arraigar su fuerza social regional y para que el movimiento resurgiera por medio de la resistencia pacífica, aunque en ciertos momentos ésta se volvió violenta. La presión ejercida por la UNS para el cambio de métodos, y contra la injerencia de Estados Unidos, contribuyó para que el gobierno de Miguel Alemán cambiara de sistema frente a este problema. Lo anterior fue tomado como un logro por los sinarquistas.'®® De esta forma, los sinarquistas volvieron a su antigua postura que afirmaba que el presidente, como jefe de la Revolución Mexicana, era la fuente de todos los males.'®^

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Hugh Campbell, op. cit, p. 187.Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. cit, p. 280. Ibidem, p. 283.Jean Meyer, El sinarquismo ¿un fascismo mexicano?, op. c it, p. 231.Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. cit, pp. 290-291. Hugh Campbell, op. cit, p. 194.

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Durante el periodo de Luis Martínez Narezo (1947-1951) al frente de la UNS política, se diseñó un programa que parecía muy ambicioso: convertir al sinarquismo en un movimiento organizador de la sociedad; formar cooperativas de productores y consumidores, así como uniones de crédito y reclutamiento de profesionales. Asimismo, se proponía restablecer la combatividad del sinarquismo en sus actividades movilizadoras, antigubernamentales y políticas. También se quería subsanar y conciliar los problemas internos entre las facciones que apoyaban a Abascal, Athié, Torres Bueno y con la Base.'®® De la misma manera, durante esta época y desde hacía dos años (1945-1947), se dio impulso a ciertos sectores dentro de la UNS como la Sección Femenina con el fin de motivar la participación femenina dentro de la organización.

A pesar del plan de Martínez Narezo y de todos los intentos de convocatoria, la UNS no logró tener la respuesta que había tenido hacía diez años en 1937. De la misma forma, el gobierno alemanista no estaba dispuesto a permitir manifestaciones ni movimientos incendiarios ni violentos.'®® Lo anterior se puso en evidencia cuando en diciembre de 1948, al celebrarse la décima junta anual de los jefes de la UNS, rama política, en la Alameda del Distrito Federal, frente al monumento a Benito Juárez, los sinarquistas le colocaron una capucha negra a la efigie del llamado “Benemérito de las Américas”. Esto causó que el 28 de enero de 1949 Adolfo Ruiz Cortines, Secretario de Gobernación, cancelara el registro al Partido Fuerza Popular, brazo político del sinarquismo.'®® En conclusión, la UNS perdió fuerza y tan sólo era sostenido como movimiento en ciertas regiones del Bajío mexicano.

Pablo Serrano se preguntó lo siguiente: ¿cómo es que el movimiento sinarquista continuó sobreviviendo entre 1951 y 1988? A través de la formación de diversos partidos políticos de ultraderecha: el Partido Unidad Nacional (1953), el Partido Nacionalista Mexicano (1963) y el Partido Demócrata Mexicano (1973). De la misma forma, durante la década de los cincuenta, los sinarquistas se aliaron varias veces con el Partido Acción Nacional (PAN) en los periodos electorales.

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Pablo Serrano Alvarez, tomo II, op. cit, p. 294. Ibidem, p. 296.Hugh Campbell, op. cit, pp. 196-197.

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1.2 Antecedentes de las luchas femeninas en las organizaciones católicas durante el siglo XX.1.2.1 Las Damas Católicas.De acuerdo a Kristina A. Boyian, en los primeros años del siglo XX la retórica de la Iglesia Católica enmarcó a las mujeres como débiles, seductoras y corruptoras. No obstante, la Iglesia Católica vio en las mujeres agentes potenciales para fortalecer su posición y sus estándares de moralidad. De esta forma, en 1908 el Papa Pió X instruyó a las mujeres a ser dulces, silenciosas, y a permanecer en el hogar; pero al siguiente año exhortó a la mujer, tal como Juana de Arco, a ejercer deberes fuera de la familia que involucrara la ayuda a otros.'®'

En este contexto, en 1911 el jesuíta Alfredo Méndez Medina (primer director del Secretariado Social Mexicano) sugirió la creación de una asociación de mujeres mexicanas católicas. El plan de Méndez incluía la fundación de centros recreacionales, bibliotecas, programas de catecismo, sindicatos de mujeres católicas, agencias de empleo y participación pública, de la misma manera como se llevaba a cabo con los hombres.'®®

Para 1912 el arzobispo de México José Mora y del Río aprobó la idea de Méndez Medina y se fundó la Asociación de Damas Católicas. El lema de la organización fue “Instaurar todo en Cristo”. De acuerdo a Laura O’ Dogherty, la jerarquía católica impulsó el establecimiento de la Asociación de Damas Católicas con el fin de: “poner al servicio de la reestructuración social cristiana la influencia de la mujer católica, en la familia y en la sociedad.” La organización buscaba “estimular, coordinar y robustecer los refuerzos aislados para hacer más eficaz el apostolado de la mujer mexicana en pro de la religión y el orden social.”'®® De acuerdo a la misma autora, la Asociación de Damas Católicas reunió a mujeres católicas para que, integradas bajo la dirección del episcopado, fundaran o apoyaran diversas obras sociales para la difusión y defensa de valores cristianos, que desde la perspectiva de la Iglesia estaban siendo amenazadas por el programa social del régimen revolucionario.'®"*

Una de las principales acciones de la Asociación de Damas Católicas fue proveer de material y soporte moral a la recién creada Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM). Esta organización femenina también se dio a la tarea

161 Kristina A. Boyian, “Gendering the faith and aitering the nation. Mexican Cathoiic Women's Activism, 1917-1940”, en Joceiyn Oicott, Mary Kay Vaughan, y Gabrieia Cano, Sex in Revolution. Gender, Politics, and Power in Modern México Londres, Duke University Press, Durham and London,2006,p .202.162

163Ibidem, pp. 201-204.Laura O’ Dogherty, “Restaurado todo en Cristo: Unión de Damas Catóiicas Mejicanas, 1920-

1926” en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, revista dei instituto de investigaciones Históricas de ia UNAM, v. 14, México, UNAM, instituto de investigaciones Históricas, 1991, p. 8.164 Ibidem, p. 10.

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de formar y mantener escuelas y visitar hospitales y prisiones para impartir clases de moral cristiana a través de material didáctico. Poco tiempo después la Asociación de Damas Católicas cambió su nombre a la Unión de Damas Católicas de México.'®®

Durante el régimen maderista las Damas Católicas se empezaron a organizar en las ciudades de Zamora y Guadalajara; en 1917 en Colima; en 1918 en Guanajuato y Puebla, y en 1919 en San Luis Potosí y La Paz, Baja California. A fines de 1919 se constituyó la Confederación de Asociaciones Católicas de México, y en octubre de 1920, el Secretariado Social Mexicano se estableció como el organismo coordinador del programa social católico. Este programa se fundaba en cuatro estructuras que resurgieron a principios de la década de 1920 y alcanzaron su punto más alto a mediados de la misma; una de estas organizaciones fue la Unión de Damas Católicas Mejicanas, que contaba con 216 centros regionales y locales con 22 mil 885 sodas.'®®

Para 1923, las Damas Católicas contaban con centros en casi toda la República y llevaban a cabo un gran número de actividades como los llamados “círculos de estudio.”'® Las Damas Católicas se dividían en: la sección catequista con el objeto de que las mujeres entendieran la religión; la sección de escuelas para dar instrucción a los niños pobres; la sección de prensa con el fin de fundar un órgano de difusión. El medio de transmisión de las Damas fue la revista mensual La dama católica que apareció por primera vez en septiembre de 1920 con un tiraje de 400 ejemplares y 24 páginas. Para septiembre de 1925 la impresión se incrementó a 24 mil 870 ejemplares con 32 páginas.'®® Asimismo, las Damas crearon un “ejército de defensa de la mujer” que inició sus labores en febrero de 1921. Tenían como objetivo, según citó Laura O’ Dogherty:

Luchar por salvar a la mujer caída, desarrollando en ella el amor al bien, por medio de instrucción sana y adecuada; llevándola a centros en donde tenga un ambiente enteramente moral, y facilitándole medios de trabajo honrado y productivo, para bastarse así misma, pues bien sabemos que la miseria y la ignorancia son las principales causas de la prostitución.'®®

Otras labores de la Unión de Damas Católicas fueron las obras de caridad. En Guadalajara las Damas crearon el “ropero del pobre” y comedores para niños de escasos recursos; obras catequistas como la acción parroquial y la asociación de

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Kristina A. Boyian, op. cit, pp. 203, 204. Laura O’ Dogherty, op. cit, p. 3.Agustín Vaca, “Notas sobre la movilización femenina durante la cristiada” en XV Jornadas de

Historia de Occidente. Movimientos populares y reacción conservadora, Jiquilpan, Centro de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana: Lázaro Cárdenas A.C., p. 118.168

169Laura O’ Dogherty, op. cit, p. 4. Ibidem, p. 5.

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Santa Zita para sirvientas, esta organización estaba unida a la Liga de Preservación de las Obreras y el Obrero. Asimismo las damas jaliscienses crearon su propia revista que llevó por título La Mujer Católica Jalisciense”^ °

Se pueden resumir las principales acciones de la Unión de Damas Católicas como sigue: la formación de la conciencia mediante el sostenimiento de escuelas católicas para niños pobres, empleados, obreros y trabajadoras domésticas; el control del mundo del trabajo a través del fomento de uniones profesionales; y la organización de la vida cotidiana que suponía campañas de moralización y regeneración del ambiente.'^' La Unión de Damas Católicas realizó un congreso el 22 de noviembre de 1922.

1.2.2 Las mujeres durante la Guerra Cristera.Por los mismos años de instauración de la Unión de Damas Católicas se creó la Unión de Empleadas Católicas, organización perteneciente a la Unión Popular de Guadalajara (UP). Esta última había agrupado a las mujeres desde 1925, y según Jean Meyer, incluyó a trabajadoras de comercio, empleadas de oficina y costureras. La UP debía su nombre a la Unión Popular Alemana (Volkerswerein). También se basó en las disposiciones dictadas por el Papa Pió X, que en su encíclica II termo propósito había recomendado transformar la acción católica italiana de ser la Obra de los Congresos, a convertirse en una unión popular. Para Bernal Tavares, la eficiente estructura conseguida por esta agrupación en Jalisco, la flexibilidad de su estructura genuinamente popular y la eficacia de su dirigencia, pusieron en serios predicamentos a las autoridades gubernamentales que querían imponer las leyes antirreligiosas.'^® Según Jean Meyer, la Unión de Empleadas Católicas que se desprendió de la UP, se trataba de una sociedad de moralización que reclutaba a sus afiliadas de la clase media y entre el pueblo.'^®

Durante la misma década de los veinte del siglo XX, al iniciarse el conflicto cristero, las mujeres empezaron a participar en éste desde el mismo día que entró en vigor la “Ley Calles”, el 31 de julio de 1926. Agustín Vaca mencionó que ese día los vecinos de la Capilla de Jesús en Guadalajara se reunieron en este lugar a fin de evitar su cierre. En ese mismo momento pasó por enfrente de la iglesia el jefe de las Comisiones de Seguridad y de inmediato quien lo reconoció dio la voz de alerta al grito de “ahí va ese bolchevique”.' "* Vaca continuó el relato:

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Ibidem, p. 7.Ibidem, pp. 10-13.Luis Fernando Bernal Tavares, op. cit., p. 160.Jean Meyer, La Cristiada, tomo I, op. cit, p. 121.Agustín Vaca, “Notas sobre la movilización femenina durante la cristiada”, p. 120, ya citado.

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Un grupo de mujeres decidió pasar a la ofensiva y rodeó al interpelado con la intención de obligarlo a exclamar con fuerza “Viva Cristo Rey”. Las mujeres fueron enardeciéndose conforme al policía refrendaba sus negativas, y empezaron a forcejear con él hasta que lograron derribarlo, posición en la que lo golpearon con puños y pies mientras insistían en su intento. Como ni por esas el derribado daba su brazo a torcer, las mujeres lo apedrearon y dos de ellas dieron final al improvisado auto de fe aplastando la cabeza del hombre con una enorme piedra que con tal propósito le dejaron caer.'^®

Los incidentes de tipo violento como el anterior fueron una constante durante todo el conflicto cristero. Agustín Vaca describió algunos más de este tipo como cuando en agosto de 1926 las mujeres de Cocula, Jalisco, capitaneadas por la señora Benita Tortoledo de García se amotinaron afuera del templo parroquial de Cocula impidiendo que el juez levantara el inventario que la ley exigía antes de entregar el local a una junta de vecinos. Al día siguiente, el juez regresó a cumplir con su propósito, pero las mujeres lo rodearon dándole coscorrones y jalones de cabello.'^®

Jean Meyer mencionó que en 1926 las mujeres eran las más decididas en montar la guardia en las iglesias, mientras que los hombres se limitaban a desempeñar un papel secundario, no enfrentándose al gobierno y al ejército más que para defender a sus compañeras. Ejemplo de lo anterior fue María del Carmen Robles quien resistió al general Vargas en Huejuquilla, ganando con su martirio una forma de santidad. Agripina Montes “La Coronela” fue otra “heroína cristera” que organizó un alzamiento en la Sierra Gorda y lo propagó por toda la

177región.Meyer se preguntó el porqué las mujeres tomaron la iniciativa en la rebelión.

¿Se sentirían más ligadas conscientemente a la Iglesia que les atribuía más responsabilidades materiales que al hombre?, ¿sería su exclusión lo que constituyó su superioridad permitiéndoles la rebelión unánime e inmediata?'^® Arlette Farge señaló que este tipo de participación agresiva de las mujeres se da en los inicios de los incidentes violentos. De acuerdo a la misma autora, más adelante las mujeres “desaparecen” para dar paso a los hombres que toman en sus manos el desarrollo del conflicto o movimiento.'^®

Kristina A. Boyian mencionó que la Unión de Damas Católicas no participó durante el conflicto cristero, ya que a partir de 1926 la Unión de Damas se retiró

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Ibidem, p. 120.Ibidem, pp. 120-121.Jean Meyer, La Crístiada, (edición ilustrada), México, Fondo de Cultura Económica-Clío, 2007,

p. 267.17178

179Ibidem, p. 272.Arlette Farge, “Evidentes émeutiéres”, en George Duby y Michelle Perrot, Historia de las

mujeres en occidente tomo III, op. c it, pp. 481-496.

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de la LNDLR siguiendo fielmente el mandato del Papa Pío XI que iba en contra de actuaciones violentas. Sin embargo, la misma autora señaló que las Damas Católicas no rompieron enteramente con la LNDLR y realizaron boicots como boicotear industrias y sindicatos. Algunos grupos de las Damas Católicas se coordinaron con la Liga para realizar acciones beligerantes.'®®

1.2.2.1 Las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco.Otra agrupación que tuvo una participación activa durante la cristiada fue la Unión de Empleadas Católicas de Guadalajara. Para 1927, Anacleto González Flores, importante líder cristero, escogió a mujeres de ésta para formar las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco Después de la muerte de González Flores, Luis Flores continuó su organización.'®'

El 21 de junio de 1927 se fundó en Zapopan, Jalisco, la primera Brigada Femenina compuesta por 17 mujeres. Al cabo de un corto periodo, la Brigada contaba con 135 miembros y en unos años ya eran 17 mil.'®® Al principio del conflicto cristero las brigadistas se limitaron a apoyar de manera entusiasta el boicot, pero conforme la situación se complicaba, se prepararon para participar activamente en la guerra.'®®

Las Brigadas Femeninas contaron con 25 mil militantes; algunas trabajaban fuera del hogar en fábricas, oficinas de gobierno, y escuelas públicas. Las que provenían del área rural pertenecieron a grupos religiosos como las Hijas de María, la Juventud Católica Femenina, o bien a asociaciones de catequistas, educación para adultos, y otros programas.'®"*

Las militantes de las Brigadas eran mujeres de entre 15 y 25 años, solteras en su mayoría y eran dirigidas por jefes varones. A la par, se organizaron grupos auxiliares en los que había mujeres de mayor edad, casadas y con niños. Las mujeres pertenecían a casi todas las clases sociales predominando las provenientes de los barrios populosos de las ciudades y mujeres del campo. Aunque al principio los grados eran ostentados por jóvenes de clase media, rápidamente éstos fueron ocupados por muchachas del pueblo. Las generalas tenían profesiones “modestas” como mecanógrafas o empleadas.'®® María Luisa Aspe calificó a las Brigadas Santa Juana de Arco como una asociación de moralidad cristiana que se inspiró en la santa guerra de Francia.'®®

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Kristina A. Boyian, op. cit, pp. 205-206.Jean Meyer, La cristiada, tomo i, op. cit, p. 121. Ibidem, p. 122.María Luisa Aspe Armeiia, La formación social y politica de los católicos mexicanos, México,

Universidad iberoamericana-Departamento de Historia, instituto Mexicano de Doctrina Sociai Cristiana, 2008, p. 74.184

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Kristina A. Boyian, op. cit, pp. 205, 206.Jean Meyer, La Cristiada, (edición iiustrada), op. cit., p. 278. María Luisa Aspe Armeiia, op. cit, p. 74.

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Jean Meyer consideró a las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco como una organización militar y secreta destinada a procurar dinero, a aprovisionar a los combatientes, suministrarles municiones y refugios, a curarlos y esconderlos. Al ser una agrupación de tipo oculto, las brigadistas tenían que guardar juramento de obediencia y secreto.187 Parte del juramento que cada mujer realizaba al entrar a las Brigadas mencionaba que se comprometían a no revelar a nadie los trabajos y la existencia de la Brigadas Femeninas. Las mujeres juraban guardar obediencia a las órdenes de la corporación. Todo lo anterior se haría sin esperar retribución alguna, sino "por amor a Dios y a la Patria.”188

En 1928, María Gollaz, una de las principales lideresas de las Brigadas, decidió operar desde la ciudad de México, en vez de hacerlo desde Guadalajara. En la ciudad de México, Golláz confirmó el apoyo de las brigadas con la LNDRL, y en marzo de 1928 se constituyó el Consejo Supremo de las Brigadas Femeninas como una rama de la LNDLR, pero preservando su estructura autónoma, liderazgo, y capacidad para reclutar e iniciar trabajos dentro de la República Mexicana.189 Más tarde, en una reunión en Guadalajara donde estuvieron presentes las Brigadas de México y Occidente se reconoció como Jefe Supremo de las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco a la señorita Celia Gómez.190

Jean Meyer mencionó que las Brigadas Femeninas pretendieron dirigir la guerra, colocando a cada jefe del regimiento bajo la protección y padrinazgo de una coronela. Sin embargo, el general Gorostieta, otro importante jefe cristero, limitó su actuar a las actividades esenciales de intendencia, finanzas, cuidados, propaganda y aprovisionamiento. A pesar de las restricciones hubo algunos grupos femeninos que preparaban explosivos, enseñaron a los hombres el arte del sabotaje y practicaron la acción directa. Lo anterior significó una transgresión a su adscripción de género y lograr intervenir en el ámbito público.

Una de las funciones principales de las Brigadas fue el aprovisionamiento de armas; éstas procedían de la Fábrica de México gracias al saqueo de obreros católicos o actos de corrupción. Las municiones eran entregadas a las mujeres en chalecos especiales que las muchachas portaban debajo de sus vestidos. Las mujeres se transportaban en tren llevando entre 500 y 700 municiones, lo que las hacía tener que burlar los controles en estaciones y vías férreas.191 Todas las acciones llevadas a cabo por las mujeres cristeras las llevaron, las más de las veces, al martirio, el ultraje y la muerte.

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Ibídem, p. 122.Fernando M. González, op. cit., p. 136.Kristina A. Boylan, op. cit., pp. 206-207.Fernando M. González, op. cit., pp. 135-136.Jean Meyer, La Cristiada, (edición ilustrada), op. cit., p. 276.

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1.2.2.2 El declive de las Brigadas Santa Juana de Arco.Para María Luisa Aspe el declive de las Brigadas no tuvo que ver con la revelación del secreto ni con el conocimiento que de ellas tuvieron las autoridades gubernamentales; sino por la enemistad y recelos que la organización produjo entre los miembros de la LDLR y de algunos jesuítas.19® Kristina A. Boylan apuntó que algunos de los principales líderes de la LNDLR opinaban que no era natural que las mujeres se sujetaran a órdenes militares, disciplina, y presión. Lo anterior, según ellos, causaría que las mujeres se volvieran autónomas a la guía de los clérigos y líderes. Entonces la LNDLR formó su propio grupo femenino que llevó por nombre la Legión Guadalupana, que aparentemente no tuvo muchas adeptas entre las militantes cristeras. Finalmente, para 1928 el líder principal de la LNDLR, Miguel Palomar y Vizcarra declaró que los estatutos de secrecía de las Brigadas iban en contra de los preceptos de la Iglesia Católica. Enarbolando estos argumentos, el Episcopado Mexicano y el Vaticano ordenaron al arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez, declarar a las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco como ilícitas el siete de diciembre de 1928.19®

Para Kristina A. Boylan, la disolución de las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco causó que los cristeros se quedaran sin municiones, debido a que las mujeres ya no los aprovisionaban y las actividades militares se vieron minadas. Para la misma autora, las mujeres pertenecientes a las Brigadas, al mismo tiempo que defendieron su fe, también violaron los preceptos morales de la Iglesia Católica y de la ley mexicana. Al ponerse en acción, las mujeres cristeras causaron que los líderes varones vieran amenazada la organización patriarcal de la Iglesia Católica.19"*

1.2.3 La participación femenina en la Acción Católica Mexicana y otras organizacionesPara 1929, al consumarse el fin del conflicto cristero con la firma de los llamados “arreglos” se estableció una relación distinta entre el Estado mexicano y la Iglesia Católica. Dicha relación se caracterizó por el desenlace de las hostilidades, la tolerancia entre las partes y la aceptación de su mutua existencia en el país, pero sin que el Estado diera marcha atrás en ninguno de los preceptos constitucionales que restringían el campo de acción de la institución religiosa: restricciones cívicas y políticas para los clérigos; prohibición de los contenidos religiosos en la educación; la ley de cultos; y la afirmación del Estado laico revolucionario.19® Como respuesta a lo anterior, la Iglesia creó la Acción Católica Mexicana. Sin embargo, algunas organizaciones de laicos siguieron funcionando al margen de la

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Ibidem, p. 75.Kristina A. Boylan, op. cit, pp. 207, 209. Ibidem, p. 208.María Luisa Aspe Armella, op. cit, p. 20.

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Acción Católica. De esta forma, durante la llamada “segunda cristiada”, de 1934 a 1940,19® aunque ya no existían las Brigadas Santa Juana de Arco como tales, varias mujeres que habían pertenecido a dicha agrupación colaboraron en el levantamiento de la “segunda.”197

Algunas otras mujeres que estuvieron en las Brigadas Santa Juana de Arco se adhirieron a la Acción Católica, formando lo que Kristina A. Boylan llamó unas “brigadas femeninas domesticadas” cuyas acciones se enfocaron a impartir catecismo; otorgar entrenamiento técnico para que las mujeres iniciaran pequeños negocios; y la realización de distintas obras de caridad. Las Brigadas Femeninas de la post cristiada permanecieron pobremente publicitadas. En 1935 fueron subsumidas por la Unión Femenina Católica Mexicana (UFCM), aunque continuaron realizando sus reuniones bienales hasta 1940.

Para 1933, cuatro años después de los arreglos que dieron fin a la Guerra Cristera, la Acción Católica Mexicana se aglutinó en cuatro asociaciones, dos ramas femeninas y dos masculinas, además de la organización interna de las ramas por edad y estado.198 Éstas fueron: Unión de Católicos Mexicanos (UCM); Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM); Unión Femenina Católica Mexicana (UFCM); y Juventud Católica Femenina Mexicana (JCFM). De esta manera, las mujeres laicas católicas siguieron encontrando un camino para la organización y la acción.

1.2.3.1 La Juventud Católica Femenina Mexicana.La Juventud Católica Femenina Mexicana fue una de las cuatro organizaciones de la Acción Católica que admitía a mujeres célibes de entre 15 y 35 años de edad para formarlas en el orden de la Acción Católica y aplicar sus actividades a la restauración cristiana de la familia y de la sociedad, bajo la directa dependencia de la autoridad eclesiástica y de acuerdo con las enseñanzas y normas de la Santa Sede.®°° María Luisa Aspe mencionó que para cuando las asociaciones masculinas de la Acción Católica comenzaban a estructurarse a mediados de 1930, la Juventud Católica Femenina ya tenía a la venta los estatutos generales de la Acción Católica, las téseras (distintivos para usar) y el material administrativo. Además contaban con libros y revistas.®01 Las dirigentes de la JCFM redactaron un texto titulado “Naturaleza y misión de la JCFM” donde se

La segunda crístiada fue organizada desde finales de 1935 y existió hasta 1940. La insurrección en su apogeo no llegó a movilizar más de 7 mil 500 combatientes, aislados en seis grandes regiones. En Jean Meyer, La Crístiada, tomo I, op. cit, p. 367.

198Fernando González, op. c it, p. 258.Renée de la Torre, La Ecciesia Nostra. El catolicismo desde la perspectiva de los laicos: el caso

de Guadalajara, México, FCE-CIESAS, 2006, pp. 50-51.199

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Kristina A. Boylan, op. c it, p. 209.María Luisa Aspe Armella, op. c it, p. 253. Ibidem, p.255.

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explicaba que el ideal de la organización era impulsar a la juventud a alcanzar un puesto activo en la sociedad y ser el medio de representación de sus problemas. Asimismo, realizaron un programa de acciones que entre otros promovía los cursos para formar dirigentes, elaboración de círculos de estudio para las diócesis, aumento del número de sodas, implantación de la JCFM en los colegios y promoción de la instrucción religiosa. Para 1934 esta asociación publicaba la revista Cultura Femenina y el boletín Juventud. ®°®

María Luisa Aspe apuntó que las integrantes de la Juventud Católica Femenina Mexicana eran sometidas a una férrea disciplina. Una vez aceptadas, las candidatas tenían intensas prácticas de lectura, discusión y memorización de documentos eclesiásticos importantes. También organizaban juntas anuales que iban precedidas por el ayuno, la oración y el sacrificio. Otras actividades en las que se veían involucradas fueron: participación en retiros espirituales; ensayo de las misas inaugurales, y cuidado y ornamentación de los templos.®0®

1.2.4.2 La Unión Católica Femenina.En lo que respecta a la Unión Católica Femenina, ésta tuvo como su antecedente más cercano a la Unión de Damas Católicas de las que ya se ha hablado en apartados anteriores. Las Damas Católicas fueron invitadas por la jerarquía eclesiástica a unirse a la filas de la Acción Católica respetando su anterior lema “Restaurarlo todo en Cristo.” El comité central de esta organización, integrado por mujeres de nivel socio económico alto de la capital de la República, se caracterizó por llevar a cabo colectas para paliar distintos desastres naturales y otras necesidades sociales. A diferencia de las jóvenes de la Juventud Católica Femenina Mexicana, las mujeres de la Unión Femenina Católica Mexicana se ocuparon de la cuestión social. De esta forma, obreras, campesinas y empleadas constituyeron el núcleo de su preocupación. Dentro de su programa también se trataba de involucrar a la mujer de manera directa en los centros de trabajo fabriles y agrícolas, así como una campaña para moralizar el ámbito campesino y obrero por medio de la ética católica.®0"*

Kristina A. Boylan aportó algunos números acerca de la UFCM y la JCFM. Para 1932, la UFCM contaba con 13 mil 465 miembros; para 1936, 67 mil 775, y en 1940 el número creció a 149 mil 514 mujeres. En lo que respecta a la JCFM, en 1934 la cifra de afiliadas era de 31 mil 107, y para 1942 llegó a 102 mil 491. Para dar una idea de las dimensiones de ambas agrupaciones, el Frente Único Pro Derechos de la Mujer, una organización pro sufragista que tuvo actividad en los

Ibidem, p. 256. Ibidem, pp. 260-262. Ibidem, p. 281.

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años treinta del siglo XX, llegó a solamente 50 mil militantes en el punto más alto de su movilización.®0®

1.2.4 La participación femenina en las Legiones.Como ya vimos en apartados anteriores, no todos los católicos laicos se organizaron al amparo de la Acción Católica. De acuerdo a Reneé de la Torre, a pesar de los intentos de la jerarquía católica de desmovilizar y controlar desde la Acción Católica Mexicana a las fuerzas disidentes a los arreglos de 1929, algunos católicos inconformes con la nueva situación continuaron de manera independiente hasta llegar a formar las Legiones en 1933, que cambió de nombre a la Base en 1936®°® Fernando M. González mencionó que las Legiones, admitían mujeres entre sus filas. Este autor caracterizó a esta organización como una síntesis de las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco pero en el contexto de la post cristiada.®07

Las Legiones pretendían llevar a cabo algunas acciones de corte violento. Sin embargo, Fernando M. González las calificó como eventos de una enorme ingenuidad que no pasaban de poner bombas apestosas y estridentes que no mataban a nadie.®08 En estas operaciones participaron mujeres como las que describió Salvador Abascal. Después de fundadas Las Legiones en 1934, los jefes pensaron en escribir artículos conforme a la doctrina social cristiana y publicarlos en periódicos de circulación nacional bajo la firma de Oscar Calderón Álvarez, un nombre inventado al azar. Uno de los diarios a los que se les pidió la publicación fue El Universal. Los directivos de éste se negaron a la propuesta y los jefes legionarios “pensaron que de no hacer un escarmiento quedarían en ridículo [...] En consecuencia se decidió asustar al principal de los anunciantes. El puerto de Liverpool, en pleno centro de la Ciudad de México [....] Y un día de gran afluencia de señoras elegantes, perfumadas y ociosas en esa gran tienda, tronaron varios petardos apestosos...”®09

Salvador Abascal Infante mencionó en su libro Mis recuerdos y colonia María Auxiliadora que dentro de las Legiones en Morelia había cinco consejos de hombres y cinco de mujeres.®10 Fiada septiembre de 1935 Abascal visitaba varios lugares cercanos a Morelia para promover las Legiones. Al respecto de la participación femenina apuntó lo siguiente:

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Kristina A. Boyian, op. cit, pp. 210-211. Renée de ia Torre, op. cit, p. 52. Fernando M. Gonzáiez, op. cit, p. 264. Ibidem, pp. 266, 267.Saivador Abascai infante, op. cit, p. 135. Ibidem, p. 124.

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En cada población había elementos valiosísimos que fácilmente complementaban su consejo de 10 varones y me ayudaban a formar el de mujeres. La jefa de éstas quedaba dependiendo del jefe de aquellos. Se procuraba que ella y él fueran personas que pudieran comunicarse con naturalidad y sin dar lugar a hablillas.®"

Según el mismo Abascal, las mujeres también participaron en Las Legiones haciendo la labor de llevar correspondencia y esconder otros objetos. Al respecto de lo anterior Abascal señaló que para 1937, cuando Las Legiones languidecían:

Se había dado la orden de que cada legionario escribiera a no se qué maestro o funcionario de gobierno afeándole su conducta anticatólica y en cierto sentido metiéndole miedo. Pero habiendo él recurrido a la policía, a ésta le fue muy fácil sorprender en Correos a dos señoritas en el momento preciso en que le enviaban sendas cartas. Fueron ellas a dar a la Inspección General de Policía [...]®1®

Es así como se pueden rastrear algunos indicios de participación femenina dentro de organizaciones de corte católico que nos sirven de marco y comparación para explicar las acciones femeninas dentro de la UNS.

Ibidem, p. 125. Ibidem, p. 139.

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LA PARTICIPACIÓN FEMENINA EN LA PRIMERA ETAPA DEL SINARQUISMO (1937-1944).2.1 Las mujeres sinarquistas en la corriente cívico social (1937-1940). Creación del discurso sinarquista de género.2.1.1 El sistema simbólico sinarquista.De 1937 a 1940 el sinarquismo estuvo inmerso en la corriente cívico social. Para Pablo Serrano Álvarez, durante los primeros años de la UNS, el sinarquismo fue elaborando un sistema simbólico donde se concretaba el nacionalismo, el patrioterismo y la fatalidad. Estos valores guardaban una estrecha relación con la Guerra Cristera: proliferación de mártires que murieron en la defensa de la fe católica; las autoridades políticas representantes del Estado mexicano como el principal enemigo a vencer, y la utilización de gran cantidad de referencias y símbolos religiosos. Otro aspecto importante dentro de la ideología sinarquista fue el hispanismo y la copia casi textual de muchos de los modelos e ideas que estaban surgiendo dentro de la España de La Falange durante la Guerra Civil y de la época de Francisco Franco. Lo anterior no es casual, ya que José Antonio Urquiza, considerado por los sinarquistas como el fundador de la UNS, militó en las filas de la Falange®1® durante la década de los años treinta. Urquiza importó los marcos ideológicos, organizativos y discursivos del falangismo a la UNS. Entre lo que Urquiza copió de los falangistas se encontraba el modelo del nacionalcatolicismo.

Las características del nacionalcatolicismo son la identificación de la idea de la patria con la confesión de la religión católica, el rechazo de los valores del mundo moderno, especialmente de los democráticos y liberales, y la unión de la sociedad política con la sociedad eclesiástica. En lo referente a lo religioso, se proclamaba una doctrina muy conservadora, que presentaba la exaltación de la autoridad sagrada en actos y ceremonias públicas, con liturgias escenificadas muy aparatosamente en las que participaban grandes masas y en las que se hacían manifiestos los signos de acatamiento a las jerarquías eclesiásticas, incluidos los

CAPÍTULO 2

La Falange española fue una organización fundada en Madrid en 1933 por impulso de José Antonio Primo de Rivera. Esta asociación se sustentó en las ideas básicas del anti marxismo y el antiliberalismo, como reacción al sistema político existente desde 1931. Su ideología se basaba en la defensa fanática del nacionalismo y el imperialismo, del orden jerárquico, de la disciplina, así como del catolicismo. María Teresa Gallego Méndez consideró que La Falange no era abiertamente fascista pero su modelo fue el fascismo de Mussolini y en alguna medida el nacionalsocialismo alemán. María Teresa Gallego Méndez, “Mujeres azules en la Guerra Civil”, en Isabel Morant Deusa, (editora). Historia de las mujeres en España y América Latina, volumen IV, Del siglo XX a los umbrales delXXI, Madrid, Cátedra, 2005, pp. 151-152.

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poderes militares.®1"* Para el caso del sinarquismo, el nacionalcatolicismo se convirtió en un proyecto a conseguir a través de la lucha de sus adheridos.

Serrano Álvarez también señaló que todos estos valores fueron aprovechados por la UNS para acrecentar y cohesionar a la militancia. La simbología consistía en el saludo sinarquista, el saludo a la bandera, la música, las canciones y los poemas. Todos estos estuvieron ligados fuertemente al martirologio y ayudaron a construir la ideología sinarquista que concordaba con la mentalidad campesina (que constituyó el grueso de los integrantes sinarquistas), la trabajadora, y la de la clase media de provincia.®1®

2.1.2 El sistema de género sinarquista.A todos estos valores se puede añadir otra variable: las normas de género totalmente apegadas a las disposiciones de la Iglesia Católica y al modelo del nacionalcatolicismo. En este contexto, la mujer tenía que seguir las funciones de madre-esposa, siendo su tarea más importante tener hijos y criarlos dentro de la ideología católica. Para Giuliana Di Febo, en la España de Franco, la Iglesia Católica asumió un papel hegemónico en la configuración del sistema de representaciones de lo masculino y lo femenino a través de un aparato simbólico anti modernizador en el campo de las costumbres, los modelos de comportamiento y la concepción de la mujer.®1® Este aparato fue retomado por la UNS.

El modelo femenino apegado a la Iglesia Católica se basó en la existencia de una sociedad jerárquica con la absoluta primacía del varón sobre la mujer y la exigencia a las mujeres de constituirse como sujetos-objetos dedicados a la procreación sin cortapisa alguna o limitación. La idea de la mujer ideal de aquellos años se fundamentó en la encíclica papal Casti Connubi de diciembre de 1931, que reconocía explícitamente que la mujer estaba obligada a doblegarse ante el varón al que le debía sumisión y obediencia, advirtiendo a los matrimonios que evitaban la procreación que cometían un grave delito.®17

En la España franquista se trataba de ir en contra de los “peligros” de la modernidad y las consecuencias que éstas tendrían en la mujer y las relaciones entre los sexos. Retomando todo lo anterior, los sinarquistas lucharían por combatir los peligros que los cambios en la educación, la política, el ámbito social y el rol de mujeres y hombres podrían venir con la institucionalización de la

Teresa Rodríguez de Lecea, “Las mujeres y la Iglesia”, en Guadalupe Gómez-Ferrer Morant (editora), Las relaciones de Género, Madrid, Ed. Marcial Pons, 1995, p. 267.

Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. cit, p. 285.Giuliana Di Febo, “Nuevo Estado, Nacionalcatolicismo y género”, en Gloria Nielfa Cristóbal

(editora), Mujeres y hombres en la España franquista, Madrid, Ed. Complutense, 2005, p. 20.Teresa Rodríguez de Lecea, “Mujer y pensamiento religioso en el franquismo”, en Guadalupe

Gómez-Ferrer Morant (editora), op. cit, p. 168.

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Revolución Mexicana y sobre todo después de las reformas emprendidas durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940).

Todos estos elementos fueron recibidos y aceptados por la sociedad del Bajío mexicano donde el sinarquismo tuvo sus orígenes y auge, dadas las condiciones mentales, sociales y psicológicas propias de esta región: el catolicismo exacerbado, la mentalidad popular, el sentimiento de pobreza, injusticia y sacrificio, así como la tradición hispanista mexicanista provinciana que conformó una base adecuada para la ideología y simbología sinarquista.®18

Durante esta etapa se configuraron las principales disposiciones de conducta para los sinarquistas, la más importantes fueron los 16 puntos básicos. Casi a la par, sin saber la fecha exacta, los sinarquistas redactaron las diez normas de conducta para la mujer. Éstas fueron publicadas en el periódico El Sinarquista el 22 de agosto de 1940.®19 Norma Delia Morales Suárez mencionó que la elaboración de este documento se debió a que los líderes sinarquistas empezaron a ver la importancia numérica que las mujeres iban adquiriendo dentro de la recién formada UNS.®®° Esto pudo haber sido un factor significativo para la elaboración de la citadas reglas, pero como señala Di Febo, parte de la ideología del nacionalcatolicismo indicaba que todos los comportamientos y todos los roles dentro del entramado social debían ser normados, y sobre todo el papel de las mujeres, ya que éstas serían las madres y educadoras de los hombres del futuro.®®1

2.1.2.1 Las diez normas de conducta para la mujer sinarquista.Para Di Febo, dentro de la España franquista la conducta de las mujeres debería ser estrictamente normada y vigilada ya que la acción destructiva de la modernidad y la adopción de modas y comportamientos extranjeros causaría el desorden, el desarreglo, la masculinización y la fractura de la identidad nacional.®®® Por su parte, los sinarquistas estaban en contra de cualquier cosa que sonara a modernización y revolución y estaban convencidos de que la principal función de las mujeres era dar hijos para la causa y criarlos dentro de la ideología católica y sinarquista. Lo anterior no significó que dentro de este discurso no hubiera fracturas y contradicciones. Por lo tanto, presento un análisis de las citadas 10 normas de conducta para la mujer sinarquista. A continuación se transcriben:

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Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. cit, pp. 285-286. Ver imagen número 1 en el apéndice fotográfico.Norma Deiia Moraies, Suárez, op. cit, p. 346.Giuiiana Di Febo, op. cit., p. 20.Ibidem, p. 20.

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Primera.-Sobre el cariño al padre, al esposo, al hijo y al hermano, pon el amor a México. Encima de la Patria sólo hay un amor superior: Dios. Segunda.-No son para ti los puestos de combate; pero a ti te toca empujar y decidir al hombre a la lucha aunque veas en ella peligro. Tercera.-Que el hombre que tú escojas sea el mejor. Sé su cabal complemento, ayudándolo en la dura tarea por México. Cuarta.-Tú, que puedes hacerlo cultiva en el corazón del hombre y del niño un grande amor a la patria. Quinto.-No traiciones tu hermoso destino de mujer dándote a tareas varoniles. Sexta.- Toma en cuenta que el sinarquismo es hermandad. Lleva a todos los que sufren y están necesitados de ayuda, el auxilio que tú puedas prestarle. Séptima.-Entrégate abnegadamente a una tarea. Octava.-Acepta con alegría los trabajos que te impongan y ejecútalos con gusto y buen ánimo. Novena.-No descanses hasta que todos los tuyos participen en la acción sinarquista; no protejas cobardías ni consientas perezas. Décima.-Ruega a Dios por los que luchamos y piensan en una Patria nueva y libre.®®®

El decálogo femenino sinarquista imponía una escala para los afectos de las mujeres. En primer lugar debía estar Dios, después la Patria, y debajo de ésta el cariño al esposo y a los hijos. Su función principal como mujer era dar hijos y educarlos para que amaran a Dios y después a la Patria. La procreación y la educación dentro de la ideología católica y sinarquista eran las principales tareas de la mujer. Lo anterior debería ser llevado a cabo dentro del ámbito privado, es por eso que se decía a las mujeres que no eran para ellas los puestos de combate, pero que tenían que alentar a los hijos y a sus maridos a la lucha, aunque en ello vieran peligro, e incluso perdieran alguno en la lucha. Si esto ocurría no quedaba más que la resignación y la idea de que se entregó un hijo o un esposo a favor de la causa.

Para lo anterior se debería escoger a un hombre valiente y comprometido con el ideal sinarquista y ser su complemento, es decir, nunca estar por encima de él, o bien realizar acciones que fueran del ámbito de lo masculino. La única tarea de las mujeres sería inculcar el amor por Dios y por la Patria a su familia, más no estar en los puestos de combate porque traicionarían su “hermoso” destino de mujer. Una de las labores que sí eran permitidas era llevar auxilio a los que se consideraban más necesitados. Todo se realizaría con total obediencia aceptando los trabajos con alegría, buen ánimo y sin descanso. El rezo también se alentaba en el contexto de una actividad considerada femenina.

223 AHBMNAH, serie: Unión Nacional Sinarquista, desde ahora UNS, microfilm, rollo 149, hoja membretada de la UNS, comité regional de Zacatecas con apostillado de las diez normas de conducta para la mujer sinarquista. Zacatecas, Zacatecas, 25 de febrero de 1947.

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2.1.2.2 Otras expresiones del ideal femenino sinarquista.Aparte de las diez normas de conducta, también en el periódico El Sinarquista, órgano de difusión de la UNS que se empezó a editar en León, Guanajuato en enero de 1939, se publicaron diversos artículos que tenían como finalidad ubicar el papel de las mujeres dentro del movimiento sinarquista. Una de las primeras fue impreso el 28 de enero de 1939 con el título de “La mujer en nuestra lucha”, redactado por Alfonso Trueba, uno de los líderes fundadores de la UNS. La nota empezaba diciendo que “las mujeres mexicanas saben defender con una mayor entereza que los hombres sus intereses espirituales, sus ideas, sus derechos.”®®"* Al poner en evidencia las tendencias hispanistas y franquistas del sinarquismo, Trueba estableció un paralelismo entre el actuar de las mujeres mexicanas y las españolas. Así mencionaba que:

Las de España han dado pruebas de virilidad en la guerra civil... Las madres envían a los hijos a las trincheras a morir en defensa de la España, las novias impulsan a los mozos a tomar el arma y bordan sus chaquetas de guerra. En la retaguardia de los frentes legiones de mujeres derraman su espíritu cristiano y cubren con sus manos suaves los lugares que a los hombres corresponden.®®®

A través de estas las líneas se marcaba el papel que las mujeres deberían tener dentro de la lucha por la defensa de la patria: dar hijos para la causa y resignarse si éstos eran muertos. Impulsar a los hombres a la lucha, tal y como las diez normas de conducta indicaban para la mujer sinarquista. Y también hacerse cargo de labores prácticas y asignadas a las mujeres como coser, cocinar y cuidar a los enfermos. Y aunque en las diez normas de conducta se mencionaba que no serían para las mujeres los puestos de combate, lo anterior se permitiría si hicieran falta manos para el enfrentamiento, o si los hombres no pudieran estar en el frente. Sin embargo, aunque esto llegaba a ocurrir, la actuación de las mujeres en la lucha armada no era reconocida. Solamente cuando las mujeres tuvieron participación en los conflictos violentos es cuando se les consideró más cercanas a la masculinidad, es por eso que en artículo de Trueba, a las españolas se les catalogaba de “viriles” ya que estaban trastocando su rol.

En el artículo de Trueba, el ideal femenino se apuntaló con la descripción de su contrario, lo que las mujeres no debían hacer ni tratar de convertirse: “Las que renuncian a su delicadeza femenina, las viejas que disputan broncamente con los del sexo opuesto, las solteronas amargadas que gustan de exhibirse en mítines, las hembras de pelo en pecho gárrulas y arriscadas, ésas no son las

224 AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, Alfonso Trueba, “La mujer en nuestra lucha”, en ElSinarquista, 28 de enero de 1939.

Ibidem.

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mujeres útiles.”®®8 Lo anterior se convirtió en una clara alusión a las mujeres que participaban en organizaciones y partidos políticos, como el Partido Comunista Mexicano y otros frentes femeninos que no eran de derecha. La imagen de la hembra de pelo en pecho versus la mujer sinarquista permanecerá durante toda la historia de la organización sinarquista.

2.1.2.3 Los estereotipos masculino y femenino sinarquistas.Desde esta época, el sinarquismo empezó a perfilar algunos modelos femeninos. Trueba ponía como ejemplo a la esposa de Pedro Moreno, el insurgente. No se mencionó ni siquiera el nombre de la mujer, su relevancia en la historia fue haber sido la mujer de este hombre, y según Trueba, contar con una “silenciosa abnegación y entereza, virtud extraordinaria que la hace un modelo para las mujeres mexicanas.”®®7 Según Trueba, el modelo de mujer sinarquista “no incitaría al crimen, sino aquella que en las más crueles batallas es para el hombre compañera de lucha, de sacrificio y de conquista.”®®8

La única ocasión en que se justificaba una actitud más aguerrida por parte de las mujeres era cuando se necesitaba defender el ideal sinarquista y/o católico. El 11 de febrero de 1939 el periódico El Sinarquista informó que en el comité municipal sinarquista de Apaseo:

La señora María Sánchez de Pérez, de la hacienda de Mayorazgo, que trabaja por el ideal sinarquista con gran entusiasmo, fue víctima de la ira de los caciques de ese rancho quienes la amedrentaron pistola en mano, llenándola de injurias y amenazándola con expulsarla de la hacienda si seguía luchando contra el comunismo. La señora Sánchez se mantuvo digna ante los cobardes que la amenazaron e insultaron, contestándoles que sería sinarquista hasta la muerte.®®9

La señora Sánchez no traicionó al ideal sinarquista a pesar de ver en peligro su vida. Cada sinarquista debería de estar dispuesto a prestar su cuerpo para el martirio y dar la vida con el fin de defender la causa. Por otro lado, la nota era reflejo de los constantes enfrentamientos entre agraristas y sinarquistas que el Bajío mexicano tuvo como escenario durante este periodo.

Todos los discursos donde se transmitía el deber femenino sinarquista y sus normas fueron producidos y redactados por los principales líderes varones sinarquistas. Sin embargo, como cualquier otro discurso éste debía adaptarse a la realidad del Bajío mexicano, diferente a la de España durante la Guerra Civil y a la

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Ibidem.Ibidem.Ibidem.

AHBMNAH, serie: UNS, rollo 168, “Se envalentonan con una mujer sinarquista”, en El Sinarquista, 11 de febrero de 1939.

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época de Franco de las cuales se hacía constantes referencias. La transmisión de estos discursos y normas podía representar un problema, ya que la mayoría del contingente sinarquista se componía de campesinos en cuyas comunidades el nivel de analfabetismo era muy alto. Por lo tanto, al menos las notas publicadas en el periódico y otros medios impresos harían casi imposible la difusión de las conductas y normas esperadas. Por otro lado, no todas las personas podían costear el periódico. Es por lo anterior que la simbología sinarquista, a través de las banderas, las canciones y otras actividades rituales se convertían en asuntos de vital importancia. Más adelante, durante la conformación de los comités sinarquistas municipales tanto masculinos como femeninos, el medio oral sería el más apropiado para llevar el ideal sinarquista y las diferentes normas.

2.1.2.4 José Antonio Urquiza, el padre del sinarquismo.Otro de los medios que la UNS utilizó para implementar su ideal de conducta tanto femenino como masculino fue la construcción de las imágenes del padre y la madre del sinarquismo, que también se convirtieron en los primeros mártires del movimiento. El estereotipo masculino más importante fue el de José Antonio Urquiza. Éste se complementaba con su fenotipo: hombre de tez blanca con rasgos españoles. En una organización tan jerárquica como lo fue la UNS, la cuestión racial también cobraba bastante importancia, ya que los líderes generalmente compartían dichas características físicas, mientras que los “soldados”, como eran llamados los militantes, pertenecían en gran número a campesinos del Bajío mexicano.

La muerte de Urquiza®80 se construyó como fruto de un combate en contra del enemigo, ya que como menciona Di Febo, el heroísmo en las guerras, teniendo como referencia las cruzadas de la Edad Media, es una experiencia tradicionalmente masculina donde el cuerpo de los soldados se convierte en metáfora de gigantismo, concentración de valores heroicos y ascéticos como la hidalguía, el honor, el sacrifico, el coraje extremo, el vigor moral y físico.®81 En el imaginario sinarquista, Urquiza, al igual que los cruzados, murió en la lucha por la recatolización.

Serrano Álvarez mencionó que la muerte de Urquiza dio pie para que los dirigentes establecieran como norma del movimiento el culto a la muerte, a la sangre y a los héroes de la lucha. Lo anterior atraería, según el autor, la cohesión de los militantes, y también se apelaba al sentimiento popular de sacrificio. Era una buena razón para combatir al enemigo y era una muestra de la “putrefacción”,

230 Para revisar los aspectos de la muerte de Urquiza, véase el capítulo 1 sobre antecedentes de la UNS.231 Guiliana Di Febo, op. cit, p. 20.

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la corrupción y la moralidad del adversario agrarista, gobiernista y pro comunista.®8®

2.1.2.5 Teresa Bustos, la mujer bandera.En lo que concierne al estereotipo femenino, éste fue encarnado por la obrera Teresa Bustos, de 20 años, soltera y oriunda de Celaya, Guanajuato. Trabajaba en la fábrica textil “El Carmen” dedicada a la hechura de telas de algodón.®88 Al contrario de Urquiza, Bustos era de tez morena y no tenía rasgos españoles. Su nariz era chata, sus ojos oscuros y su complexión robusta. No pertenecía a una familia adinerada, como en el caso de Urquiza, era una humilde obrera. En este sentido, el estereotipo femenino era más parecido a las mujeres campesinas que a las de la clase alta. De esta forma, se establecía una jerarquización racial, económica y de género entre la madre y el padre del sinarquismo donde Urquiza era “superior” en muchos aspectos que Bustos. Sin embargo, las mujeres más destacadas dentro del sinarquismo, no fueron las campesinas ni las obreras, sino las de clase media y alta.

Bustos falleció en medio de un enfrentamiento entre sinarquistas y agraristas en Juan Martín, Celaya. Lo que la hizo única y le dio entrada al panteón sinarquista fue que murió defendiendo la bandera nacional y de la UNS. Este hecho fue descrito por uno de los líderes sinarquistas de la siguiente manera: “Bordando la bandera sinarquista iba dejando en cada puntada trozos de su alma arrebatada de entusiasmo por la causa sinarquista. Esa bandera era ella misma, la había entregado todo su amor, la había adornado con todas sus virtudes.”®8"* Al encarnarse en la bandera, Teresa Bustos logró una supuesta inmortalidad a través de la enseña nacional que manchada con su sangre se convirtió en una especie de reliquia para los sinarquistas, que aún hoy en día conservan dicho objeto. La bandera con la sangre de Bustos fue utilizada como un símbolo del papel que las mujeres deberían asumir dentro de la lucha sinarquista.

2.1.2.6 Las características de los estereotipos sinarquistas.A través de estas figuras, se pudieron enumerar las características de los estereotipos sinarquistas masculino y femenino. El primero se trató de un hombre blanco, con rasgos españoles, soltero, con instrucción universitaria, proveniente de una familia “acomodada” del Bajío mexicano con un espíritu hispanista y profundamente católico. Cada varón sinarquista debería llevar una vida “mitad monje mitad soldado” dispuesto a llegar al martirio y la muerte en pos del ideal sinarquista. En lo que concierne al ideal femenino, éste fue representado por una

Pablo Serrano Alvarez, La batalla del espíritu, tomo I, op. c it, p. 292.232

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, Feliciano Manrique, “Teresa Bustos”, en El Sinarquista, México, D.F., julio de 1939.234 Ibidem.

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mujer soltera y trabajadora en el espacio público (lo que no concuerda con las normas impuestas); de humilde situación económica; que daba apoyo al movimiento estando presente en las marchas y otros eventos (lo que también contradijo la determinación de que las mujeres deberían estar confinándose al espacio privado). Pero al igual que Urquiza, Teresa Bustos estuvo dispuesta a morir por la causa del sinarquismo y defender las banderas tanto como su vida.

Aparte de ese incidente en que Teresa Bustos encontró la muerte, los sinarquistas construyeron un símil entre la figura femenina y la de las banderas mexicana y sinarquista. Las mujeres representaban la fecundidad, era la que la daría futuros hombres a la Patria y soldados al movimiento. Salvador Abascal leía en 1940 el siguiente discurso acerca del tema: “Después de Dios y de la Patria, lo más sagrado que hay en la tierra es la mujer. Por eso se ven tan bien nuestras banderas en las manos de una mujer. Nuestras mujeres juran, desde lo más íntimo de sus corazones defender la bandera de la Patria como la defendió Teresita Bustos.” ®8®

2.1.2.7 Siguiendo el ejemplo de Teresa Bustos, la señorita Julia Rosas Rueda.En julio de 1939, las sinarquistas de Celaya, tras la muerte de Teresa Bustos, formaron su sección femenina con de la celebración de una asamblea a la que asistieron cerca de cien mujeres.®8® Una imagen con fecha 26 de noviembre de 1939 mostraba una reunión en un teatro de Celaya donde se observaba una nutrida asistencia femenina. De este comité saldría Ofelia Ramírez, una de las principales lideresas sinarquistas que jugaría un papel muy importante en las actividades femeninas en años posteriores. Una foto fechada en julio de 1940 publicaba a las mujeres del comité sinarquista de Celaya donde se podía apreciar a la señorita Ramírez. Del grupo femenino de Celaya, también sobresalió la señorita Julia Rosas Rueda, quien ocupó el cargo de directora del grupo femenil de este municipio.

Tras los sucesos de Celaya, en los que murieron diez sinarquistas, además de la obrera Teresa Bustos, el presidente Lázaro Cárdenas se trasladó al lugar con la intención de apaciguar los ánimos y esclarecer los hechos tras la matanza. Al bajar Cárdenas del tren que lo llevó a Celaya, la señorita Rosas Rueda se acercó al general y empezó a leer las siguientes palabras:

Señor Presidente: en nombre de la sociedad de Celaya, vengo a elevar ante usted mi respetuosa pero enérgica protesta por los acontecimientos que han enlutado a esta ciudad y de los que usted tiene pleno conocimiento. ¡Clamamos justicia, señor Presidente! Esperamos confiados

Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 186. Ver imágenes número 3 y 4 en el apéndice fotográfico. AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Núcleo femenil en la ciudad de Celaya”, en El

Sinarquista, León, Guanajuato, julio de 1939.

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en que los ideales revolucionarios por los que usted tanto ha luchado cristalicen en hechos y que se imparta plena justicia.®87

Tras clamar justicia, la señorita Rosas describió los hechos en que los sinarquistas fueron muertos y añadió:

Nosotros estamos con usted señor Presidente, porque luchamos también por la clase pobre, a la que usted tanto quiere y que tanto defiende y protege... La mayoría somos empleados y obreros que ganamos el pan cotidiano con el sudor de la frente para el sustento de nuestros hogares. Y sin embargo, a pesar que la Constitución política nos ampara, los que debían darnos garantías, NOS ASESINAN. ¿Qué libertad es ésta, si ni siquiera nuestra vida está garantizada?®88

A continuación, la mujer sinarquista le mencionó a Cárdenas que su gobierno estaba lleno de cobardes villanos que le escupían en pleno rostro. Es de notar la diferencia de que haya sido una mujer la que se encarara al general Cárdenas, en comparación a que hubiese sido un hombre. Las sinarquistas se valieron de las virtudes adjudicadas a las mujeres y del trato del cual éstas deberían ser objeto para que fuera la señorita Rosas quien le reclamara al presidente. Asimismo, por el simple hecho de ser una mujer la que lo interpelara. Cárdenas y sus acompañantes toleraron sus palabras.

2.1.3 La presencia femenina en los inicios del sinarquismo.2.1.3.1 Las mujeres en El Sinarquista.La presencia femenina dentro de los artículos de El Sinarquista se empezó a notar en los primeros meses de 1939. La primera nota escrita por una mujer apareció el 25 de febrero de ese año bajo la autoría de María del Carmen Hernández, probablemente se tratara de un seudónimo, lo que era una práctica común entre los sinarquistas que escribían en el diario. Las mujeres también guardaban en el anonimato su identidad, tal vez en un afán por demostrar discreción y humildad y para protegerse de no ser perseguidas. Lo más probable es que el artículo fuera escrita por alguna familiar de algún líder sinarquista. Desde la primera etapa, y durante toda la historia del sinarquismo, las madres, hermanas, esposas y demás familiares de los sinarquistas fueron las que destacaron dentro de la UNS.

Hernández escribió un artículo titulado “Feminismo”, término que no fue explicado por la que escribió, ni mencionó qué era para ella ser feminista o qué entendía por feminismo. La autora inició el mismo con un gesto de modestia ya que decía que: “Sin preparación de ninguna clase, he aceptado la invitación que

237 AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Conmovedor discurso de una mujer sinarquista”en El Sinarquista, México, D.F., agosto de 1939.238 Ibidem.

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se me hizo a que colaborara en este periódico...Siento una emoción muy profunda al pensar que mis pobres palabras van a ser leídas por muchas mujeres de México, a quienes ruego disculpen mi atrevimiento.”®89 Parece ser que la mujer que escribía tenía entre 20 y 25 años ya que mencionaba que:

La vida hasta ahora, no me ha ofrecido todo lo que en mi edad se desea. El momento está lleno de pasatiempos sin importancia, bailes, paseos, tés, fiestas y uno que otro muchacho calavera y despreocupado. Pero esto por sí sólo no puede satisfacer las ambiciones de una verdadera mujer [...] parece que todos nos dedicamos únicamente a matar el tiempo, tratamos de huir del fastidio y nos engañamos en cines y teatros donde vivimos losque otros viven. ..240

No es casual el hecho de que fuera una mujer de esta edad la que escribiera el primer artículo femenino en el periódico. Los sinarquistas buscaban adherir a sus militantes a personas relativamente jóvenes que pudieran luchar y participar activamente dentro del movimiento. Pero se necesitaban hombres y mujeres que no se dedicaran solamente a perder el tiempo y a abstraerse en diversiones consideradas banales. Hernández consideró que “la vida moderna carece de ideales y de preocupaciones propiamente femeniles.”®"*1 La autora criticó a muchas de las mujeres jóvenes que “sólo piensan en polvos, coloretes.peinados, medias y vestidos.”®"*® Y se preguntó para qué era todo ello: “Paraagradar, para tener novio rico y presumido, eso es todo.”®"*8 Para la autora, la misión de la mujer debía ir más allá: “Yo siento que mi misión es hacer un llamado a todas las mujeres para que sientan que es necesario que conservemos nuestra feminidad que doctrinas perversas y comunistas nos tratan de robar.”®"*"*

La autora de este artículo provenía de un medio urbano y de una condición socioeconómica media. De un mundo donde las mujeres tenían acceso a cines, teatros, maquillaje y vestidos. Sin embargo, esta realidad sería muy diferente a la de miles de mujeres campesinas que fueron el grueso de la población femenina sinarquista. Pero la voz femenina que se oyó y se leyó dentro de toda la historia de la UNS fue la de mujeres de esta clase social, ya sea de la ciudad de México u otras ciudades del país.

A finales de 1939, el periódico El Sinarquista empezó a publicar varias notas que llevaban por título “Colaboración Femenina” escrita por mujeres en donde se subrayaba el papel que éstas deberían tener en la lucha sinarquista.

239 AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, María del Carmen Hernández, “Feminismo”, en ElSinarquista, México, D.F., 25 de febrero de 1939.240

241

242

243

244

Ibidem.Ibidem.Ibidem.Ibidem.Ibidem.

80

Dentro de estos discursos se empezó a dar gran importancia al servicio social sinarquista como una de las labores primordiales de las militantes. Se trataba de una mirada prejuiciosa de las lideresas sinarquistas que se creían salvadoras de las clases populares y campesinas. En octubre de 1939, María Teresa Onofre escribió que: “Hay muchos mexicanos menesterosos. Hay muchas familias que se pasan uno, dos días sin llevarse más alimento que una jarra de atole frió. Hay muchos que mueren en la más sórdida de las miserias, sin aire, sin luz, sin medicinas, sin pan. Hay muchos sinarquistas sin trabajo, cuyos hijos padecen hambre.”®"*® Para solucionar lo anterior, Onofre proponía que las mujeres sinarquistas fueran las encargadas de llevar alivio para los dolores y pan a los menesterosos.®"*® Lo anterior se hizo a través de la creación del “Auxilio Social Sinarquista” bajo el marco de la caridad cristiana y con el modelo de la Falange española. Onofre ponía como ejemplo el caso de un líder de esta organización que fue destituido porque un niño murió de hambre.®"*7

La instauración del Auxilio Social sinarquista tuvo una continuidad con las actividades llevadas a cabo por las Damas Católicas desde el siglo XIX y con otras organizaciones femeninas constituidas por mujeres de clase media y alta, las cuales se asumían como redentoras de los grupos a los que ellas consideraban como desprotegidos.

2.1.3.2 La formación de los primeros comités femeninos sinarquistas.Guanajuato.En el ámbito rural las mujeres que comenzaron a sobresalir fueron las de Guanajuato, específicamente las de Apaseo, lugar de origen de José Antonio Urquiza. Los sinarquistas de Apaseo empezaron a tener fricciones con el presidente municipal ya que éste les prohibió las reuniones de militantes. En mayo de 1939, tras un evento sinarquista, un grupo de personas, entre las que se encontraban varias mujeres y niños fueron encarcelados, lo que causó gran indignación. El Sinarquista, mencionó al respecto: “La mujer se siente llamada a intervenir en los problemas de México y en el momento en que se reúnen al amparo de la bandera sinarquista, son insultadas, vejadas y encarceladas como si se tratara de criminales y de asesinos.”®"*® Los incidentes de este lugar no tuvieron seguimiento ni en el periódico ni en el material de archivo. Este tipo de conflictos pareciera que fueron comunes en toda la historia sinarquista. Lo que se trataba de demostrar era que los sinarquistas eran perseguidos, casi como los primeros

245 AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, María Teresa Onofre, “Mujeres sinarquistas” en ElSinarquista, México, D.F., octubre de 1939.246

247Ibidem.Ibidem.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, El Sinarquista, León, Guanajuato, 25 de mayo de

1939.

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cristianos, y martirizados como en la Guerra Cristera. También se quería poner en evidencia, como estrategia de lucha, que los enemigos del sinarquismo, en este caso el gobierno, se ensañaba con la población considerada más vulnerable, es decir, las mujeres y los niños.

Este hecho sirvió para que las mujeres de Apaseo se organizaron de una forma más estructurada, lo que hizo surgir uno de los primeros comités sinarquistas femeninos en el país. En el transcurso de 1939, aparte del comité municipal femenino de Apaseo, en Guanajuato, se conformaron más núcleos femeninos en otros lugares.

Durante los últimos meses de 1939 se siguieron formando comités femeninos en Guanajuato, para noviembre quedó integrada la sección femenina del comité municipal sinarquista de Comomfort. La asamblea constitutiva estuvo dirigida por dos miembros del comité municipal de Celaya. En la citada asamblea asistieron setenta mujeres presididas por la presidenta del comité, María Eulalia de García, quien habló sobre el papel que la mujer debería tener dentro de la lucha sinarquista.

Michoacán.Si bien Guanajuato fue el estado en que los primeros comités sinarquistas femeninos empezaron a organizarse, como mencionó Jean Meyer, Michoacán se “sinarquizó” en un santiamén, incluyendo a las mujeres.®"*9 Rogelio Escamilla apuntó que en Michoacán el conjunto más numeroso de militantes de la UNS estuvo conformado por campesinos sin tierra, jornaleros y ejidatarios.®®0 Existieron algunas cifras sobre la presencia femenina y los comités establecidos durante 1939 y 1940 en Michoacán. Para mayo de 1940, los 39 subcomités de Ciudad Hidalgo informaron que había 3 mil 580 hombres, 2 mil 976 mujeres, mil 138 jóvenes y 882 señoritas lo que daba un total de 8 mil 576 sinarquistas, de una población total de 22 mil habitantes.®®1 Escamilla apuntó que para esa fecha en Michoacán existían 33 comités municipales masculinos y 33 femeninos.®®®

En este estado, la primera localidad que formó un comité femenino fue Pátzcuaro en agosto de 1939. En marzo de 1940 existía un comité sinarquista en Santa Ana Maya que contaba con una jefa femenina que aglutinó a un numeroso grupo de mujeres en el sub-comité rural del rancho el Tejocote del mismo municipio. Una fotografía mostraba a dos mujeres de este lugar cargando la bandera nacional, fechada en marzo de 1940.®®8 Durante el mismo periodo, la jefa

Jean Meyer, “La segunda (cristiada) en Michoacán” p. 259, ya citado.249

Rogelio Escamilla Torres, El Sinarquismo en Michoacán, tesis para obtener el grado de licenciado en Historia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1985, p. 75.251

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253

Jean Meyer, “La segunda (cristiada) en Michoacán” p. 259, ya citado.Rogelio Escamilla Torres, op. cit, p. 90.Antonio Martínez Aguayo, op. c it, p. 72. Ver imagen 5 en el apéndice fotográfico.

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femenina de Santa Ana Maya, María de Jesús Calderón, en compañía del jefe del comité Ernesto Gil, realizó un acto público donde hablaron ante más de 150 personas. Se exhortaba a hombres y mujeres a conquistar toda la región y a soportar todos los trabajos que la lucha traería consigo.®®"* En estos lugares, la población femenina estaba compuesta por mujeres campesinas. Las de clase media también se empezaron a organizar a principios de 1940 en Morelia, Zamora y Jacona. Sin embargo, sería hasta la etapa místico social que sus grupos sobresaldrían.

2.1.3.3 Otros comités.Las mujeres sinarquistas de Torreón, Coahuila, inspiradas en la muerte de Teresa Bustos, se organizaron en un comité que tuvo como principal objetivo recaudar fondos para los caídos en los sucesos de Juan Martín y Celaya.®®® El registro fotográfico mostraba una imagen de los sinarquistas de Tepic, Nayarit, fechada el 12 de enero de 1939 en donde aparecían seis mujeres. Lo anterior era una muestra de la participación femenina sinarquista en este lugar.®®® También en enero de 1939 los sinarquistas de Ciudad Fernández, San Luis Potosí, fueron retratados en una reunión donde se podía apreciar la presencia de varias mujeres, que ataviadas con rebozo y en algunos casos cargando a sus hijos, iban camino al citado evento.®®7 En San Luis Potosí se empezaron a fundar comités femeninos a principios de 1940 en los siguientes lugares: Las Terceras, San Sebastián, San Miguelito, en el centro de la ciudad capital. Paraíso y San José Alburquerque.®®® Seguramente en otros lugares del país desde 1939 y 1940 las mujeres principiaron a organizarse. Sin embargo, el periódico El Sinarquista, ni otros documentos informaron al respecto.

2.1.4 La primera sección femenina de la UNS.Para mayo de 1940, el comité nacional de la UNS fundó la sección femenina a cargo de la señora Mondragón. Al igual que en la sección femenina de La Falange (SF), (como el antecedente más cercano de la sección femenina de la UNS), no hubo un objetivo preciso o difuso relacionado con las mujeres directamente. Como mencionaba María Teresa Gallego al respecto de la SF falangista, se trataba de que la mujer ayudara y se entregara abnegadamente a la causa de sus hermanos, novios o maridos.®®9 La sección femenina sinarquista tendría como objetivo el control y organización de todos los comités femeninos en la República Mexicana.

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HNUNAM, El Sinarquista, México, D.F., 28 de marzo de 1940.Ver foto número 6 sobre Torreón Coahuila en el apéndice fotográfico.Ver foto número 7 sobre sinarquistas de Tepic, Nayarit en el apéndice fotográfico. Ver foto número 8 sobre Ciudad Fernández en el apéndice fotográfico.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Auxilio a los caídos”, en El Sinarquista, México,

D.F., 2 de mayo de 1940.259 María Teresa Gallego Méndez, op. cit, pp. 152-153.

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Al formarse la sección, Mondragón envió un mensaje a las militantes sinarquistas en cuyo contenido se señalaba lo siguiente: “Abnegación, cumplimiento del deber y sacrificio constante nos exige el nuevo año. Convirtámonos en una columna de valor y alegría y seamos perseguidoras del noble camino trazado por el sinarquismo.”®®0 Cuando la SF falangista se consolidó en 1934, su delegada nacional, Pilar Primo de Rivera, hermana del fundador de La Falange, apeló a que las mujeres deberían de imponerse a todos los sacrificios para alcanzar una España “grande”, por los padres, por los maridos y por los hijos.®®1

Durante 1940, la sección femenina sinarquista cambió de dirigente. Ahora la organización estaría en manos de la señora María del Carmen Zermeño, madre de uno de los principales líderes sinarquistas. Sin embargo, las actividades de la sección femenina fueron limitadas y no lograron sobresalir.

¿Por qué las actividades de las mujeres dentro de la UNS en esta etapa fueron marginales? ¿Habría sido porque eran impuestas por la organización y los líderes sinarquistas? ¿Las mujeres tan sólo seguían a sus esposos y varones de su familia? ¿Qué tanto tenían asimilada la ideología sinarquista? Creo que todas estas opciones pudieron haber sido posibles. Durante la primera etapa, los líderes sinarquistas se empezaron a dar cuenta de la utilidad y beneficios que la participación de las mujeres traería al movimiento. Las sinarquistas podían realizar actividades prácticas tales como hacer la comida y lavar ropa. Otras seguían a sus maridos y familiares. No obtuvimos testimonios que nos ayuden a dilucidar si lo hacían por coerción o bien realmente convencidas de la ideología sinarquista.

2.1.5 El testimonio de una mujer sinarquista: Guadalupe Josefina Carranza.El único testimonio que valdría la pena resaltar es el de Guadalupe Josefina Carranza, esposa de Salvador Abascal que se encuentra escrito dentro del libro de Abascal Mis recuerdos, sinarquismo y colonia María Auxiliadora^^^. Guadalupe Carranza empezó su relato con un gesto de humildad, propio de un valor esperado en las mujeres y que era muy frecuente encontrarlo en varios de los textos escritos por ellas: “Sé que no sé escribir, pero varias veces me han preguntando mis hijos por qué no cuento mi vida de recién casada en Baja California.®®8 Me sorprendió la primera vez que me hicieron esta pregunta, pues para mí había sido tan natural mi

260 AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Mensaje de la señora Mondragón”, en El Sinarquista, México, D.F., 23 de mayo de 1940.

María Teresa Gallego Méndez, op. cit, p. 154.No se menciona en el libro si Guadalupe Carranza escribió el texto directamente.

Probablemente éste fue redactado y revisado por su marido. Sin embargo, su importancia radica en que es de los pocos donde se habla de la participación femenina dentro del sinarquismo.

Guadalupe Josefina Carranza se casó en 1941 con Salvador Abascal en Mazatlán Sinaloa y más tarde se trasladaron a Baja California a la colonia fundada por éste en donde vivieron cerca de un año.

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vida, que no creí que le interesara a nadie.”®®"* Y es que en realidad, todo lo concerniente a las mujeres y a sus actividades es considerado como natural, versus las actividades políticas de los hombres que son vistas como importantes.

Guadalupe Josefina también agregó que otra de las motivaciones para escribir sus experiencias es que su hijo mayor “creyó que mi vida había sido de esclavitud interior y exterior, que fui dominada por prejuicios feudales, y que tal vez mis hijos no habían sido del todo normales que debían ser, según los criterios del mundo.”®®® Guadalupe Carranza vivió bajo la férrea disciplina familiar impuesta por el jefe Abascal, misma que también fue inculcada a sus hijos pero de la que no todos estuvieron de acuerdo, sobre todo su primogénito Juan Bosco Abascal que en varias ocasiones enfrentó a sus padres por sus creencias y educación. Durante la época de redacción del libro de Abascal, el conflicto entre padre e hijo era más latente por lo que tal vez el jefe se decidió a realizar dicha mención dentro del libro. Y aunque el texto debió haber sido corregido y acotado por Abascal, su valor radica en que es uno de los pocos testimonios de mujeres sinarquistas.

La infancia de Guadalupe transcurrió durante los años de la Guerra Cristera, como muchas de las sinarquistas quienes más tarde se unieron a la UNS. Guadalupe provenía de una familia de medianos recursos económicos, su padre era propietario de una pequeña fábrica de velas en la ciudad de México. Guadalupe no asistió a la escuela oficial, recibió enseñanza dentro de su casa, ya que sus padres “se sacrificaron al máximo para que no asistiéramos a la escuela oficial comunista impuesta por Cárdenas.”®®®Recordemos que el “comunismo” fue el enemigo por excelencia tanto de la Iglesia Católica como del sinarquismo. Durante aquél tiempo varios católicos en México se instruyeron de este modo ya que muchas de las escuelas católicas estaban clausuradas.

La señora Abascal tuvo un tío sacerdote que fue perseguido durante la Guerra Cristera por oficiar misas en casas particulares. La influencia de esta persona que era su padrino de bautismo fue muy importante para forjar sus convicciones religiosas. El origen de sus padres, su madre oriunda de Tingüindin, y su padre de Cotija, Michoacán, también intervinieron en lo anterior. Al respecto mencionaba: “Un hogar sencillo y sin complicaciones y provinciano, me hicieron profundamente idealista y patriota.”®®7 Es así como el contexto regional y familiar tuvieron bastante que ver en que muchas mujeres se convirtieran al sinarquismo. No se podía pertenecer a la UNS sin ser extremadamente católico y formar parte de una familia con las mismas características.

Guadalupe Josefina Carranza de Abascal, “A mis hijos” en Salvador Abascal Infante, op. cit., p. 279.265

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267

Ibidem, p. 719.Ibidem, p. 719.Ibidem, p. 720.

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Guadalupe también se confesaba admiradora de la guerra española, disfrutando los triunfos de Franco y en sus palabras: “soñando con ver a México algún día libre y católico.”®®® Dicha admiración se debía en parte a que escuchaba las pláticas entre su tío y su padre. Estas personas también le inculcaron su gusto por la música y la literatura clásica. Sus salidas durante su juventud fueron muy escasas, tan sólo alguna vez al circo y la zarzuela y todos los días a misa y a los rosarios. Los bailes y la convivencia con muchachos quedaban prohibidos. Este tipo de vida era bastante común entre las mujeres de la época. Esta mujer tuvo acercamientos con la ACJM en la que su padrino (el sacerdote) tenía bastante injerencia.

2.1.5.1 El acercamiento de Guadalupe Carranza a la UNS.¿Cómo fue su acercamiento al sinarquismo? Todo empezó con una visita a Los Ángeles, California donde tenían familiares que pertenecían a la UNS. Guadalupe y sus hermanas participaban en un retiro con las monjas del Sagrado Corazón donde asistían a la escuela parroquial y a clases de inglés. Lo anterior contrastaba con el anti yanquismo profesado por los sinarquistas. En un afán de justificación la señora Abascal señaló en el texto que nunca aprendió este idioma de manera adecuada porque no le gustaba. La familia Carranza se hospedaba en casa de unos primos en donde:

Oí una vez la plática de mi primo Efrén con mi papá contándole que había un movimiento nacional de muchos mexicanos que se llamaban sinarquistas. Efrén creía que lograrían con el tiempo y con sus ideales una Patria católica y grande. Que eran enemigos de la violencia. Que siempre iban desarmados; pero su fe, su acendrado amor a su México les daría el triunfo.®®9

En casi todos los casos, la mujeres de clase media que se unieron al sinarquismo lo hicieron por influencia de algún varón perteneciente a la organización. Se trata de influencia, más no de manipulación. Existe la creencia de que las mujeres vinculadas de alguna manera a la institución eclesiástica estuvieron manipuladas por el clero y los líderes conservadores.®70 Lo mismo se podría pensar de las campesinas a las que se sumó la visión de que éstas por su analfabetismo y pobreza eran más manipulables.

Las mujeres eran las que generalmente estaban más vinculadas a la Iglesia Católica y tenían valores religiosos más acendrados. El sinarquismo luchaba por el triunfo de dichos valores y por la construcción de un Estado Católico. Lo anterior

Ibidem, p. 720.Ibidem, p. 722.

270 'Inmaculada Blasco, op. cit, p. 8.

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llamaba la atención de las mujeres de clase media y alta, como en el caso de Guadalupe Carranza que de alguna manera veía su participación en el sinarquismo como extensión de su participación en la Iglesia Católica. Lo anterior también era socialmente aceptado y les daba a las mujeres la oportunidad de tener acción en la esfera pública.®71

Por otro lado, era muy raro y poco permitido que una mujer asistiera sola a una reunión o evento de cualquier índole. Por lo anterior, para ingresar a las filas sinarquistas se necesitaba el permiso del padre o marido, como también ocurrió con la futura señora de Abascal. El primero en asistir a una asamblea sinarquista fue el padre de Guadalupe. En un principio no parecía muy convencido ya que: “desde los arreglos, mi padrino y él estaban adoloridos, ya que los obispos no comprendían que con un poco más de tiempo hubieran triunfado los cristeros, y que en vano tantos muertos y tantos sufrimientos.”®7® Tiempo después, Guadalupe asistió a una reunión sinarquista donde tocó en el piano el Himno Nacional Mexicano y el americano (debido a que estaban en Estados Unidos).

Fue en este evento que el entusiasmo surgió en Guadalupe y empezó a ayudar en la organización de las asambleas. De acuerdo a la señora Abascal lo que le había impresionado fue oír hablar:

Sobre las luchas que sostenían los sinarquistas defendiendo sus ideales: cárceles, hambres, vejaciones. Pensaba yo que sería otra Falange y que así como se había salvado España, mi Patria al fin triunfaría en contra del comunismo y el ateísmo. Creía que todos y cada uno de los sinarquistas eran héroes, del temple de los conquistadores y confiaba en la lealtad de los campesinos; los creía limpios de corazón y muy buenos cristianos.®78

Guadalupe asumió muy pronto la ideología sinarquista y los conceptos mesiánicos y de martirio con que la UNS se hacía de adeptos. Creía en la gloria de los conquistadores y que éstos habían salvado del ateísmo y la idolatría a los indígenas. También sabía que las principales huestes sinarquistas estaban compuestas por campesinos, a los que consideraba inferiores, pero asimismo leales y muy católicos.

Ibidem, p. 14.Ibidem, p. 722.Ibidem, p. 723.

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2.1.5.2 El encuentro entre Guadalupe Carranza y Salvador Abascal.El acercamiento entre Guadalupe y Salvador Abascal se dio en casa de sus primos. Abascal realizaba una gira por Los Ángeles. Más tarde ambos coincidieron en una asamblea en la que Abascal actuó como orador. Sus palabras impresionaron a la joven mencionando que: “sus ojos eran fuego interior de amor a Dios y a la Patria, ideales nunca oídos por mí fuera de casa.”®7"* El noviazgo de la pareja fue calificado por Guadalupe como “de provincia”: dos o tres horas a la semana para platicar. Cuando iniciaron su relación, Abascal era jefe de propaganda de la UNS, más tarde en agosto de 1940 fue nombrado jefe nacional de la Unión Nacional Sinarquista.

Las relaciones entre hombres y mujeres sinarquistas fueron bastante comunes y casi todas acababan en matrimonios. Lo anterior dio pie a que la mayoría de los integrantes de la UNS estuvieran emparentados formándose redes familiares al interior, que aún perviven hoy en día. La participación femenina en organizaciones cercanas a la Iglesia Católica les permitió a las mujeres la creación de redes de sociabilidad y caminos de movilidad social. Asimismo, el parentesco fortaleció al movimiento aunque lo anterior también se convirtió en una fuente de problemas posteriores.

La relación de Abascal y Guadalupe Carranza no fue la excepción. Contrajeron matrimonio tras dos años de noviazgo que fueron calificados por Guadalupe como: “dos años de saber bien lo que él pensaba y cómo sería mi vida a su lado. Llena de riesgos y de luchas, lo propio de la juventud. Dar la vida por Dios y por la Patria.”®7® Durante ese tiempo, Guadalupe y sus hermanas participaron en el sinarquismo organizando asambleas y otros eventos y cosiendo cientos de uniformes y brazaletes. El movimiento sinarquista necesitaba de las mujeres para que realizaran este tipo de labores.

Antes del matrimonio, Guadalupe mencionó que su noviazgo había llegado a un punto crítico ya que Abascal consideraba que como jefe del sinarquismo no tenía los medios necesarios para mantener un hogar y aparte a sus hermanas y madre que dependían de él. En ese momento fue cuando surgió el proyecto de fundar la colonia en Baja California. Abascal le preguntó a su novia si se casaban y se iban a vivir a María Auxiliadora, explicándole todas las carencias e incomodidades que esto implicaba. Guadalupe aceptó la propuesta. El matrimonio se celebró en Mazatlán, Sinaloa, el 19 de marzo de 1942 antes de tomar el transbordador que los llevaría a Baja California.

Ibidem, p. 725.Ibidem, p. 725.

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2.2 Las mujeres sinarquistas en la corriente místico social (1940-1944).2.2.1 Las mujeres bajo la dirigencia de Salvador Abascal.2.2.1.1 Las normas de género implementadas por Abascal.En los primeros días de agosto de 1940 se decidió el nombramiento de Abascal como jefe nacional de la UNS. Su desempeño como propagandista de la Base, así como su fuerza en el mando y en la organización, le habían creado mucha popularidad. La personalidad de Abascal, su amistad con la alta jerarquía eclesiástica y su apego a los miembros de la Base, fueron los elementos tomados en cuenta para la decisión del consejo al nombrarlo jefe nacional.®7®

Con la entrada de Abascal a la jefatura de la UNS se inició la etapa místico- social del movimiento en donde su líder trataría de llevar a cabo la recatolización del país a través de la militarización del movimiento y tácticas similares a las implementadas por los franciscanos durante el siglo XI. El modelo del nacionalcatolicismo siguió estando vigente.®77 Abascal enunciaba las tareas inmediatas del sinarquismo en aquél periodo: “Unir al pueblo (reclutamiento), jerarquizarlo (organización), militarizar el espíritu (ejercicio de la libertad de reunión y de expresión de las ideas, libertades que no se conquistan sino aceptando plenamente los peligros de toda la milicia)”®7®

Abascal conocía muy de cerca las características de las filas campesinas sinarquistas, y basándose en lo anterior, planeó una serie de estrategias para controlar a sus “soldados”. La primera de ellas fue implantar una disciplina militar. Al respecto Abascal señalaba: “A toda costa procuré que los nuestros fueran siempre verdaderos jefes: que no se convirtieran en simples autómatas, sin iniciativa propia; que fueran modelos de soldados: abnegados, valientes, amantes de la pobreza, afectuosos con el inferior (esto habla de cierto racismo y clasismo intrínseco), dignos con el superior, leales con el compañero, veraces y sentidos en todos los casos.”®79 Sin embargo, Abascal solamente tenía en mente a los hombres del movimiento y aunque la participación de las mujeres era un hecho innegable, la mayor parte de las veces éstas fueron negadas e invisibilizadas por el jefe Abascal.

Al igual que los franquistas, los falangistas y los carlistas, para Abascal, el cuerpo de los soldados varones sinarquistas se volvía metáfora de heroísmo. Por otro lado, para las mujeres los espacios y los valores se imaginaban en forma del sitio cerrado, alejado del campo de batalla del soldado. Las mujeres daban la

Ibidem, p. 29.276277 Para ver una definición y discusión sobre el nacionalcatolicismo ver el apartado 2.1 titulado “Las mujeres sinarquistas en la corriente cívico social (1937-1940). Creación de un discurso sinarquista de género.”278

279Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 189. Ibidem, p. 190.

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imagen de una colmena laboriosa que está unida por un mismo espíritu de sacrificio.®®° De esta manera, al igual que los falangistas y en la España franquista, el sinarquismo implemento un modelo masculino al estilo monástico-militar, mientras que las mujeres se encuadraban en el llamado ángel del hogar. Para Di Febo, ambos modelos, aunque contrapuestos, eran símbolos públicos y representaciones coexistentes del proyecto nacional-católico.®81

Aunque todas las estrategias de Abascal estuvieron dirigidas a los varones, éstas también surtieron efecto en las mujeres. Una de las más importantes fue el convencimiento inspirado en los franciscanos del siglo XVI que evangelizaron las tierras americanas. Abascal mencionaba que la esencia de esta política era arrojar al pueblo en los brazos de la Iglesia con el ansia de recristianizarlo.®®® Al ser el grueso de la militancia sinarquista campesinos que no sabían leer ni escribir, los sinarquistas se valieron de la utilización de diversos símbolos, como las banderas ensangrentadas y parafernalia como el uniforme y el brazalete; pero sobre todo de las técnicas orales a través de personas que difundían entre el público la ideología sinarquista, las historias de los mártires y otras tragedias sinarquistas, así como cantos y poesías.

Según Abascal, los jefes se convertían en una especie de frailes franciscanos que iban a cada rincón del país llevando las ideas de salvación sinarquista. Al respecto mencionaba: “los jefes sinarquistas nos subíamos a una pobre tribuna, improvisando en medio del gentío, para predicar, teniendo que oír aun los más encarnizados enemigos, la entera Verdad de Cristo en lo social y en lo político.”®®8 La utilización de la retórica y símbolos católicos también fueron de gran importancia para la adhesión de las masas al movimiento sinarquista. Para el caso de las mujeres, al ser éstas las más cercanas al ámbito de lo religioso, asumieron de manera inmediata la ideología sinarquista.

Lo anterior se complementaba con la visita casi obligada a las viviendas de las comunidades por parte de los jefes. Según Abascal esto respondía a que se podía tratar a la gente con mayor intimidad y hablarles “de la necesidad de que se extirpara de sus hogares todos los vicios, todas las lacras que la Revolución les había infundido.”®®"*

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Giuliana Di Febo, op. cit, pp. 24-25.Ibidem, pp. 37-38.Salvador Abascal Infante, op. cit., p. 190.Ibidem, p. 190. Ver imagen número 9 en el apéndice fotográfico. Ibidem, p. 191.

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2.22.2 Las mujeres oradoras, cantantes y compositoras sinarquistas.La técnica oral fue la más socorrida y la más eficiente dentro de las comunidades campesinas de todo México. Es aquí donde empezaron a destacar los jefes tanto municipales como regionales, así como las jefas de los comités femeninos que se convirtieron en importantes oradoras. En mayo de 1940, durante un evento realizado en Morelia, la señorita Esther Orozco, del comité municipal de Guadalajara, subió a la tribuna para decir un breve discurso. Los sinarquistas describieron sus palabras como vibrantes y arrebatadas. Orozco habló del valor y de la dignidad y terminó con la siguiente frase: “Recordad sinarquistas, que si en México faltan los hombres, aquí estamos las mujeres para enseñarles el camino del honor.”®8® En los discursos pronunciados por mujeres se percibía que éstas se asumían como más valientes y entregadas que los hombres. Tenían que realizar un sumario de todas sus cualidades para ganarse un lugar dentro del movimiento sinarquista.

Por las mismas fechas, en un evento también realizado en Morelia, la señorita Francisca Maciel participó como oradora. Sin embargo, estas actividades fueron interrumpidas durante la corriente místico social, Abascal prohibió que las mujeres se subieran a hablar al estrado, seguramente porque no las consideraba aptas para dirigirse a las multitudes y para protegerlas en caso de un enfrentamiento armado. Sin embargo, las mujeres siguieron pronunciando discursos y participando en las asambleas en un acto de subversión a las normas impuestas por el sinarquismo, las cuales fueron configuradas y reinventadas por las mujeres en varias ocasiones. La transgresión a las normas fue lo que les permitió a las sinarquistas su actuar en el espacio público.

Así como algunas mujeres se volvieron oradoras, otras llegaron a ser las encargadas de realizar los cantos e himnos de lucha; la declamación de las poesías sinarquistas y las portadoras de las banderas nacional y sinarquista. El señor Salvador Ramírez de 76 años, oriundo de Santa Clara del Cobre, Michoacán, y quien junto con su familia participó en el sinarquismo desde 1941 recordó que su hermana mayor cantaba y componía diversos corridos y canciones sinarquistas que interpretaba no sólo en los eventos sino en la vida cotidiana.®8® La señora López de más de 70 años, originaria de Sahuayo, Michoacán, participó en el movimiento sinarquista siendo una niña y aún hoy en día recuerda varias de las canciones que se interpretaban en los eventos de la UNS.®87 Lo mismo ocurrió con la señorita Adelaida Márquez de 74 años, quien tuvo una participación activa dentro de la UNS y añoró que en su natal Calerillas, Zacatecas, asistía de niña a

285

286Antonio Martínez Aguayo, op. cit, p. 105. Ver foto número 9 en el apéndice fotográfico.Entrevista realizada por Roxana Rodríguez Bravo a Salvador Ramírez en septiembre de 2007

en su domicilio en Zamora, Michoacán.287 Entrevista realizada por Roxana Rodríguez Bravo a María López en agosto de 2009 en su domicilio en Sahuayo, Michoacán.

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las reuniones sinarquistas que se llevaban a cabo en su casa y lo que más le gustaba era oír los cantos e himnos sinarquistas.®88

2.2.2.3 Las canciones y poesías femeninas sinarquistas.El método oral por medio de cantos y poesías fue descrito por Abascal como un mecanismo muy eficiente de conquista, así decía que: “antes de hablar ante un auditorio que no supiera nada de sinarquismo, se dedicaba a cantar sus canciones un buen rato. Yo practiqué en varias ocasiones ese método netamente misionero, poético por excelencia y que, por lo tanto, iba directo al alma, a la mitad del corazón del pueblo.”®89

Los corridos y canciones sinarquistas hablaban de los sucesos sangrientos en los que los sinarquistas participaron, de los mártires y de las marchas. También había algunas canciones que trataron el tema de las mujeres y alababan su valor y entrega al movimiento. Una de los más importantes se tituló “Las mujeres sinarquistas”:

Las mujeres sinarquistas demuestran ya su valor, por los que duermen la siesta ellas luchan con ardor.Dicen que sólo los hombres por México han de luchar y que estorban las mujeres porque ni saben pensar.

Yo me quedo de una pieza, pues lo dicen sin razón; si el hombre da la cabeza, la mujer da el corazón.Si nos quisieran dar sustos con las balas comunistas, como Teresita Bustos moriríamos sinarquistas.¡Quien fuera otra Teresita que diera su vida en flor, esa sí era sinarquista de las de mucho valor!Soy mexicana y por eso de cobardía nunca supe y todos los días te rezo Madre Mía de Guadalupe.

Ayuda a los sinarquistas, virgencita hermosa y buena.No queremos comunistas en esta tierra morena 290

En los versos anteriores se puede observar que aunque a veces se consideraba a las mujeres más valientes que los hombres, dicha valentía no se basaba en las ideas ni la en inteligencia de las mujeres sino en los sentimientos. Esto reflejaba la idea de considerar a las mujeres más cercanas al ámbito de los instintos, de las emociones, de la naturaleza, mientras que los hombres pertenecían a la cultura, a las ideas y la planeación. En ese mundo sinarquista las mujeres representaban la naturaleza y por esto tenían más arrojo y eran capaces de asistir a combates y otros eventos sin medir las consecuencias, tal y como ocurrió con Teresa Bustos.

288 Entrevista realizada por Roxana Rodríguez Bravo a Adelaida Márquez en julio de 2007 en las instalaciones de la UNS, rama política, México, D.F.289

290Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 192.Ei Sinarquista canta, México, UNS, s/f, p.75.

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La hazaña de Bustos también mereció la composición de un corrido sinarquista que se cantaba a ritmo de jarana yucateca:

Teresita Bustos valiente mujer que cayó, que vertió su sangre por salvar a su pabellón.Cobarde asesino que su vida arrebató ¡Dispara cobarde! Valiente gritó.Por México lucharemos sinarquistas con valor, porque somos mexicanos y luchamos con profundo amor.Luchemos unidos sin más armas que el corazón, ella dio el ejemplo luchando con todo valor para que los símbolos brillen en nuestra Nación, son la cruz de Cristo y nuestro pendón.De nuestra gran Teresita sinarquismo fue su amor,ciudad de León fue su cuna, José Antonio Urquiza el fundador.®91

La maternidad y la norma de empujar a los maridos y hombres a la causa se reflejó en un corrido que se tituló: “Madre me voy de voluntario”:

Madre me voy de voluntario [...] al comunismo debemos desterrar, tus bendiciones harán que en esta lucha mis brazos lleguen el triunfo de conquistar. Si no volviera, no llores madrecita; sabrás que un hijo brindaste por tu Dios, allá en el cielo tendrás una corona y habrá un lucero que indique donde estoy. Tu me enseñaste que debe por su patria el bien nacido su vida prodigar, y que los hombres no tienen más tarea que hacer que imperen justicia y libertad. El comunismo es odio, es odio que destruye y al hombre libre lo quiere esclavizar. A donde llega, desorden y desgracia como sistema se empeña en implantar. El comunista reniega de su patria, de sus hermanos, sus leyes y su Dios. Por eso madre combato al comunismo porque no quiero ser hombre sin honor. Madre me voy de voluntario, el continente de Cristo y de Colón es tierra libre de pueblos y hombres y el comunismo sería su perdición.®9®

La canción anterior intentaba reforzar la idea de que la función principal de las mujeres dentro del movimiento sinarquista era dar hijos para que lucharan por la causa. Asimismo debían inculcar a los niños y jóvenes amor por la Patria y por Dios. Si los hijos llegaran a morir en combate debían resignarse y asumir que se habían ido al cielo católico. Se trata de una vida perdida en pos del ideal sinarquista y la lucha en contra del comunismo.

Ibidem, p. 36. Ibidem, p.95.

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2.2.2.4 Los comités femeninos sinarquistas en la etapa mística social.Michoacán.De agosto de 1940 a fines de 1941, los comités sinarquistas femeninos proliferaron, así como las diversas actividades que las mujeres llevaron a cabo. Michoacán fue una vez más la entidad que llevó la delantera en la integración temprana de comités femeninos. Queréndaro empezó a organizar su sección femenina desde 1940. La jefa de este comité fue la señora Jacoba Tovar de Pérez, quien para junio de ese año ya había inaugurado diez sub comités en lugares cercanos. Angangueo fundó sus comités tanto masculinos como femeninos en diciembre de 1940. El 2 de marzo de ese mismo año se realizó una reunión en el lugar presidida por José de Jesús Sam López, uno de los líderes sinarquistas más importantes quien dio instrucciones acerca de la organización, táctica y doctrina sinarquista a las militantes de la sección femenina. Los municipios de Carácuaro, Nocupétaro y Churumuco estructuraron varios sub comités femeninos desde septiembre de 1940. En Ario de Rosales la sección femenina de este comité estaba conformada para abril de 1941, fecha en que varias jovencitas fueron a revisar el funcionamiento de los centros rurales del comité. En noviembre de 1941, Constancio López, jefe municipal de Arteaga, realizó una gira por varios poblados del municipio donde había actividad sinarquista. En la hacienda del Organal, López expresó que el éxito obtenido en el municipio se lo debían a Glafira Bravo, jefa de la sección femenina. Por las mismas fechas, los encargados del comité municipal de Ziracuaretiro instalaron sub comités femeninos en varias poblaciones del municipio.®98

En Michoacán también se gestó un importante movimiento sindicalista entre 1940 y 1941 que tuvo participación femenina. La influencia del sinarquismo entre los obreros michoacanos estuvo localizada en el área de Uruapan, en donde hubo un grupo organizado en torno a la industria del hilado y del tejido. Estos sinarquistas trabajaron en dos fábricas: La Providencia y San Pedro. A mediados de 1941, los obreros sinarquistas se quejaron ante el Presidente de la República por la decisión de sus patrones de expulsarlos de su trabajo si no renunciaban a sus ideas sinarquistas.®9"* Dentro de los trabajadores de la Fábrica de San Pedro se encontraban seis mujeres: Margarita Corza, Andrea Velázquez, Bárbara Aguilar, Guadalupe Chávez, Juanita Alvarado y Rosa Valdez.®9® Todas eran militantes del movimiento sinarquista y al negarse a dejar de militar en la UNS aunque perdieran el trabajo fueron puestas como ejemplo de luchadoras por el ideal sinarquista.

Las acciones de los patrones fueron más allá de las amenazas, ya que el sindicato textil decidió despedir a los trabajadores. Éstos, incluidas las mujeres.

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Rogelio Escamilla Torres, op. cit, pp. 96-160.Verónica Oikión Solano, Michoacán en la via de la unidad nacional, op. cit., pp. 241-242. Antonio Martínez Aguayo, op. c it, p. 120. Ver foto número 10 en el apéndice fotográfico.

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enviaron escritos dirigidos al Presidente Ávila Camacho denunciando la situación. En total, 24 operarios pedían su reinstalación (18 de la fábrica de San Pedro, y seis de otra industria situada en Ciudad Hidalgo). En junio de 1942 la Junta de Conciliación en Morelia falló a favor de los sinarquistas. Sin embargo, los líderes sindicales no reinstalaron a los trabajadores. Todas las autoridades tanto estatales como federales ignoraron el problema y nunca se dio un fin satisfactorio al conflicto.®9® Lo destacadle es que esta situación hizo que las mujeres se convirtieran en mártires del movimiento.

Otros comités sinarquistas femeninos.En Estados Unidos también principió a haber presencia sinarquista femenina, lo que quedó ejemplificado con una fotografía fechada en abril de 1940 que muestra a varios sinarquistas de El Paso, Texas.®97

De acuerdo a la lista de donativos para los caídos en los conflictos armados de agosto de 1940, existió un comité femenino en Córdoba, Veracruz.®9® Las mujeres de la ciudad de Aguascalientes se empezaron a organizar en septiembre del mismo año: “dispuestas a reforzar los grupos y a difundir incansablemente nuestra doctrina. Las asambleas son concurridas y el sinarquismo va hacia arriba.”®99 Al mes siguiente, las mujeres de este comité informaban al jefe municipal que la sinarquización del estado iba viento en popa; que sus brigadas habían estado visitando todos los rincones de Aguascalientes y que se proponían visitar otros más en el transcurso de las semanas próximas.800

Las mujeres de Jalisco: “no descansan un día visitando los grupos foráneos. En ocasiones llegan a sus casas en las noches con el lodo hasta los tobillos y caladas de agua fría hasta los huesos.”801 Para septiembre de 1940, las mujeres del comité de Chapela, Jalisco, reunieron a 180 mujeres para un evento sinarquista.80® En el mismo periodo, las sinarquistas de Comomfort, Guanajuato, celebraron el aniversario de fundación de su comité con la asistencia de 500 mujeres.808 Para noviembre de 1940 aunque no se había formado ningún comité

Verónica Oikión, Michoacán en la vía de la unidad nacional, op. cit, p 242.“Comité sinarquista en El Paso, Texas” abril de 1940, en Antonio Martínez Aguayo, op. cit. Ver

imagen 11 en el apéndice fotográfico.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Lista de donativos para las familias de los caídos”,

en El Sinarquista, México, D.F., 15 de agosto de 1940.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticiario sinarquista”, en El Sinarquista, México,

D.F., 19 de septiembre de 1940.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticiario sinarquista”, en El Sinarquista, México,

D.F., 17 de octubre de 1940.Ibidem.Ibidem.Ibidem. Ver imagen número 12 en el apéndice fotográfico.

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femenino en Sinaloa, se hizo labor de convencimiento con algunas mujeres a quienes se les expuso la situación del país y la ideología sinarquista.80"*

En Poncitlán, Jalisco, se fundó el comité femenino en octubre de 1940, así como en Teocuicatlán, en el mismo estado, en una reunión a la que asistieron 38 mujeres. En Jacala, Hidalgo, para el mismo periodo se adhirieron al sinarquismo 480 mujeres y 717 hombres. En diciembre de 1940 también se formó el comité femenino en San Miguel el Alto, Jalisco, aquí, al igual que en la Guerra Cristera, algunas mujeres empezaron a sobresalir. Una de ellas a quien se le reconoció este trabajo fue a Juana de Alba que había estado trabajando en la zona del Valle de Guadalupe consolidaron centros sinarquistas y realizando mítines con más de 500 personas.80® Para finales de 1940 en Guerrero también se fundaron varios comités femeninos, al frente de los cuales quedó como jefa regional la señorita Valentina Silva. Por las mismas fechas, en un informe de los recursos reunidos para los caídos, apareció la aportación del comité femenino de Ameca, Jalisco.80®

En la hacienda de Telitlán, Nayarit, se fundó un sub comité regional femenino en diciembre de 1940 bajo la dirección de la señorita Camarina López. En las mismas fechas, en Río Verde, San Luis Potosí, se reunieron 150 señoras y jóvenes en una asamblea conmemorativa para recordar algunos hechos violentos ocurridos en este lugar.807 Charcas, Ciudad Fernández, Tierra Nueva y San José Alburquerque en San Luis Potosí, tuvieron intensa actividad durante el primer mes de 1941. En enero de ese mismo año en Tepic se celebró el primer aniversario de su comité femenino.80® En febrero de ese mismo año Yucatán y sus comités femeninos enviaban informes de actividades, entre los que destacaban el abanderamiento de un grupo de 150 mujeres.809

304 AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticiario” en El Sinarquista, México, D.F., 7 denoviembre de 1940.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticiario sinarquista”, en El Sinarquista, México, D.F., 5 de diciembre de 1940.306

307Ibidem.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticiario sinarquista” en El Sinarquista, México,

D.F., 12 de diciembre de 1940.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticias de toda la República” en El Sinarquista,

México, D.F., 13 de febrero de 1941.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 168, “Noticias de toda la República”, en El Sinarquista,

México, D.F., 27 de febrero de 1941.

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2.2.2.5 Las actividades de los comités femeninos sinarquistas durante la etapa místico social.Más que enumerar los comités existentes, lo importante es describir y analizar las diversas actividades que las mujeres realizaron dentro de ellos. Una de las principales fue la organización de asambleas sinarquistas donde se cumplía con el ritual sinarquista: se hacía el saludo, se cantaba el himno nacional, el himno sinarquista, cantos y corridos, se daba instrucción sinarquista y en ciertas fechas se celebraban las fiestas nacionales como la de independencia, que cabe aclarar que los sinarquistas conmemoraban el día de la entrada de Agustín de Iturbide a la ciudad de México (27 de septiembre de 1821). En realidad, dentro de los eventos, las mujeres hacían lo mismo que sus compañeros varones pero su orientación era lo que marcaba la diferencia.

En las asambleas, el énfasis de la actuación femenina se ponía en el llamado servicio social: preparar a las mujeres para realizar labores de auxilio y enfermería a los caídos en manifestaciones y enfrentamientos; organizarías para las marchas y desfiles, pero no para prepararse para un posible combate o enfrentamiento, sino para hacer del desfile un acto visual donde ellas eran las representantes de la Patria, y la maternidad de la militancia. Para lo anterior se hacía uso de una gran parafernalia que constaba del uso del traje tipo militar en las mujeres de mayores recursos, del traje regional y del abanderamiento. En las reuniones también se organizaba a las mujeres para la preparación de alimentos y atención a los militantes asistentes a las marchas y sobre todo a los principales jefes sinarquistas.

Cuando se realizaban reuniones y eventos sinarquistas, los líderes se hospedaban en las casas particulares de los jefes municipales donde las concentraciones y eventos se llevaban a cabo. Antonio Martínez Aguayo, importante líder sinarquista, quien fuera jefe regional de Michoacán durante la década de los cuarenta, dio cuenta de todos los servicios y labores que las mujeres hacían para atender a los jefes. Al visitar Pedriceñas, Durango, donde según él la prédica sinarquista parecía infructuosa, llegaban a la casa del jefe municipal de aquél lugar donde eran atendidos con comida y todo lo necesario para su estancia. También añadió que al día siguiente se encontraban con un lavamanos con agua tibia, para que, según las mujeres, no se fueran a resfriar con la helada agua natural. Martínez Aguayo también recordó a una mujer sinarquista de Guanajuato que lavaba y curaba los pies de los jóvenes de la UNS que lastimaban sus extremidades después de subir al cerro del Cubilete. En Yurécuaro, las mujeres se esmeraban en atenciones para con los jefes visitantes

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colmándoles de comida, lavaban su ropa sucia y vestían las camas con sábanas limpias que según Martínez Aguayo, relumbraban de blancas.810

Otra función importante dentro de los comités fue la propaganda y convencimiento de nuevos militantes para unirse al movimiento, el voceo y venta del periódico El Sinarquista, la composición, ensayo y canto de los llamados corridos sinarquistas y demás manifestaciones musicales. La educación a los niños y la impartición a éstos de la doctrina sinarquista y de las normas y demás señalamientos de la religión católica. Se trataba de impartir una educación cristiana que impidiera la influencia de lo que se consideraba las doctrinas comunistas. Los niños también eran preparados para la primera comunión y otros rituales de la Iglesia Católica.

Las tareas de las mujeres sinarquistas eran muy parecidas a las realizadas por las mujeres falangistas y franquistas durante la Guerra Civil española y el franquismo. Entre éstas destacaban: la propaganda de ideales, confección y bordado de camisas, brazaletes y emblemas, la atención y visita a los presos y heridos y el apoyo moral a las familias. Dentro de La Falange las mujeres ejercían, de un modo u otro, la beneficencia, la ayuda, el cuidado y el apoyo a los hombres. También se les encomendaban las tareas de propaganda, no sólo en la educación de los menores, sino en actividades directas de divulgación política en diferentes ámbitos públicos.811

2.2.2 El papel de las mujeres en las marchas y concentraciones sinarquistas.No existe mejor marco para ejemplificar lo anterior que las marchas y concentraciones que los sinarquistas organizaron durante toda su historia, pero sobre todo en la etapa místico social. Lo anterior respondió, en parte, a las ideas de Abascal con respecto a los enfrentamientos con las autoridades, su actitud beligerante y provocativa. El mismo Abascal redactó algunas instrucciones para las marchas y concentraciones: “conquístese rápidamente el campo; hágase constantes concentraciones, siempre por sorpresa; no se provoque nunca al adversario; y vayan los jefes a la cabeza de todos los peligros.”81® De la misma manera, Abascal mencionó que salía cada ocho días de la capital a las concentraciones que se efectuaban lo mismo en rancherías que en localidades y en ciudades.818

Contradictoriamente, el mismo jefe Abascal decía que nunca o casi nunca pedían permiso a las autoridades municipales o de las ciudades para realizar las distintas asambleas, concentraciones y desfiles. Lo anterior era un gesto

310 Antonio Martínez Aguayo, Sucedió ayer... pedazos de realidad del acontecer sinárquico, México, UNS, 1987, pp. 52-54.311

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María Teresa Gallegos Méndez, op. c it, p. 154. Salvador Abascal, op. cit., p. 185.Ibidem, p. 187.

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provocativo que buscaba el conflicto violento para crear más mártires si se daba un enfrentamiento. Abascal enmarcaba todos estos eventos dentro de un supuesto movimiento franciscano. También añadió:

Como el peligro era constante, porque nunca pedíamos permiso para hacer nuestras asambleas, desfiles y concentraciones, que, repito, eran innumerables, al grado de que se puede decir que durante año y medio-de agosto a diciembre de 1941-vivimos una movilización permanente, el pueblo acudía por sí sólo en grandes multitudes a misiones-para las cuales no faltaban celosos misioneros-, a confesarse y comulgar, para no tenerle miedo a la muerte.81"*

El desarrollo de las marchas y concentraciones puede seguirse a través del periódico El Sinarquista] sin embargo, estos testimonios tienen, por un lado, la limitante de que se inflaba el número de asistentes y se exageraba la majestuosidad de estos eventos, y también se invisibilizaba a las mujeres en los artículos publicados. Sin embargo, los testimonios fotográficos han dado cuenta de la presencia y participación femenina en estos actos, por lo que se convirtió en un documento importante. Una de las primeras marchas que Abascal dirigió, como jefe de la UNS, se llevó a cabo en Pátzcuaro en agosto de 194081®. En la foto publicada en la primera plana de El Sinarquista con fecha 22 de agosto de 1940, que llevaba por título “Muchedumbre que tiene fe”, se apreciaba un conjunto de mujeres al frente que llevaban la bandera nacional81®.

Las mujeres de clase media o familiares de los jefes sinarquistas eran las que portaban el uniforme de tipo de militar, ya que eran las que podían costearlo. La señorita Marcelina Palacios de 85 años de edad, maestra de educación básica, quien participó en el movimiento sinarquista en Calerilla, Zacatecas mencionaba que durante los eventos ella y sus compañeras no podían pagar la confección de un uniforme, por lo cual tan sólo trataban de asistir vestidas con los mismos colores a los eventos.817 El material y su hechura corrían a cargo de las mujeres. Lo anterior también pasaba en La Falange española. María Teresa Gallegos apuntó que los precios del uniforme e insignias que las mujeres portaban, podían ser bastante gravosos y por eso eran unas pocas mujeres las que podían costearlo.81®

Toda la parafernalia utilizada en las concentraciones sinarquistas, tales como brazaletes, uniformes y banderas, eran cosidos por las mujeres. La costura.

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Ibidem, p. 191.Ver imagen 13 en el apéndice fotográfico. Ver imagen 14 en el apéndice fotográfico.Entrevista realizada por Roxana Rodríguez Bravo a la señorita Marcelina Palacios en julio de

2007, vía telefónica.318 María T eresa G allegos, op. cit, p. 34.

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una actividad considerada como femenina, se convertía en una representación de la mujer ejemplar que hila, teje y cose calladamente. Estableciendo una vez más, un paralelismo entre el sinarquismo y el falangismo, en 1945 Pilar Primo de Rivera resumió las tareas de las falangistas mediante tres consignas: el fuego, los lares y el telar.819 Abascal mencionó que en la casa de su prometida la señorita Guadalupe Carranza, durante el transcurso de 1940 y 1942 se estableció un taller donde se hacían los brazaletes sinarquistas; en éste participaban todas las mujeres, amigas y conocidas de la próxima señora de Abascal.8®0

El periódico El Sinarquista publicó que en la marcha de Pátzcuaro había ocho mil asistentes, número que probablemente fue incrementado por la dirigencia sinarquista. Esta marcha se realizó para celebrar el primer aniversario del comité sinarquista en Pátzcuaro. Abascal fue el principal orador en esta asamblea donde se hizo hincapié en la organización, la jerarquización y el rechazo a la Revolución Mexicana.

Las siguientes asambleas y concentraciones sinarquistas se realizaron en Celaya en septiembre de 1940; Tierranueva, en San Luis Potosí, también en septiembre de 1940, donde los sinarquistas se enfrentaron de manera armada con las reservas agrarias del lugar. En el caso de eventos violentos, las mujeres tuvieron una presencia importante mediante la asistencia social como enfermeras. Lo anterior también fue un rasgo de las actividades de las mujeres falangistas, ya que desde su fundación la SF organizó cursos de urgencia para formar enfermeras.

En octubre de 1940 el comité sinarquista de Quiroga en Michoacán, celebró un año de vida con una asamblea en la que se reunieron cuatro mil militantes. Yucatán también hizo una reunión sinarquista en Motul en octubre del mismoano.321

2.2.2.1 Las labores femeninas dentro de las concentraciones y reuniones sinarquistas.Uno de los eventos sinarquistas de mayor importancia fue la Segunda Junta Nacional de Jefes Sinarquistas realizada el 3 de noviembre de 1940 en León, Guanajuato. Según Abascal, a ésta concurrieron 470 jefes que representaban a 29 estados de la República y a los grupos sinarquistas de Texas y California. Abascal minimizó la participación y asistencia femenina dentro de la junta. La revista Orbe contó 500 asistentes entre hombres y mujeres que se quedaban a dormir en el suelo. Sin embargo, Abascal acotó que tan sólo eran cinco mujeres que eran las

Giuliana Di Febo, op. cit, p. 33. Salvador Abascal, op. dtp. 501.

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AHBMNAH, serie. UNS, microfilm, rollo 168, El Sinarquista, septiembre y octubre de 1940. Ver foto número 12 en el apéndice fotográfico.

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encargadas de servir las comidas, atender a los asistentes y que no se quedaban a dormir con sus contrapartes varones.8®®

¿Serían suficientes cinco mujeres para atender a más de 500 jefes sinarquistas? La respuesta es negativa, había más de cinco mujeres preparando y sirviendo alimentos durante dicho evento; así como lo más probable es que algunos de los jefes viajaran acompañados por sus esposas, hijas o familiares mujeres. Florence Mallon hablando acerca de la participación femenina durante la resistencia contra la intervención francesa en la sierra de Puebla (1862-1867), mencionaba que los civiles que participaban en la tareas de apoyo necesarias para mantener un ejército, entre ellas las mujeres, eran más numerosos que los soldados en las campañas militares.8®8 Incluso, se podría llegar a pensar que no sólo eran militantes sinarquistas las que realizaban este tipo de labores, sino sectores más amplios de mujeres que fueran tan sólo simpatizantes del movimiento. Sin embargo, al tratarse de trabajo doméstico y de servicio hacia los varones era considerado como natural que las mujeres lo realizaran. Mallon también puso de manifiesto la distinción entre el frente civil y el campo de batalla; se relegaba a las mujeres al primero y se asignaba a los hombres al segundo. Esta distinción provocó que se mantuviera invisible el trabajo femenino en apoyo a la guerra y facilitó su marginación de los triunfos y recompensas.8®"*

Entre otros de los puntos que se trataron en la junta de León, Abascal dictó órdenes para que los sinarquistas se empeñaran en que el pueblo rechazara la penetración sajona y se revivieran y fortalecieran las tradiciones nacionales y regionales. Entre éstas se debía instigar a la mujer indígena a vestir con el traje tradicional, según su región, ya que según él, era triste y vergonzoso ver cómo las indígenas usaban pantalones indecorosos y “asquerosas” minifaldas, poniendo como ejemplo positivo a las mujeres indígenas de Janitzio, Michoacán.8®®

Dentro de las concentraciones, marchas y otros eventos sinarquistas, la presentación de danzas regionales fue encargada a las mujeres quienes debían estar ataviadas con el vestido tradicional de su región. Di Febo mencionó que en los eventos falangistas también se presentaban bailes tradicionales y populares que eran propuestas por la Sección Femenina de la Falange.8®®

Durante 1941, las marchas y concentraciones sinarquistas siguieron llevándose a cabo bajo el liderazgo de Abascal. El 23 de febrero de ese año los sinarquistas conmemoraron el día de la bandera en la ciudad de Guadalajara.

Salvador Abascal, op. cit, pp. 195-196.322323 Florence Mallon, “Explorando los orígenes del patriarcado democrático”, en Heather Fowler- Salamlnl, Mary Kay Vaughan (editoras). Mujeres en el campo mexicano (1850-1990), Zamora, El Colegio de Michoacán, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2003, pp. 56, 57.

Ibidem, p. 57.Salvador Abascal, op. cit, p. 196.Giuliana Di Febo, op. cit, p. 41.

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Abascal escogió esta ciudad por considerarla de las más importantes y una de las que presentaba los mayores peligros.8®7 Abascal apuntó que en la madrugada del domingo 23 de febrero llegó un tren con 800 personas provenientes de La Huacana, Ario de Rosales y Pátzcuaro, Michoacán. También arribaron 120 camiones de carga y de pasajeros con 4 mil sinarquistas de Aguascalientes, 85 autobuses que transportaban 2 mil 700 hombres de Morelia y Zamora, y mil 800 hombres procedentes de Ciudad Guzmán.8®8

A la par de este evento en Guadalajara, varios lugares de México y Estados Unidos celebraron la conmemoración del día de la bandera. Chicago, Fresno y Bakersfieid en Estados Unidos realizaron asambleas. En México se llevaron a cabo concentraciones en Navojoa, en Sinaloa; en Coahuila y en Tamaulipas, en ésta última se realizó un paseo de banderas al que asistieron mil 400 hombres y 600 mujeres. Lo mismo ocurrió en Salvatierra, Guanajuato y Maravatío, Michoacán. En Salvatierra un militar de la región trató de disolver el desfile sinarquista que estaba a la cabeza de José de Jesús Sam López. Según Abascal, este último no hizo caso de las indicaciones del militar, tomó una bandera como estandarte y puso en marcha a la gente. Sam López fue llevado a la cárcel a donde se presentó un grupo de señoritas vestidas de blanco. De acuerdo a la versión de Abascal, las muchachas se encararon a los reservistas, retándolos a atacarlos y se pusieron a cantar corridos sinarquistas. Abascal continuó su relato:

En eso se presentó una señora con sus dos hijas y le propuso al alcalde: Aquí estoy yo y mis dos hijas, venimos a que nos encierren para que dejen libres a los jefes. Los reservistas temblaban, pálidos. Eran pocos. Temían que el pueblo los agrediera. Los cuatro mil o dos mil sinarquistas firmes, formados en centurias, gritando vivas a la Patria y a la bandera. Flabía allí cerca de cuatrocientas mujeres, todas en traje en blanco, sin escotes y sin mangas, con una banda tricolor cruzada en el pecho.8®9

Las mujeres y niñas vestidas de blanco simbolizaban la paz, la maternidad, la virginidad, la inocencia y todas aquellas cualidades atribuidas a las mujeres. Tal vez se pretendía que invocando dichos valores los reservistas y policías dejaran en libertad a los sinarquistas apresados.

Abascal también hablaba de las cenas y alimentos que les fueron repartidos a los sinarquistas los días previos a la concentración y durante ésta. El viernes 21 se prepararon y repartieron mil 500 cenas; el sábado 3 mil comidas; el domingo, después de la marcha se sirvieron 10 mil raciones. Según Abascal, los alimentos consistían de sopa, carne de cocido y frijoles con un pan blanco y 5 tortillas. A

Salvador Abascal, op. cit, p. 211.Ibidem, p. 212.Ibidem, p. 220.

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algunos sinarquistas se les repartió leche y café en la cena.880 Todas estas labores de alimentación fueron realizadas por las mujeres, cuyo número debió haber excedido bastante la cifra de cinco mujeres planteada por Abascal en un evento anterior. Para el caso de una comida para 3 mil personas se necesitaría la realización de 15 mil tortillas y para 10 mil raciones, 50 mil.

Aún en el caso de que las estimaciones de Abascal fueran exageradas y tan sólo se diera una tortilla por asistente, tomando un promedio de 8 mil asistentes en la marcha de Guadalajara, las mujeres tuvieron listas una media de entre 5 y 8 mil tortillas por día. Suponiendo que todas las cocineras tuvieran acceso al molino mecánico de nixtamal, aparte de sus labores diarias, tuvieron que apartar e ir a comprar la masa, y tal vez conseguir leña para el fogón, además de hacer y cocer las tortillas. Mallon señaló que las mujeres poblanas durante la Intervención Francesa proveían de entre mil 800 y 2 mil 400 tortillas diarias a los soldados que luchaban en contra de las tropas francesas. Como lo anterior ocurrió antes de la introducción del molino mecánico, la misma autora consideró que el trabajo adicional (deshojar y desgranar las mazorcas, remojar el grano, traer y partir la leña, arrimar el agua, hacer la fogata, moler el nixtamal, hacer las tortillas y cocerlas) realizado por las mujeres fue impresionante. Por lo tanto, el trabajo femenino se vio incrementado por las exigencias de la guerra, en el caso de las poblanas, y por las necesidades del movimiento, en el caso de la UNS. Lo anterior desmiente el entendido de que todo este trabajo era hecho por las mujeres de manera cotidiana.881

Aparte de las labores de preparación y servir la comida, en este evento sinarquista en Guadalajara, las mujeres se destacaron por la formación de una brigada femenina que repartía invitaciones para la asamblea del día 23 de febrero. Los volantes eran distribuidos casa por casa y a los transeúntes. Asimismo, durante la reunión había un grupo de 20 enfermeras, que de acuerdo con Abascal, se reconocían por portar un listón blanco sobre el pecho, y que recorrían las filas sinarquistas por si algún asistente se insolaba o sufría algún accidente.88®

Ibidem, p. 213.Florence Mallon, op. cit, pp. 56, 57. Ver foto número 15 en apéndice fotográfico. Salvador Abascal, op. cit, 214.

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2.2.2.2 La participación femenina en la marcha de Morelia del 18 de mayo de 1941.El evento sinarquista más importante durante la etapa místico social dirigida por Abascal fue la concentración realizada el 18 de mayo de 1941 en la ciudad de Morelia. La elección de esta fecha coincidió con la celebración oficial del Cuarto Centenario de la fundación de Valladolid. Ese día se encontraba presente en Morelia el presidente Ávila Camacho, los secretarios de Estado, gobernadores, diputados y el cuerpo diplomático. Abascal escogió esta fecha para mostrar el arrastre de la UNS y como acto de provocación al Ejecutivo Nacional. La autoridad militar quiso detener la manifestación, pero Ávila Camacho la permitió.888 Prager estimó que a este evento asistieron entre 20 mil y 30 mil sinarquistas.88"*

Participaron en el acto todos los municipios de Michoacán excepto La Piedad y Yurécuaro ya que habían estado en la manifestación de Guadalajara. También asistieron mil 500 personas de Guanajuato, 300 personas de Jalisco y 60 del Distrito Federal. Flabía sinarquistas de Yucatán y otros lugares de Estados Unidos. Se supone que cada sinarquista pagó su pasaje a Morelia.

Escamilla mencionó que desde la madrugada del día 18 Abascal se dedicó a dar órdenes para que se conformaran los contingentes sinarquistas. En las afueras de la ciudad se formaron seis columnas con sus respectivos jefes a la cabeza. El acto se llevaría a cabo en cinco etapas: maniobras preparatorias; asamblea en “el campo de Dios”, explanada del jardín Morelos; triunfal paseo de banderas, y por último dispersión y evacuación de la ciudad.88®

La organización jerárquica de la UNS se reflejaba en la formación tipo militar de la marcha. Al frente de la concentración iban los jefes montados a caballo, cada uno con una bandera. Abascal portó la bandera ensangrentada de los sucesos de Santa Cruz de Galeana. Mario Gilí señaló que Morelia fue tomada por 30 mil soldados sinarquistas encabezados por Abascal al frente de su ejército, montado en un soberbio caballo blanco, con una camisola verde olivo y su brazalete “nazi” sinarquista.88® Atrás de los jefes seguía el contingente. En primer lugar los mineros sinarquistas de Tlalpujahua, Angangueo y El Oro. Estos portaban sus cascos y su indumentaria de trabajo, encabezados por sus capitanes de mina. Atrás de los obreros venían dos brigadas de señoritas de clase media provenientes de Morelia que portaban uniforme tipo militar que constaba de falda y casaca verde olivo. De acuerdo con Abascal, estas mujeres eran “la nota de casta y severa gracia”. El mismo autor agregó que a los lados de las columnas

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334Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. cit, p. 100.Kenneth Prager, Sinarquismo: the politics of frustration and despair, Indiana, Indiana University,

1975, p. 289.Rogelio Escamilla Torres, La formación de una nación y el sinarquismo en Michoacán, tesis

para obtener el grado de maestro en Historia, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1995. op. cit, pp. 149-150.336 Mario Gilí, La década bárbara, op. cit, p. 149.

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sinarquistas otras señoras repartían propaganda a los curiosos.887 Atrás de las señoritas con uniforme desfilaban los campesinos varones y detrás de éstos las campesinas ataviadas con rebozo. Imitando a La Falange, los sinarquistas colocaron adornos en las paredes de la Calle Real de Morelia con los colores rojo y guirnalda, los colores de la España franquista.

El uso del uniforme en las mujeres de clase media y la demás parafernalia sinarquista podría tomarse como un acto del sinarquismo para adherir más militantes y simpatizantes. Este uniforme y las banderas hacían una clara mención a los valores patrios. Las personas se acercarían al sinarquismo con dicha referencia y con la idea de que la UNS luchaba por la preservación de la “patria” y protegerla de la intromisión extranjera y de valores ajenos a ésta. Las mujeres se relacionaban directamente con la idea de la patria vía la maternidad. Las mujeres tenían como función acercar a sus hijos y a sus maridos al sinarquismo, de forma tal que las diez normas de conducta señalaban. La vestimenta y la forma de los desfiles ayudarían a tal efecto.

Las mujeres no sólo portaban ropa de tipo militar, los trajes regionales también fueron bastante comunes. Se pensaba a las mujeres como las encargadas de preservar la tradición y conservar el orden establecido. Asimismo, se trataba de regresar a las costumbres propias del régimen colonial. Las mujeres eran las indicadas para mostrarlo.

El último evento importante dirigido por Abascal dentro de la etapa místico social fue la concentración realizada en León, Guanajuato, el 25 de mayo de 1941. Manuel Torres Bueno, jefe regional sinarquista de Guanajuato, informó que a este evento asistieron 30 mil sinarquistas, incluyendo los de la ciudad y que además se unieron 10 mil espectadores. Dentro de los asistentes había un contingente de sinarquistas de Querétaro que incluía 10 mil personas, entre ellas un número importante de mujeres y niños principalmente de Celaya. Abascal mencionó que era de llamar la atención la gran cantidad de señoritas que se encontraban mirando el desfile a través de azoteas y balcones.888

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338Salvador Abascal, op. cit, 258. Salvador Abascal, op. cit, p. 266.

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2.2.3 La participación de las mujeres en la Colonia María Auxiliadora.2.2.3.1 Las colonias sinarquistas.

La Unión Nacional Sinarquista fundó varias colonias alrededor del país entre los años 1942 y 1947: Villa de Kino de Santa María de Guadalupe instituida en 1942 bajo el mando de José Trueba Olivares. Ésta se localizaba en la costa de Sonora a 90 Km de Hermosillo. En mayo de 1942 se organizó la de Salvatierra ubicada a 35 km de Culiacán, Sinaloa. Esta última más tarde se movió a un territorio cercano adoptando el nombre de Cristo Rey. La colonia más difundida fue María Auxiliadora en Baja California. Algunos comités locales fundaron otros asentamientos en Sonora (San José Opodepe) y en Tamaulipas {Nuestra Señora del Refugio). Salvatierra se disolvió casi de inmediato, San José y El Refugio funcionaron por cuatro años. Villa de Kino se derrumbó tras dos años de existencia en circunstancias muy graves. Cristo Rey se mantuvo vigente hasta 1963 y hace algunos años todavía se encontraban algunas familias de colonos habitando el lugar.889 Los testimonios acerca de estas colonias son muy escasos. Lo anterior se debió, entre otras razones, a que algunos asentamientos no fueron reconocidos oficialmente como obras de la UNS. Además durante la división del sinarquismo en 1945, las dos ramas de la UNS no se quisieron hacer cargo de las colonias y las dejaron a la deriva.

2.2.3.2 María Auxiliadora, el experimento de Abascal.La única colonia que ofreció más fuentes para su estudio fue la de María Auxiliadora, fundada por Salvador Abascal en 1942 ya que el jefe habló ampliamente de la misma en el libro de sus memorias. En un primer momento, la UNS y el gobierno del país dieron la autorización y algunos recursos para su fundación ya que se trataba de apartar a Abascal de la jefatura de la UNS por no convenir a los intereses del movimiento sinarquista, de la Iglesia Católica, ni del gobierno mexicano. Sin embargo, Abascal ya tenía en mente la realización de este proyecto desde hacía varios años.

El plan de Abascal era llevar 100 familias a colonizar algún territorio del norte del país. Lo anterior se le ocurrió tras visitar el noroeste de México.8"*0 Abascal declaraba que a través de esta fundación se reanudarían las obras arruinadas por las “fuerzas del mal”. Para Hernández García de León todo el plan tenía una connotación mesiánica. El proyecto contenía los siguientes puntos: Abascal tendría total libertad para la movilización de las familias sinarquistas que la organización seleccionara. La primera expedición sería de cien familias en diciembre de 1941. Una segunda seguiría a principios de 1942, con hasta mil familias, si el gobierno daba prioridad a los trabajadores sinarquistas en la

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340Ver Norma Delia Morales Suárez, op, cit., pp. 343-380. Salvador Abascal, op. cit., p. 289.

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construcción de la carretera federal La Paz-Santa Rosalía. El gobierno federal ayudaría a trasladar a los colonos de sus lugares de origen al puerto de la La Paz, Baja California. Se garantizaría una absoluta libertad en lo religioso y en lo educacional, para que se pudieran tener escuelas netamente católicas, sin ninguna restricción. Se les daría la posesión y más tarde la propiedad de las tierras nacionales que los colonos hubieran escogido y que no les cobrarían ninguna especie de contribución a los habitantes ninguna especie de contribución por al menos cinco años.8"*1

Abascal presentó su propuesta de colonización a principios de septiembre de 1941 y para el día once de ese mismo mes, el presidente de la República Ávila Camacho dio su aprobación garantizando que el gobierno federal pagaría los pasajes de tren y barco de los colonos sinarquistas. Además tendrían prioridad en la obtención de plazas en la construcción de la carretera transpeninsular.8"*® El lugar que el gobierno mexicano otorgó para tal efecto estaba cercano a Bahía Magdalena, Baja California. Todo lo anterior parecía indicar que la empresa colonizadora de Abascal sería todo un éxito. “La historia, sin embargo, fue dramática, triste y cruel tanto para el mismo Abascal como para el movimiento sinarquista en su conjunto.”8"*8

Aunque Abascal apuntó que hizo los preparativos para su empresa colonizadora de manera minuciosa, para algunos autores como Hernández García de León, el jefe emprendió el proyecto sin realizar estimaciones ni planes de manera adecuada. Según el mismo autor, cuando a Abascal se le encargaba u ocupaba de emprender alguna tarea donde predominaran los factores económicos sobre los espirituales, estaba destinado a fracasar.8"*"* Y así fue, el jefe puso mucho más atención y estricto control de factores como la calidad moral de los futuros habitantes que de aspectos vitales como la falta de agua en medio del desierto.

2.2.3.3 Las familias elegidas.El concepto de familia católica cobró gran importancia en la selección de los futuros colonos, así como el rol de hombres y mujeres dentro del asentamiento. Una de las primeras variables que se consideró para la elección de las familias fue el lugar de origen. Todos provenían del Bajío mexicano, de estados como Guanajuato, Querétaro y Michoacán. Las razones de lo anterior, Abascal las enunció de la siguiente manera: “Preferí familias de estos lugares por ser en éstos más agudo que en los demás el trágico problema creado, en lo moral y en lo

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Salvador Abascal Infante, en Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 231. Héctor Hernández García de León, op. cit., p. 231.Pablo Serrano Alvarez, “María Auxiliadora. El Sinarquismo en Baja California Sur”, p. 3 ya

citado.344 Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 255.

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económico, por la persecución: cárcel, despojo, y asesinato, y por ser los estados más poblados y en donde el movimiento tenía más campesinos despojados.”8"*® En realidad eran las partes del país donde el sinarquismo contaba con más adeptos y el convencimiento sería más fácil.

Los argumentos que Abascal empleaba para convencer a los colonos fueron de tipo mesiánico y utópico. En sus palabras:

Los expedicionarios sabían que iban a la península para no volver, para quedarse a vivir allá hasta la muerte, puesto que sólo así es posible colonizar un país desierto; y que iban como soldados, que voluntariamente se habían ofrecido y alistado, pero como verdaderos soldados de un movimiento patriótico en una empresa eminentemente patriótica, de la cual no podrían desertar so pena de ser considerados fuera del movimiento.8"*®

Se trataba de emprender una obra similar a la de los misioneros del siglo XVI donde el concepto de sacrificio también adquirió gran relevancia. La colonia recibió por nombre María Auxiliadora^''^ inspirado en la virgen del mismo nombre, quien según Abascal, en ningún lugar del país había sido tan venerada como en Baja California, gracias a los jesuitas.8"*®

Las familias aspirantes a colonos fueron puestas a un estricto escrutinio moral y religioso por parte del jefe Abascal. Se pedía que las parejas fueran casadas por la iglesia y que no tuvieran parientes ni familiares de dudosa conducta o que vivieran en unión libre. Un ejemplo de lo anterior fue la familia del señor Salvador Ramírez, oriundo de Santa Clara del Cobre, Michoacán quien en 1941 tenía cuatro años de edad. Su madre le contó que su familia aspiró a ir a María Auxiliadora. Al parecer todo estaba al corriente en la familia nuclear, sin embargo, la madre del señor Salvador tenía un hermano que estaba separado de su esposa y por motivos de salud vivía con ellos. La familia Ramírez propuso llevar al tío con ellos a la colonia, pero Abascal no lo permitió. La madre del señor Ramírez no quiso dejar a su hermano solo en Michoacán, por lo que la familia no viajó a Baja California. Salvador Ramírez recordaba que lo anterior causó gran pesar y tristeza a su madre quien era la más entusiasmada por formar parte del proyecto colonizador sinarquista.8"*9

Por ningún motivo Abascal permitía que hombres o mujeres solteros se propusieran como colonos. Para el jefe todo México era un medio de liviandad y diversión por lo que el hombre casado que estaba lejos de su familia caía con gran

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Salvador Abascal Infante, op. cit., p. 445. ibídem, p. 445.La devoción a María Auxiliadora también se relacionó a San Juan Bosco y la congregación

salesiana.Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 443.Entrevista por Roxana Rodríguez Bravo al señor Salvador Ramírez en septiembre de 2007

realizada en su domicilio en Zamora, Michoacán.

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facilidad y el soltero también.8®0 En sus palabras lo primero que se tenía que hacer era fundar bien al pueblo en lo moral por lo que se tenían que estrechar fuertemente los lazos de familia. En rarísimas excepciones se permitía que los trabajadores varones se separaran ni una noche de sus esposas, porque Abascal estaba “convencido de que así se mantendrían las virtudes que solamente en el seno del hogar, se encuentran y ejercitan.”8®1

2.2.3.4 Los problemas y dificultades en María Auxiliadora.Desde el viaje a la Paz, Baja California, y el transporte en barco empezaron las penalidades para los colonos: falta de recursos, de comida e incomodidades fueron la constante desde los preparativos. Ya en la colonia, el clima, la falta de agua, de viviendas adecuadas y de alimento causaron problemas entre los colonos, e, incluso la deserción de varios de ellos. Por lo anterior, Abascal mencionó que se arrepintió de haber llevado a 85 familias y hubiera preferido tan sólo contar con 25. Las chozas de los colonos estaban formadas de horcones de mezquite y paredes de hierba que no protegían del calor matutino ni del frió nocturno. En un principio las provisiones que se entregaban a cada familia constaban de maíz, frijol, piloncillo, azúcar, arroz y aceite de ajonjolí, sin embargo, al pasar del tiempo no se podía repartir más que una pequeña ración de maíz. De acuerdo a Eva Nohemí Orozco el jefe Abascal siempre habló de que las limitaciones eran temporales. Ese día nunca llegó. Al cabo de tres años, las chozas no lograron convertirse en casas de ladrillo. La alimentación siempre fue muy mala y las jornadas de trabajo extenuantes.8®®

El asentamiento no sólo enfrentó problemas de subsistencia, sino de orden moral, como Abascal los llamaba. De acuerdo a Orozco García, en la colonia no había muchas diversiones y los colonos pasaban la mayor parte del tiempo trabajando. El poco tiempo libre lo empleaban en tomar clases de religión y si había sacerdote podían asistir a alguna misa.8®8 Lo anterior, tal vez contribuyó a que dentro de María Auxiliadora se empezaran a dar problemas de promiscuidad entre sus habitantes. Carlos Monsiváis apuntó que una de las razones por las que terminó esta empresa colonizadora se debió a un problema de controversias innecesarias respecto de los numerosos adulterios que se dieron entre los cruzados de la fe que asistieron a María Auxiliadora.^^'' Abascal tomó medidas al respecto expulsando a tres varones por lo que él llamó “faltas graves a la moral”.

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Salvador Abascal Infante, op. cit., p. 460. Salvador Abascal Infante, op. cit., p. 459.Eva Nohemí Orozco García, Salvador Abascal y la colonia sinarquista María Auxiliadora:

sociedad utópica en Baja California Sur (1942, 1944), tesis para obtener el grado de Maestra en Ciencias Sociales, Hermosillo, El Colegio de Sonora, 2005, p. 110.

Ibídem, p. 111.353354 Carlos Monsiváis en Edgar González Ruiz, La sexualidad prohibida: intolerancia, sexismo y represión, México, Plaza y Janés, 2002, p. 6.

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2.2.3.5 El testimonio de Guadalupe Carranza de Abascal.En lo que respecta al papel femenino dentro de la colonia, para su jefe, era de vital importancia. Para las mujeres eran las que debían preservar los valores de la familia católica ya que eran las encargadas de educar a sus hijos. Abascal inculcó la idea de que la familia no era una institución del Estado sino de Dios cuyo fin era la procreación y la educación de los hijos. Pero aparte de ocuparse de lo anterior, las mujeres tenían múltiples labores, propias del deber ser femenino. Por la mañana asistían al único molino de la colonia a proveerse de masa para elaborar sus propias tortillas. Se dedicaban a preparar los alimentos empleando los pocos víveres que les daban. Cuando éstos escaseaban tenían que aprovechar lo que hubiera para preparar la comida.8®®

La señora Carolina Escudero, esposa del general Múgica (gobernador de Baja California de 1941 a 1945) quien en una ocasión visitó María Auxiliadora acompañando a su esposo en viaje oficial, describió a las sinarquistas de este lugar como mujeres sufridas que criaron chivos, aves de corral y se avinieron a todas las incomodidades.8®®Además de lo anterior, algunas mujeres viajaron a la colonia con la finalidad de impartir educación básica y católica a los niños. Las mismas condiciones del asentamiento hicieron que las maestras que habían ido para dicho propósito abandonaran María Auxiliadora al poco tiempo de haber llegado.

Sobre todas estas vicisitudes y demás aspectos de la participación femenina habló el único texto que tocó el papel femenino dentro de la colonia: el texto de Guadalupe Carranza, esposa de Abascal, que se encontró en el apéndice del libro de éste: Mis recuerdos: sinarquismo y colonia María Auxiliadora.

Las narrativas de Abascal y su esposa fueron distintas. Al hablar de la colonia, Abascal siempre se refirió a los temas políticos y organizativos del proyecto, mientras que la señora Abascal dio cuenta de la cotidianidad dentro de María Auxiliadora y de los aspectos considerados como propios de las mujeres, tales como los quehaceres domésticos, la distribución de los productos alimenticios para cada familia, la maternidad, la educación de los niños, la organización de las actividades y rituales religiosos e incluso los chismes y rencillas que se gestaron dentro del proyecto colonizador. A través de la comparación de ambos textos se percibió claramente la diferencia entre espacio público (masculino) y privado (femenino).

El matrimonio Abascal habitó una choza que constaba de un cuarto de carrizo y techo de palma. El lugar donde se preparaban los alimentos era compartido entre Josefina y otra mujer de nombre Delfina. Ambas mujeres tenían que levantarse muy temprano para ir a moler el nixtamal y hacer las tortillas. Sin

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356Eva Nohemí Orozco García, op. cit, p. 114. Ibídem, p. 114

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embargo, la señora Abascal tuvo grandes dificultades para realizar lo anterior, pues provenía de un contexto social muy distinto al de las demás mujeres donde estas labores no se hacían. Por lo anterior, la señora Delfina le proporcionaba diariamente 24 tortillas para el consumo de ella y su esposo. Además, esta mujer se ofreció a lavar la ropa del jefe y su esposa ya que ésta lo tenía que hacer en una cubeta hincada en el piso. Esto causó el descontento de las mujeres de la comunidad quienes venían del medio campesino y empezaron a intrigar y molestar a la señora de Abascal. Estos altercados estaban muy lejos de encajar en la sociedad utópica que el jefe había planteado.

Debido a que más tarde alguien le proporcionó a la señora Abascal un lavadero de madera que estaba infectado, la pareja padeció de una especie de dermatitis a la que ellos llamaban “granos enterrados”. Lo anterior levantó suspicacias entre las mujeres de la colonia a quienes Guadalupe no agradaba e inventaron que Abascal había contagiado a su mujer de una enfermedad venérea. Después de lo anterior y debido a que la señora Abascal estaba esperando a su primer hijo, el jefe dio autorización para que la señora Delfina lavara la ropa de la pareja. Antes de quedar embarazada Josefina enfermó primero de las muelas y después de un golpe que recibió en la cadera. Ni ella ni ninguno de los enfermos de la colonia se podían curar debido a la falta de médico y medicinas.

Algunas mujeres de la colonia, tal vez envidiosas de la esposa del jefe le hicieron pasar malos ratos. Ésta recordó acerca de una mujer lo siguiente: “Un día me llevó gorditas crudas con las que casi me muero. Se dedicó todo el tiempo a criticarme. Si era invierno, porque me sentaba al sol; si escogía mis frijoles, que por qué no me los comía con gorgojos. Todo el tiempo se dedicó a mortificarme. Para rematar me puso el sobrenombre de “la choyota.” Toda su familia fueron de los que más intrigaron en contra de Salvador.”8®7

La señora Abascal describió un día común en la colonia como sigue:

Mi vida era de rutina, como en la casa de mis padres. Levantarme, asearme y barrer mi choza, calentar nuestro atole de puzcua (maíz cocido y molido sin cal ni canela); si había frijoles y tortillas, calentarlos y desayunar. Comer arroz pintado con chile. Papas a veces y otras frijoles. Cenar: té de una yerba que se da mucho allá, creo que se llama gobernadora, o café sin azúcar. Lavar diariamente. Leíamos a veces uno de los dos en voz alta. En la noche, a la luz de una vela, leía Salvador la Suma Teológica de Santo Tomás. Rezábamos el rosario en la Iglesia con todos. Ociosa, nunca estaba yo, ya que mi madre decía que en una casa, por minúscula que sea, siempre hay que hacer, y la mujer que es mujer de su casa, jamás está mano sobre mano. En zurcir y recoser se me iba bastante tiempo. Esperaba yo con mucha alegría el hijo que iba a llegar, sin traumas, sin sustos y sin amarguras de ninguna clase. Jamás me puse a pensar que estaba en el

357 Guadalupe Josefina Carranza, op. cit., p. 747.

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desierto y expuesta a complicaciones y tal vez a la muerte por falta deatención médica.8®®

La señora de Abascal estaba embarazada en medio del desierto y sin atención médica, lo que la colocaba en una situación riesgosa, sin embargo, se apoyó en el deber femenino católico y sinarquista que marcaba a las mujeres con el sacrificio y la resignación. En sus palabras, Guadalupe “se vio grave” durante el parto. “Tan grave que me dijo Salvador que me dispusiera a morir, pues sólo un favor especial de Dios me podría salvar.” Si la señora muriera hubiera sido una mártir de la causa sinarquista; al salvarse, fue un regalo de Dios. Guadalupe quedó muy débil y enferma tras el parto. Por lo anterior, algunos colonos quisieron regalarle pollos para cocinar, sin embargo, el jefe Abascal no lo permitió ya que según él se daría pie a habladurías.

La opinión general de los colonos y del comité sinarquista era que Abascal era un tirano con su esposa. Incluso algunos habitantes escribieron a los jefes sinarquistas diciendo que la señora de Abascal era víctima de los malos tratos de su esposo. Guadalupe argumentó que lo anterior eran calumnias y mentiras de los enemigos de su marido. Aunque tal vez lo anterior era muy cierto, Guadalupe tenía tan introyectado el deber ser femenino católico y sinarquista que ante sus ojos, la conducta de su marido era normal. La salud de Guadalupe estaba muy minada tras el parto, tanto así que no podía amamantar al niño correctamente y éste lloraba de hambre todo el tiempo. Parece que padecía de una aguda anemia. No fue hasta que el padre de la señora de Abascal, quien era médico homeópata, la visitó en la colonia y habló con el jefe, quien aceptó que su esposa viajara a la ciudad de México para recibir atención médica. La señora Abascal, sus padres y su hijo recién nacido viajaron en avión de La Paz, Baja California a Mazatlán. Debido a la altura el bebé empezó a tener problemas para respirar y en palabras de su madre “por poco se muere”. Guadalupe mencionó que el temor más grande era qué explicación le iba a dar a su marido si el niño moría.8®9

A los dos meses de estar en la capital, Abascal regresó por su esposa e hijo tras tener una junta con los jefes sinarquistas. Las cosas ya no marchaban bien. Los hombres del comité de la UNS querían que se retirara de la colonia y del sinarquismo. El viaje de regreso, según cuenta Guadalupe estuvo lleno de penurias e incomodidades para el niño. Al respecto dijo: “En ese viaje sí lloré. Lloré de ver sufrir a un inocente sin poderle aliviar en nada sus molestias.”8®0 Pero todo era por ver realizado el ideal utópico sinarquista de su esposo. El deber ser femenino sinarquista y católico indicaba que debía obedecer a su marido y

Ibídem. p. 748. Ibídem, p. 750. Ibídem, p. 753.

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seguirlo en todo lo que emprendiera aunque fuera peligroso o no lo considerara correcto.

Guadalupe recordó que el viaje en barco de Mazatlán a La Paz fue más amable, sobre todo porque el niño estaba más cómodo y le podía cambiar el pañal más seguido. Sin embargo, esa noche no durmió debido a que temía que el bebé se cayera de la litera que ocupaba. La señora Abascal calificó el tiempo restante que estuvieron en la colonia como tranquilo. “Unos meses más, y la Colonia María Auxiliadora hubiera triunfado. Los detractores empezaron a decir que a Salvador lo había vuelto loco el desierto, que era un tirano, que a mí me tenía peor que esclava. Fue creciendo la cola de la calumnia.”8®1 Lo anterior desembocó en la salida de la familia Abascal Carranza de María Auxiliadora y de la separación de Abascal del sinarquismo.

A través de las líneas escritas por la señora Abascal, podemos tener una ventana a la cotidianidad de la colonia María Auxiliadora. Se observó claramente la división de los espacios público (masculino) y privado (femenino). La misma redacción del texto dio cuenta de lo anterior, ya que la parte femenina fue añadida como un apéndice al libro de Abascal, quien relató las cuestiones “importantes” y “masculinas” del movimiento como fueron la ideología, las cuestiones políticas y los enfrentamientos entre los líderes sinarquistas. Por otro lado, Guadalupe habló de lo menos importante, dentro de la mirada masculina. Platicó acerca de la preparación de la comida, de las labores domésticas y de la crianza de los hijos. Labores que fueron percibidas como “innatas” al ser femenino y que por esta misma razón se consideraron como “naturales” y poco trascendentes.

361 Ibídem, p. 759.

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3 LA PARTICIPACION FEMENINA EN LA SEGUNDA ETAPA DELSINARQUISMO (1944-1950).

3.1 La formación de las secciones femeninas de la UNS.3.1.1 Reorganización de las actividades femeninas tras la división del sinarquismo. Durante 1944 las dos ramas resultantes de la división de la UNS se dieron a la tarea de reorganizarse. Uno de los aspectos de este proceso fue la creación de secciones femeninas al interior de cada UNS. Como mencionó Enriqueta Tuñón, en los momentos de crisis las mujeres dejan ver con mayor nitidez su presencia en el ámbito público, un espacio masculino por excelencia. Son estos acontecimientos los que dan a las mujeres las posibilidades de demostrar sus cualidades en la acción pública sin ser descalificadas por entrar a un espacio que les ha sido vedado por la tradición y la cultura.8®®

Los cambios en la participación pública y social de las mujeres gestados a partir de procesos de modernización durante y después de la Segunda Guerra Mundial también tocaron a las dos Uniones Nacionales Sinarquistas obligándoles a reconocer a las mujeres un papel más importante dentro de la organización, así como a fomentar su participación. Sarah A. Buck dio algunos números al respecto de este tema. Para 1930, el 4.63% del total de los trabajadores eran mujeres, este porcentaje se incrementó hacia 1940 al 7. 38% motivado por el proceso de industrialización iniciado durante el conflicto mundial.8®8 Los sectores en los que hubo más participación femenina fueron el servicio doméstico, la preparación de comida, la educación y el cuidado de la salud. Es así como, aunque la participación pública de las mujeres contradecía la ideología sinarquista, las dos secciones femeninas resultantes de la escisión tuvieron que adaptarse a estos nuevos cambios económicos y sociales y no les quedó más alternativa que otorgarles un lugar dentro de su organización.

Los dos grupos de mujeres sinarquistas tuvieron grandes diferencias entre sí. Éstas no sólo estribaban en las ambiciones personales de sus líderes, como la de Torres Bueno por integrar al sinarquismo al proceso electoral, sino en el marcado contraste de sus respectivas ideologías. La posición de la UNS dirigida por Athié Carrasco era de absoluto rechazo a la política electoral y a la política en general; esta facción estaba comprometida solamente con resolver los problemas sociales y económicos de las zonas rurales, y se dedicaba especialmente a cuestiones como las campañas de alfabetización y al establecimiento de cooperativas de mercado.8®"*

362 Enriqueta Tuñón, ¡Por fin... ya podemos elegir y ser electas! México, México, Piaza y Vaidés, iNAH-CONACULTA, 2002, p. 18.

Sarah A. Buck, “The meaning of the Women's vote in México, 1917-1953” en Stephanie Mitcheii and Patience A. Scheii, (editoras), The Women's Revolution in México, 1910, 1953, New York, Rowman and Littie Fieid Pubiishers inc., 2007, p. 86.364 Héctor Hernández García de León, op. cit, pp. 282-283.

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3.1.2 La sección femenina de la UNS apolítica.A principios de 1945, los sinarquistas apolíticos nombraron como jefa de su sección femenina a la profesora María del Carmen Rodríguez, maestra normalista, soltera y originaria de la ciudad de Aguascalientes. Rodríguez enumeró las razones para fundar dicha sección: “Muchas son las necesidades que afectan desgraciadamente a nuestro México; una de esas grandes necesidades es organizar a la mujer para hacer frente a los ataques del enemigo, con cuanta más razón que en estos momentos es ella uno de los blancos.”8®® El comunismo, la educación socialista e, incluso, la otra rama del sinarquismo, fueron los enemigos de los que hablaba Rodríguez.

La maestra Rodríguez fue quien redactó en su mayoría toda la documentación existente, elaboró una serie de instructivos numerados donde otorgaba la información y actividades de la sección femenina. Éstos eran repartidos a los comités estatales y municipales de los lugares afiliados a esta rama del sinarquismo, sobre todo en Aguascalientes, Querétaro, Yucatán y algunos municipios de Michoacán.

Después de la Segunda Guerra Mundial y la inserción de las mujeres en el espacio público y la gran “amenaza comunista”, como los sinarquistas la llamaban, la jefatura nacional de la UNS sin participación política “consideró necesario el establecimiento de la sección femenina con carácter nacional”. Se trataba de “organizar a la mujer para hacer frente a los ataques del enemigo, con cuanta más razón es ella uno de los blancos.”8®® Para lograr lo anterior, la profesora Rodríguez elaboró un llamado “plan de acción” que en sus palabras tenía dos aspectos, uno formativo-educativo y otro de actividades a desarrollar:

El primero comprende la formación moral, social e intelectual de la mujer, deseando procurarle la luz y fuerza moral que le permita cumplir plenamente con su nobilísima misión; valorizar sus cualidades y posibilidades; proporcionándole aquellos medios de preparación que le alcancen un rendimiento centuplicado; hacerle sentir su responsabilidad que trasciende más allá de los límites de su hogar, y cuantas cosas más. El segundo aspecto es el del trabajo de servicio social y cultural. 8®7

365 Archivo Histórico de la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero, Universidad Iberoamericana, en adelante, AHUIA, fondo: Unión Nacional Sinarquista, en adelante UNS, sección: documental, caja 2, núm., 52, María del Carmen Rodríguez, Instructivo Número 1, México, D.F., 19 de marzo de 1945.366

367Ibídem.Ibídem.

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Aunque esta sección femenina procedía de la rama sinarquista más conservadora, los cambios en el papel de la mujer en el ámbito nacional y mundial hicieron que tuvieran que aceptar que las mujeres tenían responsabilidades que iban más allá de las obligaciones del hogar, tal y como la profesora Rodríguez mencionó. Sin embargo, se siguieron poniendo de relieve las características y roles tradicionales de la mujer así como sus “nobilísimas misiones.”8®®

Todo lo anterior se encomendó a Dios y a la Virgen de Guadalupe, en cuanto fue una “coincidencia feliz que nuestras humildes actividades hayan dado principio precisamente en el año Jubilar Guadalupano.”8®9 La profesora Rodríguez agregó: “Una vez más confiamos que la Santísima Virgen de Guadalupe nos probará que es nuestra Madre y no nos negará, con toda seguridad su amparo y protección.”870 Se seguía poniendo a la madre de Jesús como modelo femenino. Lo que le daba a esta rama de la UNS el carácter de organización católica de laicos.

3.1.2.1 La estructura de la sección femenina apolítica.Durante la primera junta nacional de la UNS apolítica y la primera de su sección femenina en julio de 1945, ésta presentó el Instructivo Nacional de la Sección Femenina de la UNS que explicaba la estructura general de la sección femenina así como un ambicioso plan de trabajo que se proponía realizar. El organigrama de la secretaría femenina quedaba de la siguiente manera: en la cúspide de la organización estaba la secretaria nacional, es decir la profesora María del Carmen Rodríguez. Debajo venían las secretarias regionales y después de éstas las secretarias municipales. La profesora Rodríguez ahondó en este instructivo sobre el funcionamiento de la sección:

La secretaría nacional se comunicará con las municipales solamente para la transmisión de las órdenes, o en casos que por su naturaleza así lo requiera; los informes y asuntos de menor importancia pasarán por medio de la secretaría regional, que a su vez semanariamente informará a la secretaría nacional.871

Para la sección femenina distó mucho de funcionar como se proponía en este documento, ya que la mayoría de las veces las secretarías regionales y municipales no realizaron los informes requeridos. Como se verá más adelante, muchas de las afiliadas en distintos lugares de la República cayeron en la apatía en lo concerniente a las actividades de la sección femenina.

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371

Ibídem.Ibídem.Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección documental, caja 2, exp. 52, María del Carmen Rodríguez,

Instructivo Nacional de la Sección Femenina de la UNS, México, D.F., 25 de julio de 1945.

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Al interior de las secretarías regionales y municipales se integraron las secretarías de organización y estadística, de prensa y propaganda, finanzas, acuerdos, asuntos culturales, servicio social y asistencia infantil.87® La profesora Rodríguez explicó las actividades de cada secretaría de la siguiente manera: la secretaría de acuerdos sería la encargada de llevar la bitácora escrita de la organización a través de la correspondencia, el archivo, la documentación, el registro de credenciales, los informes, los libros de actas y acuerdos, los directorios, la lista de asistencia a los eventos, los citatorios y la orden del día de las juntas.878 Al parecer, todas estas tareas fueron llevadas a cabo por la profesora Rodríguez, ya que en otro oficio se quejaba de carecer de personal de apoyo, de secretarias, e incluso, de una máquina de escribir.

La secretaria de finanzas era la persona encargada de conseguir el sostenimiento económico del grupo por medio de las siguientes actividades: llevar el libro de caja; estar al pendiente de la recaudación de cuotas extraordinarias y ordinarias; buscar y atender a los benefactores de la organización, e idear medios de recabar fondos.87"* Las cuotas de las afiliadas y simpatizantes se distribuían de la siguiente manera: 25% iban a las secretarías municipales; 50% a las secretarías regionales, y 25% a la secretaría nacional.87® La situación financiera de la sección femenina era muy precaria debido a que las afiliadas no se encontraban en posición de pagar sus cuotas y los protectores económicos de la organización eran escasos.

En lo que respecta a la secretaría de organización y estadística, ésta tenía a su cargo la formación de grupos; la elaboración de estadísticas; la fundación de grupos y el control de éstos mismos. Las funciones de la secretaría de propaganda y prensa fueron: dirigir la divulgación oral y escrita; organizar grupos de mujeres para exponer la ideología sinarquista; y prepararlas para impartir la doctrina y visitar a los grupos establecidos. La secretaría de asuntos culturales promovió la fundación de conjuntos escolares de adultos y niños; preparaba a las mujeres para impartir los cursos; instaurar bibliotecas, veladas culturales y conferencias87®.

Por último, la secretaría de asistencia infantil debía tener bajo control a todos los niños de la región y municipios; se proponía educarlos tanto moral como intelectualmente de acuerdo a la doctrina católica y sinarquista y colaborar con las secretarias de asuntos educativos. Se instituyeron diferencias de clase de acuerdo a los grupos de infantes, ya que se mencionaba que: “A los niños papeleros y boleros hay que organizados separadamente. Trabájese por despertar

Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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aspiraciones en estos niños; que no vean en estas ocupaciones un oficio para toda la vida.”877

3.1.2.2 Los primeros programas.Dentro del acervo que contiene la documentación de la UNS apolítica se encontraron muchos planes elaborados por la maestra Rodríguez durante su jefatura. El primero de ellos se fechó el 25 de julio de 1945 y se refería al programa de la brigada de propaganda de la sección femenina. De acuerdo a Rodríguez, éste constaba de tres aspectos: uno moral, un intelectual, y otro social.

En el aspecto moral tenemos como puntos principales: despertar el espíritu de lucha haciendo amar la causa. Desarrollar las cualidades que deben caracterizar al propagandista: amor a la obra, espíritu de sacrificio, serenidad, bondad, generosidad, tolerancia, actividad, orden. Necesidad de las buenas costumbres para los propagandistas. El buen ejemplo y sus efectos.878

En lo que respecta al llamado aspecto intelectual, la profesora Rodríguez mencionaba que los brigadistas necesitaban:

Conocer los puntos básicos, las normas, la organización, el funcionamiento de las diferentes secretarías, historia patria, la manera de atraer elementos nuevos a la causa, así como la forma de impartir un círculo de estudio y dirigir una junta; y procurar ampliar sus conocimientos en todos los aspectos antes mencionados. La formación social de las brigadistas debería comprender el conocimiento de sus deberes para con los demás; tener trato para con los inferiores, semejantes y superiores, así como saber conducirse en público y en privado.879

En julio de 1945, María del Carmen Rodríguez redactó un programa para la iniciación de los trabajos de la sección femenina, que contemplaba la formación de círculos de estudio, publicaciones, bibliotecas, recreaciones, y visitas a hospitales, asilos, orfanatorios, leprosarios, escuelas, museos, organizaciones infantiles, representaciones culturales y exposiciones. Todas estas actividades tendrían que ser informadas semanalmente. Por otro lado, la secretaría de finanzas buscaría por todos los medios el sostenimiento de la sección. La secretaría de prensa y propaganda establecería los círculos de propagandistas y la información periodística. La organización de grupos y el levantamiento de estadísticas estarían a cargo de la secretaría de organización y estadística. La persona encargada de la secretaría de asuntos culturales fundaría academias y escuelas nocturnas para377

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Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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adultos, así como bibliotecas, y fomentaría el folklore nacional en el medio urbano; mientras que en las comunidades rurales establecería escuelas para niños. Quedó instalada una secretaría de asistencia infantil que coordinaría sus actividades con la secretaría de asuntos culturales y empezaría a formar grupos infantiles.880

3.1.3 La sección femenina de la UNS política.3.1.3.1 La organización de la sección.De acuerdo con Serrano Álvarez, a partir de diciembre de 1944 la sección femenil se constituyó en el sostén organizativo de la UNS política.881 En junio de 1945 esta rama sinarquista nombró como jefa de la sección femenina a la señorita Qfelia Ramírez Sánchez quien se encargó de organizar a las mujeres de esta tendencia. El primero de julio de 1945 el periódico El Sinarquista^^^ informaba acerca de la reorganización del Comité Nacional de la UNS política y se apuntaba que la señorita Ramírez, que venía desempeñando el cargo de secretaria de acción femenina de Guanajuato, estaría a cargo de la sección femenina.888

Uno de los primeros objetivos de Qfelia Ramírez como jefa de la sección femenina de la UNS política fue la reestructuración de los comités sinarquistas y el control de las afiliadas. Todo lo anterior formaba parte de un plan para combatir a los “divisionistas” (la facción de Athié Carrasco) que giraba en torno a los siguientes puntos: pedir a los jefes regionales que dieran información acerca de los disidentes; hacer una campaña de orientación; refutar las calumnias de los divisionistas; realizar propaganda a través del voceo del periódico, por medio de juntas, asambleas, y conferencias; crear una campaña dirigida a sacerdotes y dignatarios eclesiásticos sobre el problema y convencerlos de la bondad de esta facción; no descuidar el fortalecimiento de grupos; levantar la moral de los militantes; y difundir la doctrina sinarquista tradicional y la doctrina de la Iglesia en materia cívica y en asuntos políticos.88"*

El 23 de agosto de 1945 el periódico El Sinarquista publicó el programa de la sección femenina con el encabezado “Hermoso Programa de Apostolado Cívico para la Mujer Mexicana”. Este programa requería: “[...] el entusiasmo y amor de la mujer mexicana, así como el esfuerzo de todas las mujeres sinarquistas para que con sus virtudes, sus sacrificios y su buena disposición colaboren en la lucha sinarquista por el triunfo de nuestros principios.”888 El esquema de trabajo

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Ibídem.Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op.cit, p. 190.Hacia 1945 el periódico El Sinarquista fue retenido por la rama política de la UNS; sin embargo,

para 1946 la organización sinarquista apolítica se quedó con los derechos para editarlo. ^®^HNUNAM, El Sinarquista, México, 1 de julio de 1945 y 5 de agosto de 1945.384

385Héctor Hernández García de León, op. cit, pp. 288-289.HNUNAM, “Hermoso Programa de Apostolado Cívico para la Mujer Mexicana”, en El

Sinarquista México, D.F., 23 de agosto de 1945.

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femenino se dividía en las siguientes secciones: programa interno, servicio social, y labor social.

El programa interno tenía como objetivo delinear los trabajos y actividades que se emprenderían en todo el país. También se agregaba lo siguiente: “Precisa la realización de este programa interno el entendimiento claro de todas las mujeres en lo que se refiere a sus deberes para con la Patria, para con la familia, y para con el movimiento. Requiere un verdadero espíritu de amor y patriotismo, así como una disciplina consciente y eficaz para emprender las tareas.”88® Estos puntos trazaban los tres ejes fundamentales de la acción femenina sinarquista: la Patria, la familia, y el sinarquismo como organización.

Durante 1945 Ofelia Ramírez realizó una gira por varios lugares de la República tratando de reagrupar a las sinarquistas. De esta forma, entre julio y agosto de 1945, Ramírez y Amparo Martínez, secretaria nacional de propaganda, visitaron las siguientes localidades: Huejotzingo, Puebla; Santa Ana Chautempan, Tlaxcala; Distrito Federal; Guanajuato, Guanajuato; San Luis Potosí, San Luis Potosí; Morelia, Michoacán; Guadalajara, Jalisco. En todos estos lugares se realizaron asambleas generales, juntas y consejos regionales, y se integraron comités regionales.887

También durante agosto de 1945, Ramírez se dedicó a recolectar una cuota extraordinaria a sus afiliadas: “con motivo de las diversas dificultades por las que pasa nuestro movimiento, así como de la calumnia y desorientación de las que ha sido víctimas, ya que a veces se ha llegado a tal punto que no se tenga ni lo indispensable para continuar los trabajos más necesarios”888.

La desorientación de la que Ofelia Ramírez hablaba era un hecho innegable. Para Hernández García de León la situación se agravó con la actuación de la prensa que en un principio hizo eco a las declaraciones de Carlos Athié Carrasco, aceptándolo como el único jefe nacional de la UNS. El mismo autor mencionó que la UNS política de la que Ramírez era parte no contaba con un órgano de prensa efectivo para atraer a su causa a sinarquistas y seguidores,889 * 388

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387Ibídem.AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 144, Informe de la sección femenina y las visitas

efectuadas durante 1945, rubricado por Ofelia Ramírez, jefa de la sección femenina de la UNS, México, D.F, octubre de 1945.388 AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 144, Carta dirigida a la señora María L. Diosdado, jefa del comité municipal de Salamanca, Guanajuato, rubricada por Ofelia Ramírez, jefa de la sección femenina de la UNS, Salamanca, Guanajuato, 17 de agosto de 1945.

Lo anterior se debió a que la UNS de Athié Carrasco quito a los sinarquistas de Torres Bueno los derechos de publicación del periódico El Sinarquista. Por lo tanto la UNS política, que en un principio tuvo El Sinarquista, ahora carecía de un medio de comunicación. Salvador Abascal Infante mencionaba que Antonio Lomelí, segundo de Torres Bueno le arrebató al primero la cabeza de Eí Sinarquista, que estaba registrado a nombre de José Alva Navarro, quien de acuerdo a Abascal, nunca escribió nada. Por otro lado. Torres logró retener Orden, revista sinarquista que se convirtió en periódico. Salvador Abascal Infante, op. cit, p. 712. Tanto El Sinarquista como Orden se siguen publicando actualmente; El Sinarquista lo hace vía electrónica.

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por lo que se encontraba en desventaja para explicar lo que estaba ocurriendo. Las consecuencias de lo anterior fueron la división de los militantes y la confusión que suscitó en la opinión pública.890 Sin embargo, la facción sinarquista política liderada por Gildardo González Sánchez en el comité nacional y Ofelia Ramírez en la sección femenina a la larga retuvo la mayor parte de los y las militantes sinarquistas.

3.1.3.2 El funcionamiento de la sección.El funcionamiento de la sección femenina liderada por Ofelia Ramírez fue muy similar a la de su rival. A la cabeza de la organización se encontraba aquella como la jefa de la sección femenina. Cada estado de la República con esta afiliación sinarquista estableció un comité regional que se componía de una jefa; secretaria de acuerdos; secretaria de organización; secretaria de propaganda; de servicio social y de finanzas. Debajo de éste quedaban integrados los comités municipales con la misma estructura que los regionales. También existieron comités rurales que tenían una composición similar. Se llevaban a cabo juntas nacionales de la sección femenina, así como juntas regionales y municipales. Cada comité regional y municipal tenía por obligación entregar informes mensuales a la secretaría nacional femenina; así como reportes de las reuniones y juntas efectuadas.891

Ejemplo de lo anterior es el informe de la sección femenina correspondiente a marzo de 1946 donde se explicaba acerca de las juntas regionales femeninas del estado de Querétaro y las juntas municipales en Apaseo, Guanajuato. Así, Ofelia Ramírez reportó que el día nueve de marzo de 1946 se dio principio a la junta regional femenina del estado de Querétaro estando presentes las sinarquistas que integraban el comité regional de la sección femenina, así como delegaciones de los comités municipales de San José de Iturbide, Colón, San Juan del Río y Cadereyta y de los comités rurales de La Trinidad, Ojo de Diego, Carvajal y el Llanito.89® “Se les dieron instrucciones de organización y propaganda, habiéndose nombrado la Jefe de la Sección Femenina de San Juan del Río, Querétaro. Se clausuró dicha junta el día 10 por la tarde, efectuándose una asamblea general en la cual tomaron parte las siguientes personas [...]”898 A la junta asistieron la propia Ofelia Ramírez, Amparo Martínez y la jefa regional de Querétaro.

Es de notar la existencia de organización de la rama política del sinarquismo en Querétaro, ya que este estado se suponía había quedado bajo la 390 391 392

Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 285.390391 AHBMNAH, fondo, UNS, microfilm, rollo 144, Informe de la sección femenina y las visitas efectuadas en 1945, México, D.F., octubre de 1945.392 AHBMNAH, fondo, UNS, microfilm, rollo 144, Informe de la sección femenina correspondiente a marzo de 1946, rubricado por Ofelia Ramírez, México, D.F., 17 de marzo de 1946.

Ibídem.

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custodia de los sinarquistas apolíticos. Lo anterior da cuenta de la pugna que ambas facciones del sinarquismo establecieron por obtener adeptos.

En la junta municipal de Apaseo, Guanajuato, se integraron varios comités rurales “y se les dieron orientaciones para trabajar y llevar a la práctica poco a poco nuestro programa de actividades.89"* Esta junta también fue dirigida por Ofelia Ramírez y Amparo Martínez. Que ambas mujeres asistieran a dichas juntas y reuniones respondió a la intención del comité nacional de la UNS política y su sección femenina de organizar rápidamente los comités regionales, municipales y rurales.

Incluso en algunas juntas y consejos regionales estuvo presente el jefe nacional Gildardo González Sánchez. Así sucedió en septiembre de 1945 durante el consejo regional femenino del estado de San Luis Potosí. Otros dirigentes importantes se hicieron presentes en consejos regionales femeninos como el celebrado también en septiembre de 1945 en la ciudad de Morelia, Michoacán. A éste asistieron el secretario nacional de organización de la UNS, José Valadéz, y el secretario estatal de organización, José Anguiano898.

Todas estas acciones, tanto del jefe nacional González Sánchez como de Ofelia Ramírez, jefa de la sección femenina, dieron frutos. Hernández García de León consideró que bajo la jefatura de González el sinarquismo político entró en un periodo de madurez, durante el cual se emprendieron los primeros cometidos para sistematizar la vida, la actividad y la organización. Para este autor, este jefe del sinarquismo reorganizó la jefatura regional, nombrando a jefes jóvenes con criterios políticos amplios y con previsión de problemas políticos.898 Pero en lo que respecta a la sección femenina su despunte no sólo se debió a las decisiones de González Sánchez, sino al arduo trabajo emprendido por la jefa Ofelia Ramírez y otras de sus líderes como Amparo Martínez (secretaria nacional de propaganda) y Olga Vázquez (secretaria nacional de finanzas).

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Ibídem.Ibídem.Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 289.

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3.1.4 Similitudes y diferencias entre las secciones femeninas de la UNS.A través de la documentación se pudieron observar las diferencias entre las secciones femeninas de las dos UNS. Mientras la profesora María del Carmen Rodríguez, jefa de la sección femenina del sinarquismo apolítico, se dedicó a realizar ambiciosos programas y proyectos para la realización de las actividades sinarquistas, que la mayoría de las veces no se llevaron a cabo, la señorita Ofelia Ramírez inició una serie de giras por toda la República Mexicana con el fin de convencer a los militantes sinarquistas para afiliarse a esta nueva UNS y al partido político que fundarían más tarde.

La ideología de ambas ramas de la UNS fue similar en el aspecto de que ambas apoyaban la participación de la mujer en el espacio público, siempre y cuando no descuidaran las labores del hogar y del cuidado de los niños. Lo anterior resultó contradictorio con las historias de vida de las lideresas sinarquistas, que las más de las veces permanecieron solteras y no tuvieron hijos. Las que se casaban, lo hacían generalmente con jefes y miembros de la organización de la UNS, retirándose de las actividades públicas. Como ejemplo se puede mencionar el matrimonio de la señorita María de Jesús Hernández y el señor Aureliano Ramírez, ambos oriundos de la ciudad de Chihuahua, y dirigentes de la UNS en dicho estado. Al casarse en 1947, la señorita Hernández se retiró de las actividades públicas en el interior de la UNS. Lo mismo ocurrió con la señorita Jacqueline Ojeda, originaria de Culiacán, Sinaloa, quien al casarse en 1947 con el Ingeniero Germán Benítez dejó el cargo que ocupaba dentro de la dirigencia sinarquista de su estado.897

397 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, revista Mujer, México, D.F., UNS, 1947.

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3.2 Las juntas y consejos de mujeres sinarquistas (1945-1948).3.2.1 La importancia de las reuniones femeninas.Analicemos los distintos tipos de reuniones (nacionales, regionales y municipales) de las secciones femeninas de las dos ramas de la Unión Nacional Sinarquista que se realizaron entre 1945 y 1948. Los consejos, juntas, asambleas y reuniones sinarquistas que las mujeres organizaron fueron los espacios en los cuales ellas compartían sus experiencias, conocimientos y, podríamos decir, construían su identidad como mujeres y como sinarquistas. De igual forma, tendieron importantes redes de ayuda y sociabilidad. Antes de la división del sinarquismo en 1945 las mujeres tenían una participación marginal y meramente decorativa dentro de los eventos sinarquistas. A partir de la fundación de las secciones femeninas de las dos UNS, las mujeres encontraron en sus juntas una vía para tener una participación pública más importante y hacer notar sus necesidades e inquietudes dentro de un marco legítimo. El hecho de reunirse, compartir experiencias y conocimientos significaba una forma de transgresión a las normas de género establecidas.

Las reuniones sinarquistas tenían componentes tanto políticos como religiosos. Se realizaban rituales cívicos como abanderamientos, honores a la bandera y celebración de fiestas como el día de la enseña nacional y la independencia. Por otro lado, se celebraban misas, se rezaba el rosario y se organizaban cadenas de oración. La participación de sacerdotes que impartían conferencias y pláticas fue una constante en este tipo de eventos.

En el análisis de las actividades de las ramas femeninas quedaron demostradas las formas a través de las cuales las dirigentes pretendían difundir los ideales del movimiento sinarquista y los modelos de mujer que buscaban crear entre las demás participantes. Al mismo tiempo, notamos el ejercicio de la capacidad de diálogo de las líderes sinarquistas porque aun cuando las ramas femeninas fueron aprobadas por los líderes hombres, en realidad no les brindaron el suficiente apoyo; o simplemente, veían estas secciones como un complemento de las actividades masculinas.

3.2.2 Las juntas de la sección femenina apolítica.3.2.2.1 Las reuniones de 1945.La UNS rama apolítica realizó su primera reunión en la ciudad de Aguascalientes en marzo de 1945 donde las sinarquistas yucatecas tuvieron una destacada participación. A ésta asistieron delegadas de León, Guanajuato; San Luis Potosí, Querétaro y Aguascalientes. El consejo fue clausurado con una asistencia de 400 personas. En julio de ese mismo año, durante la celebración de la segunda junta nacional de jefes regionales, se aprovechó para llevar a cabo un evento nacional de la sección femenina. María del Carmen Rodríguez redactó instrucciones para dicho evento:

124

Ofrecer nuestro movimiento a la Divina Providencia. Orar porque nos proteja de los ataques del comunismo o de cualquier otra doctrina que se oponga a nuestra religión católica. Oue cada jefe regional haga lo posible por integrar su respectivo Consejo y todos los Consejos Municipales. No dar oídos a las mentiras y calumnias difundidas por los antiguos sinarquistas que han separados del movimiento, ni por personas que ellos envíen. Evite perder el tiempo en discusiones. Ponernos a trabajar activamente para formar nuevos grupos con elementos nuevos.898

Una de las preocupaciones principales de las dos ramas sinarquistas era que los militantes no se pasaran al bando contrario. Cada una se proclamaba como la verdadera UNS, por lo anterior, la profesora Rodríguez exhortaba a las mujeres a no hacer caso de la propaganda realizada por la UNS rama política. Asimismo, se trataba de reorganizar lo más pronto posible a los cuadros de militantes. Por ello, la jefa sinarquista invitaba a integrar a la brevedad los consejos y comités regionales y municipales.

Los resultados de la reunión femenina de julio de 1945 fueron informados por la profesora Rodríguez en agosto de ese mismo año. Lo más relevante de esta junta fue la planeación para publicar la revista de la sección femenina. Dentro del mismo evento se elaboró y redactó el programa de trabajo de la sección femenina que se dividió en dos grandes rubros: el esquema de la brigada de la sección femenina y el servicio social sinarquista.

Dentro de la primera reunión de la sección femenina de la UNS rama apolítica se empezó a planear la siguiente junta a celebrarse en octubre de 1945 en donde cada región presentaría una ponencia. A las integrantes de Aguascalientes se les encomendó el tema “la mujer antigua y la mujer moderna”. Las de Querétaro desarrollarían “la mujer del campo”; “la mujer actual y el hogar”, y “participación de la mujer en la obras sociales”. “La mujer obrera”, “la mujer en la oficina”, “la mujer estudiante y profesionista”, fueron rubros pendientes para ser expuestos, pero fue importante mencionarlos porque nos darían una idea general de las finalidades de esta reunión nacional

La Junta Nacional Femenina de la UNS rama apolítica se llevó a cabo en la ciudad de Querétaro los días cinco, seis y siete de octubre de 1945. Según los informes de María del Carmen Rodríguez a ésta asistieron 35 delegadas de 16 lugares. En la junta se desarrollaron dos conferencias con siete temas. Durante las actividades de la reunión se contó con la participación del jefe nacional del movimiento, el jefe de la brigada de propaganda, los jefes regionales de Aguascalientes, Puebla, Distrito Federal, Querétaro, El Paso, Texas, y los distritales de Zamora y Jerez. A la clausura fueron elementos de Celaya, León,

398 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 52, María del Carmen Rodríguez, Instrucciones para la segunda junta nacional de jefes regionales, México, D.F., 5 de julio de 1945.

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Querétaro y Puebla. A las juntas asistieron un promedio de cincuenta personas■ Apor sesión.

María del Carmen Rodríguez señaló que a la ceremonia de clausura estuvieron presentes dos mil personas. Cifra que parece bastante exagerada. Para el fin de la junta se había programado una fiesta con la intención de recaudar fondos. Sin embargo, ésta fue catalogada por Rodríguez de haber tenido poco éxito “en virtud de que las personas que nos ayudaron no se sujetaron a las disposiciones que se les dio.”"*°° En esta última parte de la reunión se hizo una exposición de labores manuales, libros y fotografías."*01

3.2.2.2 Las juntas de 1946.La sección femenina apolítica siguió realizando juntas municipales, distritales y regionales durante el transcurso de 1946. Para enero de ese año se celebró una asamblea en Zamora, Michoacán, importante bastión de esta rama del sinarquismo. A ésta se presentaron 63 elementos sinarquistas. El objetivo fue dar instrucciones a las mujeres dirigentes acerca de las normas para la continuación de sus trabajos y se fijaron las siguientes actividades: celebrar una junta semanaria, realizar círculos de estudio en las zonas rurales, organización de una academia de corte y confección y llevar a cabo consejos mensuales con las mujeres campesinas.

La sección femenina de la UNS rama apolítica celebró su tercera junta femenina en febrero de 1946 en la ciudad de Querétaro, la urbe más importante para el sinarquismo de esta rama tras la división de 1945. Como siempre, la profesora María del Carmen Rodríguez elaboró un amplio y ambicioso plan de trabajo para esta reunión cuyo objetivo era la organización y fundación de escuelas, uniones de padres de familia, centros de alfabetización que incluyeran instrucción moral y religiosa; granjas con casa modelo, hortalizas, corrales de animales en todos los consejos regionales y municipales; preparación para exhibir películas instructivas con temáticas de higiene y técnicas para trabajo en el campo, redacción de hojas impresas semanarias sobre temas agrícolas y ganaderos; formación de asociaciones de agricultores en pequeño; organización del internado nacional de jefes en la ciudad de México; desarrollo de los círculos de estudio; difusión del periódico sinarquista, procurando establecer un fondo del diario en cada consejo."10®

Asimismo se dictaron las siguientes órdenes a seguir durante la junta: no mezclar a la UNS en la política actual, combatir toda idea totalitaria, sea nazi- 399 400 401

399

400

401

Ibídem.Ibídem.Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Plan

de trabajo para la tercer junta nacional de jefes, México, 5 de febrero de 1945.

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fascista o comunista para impedir su desarrollo en México. Conservar las tradiciones y los principios auténticos de la UNS. Trabajar por la conservación de la moral, las costumbres y las virtudes cristianas. Colaborar activamente en la difusión y progreso de la obra femenina y ayudarla con todo empeño pues pertenece a la organización. Fomentar las obras de realización práctica y ayudar al progreso del periódico, de los círculos de estudio y demás órganos e instrucciones de la UNS. Renovar la dedicación del movimiento al Sagrado Corazón de Jesús, y repetir a menudo las siguientes jaculatorias: “Sagrado Corazón de Jesús, perdónanos y sé nuestro Rey.” “Santa María de Guadalupe, reina de Méjico, ruega por tu nación.”"*08

La siguiente junta de la sección femenina dirigida por María del Carmen Rodríguez se inició el 13 de septiembre de 1946 en la ciudad de México en las oficinas de la UNS ubicadas en la calle Rhin de esta ciudad (cabe señalar que aquí mismo vivía María del Carmen Rodríguez). Era necesario realizar un registro de credenciales para dicho evento que se haría en el domicilio de la organización. El énfasis de esta reunión se pondría en que llegara una representante de cada lugar del país, “aún a cuesta de sacrificios” señalaba la profesora Rodríguez. Pero las representantes debían ser de preferencia la secretaria regional o distrital y la municipal urbana. Otra de las cosas importantes que se pretendían hacer en esta reunión era un corte de caja del año en curso para conocer el estado económico de la sección femenina."*0"*

Este evento produjo abundante documentación. De ésta se destacaba un plan de trabajo a realizar en los últimos meses de 1946, que contenía las llamadas actividades generales: juntas semanales, círculos de estudio para adultos y niños con material realizado por el Consejo Nacional Sinarquista y la Secretaría Nacional. Consejos mensuales de dirigentes que tendrían como objetivo formarlas enseñando a leer y escribir a las que no supieran y fundar una escuela de instrucción básica. Se pretendía instaurar academias con clases de alfabetización, aritmética, taquigrafía, mecanografía, corte, cocina, enfermería, peinados, pintura y conocimientos agrícolas. También se planeaba la fundación de escuelas para niños y adultos con textos y programas hechos por la Secretaría Nacional Sinarquista. Las asambleas femeninas se llevarían a cabo cada mes o cada dos meses con el fin de levantar el ánimo entre las militantes. Se dio mucho énfasis a la creación de granjas agrícolas y avícolas. Se instaba a la formación de distintos negocios dirigidos por las mujeres sinarquistas con la finalidad de conseguir fondos así como cajas de ahorro."*08 * * * *

403

404Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez,

Instructivo 19, México, D.F., 22 de agosto de 1946.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez,

Plan de trabajo, México, D.F., 16 de septiembre de 1946.

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El periódico El Sinarquista publicó algunas notas sobre esta reunión. En éstas se exaltaba, entre otras cosas, el espíritu de sacrificio que rodeaba a las mujeres sinarquistas. Al respecto se mencionaba lo siguiente:

Acepta con alegría los trabajos que te impongan y ejecútalos con buen gusto y buen ánimo”, dice una de las normas sinarquistas. Las mujeres dejaron hogar, familia, trabajo, muchos pendientes e hicieron también muchos sacrificios para venir. Algunas dirigentes, humildes obreras, campesinas o empleadas, tuvieron que trabajar obras horas extras durante algunos meses para juntar para su pasaje. Quien dude o se burle, que dentro del sinarquismo no hay sacrificios, y que el cumplimiento del deber dentro del movimiento, muchas veces implica el renunciar a cosas justas y obliga a hacer sacrificios, podría servirle de mentira o de reproche la digna y ejemplarísima actitud de nuestras mujeres sinarquistas.

De igual forma, la publicación destacó el papel que la mujer debía tener dentro del movimiento sinarquista:

La mujer, fundamento de la reconstrucción social moral y social de nuestra Patria, se incorporó alegremente al movimiento sinarquista y hoy es una de las mejores colaboradoras en nuestra heroica lucha. Pudimos ver con nuestros propios ojos el valor que representa la mujer dentro del sinarquismo; calladamente, sin exhibiciones y sin discursos fueron tratando los principales problemas que afectan a Méjico. Fue admirable el interés que pusieron durante todas las sesiones, orientaciones y trabajos de la junta. Son unas verdaderas interesadas en el ideal sinarquista. Se enfocaron los esfuerzos por atender los problemas particulares por lo que a la mujer toca; en sus relaciones del hogar, de la escuela, de las profesiones y del trabajo. Varias dirigentes regionales presentaron interesantes trabajos, sus temas fueron acogidos con gran interés. Una de ellas presentó conclusiones bastante prácticas que serán puestas al servicio de nuestra lucha. La gracia, la virtud y el valor, son condiciones esenciales de nuestras mujeres sinarquistas. Tienen mucho corazón y voluntad, y en las grandes empresas al fin y al cabo, triunfa es el corazón y la voluntad. Dios guía nuestros trabajos. Méjico se está salvando a lo mejicano y a lo cristiano por la obra callada, abnegada y misionera de sus mujeres. Y repetiremos nuevamente esta verdad: ¡La mujer es la Patria! ¡La mujer mejicana es Méjico!” 07

Para diciembre de 1946 sólo se reportó la realización de juntas en diversos lugares de Michoacán (cercanos a Zamora). El día dos de ese mes se realizó un consejo femenino en Zamora al que asistieron mujeres representantes de los 406

406 HNUNAM, “Segunda Junta Nacional Fem enina”, en El Sinarquista, México, D.F., 27 de octubrede 1946.407 Ibídem.

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municipales de Jacona, Patamban, Santiago Tangamandapio, El Platanal y de los grupos rurales de Telonzo e Ichán. En total se reunieron 32 dirigentes."*08 En diciembre de 1946 se realizó una asamblea general en Sahuayo, Michoacán. Se reportó que a ésta asistieron un aproximado de 200 miembros y el jefe distrital Ramón González, un hombre de aproximadamente 70 años que había participado en el Guerra Cristera. Al respecto de Sahuayo se mencionó lo siguiente: Sahuayo tiene su historia: “Llena de gratos recuerdos y la gloria muy honrosa. Cuando la brutal persecución callista, los hijos de este pueblo se portaron heroicamente por la defensa de la Causa de Cristo.”"*09

3.2.2.3 Los concejos de 1947 y 1948.Las activas sinarquistas yucatecas celebraron una reunión en abril de 1947. Se mencionó al respecto de las mujeres de la península lo siguiente: “La mujer mestiza, que aun habla el idioma maya, sabe comprender las grandes necesidades de la Patria y lucha también por remediarlas.”"*10 Como siempre, estas mujeres sobresalieron como oradoras, tal es el caso de Cristina Wong. A esta junta asistieron jefas de Kinchil, Tetis, Umán, Maxcanú, Becal y Caikiní. Asimismo, el jefe sinarquista de la península Hernán Leal Cetina habló del papel de la mujer yucateca dentro del sinarquismo:

El espíritu hondamente familiar, radica como veta de oro en la mujer yucateca. Ella tiene un gran sentimiento por el hogar, un gran cariño por su patria chica, y cuando es menester salir en defensa de las buenas costumbres, luchar por la grandeza de la Patria, por los santos y levados ideales de Cristo, entonces sabe poner también su valioso grano de arena. Y no escatima sacrificio en su empeño. Si el hombre de Yucatán se sacrifica por el cumplimiento del deber, la mujer es doblemente abnegada en este sentido. Son más las dificultades que tiene que vencer para lograr cumplir con la disciplina. Pero sabe ser soldado para obedecer."*11

La sección femenina de la UNS apolítica celebró su tercera junta nacional femenina en septiembre de 1947. Para tal efecto, María del Carmen Rodríguez, redactó un plan de trabajo que tenía muchas similitudes con los hechos para reuniones anteriores: organizar las juntas semanales en donde se estudiaran los instructivos femeninos y la doctrina sinarquista. Realización de consejos mensuales, círculos de estudio, academias, bibliotecas y asambleas femeninas.

408 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez, Informe de actividades, 11 de diciembre de 1946.409

410

411

HNUNAM, “Consejo en Sahuayo”, en El Sinarquista, México, D.F., 19 de enero de 1947. HNUNAM, “Consejo en Yucatán” en El Sinarquista, México, D.F., 22 de junio de 1947. Ibídem,

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Se seguía poniendo énfasis en proyectar huertos, gallineros y otras actividades para hacerse de recursos económicos/1® La única diferencia fue la introducción de bibliografía recomendada para revisar en las reuniones de la junta y en los círculos de estudio. Ésta constaba de veinte títulos relativos a instrucción religiosa, el papel de la mujer dentro de la religión católica, historia de México y manuales de urbanidad.

Otro de los aspectos más destacados de este evento fue la orden de que las secciones femenina y masculina trabajaran en conjunto, y que sobre todo esta última tomara en cuenta a las mujeres para sus reuniones y demás actividades. Al respecto la profesora Rodríguez redactó una serie de órdenes para seguir en la junta entre las que destacaban: Colaborar con la sección masculina en los trabajos de conjunto. Cuidar la coordinación de los trabajos y ceñirse estrictamente a las normas dadas para el funcionamiento de los grupos femeninos. También se instaba a mantener y fomentar el espíritu sinarquista con trabajo, abnegación y disciplina mediante la comunión y el retiro mensual de las dirigentes. La junta se aprovechó para realizar labores de credencialización, que costaría un peso a los militantes, y convencer a las jefas de enviar sus informes de manera mensual, así como las cuotas y la liquidación puntual del periódico y la revista. Se pidió hacer propaganda intensa del periódico El Sinarquista y la revista Mejicana, así como de las escuelas y otros centros educativos. Por último, se pedía la colaboración en la campaña anti-comunista."118

Durante el mismo periodo, la sección femenina de esta rama sinarquista siguió realizando reuniones en Zamora, Michoacán, pero se informaba que este importante bastión sinarquista se encontraba en condición crítica por lo que María del Carmen Rodríguez tuvo que hacer un consejo ordinario en ese lugar donde habló de doctrina sinarquista, espíritu de la obra, necesidad de colaboración y disciplina.

Para febrero de 1947 conmemorado el día de la bandera, la sección femenina de la UNS apolítica se realizó una asamblea general en la que se tratarían los siguientes temas: “La mujer cristiana, honrada y buena es la salvación de México.” “Su responsabilidad como hija, esposa y madre.” “El voto de la mujer mexicana.” “Significado y origen de la bandera mexicana”."11"1

A partir de 1948 se notó un importante declive en las actividades de María del Carmen Rodríguez como jefa de la sección femenina rama apolítica. De los últimos eventos que se pueden rastrear se encontró una asamblea general

412 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Plan de trabajo para la tercera junta nacional femenina, México, D.F., 14 de septiembre de 1947.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 55, María del Carmen Rodríguez, Ordenes de la tercera junta nacional femenina, México, D.F., 14 de septiembre de 1947.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 55, María del Carmen Rodríguez, A todas las secretarias de la sección femenina. Instructivo número 29, México, D.F., 8 de febrero de 1947.

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femenina con motivo del día de la bandera en febrero de 1948. Los temas que la profesora Rodríguez sugería para este evento fueron los siguientes: Relato histórico o biográfico sobre Iturbide; tema libre sobre la familia mexicana, evocación de los caídos; la bandera mexicana y su significado; juramento a la bandera y entrega de credenciales."118 A comparación de otras reuniones en ésta no se trataron temas relativos a la mujer ni a la organización de la sección femenina en general. Por otro lado, ya se percibía cierto hastío en los escritos de la profesora Rodríguez y programas menos elaborados.

Esta parece haber sido la última participación de María del Carmen Rodríguez dirigiendo un evento público. Para finales de 1948 se celebró el VIII Consejo Nacional Sinarquista en la que ella no apareció en ninguna de las actividades. De la misma forma, se dejó de informar acerca de juntas, reuniones y otros eventos femeninos. El periódico El Sinarquista tan sólo reportó algunas reuniones femeninas pero ya no le concedieron tanto espacio como en años anteriores. Para agosto de 1949 se mencionó que se realizó una junta en Querétaro y para agosto de ese mismo año un evento en homenaje a los caídos en donde Angelina Rivera, del comité municipal de Jalisco, fungió como oradora. Se siguió trabajando arduamente sin dirigente nacional a través de juntas y reuniones en distintos lugares de Michoacán, cercanos a Zamora y se trató de conquistar bastiones difíciles como Jiquilpan.

3.2.3 Las juntas y reuniones de la sección femenina rama política.3.2.3.1 Las juntas celebradas en 1945.La primera junta nacional de la sección femenina de la UNS rama política se llevó a cabo en octubre de 1945. Para ésta se realizó un programa para el funcionamiento de la sección femenina que se dividió en los siguientes rubros: organización, propaganda, finanzas, enfermería, servicio social, formación cultural, tareas inmediatas, tácticas de lucha y sistemas de organización.

La organización se dividió en tres partes: estadística, control, y conquista. En la parte de estadística se ordenó levantar varios censos, registrar los centros fundados y las credenciales expedidas de las sinarquistas con sus respectivos datos. También se hicieron planes para hacer mapas de las poblaciones y presentar informes estadísticos mensuales. La idea de los censos cristalizaría hasta 1947 cuando se llevó a cabo el único registro sinarquista femenino. El control constaba de los siguientes rubros: formación de correos urbanos y vecinales, control de los cambios de jefes y de las juntas y asambleas; cita a consejos de jefes y asambleas, solución de problemas de organización, distribución de la gente por su especialidad; registro de cambio de domicilio y

415 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 56, María del Carmen Rodríguez,Instructivo número 45, México, D.F., 10 de febrero de 1948.

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control de inspectores y visitas. Las adhesiones se harían a través de fundaciones de comités y la organización de desfiles y concentraciones."*18 Esta medida venía aparejada con el intento de la UNS de que ninguno de los militantes cambiara de bando hacia la UNS rama apolítica o hacia el PAN.

De forma parecida a las reuniones nacionales, los comités municipales, rurales y regionales de la sección femenina tenían como obligación realizar juntas, de preferencia semanales, en donde se hicieran los honores a la bandera, junto con el saludo sinarquista y se informara de las actividades a desarrollar. La secretaria nacional era la encargada de elaborar los programas que guiaban estos eventos. En agosto de 1945, el jefe nacional de la UNS, José Valadéz, escribió una carta dirigida a la señorita Ofelia Ramírez, donde le pidió preparar los consejos estatales y los temarios que deberían emplearse en sus asambleas. Estos materiales tenían que ser aprobados por el jefe nacional antes de ser puestos en práctica."*17

Un ejemplo del programa de las juntas regionales fue el proyectado para una reunión en el estado de Guanajuato en noviembre de 1945. El primer día las mujeres escucharían una plática del secretario de organización referente a la utilidad y fines de las juntas. Se daría el programa de organización impartido por la secretaria nacional femenina. Para finalizar el primer día, la secretaria de propaganda del comité femenino impartiría una plática sobre la influencia de la mujer en la lucha sinarquista. El segundo día el jefe regional de Guanajuato expondría el siguiente tema: “La mujer sinarquista frente a los diversos problemas de la UNS”. La secretaria nacional femenina hablaría sobre el servicio social y para terminar se leerían los informes redactados por las jefas de los comités municipales. El tercer día también se darían las siguientes conferencias: “Responsabilidades de la mujer sinarquista.” “La mujer en el campo social,” y “Cualidades que debe tener la mujer sinarquista”. La junta regional se clausuraría con una asamblea general."*18

Debido a la lejanía de algunos lugares, los integrantes de ciertos comités municipales pedían que se les enviaran orientaciones para realizar las juntas y asambleas. Así sucedió el febrero de 1946 cuando la señora Carmen Domínguez viuda de H., jefa del comité municipal de Tuzamapán escribió a Ofelia Ramírez para pedirle algunos consejos , ya que mencionaba que por no saber como llevar a cabo las reuniones algunos de los militantes habían dejado de asistir a las

AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo, 120, Síntesis del programa estudiado en la primera Junta de la sección femenina de la UNS, México, D.F., octubre de 1945.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 120, Carta dirigida a la señorita Ofelia Ramírez, Jefa de la sección femenina de la UNS, escrita y rubricada por el secretario de organización de la UNS, José Valadéz, México, D.F., 8 de agosto de 1945.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 120, Programa de la junta regional femenina del estado de Guanajuato, México, D.F., octubre de 1945.

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mismas/19 En julio de 1945, el jefe del comité regional del estado de Veracruz le pidió a la señorita Ofelia Ramírez le enviara un programa de la sección femenina para tener claro lo que se debía hacer dentro de las reuniones femeninas."*®°La secretaria femenina de León, Guanajuato en un informe redactado en julio de 1946, mencionaba que sería buena idea que se hiciera un consejo con las jerarquías tanto urbanas como rurales para dar las mismas orientaciones para que éstas no se perdieran/®1

Tal vez por las dudas e inquietudes en la forma cómo se debían llevar a cabo las asambleas y demás juntas sinarquistas, la sección femenina de la UNS quiso aclarar algunas disposiciones dentro del “Manual general de la sección femenina de la UNS”. Las asambleas, juntas y reuniones quedaron normadas en el rubro de organización. Las juntas de jefes se realizarían previa entrega del programa a desarrollar. Para redactar los puntos a seguir se tomarían en cuenta las necesidades y circunstancias en que se desarrollaba el movimiento al momento de hacerlas. El objetivo general de las juntas sería mejorar los sistemas de trabajo, así como ampliar y delinear objetivos. “Esto quiere decir que se ha de buscar la manera de que todas salgan en mejores condiciones de lucha: con ideas claras, justo sentido de la realidad y ánimo recio de aplicar las medidas que se vean más adecuadas.”"1®® En cuanto a las asambleas éstas tenían como objetivo principal la orientación y la propaganda. Para cada asamblea se debía fijar un motivo y una finalidad. Se tenía que hacer interesante su desarrollo y ver la forma de que lo dicho en ésta se transmitiera de manera correcta a las demás personas. “Procúrese que el ambiente sea atractivo, sanamente alegre y entusiasta, y se recogerán mejores frutos cada vez.”"*®8

3.2.3.2 Los concejos de la sección femenina política durante 1947.La segunda junta nacional femenina de la UNS política se llevó a cabo del tres al cinco de enero de 1947 en la ciudad de México. La jefa de la sección femenina, Ofelia Ramírez, quería reunir a todas las dirigentes para que se conocieran y se estrecharan más los lazos de hermandad y unidad. Las invitadas fueron las jefas de los comités regionales y municipales con autorización de ser acompañadas hasta por tres de sus secretarias y algunas jefas de los comités sub rurales. Se

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 120, Carta escrita a mano dirigida a la señorita Ofelia Ramírez, jefe nacional de la UNS, rubricada por la jefa municipal femenina de Tuzamapán, Tuzamapán, Puebla, 14 de febrero de 1946."' “AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 151, Carta escrita por el jefe regional del estado de Veracruz, Baltasar Ignacio Valadéz, dirigida a Ofelia Ramírez, Córdoba, Veracruz, 28 de julio de 1945.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 151, Informe número 31 de la secretaría femenina de León, León, Guanajuato, 23 de julio de 1946.422

423Unión Nacional Sinarquista, Sección Femenina, México, UNS, 1947, pp. 29-32. Ibídem.

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tratarían diversos temas del ámbito social, económico, cultural y político/®"* Según los sinarquistas, asistieron a la segunda junta nacional femenina representantes de 17 estados de la República con militantes de 14 comités regionales y 58 comités municipales con un total de 200 dirigentes.

El programa de la junta comenzaba a las seis de la mañana con aseo y misa, entre ocho y nueve y media se servía el desayuno. A las 9: 45 empezaban los temas que eran interrumpidos entre 10:45 y 11 por un descanso. A la 1: 45 se servía la comida que terminaba a las 3: 45. A las cuatro de la tarde se emprendían otra vez los trabajos hasta las 7: 30 que se daba la cena, a las nueve se hacían oraciones y a las diez de la noche todas debían estar durmiendo."*®8 Durante los descansos se cantaban los corridos sinarquistas, se intercambiaban impresiones entre las asistentes y se compartían anécdotas.

Las conclusiones a las que se llegaron en el segundo consejo femenino de la UNS política fueron:

Moralización: La base fundamental de la sociedad es la familia. La mujer mexicana debe pugnar con todo su poder para conservar la integridad, indivisibilidad y unidad de la familia cristiana. Educación: La educación de la mujer mexicana debe fundamentarse en principios cristianos. La UNS pugnará por la fundación de escuelas, academias y bibliotecas, así como diversas formas de arte mexicano. Se considera que la falta de ilustración y cultura en la mujer puede ser causa de problemas íntimos en el hogar y en las relaciones humanas. La sección femenina de la UNS procurará elevar el nivel cultural de la mujer en todas sus formas. Salubridad: Se considera que México es un país en donde las enfermedades destruyen el progreso físico de la raza por la ignorancia, la falta de condiciones salubres y un servicio de higiene deficiente. Por lo anterior, la mujer mexicana debe servir patrióticamente a la salubridad del pueblo. Lo anterior se hará impartiendo educación higiénica a la mujer. La sección femenina de la UNS formará brigadas sanitarias urbanas y rurales que lleven conocimientos prácticos sobre higiene a obreras y campesinas así como grupos de enfermeras. Costumbres: La mujer tiene para con la sociedad deberes ineludibles que cumplir. La corrupción de las costumbres ha invadido todas las esferas sociales. La mujer mexicana poseedora de virtudes morales debe hacer sentir su influencia para la recuperación de la dignidad. Los organismos femeninos de la UNS combatirán la corrupción y los vicios, así como el divorcio y todo lo que tienda a pervertir el orden moral de la Patria. Elevación económica: La mujer mexicana es la que más sufre las

HNUNAM, “Se prepara segunda junta nacional femenina” en Orden, México, D.F., 19 de diciembre de 1946.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 120, Horario para los días de la II Junta Nacional Femenina”, México, D.F., diciembre de 1946.

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consecuencias de la miseria económica de México. La organización femenina sinarquista pugnará por elevar el nivel económico de los hogares fomentando el trabajo, la mejor administración de los bienes, el ahorro y la prevención. Las industrias mexicanas no han sido valorizadas por nosotros mismos. Los mexicanos debemos consumir lo que nosotros mismos producimos con preferencia a los productos extranjeros. Civismo: Los deberes cívicos significan para la mujer una delicada tarea. Sin abandonar el hogar, sin perder su feminidad, sus características y su estilo, la mujer cumplirá con estos deberes para beneficio de los municipios. La mujer deberá afiliarse al partido fuerza popular dentro del cual se ejercerán sus derechos de acuerdo a las normas e instrucciones y con estricta disciplina."*®8

La UNS se asumía como salvadora de todos los problemas que desde su punto de vista aquejaban a las mujeres: la falta de instrucción y educación; la ausencia de higiene; la ignorancia de las mujeres campesinas; las carencias económicas; los problemas laborales de las obreras y la pérdida de valores. La mujer sinarquista se convertiría en una mujer que tuviera derechos políticos e, incluso, participaría en la vida política del país pero sin descuidar su hogar y el cuidado de su familia, y manteniendo las cualidades que se esperaban de una mujer, como era la feminidad.

En enero de 1947, el periódico Orden publicó varias notas y reportajes al respecto de la segunda junta de jerarquías femeninas. Una de ellas se refería a las opiniones de Olga Vázquez, lideresa sinarquista encargada de dirigir la parte de finanzas de la organización. La señorita Vázquez mencionaba sentirse conmovida por los resultados de la junta así como asombrada por el orden y disciplina que las mujeres mostraron durante este evento. Apuntaba que a diferencia de la universidad a la que ella asistió (UNAM) donde todo era “desorden”, en la junta se respiraba todo lo contrario. Pero lo que más había llamado su atención fue el asunto de la participación política de la mujer. Vázquez concluyó la entrevista mencionando que durante la junta estuvo muy contenta, entre otras cosas, porque conoció a muchas de sus compañeras, a las obreras, campesinas, amas de casa y todas parecían ser de una sola familia: “En todas ellas sentí el sinarquismo. Todas quieren ayudar y servir a México.”"*®7

Durante el transcurso de 1947 los comités regionales y municipales hicieron juntas y reuniones. Aparte de las conferencias, los honores a la bandera y demás actividades, estos eventos eran aprovechados para hacer rifas, kermeses y otras actividades con el fin de allegarse recursos económicos. A las asambleas * 427

426 HNUNAM, “Conclusiones del Consejo Femenino”, en Orden, México, D.F., 16 de enero de1947427 HNUNAM, Orden, México, D.F., 23 de enero de 1947.

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sinarquistas de carácter municipal organizadas por mujeres también asistían niños, generalmente hijos e hijas de las afiliadas.

3.2.3.3 Las reuniones de 1948.La sección femenina de la UNS rama política, bajo el mando de Ofelia Ramírez, llevó a cabo su tercera junta nacional de jerarquías femeninas los días 3, 4 y 5 de enero de 1948. Los temas tratados en dicha reunión fueron: carácter de la mujer mexicana dentro de la UNS; propaganda de la sección femenina; organización general de la UNS y de la sección femenina; la mujer y el problema obrero; educación; instrucciones generales sobre economía; orientaciones generales sobre política; actuación de la mujer dentro del partido Fuerza Popular; normas de conducta y espíritu sinarquista en la política y servicio social."*®8

Dentro de este evento se dio gran importancia al tema de las obreras. Se mencionó que lo anterior se debía a que dentro del sinarquismo militaban varias mujeres pertenecientes al sector asalariado. Se les dio instrucciones sobre sindicalismo. De la misma forma, la junta tendría por objeto dar otras indicaciones para la lucha política de la mujer y sobre el servicio social que era catalogado por las mujeres sinarquistas como la más hermosa de las tareas de la sección femenina: “porque allí pone la mujer toda su feminidad, su abnegación, sus virtudes, su cariño y su corazón.”"*®9

Felipe Navarro, importante líder sinarquista, que también fue director del periódico Orden, pronunció un discurso en la citada reunión. Navarro calificó a las mujeres sinarquistas como “un milagro de la historia de México porque sois la mujer mexicana la que representa un anhelo, una inquietud y un porvenir.”"*80 También mencionó que el objetivo de la junta era idear estrategias para salvar a México. Para Navarro, el año de 1948 se presentaba como una fecha de oportunidades para el sinarquismo en que se habían dejado atrás años de sangre, de persecución y de sacrificio. Años muy amargos y dolorosos de pugnas internas y represión oficial. La mujer mexicana, en sus palabras, representaba el porvenir de este abanico de nuevas oportunidades para la UNS."*81

428 HNUNAM, ‘Trabajan por México en la Junta Femenina, política, obrerismo, acción y serviciosocial. Tareas para 1948” en Orden, México, D.F., 4 de enero de 1948.429

430Ibídem.AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 149, Discurso pronunciado por Felipe Navarro en la

tercer junta nacional de jerarquías femeninas, México, D.F., 1948.431 Ibídem.

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3.3 La educación y el servicio social sinarquista.La educación y el llamado servicio social iban de la mano desde la mirada sinarquista. Ambos podrían considerarse como actividades netamente femeninas. Si bien, desde los inicios de la UNS se empezaron a realizar diversas obras educativas y de servicio social, no fue hasta la creación de la sección femenina que éstas se cristalizaron. El aspecto educativo dentro del sinarquismo tenía gran relevancia ya que la UNS trataba de luchar en contra de la educación laica y socialista implementada durante el sexenio de Lázaro Cárdenas del Río. La instrucción de corte católico sería el arma con la que los sinarquistas irían en contra de los gobiernos de la postrevolución.

3.3.1 La educación y el servicio social en la sección femenina apolítica.Para julio de 1945, María del Carmen Rodríguez, jefa de la sección femenina de la UNS apolítica redactó las instrucciones para la organización de los grupos femeninos. Entre éstas destacaban el “Programa de la brigada de propaganda de la sección femenina”, que incluía distintos aspectos educativos y de servicio social. Las brigadistas de la sección femenina tenían como obligación fomentar el aspecto intelectual a través de impartir clases donde se conocieran los puntos básicos del sinarquismo, las normas, conformación y funcionamiento de las diferentes secretarías. También se debía poner énfasis en la docencia de la Historia Patria (a la manera sinarquista) y organizar diversos cursos y juntas. Lo anterior se haría por medio de los llamados “círculos de estudio” en los que se impartirían clases de formación moral, intelectual y social."*8®

Existía una secretaría de asuntos culturales que se encargaría de promover la fundación de grupos escolares, tanto de adultos como de niños y preparar a mujeres sinarquistas para convertirse en maestras. Se pretendía formar academias, bibliotecas y realizar veladas culturales. Las mismas funciones serían ejercidas por la secretaría de asistencia infantil que tenía como principal objetivo: “Educar moral, intelectual y socialmente a los niños.”"*88

En lo que se refería al servicio social, éste era definido por la profesora Rodríguez como: “Todas las actividades en ayuda, auxilio o servicio de los demás. La Unión Nacional Sinarquista consideraba muy importante el servicio social para poder llevar a cabo una elevación social, acercándose a nuestros hermanos verdaderamente necesitados para remediar sus grandes necesidades morales y materiales, valiéndose de estos remedios para conquistarlos por el bien de

432 AHUIA, fondo. UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez,Instructivo nacional de la Sección Femenina de la UNS, México, D.F., 25 de julio de 1945.433 Ibídem.

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México.”"*8"* Nadie mejor que las mujeres sinarquistas para emprender esta labor, ya que la mujer tenía como obligación ser para otros. A la manera de las Damas Católicas del siglo XIX, las sinarquistas de las clases media y alta brindarían el consuelo espiritual y material a los pobres, campesinos y a todos aquellos que consideraban como clases sociales desfavorecidas.

El servicio social no sólo se haría dentro del contingente sinarquista, sino que se extendería a todos los que necesitaran y aceptaran la ayuda. Lo anterior también serviría como una forma de atraer adeptos a las no muy numerosas filas de la UNS rama apolítica. La sección encabezada por la profesora Rodríguez tenía como objetivo realizar las siguientes actividades: comedores para ancianos y niños pobres, roperos para personas de escasos recursos (se recolectaba ropa que era lavada, zurcida y planchada para después repartir), asistencia médica a través de consultorios gratuitos, fundación de escuelas, hospitales, orfanatorios y asilos. El plan era muy ambiciosos, sin embargo, muy poco se pudo llevar a cabo, sobre todo debido a la falta de recursos económicos. La profesora Rodríguez era consciente de lo anterior e incitaba a las colaboradoras en esta obra a buscar la ayuda de personas económicamente solventes para llevar a cabo estas acciones.

Los planes de la profesora María del Carmen Rodríguez fueron muy detallados. Tal vez el hecho de haber sido maestra normalista hizo que Rodríguez pusiera especial hincapié en la parte educativa de los programas sinarquistas. En febrero de 1946 la sección femenina de la UNS apolítica realizó su tercera junta nacional de jefes en donde la profesora Rodríguez presentó su plan de trabajo. Éste tenía como hilo conductor las actividades educativas y de servicio social a emprender por la organización:

Fundación de escuelas y constitución de uniones de padres de familia para protegerlos. Fundación de centros de alfabetización complementados mediante instrucción moral y religiosa. Fundación de granjas en todos los consejos regionales incluyendo una casa modelo, hortalizas, corrales de animales y demás accesorios. Campañas de moralización en contra de los vicios y de elevación moral. Campañas de higiene. Exhibición de películas instructivas y técnicas sobre higiene y técnicas agrícolas. Redacción de información sobre temas agrícolas y ganaderos. Organización de asociaciones de agricultores. Organización de un internado nacional de jefes. Desarrollo de círculos de estudio de instrucción cívica."*88

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Instructivo 4 a las secretarías regionales y distritales de la sección femenina de la UNS, México, D.F., 3 de agosto de 1945.

Ibídem.Ibídem.

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Las únicas tareas que se llevaron a cabo fueron algunas granjas avícolas, sobre todo en Michoacán, los círculos de estudio y el internado sinarquista. Todas estas actividades tropezaron con obstáculos de tipo económico y con el recelo de los compañeros varones de la organización. Sin embargo, se trataba de instruir a las mujeres no sólo en la doctrina católica y sinarquista sino que se les proporcionarían las herramientas necesarias para que adquirieran cierta independencia económica y participaran en el espacio público.

Para finales de 1946, la profesora Rodríguez volvió a insistir en el aspecto de la educación y la formación integral de las mujeres. A través de un instructivo reiteraba la importancia de realizar círculos de estudio y academias en la que se impartieran clases de alfabetización e instrucción primaria. También mencionaba como urgente la iniciación de gallineros y otros negocios y actividades económicamente remuneradas, con lo que no sólo se conseguirían recursos para la causa sinarquista, sino también dinero para las mujeres."*87

Los círculos de estudio tenían bastante similitud a los realizados por los grupos femeninos católicos durante el siglo XIX y fueron otra de las acciones que contaron con más éxito dentro de esta rama femenina sinarquista. La profesora Rodríguez los definía como: “Un grupo de personas que se reúne periódicamente en un ambiente de completa sencillez para estudiar en común asuntos que les interesen, aportando cada una su buena voluntad, conocimientos y esfuerzo investigador.”"*88 La metodología que se debería utilizar dentro de éstos era: la exposición discutida, lectura comentada, exposición de preguntas y encuestas. Los círculos de estudio se realizaban semanalmente en cada grupo femenino municipal y también eran usados en los cursos de formación para dirigentes mujeres y en los internados sinarquistas.

3.3.1.1 Los cursos de formación de la sección femenina apolítica.La sección femenina apolítica de la UNS realizó tres cursos de formación para dirigentes y un internado entre 1945 y 1948. Para los primeros, la profesora Rodríguez elaboró un programa que incluía los siguientes rubros: formación moral (religión, historia sagrada, moral y formación de carácter); formación cultural (Historia de Méjico, Geografía, prácticas de gramática, agricultura, silvicultura y avicultura); formación social (organización e ideario sinarquista, principales ideas sobre sociología, formación familiar y urbanidad); formación familiar (labores y corte, industrias y cocina, higiene y primeros auxilios). Los maestros que impartían las clases eran líderes varones sinarquistas, sacerdotes católicos y señoras de sonada reputación dentro del movimiento. Para lo anterior se les otorgaba

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Plan de trabajo, México, D.F., 16 de septiembre de 1946.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Círculos de estudio, México, D.F., 1946.

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previamente cierta bibliografía, entre la que destacaba: Instrucción Religiosa por el presbítero Galo Moret; el Compendio de Historia de México de José Bravo Ligarte, la Santa Biblia, el libro de urbanidad de Carreño y diversa literatura sinarquista.

Los comités municipales sinarquistas tenían que costear el viaje a la ciudad de México de un determinado número de mujeres jóvenes sinarquistas para que asistieran al curso. Por lo anterior, éste siempre contó una asistencia muy baja debido a que en casi todos los lugares era imposible pagar los gastos derivados del trayecto. Otro problema al que se enfrentó la dirigente sinarquista al realizar estos encuentros fue el nivel desigual que tenían las mujeres. Algunas provenían de sectores medios o altos de la capital que habían recibido cierto grado de educación formal, mientras otras, que venían del medio rural, apenas sabían leer y escribir. Para evitar lo anterior, después del primer curso se plantearon algunos requisitos de admisión:

Que sea señora o señorita de buena conducta. Que tenga disposición de sujetarse al reglamento del internado. Que tenga buena voluntad de trabajar en el movimiento. De buena salud y que sepa leer y escribir. Que acepte que no se permiten salidas con familiares o a negocios particulares durante las clases, además de que al venir al internado no vienen de paseo."*89

El primer curso de estudios de formación para dirigentes sinarquistas se inició en la ciudad de México del 19 de junio al 20 de julio de 1947. Rodríguez informó que asistieron seis señoritas procedentes de Ciudad Juárez, Querétaro, Tamaulipas y Distrito Federal. Se les impartieron las siguientes clases: religión, moral, organización, ideario sinarquista, Historia de México, formación familiar, lengua nacional, aritmética, enfermería, higiene, agricultura y urbanidad, labores y cocina. La profesora Rodríguez describió a las estudiantes como sigue:

Las alumnas son nuevas en esta actividad, por lo que tuvimos alguna dificultad para que pudieran entender la organización sinarquista. Como en general no son personas habituadas al estudio no hubo el rendimiento deseado, pero vimos que tuvieron mucho empeño en estudiar y buena voluntad para trabajar. Observaron muy buena conducta y fuera de algunos detalles insignificantes todo el curso se desarrolló en armonía."*"*0

Para 1946 la profesora Rodríguez resumía las actividades educativas y de servicio social realizadas: 10 academias femeninas trabajando, 15 escuelas

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Instructivo para todas las secretarias distritales y municipales, México, D.F., 24 de septiembre de 1947.

AHUiA, fondo: UNS, sección: documental; caja 2, núm. 53, Carta dirigida al jefe nacional sinarquista Carlos Athié Carrasco, escrita por María del Carmen Rodríguez, México, D.F., 20 de juiio de 1947.

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primarias urbanas, 54 escuelas rurales, 10 grupos de alfabetización, 72 círculos de estudio para niños y adultos, y un internado de formación sinarquista fundado en Querétaro. En lo que respecta a las granjas avícolas y gallineros, obras a las que la profesora Rodríguez puso especial énfasis, tan sólo funcionaban 5 en los estados de Michoacán y Puebla.

3.3. 2 La educación y el servicio social en la sección femenina política.3.3.2.1 El servicio social.Contrario a su contraparte apolítica, la jefa de la sección femenina rama política, Ofelia Ramírez redactó muy tardíamente instrucciones acerca de la manera cómo se debía llevar a cabo el servicio social sinarquista. El instructivo con las directrices de la sección femenina de la UNS se publicó en 1947, dos años después de iniciadas las labores de las mujeres. Dentro de éste, se aglutinaron la parte de educación y el servicio social en el apartado número siete. El servicio social era definido como: “La acción de cultivar lo mejor del espíritu femenino, en impulsar sus aptitudes hacia manifestaciones generosas, en aliviar las angustias de la vida y en alegrar las asperezas de la lucha sinarquista. El servicio social es un vastísimo campo de actividades que se han distribuido en tres secretarías: cultura femenina, servicio médico y auxilio social.”"*"*®

Mientras tanto, en cada población se iban organizando de manera espontánea grupos de mujeres dedicadas a realizar distintas labores de ayuda a los demás y algunos grupos de enfermeras, muchas de las cuales carecían de una preparación formal en la materia. En agosto de 1946, el semanario Orden"*"*8 publicaba que en la ciudad de Parral, Chihuahua: “ya se cuenta con un grupo de enfermeras abnegadas que se dedican a proporcionar primeros auxilios, mediante un plan científicamente formulado.”"*"*"* Debido a que estas voluntarias tenían un conocimiento empírico sobre servicio médico,'*'*8 el programa de esta sección sinarquista proponía reunir un grupo de mujeres con espíritu de caridad que se prestaran al aprendizaje y la práctica de la enfermería. También se tenía en mente el tener botiquines en cada comunidad; la fundación de hospitales y centros de auxilio, sobre todo en aquellas localidades en las que estos servicios no se encontraban disponibles. “La existencia raquítica de hospitales en las poblaciones

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 53, María del Carmen Rodríguez, Informe al jefe nacional de la UNS, Carlos Athié Carrasco, México, D.F., 18 de septiembre de 1946.

AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 148, Unión Nacional Sinarquista, Sección Femenina, México, D.F., 1947.

Orden tuvo su origen en la década de los cuarenta como una revista con información gráfica del sinarquismo. Cuando la UNS se dividió, la rama apolítica retuvo El Sinarquista y la rama apolítica Orden.

HNUNAM, Orden, México, D.F., 15 de agosto de 1946.La secretaría de enfermería de la UNS con carácter formal se organizó hasta 1961.

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hace necesario que nos preocupemos por subsanar en lo posible la deficiencia social.”"*^

Como se puede observar, al hacer estos planes, las sinarquistas realizaban denuncias sociales y hacían una crítica al Estado por no proveer a la población de los servicios necesarios. Ya que el gobierno no los daba, serían las mujeres sinarquistas quienes usando la caridad otorgarían los beneficios. Sin embargo, estos proyectos tan desproporcionados y fuera de la realidad nunca se llevaron a cabo. Lo más que llegaron a realizar fueron la impartición de pláticas sobre salud e higiene impartidas por médicos y la organización de grupos de mujeres voluntarias que sin recibir ninguna instrucción daban auxilio en los eventos sinarquistas. Las enfermeras con estudios no los hicieron auspiciadas por la UNS, sino que se trató de enfermeras profesionales que eran de filiación sinarquista y atendían caritativamente a algunos grupos de personas.

Otro de los programas que se tenía era el establecer asilos para niños y ancianos abandonados, roperos para pobres, comedores públicos y bolsas de trabajo. De éstos, el único que se echó a andar fueron los roperos. Las mujeres recogían ropa usada en buenas condiciones, la desinfectaban, lavaban, zurcían y planchaban, después organizaban grupos de mujeres que iban a distintas comunidades a repartir las prendas entre las personas que consideraban más necesitadas. La señorita Adelaida Márquez de 74 años de edad, oriunda de Jalisco, recordó que durante su juventud, cuando militó en la UNS y más tarde en el PDM, realizó junto con otras compañeras este tipo de actividad en pos de la caridad cristiana."*"*7

En mayo de 1947, Orden publicó una nota acerca del programa de acción social femenino y lo describió como:

De un contenido de acción social bello y noble. Inspirado en el amor cristiano y en la reconstrucción de la sociedad mediante el apostolado y la lucha. Considerable número de escuelas sinarquistas se han formado en el país. Se han formado bibliotecas y academias y se ha provisto de botiquines de emergencia a los comités. Además se han formado grupos de enfermeras en la mayor parte de los comités. La labor es lenta, callada y constante. No se puede hacer mucho, dice Ofelia Ramírez, no hay dinero."*"*8 446 * 448

HNUNAM, Orden, México, D.F., 15 de agosto de 1946.446

Entrevista realizada por Roxana Rodríguez Bravo a Adelaida Márquez en julio de 2007 en las instalaciones de la UNS, rama política, México, D.F.448 HNUNAM, “Bello programa social”, en Orden, México, D.F., 15 de mayo d e 1947.

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La limitación más importante que la sección femenina encontró fue la falta de recursos económicos, que padecía toda la UNS, pero especialmente la organización femenil, ya que era a ésta a la que se destinaba menos dinero. Fue gracias a la labor, lucha y trabajo de las mujeres sinarquistas que algunos de estos proyectos se llevaron a cabo con muy poca estructura material y financiera.

3.3.2.2 Los proyectos educativos.La parte educativa de esta rama de la UNS funcionaba de la misma manera que el servicio social. En distintos lugares del país se formaron escuelas de instrucción sinarquista con maestras voluntarias o bien mujeres que tan sólo sabían leer y escribir e impartían doctrina católica a niños y señoritas. De la misma forma, la aparición de programas de estudio y otras órdenes fue tardía. En noviembre de 1946, Orden informaba que:

En Indaparapeo se ha formado un cuadro compuesto por 26 abnegadas señoritas sinarquistas, que sin temor al sacrificio, ni a la lucha, se dedican a enseñar a leer, escribir, hacer cuentas, coser y otras actividades eminentemente femeniles. La compañera Concepción García ha iniciado un curso de oratoria, con el fin de que la mujer sinarquista esté en posibilidad de defender en público la causa de México y los auténticos derechos de lamujer mexicana 449

Todas estas actividades eran realizadas por las mujeres de una manera espontánea y un tanto improvisada, pero daban cuenta de la manera en cómo las mujeres se organizaban para realizar distintas actividades en pos del ideal sinarquista y cómo amparadas en éste se empezaron a hacer visibles en el espacio público sobresaliendo en actividades como la oratoria y aprendiendo conocimientos que de otra forma sería difícil que adquirieran.

En 1947, Ofelia Ramírez redactó en el plan de trabajo de la sección femenina un apartado que llevaba por título “Cultura Femenina” y se encontraba en el mismo rubro que el servicio social. En éste se mencionaba que se debía emprender la labor de formar academias de labores femeninas: “De nuestras sodas, algunas habrán en cada parte que sepan y puedan enseñar cosas útiles referentes al mejoramiento de los demás. También es posible que se consiga que algunas otras personas no precisamente miembros de nuestra organización dediquen algo de su tiempo a impartir esa clase de enseñanza.”"*80 Debido a las limitaciones económicas de la sección femenina y la falta de interés de los líderes varones, Ofelia Ramírez tenía claro que eran las mismas mujeres las que se tenían que organizar para empezar a adquirir y socializar los conocimientos. Lo

449

450HNUNAM, Orden, México, D.F., 12 de noviembre de 1946. Ibídem. p. 23.

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anterior ya se venía realizando desde antes de la fundación de la sección femenina.

Los planes y clases impartidas debían estar apegados a las labores consideradas como femeninas y que les fueran útiles a las mujeres en el ámbito doméstico. Se proponían las clases de costura, bordado, y cocina que eran considerados por Ramírez como: “campos en que se puede aventajar muchísimo.”"*81

El programa de trabajo de la sección femenina política también contemplaba la fundación de bibliotecas móviles en cada municipio que tuvieran las publicaciones sinarquistas, libros de texto y novelas recomendadas. Al respecto se señalaba: “Hay suma necesidad de fomentar y cultivar la afición a la buena lectura, ya que uno de los problemas principales de México radica en la profunda ignorancia sobre cuestiones no ya vitales, sino de elemental conveniencia.”"*8® Este punto del proyecto nunca se llevó a cabo, incluso en las zonas urbanas como la ciudad de México.

Otro aspecto que se consideraba importante en la educación femenina era el llamado “cultivo de las tradiciones”, ya que se visualizaba a la mujer como la salvaguarda y defensora de éstas. Por lo anterior, se les incitaba a conservar la tradición de las posadas en diciembre; las festividades religiosas de Semana Santa, las fiestas patronales de cada lugar y las celebraciones nacionales. De acuerdo a las sinarquistas todas ellas: “han perdido sus características cristianas para saturarse de modernismo profano y vacío, cuando no malsano y peligroso.”"*88 Para lograr lo anterior se proponía la representación escénica de diferentes pasajes religiosos y de la Historia Patria, así como el uso del traje regional de cada lugar en las mujeres y los niños.

Aunque ya se habían formado varias escuelas de manera espontánea. En el mismo folleto de instrucciones, Ofelia Ramírez giró instrucciones acerca de la conformación de éstas en los espacios rurales y urbanos. El objetivo principal de éstas fue:“hacer una tenaz y amplia campaña para que haya menos gente ignorante, y que entre la niñez la introducción se mantenga con sentido benéfico.”"*8"*

De todos los proyectos, se puede decir que éste fue el que contó con más éxito en esta rama del sinarquismo. La lucha en contra de la educación laica había sido emprendida por la UNS desde sus inicios y siempre contó con el apoyo de la Iglesia Católica y de amplios bloques de la población, especialmente padres de familia sinarquistas y católicos de distintos lugares del país. Al respecto, en enero de 1948, Orden publicó una nota de las escuelas sinarquistas donde se

Ibídem, p. 24. Ibídem, p. 24. Ibídem, p. 25. Ibídem, p. 25.

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mencionaba: “Las escuelas son muchas, y son nuestras. Porque en el campo, los padres de familia han comprendido su deber. Hacen sacrificios para sostenerlas, pero allí están como la legión de profesores sinarquistas, humildes, sencillos, apóstoles, han comprendido la misión que es educar.”"*88 Es verdad que los padres de los niños eran quienes sostenían económicamente a las escuelas y les dotaban de espacio, mobiliario y algunos útiles escolares en la medida de sus posibilidades. Al respecto Orden mencionaba en 1948:

Las escuelas sinarquistas son santuarios, son almácigos, son seminarios de patriotismo. Conmueven las escenas que se desarrollan en ellas. Sobre unos bancos de madera desnuda, con el equipo más pobre, los niños de muchos sinarquistas están sentados. Los salones son pequeños, a veces son patios, a veces son jacales. La obra educativa de la UNS es prodigiosa. No es la obra de un partido político, ni la obra mercantil de una institución que medra educando. Las obras se hacen con sacrificios, sin dinero y sin apoyos y muchas veces contra la voluntad de los caciques, pero se hacen."*88

De esta forma, se puede observar que a través del sinarquismo, algunos sectores de la población que no coincidían con el plan educativo nacional ni con la ideología gubernamental, y que muchas veces se encontraban poco o nada protegidos por las autoridades, e, incluso por la Iglesia Católica, fueron creando espacios de distintos tipos para educar a sus hijos de la manera en que ellos deseaban y creían que era la correcta. A este respecto, Ofelia Ramírez apuntaba: “Será esto la contrapartida del esfuerzo que los enemigos de nuestra civilización han venido desarrollando contra las enseñanzas y formación de carácter cristianos.”"*87

La parte educativa también estaba ligada a un rubro al que se llamó “fomento artístico” definido por las sinarquistas como el mantenimiento y cultivo del buen gusto. Para lo anterior se proponían el buen canto, la declamación, las artes manuales y la representación escénica. De estas actividades las que más se desarrollaron dentro del contingente sinarquista fueron la declamación y el canto. La sección femenina política de la UNS contó con declamadoras, cantantes y compositoras que mostraban sus dotes en los diversos eventos que se organizaban.

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456

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HNUNAM, “Escuelas Sinarquistas” en Orden, México, D.F., 13 de enero de 1948. Ibídem.Ibídem.

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3.3.2.3 La diferenciación de la educación por sexo.Si bien, los colegios sinarquistas fueron los proyectos que funcionaron más exitosamente dentro de la sección femenina de esta rama sinarquista, ésta contaba con una marcada diferenciación por género, siendo las escuelas a las que se ponía más atención las destinadas a los varones que contaban con los mejores maestros, programas bien estructurados que correspondían a los grados de educación primaria y secundaria y a las que se destinaban mayores recursos monetarios, ya que se trataba de formar líderes sinarquistas. En abril de 1945 se iniciaron los cursos para varones en el Instituto Adrián Servín en el Distrito Federal. Ésta estaba destinada a jóvenes mayores de 16 años que por lo menos hubieran cursado hasta el tercer año de educación primaria. La entrada a este centro escolar tenía un costo por concepto de inscripción y una cuota mensual. Al principio solamente se impartían cursos de preparación por tres meses, pero más tarde, en la década de los cincuenta se inauguró como escuela primaria y secundaria. Sus labores se interrumpieron en los años setenta.

En lo que respecta a la parte femenina, en Celaya existió el Instituto Teresita Bustos que tenía como finalidad la preparación de las jóvenes en distintas industrias manuales y otras labores consideradas femeninas, como costura, cocina, bordado, y economía familiar. Las actividades de este lugar fueron principalmente promovidas por Ofelia Ramírez. Tanto así que durante el tiempo en que Ramírez se ausentó del sinarquismo por motivos personales, las tareas dentro de esta escuela también fueron suspendidas.

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3.4 Las publicaciones femeninas sinarquistas.3.4. 1 Mejicana, la revista de la UNS apolítica.La primera intención de hacer artículos escritos por mujeres empezó en agosto de 1945 cuando en el Boletín de Información, el periódico de la UNS apolítica, apareció una sección titulada Ella. Los planes para una revista iniciaron durante la primera junta de mujeres celebrada en la ciudad de Aguascalientes, en aquel año. Se sugirieron varios nombres para la publicación entre los que destacaban: Mejicana, Femenina, Mensajera, Estigma, Abnegación, Capullo, Alma, Eréndira, Amanecer, Salvadora y Primavera. En el transcurso de la reunión se propusieron los temas de la revista: moral, sección campesina, sección de obreras, biografías de mujeres célebres, música, historia, cuentos recreativos, versos, prosa selecta, buzón de consultas, cocina, labores, corte y modas. Estas secciones eran muy parecidas a las de otras revistas para mujeres durante esa época.

Para junio de 1945 se le había dado el nombre de Hogares y Hogueras y se planeaba saliera a la venta en ese mismo mes. No se le dio carácter de órgano oficial de la UNS debido a que en palabras de la profesora María del Carmen Rodríguez, tropezaría con muchas dificultades. Por lo anterior, se le pensó como una revista que se manejara de forma independiente: “Para la propaganda y difusión de la revista, es necesario que no aparezca y no se conozca públicamente.”"*88 Dentro de esta idea de secrecía también se pedía que la encargada de la revista fuera una persona no conocida como sinarquista."*89

Una vez echado a andar el proyecto de la revista, la profesora María del Carmen Rodríguez pidió a las encargadas de su distribución en cada lugar del país que calcularan el número aproximado de personas que se interesarían en la publicación para deducir un tiraje aproximado. También se pidió que:

Personas que conozcan algunas leyendas propias de cada lugar nos hagan favor de darnos una relación de ellas. Nos servirán mucho bonitas fotografías de cada provincia, de hermosos rincones, que tanto abundan en nuestra amada Patria. Puede alguna persona o compañera escribir algo de lo que sienta o piense para ideas y quién sabe cuántas almas de mujeres vibrarán al leerlas. No se apenen porque no sepan todas las leyendas de la literatura, nosotras procuraremos que todo salga bien."*80

458 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja: 2, número 52, María del Carmen Rodríguez, Informe de la primera junta de la sección femenina, Aguascalientes, Aguascalientes, 22 de junio de 1945.459

460Ibídem.Ibídem.

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Para octubre de 1945 la revista todavía no había salido a la venta y ya se le había cambiado el título a Mejicana. En el documento donde apareció por primera vez este nombre se volvió a reiterar que la persona o personas que distribuyeran la revista no debían ser conocidas como sinarquistas. También se anotó que este instructivo sólo debía ser dado a conocer a las personas que fuera necesario y de absoluta confianza. En el mismo documento se apuntaba que el precio de la publicación sería de 35 centavos y que el porcentaje correspondiente a los distribuidores se les daría a partir del tercer número."*81

En noviembre de 1945 Mejicana seguía sin publicarse, de acuerdo a la profesora Rodríguez debido al poco apoyo por parte del Consejo Nacional de la UNS. Rodríguez pedía que se le diera el soporte necesario para que la revista circulara ya que para noviembre de 1945 se tenían colocados o prometidos tres mil números, por lo anterior: “Se pide apoyo para que la revista salga a la luz si no se causará la desilusión de las mujeres.”"*8®

Durante diciembre de 1945 se inició la propaganda de la revista. Se hicieron carteles con el nombre y contenido de Mejicana. La jefa de la sección femenina pidió que éstos se pegaran en negocios como dulcerías, librerías, colegios, academias y otros comercios, sin embargo, lo anterior debía hacerse por personas que no fueran identificadas como sinarquistas"*88. Tal vez la profesora Rodríguez pensaba que si se identificaba a la revista con el movimiento, las personas no la comprarían. Los argumentos que Rodríguez daba para lo anterior fueron los siguientes: “Queremos que la revista vaya al mercado, que no se estreche en el círculo de los nuestros.”"*8"* Para 1947 la revista se anunciaba como: “Mejicana, una revista que interesa a la mujer, pero también a los hombres.”

A pesar de que para diciembre de 1945, la publicidad de Mejicana ya se había iniciado, para abril de 1946 la profesora Rodríguez apenas enviaba al jefe nacional de la UNS, licenciado Athié Carrasco, los lineamientos generales de la revista para que los revisara y corrigiera. Rodríguez justificó lo anterior de la siguiente manera: “por ser la revista un órgano dependiente de la UNS y no sentirme capacitada para ello.”"*88

461 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja: 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, Instructivo número 9, México, D.F., 31 de octubre de 1945.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, carta dirigida al H. Consejo Nacional de la UNS, México, D.F., 9 de noviembre de 1945.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, Instructivo número 13, México, D.F., 21 de diciembre de 1945.464

465Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, Carta

dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe nacional de la UNS, México, D.F., 3 de abril de 1946.

148

Los citados lineamientos generales de la revista fueron los siguientes:

1. Finalidad: Llevar a los grupos la orientación verdadera y metódica de nuestros principios, sin declarar abiertamente el nombre de la organización por convenir así a la realización de una de nuestras finalidades. Elevar el nivel moral, cultural y social de nuestros elementos. Contrarrestar la influencia de otras revistas que sin darnos cuenta van infiltrando sutilmente la frivolidad, el ateísmo y las costumbres extrañas, minando las bases sobre las que se finca nuestra nacionalidad. Fomentar el espíritu tradicional, patriótico, etc., haciendo amar todo lo nuestro.

2. Moral: Es una de las partes más importantes que esté sujeta a la doctrina de la Iglesia Católica. Por este medio procuraremos formar la conciencia, el corazón, la voluntad y el carácter. Esto no quiere decir que se convierta en un órgano confesional religioso o piadoso, pues invadiría el campo que le está reservado a la Acción católica y en el que la misma trabaja. Es indispensable y urgente extender la difusión de nuestra revista a otros sectores de la sociedad hasta los cuales no se puede llegar abiertamente por lado religioso y que están abandonados.

3. Cultural: Queremos presentar la verdad en todos los aspectos que convenga.

4. Proporcionar a la mujer aquellos conocimientos útiles que tengan interés para ella en cualquier condición social en que se encuentra: madre, maestra, enfermera, obrera, empleada, campesina, etc. Interesarla por su mejoramiento intelectual adaptándose a las necesidades y posibilidades del medio ambiente en que se mueve. Procurar hacer de nuestra publicación una revista eminentemente femenina aún cuando en principio haya muchas deficiencias en la que más que lucir estilo literarios, sepamos cómo siente y piensa la mujer mejicana. Llevarla gradualmente al conocimiento práctico de los problemas sociales que afectan a Méjico, mediante el estudio y la investigación sin que ella misma se de cuenta. Interesarlas en actividades de carácter social que tiendan a resolver estos problemas. Ir preparándola poco a poco para trabajar en este campo. Darle conceptos exactos y sencillos sobre Patria, sociedad, familia, libertad y justicia. Su misión, su responsabilidad, influencia, deberes y derechos que como mujer tiene delante la sociedad.En cuanto a toda clase de grabados que se publiquen en la revista debe cuidarse que nunca desdigan nuestros principios, podiendo emplearse para modificar el gusto que el extranjerismo ha deformado de poder hacernos conocer muchas bellezas de nuestra Patria. Todo lo antes dicho respecto del contenido literario y fin principal de la revista se dará

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en pequeñísimas dosis para que haga el efecto deseado y no se descubra la finalidad concreta de la revista/88

En otra carta personal, la jefa nacional de la sección femenina de la UNS explicó que la revista no se expendía todavía por no tener los recursos económicos necesarios para publicarla: “No habíamos encontrado una persona que facilitara el dinero para hacerla, pero habiendo sonado la hora, una persona que Nuestro Señor le pague tan grande beneficio nos prestó la cantidad suficiente para que salieran tres números, con el compromiso de ir reembolsando mensualmente parte de dicho préstamo.”"*87 Finalmente, la revista se empezó a vender en abril de 1946. Para junio del mismo año, la profesora Rodríguez pedía a las sinarquistas que con motivo del onomástico de esa persona bienhechora que ayudaba con la revista se le ofreciera un ramillete espiritual que se compondría de misas, comuniones espirituales, comuniones sacramentales, sacrificios, rosarios y vía crucis."*88

La revista Mejicana se registró como artículo de segunda clase en la Administración de Correos de la ciudad de México el 7 de noviembre de 1946. Ésta empezó a tener relación con la Asociación Nacional de Prensa y Escritores Católicos, misma que en septiembre de 1946 invitó a los colaboradores de Mejicana a acudir a una peregrinación a la Basílica de Guadalupe para el 29 de septiembre de ese año. También se tenía que pagar a ésta una cuota de cinco pesos al año.

Para 1947, Mejicana había encontrado otro patrocinador, se trataba del Banco Capitalizador de Monterrey, S.A que daría una donación de 25 pesos mensuales por seis meses. Desde sus inicios Mejicana enfrentó problemas económicos, ya que de acuerdo a la profesora Rodríguez no se liquidaban los adeudos o se pagaban con retardo. “Esta actividad desigual tiene como resultado que en la Administración haya un desnivel económico que si no procuramos poner remedio siquiera en el número cinco, no podremos sostenerla adelante.”"*89 Por lo anterior, pidió a Athié Carrasco girara instrucciones para que se aumentaran los pedidos de la revista en cada grupo sinarquista, también solicitó ayuda para que se llevara la publicación a academias, salones de belleza, fuera de templos, etc., y

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, Carta dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe nacional de la UNS, México, D.F., 3 de abril de 1946.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, Carta dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe nacional de la UNS, escrita por María del Carmen Rodríguez, México, D.F., mayo de 1946.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, Instrucciones dirigidas a todas las secretarias de la UNS, México, D.F., 1 de junio de 1946.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, Carta dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe nacional de la UNS, escrita por María del Carmen Rodríguez, México, D.F., mayo de 1946.

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buscar un voceador. También incitó al jefe para que ordenara que cada comité hiciera un fondo especial para la revista para que al mismo tiempo que la recibieran, la liquidaran. La profesora Rodríguez finalizó la carta mencionando: “Que triste ver morir un órgano muy nuestro, que tantas esperanzas promete, que tanto bien puede hacer, que tanto ha costado, sólo por la falta de actividad de aquéllas que ven con indiferencia las necesidades de la obra.”"*70

En diciembre de 1946, Mejicana se publicaba con muchos esfuerzos debido a los graves problemas económicos que las mujeres sinarquistas enfrentaban. Por lo tanto, para esa misma fecha se seguía haciendo hincapié en realizar una campaña de prensa en todos los grupos urbanos, suburbanos y rurales. Se decía que todas las compañeras recibieran la revista y ayudaran a su sostenimiento. Hacer propaganda entre personas ajenas a la UNS. Insertar un anuncio en los periódicos locales con la recomendación de alguna persona reconocida como un médico, escritor o director de algún colegio. Conseguir voceadores jóvenes. Esforzarse por doblar los pedidos y conseguir suscripciones anuales. Activar la venta de boletos de rifas a favor de la revista."*7*

Durante septiembre de 1946 María del Carmen Rodríguez informaba que se habían distribuido un promedio de 3 mil 880 publicaciones sinarquistas entre la población femenina: la revista Mejicana, Boletín de Información, así como el Cancionero sinarquista''^^ Sin embargo, un año después, en septiembre de 1947, la administradora de la revista, Carmen Zúñiga y la profesora Rodríguez mencionaban que la situación de la revista era desesperada, por lo que habían tomado la decisión de que si en dos meses no se liquidaban los adeudos se suspenderían los envíos.

3.4.1.1 Los contenidos de Mejicana.En cuanto a los contenidos de Mejicana había colaboraciones de mujeres sinarquistas, no sinarquistas y sacerdotes católicos. En noviembre de 1946 María Teresa A. de Noreña, quien decía haber trabajado para el periódico El Universal Gráfico, envió un artículo para la revista desde Ciudad Juárez, Chihuahua. La mujer pedía remuneración económica por lo anterior. En agosto de 1947, la señorita Bertha Mendoza también escribió artículos para la revista y decía poder aportar fotografías para la misma. También preguntaba si existía pago y la respuesta fue negativa. La redacción de Mejicana pidió a inicios de 1947 una colaboración de la señorita Inés Franco sobre psicología y enseñanza.

470

471Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 52, María del Carmen Rodríguez,

Instructivo número 28, México, D.F., 7 de diciembre de 1946.AHUIA, fondo: UNS., sección: documental, caja 2, número 52, María del Carmen Rodríguez,

Informe dirigido al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe nacional de la UNS, México, D.F., 18 de septiembre de 1946.

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Algunos sacerdotes católicos enviaban notas a la revista, e incluso la redacción de Mejicana les hacía peticiones para que escribieran. Así, en los primeros números se pidió al padre Efrén Urincho de la localidad de Pátzcuaro, escribiera unas líneas. El señor cura de Jacona, José de Jesús Rojas también era asiduo escritor en Mejicana. En enero de 1947 se le envió una colección de las revistas a su domicilio. De Zamora, el presbítero Francisco Valencia Juárez envió unos escritos en febrero de 1947.

Otras de las secciones de la revista se titulaban: rincones de México, enfermería, Flistoria de Méjico, encuesta, consultorio gratuito, sociedad y versos. No se tuvo en físico ningún ejemplar de la revista Mejicana, pero en el archivo se encontraron algunos de los artículos para publicarse. Uno de los primeros se titulaba: “La madre mejicana” de la autoría del sacerdote Efrén Urincho, fechado el 17 de enero de 1947. En éste, el padre Urincho decía que la causante de la degradación moral del país era la mujer mejicana, así como la responsable de los mejores días de la Patria. Al ser la mujer la única obligada a la crianza de los hijos, es a ella a la que correspondía la tarea de que éstos se formaran de manera adecuada o con deficiencias. “De donde se desprende que el hombre es lo que la madre quiere que sea; o lo que es lo mismo, de la formación física, intelectual y moral que la madre de a sus hijos desde sus más tiernos años, depende el porvenir de los futuros renovadores de la sociedad.”"*78

El padre Urincho se remontaba a los tiempos antiguos cuando, según él, la educación que las madres prodigaban a sus hijos: “respiraba honestidad, decoro y veneración para todos los mayores de edad. Saber y gobierno. Era una delicia el hogar, y la sociedad misma no hacía más que respirar el perfume de sus corazones puros y bien formados que tenían que dar sazonado fruto a su debido tiempo.”"*7"* Uricho mencionó que la mujer mejicana era el alma y sostén de las familias y de las mejores glorias y el apoyo para las generaciones futuras."*78

Así se explica que haya habido hombres héroes y santos, bienhechores de la humanidad, mártires en el cumplimiento de su deber; porque los hijos no hacían otra cosa más que traducir en su conducta las virtudes de su santa madre, de la mujer abnegada y amorosamente sacrificada, que se privaba de todo con tal de hacerse indigna de la misión sobrenatural que el cielo les había confiado."*78

473 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 56, Efrén Urincho, La Madre Mejicana,Pátzcuaro, Michoacán, 17 de enero de 1947.474 Ibídem.

Ibídem.476 Ibídem.

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De acuerdo al padre Urincho, a comparación de siglos anteriores, la mujer no se sentía ennoblecida con la aureola de la maternidad y, al contrario, rehuía los sacrificios, dolores y desvelos que la educación de los hijos imponían: “Las cosas sólo cambiarán y se formaran legiones de héroes y santos cuando haya legiones de madres mejicanas que sólo sueñen en que Dios la llame el último día de su vida con estas palabras: Entra en el gozo de tu Señor, porque supiste cumplir con la misión que mi corazón quiso confiar en tus desvelos.”"*77

3.4.1.2 La crisis y desaparición de Mejicana.En la tercera junta nacional femenina celebrada en septiembre de 1947, la profesora Rodríguez volvió a insistir en la propaganda que se debería hacer de Mejicana, sin embargo, toda ésta tenía ser autorizada por el Consejo Nacional."*78 En octubre de 1947, la profesora María del Carmen Rodríguez, y Carmen Zúñiga, administradora de la revista, prepararon conferencias para ser difundidas en las radiodifusoras de cada localidad con el fin de incentivar la venta de Mejicana. De la misma forma, ambas pidieron sugerencias a las sinarquistas con el fin de mejorar la publicación. También suplicaban que se cubrieran los adeudos."*79

En noviembre de 1947, la profesora Rodríguez escribió un documento dirigido a todas las secretarias de la sección femenina donde hacía hincapié en la crisis en que Mejicana se encontraba. Para esas fechas se tenía un adeudo con la imprenta de cinco mil pesos. Por lo anterior, se dieron las siguientes instrucciones: aumentar los pedidos para no subir el precio; liquidar los adeudos pendientes; crear un fondo para la revista; preparar e impartir conferencias de carácter social a favor de Mejicana, difundiendo la publicación en estaciones de radio y casas comerciales importantes; realizar veladas músico literarias y repartir volantes afuera de las estaciones de radio y teatros."*80

Para 1948 existían multitud de escritos, instructivos y cartas redactados por María del Carmen Rodríguez donde mencionaba la situación crítica a la que la revista había llegado. A principios de 1948 dirigió una misiva a todas las secretarias de la sección femenina y encargadas de la distribución de la revista Mejicana que tenía un tono de molestia y desesperación y en cuyo contenido se decía que no se podía seguir sosteniendo una publicación para regalarla. Al respecto mencionaba: “Tenemos la pena de que la mitad de los grupos, los que tienen pedidos considerables, no liquidan y deben casi desde el número uno.

477

478Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez,

Ordenes para le tercera junta nacional femenina, México, D.F., 14 de septiembre de 1947.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez y

Carmen Zúñiga, A todas las encargadas y responsables de la revista Mejicana, México, D.F., 21 de octubre de 1947.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, núm. 52, María del Carmen Rodríguez, Instructivo número 41] México, D.F., 5 de noviembre de 1947.

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Cabe preguntarnos; ¿se regala la revista?, ¿está guardada?, ¿si no la venden, por qué aumentan el precio?, ¿por qué esta situación?”"*8* La profesora Rodríguez agregaba que no creía que las exigencias que se imponían a las sinarquistas con respecto a la revista fueran injustas, ya que se consideraba a Mejicana como la única actividad nacional de importancia dentro de la sección femenina. Al parecer, la situación de la publicación se hizo insostenible para 1948 y dejó de circular, casi al mismo tiempo que María del Carmen Rodríguez abandonara el puesto de jefa de la sección femenina.

3.4.2 Mujer, la revista de la sección femenina política.Casi a la par de que se formara la sección femenina de la rama política, su jefa, la señorita Ofelia Ramírez, empezó a idear una revista femenina sinarquista. Sin embargo, diversos obstáculos, sobre todo de tipo económico, hicieron que Mujer se registrara ante la oficina de Derechos de Autor, dependiente de la Secretaría de Educación Pública hasta enero de 1947."*8® El primer número de ésta salió a la luz el 15 de febrero de ese año. El costo de la revista era de 35 centavos para el público en general y de 30 para los comités femeninos. Ramírez giró algunas instrucciones para la distribución de la revista: los pedidos se dirigirían a la señorita Olga Vázquez; no se debía fiar; se instaba a hacer propaganda intensa y venderla rápidamente; remitir el importe de las ventas a más tardar ocho días después de haberlas recibido. También se pedían a las militantes y comités municipales y regionales enviaran fotografías a la redacción de la revista con el fin de ilustrar la misma. Cuando hubiera algún acontecimiento importante se instaba a que se informara con rapidez a fin de que apareciera en el siguiente número. Cada comité femenino, y en especial la secretaría de propaganda, deberían trabajar para que Mujer llegara a todos los rincones del país y se pudiera informar acerca de la impresión que la revista hubiera producido en los lectores."*88

3.4.2.1 Las dificultades económicas.Los baches económicos de la publicación empezaron desde el primer número. Había falta de patrocinadores, y la sección femenina no podía costear un proyecto tan ambicioso como era una revista editada con un buen papel, fotografías y varias páginas. La primera idea de las sinarquistas era que a través de las ventas de la revista se fueran generando ganancias y con éstas se costeara la misma. En

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 54, María del Carmen Rodríguez, A todas las secretarías de la sección femenina encargadas de la revista Mejicana, México, D.F, 8 de enero de 1948.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Registro de la revista mujer ante derechos de autor, México, D.F., 4 de marzo de 1947,

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Circular número 20, dirigida a los jefes y secretarias de propaganda de la sección femenina, rubricada por Ofelia Ramírez, México, D.F., 7 de febrero de 1947.

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el fondo documental se encontraron numerosas cartas provenientes de muchos lugares del país donde los comités femeninos mencionaban que Mujer no se vendía, que se quedaban con ejemplares atrasados y que casi nunca completaban el dinero para mandar al comité general femenino.

Desde el primer número, publicado en febrero de 1947, se recibieron cartas como la de Anita Díaz, jefa municipal de San Bartolo, Michoacán, que pedía enviar de regreso los cincuenta números de la revista Mujer porque era materialmente imposible venderlas. La señorita Díaz mencionaba que cuando mucho podría vender 20 en dicho lugar."*8"* Y es que la mayoría de la población no podía costear los 20 centavos de cada número.

En junio de 1947, la jefa municipal de Tequisquiapan, en Querétaro, escribió una carta dirigida a la señorita Olga Vázquez, encargada de las finanzas del comité femenino en donde decía que en dicho lugar “todos quisieran comprarla pero el problema de la carestía no deja, pero trabajaremos por distribuirla.”"*88 Carmen Hernández Muñoz redactó una misiva a Ofelia Ramírez en abril de 1947 donde apuntaba que la venta de Mujer sería imposible en Puruaga, Guanajuato, debido principalmente a la pobreza. La señorita Hernández señaló que en este lugar con muchos trabajos se vendía Orden, por lo que creía que la revista femenina sería muy difícil de colocar. También opinaba que no se trataba de que la gente no quisiera comprarla sino que les era económicamente imposible realizar dicho gasto."*88

La misma situación se repitió en casi todos los municipios donde Mujer se distribuía. En mayo de 1947, la jefa femenina de Indaparapeo, en Michoacán, pedía que tan sólo se le enviaran a ese comité 15 revistas mensuales pues se les hacía muy difícil colocar los pedidos."*87 Lo mismo ocurrió en La Huacana, también en Michoacán, en agosto y octubre de 1947, donde la jefa municipal solicitaba que nada más se le entregaran 50 números para su venta: “por estar ahora la crisis tan espantosa, y yo no tengo la facilidad de pagar las que no se venden y de algunos lugares me las han regresado, cuando cambie la crisis yo le avisaré.”"*88 La jefa de La Huacana también aludía a un problema de organización el hecho de que las revistas no se vendieran.

"’®"' AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a la señorita Olga Vázquez escrita por la señorita Anita Díaz, jefa municipal de San Bartolo, Michoacán, San Bartolo, Michoacán, 22 de febrero de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a Olga Vázquez rubricada por la jefa municipal de Tequisquiapan, Tequisquiapan, Querétaro, 24 de junio de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a Ofelia Ramírez, rubricada por la jefa del comité municipal de Puruaga, Guanajuato, Puruaga, Guanajuato, 30 de abril de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a Ofelia Ramírez, rubricada por la jefa municipal de Indaparapeo, Michoacán, Indaparapeo, Michoacán, 7 de mayo de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a Olga Vázquez, rubricada por la jefa municipal de La Huacana, Michoacán, La Huacana, Michoacán, 8 de abril de 1947.

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Lo mismo ocurrió en Coacolman, en el suroeste michoacano, donde en abril de 1947, la jefa municipal decía que existía bastante interés de las militantes por tener y leer la revista pero que muchas veces las personas carecían de dinero para comprarla."*89 Sin embargo, en Tacámbaro, la jefa del comité femenino de este municipio, María Isabel Arriaga, escribió en junio de 1947 que la demanda de la revista en esta región era muy alta, tanto que pidió que se le enviaran más ejemplares para que se distribuyeran en dicho lugar"*90. Habría que ver si esto era verdad o tan sólo se trataba de un “quedar bien” por parte de la jefa de esta población.

Los problemas en la venta de la revista se acrecentaron durante agosto de 1947 cuando que el costo de ésta se incrementó. Debido a lo anterior, la jefa regional del estado de Guanajuato escribió una carta dirigida a Ofelia Ramírez para solicitar que tan sólo se le enviaran cien ejemplares, en vez de los 250 que se les estaba distribuyendo debido a que no se podían colocar. La jefa de este lugar finalizaba la carta de la siguiente manera: “No crean ustedes que la revista no tiene aceptación, sí la tiene, pero lo que no hay es dinero. En este número nos quedó tanta que nada nos costaba repartirla aún cuando no se pagara, pero el chiste no es recibir revistas para repartirlas y el Comité pague.”"*9*

La situación llegó a ser tan crítica en algunos lugares que se pidió que se suspendiera el envío de revistas. Lo anterior ocurrió en agosto de 1947 en Arteaga, Michoacán, donde Guadalupe González, jefa municipal de esta población redactó una carta a Olga Vázquez donde mencionó que:

En virtud de la espantosa crisis por la que atravesamos, y el enorme precio que ha alcanzado el maíz, nuestras compañeras se encuentran imposibilitadas para comprara nuestras publicaciones, y por lo tanto, no sin dejar de sentirlo profundamente, tengo que suplicarles me hagan favor de suspender el envío de la revista Mujer, mientras la situación se compone un poco."*9®

En León, a pesar del ser bastión principal del sinarquismo, la situación en cuanto a la revista no era mejor. Para marzo de 1947, el jefe municipal de este

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida al comité nacional sinarquista rubricada por la jefa municipal de Coacolman, Michoacán, Ma. Dolores G. de Béjar, Coacolman, Michoacán, 8 de abril de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 144, Carta dirigida a la señorita Olga Vázquez rubricada por María Isabel Arriaga, jefa municipal de Tacámbaro, Michoacán, Tacámbaro, Michoacán, 28 de junio de 1947.

AHBMNAH; serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a Lidia Lara Cervantes, rubricada por el jefe del comité municipal del Estado de Guanajuato, Luis Vilches, Guanajuato, Guanajuato, 12 de agosto de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 129, Carta dirigida a la señorita Olga Vázquez, rubricada por Guadalupe González, jefa municipal de Arteaga, Michoacán, Arteaga, Michoacán, 10 de agosto de 1947.

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lugar y la jefa femenina pidieron que no se les enviara el número siguiente al de marzo porque la gente no pagaba debido, en sus palabras, a la terrible crisis por la que estaban atravesando:. “Nunca se había sentido una crisis tan álgida en León, tenemos obreros que tienen mes y medio que no trabajan, usted comprenderá si será tarea fácil hablarles de que nos compren periódicos y revistas.”"*98 Se mencionaba que en este lugar ni siquiera el costo de Mujer se podía cubrir.

Lo anterior también ocurrió en Jiquilpan, Michoacán, un lugar donde el sinarquismo no tenía muchos adeptos. En agosto de 1947, la secretaria de prensa y propaganda de ese lugar, María Luis Manzo, escribió una carta dirigida a Ofelia Ramírez para señalar que si la publicación no se vendía en 35 centavos, incrementar su costo a 50 haría imposible su venta. La señorita Manzo dijo que vendió los primeros números de la revista con la ayuda del jefe sinarquista del lugar, pero ahora tenía más ejemplares y ya no sabía qué hacer con esos ejemplares. También pedía que nada más se le enviaran tres pues eran los únicos que podría vender en esa localidad."*9"* En Indaparapeo, también en Michoacán, la jefa de la sección femenina de ese lugar, Andrea Cruz, mencionó que la revista no se vendía y que por tanto no se generaban utilidades. En mayo de 1947, la jefa municipal femenina de Ciudad Hidalgo, en el mismo estado de Michoacán, solicitó a la administradora de la revista, señorita Olga Vázquez que redujera el envío de la revista Mujer, ya que a pesar de ser éste el lugar que contaba con el mayor número de militantes sinarquistas en todo México, la gente no tenía dinero suficiente para comprarla."*98

El problema de la venta y distribución de la revista no sólo era privativo de la publicación femenina, el semanario Orden también atravesaba por problemas económicos de forma constante, ya que la gente no tenía para comprarlo. Lo anterior llegó a ser tan grave que en varias ocasiones se tuvo que interrumpir su impresión por falta de recursos para publicarlo. Sin embargo, la gente prefería comprar el periódico sinarquista a la revista femenina. Lo anterior se podría deber a que siendo generalmente los hombres lo que tenían recursos económicos, no iban a comprar una revista para mujeres y menos si en ella se hablaba de realidades tan distintas a las suyas.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 129, Carta dirigida a la señorita Amparo Martínez rubricada por el jefe municipal de León, Guanajuato, León, Guanajuato, 25 de marzo de 1947.

AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a la señorita Ofelia Ramírez escrita por la señorita María Luisa Manzo, Jiquilpan, Michoacán, Jiquilpan, Michoacán, 15 de julio de 1947.

AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 129, Carta dirigida a la señorita Olga Vázquez escrita por la jefa municipal de Ciudad Hidalgo, Michoacán, Josefina Vega, Ciudad Hidalgo, Michoacán, Ciudad Hidalgo, Michoacán, 24 de mayo de 1947.

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Otros obstáculos que Mw/er enfrentó.La revista no sólo enfrentó dificultades de tipo económico, el recelo de los varones sinarquistas y la hostilidad de autoridades municipales y eclesiásticas fueron una constante en este proceso. En marzo de 1947, la jefa del comité municipal de Tequisquiapan, Querétaro, Isabel Ugalde viuda de Mejía, escribió una carta a Olga Vázquez para indicarle que la gente del lugar no quería comprar la revista debido a la mala propaganda que el cura del pueblo había hecho hacia ésta"*98. Lo anterior se debía a que el sacerdote simpatizaba con la corriente sinarquista apolítica, liderada en ese momento por Carlos Athié Carrasco.

El asunto de la distribución de la revista también dejaba al descubierto varios de los problemas internos de los comités femeninos de distintos lugares, como un hecho ocurrido en febrero de 1947 en Encarnación, Jalisco, donde la jefa municipal de este lugar fue acusada por las demás mujeres de vender algunas revistas y quedarse con el dinero. Por lo anterior, varias de las denunciantes solicitaban a Olga Vázquez no enviara más revistas hasta que dicho asunto se resolviera."*97

3.4.2.2 Las sugerencias.Al enviar los giros con el importe de la revista u otra correspondencia, algunas sinarquistas también hacían ciertas observaciones y sugerencias. En marzo de 1947, la jefe femenina de Uruapan escribió una carta en hoja membretada con el escudo y nombre de la Unión Nacional Sinarquista a la jefa de redacción de Mujer, Teresa de Cepeda, donde sugería lo siguiente: “Desearía que la revista llevara algo de moda y labores para que tenga más demanda, viendo las circunstancias por las que atraviesa en este lugar.”"*98 Otras mujeres señalaron otros puntos para mejorar la revista, como que la letra fuera más grande o que se incluyeran las fotografías que hubieran mandado. También se solicitaba que se anexara una sección sobre enfermería o primeros auxilios ya que lo consideraban como indispensable en su lugar de origen. Lo anterior fue una petición de la jefa femenina de Ciudad Hidalgo, Michoacán, quien en junio de 1947 sugirió que se hiciera una sección de enfermería en la revista, ya que algunas sinarquistas de ese lugar se encontraban muy interesadas en realizar un curso sobre la materia. * 15

AHBMNAH serie: UNS, microfilm, rollo 149, Carta dirigida a Olga Vázquez rubricada por la jefa municipal de Tequisquiapan, Querétaro Isabel Ugalde viuda de Mejía, Tequisquiapan, Querétaro,15 de marzo de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 149, Carta dirigida a Ofelia Ramírez rubricada por Tomasa Martínez, jefa del comité municipal de Encarnación, Jalisco, Encarnación, Jalisco, 28 de febrero de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 129, Carta dirigida a la jefa de redacción de la revista Mujer, Teresa de Cepeda, rubricada por María Orozco, jefa distrital de la sección femenil de Uruapan Michoacán, Uruapan, Michoacán, 8 de marzo de 1947.

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pero por diversas dificultades no lo habían podido hacer."*99 Fue frecuente encontrar dentro de la documentación otros comentarios favorables acerca de la publicación, como el emitido por el jefe municipal y la jefa de propaganda de Tzintzuntzan, Michoacán en febrero de 1947, que entre otras cosas mencionaba:

Gran entusiasmo ha causado entre nosotras la llegada de le revista Mujer, pues al leerla hemos encontrado aquello que tanto deseábamos: Instrucción, esta instrucción que tanta falta nos hacía para de esta manera trabajar con más entusiasmo y tino a favor de nuestra querida Patria. Dios nuestro señor recompense sus trabajos.899

Para abril del mismo año, la jefa municipal de Tzintzuntzan, volvió a escribir una carta dirigida a Olga Vázquez, administradora de Mujer, donde felicitaba una vez más a las editoras de la publicación de la manera siguiente: “Por segunda vez quedamos admiradas al ver sus páginas ya que nos ha causado gran admiración, por todo. Dios y la Virgen de Guadalupe sigan iluminando vuestra inteligencia para seguir trabajando.”89*

En algunos comités municipales se organizaban lecturas colectivas de la revista lo que ayudaba al hecho de que no todas las mujeres la podían comprar. Como en la carta anterior, se encontraron diversos textos que expresaban una buena impresión sobre la revista. En marzo de 1947, la jefa municipal de Tacámbaro envió una misiva a la coordinadora de la revista Olga Vázquez, en donde apuntaba que la revista serviría como un lazo de unión para las mujeres sinarquistas. Por lo anterior, en un primer momento pidió que se le enviaran 50 ejemplares de Mujer, mismos que pagaría por adelantado89®. Es de notar que Tacámbaro fue uno de los pocos lugares, sino que el único donde la revista contó con gran aceptación y un número elevado de ventas.

La revista no sólo tuvo buena recepción por los artículos escritos que ahí se incluían sino por la gran cantidad de fotografías que se publicaban en ella, lo que permitía a las mujeres que no sabían leer ni escribir hacer otra forma de lectura de lo que pasaba en otros lugares y asir la doctrina, normas e ideología sinarquista

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 129, Carta dirigida a la señora María del Carmen viuda de Zermeño, rubricada por Josefina Vega, jefa municipal de Ciudad Hidalgo, Michoacán, Ciudad Hidalgo, Michoacán, 4 de junio de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 151, Carta dirigida a la administradora de la revista Mujer, señorita Olga Vázquez rubricada por la jefe municipal de Tzintzuntzan Azucena Vázquez y la jefa de propaganda del mismo lugar Sacramento Villagómez, Tzintzuntzan, Michoacán, 30 de febrero de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 151, Carta dirigida a Olga Vázquez, administradora de la revista Mujer, escrita por la jefa municipal del comité femenino de Tzintzuntzan, Michoacán, Juana Vázquez, Tzintzuntzan, Michoacán, 2 de abril de 1947.

AHBMNAH, serie: UNS, microfilm, rollo 148, Carta dirigida a la señorita Olga Vázquez, escrita por la jefa municipal de Tacámbaro, Michoacán, María Isabel Arriaga, Tacámbaro, Michoacán, 12 de marzo de 1947.

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de una manera gráfica. Asimismo, se podían identificar ellas mismas en la publicación, si en ésta salía alguna imagen de sus personas o del comité al que pertenecían.

El espacio donde la revista tenía un mayor número de ventas fue en las manifestaciones y concentraciones sinarquistas, debido a la gran cantidad de gente que se congregaba en ellas. En marzo de 1947, la jefa municipal del comité sinarquista de Guadalajara comentó que en un mitin en dicha ciudad se colocaron 400 ejemplares de Mujer.

3.4.2.3 Las secciones de la revista Mujer.Los Editoriales.Mujer salió a la luz el 15 de febrero de 1947. Las secciones de ésta fueron: editorial, conclusiones del consejo femenino, poesía a Urquiza, formación cívica, tus manos y tu alma, espigando, cocina por Julia, ¿qué opina usted del voto femenino?, flechazos, confidencialmente y regiones.

El primer número de Mujer dedicó su editorial a la importancia de la participación política y social de la mujer en el municipio. Lo anterior se encontraba relacionado con los cambios implementados durante el sexenio de Miguel Alemán Valdés (1946-1952) cuando se dio a las mujeres el derecho de participar en las elecciones municipales.898

Para abril de 1947 el editorial de la revista desarrolló una disertación sobre los cambios que se habían gestado en la situación de la mujer poniendo énfasis en la incursión de las mujeres en el ámbito político. “Hoy la vida moderna ha abierto a la mujer sus puertas. En todas partes se le ve confundirse en el ajetreo de los negocios, en el bullicio de las fábricas, en la algarabía de las universidades, y empezamos a verlas en la inquietante vida política, incuestionablemente, los tiempos han cambiado.”89"*

El Editorial ponía en cuestión la división entre ámbito público y privado. Se señalaba que antiguamente las mujeres consideraban al mundo como algo incomprensible, reservado al hombre.

La comodidad de su hogar, y un poco de libertad religiosa conformaban pues la más cara de sus ambiciones. De lo demás, ni quería entender nada. Más esta vida sólo era posible para quienes, con un padre o un esposo, o bien una renta mensual, eran los seguros estables de su vida. La mujer pobre y desamparada desde mucho antes que el modernismo lo llamara a participar en todos los aspectos de la vida, había invadido los talleres y las fábricas y el trabajo a domicilio había hecho de cada hogar, un minúsculo taller en donde la mujer luchaba para triunfar sobre su mundo, que

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504Ver capítulo 4AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de abril de 1947.

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indiferente a sus sufrimientos parecía ignorarla. Las faenas del campo, en numerosas regiones del país, se ven cubiertas por mujeres. Luego que los hombres preparan la tierra y abren el surco, se ve a la mujer regando la semilla. Y a la hora de cosechar, volvemos a verla en acuciosa tarea, recogiendo los frutos de la tierra y del trabajo.898

Lo anterior se podría leer como la visión que las sinarquistas tenían de las mujeres de distintas clases sociales: las de clase media y clase favorecida, las obreras y las campesinas. Se ponía énfasis en que las mujeres pertenecientes a los últimos grupos eran las más cercanas al espacio público aunque lo anterior fuera invisibilizado. Era como afirmar que las mujeres siempre habían estado en el espacio público pero pocas veces se las tomaba en cuenta. Las sinarquistas también subrayaron la participación política de las mujeres ya que “Mucho antes que las leyes llamaran a la mujer a la lucha política, ella anteriormente ya había librado numerosas batallas en rescate de la libertad.”898 Todo lo anterior era en defensa del hogar, de la familia y del espacio privado: “Florecieron sobre las banderas amapolas de sangre cuando las mujeres, por defender la santidad del hogar, daban vida y cuerpo a la patria que regaba vida a cambio de descubrir nuevos horizontes.”897 A través de este párrafo se podía observar que la participación política de las mujeres y el estar en el espacio público se justificaban solamente si era en defensa del espacio privado, del hogar, de la familia, del lugar asignado a las mujeres en el entorno social.

El editorial de este número de la revista vanagloriaba la participación política de las mujeres y su incursión en el ámbito social debido a que era de la conveniencia de los sinarquistas que las mujeres simpatizaran por su partido político. Los sinarquistas se dieron cuenta del potencial electoral de las mujeres y las trataban de convencer de que se unieran a su lucha política. “La mujer que verdaderamente entiende los tiempos modernos aspira a vivir a plenitud de su participación en las cosas de su hogar y en los problemas del mundo, sin olvidar su hogar que es donde se encuentra la paz como en el claustro de los templos.”898

La mujer debería deambular entre el espacio público y el privado, pero su participación política y su incursión en el mundo tenía que estar sumamente justificado por la defensa del hogar y de la familia. El partido sinarquista velaría también por mantener el hogar católico tradicional. Pero para lograr lo anterior, la mujer necesitaba instrucción, que también sería dada por los sinarquistas: “Mayor preparación en las cosas de su hogar, en las actividades escolares, en el mundo de los negocios y del trabajo, y en todo aquello que ve a la buena marcha de la cosa pública. Este ascenso femenino en la vida moderna, ha hecho más amplio el

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círculo de su horizonte, y demanda de la mujer mayor visión y mayor cultura.”899 Toda esta labor necesitaría de cualidades innatas a las mujeres: “de virtudes, sin las cuales la mujer se perdería,”8*9 pero también se hacía indispensable la afiliación de las mujeres a la UNS: “La mejor guía para las mujeres, en estos momentos de vida intensa y nueva es la Unión Nacional Sinarquista, en donde la norma de toda actividad surge de la verdad, de la justicia y del bien.”8**

En agosto de 1947 el Editorial de Mujer hablaba sobre la importancia de la educación femenina:“En estos tiempos que la mujer, por fuerza de las circunstancias ha tenido que invadir las fábricas, los campos, los talleres, los sindicatos y las campañas políticas. Es de urgencia dotarlas de una preparación sólida y eficaz que les permita moverse con naturalidad y soltura en medio de las mil circunstancias de la vida moderna.”8*® Lo anterior respondía a los ambiciosos proyectos que las sinarquistas tenían al respecto de la fundación de escuelas y centros de capacitación para las mujeres. Pero para las sinarquistas, las mujeres más que instrucción en aspectos concretos necesitaban formación para la vida.

Una mujer puede ser muy instruida en todo lo que concierne a su trabajo. Puedes ser una magnífica obrera, una inmejorable secretaria, o bien una batalladora lideresa. Y sin embargo, si no ha recibido ninguna educación, si no sabe tratar a sus semejantes convenientemente, si no sabe usar su talento en situaciones difíciles o comprometidas corre el riesgo de caer en la timidez, en la chabacanería o en la desvergüenza.8*8

La educación, desde la mirada de Mujer, significaba orientar para que no se abandonara la “calidad de mujer”, que era sinónimo de alegría, belleza, consuelo y respeto. Se trataba de evitar a toda costa lo que los sinarquistas llamaron “la perversión de la mujer: “La vanidad, el orgullo, la sensualidad y la desvergüenza de las mujeres han trastornado el sentido moral de la vida y han hecho de los hombres piltrafas humanas, resentidos sociales, empujándoles al vicio, a la maldad y a la muerte.”8*"* Para sortear todo lo anterior se requería que las mujeres recibieran una formación y educación sinarquista: “Por fortuna el mundo tiene mujeres cristianas, mujeres sinarquistas. Son ellas las más dulces promesas del triunfo y de la más acendrada esperanza de victoria. Son ellas el más cálido reflejo de la Madre Hermosa que desde el cielo, vela por nosotros mexicanos tan pobres.

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Ibídem.Ibídem.Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 6 de agosto de 1947. Ibídem.Ibídem.

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tan perseguidos y tan batalladores.”8*8 De esta manera la educación femenina tendría como modelo femenino a María, la madre de Jesucristo.

En el siguiente número de Mujer de septiembre de 1947, se publicó una crítica a la ideología de izquierda poniendo atención a algunas declaraciones de Vicente Lombardo Toledano, dirigente del Partido Popular en donde se señalaba que donde no había intervención femenina no existía la democracia. El objetivo del artículo era enfocar los dichos de Lombardo desde el ángulo sinarquista y responder la siguiente pregunta: ¿cuál es la función real de la mujer que milita en las izquierdas? De acuerdo a las sinarquistas: “Podemos reivindicar para nosotras derechos, podemos demostrar que somos aptas para las funciones públicas, podemos en una palabra, afirmar que nuestro sexo no nos veda ninguna actividad especial, pero todo esto a condición de que sepamos ser en primer lugar y por encima de todo, mujeres.”8*8 Esta postura tenía una estrecha relación con la creencia de los sinarquistas de que las mujeres que militaban en el Partido Comunista y el Partido Popular no podían catalogarse como mujeres, sino como simples “hembras” con sentido despectivo y estigmatizante. El catolicismo, el amor a la familia, la defensa del hogar y el sinarquismo, les daba a las mujeres un carácter que trascendía el hecho de haber nacido con sexo femenino. De esta forma, la “masculinización” de las conductas femeninas se usó para descalificar a las mujeres.

El tema de la participación política de las mujeres se siguió discutiendo durante el número octavo de Mujer, publicado en octubre de 1947. También se hizo una crítica a los movimientos feministas catalogándolos de anti cristianos:

Cuando furibundas lideresas truenan contra el cristianismo al que imputan retroceso y oscurantismo y tiranía, no hacen otra cosa que exhibir su ignorancia y su inconsecuencia por cuanto desconocen los auténticos impulsos básicos de su liberación y dejan ver sus nada sinceros deseos de identificación total de los sexos, que no puede dar otra cosa que la muerte de la feminidad y el encanto de la mujer.8*7

Para las sinarquistas, el cristianismo fue el medio por el cual se dio dignidad a la mujer. Era en esta religión donde no sólo se era súbdito (como en otras ideologías) sino “donde varón y hombre concurren como un santuario con el compañerismo de iguales y con su distinción de quehaceres y facultades: la familia, principio a ser sólidamente establecido.”8*8 Se ponía como ejemplo a mujeres católicas que eran prototipos de actividad e iniciativa como Juana de Arco * 517

IbídemAHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 7 de septiembre de

1947.517

518AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., octubre d e 1947.Ibídem

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e Isabel de Castilla que tenían, de acuerdo a las sinarquistas, un acentuado carácter femenino.

Si la religión católica no se encontraba bien cimentada en las mujeres, la participación de éstas en distintos ámbitos públicos como los talleres, la oficina y las fábricas, se pondría en peligro su función como madres. Por lo tanto, se indicaba que la tarea de todo sistema social era proteger a la mujer, y con esto salvaguardar a la familia y a la sociedad. Se mencionaban los tiempos de Carlos V cuando se prohibía el trabajo de las hilanderas en grupo y el trabajo nocturno. Es decir, para las sinarquistas, la aparición pública de las mujeres tenía sus límites, los cuales eran no desatender su rol como madres, esposas, y salvaguardas del hogar. Si por alguna situación como enfermedad, viudez o soltería, las mujeres tenían que salir al espacio público y ganarse el sustento era deber de los sinarquistas reclamar justicia social para que se les protegiera.8*9

En lo que respecta a la participación política de las mujeres, ésta también debería tener un freno que correspondía a los de la actuación femenina en el ámbito privado. Las características que se consideraban innatas en la mujer, tales como la defensa del hogar y la familia, la bondad, la ternura, la generosidad y el sentimiento maternal, eran lo que harían que tuviera una digna participación en política: “Sin romanticismos vemos en la bondad de la mujer mexicana un refuerzo en la lucha por el bien común y en especial por el de la familia. La queremos tan digna como el hombre, preocupada por prepararse y educarse para su nueva labor, pero al mismo tiempo muy femenina, más femenina que nunca.”8®9

“Espigando”Esta sección estaba dedicada a la mujer campesina. Algo un poco contradictorio siendo que el mayor número de analfabetas en el país eran las personas dedicadas al campo. “Espigando” se trataba de la visión prejuiciada de las líderes sinarquistas que sentían que con sus palabras y enseñanzas educarían y salvarían a las campesinas de lo que ellas consideraban la pobreza y la ignorancia. Las sinarquistas pasaban por alto que estas mujeres no sabían ni leer ni escribir pidiéndoles que escribieran cartas sobre las dificultades que enfrentaban día a día y cosas que quisieran se incluyeran dentro de la sección.

Esta parte de la revista les ofrecía consejos sobre higiene, recetas de cocina, crianza de los hijos, limpieza del hogar, etc. Las sinarquistas pensaban que las mujeres del campo serían “rescatadas” a través del sinarquismo y de esta sección de la revista. En el primer número de Mujer se señalaba lo siguiente al respecto:

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Mujer campesina que vives lejos de la ciudad y has escuchado el llamado de tu Patria y has respondido a su llamado con toda la generosidad de tu corazón limpio y noble. Antes que llegara a ti el movimiento estabas como sola, perdida en la inmensidad del campo que te rodeaba. Ahora te sientes más fuerte porque estás en el movimiento. Sabes lo que puedes hacer. Adelante. Vamos a poner las manos en la obra, tú y yo, hermana campesina.

Lo primero que las sinarquistas pensaban que se debía inculcar a las campesinas eran hábitos de higiene y limpieza. En el segundo número de la revista Mujer, “Espigando” se dedicó a hablar sobre esta materia. El artículo comenzaba de la siguiente manera: “En el gobierno de tu casa hay dos cosas de suma importancia, el orden y la limpieza. De esta manera puedes tener un hogar más cómodo y más higiénico en donde la familia viva con mayor tranquilidad y alegría.”8®® Se instaba a las mujeres a adquirir orden y se le daban consejos como el siguiente: “Ten cada una de las cosas de tu casa en su lugar. Si solo dispones de una pieza, ten en el cuarto de dormir la ropa, los enseres de costura, las medicinas; en la cocina todos los trastes de comer y en una pequeña cubeta los aperos de labranza de tu marido.”8®8

Se representaba a estas mujeres como desordenadas, sucias y hasta cierto punto tontas ya que se les tenía que decir, según su concepción, hasta el lugar donde deberían poner los objetos dentro de su casa, y el orden de las actividades que tenían que hacer en el día, ya que según las sinarquistas, era muy frecuente que empezaran a hacer alguna actividad y la dejaran sin terminar para iniciar otra: “Empieza por hacer la limpieza de la casa, terminada ésta dedícate a la cocina. Deja la tarde para otros quehaceres: lavar, remendar, ir a la tienda.”8®"*

También se debería inculcar a las mujeres la manera cómo educarían a sus hijos: “Señala a cada quien según su edad algún pequeño quehacer y vigila que lo hagan bien. No te olvides de dejarles también un tiempo libre para sus juegos.”8®8 Las sinarquistas tampoco dimensionaban que en el campo era muy frecuente que los niños participaran desde muy temprana edad en las labores del campo. Tenían una visión de la infancia urbana y de clase media: “De igual manera enseña a tus hijos a conservar el orden y la limpieza de la casa no usando palabras duras o mandándolos de mal modo. Hazles ver que la casa es patrimonio de todos y que todos los que allí viven tienen que poner un poquito de trabajo para conseguir el

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AUIA, fondo, UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de febrero de 1947. Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de marzo de 1947. Ibídem.Ibídem.

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bien común.”8®8 Todas las ideas vertidas en esta sección tenían muy poco o nada que ver con la cotidianidad y cultura campesina.

El prejuicio hacia lo campesino y lo indígena como individuos sucios en su corporeidad también estaba presente en las sinarquistas. Se otorgaban consejos sobre aseo personal: “Es cierto que en el campo siempre hay más polvo que en la ciudad, pero eso no impide que la ropa deba estar bien lavada y bien zurcida. La mujer sinarquista se debe lavar la cara y las manos al levantarse. El lavado de las manos debe hacerse después de cada quehacer y especialmente antes de las comidas.”8®7

Las sinarquistas de la revista Mujer también daban lecciones sobre alimentación a las mujeres, consejos que las más de las veces distaban mucho de la cultura y realidad de las comunidades indígenas y campesinas. Se les decía que era necesario que incluyeran otros elementos en sus comidas aparte de frijoles, tortillas y chile: “Me vas a decir que todo está muy caro, tienes razón. Pero la mujer sinarquista por su disciplina debe tener la costumbre de resolver sus problemas y dejarse de inútiles lamentaciones.”8®8 Se sugería que consumieran leche, carne, huevo, verduras, azúcar y fruta. Para obtener estos productos se indicaba que tenían que hacer gallineros y corrales donde se criaran conejos y puercos. Para las verduras y frutas se harían huertos caseros. También contar con panales de abejas. Los consejos finalizaban de la siguiente manera: “Nuestra tendencia es y será siempre la casa campesina cómoda y muy limpia, la alimentación de la familia campesina abundante, buena y barata. Todo esto como primeros pasos para el mejoramiento de la familia campesina mexicana. Manos a la obra mujer campesina. México espera mucho de ti.”8®9

Aunque se estigmatizaba a las mujeres campesinas y se las tachaba de sucias e ignorantes, las sinarquistas de la revista Mujer idealizaron la vida en el campo. En la sección “Campirana” de agosto de 1947 la autora invitaba a las campesinas a no salir de sus lugares de origen: “La vida del campo es dura. ¿Pero han pensado en la dureza y crueldad de la vida de la ciudad de los que llegan a ella sin medios para vivir?”889 Se catalogó a la vida en el campo como más sana y más fácil que en las urbes: “La vida en el campo es sencilla, está formada de trabajos, de satisfacciones familiares. A cambio de eso, poco o nada ofrece a la familia humilde de ciudades grandes con su vida llena de precipitaciones e inquietudes.”88* Se hacía referencia a la hacinación en que muchas personas de las ciudades tenían que vivir en cuartos donde se respiraba un olor insoportable.

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Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de marzo de 1947.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de abril de 1947.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de abril de 1947.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 6 de agosto de 1947.Ibídem.

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Se invitaba a la mujer sinarquista a no abandonar el campo: “Piensa, piensa que el engrandecimiento de México está en el campo, en ti y en los tuyos y se digna de la labor que Dios ha puesto en tus manos.”88®

“Ocios de mujer”, por María Clara.En el primer número de la revista apareció esta sección que no fue

constante durante todos los números. Dentro de ésta se pretendía dar consejos a las mujeres acerca de la manera cómo administrar su tiempo y sobre todo su tiempo libre en acciones de carácter social, caritativo y religioso. Uno de los puntos principales es que se contemplaba la existencia de algunas mujeres que trabajaban fuera del hogar como en fábricas. Recordemos que había muchas obreras sinarquistas. Se señalaba que aunque al final de un día la mujer quedara rendida:

Muy dentro de tu conciencia, se oye una vocecita que te dice: podrías haber ayudado a tu madre enferma, a tus hermanas pobres, a tus amigas necesitadas, o simplemente a esos niños que no tienen quien los cuide, quien los enseñe a leer, quien los cuide o vea por ellos [...] mientras que tu estuviste pensando ¿qué harías para pasar el tiempo? ¿Y qué me puedes decir de alguna obra? De esos hospitales pequeñitos o grandes, mal atendidos. En algunos poblados, ranchitos o pueblos chiquitos no están estas obras. ¿Escuelas? Escuelas para niños y para adultos en pueblos pequeños. Hay muchos chiquillos que nunca aprenden a leer porque nadie les enseña. Si tu sabes leer, si tu sabes escribir, si sabes algo que pudiera permitir a los demás, hazlo, y hazlo pronto que puedas porque harás bien a tu prójimo y un bien a ti mismo, además de la satisfacción de una buena obra. ¿Pobres? Tú sabes que en nuestra Patria los hay por millares, ¿por qué no los ayudas? ¿Por qué no organizas entre los que más puedan alguna obra colectiva paraayudar?,533

Estas indicaciones eran dirigidos a las mujeres de clase media o alta que eran las que generalmente podían realizar obras de caridad, sobre éstas se mencionaba:

Ya sabemos que tu vida es dura, que no tienes mucho dinero, y que los elementos no abundan en tu hogar para ayudar a los demás. Apenas si alcanzan para ti. Precisamente por ello queremos que tú y los tuyos mejoren lo posible. Muchas veces no es necesario dar tiempo ni dinero. Las más de las veces, puedes ayudar con tus palabras, con la compañía. De lo que se tiene, y si sólo eso tienes, es suficiente, eso es de sobra, para que lo prodigues a los demás.88"*

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El mismo discurso sobre la caridad y la ayuda social se mantuvo durante todos los artículos de esta sección. Se instaba a la mujer a no olvidar o dejar a un lado las labores del hogar, así como las de madre y esposa, pero dedicar una o dos horas a la semana a socorrer a los demás: “¿Sabes en que puedes emplear esas horas que te sobran a la semana? En fundar o iniciar un proyecto ya sea pequeño o grande. Puedes principiar por organizado, hablando con tus amigas, y de común acuerdo con un grupo que sea constante y serio. Por ejemplo, se pueden reunir una vez a la semana para coser.”888 Se empujaba a las mujeres a no sólo hacer labores domésticas en beneficio de los miembros de su familia: “De lo que se trata aquí es de dar para los demás y esos demás pueden ser un niño que viene, o los pobrecitos del catecismo o los del hospicio que trabajan para sostener a un hermanito o unas almas buenas, sin contar que hay hospitales que necesitan ropa, sábanas, camisones para los enfermos más necesitados, vendas y otras cosas.”888 Se ofrecían recomendaciones de todas las actividades que las mujeres pudieran realizar, incluso utilizando material que tuvieran en casa, como estambre que podría ser usado para tejer ropa para bebé: “En un cesto puedes arreglar esa ropita, y después darla en nombre de Dios a una madre necesitada que seguramente lo agradecerá a ti y a tu grupo de amigas hasta la muerte.”887

Según la concepción de las sinarquistas, la generosidad tenía que ir de la mano de la caridad:

Coopera con los demás, no vivas jamás para ti solamente, porque de esta manera lograrás que también los demás den a su vida lo mejor que tienen, que es la generosidad. Si todos viviéramos un poco para los otros, el mundo sería algo diferente de lo que actualmente es. La mayor parte de nuestros males provienen de nuestro egoísmo en que nos encerramos. Piensa que la mejor forma de recibir es dar. Esta es una especie de comunión de las almas, por lo que una obra buena, jamás quedará sin correspondencia.888

Todas estas obras, según la sección de la revista, se deberían realizar en cooperación con varias mujeres para así hacer una fundación: “Lo que a una le falta, quizá a otra le sobre, y así, materiales, habilidad, voluntad y demás se unirán para formar el primer obrador, la primera fundación de mujeres.”889

Durante la primavera de 1947, María Clara escribió su sección acerca de la importancia de cultivar árboles frutales y de cómo aprovechar sus productos. Este

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artículo, a todas luces también era dirigido hacia las mujeres de la ciudad quienes contaban con los medios económicos para comprar frutos y demás elementos necesarios para hacer conservas y mermeladas. Sin embargo, la autora también dirigió su atención a las campesinas, dándoles consejos básicos, que tenían por objetivo dar luz sobre la preparación de alimentos, como si estas mujeres carecieran de dichos conocimientos, y por otro lado, acerca de comidas que no estaban en sus costumbres para preparar ni para comer. María Clara también fomentaba el trabajo en equipo instando a las mujeres a unirse con otras para repartir los gastos y para hacer intercambio de productos. Al realizar mermeladas y conservas durante esta época del año, de acuerdo a la autora, la familia ya no padecería de la necesidad de azúcar que consideraba indispensable para el desarrollo de los niños.8"*9

Para septiembre de 1947, la sección “Ocios de Mujer” dedicó su espacio a la importancia del hogar y de la casa. Para María Clara, la casa tenía la cualidad de ser el sitio en donde se desarrollaba una vida: “La vida de tus hijos, si eres madre de familia, o la de tus padres y tus hermanos, si eres, por el contrario, hija de familia. Allí transcurren tus días, y lo de los tuyos. Allí naciste o nacieron tus hijos. En ella tienen lugar los acontecimientos más notables de tu existencia”.8"** Se ponía el ejemplo de la mujer recién casada a quien el hogar se convertía en el bien más preciado que Dios podía darle, puesto que se iba a convertir en la señora, en la reina y la madre de éste. Dentro de la casa, la mujer sería la compañera del hombre al que se había elegido entre todos para ser el esposo.8"*®

No importando la miseria o pobreza de la casa, la mujer tendría como labor llenarla de amor y darle calor para recibir a los hijos: “Los niños son angelitos llenos de travesuras a quien tú criarás y van a ser unos niños ideales.”8"*8 María Clara aconsejaba a las mujeres a no tornarse la vida pesada, a pesar de que el dinero fuera escaso, y que todo costara trabajo: “El quehacer de la pobre madre de familia, que apenas termina su jornada y hay que empezar otra.”8"*"* Según la autora, a la mujer le tocaba mantener el hogar mexicano unido y convertido en una fuerza social ya que era el que había salvado a la Patria: “Quizá en ninguna otra parte del universo, constituya el hogar una fuerza tan grande como los es México.”8"*8 Lo anterior se debía a la abnegación de la mujer mexicana.8"*8

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AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de abril de 1947 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 7 de septiembre de 1947.Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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“Confidencialmente”, por María Antonia.En esta sección de la revista, María Antonia daba respuesta a cartas que

las mujeres enviaban para mostrar diversos problemas cotidianos, familiares y con la pareja. Al parecer las cartas que esta mujer recibía eran bastante extensas, así como las respuestas que la autora daba a sus lectoras. En marzo de 1947, una mujer escribió a María Antonia lo siguiente:

Estimada María Antonia: escribo a usted porque me encuentro gravemente preocupada. Tengo cuatro hijos y el menor de ellos, a pesar de contar ya con trece años de edad y haber entrado a la escuela desde los seis, no ha podido pasar de los estudios primarios, lo hemos cambiado de colegio en tres ocasiones y ha tenido varios maestros que han tratado de hacerlo estudiar. Sin embargo, han sido inútiles todos los esfuerzos, lo mismo lo de su padre y los míos que hemos tratado de estimularlo con recompensas. Ahora mi esposo [...] se propone enviarlo de castigo a un internado y con instrucciones muy severas para que lo hagan estudiar a la fuerza

La madre del muchacho que firmaba con el nombre de “Afligida” abogaba por su hijo diciendo que era un joven sano y fuerte, de excelente corazón y carácter sencillo y alegre, que adoptaba con gusto todos los trabajos que se le encomendaban aunque fueran pesados: Puedo asegurar a usted que, aparte de los disgustos por su aversión a la escuela, no nos ha dado ninguno de importancia, pues es muy bueno y cariñoso.”8"*8 La madre pensaba que era una mala idea enviarlo al internado ya que: “si lo mandamos, va a rebelarse y va a tratar de escapar para huir a donde no podamos volver a encontrarlo, por lo que me opongo a esta medida.”8"*9 “Afligida” solicitaba a María Antonia le diera un consejo y su opinión.

María Antonia empezaba su respuesta con un: “Estimada amiga, es natural que esté usted afligida.”889 Le decía a la madre que indudablemente el muchacho tenía algún motivo que lo hacía repulsivo al estudio, como un retraso mental: “pues aunque físicamente sea un muchacho fuerte y sano, hay en él algún defecto que no le permite desarrollar su vida intelectual con la misma facilidad que otros niños de su edad.”88* “María Antonia” sugería que el niño fuera revisado por un médico especializado en enfermedades nerviosas: “Con esto quedará resuelta la preocupación de su padre, que con toda razón quiere dar a su hijo la mayor instrucción posible, pues en estos tiempos, los hombres sin preparación son

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ADIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de marzo de 1947. Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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desplazados y vencidos por lo que han luchado por instruirse.”88® La autora apoyaba la idea de que no se debería mandar al muchacho al internado ya que: “seguramente ocurrirá lo que usted teme, con lo que lo expondrán a que vaya a parar a lugares donde es muy fácil que adquiera malos hábitos y llegue a perderse para siempre.”888

En diciembre de 1947, una mujer de nombre Elodia originaria del estado de Guerrero, escribió una carta a María Antonia donde le comentaba que tenía diez años viviendo con un hombre pero sin casarse. Lo anterior la llenaba de congoja y tristeza. En sus palabras, esta situación “le remordía la conciencia” ya que varias personas le habían dicho que vivía en pecado mortal. Sin embargo, Elodia tenía mucho miedo de contraer matrimonio ya que afirmaba que: “casarse echa la mala suerte, y los que se casan pocas veces duran juntos”88"*

María Antonia respondió diciéndole a Elodia que sí se encontraba en pecado mortal, ya que el matrimonio era un sacramento, como lo eran el bautismo, la confirmación, la extremaunción y el orden sacerdotal. Por lo tanto, no se debía hablar mal de él; especialmente los hombres que cuando tenían malas intenciones con una mujer evadían el compromiso, ya que las leyes civiles obligaban a los hombres a pasar una pensión para los alimentos de los hijos, cosa que los varones trataban de evitar. “Así pues, la mujer no debe nunca dejarse convencer, pues como fácilmente se comprenderá, es ella la que tiene todas las probabilidades de perder y la que queda siempre más perjudicada.”888

El asunto del matrimonio siguió siendo una constante en las recomendaciones de María Antonia. En febrero de 1948, la autora volvió a retomar el tema del matrimonio y la defensa de éste. Respondiendo a una carta de una mujer de nombre María Elena que preguntaba algunos consejos para llevar un buen matrimonio, “María Antonia” apuntaba que era difícil encontrar matrimonios unidos que contaran con varios años de casados, lo anterior debido a:

Los peligros y tentaciones tan extendidos hoy en día así como poderosos enemigos que se han propuesto vencer tanto al hombre como a la mujer. Entre estos enemigos deben señalarse la constante publicidad a favor del divorcio que hace el cine, la radio y las revistas; la inmoralidad pública en sus múltiples formas como las modas indecentes, el juego, el abuso de la bebida, la demasiada familiaridad entre los sexos; la falta de cuidado al seleccionar las amistades; los errores en contra de la unidad e indisolubilidad del matrimonio, así como acerca de la procreación y

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Ibídem.Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., diciembre de 1947.Ibídem.

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educación de los hijos; los chistes de doble sentido o que ridiculizan cosas que deben ser respetadas y el trabajo fuera de casa de la mujer.888

Como se puede observar, esta defensa de la familia y del matrimonio católico fue una constante en el discurso femenino sinarquista, así como poner en evidencia a sus enemigos. Parecieran ser siempre los mismos lugares comunes sin hacer una crítica ni un análisis más profundo. Siempre se atribuían los mismos culpables a los mismos problemas. María Antonia también aducía como causas del quiebre de la familia y del matrimonio:

La falta de preparación para la vida familiar que consiste en la ignorancia de los deberes de la doctrina católica que se impone a los esposos entre sí y para con sus hijos, así como de los conocimientos sobre administración de una casa, alimentación y economía doméstica en general que una mujerdebe poseer para prestar comodidad a su hogar 557

Cuando las mujeres se acercaran al sinarquismo, éste les proveería de todos estos elementos. A pesar de que las sinarquistas ponían énfasis en los roles tradicionales de género, a través del artículo de María Antonia se hacía una leve crítica a que toda la educación y solución de los problemas, las más de las veces recaían en las mujeres:

La indisciplina ha hecho olvidar a la mujer que el marido es la cabeza del hogar y debe estar sujeta a él. La falta de carácter y energía de parte del esposo, o su egoísmo que lo hace alejarse de sus hijos para abstenerse de orientarlos con su ejemplo y sus consejos. Esta tarea que debe ser mutua recae en la mujer; la falta de consideración y de respeto en el trato de los esposos entre sí, lo cual va minando el prestigio y el aprecio de los hijospara con sus padres 558

María Antonia escribía que en el matrimonio se tenían que combatir todos estos enemigos para así lograr tener una unión estable y duradera.

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AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., febrero de 1948. Ibídem.Ibídem.

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“Tus manos y tu alma.”Sobre el tema espiritual, la revista Mt/yer contaba con la sección “Tus manos

y tu alma.” Estas notas pretendían exaltar las cualidades espirituales en las mujeres así como sus virtudes católicas. En el número correspondiente a marzo de 1947, la sección se dedicó al tema del ejercicio de la caridad por la mujer. Esta virtud debía ser practicada por las mujeres en el espacio del hogar y del trabajo. Se aceptaba que algunas mujeres laboraran en el espacio público y se pudieran dar roces con el jefe u otras compañeras:

Muchas veces te disgustará una compañera, o sufrirás tal vez las injusticias de un jefe o un capataz, o bien, las groserías las faltas de respeto de los que están bajo tus órdenes, sin contar que entre obreras, hay las debilidades propias de los grandes conjuntos humanos y seguramente no faltaran las envidias, las habladas, las malas caras y los malos modos. Pero ahí el secreto del saber vivir, de hacer el bien, de ser compañera, de practicar cristianamente una de las virtudes más apropiadas de nuestra religión: la caridad.889

A través de los artículos de la revista se podían seguir los puntos del “deber ser femenino” y de acuerdo a la mirada sinarquista, una de las cualidades y virtudes esenciales en la mujer era la práctica de la caridad y el “darse a los demás”. De la misma forma, así como Cristo lo hizo, poner la otra mejilla en caso de recibir alguna agresión o ser objeto de envidias o groserías. Sin embargo, no se indicaba a las mujeres que mantuvieran una actitud totalmente pasiva cuando fueran víctimas de algún gesto violento. En el mismo artículo, la autora hacía mención a la relación de las mujeres con sus patrones: “Soporta al jefe o capataz. Si es injusto y encuentra defectos en todo lo que haces, procura mantener tu trabajo. Acabarás por domarlo.”889 Si bien no se instaba a la violencia, se fomentaban ciertas estrategias en el ámbito laboral que le sirvieran a la mujer para desenvolverse mejor en éste.

Al parecer la sección “tus manos y tu alma” siguió refiriéndose en números posteriores al ámbito laboral. Las sinarquistas empezaron a ser conscientes de que las mujeres tenían una importante presencia en el espacio público. Por la misma razón, las sinarquistas pensaban que las mujeres necesitaban adquirir más educación y otras herramientas que les permitiera un mejor desenvolvimiento en el trabajo, sin olvidar el deber femenino ni la ideología sinarquista. En abril de 1947, la autora de “Tus manos y tu alma” realizó una comparación entre las labores desempeñadas por las mujeres en los últimos años, y las realizadas por las madres y abuelas de éstas: “¿Sabes que las mujeres de ahora tenemos problemas que nuestras madres no tuvieron? ¿Has pensado que ellas no hubieran 559 560

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560AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., marzo de 1947.Ibídem.

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de escoger un trabajo, un oficio, una carrera? Iban al colegio y si podían aprendían a leer, y si no, quedaban hasta esa esencial ciencia.”88* Las sinarquistas pensaban que la situación de la mujer había cambiado y por ello reformularon, aunque no fuese mediante las instancias oficiales de la UNS, la quinta norma sinarquista para las mujeres, que decía: “No traiciones tu hermoso destino de mujer dándote a tareas varoniles”. La autora del artículo mencionó que esta regla no indicaba que las mujeres no hicieran tareas que tradicionalmente les correspondían a los hombres, sino que las mujeres debían cumplir bien su destino, sea cual éste fuere.

Dentro de las militantes sinarquistas existían muchas obreras, la autora del artículo era consciente de lo anterior y les daba algunos consejos acerca del comportamiento que éstas deberían observar: “Cosecha tus cualidades exteriores de mujer, para que también puedas conservar las del alma. Te aconsejamos que dentro del taller o la fábrica procures estar aseada, pulcra y con el sello de tu personalidad.” 88® Pero lo anterior debía hacerse con decencia y buen gusto. De la misma forma, se indicaba a las mujeres que aunque hicieran muchas tareas propias de los hombres, ellas debían ser delicadas: “Si en la fábrica te proponen un martillo para remachar o mover una palanca de una máquina que te haga hacer grandes esfuerzos, no lo aceptes. En esa fábrica hay cosas delicadas que requieren las manos de una mujer.”888 Si bien, se aceptaba que las mujeres podían realizar trabajos pesados, generalmente ejecutados por los hombres, las mujeres no debían hacerlos a fin de preservar su delicada naturaleza.

En febrero de 1948, María Luz, dedicó su espacio a otra de las características del deber ser femenino: evitar la pereza. Ésta, según la autora había destruido millones de vidas e infinidad de hogares.88"* Lo anterior se debía a que las mujeres no desarrollaban la capacidad de ser activas y esto no les gustaba a los varones: “Porque no hay que darle vueltas, a los hombres aún los que adolecen de ese defecto, no les gustan las mujeres flojas. Esas mujeres que usan batas largas y pantuflas cuando ellos llegan de la oficina; que no tienen tiempo para atender debidamente su casa porque lo pierden sin saber cómo, que todo lo dejan para el día siguiente.”888

Desde este punto de vista, la mujer debería llevar en perfecto orden la administración del hogar: “El hombre quiere encontrar su casa en orden cuando llega a ella, y a su mujer bien arreglada, los niños limpios, la comida lista, y la ropa perfectamente cosida y planchada al alcance de la mano. Y para llevar un hogar

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AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 15 de abril de 1947. Ibídem.Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., febrero de 1948.Ibídem

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así es preciso no dormirse, aunque haya servidumbre, que no siempre la hay.”888 Una vez más, las sinarquistas se referían a las mujeres y hogares pertenecientes a la clase media. En el contexto campesino, las mujeres tenían muchas más actividades que el sólo hecho de hacerse cargo del hogar, y no usaban ni batas ni pantuflas. El modelo de revista se tomó de otras publicaciones femeninas de la época que eran dirigidas a un sector específico de las mujeres.

Para María Luz, si la mujer no cumplía a cabalidad con todas estas obligaciones y: “no ofrece a su esposo este cúmulo de pequeñas comodidades, no tiene nada de extraño, que el hombre se aleje de su hogar, cuando no lo abandona definitivamente, porque para ellos no hay nada, o muy pocas cosas que no puedan conseguir el terreno del amor y de la libertad.”887 Si la mujer no efectuaba a cabalidad el “deber ser femenino”, las consecuencias podían ser desastrosas, y de acuerdo a la mirada sinarquista, llevaría a la ruina el hogar y la familia. María Luz añadió: “Claro que hay muchos hombres que hacen lo mismo teniendo esposas maravillosas, pero entonces la mujer no tiene el remordimiento de ser ella misma la causante de su desdicha, y en medio de su desgracia experimentan la satisfacción de haber cumplido fielmente con sus deberes de esposa y de madre.”888 Y es que desde esta perspectiva, no existía mayor desgracia para una mujer que no tener a su marido a su lado, ser una mujer sola.

Si la mujer era una “buena esposa” que cumplía con todos los deberes que se le asignaban, era bastante probable que el hombre no se fuera, y que si lo hiciera pudiera regresar: “Hasta se puede esperar que el marido, arrepentido de haber desdeñado un hogar perfecto por una ilusión engañosa, vuelva a él, dispuesto a hacerse perdonar y reanudar la vida tranquila y segura de la familia, que es la base de la felicidad que hay en el mundo.”889 María Luz hacía hincapié en que si se quería conseguir marido, y más aún, retenerlo, la mujer debía desechar de su diccionario la palabra flojera. Lo anterior no quería decir, de acuerdo a la autora, que la mujer no pudiera divertirse y buscar espacios para hacer cosas diferentes:

Una mujer inteligente encuentra siempre el modo de armonizar el deber con la diversión, lo que hace es que no predomine uno sobre otro. Esas señoras que no van a ninguna parte por sentirse esclavas de su hogar y se pasan la vida limpiando y ordenando, lejos de despertar en su marido un sentimiento de admiración. Le cansan un poco porque jamás está dispuesta a acompañarlo en sus momentos de diversión.879

Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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otra de las obligaciones de las mujeres era mantener el equilibrio perfecto para tener un hogar limpio y arreglado, pero también para ser la acompañante del esposo en las actividades lúdicas que éste requiriera realizar: “Ya que la que supedita sus obligaciones a su ansia de placer, lo cansa muchísimo, antes y más hondamente. En el término medio, es la virtud.”87* El deber ser femenino era un vivir y ser para otros: para el esposo, para los hijos, la mujer olvidaba sus propios intereses y necesidades y se volcaba completamente en las de otros: el esposo, los hijos, y en menor medida, en la de los demás miembros de la familia.

“Flechazos”Esta sección correspondió a la parte política de la revista. En todos sus

artículos se dedicó al tema de la participación política de las mujeres y a otros aspectos de la vida política nacional. Los sinarquistas, al tener aspiraciones políticas y haber formado un partido, utilizaron Mujer para, por un lado, adoctrinar a las mujeres y por otro, incitarlas a afiliarse al partido Fuerza Popular.

El primer artículo de “Flechazos” que apareció en la publicación lo hizo en febrero de 1947, y se hablaba de la importancia de la participación política de las mujeres: “Es precisamente para que se conserve el hogar, la moralidad, el bienestar y la integridad, la mujer debe saber quién va a gobernar su país, quién va a promulgar las leyes, quién educa en las escuelas a sus hijos y quién dará la libertad de creencias, la defensa de sus derechos y de sus deberes, asignándole también obligaciones.”87® Este artículo se insertaba en el contexto de la promulgación de la reciente ley de 1947 que daba a las mujeres el derecho de participar en las elecciones de carácter municipal.

Para marzo del mismo año, Teresa de Cepeda redactó un artículo acerca de la manera en cómo las mujeres deberían ejercer su participación política sin descuidar las labores en su hogar. Esto significó un cambio de perspectiva entre los sinarquistas, ya que antes de la división de la UNS y la formación del partido político, no se incentivaba la intromisión de las mujeres en el ámbito público, y menos aún en la política. Al respecto, la autora mencionaba lo siguiente: “La natural desorientación de las mujeres actualmente, llega al punto de asegurar que ocuparnos de política y el salir fuera de casa es anti cristiano. Nada más equivocado.”878 Para participar en la política, la mujer tenía que observar una conducta perfectamente cristiana, de humanidad y rectitud. Desde la formación del partido político sinarquista, la UNS no reprobaría la presencia femenina de las mujeres en política.

La revista también incluía información acerca de las juntas nacionales, tanto femeninas como sinarquistas en general; fotos de los eventos en los estados y en

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Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., febrero de 1947. AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., marzo de 1947.

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las pequeñas comunidades. Lo anterior daba visibilidad a las mujeres y era motivo de orgullo ver su nota o fotografía publicada en Mujer. Las imágenes mostraban las asambleas, los grupos de estudio, las banderas y los uniformes confeccionados por las mujeres, los grupos infantiles y las que las mujeres se tomaban junto con otros líderes sinarquistas. Incluso, existía una sección titulada "Sociales” que mostraba fotos de otros eventos no sinarquistas en los que las mujeres participaban tales como matrimonios, bautizos, confirmaciones y primeras comuniones.

De la misma forma, se incluían algunas notas sobre cocina y recetas, algunos consejos de corte, confección, tejido y algo sobre primeros auxilios. Para 1948 se empezaron a publicar algunos artículos que llevaban por título “Notas históricas” que en su mayoría se referían a la mirada sinarquista de la historia de México y algunas biografías de mujeres que los sinarquistas consideraban notables, como Juana de Arco y la sinarquista Teresa Bustos. También se transcribieron algunas encíclicas papales, textos sobre doctrina sinarquista y escritos de los líderes varones y las lideresas. En algunos números se publicaron algunas secciones que hacían encuestas de opinión acerca de distintos temas como la indecencia de la falda corta, la participación política de las mujeres y la educación de éstas.

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3.5 Los liderazgos femeninos de la UNS.3.5.1 Un breve retrato de una sinarquista campesina.El grueso de la militancia sinarquista femenina se compuso de mujeres campesinas procedentes de los estados del Bajío mexicano. Para su estudio tan sólo contamos con algunas fuentes fotográficas y otras muy filtradas por la mirada masculina. En este sentido, estas mujeres se hacen invisibles ante unos ojos que las percibían como idénticas. El único testimonio directo al respecto es una entrevista encontrada en el Archivo de la Unidad Académica de Estudios Regionales de la UNAM en Jiquilpan, Michoacán. Se trató de una entrevista a un hombre y su esposa que participaron en el movimiento sinarquista.

En ella se dio cuenta del compromiso que estas mujeres tenían para con el movimiento y no sólo como acompañantes de sus maridos a los eventos de la UNS. Bruno Hernández Castillejo, campesino nacido en 1901 en Jiquilpan, Michoacán recordó que se unió al sinarquismo durante la época de Salvador Abascal, entre 1940 y 1943. Él y su esposa se afiliaron a la UNS, ya que uno de los principales líderes de la zona, José Valencia, según sus palabras: “nos conquistó... era pues la misma cosa de la revolución cristera... luego juimos a unas juntas a Morelia con el licenciado este Abascal [...]”87"* La pareja no se hizo sinarquista por luchar por un pedazo de tierra, sino porque la ideología sinarquista- católica les resultó atractiva, debido a que tenían muy fresco lo acontecido durante la Guerra Cristera.

Don Bruno relató que una vez fue encarcelado cerca de Jiquilpan. Un día antes, la policía llegó a su casa y fue aquí donde la señora Macaría, esposa de Bruno continuó el relato:

Llegaron los policías a la casa, entonces los querían llevar a todos a la cárcel... y a mí me querían quitar las banderas y yo no dejé, yo las abracé las banderas y las metí y no dejé ni que me pisaran dentro de la casa, yo dije no, dije me la quitan, hay que dejar la bandera acá, como la voy a dejar que me la vayan a pisotiar o qui irán a hacer y por eso yo no la dejé que me la quitaran.878

A través de este relato se pudo observar cómo doña Macaría tenía introyectadas varias de las concepciones sinarquistas, entre las que figuraban la protección a la enseña nacional y la bandera sinarquista, ya que esta última era considerada un objeto casi sagrado.

La señora Macaría también mencionó que asistió a las juntas sinarquistas en ranchos cercanos a Jiquilpan: “También iba a las juntas, nos llevaba éste hasta

574 Archivo de Historia Oral de la Unidad de Estudios Académicos y Regionales de la UNAM, Jiquilpan, Michoacán, desde ahora AHOJM, entrevista al señor Bruno Hernández Castillejo, realizada por Guillermo Ramos, Jiquilpan, Michoacán, 18 de mayo de 1981, p. 41.575 Ibídem, p. 45.

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el cerro y por allá nos traía, a los ranchos, para todo ese lado, a los ranchos día y noche jalábanos, es que veníamos a desora de la noche y que nos traíba éste... quieriendo y no, dicía pos vámonos, y tenemos que ir, pos nos llevaba.”878 Esta mujer seguía la premisa sinarquista de empujar a los hombres a la lucha, aunque en ésta viera peligro. También guardaba la concepción católica de acompañar al esposo a donde éste fuera. Otra norma sinarquista que obedecía, era alentar a los hijos a la lucha, ya que Macana contó que llevaba a su hijo casi a la fuerza a las reuniones sinarquistas.

Macaría recordó que las juntas se realizaban en varios ranchos cercanos a Jiquilpan, y que eran dirigidas por un señor de nombre Luis González. Esta persona era ex cristero nacido en Sahuayo. Macaría mencionó que en los ranchos la gente les daba de comer y era profundamente católica y sinarquista. También apuntó que todos los sinarquistas como ella y su esposo eran perseguidos por parte del presidente municipal.

Este matrimonio fue en una ocasión a Morelia para celebrar una asamblea dirigida por Salvador Abascal, a la que según estimaciones de esta mujer, asistieron como 80 mil personas, entre hombres, mujeres y niños. Lo más probable es que la señora se haya referido a la concentración de Morelia del 18 de mayo de 1941. Al respecto de ésta mencionó: “Juimos nosotros para allá [...] Todos juimos en camiones, no solamente de aquí de varios municipios de allá de Morelia, era una infinidad de gente allí.” 877

Macaría afirmaba que las cosas no eran como en los tiempos de Abascal en la UNS: “[...] le van a hacer una revoltura, pues sabe cómo ve la revoltura que se hizo en la anterior revolución, diji yo, pues va a suceder la misma cosa... orita, orita pues aquí por el PRI, ora los comunistas, ora Acción Nacional... porque sólo ese partido del PRI, ese es pues rojo, puro rojo, aquí estaba cuando fuimos nosotros a Morelia, ay tenían la bandera roja y no roja [...]”878 Para la señora Macaría, todos los que no fueran sinarquistas eran “comunistas” y “rojos”, una posición también bastante difundida por el sinarquismo.

La señora Macaría también dio cuenta de tener algunos conocimientos sobre Historia y doctrina sinarquista, ya que relató que después Abascal abandonó el sinarquismo, ya que el movimiento se había convertido en “rojo”. Es decir, ya no se seguían los principios sinarquistas, que era una de las explicaciones que Abascal dio a su salida. Después de la renuncia de éste, como la pareja apoyaba al Jefe, los demás no les hablaban ni los tomaban en cuenta. El único que a veces los visitaba era don José Valencia, líder sinarquista de Jiquilpan. Para 1943 don Bruno y doña Macaría abandonaron las filas sinarquistas debido a la desilusión por la salida de Abascal.

Ibídem, p. 46.Ibídem, p. 47.Ibídem, p. 49.

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Como se puede observar, y haciendo una interpretación algo aventurada, se podría afirmar que el contingente femenino campesino sinarquista no sólo se dedicaba a seguir a sus esposos en los eventos de la UNS. A través de los documentos fotográficos nos podemos percatar del compromiso que las mujeres adquirieron con el movimiento y la manera cómo introyectaron y llevaron a la práctica la ideología y preceptos sinarquistas. Lo anterior les sirvió para hacerse visibles y para realizar una defensa y una crítica de la manera en cómo ellas pensaban que la sociedad debería funcionar: mediante el seguimiento de las normas de la religión católica.

3.5.2 Las líderes femeninas sinarquistas.En lo que respecta a las líderes sinarquistas, las fuentes directas no son muy abundantes. Se tiene conocimiento de algunos nombres como Olga Vázquez y Amparo Martínez de la UNS política, la señora Mondragón y la señora Zermeño de la UNS apolítica. Sin embargo, poco o nada sabemos de su vida personal, sus aspiraciones y sus trayectorias. Las mujeres que más destacaron dentro del sinarquismo, y de las cuales se obtuvieron un número mayor de fuentes fueron dos: María del Carmen Rodríguez, jefa de la sección femenina de la rama apolítica y Ofelia Ramírez Sánchez, de la sección femenina rama política. Rodríguez ocupó el cargo de 1945 a 1948, mientras que Ramírez Sánchez lo hizo de manera intermitente de 1945 hasta su muerte ocurrida en julio de 2006.

3.5.2.1 María del Carmen Rodríguez, jefa de la UNS apolítica.Acerca de la jefa de la sección femenina de la rama apolítica, María del Carmen Rodríguez se sabe muy poco. Los únicos datos que pude extraer se refieren a que era oriunda de la ciudad de Aguascalientes. Ocupó el cargo de líder en la sección femenina en 1945 cuando tenía alrededor de 24 años de edad. Murió en el año 1987. Rodríguez era maestra normalista de profesión, lo cual se vio reflejado en la gran cantidad de documentación que realizó como planes y proyectos educativos. Al leer sus escritos se percibió que era una persona muy ordenada y en extremo perfeccionista, lo que la llevó a tener confrontaciones con sus compañeras sinarquistas y con los líderes varones con quienes sostuvo acaloradas discusiones.

La maestra Rodríguez tuvo una queja permanente durante los años al frente de las mujeres de la UNS: la falta de recursos económicos y materiales destinados a la sección femenina. En 1945 Rodríguez escribió una carta dirigida al Comité Nacional de la UNS, rama apolítica, donde mencionaba que la secretaría nacional femenina carecía de oficinas propias: “No tenemos colaboradoras, ni ningunos medios apropiados de propaganda como la oral, la escrita y la personal como cuenta la sección masculina. Aparte de la oposición y falta de apoyo de

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algunos jefes regionales.”879 Esto último también fue una constante en la correspondencia de la maestra Rodríguez, quien más de las veces asumió una actitud de confrontación y queja hacia los jefes varones. Lo anterior contrastaba con la actitud femenina esperada, caracterizada por la sumisión y la pasividad.

Sin embargo, la profesora Rodríguez no hacía lo anterior con rudeza ni agresividad, sino que usaba un lenguaje “femenino” para expresar sus inconformidades. Rodríguez redactó una carta personal al jefe nacional de la UNS rama apolítica, Carlos Athié Carrasco, donde expresaba que sentía que sus funciones al frente de la sección femenina eran incomprendidas y que por momentos estaba fatigada de la lucha debido al poco apoyo recibido. Se valía de un discurso que no confrontaba directamente, escribía frases religiosas y el nombre de Dios para expresarse. No se decía que la carta hubiera sido escrita para reclamar alguna situación, sino: “para abrir un fraternal entendimiento que nos haga participar verdaderamente de todas las alegrías o sinsabores de la Santa Causa por la que luchamos.”889

Rodríguez siguió utilizando el mismo método para dar a conocer sus inconformidades: redactar cartas personales al jefe de la UNS con un lenguaje indirecto. De esta forma, para mayo de 1946, dos meses después de la primera carta que dirigió a Athié Carrasco, escribió otra misiva para expresar el poco apoyo que la revista Mejicana tenía por parte de la dirigencia nacional y de algunos comités regionales que no ponían atención en cobrar y liquidar sus adeudos. Rodríguez quería que el jefe nacional exhortara a los sinarquistas a pagar sus deudas con la revista y a que la dirigencia nacional le otorgara más apoyo a este proyecto. Al respecto mencionó: “En lo personal, le diré que me duele en el alma esta falta de correspondencia y unificación que nuestra sección pide a gritos.”88*

La profesora Rodríguez tuvo que lidiar con la hostilidad de los varones de la organización hacia los trabajos de la sección femenina, y tal vez hacia su persona. En noviembre de 1946, redactó un memorándum a Athié Carrasco donde decía lo siguiente:

En la segunda junta nacional femenina se insistió mucho en que se coordinaran los trabajos con la sección masculina, considerando que esta medida beneficiaría a los grupos. De todos lados ha estado informando que aunque las mujeres han pedido que se les cite a las juntas o que se les faciliten los medios para coordinar e informar sus 579

579 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez, Documento dirigido al H. Consejo por la Secretaría Nacional Femenina de la UNS, México, D.F., 9 de noviembre de 1945.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez, Carta dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe de la UNS, México, D.F., 1 de marzo de 1946.

Ibídem.

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trabajos, no se les llama. Hago de su conocimiento esta irregularidad que nos afecta, pues los señores se quejan de que nos hemos hecho independientes, que no cuentan con la sección femenina, etc. Ruego a usted tome las medidas necesarias para que se remedie esto, o cuando menos que usted se dé cuenta de esta situación que nos pone a salvo de malas interpretaciones.88®

Tal vez las actividades emprendidas por las mujeres no eran vistas como importantes ante las miradas de los varones sinarquistas, y mucho menos la idea de que tuvieran que trabajar y coordinar esfuerzos y trabajo con una mujer que era su superior.

Pareciera que la profesora Rodríguez fue una mujer muy comprometida con todas las actividades que llevó a cabo, por mínimas que éstas fueran, lo anterior la hacían sentir estados de frustración y desesperación que eran expresados en misivas y otros documentos. En enero de 1947 escribió otra carta a Athié Carrasco que tenía un tono más severo en comparación con la correspondencia anterior. El objetivo era:

Dar a conocer la situación que prevalece en los grupos a mi cargo: De tres meses a esta parte, en todos los grupos se ha dejado sentir un gran descontento, mucha falta de ánimo para el trabajo y se ha relajado fuertemente la disciplina. Han llegado hasta mí muchas críticas para los organismos superiores y expresiones como “ya no existe el Consejo Nacional”; “ya se acabó el sinarquismo”, al grado que en la sección femenina ha habido grandes bajas. Quise salvar a la sección femenina, pero tropezando con la falta de preparación de las dirigentes, falta de disciplina de unas y capricho de otras, hemos quedado a merced de las circunstancias y estamos igual que la sección masculina. Señor licenciado: por amor de Dios, hay que tomar una determinación, esto no puede continuar. Si ya no se piensa seguir en lo absoluto, que ya en esta junta se defina. Si quieren que se acabe, pues a darle fin de una vez y no morir nosotros juntamente con la organización en forma tan denigrante.888

A través de estas cartas, se podía percibir que para 1947, la profesora Rodríguez ya se encontraba desesperada y desilusionada del poco apoyo de sus trabajos dentro de la sección femenina y del sinarquismo como movimiento. Rodríguez era una mujer perfeccionista que quería que todo se realizara con

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez, Carta dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe de la UNS, México, D.F., 11 de noviembre de 1946.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, María del Carmen Rodríguez, Carta dirigida al licenciado Carlos Athié Carrasco, jefe de la UNS, México, D.F., 31 de enero de 1947.

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apego absoluto a los planes y que los grupos a su cargo trabajaran de tiempo completo para la organización. Pero el sinarquismo atravesaba una severa crisis, iba en picada ideológica y económica, lo que hacía que la mayor parte de las sinarquistas ya no lucharan como hacía diez u ocho años.

De la misma forma, por lo que se leyó en la documentación, pareciera ser que los roces con la sección masculina eran constantes. Lo anterior se vio reflejado en un documento que Rodríguez escribió en marzo de 1947 en cuyo contenido explicaba la razón de ser de la sección femenina dentro de la UNS, lo anterior a fin de: “aclarar equivocadas interpretaciones en las actividades de la sección femenina, además de buscar por este medio, el mejor desarrollo de los trabajos de la misma dentro del movimiento sinarquista.”88"* Rodríguez otorgó por medio de este documento, una explicación detallada de la organización, dependencia, coordinación y actividades.

Parece ser que para fines de 1947, todo lo anterior había minado la paciencia y las ganas de trabajar en favor del sinarquismo por parte de la profesora Rodríguez. El último documento que redactó como jefa de la sección femenina de la UNS fue en febrero de 1948. Después de esa fecha no se encontró ninguna referencia de su persona ni en la documentación ni el periódico El Sinarquista. No hubo una reunión ni ceremonia por su despedida, lo que nos indica que tal vez el fin de su jefatura pudo haber sido problemático. La sección femenina de la UNS volvió a reactivarse hasta 1950 cuando se nombró a otra jefa de la sección femenina.

3.5.2.2 Ofelia Ramírez Sánchez, la líder sinarquista más importante.En lo que respecta a la jefa de la sección femenina de la rama apolítica, Ofelia Ramírez Sánchez, nació el 9 de junio de 1915 en Tarimoro, Guanajuato, más tarde su familia, de la que era la mayor de seis hermanos, se trasladó a Celaya en el mismo estado. Ramírez vivió muy de cerca la Guerra Cristera en su natal Guanajuato, hecho que según ella, la marcó para optar por la ideología sinarquista años después. Su madre, quien quedó viuda a los 28 años, escondió en su casa a varios sacerdotes católicos durante el conflicto religioso: “En el tiempo de lo sucedido tuvo tres, cuatro sacerdotes en la casa, celebrando misa, yéndose en la noche a casar algunos, y misa a las once de la noche y todo eso. Yo viví un tiempo de cristianismo perseguido pero firme. Entonces yo sentía eso, ese era mi ambiente.”888

584 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 2, número 53, Instructivo dirigido a todas las secretarias de la sección femenina de la UNS, México, D.F., 7 de marzo de 1947.

Laboratorio de Historia Oral, Departamento de Estudios de Cultura y Sociedad, Universidad de Guanajuato, desde ahora LHOUGTO, Transcripción de la entrevista realizada a Ofelia Ramirez Sánchez por Armando Sandoval Fierres, Celaya, Guanajuato, 27 de septiembre de 1996.

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La experiencia que más marco a Ramírez fue cuando durante la Guerra Cristera observó cómo martirizaban a un sacerdote católico que había estado escondido en su casa de nombre José Pérez. Al respecto señaló:

Estábamos ahí asustadas, pero viendo por la ventana, todos los escolares, que traían al padre amarrado de las manos y a pie con cuerdas a un lado y a otro y descalzo. Y lo traían entrando a Tarimoro hacia la presidencia. No llegó ni aquí, lo traían con los pies sangrando y todo eso... Fue una impresión para todas, una impresión muy fea. De dolor, de injusticia. Creo que ahí empezó mi rebeldía contra esos asuntos, porque no era justo.888

En este punto, cabe destacar que a pesar de ser una mujer católica, se consideraba “rebelde.” Lo anterior significó que desde pequeña adquirió un comportamiento activo, en defensa de lo que ella creía injusto. De esta forma, se mostró el primer rompimiento de esta mujer a las normas de género tradicionales que se vio reflejada en toda su actividad posterior dentro del sinarquismo.

La entrada de Ofelia Ramírez al movimiento sinarquista no se debió a que alguno de sus familiares fuera sinarquista porque se hubiera visto afectado durante el reparto agrario, como pasó con algunas mujeres que militaron en el movimiento. En 1937 José Antonio Urquiza, el fundador de la UNS visitó Celaya para realizar una conferencia: “fue una invitación a unas conferencias de un movimiento cívico-político, no electoral. Ahí oímos de que se trataba la palabra sinarquismo: con gobierno, con autoridad, con orden. Nos gustó las ideas patrióticas que ahí se trataron, los símbolos que se iban a defender, el asunto, la exposición que se dio de los puntos básicos.”887

Más tarde, en 1938 cuando contaba con 23 años de edad y ya era sinarquista formando parte del comité femenino de Celaya, estuvo presente en los sucesos de Juan Martín, cerca de Celaya, donde murieron el mártir sinarquista Gonzalo Aguilar y Teresa Bustos. Ramírez describió que después de que mataron al primero, quien era un comerciante muy querido y conocido en Celaya, la gente y sobre todo muchas mujeres se empezaron a movilizar: “Se unieron para irnos al sepelio con los cinco muertos. Las mujeres dijeron, pos que si queríamos llevar una corona y no sabíamos cómo ponerle y le pusimos: honor a los valientes. Eso les hizo escozor.”888 Aparte de la corona hicieron una manta con la siguiente leyenda: “La sangre de nuestros mártires hará triunfar nuestra labor.” Al llegar a un cruce de calles de Celaya las autoridades empezaron a disparar, entonces fue cuando cayó Teresa Bustos y la bandera ensangrentada que Ramírez se apresuró a tomar y más tarde envió al comité nacional.

Ibídem, p. 7. Ibídem, p. 22. Ibídem, p. 19.

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El hecho anterior le ganó un buen lugar y reputación dentro del sinarquismo, tanto así que al poco tiempo fue nombrada como jefa del comité femenino de su natal Celaya. Debido a su buen desarrollo en el puesto anterior, el jefe nacional de la UNS política, Gildardo Sánchez, invitó a Ramírez a participar en el comité nacional femenino en 1944. Ramírez dudó en aceptar la propuesta pues se acababa de emplear como secretaría (hizo una carrera técnica en secretariado) en la Secretaría de Salud de Celaya. Su jefe en esta dependencia era sinarquista y le concedió una licencia de tres meses para irse al Distrito Federal. Nunca regresó a este empleo.

A pesar de que ella era el sustento económico en su hogar, la madre de Ofelia le autorizó a irse al comité nacional sinarquista a trabajar. Lo anterior también fue una contradicción a las normas tradicionales de género que esta mujer tanto defendió, ya que salió del espacio privado a incorporarse al espacio público y a hacer cierta labor política. La estancia de Ramírez en la ciudad de México estuvo llena de privaciones y limitaciones económicas. Ofelia consiguió otro trabajo en la ciudad de México y se dedicaba al sinarquismo los fines de semana.

Ofelia Ramírez creía que cuando ella había entrado al puesto de jefa de la sección femenina de la UNS, había una necesidad de atender inmediatamente a la mujer en la acción sinarquista: “Porque de hecho era un movimiento más bien varonil, de peligro, de actividad muy fuerte. Por eso su ayuda se dedicaba a hacer banderas y ayudar socialmente.” A pesar de lo anterior, Ramírez realizó actividades que se podrían calificar como propias del sexo masculino, rompiendo otra de las premisas sinarquistas: “No traiciones tu hermoso destino de mujer dándote a tareas varoniles.” Ramírez viajaba sola a casi todas sus giras pasando todo tipo de vicisitudes, limitaciones e incluso peligros. Una vez más, esta mujer no siguió las normas de género tradicionales, pero le fue permitido ya que se amparaba en la religión católica y en la ideología sinarquista.

Sus viajes le hicieron formarse una percepción de la mujer mexicana a la que describió como: “siempre en los hogares, respeto al marido, respeto y cuidado de los hijos, de atención al hogar. Todas esas cosas que se conservan como herencia valiosa de nuestra idiosincrasia y de nuestra religión. Nosotros lo que hacíamos era reafirmar todo eso, conocer lo positivo y acentuarlo y adecuarlo a nuestras ideas de puntos básicos.”889 Lo contradictorio es que Ramírez no siguió al pie de la letra las normas de conducta de la mujer sinarquista. No formó un hogar pues nunca contrajo matrimonio ni nunca tuvo hijos y su entrada al sinarquismo, paradójicamente, le permitió su salida al espacio público y como trampolín a una carrera política.

589 Ibídem, p. 38.

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En una entrevista Ramírez, dio su particular interpretación a las diez normas de conducta para la mujer sinarquista, ya que mencionó que como la sección femenina no colaboró en la redacción de éstas, ella nunca estuvo muy de acuerdo en algunas afirmaciones Así, para el enunciado que decía que la mujer debía ser el complemento del hombre, Ramírez explicó que si bien, el hombre tenía la última palabra en las decisiones importantes: “no fuera él las que las resolviera todo, sino que fuera complementada esa idea, esa autoridad con la de la esposa. Así más bien no era la mujer el complemento del hombre, sino el uno del otro.”899 En lo que respecta a la premisa de cultivar en el corazón del hombre y del niño el amor a la Patria, Ramírez estaba convencida de que para hacer lo anterior se necesitaba que la mujer fuera preparada y no sólo empleara sus dotes de bondad.

Acerca de la premisa de no traicionar el hermoso destino de mujer. Ramírez afirmó que más tarde se agregó que no se hicieran estas tareas si existían hombres que las pudieran realizar. Sobre todo porque en muchos lugares había mujeres que hacían trabajos pesados que eran peligrosos para su salud. “Es como si se dijera: Déjales a ellos sus tareas varoniles y tu cumple con las tuyas, que ya es bastante que las cumplas.”89* En lo que concierne al enunciado que decía tomar en cuenta que el sinarquismo era hermandad y llevar a todos los necesitados el auxilio que se pudiera, Ramírez explicó que éste era el punto social de la sección femenina, impulsando centros de alfabetización y llevar atención médica a las comunidades y lugares donde esto no existía.

Ofelia Ramírez realizó un viaje de más de un año a España y otros países europeos en 1947, auspiciada por el Instituto de Cultura Ibero Mexicano, que estaba relacionado con organizaciones falangistas. Debido a lo anterior, en Madrid tuvo la ocasión de conocer y convivir con Pilar Primo de Rivera, la jefa de la sección femenina de la Falange. De este encuentro, Ramírez abrevó mucha de la ideología y marcos organizativos que implementó en la sección femenina sinarquista a su cargo. El Instituto también le dio la oportunidad de tomar un curso de mandos femeninos que también estaba apegado a las ideas falangistas. Después de esto emprendió sola un viaje por casi toda Europa.

Ramírez no hubiera podido hacer lo anterior sin el respaldo del sinarquismo. Ya que si una mujer relativamente joven hubiera hecho por su cuenta un viaje de esta naturaleza hubiera sido sancionada socialmente. Ofelia Ramírez aprovechó al máximo los beneficios que el sinarquismo le otorgó valiéndose de la utilización de las normas de género tradicionales pero reconfigurándolas y reconstruyéndolas en su propio beneficio y en el de otras mujeres.

Ibídem, p. 40. Ibídem, p. 43.

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Esta mujer ejemplificó la experiencia femenina más exitosa dentro del sinarquismo y la única que logró hacer una carrera política en la UNS, a través del PDM que la UNS formó en la década de los setenta del siglo pasado. Ofelia Ramírez fue diputada federal en la Legislatura LII de la Cámara de Diputados durante el periodo del primero de septiembre de 1982 al 31 de agosto de 1985.

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4.- POLÍTICA Y SUFRAGIO FEMENINO DESDE LA MIRADA SINARQUISTA4.1 Mujeres sinarquistas y participación política.Se puede empezar este apartado con la siguiente pregunta: ¿Cuál fue la posición femenina sinarquista acerca la incursión de las mujeres en diferentes puestos políticos y sus derechos como ciudadanas? ¿Cuál fue la opinión sinarquista sobre la participación política de las mujeres? Entendiendo como política no sólo la intervención de éstas en las contiendas electorales, sino ejerciendo activamente la actividad política. De manera general, se puede afirmar que las lideresas sinarquistas estuvieron totalmente de acuerdo con que las mujeres sufragaran en elecciones presidenciales, así como que se introdujeran en los puestos más altos de la política; siempre y cuando no descuidaran sus roles como madres y esposas. Lo anterior se podía advertir leyendo entre líneas los discursos escritos de las mujeres. Sin embargo, estas posiciones causaron francos enfrentamientos con los hombres de la UNS y de Fuerza Popular, quienes trataron de limitar el actuar político femenino.

La dirigencia sinarquista, a través de Fuerza Popular, estuvo de acuerdo con que la mujer votara y fuera votada en las elecciones municipales, luego de que este derecho les fuera otorgado durante la presidencia de Miguel Alemán Valdés (1946-1952). Más que un afán de reivindicación de la mujer por parte de los hombres sinarquistas, éstos se dieron cuenta de la gran fuerza electoral que las mujeres representaban. En este sentido, no se podían quedar atrás en las disposiciones gubernamentales, ni de las acciones del partido en el poder, ni menos aún del que veían como su gran enemigo, el Partido Comunista Mexicano. Tampoco perderían los valiosos sufragios de un sector muy amplio de mujeres que ejercerían su derecho votando por un partido de derecha como Fuerza Popular. A inicios de 1947, el licenciado Juan Ignacio Padilla, importante miembro de la dirigencia sinarquista, mencionaba que al otorgar derechos políticos a las mexicanas:

Estamos seguros de que la mujer de México sabrá demostrar que su virtud no es fruto solamente de una experiencia dentro de los muros del hogar, sino que es fruto de su profunda formación cristiana y de su sólida consistencia moral; y que la urgencia de su participación en las graves luchas del momento, al lado de los hombres, impelen a reclamar su presencia en el campo político, lejos de pretender encaminarlas a la placidez de las labores puramente domésticas.89®

Por momentos pareciera que para la dirigencia sinarquista y de Fuerza Popular, las mujeres eran sólo medios para obtener votos dentro de las contiendas

592 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, número 52, Formación cívica, la mujer dignificará la política municipal por el licenciado Juan Ignacio Padilla. Mujer, México, D.F., 15 de febrero de 1947.

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electorales. En este sentido, su única tarea sería ir a votar pero no descuidar sus labores domésticas, ni mucho menos dejar de cultivar las virtudes atribuidas a las mujeres católicas, tales como la sumisión, la dedicación total a la familia, el sacrificio y hasta la santidad. El mismo Padilla mencionaba:

Que venga la mujer en buena hora a defender la nobleza arma del civismo, sus derechos y los derechos de los suyos. Que vengan las santas a limpiar y enaltecer nuestros hechos políticos. Que vengan a avergonzar con su feminidad y con su virtud a las “marimachas”898 que brotarán del lado quecombatimos.594

Siguiendo las directrices tradicionales de género y fomentando las virtudes antes mencionadas. Padilla afirmaba que “la política electoral no logrará pervertir a nuestras mujeres.”898

4.1.1 Las demandas femeninas sinarquistas por la participación política.Sin embargo, a través de varios testimonios femeninos sinarquistas se pudo observar que las mujeres lideresas de la UNS tenían varias quejas sobre la falta de participación política de las mujeres en México, y su limitación al espacio municipal, lo que las llevó varias veces a un enfrentamiento abierto con la dirigencia masculina de la UNS. En un artículo publicado en la revista Mujer, en febrero de 1947, probablemente redactado por Teresa de Cepeda, se mencionaba que: “Durante muchos siglos las mujeres no hemos tomado parte en el gobierno de nuestras Patrias. Principalmente en las naciones de América Española, la mujer no gozó jamás de los privilegios que en otros países del mundo, tenían ya sus compañeras.”898

Meses más tarde, en octubre de 1947, en el editorial de Mujer, las sinarquistas seguían expresando sus quejas sobre la tardía entrada de las mujeres a la política y afirmaban que en las sociedades del llamado antiguo régimen, las mujeres tenían una mejor situación: “La Revolución Francesa le negó la ciudadanía y no debe a ella su nueva actividad. Mayores oportunidades ofrecía el viejo sistema. Hay más casos de insignes reinas y emperatrices que de

Seguramente “marimachas” fuera utilizado para referirse a las mujeres del Partido Comunista, enemigo número uno del sinarquismo. Existen abundantes discursos que ponían de manifiesto esta rivalidad creada por la UNS. En algunos se tachó a las comunistas como hembras versus la sinarquista que sí era calificada como mujer.

AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, número 52, Formación cívica, la mujer dignificará la política municipal por el licenciado Juan Ignacio Padilla, Mujer, México, D.F., 15 de febrero de 1947.595

596Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Teresa de Cepeda, Flechazos en Mujer,

México, D.F., 15 de febrero de 1947.

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dirigentes femeninas suscitados por la vía democrática.”897 Lo anterior se explicaba por una posición de la ideología sinarquista que defendía a todo trance los antiguos regímenes, y para el caso de México, la época colonial. Asimismo, los sinarquistas mantenían una actitud totalmente retardataria y contraria a cualquier cambio. Muy probablemente las sinarquistas pensaban que durante el periodo novohispano los derechos políticos de las mujeres eran más amplios de los que se tenían durante la primera mitad del siglo XX, aunque esto no fuese cierto.

Y es que en opinión de las sinarquistas, el mundo estaría mejor gobernado en manos de las mujeres:

Y tú sabes la circunstancia asombrosa de que siendo casi las dos terceras partes de los habitantes de México, resulta que estamos gobernadas, la mayoría que somos las mujeres, por la minoría que son los hombres. Y alguien, no recuerdo que gran sabio, pregonaba que si el mundo estuviese manejado por mujeres, quizás lo estaría mejor que por los hombres. Y deben pensar en este hecho: ellos son en ocasiones ambiciosos, con grandes vicios, ignorantes, llenos de defectos.898

Como ya se mencionó, las sinarquistas basaron sus propuestas para la incursión política de las mujeres y su derecho al sufragio, en las normas y papeles de género tradicionales. Por lo tanto, su idea de que el mundo estaría mejor gobernado por las mujeres se basaba en cualidades “femeninas”:

[...] precisamente para que se conserve el hogar, la moralidad, integridad, debe ser ella (la mujer) quien va a gobernar su país, quien va a promulgar leyes, quien educará en las escuelas a sus hijos, y quien le dará la libertad de creencia, la defensa de sus derechos, y de sus deberes asignándole también obligaciones.899

El papel de las mujeres como madres, que las hacía preocuparse por el bienestar de sus hijos y de sus familias, provocaba que se pensara que las mujeres elegirían de una manera mejor a los funcionarios y gobernantes. De esta forma el artículo, del cual se desprendían las opiniones anteriores, concluía con la siguiente pregunta: “¿Tú crees mujer que si tú hubieras participado en la elección de funcionarios, no hubieras elegido mejor, o por lo menos, como madre responsable no se te ocurriría que tienes que educar mejor a tus hijos, puesto que van a servir a tu Patria?”899

597

598AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Mujer, México, D.F., 1 de octubre de 1947. AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, Teresa de Cepeda, “Flechazos”, caja 3, Mujer,

México, D.F 15 de febrero de 1947. Ibídem.Ibídem.

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4.1.1.1 Política sin descuidar el hogar.Basándose en las normas de género tradicionales, las dirigentes sinarquistas realizaron una ardua promoción a favor del voto femenino en los procesos para elegir presidente y otros cargos de representación popular, y para fomentar la participación política de las mujeres. Lo contradictorio es que la justificación para obtener los derechos y obligaciones políticos se basaron en la maternidad y en valores tradicionales.

El hecho de que las mujeres incursionaran en política era calificado por las sinarquistas como una obligación. Se afirmaba que:

No puedes ni debes tener una actitud indiferente. Antes nuestras madres y nuestras abuelas creían que la mujer que formaba parte en los asuntos políticos cometía un error, pues no solamente era ignorante, sino que abandonaba su hogar, descuidaba a su marido y a sus hijos, y se volvía pedante y tal vez hasta feminista. Pero los hechos demuestran que no hay tal. Que tú puedes y debes ocuparte de tus gentes y los hechos que gobiernan tu país, porque te concierne en lo que más amas, en tus hijos y porque tienes esa responsabilidad89*

Sin embargo, la mujer no debería bajo ninguna circunstancia despreocuparse de su “hogar” y de las labores asignadas a su género. Tampoco podía tomar su actividad política y la atención al desarrollo del país como un pretexto para no realizar sus funciones como madre y esposa: “Tus actividades deben estar de tal manera organizadas que, siendo el primero el cumplimiento hacia tu hogar, no veas con tal indiferencia y con un natural desprecio los sucesos que acontecen en tu derredor.”89® Lo anterior era bastante ambiguo, ya que las lideresas sinarquistas y mujeres involucradas en altos puestos dentro de Fuerza Popular, en su mayoría, fueron solteras por decisión propia.

Empero, las sinarquistas pensaban que, fungiendo como excelentes madres y esposas, y con una formación adecuada, la mujer podría alcanzar espacios importantes dentro de la vida política nacional. Pero si no se reunían estos requisitos era mejor retirarse de las luchas políticas. Así se advertía a las mujeres que: “[...] en lo que sí debemos tener mucho cuidado es en no conseguir un puesto y un derecho que no puedas conservar. Y mejor no conservarlo si no estás preparada para ocuparlo y desempeñarlo brillantemente.”898 Pero, también se decía que contando con una buena instrucción la mujer estaría en capacidad de ocupar cualquier puesto político: “Y así como antaño sólo podía aspirar a la oficina particular, al empleo oscuro de la burocracia de tercera o cuarto lugar.

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Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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puede ambicionar los puestos más elevados, las oportunidades más brillantes y el medio más eficaz para influir en el bienestar de su país.”89"*

Todo esto era visto por las mujeres sinarquistas como una señal incuestionable de que los tiempos habían cambiado, al respecto se decía que:

Ahora la vida moderna se entrega a la mujer para que en forma sistemática aporte su colaboración. Ya no sólo son las cargas del trabajo y de la lucha que pesan sobre el sexo femenino, tiene ahora nuevos derechos que los mismos abarcan el justo salario, que el voto femenino, que la seguridad del hogar, y la protección de los hijos.898

La participación política de las mujeres y su derecho al sufragio también fueron vistos por las sinarquistas como un cambio generacional:

Seguro que nuestros padres jamás se imaginaron ver a las mujeres de su tiempo escalar con soltura y arrojo una tribuna y escucharles algún discurso sobre la cosa pública de nuestro país; jamás imaginaron tenerla junto a ellos en un curui o ir a reclamarles justicia en alguna judicatura para problemas que nunca se hubieran atrevido a exponer ante oídos femeninos. No lo hubieran creído los hombres de principios de éste siglo, que a los cuantos años tendrían como contrincante para los puestos de elección a la mujer que habían considerado siempre como inepta para esas actividades.898

Habría que ver si la dirigencia masculina de la UNS y Fuerza Popular, permitirían que las mujeres tuvieran acceso a los puestos altos y que se introdujeran dentro de las luchas por lograr los derechos antes mencionados. Ya que, por ejemplo, en febrero de 1948, el jefe nacional del PFP, Enrique Morfín González, mencionó lo siguiente: “La mujer activa en política es la nueva reforma. Y si la mujer comunista lo hace, la mujer sinarquista no puede quedarse en un plano de inferioridad.”897 Pero una vez más se volvió a reiterar que la mujer sólo actuaría en el municipio: “para no abandonar su hogar, velar por la moralidad de su pueblo y defender su propia casa. No irá sola sino en compañía del hombre.”898

En el número diez de Mujer, de febrero de 1948, se publicó un artículo con el nombre de “Preocupación”, sin autor, pero que puede ser atribuido a algún líder sinarquista que mostraba alarma por la intromisión de las mujeres en la vida * 606 607

Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, Editorial en Mujer, México, D.F., 15 de abril de

1947.606

607Ibídem.AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, III Junta Nacional de la Sección Femenina,

Mujer, México, D.F., 15 de febrero de 1948,608 Ibídem.

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política del país. En éste se mencionaba: “No queremos gobernadoras, dirigentes, presidentas municipales, ni menos lideresas. ¡No! No fue nuestro afán al invitar a la mujer a participar en la política electoral899 Según estas opiniones, las mujeres tan sólo deberían preocuparse por la política buscando el bien de su país y con un marcado fin cristiano: “La mujer debe tener, por lo tanto, preocupación política por su bien, por el bien de sus allegados y por el sentido cristiano, por el bien de todos, porque el egoísmo es opuesto al cristianismo.”8*9

Las sinarquistas asumieron ambiguamente las opiniones de los líderes masculinos, ya que siguieron opinando y actuando al respecto. Dentro de la III Junta nacional femenina, celebrada en febrero de 1948, después de las palabras del jefe de Fuerza Popular acerca de las limitaciones políticas para las mujeres, la revista Mujer señaló: “¡Cuántas preguntas surgieron aquí, cuántas opiniones! Oímos a la señora de Franco de San Luis Potosí muy decidida a la defensa de las ánforas si alguien pretende robarlas. A la señora Virginia Campillo de Córdoba dar el triunfo formal a su candidatura.”8** El artículo terminó diciendo: “Se nos dieron normas para esta campaña. Orden, disciplina y silencio. No podemos tomar la palabra en mítines políticos.”8*®

609 AHUIA, fondo; UNS, sección: documental, caja 3, Preocupación en Mujer, México, D.F 15 de febrero de 1948.610

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Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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4.2 La participación de ias mujeres en Fuerza Popuiar, ei partido poiítico sinarquista.

4.2.1 Las organizaciones femeninas al interior de partidos políticos.Fuerza Popular se creó en febrero de 1946. Su primer presidente fue Enrique Morfín González, y su órgano de comunicación fue el periódico El Poder. Fuerza Popular pretendía lanzar un candidato a la presidencia para las elecciones de 1946; sin embargo, el partido oficial, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), no deseaba que Fuerza Popular postulara un candidato, ya que consideraba a la UNS como representante de la derecha radical. De esta forma, cuando se cerró el registro de partidos políticos en mayo de 1946, Fuerza Popular quedó fuera. No obstante, el 13 de mayo de ese mismo año se anunció que como una concesión especial, tanto Fuerza Popular como el Partido Comunista podrían registrarse.®*8 En este contexto, la UNS política y Fuerza Popular necesitaban apoyarse en las mujeres como fuerza electoral y política, aunque éstas no pudieran votar; de aquí la intención de crear una sección femenina. Serían las sinarquistas quienes, siguiendo la premisa de empujar a los hijos y esposos varones a la lucha, también los incitarían a votar por FP.

Las organizaciones femeninas al interior de partidos y movimientos políticos no eran nuevas al momento de la creación de las secciones femeninas de la UNS entre 1945 y 1946. Enriqueta Tuñón apuntó que durante el régimen cardenista (1934-1940) se impulsó la formación de múltiples organizaciones femeninas, así que se incorporaron y se subordinaron al Partido Nacional Revolucionario (PNR) y al Partido de la Revolución Mexicana (PRM), y más tarde el Partido Revolucionario Institucional (PRI), distintas agrupaciones de mujeres provenientes de diversos grupos con tendencias de izquierda; miembros femeninos del Partido Comunista; así como maestras, estudiantes y profesionistas.8*"*

Durante este periodo, de acuerdo a Tuñón, las organizaciones femeniles se fortalecieron impulsadas por el Estado. En esos años estuvieron directamente vinculadas a la lucha por el establecimiento de la educación socialista que se instauró en 1934. Lo anterior explicó el por qué la educación socialista apeló a la participación de las mujeres como madres educadoras de sus hijos, y recomendó la integración de las mujeres a la vida nacional.8*8

En este contexto, en 1935 se formó el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM) cuya demanda principal fue alcanzar el derecho al sufragio universal para las mujeres. El derecho al voto no fue una de las demandas primeras del Frente Único, éste fue adquiriendo importancia poco a poco hasta

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Ibídem.Enriqueta Tuñón Pablos, op. cit, pp. 38-41. Ibídem, pp. 38-41.

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convertirse en 1937 en el eje de su acción política.8*8 En el FUPDM convergieron mujeres de distintas posturas políticas y partidistas que provenían de distintas luchas políticas llevadas a cabo durante las décadas de los veinte y los treinta del siglo XX.

En 1935 el PNR formó una secretaría de acción femenil y admitió la participación de las mujeres en las elecciones internas del partido. Gabriela Cano subrayó que estas acciones y modificaciones con respecto a la política de las mujeres obedeció más al afán del partido por adecuarse a los lineamientos políticos del presidente entrante (Lázaro Cárdenas) que a un compromiso serio de la burocracia partidaria con la igualdad ciudadana de las mujeres. Por lo anterior, el PNR, el PRM y el PRI siempre mantuvieron una conducta ambigua con respecto a la participación política de las mujeres de su partido. De acuerdo a Cano, dentro del partido oficial se optó por una “postura gradualista,” que se definió como “ayudar y estimular paulatinamente el acceso de la mujer mexicana a las actividades de la vida cívica.” 8*7

De esta forma, el PNR incitó la formación de varios comités femeninos internos subordinados a los comités masculinos. Las mujeres pertenecientes a dichos comités deberían dedicarse a labores de tipo social y no a actividades propiamente políticas. En 1935 el PNR absorbió al Partido Feminista Revolucionario y a la Confederación Femenil Revolucionaria; ambas organizaciones, aunque estaban subsidiadas por el PNR, tenían total autonomía en su actuar. Sin embargo, en 1935 se inició un proceso de centralización mediante el cual estos grupos perdieron independencia. Para Cano lo anterior fue compensado en 1936 con el establecimiento de una secretaría de acción femenil al interior del PNR.8*8

La fundación de la secretaría de acción femenil del PNR no fue vista con buenos ojos por todos los integrantes del partido; pero a través de esta instancia se les dio a las mujeres un lugar específico en la organización partidaria, al mismo tiempo que se establecieron las bases de su sometimiento político. Sin embargo, las militantes de la secretaría femenil dieron la batalla a dicha subordinación. Cano mencionó que para 1937 un grupo de empleadas de la Federación exigía que las organizaciones femeniles del partido desarrollaran su acción tomando en cuenta las necesidades particulares de las mujeres, en lugar de ocuparse de labores “sin ninguna utilidad social efectiva.”8*9

Margarita Robles de Mendoza fue la secretaría del grupo femenil del PNR desde 1936, también representó a México en la Comisión Interamericana de

616 Gabriela Cano, “El discurso igualitario de Lázaro Cárdenas” en Marta Lamas (coord.). Miradas feministas sobre las mexicanas del siglo XX, México, FCE-CONACULTA, 2007, p. 159.617

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Ibídem, pp. 161, 162. Ibídem, pp. 162, 163. Ibídem, pp. 162, 163.

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Mujeres hasta 1937. Fundó la Unión de Mujeres Americanas (UMA) en la ciudad de Nueva York en 1935 con la finalidad de trabajar por la paz y la igualdad Durante un periodo fue miembro del FUPDM. Para Sarah A. Buck, Margarita Robles fue la sufragista más activa de la década de los treinta. Desde su liderazgo en la UMA, la sección femenina del PNR, y su participación en la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), defendió las habilidades de las mujeres e hizo un llamado para que éstas adquirieran los mismos derechos económicos, sociales y políticos que los hombres.8®9 De acuerdo a Gabriela Cano, la incorporación de la señora Robles a la secretaría de acción femenina del PNR fue una concesión al igualitarismo del presidente Cárdenas y a las organizaciones femeniles que permitió dejar afuera del PNR a las dirigentes que, teniendo una base social propia, defendieran posiciones radicales en el partido. En lo que respecta al sufragio femenino, tema que se tratará más adelante, Margarita Robles no estaba de acuerdo con la implantación inmediata del voto femenino, ya que en su opinión, una etapa educativa previa era indispensable.8®*

La secretaría de acción femenil del PNR se mantuvo durante la transformación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938. De acuerdo a Cano, la política del PRM dirigida a las mujeres obreras y a las de sectores populares coincidía mucho con el programa del Frente Único Pro Derechos de la Mujer. Esta política abarcaba todos los aspectos de la organización social y política de la mujer, el establecimiento de casas-hogar y casas para trabajadoras, así como de instituciones de protección a la infancia, además de la lucha por el abaratamiento de alquileres y la organización de campañas educativas y culturales.8®®

El programa del PRM no se cumplió a cabalidad, ya que según Cano, los mecanismos que garantizaban la representación de las mujeres dentro del partido nunca operaron: nunca se nombró a la secretaria de acción femenil del Comité Central Ejecutivo; no se convocó al congreso de mujeres previsto en los estatutos; no se integraron los consejos ejecutivos regionales, ni el consejo nacional. En conclusión, la representación del PRM de las diversas fuerzas sociales no pasó de ser una aspiración, siendo el Comité Central Ejecutivo masculino el que concentró el poder.8®8

En lo que concierne al Partido Comunista, para las décadas de los treinta y cuarenta tenía muchas pugnas en su interior, sin embargo, las mujeres integrantes de este partido impulsaron la formación del Comité Coordinador para la Defensa de la Patria dirigido por María Efraína Rocha, y para 1943 formaron el Bloque de Mujeres Revolucionarias liderado por Estela Jiménez Esponda. Sin embargo, para

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Sarah A. Buck, op. cit, p. 78. Gabriela Cano, op. cit, pp. 163-165. Ibídem, pp. 169, 170.Ibídem, pp. 170-171.

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Selene de Dios Vallejo y María Esther Navarro las necesidades y peticiones de las mujeres pertenecientes al PCM quedaron desdibujadas al igual que en otros partidos.8®"* También cabe recordar que las mujeres comunistas militaron en otros movimientos desde la década de 1920 y hasta bien entrados los años cuarenta del siglo XX. Según Sarah A. Buck, durante la década de los treinta del siglo XX, los grupos de mujeres como el FUPDM, la Confederación Femenina Mexicana (CONFM), y otras, o bien se unían al Partido Comunista o al partido oficial.8®8

Por su parte, el Partido Acción Nacional (PAN) y la participación de las mujeres dentro de éste tienen gran importancia para el estudio del sinarquismo por sus marcadas coincidencias. Como mencionó Leonor Ludiow, tanto el PAN como la UNS han tenido desarrollos concurrentes. Su origen común y su carácter de oposición a principios sustanciales del régimen político posrevolucionario (el ejido, el monopolio educativo, la intervención económica del Estado, etc.) los mantuvo unidos en distintos frentes electorales y acciones políticas.8®8 Otros autores como Vicente Fuentes Díaz afirmaron que tanto el PAN como la UNS tuvieron su origen en la Base, organización de la que se ha hablado en apartados anteriores. Así, la UNS era la rama de la Base orientada a atraer a los campesinos, y el PAN a los sectores medios, profesionistas y empresarios.8®7

Para Dalia Barrera, el PAN, fundado en 1939, surgió como una respuesta anti-estatalista, donde convergieron liberales demócratas defensores del municipio libre y de la ciudadanía frente al Estado post-revolucionario, con sectores empresariales descontentos con las acciones del Estado, aunado a elementos conservadores pro-clericales y con fuertes lazos con la Iglesia Católica, así como con ex cristeros y sinarquistas. Estas conjunciones ideológicas se hicieron en el contexto de un partido “de cuadros” que motivó al PAN a convertirse en un crítico acérrimo de las formas de afiliación masiva y corporativista del partido oficial.8®8

La formación de la sección femenina del PAN se hizo casi a la par de su fundación. El 17 de septiembre de 1939 se creó Acción Nacional; en su asamblea constitutiva participaron mujeres como Conchita Morín viuda de Gómez Morín, madre del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín. También formaron parte la esposa de este último Lidia Torres. Otras mujeres que estuvieron en la citada asamblea fueron: Eugenia Mass de Rodríguez, Elodia Delgado, Julia Gallegos de Ortega, Luz S. de Perches, Soledad Arriaga, Elvira Montiel, María P. de Gómez, Ana Salado Álvarez, María Luisa Rolón y María Elena Sodi de Pallares. Para el

624 Delia Selene de Dios Vallejo y María Esther Navarro Lara, “El feminismo como movimiento social” en Julia del Carmen Chávez Carapia (coord.). Perspectiva de género, serie género y trabajo social, México, UNAM-Escuela Nacional de Trabajo Social, 2004, p. 92.625

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Sarah A. Buck, op. cit, pp. 88-89.Leonor Ludiow, op. cit., p. 4.Vicente Fuentes Díaz, Los partidos políticos en México, México, Altiplano, 1979, p. 252.Dalia Barrera Bassols, “Las mujeres y los partidos políticos en México” artículo inédito, México,

2009.

197

seis de noviembre de ese mismo año se celebró la asamblea nacional para formar la sección femenina. Así, la señora Amelia Sodi de Sordo Moriega fue electa como la primera presidenta nacional.8®9 Otras mujeres sobresalientes en la primera etapa del PAN fueron entre otras: María Ignacia Mejía Villa, fundadora de la sección femenina del PAN en Michoacán en 1941889

Como se puede observar, las integrantes de la sección femenina del PAN eran las madres, esposas o familiares de los dirigentes hombres del partido. Para Antonieta Guadalupe Hidalgo muchas mujeres acudieron al llamado panista para unirse a la sección femenina del partido, sin embargo, pocas permanecieron. Las que se quedaron y llegaron a ocupar cargos importantes dentro del partido, en su mayoría, estuvieron casadas con líderes del PAN. La misma autora puso como ejemplo a Celia González de Hernández Díaz, esposa de uno de los jefes regionales del PAN; esta mujer aprovechó la posición de su esposo para hacer carrera política dentro del partido lo que la llevó a ser nombrada dirigente de la sección femenina en el Distrito Federal en la década de los cuarenta. Otro caso es el de María Elena Álvarez viuda de Vicencio quien junto con su marido saltó de organizaciones católicas a ocupar diversos puestos dentro del partido. Hidalgo concluyó que la presencia y la participación de las mujeres dentro de Acción Nacional obedeció a que utilizaron como mecanismo de apoyo y acceso su relación con las familias fundadoras del partido, con las distintas organizaciones católicas, o bien con algunos hombres importantes del partido.88*

Para Enriqueta Tuñón, el PAN siempre supo lo importante que era para el partido la presencia de las mujeres en la vida ciudadana. La participación y el voto de las mujeres mexicanas, en su mayoría católicas y apegadas a los valores tradicionales de la familia, seguramente les favorecería. De esta manera, desde su fundación. Acción Nacional incorporó a su programa demandas femeniles con la finalidad de obtener un gran número de votantes (una vez que las mujeres pudieron ejercer el sufragio municipal y universal en México), y afiliar a más mujeres a su partido. Para el PAN era fundamental que las mujeres participaran en política, siempre y cuando lo hicieran en colaboración con los hombres del partido, ya que éstos eran enemigos de que las mujeres se aglutinaran en partidos

629

630Sitio web oficiai dei Partido Acción Nacionai, www.pan.org.mx.María ignacia Mejía Viiia nació en febrero de 1907 en Cruz de Caminos (actuaimente Viiia

Madero), Michoacán. Fue maestra normaiista ejerciendo en varios coiegios de Moreiia. Antes de ingresar ai PAN ocupó importantes cargos como presidenta diocesana de ia Juventud Catóiica Femenina de México (JCFM), y formó parte de ia Acción Catóiica Mexicana (ACM). En 1939, ei iicenciado Miguei Estrada, fundador dei PAN, quien ia conocía de ia ACM, ia invitó a formar parte de ias fiias dei PAN. Nacha Mejía, como es conocida dentro dei PAN fue consejera regionai e integrante dei comité directivo regionai en Michoacán de 1939 a 1961; y candidata a diputada federai en dos ocasiones.

Antonieta Guadaiupe Hidaigo Ramírez, “Las mujeres panistas y ei sistema de cuotas”, en Revista Cuicuilco Nueva Época, voi. 10, número 27, México, ENAH, enero-abrii de 2003, pp. 1-10.

198

u organizaciones independientes y/o descuidaran las actividades relacionadas con el cuidado del hogar y los hijos.88®

4.2.2 Las mujeres en los inicios de Fuerza Popular.En la asamblea constitutiva de Fuerza Popular, celebrada en 1945, se instituyó una secretaría de acción femenina que: “tendrá como finalidad esencial trabajos de orientación y propaganda en el sector femenino y auxiliar en los trabajos propios de este sector a las demás secretarías del comité.”888

Todas las disposiciones organizativas de la acción femenina dentro de Fuerza Popular fueron dadas a conocer a través de un documento en noviembre de 1947, a pesar de que el partido nació en 1945 y se le dio registro oficial ante la Secretaría de Gobernación el 13 de mayo de 1946. Lo anterior probablemente se debió a que fue en 1947 cuando se aprobó el derecho de las mujeres a votar y ser votadas en el ámbito municipal.

Entre los puntos más importantes que el documento contenía sobre las acciones femeninas dentro del PFP destacaban: la recomendación de evitar la creación de una organización femenina separada dentro del partido, y llevar el control de la parte femenina por parte del secretario único de organización.88"* Seguramente lo anterior se debía a la preocupación de que las mujeres se salieran de “control” y se volvieran independientes de la dirigencia masculina del partido y de la UNS. En el mismo sentido, se prohibía la celebración de asambleas y convenciones exclusivamente femeninas, y solamente se autorizaban las reuniones y juntas de mujeres con fines de propaganda y sugerencias para la acción propia de la mujer.888 Sin embargo, se otorgó a las mujeres el derecho a participar “conjuntamente con el sector masculino” para la designación de candidatos del partido a puestos municipales; así como la asistencia “con voz y voto” a las asambleas y convenciones regionales y nacionales de Fuerza Popular.888 Las funciones de las mujeres dentro del partido también fueron enunciadas a través de los siguientes puntos:

632

633Enriqueta Tuñón, op. cit, p. 141.AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 148, documento 18, Plan de trabajo del Partido Fuerza

Popular, México, D.F., noviembre de 1947.AHBMNAH, fondo: UNS, microfilm, rollo 148, Plan de trabajo del Partido Fuerza Popular,634

México D.F., noviembre de 1947. Ibídem.Ibídem.

199

Emprender los trabajos de orientación y propaganda dentro del sector femenino con profundo sentido sinarquista difundiendo las nociones generales de civismo. Hacer intenso proselitismo en sectores sinarquistas. Adiestrar al sector femenino en las prácticas electorales, cuidando que en simulacros de votación participe sólo como espectadora. Auxiliar al partido en otras tareas, sobre todo, en la de allegamiento de recursoseconómicos. 637

Las funciones asignadas a las mujeres dentro de Fuerza Popular, según la dirigencia del partido, estaban orientadas a seguir manteniendo la diferencia por géneros en cuanto al derecho al voto y la ciudadanía, limitando el actuar político de las mujeres a algunos procesos del partido, y al espacio municipal.

La UNS y Fuerza Popular se percataron de la gran fuerza electoral que las mujeres representaban, así como la viabilidad de que éstas concordaran con un partido de derecha, como el PFP. Por lo anterior, a principios de 1947, al celebrarse la II Junta Nacional de Jerarquías Femeninas de la UNS, se estipuló como obligación de la mujer sinarquista “[...] afiliarse debidamente al Partido Fuerza Popular, dentro del cual ejercerá sus derechos de acuerdo con las normas e instrucciones y con estricta disciplina.”888 637 *

Ibídem.637

AHUIA, fondo: UNS, caja 3, “II Junta Nacional de Jerarquías femeninas” en Mujer, México D.F, UNS, 15 de febrero de 1947.

200

4.3 El sufragio femenino desde ia mirada sinarquista.Al revisar los pocos trabajos que sobre el sufragio femenino se han escrito, se percibió que éstos solamente se han centrado en las luchas de mujeres y grupos con filiación comunista o de “izquierda”; o bien, en la década de los treinta en México, a mujeres vinculadas con el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río. Estos grupos, de acuerdo con Gabriela Cano, sostuvieron dos tipos de discursos. El primero fue el igualitarismo, que argumentaba que hombres y mujeres son ciudadanos iguales, poseedores de los mismos derechos. El otro afirmaba que las mujeres deberían tener derechos de ciudadanía, no porque ellas fueran ciudadanas iguales a los hombres, sino porque como esposas y madres de familia su participación en el proceso electoral tenía un efecto moralizador del mundo político. Este último es conocido como discurso diferenciador.889

Sin embargo, los estudios sobre el sufragio femenino no han tomado en cuenta a las organizaciones y posiciones de las mujeres de derecha vinculadas a la Iglesia Católica apegadas al discurso diferenciador, y sólo han mencionado a las mujeres que lucharon por la igualdad de derechos. Las mujeres sinarquistas y afiliadas al partido que la UNS creó, Fuerza Popular, son parte de la posición diferenciadora que actuaba dentro del marco de la Iglesia Católica y de su ideología para cuestionar en la práctica social y en el discurso la exclusión de las mujeres de la ciudadanía social y política. Para lograr lo anterior, estas mujeres se basaron en las definiciones de género convencionales.8"*9 Aunque hay que mencionar que sus opiniones, ideas y acciones acerca de esto temas, solían ser bastante ambiguas y contradictorias, e incluso transgresoras de las normas de género tradicionales.

4.3.1 El voto de la mujer en el ámbito municipal.Después de un proceso de reforma que duró menos de un año, a partir de la iniciativa del recién investido presidente Adolfo Ruiz Cortines, el sufragio femenino sin restricciones fue aprobado en México en el año 1953.8"** Sin embargo, la lucha de las mujeres para obtener sus derechos políticos, entre ellos el voto, se remonta a muchas décadas atrás. De la misma forma, hubo propuestas de gobiernos anteriores al de Ruiz Cortines para reconocer esos derechos. Esperanza Tuñón mencionó que si bien Carranza promulgó en 1914 una ley del divorcio y en 1918 el Código de Relaciones Familiares, la Constitución de 1917 sólo concedió igualdad a la mujer en lo referente a los derechos individuales y laborales, pero no explicitó 639

Ibídem, p. 154.639

Inmaculada Blasco, op. cit, p. 16.Gabriela Cano, “Las mujeres en el México del siglo XX, una cronología mínima”, en Marta

Lamas (coord.). Miradas feministas sobre las mujeres del siglo XX, op. cit, p. 50.

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lo mismo en cuanto a los derechos políticos que, en los hechos, se mantuvieron restringidos para las mujeres.8"*®

Más tarde, como señaló Gabriela Cano, el sufragio femenino estuvo a un paso de reconocerse durante el gobierno del Lázaro Cárdenas del Río, cuando el presidente envió al Congreso de la Unión, en 1937, una iniciativa de reforma al artículo 35 constitucional en donde se establecía el derecho de las mujeres a participar en procesos electorales como candidatas y electoras en las mismas condiciones que los hombres.8"*8 Empero, dicha modificación nunca entró en vigor, y quedó olvidado al terminar el sexenio.

Ana Lau J. señaló que una de las razones por las que esta propuesta se desechó fue porque el gobierno federal y varias organizaciones como la CTM temían que las mujeres votaran por la derecha. Ya que por ejemplo, en 1940, durante el proceso electoral para elegir presidente de la República8"*"*, el oposicionista Juan Andrew Almazán prometía otorgar el voto a las mujeres y las alentaba a movilizarse contra el gobierno cardenista.8"*8 De acuerdo a Gabriela Cano, lo anterior derivó en que Almazán y el partido por el cual contendió a la presidencia en 1940, el Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN), contara con el apoyo de organizaciones femeninas de derecha como la Unión de Damas Católicas y la Asociación Católica de la Juventud Mexicana.8"*8

Como se apreciaba, no era un temor infundado y por eso la propuesta se desechó. Además, como afirmó Pablo Serrano, durante este periodo la derecha incrementó su fuerza sociopolítica debido al grado de radicalidad que el quehacer político y su programa de reformas había tomado en el gobierno de Cárdenas.8"*7

642 Esperanza Tuñón Pablos, Mujeres que se organizan. El frente único pro derechos de la mujer 1935-1938, México, UNAM-Porrúa, 1992, p. 21.643

644Gabriela Cano, “El discurso igualitario de Lázaro Cárdenas”, p. 151, ya citado.En 1939 se perfilaron cinco candidatos para relevar al general Cárdenas de la presidencia.

Éstos fueron: Manuel Ávila Camacho, Francisco J. Múgica, Rafael Sánchez Tapia, Joaquín Amaro y Juan Andrew Almazán. Todo parecía indicar que Múgica sería el elegido debido a su amistad con el general Cárdenas y su tendencia radical de izquierda en la línea cardenista. Sin embargo, divisiones en el seno del gobierno; tensiones producidas por la política cardenista; y el avance político de la derecha conservadora crearon un clima de inestabilidad y desunión. Por lo anterior, se necesitaba de un candidato moderado que tratara de conciliar las diferencias. Para julio de 1939, Múgica renunció a la precandidatura, y Almazán constituyó un movimiento divisionista. El voto de Cárdenas se inclinó por Ávila Camacho. Así en noviembre de 1939, este último fue postulado por la CTM, la CNC y el PRM. Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. cit, pp. 335-336.

Ana Lau J, “Los limpios anhelos de las mexicanas: la lucha por el sufragio”, artículo inédito, México, 2007, pp. 19-20.

Gabriela Cano, “Las mujeres en el México del siglo XX”, p. 49, ya citado.646

El Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN) dio amplia participación a los grupos derechistas clericales, sobre todo del PAN. La UNS mantuvo una posición neutral y apolítica, aunque muchos militantes sinarquistas simpatizaban con Almazán, y el jefe sinarquista de ese periodo, Manuel Zermeño, se inclinaba por la candidatura de Ávila Camacho. Mientras tanto se divulgó la idea de que los sinarquistas apoyaban a Almazán junto con el PAN. La UNS negaba tales acusaciones. Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II op. cit, pp. 335-337.

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La década de los cuarenta fue calificada por algunas autoras como un impasse en las luchas de las mujeres, incluyendo la de lograr el sufragio femenino. Esperanza Tuñón etiquetó a esta época como de reflujo político y social que no empezaría a ser modificado hasta la década de los setenta cuando surgió en México un feminismo de nuevo tipo.8"*8 Sin embargo, el tema del sufragio femenino resurgió en 1945 cuando Miguel Alemán, precandidato a la presidencia de la República por el partido oficial, promovió una reforma constitucional que reconocía los derechos políticos de las mujeres, pero sólo en el nivel municipal.8"*9 Esta disposición se basaba en lo siguiente: “Pensamos que, para los puestos de dirección popular en el municipio libre, la mujer tiene un sitio que le está esperando, porque la organización municipal es la que tiene contacto con los intereses de la familia y la que debe más atención a las necesidades del hogar y de la infancia.”889 En este sentido, como apuntó Gabriela Cano, la ciudadanía de las mujeres en este documento propuesto por Alemán era entendida como una prolongación en la esfera pública de su papel como madre y responsable del hogar.88*

Esta reforma fue aprobada en febrero de 1947, a dos meses de iniciado el periodo presidencial de Miguel Alemán. De acuerdo con Cano, después de la entrada en vigor de esta disposición fueron muy pocas las mujeres quienes continuaron defendiendo la ciudadanía de las mujeres con argumentos igualitarios.88®

En este punto se puede formular la siguiente pregunta: ¿cuál era la opinión y posición de las mujeres sinarquistas y lideresas de la sección femenina al respecto del sufragio femenino?, ¿siguieron al pie de la letra las disposiciones que sobre el tema formuló la dirigencia masculina de Fuerza Popular y de la UNS? Los testimonios nos indican que las mujeres sinarquistas afiliadas a Fuerza Popular se involucraron activamente en la promoción del sufragio femenino y la participación política femenina, desde un discurso diferenciador, tanto como estrategia para fortalecer su partido, como con una convicción conservadora. Y como ya fue señalado, el discurso diferenciador no fue homogéneo, ya que las sinarquistas cambiaban de opiniones y posiciones al respecto de los temas antes mencionados según las relaciones de género establecidas con sus contrapartes

Enriqueta Tuñón Pablos, ¡Por fín, ya podemos elegir y ser electas!, op. c it, p. 11.Gabriela Cano, “Las mujeres en el México del siglo XX”, p. 183, ya citado.Enriqueta Tuñón Pablos, “La lucha política de la mujer mexicana por el derecho al sufragio y sus

repercusiones”, en Carmen Ramos (ed.). Presencia y transparencia. La mujer en la historia de México. México, El Colegio de México, 1987, p. 187.

Gabriela Cano mencionó que varias organizaciones femeninas de la época, incluso algunas radicales como el Bloque Nacional de Mujeres, cercano al Partido Comunista Mexicano, apoyaron la iniciativa, sin dejar de manifestarse a favor de los derechos políticos en todos los niveles de gobierno. Gabriela Cano, “Las mujeres en el México del siglo XX”, 47-48, ya citado.

Ibídem, p. 50.

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masculinos; de acuerdo a la situación política y social de la UNS y del PFP; al contexto nacional, y a sus propias ambiciones personales y grupales.

4.3.2 La posición de las sinarquistas frente al sufragio femeninoLa posición de las mujeres sinarquistas con respecto al sufragio femenino

se puede seguir a través de los discursos plasmados en la revista Mujer. Así, en el número uno de la revista, que salió a la luz el15 de febrero de 1947, se publicó un artículo firmado por “Cámara”, con el título “¿Qué opina usted del voto femenino?, donde se expresaban opiniones acerca de la reforma que otorgó el derecho a las mujeres de votar y ser votadas en los procesos municipales. La nota se basó en una encuesta realizada a mujeres de distintas profesiones y oficios que dieron respuesta a la pregunta que tituló el artículo. La primera entrevistada era una taquígrafa que opinaba: “ya era tiempo que nos concedieran el voto. [...] Como toda mujer que ama a México espero cumplir con mis deberes cívicos”888 La segunda fue una humilde mujer que habitaba: “allá en el Desierto de los Leones en una de esas cabañas de madera en donde parece que la inquietud política no debe de haber llegado.”88"* Se supone que la mujer vaciló al cuestionamiento, ya que no recibió educación, sin embargo, creyó que debido a ser una persona de edad estaba en capacidad de contestar. La respuesta que otorgó fue la siguiente: “Si eso del voto es obligación, ¿pos cuándo la mujer se echa pa tras en lo tocante a sus obligaciones? Que Dios ayude y que sea lo que sea.”888

De las mujeres con poca o nula instrucción, la encuesta preguntó a una trabajadora social de nombre Andrea M. Esta mujer opinó: “Nunca ambicioné el voto para la mujer, pero hay que vivir en su época. Antes que todo creo que se debe educar a la mujer para que comprenda su obligación como votante. De la falta de formación cívica México está sufriendo. Yo iré a votar.”888 Los párrafos siguientes se dedicaron a una empleada de gobierno quien dijo lo siguiente: “Me alegra que nos hayan dado el voto. [...] La mujer no tiene ambiciones políticas pero sí tiene la ambición de un país decente. Flay que votar, y votar por quien comprenda nuestras necesidades.”887 Un ama de casa con cinco hijos, esposa de un empleado particular, opinó que: “La unión hace la fuerza y si todas las mujeres de México van a votar como deben, algo hemos de hacer, la mujer es la que sabe mover bien la escoba. A barrer se ha dicho a los políticos logreros.”888

653 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, “¿Qué opina usted del voto femenino?” enMujer, México, D.F., UNS, 15 de febrero de 1947.654

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Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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La penúltima opinión era la de una estudiante, de la cual no se especifica qué es lo que estudiaba, Ofelia G., oriunda de Chihuahua, mencionó al respecto del voto femenino:

Ya era tiempo. La mujer ha demostrado, aquí y en otros países que puede actuar con serenidad y rectitud. Quizá en México a pesar de todo se tenga que luchar en contra de muchos prejuicios masculinos, tremendamente egoístas, contra prejuicios femeninos que no comprenden la obligación que tenemos de acudir a las urnas. Pero lucharemos y haremos porque la mujer mexicana demuestre en su actuación que es merecedora del voto. Tengo feen la mujer mexicana.659

La encuesta finalizó con los comentarios de un viejo político revolucionario que mencionaba: “He aplaudido de todo corazón el que la mujer tenga voto. Mi admiración por la mujer no es romántica. En mi larga lucha política he visto el valor de la mujer en el trabajo. Admiro el valer y el valor de la mujer mexicana. México está de plácemes por que sus mujeres valen.”889

Del artículo se desprendieron las siguientes concepciones de las sinarquistas acerca del sufragio femenino en el ámbito municipal: el voto era una obligación para las mujeres, así como un deber cívico; sin embargo, este ejercicio requería de educación para poder hacerlo correctamente. Desde esta perspectiva, con el sufragio la mujer cumpliría cabalmente su obligación, ya que las mujeres no deberían tener ambiciones políticas, más que velar por un país decente, como lo dijo la empleada de gobierno. También se mencionó que con la unión de todas las mujeres y el ejercicio del sufragio, seguramente bajo el marco de las normas sinarquistas, se podría “barrer a los políticos logreros”, tal y como afirmó la ama de casa.

Escondidos tras la opinión de una estudiante se denunciaron los “prejuicios masculinos tremendamente egoístas”, y los “prejuicios femeninos que no comprenden nuestra obligación de ir a las urnas”. Sin embargo, se sugería que la mujer luchara contra dichas ideas para demostrar que las mujeres eran merecedoras del voto. Para dar mayor credibilidad a la encuesta se le dio voz a un político revolucionario que apoyó y estaba de acuerdo con el sufragio femenino.

El asunto del voto femenino fue una preocupación constante de las mujeres sinarquistas, ya que en casi todos los números de la revista Mujer, desde 1947 hasta 1949, se dedicaron artículos completos a abordar este tema. Esto también se debió a que fue durante este periodo que se dieron cambios al respecto de la participación política femenina. Así, en el número tres de la revista, que salió el 15

659

660Ibídem.Ibídem.

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de abril de 1947, se publicó anónimamente un artículo titulado “El voto de la mujer”. Dentro de éste, se calificó a la mujer como la receptora de la paz en México y de “la soberanía del amor”. De acuerdo a Mujer, este rol había sido jugado por la mujer durante toda la historia de México. Durante la Revolución Mexicana, “[...] entre aquella vorágine, la mujer del pueblo, la soldadera, hizo sentir su presencia [...]. En la lucha, en la batalla y en el triunfo, la mujer mexicana acompañó al hombre. Llevaba en ella no el deseo de la guerra, el fuego devorador de la revolución. Llevaba en sí la paz.”88*

Más adelante se igualó a la soldadera, mujer vehículo de la paz, con las mujeres de la década de los cuarenta del siglo XX: “En la vivienda humilde como en el palacio fastuoso, la mujer mexicana, la mujer religiosa, la mujer cristiana es la misma: ASPIRA SIEMPRE A LA PAZ. No solamente a la paz de su hogar, a la paz íntima de su vida, sino a la paz de la sociedad, a la paz de la ciudad y a la paz de la Patria”88® Es así como sirviéndose de virtudes consideradas propias del género femenino, se argumentó que:

Cuando la mujer deposite en las urnas electorales, su voto será la expresión de sus íntimos anhelos. Y lo estará haciendo finalmente por la paz de México. Su voto es de incalculable valor para bien de México. Ella ha formado corazones. Ella ha forjado voluntades. Ella ha enseñado a sus hijos a ser hombres. Su voto cobijará de amor a la República Mexicana.888

De esta forma se hacía uso de una retórica y argumentos totalmente tradicionales para justificar y apoyar el sufragio femenino. Se utilizó la dicotomía hombre=guerra/mujer=paz. En este sentido, se visualizaba a los hombres como los responsables de la guerra y el derramamiento de sangre. Así, se mencionaba acerca de la Revolución Mexicana lo siguiente: “La Revolución Mexicana arrastró a la muchedumbre. Los hombres empuñaron el fusil. Los campos de la patria se sembraron de sangre. El torrente sangriento sacudió los hogares más apartados de la ola tempestuosa. Había fiereza en los hombres.”88"* En este sentido, la mujer representaba la maternidad, la vida, más no la muerte y la sangre como los hombres. Las mujeres darían vida, los hombres muerte. El voto femenino en elecciones municipales, aprobado en México a principios de 1947, llenaría de paz, tranquilidad, y moralidad al país.

El municipio, desde la mirada sinarquista, se convertía en el escenario perfecto para las acciones políticas de las mujeres, ya que éste era un conjunto de familias asentadas en sus límites, donde las relaciones humanas se multiplicaban * 15

661 AHUIA, fondo: UNS, sección: documental, caja 3, “El voto de la mujer” en Mujer, México, D.F.,15 de abril de 1947.662

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Ibídem.Ibídem.Ibídem.

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formando vínculos mayores. En este sentido, las familias eran pequeñas unidades formadas por el hombre, la mujer y los hijos; y de acuerdo a las sinarquistas, de la familia dependía la vida de la nación. Y al ser la mujer, “[...] la reina del hogar, es la que tiene una responsabilidad para la felicidad de los municipios y los Estados, porque ella es la cuidadora de la familia, la forjadora de la unidad, de la armonía, es el reino de la mujer.”888

665 AHUIA, fondo: UNS, caja 3, “Editorial” en Mujer, México, D.F., 15 de febrero de 1947.

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EPILOGOA partir de 1948 las dos secciones femeninas de la UNS, y en general, el

sinarquismo entró en franca decadencia. El golpe más fuerte que la UNS política recibió fue la cancelación de su partido político. Debido a lo anterior, durante los años de 1949 y 1951, bajo la jefatura de Luis Martínez Narezo se diseñó un programa que parecía muy ambicioso: convertir al sinarquismo en un movimiento organizador de la sociedad; formar cooperativas de productores y consumidores, así como uniones de crédito y organización de profesionales. Asimismo se proponía restablecer la combatividad del sinarquismo en sus actividades movilizadoras, antigubernamentales y políticas. También se quería subsanar y conciliar los problemas internos entre las facciones que apoyaban a Abascal, Athié, Torres Bueno y con la Base.888

De la misma manera, durante esta época y desde hacía dos años, se había impulsado a ciertos sectores dentro de la UNS, como la sección femenina, con el fin de motivar su participación dentro de la organización. Ofelia Ramírez trató de implementar todas las ideas y planes que había adquirido durante su viaje a Europa.

Debido a que su partido político ya no existía, durante este periodo se dejó de incentivar la participación femenina en política. Así, dentro de la IV Junta nacional de la sección femenina se mencionó lo siguiente: “En la junta se insistirá en que la mujer mexicana siga ocupando su puesto adecuado a su sexo y a su natural delicadeza, sin asumir responsabilidades propias de los hombres.”887 Lo anterior sería un constante “estira y afloja” dentro de la rama política del sinarquismo, pues si se tenía brazo electoral se instaba a las mujeres a ejercer el voto y apoyar al partido, de lo contrario se daban instrucciones para quedarse confinadas en el espacio privado.

A pesar de los esfuerzos de Ofelia Ramírez y las demás dirigentes, los grupos femeninos iban en picada. Así lo muestran las fotografías de la V Junta nacional de la sección femenina a la cual asistieron menos de diez mujeres. La UNS no logró tener la respuesta que había tenido diez años atrás. En conclusión, la UNS perdió fuerza y tan sólo era sostenido como movimiento en ciertas regiones del Bajío mexicano.

Para 1950, Ofelia Ramírez dejó temporalmente el cargo de jefa de la sección femenina, al parecer por emprender otro viaje a España. En su lugar se quedó Amparo Martínez quien se esforzó en realizar giras por varios lugares del país con el objetivo de reorganizar los grupos femeninos y fundar algunas escuelas que con muchos trabajos la UNS seguía sosteniendo. Entre ellas existía una academia en León que tenía cerca de 110 alumnas. También funcionaban el

666

667Pablo Serrano Álvarez, La batalla del espíritu, tomo II, op. c it, p. 294.AHBMNAH, serie: UNS, rollo 168, microfilm, “Informe de la IV Junta Nacional de la Sección

Femenina”, México, D.F., 12 de septiembre de 1949.

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servicio social y la enfermería: “Enfermeras que irán aliviando el dolor y dando una mejor vida material para nuestras comunidades.”888

En lo que respecta al ámbito electoral, para las elecciones presidenciales de 1952, al carecer de partido político, la UNS apoyó a Efraín González Luna, candidato de Acción Nacional. En 1953, siendo jefe de la UNS Juan Ignacio Padilla, se anunció el nacimiento del Partido de la Unidad Nacional. Una vez más se exhortaba a las mujeres a participar dentro del partido político aunque sólo lo pudieran hacer en los procesos municipales. Sin embargo, se les encargaba otras labores dentro del partido como la propaganda, la difusión del periódico y la organización de eventos. Debido a la formación del nuevo partido, Ofelia Ramírez regresó a México con el fin de apoyar todas las actividades de Unidad Nacional.

Una vez más, desde los planes para formar el partido, los sinarquistas empezaron a realizar propaganda acerca de la importancia del voto femenino y de de que las mujeres sufragaran en las elecciones presidenciales. Al respecto se decía: “En realidad, desde el punto de vista humano, desde el jurídico, desde el social, desde el político, no hay una razón de suficiente peso para oponerse a que la mujer entre en la plenitud de la ciudadanía.”889 Los sinarquistas, y en particular las mujeres del movimiento, se declaraban totalmente de acuerdo con que las mujeres ejercieran el sufragio universal: “Repetimos que a nuestro juicio, todas las razones existentes son en el sentido de que sí debe otorgarse cuanto antes el voto a la mujer.”879 Las mujeres luchaban a fin de que se les reconociera sus derechos, sin embargo, los varones dirigentes del movimiento buscaban lo anterior debido a que querían participar en la política como una opción de derecha católica que contaba con un gran número de mujeres entre sus filas, lo que les daría votos.

De esta forma, para 1952, al crearse por esos años una organización femenina llamada Alianza de Mujeres de México cuya dirigente fue Amalia Castillo Ledón, las sinarquistas dieron todo su apoyo a la misma. Lo anterior es de extrañar ya que, de acuerdo a Enriqueta Tuñón, esta asociación aglutinaba a mujeres de diversos frentes y era muy cercana a la figura presidencial,87* lo cual iba en contra de la ideología sinarquista. El único punto de convergencia entre las sinarquistas y esta asociación fue el sufragio femenino. Las sinarquistas señalaron que: “La tareas de la Alianza Mujeres de México es lograr que la mujer mexicana obtenga plenitud de derechos políticos, así como también colaborar con el pueblo para lograr una repartición más equitativa de los bienes.”87®

668 HNUNAM, “Actividades de la sección femenina sinarquista” en Orden, México, D.F., 21 de mayode 1950.

HNUAM, “El voto de la mujer” en Orden, México, D.F., 3 de abril de 1952.670

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672

Ibídem.Enriqueta Tuñón Pablos, ¡Por fín, ya podemos elegir y ser electas!, op. c it, pp. 90-100 HNUNAM, “Las mujeres darán mejor pelea que los hombres” en Orden, México, D.F., 27 de

abril de 1952.

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Por todo lo anterior, la UNS política celebró sobremanera la disposición que dio el voto a las mujeres en México. En diciembre de 1952, el periódico Orden publicó un desplegado donde se aplaudía la iniciativa que, según ellos, daría el triunfo a los partidos oposicionistas ya que las mujeres:

Además de ser más fijas en sus ideas, conocen mejor, en muchos casos, los problemas nacionales, por su contacto diario con los problemas vitales, como de los alimentos y el vestido. Naturalmente que nosotros aplaudimos sin reservas, el voto femenino, pues tenemos fe en que las mujeres de México, sabrán cumplir con honor la misión que tienen ahora y que enaltece su categoría de reinas de la familia878.

Con lo anterior se demostraba que la UNS tenía una posición más abierta, en comparación a años anteriores, con respecto a la participación de la mujer en política y era un poco más tolerante con otras organizaciones de ideología diferente. Sin embargo, esto llevaba el propósito de entrar al juego político y electoral para posicionarse como una organización de derecha católica. Se podría pensar que tan sólo era una estrategia para lograr el poder.

Pero a pesar de que los sinarquistas se alegraron de que las mujeres ya pudieran acudir a las urnas, también denunciaban los malos manejos políticos con respecto al ámbito electoral, por lo anterior se consideraba que el sinarquismo debería orientar a las mujeres de su organización para que pudieran defender sus derechos a través de la realización de diversos ejercicios electorales que serían dirigidos por Ofelia Ramírez. Al respecto se señalaba: “La presencia de la mujer en los actos electorales acicateará a los hombres a los hombres y los orillará a cumplir más varonilmente sus deberes y a defender con mayor dignidad sus derechos, al mismo tiempo que se resolverá a salvaguardar la dignidad y el respeto debido a la mujer. La mujer sinarquista sabrá cumplir con sus derechos políticos.”87"*

Al fundarse el Partido Unidad Nacional en 1953 se afirmó que éste: “[...jofrece un lugar a la mujer mexicana, un puesto de lucha por México, de acuerdo con su sexo, con su dignidad y con su altísima misión. Los unicistas seremos caballeros guardianes del respeto que se debe a la mujer en el campo electoral.”878 Se afirmaba también, como en años anteriores, que la mujer daría a la política y a la vida nacional perfiles de limpieza y dignidad, que eran consideradas características innatas al ser femenino: “La mujer sinarquista no tiene porque renunciar a la condición magnífica del alma del hogar para hacer

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HNUNAM, “Avalancha de elogios” en Orden, México, D.F., 28 de diciembre de 1952. HNUANM, “La mujer y la ley” en Orden, México, D.F., 22 de febrero de 1953.HNUANM, “Nació ya el partido de la Unidad Nacional” en Orden, México, D.F., 26 de julio de

1953.

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sentir su benéfica presencia en el campo de la política, Y ellas serán el corazón de México.”878

También durante 1953 se abrió el Instituto Nacional de Capacitación para la Mujer Sinarquista en la ciudad de México. Éste se llevó a cabo gracias a la iniciativa de Ofelia Ramírez quien con grandes esfuerzos recaudó fondos para que éste funcionara. Se recibieron tan sólo a diez alumnas que recibían clases de cocina, corte, costura, doctrina religiosa y sinarquista y de acuerdo a sus palabras, se les daba una formación integral.

El sinarquismo recibió otro revés en 1954 cuando le fue negado el registro al Partido Unidad Nacional por ser considerado un partido con orientación religiosa. Lo anterior volvió a causar fracturas dentro de la dirigencia y la militancia, así como la disminución de las actividades femeninas dentro del sinarquismo, pues ya no era útil su participación. Lo anterior, no significó que la sección femenina dejara de existir. En el mismo año, debido a la enfermedad de su madre, Ofelia Ramírez tuvo que irse a radicar a Celaya, Guanajuato. Su puesto fue ocupado por Consuelo Sánchez. Ante la disolución del partido político, a partir de 1955, bajo la jefatura de David Lomelí, la UNS se encargó de solucionar sus problemas internos y aminorar la decadencia de la organización.877

Durante el proceso electoral de 1958, la UNS no postuló candidato propio ya que no tenían partido, ni tampoco apoyó a otro candidato de otra organización política. En su lugar, plantearon una reforma electoral que se mantendría como bandera durante la jefatura de Ignacio González Gollaz, a partir de 1959. El tercer intento sinarquista por tener un brazo electoral se realizó en 1963 al apoyar al Partido Nacionalista de México, fundado por Salvador Rivero Martínez, ex jefe cristero. Durante el periodo presidencial de Ruiz Cortines, el Nacionalista de México fue registrado como partido político pero debido a pugnas en su interior el partido se fraccionó en tres y se le canceló el registro en 1964.878

En todos estos años, la sección femenina de la UNS política tuvo una presencia marginal, sobre todo debido a la ausencia de Ofelia Ramírez quien estuvo en Celaya por varios años. Se puede decir que hasta los años setenta, con la fundación del PDM, las mujeres sinarquistas estuvieron estancadas y olvidadas debido a la falta de un partido político sinarquista. El PDM fue el cuarto intento de los sinarquistas para formar un partido político. Después de más de tres años de llevar a cabo la afiliación y las asambleas estatales constitutivas que eran requisitos según la ley electoral de 1973, el registro del PDM fue solicitado el 29 de junio de 1975 ante la Secretaría de Gobernación, pero éste les fue negado argumentado fallas en el proceso de afiliación. A pesar de lo anterior, el PDM

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677HNUANM, “La mujer dignificará ia poiítica” en Orden, México, D.F., 2 de agosto de 1953.Alfonso Guillén Vicente, “Partido Demócrata Mexicano” en Octavio Rodríguez Araujo, La

reforma política y los partidos en México, México, Sigio XXi, 1979, p. 169.678 Ibídem, p. 170.

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lanzó 22 candidatos a diputados federales en las elecciones de 1976. Aparte de estos 22 presentó algunos más para las municipalidades de los estados de Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Jalisco y San Luis Potosí.879

La oportunidad definitiva para el PDM se presentó en 1977 cuando se puso en marcha la reforma política durante la presidencia de José López Portillo. Así, el partido solicitó su registro en marzo de 1978 condicionado al resultado de las elecciones de 1979. Finalmente el registro le fue otorgado y con esto participó en el proceso de 1979 obteniendo 285 mil votos y ocupando el penúltimo lugar de los partidos contendientes.889 Al escribir sobre el PDM en 1979, Alfonso Guillén Vicente mencionó que éste contaba con comités estatales en 25 estados de la República, predominando los del Bajío mexicano. En total se estimaba que para este año, el PDM tenía cerca de 350 mil simpatizantes. El mismo autor agregó que el PDM sostenía la organización de cuadros característicos de los sinarquistas en décadas anteriores.88*

Una vez más la presencia femenina se hizo latente en todo este proceso. Adelaida Márquez, originaria de Jalisco, y quien participó de forma activa en el PDM, recordó que en las citadas elecciones: "... le entramos con golpes y patadas y hasta con las urnas les dábamos, ni modo que nos fueran a robar los votos, y bueno, nos los robaron.”88® Esta época fue de exaltación política para las mujeres sinarquistas quienes tuvieron una importante participación política a través del partido del “gallo colorado”, como era conocido el PDM debido a su insignia.

Una vez aprobado su registro, el PDM postuló como candidato a la presidencia de la República a Ignacio Martínez Golláz en las elecciones de 1982, donde resultó triunfador Miguel de la Madrid Flurtado del PRI. En este proceso, el PDM obtuvo 400 mil votos convirtiéndose, de acuerdo a Zermeño y Aguilar, en la cuarta fuerza partidista de México. En 1985 el PDM llegó a 485 mil votos y junto con el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) compartía la posición tercera de las fuerzas partidistas del país después del PAN y el PRI.888 Cabe mencionar que entre 1982 y 1988 durante la LII legislatura de la Cámara de Diputados, Ofelia Ramírez Sánchez, quien había ocupado desde 1945 el cargo de jefa de la sección femenina de la UNS, se convirtió en diputada federal por el PDM.

Durante la contienda electoral de 1988 los pedemistas volvieron a postular a Martínez Golláz como candidato a la presidencia de la República. En ese año, el

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Ibídem, pp. 170-173. Ibídem, pp. 170-173. Ibídem, pp. 170-173.Entrevista realizada por Roxana Rodríguez Bravo a Adelaida Márquez en julio de 2007 en las

instalaciones de la UNS, rama política, México, D.F.Rubén Aguilar y Guillermo Zermeño, “Ensayo introductorio: Iglesia y sinarquismo en México” en

Rubén Aguilar y Guillermo Zermeño (coord. y comp.). Religión, política y sociedad, op. c it, pp. 23- 26.

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PDM vio disminuidas sus votaciones en 52% y también perdió su registro como partido político, volvió a ser solicitado por los pedemistas-sinarquistas en 1990, no siendo otorgado una vez más durante las elecciones de 1991 por no alcanzar el mínimo de porcentaje de votos requeridos.88"* Desde 1991 y hasta 2007 la UNS se ha mantenido sin brazo electoral, aunque algunos de sus miembros se han unido a las filas de otros partidos emergentes. Asimismo, la Unión Nacional Sinarquista política tiene registro de organización política ante la Secretaría de Gobernación.

Hoy en día vivimos el resurgimiento de varias organizaciones de derecha y ultraderecha, una de ellas es la UNS. Mejor dicho, las dos Uniones Nacionales Sinarquistas, ya que siguen existiendo la UNS rama política y la UNS rama apolítica. Durante 2007 y 2008 los sinarquistas políticos, herederos del Partido Demócrata Mexicano, intentaron fundar otro partido político; sin embargo, no lograron su registro ante el Instituto Federal Electoral (IFE). Esta UNS sigue realizando reuniones, asambleas y diversos rituales cívicos y ceremonias en honor a los mártires sinarquistas donde cantan sus himnos y realizan el saludo sinarquista. En conjunción con otras organizaciones religiosas imparten cursos de formación sinarquista para jóvenes procedentes de distintos estados de la República y mantienen algunas escuelas sinarquistas de educación primaria en Puebla y Michoacán.

En lo que concierne a la UNS rama apolítica, su posición ideológica es más radical que la facción anterior. Estas personas también siguen realizando congresos, asambleas, misas y pláticas de corte religioso. Su propuesta social se encamina hacia la organización ciudadana para resolver problemas como el abasto de agua, la reforestación y diversas problemáticas ecológicas. En 2007, el hombre que venía ocupando el cargo de jefe nacional, Clemente Gutiérrez Pérez, una persona de edad avanzada, falleció. Lo anterior causó divisiones entre sus miembros y pugnas por el control de la organización. En ese año, el licenciado Jesús Ruiz Munilla, un hombre de aproximadamente treinta años, fue nombrado jefe nacional. Ruiz Munilla no contaba con el aprecio de varios de los militantes, entre los que se desatacaban las mujeres de la tercera edad. Problemas al interior de la organización hicieron que Ruiz Munilla y el secretario de propaganda, Austreberto Martínez fueran cesados del consejo nacional de esta rama de la UNS, y suspendidos como militantes sinarquistas. A partir de lo anterior, las secciones femeninas y grupos de mujeres han tratado de ser reorganizados y reactivados aunque sin mucho éxito.

684 Ibídem, p. 26.

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CONCLUSIONESEste trabajo empezó planteando la siguiente pregunta: ¿Cómo se conformó

el deber ser femenino sinarquista entre 1937 y 1948? La hipótesis inicial del trabajo se orientó a demostrar que el deber femenino sinarquista se construyó con base en las normas de género tradicionales y apegadas a la Iglesia Católica. Pero fuera de constituirse como un conjunto estático, las mujeres sinarquistas provenientes de distintos estratos sociales y lugares de México lo construyeron y reconstruyeron con el fin de lograr una participación social, política y adquirir visibilidad.

La hipótesis fue comprobada, de tal modo que desde los inicios del movimiento, las mujeres salieron del espacio privado, tradicionalmente asignado a las mujeres, al espacio público, el lugar de la visibilidad. Lo anterior les permitió realizar cierto cuestionamiento de su situación social y política y luchar por resolver ciertos problemas que no necesariamente se referían al ámbito femenino. Sin embargo, las mujeres nunca rompieron con las normas de género tradicionales ni con el deber ser femenino católico, sino que lo usaron y lo reconfiguraron.

Por otro lado, si bien existía la opinión de investigadores sociales e historiadores de que las mujeres pertenecientes a organizaciones de corte religioso y/o derecha radical eran manipuladas por los varones del movimiento y por la Iglesia Católica como institución, este trabajo demostró que lo anterior no fue así. Las mujeres de la primera etapa sinarquista se empezaron a organizar de manera espontánea y con objetivos propios, pero tomando como estructura legitimadora a la UNS y a la Iglesia Católica.

Durante la primera etapa del sinarquismo (1937-1944) se construyó el deber ser femenino sinarquista por parte de los varones como autoridades del movimiento. Se hicieron ciertas normas que las mujeres tenían que seguir y se formaron estereotipos de género. Las mujeres deconstruyeron lo anterior y lo llevaron a tal grado que muchas veces existió una contradicción latente entre el discurso de género sinarquista y las prácticas y comportamientos de las mujeres. En otros casos, se pasaron por alto las indicaciones de los líderes que querían mantener a las mujeres bajo control. De esta forma, durante el periodo de jefatura de Salvador Abascal, a principios de la década de los cuarenta, las mujeres siguieron participando como oradoras y asistiendo a los eventos sinarquistas, aunque Abascal había dictado lo contrario.

Las mujeres, al no romper con la estructura de género dominante, siguieron realizando infinidad de actividades consideradas femeninas en pos del ideal sinarquista. Dichas actividades fueron entre otras: la preparación de alimentos, la costura, y diversos quehaceres domésticos. Sin embargo, estas tareas al ser consideradas propias del ámbito privado, no fueron valoradas y se creía que eran naturales al ser femenino. Siendo invisibilizadas una vez más, las mujeres

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contribuyeron a gran parte del sostenimiento del sinarquismo como movimiento, aunque no recibieran ni siquiera la mención a sus trabajos. Lo anterior fue más latente en la labor realizada por ellas dentro de la colonia María Auxiliadora. Aunque la empresa fue un fracaso, la colonia se sostuvo en gran parte gracias a la participación de las mujeres quienes trabajando en el ámbito privado, lograron que al menos, durante un tiempo, la colonia saliera a flote.

Y es que pareciera que los varones por el simple hecho de ser varones, tanto en el movimiento sinarquista como en otros ámbitos del todo social tienen un lugar importante dentro de la sociedad. Todas las actividades masculinas eran importantes en el supuesto de que pertenecían al ámbito público y por ende tenían visibilidad. Así tenemos que José Antonio Urquiza, Salvador Abascal, Manuel Torres Bueno, Gonzalo Aguilar y un sinnúmero de hombres se ganaron un lugar dentro del sinarquismo por el hecho de estar presentes. Para las mujeres, esto resultaba más complicado. La única mujer que ganó un lugar dentro del panteón sinarquista fue Teresa Bustos y le costó la vida.

El caso de la obrera Bustos es otra cuestión de donde se pudieron extraer varias contradicciones. La mujer se encontraba en el ámbito público, en un evento sinarquista, desafiando la norma de que las mujeres tenían que estar en el espacio privado. Por momentos pareciera que su muerte fue casual, pero si hubiera seguido al pie de la letra la norma sinarquista que versaba: “No son para ti los puestos de combate” perdería la vida. Sin embargo, Teresa Bustos fue creada como un ideal femenino, como una mujer que fue capaz de dar la vida por la causa sinarquista, así como la ofreció por defender la enseña nacional y la bandera sinarquista.

En los inicios del sinarquismo, los grupos de mujeres se multiplicaron por todos los lugares de la República, especialmente en el Bajío mexicano. Dichos grupos sirvieron como espacios de socialización femeninos que les otorgaron a las mujeres cierta independencia en su actuar y modo de pensar. De la misma forma, les dio cierta preparación, ya que las que sabían leer les enseñaban a las otras y al iniciarse talleres de lectura en grupo, que no sólo incluían literatura sinarquista, abrieron un mundo para muchas mujeres. Al organizarse al amparo del sinarquismo y de la Iglesia Católica, las mujeres también pudieron resolver problemas pertenecientes a la esfera de la cotidianidad, e involucrarse en luchas por resolver problemas sociales y políticos como el derecho a obtener tierra para laborarla.

A diferencia de las organizaciones católicas del siglo XIX y principios del XX, el sinarquismo aglutinó a un gran número de mujeres obreras y campesinas y les brindó la oportunidad de la organización. De esta forma, pasaron de ser el objeto de caridad católica de mujeres de la clase alta, a organizarse utilizando sus propios medios y resolviendo sus situaciones particulares. Pero también se dieron casos de mujeres que pertenecían a asociaciones de laicas católicas y a la UNS,

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lo cual en algunos casos llevó a conflictos entre las organizaciones y en otros se logró una complementariedad.

También, a diferencia de otros grupos femeninos laicos, la UNS tenía cierta independencia de la Iglesia Católica, ya que si bien seguían su doctrina y valores religiosos, no dependían tan directamente de ella. Lo anterior, al igual que en el caso anterior, en algunos casos causó conflictos, y en otros logró alianzas importantes.

Durante el periodo de jefatura de Salvador Abascal, la participación de las mujeres fue limitada debido a las restricciones que este líder impuso a las mujeres. Durante esta etapa, las mujeres estuvieron presentes de una manera más “ornamental”, por decirlo de alguna manera. Usando uniforme de tipo militar en el caso de las de clase media, y traje regional en el caso de las campesinas, las mujeres desfilaban en los eventos y concentraciones sinarquistas. Pero también esta época representó el inicio de las acciones orientadas al servicio social y enfermería realizado por las mujeres. Estas actividades se hicieron también de forma empírica, sin ninguna preparación formal.

La segunda etapa del sinarquismo, que va de 1945 a 1948 estuvo marcada por el auge de las secciones femeninas de las dos UNS existentes. Durante esta etapa se organizaron y estructuraron las actividades femeninas a nivel nacional al amparo de una líder femeninas para cada rama sinarquista. Todos los grupos femeninos del país quedaron englobados en dicha estructura y fueron más fácilmente controlados.

La sección femenina de la UNS política fue la que más éxitos logró en lo que respecta a la participación de las mujeres. Esta rama reestructuró las normas sinarquistas con el fin de darle más visibilidad y participación a las mujeres y crearon un deber ser femenino sinarquista que se acercaba mucho más al espacio público. Durante este periodo, se echaron a andar ambiciosos proyectos educativos y de servicio social que en algunos lugares subsisten hasta nuestros días. La parte educativa les dio la oportunidad a amplios sectores de mujeres sinarquistas de aprender diferentes tareas que les ayudarían en el ámbito laboral y que les proporcionaría cierto nivel educativo. Asimismo, las mujeres fueron capaces de lograr cierta autonomía económica al organizar cooperativas y otro tipo de negocios, aunque con diversas limitaciones.

Los logros de esta sección femenina se debieron mayormente al trabajo de las lideresas, pero por otro lado al ímpetu que la dirigencia masculina le dio a esta sección con el fin de lograr apoyo electoral para el partido que formaron en 1946 de nombre Fuerza Popular. Pero más que ser utilizadas, las mujeres lograron empezar a tener intervención política a través del citado partido. Las mujeres participaron en las asambleas del partido con voz y voto y comenzó a serles familiar el juego político. De esta forma, se mistificó otra creencia que afirmaba que las mujeres votarían y pensarían políticamente de acuerdo a los dictados

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directos de la Iglesia Católica y de sus esposos. Las más favorecidas en este proceso fueron las mujeres pertenecientes a las clases medias y altas quienes al contar con cierta instrucción pudieron introducirse en la política con más facilidad.

Para luchar por sus derechos políticos, las mujeres sinarquistas tampoco rompieron con los preceptos y normas tradicionales de género, sino que los transformaron en su beneficio. Así, utilizaron los puntos del deber femenino que les era impuesto para obtener derechos políticos y el sufragio femenino. De esta manera, se consideraba que las mujeres “lograrían barrer con los políticos logreros” ya que ellas eran, por su naturaleza femenina, seres honestos y limpios que velarían por los intereses de la familia, de sus hijos y de la comunidad. Por lo tanto, se afirmaba que las mujeres “limpiarían a la política.”

Las mujeres sinarquistas de esta rama contaron con varias plataformas para expresarse y difundir sus ideas. La primera fue la celebración de juntas y concejos tanto municipales, estatales y nacionales. En éstos las mujeres crearon un espacio de socialización de ideas, costumbres y redes de solidaridad al amparo de la organización sinarquista y la religión católica. Varias de las mujeres empezaron a figurar debido a la exposición de sus ideas y opiniones y por otras actividades como la oratoria y la música.

Otro de los espacios de las mujeres sinarquistas fue la revista Mujer. Esta publicación se convirtió en una ventana al mundo de las mujeres sinarquistas de clase alta y media que utilizaron este medio para querer salvar a las campesinas y obreras ofreciéndoles formación sobre distintos temas. Lo que olvidaron las dirigentes de la revista, por su extracción de clase, es que la mayor parte de las mujeres campesinas sinarquistas no sabían leer ni escribir, ni tampoco contaban con los medios económicos para comprarla. Dentro de la publicación también se pudieron encontrar los distintos posicionamientos de las mujeres al respecto de su participación en la política y en los procesos electorales. Mujer se convirtió en una vía para el reclamo de derechos políticos para las mujeres mexicanas.

En lo que respecta a la sección femenina de la rama apolítica del sinarquismo, ésta enfrentó muchas más dificultades de todo tipo para realizar los ambiciosos proyectos que su jefa había planeado. Lo anterior se debió, entre otras variables, a que esta rama de la UNS retuvo al menor número de militantes sinarquistas y mantenía una actitud mucho más conservadora al respecto de ciertos temas como la participación política femenina. El grupo femenino de esta UNS guardaba con recelo el cumplimiento del deber ser femenino más tradicional y completamente apegado a la Iglesia Católica. Aún así, las mujeres se hicieron de ciertos espacios de independencia que les sirvieron para cuestionar aspectos de la situación de la mujer.

En el caso de esta sección, se puede decir que su proyecto más importante fue la realización de los llamados círculos de estudio, internados y cursos de formación para mujeres. A través de éstos, pocas mujeres se beneficiaron con

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instrucción académica y de ciertas artes prácticas para la obtención de recursos económicos. Los proyectos más exitosos en este sentido fueron las granjas avícolas que funcionaron sobre todo en el estado de Michoacán.

La sección femenina de la rama apolítica de la UNS también contó con un espacio para expresarse, con el título de Mejicana. A comparación de Mujer, la primera tenía una visión más conservadora de ciertos temas. Casi siempre eran sacerdotes católicos los que escribían y se añadían sobre todo biografías de mujeres que se consideraban célebres y un modelo a seguir para las sinarquistas. Mejicana también tuvo una vida muy breve, al igual que la sección femenina que la dirigía, debido a continuas confrontaciones con la sección masculina y sus jefes, y el hartazgo de su líder María del Carmen Rodríguez que hizo que la sección desapareciera a los dos años de fundada.

Como se puede observar, entre 1945 a 1948, las secciones femeninas vivieron su época de mayor auge. La sección femenina política se deterioró en parte debido a la cancelación del partido político sinarquista, lo que les llevó al descrédito social y a la carencia de recursos económicos. La rama femenina de la UNS apolítica fue arrastrada por el declive del sinarquismo apolítico. El proceso de división del sinarquismo, la deserción masiva de los militantes y las fracturas en su interior, hicieron que su participación en la vida social del país fuera más que marginal. Del mismo modo, su jefa atribuyó lo anterior a una guerra emprendida por los varones del movimiento en contra de las actividades. Los dirigentes varones de la rama política vieron en las mujeres un fuerte apoyo electoral y por ello incentivaron sus actividades, pero por otro lado, los de la rama apolítica no obtuvieran ningún beneficio al contar con una rama femenina entre sus filas.

A pesar de lo anterior, a través del sinarquismo, algunas jefas lograron posiciones de liderazgo, e, incluso, empezaron una carrera política. El caso más exitoso a este respecto fue el de la señorita Ofelia Ramírez, quien hizo labor política dentro del PDM, partido que los sinarquistas formaron en la década de los setenta del siglo pasado. Ramírez fue diputada federal por este partido de derecha entre los años de 1982 y 1985. En el caso de las lideresas y demás militantes se puede rastrear la importancia y el impacto que la Guerra Cristera tuvo en su decisión de unirse al sinarquismo. De esta forma, se puede trazar una continuidad entre este suceso armado y el sinarquismo, que va más allá de la ideología y objetivos. Las mujeres sinarquistas asumieron la misma bandera de las mujeres cristeras, que fueron un ejemplo para su labor futura. Asimismo lo fueron otras organizaciones de corte católico que les antecedieron como las Damas Católicas, de las que las sinarquistas tomaron muchos de sus marcos organizativos.

El sinarquismo político ha seguido existiendo a través de la formación de algunos partidos políticos, siendo el más reconocido y con mayor número de afiliados el PDM. Futuras investigaciones tal vez abrirán el horizonte a los estudios de la participación femenina dentro de este partido. En lo que concierne a la UNS

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apolítica, ésta también ha seguido teniendo presencia en la vida social y política del país aunque de una manera muy marginal.

Las mujeres sinarquistas siempre han estado presentes luchando por los mismos objetivos que la UNS configuró en sus inicios, pero los han sabido reconfigurar y reconstruir en pos de sus propias necesidades, y de lo que ellas consideran el modo en cómo la sociedad y el deber ser femenino deben funcionar. Así, el deber femenino sinarquista fue uno para la dirigencia y varones de la organización y otro para las mujeres. Este último destinaba a las mujeres al espacio privado, al rezo y a las labores caritativas de una manera silenciosa y prudente. Para las sinarquistas, su deber ser femenino se orientó hacia la lucha por los objetivos de la UNS en el espacio público bajo el amparo de la defensa de Dios, la patria y la familia, en ese orden. Su presencia política y social se justificó en el rol de género tradicional que veía a la mujer como protectora y que velaría por los intereses de la religión católica, del país, y de sus maridos e hijos. Su lucha en el espacio público era una extensión de su lucha por mantener la estabilidad y la paz del espacio privado. En este sentido, las dirigentes aunque no siguieron el rol de género tradicional, ya que muchas de ellas no se casaron ni tuvieron hijos, justificaron lo anterior en que su labor sería por el bienestar de las otras mujeres sinarquistas y sus familias.

Las sinarquistas existieron, lucharon, cocinaron, cosieron, limpiaron, declamaron, reclamaron, gritaron, auxiliaron, escribieron, hablaron, participaron políticamente, vendieron el periódico, confrontaron a los varones, parieron hijos, formaron familias, dirigieron a las demás y estuvieron siempre luchando por ideales propios cimentados en la religión católica y en la ideología sinarquista.

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Laboratorio de Historia Oral, Departamento de Estudios de Cultura y Sociedad, Universidad de Guanajuato, (LHOUGTO).

Archivo de la Unidad de Estudios Regionales de la UNAM, Jiquilpan, Michoacán.

ENTREVISTAS REALIZADAS

Salvador Ramírez, jefe de la UNS rama política de la región Zamora, Michoacán, realizada por Roxana Rodríguez Bravo, Zamora, Michoacán, septiembre de 2007.

María López, militante sinarquista en su juventud, realizada por Roxana Rodríguez Bravo, Sahuayo, Michoacán, agosto de 2009.

Adelaida Márquez, jefa de propaganda UNS rama política, realizada por Roxana Rodríguez Bravo, México, D.F, julio de 2007.

Marcelina Palacios, militante sinarquista, realizada por Roxana Rodríguez Bravo, Zacatecas, Zacatecas, julio de 2007.

228

APÉNDICE FOTOGRÁFICO.Número 1. “Diez normas de conducta para la mujer sinarquista”, en El Sinarquista, 22 de agosto de 1940.

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Número 2. “Contingente sinarquista en los funerales de caídos”, en Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/f.

229

Número 3. "Mujer bandera” en El Sinarquista, 29 de febrero de 1940.

230

Número 4. "Mujeres sinarquistas queretanas”, agosto 1938, en Antonio Martínez Aguayo, Historia gráfica del sinarquismo, México, UNS, s/f.

231

Una herm osa m ujer queretana sostiene con firme delicadeza el emblema de la Unión Nacional Sinarquista y atisba en el horizonte el resurgimiento de la Patria.— Querétaro, agosto de 1938.

Número 5. “Mujeres con bandera en Santa Ana Maya, Michoacán” en Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/f.

232

Número 6. "Comité femenino de Torreón, Coahuila” julio de 1939, en Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/F.

233

Ei clam or de la sangre de t eresita B ustos y de las victimas que con ella partieron a ttnrmar en el escuadrón de tos st d y t t de julio de 1939, hizo que por todas partes se fo rm ar^ grupos como éste, de Torreón, Codi., que con la Srii íLedesma (al centro) colectaron fondos para ayudar a tos familiar^ de los caídos en Juan Martín y Celaya

Número 7. Comité de Tepic, Nayarit, en Antonio Martínez Aguayo, H is to ria G rá fica

d e l S inarqu ism o, México, UNS, s/f.

234

Edi Ja presente gráfica aparece el pie veterano de los sinarquistas tepiquenses; ellos esti en la cpaital del Estado el 12 de enero de 1939. De pie, señalando con una cruz, e: Dios para salvar la vida del Jefe Zerineño; fue el compañero Ramírez quien lo rescató la puñalada k» perseguía con pitqiósito de rematarlo.

Número 8. “Sinarquistas de Ciudad Fernández” en Antonio Martínez Aguayo,H istoría G rá fica d e l S inarqu ism o, México, UNS, s/f.

235

Número 9. Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/f. Manuel Torres Bueno en Aguascalientes, diciembre de 1940.

236

Número 10. "Cantos Sinarquistas” en Antonio Martínez Aguayo, H is to ria G rá fica

d e l S inarqu ism o, México, UNS, s/f.

237

Número 11. "Obreras sinarquistas de Uruapan” en Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/f.

238

OiMcnK de la S b ik a de hilados y tcjkios “San Pedro”, de Uniapan, Michoacán, que fueron despedidos por el “dehto" de S m e q ^ a . Sn caro fue'elevado a lo aiás altos trih—nles judkáaiesdel país. A pesar de b refvesión, tos m íUtanta no se v re ik p«r«Ai«) ITnilBifn A n w , M n o n á» fM Ia , Eroftiio Bctmodes, Joaé Raro, Joaquín Calderón R ., Eugenio C alderá R Esninoea. (sentadas de izqñerda a deroda), M argvita Corza, Andrea Velázquez, Bariwita Agnibr, Gnadahqie Chávez, Jni

Número 12. “Comité sinarquista de El Paso, Texas” 1940 en Antonio Martínez Aguayo, México, UNS, s7f.

239

Número 13. "Aniversario del comité municipal de Comomfort, Guanajuato”, en El Sinarquista, 19 de septiembre de 1940.

240

Número 14. "Asamblea en Pátzcuaro”, en Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/f, fotografía fechada el 21 de enero de 1940.

241

Número 15. "Muchedumbres que tienen fe”, en El Sinarquista, 22 de agosto de 1940.

Número 16. "Damas que atendieron la cocina en la junta distrital en Pátzcuaro, 1941” en Antonio Martínez Aguayo, Historia Gráfica del Sinarquismo, México, UNS, s/f.

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