El Capitalismo popular

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EL CAPITALISMO POPULAR COMO ESTABILIZADOR SOCIAL UBALDO NIETO DE ALBA Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid SUMARIO : 1. Los distintos sistemas socio-económicos.-11. El capitalismo popular.-111. Es- tabilidad social.-IV. Economía de mercado y capitalismo popular.-V. Con- clusiones. (Conferencia pronunciada en la Asociación Española para la Defensa del Pequeño Accionista. Madrid, 1979) REVISTA ESPANOLA DE FINANCIACIÓN Y CONTABILIDAD Vol. IX, n. 33 septiembre-diciembre 1980 pp. 609-618

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Articulo sobre el capitalismo popular

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  • EL CAPITALISMO POPULAR COMO ESTABILIZADOR SOCIAL

    UBALDO NIETO DE ALBA Catedrtico de la Universidad

    Complutense de Madrid

    SUMARIO :

    1. Los distintos sistemas socio-econmicos.-11. El capitalismo popular.-111. Es- tabilidad social.-IV. Economa de mercado y capitalismo popular.-V. Con- clusiones. (Conferencia pronunciada en la Asociacin Espaola para la Defensa del Pequeo Accionista. Madrid, 1979)

    REVISTA ESPANOLA DE FINANCIACIN Y CONTABILIDADVol. IX, n. 33septiembre-diciembre 1980pp. 609-618

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    1. LOS DLSTINTOS SISTEMAS cin econmica mediante mercados SOCIO-ECONOMICOS competitivos. Las intervenciones y los

    controles administrativos eran la re- Para plantearnos el CAPITALISMO PO- gla general.

    PULAR tenemos que comenzar por refe- rirnos, forzosamente, a los distintos mode- Economas socialistas: los de organizacin socio-econmica, con- siderando SUS dos elementos bsicos, o sea: - CENTRALIZADAS: La propiedad es

    del Estado (Capitalismo del Estado) EL ORDEN ECONOMICO y la coordinacin se realiza mediante la Planificacin central (Socialismo

    Burocrtico). Es el modelo de la Unin Asignacin eficaz de recursos. Seleccin Sovitica. de agentes y Coordinacin de decisiones. - DESCENTRALIZADA: La propiedad

    EL SISTEMA DE PROPlEDAD

    De los medios de produccin: - Privada (sistema Capitalista). - Estatal o colectiva (sistema Socia-

    lista).

    Cambiando estos elementos, tenemos los siguientes modelos de ORGANIZACION socio-econmica:

    Economas capitalistas:

    - DESCENTRALIZADA: Existe la pro- piedad privada y la coordinacin se hace mediante mercados competitivos (modelo Occidental).

    - CENTRALIZADA: La Alemania na- cional-socialista. Haba propiedad pri- vada, pero desde 1935 fue aumentan- do la centralizacin. De 1939 a 1945 se tena una Economa administrada en su totalidad, pues incluso fueron suprimidas las libertades de consumo e intercambio.

    - AUTOCRATICA: Modelo espaol, de estos cuarenta ltimos aos. Haba propiedad privada, pero la centraliza- cin poltica impidi la descentraliza-

    es colectiva (sistema ~uto~estionario) y la coordinacin se hace mediante mercados (Socialismo Competitivo o de Mercado). Es el modelo de Yugos- lavia.

    La organizacin de la convivencia eco- nmica, encaminada a la coordinacin de decisiones y a la asignacin eficaz de re- cursos, necesita mecanismos de control, que permita alcanzar esos objetivos, compati- bles con la libertad de los individuos, que son los autnticos protagonistas del que- hacer social. Pues bien, el modelo que res- ponde a estas exigencias de eficacia, jus- ticia social y libertad, es el que llamamos de CAPITALISMO POPULAR.

    11. EL CAPITALISMO POPULAR

    Lo que diferencia una sociedad libre, de una sociedad estatificada o colectivizada, es la existencia de la propiedad privada. El apego a la propiedad no es slo el resultado de las condiciones impuestas por un deter- minado tipo de sociedad. Hay que recono- cer que aqulla, la propiedad, cumple unas necesidades bsicas, que estn enraizadas en la mente y en el corazn de los indi- viduos.

    En primer lugar, la propiedad IDENTI-

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    FICA al individuo con sus cosas. Esto no slo ocurre a las personas, sino que tam- bin se da en los animales, con su sentido de territorialidad. Sea el caso del pjaro que slo canta dentro de su nido.

    La segunda funcin que cumple es de elemento ESTIMULANTE. E l ejemplo de Rusia, donde un campesino alimenta a un habitante de la ciudad, mientras que en Estados Unidos un granjero alimenta a una docena de habitantes urbanos. Ello no se debe slo a la mecanizacin, sino que el problema guarda estrecha relacin con que en los Estados Unidos la tierra est divi- dida entre un gran nmero de propietarios particulares. Quiz esta necesidad, ese sen- timiento popular, quede reflejado, perfec- tamente, por frases vulgares, como la de El ojo del amo engorda el ganado)). En la misma Rusia, los agricultores de los Kol- joses tienen una productividad bajsima, en relacin con aquellos otros que trabajan parcelas, que son como de su propiedad, en donde el afn y el estmulo son muy dis- tintos a los que se dan en las tierras colec- tivizadas. As, pues, cuando esta necesidad se ve frustrada, el resultado es la prdida de eficacia y de energa creadora.

    Pero an hay ms, la propiedad satisfa- ce una necesidad de SEGURIDAD, que nos conduce .a una forma de libertad. Sin olvidar los progresos sociales: que deben continuar, en materia de seguros sociales, enseanza, desempleo, etc.; sin embargo, la seguridad, a travs de la solidaridad, no re- suelve todo el problema. Como dice Giscard d'Estaing: Una seguridad complementaria es la que proporciona al individuo el sen- timiento de tener cierto patrimonio propio. La libertad de esperar, de elegir, de decidir, se ve reforzada por la posesin autnoma de una reserva, que protege de las incerti- dumbres exteriores. Esto se. comprueba en los hechos y se explica en los principios.

    Cada cual se siente ms libre si-dispone de un activo. El afn de los franceses de poseer una casa, expresa .el. deseo de ser

    amos en su casa, es decir, libres. La ad- quisicin de un automvil responde a un deseo de desplazamiento autnomo a la liora Y por la ruta libremente elegidas. Y basta con haber recorrido los pases colec- tivistas para haber sentido, de una manera fsica, que la libertad renace all en la pe- quea parcela de tierra que se permite con- servar a los campesinos alrededor de su casa.

    La propiedad privada y la herencia es- tn reconocidas en el artculo 33 del texto constitucional.

    Lo que diferencia una sociedad JUSTA de otra que no lo es, radica no en la exis- tencia del derecho de propiedad, sino en su mayor o menor dispersin. Si esta pro- piedad est reservada a algunos, se prdu- ce una separacin entre los poderosos por un lado, y los excluidos por otro. Pero la solucin no est en colectivizar ,el capital de las empresas. Est, por el contrario, en dispersarlo por todo el conjunto de la na- cin. En las empresas ms importantes, la propiedad debe distribuirse entre gran .n- mero de manos, eliminando esas prerroga- tivas de poder que se daban en las pocas del capitalismo fiindustrial clsico. Por otra parte, gracias a este sistema de Clifu3in del capital industrial, es .posible reunir gran- des sumas para financiar importantes in- versiones.

    Por ello, nuestra naciente democracia de- be caminar por la senda de asegurar a to- do ciudadano un patrimonio mnimo. El ordenamiento jurdico debe reconocer el de- recho individual a la ' adquisicin de este patrimonio (vivienda, seguro de vida, capi- tal mobiliario, etc.). Los gobiernos que re- presenten opciones polticas, de autntica li- bertad, debern adoptar medidas para difun- dir y hacer ms accesible a los ahorradores modestos la propiedad del capital mobiliario. Pero, lo que es muy importante, debern adoptar medidas para proteger y conservar el valor real de estos patrimonios.

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    La sociedad que cumpla con estos prin- cipios de justicia, libertad y eficacia, es la que se basa en este modelo que llamamos de CAPITALISMO POPULAR.

    111. ESTABILIDAD SOCIAL

    No es posible hablar de un orden social y plantear el problema de su estabilidad, sin referirla a un orden poltico. En este sentido hemos de referirnos a las coorde- nadas de un orden democrtico. Precisa- mente de un orden cuya supervivencia de- pende grandemente de la DISPERSION del poder en un sentido muy amplio. Una so- ciedad de autnticas libertades democrti- cas exige una estructura pluralista del po- der en todas sus dimensiones, es decir, tan- to en lo poltico como en lo econmico y lo social. El pluralismo no es divisible; es pre- ' ciso aplicarlo a todos y cada uno de los campos de la vida social.

    Este pluralismo nos conduce a la demo- cracia econmica y a la dispersin de la

    1 propiedad, toda vez que sta es elemento N de poder. La solucin compatible con la

    democracia es la distribucin por el camino de la libertad: lo que llamamos CAPITA- LISMO POPULAR. Cuando en un pas la propiedad de los medios de produccin est altamente distribuida en pequeos patrimo- nios mobiliarios, el objetivo de la socializa- cin se habr ya conseguido. El problema queda reducido a que el poder econmico

    1 no resulte concentrado, a pesar de una dis- 1 persin de la propiedad. Pero el propio or- 1 den democrtico genera los elementos de

    control y los correspondientes contrapesos, 1 evitando la concentracin del poder econ-

    mico y su influencia en el poder poltico. Por el contrario, como dice Giscard dYEs-

    taing: Una sociedad en la que las grandes empresas, por el hecho de la nacionaliza- cin y de la planificacin autoritaria, estn directamente sometidas al poder poltico y a su burocracia, deja de ser una sociedad

    pluralista. El poder est en ella tan con- centrado que es inevitablemente opresivo. Si las potencias econmicas coinciden con el poder del Estado, "quin nos proteger de las potencias econmicas?".

    Vemos, pues, que la. dispersin del poder econmico, a travs de la difusin de la propiedad privada del capital de las em- presas, es un elemento esencial para evitar la concentracin del poder que, teniendo su origen en la confusin del poder poltico con los poderes econmicos, nos alejara fuertemente de la democracia, al violentar uno de los principios bsicos: el principio democrtico de la pluralidad de poderes.

    Esta dispersin del poder econmico, con- dicin previa para la poltica pluralista, nos conduce a un modelo de convivencia cuyo equilibrio y estabilidad se basan en la liber- tad y la responsabilidad del individuo, con- cebido como principio y fin de una organiza- cin social configurada como una comunidad de hombres libres y responsables. Todo ello requiere la existencia de una serie de liber- tades tendentes, no a imponer una disciplina al individuo para moldear su mente, sino, ms bien, liberarlo para facilitar su propio desarrollo. Se trata de que el individuo pueda:

    - Tener su propia casa. - Escoger libremente su mdico. - Decidir sus propias vacaciones. - Elegir los estudios de sus hijos. - Tener acceso a un patrimonio cultural. - Elegir la profesin, etc.

    es decir, todo lo contrario de lo que sera una organizacin social de concepcin co- lectivista. Como dice Giscard dYEstaing: Esto equivale a decir que la organizacin colectiva de la vida cotidiana constituira una regresin para nuestra sociedad. Es sin- gular que algunos encomien este sistema tal

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    como funciona en otros pases, siendo as , no tengan inters en realizar una ex- que no lo soportaran un instante si les fue- plotacin eficaz y ahorradora, puesto se aplicado, como lo demuestra irnicamen- que el Estado paga su dficit, indepen- te su estilo de vida *personal. dientemente de su importe. .

    Naturalmente, aunque la sociedad est fundada en la responsabilidad individual, no puede dejar de prestar unas garantas mni- mas, mediante el desarrollo de instituciones que presten la proteccin contra riesgos como la enfermedad, la vejpz y el desempleo. Pero esta responsabilidad social debe tener un 1- mite, ms all del cual se limitara el, ejer-

    Las organizaciones se burocratizan y tienen ms inters en su propio creci- miento, incluso cuando disniinuyen sus tareas. La mquina burocrtica es in- capaz de conciliar las iniciativas indi- viduales con el mecanismo de su pro- pio funcionamiento.'

    cicio de la propia iniciativa y de la respori- sabilidad individual. Pues, de lo contrario, se ,impedira el desarrollo del hombre, que todo lo trasladara al campo ilimitado de la responsabilidad colectiva.

    Las corruptelas conocidas en casos como: El absentismo laboral, cobrando el se-' guro de desempleo y realizando otro trabajo. Demanda excesiva de productivos far- macuticos, por el hecho de que los paga la colectividad. Abusos descubiertos en el funciona- miento del seguro de edermedad.

    ponen de manifiesto que falla la responsa- bilidad individual y que todo se traslada a la responsabilidad colectiva, al Estado.

    Con independencia del. aspecto econmi- co y de la eficacia, ya de por s importan- tes, el problema tiene races ms profundas, pues no se debe ignorar lo que pasa en la mente y en el corazn de los individuos. Por ello', surge Bna falta de niotivacin o motivaciones errneas conducentes a. que:

    , El, parado no tenga inters en traba- ' jar.

    El mdico no est motivado para han- tener un nmero de individuos sanos, sino en extender recetas. Los hospitales, las universidades, etc.,

    Todo ello nos conduce a una sociedad donde el individuo est ms dispuesto a re- cibir que a dar, a ejercer sus derechos que a cumplir sus obligaciones y a gastar ms que a ahorrar. Es como si se contemplara el Estado como una especie de vaca que se or- hea en la tierra y se aiimeda' en el'cielo.

    La inestabilidad social hace su presencia a travs de mal humor, de la envidiaVy de la frustracin de quienes trabajando de ,for- ma seria y honesta lo pasan peor que los que conocen perfectamente los pasadizos del Sistema. Los afectados se defienden, y don- de no ayuda el abandono surge la, contes- tacin, cuando no la agitacin.

    '

    No sera justo que el Estado no asumiera la responsabilidad de implantar unas garan- tas mnimas que cubran al ser humano con- tra sucesos que no dependen de l o de acontecimientos sobre los que no'tiene po- sibilidad de actuar. Pero debe dete-se all donde el individuo y su familia se hallan en condiciones de actuar con responsabili- dad propia, sin tener que recurrir a la co- lectividad.

    Para que el individuo pueda asumir estas r'esponsabilidades, necesita disponer ' de un patrimonio mnimo, el cual le permitira participar en costes como los de farmacia, mdicos, incapacidades temporales, desem- pleo, etc. Con ello no tendra inters en demandar servicios que no necesita, de estar enfermo, de estar parado o de practicar el absentismo laboral.

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    Las consecuencias econmicas seran una reduccin drstica de los costes sociales y, por tanto, de la necesidad de sus medios de financiacin: cuotas, aportaciones, impues- tos, etc. Es decir, se incrementara el rendi- miento y la eficacia.

    En cuanto a que se cumpla el postulado de igualdad, a travs de la solidaridad, es preciso tener en cuenta que una cosa es la justicia social como objetivo y otra los m- todos para alcanzarla. Un sistema fiscal pro- gresivo es un instrumento adecuado de re- distribucin de la renta y de justicia social, pero sta no ser efectiva si la demanda de los servicios pblicos se hace ilimitada, si se organiza de forma burocrtica y se pierde la nocin de eficacia y rendimiento. As, por ejemplo, un clebre economista dijo: Si todo

    1 el dinero que se gasta en combatir la po- breza en los EE.UU. se diera directamente a los pobres, sta ya no existira.

    Las concepciones colectivistas planifica- doras, partiendo del principio de que no siempre el individuo est en condiciones de asumir sus propias responsabilidades, llegan a soluciones donde la libertad y la eficacia quedan sustituidas por la burocracia.

    En el artculo 133 de nuestro texto cons- titucional se dice que se establecern los niedios que faciliten el acceso a los trabaja- dores a la propiedad de los medios de pro- duccin. Si este precepto lo ponemos en re- lacin con el artculo 33, tenemos, pues, la salucin de un CAPITALISMO POPULAR, que deja garantizada la libertad y la efica- cia, dentro de un orden de convivencia de- mocrtica.

    En Francia, recientemente, el Consejo de Ministros aprob un proyecto de ley por el que se obliga a unas ochocientas empresas que cotizan en Bolsa a distribuir gratuita- mente acciones entre sus trabajadores. Pero el objetivo es tambin interesar ms a los trabajadores en la vida de la empresa. Ello nos conduce al concepto de empresario so- cila que pasamos a examinar.

    HV. EC(3NOMIA DE MERCADO Y CAPITALISMO POPULAR

    Lo que hoy entendemos por economa de mercado es bastante diferente de lo que los clsicos de la economa (Smith, Ricardo, Malthus, Say, etc.) describieron. No obstan- te, no hay que olvidar que la autntica con- quista de la teora clsica, de la economa de mercado, no slo fue la eficiencia, sino la libertad. He aqu, pues, el primer prin- cipio de una economa de mercado: que sea un sistema en el que juege bsicamenle la libertad econmica.

    Dentro de un orden poltico democrti- co, el MERCADO es algo ms que un medio de asignar eficazmente recursos y se- leccionar a los mejores empresarios. En todo sistema se necesita un medio de control del rendimiento y de la eficacia; pues bien, a travs del MERCADO este control se ejer- ce de una manera impersonal, objetiva y democrtica, sin caer en la denominada prdida de libertad, que suponen los siste- mas autocrticos o totalitarios. Siendo el MERCADO la pieza bsica de la libertad econmica, estamos ante una institucin p- blica, cuyo funcionamiento es incompatible con los modelos de centralizacin poltica.

    Est claro, pues, que en nuestro pas no funcion autnticamente la economa de mercado. A la vista estn: la cantidad de precios fijados oficialmente, el gran nme- ro de intervenciones administrativas, pro- tecciones arancelarias, subvenciones, crdi- tos privilegiados y status quo, para ejer- cer empresas e industrias, etc. Pero como no todas las empresas y sectores han teni- do las mismas reglas de juego, los empre- sarios ms atentos a la productividad, a la competencia y a los costes, terminaban des- moralizndose. A estos hombres es a los que hay que despejarles incertidumbres, ayu- dar con todos los medios posibles e impri- mirles confianza en el futuro democrtico.

    Por otra parte, a los que tanto preconi- zan la libertad y la democracia, es preciso

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    recordarles que la libertad econmica es pieza bsica de la convivencia democrtica. As, cuando se destruye la conciencia del rendimiento, por falta de una libertad res- ponsable (tirana burocrtica) y se rechaza su control objetivo a travs de mercados competitivos, no solamente se est destru- yendo la base de la economa racional, sino que tambin se estn minando los cimien- tos mismos de la legitimacin democrtica. No olvidemos que DEMOCRACIA Y ECO- NOMIA LIBRE estn tan hermanadas co- mo DICTADURA Y ECONOMIA CEN- TRALIZADA.

    Pero no basta con los principios de li- bertad y eficacia. Si el desarrollo econmi- co ha de ser algo ms que el simple cre- cimiento de la produccin, hay que conce- birlo bajo una ETICA SOCIAL, que resulte satisfactoria para el individuo y estable para la sociedad. El precio que hay que pagar es el de una democracia legitimadora de una autoridad, NO PARA CONSERVAR, sino para conseguir la liberacin del hom- bre a base de socializar el progreso y los beneficios por el camino de la libertad. Si una democracia construida a costa de las libertades individuales y derechos humanos no es la verdadera democracia a la que as- pira hoy la humanidad, tampoco lo es aque- lla a la que falte el progreso social.

    La autntica democracia por la que to- dos debemos luchar es aquella capaz de in- tegrar LA LIBERTAD INDIVIDUAL y la COMPETENCIA con un ACELERA- DO PROGRESO SOCIAL, permitiendo la realizacin de estas categoras en el MAR- CO DE UN ORDEN POLITICO SUJETO AL DERECHO. Es decir, donde lo SOCIAL no aparece como un mero aditamento o floreteo, sino como pilar bsico del orden econmico-social, con rasgo constitucional. Por todo ello la economa de mercado tie- ne que ser social.

    Dentro de esta concepcin de la econo- ma de mercado hay que concebir la empre- sa como una institucin en donde se agru-

    pan y coordinan factores diversos, el tra- bajo, el ahorro aportado o prestado y la direccin. Por eso la empresa no puede identificarse con uno solo de estos ele- mentos por muy importante que sea. El hecho de que al principio del desarrollo industrial, como en todas las fases de la construccin de la economa, apareciera en primer plano el problema de la formacin del capital, unido, por otra parte, a la idea de que los procesos econmicos estn re- gulados por sus propias leyes, ha dado lu- gar a que la economa clsica, a finales del siglo XVIII y comienzos del XM, no haya integrado en el campo de su anlisis al empresario.

    La figura clave del desarrollo econmico fue el CAPITALISTA, el acumulador de capital, el explotador. Este punto de parti- da, que alguien llam FALSO ARRAN- QUE, fielmente copiado por Marx, ha sido utilizado como el punto clave de su crtica al capitalismo, con las importantes conse- cuencias en el campo ideolgico y poltico. La incapacidad de reconocer este hecho no concibiendo la funcin propia del# empresa- rio, es el error comn del anlisis econ- mico y sociolgico, hecho por los clsicos y por Karl Marx. Dentro de esta perspecti- va, la realidad se encuentra simplificada en la bivalencia capital y trabajo, ya, que la figura del empresario coordinando y 'crean- do dentro del proceso productivo no apare- ca claramente. Es Schumpeter quien consi- gui establecer claramente la distincin en- tre la funcin del propietario y la del em- presario heredero de la figura simblica negativa del capitalista. Para este autor la direccin es ms importante que la pose- sin.

    Pero tambin hay que reconocer que la empresa es una institucin social. Para las personas que pasan la parte ms importan- te de su vida en una empresa, sera un error que la compensacin que se les ofre- ce viniera dada solamente por el sueldo o salario medido cuantitativamente. Es preci-

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    so aadir satisfacciones subjetivas, que le hagan sentirse cn~odo en el trabajo, que nos conduzcan al concepto de eficacia so- cial. Es decir, a una idea de trabajo que adems de ser productivamente til sea hu- manamente realizador y socialmente inte- grador. Por ello si se quiere definir comple- tamente el rendimiento de la empresa hay que hacerlo desde el punto de vista de to- dos los grupos participantes.

    A los estados financieros, balances y cuen- tas de resultados es preciso acompaar in- formacin sobre las ventajas producidas pa- ra los grupos interesados (empleados, accio- nistas, clientes, etc.) y para la comunidad. Con ello se desharan muchos prejuicios que existen en relacin con la funcin so- cial de la empresa privada.

    Por ltimo, tambin tenemos que al ser la empresa una institucin, su horizonte de gestin supera la dimensin temporal de los intereses que, a corto plazo, plantean quienes desean obtener el mximo prove- cho. Esto nos demuestra la incoherencia en que incurren quienes preconizan desde ins- tituciones pblicas (hospitales, seguridad so- cial, universidades, etc.) la necesidad de un control de los recursos pblicos y, sin em- bargo, no aceptan los sacrificios que ello reporta.

    Esta evolucin ha repercutido en la fun- cin del empresario, que de innovador y coordinador pasa a tener una dimensin social. La funcin del empresario social va ms all de la consecucin de ptimos eco- nmicos, pues, como ya hemos dicho, me- diante el trabajo el hombre se realiza y tiene que convivir con el resto del grupo social en que est integrado. Por eso al em- presario social se le exigen, adems de in- formacin y formacin, unas actitudes sub- jetivas de realizacin, flexibilidad y aper- tura encaminadas a hacer posibles esas in- terrelaciones e intercomunicaciones capaces de conseguir un trabajo productivamente til, personalmente realizador y socialmen- te integrador. Hoy el dirigente empresarial

    debe ser un autntico horno politicus)), se- mejante a ese buen navegante que no en- frenta su proa a la corriente, sino que sos- laya y utiliza su fuerza de empuje. Como buen dirigente, seala una direccin, mar- ca un estilo, gua ms que manda, reco- giendo los sentimientos e interpretando las necesidades. Recuerda al pastor que con- duce el ganado yendo detrs de l de acuer- do con la mxima de Confucio: Si quieres guiar el pueblo, sguele.

    Est comprobado que con este modelo de economa de mercado se garantizan me- jores xitos econmicos y sociales que con cualquier otro tipo de economa dirigida o manejada por la autoridad. Pero hay una cosa que no exige el buen funcionamiento de esta sociedad y es que la propiedad est concentrada en pocas manos. Esto nos conduce a lo que llamamos CAPITALIS- MO POPULAR, en donde queda garanti- zada y facilitada la mxima cooperacin entre el trabajo, el capital y la direccin de la empresa.

    La enorme dimensin y despersonaliza- cin de muchas empresas, las organizacio- nes jerrquicas y la divisin del trabajo son causa de esa falta de realizacin e integra- cin social, que conduce a esa alienacin del hombre moderno al trabajo. La solucin no est en el modelo de propiedad colec- tiva y direccin autogestionaria. Y ello por las razones siguientes: en primer lugar, por- que no desaparece la especializacin, ni la jerarqua, que hacen sentirse al trabajador como pieza pasiva de un mecanismo im- personal; en segundo lugar, la necesidad de que el mecanismo funcione con precisin requiere la existencia de una autoridad.

    La direccin de una empresa constituye una funcin distinta del trabajo y del ca- pital (sea privado, colectivo o estatal). Esta funcin es la de MANAGEMENT, que tiene que conseguir la necesaria cooperacin entre todos los partcipes de la empresa. Pero cuando ese ascenso personal a ia di- reccin se consigue va colectivismo, lo que

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    se produce es un cambio en las relaciones de poder, que termina en manos de una nueva clase social constituida por los em- pleados del Estado y las minoras del par- tido nico.

    El artculo 129 del' texto constitucional entendemos que debe desarrollarse en la lnea de la concepcin de la empresa como unidad social en donde la participacin es perfectamente compatible con la propiedad privada y la autonoma empresarial.

    ' V. CONCLUSIONES

    1. Dentro de los distintos modelos de organizacin de la convivencia econmica y social el que mejor compatibiliza la efi- cacia y la justicia social, dentro de un or- den democrtitico, es el ,que se, basa en la existencia de la propiedad privada y mer- cados competitivos (modelo del mundo oc- cidental). La propiedad privada cumple unas necesidades bsicas, de IDENTIFICACION, de ESTIMULO y de SEGURIDAD, sin cu- ya existencia falta la iniciativa, la eficacia y la libertad. Tal como se reconoce en los artculos 33 y 38 del texto constitucional.

    2. Lo que diferencia una sociedad jus- ta de otra que no lo es, radica, no en la existencia de la propiedad, sino en su ma- yor o menor dispersin. La so!lucin no est en la colectivizacin del capital de las em- presas, sino en su difusin eliminando esas prerrogativas de poder que se daban en las 6pocas del capitalismo industrial clsico. Este debe ser el camino para desarrollar el artculo 129 (nm. 2) en lo relativo ac-

    ceso de los trabajadores a la propiedad) compatible con el artculo 33 antes citado.

    El ordenamiento jurdico debe reconocer el derecho a poseer un patrimonio mnimo (vivienda, seguro de vida, capital mobilia- rio, etc.) protegiendo y conservando el va- lor de los mismos.

    3. La sociedad debe prestar unas garan- tas protegiendo a los individuos de riesgos y acontecimientos (enfermedad, vejez, des- empleo, etc.) sobre los que no tienen posi- bilidades de actuar (artculo 41 del texto constitucional). Pero esta responsabilidad social debe tener un i t e , ms all del cual se impedira el ejercicio de la propia iniciativa y responsabilidad. Para ello el individuo tiene que disponer de un patri- monio mnimo, que le permita ejercer esta iniciativa propia. De acuerdo con el ltimo prrafo del artculo 41, que dice: La asis- tencia y prestaciones complementarias se- rn libres.

    4. Se reconoce la dimensin social del empresario en la moderna economa de mercado. Pero la direccin de la empresa concebida como institucin es algo distinto de los factores que la integran y debe ser profesionalizada para que se consiga la mxima cooperacin entre todos estos fac- tores. En esta lnea debe ir el desarrollordel artculo 129 cuando habla de la participa- cin en la empresa, y todo ello nos con- duce al modelo de CAPITALISMO POPU- LAR en donde mejor se cumplen los prin- cipios de justicia social, libertad y eficaz cooperacin entre el trabajo, el capital y la direccin de las empresas concebidas co- mo unidades econmico-sociales.