El caballero de la armadura oxidada revisado

7
El caballero de la armadura oxidada Un día leí en un libro de caballería: “Vivía un caballero que pensaba que era muy bueno, generoso y amoroso... luchaba contra todos sus enemigos, que eran malos, mezquinos y odiosos. Mataba dragones y rescataba damiselas en apuros... tenía la mala costumbre de rescatar damiselas incluso cuando ellas no deseaban ser rescatadas... Y ante la mera mención de una cruzada, el caballero se ponía la armadura entusiasmado, montaba su caballo y cabalgaba en cualquier dirección” (Robert Fisher lo escribió). Lo malo es que el caballero, enamorado de su armadura acabó por no quitársela nunca. Cuando volvió a su casa se fue cerrando en su mundo, por no enfrentarse a la realidad. Lo vemos siempre con la coraza… ¿se la quita para dormir? ¡Qué va! Y cuando abraza a su mujer le hace daño. Cuando come se le tira el agua y la comida, porque bebe y come por la ventanilla de la armadura…

description

El caballero era egoísta, no sabía ver a los demás, hasta que supo quererse a sí mismo.

Transcript of El caballero de la armadura oxidada revisado

Page 1: El caballero de la armadura oxidada revisado

El caballero de la armadura oxidada

Un día leí en un libro de caballería: “Vivía un caballero que pensaba que era muy bueno, generoso y amoroso... luchaba contra todos sus enemigos, que eran malos, mezquinos y odiosos. Mataba dragones y rescataba damiselas en apuros... tenía la mala costumbre de rescatar damiselas incluso cuando ellas no deseaban ser rescatadas... Y ante la mera mención de una cruzada, el caballero se ponía la armadura entusiasmado, montaba su caballo y cabalgaba en cualquier dirección” (Robert Fisher lo escribió). Lo malo es que el caballero, enamorado de su armadura acabó por no quitársela nunca. Cuando volvió a su casa se fue cerrando en su mundo, por no enfrentarse a la realidad. Lo vemos siempre con la coraza… ¿se la quita para dormir? ¡Qué va! Y cuando abraza a su mujer le hace daño. Cuando come se le tira el agua y la comida, porque bebe y come por la ventanilla de la armadura…

Page 2: El caballero de la armadura oxidada revisado

Resulta que como vive metido en su coraza, ve a través de las rendijas de su armadura, y así no se entera de lo que les pasa a los demás, no puede ayudar, es un auténtico “caballero enlatado”, y no para de “dar la lata” a la familia o los amigos.

Además, suele recitar monólogos sobre sus hazañas. Julieta es la mujer del caballero de la novela, y un día ella le dijo que “no me quieres, estoy amargada”; él le dijo que “sí que te quiero y que por eso te he rescatado”, pero ella contestó: “no me amas, lo que tú amabas era la idea de rescatarme. No me amabas realmente entonces ni me amas realmente ahora”. Él, por supuesto, no entendía nada, pues él “sabía” lo que ella necesitaba, y “sabía” cuándo tenía que ir de compras, y “sabía” cuando tenía que comer… y casi “sabía” cuándo tenía que respirar Julieta… y Julieta estaba hasta el moño… Le decía Julieta: “No basta que quieras ayudar a los demás, hacerles servicios. Lo que pasa es que si me metes en la boca una anca de rana, y no me gusta, pues lo paso fatal”. Y se enfadó y le dijo: “tú piensas que en el fondo no necesitas de los demás, y dentro de tu armadura no ves más que una misión de salvar a la gente de dragones… pero no hay dragones… te sientes útil haciendo esto, pero esto no es realmente amor a los demás, sino egoísmo”.

El caballero estaba tan atrapado en su visera metálica que le pareció que su mujer se había vuelto loca. Como cuando algún amigo que le decía cosas de éstas, era que

Page 3: El caballero de la armadura oxidada revisado

estaban locos… Pero él era el loco, porque no veía las necesidades de los demás. Además, como no veía iba pisando con su armadura de hierro los pies de los demás; y no sentía el dolor de los demás.

Hubo un amigo de la infancia, que también era caballero y le llamaban “El Quijote”, que le explicó: “tú no te abres a la vida sino que te encierras en tu mundo, como muchos niños se esconden en el mundo de la tele, ordenadores y juegos, porque tienen miedo de no ser aceptados… pero la vida es como probar una fruta amarga al principio pero después está muy buena, la vida es buena cuando se acepta, cuando no se huye bajo armaduras ni corazas. A veces nos pasamos la vida huyendo ante las dificultades”. Le contó también que pensamos que todo es una conquista de caballeros, y en realidad es un don de Dios, todo es bonito si lo miras con amor; “pero para descubrir la vida como un don hay que sentirse aceptado, le acabó diciendo, y tú no te dejas querer”. 

El Quijote le dijo también: “¿por qué te escondes, encerrado en tu armadura? ¿No ves que necesitas a los demás para hacerles ver que eres bueno y rescatarlos, en lugar de ser amigo, en lugar de querer a tu esposa? Pero como no te amas, no puedes amar a los demás. ¿Por qué no lo intentas?” El Quijote le llevó a una “aventura” distinta, fueron a un castillo donde en un subterráneo había una cámara secreta, con un Espejo mágico, y le dijo: “la verdad no está en lo que piensas por dentro, es necesario verse en el espejo de la verdad”.

Page 4: El caballero de la armadura oxidada revisado

Y en el espejo vio como su mujer lloraba porque él no le contaba cosas, ni le llevaba un regalo o flores, y sus amigos soñaban con que él en lugar de hablar de dragones y de irse, estuviera con ellos, que lo querían. Y entonces, se quitó la armadura de la cabeza y lloró, porque vio que en el espejo los demás le veían con amor, y él se descubrió amable, y hecho para el amor, y al ver ese potencial hermoso, inocente y perfecto que hay dentro de él, de cada uno, se puso contento y se quitó la armadura completa. Dijo: “¡ya no me hace falta hacer de héroe, me quieren tal como soy!”

Tenía vergüenza por llorar, pero el Quijote le dijo que “estamos acostumbrados a partir de los 7 años a tener miedo de que no nos acepten, a que nos digan que no nos quieren, y queremos ser más y hacerlo todo bien para ser queridos”, le dijo también que lo más bonito es decir lo que nos pasa sin miedo... “nos pasamos la vida intentando agradar a la gente, y montamos cruzadas (guerras contra los moros para defender unos sitios) y matamos dragones por fuera cuando los que hemos de batallar son los dragones de dentro, nuestros miedos”.

Page 5: El caballero de la armadura oxidada revisado

A partir de entonces, nuestro caballero, que se llama como tú, que me lees (porque a veces se nos mete dentro), en lugar de intentar demostrar que era bueno y generoso, “rescatando damiselas”, descubrió que la ambición mata cuando nos hace pretender ser mejores que los demás, no hemos de demostrar nada sino ser felices siendo simplemente como somos. Y le dijo a su amigo Quijote: “Un caballero ambicioso quiere como casa el mejor castillo, y cambiar de caballo cada dos años y progresar... y así no vive. En realidad ahora me doy cuenta que la felicidad está en ganar en riqueza interior: ser más generoso, compasivo, inteligente y amoroso, eso es ser rico y ambicioso de verdad”.

El Quijote le dijo que sí, que “la ambición mala es tener más y la buena es tener un corazón puro… No se requiere competir con nadie, no hay que hacer daño a nadie; simplemente darse a los demás, como el manzano, que cuantas más manzanas coge la gente más crece el árbol y más hermoso se vuelve”. Así nuestro caballero volvió a casa y abrazó a su mujer, y disfrutó con los amigos y dejó de encerrarse en su armadura, en su tele y sus videojuegos, en su PSP y en descubrió que a su alrededor había una “cosa” que se llaman “personas”, que te lo pasas muy bien con ellas, cuando no buscar “com-petir” sino “com-partir”, así como Jesús partía el pan… así compartimos el corazón. 

Page 6: El caballero de la armadura oxidada revisado

Llucià Pou Sabaté & corrección e imágenes de Pilar V. Padial