El Basilisco, nº 06, enero-abril 1979

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^Sí ^ ^ m üs*^ tiNAí5 uuiiN/tóAb utP tN Uib Nity DEL cAMP Y UPOÜSIS / Froncisco Sobrino D UN ESTUDIO SOCIOLÓGICO ENTRE ESTUDIANTES DE BACHILLERATO / Santos Sánchez Solor D FI LOSOFÍA LATINO- AMERICANA Y ESPÍRITU VIAJERO / Manuel Granell D DEL FUEGO REGALADO / Alvaro Galmés D LA CRI- SIS DEL PARTI DO COMUNISTA EN ASTURIAS / DOCUMENTOS D VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DE GRAMSCI / José María Laso D LOS ESTUDIOS DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN / Alda Terrón D CONSI- DERACIONES SOBRE LA LÓGICA Y SU HISTORIA/Vicente Muñoz Delgado D ¿METAFÍSICA O CRITICA? / José Gabriel dr Mariscal D. FILOSOFÍA, CIENCIAS HUMANAS, TEORÍA DE LA CIENCIA Y OE LA CULTURA

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^Sí

^ ^ m üs*^

t iN A í 5 uu iiN /t óAb u t P t N U ib N i t y D EL c AMP Y U POÜ SIS / F ronc is c o So br i no D U N ESTU DIOSOC IOLÓGICO ENTRE ESTUDIANTES DE BACHILLERATO / Sa ntos Sá nch ez So lor D FILOSOFÍA LATINO -AMER ICANA Y ESPÍRITU VIAJERO / Man uel G ranel l D DEL FUEGO REGALADO / Alva ro G alm és D LA CRI-

SIS DEL PARTIDO COMUNISTA EN ASTURIAS / DOCUMENTOS D VIGENC IA DEL PENSAM IENTO DEGRAMSCI / José María Laso D LOS ESTUDIOS DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN / Alda Terrón D CONSI-DERACIONES SOBRE LA LÓGICA Y SU HISTORIA/Vicente Muñoz Delgado D ¿METAFÍSICA O CRITICA? /J o s é G a b r i e l d r M a r i s c a l D .

F I L O S O F Í A , C I E N C I A S H U M A N A S , T E O R Í A DE LA C I E N C I A Y O E LA CULTURA

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SUMARIO

EL BASILISCO / NUM ERO 6 / ENERO-ABRIL 1979

A R T Í C U L O S

F R A N C IS C O S O B R IN OProteínas quinasas dependientes del cAMP y lipolisis 14

C O L A B O R A C I O N E S

S A N T O S S Á N C H E Z S A L O R ^Diferencial semántico y actitudes, un estudio sociológico entre estudiantes de bachillerato I 9

M A N U E L G R A N E L L

filosofía latino-americana y espíritu viajero 11 8

T E A T R O CRI T I CO

A L V A RO GALMES DE FUEN TES«Del fuego regalado». Interpretación de un pasaje de las «Soledades» de Góngora I. 21

D O C U M E N T O S

LA C R I SI S D E L P A R T I D O C O M U N I S T A E N A S T U R IA S : D O C U M E N T O S / 27

H I S T O R I A D EL P E N S A M I E N T O

JOSÉ MARÍA LASOVigencia del pensamiento de Gramsci I 75

N O T A S

A Í D A T E R R Ó NLos estudios de Ciencias de la Educación: curriculum y profesiones 18 4

Homenaje a P ep Calsamiglia 183

C R I T I C A DE LIBROSV I CE N T E M U Ñ O Z D E L G A D OConsideraciones sobre la lógica y su historia 186

POLÉMICA

JOSÉ GABRIEL DE MARISCAL¿Metafísica o crítica? I 97

EL BASILISCO. Filosofa. Ciencias Humanas, Teoría de la Ciencia y de la Cultura.

D i r e c t o r : G U S T A V O B U E N O M A R T Í N E Z . D i r e c t o r -G e r e n t e : G U S T A V O B U E N O S Á N C H E Z . S e c r e ta r i os d e R e d a c c ió n : P I LA R P A L O P J O N Q U E R E S .

M I G UEL Á NGEL QUI NTA NI LLA. C o n se jo d e R ed acc ió n : JUAN R AM ÓN ALV AR EZ. LUI S JAV I ER ALV AR EZ. GUST AV O B U ENO M AR TÍ N EZ. GUSTAV O B U E N O S Á N C H E Z . JU A N C U E T O A L A S. J O S É M A N U E L F E R N A N D E Z C E P E D A L. T O M A S R . F E R N A N D E Z R O D R Í G U E Z . P U R I F I C A C I Ó N G I LC A R NI C ER O. ALB ER TO HI DAL GO TUÑ ON . M AR Í A I SAB EL LAFUENTE. JOSÉ M AR Í A LASO PR IETO. JOSÉ AN TO NI O L ÓPEZ B R UGOS . PI LARPALOP JONQUER ES. V I DAL PEÑA GAR C Í A. M I GUEL ÁNGEL QUI NTANI LLA FI SAC . AÍ DA TER R ÓN B AÑUELOS. AM ELI A V ALC AR C EL B ER NALDOD E Q U I R O S . J U L I Á N V E L y á D E L O M B R A Ñ A . R e d a c c i ó n y A d m i n i s t ra c i ó n : P E N T A LF A E D I C IO N E S . A P A R T A D O . % 0. O V I E D O / E S P A Ñ A .

PR E C I O DEL EJEM PLAR: 2 0 0 PTAS. SUSC R I PC I ÓN ANUAL ESPAÑ A: 1 .20 0 PTAS. SUSC R I PC I ÓN ANUA L EXTR AN JER O: 1 .8 00 PTAS. ' PENTALFAED I C I O NES . PUB LI C AC I ÓN B I M ESTR AL DI SEÑA/I M PR I M E: B A R AZA- OV I EDO. D . LEGAL 0 - 5 4 . í ;7 8 . I .S .B .N . 8 4 -8 5 4 2 2 -0 0 - 7

L BASILISCO

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ÁFTICULOS

PROTEÍNASQUINASAS-DEPENDIENTES

DEL G A M P Y L I P O U S I SEEIANCISCO SOBRIN O

Sevi l la

Introducción

Los triglicéridos (TG), esteres de los ácidos grasos y del glicerol, constituyen sustancias de reserva en los organismos animales que se almacenan principalmente

en las células del tejido adiposo (adipoci-tos). En una situación de escasez energética se rompen (li-polisis) en sus dos constituyentes, l iberando a los ácidosgrasos libres (FFA), los cuales en el proceso de la |3-oxida-ción dan lugar a la energía biológicamente util izable enf o r m a . d e  ATP (adenosin trifosfato). Tanto la síntesis delos TG como su degradación son procesos que están íntimamente interrelacionados con otras vías metabólicas,tales co mo la glucosis, el ciclo de K rebs o el transp orte dela glucosa a través de las membranas. Existe una modelación de todos estos procesos por factores de tipo hormonal (insulina, glucasa, adrenalina, etc.), los cualesactúan sobre los enzimas implicados en ellos. Algunas deéstas relaciones están esquematizadas en la figura 1.

FFA •<

TEJIDO ADIPOSO

—^ GLUCOSA'-^ ^PIRÜVATG

HORMONA CRECIMIENTO-

ADRENALINA ,-'

GLUCAGON

T T T -1

J i l . ..'í*l,

Los FFA una vez liberados son oxidados en la mito-condria para rendir Acetil-CoA: la energía química contenida en los enlaces de ésta molécula es «extraída» en elciclo de los ácidos tricarboxílicos (o ciclo de Krebs) enforma de equivalentes de reducción, los cuales son denu evo oxidados en la cadena respira tor ia (1). Esta molécula (acetil-CoA) constituye el nexo de unión entre el cata

bolismo de los azúcares y el de las grasas. En una situac ión de abundancia energé t ica , por e jemplo, por haberingerido un exceso de azúcares, estos proporcionan unexceso de Acetil CoA, parte del cual se distribuye hacia elc ic lo de Krebs para ser oxidado, pero otra par te proporciona el sustrato para la síntesis de FFA (que posteriormente se almacenarán en forma de lípidos) (2).

Para poder de terminar exper imenta lmente e l incremento o degradación de las moléculas que participan enuna vía metabólica es necesario seleccionar un estado(bien creado artif icialmente p bien aprovechando una si-

(1) La energía química desprendida en el proceso de transformaciónelectrónica a través de los enzimas de la cadena respiratoria se almacenaen forma de ATP, según la s iguiente ecuación;

A D P + P, > E <=* AT P + H : O (A G = 7,3 Kcal/mol)

El enlace del grupo fosfato (P¡) con el adenosin difosfato (ADP) constituye un enlace rico en energía. El ATP se distribuye hacia aquellasreacciones endergónicas, verificándose en este caso su hidrólisis, despre nd ien do la energía captada (reacción hacia la. izquierda).

(2) En ca mbio las grasas, cuando se metabolizan, no puede n suministrarsustratos que sean utilizables para la síntesis de azúcares (que se almacenarían fundamentalmente en forma de glucógeno hepático) y ello es debido a que las células animales no disponen del equipo enzimáticonecesario para convertir e l AcetilrCoA en piruvato, según la s iguientereacc ión ;

Azúcares t

Gr asa s <.

I^ piruvato.- ->Acetil-Coa •-J i -4 Ciclo de Krebs

. FI G. 1 (D e «Regulation in Metabolism». E.A. New sholm e y C. Start.Ed. John VVüc-v and Sons. 19^.5)

Explica por qué en la dieta de las personas obesas se recomienda  la .no ingestión de azúcares, ya que impediría la oxidación de las grasas, alproporcionar otra fuente energética adicional.

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u ed en utilizar como mod elo experim ental a animales en

ed id a d e glucosa para su degradación (vía glucolítica),

Hoy en día se tiene evidencia cierta, tanto por estu

OVTECDLñMINñSACIH

MEMBRANA ADIPOCITO

\

I1ETH. XANTINfl S

//

ADENIL CICLASA / 5'-AHP

//

Activación

— Inhibición

-FOSFODIESTERASA (PDE)

_^L1P. APTTva ^ TG

---^-N.

subunidades RC (R: reguladora; C: catalítica), según la siguiente reacc ión:

R C + c A M P ; = ^ c A M P — R -h C (reacc. 1)

La subunidad catalítica (C) actúa sobre otro sistemaen zim átic o, el de las lipásas, activánd olo por fosforilación,

que cataliza la rotiara de los triglicéridos en glicerol yFFA, fenómeno que constituye la lipólisis . De estamanera, la concentración de glicerol l iberado al medio(exterior de las células: puede ser el plasma o el medio deincubación cuando e l exper imento se hace en un tubo deensayo) es un índice del grado de lipólisis . Para caracterizar las relaciones que se establecen en este proceso, esnecesario disponer de técnicas analíticas lo suficientemente precisas como para determinar las pequeñas variacionesde estos metabolitos en el curso de la reacción.

Vamos a señalar a vía de ejemplo la determinaciónexperimental de tres moléculas relacionadas con la lipóli

sis; el 3 '-5'-adeno sin mono fosfato cíclico (cAMP), y el glicer ol y la actividad enzimática de la prote ína quinasa.

2 . Técnicas analíticas

2.1. Concentración de cAMP

Esta molécula (un nucleótido cíclico) fue descubiertaen 195 6 (4). Se encu entra en los pun tos de control de lasmás importantes rutas metabólicas. Su mecanismo de

acción se ejerce a través de la activación de urios enzimas:las proteínas quinasa, según la ecuación L Su determinación analítica se realiza, entre otras, por la técnica deradioanáhsis o «proteína enlazante» (5), por la cual sepueden medir concentraciones de 10"'*moles/ml.

.Consiste dicha técnica en hacer reaccionar los sigu iente s const i tuyentes , en diferentes tubo s de ensayo:

— diferentes concentraciones (conocidas) de cAMP.

— una concen tración co nstante de cAM P [WU , tn -tiad o, q ue em ite una radiación (3, detectable en un co ntador de cente l leo l íquido.

— una concentración constante de proteína quinasa,purificada.

Se verifica la reacción esquematizada en la Figura 3.

El mecanismo descrito es el siguiente: una hormona

(3 '-5 ' adenosinnof osfato cíclico). La concentración de éste metabolito

El proceso es más complejo: la horm ona (H) se une con un receptormem brana , específico, y posiblem ente el complejo HR sea el que

(4) Esta moléc ula fué aislada por E.W . Sutherland y su equip o como un«factor estable al calor», en sus estudios sobre la acción del glucagon enel metabolismo del glucógeno hepático. Simultáneamente otro equipo(Dr. Lipkin) había aislado un nuevo componente a partir de la hidólisisalcalina del ATP. Ambos recurrieron, independientemente, al Dr.H ep pe l, solicitándole algún enzima que pudiera catalizar la rotura de suscom pue stos . Se intercambiaron sus produ ctos y comprob aron que teníanidénticas propie dades. El anális is químico m uestra qu e está formada estamolécula por una adenina, una ribosa y un grupo fosfato (enlazado de

forma cíclica a los carbonos 3' y 5' de la ribosa), en la proporción 1:1:1.

(5) El profesor Gustavo B ueno ha analizado la técnica que se describe,como ilustración de un análisis gnoseológico en el campo de las cienciasnaturales , en el Estatuto gnoseológico de las ciencias humanas, tomo II, pág.790 y sgs. (1977).

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CAMP CAI1P(H )

R C ( P R O T E I N A Q U I N A S A )

R - C A M P ( H ) R - C A I I P

F I G . 3

Las do s formas del n ucleófido tien den a unirse a lasubunidad R (la subunidad C no juega aquí ninguna función) de la proteína quinasa (RC) con la que forman uncomplejo estable. En los tubos donde haya más cantidadde cAMP (variable), más cantidad de complejo R-cAMPse formará , y menos cAMP [H^] —R (que es lo que mideel con tado r P), ya que , por estudios previo s, se ha calculado la concentración óptima de proteína quinasa en elsentido de que siempre se halle saturada por las dos formas del cAMP. Es obvio que en este análisis se presuponeun idéntico comportamiento de las dos formas, radiactivay no radiactiva del nucleótido. Cabría argumentar en

contra de esta asumpción lo siguiente: a) el Peso molecular del cAMP [H^] tiene dos unidades más que el cAMP,y b) ¿no p ue de alterar el enlace con la proteína quinasa laradiación |3 emitida por el cAMP [H^]?. Habría pues undiferente comportamiento de la forma trit iada ante laprote ín a quinasa . Se pu ede responde r que , con respectoal punto a), la posición del átomo de trit io [H^] en laadenin a n o altera la conformación espacial del grup o fosfato en disposición cíclica; de gran importancia ya quecuando el 3'-5 AMP cíclico pasa a 5'-AMP pierdesu característica capacidad para desdoblar a RC, de lo que seded uce q ue el grupo P¡ ciclado juega un papel principal.Y con resp ecto a b), qu e la energía de la radiación P noes suficiente para alterar la estructura cuaternaria de losenzimas (proteínas).

La reacción se realiza a 4° C durante 90 minutos, enun medio que tiene los siguientes componentes:

1. Solución amortiguadora de fosfato pH 6'5, con elfin de asegurar la invarianza del pH durante la reacción.Este valor de pH se ha seleccionado en estudios previos,donde se ha encontrado que la máxima capacidad deunió n se prod uce a es te va lor .

2 . EDTA (ácido etilendiamintetracético), con el finde captar a los iones Ca^^, que activan a la fosfodiesterasa

(PDE), y que por lo tanto activan la destrucción delc A M P .

3: Teofí l ina , potente inhibidor de la PDE.

4 . Inhibidor (I) que inhibe a la forma C de laproteína quinasa y estabiliza a la forma R-cAMP.

5. Y los componentes indicados en la Figura 3.

La reacción se puede detener, al t iempo indicado,por dos procedimientos (entre otros) :

A. Filtración en filtros Millipore: las moléculas proteicas no lo pueden atravesar, pero sí las moléculas pequeñas (cAMP). Se consigue que los comple jos cAMP[H^J—R queden retenidos en el fil tro. De esta forma separamos a las formas libres del cAMP de las que estánunidas al enzima. Medimos la radioactividad de los filtros(su equivalente: cAMP [H^]—R) y representamos en undiagrama de coordenadas cartesianas las cpm (cuentas porm inu to) de cada filtro, frente a las diferentes co ncentrac iones de l cAMP (conocidas) .

B . Separación con carbón activo. Unos determinados tipos de carbón (Norit A, por ejemplo), t ienen unaestructura microscópica formada por numerosos «cana

les» de diferentes diámetros. Por absorción pueden penetrar en ellos diferentes tipos de moléculas, en concordancia con su tamaño y peso molecular. Si previamente«tapamos» los canales grandes con moléculas específicas(por ejemplo, con albúmina, o con polímeros sintéticosdel tipo del dextrano), podemos seleccionar las moléculasque vayan a entrar en los canales pequeños, y de estaforma realizar separaciones de moléculas de diferentestamaños (obviamente esto es indispensable) que se encuentren juntas en el medio de la incubación: las moléculas pequeñas (en este ejemplo, pero podía ser ai contrar io) , C A M P , qued an retenid as .en los «canales» p equeñ osdel carbón, y las grandes moléculas del t ipo de cAMP-R y

cA M P [H^]—R perm anecen en la solución. Una simplecentrifugación nos permite separar el carbón que quedaen el fondo, del resto de la solución clara. Se forma unaalícuota de ella, que junto con una preparación específica(líquido de centelleo) nos suministra un determinado n°de cuenta s por minuto .

Por ambos métodos de separación, la radioactividadobtenida (en forma de cpm) se representa en un eje decoordenadas frente a su correspondiente concentraciónde cAMP (Figura 4). Se obtiene una parábola. Esta curvaes experimental, en el sentido de que para cada análisis deconcentraciones del cAMP es preciso realizar una, y refe

rir a ella las cpm obtenidas para los «tubos problema».Estas cpín «problema» se interpolan en esa curva y seobtienen unas concentraciones del cAMP. Es sencilloentender a partir de la Figura 3 que al aumentar las cantidades de cAMP (no radioactivo): ^scisa de la Figura 4,

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—R. Al ser la cantidad de proteína quinasa constante,

to me no s de l R-cAM P [H^] (que es la especie que nos

la integración de cada valor de y (cpm) nos suministra

2 . 2 . Actividad enzimática de la proteína quinasa

Este enzima en la forma R2C2 (brevemente escribire

ararán ambas unidades (según la reacción 1) que

ón (cesión de una molécula de Fosfato, P) del

Las reacciones que tienen lugar en esta determina

R C + c A M P ^ R — c A M P + C

H i s t o n a + A T P [ P ^ ^ histona-P~"* + A D P

Histona: componente prote ico suscept ible de ser fos-forilado (también se pu ed en utilizar otras proteínas talescomo la fosfprilasa, caseína, protamina, lipasas, etc.).AT P— P^ : componente dador de P¡ . Posee el g rupo fos fato (en posición y) radioactivo (P^) que emite una radiación p. Histona—^P^: componente que se mide al final dela reacción po r la radiación P que emite. Si hay m uchascpm: se ha fosforilizado mucha histona, luego la actividadenzimática de la prote ína quinasa es grande .

La reacción se realiza en una solución amortiguadorade fosfatos pH 6'5, que contiene Mg+- (dando lugar alMg—ATP"^, que es la forma activa del ATP), teofilina(inhibidor de los enzimas fosfodiesterasas) y FNa (inhibidor de los eíízimas ATP-asas, que rompen al ATP).Además en unos tubos añadiremos cAMP (exógeno) , enconcentración suficiente para activar todas las formas RC(se denominan: - t- cAMP), y en otros no (serán los:

— c A M P ) .

La reacción anterior es dependiente de la concentración de cAMP, existiendo una relación lineal ente ella y laactividad de la proteína quinasa.- Esto se observa bifencuando a una preparac ión de l enzima vamos añadiendocAMP: la actividad enzimática va incrementando en igualproporción. Sin embargo cuando se trabaja con extractosbiológicos, en los cuales se miden ambos factores (cAMPy actividad de C), esta proporcionalidad que se postula

-entre ambos hay que demostrar la exper imenta lmente (6) .

En muestras biológicas (7), las cuales proceden de diferentes condiciones metabólicas, o que previamente hanes tad o so me tidas a estímulojs variados (incubación con osin glucosa, por ejemplo), los niveles del cAMP endógenovarían. En estos casos la actividad del enzima se expresaco m o la re lac ión (—cA M P)/(+ cAM P), equiva lente a laactividad enzimática de la muestra con relación al total depro te ína qu inasa .

Las ecuaciones a que hace referencia dicha relaciónvienen dadas por los siguientes términos:

(—cAMR No hay adición de cAMP en el análisisc A M P , , + RC í* — cAM P + C ,

(end) end endcA M P , ,, es la concentración del nucleótid o que se ha-

(end)halla en el extracto de donde procede el enzima. Asíp u e s , se pu ed e decir qu e C , . será la subunidad C li-

(end)berada en condiciones nativas.

(6) A veces se encuentra que un aumento de cAMP en una muestrabiológica, no va seguido de unía activación del enzima. Hay que pensar,si la analítica está bien realizada, en la aparición de algún otro componente del tipo de un inhibidor para el enzima.

(7) Este enzima se encuentra principalmente en el citoplasma celular(también se ha descrito en otros orgánulos celulares). Se necesita puesromper la célula. Habitualmente se homogeniza mecánicamente entreun cilindro y un émbolo. Se centrifuga para eliminar membranas,núcleos, etc . , y el líquido sobrenadante, es la materia (el extracto) dedo nd e se tom an m uestras para medir la actividad del enzima.

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(+cAMP): Se adic iona una a l ta concentrac ión decA M P, qu e denominam os exógeno : cAM P , e l cual va

ex oa producir la total disociación de la forma RC del enzima

c A M P + c A M P , + R C ^ , R 3 - C A M P : + C , + C

exo end (end + exo) end exo

con relación a C, se observa que aparece un nuevo com

po ne nt e : C , proced ente de l RC que permanecía in

tacto. Significa que hay más subunidád C y que por tanto

mayor será la fosforilación de la histona (8).

Por tanto el cociente (- :AMP)/(+cAMP) es equiva-+ C , evidentem ente s iempre

exoinferior o igual a la unidad.

len te al C ,end end

Dependiendo del grado de actividad de la proteínaquinasa, se pondrá en marcha la ¡secuencia de reacciones,q u e en el caso de la lipolisis, implica la fosforilación de lalipasa, y la consiguiente rotura de los triglicéridos. Sépuede entonces predecir que a a l tos nive les de cAMP

(endógeno), corresponden un cociente alto de la actividadproteína quinasa, por una parte, y por otra altos nivelesde glicerol, como índice final de la lipolisis (ver figura 2).Si seguimos el proceso «hacia arriba» (Fig. 2), podemosestablecer que si en una muestra biológica encontramoselevada la re lac ión (—cAMP)/(+cAMP), como causa dela adición de cierto efector, hay que suponer que dichasustancia ha desencadenado la activación del sistema deadenilciclasa, la cual ha producido un aumento en los nive les de cAM P, a par t i r de l ATP.

2 , 3 . Concentración de glicerol

La determinación de glicerol se fundamenta en tresreacc iones qu e t ienen lugar de mo do consecutivo:

Gliceroquinasa1) Gl icerol + AT P , — Gl icerol -3 -Fosfa to + AD P

Piruvatoquinasa1) A D P + PEP , * p i ruvato + ATP

Lact. deshidrog enasa3) p i ruva to + N A D H ^ ' l ac ta to + N A D +

Nomenclatura: —^Entre paréntesis los enzimas que cata^lizan la reacción, —^ADP: adenosindifosfato, —PEP: fos-foenolp iruvato, — ^NADH y NA D : nicotinamin adenin

dinucleot ido, reducido y oxidado respect ivamente .

En las reacciones se puede observar que uno de losproductos de la reacción anterior es el sustrato de la reacción siguiente. Constituyen reacciones acopladas. Partimos de un hecho esencial en ésta técnica: el diferentepoder de absorc ión de la luz a 380 nm ( longi tud de onda)q u e p o s e e n e l N A D H y el N A D .

(8 ) El grad o de act ividad de un enzim a depen de, entre otros factores, dela cant idad de enzima.

El primero de ellos produce una gran absorción de laluz a esa longi tud de onda , mientras que e l N A D t ieneuna absorción prácticamente nula. Se mide en un espec-trofotómetro la disminución de la absorción de la luz, esd e c i r , e l p a s o d e N A D H a N A D .

A la muestra (9) de la que deseamos medir los nive les de gl icerol , le añadimos ATP, PEP, NADH y los

dos últimos enzimas (reacc. 2 y 3), en un medio apropiad o . Se determina la absortancia, que será grande ya queaún faltan constituyentes para que la oxidación delN A D H pue da rea lizarse. ¿Cuál es e l cons t i tuyente quefalta y que va a desencadenar las reacciones?. Respuesta:la adición de gliceroquinasa va a catalizar la fosforilacióndel glicerol (a glicerol 3-P) y a producir ADP, que será asu vez sustrato de la 2^ reacción; y el producto de ella, elpiruvato, se reducirá a lác t ico, hac iendo que e l NADHpas e a N A D , y po r tanto qu e la absorbencia disminuya.Esta disminución es directamente proporcional a la concentración inicial de glicerol. Simultáneamente se establece una recta patrón (A Absorbancias en ordenadas, frentea concentraciones conocidas de glicerol en abscisas) (10).Por interpolación en esta recta de los A absorbancias correspondientes a las muestras «problema», calculamos laconcentración de glicerol en ellas.

La utilización de estas técnicas (herramientas de trabajo) de uso corriente en los laboratorios (talleres) debioquímica (11) van de hecho acompañadas de estudiosteóricos, de comentarios sobre los resultados obtenidos,sobre su validez y conexión con otros datos. Son unm om en to de u na actividad más amplia, que configura a lacategoría de la Bioquímica. Por medio de ella nos acercamos a unos mecanismos moleculares que tienen lugar ennosotros mismos, aunque al igual que a Soudain, el personaje de Moliere , muchas veces no lo sepamos.

(9) Co m o el gl icerol abandona la célula una vez producido , su medidano se p ue de real izar en el m ismo extracto (señalado en la nota 7), que elc A M P o la proteína quinasa. Se determina en el medio donde hanestado incubadas las células grasas o los trozos de tej ido graso (o en elplasm a san guíne o, si deseamos conoc er sus niveles circulantes) .

(10) A Ab sorbancias: diferencia de la absorbancia al inicio de la reacción (N A D H únicamente) y del f ina l de la reacción (NA DH + N A D +)La abso rban cia de la luz sigue la ley de B eer: A = £ c/1 , s iendo proporcional a la concentración (C) de la sustancia'. En este caso proporcional al a concen t r aci ón de N A D H .

(11) N o m e cabe du da de que lo que aquí se ha descri to no perten ece alg r u p o de «grandes ciencias» según la terminología usada por FaustinoC o r d ó n (EL BA SILIS CO, n° 3 , pág. 5, no ta 6), que escribe: «. ..Su conocimiento profundo corresponde a las grandes ciencias ( teóricas, ya nomeramente descript ivas) que se ocupan de los verdaderos niveles de integración». Me permito preguntar: ¿grandes ciencias con respecto aq u é ? . Las «pequeñas ciencias», las descriptivas, ¿qué son? ¿Las quedescubren los falsos niveles de integración o las que no descubren niveles?. La Ciencia Teológica, ¿en qué grupo está?; lo pregunto por esode l «co noc imie nto profun do». Q uizá, ese párrafo, com o metáfora l iteraria p u e d e tene r sin duda un gran valor, pero su operat ividad en cuanto ala clasificación de las ciencias es más bien escasa.

BIBLIOGRAFÍA

— Bioquímica. A.L. Lehninger . Ed. Omega, 1973 .— Bioquímica. L. Strayer. Ed. Reverte, 1976.

Cyclic AMP. G.A. Robinson, R .W. Butcher y E.W. Suther land. Ed.Academic Press , 1971 .Regulation in metabolism. E.A. NeWshokne y C . Star t . Ed. JohnWiley & Sons, 1977.

EL BASILISCO

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COLABORACIONES

DIFERENCIALSEMÁNTICO Y ACTITUDES

U N ESTUDIO SOCIOLÓGICO EISrmE

ESTUDIANTES DE BACHILLERATOSANTOS SÁN CHEZ SALOR

Aviles

n 1 9 5 7 , O S G O O D , S U CI y T A N N E N -BAUM publicaron (1) el resultado de susinvestigacionees sobre una técnica destinada a medir el significado de las palabras, que se conoce con el nombre de

«diferencial semántico». La hipótesis subyacente es la de que el significado de una

La medida de esos elementos connotativos del signi

cación» de ese término para una determinada pe rsona

La investigación semántica a que hacemos referencia

teria de cinestesia y de medición de los estereo ti

) O S G O O D , C E . ; S U CI , G .J . y T A N N E N B A U M , P . H . The measu-Urbana: Univer. of Illinois Press . 1957.

Curso superior de psicología experimental. Trillas.

rencial semántico, así como las diversas comprobacionesde su validez, fiabilidad... necesarias a la hora de estandardizar cualquier test.

Los resultados de ese análisis factorial se publican en

1955 (3). A través de las calificaciones de muchos objetosen esas escalas de adjetivos bipolares, Osgood y Suci descubrieron tres factores generales: el factor valorativo, quesatura intensamente las escalas «bueno-malo», «valipso-sin valor», «agradable-desagradable», «bello-feo»...; elfactor de potencia, que satura las escalas «fuerte-débil»,«grande-pequeño», «pesado-ligero»...; y el factor de actividad, que satura las escalas «activo-pasivo», «rápido-lent o » , «agresivo-no agresivo».

De los tres factores, el valorativo, es, sin duda, el másrelevante, por cuanto mide la valencia de los diversoscomponentes de una act i tud. De ahí que, promediandolos puntajes de calificación de una muestra en las escalasmás saturadas de ese factor valorativo, podremos medircuantitativamente la positividad o negatividad de su actitud frente a un determinado objeto .

De los tres componentes que se asignan a las actitudes : cognoscitivo, sentim ental y reactivo,. Osgood y suscolaboradores afirman que su test mide la valencia de losdos primeros. No obstante, ellos mismos sugieren que lavalidez predictiva de las calificaciones de su escala puedeaumentar, combinando los puntajes de la dimensión valo-rativa con los correspondientes a las dimensiones depotencia y actividad. Con ello se insinúa la posibilidad dedetectar el componente reactivo o inclinación a actuar de

una manera determinada frente al objeto de una actitud.

( 3 ) O S G O O D , C E . y S U C I , G . J . Factor Analysis of meaning. J. exp.Psycholog. , 1955, 50, 325-338.

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En el mismo estudio, antes reseñado, procedieron ala comprobación de la validez y fiabilidad del test. Parae l lo, se pidió a un grupo de sujetos que valoraran a losnegros, a la iglesia y a la pena de muerte, utilizando lassig uie nte s escalas bipolares: hermo so-feo, valioso-sinvalor, agradable-desagradable, l impio-sucio, bueno-malo.Por otra parte, se midieron esas mismas actitudes en losmismos sujetos, valiéndose de las escalas de Thurstone,

clásicas en el ámbito de la psicología social (4). Las correlaciones entre ambos tipos de escala oscilaban de 0,74 a0,82, y en ningún caso eran significativamente inferiores alos coeficientes de fiabilidad de la escala de Thurstone.

A la vez, y para una mayor comprobación de la validez del diferencial semántico, se compararon los puntajesobtenidos en las escalas de este último con los obtenidosen las escalas de Guttman, técnica conocida en la medidade las actitudes (5). En este caso se trataba de la actitud delos sujetos frente a la rotación de cosechas. Se obtuv ouna correlación de Spearman de 0,78. Es, pues, evidenteque ambas escalas medían lo mismo.

N o me no s positivos fueron los resultados de comprobar la fiabilidad del test de Osgood. Aplicando el mét o d o test-retest, la fiabilidad de los puntajes de actitudhacia los negros, la iglesia y la pena de muerte era de0,87, 0,83 y 0,91, respect ivamente .

Concluyendo; dado que . las esca las de Thurs tone yGuttman se encuentran suficientemente estandarizadas y,teniendo en cuenta la alta correlación positiva entre estasescalas y las de Osgood, se puede asegurar que el diferencial semántico cumple sobradamente con los requisitosde validez, y por ello es apto para medir lo que intenta

medir, las actitudes.

Otro tanto podemos decir de su fiabilidad, dado elcoeficiente de correlación altamente positivo entre losresultad os de la prim era aplicación del test y su repeticiónposter ior , según acabamos de comprobar .

Y hasta aquí Osgood y sus colaboradores. Juzgamosconveniente la inclusión de estas notas introductorias, conmiras a justificar la segunda parte de este trabajo.

texto del estudio sobre «Comunicación y Lenguaje»—^Técnicas para la medida del significado de las palabras—, desarrollado en la programación de «Filosofía»del te rcer curso dé B.U.P.

El elenco de conceptos, cuyo significado connotativose consideraba más oportuno conocer fue el siguiente:ant iconcept ivo, autor idad, droga , exper iencia prematr i monial, iglesia, inmortalidad, matrimonio, padres, políticay profesor. Ello nos permitiría detectar las actitudes delalumnado respecto a tales.temas. La selección de esos términos no obedece a ningún cr i te r io previamente es tablecido. Se decidió sencillamente én base a nuestra intenciónde sondear problemas religiosos, éticos, políticos, sociales. . . frente a los cuales pens ábam os que los alumnos sehal la r ían m ayorm ente m otivados , pos it iva o negat ivamente .

Un segundo paso fue determinar qué escalas de adjetivos bipolares resultarían más aptas y relevantes para eles tudio de l e lenco propues to. Después de un breve repa

so de las escalas más conocidas, se establecieron los siguientes adjetivos: bueno-malo, hermoso-feo, favorable-desfavorable, agradable-desagradable, valioso-sin valor,moral-inmoral, apetecible-repugnante, tr iste-alegre, dulce-amargo, activo-pasivo, abierto-cerrado, agresivo-noagres ivo, fuer te-débi l , grande-p equeño , seguro-pel igroso.

DATOS PERSONALES:

EDAD: ....aSos; ....meses.

SESO: V H (rodear la letra corr espo ndien te ccinun círcu'ío)

LUGAR DE RESIDENCIA HABITUAL

PROFESIÓN DEL PADRE

CENTRO DONDE CURSO E G E : ESTATAL , NO E S T . ¡ Í T A L ( su bra ya r 'i o

que proceda)

CURSO SRUPO .

ESCRIBE DEBAJO LA PALABRA QUE TE INOiqUEN:

• • •

D ur an te el curso académico 1977 -78, el Seminario deFilosofía y Psicología del I .N.B. Femenino «MenéndezPidal», de Aviles, decidió realizar un estudio de actitudesentre el alumnado del mismo. A fin de que la muestra—ya de por sí numerosa, alrededor de 1.100 alumnas—fuera más representativa, se contactó con el LN.B.Mascul ino «Carreño Miranda» y e l I .N.B. Mixto «Virgende la Luz» de la misma localidad. Un equ ipo conjun to deestos Centros estuvo reunido para estudiar y elaborar laprueba. Se pensó aplicar un método de escalamiento, t ipodiferencial semántico, quizás porque no parecía excesivame nte com ple jo a k hora de computar e interpre tar losresultados. Por otra parte, la idea había surgido en el con-

(4) C f r . K R E C H , C R U T C H F IE L D y B A IX A C H E Y : Psicologm Social.

Biblioteca Nueva, Madrid, 1965. Pág. 161.

(3 ) Cfr . KS EC H, CRU TCH FIELD y BAIX ACH EY. Obra ci tada. Pág .165.

BUENO

HERMOSO

FAVOSABIH

AGRADABLE

VALIOSO

MORAL

APETECIBLE

TRISTE

DULCE

ACTIVO

• ABIERTO

AGRESIVO

FUERTEGRANDE

'SEGURO

»¡A10

FEO

DE.SF,aV0Rfi8LE

DESA5PADABLE

SIS VALOR

INÍ'IORAL •

REPUGMAKTE

ALtG.ííE

AMARSO

PASIVO

CERRADO

íiO ASSESIVO

GE8II

PEQUErlO

PELIGROSO

10 E L B A S I L I S C O

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Se puede apreciar que hay un predominio de escalas

po tenc ia y actividad, con miras a dispon er de u naor información y de tec tar los pos ibles co mpon entes

Es evidente que no todas las escalas son igualmente

nd r ía com plicar exces ivamente la prueba , teniendo ade

Laá, instru ccion es q ue se die ron a los sujetos d e la

conti-

de 7 puntos de positividad-negatividad, según que

Al: pu ntu ar cada una d e las palabras en las diferentes

La profesión del padre podría ser, en principio, uníndice suficientemente revelador del status social de la familia, y, por lo tanto, habría de tener su incidencia en lasactitudes de los sujetos. Sin embargo, tampoco se ha tenido en cuenta , porque un l igero sondeo reveló una c ier tahomogeneidad en es ta var iable .

Menos relevante nos pareció, una vez realizada la

prueba, el carácter.estatal o no estatal de los estudios cursados en la e tapa de E.G.B. Por eso hemos presc indidotambién de es te da to.

Una vez efectuadas las pruebas, se computaron losresultados y se hallaron los perfiles semánticos correspondientes a valores estadísticos de promedio como la modamediana. Tales perfiles se aplicaron, en cada uno de lostérm ino s examinado s, a una muestra global de 1.100alumnas de l INB Femenino. También se ha l la ron los concernientes a la variable «edad» en función de los siguientes gr up os: 14 años: N = 100. 15 años: N = 300. I6año s: N = 300 . 17 años: N = 300. 18 años: N = 100. Yfinalmente los perfiles de la variable «nivel de estu dio »distr ibu ida de la siguiente forma: C.O.U.: N = 50. Ter cercurso: N = 300. Segundo curso: N = 350. Pr imer curso:N = 4 0 0 .

Sí, por el contrario, se han hallado los valores estadísticos de promedio, relativos a los diversos niveles^de estudio en función del curso en que los sujetos se encontraban matriculados. Como consecuencia de ello se dividió lamuestra en cuatro grupos correspondientes a pr imero,segundo y tercer curso de Bachillerato más el Curso deOrientación Universitaria, si bien la muestra de este últi

mo es un tanto reducida .

No se produjeron incidencias reseñables en el momento de la realización del test; creemos que los sujetosentendieron perfec tanjente su cometido y expresaron'conseriedad sus personales puntos de vista.

La edad se consideró de antemano un da to importan, por-cuanto se pensaba computar e interpre tar los re

in ar diferen cias estadística me nte significativas. La mu es

sd e los 14 hasta los 18, po rqu e el resto de la mu estra

El sexo, a priori, una variable no menos digna de ser

os Ma sculino y Mixto aún no h a po did o llevarse a cao .

Se pidió igualmente, según decíamos, la indicación

gar de residencia, pensan do en las posibles diferende a ctitudes en función de la ciudad o del med io ruPero un somero análisis de estos datos sugirió poste

Somos conscientes de los riesgos que comporta aislarla variable «edad» de la variable «nivel de estudio», si advertimos que los sujetos más jóvenes pertenecen a loscursos inferiores, mientras que los mayores se hallan matriculados en cursos superiores. Una más exacta valora

ción estadística exigiría someter las puntuaciones obtenidas a un análisis de la varianza, a fin de comprobar la influencia relativa de las dos variables ind epe nd iente s antesapuntadas y de sus interacciones mutuas. Otro tanto habría que hacer para determinar con rigor matemático lasignificación estadística de las diferencias entre los valorespromedios de los diversos grupos . Pero las pre tens ionesde este trabajo —^por razones obvias— son más modestas.Por ello, nos limitaremos a ofrecer una síntesis de lasprincipales conclusiones a que hemos llegado, especialmente en lo que concierne a los resultados globales de lamuestra total, apuntando,.en su momento, las diferenciasde promedio entre los varios grupos, sólo en el caso deque estas diferencias aparezcan netamente definidas.

A continuación, analizaremos e interpretaremos elcómputo y perfiles resultantes, reservando un espacio acada uno de los términos reseñados más arriba.

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ANT ICONCE PT IVO

Como datos destacables en el perfil de la muestraglobal diremos que el factor ' evaluativo puntúa, en líneasgenera les , pos i t ivamente . De hecho e l 50% de la muestrajuzga el anticonceptivo como algo bueno y valioso, a la

vez que se muestra favorable. Como contrapiartidá, un2 5 % lo considera muy inmoral. En el resto de las escalasevaluativas predo mina n puntajes neutros po r la disparidad de actitudes de la muestra. Los valores neutros en lasescalas de potencia y actividad son especialmente notab les , quizás por no ser aquéllas relevantes en esta ocasión.O tr o dato a señalar es el carácter de peligroso o muy peligroso que atribuye al anticonceptivo el 50% de la muestra.

Teniendo en cuenta los niveles de estudio, en loscursos superiores a partir incluso de segundo no se aprecian diferencias acusables. Sí, en cambio, parecen significativas las diferencias de actitudes en el primer curso—por lo demás muy numeroso—. El 50% de es tas a lum-nas considera el anticonceptivo como algo malo, sin valor,inmo ral y peligroso , a la vez que se muestra desfavorable.Todavía más, en estas escalas la moda se sitúa en los valores extremos negativos, mientras que para el resto de losgrupos los puntajes son altamente positivos. Por lo querespecta a las demás escalas predominan perfiles neutros,indicio en este caso de la diversidad de actitudes en elg r u p o .

Parecidas consideraciones pueden hacerse sobre losgrupos divididos por edades. Los 14 y 15 años vienen acoincidir con el perfil del primer curso. A partir de los 16

años los juicios de valor en las escalas más relevantesempiezan a ser positivos. Una última curiosidad: los sujetos de 18 o más años, en oposición clara al resto de losgrupos, subraya el carácter de seguro o muy seguro delantico ncep tivo. Si bien n os resistimos a sacar conclusionesal margen de los resultados, la anterior constatación podría explicarse, si admitimos una mayor experiencia, deltipo que sea, por parte de las alumnas de más edad.

A U T O R I D A D

En líneas generales, se puede afirmar que los perfilesde la muestra global presentan una tendencia positiva enlas escalas más relevantes, tendencia especialmente marcada en los factores de potencia y actividad. Así, por ejemp lo , el 50% de los sujetos considera a la autoridad activa,lig era m en te agresiva, muy fuerte y gran de. En el factorevaluativo el mismo porcentaje se mue stra ligeramentefavorable, a la vez que la juzga en cierto modo valiosa. Enel resto de las escalas de cierta significación la disparidadd e actitu des es tal qu e los puntajes, se sitúan alrede dorde la zona neutra. Especialmente notable es esta diversidad de opiniones en la escala abierto-cerrado.

Por niveles de estudio, no se aprecian, al menos aparentemente diferencias significativas. Quizás se puedehacer notar unos puntajes medios más marcadamente po

sitivos en el primer curso, sobre todo en las escalas vaio-rativas, a diferencia del resto de las alumnas, donde aparecen puntuaciones de promedio de signo negativo. Tal esel caso de la moda, que para los cursos superiores se sitúaen el extremo negativo de las escalas bueno-malo, favora-ble-desfavorable, agradable-desagradable. Ahora bien,hemos de precisar que este último valor estadístico representa solamente alrededor del 20% de las respectivas

muestras. ¿Apuntarían estas últimas conclusiones haciauna menos desarrollada conciencia crítica por parte delos sujetos de cursos inferiores.' '.

En consonancia con el paralelismo s<igerido entre nivel es d e es tud io y edad, se aprecian igualnií;nte unas ciertas con nota cion es de signo negativo en los sujetos de 17 y18 años en las escalas hermoso-feo y agradable-desagradable, a la vez que tanto en unos como en los otros grupo s se mantie nen los puntajes m arcadamente positivos delos factores potencia y actividad.

D ROGA

En este caso los perfiles semánticos ofrecen pocasdudas. En la muestra global existe una absoluta unanimidad, para emitir juicios extremadamente negativos sobreel fenó me no droga. Tan marcada es la valoración negativaq u e , en las escalas evaluativas, la mediana y, por supuestola moda, se sitúan en el extremo de las mismas. Baste se

ñalar, por ejemplo, que el 88% la considera muy mala, el7 2 % , s in va lor , e l 60 % , inmoral, e l 92 % se muestra muydesfavorable y el 94% la juzga muy peligrosa.

Los puntajes promedios de los factores actividad ypotencia ofrecen uña mayor disparidad de opiniones,manteniéndose alrededor de la zona neutra. Solamente enla escala agresivo-no agresivo un 60% juzga la droga agresiva o muy agresiva.

Y poco más da de sí nuestro estudio en este capítulo,porque los perfiles de los grupos distribuidos tanto porniveles de estudio como por edad son enteramente seme

jantes .

Ante es tos resul tados tan sumamente homogéneos ,lo que habría que destacar serían los escasos puntajes designo positivo. En una muestra dde 1.100 sujetos, sólo un2 % se manifiesta favorable en mayor o menor grado; máspara un 20% sería algo agradable y apetecible.

Aún siendo conscientes de que el diferencial semántico no mide el componente reactivo de las actitudes, nosatreveríamos a decir, en base a estas conclusiones, que elconsumo de drogas entre la población estudiantil del Instituto Femenino de Aviles o es un fenómeno que no se dao es muy minoritario. Un sondeo informal realizado poster io rm en te ent re algunos sujetos, al parecer fiables, confirmaba estos extrem os. A este respecto esperamos concierta curiosidad el estudio del Instituto Masculino, a finde constatar si sus actitudes son o no coincidentes.

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IGLESIA

La primera anotación que hemos de hacer, al comen

continuum de las escalas. Sin

o , hermoso, apetecible, alegre, a la vez que ese mismo

El único elemento negativo del perfil se refiere a la

En los factores potencia y actividad los puntajes osci

Únicamente el 50% de la muestra juzga tales relacio

Por grupos de niveles de estudio se aprecia un ligero

La misma tónica, guardando el paralelismo, se man

¿Cabe sacar de todo lo dicho alguna conclusión que

Nos encontramos ante unos perfiles saturados de valores positivos. Sorprenden un tanto los elevados porcentajes de opiniones que denotan actitudes de signo favorable a la Iglesia. En la muestra global, más de un 50%

puntúa pos i t ivamente en las esca las bueno-malo, hermo-so-feo, favorable-desfavorable, agradable-desagradable,valioso-sin valor, activo-pasivo, abierto-cerrado, fuerte-débi l , seguro-pe l igroso, y muy posi t ivamente —indicandoque la mediana alcanza la zona extrema—, en las escalasmo ra l- inmo ra l y grande-peq ueño. Co nsta tamos, pues , quetanto en el factor evaluativo como en los de potencia y actividad la tendencia es de una aceptación mayoritaria de laIglesia. Efectivamente, también hallamos puntajes negativos que abarcan incluso el extremo de las diversas escalas,y por supue 's to punmaciones neutras , pero entre aquél losy éstas no superan el 25%, sobre todo en las escalas másre levante s .

No se aprecian, al menos aparentemente, diferenciassignificativas entre las diversas gráficas de la variable nivelde estudio. Quizás podemos afirmar que en el primer curso los perfiles semánticos basculan ligeramente más queen los restan tes cursos hacia los extremos positivos ^ e lasdiversas escalas. Y ninguna otra novedad podemos añadirrespecto de la variable edad.

Lame ntablemen te nues tro es tudio no pu ede arrojarmás luces sobre algunos interrogantes que permanecensin respuesta. Las actitudes, tan netamente favorables a laIglesia, ¿significan una sincera religiosidad y reverenciafilial a la misma, o en cambio son fruto del peso y la inercia del ambiente familiar, escolar, social...?. A la vez cabepreguntarse si los puntajes neutros revelan una actitudseria de indiferencia, como sería presumible en un mundocomo el que vivimos. No menos sugestivo resultaría elestudio particular de aquellos sujetos que arremeten virulentamente contra la Iglesia hasta el punto de llegar a afirmar sobre ella que es marcadamente inmoral. Somosconscientes de las limitaciones de este trabajo, que vienea ser un primer paso para una ulterior investigación.

I NMORTAL I DAD

En nuestras previsiones habíamos esperado unas respuestas más definidas sobre este tema. Pero nos encontramos nuevamente con bas tantes puntuac iones neutras .Evidentemente, la tendencia en los perfiles de la muestratotal es —según aparece por la mediana— ligeramentepositiva en las escalas bueno-malo, favorable-desfavorable, tr iste-alegre, fuerte-débil, y claramente positiva en elcontinuo hermoso-feo, agradable-desagradable, valioso-s in va lor , ape tec ible-repugnante y grande-pequ eño. P erojunto a e l lo adver t imos , por e jemplo, que para un 20% lasupervivencia después de este mundo no es.agradable nidesagradable, y para un 15% es incluso desagradable enmayor o menor grado. Parec idos porcenta jes neutros ynegativos hallamos en las escalas favorable-desfavorable,

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valioso-sin valor, apetecihle-repugnante, :hermoso-féo,t r is te -a legre .

A fín de que el término inmortalidad se entendieraen su justo significado, advertíamos en las instruccionespreliminares del test, que nos estábamos refiriendo a unaposible supervivencia después de ésta vida, y rio a la posibilidad de no morir . Sin embargo, los resultados sugieren

—dicho sea con todas las cautelas— que jpara muchossujetos se trata de un problema tan lejano>—¿quizás porsu juventud?— que les de ja tota lmente indiferentes .Menos clara venios aún la explicación de ciertas actitudes—en a lgunos casos bas tante numerosas— que reve lan posiciones de rechazo o claramente hostiles a la idea de inmorta l idad. Por desgrac ia, no hem os podido es tablecer uncontacto posterior con el alumnado, para esclarecer talesin te r rogante s .

Po r lo qu e re specta a los perfiles de los gnip-os distribuidos por edades o por nive les de es tudio no se puedeasegurar que se den diferencias estadísticamerité significa

tivas. Parece, más bien, que se mantierie una cierta homogeneidad entre las respectivas gráficas. Quizás las variables nivel de estudio y edad ^^dentro de los márgenes enque se mueve la investigación-^ no sean concernientespara e l problema que nos ocupa .

MATR IMON I O

La interpretación de los perfiles relativos a la institución matrimonial no ofrecen, á simple vista:, dificultad

alguna. Estaría todo dicho si afirmáramos que los puntajescorrespondientes a los va lores es tadís t icos de promedioalcanzan los extremos positivos de casi todas las escalas.Hasta ahora no nos habíamos encontrado con ta l uniformidad tan unánimemente defendida . Y es te fenómeno seconstata tanto en el factor evaluativo como en los factoresde potencia y actividad de la muestra global.

En las escalas más relevantes, las actitudes altamentepositivas se manifiestan en porcentajes del orden del 60 y7 0 % . Hemos de precisar^^^-quizás este dató arroje unacierta luz-—, que de las 1.100 alumnas sometidas a lapr ue ba , sólo 2 ó 3 estaban casadas. Y nueva men te tra

tamos de encontrar la hipótesis que nos permita esclarecer los hechos. Es de presimiir —dada la juventud de lamuestra-—, que nos hallamos ante unos sujetos cargadosde unos componentes cognosc i t ivos y sent imenta les profundamente idealistas o románticos, que por siipuesto nohan vivido la realidad d el matrimo nio, y que, a falta deuna contrastación empírica, han idealizado una de las instituciones más antiguas de la humanidad. ¿Gabe suponerque los matrimonios más allegados a las propias alumnas—léase el de los propios padres—, adolecen de esos méritos que las mismas tratan de reflejar en sus actitudes?.Una estadística al respecto pensamos que tal vez ño revelaría tan presunto optimismo. ¿O acaso y, a pesar de, estáproyectando ese alto porcentaje de sujetos las propiasexpectativas sobre la institución matrimonial, más queponer de manifiesto la realidad que les está tocando viviren el seno de su misma familia?. Son interrogantes que nohemos podido ni conf irmar ni desment i r .

Tampoco en esta ocasión apreciamos diferencias significativas entre los valores promedios de los diversosgrupos a tendiendo a su edad y a sus nive les de es tudios .Quizás ello téflgá algún sentido si volvemos a repetir queprác t icamente- todos los suje tos e ran sol te ros .

Aún quedan pendientes c ie r tas preguntas . Un 10%aproximadamente , y en a lgunos casos más , adopta una

postura neutra, según reflejan los puntajes totales. ¿Seríaacer tado suponer que ese porcenta je se a l inea—al menosde pa labra— con quienes juzgan que e l matr imonio esuna institución caduca y superada, y, por tanto, se siente«raás allá deí> y «por encima de»?. Análogas cónsidera-c ioi íes cabe formular respec to de un 5%, más o menos ,qi ie va lora negat ivamente en mayor o nienor grado launión institucionalizada de dos personas. En este últimocaso sería interesante determinar la posibilidad de unacierta correlaeión positiva entre las actitudes negativasfrehlé al matrimonio y la vivencia del mismo en el senode la propia fainilia . Nosotros no disponemos de datos suficientes al resp ecto , aun que po r algunos contactos mantenidos , a l nMrgen de l tes t , intuimos que por ahí puedees tar la respues ta .

Finalrilénte, seguimos repitiendo que el diferencialsemánt ico parece no medir e l componente reac t ivo de lasactitudes. Pero no nos resistimos a formular una últimacuestión. Puestos en situación cada uno de los sujetos dela muestra, ¿actuarían en consonancia con los cOriiponen-tes cognoscitivos y sentimentales de sus actitudes?. Sinpecar de adivinos , es presumible que la inmensa mayoríatplBará su deciisión ÍÜ margen o én ¿oritra de sus actitudesteór icas , para te rminar casándose .

PADRES

Más marcadamente positivos aún que en el caso delmatrimonio aparecen en esta ocasión los perfiles de lamuestra total. Sirvan de ejemplo los siguientes datos: paraun 74% los padres son muy buenos; para e l 69%, muyherm osos ;-para e l: 76% ,: muy va l iosos , para e l 64%, m uyagradables , para e l 60%, muy seguros y e l 69% se muestra rnuy favorable. Pero también se dan porcentajes muyaltos en los factores de potencia y actividad: un 50%

afirma que los padres son muy ac t ivos ; un 48%, muyabie r tos ; un 4 3 % , muy fue rte s; un 5 1 % , muy grandes .

Di cho es to, poco más se pue de añadir . Quizás resul temás inteiresante echar una ojeada a los puntajes neutros ynegativos, por la posibíe significación que ello puedaténei:. En las escalas que más saturan el factor evaluativo,las puntuaciones neutras pscilan entre el 2 y el 3%. Estacifra se eleva al 20 ó 24% en las escalas de potencia yactividad. >

Algunas SiCiuriosidades de lo5 puntajes negativos. Ningú n suje to opina que los padres sean muy malos , muyfeos o inmorales, Un: 3% se ñauestra, en mayor o: menorgradó, no favorable a los padres . Para un 4%, son desagradables ; para un 2,6%, repugnantes ; e l 10% los conside ra cerra do s; ;para un 6 % incluso son peligrosos, y el1 4 % los juzga agresivos.

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L BASILISCO 15

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• • •Después de esta exposición posiblemente sean más cuestiones sólo hubieran podido plantearse como conse

cuencia de aquellos resultados teóricos. Sin éstos, cualquier pregunta posterior sería formulada a ciegas. Conello pensamos que se han abierto unos cauces y se han definido unas vías a través de las cuales pu ed e contin uar lainvestigación. Posiblemente algunos puntos quedarán más

claros, una vez que se hayan realizado los estudios denuestros colegas en el Instituto Masculino y en el Mixto.Perm anece mo s a la espera de los mismos.

Measuring social distance. J. appl. Sociol. 1925, 9,

Techniques ofattitude scale construction. Appleton-Cen-

A technique for the constructionJ. appl. Psychol. , 1948, 32 , 374-384.

Question and answers ahout sc ale analysis. Research

The third co mponent of scalahle altitudes. Int. J. Opin.4, 28 5- 28 7 .

Psicología Social. Biblioteca

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N A L L Y , J . C . J r. Tests and measuremenls. McGraw-Hil l . New York,1 9 5 9 .

O S G O O D , C E . Curso superior de psicología experimental. Trillas. México ,1 9 7 L

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O S G O O D , C E . ; S U CL G.J . y T A N N E N B A U M , P . H . Th e measurementofmeaning. Urbana: Univer. Of Il l inois Press. 1957.

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T H U R S T O N E , L . L . Theory of attitude measuremenl. Psychol. Bull., 1929,36 , 2 2 2 - 2 4 1 .

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T H U R S T O N E , L .L . y C H A V E , E .J . The measurem ent of altitudes. Uni-

versity of Chicago Press, 1929.

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COLABORACIONES

FILOSOFÍALATINO-AMERICANAY ESPÍRITU VIAJERO

MANUEL GRANELLCaracas

Los latinoamericanos se preguntan con insistencia sobre la posibilidad de una filosofía auténticamente continental, nacionalincluso. Tal preguntarse desemboza que

i la vocación filosófica ger min a en sus al

mas, no por azar centrado en algunos individuos sino como impulso de culturalraíz, como requisito al étnico realizarse. Les ha Uégado lahora filosófica —que nada tiene de tanteos adolescentes,que expresa segura y firme madurez—. Las múltiples respuestas suelen contraponerse. Frente a quienes postulanfilosofías originales por enraizadas en la originariedad, sealza la voz pugnante de una tesis universalista, abusiva

mente identifícadora de filosofía y ciencia, la cual sóloacepta él adjetivo en base a las fronteras, al ocasional lugar de medi tac ión. Desde es te enfoque , dicho anhelo deautenticidad devendría ingenuo sinsentido. Y no obstante—^permítanme adelantarlo—, encapsula en el afán algo

más sustancioso que su grano de pimienta.Obsérvese que todo preguntar complica ciertos su

puestos —si se prefiere, los datos congruentes con la incógnita a despejar-—. Y la licitud de estos data, la preg-nancia del basamento, sólo se ilumina al considerar el momento histórico dentro del cual actúan. Lo perfilaré agrandes rasgos .

Manuel Granell es uno de los filósofos orteguianos arraigados en América. (Profesor en la Universidad Central deVenezuela desde 1950) . Dentro de nues tra secc ión de colaboraciones presentamos unas páginas suyas (comunicación alIX Co ng reso Interame ricano d e Filosofía, Caracas, Jun io 1977) con el ánimo de incorporar a la mem oria de las últimas

generaciones a figuras que como él detentan una herencia intelectual que no cabe desconocer.Manuel Granell nace en Oviedo en 1906 e inicia su carrera, l icenciándose en Derecho, en la Universidad astu

riana. V ive más tarde el ambien te de la Universidad de M adrid en los años de la II República, en contacto discen te co nOrtega y Gasset, al igual que otros asturianos como Fernando Vela, Pedro Caravia o el propio José Gaos, por citar agente de distintas edades y circunstancias. Su vocación se balancea durante un tiempo entre la Arquitectura y laFilosofía, entre el arte (poesía, pintura) y la enseñanza. A instancias de Ortega y fruto de la profundización en Husserlsurge en 1949 su «Lógica», de amplia influencia en el panorama filosófico español entonces.

Más en el destino elegido que en el exilio, Granell colabora en Venezuela al desarrollo cultural del país: dirige elInstituto de Filosofía de su Universidad, es miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Filosofía, publica en1967 «-El pensar venezolano».

Llegarán así sus libros de madurez— «L a Vecindad Humana» (1969) , «Fundamentación de la Ethología» (1970) ,«Ethologta y Existencia» {Y)ll), entre otros— que constituyen su aportación, hasta ahora, a una muy concreta línea depensamiento y de estilo que hunde sus raíces (y muchas veces su lenguaje) en Ortega y camina hacia una reflexiónsobre e l honibre {«El Hombre, un falsificador», 1968) apoyada sobre todo en los textos clásicos de la historia de laFilosofía.

18 EL BASILISCO

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2 .— La pregunta por un auténtico filosofar —^por loauthéntés—, p re

filosofía. Desde los griegos, se

"de Dilthey: realzaban dos logismos, el del Cosmos y

ticos , claro está. N o cabe embarcarse al caso en los

esencialismo.

Hoy alentamos desde otro sentir. No es fácil fijar

1797- N o olvido diversos antecedentes: el inope

el «giro copernicano» de Kant y sus Conjeturas; en

Pero en tal hervor y vaivén faltaba la fórmula técnica,decide, que da salida a la crisis. Fué

promulgada por Fichte en la Segunda Introducción a laTeoría de la Ciencia (1797) . El Ser — ^irm a— no es «unconcepto primario y primitivo», sino «derivado, y derivadopor medio del contraste de la actividad». De otro modo:contrapone al primado clásico {operari sequitur esse) el delH ac er el Ser. Y así el hombr e —el héroe de la «idea comoidea»— ingresa con pleno y justo título en el escenario dela Historia. Ser e Historia se tornan Hazaña. («Facienda»

había dichoi Sem T ob, rabino hispano y senequista a sumodo, al mediar el siglo XIV).

3 .— Desde tal fecha logra Heráclito la revancha. Elexistente, no el Ser; el hombre como timonel del devenir.Se adelanta entonces el filosofar —la actividad, enérgeia—a la filosofía ^ a obra, érgon—. Estamos escuchand o aHumboldt ; y a Goethe , cuando le d ice a Eckermann: en«nues t ro Geist... va implícito el concepto de productividad» (21 marzo 1831). Pero ya en su Primera Introducción,Fichte —el mismo que muy pronto, en los famososDiscursos, prete nde ría «educ ar toda la nación», «transformarla por completo»— se había atrevido a sostener que la

filosofía «está animada por el alma del hombre», e inclusoadm itió en carta a Reinho ld: «mi temp eram ento explicami filosofía». Dentro de tal corriente —en pro de Lessingy contra Hegel— Kierkegaard defenderá el «pensar subjetivo», el del «sujeto pensante», y Nietzsche corroborará: «toda filosofía es una confesión personal». Tras estosasaltos individualistas irá generándose otra orientación deancha base, de cosmovisiones. Dilthey encuadra el sujetoen la vida, de la cual no se puede «retroced er», y la explica así en su Sueño: «La melodía de nuestra vida está condicionada por las voces del pasado que la acompañan». Latradición como fundamento. Es, de consuno, un avance yun paso atrás. En 1910, Simmel pretende clarificar; «debehaber en los hombres un tercer elemento tan distante dela subjetividad individual como del pensar lógico-objetiv o , del válido para todos». Y lo define como «estratodonde radica lo típico de nuestra mentalidad». Pero estoolía a psicologismo, y el clima filosófico ya estaba dominado por la garra de un matemático, Husserl, por lafenomenología . En 1911 culminaba Husser l La filosofíacomo ciencia rigurosa con frase altanera: «Las cosmovisiones po dr án litigar; sólo la ciencia pue de decidir, y su fallolleva el sello de la eterni dad» . Po co durará ésta. Judío deorigen, comienza a sentir la presión histórica bajo la botade Hitler. Desde las conferencias y el artículo hermanados por la palabra Krisis, pierde fuerza la utópica apodicti-cidad, reconoce que la filosofía está en proceso, consiste

en m era «autognosis de la Hu ma nidad » m ediante «experiencia comunitaria», bajo responsabilidad humana e histórica dimensión de la razón. «Ya se ha desvanecido elsueño de una filosofía... apodícticamente rigurosa», confiesa en fragmento inédito (K, IH, 9., p. 79) que citaPucciarelli {La idea de filosofía en H usserl). Y se lamenta ensu lecho de muerte: «Justo ahora que llega el final,. . . séque es preciso recomenzarlo todo» (citado por Biemel,Deucalion, 3 ).

4 .— Perdonen estas referencias, harto sabidas porustedes. Pero convenía recordarlas para enmarcar mipropio decir. Y ahora resumiré éste sin piedad. Al fin y al

cabo mis libros responderán más ampliamente.Abandonado ya todo absolutismo, céntrase el medi

tar en cierta relación originaria, la del intus y el extus. Asílo muestra el análisis del hecho radical que es la «ex-sisten-cia». Lo humano, en su auténtico producirse, complica un

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«insistir» del «sto» con el «resistir» del « Í X » . Una curiosa complementariedad dialéctica, que; llamo mutua inmanencia, abre la frontera humana, permite trascender laanimalitas en alternado proceso que nombro, sólo enimagen, evolución segunda, pues en rigor acontece, cual labiología, en améibidades {áeameéó, yo cambio), con desvíos y saltos, despliegues y peligros. La estructura ontoló-gica del hombre, aunque tripartita, se corta en dos estro

fas opuestas. Sobre el dual basamento somato-psíquico—su parte de naturaleza heredada—, cierto « estatuir» o«establecer» (der ivados de stare, a pie firme y erguido),mediante actividad «constructora», algo artificial donde«instalarse» para tornar habitable el inhóspito * Í Í Í » -—tantoel circunstante como el carnal—-, pues carece de habitat.Lo humano es, justamente, dicha artificialidad. Y no seh e r e d a , se tradita. Desde tal condición ilumínanse tresnotas defínitorias de este centauro de naturaleza y artific io . Son tres existenciarios estructurales o categorías de suhumanidad en vi lo : el «aquí-propio», individual e irrepetible , ombligo de cada vida, miáomXMTÚ, heredado; el «ahí-

mostrenco», de todos y de nadie, alma mater artificial, que

se tradita en lo más común por contagio, en lo más novedoso desde libre aprendizaje; y el «allt-vocado», no siempre actuante, cual asintótica flecha al porvenir, por cuyov u e l o e\ «sto» de cada quien «in-siste» contra la «re-sis-tencia» del habitáculo en crisis . Este empuje «in-ventor»futuriza y ob-yecta práxicamente. Por eso califico al hombre de tecnita. Es, en efecto, hacedor; y en doble corriente,pues pone fuera algo de dentro para así adentrárselo a laespecie y ascender en histórica espiral . En dicho vaivén seresume el secreto de su himianizarse. Como hacedor,desdé luego requiere previos materiales, el barro del alfar . Dios crea es nihilo y pronuncia sin trámites su Viat, suhágase inmediato de existencias, pues de suyo porta en suM en te las Verdades Eternas . El hombre, en cambio, comopequeño d ios cum grano salis, por burla, debe «in-ventar»,hacer venir a su mente las esencias orientadoras de suhacer; el imperativo humano es un Esto, un sea, que lepermite poner manos a la obra. Tales esencias deben«establecerse» también en dos tiempos, dos áreas: trasob-yectadas en el «aht-mostrenco», y por presión de su eficacia, devienen sus contenidos formas aprehensoras, sefuncionalizan, actúan como categorías nuevas de la razónen marcha .

Ahora bien: ¿qué trabaja velis nolis en todo quehacerdel tecnita?. Obviamente, los tres existenciarios estructura les : lá unicidad heredada en el estrecho nudo de soma y

psique; la foránea parte del hombre, ese mostrenco ahíque alimenta cada grupo, cada etnia, cada cultura, cadaedad; y en tercer término, la. auténtica, insobornable vocación futurizadora, la forjadora de humanitas en cadamente des-alienada, de veras libre y dueña de sí, la afanosa de objetiva veracidad. Deviene inevitable, por tanto,una trabada síntesis de dichas instancias de lo humano enel filosofar. Dije en otro lugar: «Cual el escultor en suarcilla, el hombre de auténtico ««¿zj ontológico imprimiráen todas sus obras la huella del propio e irrepetible pulgar. El genio artístico siempre ha aunado lo universal a lolocal . Cuando el «allfvocado» funciona con verdadero ímpetu creador, arrastra de suyo los otros existenciarios» .

Lo subjetivo se expresa, se confiesa, quiérase o no. Lomostrenco no sólo se impone, sino que constituye elápice del cual arranca un filosofar libérrimo. Pero, en debido orden y acuerdo, claro está . Expresándose sólo, no filosofa el hombre; divagará, a lo sumo, en tomo a su yo

ondoyant, cual se propuso Montaigae. Doblegándose al nivelfilosófico reconocido, por excelso que fuere, se quedaráen acucioso profesor de filosofía. Sólo filosofará de veras, con autenticidad, quien pueda embalar al máximo su-«allt-^ocado» evy puro amor de verdad y sacrificada ansiade humana asunción. Y aún así . . . Los molinos de lo Altomuelen despacio , observaba Homero .

5 .— Permítanme mencionar a la carrera, en cuánticoprograma, el otro aspecto del título. El filósofo, como elpoeta , v ive «en contra» , lucha con su «ahí» . Exsistire yaes de suyo eif-í/Z/rf, saltar fuera. Llamemos al filósofo exiliado. Eso era el sofista, siempre en sospecha y críticas,siendo tan vidente y creador, justo por haberse desligadode la étnia, de esa polis a la cual se ofrendó Sócrates.Hay otro modo de fx//z'o.- el del «colono» ^—una categoríahistórica de enorme poder creador—. La filosofía grieganació precisamente entre colonos y desarraigados. Conlleva una amarga ventaja, pues rasga la venda de los prejuic ios , obliga a ver las cosas mismas, en persona -—^para decirlo a lo Husserl-^ . Existe otra manera menor de alcanzar

creatividad, ligeros, sueltos modos de ver: el viaje, si esm or os o y se sabe respirar el aire de fuera. Com prendióHegel que el Eispíritu viaja, pues se posa en diversoslugares del camino para apresar el sistema categorial de subiografía. Grecia, los romanos, el Cristianismo, las naciones modernas, tuvieron sus propios espacios. Pues bien:el espíritu con minúscula que hoy nos cabe defender, a sumodo via ja , puesto que i t inerantes somos. «Romeros quecamino andamos», dijo Berceo. Santayana —un exiliadode Avila— se autocalificó de «individuo suelto que zanjasus cuentas con el universo». Por eso escribió en Roma-—centro católico universal— cierta Filosofía del viaje dondeconfiesa: «El exiliado, para ser feliz tiene que nacer denuevo, debe cambiar su clima moral y el paisaje interiorde su me nt e» , pues «el corazón humano es local y finito,tiene raíces». De ahí el rictus del filósofo, la roñante vozdel profeta . Ambos están viendo lo suyo, pero dentro desí , no fuera, pues en torno sólo hallan lo consabido. ¿Yqué sería nuestro vivir si todo se reiterara y no hubierenovedad alguna?. Supo responder a esto Paul Valéry, alsesgo del necesario renovarse del arte: «Cuanto se repiteen nosotros jamás pertenece al espíritu mismo» (Varieté,vol. 11).

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TEATRO CRITICO

«DEL FUEGO REGALADOINTERPRETACIÓN DE U N PASAJE DE

LAS «SOLEDADES» DE GONGORA

»

ALVARO GALMES DE FUENTESO v ie d o

O se trata de ofrecer, en el presente trabajo , una interpretación, más o menos erudita, de un pasaje oscuro de Góngora, sino que lo que pre tendo ahora es ponerde relieve la importancia, por su riqueza y

expresividad léxica, de las literaturas detipo tradicional, como es el caso de la lite

ur a esp añola aljamiado-morisca, y rescatar así para la

regalar, con el significado de «liquidar

El verbo regalar «derretir» es homónimo del que sigica « dar a uno graciosamente una cosa», o, en otro sen

a. E n el prim er caso, regalar deriva de re-gelare,re-calare, como

{Diccionario crítico etimológico de lasin duda más acertadamente, dados los

iar «derretir» aparece ya desde los textos medievales

regalado».

{D e los signos que aparecerán antes del juicio, 42c).

Es evidente que en este pasaje, que recuerda algunasor o regalado significa 'derreti

También en e l Libro de Alexandre (ed. R.S. WiUis,

«clérigos nen cavalleros que fazen symoníasnon serán ende menos, para las taparas mías:y e l plomo regalado bevrán todos los d ía s» .

En el Purgatorio de San Patricio, {Homenaje a Menéndez

Pidal, II , 229), traducción leonesa del siglo XIII, se dice:«los otros estayan en flamas e tenían garfios de fierro fincados en los ojos.. . e los unos diablos los atormentavan elos otros los enlardavan con mettal regalado... ca una de'lasfuesas era llena de metales fervientes e regallados; e allyestavan samurgados varones e muchas mujeres». En el siglo X V , Alfonso de la To rre (ed. Rivadeneira , XX XV I,375) se expresa así: «Vido el relámpago regalar el oro yno romper la bolsa.. . et maravillóse como regalaba lacampana y no quemaba la soga», y Alonso Fernández deFalencia {Universal Vocabulario en latm y en romance, Sevilla, 1490) recoge este verbo en varias ocasiones: «nivatase dize el agua regalada de la nieve», «regalatum: regalado,como se regala el plomo o los otros metales fundibles».Ya en el Siglo de Oro, Fernando de Herrera, en un bellopasaje de sus Comentarios a Garcilaso, dice: «Assí comoquando suelen las nubéculas convertirse en rocío: y dees ta manera sucede que se regalan y resuelven en lágrymasaquellos vapores engrossados» (Sobre el soneto 2 deGarcilaso). Y, en fecha contemporánea a Góngora, Sebastián de Covarrubias {Tesoro de la lengua castellana o española , 16 11 , ed. M. de Riqu er, Barcelona, 1943), recuerdatodavía esta voz: «Regalarse la nieve: Derretirse». Todavía, más tarde, el Diccionario de Autoridades de laAcademia Española, en el año 11?>1 y autorizado por ele jemplo anter iormente c i tado de F. de Herrera , se expresa así: «Regalarse. Vale también derretirse o liquidarse»

(1). Desde luego, el verbo es poco frecuente en el caste-

(1) Para varios de los ejemplos anteriorm ente citados, véanse J . CO RO -M I N A S , DCELC, s .v. regalar 11 .

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D E T A L L E D E L F R O N T A L D E S U R I G U E R O L A D E D I C A D O A S A N M I G U E L

Una de las ollas «era l lena de metales regalados; e ally estaban samurgados varones e muchas mujeres»

l lano, por lo que, exi el siglo XIX, la Academia lo suprimió totalmente, aunque volvió a darle entrada desde1 9 1 4 .

Sin embargo, dialectalmente, el verbo sigue siendovivo en la zona periférica y oriental del dominio castel lano, pues se emplea hoy día en Soria, según testimoniode V. García de Diego (2). En el dominio leonés, en elBierzq, se dice regalizar pov ' liquidarse el hielo' (3), y én

el Valle de Aneares cacer a cera (en Pereda), quecer (enCandín, Espinaredo y Vila r tón) y queicer {en Sortes) significa 'derretirse la cera'. Las voces leonesas derivan deuna forma intensiva (re)-caiesc-re o (re)-calescere, con pérdida, naturalmente, de la-/- intervocálica en las vocesdel aneares (4). Pero, en todo caso, las formas leonesasvienen a conf irmar la e t imología propues ta por Coromi-nas. En Andalucía, según testimonio de Alcalá Venceslada(Vocabulario andaluz, Madrid, 1951), se dice rfgíz/owí? a lanieve de copos grandes y poco compactos, para distinguirla de la nieve létrica de copos pequeños y condensa-d o s . En tal sentido, aclara Alcalá, «la nieve létrica es peorque l a regalona».

Fuera de estas zonas, la palabra también está viva hoyen el catalán, por lo menos en algunas de sus áreas: «lesaygües regalades en el estíu», es decir: 'las aguas derretidas en el verano', porque antes, en el invierno, eran hielo.Y como ejemplos li terarios podemos citar los siguientes:

«Lo cor meu, per extrem de goig, és axiregalat com cera». (ISABELD E V I L L E N A , Vita Christi, ed. de R. Miqud: i Planes, Barcelona,1 9 1 6 , c. 11)

«La cera a costada al foch se regala» ( JOAN RO Í DE CORELLA, Loprimer del Cartoxá, fol. 17v, apu d AL CO VER -MO LL, DíVao?Zí?n).

( 3 ) V . GARCÍA REY, Vocabulario del Bierzo, Madrid, 1934.

( 4 ) J O S É R . F E R N A N D E Z , Uxico del valle de Aneares (Uón), Universidad de Oviedo, Servicio de Publicaciones (en prensa).

«Daciá feu aparellar una paella plena de plom regalat» {Quaresma deSant Vicent Perrer predicada a Va lencia l'any 1413- Introdúcelo, notes itranscripció per Josep Sanchís Sivera, Barcelona, 1927, 321).

Y en otro dominio mucho más próximo al castellano,en el aragonés, fue un verbo de gran vitalidad en los siglos XVI y XVII (5), como se pone de manifiesto por laabundanc ia con que aparece regalar 'derretir' en la literatura aljamiado-morisca. Se puede decir que casi no haymanuscrito en que dicha palabra no aparezca una o másveces . Aquí recordaré sólo algunos ejemplos expresivos:

En el Libro de las batallas, para encarecer hiperbólicamente el ardor del combate, se cuenta qué en el fragordel mismo se derretían los hierros de las lanzas; Alí,primo y yerno de Mahonia, está luchando contra un dragón, que arroja fuego por su boca, y relata el texto aljamiado en un bello pasaje:

«Veos ke salli'ó sobr-él, de la pu"erta del alqasar, centellas muygarandes de fu"*ego... I -él [Ali] está en pele'a muy facerte, ke regalaba lapélela el fl 'erro, tanto es de fu"erte la pele 'a» (6).

En un pasaje notable del Recontamiento de l rey Alixan-

dre, se habla de la muralla de hierro y cobre fundido queDios mandó construir frente a las ciudades de Gog yMagog: :

(5) El verbo regalar 'derretir' , sin duda, es vital hoy día en el aragonés.Aunque no lo encuentro registrado en los trabajos de M. Alvar, existeun importante testimonio al respecto. Ricardo Fernández de la Reguera,en su novela Cuerpo a tierra (Buenos Aires, 1959), remeda el habla delranchero GinoUo, que «era un aragonés muy candido y simple y les hacía reir mucho con su ingenuidad y con su parla» (p. 291). Encareciendoel miedo que otro personaje sentía ante el ruido de las balas, dice elranchero aragonés: «Tú no puedes chairar miaja -le reprochaba el ranchero- . Cuando se oye un t i ro no hay remedio con ti. ¡Mocé ! a tú te seregala ( = derrite) hasta el culo» (p. 312) (Los subrayados son del autor,quien destaca en cursiva las voces y frases correspondientes al dialecto

aragonesa) .

( 6 ) ALVARO GALM ES DE FUENTES, El «Libro de las batallas», en«Colección de l i teratura española aljamiado-morisca» (que en adelantecitaré CLEAM), 2, tomo II, Madrid, 1975, pp. 335 y 340.

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M I N I A T U R A P E R S A DE L S . X I V

«Ke rregalaba la pelea el fierro, tanto es de fuerte la pelea»

« D ix e ro n :

Alejandro Magno), ke los de Juji (= Gog) iMagog) son afollantes en la ti^errs; ea ¿si pornemos a tú rren-

tributos) sobre en ke pongas entere nos i ellos ai;ud (= muralla)?.

Dixo :

— Lo ke m-a dado lugar mi señor es mejo r; ayudadm e kon fu"erga,

= trozos) de fi^erro fasta ke ku"ando será igu"alado entere las dos monta

Dixo:

— Suflad en él.

Fasta ke ku"ando lo pusi^eron kali'ente, dixo:

—^Venidme, i vaciaré sobr-él kobre rregalado, i no podrán endedrán a él foradar» (7).

Por lo demás, este texto es una traducción literal deque j . Vernel trasla

Dijeron: «¡Du-l-Qarnayn! Gog y Magog extienden la corrupción

Respondió: «Lo que mi Señor me ha concedido es mejor. ¡Ayudadcon fuerza! ¡Pondré entre vosotros y ellos una muralla!.

A - R- NY KL , «Aljamiado Literature: El rrekonta miento del rreyRevue Hispanique, LXXVH, 1929 , p . 49 .

¡Traedme lingotes de hierro hasta que alcance la altura de las dosvertientes!». Añadió: «¡Soplad!».

Cuando hubo pues to e l hierro incandescente como si fuese fuego,exclam ó: « ¡Traedm e cobre fundido! ¡Lo vaciaré sobre el hierro!.

Gog y Magog no pudieron escalar la muralla ni pudieron hacer unagujero en ella (8).

En el manuscrito aljamiano 495 3 de la Biblioteca Nacional de Madrid (9) encontramos también varios ejemplos :

Dixo Abbi Hurayrat, rahimahu Al. lah (= tenga,Dios piedad de él):

Mejor serfa a el ke oye ell-alidan (= pregón), i no le rresponde, ke lehinchi'esen el ku™erpo de p°Iomo rregalado (fol. 70r).

Pu'Vs ya sabes tú, ¡ya rrey!, ke ku"ando se li'e el Alqur'án {el Corán),k e me rregalo komo la <;era en-el fu^égo (fol. 106r).

(8 ) £ / Corán, Traducc ión , in t roducc ión y no tas de JUAN VERNET,Barcelona, Editorial Planeta, 1963, pág. 308.

(9 ) C f r . O T T MA R H E G Y I , La «Leyenda de Sarjil ihn Sa rjan» y otros re

latos moriscos, CLEAM, 4, Madrid: Editorial Gredos (en prensa).(1 0 ) C f r . ME R C E D E S S Á N C H E Z , El manuscrito misceláneo 774 de laBiblioteca de Paré {Leyendas, itinerarios de viajes, profecías sobre la destruc-lión de España y otros relatos moriscos), CLEAM, 6. Madrid, Editorial Gredos (en prensa).

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M I N I A T U R A P E R S A D E L S I G L O X I VAlejandro contruye una muralla ante Gog y Magog, y sobre eUa vertió «cobre regalado», que los

obrer os funden en prim er término, del grabado.

I komeníó e l Asay t tan (= Satanás) de rregalane komo el p°lomoen-el fu"ego (f. 115r).

Del manuscrito misceláneo 774 de la Biblioteca Nacional de París (10) podemos citar el siguiente pasaje aljam i a d o :

D ix o Mu c a :

— Señor ¿a dónde fu"e akella pelrra (= perla) qu^andó haleqés( = enaste) el al 'arse (= trono)'í.

Dixo Al . lah :

I Y a Muíja!, fabléle una palabra i tVemoió i rregalóse i fizóse, agu^a ipuyó d-ella un vapor, i fÍ2Í*eronse ondas i fizo espuma: i halaqé (= creé)del fumo los ci'elos, i de la espuma las ti "erras, i de las ondas los montes(fol. 320r).

El mismo diálogo, en el monte Turisina (= Sinat),entre Moisés y Dios , lo encontramos en otro manuscr i tosde la Academia de la Historia de Madrid (11):

D ix o Mu g a :

— Señor , ¿a dónde fa e la perla ku"ando haleqés (= creaste) el-al'ars( = trono)}.

Dixo Al . lah :

(11) Cfr. A. VESPERTINO RODRÍGUEZ, Leyendas sobre personajes bí blicos en la literatura aljamiado-morisca, CLEAM, 5. Madrid, EditorialGredos (en prensa ) .

^ ¡Ya Mug a!, habléle una palabra i t'rerao ló i rregalóse, i miré ael-agu"a i puyó d-ella un vapor, i higi^éronse ondas i hig espuma; i hala-q u é (= cree) del humo los ci^elos, i de la espuma las ti'erras, i de las ondas los m on tes (Gay. T. 8, f. 148 v).

Y en otra ocasión, según otro manuscrito de la Academia de la Historia (12), Dios le dice a Moisés:

— ¡Ya Muga!, tomé una garfada (= un puñado) A& k laredad, y-es-tú v o s e asTmil años, i habléle una palabra i rregalóse i volvi'óse agu^a konmi pod erí^b (Gay . T. 19, fol. 177 r).

Finalmente, en el manuscrito aljamiado 5305 de laBiblioteca Nacional de Madrid (13), una calavera, milagrosamente resucitada por Jesús, cuenta así una de susexper ienc ias de ul t ra tumba:

I fu'e kon ellos a la pu"erta ginqena, veos kon mujeres ke están kol-gadas de sus lenwas en-el fu"ego, ke rregalaban sus carnes komo el rrega-larniento de la ni^eve (fols! 21v - 22r).

H e acu mulad o ejemplos expresivos de la l i teraturaaljamiado-morisca para poner de relieve el carácter popular, tradicional, de la palabra regalar 'derretir ' , que, porotra parte, con sus vocales abiertas es mucho más sonoray poét ica que e l té rmino correspondiente fundir, cobrefundido puede ser un tecnicismo de un ingeniero de AltosH o r n o s ; cobre regalado lo dice un poeta.

(1 2 ) C f r . A . V E S P E R T IN O R O D R ÍG U E Z , Op. cit.

(13) Op. cit.

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M I N I A T U R A P E R S A D E L S IG L O X I V

Moisés explica lo que ocurrió con la perla del trono dé; Dios, que según Alá «regalóse i f izóse agua i puyó deUa un vapor, i f icieronse ondas i f izoespuma; i creó d el fumo los cielos, i de la espuma las t ierras».

P e r o , después de estos presupuestos, veamos ya elpasaje completo de las Soledades de Góngora, al quehago alusión en el título de este trabajo. Se trata de unbanquete de bodas, en el que se han servido numerososmanjares, regados por abundante vino. Es el «bacanal diluvio» del que habla Góngora. Al final vienen los postres:nueces, membrillo y aceitunas, todos ellos sellados, cerrados por el rubio quesillo:

87 2 Sellar del fuego quiso regaladolos golosos estómagos el rubio,imitador suave de la cera,ques i llo —d ulcemente apremiado

de rústica vaquera,87 7 blanca, hermo sa ma no, cuyas venasla distinguieron de la leche apenas-;más ni la encarcelada nuez esquiva,ni el membrillo pudieran anudado,

si la sabrosa oliva88 2 no serenara el bacanal diluvio

Evidentemente , dado lo poco usual de l verbo regalar'derretir' en el castellano, lo esperable es la relación de la

oz regalado del poema de Góngora con la acepción poéica de 'placentero, deleitable, gustoso'. Y Dámaso Alon

so además, en interpretación admirable, propone la equifuego

=vino

para nuestro pasaje, ofreciéndonossta bella prosificación: «Llegó luego , pretendiendo apa

de los vinos, el rubio quesillo, suave como la cera... (14).

Más complicada, y desde luego mucho menos poétia, es la interpretación de M. Molho, quien, corrigiendo aámaso Alonso, propone la equiva lenc ia regalado = don,

y analiza así esta primera parte del poema: «lo que se sirve a los cabreros no es queso blanco, sino una especie deq u e s o q u e m a d o (queso asadero, según los comentaristas ylexicógrafos de la época); será pues, un don del fuego Uieluego... regalado), que le confiere el color típicamente rojo{rubio) de los lacres». Según tales presupuestos sugiere

esta prosificación: «Prentendió luego cerrar, a manera de

sel lo , los estómagos de los comensales golosos de vino, elquesillo asadero, regalo del fuego, por él enrojecido, yque por su suavidad imita la cera de sellar» (15). No cabeduda que e l quesillo es rubio por naturaleza, sin necesidadde haber sido enrojecido por el fuego, y, desde luego, noes ningún rega lo de l fuego; e l queso imita , c ie r t^ente , ala cera por su suavidad, pero también por su carácter fun-gible, que la hace apta para sellar; y en ningún caso, en elpo em a hay alusión, directa o indirecta, al lacre, que presup o n e M . M o l h o .

Sin embargo, teniendo en cuenta, de un lado, especialmente la nueva documentación que ofrezco en estetrabajo, hasta ahora desconocida, que se deduce de lostextos li terarios aljamiado-moriscos, y que ponen de relieve la vitalidad del vocable en un dominio lingüístico tanpr óx im o al castellano^ así com o los testimon ios de f. deHerrera (andaluz como Góngora) y de Covarrubias(contemporáneo de D. Luis), parece indiscutible el significado de 'derretido' para el regalado de nuestro poema.De otro lado, e l entorno semánt ico, fuego, cera, sellar, querodea al vocablo regalado del pasaje de Góngora, confirma, sin duda, la anterior suposición. Si, además, tenemosen cuenta la presencia, en nuestro texto, de dos bisemias,una explícita , quesillo I cera, y otra implícita pero aclarada,en feliz interpretación, por Dámaso Alonso, fuego I vino,la explicación de nuestro pasaje es, sin duda, muy sencilla

y su sentido diáfano. En todo el pasaje existe una comparación implícita, sustentada en las dos bisemias señaladas.Por eso, al considerar Dámaso Alonso la segunda bisemia{fuego I vino) como una metáfora {fuego = vino), desapareceen su versión en prosa la referida comparación implícita,q u e , en cierta medida, reaparece en la prosificación deMolho, pero muy desfigurada. Las cosas son mucho mássimples de lo que supone Molho. Lo que, sin duda, quisodecir Góngora es lo que sigue: «[Así, como la cera derretida por el fuego sirve para sellar] (comparación implícita), del mismo modo el rubio quesillo, imitador suave dela cera, quiso, derretido por el vino {aquí el segundo signi-ficado de la palabra fuego) o fundido en el vino, sellar, cerrar, como postre, los golosos estómagos de los comensa-

( 1 4 ) D Á M A S O A L O N S O , Luis de Góngora, Las Soledades, Madrid ,1 9 3 5 , p . 200 .

( 1 5) M . M O L H O , Semántica y poética (Góngora, Quevedo), Madrid, Editorial Crítica, 1977, pp. 30 y sigs. (en especial véase página 33).

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l e s , al final del bacanal diluvio; quesil lo, por otra parte,dulcemente , de l icadamente modelado por una mano blanca y hermosa, a pesar de ser rústica y vaquera, y que sóloapenas sus venas la distinguían de la leche.. .».

Por cuanto acabamos de ver, en esta mi nueva interpre tació n del texto de G óng ora, la palabra clave y quesirve para comprender rectamente el pasaje, es el verboregalar, significando 'derretir, ñmdir, licuar', y precisa

mente la mayor vital idad l iteraria de esta voz la encontramos en los textos al jamiado-moriscos. Una vez más, aparte de otros valores, quiero hacer hincapié en la riquezaexpresiva del léxico de la l i teratura al jamiado-morisca.Independientemente de abundantes a rabismos léxicos ,son num erosas las voces romances , que , como novedadeso poco conocidas, aparecen sólo en la l i teratura al jamiado-morisca, pero generalizadas en todos sus textos sea cualsea su or igen, formando un importante número de modelos fue r teme nte es t ruc turados, y cuyo conocimientonos ofrece imprescindible ayuda para la mejor comprensión dé otras obras l i terarias de la España cristiana. Comoejemplo sólo recordaré aquí algunas voces (que acoplo a

la ortografía actual) que no están registradas en el Diccionario de la Academia:

aboconar ' caer, derrum barse ' , afogadero ' lugar por donde un río l leva mucha agua', agladiyar 'asustar, aterrar',acontentación 'contentamento, alegría ' , acoradero ' coraza ,acosiguir 'conseguir, alcanzar', amanecimientp 'e l amanecer ' ,amoderear 'a leccionar, indicar el modo de obrar ' , apaganza"satisfacción, contentamiento' , apagarse 'estar satisfecho,estar contento de a lguien ' , aparzonero 'partícipe, copartícip e , c o m p a ñ e r o ' , aplegamiento ' ayuntamiento, reunión' , ase-tado ' s ed ien to ' , averdadecer 'hacer verdadera, hacer valedera alguna cosa ' , vaforear 'echar de sí vaho o vapor ' , valente-Zí? 'va len tía', hastura 'suficiente', veos y veovos 'he aquí que',

de aquíd que 'hasta que', deritaje 'derecho, calidad de derecho, autor idad' , derremir ' redimir ' , énalentar 'templar, calentar ' , enfestillar 'enderez ar, levantar, dirigir ', enhacendado'solícito, diligente' (cfr. hacendoso), empara 'defensa, refugio , amparo' (en el Dic. de la Academia aparece empara,pero con significado distinto), enta 'a, hacia', esfeuzar 'desconfiar', especialar 'distinguir a Una perso na con trato espe cial', entrar 'cohabitar un a pareja, fornicar ', eslenada 'aliento , soplo ' , estajo 'hato, pequeño grupo de ganado' (cfr.otra acepción en el Dic. de la Academia), fachal 'pañueloo pañoleta, prenda femenina usada sobre la cabeza', forci-ble ' fuer te ' , forma-miento 'figura de una persona, configuración física', fomillos 'narices', fortalado 'fortalecido', gran-dh ' engrandecimiento, orgul lo, soberbia ' , guabado 'alabado ' , guabanza 'alabanza', iguala 'combate úrxg^^x, igualar'montar en una caballería», ivantaja 'ventaja', capizo'abertura que tiene cualquier ropaje para poder sacar lacabeza' (cfr. cabezón, ac. 5^ en el Dic. dé la Academia),caminamiento 'distancia, extensión de camino que hay querecor re r ' , cautela 'añagaza', querimiento 'voluntad, deseo',la ora ' entonces , luego, a l punto ' , lloramiento ' l loro, acciónde l lorar ' , maldignado 'maldito' , malcolpado 'maihenáo,murmulicio 'murmul lo ' , noncura 'negligencia, descuido',noncurueño 'negligente, descuidado', noncurante'negligente, descuidaÁo', parante 'e l que está parado, el que está sit u a d o ' , pergonar 'proclamar', pergüeño 'e l que proclama opregona ' , pestañada {de ojo], 'parpadeo, e l momento que

dura el abrir y cerrar de ojos' , revilcar o revivcar 'resucitar,revivificar', redolear 'redolar, dar vueltas, girar', reúma 'reino , condición y oficio de rey, dignidad real', recontamiento'narrac ión ' , recontador 'narrador ' , retimblar 'blandir', sem-

blazar 'describir, ejemplificar, asemejar', sostribar 'apoyar,descansar el peso de una cosa en algo firme', sufrencia "sufr imiento ' , todora ' s iempre ' , tremolar ' temblar ' , treta ' t rec h o , distancia de lugar o de. t iem po', e tc.

Es cierto, que muchas de estas innovaciones léxicasson calcos semánticos del árabe: amoderear, sobre la voéá rabe 'dda 'modo, manera ' , de la raíz 'awada, que en for

ma I F significa 'habituar, acostum brar a alguien a algo';apaganza, qu e traduce l iteralmente el verbo árabe ra -diya; averdadecer, según ha analizado R. Kontzi (16); especialar, en relación con el adjetivo árabe hass 'especial' y elv e r b o hassa 'condecorar de una manera especial , regalar(17) ; entrar, según el doble significado del verbo árabedábala 'entrar y cohabitar una pareja, fornicar '; igualar,ca lco del á rabe siwa ' igual ' , pero que en la forma VIIFsignifica 'sentarse cómodamente (en un caballo, en unasilla)' (18) ; cautela 'añagaza, ardid', que refleja el valor delvocablo árabe hilat, sin matiz peyorativo (19); la ora, según e l á rabe al-sa'a ' la hora = espacio de tiempo' y ' luego,entonces , enseguida , a l punto ' (20) , etc.

Pero, en otras ocasiones, las voces moriscas estántomadas del contorno popular, escogidas por su carácterplástico y sus connotaciones afectivas, pero que no l legaron a penetrar en la lengua de los autores cultos de laEsp aña cristiana. A. este gru po pe rtene cen las voces aboconar, afogade ro, agladiyar, ac oradero, acosiguir, asetado, eslenada, estajo, fachal, fomillos, grandia, gua banza, capizo,murlicio, noncu rueño, pergüeñ o, revilcar, retsmo, sem blazar,sostribar, todora, tremolar, treta, etc. {21).

Teniendo en cuenta tal r iqueza léxica, así como otrosmuchos méritos de la l i teratura al jamiado-morisca, no esde extrañar que un cr í t ico agudo como Leopoldo Azancot(si bien desapasionado por no ser especialista en el tema)haya encomiado los valores de tales textos, recomendando su lectura a toda persona culta: «Aparte de su valor l iterario y de su capacidad para provocar ima muy especialensoñación poética, los escritores de los moriscos poseenun alto interés sociológico y permiten establecer conexiones entre las l i teraturas occidentales y la árabe.. . Estas narraciones, tradicionales y maravil losas, sorprenderán a loslectores con su lenguaje arcaico y poético a la par, con sudesabrida fantasía» (22).

(16) Calcos, semánticos en textos aljamiados, en «Actas del Congreso Internacional sobre l iteratura aljamiada y morisca» (Universidad de Oviedo)

en «Colección de literatura española aljamiado-morisca» (dirigida porAlvaro Galmés de Fuentes), Madrid, ed. Gredos, 19781, págs. 326-331.

( 1 7) R . K O N T Z I , op. cit., págs. 331-332,

( 1 8) R . K O N T Z I , op. cit., págs. 325-326.

(19) Véase ALVARO GALiSlES DE FUENTES, Épica árabe y épica castellana, Barcelona, ed. Ariel , 1978, págs. 72-73.

(20) Véase ALVA RO GALMES DE FUENTE S, Historia de los amores deParé y Viana, en «Colección de literatura española aljamiado-morisca»,Ma drid , ed. Gred os, 1970, pág. 236.

(21) Para detalles sobre el léxico morisco, véase ALVARO GALMESD E F U E N T E S , El «Libro de las batallas» (Narraciones épico-caballerescas),tom o I; Estudio l iterario y edición del texto; tomo II : Estudio l ingüísticoy glosario, en «Colección de literatura española aljamiado-morisca».Madrid , ed . Gredos , 1975 ,

(22) LEOPOLDO AZANCOT, sobre El «Libro de las batallas», en«Tribuna médica», Madrid, mayo, 1976.

2 6 EL BASILISCO

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DOCUMENTOS

LA CRISIS DELPARTIDO COMUNISTA

EN ASTURIAS:DOCUMENTOS

I . INTRODUCCIÓN

La llama da «crisis» del Par tido C om unista en Asturias tiene un innegable interés no sólo político sino filosófico,dada s las cuestiones que esta crisis rem ueve . EL BAS ILISCO ha recogido un conjunto de docu me ntos — algunos iné -ditos (los docs. 10 y 11, escritos especialmente para la revista, y el doc. 19, enviado a la revista La Calle sin qu e fuerapublicado), otros de difícil localización (dado que son cuasi privados)— que han de ser sin duda muy útiles y aún nece-sarios a todo aquel que quiera formar opinión acerca de éste importante asunto, cuyas dimensiones, por supuesto,

rebasan ampliamente el ámbito regional y se inscriben en el cuadro de los problemas generales del marxismo. ELBASILISCO, que posee és ta documentación desde comienzos de és te año, no ha quer ido publicar la en momentos delucha electoral (elecciones genérales y municipales); por otra parte, los protagonistas de una y otra parte, conocen yestán de acuerd o en la publicación de éstos docum entos. EL BA SILISCO deja abiertas sus páginas a todos aquellos quepuedan enriquecer el análisis de esta crisis en sus aspectos de un interés más general.

PROYECTO DE PROPUESTAS POLÍTICAS AL IXCONGRESO DEL PCE

proceso de cambio.

Los pueblos de España se encuentran inmersos en un

a como hubiéramos deseado.

La ruptura democrática no se ha producido de una

Las posiciones rupturistas sostenidas por el Partido

Comunista y recogidas, en su esencia, en el programa deIz Junta Dem ocrática, no llegaron a ser compartidas por latotalidad de las fuerzas de la oposición.

Una gran parte de éstas se inclinaron a soluciones derefor ma , de evolución a partir del agotamiento del régi-men dictatorial pasado, que eran más fáciles de iniciar,aunque en su desarrollo presentaran luego más dificulta-d e s .

Las fuerzas que tomaron esta orientación lograron enlas postrimerías de la dictadura un nivel de acción casilegal, que facilitó sus movimientos, mientras nosotrospermanecimos aún durante cierto tiempo en la clandesti-nidad más completa.

La posición de aquellas fuerzas influyó en que el mo-vimiento de masas, a pesar de su amplitud e importancia,

EL BASILISCO 27

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no alcanzase la fuerza necesaria para determinar unaruptura política radical.

Dentro del régimen dictatorial se habían incubado—y ello coincidía plenam ente con n uestros análisis—• corrientes reformistas cuya base social se encontraba en lanecesidad sentida por la burguesía española de integrarseen Europa, de abrirse a nuevas relaciones mundiales para

hacer frente a las primeras sacudidas de la crisis y asegurarsu propio desarrol lo.

Nu estra p ropues ta de pac to para la l iber tad comprendía un entendimiento entre la oposición y las citadas corrie nte s reform istas a fin de asegu rar la transición pacíficahacia la democracia. Pero la ruptura democrática, realizada de una vez y la instauración de un Gobierno provisional, que hubiera permitido la hegemonía de las fuerzasdemocráticas desde el comienzo del cambio, no tuvieronlugar por varios factores:

• Las vacilaciones de gran parte de la oposición, a las quehemos hecho referencia .

• La m ue rte del General Franco, que liberó de sus compro m iso s co n el régim en an terior a las fuerzas reformistas surgidas en su seno y les dio la posibilidad deto m ar la iniciativa de lo que se ha llamado la Reforma.

• La pre sió n internacional, fundam entalmen te europ ea yamericana, temerosa de la hegemonía de la clase obreray las fuerzas de izquierda y que a raíz de los acontecimientos por tugueses extremó sus caute las en orden aimpedir cualquier cambio radical de la situación en España. Entre esas cautelas se encontraba la tendencia aaislar al P.C.E. del conjunto de las fuerzas actuantes.

Esta situación obligó al Partido a matizar su tesis rup-turistas, formulando la solución de la ruptura pactada. X^y^hecho e l proceso de cambio democrá t ico t ranscurre comota l ruptura pactada, aunque este pacto sea puramente tácit o .

El proceso de cambio se inició bajo la hegemonía delas co rrien tes reformistas — y no de la oposición dem ocrática— y en una prim era fase — la del Go biern o AriasNavarro-Fraga— con el control de los sectores más reacc ionar ios de l re formismo que durante unos meses prolongaron una peligrosa situación de inmovilismo.

Tal situación fue rota por la acción de los movimientos de masa obreros y populares que adquir ie ron notableaug e ba jo e l Gobie rno d e Arias Navarro y que lograron e ldesplazamiento de los gobernantes más reacc ionar ios ,reemplazados por e l Gobierno Suárez .

Este asumió en su programa una parte de los objetivos de la oposición; se refirió a la transformación democrá-tica, afirmó «su convicción de qu e la soberanía reside en elpueblo», su propósi to «de restaurar un sistema político de-mocrático, basado en la garan tía de los derechos y libertadescívicas, en la igualdad de oportunidades políticas para todoslos grupos democráticos y en la aceptación del pluralismo real».

También se refería la declaración programática delGo bie rn o Suá rez ál p ropós i to de dialogar con los grupos deoposición.

\j¡L lucha de masas desempeñó un papel de terminanteen la transición. Las gran des huelgas y manifestaciones definales del 75 y comienzos del 76, las manifestaciones porla amnistía y los derechos autonómicos, las acciones contra la rep resió n y por las reivindicaciones ciudadanas fuero n . acontec imientos que m arcaron decisivamente todoeste período. Entre ellas se singulariza la imponente demostrac ión de duelo ce lebrada en Madrid, en e l ent ie rro

de las víctimas de la masacre de abogados laboralistas,manifestación que puso de relieve la elevada concienciacívica popular y que algunos diarios valoraron tambiéncomo el acto en que el Partido Comunista consagró su dere ch o a la legalidad. A dem ás d e impulsar la. lucha de masas, en ese período el Partido Comunista propició unproceso de ampliación de los organismos unitarios de laoposición que desembocó en la creación de la Comisiónde los Diez, la cual inició el diálogo con el Gobierno. ElPar t ido se or ientó resuel tamen te a impedir su a is lamientoy el de los sectores niás consecuentes de la clase obrera ysalió a la luz pública en la reunión de su Comité Centralen Roma, que elaboró una serie de objetivos políticos,cumplidos pos ter iormente en gran medida .

Parte de esta orientación fue la presencia ilegal enEspaña del Secretario General del Partido y la apariciónprogresiva de éste en público que culminó con la Conferenci a de P rensa de l 10 de dic iembre de 1976. El Par tidocreaba así una situación de hecho que iba a facilitar sulegalización y su panicipación activa en el proceso decambio pol í t ico.

También contribuyó al éxito de esta orientación la«cumbre eurocomunis ta» ce lebrada en Madrid en marzode 1977 v encien do las resistencias opuestas por el

Go bie r no has ta el ú l t imo m inuto .

Se trataba de realizar pasos que permitieran a la oposición recuperar una parte de la iniciativa política y deimpedir que és ta quedase enteramente en manos de losreformistas del régimen pasado. E incluso de facilitar elpa so d e pa rte de éstos a posiciones efectivamente de mo cráticas, partiendo de la situación de fluidez y de permeabilidad que la transición podía generar.

De es te modo la ruptura democrá t ica va produciéndose a través de una serie de medidas entre las que cabeseñalar la legalización del Partido Comunista —que abrióel camino a la de otros grupos de izquierda—; y la elección de Cortes que se han transformado en Constituyentes; la legalización de los sindicatos de clase; la promulgación de la amnistía; el establecimiento del régimenpreautonómico ca ta lán, que auguraba la aper tura de procesos semejantes en otras nacionalidades y regiones; losacuerdos de la Moncloa . . .

Se trata de un proceso más lento y más complejo quesi se hubiese producido la ruptura de una sola vez.

La no existencia de un Gobierno provisional de ampl ia coal ic ión que tomara por Decre to medidas de auténtica democratización, antes de convocar elecciones, demanera que las nuevas instituciones comenzaran a actuarya sobre un terreno limpio de obstáculos legales y estructurales, no sólo ha influido sobre los mismos resultadoselectorales, sino que ha obligado al país a moverse en unasituación ambigua, donde las nuevas Cortes elegidas por

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ev o se mezclan y se confunden, hasta ofrecer a amplios

en tras q ue aqu éllos qu e si percib en los cambios realestienen la imp resión de la suma fragilidad de

cesaria la convergencia y la cooperación de las fuerzas

SIS 15. E l Partido Comtmista de España

El Partido Comunista de España es un partido

Nos consideramos herederos de quienes, en las difí

in s up ieron dirigir la prim era revolución sociahsta del

D e ah í se derivan nuestras diferencias históricas/con

Esta durante la pr imera guerra mun diaJ^^ ando nó las

Posteriormente la socialdemocracia se ha caracterizado por su política de defensa del sistema capitalista ydel imperialismo, mostrando su incapacidad para realizarel socialismo. En el m un do n o se conoce ning ún e jemplode un gobierno socialdemócrata que haya intentado acabar con la explotación capitalista.

Esta es nuestra diferencia radical con la socialdemocrac ia . Queremos t ransformar e l mundo, c rear una nuevasociedad, construir el socialismo. De ahí la razón del naci

miento de los par t idos comunis tas .

Por otra parte, y al igual que consideramos patrimonio nues tro la revolución de Octubre y todas las revoluciones socialistas que han ido liberando a los pueblos,rechazamos, como algo ajeno al marxismo, el fenómenodel burocratismo y del estalinismo. Es indudable que haytodauna serie de causas históricas en los fenómenos burocráticos y restrictivos de la democracia ocurridos en laU R S S

Entre ellas, fundamentalmente, el hecho de que la primera revolución socialista se realizase en un país atrasadocomo era la Rusia de 1917 y que esta revolución no fue

seguida —como pensaba Lenin— por la de los pa ísesavanzados de Europa. El naciente Estado soviético sufrióel ataque y cerco del imperialismo, y fue acosado por elhambre, la miseria y el aislamiento internacional. El proletariado de ios países europeos más desarrollados, sometido s a la influencia de la socialdemocracia, no sup o hacerla revolución. Estas realidades han contribuido a crear lasbase^'fav orables a fenóm enos negativos como el burocratismo y el estalinismo./

Tales fenómenos anddemocrá t icos han supues to unretraso importante en el desarrollo de la influencia delmarxismo revolucionario entre los trabajadores de lospaíses capitalistas avanzados. Los comunistas españoleshemos superado autocr í t icamente la e tapa de l es ta l inismoy recuperado las esencias democráticas y antiburocráticasde l marx i smo.

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El Partido Comunista de España se define como unPartido marxista, democrático y revolucionario, n el que laaportación leninista, en todo cuanto sigue siendo válida,está integrada —como la de otros grandes revolucionar i o s— , pero sobre la base de que hoy no cabe mantener laidea restrictiva de que «el leninismo es el marxismo denuestra época».

El Partido Comunista de España rechaza toda la concepción dogmática del marxismo. El marxismo tiene uncarácter científico y no dogmático. El P.C.E. se esfuerzapor elevar en todo momento su capacidad para asumir loscambios objetivos que se producen en la sociedad, lasnuevas conquistas científicas, las experiencias de lapráctica revolucionaria; por asimilar, con espíritu crítico,los nuevos desarrollos del marxismo.

Manteniendo su crítica de la socialdemocracia, elP.C.E., saluda los pasos de algunos Partidos Socialistas oSocialdemócratas, o de sectores de éstos, hacia las posiciones del marxismo y está empeñado en una lucha por la

reco nstru cció n de la unidad del movim iento obrero mu ndial sobre bases marxistas.

El P.C.E. labora por llegar en España a lo quenu est ro M anifiesto . Program a ha caracterizado con unanueva formación política, en la que participen los partidosfavorables al Socialismo, sindicatos, movimientos cooperativos, y otras organizaciones sociopolíticas, formaciónque respetando la personalidad la independencia y la filosofía de cada uno de sus componentes, agrupe la fuerzade todos y sea una real alternativa de gobierno a lospartidos burgueses, capaz de llevar al socialismo en la democracia .

Independientemente de sus críticas a la Socialdemocracia el P.C.E. se pronuncia por la unidad de acción delas fuerzas de tendencia marxista y socialdemócrata y detodas las fuerzas de contenido popular, en la lucha por lapaz, el desarme, la autodeterminación y la independenciade los pueblos, la cooperación entre éstos sobre un planode igualdad, el progreso, la justicia social y la democracia,la construcción del socialismo.

El P.C.E. es a la vez un partido de lucha y un partidode gobierno, dispuesto a asumir responsabilidades rectoras en la vida del país y a defender tanto en el Parlamentocomo en la acción democrática de masas los intereses dela clase obrera, de todas las capas trabajadoras y de lasfuerzas de la cultura.

El P.C.E., en las nuevas condiciones de legalidad sepropone actuar de una manera transparente, profundamente democrática, reforzando sus lazos conlas masa populares. Para ello, sus Agrupaciones se organizarán en lasempresas y lugares de trabajo, en los centros de estudio y

cultura y en las barriadas.

El P.C.E. es un partido de masas, de nuevo tipo, quepre sta gra n atención a la formación y promoción de cuad r o s . El principio del centralismo democrático, por el quenos regimos, adaptado a las condiciones de la legalidad,facilitará el florecimiento de la democracia interna.

El P.C.E. educa a sus miembros en la solidaridadinternacionalista con los trabajadores y los movimientosde liberación de todos los países; en las ideas del social ismo y del comunismo.

SOBRE LA ACTU AL ORG ANIZACIÓN DEL PCE

Es evidente que en dos hojas no se puede dar un tratado de organización y menos aún recoger y analizar losdefectos que hoy aquejan a nues tro partido.

Simplemente, voy a señalar algunos aspectos críticos

para tratar de promover un inicio de debate sobre los mism o s , con vistas al IX Congreso, dejando muy claro desdeel principio que mis opiniones se plantean desde uñaperspectiva constructiva con objeto de mejorar la actividad d e un P artido al que m e siento profundamente vinculado desd e hace años. \

\ • \

El Partido de masas que necesitamos y la realidad,ex i s ten te .

Con frecuencia escuchamos, y decimos que el P.C.E.tiene que reconvertir su estructura clandestina en la de unPartido de masas, capaz de asumir y de aplicar la política

«eurocomunista» de transformación de los aparatosideológicos y coercitivos del Estado, y de articular el bloque histórico que imponga su hegemonía en la sociedad ynos permita llegar, pasando por la democracia política ysocial, al socialismo y al comunismo.

Pero ¿qué se entiende por un Partido de masas?.

En general, un Partido que sea capaz de elaborar unapolítica que responda a los intereses de las masas, en contacto directo con ellas, enriqueciéndola con sus aporta

ciones y siendo a la vez impulsor de sus movimientos,potenciando su articulación, en donde a la vez que respete escrupulosamente su autonomía juegue el Partido Comunista un papel decisivo en su orientación.

A la vez que se hace esa política de, con y para lasmasas, el Partido debe poseer una potente estructura organizativa capaz de ejercer la función orientadora eimpulsora antes mencionada y a la vez ser un instrumentoeficaz de cara a las alternativas de la compleja política«eurocomunista», que exige un grado de descentraliza-

~tió n de actividades tan amplia y un grado de elabora-ciohxtan inmenso, sin cuyos requisitos esa alternativa podría cbíwertirse en un ensayo de socialdemocracia, puesno bastar ia^on re iv indicar e l / /« socialista, al que sin dudaaspiramos, ya que la práctica real sería de contenidosreformis tas a l^io tener ins trumentos adecuados paratransfo rmar el sisteim, es decir, para hacer la revolución.

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La realidad existente hoy en el Partido está muy ale

en te sindicales. D on de el problem a es más grave es en

era liza da de inhibición qu e hace qu e la mayoría de los

Este tipo de problemas ni siquiera son discutidos enrupacio nes ni en los Com ités, y no sólo no se discu

El continuo temor de «vuelta hacia el pasado»,

La situación de desconcierto en las Agrupaciones es

El militante tiene una participación casi nula en la

auténtic a política de formación d entro d el Partido y a

iones . N o existen perspectivas a corto plazo de que

El militante se ve así «masifícado» y sin tareas con

b) .— La estructoración territorial se ha llevado a ca

ordad o porque no se ha entendido . Eso ha produ

aunque fuese escaso, no se recuperó ni mucho menos sepotenció en los nuevos lugares de encuadramiento.

c).— N o hay tamp oco criterio s de militancia y seconfunde todo. Una cosa es que en el Partido existandiversos grados de actividad, asumidos voluntariamente, yotra que al Partido venga cualquiera y de cualquier forma.Existen en un número considerable de Agrupaciones mu

chos problehias derivados de la admisión en el Partido depersonas cuyo ingreso fue impugnado por razones diversas. Sin entr ar en la razón o no d e dichas impugnacion es,lo cierto es que no se arbitró ningún criterio para resolveresos casos, y el malestar continuó aumentando.

d) .— Existe un fuerte absentismo, superior al quepodríamos considerar como normal en un Partido de masas similar a los existentes en Europa. Basta examinar elnivel de asistencia a las reuniones de discusión de la tesispara el Congreso y se puede comprobar que es rara laAgrupación^cuyo nivel de asistencia supera el 20 o el3 0 % del total de afiliados. Las causas son múltiples perofundamentalmente residen en la penuria política y escaso

atractivo que ofrece hoy la militancia en nuestras organizaciones de base.

e) .— La participación en las tareas llamadas «mecánicas» es cada vez más escasa. Hoy podemos decir que lasactividades de propaganda, recogida de cotizaciones, etc.

se sostienen por una minoría de camaradas que cada vezse sienten más aislados en esa labor.

f).— La afiliación está casi paralizada desde las últimas e lecciones de Jun io del 77.

T od a esta situación no afecta sola me nte a los organismos de base .

Los Comités de Agrupación se ven impotentes ydesarmados para responder a esa demanda política y reclaman en vano, a su vez, a los órganos de dirección superiores más información, mayor comunicación, más forma ción, etc. El mal es profundo. Se induce así que desdeel Secretariado General, Secretariado, Comité Ejecutivo,Comité Central, Comités regionales, provinciales, comarcales, locales, etc. existe una amplia cadena en donde latransmisión se va degradando en todos los escalones hastaque le llegan unas migajas incoherentes al militante debase que busca refugio a sus males en la lectura de laprensa diaria, único recurso que le queda para enterarse

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de algunas cosas, con el riesgo que ello entraña. No solamente la transmisión de arriba-abajo se degrada sino también la que la base debiera de transmitir a sus dirigentespara enriquecer de este modo la política elaborada.

Pero el problema no reside sólo en esta transmisión«piramidal» del vértice a la base. La cuestión consiste enque no hay una articulación «horÍ2ontal» dentro de las

estructuras organizativas del Partido que permitan ircreando una auténtica política descentralizada, exigenciainsoslayable para un Partido eurocomunista, en cuya elaboración participen miles de camaradas a través de losComités y de comisiones de trabajo adscritas a los mismosdonde sus propias conclusiones puedan llevarlas a la práctica siempre que no contradigan, en Jo fundamental, lalínea política general elaborada por el Congreso.

Por el contrario vemos como, hasta ahora, estas comisiones se utilizan instrumentalmente cuando no se desconfía de su propia creación, hecho del que no se escapael propio .Comité Central donde la inoperancia de las co

misiones creadas y el casi nulo reflejo de su trabajo en elconjunto del Partido es notorio y pone de manifiesto, unavez más, que el máximo órgano de dirección del Partidono está articulado para ejercer un trabajo de dirección colectiva.

Estas y otras muchas deficiencias que podría enumerar creo que son de la suficiente entidad como paraponerse a reflexionar seriamente en el origen de las mismas y poner remedio urgente a esa situación mediante soluciones políticas y orgánicas establecidas de un modocoherente y producto de una política organizativa queestá aún por definir.

A M O D O D E C O N C L U S I Ó N

Trabajar para que el IX Congreso sirva de estímulo yde detonante a una nueva situación en el Partido, dondese cree una conciencia autocrítica generalizada de la situación q ue se está atravesando, emp ezando p or la propia dirección dando ésta ejemplo de toma de conciencia yestímulo para atajar estos problemas y superarlos. Bien escierto que la construcción de un Partido de masas es unproceso largo y que no se puedepasar en dos días de unPartido clandestino a uno de masas bien organizado, perolo que también es cierto es que los días se están convirtiendo en meses, los meses se convertirán en años y no se

ve por ahora que exista en la dirección del Partido unaconciencia clara de la situación que se atraviesa y de lasgravísimas consecuencias que puede acarrear el tener unPa rtid o desmovilizado y sin ideas ni recursos para reaccionar .

Es necesario un Partido Comunista que sirva de instrumento ejecutor de una política democrática y revolucionaria, adaptada a las condicione* concretas de un paísindustrializado inmerso en la órbita capitalista, y que precisamente porque soy consciente de la complejidad de esapolítica, es por que me planteo que si no organizamos unPartido con un funcionamiento absolutamente democrático y enriquecedor de la personalidad individual de susmilitantes, no conseguiremos el objetivo que nos proponemos que no es otro que cambiar la sociedad en la quevivimos y acceder a un sistema mas justo que es el social i smo .

No puede servirnos de consuelo el pensar en las dificultades de Partidos como el Francés, el Belga, el Inglés,e tc . , que siguen aún con estructuras de células, fuerteabsentismo, y falta de participación. Si eso fuese un malgeneral a nivel europeo tendríamos que llegar a conclusio-nes políticas francamente pesimistas respecto a la vía socialista en nuestro país y en Europa.

No se trata de volver al Partido leninista, concebido

como un Partido de cuadros revolucionarios probadosque aprovechen una conyuntura favorable dentro de unacrisis revolucionaria de gerras imperialistas, pero tampocose trata de tener un Partido de afiliados cuya única perspectiva de trabajo sea pagar la cuota, llevar su MundoObrero de vez en cuando y asistir ocasionalmente a algúnmitin. Quizás sea un mal necesario el que existan cama-radas con ese nivel de actividades pero desde luego lo queno puede ser de ningún modo es el que esos camaradassean la inm ensa m ayo ría d e los inscritos hoy en nuestroPartido pojrque desde luego que con ese tipo de Partidosla política habría que transmitirla a las masas por mediode anuncios pagados en la prensa.

¿De quién es la culpa?. Evidentemente no podemoscontestar como el clásico maetro que inculpa siempre asus alumnos y a su falta de inteligencia del poco rendimiento que se obtiene de ellos. Pedagógicamente elmaestro nunca tiene razón al hacer un planteamiento así,del mismo modo que nosotros tampoco la tendríamos sip e n s á s e m o s • que son los militantes los causantes de esainactividad. Los culpables siempre son los dirigentes queno saben crear actividad o no la quieren crear. Los culpables de que el Partido siga así son los que al ver estasituación permanecen inmutables y dicen que «todo vabien» o no se preocupan de estimular el que estos problemas sean debatidos y sacados a la luz para buscar soluc iones .

V I CE N T E A L V A RE Z A RE CE S(«Verdad», Especial Conferencia n° 3. 15 marzo 78).

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EL LENINISMO: UN A DE LAS SEÑAS DE ID EN TIDA DDEL PCE

Los objetivos del IX Congreso deben ser, a mi juilos siguientes: a) adecuación de los Estatutos a la

política coyuntural del PCE hasta el próximo

lo cierto es que al lado de estos objetivosrondón una serie de cuestiones que atañen a la

identidad del PCE: después de haber justificado la

semismo hizo Stalin.

estoy de acuerdo en que hay que abandonar laestaliniana del leninismo. Pero reducir el leninis

Debatir lo que representa el leninismo es algo muy

La dirección del Partido da razones explícitas para

A).— El leninismo está prostituido: cualquier gru-

«regímenes revolucionarios» ¿Qué decir

democracia} ¿Quién no se declara, salvo Blasho y en nuestro país?marxismo, ¿acaso no se usa con mil conno

Por esta regla de tres tendríam os queonar no solamente el leninismo sino también el

Y, ¿qué garantías hay de que estos

B) .—' Quizás el argumento más fuerte es el de que

cosas más, todo lo cual justificaría el abandono del leninismo por e l PCE. Estoy de acuerdo en que muchosaspectos parciales del leninismo, como del marxismo,separados del contexto en elque fueron formulados carecen de validez. Ahora bien, reducir el leninismo a unrecetario es hacer lo mismo queStalin, solamente quemientras éste lo utilizó para justificar su política, ahora seutiliza para descalificar al leninismo. Por otra parte, dadaslas condiciones en que se desarrolló el PCE, es innegablenuestra endeblez teórica, como la de todo el MovimientoO b re ro es paño l, po r lo que no se ha podid o discutir sufic ien temente qué a spec tos concretos del leninismo estánsuperados en nuestro país, puesto que la dictadura franquista impidió crear las condiciones en que tal debate

fuese posible, al contrario de lo que sucedió en Italia oFrancia desde 1956. Para mí, el leninismo es algo más queun conjunto de recetas: es un modo de ser, un estilo de trabajo,una forma de analizar la realidad que permitieron aprovecharlas excepcionales condiciones que se dieron enla Rusia zaristapara cristalizar en la Gran Revolución Socialista de Octubreque abre una nueva etapa en la Historia de la Humanidad yes el origen del PCE. Dígase lo que se diga, negar el leni-nismo como uno de los pilares doctrinales del PCE es renunciara sus orígenes y negar la necesidad histórica de su creación.

Para mí, creo que hay una razón implícita para elab an do no del leninismo y qu e la dirección del PCE no

formula porque en e l momento actua l resul tar ía unarueda muy difícil de tragar: se trata de la tesis, defendidapor numerosos autores burgueses y socialdemócratas, según la cual el fenómeno estaliniana es una consecuencia fatalde la doctrina leninista. El abandono del leninismo por elPCE lavaría este «pecado original» y sería la garantía deque el PCE ha dejado de ser un partido estalinista. A esterespecto, en la tesis XV hay un párrafo que dice.. . «Loscomunistas españoles hemos superado autocríticamente laetapa del estalinismo y recuperado las esencias democráticas y antiburocráticas del marxismo».' Me alegraríamucho que fuese así. Pero la realidad creo que no lo confirma. Ahí están las tesis del Congreso:

¿Hay algún tipo de autocrítica en las tesis? ¿Se equivocaron alguna vez el Secretario General y los órganos dedirección del Partido desde 1960 para acá?. Yo no heleído en un órgano oficial del Partido ninguna autocríticade dichos órganos. Resulta que siempre hacemos unosanálisis perfectos pero siempre sale algún «diañu burlón»que nos estropea las cosas (véase la primera parte de lastesis) .

Por lo que se refiere a nuestra región se está creandoun clima muypoco propicio para la discusión, contraste deideas, tolerancia, etc. que tanto necesita el PCE. Pareceser que quienes no estamos de acuerdo con las tesis nocomprendemos la política del Partido, somo una «camarilla de intelectuales» ansiosos por trepar y desplazar delpoder a nuestros «dirigentes naturales» a quienes queremos «enterrar vivos». ¡Para qué seguir!. Tras este clima se

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esconde un a concepción estaliniana del Partido químicamentepura: el Partido se identifica con el núcleo dirigente y éste conel Secretario General. Por otra parte es constatable un desar rol lo de l culto a la personalidad a todos los niveles.Afirmo esto aún a riesgo de ser acusado de las peorescosas por «combatir a los líderes». Se muy bien que estosson imprescindibles para las masas, pero también se queno tienen porqué estar exentos de crítica cuando ésta sea

justa. Como consecuencia de este clima, se plantea en determinados círculos la necesidad de una depuración, enespecial de determinados miembros «intelectuales» del"Comité Regional saliente. Ya se sabe: «el Partido se fortalece depurándolo». ¡Los métodos estalinianos se estánutilizando para suprimir el leninismo!.

Lo curioso del caso es que estas posiciones se contradicencon la política democrá tica general del PCE, de la cu al elmáximo impulsor es precisamente el camarada Santiago Carrillo. Para mí este nudo gordiano entre la política generalpropugnada por e l PCE y su funcionamiento inte rno hayque cortarlo cuanto antes si es que el PCE aspira a ser

algo más que un grupo testimonial. Y no olvidar que en elpartido de Lenin existieron tendencias hasta 1921 en que sesuspendieron provisionalmente en función de las circunstanciaspor las que atravesab a el joven país soviético. Y no olvidartampoco que Lenin quedó en minor ía en muchas ocasiones y por eso ni abandonó el partido ni depuró a susoponentes c i rcunstanc ia les .

S ince ramente , creo que suprim ir en este momento elcarácter leninista del PCE supone perder una de nuestras másimportan tes señas de identidad. Se cita en apoyo de talsupresión una frase de Pere Ardiaca según la cual «el socialismo en Occidente no se realizará mientras no se lle

gue a la unidad de los movimientos obreros socialista ycomunis ta» . De acue rdo , pero siempre que esa unidad serealice sobre la voluntad inequívoca de construir el socialismo,y esta voluntad es una característica fundam ental del leninismo. Identificarnos externamente con el PSO E (como sucedería de abandonar el leninismo) solamente puede favorecer elbipartidismo que la UCD y el PSOE intentan a toda costaimponer en este país. Porque la cuestión está clara: si nosconfundinSos con el PSOE, lo lógico será que los votantesse inclinen por él, puesto que tiene una mejor imagen.

El abandono del leninismo va acompañado de un distan-ciamiento progresivo de determinados países socialistas, en especial de la Unión Soviética. Evidentemente que dichospaíses no son el paraíso y su modelo de sociedad no est raspasable aquí ; pero no cabe la menor duda de quesin suexistencia hoy no podríamos desarrollar nuestra política —mall lamada «eurocomunis ta»— y debemos tener muy claro qu e elenemigo principal del PCE es Whasington y no Moscú. No le í

en pa rte alguna que los soviéticos se opusiesen a la formac ión de un «Gobierno de Concentrac ión» en España conparticipación comunista, mientras los yanquis ya condenaron la participación comunista en los gobiernos de su«área de influencia». S in embarg o, de las declaraciones dedirigentes del PCE como Azcárate o el propio Carrillo sededuce muchas veces que el enemigo principal de nuestrapolítica es la Unión Soviética. Entre paréntesis, quisieraseñalar el silencio vergonzante que las tesis mantienenacerca del hecho de que el tr iunfo del MPLA en Angolafue posible gracias precisamente al apoyo prestado por lospaíses socialistas —excepto China y Albania— y Cuba enpar t icular . Por otra par te , ¿acaso Rumania es más democrá

tica que la Unión Soviética?.

La fórmula alternativa que propongo a la caracterización del PCE contenida en la tesis XV y el artículo 2 deios Estatutos es la siguiente: «El PCE se inspira en los principios del marxismo y del leninismo y en las adquisiciones teóricas que los movimientos revolucionarios mundial y españolacumulan incesantemente». Esta propuesta es similar a ladel «Manifiesto-Programa» y a las aprobadas recientemente en los congresos del PSUC y del PC de Euskadi.

Quisiera finalizar mi intervención en esta Tribunacon otra propuesta concreta con la cual, creo estaremos

todos de a.cuerdo: «Que el Congreso apruebe la denominac ión de PARTIDO COMUNISTA DE ASTURIAS como nombre de la organización que acoge a los comunistasas tur ianos».

C A R L O S D A G O M A R T Í N E Z(Miembro de l Comité Regional de l PCE).

EXTRACTO DEL ACTA DE RESOLUCIONES DE LACONFERENCIA EXTR AO RDINA RIA DE LA

OR GA NIZACIÓN DEL PCE DE OVIEDO

Los Delegados de todas las Agrupaciones de la Organización del PCE de Oviedo, salvo la de Universidad,reunidos los días 18, 19 y 20 de Marzo de 1978 en lasede local, han tomado las siguientes resoluciones.

L— Al iniciarse la Conferencia se plante ó el tema d ela situación de la Agrupación de Universidad en relacióncon su asistencia directa a la Conferencia Regional. Ladecis ión que sobre e l tema tomó e l Comité de Univers i

dad y e l Comité Regional , provocó equívocos muy per judiciales por cuanto significaron un cierto fraude a la organización de Oviedo y un privilegio a una Agrupación difícilmente justificable. La Conferencia aclaró que ello no

puede afectar a la dependencia orgánica de la AgrupaciónUnivers idad de la Organizac ión de Oviedo.

La Conferencia aprobó un voto de censura a la organiza^,ción universitaria del PCE de Oviedo, a su Comité y al Comité

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o <D O

egional, por la actitud tomada en esta cuestión. (Tal decisión

tomada con el voto en contra de 6 delegados).

I I .— Enmiendas generales. Se «pasó a estudiar enprimer lugar las enmiendas que con carácter general hanpresentado varias Agrupaciones, ya que el resultado detales debates pudiera ser determinante para muchas cuest iones pos ter iores .

A. Por ello se decidió primero por la enmienda deTender ina , que dice :

«Propon er que, en virtud de las condiciones de un Partidono consolidado por la gran afluencia de nuevos militantes cuya

consistencia ideológica deja mucho que desear, por la brevedaddel tiempo para la discusión de los nuevos planteamientos en elde tesis y estatutos, no deben ser sometidos a discusión,

eben ser replanteados para un futuro p róximo, con el tiemposuficiente para su discusión y análisis».

El resultado de la votación que siguió al debate fué els iguiente :

Vo tos a favor 21Voto s en contra 48Abstenciones 14

La enmienda queda rechazada por mayoría.

B . Se pasó a debatir la enmienda de las Agrupaciones Centro, Sanidad y Pumarín, coincidentes en els iguiente contenido:

«E l contenido de la tesis 15 es materia de suma importancia que no ha sido estudiada y debatida en profundidad en elseno del Partido, y que por lo tanto no debe ser objeto de discusión en este Con greso, supeditándose en consecuencia su resolución a una Conferencia o Congreso Extraordinario. Y porestar íntimamente ligado el tema de la tesis 15 con los artículos1,2 y i del proyecto de Estatutos, se propone que la discusión yposible nueva redacción de dichos artículos se postpongan hasta

que se tomen las resoluciones sobre aquella tesis».

Votad a dicha propues ta q uedó aprobada por 61vo tos a favor, 14 en contra y 4 abstenciones.

EL BASILISCO —

C. Se pasó a votar la prop uesta de las AgrupacionesPumarín, Sanidad, Centro, Ciudad Naranco, Trubia,Cri sto , Argaño sa y Comité Local, que se sintetiza así:

«Se denuncia la precipitación con la que se ha convocadoel Congreso y por consiguiente la escasez de tiempo para proceder a un estudio detenido y profundo de los proyectos de tesis yestatutos».

en mi en da a la que , a prop uesta d e un delegado, se añade:

«por lo que se censura a la Dirección del Partido este proceder»

La enmienda fue aprobada por 68 votos a favor, 2 encontra y 13 abstenciones.

D . La casi totalidad de las Agrupaciones formularonunas enmiendas sobre el sentido y tono general de las tesis políticas, enipiendas que resumidas se formulan así:

«Se denuncia la falta de análisis profundo, escasez de

metodología marxista que se observa en las tesis, y en especialen las numeradas del 1 al 6 inclusive, así como la ambigüedadde muchos planteamientos y el tono triunfalista y ligero conque están redactadas. Igualmente se señala una fuerte dosis desubjetivismo y pragmatismo en el desarrollo tanto de las tesispolítico-ideológicas como las que se refieren a la actuación delPartido en los distintos frentes».

Quedó aprobada la resolución por 75 votos a favor, 7en contra, y 9 abstenciones (.. .).

IV. Tesis XV, A propuesta de un delegado, la conferencia aprueba la siguiente resolución:

«Se hace constar la ino portunidad del cambio de calificación en la identidad del Partido, por la forma personalistade hacerlo público, y por la incorrecta presentación a debatesobre el radicalismo del binomio «leninismo, sí- leninismo,no», y todo ello sin el tiempo necesario para hacer un debate enprofundidad; lo que ha colocado al Partido en una grave yequívoca situación: de una parte parece que abandonar el leninismo es la condición para tomar carta de demócrata, y de otra,abandonarlo sin debate y clara explicación y análisis, podríaconducir a graves crisis dentro del propio Partido. Por esto sepide una moción de censura a la dirección por su irresponsableactuación, proponiendo al Congreso como tesis de debate estetema en tran graves circunstancias».

Esta propuesta y moción de censura fue aprobada por66 2 L favor, 10 en contra y 9 abstenciones.

La conferencia sin embargo abordó el tema de la tesis, como postura alternativa para el supuesto de que, condesestim ación de la anterior propu esta, el IX Congresodel P artid o en trara a resolver y decidir sobre dicho tema.Y a tal respecto se pronunció por mantener el términoMarxista-Leninista, por 53 votos. Las otras opcionespresentadas obtuvieron los siguientes votos:

Abstenerse de votar en el Congreso cualquier resolución 13

Defin irse com o Marxista y Leninista 15Definirse como Marxista, democrático y revolucionario 13Se abstu vieron de votar cualquier opción 4

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Asimismo la Conferencia de Oviedo acordó por unanimidad incorporar a sus resoluciones la propuesta presentada por la Delegación de la UJG en el siguiente sentid o :

«Se hace una llamada al 'Partido para que sea conscientede l cambio de l término marxista-leninista por marxista revolucionario, teniendo en cuenta las consecuencias que esto va a

traer en amplios sectores del Partido y de la propia UJC».

V.— Tesis 1 a 5. Resolución conjunta.

Antes de entrar en el análisis de esta tesis, se vota,previo debate, la propuesta de un delegado para que talestesis se consideren NULAS por totalmete ajenas a laideo log ía y metodología marxista, y po r consiguienteno entrar en su discusión, remitiéndose a la formulaciónde un nuevo proyec to .

La propuesta fue rechazada por 36 votos en contra,27 a favor, y 17 abstenciones.

De bat ida s las tesis 1 a 5 se adopta la siguiente resoluc ión conjunta :

«La Conferencia estima que el contenido de las tesis 1 a 5inclusive está falto de un análisis m arxista de los temas que seabordan , y que por ello se hacen deduciones y afirmacionesfalsas o gratuitas.

Y así, entiende que no puede hablarse de un proceso deruptura, ni siquiera de ruptura pa ctada, sino más bien de unproceso de reforma que ha sido en gran parte hegemonizado po rla derecha, aunque bajo la presión de las masas populares. Sehace preciso además formular el análisis del papel que jugaronlos poderes fácticos, y hacer una valoración autocrítica de lasprevisiones formuladas tanto en los análisis anteriores delPartido como en los formulados a lo largo del proceso previo alcambio.

Así también se considera parcial y puramente, cuantitativo el tratam iento dado a los puntos program áticos del pactopara la libertad, y su conexión con la política de reco nciliación.

Se entiende que debería hacerse un análisis profundo delos resultados electorales del Partido que implicara una visiónreal de las causas externas e internas que condujeron a dichosresultados, ha Conferencia juzga que en el proceso de cambio

sufrido en España se observan factores de todo tipo, y que sinduda hay aspectos que tienen que va lorarse positivamente(aspecto constituyente del cambio) pero precisamente po r ello esnecesario que se profundice en el análisis para determinar laslíneas en que se está produciendo la transformación y cambiodel país, y especialmente la dirección de futuro en que semueven, y sus previsibles consecuencias. A. propuesta de variasAgrupa ciones, la Co nferencia expresa que debe denunciarse élcarácter de UCD como representante del capital y con frecuencia del capital monop olista, así como ciertas actitudesambiguas del PSOE, y de manera especial la pretensión de conducir políticamente al país al bipartidisnío.

Valorando positivamente el Pacto de la Moncloa y la opor-

tunidad de su firma por las circunstancias que se daban en sumomento, se entiende que ahora hay que analizarlos teniendoen cuenta la modificación de aquellas circunstancias, y laactual correlación de fuerzas, especialmente en orden a la exi

gencia de su desarrollo y cumplimiento integral. En este temala Conferencia muestra su preocupación por la posible desmovilización de hecho de militantes del Partido en distintos sectores, corrió consecuencia de la firma y evolución del Pacto.

Sé entiende que el cumplimiento del Pacto de la Monchadependerá, así como otros aspectos de la política actual d elPartido, de la capacida d que el Partido muestre para realizarla movilización po lítica de masas.

En lo que afecta directamente al Partido se echa en faltaun planteamiento sobre la táctica y estrategia de Partido y especialmente en la relación entre ambos, ya que ello es lo que hade permitir en cada mom ento saber qué decisiones tácticaspueden condicionar o no aspectos fundam entales de la ideologíay estrategia del Partido. Se trata en último término del problema entre la dualidad «transigir - renunciar».

En este punto, y referido a la Monarquía como formade Estado, la Conferencia entiende que nada ha modificado la declaración del Manifiesto-Programa por la que elPar t ido Comunis ta se manif ies ta como Par t ido Republ i

cano . Ante la coyuntura de pronunciarse sobre el proyecto d e C onstitu ción, a pro pue sta de la Agrupación de Sanidad se votó la siguiente resolución:

Que el Partido Comunista sólo acepte constitucionalmentela forma moná rquica si en el texto constitucional queda expli-citada la idea de que el rey reina pero no gobierna, y en consecuencia no se conceden al rey poderes superiores a los que pueda n corresponderle po r aplicación de dicha idea; y en otro casoel Partido debe abstenerse en la votación sobre la forma monárquica (68 a favor, 1 en contra, y 11 abstenciones).

En cuanto a aspectos concretos se acordó:

Que al hablar de las fuerzas del trabajo y d e la cultura, seaborde el tema de las fuerzas culturales partiendo del papel quela cultura juega como instrumento ideológico y su desarrollodentro de las forrnas de explotación capitalistas en una sociedad clasista.

Cambiar los párrafos relativos a las autonomías nacionales y regionales, ya que tal como están recogidos en el proyectono abordan el desarrollo real de la a utonom ía política del país,y apuntan, juicios no contrastados sobre el papel de los parlamentarios, del Partido en aquel desarrollo.

Suprimir los detalles anecdóticos o puramente triviales quefiguran en el texto.

Rigor en el análisis de las situaciones límite (peligro deinvolución) que a juicio de la Co nferencia están tratados demodo dogmático y apriorístico.

Exigir mayor rigor en el estudio de la política de gobiernode con centración que está tratada con una gran carga de voluntarismo».

Esta resolución conjunta fue aprobada por 68 votos afavor, ninguno en contra y 7 abstenciones.

Por último la conferencia recoge por lo que tiene de

revelador e indicativo la manifestación de la Delegaciónde la UJC en el  sent ido.de  q u e «la política actual del Partido produ ce insatisfacción y desánimo en la juventud que nose siente identificada con dicha po lítica». (...)

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DOCUM ENTO DE LOS 113

«Los abajo firmantes, militantes del Partido Comu

A) Que impugnamos la celebración de la Confe

B) Que en esta conferencia no se reflejan con toda

C) Rechazamos tajantemente cualquier imputación

Los delegados de la UJCE nombrados por el comité

Firmado: Siguen las siguientes firmas:

Juan Luis Vallina Ariznavarreta, Roberto Díaz del

Miguel A. Compán, José Ramón Muñíz , Sabino

iedo) , María José González , Pedro Pato , María Dolo

regional) Jos é García Fernánde z (comité regional), Julio

les C uevas Hidalgo, Juan Ote ro Arango, Daniel Pa

G i j ó n ) , María Dolores dos Santos Zapico, CovadongaBernardo Sánchez, Juho Javier Sánchez Fernández, (comité com arcal de Aviles), Margarita Taibo , Luis AlonsoFernández (comité comarcal de Aviles), Saúl FernándezGarcía (comité del partido de ENSIDESA), Felipe Castaño Rodríguez, Francisco Arenas, Evangelina M. Toribio(«Geli») (comité regional), Gabriel Santullano (redacciónde «V erda d») (comité local de Candas), J. Ángel Rodríguez (comité local de Aviles), Carmen Mourenza (redac

ción de «Verdad» , comité local de Candas), Celia Alfonso (Universidad), Miguel Cuesta García, Carlos Santullano (Universidad), Fernando López (comité universitario),M aria no Arias Páramo (Universidad, redacción de «Verd a d » , y corresponsal de «Mundo Obrero») Lorenzo AriasPáramo (redacción de «Verdad» y corresponsal de «Mundo O br er o» ) María Jos é Pablos (comité comarcal del Na-lón) , José María Suárez, Francisco Bravo (comité comarcal del Nalón), Jesús Pedro Suárez (comité local de ElEntrego), Horacio Estepa (comité local de Sama de La¿-g r e o ) , Magali Suárez, José Manuel Bonilla (comité comarcal de El Nalón), Fernando Alvarez (comité local de Samade Langreo), Antonio González García, David Suárez Zap i c o ,

Jesús Arcoisa (comité local de Sama de Langreo),Pedro Alberto Marcos (director de «Verdad» y comitéregional) , Nicanor Braña Antuña, Pedro de los MuisPáe z, Libertad C otos, Angeles Cuevas, Juan M uñoz (comité comarcal de Ribadesella), Ramón Soto (comité comarcal de Ribadesella), José María González Azcárate,Alfredo Várela (comité comarcal de Oriente), ArcafüoFer nán dez (comité comarcal de Grado), María JoséNavarro (UJCE y redacción de «Verdad»), Luis RedondoGarcía (comité regional de UJCE), Agustina Cuesta Cas-tañ ón (com ité regional de UJC E), J.S.R. (comité regionalde UJCE), Jaime Riaza García (comité regional UJCE),Valentín Fernández Díaz (comité local de Oviedo yU J C E ) . Conchita Llorian Rodríguez (UJCE), José Ramón

Díaz (com ité regional UJC E), María José de Francisco,Jo sé Carlos Prendes, Benjamín Rodríguez, José Fernández Díaz, Celestina Marrón, Enedina Valdés Días y JoséEnrique Navarro (redacción de «Verdad»).

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COMUNICADO DE LA III CONFERENCIA REGIONAL DELPARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA EN ASTURIAS

La III Conferencia de Asturias del PCE, ante la diversidad de notas aparecidas en los medios de comuni

cación social, comentarios e interpretaciones diferentes,considera oportuno hacer públicas las siguientes puntua-lizaciones.

I .— La Conferencia se ratifica totalmente en la actuación que ha llevado la Mesa, en la forma de ayudar adesarrollar los debates, dentro de un espíritu de libre demo crática expre sión, sin ning ún tipo d e cortapisas,- salvolas que el cumplimiento de las normas aprobadas al principio de la primera sesión, por los asistentes a la Conferencia . Que as imismo ha intentado en todo momento, l le -vaí de forma impecable el desarrollo de las sesiones, procurando, no caer en subjetivismos ni en diálogos indivi

duales con e l Pleno, prec isamente para ayudar a distenderel clima de tensión existente.

Quiere ac larar , también, que los nombres propuestospor el Comité Regional saliente, para la composición de laMesa, no iban directamente al Pleno sino que tenían queser discutidos en la Comisión de Candidatura, compuestapor los presidentes de las 10 delegaciones presentes en laConferencia, y dos miembros del Comité Regional saliente . Quien hizo la propuesta a l Pleno la Comis ión de Candidatura y no e l Comité Regional que tuvo que volver areunirse a l negarse dos de los propuestos : Tini Ateces yJosé Ramón Herrero Merediz , a formar par te de la mis

m a .2.—- Resaltamos que las posibilidades de interven

ción de todos los camaradas asistentes fueron respetadasen todo momento, s iempre de acuerdo con las normas .Produciéndose intervenciones de todo t ipo, la mayoría deel las muy controver t idas .

El nivel de participación y discusión fue muy elevadoy las Tesis fueron aprobadas con múltiples modificacionesq u e , a veces, eran en miend as a los textos de las mismas, yen muchas ocasiones aportaciones enriquecedoras a.éstas,productos de l debate que exis t ió, tanto en es ta Conferencia como en las Comarcales, Locales y de Agrupación,

celebradas con anterioridad cara al IX Congreso.

3.-— Ratificamos el proceso de discusión, hasta estaConferencia y en ella, subrayando su carácter antidogmático y antisectario, y su validez, así como las conclusionesque de ella se desprenden. La enmarcamos en el procesode discusión y debate constante en el Partido y del carácter descentralizador dinámico, colectivo y antielitista. Asímismo ratificamos la necesidad de la existencia de diferentes opiniones , punto c lave de la construcción delPar t ido de Masas que es tamos conformando. En es te sentido recordamos que a pesar de todos los fallos, la preparación del IX Congreso ha sido de lo más democrático

como demuestran la libertad de discusión en el seno delas Agrupaciones y en las Tribunas abiertas en los órganosde expres ión de nues tro par t ido «Mundo Obrero» y«Verdad», que tanto eco han tenido en e l seno del mismoy en Iris .medios de comunicación de nuestra región. En

ningún momento la Conferencia se orientó hacia la dinámica de vencedores y vencidos, de luchas por el acapara

miento de los órganos de dirección, y sí, paira abundar enel camino ernprendido, para abrir cauces de expresión yposibi l idades nuevas de opinión. Consideramos que e ldebate habido en todo e l proceso y en la misma Conferencia, demuestra claramente que no había nada decidido y sí ratifica que había sido ampliamente discutido en elseno del Partido, por lo que prejuzgar en este sentidosería tanto como invalidar esta opinión. Reafirmamos laexistencia de diferentes opiniones sobre los proyectos deTesis y Estatutos, que en buena lógica tendrían que habersido defendidos ante el Pleno, por los camaradas quemantenían dichas opiniones y que abandonaron la sala sibien las diferentes posturas pudieron llegar de modo ge

nérico al Pleno, a través de camaradas que permanecieronen él y que mantenían posturas similares, siendo algunade ellas aprobada en el transcurso de la Conferencia. Asimismo consideramos que dichas opiniones deben ser llevadas al Congreso, dentro del clima de democratizacióninterna y libertad de expresión y opinión en nuestro Part ido .

4 .— Estimamos como un acto de irresponsabilidadpolítica para con el PCE, del cual manifiestan ser mieni-bros, haber abandonado el Pleno de la Conferencia, conel agravante en aquellos camaradas que ostentaron cargosen la Dirección Regional, mantienen responsabilidades lo

cales o comarcales y uno de ellos sigue siendo miembrodel Comité Centra l .

5 .— Esta Conferencia quiere poner de manifiesto,que las diferentes elecciones que en la misma se celebreny los organismos e legidos en e l la—Comité Regional , Comis ión de Control y Garant ías^ son los únicos vá l idos ,siendo el Comité Regional el único capaz de estimar deacuerdo con las necesidades según los Estatutos que seaprueben en e l IX Congreso, la conveniencia de Conferencias en el marco de un amplio debate que sirva paraclarificar al Partido y al pueblo asturiano sobre la actualpo l í t i c a de l P A R T I D O C O M U N I S T A D E E S P A Ñ A

siempre dentro de las conclus iones que se desprenden del a I I I C O N F E R E N C I A R E G I O N A L D E A S T U R I A S .

6.— Esta I I I CONFERENCIA af irma que ac t i tudescomo las mantenidas en la Primera Sesión de la Conferencia por los camaradas que la abandonaron, dañan la democracia interna del Partido y su necesaria unidad, sobretodo en el momento en el que se había iniciado un proceso de discusión serio y profundo que sigue abierto, da-~da la necesidad de buscar nuevos horizontes en el funcionamiento interno del Par t ido de Masas . Creemos que s ibien la Conferencia tiene potestad para emitir juicios devalor sobre esta actitud, consideramos que debe ser el

conjunto del Partido, el único juez, al cual nos remitimostanto en la valoración de los hechos como las posiblesacciones que se desprendan de aquella.

Per lora , ASTURIAS, a 26 de marzo de 1.978

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8

RESOLUCIONES DE LA IIICONFERENCLA

:ii^^La III Conferencia regional de Asturias del PCE ha

como ya se dijo, la culminación de un proceso de

prop ues tas políticas y de Estatutos al IX Congreso.

Se ha señalado también que la III Conferencia del

Acerca de la Tesis 4, referida a la significación de los

votos quiene s se pronu nciaro n a favor de la Tesis sin

Las enmiendas aportadas por la III Conferencia fue-

1.— Que se remarque mucho más la necesidad de

2 .— Q ue se exija del Gob iern o un calendario claro y

3 .— Hacer una severa crítica al PSOE por su pasivi-

Ante la Tesis 7, que contempla la problemática del

EL BASILISCO

Movimiento Obrero, la Conferencia se pronunció, porabr um ado ra m ayoría, a favor de la Tesis con enmiendas,ta les como:

1) Ante los problemas que plantea la desvinculaciónpolítica de los camaradas que militan en el movimientoobrero con respecto al Partido, se plantea el tema de lasincompatibilidades, que queda contemplado en la siguien-te enmienda aprobada por 178 votos.

En el nuevo período que vive el movimiento obreroes imprescindible dedicar camaradas a trabajos o funcio-

nes específicas de Partido. Esto no significa que las res-ponsabilidades sindicales sean incompatibles con la pre-sencia en los órganos de dirección del Partido. Seráninc om pat ibl es las funciones específicas.

2) Considerar como aportaciones a la tesis todo unbloque de enmiendas, de las que citamos las más impor-t an te s , son aprobadas por 187 votos:

a) El libre derecho a la sindicación de todos los fun-cionarios .

b) Que el Partido lleve a cabo ante el Gobierno una

política enérgica sobre los intereses de pensionistas yjubilados, junto con una postura de denuncia de su situa-ción.

c) Que se desarrollen conferencias de Partido conlos camaradas dedicados al movimiento obrero, tendentesa homogeneizar al conjunto del Partido en esta materia.

d) Que los Comités de Empresa no anulen el papelde las secciones Sindicales en los centros de trabajo.

e) Q ue el Partido inste al Go bier no para que presen-te urgentemente en las Cortes e l prometido Código de

Derechos de los Trabajadores .

A la Tesis 10 de la Conferencia presenta una solaenmienda enunciada como sigue: que se suprima el párra-fo tercero, que dice:

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«Por ello, ( la juventud) ha merecido plenamente elde re ch o a votar a los 18 años y a su plena incorporación alproceso democrá t ico que se inic ióe l 15 de Junio».

Asimismo, que se suprima la petición del derecho alvoto a los 18 años por el derecho a la mayoría de edad alos 18 años.

Esta enmienda obtuvo 269 votos a favor, 2 eñ contray 7 abs tenc iones .

Ta mb ién la Tesis 13 fue aprobada m ayoritariamentecoíi modificaciones, entre las que resaltamos;

— Rechazo de un tratamiento en pie dé igualdadentre la OTAN y el Pacto de Varsovia, así como necesidad de declararnos explícitamente contra las bases americanas en E spaña, (votos a favor, 184; en contra, 38 ;.abs tenc iones , 36) .

— En lo que se refiere al Ejército:

a) que se haga constar dentro de sus obligacionesexpresamente la de «defender la voluntad democráticamente expre sada por e l pueblo» .

b) Que se atienda al criterio de que los soldadoscumplan su servicio militar dentro de la región militar enque habi tua lmente viven.

c) Que las fuerzas de Orden Público estén separadasdel Ejército en cuanto a mandos y a formación.

d) Q u e la jurisdicción militar atienda sólo a los casospropiamente mil i ta res y dentro de l denominado ámbito

m i h t a r .Acerca de la Tesis 6, que traza las líneas maestras de

nuestra estrategia: democracia política y social, socialismoy comunismo, la Conferencia votó de lá siguiente forma:102 votos a favor de la tesis sin modificaciones; 112 afavor , int roduciendo la s iguiente enmienda:

«Se ve la necesidad de un amplio debate sobre política energética, insistiendo en los problemas de la energíanuclear y en la necesidad de que sea el pueblo quien controle de la forma más democrática posible su construccióny puesta en marcha, una vez que los científicos se pronuncien sobre e l lo, cons iderando que , ya que propugnamos un nuevo modelo de c rec imiento económico, debemos desarrollar la investigación de otras fuentes deene rg ía» .

Es difícil reflejar en esta sucinta y fría relación, elcalor y hasta la tensión que latieron a lo laro de todo eldebate de las Tesis y, particularmente, de la Tesis 15,aquella que contempla la definición del Partido Comunist a c o m o P A R T I D O M A R X I S T A , D E M O C R Á T I C O YRE VO LU CI ON A RI O. E l afán de hu i r de toda va lorac ióndel debate, sujeta siempre a posibles subjetivismos, nosempuja a hablar tan sólo de los resultados de ese debate,aáft-^ riesgo de ofrecer apenas una palidísima imagen de

lo que fue nuestra III Conferencia.La Tesis número 15 obtuvo, tras el debate, 213 votos

a favor, habiendo sido presentadas algunas enmiendas queseguidamente consignamos:

1) Que se retire la Tesis y se abra un debate en elPartido antes de adoptar una resolución definitiva sobreel particular (24 votos).

2) Que se mantenga el término marxista-leninista ennuestra definición del Partido (18 votos).

3) Que se modifique el primer párrafo de la Tesis

por otro que diga: «El PCE es un partido marxista revolucionario que se inspira en los principios del marxismo ydel leninismo y en las aportaciones teóricas que los movimientos revolucionarios mundiales y de España acumulanincesantemente» (4 votos) .

Es importante señalar que las Tesis, 2 (LA POLÍTIC A D E R E C O N C I L I A C I Ó N N A C I O N A L ) , 3 (LA P O L Í T I C A D E C O N C E N T R A C I Ó N D E M O C R Á T I C A ) , 4( S I G N I F I C A C I Ó N D E L O S A C U E R D O S D E L AM O N C L O A ) y 5 (EL G O B I E R N O D E C O N C E N T R A CIÓN DEMOCRÁTICA) han s ido aprobadas mayor i t a riamente por 190, 183, 142, 187 y 197 votos respectivamente; pero han sido aprobadas asimismo con enmien

das que han contribuido a enriquecer los análisis de esosaspectos de nuestra política y que evidencian, de un lado,el refrendo del Partido asturiano a lo que ha sido y esnuestra política de conquista y consolidación de la democracia y, de otro lado, la acendrada preocupación del Partido en Asturias por profundizar y perfilar r igurosamenteesos aspectos tan vitales de nuestra política.

Del debate del Proyecto de Estatutos también se desprendieron si bien con carácter digamos más técnico, másde detalle , notables aportaciones y enmiendas.

Preocupó a los camaradas asistentes a la Conferencia

el problema de articular debidamente el funcionamientode las Comisiones de Garantías y Control; entre los derechos del militante se consideró que debía incluirse el derecho a recibir formación política del Partido; hízose granhincapié en la necesidad de subrayar el carácter colectivodel funcionamiento de los organismos de dirección delPartido, etc. El problema de definir estatutariamente la 'le-gitimidad de corrientes o de tendencias en el seno'delPartido, fue motivo asimismo de debate en la Conferencia, a k cual se presentó una enmienda pidiendo que «sepermita la l ibertad de tendencias no organizadas y quees tén representadas proporc ionalmente en los órganos dedirecc ión», enmienda que obtuvo tan sólo 40 votos , aprob á n d o s e e l T í t u l o 3 ( D E L F U N C I O N A M I E N T O D E LP A R T I D O . L A D E M O C R A C I A D E L P A R T I D O ) p o r237 votos a favor.

Pero si hubiera que destacar una Resolución de la IIIConferencia, por su trascendencia para el Partido enAsturias, es aquella a que dio lugar una enmienda que pedía que «la Conferencia Regional proponga al Congresol a d e n o m i n a c i ó n d e P A R T I D O C O M U N I S T A D EASTURIAS con e l mismo rango y derechos que los deotras regiones y países del Estado», y que fué aprobadapor 201 votos .

En genera l , la I I I CONFERENCIA ha mostrado suacuerdo con los aspectos fundamentales reflejados en elProyecto de Estatutos, con reflexiones importantes que ladelegación asturiana al IX Congreso deberá defender ene l m ismo.

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COM UNICADO DE LA DELEGACIÓN DE OVIEDOY DELEGACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN

UNIVERSITARIA

La Conferencia Regional del PCE de Asturias hacontemplado, el primer día de la reunión, la retirada deaproximadamente una tercera parte de los delegados, acuya postura se unieron luego otros más. Este hecho, po-siblemente uno de los más importantes que se han pro-ducido últimamente en el seno del Partido, requiere unanálisis y en consecuencia una explicación, en primerlugar de quienes arrostramos la responsabilidad que ellosignifica.

Ha sido casi unánime la denuncia formulada por lasAgrupaciones del PCE por la precipitación con que se haconvocado el IX Congreso del Partido, primero en la

legalidad después de 46 años; precipitación que se agravasi se tiene en cuenta cuál fué el trámite de realización delos proyectos de tesis y estatutos, aprobados sin modifi-cación alguna, prácticamente en una mañana, por elComité Central. Esta misma precipitación determinabaque iba a resultar casi imposible el estudio y debate enpro fun did ad en las agrupacion es de base del partid o lastesis políticas y proyectos de estatutos, y que por ello loque debería ser un Congreso casi constituyente (presen-tación, discusión y aprobación de unos nuevos estatutos)iba por el camino de convertirse en un referendum. To-dos estos peligros, hechos ya realidad, se fueron ponien dode manifiesto a la hora de ser abordadas las propuestas detesis y estatutos en las Agrupaciones. Algunas hicieron un

denodado esfuerzo de muchas horas de trabajo, poniendoluego de manifiesto en sus conclusiones que no habíantenido tiempo necesario para el debido análisis y discu-sión de los muchos e importantes temas que se les some-tían. Y en muchas, y esto es lo verdaderamente grave yconsecuencia de cuanto antes anotamos, no llegaron nisiquiera a discutirse las tesis y estatutos sino que conve-nientemente organizadas las reuniones, las más de las ve-ces con asistencia de jerarquías de organismos superiores,se manifestaron adhesiones unánimes al contenido de losproyectos. Y aún más, en varias Conferencias comarcalesno se tuvieron en cuenta para nada las resoluciones dealgunas conferencias locales contrarias a aquellas adhesio-

nes unánimes.

Es sintomático que en la misma Conferencia Regio-nal se dijese públicamente, por boca de un miembro del

Comité Ejecutivo, que los proyectos eran propuestas para«asumir» por los militantes, y que ya habría tiempo dediscutir lo que hubiere lugar cuando se convocase unCongreso Extraordinario; predeterminando así el plantea-miento de la Conferencia sobre la base de la discusión delas tesis y las enmiendas y resoluciones de las Delegacio-n e s , y formulando la falacia de prometer una futura fasede discusión cuando los órganos regulares del partido(conferencias y congreso) hubieran ya aprobado por asun-ción un ánim e las propuestas del Com ité Central, quelejosde ser coyunturales, como se pretende decir, son verda-de ra m en te fundam entales y modificativos del M anifiestoPrograma, e incluso tanto más básica en cuanto formulan

no sólo unos nuevos Estatutos sino también una nuevadefinición ideológica del mismo.

Todo el planteamiento que alegamos creó unambiente y clima de intranquilidad y desasosiego, dedogmatismo y sectarismo que no sólo no fue atajado yabordado por el Comité Regional sino que en buena me-dida fue favorecido por su actitud <le apoyar firme y des-caradamente aquella postura ya referida. Esta actitud delComité Regional (cuanto menos orgánicamente, ya quenos consta que algunos de sus miembros eran contrarios aella) se manifestó también en hechos tales como la noremisión a tiempo —se hizo llegar a las delegaciones conmenos de una hora de antelación a la iniciación de la Con-ferencia— del Reglamento de la Conferencia que nopudo ser ni conocido ni analizado en las ConferenciasLocales ni en las Agrupaciones; en la modificación, aúltima hora, de acuerdos tomados en el propio ComitéRegional: en irregularidades en las invitaciones para laasistencia a la Conferencia; y culminaron todas ellas con lacirculación de «listas negras» para la elección de candida-tos al Comité Regional, poniéndose con ello de mani-fiesto el ataque que ciertos miem bros del mismo Com itéhacían a otros camaradas del mismo no partícipes de susactuaciones .

Ya en la misma Conferencia Regional se puso otra

vez de relieve aquella actitud en el mismo momento decom posició n de la Mesa, al no respetarse acuerdos ante-riores y vinculantes del ple no del Com ité Regional, alpresentarse dicha composición al pleno de la Conferencia,

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y llegándose a actuar en el seno de ía correspondienteComis ión por miembros de l Comité Regional a t í tuloparticular y con propuestas contradictorias a los acuerdosde dicho órgano colegiado; y culminó con la mismacom pos ición material de la Mesa: todos sus com pon entes,menos uno, e ran miembros de l Comité Regional sa l iente ,const i tuy endo un todo m onolí t ico tota lmente a jeno a larealidad d e la Conferencia y po r ende absolutam ente n o

representativa ya no de las distintas posiciones ante losproyectos, sino ni siquiera de la misma situación queexiste de hecho en el seno del partido. Y se puso de relieve tam bién en la forma de presentar y prop oner la aprobación de la norm ativa interna d e la prop ia Confejrencia,siendo a este respecto revelador el dato de lo que pasócon la Deleg ación de la Juv entu d, a la que se impidió razonar su propuesta para la modificación de la norma porla que se le privaba de voto, e incluso se tergiversó arbit ra r iamente desde la Mesa una propues ta en ta l sent idohecha a l l í mismo por otra de legación, tomándose una resoluc ión p or la Mesa sin ni siquiera ponerla a votación. Yde igual forma se pu so de relieve aquella actitud den un ciada en la misma aprobación de la normativa general, queno fue prácticamente discutida, y que luego, paradójicam en te , fue modificada por la prop ia Mesa cuando así leconvino. De la misma forma, se manifestó en la maneraen que se produjeron actuaciones unilaterales y de gransignificado coactivo, como la incorporación a la Mesa delos tres miembros del Comité Ejecutivo; y los tonos yhasta amenazas en que se intervino desde la misma Mesa,o en ciertas actuaciones mas propias de un mitin quede undebate político razonado entre comunistas; y en gerieral yfundamenta lmente en e l s is tema impuesto por la Mesapara la mecánica de actuación de la Conferencia, totalmente carente de toda metodología que permit ie raun de ba te so bre las prop uestas de las Delegaciones qu e ni

siquiera fueron incorporadas como tales en el contextodocumental de los debates de la Conferencia, todo lo cualcondujo a una práctica imposibilidad de exposición de argumentos y de deba te .

Todo ello culminó en la actitud de la Mesa ante lapet ic ión de pa labra de l camarada Herrero Merediz ,miembro de l Comité Centra l , ac t i tud que como no podíaser menos después de las provocaciones que reiteradamente se habían venido produciendo, provocó e l abandono de la Conferencia de una importante par te de los Delegados .

Pero todo e l lo no puede considerarse como un hechoaislado y puramente circunstancial, s ino que, y esto es loverdaderamente importante y obje to de ser ia preocupación, no es más que el lógico desenlace de la falta deadecuac ión de la es t ruc tura de l par t ido y sus' métod os deactuación a la misma estrategia que proponemos para lalucha por el socialismo en nuestro país. Son aquellos unosmétodos que hemos venido cr i t icando duramente y ahoraparece que nosotros mismos no sabemos o no queremosmodif icar . Seguimos manteniendo una es truc tura monolítica, fuertemente centralizadora, que cristaliza en elacaparamiento de pues tos de direcc ión y representac iónen muy pocas manos , lo cual impide tota lmente todo t ipo

de corriente de abajo a arriba.De igual suer te que produce un anqui losamiento y

elitismo personalista en los órganos de dirección yprogramación de la política del partido, cada vez más

alejado de la idea de planificación política a través de un

colec t ivo rea l .

Y lo que es aún peor, se pretender dar interpretaciones sectarias y dogmáticas como es la de presentar en elseno de l par t ido dos sec tores antagónicos (obreros- inte

lectuales) para explicar unos fenómenos de cambio interno "en el part ido y que la dirección no q uiere abordarpo rq ue pref ie re sencil lamente mantener a l mismo comoun simple in strum ento e jecutor d e la política elaboradapor un grupo minoritario al que basta contar con el respaldo sentimental de la fe ciega del militante comunista.

Basta leer las propuestas de tesis y estatutos paradarse cuenta que estamos ante una supeditación de lasconcepciones ideológicas y estratégicas del partido a lapolítica coyuntural; y que esta subvaloración de lascuestiones ideológicas es una de las causas más profundasde la crisis qu e viene prod ucién do se, y posiblem ente también causa de la falta de atractivo que para muchos sector es , tanto del interior como de fuera de él, presenta en laactualidad el Partido Comunista de España.

N o se trata pues de u na simple discrepancia orgánica,sino qué ello mismo no es sino la consecuencia natural deaquella situación que se denuncia y que culmina en esteorden orgánico con un proyecto de es ta tutos en e l quelejos de potenciarse el principio de dirección colectiva,casi prácticamente se liquida.

Los militantes que abandonamos la conferencia regional, y que no somos ni obreristas ni intelectualistas, sinotrabajadores todos manuales e intelectuales, f irmamoseste documento y reafirmamos nuestra decisión de seguirmil i tando en e l PCE, pero también nues tra no menor decisión de no callar para no constituirnos en cómplices deun pro ceso qu e estimamos incorrecto y perjudicial para elpartido, y lo que es más grave, para la marcha hacia elsocialismo; y por ello no damos a nuestra postura un sentido negativo de ruptura, sino totalmente positivo paraque por los mismos cauces orgánicos del partido, y desdesu base, se reconduzca a un debate que ha pretendido sereliminado. Queremos con esta actitud recuperar ante lasociedad española la auténtica imagen de un partido comunista que desde su firme ideología marxista lucha porel establecimiento del socialismo para alcanzar el comu

n i s m o .

Firmado por 25 de legados de Oviedo y 5 de legadosde Univers idad) .

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10INTER VEN CIÓN DE VICENTE ALVAREZ ARECES

EN LA REUNIÓN DEL COMITÉ CENTRAL, CELEBRADAEN M AD RID ENTECHA 14-4-78, VÍSPERAS DEL

IX CONGRESO DEL PCECamaradas, ante de despedirme de vosotros en esta

mi última reunión del Comité Central y de presentar enella formalmente la dimisión —aunque sea por unosdías— en cuanto miembro de este organismo de direccióndel P.C.E. y, por consiguiente, mi renuncia a asistir al IXCongreso (no quisiera que mi presencia en él sirviera depre texto para que se me a tr ibuyesen ac t i tudes provocadoras o el intento de montar en él un show, como maliciosamente se ha dicho en alguna revista (1), voy a daroscuenta de una serie de hechos que han tenido lugar enAsturias y que han motivado mi decisión de abandonar laIII Conferencia Regional en Perlora, culminados en elinc idente surgido cuando pidió la pa labra Herrero Mere-

dÍ2 y le fué negada por la mesa.

Ese incidente no fue un hecho aislado, pues si tal hubiese sido no habría ninguna justificación para habertomado una decisión tan grave; sino que fué la última gotaque desbordó un vaso l leno de maniobras de todo t ipoque habían tenido lugar durante los días precedentes yque se habían puesto de manifiesto a lo largo del períodode discusión de las tesis y estatutos en las Agrupaciones,en las localidades y comarcas y en la prop ia C onferenciaRegional (2) .

Durante toda mi vida en el partido, en el que milito

desde hace 16 años, nunca he visto un casosimilar de de-Durante toda mi vida en el.partido, en el que militodesde hace 16 años, nunca he visto un caso similar de desencadenar, sobre mi persona en especial y sobre otroscamaradas, una campaña de desprestigio y calumnias en laqu e se han v isto involucrados m iembro s de este mismoComité Centra l , por los que s iempre he tenido un granrespeto y a los que nunca creí capaces de llegar a talesextremos. De repente paso de ser un camarada quededicó los mejores años de su juventud a la lucha contrael fascismo y a la organización de un partido que pudieseser un instrumento de cambio revolucionario de nuestra

sociedad, sin regatear nunca esfuerzos ni dedicación, a seruñ «hijo de fascista», un «arribista», un «trepador» yotras palabras irreproducibles, expresadas en algunoscasos a través de anónimos y que no merece la pena nir e seña r .

Al lado de esa campaña se vierte el argumento deque «quieren liquidar políticamente a Horacio, al Paisan o » , «son fuatro intelectuales ambiciosos de poder», etc.,y comienza así una grotesca actuación donde se va casapor casa, persona por persona, reunión por reunión, iniciando de esta manera los preliminares de lo que tenía

que ser un debate político sobre las tesis y estatutos delCongreso, s in tener ningún reparo en convocar reunionesde la construcción, del transporte, de la minería, etc., saltándose todo tipo de cauces orgánicos en el Partido (3).

En las Agrupaciones de base, allí donde los camaradas se pudieron manifestar con una cierta l ibertad de opinión, salieron a relucir numerosos aspectos críticos sobrelas tesis en cuestiones no sólo de forma sino de fondo yque reflejaban un enorme distanciamiento entre lasconcepciones que ellos tienen del Partido, y de su política, y las formulaciones que vienen manifestadas en lastesis y estatutos. Eso queda perfectamente reflejado en lasdiversas actas que se han levantado a lo largo de todo esteproceso. En otros lugares se aprobaron las tesis por unanimi dad , sin ni siquiera una sola enm ienda, o bien sinhaberlas leído muchos camaradas, debido a repetidas injerencias en su preparación y discusión (4).

Las posiciones críticas, por otra parte de signo diverso, pero coincidentes en su mayoría en torno a algunasformulaciones de las tesis y estatutos que polarizaron laaten ción no solo en Asturias sino en. otros lugares (5),iban perdiendo representa t ividad a medida que se ascendía en el proceso de desarrollo del Congreso medianteuna evidente filtración en la composición de las delegacio-

(1) Dec lara cion es de Santiago Carrillo a la revista ha Calle, n° 3 (11-18Abril 1978), pág. 11.

(2) Existe n Acta s de las Conferen cias celebrad as en las principales localidades de Asturias, y también de varias organizaciones comarcales, donde se demuestra que las tesis fueron rechazadas, así como parte delarticulado de los Estatutos (Oviedo, Gijón, Aviles , Pola de Siero,Eibade sella , C angas del Narcea, Pravia, zonas de Langreo, etc .). En esosmismos lugares el voto de las Agrupaciones de base fué aún másmayoritario en la condena de tesis consideradas como fundamentales .Sin embargo la composición de los Comités , producto de bloquesconstituidos al margen de las propias Conferencias , fué exactamente lainversa de la que se había manifestado mayoritaria en las propias Conferencias , que votaron en general de un modo disperso, ta l y como pre-

veen los Estatutos, que no admiten tendencias organizadas. Las delegaciones que salieron de esas Conferencias fueron, en general, mayorita-riamente favorables a las tesis cuan do en realidad esos delegados procedían de Conferencias que las habían rechazado (Gijón, Aviles, comarcad e G ra d o , etc.).

(3) Un a parte del anterior Com ité Regional, precisamente la que defendía los Proyectos de Tesis , celebró reuniones antiestatutarias , a l margende sus Agrupaciones, con militantes del transporte , de la minería , de laconstrucción, donde señalaban ya los candidatos que debían ser votadosy aquellos que debían ser rechazados, tanto para las candidaturas comolas propue stas que hiciesen. Existen datos concretos de las reuniones celebradas y testigos presenciales de las mismas.

(4) Casos de Grado y Mieres . En este último sitio se les entregaban alos camaradas al entrar en la Conferencia. Varios las votaron sin ni siquiera leerlas .

(5) Caso de la Tesis 15 sobre la supresión del carácter leninista en ladefinición del Partido Comunista . Otras como la tesis 1, que tratabasobre las características del actual proceso de cambio; la tesis 4, sobre los

Pactos de la Moncloa; la tesis 10, sobre el problema de la juventud; latesis 12, que trata de los problemas ciudadanos, y la 13, acerca de lapolítica exterior y sobremanera la forma en que se planteaba la relacióncon los países socialistas. Lo mismo determinados artículos de los estatutos .

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ne s respectivas (6). N o digam os ya nada del monolitismocasi absoluto de muchos Comités de los cuales fueron depurados numerosos camaradas por sos tener pos ic ionescríticas, aunque su trayectoria de lucha y de trabajo desarrollado fuera excelente. Se buscó la homogeneidad y lacohesión no sobre la base de la discusión política y de lasíntesis de criterios —y más teniendo en cuenta que estamos en un Congreso y que por tanto no hay que par t i r de

posiciones preelaboradas— sino sobre la base de lasfidelidades personales.

Tiene lugar así una campaña en donde todos aquellosque criticaban alguna tesis, y en particular la tesis 15, eranantieurocomunistas, estalinistas y además estaban por lovisto contribuyendo a un trabajo fraccional, pues todoello coincidía mn una supuesta campaña de desprestigiodel PCE dirigida incluso desde algunas Embajadas delEste (7).

Con este tipo de argumentos se trataba de eludirtodo debate político y de crear un clima de histeria y deresentimiento que imposibilitaba toda forma de diálogo ydeba te se reno .

En medio de esta labor preparatoria tiene lugar la IIIConferencia de Gijón, los días 18 y 19 de Marzo, en unclima de gran tensión. Lo que en ella sucede es imposiblede relatar en unas breves líneas, pues aparte de algunasintervenciones c laramente provocadoras que se produjeron durante su desarrollo, algunas de ellas dirigidas contrami persona, y una vez que la tesis 15 fuese rechazada porla Conferencia, tuvieron lugar una serie de actuacionestendentes a que las posiciones críticas mayoritarias en laConferencia no tuviesen su expresión ni en la delegaciónque asistiría a la Conferencia Regional ni en el Comité

Local que iba a ser elegido. Todas estas manipulaciones,que formalmente son difíciles de demostrar, pues al parecer no hay tendencias cristalizadas, en la práctica es muysencillo pues se trata de que nombres y personas muyconcretas no salgan en una u otra lista por el hecho desos ten er determ inadas op iniones. La situación culminacuando fue sorprendida en una sala aneja a la del Plenode la Conferencia una camarade dictándole los nombresque tenían que votar a los delegados de Ensidesa-Gijón,que lo hicieron en bloque, así como otras delegacionesque venían preparadas y con instrucciones concretas deno votar a determinados camaradas.

Sale así un Comité casi monolítico formado poraquellos camaradas que habían quedado en minoría entodas las votaciones celebradas en la Conferencia y también sale una delegación que en modo alguno respondía alo que había decidido la Conferencia Local, todo ello pro-

(6) Véa se última parte de la nota 2.

(7) El argum ento de las conexiones con'la KGB , embajada de la URS S,de la RD A , becas para estos países, e tc . , fué insis tentemente manejadono sólo en Asturias sino Madrid y en otros lugares, como Andalucía, Galicia , Zaragoza. Miembros del Comité Regional anterior participaron enesa campaña de desprestigio, al lado de otros del Comité Ejecutivo, queen Madrid, en conversaciones privadas, y en otros casos en algunas agrupaciones, lo manifestaron como prueba de que «todo estaba orquesta

d o » . En la intervención que Vicente Alvarez Areces realizó en elComité Central, nadie respondió con.un sólo dato concreto de talesacusaciones, salvo Horacio Fernández Inguanzo que dijo que «un cama-rada le había visitado y le dijo que a su hijo le habían ofrecido una becapara ir a Checoslovaquia».

dücto de una actitud consciente de impedir que prosperase cualquier rechazo de alguna tesis en la próxima Conferencia regional .

El Pres iden te y él Secretario de esa delegación querepresentaban' a la «mayoría minoritaria», (debe de sere s e , quizás, el fundamento de la argumentación utilizadapor miembros de l Comité Ejecut ivo cuando dicen que«en Asturias hay problemas porque no se está aceptandoel criterio dé las mayorías» (8)), proponen nombres parael Comité Regional, para la Delegación de Asturias al IXCongreso^ para la mesa de la Conferencia Regional, etc. ,que no representan el sentir de la mayoría de la Conferencia Local de Gijón. Y si hablo de esta Conferencia esporque asistí personalmente a ella, formando incluso parte de lá mesa, y constaté directamente unos hechos que,según otros testirnonios directos de camaradas de otraszonas de Asturias, ni eran únicos en Gijón ni eran producto de la casualidad o de una situación específica de esalocalidad.

Todas estas circunstancias, coincidentes con las quese estaban produciendo, quizás con otras formas, en otrossitios del país y en diferentes organizaciones del Partido,po nía n en evidencia que la preparación del IX Con gresoestaba siendo viciada y deformada en cuanto al objetivode que «el Partido decidiría colectivamente su líneapolítica y su funcionamiento» (9).

Irregularidades similares se habían dado en otrasConferencias e incluso en Agrupaciones donde camaradasqu e habían m antenido de terminadas posic iones respecto alas tesis y estatutos cambiaban repentinamente el sentidode su intervención porque alguien les había dicho que loque trataban los leninistas era de «cargarse al Paisano». El

clima creado en las Agrupaciones era, y sigue siendo,irresp irable . D e la camaradería entre los militantes se pasaal insultó, a las amenazas verbales y físicas e incluso alodio personal . Es te fenómeno no se produce sólo encasos singu lares sino que ad quiere rasgos generalizados enmuchas localidades de Asturias. Los «intelectuales» y los«o bre ros » parecen d os categorías disjuntas y ajenas porcompleto a la historia de lucha de nuestro Partido y se retrocede a posiciones obreristas que parecían enterradas enel pasado y que desde luego entrañen flagrante contradicción cóh formu laciones tales com o la de Fuerzas delTrabajo y la Cultura. Es inútil que se diga públicamentequ e ese argum ento no 'se ha ut i lizado, porque ha s ido una

realidad a la hora de buscar el apoyo de algunos camaradas del movimiento obrero que se dejaron sugestionarpor ese planteamiento.

Otro de los argumentos fundamentales utilizados duran te los días previos a la Conferencia Regional ha sido elde supuestos contactos con los países del Este, cenas conembajadores y cosas similares. Miembros del Comité Regional de Asturias se entrevistaron con camaradas deAviles tratando de convencerles sobre esta base y diciendo disponer de toda clase de datos sobre dichos contac-

(8) Declaraciones de Pilar Bravo, recogidas en Diario 16 (lO-IV-78),

donde dice que «. . .en Asturias hay problemas porque no se está aceptando el criterio de las mayorías».

(9) Interve nción de Santiago Carrillo en el Pleno del Comité Central defecha 26-IX-77 .

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i l /«5 l i l j^34 35 31)

t os . Ese mismo argumento, me consta, ha sido util izado-en Cata luña por un miembro de l Comité Ejecut ivo quevive en Madrid y en el mismo Madrid por varios miembros del Comité Ejecutivo y del Comité Central, l igadostodos al aparato del Part ido, sin ningún t ipo de recato.Parece ser que el hecho de organizar unos actos de homenaje a Bertolt Brecht o proyectar unas películas sobre laRevolución de Octubre (enviadas desde Castelló 36),hechos ambos que habían s ido puestos en conocimientode la dirección del Part ido, son motivo para sospechar decontac tos miste r iosos .

Se niega en la prensa la existencia de listas negras(10) c uand o hay pruebas evidentes y concre tas de que hansido facilitadas a varios camaradas listas con varios nomb r e s , ' entre ellos el mío, para que no fuesen elegidosmiembros de l Comité Regional ni se votase ninguna desus propuestas en la Conferencia .

Se entra así en la III Conferencia Regional en un clima d e tensión agravado po r e l hecho de q ue en la reunióndel Comité Regional celebrada el día anterior no se habíaquer ido l legar a ningún acuerdo sobre una propuesta

(10) Denuncia pública formulada por un delegado de Grado a la salidade la Conferencia de Perlora, en la Asamblea que se produjo a continuación, donde citó varios nombres que se le habían facilitado para no servotados. Asimismo en la reunión del Comité Central de fecha 16-IV-78,en su intervención, Horacio F. Inguanzo admitió que «los de la Camocha y los de Ensidesa vinieron con listas, porque se sabía lo que estabapasando. Palacios vio a unos camaradas de Ensidesa que naturalmente jequerían asesorar de otros porque querían ir a trabajar» Ésta cita textuales parte de la respuesta que dio a la intervención de V.A. Areces,cuando se refería a las manipulaciones habidas enla Conferencia deGijón, previa a la Conferencia Regional de Perlora.

(11) Vice nte Alvarez Areces y José G arcía Martínez renunciaron en laúltima reunión del Comité Regional a formar parte de la Comisión decandidaturas, a pesar de que habían sido elegidos para formar parte deella en otra reunión celebrada el 5-III-78. Mediante votación salieronelegido s V icente Alvarez Areces (15 votos), José G . Martínez (11 votos ) , Manuel Sánchez (11 votos), Ángel León (10 votos) y Fausto (10v o to s ) . Quedaron como integrantes de la Comisión de candidaturas, porparte del Comité Regional saliente, los cuatro primeros. En esa mismareunió n los componentes de l Comité Regiona l votaron como pres iden tede mesa a J .R. Herrero Merediz y como secretario a M. Ángel A. Areces (éstas eran propuestas a someter a consideración de la Conferenciapor parte del Comité saliente). Merediz obtuvo 13 votos. M.A. Areces10 en la votación como secretario. La reunión había sido convocada porel Secretario de organización. Ángel León, juntamente con el orden deldía . Nadie puso objecciones a la convocatoria ni al orden del día . Confecha 23-III-78 (día anterior a la Conferencia de Perlora) en una inesperada reunión convocada a últ ima hora por Horacio se dio la vuelta atodas las votaciones anteriores excepto la que determinaba que fuese lamesa presidida por Herrero Merediz y que como secretario actuasend o s . Ese mismo acuerdo fué vulnerado también cuando al presentar lamesa para su aceptación o no por la Conferencia Regional, fué modificada su com posición entre bastidores, antes de iniciarse la misma.

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equilibrada del Comité Regional y se habían revocado dec is iones tomadas en anter iores reuniones de l Comitéacerca de las normas y de la composición de la mesa, asícomo sobre los integrantes de la comisión de candidaturas. Ni siquiera mi renuncia, y la de otro camarada, a pertenecer a la 'comisión de candidaturas y el acuerdo conseguido sobre la composición de la mesa (11), sobre la basede que hubiera dos secretarios, sirvió para eliminar la tensión existente. La propuesta de aplazar la votación sobrela compo sic ión de l Comité Regional futuro p ara días posteriores fué rechazada y así se inició la Conferencia con laformación de una mesa en donde yo aparec ía como laguinda que adornaba un hermoso paste l coc inado de antemano, y por eso fue por lo que renuncié a formar par tede la misma. Ni siquiera en su constitución fueron respetadas las propuestas que el Comité saliente había hechosobre su presidente y secretario, quizás el único acuerdoobtenido en toda una reunión de var ias horas de durac ión.

La actitud de la mesa a lo largo de la mañana y parte

de la tarde culminó en el incidente que motivó mi decisión personal de abandonar la Conferencia sin que en ningún momento adoptase ningún t ipo de pro tagonismo nidurante su desarrollo ni en el abandono de la misma (12).

Me reafirmo en los dos comunicados firmados tantopor el conjunto de los delegados que se salieron, comopor la delegación de Gijón, y cuyo contenido está en conocimiento de la dirección del part ido, pues fué enviadoal presidente de la mesa y a la redacción de Mundo Obrero,

pensando en este caso que su publicación contribuiría aesclarecer las razones de nuestro abandono, aún cuandolos redactores de dicho órganos mantuviesen otra posi

ción dist inta. Eso no ha sido así, sino que por el contrario,la versión de los hechos dada tanto por el enviado especial como por los dos camaradas del Comité Ejecutivo,Horac io Fernández Inguanzo y Simón Sánchez Montero ,que opinaron de lo sucedido, ha sido totalmente inexactay en algunos extremos calumniosa, pues lo que allí se diceno se ajusta en modo alguno a lo que sucedió. Yo lepregunto a l responsable de ese per iódico , ¿por qué no se

(12) S imón Sánchez Monte ro en Mundo Obrero de fecha 30,111-5,IV-78,en la página 6, declaró que en Perlora «a la salida, realizaron unaAsamblea todos los que habían salido, y mayoritariamente estos se pro

nunciaron por la vuelta a la Conferencia, pero algunos que les dirigían,les convencieron de que no debían volver». En la reunión del ComitéCentral del día 16-IV-78, dijo textualmente que los camaradas que sehabían salido lo habían hecho ante «una señal de Areces». Asimismomanifestó su sospecha de que algo estaba preparando, porque «por lamañana estaba en un sit io y por la tarde se colocó en otro», etc.

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publicaron los escritos con las explicaciones dadas por losdelegados que abandonaron la Conferencia y paralelamente se hacía una crítica de las mismas?.

Quiero añadir además que ante las continuas alusiones personales que se me han hecho con ocasión de laconferencia de prensa ce lebrada por e l Comité Regionalel pasado 7 de Abril , recogidas por diversos medios infor

mat ivos , me vi obl igado a romper mi act i tud de mantene rme en silencio y a rebatir afirmaciones que consideré totalmente inexactas. Manifesté que en la reunión del Comité Central celebrada los días 21 y 22 de Enero de 1978yo no estuve presente en las discusiones de las tesis senc i l lamente porque e l día 21 de Enero yo no es taba enMadrid y tampoco estaban otros camaradas asturianosmiembros de l Comité Centra l , que se incorporaron conmigo el día 22 a la discusión de los Estatutos. Únicamentees tuvieron en la reunión Horac io, que ya es taba en Madr id, por la reunión de l Comité Ejecut ivo, y Merediz yFaust ino que se había quedado en e l t ren a l no poderpasar éste el Pajares a causa de la nevada y por tanto lle

garon a Madrid por la ta rde de l día 21. Resul ta puesextraño que se diga que yo «no me levanté a reba t i r latesis 15» o incluso «la aprobé», como se ha dicho en Madrid y en otros lugares, incluso en órganos de prensacomo la revis ta ha Calle (13) . Por otra par te tengo queseñalar que la famosa tesis 15 me enteré de su existenciacuando me la entregaron a l entrar en la reunión, entre los28 folios de enmiendas a las distintas tesis y estatutos, quehabían sido incorporadas a última hora y que no se noshabían facili tado con anterioridad. Mi postura personalante el artículo 2 de los Estatutos, que define las características del Partido Comunista y se apoya por tanto en lasformulaciones de la tesis 15, fué la de abstención puesconsideré que a l no haber podido votar e l día anter ior ydesconocer en aquellos instantes el contenido de la tesis15 no podía en conciencia ni rechazarla ni aceptarla. Elresultado de esa votación fué la de 3 votos en contra yuna abs tenc ión que era la mía . Pido pues que se revisenlas actas y se compruebe si esto es cierto.

Respecto a las discrepancias manifestadas o no en elseno de l Comité Regional resul ta extraño que cuando eraya de dominio público que existían divergencias sobremultitud de aspectos relacionados con la aplicación concreta en Asturias de la política del PCE, el nuevo secre ta r io regional intente presentar lo sucedido como una

sorpresa , por lo menos en lo que a mi persona se re f ie re ,y que en realidad encubre el argumento de que «algo hayde t rá s» .

Para buscar la explicación de esta situación en Asturias habría que remontarse muy atrás, quizás al momentoen que fui elegido para la Secretaría Regional, á finalesdel 72, después de mi vuelta de Galicia por decisión de ladirecc ión de l Par t ido, pero no es és te el mo men to de contar viejas historias que a nada conducen. Lo que sí me interesa explicar, porque es un tema que necesita aclaración, son los antecedentes inmediatos de está crisis en elComité Regional de Asturias y tratar de buscar las posibles razones que han motivado e l apoyo dec idido de lComité Ejecut ivo a de terminados miembros de l ant iguo

(13) Simón Sánchez Mo nter o en la revis ta La Calle, n° 3, 11-18-IV-78,pág. 6.

Comité Regional . Resul ta doloroso a l mismo t iempocomprobar cómo se ha ac tuado es ta vez desde la propiadirección basándose en una información totalmente unilateral y se decidió actuar de una determinada manera sintener en cuenta cjue en otras ocasiones de fricciones o discrepan cias po líticas se buscó u n pu nto de acuerdo y se logró conseguir gracias al «sentido de la responsabilidad detodos» según manifestó el propio Santiago con ocasión de

la reunión sostenida en Madrid en la Semana Santa delaño 76 o anteriormente con las visitas de Ignacio Gallego,J. Ballestero, o Sandoval, con ocasión de diversos problemas orgánicos y políticos que se habían suscitado en ocasiones diversas.

Sin duda que uno de los mayores motivos de friccióndesde hace ya meses ha sido el problema de los parlamentarios asturianos del PCE. En una reunión celebrada el 4de Septiembre de 1977, se envió una carta al Comité Ejecutivo donde se trataba de dar una salida a la situacióncreada en Asturias, sin que ello supusiese en modo alguno el pedir la dimisión de Dolores ni menos hacer algo

que mermase su prestigio. El texto de esta carta lo tengoaquí y lo voy a leer ante el Comité Central (14). Esta carta

(14) Cart a dirigida por el Comité Regional de Asturias del PCE al Comité Ejecu t ivo :

«Queridos camaradas: A través de ésta cana queremos transmitirosuna gran inquietud que tenemos, no solo nosotros, s ino toda la organización del Partido en Asturias , en cuanto a la s ituación y actuación denuestros parlamentarios Dolores Ibarruri y Wenceslao Roces.

Consideramos que la s ituación que se ha provocado con ésta ausencia prolongada es gravemente perjudicial para los intereses de nuestroPartido y ello ha motivado que otros parlamentarios estén tomando la

iniciativa política en toda una serie de actuaciones que han recaído sob ree l g rupo par lamenta r io as tu r iano.

En m ucho s camaradas cunde la desmoralización y el desánimo, puesconsideran que lo que está pasando con nuestros parlamentarios es peorque si no los hubiésemos sacado en las pasadas elecciones.

Comprendemos que son dos casos diferentes y que en la presentesituación una parte de culpa es nuestra al no haber valorado debidamente las consecuencias de tales designaciones, pero también queremosseñalar que s i no se toman medidas urgentes para solucionar éste problem a se pu ede originar una s ituación de imprevisibles consecuencias .

Animados por el deseo de preservar intacto el extraordinario prestigio que tiene entre la clase obrera asturiatia , y dentro del Panido, lafigura de n uestra Pre sidente, Dolor es ' Ibarruri, consideramos que no

podemos obligarla a jugar un papel forzado y que nos va a exponer asituaciones muy delicadas en futuras reunion es de parlamentarios , por loque hos atrevemos a sugeriros que sería deseable hablar con ella y, contod a d elicadeza y s inceridad, expon erle el problema que su ausencia nosp lan tea . ,

Esperamos que todo ello no influya para nada en generar cualquierespeculación al respecto, sobre todo teniendo en cuenta la polémica conla lewstSi Tiempos Nuevos y creemos que, con toda la delicadeza necesa-'ria , se puede solucionar, con objeto de que Horacio ocupase su lugar.

Respecto a Wenceslao Roces, queremos hacer hincapié en quedesde las pasadas elecciones sólo ha venido por aquí en dos ocasiones, yen la última no hemos conseguido ponernos en contacto con él, por loque su actuación en las dos reuniones celebradas es bastante criticada, yaque no intervino en ninguna de ellas .

Proponemos que Wenceslao traslade su residencia a Asturias yconecte con los camaradas del Comité Regional para estudiar conjuntamente los problemas, como se suele hacer en nuestro Partido.

Con el ánimo de que este escrito s irva para atacar directamente unproblema que está dañando seriamente la imagen del Partido y afectan-

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fué votada en el Pleno del Comité Regional, con 4abstenciones, y posteriormente fué ratificada en otra reunión en donde hicimos un comunicado a la prensa desmintiendo el que se hubiese pedido la dimisión de Dolores y ratificando el contenido de la anterior. Hay un documento con firmas de todo el Comité Regional. El día 7de Septiembre, en un Pleno del Comité Central, en uncambio de impresiones que tuvimos con Santiago, éste

asume el contenido de la carta y le parece correcta. Regresamos a Asturias y es cuando a la vuelta nos encontramos con la famosa filtración a la prensa, en donde se señalaba que se había pedido la dimisión de Dolores.

En la reunión del Comité Central del día 26 delmismo mes de Septiembre el mismo Santiago, en unaintervención durante el pleno que alguno recordaréis, noshizo una serie de acusaciones sobre supuestas relacionescon grupos izquierdistas, corroboradas por Azcárate, suinformador, a las que yo respondí y luego retiró, aunquemantuvo sus manifestaciones de que «... se le caería lacara de vergüenza si hubiese votado la carta pidiendo la

dimisión de Dolores». Nos hacía responsables de «todolo qu e le hubiese pod ido suceder». N os di jo q ue «tuvieron que hacer un verdadero cordón en torno a ellapara evitar que le llegase la noticia» y también que«habíamos dado publicidad a una carta antes de ser conocida por los organismos superiores». Además de todoesto añadió que «estábamos en concomitancia con losgrupos izquierdistas, como el PCOE y otros grupúscu-l o s» .

Después de mi intervención, retira lo de las «concomitancias» con los grupos a nuestra izquierda y mantiene que«sentiría vergü enza para toda la vida» si hubiese ped ido ladimisión de Dolores, como hicimos nosotros. Y ese fue elfinal de la reunión.

Tales manifestaciones, aparte de no corresponder alo que había sucedido, puesto que ni se había pedido ladimisión de Dolores, ni es cierto que se hubiese dado aconocer a la prensa sin ni siquiera notificarlo a los organismos superiores de dirección, produjeron en algunoscamaradas que asistimos en la reunión una justa reacciónde indignación.

En la siguiente reunión del secretariado del Comitéregional de Asturias, manifesté mis deseos de abandonarel Comité Central y el Comité Regional, cosa que no hice

a raíz de u na entrevista posterior con. Horac io, que m epidió continuase en esos organismos de dirección, por larepercusión que ello iba a tener en el Partido.

Después de esas fechas la situación en el Comité Regional se fué deteriorando rápidamente, pues las situaciones de fricción fueron numerosas, y ante problemas diversos, sin que en ningún momento las posiciones ante esosproblemas fueran homogéneas ni mucho menos coordinadas. En realidad lo que se apreciaba por momentos eran

do grave men te a l prest ig io ganado merecidamen te en la lucha por par tede camaradas de nuestra dirección, con previsibles consecuencias en laspróximas elecciones municipales, nos dirigimos a vosotros para buscar

una solución justa.

Saludos afectuosos

Comité Regional de Asturias del PCE

diferentes concepciones de aplicar la línea general delPartido a la situación concreta de Asturias y la distintavaloración que se hacía sobre acontecimientos de la vidapolítica regional y nacional.

Las relaciones con el PSP y la diferente visión quetenían los camaradas sobre la manera de concretarlas, lainiciación del trabajo sobre las municipales, la retención

del Órgano de l Comité Regional «Verdad» por un artículocrítico hacia el PSOE, la visita de Santiago Carrillo aAsturias y los incidentes surgidos sobre todo con la organización de Oviedo y finalmente las diversas posturas quese man ifestaron ante las Tesis del IX Con greso, unido a laaparición de la Tribuna en 3 números de «Verdad» extraordinarios, configuran una situación de auténtica rupturainterna del Comité, en el que además las decisiones tomadas democráticamente en sus plenos se aplicaban o no según interpretación personal de los camaradas que ostentaban las máximas responsabilidades del mismo, y en espec ia l de Horac io.

N o me cabe la m en or du da de que en el Comité Ejecutivo debería existir una gran preocupación por lo queestaba pasando en Asturias —pues supongo estarían informados de ello— y posiblemente se haya llegado a la decisión de que había que «homogeneizar» y dar mayor coherencia a ese Comité de dirección regional, pero lo que siresulta extraño es que en ningún momento se haya plantea do dicha ho mog eneización. sob re la base de una discusión política seria, incluso con el propio Comité Ejecutivo , y si se optara por una verdadera operación de limpiezade todo lo que fuese considerado elemento crítico dentrodel anterior Comité Regional, sin reparar en nada. Ni enlas visitas reiteradas a Asturias de varios miembros delComité Ejecutivo se dignaron tomar contacto con diver

sos camaradas que por lo menos hasta ahora eramos tanmiembros del Comité Central como los que se van aqueda r .

Resulta doloroso cómo se puede actuar así en unPartido que se dice eurocomunista y que pregona continuamente una transparencia y absoluta democracia interna en su funcionamiento.

Intentado explicar lo que ha sucedido en estos pre-hminares del IX Congreso, y en particular en Asturias,resultan sorprendentes algunas explicaciones que se danen la prensa (15), donde se dice por ejemplo que enOviedo lo que se pedía era que se discutiesen los Pactos

de la Moncloa en la base. Me parece que los camaradas deOviedo a través de sus organismos de dirección y de lasresoluciones de la Conferencia Local, han manifestado cosas mucho más serias que esa, de las cuales existen Actasque supongo conocerá la Dirección del Partido, pues selas han enviado.

Creo que lo que verdaderamente está en cuestión enéstos momentos dentro del PCE son dos problemas fun-

(15) La revista La Calle, n° 3, recoge unas declaraciones de SantiagoCarril lo efectuadas en una reunión de cuadros del Partido en Madrid,

donde ponía como ejemplo de «deniocra t i t i s» e l reproche que se lehabía h echo en O viedo de n o haber so met ido los Pactos de la Moncloa ala aprobación previa de la base del Partido. Ese mismo argumento se dioen varias agrupaciones de Madrid, después de la visita efectuada porSant iago C arr i l lo a Oviedo.

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damentales: por un lado si seremos capaces o no de abordar seriamente su democratización interna en el sentidode adecuar la estructura del Partido y sus métodos deactuación a la estrategia de lucha que se propugna paracambiar la sociedad, y por otro lado se trata de definircon más rigor cual es la concepción de un Partido revolucionario y su línea política, adecuada a las condicionesespecíficas de la España de hoy.

Todo éste debate no puede reducirse, tal y como estásucediendo ahora, a una discusión apresurada sobre elsignificado del leninismo, tratando además de contraponer los términos de leninismo y eurocomunismo, asícomo el de identificar el leninismo con las prácticas esta-linistas, el sectarismo y el dogmatismo.

La revisión del leninismo y la permanencia o no demuchas de sus formulaciones tiene que hacerse sobréotras bases y en condiciones bien diferentes a como hoyse está efectuando. Sin querer quitar valor positivo alhecho de que el debate se haya iniciado ahora, seríamucho más lógico que esa revisión se hiciese en el marcode un Congreso Extraordinar io en donde se abordase laelaboración de un nuevo programa del Partido, tal y comomanifestó Santiago Carrillo hace unos meses cuando seplanteó el tema de la preparación del Congreso. Si losobjetivos de éste eran fundamentalmente discutir unastesis de contenidos políticos relacionados con la situaciónde hoy, con la acción inmediata, y además la elaboraciónde unos Estatutos adecuados a la situación de legalidad enla que nos movemos, con la consiguiente elección de unosnuevos órganos de dirección (16), creo que aparece bienclaro que los problemas que genera la Tesis 15 sobre lasupresión o no del leninismo, y sobre todo el porqué sehac e es e plante amien to son ajenos a los objetivos iniciales

pro pu es to s para e l IX Con greso. Si e l problem a se reduce

(16) Inte rven ción d e Santiago Carril lo en la reunión del Com ité Centrald e 2 6 - I X - 7 7 .

La intervención de V. A. Areces y las notas adicionales, así como lainterven ción de J . M. Torre , en la reunión del Comité Centra l de l PCE,han sido entregadas para su publicación en la revista EL BASILISCO.Oviedo , 12 de ene ro de 1.979-

a ganar credibilidad electoral, creo que también es unerror, pues la credibiUdad no se ganará nunca de esaforma, y más teniendo en cuenta que el Partido Comunista, por lo menos en Asturias, va a salir enormementeresquebrajado de todo éste proceso y con heridas difícilesde curar .

El partido hoy en Asturias se encuentra en una situa

ción muy grave. Hay organizaciones enteras, o partes muyimportantes de e l las que no reconocen a l Comité Regional y a la Conferencia Regional. Otras están semiparaliza-das e incluso se están produciendo ya entregas de carnets.•La autoridad del nuevo Comité Regional está ampliamente cuestionada por sectores del Partido, pues incluso algunas irregularidades cometidas en la elección de alguno desus miembros (caso de Pedro Cueto, que estaba dado debaja en él Partido) y las circunstancias en las que se haproducido la elección no ayudan precisamente a restablecer el equilibrio necesario. Yo comprendo que esa situación de no reconocimiento del nuevo Comité no tieneuna salida positiva. Creo que estos camaradas tendrán quehacer un gran esfuerzo en el sentido de restablecer unnuevo clima de convivencia y de trabajo en el Partido sobre la base de caminar hacia el Congreso constituyentede l P C A, tal y como fué ap rob ado en varias co nferenciaslocales y en la regional.

Sobre mi actitud personal os diré que no voy aencabezar ningún tipo de fracción, ni a convertir el PCEen mi enemigo, porque no lo es, y porque me ligan aúnmuchas cosas personales y sentimentales a este Partido.No me considero ningún irresponsable político. Alcontrario, mi actitud durante la preparación del Congresoha sido la de no intervenir en muchas reuniones yconferencias a las que incluso fui invitado, para evitar el

que se interpretase como un intento de atraerme supuestos apoyos o conseguir otro tipo de fines personales. Yadije muy claramente antes de la conferencia regional queera mi deseo no continuar en ese Comité Regional y porello renuncié a ser incluido en las listas previas de candidaturas a pesar de que algunos me incluyesen en ellas«generosamente», después de mi salida de Perlora. Soycomunista y loseguiré siendo, dentro del Partido, si eso esposible . Nada Más.

11INTE RV EN CIÓ N A NTE EL PLENO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PA RT IDO

CO M UN ISTA DE ESPAÑA EL 16 DE ABRIL DE 1978 DE JOSÉ M ANU ELAR CA , SECRETARIO PRO VINCIAL DEL PCE EN SORLA, CAN DID ATO

EN LAS ELECCIONES DE JUNIO DEL 77, ANTIGUO MIEMBRO DE LADIREC CIÓN DEL PCE EN ASTURIAS Y M IEMBRO DEL COMITÉ CENTRA L

DESDE 1970

do defender mejor los intereses de los trabajadores yluchar con más eficacia por la democracia y por el socia

l ismo.

Durante esos años creo haber cumplido siempre losdeberes que me imponían mis responsabilidades. No me

Al intervenir por última vez ante un Pleno del Comité Central, puesto que intervengo para presentar mi dimi

sión de este organismo, lo hago profundamente conmovido porque no en vano he per tenec ido a l Comité Centra ldurante ocho años y he dedicado diec iocho años demi vida a este Partido. Al Partido a través del cual he creí-

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arrepiento de nada de lo que he hecho durante esos años.Y aún hoy, en que mis discrepancias con la dirección delPar t ido me impiden seguir aquí , aún hoy creo que contodos sus defectos, ésta ha sido la organización más adecuada para aportar desde ella mi modesta contribución ala lucha de los trabajadores y a la causa del com unismo .

Pero mis desacuerdos son hoy demasiado grandes y

por el lodebo poner f in a mi presencia en cualquier organismo de dirección polít ica, tanto en el Comité Centralcomo en el Comité Provincial de Soria.

En otras ocasiones he discrepado de tal o cualpropuesta del Secretario General, de tal o cual análisis.Lo he dicho siempre con sinceridad. Y con sinceridadtambién cuando he visto que estaba equivocado, y no mehan dol ido p rendas para aceptar lo así ante vosotros.

Al decir esto no pretendo crit icar a los que prefierensilenciar sus desacuerdos. Al contrario. Una de las cosasque aún no se han conseguido en el Partido, a nivel dedirección, es discrepar con naturalidad. Es cierto que nohay policías armados en las reuniones del Comité Centralque impidan votar a cada uno lo que le parezca (1). Perodebéis reconocer que hay un clima moral, fruto de unalarga práctica de seguidismo de la que ninguno hemosestado exentos que hace difícil manifestar aquí los desacuerdos en las cuest iones fundamentales.

Ahora bien, en esta ocasión mis desacuerdos son másde carácter moral que de índole polít ica, y por lo tantoson más profundos que hasta ahora. Estoy en desacuerdofunda men talmen te con los procedimientos empleados porla dirección del Partido para abordar los conflictos surgidos en el seno de algunas organizaciones. Me refiero,

claro está, en primer lugar a la organización del Partido enAsturias. Pero también me llegan testimonios alarmantesen este sentido de Madrid y de Andalucía, de Zaragoza yde Cata luña .

N o creo q ue sea yo quien de ba analizar aquí esos en-f rentamientos, esos personal ismos, esas imposiciones,esas injerencias. Primero por no haber sido protagonistadirecto. Y segundo porque sería entrar en una casuísticaestéril de dimes y diretes que no nos conduciría a esclarecer esas situaciones, sino a enturbiarlas; e incluso aperder la serenidad que yo quiero mantener aquí hoy másque nunca. Baste pues con deciros que estoy ínt imamente

convencido de que se han empleado esos métodos y deque han ocurrido esas cosas.

Cada cual tendrá su propia visión y su propia interpreta ción d e todo ello . Yo no me meto a investigar elfondo de la conciencia de nadie. Pero os pido que respetéis la mía. Y mi conciencia no me permite aceptar procedimientos que yo, honradamente, considero condenables.

Yo sigo estando convencido de que la vía hacia el socialismo en E spaña debe ser pacífica, dem ocrática y plura-Hsta. Y a quienes pudieran insinuar que mi concepción es

otra, yo me limitaría a recordarles que fui el primero enbatirme polít icamente en Asturias hace diez años para defen de r las justas posiciones qu e el C om ité C entra l , —alque yo entonces no per tenecía todavía— había tomado enel asunto de la invasión de Checoslovaquia.

Mis convicciones polít icas son, pues, eurocomunistas.Y creo qu e, en esa vía pacífica y dem ocrática hacia el

socialismo, es esencial la unidad de los trabajadores. Yqu e en aras de esa unidad nadie pue de aho rrar esfuerzosni autocrít icas para superar las rupturas históricas, paracolmar el foso abierto hace casi sesenta años en el movimiento obrero mundial , para alcanzar una est recha unidad de acción e ntre los socialistas y los comunistas.

Pero creo también que los comunistas no estamosobligados a ser los únicos que demos pie hacia esa unidadestratégica. Creo que ya hemos sometido a crít ica haceaño s el pasa do y el pre sen te d e las realizaciones socialistasque antes habíamos defendido incondicionalmente. Creoqu e corres pon de a los demás andar una parte de esecamino autocrít ico hacia la unidad de acción. Y que esaunidad hay que hacerla sobre la base de una voluntadcom ún de recono cer los propios er rores y de una voluntad común de ir decididamente a transformar la sociedadcapitalista.

Por eso sigo pensando que la palabra «leninista» es laclave para distinguir dos concepciones del socialismo:

• La qu e par te de la idea de que Octubre 1917, con todoslos defectos, los errores y hasta los crímenes que se comet ieron y se s iguen comet iendo en su nombre, fué elpaso más impor tante dado hasta ahora en la histor iacontemporánea hacia una sociedad sin clases; y de que

el mundo actual y el propio capitalismo y nuestras mismas posibilidades de ir hoy hacia el socialismo noser ían lo qu e son sin la Revolución de O ctubre;

• Y , po r otro lado, la concep ción de aquellos que aún nohan sido capaces de reconer el error histórico que com eti ero n al condenar aquella revolución, y con ello secondenaron a sí mismos a la impotencia de convertirseen los simp les gestores de l capitalismo cada vez que l legan a l Gobie rno .

Sin embargo en el asunto del leninismo mi posiciónsigue si end o no entrar en el fondo d e la discusión porq ue

rechazo la forma en que esta discusión se inició y se estál levando a cabo. Porque creo que hubiera debido de serun a discu sión teórica, serena y profunda, realizada en«N U ES TR A BA ND ERA » y en o tr as r ev i st as , den t ro yfuera del Partido, propiciando al máximo la participaciónde ideólogos que no faltan hoy en España, y que no faltandentro del Partido aunque las voces de estos últ imos pordesgracia hayan dejado de oirse aquí hace ya t iempo. Yde pasada quiero deci r que el número de «NUESTRAB A N D ER A » que aparece ahora, a mediados de abri l, fa ltando una semana para el Congreso, con un debate sobrela cuestión del leninismo, me parece una aportación muyinsuficiente y, sobre todo, inútil por su tardanza.

(1) Alusión a unas declaraciones recientes de Santiago Carril lo en laprensa, hechas a propósito de la aprobación por el Comité Central de supro pu est a sob re la supresión de la palabra «leninista».

Mi posición, pues, sigue siendo la misma que en lareunión de enero: en ausencia de una discusión de estet ipo , toda decisión de cambiar los Estatutos en cuanto a la

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definición del Partido hubiera debido posponerse. Y ento do caso, después d e esa discusión seria y serena, la decisión hubiera debido tomarse en un Congreso extraordinario convocado al efecto.

Por no haberlo hecho así se ha desgarrado el Partido.Y yo estoy en total desacuerdo con los que dicen que esoes saludable y que todo se saldará con la marcha de unos

cuantos y que así el Partido ira más deprisa hacia dondetiene que ir (2). Yo creo, al contrario, que se le ha hechoun flaco servicio, a las clases trabajadoras y al socialismo.Y que el número de los que puedan servir no siempre vaa compensar la calidad humana de los que puedan irse; uno hablo por mí, naturalmente, sino por esos miles de militantes dé oro que lo dieron todo por el Partido y hoy nose reconocen en él y han dejado de ir a las reuniones yasumir tareas de Partido.

No obstante, quiero insistir sobre ello, mis desacuerdo s co n la- dirección del Partido n o son fundamentalespolíticos, sino morales. Estoy más convencido que nunca

de que sin una ética profunda no puede haber una políticarevolucionaria, y de que el f in no justifica ios medios.Que no se puede avanzar hacia la democracia empleandométodos autor i ta r ios .

(2) ídem.

Lo que ha ocurrido con los camaradas asturianos contrarios a las posiciones del Co mité Central es inadmisible. Yno hay que limitar sus discrepancias ni a la cuestión delleninismo ni a las propuestas del Comité Central para el9° Congreso. Sus discrepancias vienen, en lo fundamental, del desdichado asunto de los parlaimentarios comunistas por Asturias, en el cual la dirección del Partido impuso sus decisiones autoritariamente. Y eso sin hablar de

otras cuestiones como son la personalidad de GerardoIglesias, que si hubiera sido nombrado ya en 1972 responsable del Partido en Asturias, como yo mismo aconsejé en una reunión clandestina en Gijón con IgnacioGallego, no habría tenido que hacer ahora todo lo que hahecho para alcanzar ese puesto.

Yo me solidarizo plenamente con todos mis camaradas asturianos que se tuvieron que salir hace pocos díasde una Conferencia Regional manipulada y antidemocrática. Por eso presento mi dimisión del Comité Central yde la Secretaría Provincial del Partido en Soria. Sé que alhacerlo renuncio voluntariamente a asistir al 9° Congreso

como hubiera s ido mi derecho. No quiero que nadiepueda decir que voy ai Congreso a provocar o a montarun espectáculo. Os deseo de todo corazón que encontréisel camino más adecuado para aportar vuestra contribucióna la causa revolucionaria.

J O S É M A N U E L T O R R E A R C A

12

DOCXÍMENTOS DE LA III CONFERENCIA LCMIALDEL PC .A. DE OVIEDO

El nuevo Comité Local del Partido Comunista de Asturias en Oviedo, elegido en la III Conferencia Local, dirige a todos los militantes y simpatizantes de nuestra Organización un fraternal saludo comunista.

En las adjuntas resoluciones de la III ConferenciaLocal del PCA hemos pretendido sintetizar los resultadosobtenidos en dos apretadas jornadas de análisis y discu-

©

sión política que, no obstante las tensiones propias de lacrisis que está atravesando el Partido en Oviedo, hantranscurrido, en general, en un cHma de camaradería yr e s p e t o m u t u o .

Este nuevo Comité Local se* va a esforzar, poniendopara ello toda la entrega y el entusiasmo que en nuestraactividad debe caracterizarnos a los comunistas, no sólopor superar la crisis que nos afecta sino también por darun fuerte impulso al desarrollo del Partido en Oviedotanto en el sector de las fuerzas del trabajo como en el delas fuerzas de la cultura. Para la superación de la crisiscontamos con la comprensión y ecuanimidad de la granmayoría de los militantes, cualquiera que haya sido su posición anterior en el desarrollo de la misma. Para este Comité no existen «disidentes» ni «oficialistas», sino cama-radas que gozan de los mismos derechos y deberes conforme se regulan los nuevos Estatutos del Partido aprobados en el 9° Congreso. Aquellos militantes quepor razones personales o políticas, han optado por permanecer enla base del Partido, consideramos que deben incorporarsea las distintas Comisiones de trabajo que se van a crear a

diferentes niveles.

El nuevo Comité Local t iene el propósito de estudiarexhaustivamente. Agrupación por Agrupación, las causas

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del absentismo de numerosos camaradas a fin de tomar lasmedidas necesarias que permitan lograr su recuperacióncomo mil i tantes ac t ivos . También nos proponemos que ,en breve plazo, todos los camaradas estén al día en suscotizaciones. Ello es indispensable, no sólo por razoneseconómicas -^hay que superar de inmedia to e l gravedéficit de nuestra Organización— sino también porque lacotización regular es una de las mejores expresiones de la

necesaria ligazón política entre los militantes y la organizac ión.

De forma regular y sistemática miembros de esteCo m ité irán recorrien do las distintas Agrupaciones a finde conocer los distintos problemas que las afectan ycontr ibuir a proporc ionar les soluc iones opera t ivas .

Insp iránd on os en las resoluciones de la III . Co nferencia Regional del PCA, de la III Conferencia Local ydel 9° Congreso de l Par t ido Comunis ta de España , es teCo mi té Local dará a conocer próxim amente un de ta lladoproyecto de plan de trabajo, a corto y medio plazo, así

como las eventuales Comisiones a constituir tanto a nivellocal como al de las distintas Agrupaciones. Bien entendido que se t ra ta de un proyecto, pues consideramos queel plan definitivo de trabajo debe ser producto del esfuerzo de tod os. Para noso tros, los militantes no deben sermeros ejecutores mecánicos de las directrices superioressino elab orad ores con scientes de la política del Partidoque permitan que és te se const i tuya en autént ico intelectual colectivo. En ese sentido estamos abiertos a las iniciativas y sugerencias de todos los camaradas. Sugerenciasqu e n os com pro me tem os a recoger y aplicar sistemáticam e n t e

Este Comité se va a esforzar también en adecuar—en cuanto le sea factible—, las estructuras orgánicas delPar t ido en Oviedo a nues tro proyecto es tra tégico de unsocialismo en libertad. Para ello está abierto totalmente alas críticas de los camaradas y se esforzará también pormantener un adecuado rigor autocrítico. A tal fin nosapoyamos en e l texto de la resoluc ión de l 9° Congresodel PCE donde se es tablece e l compromiso de seguiravanzando en la superación de fenómenos burocráticos yen la recuperación de las esencias democráticas delm a r x i s m o .

Con independencia de la eventual creación de unaEscuela de cuadros y militantes, así como de los cursillosorganizados por el Comité Regional, este Comité Local vaa organizar en breve unos cursillos de formación acelerada mínima de los militantes que nos permita contribuira su necesaria homogeneización ideológica y política.

L A C R I SI S D E L P A R T I D O

E N O V I E D O

En los Informes del Com ité Regional y del Com itéLocal, así como en las intervenciones de numerosos cama-radas, se ha manifestado, implícita o explícitamente, unapreocupación muy generalizada por la existencia de unagrave crisis en la organización del Partido en Oviedo.

Crisis que se ha venido gestando durante varios meseshasta alcanzar dimensión pública con motivo de los incidentes que se produjeron en la I I I Conferencia Regionaldel Partido Comunista de Asturias. A esta crisis han contribuido, sin duda, algunos rasgos específicos que reviste

sociológica y políticamente la ciudad de Oviedo y que,como es lógico, no podían por menos de conf igurar , enuno u otro grado, a la organización del Partido que en elladesarrolla su actividad. Sin perjuicio de detenernos después en esos rasgos específicos, es preciso que, para situarel problema en su adecuada perspectiva política, lo planteemos como marxis tas en su verdadero contexto. Y esecontexto no sólo es regional, o estatal, s ino también inter

nac ional .

A partir de octubre de 1917 se abrió a escala mundialun proceso revolucionar io, s in precedentes en la His tor iade la Humanidad, y en e l cua l cont inuamos inmersos .Em pero no podemos desconoce r que —como muy ace r ta damente se señala en la tesis 15, aprobada en el 9° Congre so de l P ar t ido Comu nis ta de España— «El hecho dequ e la pri me ra revo lución socialista se realizase en un paísatrasado como era la Rusia de 1917, y que esta revoluciónno fuese seguid^i — com o pen saba Lenin— po r la de lospaíses avanzados de Europa-7- iba a tener graves consecuencias para la causa de la emancipación de los trabajadores. «El naciente Estado soviético sufrió el ataque y elcerco del imperialismo, y fue acosado por el hambre, lamiseria y el aislamiento internacional. El proletariado delos países europeos más desarrollados, sometido a lainfluencia de la socialdemocracia, no supo hacer la revolución. Esta realidad contribuyó a crear nuevas bases favorables a fenómenos negativos como el burocratismo y eles ta l inismo». De ahí también que a lgunos de los nuevosEstados socialistas hayan hecho prevalecer sus interesesnacionales, o estatales, sobre los principios de solidaridadinternacional is ta propios de l marxismo, dando lugar a lconflicto chino-soviético, a la intervención en Checoslovaquia, etc. , y, en consecuencia, a una grave crisis del Movimiento Comunis ta Internacional .

A este contexto internacional debe sumarse tambiénel desarrollo económico que, no obstante las crisis económicas inherentes ai Capitalismo, han experimentado lospaíses del área geográfica en que España está inserta.Como muy bien se indica en la Tesis 6, aprobada en el 9°Congreso del Partido Comunista de España, asistimos «aun crecimiento extraordinario de las fuerzas productivas ya una revolución científico-técnica» con consecuenciassocia les que no pueden por menos de repercut i r en unaestrategia revolucionaria basada en los principios del socialismo científico. Así, partiendo de las aportaciones teóricas de los camaradas Gramsci y Togliatti , y de la gene

ración científica que de las experiencias sociales de lostrabajadores han llevado a cabo los partidos comunistasde Italia, Francia, España, el Jap ón , etc., se ha consagradocientíficamente una vía democrática al socialismo despuésde popula r izada ba jo l a denominac ión de EU RO CO M U-N I S M O .

Esta nueva vía, que supone una recuperación delcomponente democrá t ico que los c lás icos de l marxismootorgaron siempre al socialismo —y que había sido diluido como consecuencia de los procesos de burocra t i -zac ión exper imenados por los Par t idos Comunis tas— hace entrar en crisis toda una concepción dogmática delma rxism o qu e Stalin fosilizó bajo la falsa d enominaciónde «leninismo». No obstante , es evidente que , aún s inentrar en el análisis de las causas históricas que explican,si no justifican, esa deform ación, la me jor forma de serfíeles al esp íritu original y crea do r de Lenin es llevando a

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cabo una adaptación de sus tesis , a las nuevas condicionesde nuestra época, similar a la qué él realizó, a comienzosdel siglo actual, con otras tesis marxistas igualmente desfasadas por el desarrollo histórico.

Sin embargo, en nuestro caso, el problema se agudizaa causa de una menor formación teórica de los militantesy a las peculiaridades que ha revestido en España el trán

sito hacia la democracia. Como muy acertadamente señalala 1* Tesis, aprob ada en el 9° Cong reso del Partido Co munista de España, «los pueblos de España están inmersos en un complejo proceso de cambio político a travésdel cual la dictadura franquista ha sido eliminada y se handado pasos importantes, aunque incipientes, en la creación de u n sistema democrático.. . Los hechos han confirmado el acierto de la orientación básica adoptada por elPartido Comunista de España, la política de pacto por lalibertad, si bien la realidad del proceso histórico en unaserie de aspectos importantes ha diferido de lo que habíamos previsto». A causa de una desfavorable correlaciónde fuerzas, no nos fue posible conseguir la ruptura democrática y ello ha condicionado todo el proceso democrático español: tardía legalización del Partido Comunista, y—en gran par te , como consecuencia— del re la t ivamenteinsatisfactorio resultado de las elecciones del 15 de juniode 1977, aplazamiento de las elecciones municipales, intento de descargar sobre las espaldas dé las masas populares las consecuencias de la crisis económica, etC;, etc.Así el proceso de democratización se ha hecho más lentoy gradual de lo previsto iniciálmente y, al confluir con lacrisis económica, no ha sido posible para los trabajadoresobtener avances sociales espectaculares. Todo ello ha decepcionado a muchos camaradas que no han sabido valorar debidamente los muy positivos resultados políticosobtenidos por el Partido en el año transcurrido desde su

legalización. Partiendo de una posición mucho más desfavorable que la de cualquier otra organización política, aconsecuencia de cuarenta años de viles calumnias y difamaciones, el Partido ha sabido explotar políticamente,con gran maestría, la exigua minoría parlamentaria obtenida en las elecciones generales hasta convertirse en unaauténtica fuerza política que está pesando muy positivamente en la configuración democrática del país. El sentidode la responsabilidad que el Partido Comunista ha demostrado con su política de concentración y consenso, asíco m o su iniciativa y habilidad en la gestación del Pacto dela Moncloa, modificación del Proyecto de Ley ElectoralMunicipal, etc. , han proporcionado a nuestra organización

una imagen muy posi t iva de par t ido de gobierno que not iene por qué mermar su duramente conquis tado pres t i gio de ardiente y combativo defensor de los intereses delos trabajadores. Por su complejidad, para comprenderplenamente es te fenómeno, se requiere una gran perspicacia política y flexibiUdad men tal. De ahí que no siemprehaya sido captado objetivamente por todos los miUtantes,algunos de los cuales —debemos reconocerlo— se handejado impres ionar momentáneamente por la demagogia«izquierdista» de partidos u organizaciones con nulo o escaso eco en las masas populares.

Los rasgos generales enumerados han influido, sinduda , en la c r is is de nues tro Par t ido en Oviedo. Pero,para que el análisis sea completo, debemos tener tambiénen cuenta algunos rasgos específicos propios de Asturias yOviedo. La organización del Partido Comunista en Astur ias, bajo el franquismo, se há caracterizado por una ac

tuación heroica durante la guerrilla y no menos combatidva, aunque revistiendo formas pacíficas, en las luchas sociales que han jalonado los últimos lustros de la dictadura.En esa etapa el núcleo fundamental del Partido se ha centrado en la minería y en la metalurgia con una implantación mucho menor en otros sectores de lá actividad odel territorio de la región. Ello ha proporcionado al Partido unos rasgos muy proletarios y de los que, como comu

nis tas , debemos enorgul lecemos. Sin embargo, es tos rasgos de firmeza, abnegación, combatividad, tesón, disciplina, estabilidad política, etc., propios de la clase obrera,han tenido por lógica contrapartida una cierta unilaterali-dad del Partido en Asturias ya que, en las condiciones declandestinidad, ha sido muy difícil desarrollarlo en el mismo grado hacia otros sectores sociales. Particularmentehacia el agro, sector servicios, profesionales y fuerzas dela cultura genéricamente consideradas.

Por e l contrar io en Oviedo, independientemente delas posibilidades muy interesantes que el Partido tiene dedesarrollarse entre los trabajadores de la construcción,

banca, comercio, servicios, sanidad, enseñanza elementaly med ia, etc . , es evide nte q ue se ofrecen rasgos específicos en los sectores de la Universidad, profesionales, etc.,y, en general, entre las capas medias de la población. Setrata de sec tores cuya imp ortan cia no pod emo s desdeñarpues son fundamentales en toda estrategia eurocomunistay, particularmente, en la de nuestro Partido, que está basada en la alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura.Además es en estos sectores donde el Partido se ha desarrollado más espectacularmente durante el año de legalidad pasando desde poco más de un centenar a más delmillar de militantes.

Ahora bien, sin incurrir en el fácil maniqueismo dedividir artificialmente al Partido en «intelectuales» y«obreros» —^práctica totalmente inadmisible en unpartido comunista que basa su línea estratégica en laalianza d e las fuerzas de l trabajo y la cultura^— es evide nteque un sector importante de la militancia del Partido enOviedo presenta la lógica especificidad —derivada de losrasgos señalados— de una más acentuada preocupaciónteórica que otros sectores del Partido. Por eso en tal sector ha podido incidir en mayor grado el debate sobre elleninismo, las polémicas sobre táctica y estrategia, el cris-ticismó «izquierdista» y, también, una legítima preocupación, que todos debemos compartir , por adecuar lasestructuras orgánicas del Partido a nuestro proyecto estra

tégico de socialismo en libertad. También —y ello hapesado muy negativamente en la crisis— una ciertatendencia a la exasperación y a aferrarse al maximalismoutópico de pre tender que e l necesar io proceso de democratización del Partido, derivado del tránsito de la clandestinidad a la legalidad, tuviese lugar de forma súbita einmediatista. En contrapartida también cabe afirmar lasubsistencia en otros camaradas, incluso en cuadros dirigentes , con independencia de que subje t ivamente t ra tende superarlas, de reminiscencias de hábitos burocráticosy autoritarios propios de períodos anteriores de la actividad del Par tido y, po r lo tanto, discordantes con nu estralínea política y organizativa actual.

En las causas enumeradas, independientemente deque todavía requerirían una mayor matización, puedeen con trar se la génesis de la crisis del Partido en O viedo y,sin duda, han influido en la actuación del anterior Comité

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Local del Partido. En justicia tampoco es posible desconocer las dificultades objetivas en que se desarrolló su actividad a partir de su elección en noviembre pasado. Sinembargo, si bien debe explicar, no puede justificarse suactitud de inhibición en la pasada campaña electoral. UnComité de dirección no puede limitarse a dejar en libertad a los camaradas para que, a título individual, participen o no en la campaña. Sería una actitud más propia deun l ibera l ismo dec imonónico t rasnochado que de un partido comunista. Por consiguiente, sólo es factible laexplicación de que estaban traumatizados por el desarrollo de la crisis del Partido y que, en consecuencia, nofueron conscientes de su deber como colectivo de direcc ión comunis ta . Por e l lo, teniendo en cuenta que —comose señala en los Estatutos aprobados en el 9° Congresodel Partido— «En todo caso, la sanción será el último recurso para corregir el incumplimiento por parte de uncamarada de sus deberes de comunista. Antes de aplicaruna sanción es preciso util izar la argumentación y el razon a m i e n t o » .

Esta conferencia Local no sólo no se pronuncia pormedidas administrativas sino que hace un llamamientopara que los camaradas afectados por esa momentáneapérdida de perspectiva política la superen en breve plazoreincorporándose plenamente a su actividad de militantesde l Pa r t ido .

La Conferencia Local considera igualmente que, parasuperar con plenitud la crisis del Panido en Oviedo, puede apoyarse muy operativamente en el párrafo de la tesis1 5 , aprobada en e l 9° Congreso de l Panido Comunis ta deEsp aña, que , dice: «Los comunistas españoles hem os superado autocríticamente, en lo fundamental, el estalinis-m o , y estaunos recuperando las esencias democráticas y

antiburocráticas del marxismo. Seguiremos avanzando enesa direcc ión».

P E R S P E C T I V A S D E T R A B A J O

La actuación del Partido debe transcurrir en el marcode la estrategia que él mismo ha venido configurando yque se re f le ja en e l MANIFIESTO PROGRAMA y en lasmodificaciones y aportaciones recogidas en las TESISaprobadas en e l IX CONGRESO. Entendemos l a nece saria unidad del Partido de manera dinámica, es decirreproducida dialécticamente a través de discusiones yaportaciones de los distintos puntos de vista que confluyan dentro de la misma estrategia general. Teniendo encuenta las características específicas de nuestro ámbito deactuación ovetense y en concordancia con nuestra líneapolítica, está claro que la composición del Partido Comunista de Asturias en Oviedo debe abarcar un amplioesp ec tro soc iológico, lo cual supo ne también he terogeneidad en las opiniones y puntos de vista comunes. Pero ladiscusión política debe combinarse con la actividad política, no cayendo en los extremos de un practicismo estrecho y empo breced or , ni convir t iéndose en un c lub de dis cusión que acabe por ignorar cualquier punto de referencia a la realidad. Como marxistas debemos ligar en nuestra actuación política indisolublemente teoría y praxis.

Nuestras concepciones suponen, tanto asegurar el funcionamiento de l Par t ido como organizac ión con una dirección central, como la participación de todos en la discusión y elaboración política. (Centralismo democrático).

El Partido Comunista de España, tal como señalábamos en el apartado anterior al citar la tesis 15, ha dadopasos decisivos én la superación de fenómenos antidemocráticos obstaculizadores de la elaboración y la acciónpolítica colectiva. Por ello podemos tener la firme convic

ción de que, como se expresa en la tesis citada: «SEGUIR E M O S A V A N Z A N D O E N E S A D I R E C C I Ó N » .

Las tareas específicas del Partido deben escalonarseen función de nuestros efectivos concretos y en un sentido de avance político y crecimiento organizativo. Deberemos asegurar el funcionamiento de Comisiones de trabajo a nivel local, donde participen el mayor número decamaradas y con especial atención hacia los jóvenes. Hayque plantearse el objetivo de realizar actividades que permitan establecer nexos con esos 9.000 votantes delPar t ido Comunis ta de Oviedo y con otros que lo sonpotencia lmente . Hay también que asegurar nues tra cola

boración y apoyo en la clarificación y solución de todot ipo de problemas que se presentan en nues tra c iudad.

La autonomía regional y su contenido debe figurar enel orden del día de todos los organismos del Partido,ligada a la problemática concreta de Asturias. Con elloavanzaremos igualmente hacia la definición de los contenidos específicos del Partido Comunista de Asturias, en laperspec t iva de su Congreso Const i tuyente .

Un objetivo de excepcional importancia 'es la participación en las próximas elecciones municipales. Participaciónactiva, tanto en los aspectos estrictamente políticos como

en las tareas mecánicas de la ,campaña. Esta campaña debeser concebida con una mayor descentralización que lasanter iores . Debe basarse , fundamenta lmente , en nues trapresencia e implantación en el tejido social, combinandolas formas clásicas de campaña electoral (mítines, carteles,octavillas, etc.) , con el contacto directo con la población ysus problemas cotidianos (charlas, coloquios, conversaciones personales en los barrios y centros de trabajo,e tc . ) , de modo que permita no sólo agitar sino tambiénconvencer. La campaña electoral exige la formación previade comisiones que estudien los diferentes aspectos de laproblemática munic ipa l .

Esta resolución obtuvo en la III Conferencia Local deOviedo, 69 votos a favor, ninguno en contra y 9 abstenc iones .

(«Verdad» . Año XIII . N» 5 . Agosto 78 )

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13INFORME ELABORADO POR EL GÓMETE REGIONAL

DELP.CA.

El ple no del C omité Regional del PC A se ha reun ido

los días 20 y 21 de septiembre, sometiendo a discusión uninforme presentado por la Secretaría de Organización, elcual será trasladado a todas las Agrupaciones del Partidop r ó x i m a m e n t e .

En el transcurso de esta reunión, el Comité Regional.fue informado de una serie de actividades y actitudes quevienen practicando personas en posesión del carnet delPCE, y que en opinión de este organismo constituyen unaclara labor fraccional.

Este Comité Regional, que tiene el mandato de laIIP Conferencia de dirigir la actividad del PCA, velando

por la democracia interna de la organización, de acuerdocon los Estatutos aprobados en el IX Congreso del PCE,sin prejuzgar en este momento la conveniencia o no deotras acciones posteriores, se siente en la obligación denformar a todas las agrupaciones que integran el PCA so-

bre las mencionadas actividades, dado que éstas se sitúanfuera de la línea regular de la organización.

N o vam os a ent rar en un a amplia casuística de com^orta mie ntos , m ás o men os indiv iduales . Reproduciremos

solamente unos pocos hechos, los suficientes para detec-tar con claridad el fenó me no fraccional.

«...se ratifica totalmente (la III Conferencia) en la

actu ació n qu e ha llevado la M esa...» que «...ha intentadoen todo momento llevar de forma impecable el desarrollode las sesiones», de acuerd o «con las normas aprobadas alprincipio de la primera sesión».

Entiende la Conferencia que el abandono, tal y comose produjo, es «un acto de irresponsabilidad para con elPCE» y que daña «la democracia interna del partido y sunecesar ia unidad».

La III Conferencia invitó a reincorporarse a las sesio-nes a los camaradas que la habían abandonado.

La reincorporación de estos camaradas a las sesionesno se produjo. Por el contrario, han comenzado a reunir-se con junt am ente y a adop tar actitudes colectivas.

El nuevo Comité Regional, examinando la situacióncon espíritu flexible e integrador, ha obviado cualquiermedida sancionadora, como es conocido por todo el Par-t i do .

R E U N I Ó N D E A B O N O

I I I C O N F E R E N C I A D E P E R L O R A

Las actividades que hoy denunciamos como fracció-nales, encuentran su asentamiento en la III Conferenciacelebrada en Perlora con el abandono de un grupo decamaradas, iniciado por Vicente Alvarez Areces («Tini»),miem bro entonces del Com ité Centra l de l PCE y del Co-mité Regional saliente en aquella conferencia.

El presente informe se remite, pues, a hechos ocurri-dos desde esta fecha (III Conferencia) que es cuando este

Comité Regional asume la responsabilidad de dirigir alP C A .

La posición de los que protagonizaron el «incidentede P er lora» , expuesta en e l mom ento que abandonaron kConferencia, mediante un comunicado con sus nombres yfirmas dirigido a la prensa , se resum e así:

Justifican su pos mr a «.. .ante el mé todo antidemocrá-t ico impuesto por la Mesa».

Pero afirman que «...este hecho no afecta en nada nia nuestras ideas, ni a nuestra militancia, que seguiremosrealizando en las Agrupaciones de base».

La III Conferencia, mediante declaración públicahecha en Perlora el día Id de ma rzo de 1978, se manifes-tó en los siguientes términos:

En contra de las manifestaciones públicamente efec-tuadas, en el sentido de que «rechazaremos tajantementecualquier imputación de actividades fracciónales» y «se-guiremos desarrollando nuestra militancia en las agrupa-ciones de base», a mediados del mes de abril tuvo lugaren Ab on o, do nde t rabaja Juan O tero Arango (uno de losque abandonó la Conferencia) una reunión que es pruebairrefutable de labor fraccional.

Acerca de la veracidad de esta reunión, hay que se-ñalar que la fuente de información han sido camaradaspre sen tes en ella. Recien tem ente, v para mayor credibili-dad, en una reunión del Comité Local ampliado de Gijón,la camarada Encarnación García informó de dicha reunión

de Abono y Marcelino Martínez González (Santi),m iem bro del anterior Com ité Regional y del actual Com i-té Local de Gijón, reconoció ante el Comité ampliado laexis tenc ia d e tal reunión así com o su asistencia a la misma

Pues bien, el contenido de la referida reunión fué elsiguiente: las personas asistentes que con certeza recuer-dan los camaradas informantes son,

Gerardo Turiel de Castro (Oviedo), Rubén García(Gijón), Miguel Alvarez Areces (Gijón), el matrimonioSantiago del Real y Honorina Marrón (Gijón), FelipeCas taño (Aviles), Ped ro A lberto M arcos (Langreo), JoséTroteaga Fernández (Oviedo), Manuel Luis Rodríguez

(O vied o), Jo sé García «Pepín» (Gijón), Marcelino Martí-nez «Santi» (Gijón), Santos Torollo Roca (Gijón), DanielPalacios (Gijón), José Manuel Bonilla (Langreo), CarlosDa go (Gijón ), Luis Alfredo Lobato (Oviedo), Manuel

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Sánchez (Gijón) y Juan Otero Arango, quien facilitó el lo-ca l ,de Gijón.

Se justificó la no asistencia de Vicente Alvarez Ateces («Tini») «por estar en Madrid en reunión del ComitéCentra l». La reunión la pres idia Gerardo Turie l .

Tras una larga discusión fueron perfilándose toda una

ser ie de planteamientos que resumidamente enumeramosa cont inuación:

a) To rped ear constantemente a l Comité Regionalexigiéndole cuentas sobre múltiples asuntos.

b) N o abandonar e l PCA s ino o bs tacul izar-desdedentro su ac t ividad.

c) Ob stacu lizar al máxim o las actividades de los Comi té s .

d) Reducir las cuotas al PCA a fin de crearle dificultades económicas .

e ) Rea lizar campaña cont ra «M UN DO OBR ERO ».

f) Aprovechar las culturales para su actividad.

g) Procurar traer más obreros a sus reuniones.

h) Co ntin uar las reunion s a fin de preve r nuevasacciones . .

Y otros posibles acuerdos que, por no conocer conexact i tud, no señalaremos.

Perfectamente concordantes con estos acuerdos en laactualidad se siguen produciendo hechos tales como:

• Descenso y devoluc ión de «MU ND O OBRE RO»en varios lugares de la región, tales como el caso deSotres, donde los camaradas de Cabrales informan alComité Regional que dicha actitud coincide en el t iempocon la visita a la zona de dos miembros del Partido deG i j ó n .

• Imp ago d e cuotas en unos casos y reducción a 25 y100 ptas . en otros , fundamenta lmente en Gijón y Oviedo(los Comités Locales de ambas organizaciones han infor

mado a l respecto a es te Comité Regional) .

• Inh ibic ión de las tareas del Partido , incluso de losque pertenecen a órganos de dirección (los Comités Locales de Gijón y Aviles han informado a este Comité Regional sobre tales extremos con nombres concretos).

• El camarada Mori , de la Agrupación Centro deGijón, ha denunciado formalmente ante el Comité Localde Gijón que ha rec ibido pres iones de miembros de l Partido para que exigiera la devolución de un préstamo quehabía hecho al PCA, concordando esto con la orientaciónde «ahogar» a l PCA económicam ente .

• Recientemente se ha creado una «Gestora»,promovida por e l mismo grupo de miembros de l Par t ido(Gerardo Turiel, Vicente Alvarez Areces.. .) cuya misiónes la de organizar conferencias enlas Sociedades Cultura

les. Si bien culturalmente la iniciativa es interesante, losfines son fracciónales, como ha manifestado el propioTuriel a camaradas de Oviedo. Esta iniciativa concuerdaperfec tamente con los planteamientos de la reunión deAbono.

• Estas person as, al ma rgen d e la organización d elPa rtid o visitan a camaradas po r distintos puntos de la

región, sobre todo zonas que por su ubicación geográfica,se encue ntran menos en con tac to con e l Com ité Regional,tal es el caso de Manuel Sánchez (Manolín) que ha estadorecientemente en Llanes, Cangas de Onís y Arriondas.

I I C O N G R E S O D E C C O O

En vísperas de la celebración del II Congreso deC C O O . de Asturias, la Secretaría Sindical convocóalgunas reuniones de camaradas que participaban activamente en el Sindicato, a fin de examinar cuestiones depolítica sindical. Entre los camaradas convocados a estasreun ione s se encontraban Luis Redond o y José Troteaga,negando su asistencia ambos.

En estas reuniones salió la idea de defender comocandidato a la Secretaría Gene ra l de C C O O . en e l I ICongreso a Francisco Javier Suárez por considerarlo lape rso na m ás idónea, decisión de la que fué informadoL u i s R e d o n d o .

Llegada la hora del Congreso, Luis Redondo, apoyado por los de legados que mil i tan en MCA, PCTA, LCR,BR, etc., se presenta también como candidato a la Secretaría General, en contra de su camarada de partido, Fran

cisco Javier, a pesar de que este era propuesto mayorita-r iam ente po r la propia Comis ión de Candidaturas de lC o n g r e s o .

Por otra parte, cabe destacar que al no habersellegado a una candidatura unitaria para la Ejecutiva seformaron dos listas, una rriinoritaria en la que estaban losdelegados que mil i tan en e l MCA, PCTA, LCR, BR, etc.,

y otra mayoritaria, en la que se habían agrupado la casitotalidad de delegados que son miembros de nuestrop a r t i d o .

Pero como una misma persona no podía estar inscrita

en las< do s listas y este e ra el caso d e Luis Red on do , alplanteársele la disyuntiva de optar por una u otra, nodudó en quedarse con los minoritarios, es decir, con delegados mil i tantes de l MCA, PCTA, LCR, BR, e tc .

Otro hecho singular es que durante las negociacionespara formar candidaturas (pues es de todos conocido quese constituyeron en dos bloques en el Congreso),miembros de l Par t ido como Manuel Luis Rodríguez(«Luism a») y Jos é Tro teaga eran los portavoces del grupominoritario, frente a la candidatura mayoritaria que eradonde formaban los camaradas de l PCA.

Con esa actuación, estos miembros del Partido, nosólo se colocaron en contra de la inmensa mayoría de sus

camaradas , s ino que han demostrado no tener inconveniente en aliarse con delegados de otras ideologías cuyosplanteamientos s indica les , aunque es tén en CCOO.,difieren bastante de los del PCE.

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Pero además con su actitud han presentado una imagen ante la opinión pública negativa tanto para el PCAcomo para CC.OO. Negat iva para e l PCA porque hanvuelto a llevar al seno de CC.OO. los enfrentamientos dePerlora, y negativa para CC.OO. porque en esa lucha nohan aparecido unas CC.OO. plurales sino un PCAenfrentado en luchas internas dado que la pertenencia alPartido de ambos candidatos a la Secretaria General erasobradamente conocida públ icamente .

A M O D O D E R E S U M E N

El Comité Regional no ha informado antes a todo elPartido de estas actividades, guiado por un espírituintegrador , entendiendo que e l lo podr ía c rear mayoresdificultades a esos camaradas para la vuelta a la militancia

n o r m a l .

LAS ELECCIONES SENAT ORIAL ES

Las pasadas elecciones senatoriales a las que sepresentaba el camarada Horacio como candidato, a juzgarpor los resultados han constituido un extraordinario éxitopara la política de nuestro partido.

Sin emb argo , frente al gran esfuerzo d e la mayoría delos camaradas para llevar adelante la campaña electoral,contrastó la actitud de un grupo, repartido por diversas

localidades, que en unos casos se inhibieron de la campaña electoral, como el entonces Comité de Oviedo (porcitar sólo un ejemplo) y en otros haciendo campañas parael PS OE com o José Troteag a (por citar solamente unsolo caso) quien el mismo día de las elecciones no teníareparo en invi ta r a votar PSOE a un grupo de miembrosde C C .O O . en los prop ios locales de esta central sindical.

U N A E S P I C H A C O M O PR E T E X T O

El día 9 de septiembre, en Santurio (Gijón), tuvo

lugar un encuentro de miembros de l PCA dé dis t intospuntos de la región. Los que invitaban al acto eran Vicente Alvarez Areces y Carlos Dago, entre otros. A losinvitados se les decía que se trataba de una espicha paracelebrar el aprobado de las oposiciones de VicenteA. Areces («Tini») y Carlos Dago y otros miembros delPa r t ido .

Efectivamente hubo espicha. Pero esta se convirtió,como era de esperar, en un acto político, en una tribunade ataques al Partido. Este acto presentaba, cristalizadapúblicamente, la fracción que se venía gestando desde elabandono de la I I I Conferencia .

Hay que aclarar aquí que varios camaradas asistentesa este acto nada tienen que ver con el propósito de losorganizadores. Algunos asistieron inconscientemente yotros por curiosidad. Tal es el caso del camarada Alonsode La Calzada c[ue en cuanto se percató de la naturalezadel acto abandonó el lugar, informando a su agrupación ya l Comité Local de Gijón.

En el acto hubo varias intervenciones. Destacó porsus ataques al Partido, la de Manuel Sánchez, sancionadoa seis meses de separación del Partido por su Agrupaciónde El Coto (Gijón). Gerardo Turiel se caracterizótambién por su agresividad en contra del Partido, invitando a «no dejar las cosas así», a seguir obstaculizando lavida de l PCA.

Jo sé Man uel Boni l la, José R amón («e l Roxu») yVicente Alvarez Areces fueron otros de los oradores.

El Comité Regional cree haber obrado correctamenteal renunciar hasta aquí a cualquier medida sancionadora yni siquiera de crítica abierta. Entendía que el «incidente»de Perlora tenía lugar en unas condiciones muy particular es : - .

• Prepara ción del IX Co ngreso , que po r ser el primero en la legalidad tras la desaparición de la dictadura, yestar llamado a sentar las bases para marchar sobre lanueva etapa que se abría, debía ser lo más abierto y permis ible en todos los planteamientos .

• Con fluencia de un a serie de factores,, analizadosen ef informe de organización que se presentará próxi;mámente a todas las organizaciones y que propiciabanestas divergencias, lo cual requería criterios de máximaflexibilidad.

A lo largo de estos meses, tras la IIP Conferencia, unbuen número de camaradas que la abandonaron se fueroninc or po ran do con toda normalidad a la vida del Partido;u n o s , porque en realidad les había arrastrado simplemente la confusión, y otros porque, discrepando en algunosaspectos de la política o formas organizativas del Partido,com pre nd en que la piedra de toq ue de l carácter revolu

cionario de éste estriba en conservar su unidad, contra laque no estaban dispuestos a atentar. De otro lado se pusoen funcionamiento la organización de Oviedo, que era lamás afectada, en la que hoy el nuevo Comité Local, queencab eza el camarada Jo sé M aría Laso, está logrando importantes éxitos en la reactivación de todo el trabajo.

Sin embargo, mientras esto ocurría así, un grupo demiembros de l Par t ido, repar t idos entre Gijón, Oviedo,Aviles y otras localidades, han ido radicalizando su en-frentamiento con el Partido y perfilándose cada día máscómo fracción, prosiguiendo las líneas de actuación trazadas en la citada reunión de Abono.

Llevadas las cosas a ese nivel de alejamiento de lavida regular del Partido, el Comité Regional resuelvetrasladar esta situación al conocimiento de todos los militantes, para que sea el conjunto de la organización quiense pro nu nci e al respecto. Y lo hace por varias razones:

1° .— Porque la actuación de estos miembros delPartido se sitúa totalmente fuera de los Estatutos delPCE, atentando contra la democracia interna, lo que causadesconcierto y desmoralización entre muchos camaradas.

2^.— Porque las agrupaciones han comenzado a

reaccionar con medidas sancionadoras, y preocupa a esteComité Regional que estas sanciones recaigan sobrecamaradas que únicamente se sienten confusos por laacción del reducido número que anima la fracción.

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3* .— La tercera y más importante de las razones esque de permit i r estas conductas en el Par t ido, aunquealgunos las realicen en nombre del leninismo, nosllevarían a una práctica que nada t iene que ver con el carácter revolucionar io del PCE. Y es aquí donde queremo sdetenernos brevemente , ya que se t ra ta de un problemade concepción equivocada, si es que creyéramos en subuena in t enc ión .

Cuando Marcelino Martínez «Santi» manifestada enel Comité Local de Gijón que estas actuaciones las realizaban para «protestar p or la falta de dem ocracia en el Part ido»; cuando Luis Redondo, Troteaga y o t ros hacencoalición con otros grupos ideológicos frente a la mayoríade sus cámaradas; o cuando Vicente Alvarez Areces,Carlos Dago. . . , convocan un acto regional para atacar alPartido, aunque lo justif iquen con la celebración de tal ocual motivo. . . ¿Todo ello qué quiere decir?.

Pues quiere decir : o que se actúa con muy mala intención, o que se t iene una concepción dist inta a lo que esel P .C.E.

O se actúa únicamente para torpedear la vida delPar t ido, como fue acordado en Abono, o se t iene unaconcepción del partido de grupos y camaril las, dondecuando no se está de acuerdo con la mayoría se organizala acción al margen de ésta.

Si es que se asocia esta acción a la idea de partidoeuroc om unista , la in terpretación no puede ser más equivocada. La idea de partido eurocomunista no renuncia alobjetivo de hacer la revolución, por lo que sigue vigenteel principio de unidad de acción y homogeneidad polí t ica,que choca frontalmente con la existencia de grupos orga

nizados.

En nuest ro par t ido es per fectamente permisibledef end er, incluso pública me nte, opiniones divergentes

sobre aspectos de la polí t ica general o práctica cotidianade la organización. Pero defenderlos con razonamientospolít icos, no con acciones organizadas que pasen porencima de la opinión de la mayor ía . Porque, entonces,¿de qué democracia se habla.- '.

Esto es lo que no hacen estos miembros del partido:defenderse polí t icamente, si es que t ienen divergencias,

sabiendo quedaJr en minoría.

Hay que decir que este grupo fraccional quenosocupa es la unión de descontentos muy dispares. Es perfectamente demostrable que no existe homogeneidad polí t ica entre ellos. Se unen, sin embargo, para no pagar lascuotas , boicotear «Mundo Obrero», a tacar a l ComitéRegional . . . ¿Tiene esto algo que ver con la democraciainterna en el Partido. ' ' . Por supuesto que no.

El Comité Regional es consciente de que estos fenómenos son propios de las etapas de transición a nuevassituaciones como la que estamos viviendo, por lo que nose siente en absoluto alarmado, enjuiciándolo serenamen

t e , lo que no significa inhibición, indiferencia. Sería entonc es cuando pe rder íamos n uest ra perspect iva revolucionaria, pues el PCA y el PCE tienen ante sí una enormeresponsabilidad en el contexto de la si tuación polí t icaque no permite acti tudes de indiferencia ante fenómenosque a la larga le debilitarían para la acción política.

Hasta aquí e l Comité Regional cumple con el deberde informar al Partido. A partir de ahora queremos contarcon la opinión del P.C.A. Para ello sería conveniente quelas agrupaciones remitan copia de las actas donde se aborde el tema.

Gijón , 21 de Sept iembre de L978

Comité Reg ional de l P .C.A.

14DOCUM ENTO DE LOS 500. PARA ENVIAR AL COMITÉREGIONAL DE ASTURIAS DEL PCA Y AL SECRETARIO

GENERAL DEL PCE

Los abajos f irmantes, miembros del PCA, ante la gravísima situación orgánica por la que atraviesa nuestropartido, conscientes de la responsabilidad que como comunistas nos incumbe, queremos hacer l legar nuestra vozan te voso t ros .

La crisis abierta en el partido durante la celebraciónde la IIP Conferencia Regional de Perlora, estimamosque fué el resultado de la incapacidad política de la anti

gua dirección regional para resolver por la vía del diálogoy del equilibrio, las diferencias surgidas en su seno y enam plios secto res del partid o, en torno a problem as com oel papel jugado por los parlamentarios comunistas astu

rianos, las tesis presentadas al IX Congreso, la valoraciónde la polí t ica seguida por el partido en el período de transición hacia la democracia, etc. .

•Las esperanzas que muchos de nosotros pusimos enla supuesta buena voluntad del nuevo Comité Regional(sobre todo después del éxito de nuestro partido en laselecciones parciales del 17 de Mayo), para superar una situación fáctica de rompimiento interno, se vieron total

mente def raudadas.

En vez de reactivar la vida política del partido entodos sus sectores, se congelaron completamente las actí-

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vidades de las diversas comisiones que integraban elámbito de la cultura, en un claro intento de depuración deun sector considerado como contestatario; se siguió unapolítica sectaria y mezquina en relación con camaradas«no incondicionales» de la actual dirección; en una palabra, se subordinaron los intereses del partido a los de lafidelidad pers ona l o de incon dicionalidad po lítica. La negativa constante de la dirección a reunirse con los co

lectivos más afectados por la crisis, para intentar encontrar vías de solución, constituye el signo más evidente desu voluntad de ruptura.

¿Cómo se puede honradamente , entonces , acusar defraccionalista los intentos de estos camaradas para crearuna promotora cultural, que desbordaba, por otra parte,;el marco estrictamente partidista, desde el momento enqu e la dirección d el partido, en una clara actitud hostil , nollevó a cabo ningún intento de organizar el trabajo delpartido en ese sector?.

La situación de enfrentamiento, sobre todo en

Oviedo y Gijón, entre grupos de camaradas y entre diferentes zonas del partido, era alentada por la direcciónpor su actitud sistemáticamente hostil; su apoyo decididoa quienes consideraba «fieles» agravó rápidamene el climade convivencia dentro de l par t ido. Entre tanto, muchoscamaradas cansados de esas luchas intestinas sin perspectivas abandonaban la militancia activa.

En este clima absolutamente deteriorado se producenlos cuatro expedientes del Coto, que crispan y exaltan losánimos, al ser considerados por muchos camaradas injustos y discriminatorios. Las actitudes contestatarias creceny se extienden paulatinamente. En el colmo de la cegueray de la impotencia política, desbordado por todas partes,

el Comité Regional, intenta «sanear» definitivamente lasituación, iniciando una campaña contra diez y ochocamaradas acusados de «actividad fraccional», que deberáculminar en su expulsión del partido.

El Comité Regional afirma haber agotado todas lasmedidas pol í t icas . Desconocemos en absoluto en quehayan podido consistir tales medidas. Lo único que hemosconstatado es su incapacidad para integrar en el partidoconcepciones diferentes del partido y de la política delpartido, fuente, por supuesto, de tensiones y conflictos,pero signo también de vitalidad política y de entusiasmorevolucionario. Esta actitud nos lleva de la mano a plan

tearnos los límites de un «centralismo democrático» practicado de manera mecánica y burocrática, que ahoga todotipo de tensión resultado natural de un deseable pluralismo interno, con el viejo sonsonete de «desviacionismo»,«fracc ional ismo», e tc . .

D e es ta penos a situación po r la que atraviesa el partido en Asturias, ¿quién es responsable?, ¿los sectores con

testatarios de la base del partido?. ¿Es que vamos a caerde nuevo en la creencia irracional de que la dirección esinfalible y tiene siempre razón?, ¿ó habrá que cambiar debase para que la dirección siga teniendo razón?. Creemossinceramente que una par te importante de lo que sucedeen Asturias se debe a la ceguera y a la incompetencia de ladirección del partido.

Se nos dirá que estamos rompiendo la unidad delpartido, pero, ¿quién defiende realmente la unidad delpartido, los que no han querido poner las bases indispensables para ella, teniéndolo todo en sus manos, o los ques iempre hemos luchado por recomponer e l equi l ibr io

perdido?. ¿O, acaso confunde su propia continuidad conla unidad de l par t ido? .

Por todo lo que antecede, pensamos que la actualdirección es responsable, por lo menos parcialmente, dela ruptura que inevitablemente se producirá en el partidode seguir actuando como hasta ahora. Por lo tanto,apelando a vuestra responsabilidad de comunistas, os proponemos las siguientes medidas como una de las alternativas posibles, a falta de otras mejores, para evitar rupturas irreparables y superar la crisis .

1.-Paralización de la camp aña en curs o y reexaminación de los expedientes ya aprobados con graves defectosde forma.

2.-Dimisión del Comité Regional.

3.-Abrir un debate en el partido sobre su situaciónactual, que deberá culminar en una Conferencia Regional,que sea al mismo tiempo Congreso constituyente delPC A.

Astur ias , Octubre de 1978.

Firmado: 500 militantes del Partido Comunista deAstur ias .

^ ® ® ^

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15ACUERD OS DEL COMITÉ REGIONAL AM PLIADO

DEL PCA EN RELACIÓN CON EL INFORME SOBRE LASACTIVIDADES FRACCIÓNALES EN EL SENO DEL

PARTIDO

Reunido en Sama de Lagreo el Comité Regionalampliado del PCÁ, con asistencia de más de doscientosmili tantes (miembros de comités comarcales, sectoriales ylocales y de agrupación) el día 13 de noviembre de -1978,tras escuchar un resumen de las actas de las reuniones delas dist intas agrupaciones sobre el informe del ComitéRegional acerca de las actividades fracciónales en el senodel Par t ido ( resumen que mostró un pronunciamientomayoritario a favor del citado informe y de la aplicaciónestr icta de los estatutos) , así como una exposición de

nuest ro Secretar io General , Gerardo Iglesias , en nombredel Secretariado del Comité Regional, en la que se si tuópolít ica e históricamente el desarrollo de esta vulneraciónde los Estatutos del PCE que atenta a la unidad de voluntad y acción de nuestro Partido, se pasó a un intenso yprofundo debate polí t ico que, con intervenciones de diversos mili tantes, matizó desde dist intas perspectivas elanálisis de dichas actividades fracciónales y cómo superarposit ivamente la si tuación polí t ica y orgánica que de ellose deriva para el Partido, anunciándose la aparición de undocumento sobre organización que facil i te y canalice eldesarrollo de la discusión.

A lo largo del debate, y así fue recogido en el informe del mismo realizado por Gerardo Iglesias, se pusieronde manifiesto de forma mayoritaria los siguientes cri ter ios:

1.— La rotunda condena a la actividad, que no sedudó en calificar de fracciona!, de un grupo de militantesdel PCA. Actividad que atenta a la unidad de acción y a lacohesión del Par t ido.

2 .— El convencimiento de que en estos momentos

lo que se debate en nuestro Partido no es simplemente lacaracterización o no de una fracción, sino qué t ipo de Part ido queremos. Un Par t ido Eurocomunista que sur ja dela lucha y de la experiencia de los trabajadores y del pueblo, que se propone la transformación socialista de la sociedad aquí y desde ahora, transformación que sólo sepuede impulsar a través de la profundización de la democracia. Un partido que sólo podrá realizar ese proyectorevolucionar io en la medida que mantenga una est ructuraque, alimentada por todas las concepciones de sus mili

t an tes , sea un inst rumento homogéneo y cohesionadopara la acción polí t ica. O bien un partido en el que la unidad de acción quede en entredicho y cualquier sectorpueda organizar la acción al margen de la mayoría.

Por últ imo fue aprobada una propuesta del Secretar iado del Comité Regional que, realizando una interpretación f lexible de los estatutos, teniendo en cuenta losdistintos factores polí t icos que intervienen en el problema, p lanteó que la culminación del debate promovido conel informe del Comité Regional suponga el respeto a lasdecisiones que las dist intas agrupaciones han manifestadorespecto a los mihtantes que, habiendo incurrido en actividades fracciónales, mili tan en su seno, entendiendo quela decisión definit iva, como establecen los estatutos delPCE aprobados en el IX Congreso, cor responde a la Comisión Regional de Garantías y Control. Esta propuestaviene determinada por considerar que la resolución deeste problema debe ir l igada al desarrollo de la democracia interna, que supone la más amplia l ibertad de crí t ica yel respeto escrupuloso del marco orgánico del Partidocomo instrumento de acción poh't ica.

16RESOLUCIÓN DE LA COMISIÓN REG IONAL DE

G A R A N T Í A S Y CONTROL

La Comisión Regional de Garantías y Control, después de examinar el Informe del Comité Regional delP.C.A. sobre trabajo fraccional y conocer los resultadosde la discusión en Comités y Agrupaciones acordó porunanimidad lo s iguiente:

1°.— Los hechos prueban la existencia de un trabajofraccional en Asturias, después de la Conferencia de Per-lora, que adoptó en la práctica formas diversas —cada díamás abiertas—, y cuyos resultados no podían ser otros

que sembrar la confusión y desmoralización en ciertosmedios, desorganizar e impedir la uti l ización de todas lasfuerzas del Partido para hacer frente a sus tareas; atentando g rave me nte a l contenido de los Estatutos aprobados ene l IX Congreso .

2 ° . — Dicho trabajo se desarrolla en una difícil ycompleja si tuación polí t ico-económica; cuando el Partidose encuentra inmerso en un profundo proceso de t ransformación encaminado a convertirse en un gran Partido

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de masas, revolucionario y demoerático capaz de elaborary aplicar una línea de desarrollo original hacia el socialismo en nuestro país.

3° .— Considerar que en tal situación es indispensable un gran esfuerzo de educación teórico-práctico, recurriendo a las sanciones como último recurso. Debemosaplicar los Estatutos no de forma mecánica, sino conscien

temente, procurando diferenciar las distintas responsabilidades según la mayor o menor participación de los implicados y el grado de sus conocimientos.

4°:— Considerar acertada la resolución adoptada enla reunión del Comité Regional ampliado, de que sean lasAgrupaciones las que resuelvan sobre las posibles responsabilidades de sus miembros y las decisiones a adoptar, yaque es allí donde ellos han podido exponer sus opiniones.

— Ratificar la expulsión de Vicente Alvarez Are ces,acordada por la Agrupación del Llano —Gijón—.

—Ratificar la expulsión de Santos ToroUo, acordadapor la Sección Ceares-Coto-Gijón-.

— Ratificar la separación durante seis meses y unañ o de inhabilitación para ocupar cargos de: José G arcía,Da niel P alacio, Marcelino Martínez y Juan O tero Arango,acor dado s por la Agrupación Centro-Cimadevilla-Gijón.

Rechazar la separación por tres meses del Partido deCándido González Carnero, porque no había sido convoc a d o , ni participó en la Asamblea de la Agrupación Dique-Duro Felguera que le impuso tal sanción.

Gi jón a 24 de nov iembre de 1978 .

F d o . Por la Comis ión Reg iona l de G . y C .

M a r i o H u e r t a

ESCRITO DIRIGIDO AL COMITÉ EJECUTIVO DEL RC.E.

Los firmantes nos encontramos en la obligación deexpresar nuestra preocupación y disconformidad ante laactitud del Comité Regional del PCA, con respecto a Vicente Alvarez Areces y otros camaradas. Como ejemplode esta actitud baste señalar que el inform e.rem itido a las

agrupaciones para propiciar su expulsión acusa de formarun «grupo fraccional» a unos camaradas de los que dicetextualm ente que «es perfec tamente demostrable que noexiste homogeneidad política entre ellos». Tal despropósito resulta revelador de la incoherencia y falta de rigor désu contenido. Por ello, ante esta situación que aumenta ladesmoralización de tantos militantes de nuestro partido,no nos queda otro remedio que manifestar:

1 .— Nuestra protesta por los métodos arbitrarios yburocráticos empleados por el Comité Regional del PCA,a los que no es ajena la dirección del PCE, para resolversituaciones que deberían considerarse normales en unPartido que afirma haber superado el estalinismo.

2 .— Nuestra solidaridad con estos camaradas asturianos expulsados, sancionados y expedientados.

Además, convencidos de que sólo el desarrolloauténtico de la democracia interna puede llevar al Partidoa. la con quista de los objetivos revolucionarios, propo -rfemós:

1.—- Que cese la utilización del método de alegarfraccione s fantasmales pa ra imp edir la manifestación de

cualquier discrepancia.

2 .— Que el Comité Regional del PCA reconsidere

su postura.

60 ^

Relación de firmantes del escrito dirigido al Comitédel PCE en relación cOn la expulsión de Vicente AlvarezAreces y otros camaradas.

Cris t ina Almeida (Abogado, Miembro del Comité Cen

tral). Manolo López (Abogado). Juan José Migallón (Metalúrgico, Secretario del Comité Ejecutivo Provincial deCC.OO. del Metal) . Dolores Sacristán (Secretaria) . Loren zo Hern ández J iménez (Metalúrg ico , Miembro delComité Provincial) . Manuela Carmena (Abogado). JoséM aría M ohe dan o (Abogado). Jaime Sartorius (Abogado).Francisco Ho rte t (Meta lúrg ico , Miembro del Comité Provincial, Miembro de la Ejecutiva Provincial del Metal deCC.OO., Miembro del Consejo Confedera l de CC.OO.) .Pedro Crisóstomo (Metalúrgico, Secretario de la Uniónde CC.OO. de Torre jón , Miembro del Comité Ejecut ivoProvincial de CC.OO. del Metal) . Luis Felipe Alonso(Arquitecto). Alberto Villalanda (Médico). Antonio Romero (Metalúrgico y dirigente sindical de la empresa PEGASO). Carlos Alvarez (Poeta). María Antonia Lozano(Ab oga do, M iem bro del Comité Provincial y dirigente delMoviente Femenino). Patricia de Eusebio (Miembro de laEjecutiva Provincial del Metal de CC.OO-, Comité Federación Este P.C.E.)! María Antonia Alvarez (Miembrode la Ejecutiva de CC.OO. del Metal) . Manuel Espino(M iem bro de la Ejecutiva Provincial del Metal deCC.OO.). Gervasio Cordero (Secretario Político del Comité de la Universidad). Jesús Alfaro Matos (Procuradorde los Tribunales).; Javie r García Fernández (Profesor deUnivers idad , Miembro del Gabinete Par lamentar io y delas Comisiones Municipales del Comité Provincial y delComité Central) . Félix López Rey (Presidente de la Aso

ciación de Vecinos de Orcasitas) . María Dolores GonzálezRuíz (Abogado, Miembro de la Comisión ProvincialMunicipal) . Rodrigo Vázquez Prada (Periodista, Miembrodel C om ité de la Federación Cen tro) .

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Paloma Pórtela (Miembro de las Comisiones de Enseñanza del Comité Provincial y del Comité Central ym iem br o d e la Jun ta Directiva del Colegio de Doc tores yLicenciados de Madrid). Fernando Castelló (Periodista,Vicepresidente de la Unión de Periodistas de Madrid).Miguel Mora Hidalgo (Profesor de la Universidad y Func ionar io, Miembro de l Comité de Univers idad, Miembrodel Gabinete Parlamentario y de la Comisión Económica

del Comité Central) . Carlos Berzosa (Profesor, Miembrodel Comité de Universidad). José María Pariente (Abogad o ) . Luis Ramos (Abogado). Eugenio Viejo (Periodista).Antonio Ivorra (Periodista). Manuel Martínez Llaneza(Profesor de Universidad, Comité de Universidad). FannyRubio (Profesor de Universidad, Miembro de la Comis ión d e Cu l tura de l Com ité Centra l) . Juan Anton io H ormigón (Crítico de Teatro). Francisco Menéndez Sayans(Periodista y Funcionario, Director de la revista «Argumentos)» Ángel Aragonés (Pintor). Sebastián Sancho(Oficial de Administración de Justicia). Bernabé LópezGarcía (Profesor de Universidad, Candidato del PCE porGranada en las elecciones del 15 de Junio pasado).An ton io Vélez (Arqui tec to). José Luis Junqu era (Funcionar io) . Tomás Dupla (Abogado). Ignacio Salorio (Abogado) . José Miguel Torallas (Arquitecto). Luis Castil lo Almena (Abogado). Emilio Grana (Licenciado en Políticas,Miembro de la Comis ión de la Mujer de l PCE). Olvido

Za pa ta (Enfermera). Carm ela Canto (Secretaria). Juan Gabriel Alvarez (Abogado). Juan Cristóbal González (Abogado) . José Gómez Marín (Periodista). José Luis MartínezGerez (Abogado, Unión de Madrid de CC.OO.) . JoséCere i jo Aranguena (Abogado, Unión loca l de Torre jónde CC.OO.) . Ángel Carabal lo Ortega (Abogado, Uniónlocal de Torrejón de CC.OO.). Isabel Fernández Diez(Abogado, Unión loca l CC.OO. Alcobendas-San Sebas

tian d e los Reyes). José Luis Gilolmo (A bogado). An gelesOrt ín Berenguer (Abogado, Unión de Madrid deCC.OO.) . Manuel San Román Pinos (Trabajador publ i cidad). José Bonilla García (Metalúrgico, Alcobendas).Luis Emilio de Castro Pita (Abogado CC.OO. DelegaciónVallecas). Clemente Mueros Pedroviejo (TrabajadorConstrucción, Alcobendas). Javier Manzano García (Traba jador de l meta l . Miembro de l Comité de empresa«CONMETAL, S.L.», Alcobendas) . Mario Arquero Ramos (Trabajador del Metal, Miembro del Comité deempresa «ALFA-LAVAL, S.A., Alcobendas). Alvaro Fernán dez (Ingeniero ). Jo sé María Marín Arce (Trabajadorde Banca). Manuel Doblado (Trabajador de Banca). CerioVicente Alvarez (Trabajador de Banca). María BeiroCrespo (Trabajadora de Banca). Carmen Moreno Andújar(Trabajadora de Banca). Carmen González (Trabajadorade Banca) .

18ENTREVISTA CON GERARDO IGLESIAS

Gerardo Iglesias Arguelles, 33 años. Secretario General

del Partido Comunista de Asturias (PCA), miembro delComité Central del PCE, ex-secretario regional deComis iones Obreras (CC.OO.) . Hi jo de comunis tas , a los5 años iba al monte, a avisar a los guerrilleros de la presencia de la Guardia Civil. A los' 12 empezaba a trabajaren la construcción. A los 15 entraba en la mina, en elpozo Fondón. Forma par te de las pr imeras Comis ionesObreras de Astur ias .

En los años sesenta es encarcelado, acusado de propaganda ilegal, sedición y demás apelativos jurídicos porlos que, en el franquismo, iban a prisión los militantes departidos y centrales sindicales.

En total, Gerardo Iglesias, se pasa en la cárcel más decinco años, hasta 1971.

Aquí y ahora, 3() de noviembre de 1978, el secreta-

EL BASILISCO

rio general del PCA, está en la cuesta de la noticia, por lo

que representa y por las duras acusaciones que le imputanlos qué él denomina «los mal llamados disidentes delP C A » .

Hasta ahora, los lectores de La Voz de Asturias hantenido una versión sobre el conflicto, expedientes yexpulsiones de militantes comunistas asturianos, hoypueden leer la otra versión, la de Gerardo Iglesias, enfranca discrepancia con lo hasta ahora dicho y publicado.

E L F O N D O D E L A C U E S T I Ó N :N O H A H A B I D O E N S A M B L A J E D E M I L I T A N T E S

—El PCA vive una situación conflictiva. Ha habido expedientes, sanciones de militantes relevantes y expulsiones.Se achaca a personalismos y a lucha por el poder, sin

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embargo, debe exis t i r una razón de fondo, ¿dónde es tá laraiz del conflicto comunista en Asturias?.

^ E l fo ndo hay qu e buscarlo en la situación generaldel país y en su compleja situación política, a la que nosirven esquemas, sino que exige gran agilidad de planteamientos ; en nues tra opción por un proyecto eurocomu-nista de socialismo. El paso dé una situación de clandes

tinidad activa a una situación de legalidad además de otrosproblemas propios del PC de Asturias en los que voy ade tenerme. Son problemas der ivados de l propio desarrollo del PC de Asturias. Bien avanzada la década delos 60, el partido se circunscribía en lo fundamental a lasCuencas. Su composición era eminentemente proletaria yse vio sometida a las más duras pruebas. En un períodomuy corto el partido se extiende a otras zonas y sectores.Su composición comienza a ser más heterogénea en losocial y en la madurez de lucha de los afiliados, dondeforman las nuevas promociones que se encuadran en unamisma estructura, pero con bagaje distinto de experiencia. La convergencia, la homogeneización de todas esas

personas no es, como puede figurarse, tarea fácil. Estemismo proceso lo vive el partido comunista, a nivel deEstado, pero con matices. Porque la estructura social deAsturias presenta rasgos diferenciales.

—¿Cuándo estalla el conflicto.-*.

—Hay un segundo e lemento. En ese momento dec isivo de expansión del Partido en Asturias, donde pasan aconverger una amplia diversidad de sectores sociales, seproduce la de tenc ión de Horac io Fernández Inguanzo yde otros dirigentes. (Pese a lo que digan, Horacio es elhombre del carisma, de gran personalidad que arrastra, la

figura, aunque actualmente, con el partido en la legalidad,pesen menos las figuras). Pues bien, y aunque no me gusta dar nombres, recuerdo que entre los que fueron encarcelados se encontraban, Ángel León Camblor, Julio Gallardo y muchos dirigentes de la Comisión Provincial deMineros , entre e l los , Manolo Otones (Manuel Garc ía) yy o , y cuadro s com o Martín Fraga, Jos é Celestino y Nic olás Antuñ a.. . Enton ces, digo, la organización se ve privadade elementos muy valiosos para propiciar el ensamblajede los diversos sectores. Por eso, cuando ahora se acusa aHoracio de ser incapaz de homogeneizar al partido,yo pienso que el único delito que se le puede imputar esel haber ido a la cárcel en un momento decisivo para elP C A .

—¿Y qué ocurre? .

—De la detención surge un Comité del PartidoComunista de Asturias que no expresa la síntesis del«viejo» lo digo con comillas, PC y las nuevas promociones , sino que es la expresión demasiado preponderante delas nuevas promociones; no tanto por los años de militan-c ia , cuanto po r la propia exper ienc ia . Era un C omité , ^ e lqué yo encontré a la salida de la cárcel— que, aunquedotado de entusiasmo, se sentía incapaz de conectar conun partido, con muchos años de experiencia y vida a susespaldas. Muchos de sus miembros no entendían que, si

no había un buen Comité, un aparato organizado, pudierahaber un partido, ignorando que éste es una historia, unsent imiento. Y a travesó momentos en que no había Comités, pero había gentes comunistas, hombres y mujeres,que se reunían y conectaban y eran capaces de parar la

Cu enc a Minera . Y, como no lo entendían, subes timaban yhasta negaban, que pudiera haber Partido Comunista enAsturias. Es ahí donde se decantan los primeros enfrenta-m i e n t o s .

E L O R I G E N D E LOS C O N F L I C T O S

—^En fecha indeterminada, pero en el inicio de losaños 70, comienzan las discrepancias en el seno de la direcc ión regional , ¿por qué exac tamente?

^ C o m o consecuencia de esa incomprensión se c rea unasituación de desmoralización, que nos lleva a algunos aplantearnos como indispensable organizar e r movimientoobrero y la lucha de los trabajadores. Y nos pusimos areorganizar CC.OO., que apenas tenía ninguna es t ruc turaen ese momento. A par t i r de ese intento CC.OO. crece y,en el año 74, nos planteamos una jornada de lucha de 48horas en Asturias, que diera respuesta a la problemática

laboral existente y sirviera de revulsivo al propio partido.Fueron las famosas jornadas del 3 y 4 de febrero, que tuvieron un éxito extraordinario. Ahí comenzaron a decantarse los enfrentamientos, entre los que planteamos lajornada de lucha, y algunos que, al no creer en ella, seinhiben, incluido el entonces responsable político, que nosolo manifiesta su discrepancia, sino su incredulidad antela posibilidad de éxito de la misma. Tras el éxito, en lasiguiente reunión del Comité Regional, comienza elenfrentamiento que, aunque no trascienda al exterior,persiste hasta la Conferencia de Perlora. Tanto es así que,como consecuencia de las discrepancias en la direcciónregional, estuvieron en más de una ocasión reunidos connosotros miembros del Comité Ejecutivo del PCE y, en

plena clandestinidad, nos reunimos en Madrid conSantiago Carrillo,

^ S e ha dicho públ icamente que e l motivo úl t imo de lconflicto radica, insisto, en una lucha personal por elpoder, entre Gerardo Iglesias y Vicente Alvarez Areces,¿hay base para sustentar esa afirmación?.

^ E n med io de esa s i tuac ión de larvado pes imismo,viene a Asturias Alvarez Areces. Sin embargo, desde queyo salí de la cárcel, fui reiteradamente propuesto comorespon sable pol í t ico, inc luso, por Pin Torre , que entoncesocupaba el cargo en funciones, cosa que no acepté. Alpoco de llegar Alvarez Areces, se celebró una reunión delComité Regional con un miembro de l Comité Ejecut ivodel PCE, donde se vuelve a plantear el problema de la dirección. En esa reunión, mayoritariamente, se continúaproponiéndome, y soy la única persona que propone e lnombre de Areces. Como no hay acuerdo, se aplaza la decisión. Es meses más tarde cuando se le elige responsablepol í t ico, con mi tota l apoyo.

— Y llegamos al año 77, en que se celebra en Lan-greo la II Conferencia Regional del Partido, donde seconforma el Comité Regional que hizo aflorar los conflict o s , ¿cómo se eligió?.

—Yo estaba al margen, por mi total dedicación alt raba jo en CC.OO., por lo que supuso una sorpresa paramí la composición de la candidatura^ Una candidaturaq u e , en luga r d e buscar la síntesis, volvía a cargar las tintas

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en un de terminado sec tor . Se acusa a Horac io, de nuevo,de no haber sabido integrar, pero él no quería ser elresponsable político. Aceptó el cargo de Secretario General por disciplina, pero yo pregunto, ¿por qué no queriendo serlo se le forzó.' '. En función de ser la única personacapaz de armonizar las posturas encontradas. Porque el

artido estaba mal, se buscaba a Horacio para solucionarsus problemas . Pero se desencadena e l proceso y es te de

semboca en un marco democrá t ico, marco que no aguantala pres ión y rompe,

— Y llegamo s a la III Conferencia, en marzo del 77,la tan mentada Conferencia de Perlora, ¿como se prepa-ró.^

—Se repite el error. La falta de comprensión de lo

iembros a plantearse el desplazar determinados camara-

reunión del Comité Regional, a la cual no asistí porqueme encontraba en Bélgica, el sector que más tarde aban

onaría la Conferencia sobrevalorando las propias fuerzas,

usencia de diversas personas, se había procedido a unaperación de desplazamiento, por lo que a la última reu

nión de l Comité Regional , previo a la Conferencia ,sistimos todos los miembros sin que haya habido entenim ient o en la propu es ta de candidaturas , por lo quecorda mo s hacer una propu es ta de Reglamento y que e lesto lo decidiese la Conferencia.

— Y entonc es , abandonan Per lora , ¿no es c ier to?.

— N o se pu ede justificar el aband ono de la Confe

encia. Si hay posiciones distintas, se defienden, pero nose abandona. Hubo delegados que permanecieron, sedespacharon cuanto quis ieron y no pasó nada . Y, lo digode verdad; es una pena que los que se ausentaron hayanrivado al conjunto de los asistentes de escuchar sus opi

n i o n e s .

—Tras la Conferencia, Gerardo Iglesias se convierteen secre tar io genera l de l PCA.

—Hasta el último día, al finalizar la Conferencia, nose había hablado de la posibilidad de mi candidatura. Sebara jaban otros n omb res . Es en la pr imera reunión de l

nuevo y actual Comité Regional donde rae eligen. Sólohubo un camarada que propuso otro candidato, pero a lao ra de la. elección, se votó m i candidatura por un animi

dad .

—Se dice que Gerardo Iglesias fué impuesto porSant iago Carr i l lo.

— Q ui ero pensar, sin jactancias, con todos mis defectos y virtudes, que soy el candidato del Partido Comunista de Asturias, en función de mi trayectoria. Soy unmilitante que estoy en la brecha desde los 15 años.Santiag o ni ha in tervenid o en m i elección ni en la expulsión de Areces, que se da excesiva importancia apelando aél. Areces sabe que existe total autonomía, no solo deahora que somos PCA, s ino de antes , y que es muy rarose produzca cualquier intervención de la dirección delPCE en nues tfos asuntos .

L A E X P U L S I Ó N D E A R E C E S

—Vicente Alvarez Areces dice que su expulsión esdecisión política, ¿es cierto?.

— Areces se concede demasiada importancia . No solono intervino la dirección nacional sino tampoco el Comité

Regional. Fué su agrupación, la de Llano, a la que pertenece, sin ningún voto en contra, en su presencia, la quelo expulsó. Después se fué , porque no soportó quedarseen minoría. Y yo digo que, o considera gente sin personalidad ninguna a todos sus camaradas de Agrupación, ono hay ninguna razón para que pueda atribuírsele responsabilidad a Santiago Carrillo y al Comité Regional.¿Dónde no se le permit ió defenderse? Nadie le impidióhablar ni defenderse. Fué él quien impidió a los camaradas escuchar sus argumentos, ausentándose. Acusa alComité Regional de métodos ant idemocrá t icos . Pero loúnico que ha hecho es cargarse de paciencia durantemeses, contemplando una clara labor fraccional sin intervenir, en un esfuerzo por lograr la integración. Como lascosas no remitían, sino que alcanzaron una proyecciónpública; como la campaña de prensa aumentaba, recogiendo por lo general, y en exclusiva, las opiniones de los malllamados disidentes, a la vista del cariz que tomaban lascosas, do nd e se ataca frontalm ente la política del partid o,e l Comité Regional , cumphendo un e lementa l deber consu base y tomando asépticamente los mínimos datos delos suficientes, pasa su informe al conjunto del partido.Un fallo quizá nuestro fué dar nombres, pero se hizo conel afán de avalar todos los hechos con la veracidad.

—Se os acusa de inquisidores.

—Si a eso se llama emplear métodos inquisitoriales;si hacer que el conjunto del partido participe en undebate de l par t ido, ¿qué se ent iende por democrac ia? .Parece ser, aunque no llegó al Comité Regional comopropuesta formal que lo que proponían era una negociación entre el grupo y el Comité Regional, para parar elproceso de debate enlas Agrupaciones, pero si accediésemos a ello, realizaríamos un cambalache por arriba,realmente antiderhocrático. Además hubiese sido privar alpartido de la discusión de un problema cuya solución estarea de l conjunto.

N O H A Y C R I S IS E N E L P C A

—Pero el PCA está inserto ahora enuna crisis muyseria, ¿no es cierto?.

—^En toda esta campaña q ue se viene desarrollando, ámi juicio con desmesurado sensacionalismo, se dice delPCA que se encuentra en una grave situación de crisis , apunto de des integrac ión, e tcé tera . Frente a eso yo apor toestos datos: El PCA ha crecido en poco tiempo de 3.000 a11.000 afiliados actualmente. De menos de un 10 porcien to d e votantes en junio pasamos a un 23 por cien toen mayo, pese a que la campaña se celebró con la inhibición de ese grupo e incluso con la oposición de algunosqu e llegaron a inventarse una grave enfermedad denuestro candidato, en plena batalla electoral. Desde la IIICo nfere ncia, el PCA h izo frente con sus prop ios medios y

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el esfuer2o de sus militantes a una campaña, que costómás de cuatro millones de pesetas. Hizo frente a unacuan tiosa d eud a con el Comité Central y se proced ió a laapertura de 20 nuevos locales en Asturias, pese a queestamos con gastos generales crecientes. Esto no losoporta un partido en crisis . El problema es bastantem en os dram ático y bastante más complejo qu e una simplificación del tema.

^ O sea , que es tá is abordan do e l problema de fondo.

^-La. superación de esos problemas es difícil , perocomienza a abordarse de manera real en Asturias. Yoaseguro con pleno convencimiento que hay un mayordebate en el seno de las Agrupaciones. El ComitéRegional no elude los problerrias, los métodos de trabajo,las concepciones, sino que trata de ponerlos sobre la mesa.N o exam inam os a la defensiva sino a la ofensiva. Para esopro fun diza mo s en la democracia, única forma de superarel pro ces o y llegar a la hom ogeneización del partido. Seacabó e l monoli t ismo. Queremos que se te rmine parasiempre y que el partido goce de plena libertad, respetando dos condic iones : Unidad de acc ión y homogeneidadpol í t ica . Si no mantenemos eso, de jamos de ser unPar tido . Com unista, instrum ento d e transformación socialista de la sociedad. Quienes estén dispuestos a aceptar lasdecisiones de la mayoría, sin cerrar el debate, encontrarándentro de l par t ido e l mejor marco de expres ión de susideas . Un ejem plo es el plen o del Co mité Regionalarnpliado, celebrado en Sama y las reuniones que el Comité Regional está celebrando por las zonas.

E L P G A N O Q U I E R E E X P U L S I O N E S

— D e acu erdo, per o vayamos al caso concreto de los«disidentes», ¿hasta cuando van a continuar las expulsiones.''.

—El cr i te r io de l Comité Regional es que hay que

conseguir que se produzca e l menor número pos ible deexp ulsio nes . Pese a qu e contábam os con el apoyo de lainmensa mayoría de las Agrupaciones , no hemos quer idorecurr i r a e l lo. Formalmente , nosotros no podemos intervenir. Ahora bien, en lo que corresponda a nuestras opiniones , aconse jaremos para que haya e l menor número deexpuls iones pos ible .

—Y tú, como Gerardo Iglesias, ¿qué opinas?.

—-Yo quiero que no haya ninguna expulsión más.Q ue todos se incorporen norm almente a sus Agrupaciones respectivas y que allí se plantee cuanto quieran,

porque serán escuchados . Pero que no de jende t rabajar .Un Partido Comunista no tiene existencia sin la acción.N o se pu ed e man tener la crítica perman ente sin la atención al trabajo diario. En Oviedo, por ejemplo, se dio elcaso de la paralización total de la actividad del partido. Yel partido comunista no puede permitirse estos lujos,porque tiene un cometido histórico, y sin la acción no sepuede resolver ningún problema.

C e f e r i n o d e B l a s

19LO QUE NO DICE EL SECRETARIO GENERAL DEL

PARTIDO COMUNISTA DE ASTURIAS

Gerardo Iglesias, actual Secretario General del PCA,publ icó en Mundo Obrero el pasado 30 de noviembre unar t ículo t i tulado «c 'Cmw en el PCA o campaña anti-PCE?»en el cual aparecían bastantes inexactitudes y sobre tod ose callaban bastantes cosas que los comunistas españolesde be n conoce r para pod er juzgar con mayor conocimiento de causa lo que está ocurriendo dentro del Partido enAs tur ia s .

El Secretario General del PCA no dice, por ejemplo,que el malestar existente dentro del Partido asturiano seremonta a mucho antes de la Conferencia de Per lora , dela cual, como se sabe, se salieron ciento y pico delegadosdemocráticamente elegidos por las diversas Agrupacionesdel Partido en aquella región. Y que ese malestar obedecía a que la dirección del PCE, por boca de Simón Sánchez Montero, había engañado a los camaradas asturianospara que aceptaran que Dolores Ibarruri encabezara lacand idatu ra del Partido en las elecciones del 15 de Jun io,dic iéndoles que Dolores «es tá como una niña» cuando,desgraciadamente, Dolores no estaba ya en condicionesde llevar a cabo las tareas de un parlamentario. Y no setrataba, por supuesto, de que Pasionaria no cuente con el

cariño y con la admiración de todos los camaradas asturianos, jóvenes o veteranos. Se trataba de que ios años nopasan en v ano y que , igual que D olores pu ede y debe ostentar la Presidencia del Partido Comunista de España,que es un cargo.honorífico, pero ya no puede ser su Secre tar io Genera l , de la misma manera Dolores no puedellevar sobre sus hombros el peso de ser el único diputadocomunis ta por Astur ias , aunque pueda todavía hablaruriós minutos en un mitin o saludar al pueblo asturianodesde un ba lcón de vez en cuando. Pues bien, GerardoIglesias se guarda mucho de contar cómo a la direccióndel PCE se le advirtió repetidamente, en Mayo de 1977,del desacuerdo dé muchos comunistas asturianos con lacandidatura de Dolores Ibarruri al enterarse de que lascosas no eran como Simón había ido a contarles. Y de queel Comité Ejecutivo, con Carrillo a la cabeza, se empeñóen llevar adelante aquella candidatura, y la de WenceslaoRoces, con el resultado bien conocido, de que Asturias not iene hoy par lamentar io comunis tas .

El Secretario actual del PCA se olvida también de decir que en este asunto ni Carrillo ni nadie se dignó dar ensu momento a los comunistas asturianos una explicación

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política satisfactoria. Exjp'licación que, si existía, todo ca-marada sensato estaba dispuesto a admitir . Pero ademásno cuenta que, cuando la cosa fue ya irreversible, VicenteAlvarez Areces, hoy expulsado del Partido por supuestotrabajo fraccional, defendió en mítines y reunio nes portoda Asturias la posición de la dirección del PCE, porqueera ya un acuerdo del Comité Central del Partido, al queél perte nec ía, y Vicente Alvarez Areces ha sido un comu

nis ta disc ipl inado en todo momento.

Luego, cuando los hechos vinieron a confirmar los temores de los comunistas asturianos, es decir, que ni Dolores ni Wenceslao Roces aparecían por Asturias para nada,como si allí el Partido Comunista no hubiera sacado unsólo parlamentario, después del enorme esfuerzo realizado por todos los militantes en la campaña electoral, elComité Regional envía ál Comité Ejecutivo una carta,razonable y ponderada , pidiendo una soluc ión. No exi

iendo, ni s iquiera proponiendo formalmente nada . Simplemente invocando e l precedente de Rafae l Alber t i , que

ara nada había dañado el prestigio ni de Alberti ni del

Pa r t ido .

Santiago Carrillo, a principios de Setiembre, estuvode acuerdo en privado con esa carta, incluso después deuna visita a Dolores en el sanatorio, aunque recomiendapaciencia y dice que el asunto debe madurar un poco. Yen ese momento alguien, en Asturias, entrega esa carta ala prensa. ¿Con qué intenciones?. Los acontecimientosposteriores pueden dar la clave de las intenciones y, sobret o d o , de quiénes iban a ser, a la larga, los beneficiados deaquella «fuga».

¿Cómo reacciona Santiago Carrillo?. Diciendo en público, ante el Comité Central, dos semanas después dehaberse mostrado de acuerdo en pr ivado, que «esa car taes inhumana», «que le quieren partir el corazón a Dolor e s » , que si él hubiera escrito esa carta «se moriría de vergüenza el resto de su vida». Es decir, reacciona lanzandosent imenta lmente a todo e l Comité Centra l enc ima de loscamaradas asturianos. Especialmente encima de VicenteA. Areces que, de todos los que habían firmado la cartaunas semanas antes y estaban presentes en la reunión delComité Central, es el único que la asume plenamente ymantiene, en un clima de gran hostilidad, que esa carta representa el sentir de la gran mayoría del Partido enAsturias. En consecuencia, Areces recibe todos los palos,incluida una aviesa intervención de Manolo Azcárate so

bre no sé qué pequeño incidente suyo en una asociacióncultural de Oviedo, del que se aprovecha, sin venir acu en to , para hacer respon sable tamb ién a Vicente Alvarez .

Ante semejante postura de Carrillo y alguno de susfíeles colabo radore s, Vicente le presenta a Ho racio F.Inguanzo, en cuanto ambos regresan a Asturias, su dimisión del Comité Regional y le anuncia que va a presentarla dimisión también del Comité Central. Otros miembrosde la dirección, igualmente indignados, en el viaje devuelta a Asturias habían dicho que harían otro tanto, perolue go se olvidan o se lo piensan mejo r y se callan.

H or ac io le pid e po r favor a Areces que co ntinúe, le diceque todo va a cambiar con el próximo Congreso delPartido, que ya se anuncia.. .

Transcurren pocos meses. Carrillo, en unas declara

cion es en E stados Unid os, previas a cualquier debate enel Comité Central, lanza públicamente lo de la supresiónde la palabra «leninismo» en la definición del Partido.D ad o el pes o que la opinió n del Secretario General t ieneen cualquier Partido Comunista sobre los militantes engeneral y sobre el Comité Central en particular, ya estabaclaro que quienes no es tuvieran de acuerdo tendr ían queresignarse. Se les había puesto ante los hechos consu

mados. En la siguiente reunión del Comité Central, preparatoria ya del IX Congreso, le dicen a Carrillo que éseno es el método, que la discusión está condicionada deantemano, que no hay ninguna razón de urgencia , comopudo ser el caso de la bandera y de la monarquía, parahac er las cosas así precisam ente en el primer C ongreso legal y en una cuestión tan de principios como ésta.

¿Qué responde Carrillo?. Que él no es dirigente delPartido para ir mirándoles el culo a los militantes (y no laespalda , como luego publ icó púdicamente Mundo Obrero).

K%i se inicia en Asturias la preparación del IX Con

greso. En un clima de gran malestar creado por el asuntode los parlamentarios, por la reacción pública de Carrilloa la carta del Com ité Regional y po r el m éto do empleadopor el propio Carrillo en la cuestión del «leninismo» y delculo de los militantes.

A los descontentos se les dan garantías de que todoslos puntos de vista podrán ser expresados sin cortapisas.Y en efecto se publican tres números de Verdad, el periódico del Partido en Asturias, que parecen asegurar la libreexpresión ante el Congreso. Pero llegan las Conferenciaspreparatorias y empiezan las maniobras más descaradas. Alo s.q ue d efiende n la palabra «leninismo» se les calumnia,se dice que lo que quieren es «cargarse a Santiago», queestán en contacto con la KGB, y se da la consigna de queno se les elija para delegados en sus Agrupaciones. Gerardo Iglesias, entonces Secretario Regional de ComisionesObreras , y su mentor pol í t ico y protec tor incondic ional ,el propio Horacio F. Inguanzo, se multiplican para visitarprivadamente a todos los camaradas. Se les presiona, seles recuer da antiguos favores. Se pro mu even reunionesde los militantes comunistas de Comisiones Obreras paradecirles que no se debe votar a Vicente A. Areces. Sehacen circular listas negras de camaradas a quienes no sedebe elegir delegados en sus Agrupaciones.

¿Quiénes ac tuaron, pues , de hecho como una verdade ra fíacción?. ¿Y po r qu é Ho racio F. Inguanzo, quepoco antes aún pedía por favor a Areces que no dimitiera,se lanza a calumniarle y a manipular al Partido asturianoen contra de él?.

Así se llega a la Con ferencia Regional, en Perlora. Enella tres miembros del Comité Central, venidos expresamente de Madrid, informan del úl t imo Pleno de l ComitéCentra l , pero a Herrero Merediz , tan miembro de l Comité Central como ellos, se le niega el derecho a informar asu vez de aquella reunión y no se le concede la palabracuando intenta responder les .

¿Quién, en esas condiciones, puede exigir a un dele

gado que acepte las decisiones de la mesa?. ¿Irse, en esemomento, es de verdad, como dice el actual Secretariodel PCA, «elegido» en aquella Conferencia, no aceptar lamayoría?. ¿O es simplemente preservar cada cual sudignidad y la del Partido?.

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Poco s días después los ciento y pico delegados que sehan salido de la Conferencia se reúnen para ver qué actitud deben tomar. Y es esa reunión, esa exclusivamente,po rq ue no ha vuelto a habe r más. reunion es de esos cama-radas, la que ahora, seis meses después y habiendo prometido que no habría sanciones, el Comité Regional emanado de la Conferencia fraudulenta de Perlora da comoprueba de que en Asturias ha funcionado un grupo frac-

cional.¿Qué trataron en aquella reunión los ciento y pico

camaradas que no habían querido soportar la humillaciónde avalar con su presencia la farsa de Perlora?.

Si presentaban una reclamación y ante quién, si denunciaban públicamente lo sucedido, si se quedaban en elPartido o se iban. Y cómo podían ayudar a los camaradas,como Manolín Sánchez, a quienes al día siguiente de salirse de la reunión de Perlora, Inguanzo y sus más allegadoscolaboradores habían dejado sin el sueldo de 19.000 ptas.al mes q ue cob raba por dedicarse de lleno a las tareasorganizativas del Partido.

¿Qué se decide en esa reunión?.

Seguir dentro del Partido; no hacer declaracionesdespués del Congreso , aunque de antemano no es tén deacuerdo con sus resultados a la vista de lo que han sido lasCo nfere ncia s preparatorias. N o agruparse, no caer en elfraccionalismo. Y todo ello se cumple a rajatabla. ¿Quiénpuede decir que en todos esos meses , desde e l Congreso ,esos camaradas hayan escrito una línea contra el Partido osus d ir igentes? .

Pero los que han aprovechado la situación no estántranquilos. Saben que tienen ahí unos testigos de sus

maniobras y de sus calumnias. Y necesitan echarles delPartido para que el día de mañana se pueda rechazar sutestimonio como el de gente que ataca al Partido por anticomunismo. Exactamente e l mismo mecanismo que pusoen marcha los procesos de Moscú o de Praga.

Los primeros expedientes y sanciones empiezandurante el verano. Son un globo sonda. Sancionan a Manolín Sánchez, no contentos con haberlo dejado en lacalle de la noche a la mañana, sin una explicación, sin unaviso, a sabiendas de que no tenía otras fuentes de ingresos ni las había buscado para dedicarse exclusivamente altrabajo del Partido. Empiezan las provocaciones en las

Agrupaciones, los insultos, las llamadas telefónicas insidiosas, los anónimos. Por supuesto que no son los miembros del Comité Regional quienes provocan en las reuniones o llaman a las tres de la mañana ó escriben anónimos.Pero han creado un c l ima.

Y como los disidentes aún no se van, deciden echarlos. Viene el informe del Comité Regional acusándoles yaformalmente de fraccionalismo; porque se han reunidouna vez a los dos días del incidente de Perlora; porquehan hecho una merendola seis meses después, una «espirc h a » , para celebrar que unos cuantos han sacado oposiciones; porque otros pocos han creado una comisión parapr om ov er actividades culturales «que en sí es buena,

pero . . .» . Y lo mejor de todo: porque en ComisionesObreras han apoyado la candidatura de un camarada, LuisRedondo, meta lúrg ico conocido y quer ido en todo Gijón ,detenido y despedido varias veces bajo la dictadura, queno era el candidato oficial del Partido.

¿En qué quedamos? ¿Comisiones es un sindicatoindependiente o una correa de transmisión? ¿Los comunistas, y los demás, en Comisiones deben actuar en bloque o deben aplicar cada uno con autonomía la políticageneral del Partido? ¿Las Comisiones son un sindicato denuevo tipo o son una mesa de partidos?.

Se va citando a los camaradas señalados para la depu

ración a sus respectivas Agrupaciones. Vicente A. Ateces,fiel a la disciplina que le enseñó el propio Inguanzo al ingresarle en el Partido, hace dieciséis años, cuando él eraun estudiante de diecinueve, acude a su Agrupación. Pidequ e le deje n respo nder po r escrito al informe en variosfolios del Comité Regional en el que se propone suexpulsión y la de otros dieciocho comunistas asturianos.Y qu e es e escrito suyo de respuesta llegue a las demásAgrupaciones comunis tas de Astur ias .

¿Qué le responden?.

«Pues no faltaba más, que un fraccionalista tenga el

mismo derecho que un Comité del Par t ido».

Y quien lo dice es el propio Presidente de la Comisión de Garantías y Control, que en teoría debe juzgarleen última instancia. Pero además, ese camarada que debeser la garantía de que se juzgue con imparcialidad, tomaparte en la reunión donde se ha de decidir la expulsión ¡yvota a favor del informe del Comité Regional que recomienda tomar esa medida! .

La depuración está pues, consumada. Dos días mástarde, la Comisión de Garantías, cuya imparcialidad yahemos visto, se pronuncia sin que aún se lo hayan pedidolos interesados, por la expulsión, por supuesto.

A Vicente no se le ha entregado ningún escrito comu nicá ndo le oficialmente los cargos que se le imputan. Elinforme del Comité Regional no se ha publicado oficialmente, ni de él se ha entregado copia a los interesados. ElTribunal de Orden Público, que juzgó cuatro o cinco veces a Vicente durante la dictadura, le dio sin duda másposibilidades de defenderse que su propio Partido. Almenos le escuchó y le dejó nombrar un defensor.

.Seiscientos comunistas asturianos han acudido alacto de solidaridad con los expulsados celebrado haceunos días en Gijón. La prensa asturiana lo recogió con fotos y con grandes titulares. El actual Secretario Generaldel PCA dice que el Partido en Asturias no tiene problemas .

Algunos comunistas, no pudiendo desplazarnos hastaAsturias ese día, enviamos un telegrama de solidaridadcon nuetros camaradas asturianos. Yo, que milito en elPartido^ Co mu nista de España hace dieciocho años y quehe sido miembro del Comité Provincial de Asturias desde196 6 hasta 1973 , en que tuve que abandonar la regiónrepresal iado; y que he s ido miembro del Comité Centra ldesde 1970 hasta Abril de 1978, en que presenté mi dimisión por lo que estaba ocurriendo en Asturias; yo lesdecía en mi telegrama a los camaradas expulsados que no

tengo nada que hacer en un Partido donde ellos estorban.P er o q ué los trabajadores sabrán juzgar a quienes losexpulsan .

J O S É M A N U E L T O R R E

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20RELACIÓN DE MILITANTES DEL PARTIDO COM UNISTA

DE ASTURIAS EXPULSADOS Y SANCIONADOS

1. José Luis Men'endez (Aviles), trabaja en Ensidesa.Ingresa en el PC en febrero de 1.971. Expulsado a finalesde agosto de 1.978 a consecuencia de las críticas quevenía realizando desde el IX Congreso, en el que fué delegado a la Conferencia Comarcal y Regional.

2 . Manuel Sánchez (Agrupación del Coto-Gijón).Ing resa en el PC en 196 1, trabajando en la Camocha.Sancionado con seis meses de separación «durante loscuales deberás realizar las tareas que el Partido te señale ycuyo cumplimiento significará tu reincorporación plena alseno del Partido». Esta sanción le fué impuesta a consecuencia de la Asamblea de Agrupación celebrada el13-VI I -78 , ratificada por la Comisión de garantías y con

trol con fecha 20-IX-78.

O tras sa nciones adop tadas en la mism a fecha que lade Manuel Sánchez, por tres meses de separación son lasde los siguientes militantes de la agrupación del Coto, Gi-jón :

3. Covadonga Bernardo Sánchez.

4 . Dolores Dos Santos.

5. José Arguelles.

6. Cándido F ernández Carnero, agrupación de El Dique Duro Felguera, Gijón. Sancionado por tres meses eldía 22-IX-78. Sanción revocada posteriormente por laComisión regional de garantías y control.

7. Celso Fernández González, agrupación Centro deAviles, sancionado por tres meses.

Todas estas sanciones fueron realizadas con anterioridad a la aparición del Informe del Comité Regional(lO-X-78) y a ellas se refiere el «Documento de los 500».

8. Santos Torollo, agrupación del Coto, Gijón. Expul

sado por su Agrupación; confirmada la expulsión por laComis ión R. de G. y C.

9. Vicente Alvarez Areces, agrupación del Llano, Gijón. Expulsado por decisión de su Agrupación, en reunión celebrada en fecha 25-X-78, al votar los asistentes laexpulsión del Partido de todos los que se mencionan en elinforme, tres de los cuales serán militantes de esa Agrupación. A Honorina Marrón y Santiago Real (pertenecientes auna familia de veteranos militantes del Partido, vinculadosa Langreo, y que tuvieron en su poder funciones importantes del aparato de propaganda en épocas de clandestin idad) , la Comisión de G. y C. dijo que habían sido dadosde baja por impago de cuotas.

10 . José García Martínez, ingresó en el Partido en1966 . Sancionado por seis meses y un año de inhabilitación de cargos.

11. Daniel Falacias, ingresó en el Partido en los añossesenta; sancionado con seis meses y un año de inhabilitación de cargos en el Partido.

12. Marcelino Martínez (Santi), sancionado por seismeses y un año de inhabilitación de cargos.

13- Juan Otero Arango, agrupación Centro de Gijón(como los anteriores) e idéntica sanción.

14 . Evangelina Moran Torihio, agrupación de Llara-nes-Rozón (Aviles). Expulsada del Partido por su Agrupac ión. Fué rmem bro de l anter ior Com ité Regional .

15. Miguel Villar, expulsado del Partido en la mismareunión de la Agrupación que Evangelina.

16-20, Agrupación de Ensidesa-Avilés. ExpulsadosSaúl Fernández García (antiguo responsable del PC enAviles) , Felipe Castaño Vallina, José María Herrero y José

Bernardina.

2 1 . José Manuel Bonilla, agrupación de Villa (Lang r e o ) . Expulsado. Sanción revocada posteriormente por la

Comis ión de G. y C.

2 2 . Luis Alfredo Lobato, Pumarín (Oviedo), estudiant e , mie mb ro de l Part ido desde 1971 , expulsado.

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21SÍNTESIS CRONOLÓGICA DE LA CRISIS DEL PARTIDO

COMUNISTA D E ASTURIAS

1.977MARZO J U N I O

2-3 Cu m bre eurocomun ista en Madrid con la asistencia de Georges Marcháis, Enrico Berlinguer y Santiago Carrillo.

8-9 Santiag o Carrillo visita po r vez prim era en cuarenta años Asturias. Nueva etapa en el órgano deprensa del Comité Regional del PCE de Asturias,«Verdad». Es ampliado el Consejo de Redacción.

Su edición alcanza los ocho mil ejemplares.

ABR IL

1-5 Elecciones Generales; en Asturias: PCE , 60.27 6 votos:PSOE: 182,72^; UCD: 177.634. Dolores Ibarruricomo diputado y Wenceslao Roces como Senador son elegidos por Asturias.

2 4 La revist a soviética «Tiempos Nuevos» critica dura-menté a Santiago Carrillo por su libro, «Eurocomu-nismo y Estado».

25 Resolu ción del Co mité Central del PCE a propósito d e la t aqu e de la Revis ta «Tiempos Nuevos».

1 Real Decreto-Ley sobre Libertad de Expresión.2-3 I P Conferencia Regional del PCE en Sama de Lan-

g r e o . Horacio Fernández Inguanzo es elegido Se-- cret ario Gene ral, cargo qu e hasta la fecha era ejer-

I cido po r Vicente Alvarez Areces.9 El PC E es legalizado.15 Jomada unitaria de huelgas y asambleas po r el supués-

15 Jornada unitaria de huelgas y asambleas po r el puestode trabajo y la libertad sindical convocadas por USO.y

cc.oo.

30 Pri me r mitin en Asturias de S. Carrillo den tro dela campaña para las elecciones generales al Congreso y Senado.Santiago Carrillo publica en este mes el libro«Eurocomunismo y Estado».

M A Y O

1 Tensa jornada en el 1 de Mayo.3 Es legalizado el PS UC . Conferencia de Partidos

Es legalizado el PSUC. Conferencia de Partidos Socialistas del Sur de Europa.Huelga General en Guipúzcoa; dramática jornada entoda Euzkadi.Dolores Ibarruri l lega al aeropuerto de Barajasproc eden te de Moscú después de cuarenta años deexilio.Primer mitin en Asturias de Dolores Ibarruri«Pasionaria», celebrado en Aviles.Discurso moderado de Adolfo Suárez. Expresa supropósi to como Pres idente de l Gobierno dé de jarabierta la participación a un amplio espectro defuerzas políticas. Anuncia su presentación oficialcomo candidato a las próximas elecciones generales.

12

13

24

68

JUL IO

;11 .. Primer/Consejo de Ministros del Gobierno Suárez-Fuéntes Quintana.

13 Primera sesión de Cortes Generales.2 0 Primera reunión de los parlamentarios asturianos en el

Palacio de la Diputación.

27 Santiago Carrillo expo ne en el Pleno del Cong resode Diputados la alternativa de un Gobierno deConcentrac ión Democrá t ico Nacional .

SEPT IEMBRE

4 El Co mité Regional del PCE asturiano dirige unacarta al Comité Ejecutivo firmada por todos losmieníbros de la dirección comunista regional,excepto cuatro abstenciones, en la que analiza laproblemática situación de los parlamentarios co

munistas al no participar en las reuniones ni en latoma de decisiones de la Asamblea de Parlamentar ios. Se exige un estudio de la situación y una solución satisfactoria ante la pérdida de iniciativa política regional que ello supone para el PCE. (Vernota: 14 del Doc. 10).

12 Do lore s Ibarruri (Pasionaria) abandona el HospitalClínico de Madrid, donde había ingresado para someterse a una Operación quirúrgica con el fin deinstalarle un marcapasos.

30 -31 Se celebran los Con gresos del PC de Euzkadi y delP S U C .

OCTUBRE

1 Sé clausuran los Co ngreso s del PC de Euzkadi y

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8-9

14

2 5

de Cataluña; son elegidos Secretarios GeneralesRoberto Lertxundi y Antoni Gutiérre2 respectivam e n t e .Es dirigida una carta al Comité Regional del PCEfirmada por la redacción del órgano de prensa«VERDAD», most rando su disconformidad con lareten ción de l n° 11, orde nad a po r el secretariadode dicho Comité .

I P C onferencia Local del PCE de G ijón. Es elegido Secretario Polít ico Gil Guerreiro.Es aprobada por el Congreso y el Senado la Ley deAmnistía excluyendo de la misma a los miembros deU.M.D.

Se firman los Pactos de la Moncha.

NOV I EMBRE

19-20

14-26 Santiago Carril lo en Estados Unidos. Primeras declaraciones sobre el abandono del leninismo.P Conferencia Local del PCE de Oviedo. Profunda crí t ica a la represen tación parlamentaria asturia

na. Se ratifica en la carta enviada por el ComitéRegional al Comité Ejecutivo y se exige la susti tución de Dolo res Ibarruri y W enceslao Roces. Seproduce un amplio debate sobre la democracia int e rna . «MUNDO OBRERO» no se hace eco de l aConferencia.

1.978

ENERO MAR Z O

21-22 Reunión en Madr id del Comité Central del PCE.Se ent rega por pr imera vez la documentación delas Tesis y Estatutos a los miembros del ComitéCentral . Se aprueban por tres votos en contra yuna abstención. (Ver Doc. 1) .

27 Santiago Carri l lo visita Asturias. Polém ico debatecon la organización del Partido en Oviedo. Criticalos acuerdos de la P Conferencia Local de Oviedocalificándolos de «ligeros e irresponsables».

28-29 IP Conferencia de Universidad del PCE.

FEBRERO

11

20

2 6

Dolores Ibarruri ingresa urgentemente en la Ciudad Sanitaria de La Paz para sustituirle el marcapa-sos infectado por otro, ahora si tuado en el exter ior .Se publ ica e l pr imer especial de «VERDAD», dedicado como «Tribuna de debate para el 9° Congre-so del PCE.

Manifestación de más de cien mil personas en Aviles

para protestar contra la gravísima crisis económica qu epadece la región y contra las medidas gubernamentalesque prienden aplicar.

8-15 Se publica el segu ndo y tercer núm ero de «VERD A D », dedicados a la Tr ibun a de la I IP Conferencia Regional. (Ver Doc. 3 y Doc. 4) .Conferencia del PSUC para analizar las tesis del Pro-yecto de Propue stas Políticas y elegir los delegados al9° Congreso. El P SUC decide mantenerse leninistapor 97 votos contra 81 y 7 abstenciones.

15 Re un ión de los parlame ntarios asturianos con Clavero Arévalo, asiste Santiago Carrillo en sustitución de Dolores Ibarruri que se encuentra en Yugoslavia.

17 Con ferencia en Ma drid del PCE . Se prod uce unafuerte contestación a gran parte de las tesis.

18-19 Conferencia ext raordinar ia del PCE de Oviedo,y 20 preparatoria para la IIP Conferencia Regional. Se

aprueba una resolución por la cual se censura a ladirección la acti tud irresponsable al presen tar la tes is 15a debate en el 9° Congreso. Se muest ra notoriamente crí t ica en gran parte de las Tesis y Esta-tutos. (Ver Doc. 5) .

18-19 Conferencia comarcal de Aviles. Sus resolucionesse orientan de forma crítica a la tesis 15.

19-2 0 Conferencias com arcales de Gijón y Siero. Sus resoluciones se orientan en c ontra de la tesis 15.

Conferencias comarcales del Caudal y del Valledel Nalón. Sus resultados son favorables a la tesis15 .

EL BASILISCO 69

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24-26 Celebración de la IIF Conferencia Regional delPCE en la localidad de Perlora. Asisten cerca decuatrocientos delegados en representación de ochomil mili tantes. (Ver Doc. 7 y Doc. 8) .

24 Cie nto trece delegados asistentes a la II P Conferencia se retiran de las sesiones en disconformidadcon la orientación de los debates.

25 Se hace público un comu nicado avalado por los

113 delegados asistentes en el cual se exponen losmotivos de su abandono. Asimismo los delegadosde Oviedo y la delegación de Universidad hacenpúblico un comunicado en el que exponen las causas que mot ivaron su abandono de la I IP Conferencia. (Ver Doc. 6 y Doc. 9) .

26 U na pa rte de la delegación de Gijón hace públicoun comunicado informando sobre los motivos desu abandon o de la I I P Conferencia .

Por su parte, la IIP Conferencia Regional por medio de un comunicado cri t ica la acti tud de los 113delegados.Igualmente e l Gabinete de Prensa del Comité

Central en un Comunicado oficial expone losacontecimientos surgidos en la Conferencia de Asturias lo qu e origina una polémica e n el seno de lasorganizaciones comunistas asturianas por supuestatergiversación de los hechos.

30 «M U N D O OBR ERO » da su ve rs ión de los acontecimientos de la IIP Conferencia Regional.En Málaga 34 mili tantes del PCE son expulsadospor sus crí t icas y denuncias al desarrollo de lasConferencias previas al 9° Congreso. Por su partedoscientos mili tantes malagueños se adhieren a undocumento crí t ico sobre el desarrollo de las Conferencias.

17 La Agrupación de Occ idente de Asturias del PCEen Asamblea celebrada en Navia acuerda cri t icar lapostura de abandono de los delegados asistentes aIIP Conferencia Regional a la vez que resalta la.precipitación de la convocatoria de dicha Conferencia y su repercusión en el debate de las tesispo r las Agrupaciones.

19-2 3 9* Con greso del PCE celebrado en M adrid. Prime

ro en la legalidad desde hace cuarenta y seis años(el último, el cuarto, se celebró en Sevilla en1932) .

30 Acto de unificación del PSOE y el PSP en Madrid.

MA Y O

1 Primer T de May o en libertad en la Fiesta de losTrabajadores.

17 Elecciones al Senado en Asturias para cubrir la vacante dejada por la dimisión del comunista Wenceslao Roces.Resultados: PCE: 86.671, aumenta en 26.393;PSOE : 121.729, pierde 60.994; UCD : 87.491 votos,pierde 90.163 votos respecto a las elecciones del quincede junio. La abstención experimenta un elevado crecimiento: más del 30% no participa.

21 Informe del Com ité Reg iond del PCE sobre laselecciones senatoriales. En el documento se cri t icala supuesta campaña desarrollada por cienos militantes comunistas ovetenses, bien a favor delPSOE y del MCA, bien inhibiéndose y negando lauti l idad del voto al candidato al Senado HoracioF e r n á n d e z I n g u a n z o .

ABR I LJ U N I O

1-3-8 Tr es reu nione s com pletan la Asam blea dé mili tantes de la organización comunista de Oviedo en lacual se aprueba apoyar a los 113 delegados queabandonaron la I IP Conferencia .

4 El Co mité Com arcal de Aviles considera totalmen te válida la IIP Conferencia Regional y los acuerdos tomados en ella.

4 Po r su parte las agrupaciones del PCE de Ribad e-sella. Cangas de Onís y Arriendas desestiman laI IP Conferencia Regional y no reconocen al nuevo Comité Regional elegido en ella. Al mismotiempo señalan el aislamiento en que se encuent ran .

5 La agrupación de CoUoto acuerda con un solo votoen contra aceptar plenamente los acuerdos emanados de la IIP Conferencia Regional.

7 La Asam blea de la Organización Universitaria apoya la salida de los 113 delegados a la IIP Conferencia Regional.

11 «M U N D O OBR ERO » no pub li ca e l comunicadode la Asamblea de la Organización del PCE enO v i e d o .

16 Re unió n en Ab ono (Gi jón) de mi l itantes que man

tienen una postura crítica a la línea oficial del PCE.El motivo f i índamental lo consti tuye el estudio dela grave crisis por la que atraviesa el PCE en Asturias.

17-1 8 Con ferencia Local del PCE d e Ovie do. Se acuerdaponer a disposición de la Comisión de Garantías yControl Regional la valoración de la conducta dealgunos camaradas. La Conferencia por su parte sepron unc ia en un sentido concil iador y porqu e nose produzcan sanciones, si bien la Agrupación deSan Lázaro se muestra partidaria de aplicar medidas administrativas a aquellos mili tantes que abandonaron la IIP Conferencia Regional ó que seinhibieron durante la campaña al Senado. (VerD o c . 12).

2 3 Manifestación en Oviedo en convocatoria regional a favor de la Preautonomía para Asturias. Asisten Santiago Carrillo, Luis Gómez Llórente y los principales líderes parlamentarios. Escasa participación popular.

29 M itin euroco mu nista en Barcelona con asistenciade Enrico Berlinguer, Santiago Carri l lo, DoloresIbar rur i y Antoni Gut iér rez .

JUL IO

8-14 Tensas jomadas en el País Vasco. Fuertes enfrenta-mientos entre manifestantes y la policía.

20 La agrupación de El C oto (Gijón) sanciona con laseparación del PCE durante seis meses a Manuel

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Sánchez (ex-miembro del Secretariado regional) ycon tres meses a otros tres miembros de esa agrupación.

SEPTIEMBRE

9 Se celebra en Santurio (Gijón) una espicha convocada con motivo de haber superado las oposicionesa profesores numerarios algunos miembros delPCE críticos a la línea oficial. Asisten unas trescientas personas.

20 M anu el Sánchez, militante de la agrupación Cea-res-Coto de Gijón, recibe la carta de sanción quelo separa del PCE durante seis meses. Igualmentey de acuerdo con la reunión mantenida el 14 deeste mes por la Comisión regional de Garantías yControl se sanciona a los militantes de la Agrupación Ceares-Coto de Gijón, Dolores dos Santos,Jos é Arguel les y Covadonga B ernardo Sánchez .

20-21 Es aprobado en el pleno del Comité Regional el

informe-dossier de régimen interno elaborado porla Secretaria de organización del PCE. En él se hace una relación de las a su juicio consideradas actividades ñraccionales llevadas a efecto por militantes comunistas. El informe abre expediente a 19militantes sobre los cuales debe pronunciarse cadaagrupación a través del estudio de las actividadesque cada uno de los encausados ha realizado. Elinforme es entregado a los Secretarios Políticoscon el mandato expreso de que no sea efectuadaninguna copia ni entregado a ningún militante.(Ver Doc. 13).

OCTUBRE

1 Fu ertes ataques al PSO E po r parte de Santiago Carrillo en el mitin de clausura de la Fiesta del PCEen Madrid acusándole de propugnar al Pacto socialy atacando a UCD por incumplir los Pactos de LaMoncloa. Asisten a la Fiesta más de medio millónde personas .

La prensa regional y nacional se hace eco del informe de régimen interno en el que se acusa de actividades fracciónales a 19 miembros del PC de Asturias.

5 Dim ite Jos é Tro teaga com o Secretario de la Unió nSindical de CC.OO. de Oviedo en disconformidadcon la línea política de la Central Sindical que ensu vinculación con el PCE • coharta la necesariaautonomía de l movimiento obrero.

10 Se publica en el B.O.E. el Real Decreto por el cual seconcede a la región asturiana el régimen de Preauto-nomta.

15 Se celebra en Gijón el W Congreso Comarcal deCC.OO. Luis Redondo es elegido Secretario General dela U.S. de CC.OO. de Gijón. El secretariado quedaconfigurado con un a clara mayoría de independientes ymilitantes de partidos situad os a la izquierda del

PCE.Evangelina M oran y Miguel Villar de la agrupaciónLlaranes-Pozón de Aviles son expulsados del PCE.Se da a conocer un Documento conocido como

«el de los 500» en solidaridad con los militantesexpulsados por el PCE. (Ver Doc. 14).

19-20 /° Congreso Nacional de Unión de Centro Democrá-y 2 1 tico en Madrid. Adolfo Suárez proclamado nuevamente

Presidente del Partido del Go bierno.25 Expulsión de Vicente Alvarez Areces por parte de

la agrupación de El Llano. Se le conceden cincominutos para defenderse, prorrogables posterior

mente a ocho minutos. El expulsado denuncia laviolación de los Estatutos en el procedimientoseguido, la falta de citaciones a numerosos miembros de la Agrupación para que acudiesen a lareunión y finalmente abandona la misma al considerar que no existían las mínimas garantías de defensa sobre las acusaciones que le hacían. El Presidente de la Comisión de Garantías y Control (organismo al que tendría que recurrir) interviene yvota en su contra.

NOV IEMBRE

7 La Agrupación Cen tro de Oviedo se pronuncia encontra del Informe del Comité Regional por elque se acusa a 19 militantes de llevar a efecto actividades fracciónales. La votación arroja un resultado de 30 votos a favor, 13 en contra de que no setomen medidas sancionadoras con los militantes encausados y dos abstenciones.

10 5"^ constituye el Consejo Regional de Asturias, RafaelFernández accede a la Presidencia.El Consejo de Ministros aprueba un Decreto-Ley por elcual se establece la mayoría de edad a los 18 años.

En Oviedo menos de mil quinientas personas se sumana la manifestación antiterrorista que a nivel regional yal igual que en todo el Estado español habían convocado CC.OO., SU, UGT, PCE, PSOE, UCD, ORT.

13 Reu nió n del Com ité Regional ampliado del PCAcon asistencia de más de doscientos militantes. Seacuerda pronunciarse de forma mayoritaria por elinforme del Comité Regional mencionando las actividades fracciónales objeto de encausamiento yproceder a la ampliación de los Estatutos recientemente aprobados .

14 « M U N D O OB RER O» comienza una nueva e tapacomo periódico diario. Editado su primer númeroen agosto de 1930 se convierte en diario el 14 denoviembre de 1931 manteniendo su regularidadhasta finales de la Guerra civil. Su director siguesiendo Federico Melchor.Treinta y cuatro militantes de la Agrupación delPCE de Astilleros del Cantábrico de Gijóndeciden entregar el carnet de militantes al responsable político en desacuerdo con la apertura deexpediente disciplinario a diversos miembros delP C E .

15 La Agrupación Ce ntro de Gijón aprueba separarpor un período de seis meses a Marcelino Martínez, José García, Rubén García, Daniel Palacio yJ u a n O t e r o .

16 La agrupación de Astilleros del Cantábrico de Gijón abandona en bloque el PCE.

21 H er re ro Merediz solicita la baja del PCE en suagrupación de Pumarín (Gijón).

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^AM^^ O ^

24 Re un ión de la Com isión Regional de Garantías yControl. Se acuerda expulsar a Vicente AlvarezAreces y Santos Torollo del PCE. Igualmente seacuerda separar del PCE por seis meses e inhabilitarles por un año de todo cargo, a los miembros dela Agrupación Centro de Gijón, Daniel Palacio,Jo sé García, Marcelino Martínez y Jua n Aran goO t e r o .

25 Ac to de solidaridad y apoyo a los expulsados ysancionados del PCE en Gijón con asistencia demás de seiscientas personas entre militantes, simpatizantes y representantes de partidos. Intervienen com o orado res Luis Re do nd o, Jo sé Luis Iglesias, Vicente Alvarez Areces, Manuel Sánchez,H er re ro Merediz , José Garc ía , David Ruíz , Gabriel Santullano. Se reciben telegramas de apoyode diversos militantes del resto de España, Vizcaya, Galicia, Soria, Madrid, etc. En el transcurso delacto h acen púb lica su baja en el PCE , Jos é García,Daniel Palacio, Rubén García y Juan Ote ro .

26 Sete nta y dos destacados militantes de l PCE de• Ma drid firman un do cum ento q ue entregan al

Comité Ejecutivo del PCE y a los medios de comunicac ión —incluido «Mundo Obrero», que nolo publica— en el que se solidarizan con los militantes comunistas sancionados en Asturias (Ver

- D oc . 17).

29 Vario s militantes de la Agrupación de La Aren a(Gijón) abandonan e l PCE.

D I C I E M B R E

6 Se aprueba la Constitución en Referendum N acional.En Asturias los resultados so n los siguientes: índice de

- votantes, 61,53%; SI, 88,47%; NO: 8,38%,; SE

ABSTIENE el 38,46%o.6 Carta en el diario «E l Comercio» de Gijón de mili-

15

16

18

18

2 3

1.979E N E R O

19

7 Más de cien militantes del PCE de la zona del Na-lón se dan de baja públicamente en el partido.

F U E N T E D E L O S G R A B A D O S D E « H O Z Y M A R T I LL O » Q U EA P A R E C E N E N E S T E N U M E R O

í . PGE-ML, abril, 1976. 2. PTE, Mundo Obrero Rojo, marzo, 1975.3. P C E , Verdad, Asturias , enero 1976. 4. PTE, Hacia el socialismo, julio1975 . 5. OQE-'BK, Bandera Roja, marzo 1975. 6. PC E VIII-I X, 1978.7 . PCTA, Asturias comunista, mayo, 1911. 8 . PSUC, Trehall, diciemb r e , 1977., 9. O .C . de los Comun istas ML de España, Proletario, abril1964. 10. PCE, Mundo Obrero, diciembre, 1965. 11. PCE-ML, Mundo

Obrero, ¡unió 1965. 12. FCB-ML, Mundo Obrero, agosto, 1965. 13. PCE(VIII-IX, línea revolucionaria), Verdad, Asturias junio 1978. 14. PCE.15. MJC, noviembre 1975. 16. MJC, Andecha Xoven, Asturias, 1977.17. U J C E , Horizonte, octubre 1976. 18. PCE, Universidad, Oviedoenero 1977. 19- PCOE, Unidad y Lucha, noviembre 1977. 20. OPI -

tantes y ex-militantes d e la Agrupación del PC Ade N uev o Gijón contra las expuls iones , denunciando el rechazo a todo debate político por partede la dirección del Partido.Veinticinco militantes de la agrupación de El Llano(Gijón), la misma que expulsó a Vicente AlvarezAreces , con un solo voto en contra, abs^ndomn el Partido, por los métodos que se vienen utilizando y lafalta de democracia interna. La mayor parte deellos no habían sido citados a la reunión donde sepro du jo la expulsión de Vice nte Alvarez Areces.Entre ellos se encuentra Joaquín Espina, RamónFernández (Teverga), Celestina Marrón y otrosdestacados militantes del período de clandestini

dad.

Treinta y dos militantes de la agrupación El Cotode Gijón abandonan el Partido por idénticos motivos que los anteriores. Entre ellos se encuentranJesús Carrión, Florentino Menéndez (Florín), Marta Antuña, Julio Alvarez García y Eloy Miguel Poli , todos ellos veteranos militantes.La Comisión comarcal de Garantías y Control deAviles confirma las expulsiones de los militantesde la Agrupación dé Ensidesa-Aviles Saúl Fernández García, Felipe Castaño, José Menéndez Vallina y José Bernardino Men éndez Ortega , y sanciona con tres meses de separación a Félix López y

José Mar ía Her re ro N ie to .Ve intidó s bajas del PCE e n la Agrupación Cen troGi jón .Escrito de nueve inilitantes de la agrupación Ca-rreñb pidiendo: 1) la paralización de la campañade purgas en el seno del Partido; 2) la dimisióndel Comité Regional, y 3) un Comité Regional deconcentración para hacerse cargo dé la dirección,que culminase en una nueva Conferencia Re:gionalqu e fuese al mism o tiempo Cong reso Co nstituyente del PCE de Asturias.

El Comité Regional no le renueva el carnet del PCa Luis Redondo, veterano militante y actual Secretar io Genera l de CC.OO. de Gijón.

72

Elaborada por Mariano y Lorenzo Arias

P C E , Asturias comunista, abril 1977. 21 . C U . Comunistas Asturianos,Unificación Comunista, julio 1 978. 22. OR T, 1976. 23. FLP, Lucha deClases, a.bnll96S. 24. PCE, Mundo Obrero, noviembre, 1976. 25. M CE,Astu rias , mayo 1975. 26. PT E, 1977. 27. UJCE, Horizonte, noviembre1 9 7 6 . 28 . FLP, Barricada, abril 1969. 29. LCR-ETA VI, Universidadroja, abril 1975. 30. OR T, En lucha, mayo -1917. 31. OCE-BR .32 . POR, Lucha Obrera, diciembre 1962. 33. FLP, Vanguardia Roja, febre ro , 1969. 34. MC E, junio 1976. 35. PCE, Vanguardia, febreiro

1976. 36. "PCE, Vanguardia, abril 1976.. 37. U JCE, Voz Joven, noviembre 1975 . 38 . JCR. 39 . UJM, Forja comunista, octubre 1976. 40. LCR,Combate, febre ro , 1977 . 41 . PC Portugués , Avante, 1978. 42. PCOE1977 . 43 . C.C.C. Asvaúanos, Unificación, a b r i r i 9 7 6 . 44 . C.C.C. Astu r ianos , Unificación, marzo 1976. 45. PCA , Junio 1977.

EL BASILISCO

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HISTORIA DEL PENSAMIENTO

VIGENCIA DELPENSAMIENTO

DE GRAMSCI*

JOSÉ MARÍA LASO PRIETOO v i e do

«Admitamos que el artículo del Gri'do fuera el non plus ultra de ladificultad y de la oscuridad proletaria . ¿Habríamos podido escribirlo deOtro modo?. Era una respuesta a un artículo de la Stampa, y en elartículo de la Stampa se utilizaba un lenguaje filosófico preciso que noera superfluo ni afectado, puesto que toda corriente de pensamientotien e su leng uaje y su vocabulario propio s. En la respuesta teníamos qu emantenernos dentro del dominio del pensamiento del adversario, probarque incluso, y precisamente dentro de esta corriente de pensamiento(que es la nuestra , que es la corriente del pensam iento del socialismo nochapucero ni adolescentemente pueril) la tesis colaboracionista es unerror . Pa ra itr fáciles habríamos tenido que desnaturalizar y empobreceruna discusión que se refería a conceptos de la mayor importancia, a lasustancia más íntima y preciosa de nuestro espíritu. Hacer eso no es serfáciles; es ser tramposos, como el tabernero que vende agua teñida dándola por barolo o lambrusco. Un concepto difícil en s í mismo no puededar en fácil por la expresión sin convertirse en torpe caricatura. Y, porlo demás, fingir que la aguada torpeza sigue siendo el concepto es pro

io de bajos demagogos, de tramposos de la lógica y de la propaganda».(Antonio Gramsci, de un artículo titulado Cultura y lucha de clases publicado en llGrido del Popólo el 25 de Mayo de 1918).

a vida del fundador del Partido Comunista de I ta l ia secxt inguió—después de haber afrontado con gran entereza y dignidad la dura prueba de once años de pri

sión fascista— el 27. de Ab ril de 193 7.No obstante los.años transcurridos desdesu fallecimiento'—en aquella ya lejana

época del auge del nazi-fascismo internacional— el interéssuscitado por la obra teórica de Gramsci lejos de aminorar t iende a incrementarse. A esta revalorización de su

ensamiento, que contrasta con el eclipse casi total deotros autores que fueron sus contemporáneos —^perocuya popularidad coyuntural no ha resistido la perspectivahistórica— ha contribuido decisivamente la óptima conjunción que en Gramsci se da del teórico marxista riguroso con el dirigente revolucionario que sabe equilibraradecuadamente «el pesimismo de la inteligencia con elop t imism o d e l a vo luntad» .

(Versión extractada de una conferencia que, con el título de «El pensamiento de Gramsci: bloque his tórico y hegemonía», fue pronunciada el27 de Marzo de 1979 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y

etras de Oviedo durante la semana dedicada a Italia por su Departamento de Filología).

Si bien el interés suscitado por la obra del dirigentecomunista italiano no es nuevo, ya que se remonta al período inmediatamente posterior a la l iberación de Italia ,es en la actualidad cuando está obteniendo niveles másprofundos y ámbito universal. Al impacto inicial que susconce pcion es susci ta ron en Europa Occidenta l —const i tuyendo en ese sentido España una excepción por su tardíadifusión— ha seguido su penetración en los países anglosajo nes y en los Estado s Socialistas. En un a fase másrec iente e l pensamiento de Gramsci eká penetrando enlos países orientales. AI éxito espectacular alcanzado en elJapón se suma una demanda crec iente de t raduccionespor parte de los países árabes que ha suscitado al InstitutoGramsci problemas difíciles de contextualización cultural.

El interés creciente que suscita el pensamiento deGramsci se refleja también en el gran número de publicac iones que en los úl t imos t iempos le han dedicado números monográf icos o semi-monográf icos : CUADERNI DIC R I T I C A M A R X I S T A , LE S T E M P S M O D E R N E S , D I A -

LEC TI 'QUE S, NE W LEFT REV IEW , e tc . , así como diversos trabajos sobre temática gramsciana insertados regularmente en publicaciones académicas especializadas. Lomismo ha sucedido rec ientemente en España , ya que a lpensamiento de Gramsci han dedicado también dis t intosn ú m e r o s : Z O N A A B I E R T A , M A T E R I A L E S , T A U L AD E C A NV I , EL VIEJO TO PO y , en menor medida ,N U E S T R A B A N D E R A , S A I D A , A R G U M E N T O S , e t c .Evidenteinente este auge editorial y publicístico, en tornoa la figura de Gramsci, no es fortuito ni coyuntural. Tienera íces más hondas . No t ranscender íamos tampoco e l tópico af i rmando que su pensamiento s igue vivo. Nadie puede negarlo racionalmente. Pero hay algo más. La lectura

de Gramsci nos conduce a l centro mismo de nues trasinquietudes y tareas en este sector de Europa, ya que hasido el primer pensador marxista que se ha planteado conrigor la especificidad del tránsito hacia el socialismo en lassociedades industrialmente desarrolladas.

EL BAS I LI S CO 73

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I. LA ETAPACONSEJISTICA DEGRAMSCI

Dada la extensión que nos hemos asignado para éstetrabajo, no podemos realizar un análisis completo de todala compleja problemática gramsciana. Por ello vamos alimitarnos a una síntesis —forzosamente esquemática—

de las aportaciones teóricas gramscianas más relevantesdesde la perspectiva de la denominada «ciencia política».Así, desde las coordenadas del aquí y ahora en que sedesa rrolla nu est ra actividad política,' deb em os subrayarque la lúcida concepción de Gramsci manifiesta sobre laespecificidad que en Occidente debe revestir el procesode transición hacia el socialismo no surge en él repentinamente, inspirada en una intuición genial. Por el contrario,es producto de un largo proceso de acumulación de experiencias sociales y de una reflexión sobre las consecuencias políticas que xle ellas se deduc en. En consecuenc ia, laconcepción estratégico-revolucionaria gramsciana no eshomogénea, sino que va evolucionando condicionada por

la necesidad de afrontar la solución de los problemas quesucesivamente plantea la lucha de clases.

En este sentido la fase periodística que caracteriza laetapa juvenil de Gramsci reviste indudable interés.Después de haber expresado, en su célebre artículo «L arevolución contra «El Capital», un fervor revolucionario enel que subsistían importantes reminiscencias de su formación idealista crociana inicial, Gramsci afronta seguidamente —con una formación marxista ya más sedimentada— los problemas inéditos que suscitan las nuevas formas de organización que reviste el movimiento obreroitaliano. Para poder efectuar su anáhsis con cierta profundidad teórica, Gramsci cuenta con un instrumento ade

cuado: la revistíL L'Ordine Nuovo. Se trata de una publicación Surgida de un grupo de jóvenes vinculados a la Universidad de Turín y, en su mayoría, procedentes delPartido Socialista. En su conjunto constituían un dinámicogrupo juvenil que sabía compaginar adecuadamente elmayor rigor intelectual con la superación de los prejuicioselitistas tan arraigados en los intelectuales tradicionales.En torno a la revista se creó así una atmósfera de atracción hacia el movimiento obrero que facilitó extraordinariamente su simbiosis con los Consejos de fábrica. De ahíla atención que a este interesante fenómeno social handedicado niunerosos autores desde muy diversas perspect ivas. Así, para Giudicci, «La historia de L'Ordine Nuovo es

la historia de una fracción del Partido SociaUsta, fraccióncreada por un pequeño grupo, del cual formaban parteGramsci, Togliatti , Terracini, Tasca, etc., con unos objetivos inciertos y divergentes inicialmente, pero precisadosdespués con toda claridad: derrocar el sistema capitalistaen Italia». Desde otra perspectiva, la originalidad delgrupo es reconocida por el liberal Gobetti , quien definela exper iencia de L'Ordine Nuovo: «como uno de losepisodios más originales del pensamiento marxista eincluso tal vez el primer ensayo de comprensión de Marx,por encima de caducas ilusiones ideológicas, como susci-tador de acción». Todo ello es una consecuencia de laconcepción que e l equipo de L'Ordine Nuovo tenía de lainterdependencia dialéctica entre lucha política, luchaideológica y lucha económica. Gradualmente, por impulsodirecto de Gramsci y Togliatti , se pasa de una fase de revista cultural socialista a la de foro e instrumento teóricode los Consejos obreros de fábrica.

En consecuencia, inspirándose en el análisis concretode las experiencias de un movimiento surgido como resultado de la libre iniciativa de las masas trabajadoras —ycomo su tesis consejista central— Gramsci considera queel E stad o Socialista existe ya potenc ialm ente en las instituciones de la vida social características de la clase obreraexplotada. Por consiguiente, Gramsci estima que los Consejos y comisiones internas de fábrica forman órganos de

la democracia obrera que podrán convertirse después enórganos del poder proletario en la línea del carácter in-dustrial que Marx preveía para la futura sociedad comunis ta de productores .

El objetivo de los Consejos de fábrica sería Hquidartoda distinción entre poder político y poder económico,luchando por la emancipación y autonomía de los trabajadores considerados en su unidad, como productores, loscuales serán simultáneamente administrados y administradores. Se trataría de creaciones revolucionarias quepartiendo del lugar de trabajo, y hundiendo sus raíces enel mo m en to de la producció n, constituirían representaciones obreras emanadas directamente de las masas con

un mandato imperativo y siempre revocable.

Para Gramsci el partido no es la clase y, precisamentepor ello, la potencialidad de los Consejos de fábrica deriva de que pueden constituir el órgano unificador de la clase en el lugar de la producción, superando la escisión productor/ciudadano sobre la que la burguesía reproduce sudominación. Sin embargo, frente a interpretaciones simplistas, que han pretendido que en esta etapa Gramscisubestima la función de partidos y sindicatos obreros,existe una sólida fimdamentación científica para considerar que Gramsci les atribuía una función de orientaciónpolítica y elaboración teórica (partidos) y de educaciónproletaria (sindicatos) de gran relieve. En ese sentido la

concepción gramsciana de la respectiva función de Consejos, partidos y sindicatos queda claramente delimitada alfinalizar el artículo public ado en L'Ordine N uo vo de 27de Diciembre de 1919: «El Consejo, formación históricade la sociedad, determinado por la necesidad de dominarel aparato productivo, formación nacida de la conquistade la autoconciencia de los productores. El sindicato y elpartido, asociaciones voluntarias, instrumentos de propulsión del proceso revolucionario, agentes y gerentes de la revolución. El sindicato que coordina las fuerzas productivas e imprime al aparato industrial la forma comunista; elPartido Socialista, modelo viviente y dinámico de unaconvivencia social que hace adherir la disciplina a la liber

tad y admin istra al espíritu huma no to da la energía y entusiasmo de que es capaz».

Por consiguiente no puede sorprender que Leninmostrase su identificación con la línea política de L'OrdineNuovo, ya que la búsqueda y profundización de las instituciones propias de la clase obrera no se opone a laconcepción leninista sino que constituye su práctica máscorrecta. Ahora bien, aunque Gramsci, durante la etapaconsejista, halla su inspiración en las enseñanzas de Marxy Lenin, no se limita a aplicarlas mecánicamente. Por elcontrario, sobre la base de generalizar científicamente lasnuevas experiencias sociales originadas por el movimientode los Consejos de fábrica, Gramsci enriquece paulatinamente el nivel de teorización que el pensamiento marxistahabía alcanzado en este campo. Así pronto rebasa algunasde las intuiciones geniales que Lenin apunto en El Estadoy la revolución —^pero que no pudo desarrollar precisa-

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consejistas» de Gramsci constituyen un rico acervo teó

I . GRAMSCI Y ELDESARROLLOAR TID O COMLINISTA

Superada, por el desarrollo histórico, la interesante

cons tituir en la realidad ese partido comunista que seaba potencialmente en el Partido Socialista. Con ello sebre una etapa, en la vida y obra de Gramsci, que

com pre nd e e l per íodo 1920-1926. En es ta últ ima e tapa seinicia, con su detención, la fase de los Cuadernos de Cárcelque prácticamente llega hasta su fallecimiento en 1937.En ambas etapas continúa Gramsci elaborando su pensamiento en estrecha concatenación con los problemas de lalucha de clases va planteando sucesivamente al movimiento obrero. De tal forma el concepto central de hegemonía

qu e ya se daba en germen en sus escritos «consejist a s»— va pasando gradualmente a un pr imer plano y e l lo

le permite profundizar una vez más en su concepción delpoder. La mayoría de los autores que han estudiado elpensamiento de Gramsci consideran que en la e tapa pos t-consejista, las tesis centrales de Gramsci sobre los consejos se mantienen, pero enriqueciéndose en una síntesismás amplia, en una estrategia política global. Gradualm en te G ramsci irá evolucionan do desd e la concepción d ela «vanguardia de los Consejos» a la del «partido de van

guardia». Inicialmente Gramsci seguía considerando a losConsejos de fábrica como el instrumento más idóneo parala movilización básica de las grandes masas y para su formación antiburocrática. Empero, casi sin transición, va reforzando la función del partido, aunque este herede ciertos rasgos característicos de los Consejos y, especialmente , los que hacen de él un instnmiento y vehículo histórico del «proceso de liberación interior por el cual se transforma de ejecutante en dirigente y guía de la revoluciónpro le ta r ia» .

Poco después se produce el salto cualitativo: a partirde e se mo m en to la fuerza pro pulso ra de la revolución ya

no es canalizada por los Consejos de fábrica sino por elpartido de vanguardia, al que pasará a denominar £/ Prín-cipe Moderno a partir del estudio en la cárcel de la obra deMaquiavelo. De ahí que, en esta fase de la evolución delpensamiento de Gramsci, el partido pase a ser la formasuperior de organización de la clase obrera, en tanto queSindicatos y Consejos constituyen formas subordinadasde organización en las que se agrupan los trabajadores enla lucha cotidiana contra el capital. Sin embarg o, aún estableciendo esta jerarquización orgánica —^para Gramsci—,por principio, los Consejos de fábrica continúan siendosinónimos del esfuerzo de los trabajadores en la búsquedade un tipo de democracia revolucionaria auténtica.

Como culminación de este proceso ideológico, elg r u p o d e L'Ordine Nuovo se adhirió rápidamente a lospromotores de una tendencia comunis ta , dentro de l Par t i do Socialista, tendencia que no tardó en afirmar abiertamente la necesidad de fundar un nuevo partido máspróximo a las masas trabajadoras y capaz de traducir política me nte , sobre la base nacional entera, un m ovimientorevolucionario definido y organizado. Esta voluntad decrear un p artido como organ izador y guía de las nuevasfuerzas sociales, que él veía en estado anárquico en lasmasas populares, es lo que va a aportar un cambio a laacción política de Gramsci. La justificación ideológica delPartido es posterior al empleo que realiza de su concepción. Esta justificación aparecerá claramente sólo en losCuadernos de Cárcel. Y efectivamente, el 21 de Enero de1 9 2 1 , en el Congreso de Livorno, queda constituido elPartido Comunista de Italia. Su núcleo fundamentalradica en la tendencia comunista que dirige Bordiga y a lacual se suma al sector ordinovista con todo el peso de suprestigio intelectual.

Entre tanto, al f inalizar 1920, L'Ordine Nuovo habíade jad o d e aparecer semanalmen te y desde el 1 de Enerode 1921 se convierte en diario, bajo la dirección deGramsci, con un lema en la portada que pronto adquirirágran popularidad: «En política de masas, decir la verda d es

revolucionario». A partir de ese momento, tanto en sus páginas como en una correspondencia creciente, Gramsci seesfuerza por contribuir a resolver los problemas que vasuscitando el desarrollo del partido. El momento es difícil, pues se trata de una etapa de reflujo de la ola revolucionaria, después de la derrota del movimiento consejista,

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y del auge del fascismo que ya preludia su conquista delpoder a t ravés de la marcha sobre Roma.

En esta etapa de su actuación, qué se recoge en susescritos sobre la formación del Partido Comunista,Gramsci l ibra simultáneamente la lucha en tres frentes: enuna polémica interna contra el sectarismo de Bordiga, enun esfuerzo por dirigir el partido según las orientaciones

de la Internacional Comunista y, f inalmente, en un prolongado combate contra el Partido Socialista para hacersecon la dirección política y cultural de las masas. Pero nopor ello abandona otras actividades. Así en 1926, últimoaño de su libertad, Gramsci elaboró uno de los trabajosteóricos más representativos de su pensamiento político.Se trata del ensayo titulado Algunos temas de la cuestiónmeridional {V) publ icado pos ter iorm ente en e l por lairevista Lo Stato Operario, con la siguiente nota de su redacción: «El escrito no está completo y verosímilmente elautor lo habría retocado aquí ó allí . Nosotros lo transcribimos, s in ningima correcc ión, como e l mejor documentodé un pensamiento comunis ta incomparablemente pro

fundo, fuerte, original, r ico en los mejores análisis».Aunque , por razones de espac io, no podemos

dedicar a este trabajo de Gramsci la extensión debidatampoco queremos hur ta r a l lec tor la par te en que , congran lucidez, se plantea por primera vez la función de losinte lec tua les orgánicos de l bloque dominante :

«.. . La sociedad meridional es un gran bloque agrarioconstituido por tres estratos sociales: la gran masa campesina a morfa y disgregada, los intelectuales de la peq ueñ a yme dian a burgues ía rural , los grandes propie ta r ios te r ra te nientes y los grandes intelectuales. Los campesinos meridionales Se encuentran perpe tuamente en fe rmentac ión,pero como masa son incapaces de dar una expres ióncentralizada a sus aspiraciones y necesidades. El estratomedio de los intelectuales recibe de la base campesina elimpulso para su actividad política e ideológica. Losgrandes intelectuales, en el terreno ideológico, y losgrandes propietarios, en el terreno político, centralizan ydominan, en última instancia, todo este conjunto de manifestaciones. Como es natural, la centralización se verificacon mayor eficacia y precisión en el campo ideológico.Por eso Gius t ino For tunato y Benedet to Croce representan la clave de bóveda del sistema meridional y, en ciertosentido, son las figuras máximas de la reacción italiana».

Y, preludiando su futura distinción entre los conceptos de intelectual orgánico e intelectual tradicional, agrega:«Los intelectuales meridionales son un estrato social delos más interesantes de la vida italiana». Basta pensar quemá s d e los 3/5 d e la burocracia estatal está constituida po rmeridionales para aceptar esta afirmación. Ahora bien,para comprender la particular psicología de los intelectuales meridionales hay que tener en cuenta algunos datos deh e c h o :L En todo s los países el estrato de ios intelectualesha qu ed ad o radicalmen te modificado p or el desarrollo delcapitalismo. El viejo tipo de intelectual era el elementoorganizativo de una'sociedad dé base campesina y artesa-

na predominante; para organizar el Estado, para organizarel comercio, la clase dominante cultivaba un determinadotip o d e intelectual. La indu stria ha introdu cido un n uevotipo de intelectual: el organizador técnico, el especialistade la ciencia aplicada. En las sociedades en que las fuerzaseconómicas se han desarrollado en sentido capitalista ,hasta absorber la mayor parte de la actividad nacional, este segundo tipo de intelectual ha prevalecido, con todas

sus características de orden y disciplina intelectual. Encambio, en los países cuya agricultura ejerce una funcióntodavía notable o inc luso preponderante , s igue prevaleciendo el viejo tipo, el cual da la parte mayor del personaldel Estado y ejerce también localmente, en el pueblo y enel burgo rural, la función de intermediario entre elcampesino y la Administración en general. En la Italiameridional predomina este tipo con todas sus características: democrático en su cara campesina, reaccionario en lacara que dirige al gran propietario y al Gobierno, politicastro, corrompido, desleal; no se comprendería la tradicional figura de los partidos políticos meridionales si nose tuvieran en cuenta los caracteres de este estrato social»

(2).

En definitiva al abordar, por primera vez en formasistemática, los problemas de la Italia rural —en este relevante t raba jo sobre La cuestión meridional— Gramsci seplantea concre tamente e l tema de la «dic tadura de l proletariado». Es decir , el de la premisa ideológica para lacreación de la base social del Estado obrero. Para lograrlo,e l prole ta r iado debe despojarse de todo res iduo de corpo-rativismo y así estar en condiciones de crear un sistema dealianzas de clase que le permitan erigirse en clase dominante y dir igente . De es te modo e l prole ta r iado urbano,como protagonista moderno de la historia de Italia , des

truirá el bloque histórico constituido por los terratenientes del sur y los industriales del norte creando así lascondiciones para una sólida alianza con las masas campesinas. Para ello es prerrequisito que los intelectuales orgánicos de la clase obrera atraigan a los intelectuales ligadosal bloque agrario que, en forma de bloque intelectual eideológico, constituyen el cemento que aglutina a éste. O,enunciado en sus propias palabras, «El proletariado destruirá el bloque agrario meridional en la medida quelogre, a través de su partido, organizar en estructurasautónomas e independientes la mayor cant idad de masascampesinas pobres. Logrará esto más o menos lentamente , cumpliendo con su deber obl iga tor io, pero es telogro está subordinado a su capacidad de disgregar el

bloque intelectual que es la armadura flexible pero muyres is tente de l bloque agrar io» (3) .

I I I . BLOQUE fflSTORICOY HEGEMONÍA

En N ov iem bre dé 1926 Gramsci es de tenido, a pesarde la inmunidad parlamentaria de que gozaba como diputado. Por parte del régimen fascista se trataba, ante todo,de descabezar e l movimiento obrero pr ivándole de sus

(1 ) Anton io Gramsc i , Antología. 'Editoriú Siglo XXI. í¿Iéxico, 1970.Pág. 192 y sig. En 1978 se ha editado en España este trabajo de Gramsci , bajo el título de La cuestión Meridional, con prólogo de Lorenzo DíazSánchez. Dédalo Ediciones. Madrid.

(2 ) Anton io Gramsc i , La Cuestión Meridional. Dédalo Ediciones. Madrid , 1978. Pág. 97 y s igs .

(3) Op. cit . Págs. 1 3 0 y l 3 1 .

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más relevantes teóricos y hombres de acción. Al darse enGramsci tan plenamente ambas facetas, de todo dirigentemarxisa auténtico, la represión se ceba especialmente enél. En Ju ni o d e 1928 es conden ado a más de veinte añosde prisión, por el Tribunal Especial de Defensa del Estad o , tras una violenta requisitoria del fiscal que, refiriéndose a Gramsci, afirmó: «Hemos de impedir durante veinteaños que es te cerebro funcione». No se cumplió empero

este designio fascista ya que, a pesar de las difíciles condiciones de prisión y de padecer diversas enfermedades,Gramsci mantuvo durante su permanencia en la cárceluna intensa actividad intelectual. Tan abnegado esfuerzono fue por ello baldío en su doble faceta cuantitativa ycualitativa. Las casi tres mil páginas de los 32 cuadernosque Gramsci cubrió en once años de prisión con notas yapuntes constituyen una de las aportaciones más importantes realizadas por un sólo pensador a la problemáticade nuestra época. La elevada calidad de la aportación teórica que Gramsci realiza en sus Cuadernos de Cárcel, alacervo común del pensamiento marxista, halla su fundamento epistemológico en el rigor científico con que plantea sus investigaciones.

Gramsci comienza su investigación estudiando la funión que los intelectuales desempeñan en las sociedadesivididas en clases antagónicas y, con esta finalidadormula su ya clásica definición de los intelectuales orgáicos : «Cada grupo social, naciendo en el terreno propio

de una función esencial en el mundo de la produccióneconómica, crea con él orgánicamente, una o varias capasde intelectua les que le dan su homoge neidad y la con

iencia de su propia función no solamente en el terrenoeconómico, sino igualmente en el terreno social y político» (4).

Coherentemente, si son los intelectuales los que ho-mogenizan la conciencia política de una clase social, ennuestra etapa histórica, serán los intelectuales orgánicosdel b loq ue do min ante los responsables de la difusión dela ideología burguesa y de la aceptación generalizada deésta, bajo la forma de sentido común popular, por lasmasas explotadas. Ahora bien, Gramsci no realiza estaconstatación con la fría y distante asepsia de algunos soc iólogos contem poráneos . En é l , pensador y hombre deacción constituyen un todo orgánico. Por ello no puedelimitarse a la mera descripción generalizada propia de lasociología, empír ica . Com o com batiente , Gramsci es consciente de que.. . «para que un equipo subalterno llegue aser comple tamente autónomo y hegemónico, susc i tando

un nuevo tipo de Estado, es preciso elaborar los conceptos más universales, las armas ideológicas más refinadas ydecisivas» (5). Y a esta importante tarea se entrega con sur igor habi tua l .

Frente a simplificaciones mecanicistas, tan frecuentespo r ent on ces en eL marxismo italiano, Gramsci se plantea.. . «el punto de partida para el estudio de la acción delos hombres en la realidad histórica concreta». Habiendovalorado, desde esta perspectiva, la importancia de la fun-

(4) Antonio Gramsci, Antología. Siglo XXI, Editor. México, 1970. Pág.338.

(5) Giuseppe Fiori, Vida de Antonio Gramsci. Editorial Península. Barcelona, 1968. Pág. 288. En este problema profundizamos más en nuestraIntroducción al pensamiento de Gramsci. Editorial Ayuso. Madrid, 1973,1973. Pág. 63 y sigs.

ción de los intelectuales en el logro, por el bloque dominante, del consenso de las masas explotadas, Gramsci retoma su concepto de hegemonía ya esbozado en sus trabajos an terio res so bre el mov imiento consejista y la cuest ión meridion al . Se t ra ta de e laborar e l concepto con todorigor y así estar en condiciones de proporcionarle la ope-ratividad necesaria para la finalidad de emancipación social perseguida.

Gram sci recon oce explícitamente que la paternidad delcon cep to d e hegemo nía debe a tr ibuirse a Lenin ya que«constituye la más genial aportación de Ilich a la filosofíade la praxis». Podría incluso ser equivalente al conceptode «dictadura del proletariado» en el sentido de que éstano está sólo constituida por la coerción hacia los adversarios sino también por la dirección de los aliados. En esaperspect iva la dictadura del proletariado sería la forma política y estática en que se realiza la hegemonía, mientrasque la hegemonía estaría constituida por el momento enque se realizan las alianzas que constituyen la base socialnecesaria de la dictadura del proletariado. Sin embargo, apesar del explícito origen leninista del concepto de hegemonía, Gramsci tuvo oportunidad de elaborarlo a nivelesde mucha mayor profundidad teórica al interrelacionarlocon e l de bloque histórico. Es decir, —en la concepcióngramsciana— de un comple jo, de terminado por una s i tuación histórica dada, constituido por la unidad orgánica dela estructura y la superestructura.

En realidad, para Gramsci, sólo existe bloque histórico cuando la hegemonía de una clase sobre el conjuntode la sociedad logra realizarse. Es la ideología de la clasedominante, «interiorizada» socialmente mediante losaparatos ideológicos constituidos por los medios de comu nicac ión , la educación y enseñan za, la Iglesia, las Fuer

zas Armadas, etc. , lo que permite a la clase dominante

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sold ar en to rn o a sí un b loqu e de fuerzas sociales diferentes. En consecuencia, no es admisible —K;omo lo hanrealizado algunas interpretaciones mecanicistasr— reducirel bloque histórico a una formulación científica del problema de las alianzas de clase. Por el contrario, paraGramsci, en la constitución del bloque histórico es fundamental la función de los intelectuales actuando a nivelsupérestructural para fraguar la unidad orgánica entre

estructura y superestructura. En la constitución de esaunidad los intelectuales orgánicos de la clase dominantedeben atraer a los intelectuales tradicionales hasta laformación de un bloque ideológico que, controlando la sociedad civil, obtenga el consenso de las clases Subalternas.Con ello la clase dominante, que sostiene firmemente lasriendas de la economía a nivel estructural, consigue, gracias al bloque ideológico, asegurar su supremacía a nivelsupérestructural y, de ese modo, asentar su hegemoníasobre el conjunto del cuerpo social.

En los textos de Lenin el concepto de hegemoníaaparece ante todo como hegemonía política. Gramsci concede gran valor al concepto de hegemonía política—incluso valor filosófico ya que, como se recordará, lapolítica es un elemento esencial de la filosofía de lapraxis— pero distingue también otra forma de hegemonía: la hegemonía ideológica. Así para Gramsci;«La supremacía de un grupo social (clase) se manifiesta de dosmaneras: como «dominación» y como «dirección intelectual y moral». Un grupo social ejerce la dominación sobregrupos adversos, a los que tiende a liquidar o someter,incluso por la fuerza de las armas, y dirige a los gruposque le son próximos o aliados. Un grupo social puede, eincluso debe, ser dirigente antes de conquistar el poder gu -bernamental. Y esta es una de las principales condicionespara la conquista del poder en sí mismo. Después, cuando

eje rc e e l po de r, incluso si lo deten ta con firmeza, se convierte en grupo dominante, pero debe seguir siendo elgrupo d ir igente» (6) .

En este texto hegemonía implica dirección y dominación. La crisis revolucionaria se manifiesta como crisis dehegemonía cuando dominación y dirección se encuentrandisociadas. Pero la conquista del poder, por parte de lasclases dominadas, exige dé entrada que pongan en práctica una capacidad de direcciónta.mó cultural como política.

Tratando de precisar las diferentes articulaciones delconcep to de hegemonía, Gramsci repetía a menudo esta

definición a Lenin: «Los partidos son la nomenclatura delas clases sociales». «Pero, para Gramsci —según acertadamente señala Umberto Cerroni— las re lac iones entrepartidos y clases sociales no tienen nada de automáticas.Por ejemplo, no es suficiente ser obrero para ser comunista... La complejidad de un tal relación remite precisamente al concepto de hegemonía. La clase (o las clases) enel poáes: dirige al mismo tiemp o q ue dom ina, gana para lassoluciones que propone masas suficientes para constituirla base del propio poder, aunque los intereses reales deestas masas están en oposición con sus soluciones. Todoello se realiza mediante la política, el savoir faire políticode la clase dirigente. Pero la política no basta, tiene queintervenir la ideología. Esta ideología que la clase dominan te (capitalista, por ejemplo) hace penetrar en las masas

populares mediante los diversos aparatos ideológicos públicos o privados. Pues es precisamente la ideología laque permite a la clase dominante soldar a su alrededor unbloque de fuerzas sociales diferentes. El «bloque histórico» es un conjunto de fuerzas contradictorias cuyos antagonismos, que de otro modo estallarían, son mantenidosjuntos , tan to por la ideología (dirección) como por ladom inació n y por la política (dirección + dominación) (7).

En este contexto Gramsci utiliza el término hegemo-nía política para reflejar la impronta de la sociedad civilsobre la sociedad política en tales situaciones. Se hacepreciso distinguir entonces la hegemonía que expresa laprimacía ideológica de una clase y se prolonga normalm en te po r la hegemonía exclusivamente política de la dictad ur a. Po r el con trario, Gram sci utiliza los término s á /V-tadura o dominación para definir la situación de un gruposocial (o clase) no hegemónico que domina la sociedadexclusivamente por medio de la coerción, debido a que

detenta el aparato del Estado. Este grupo no tiene —o hadejado de tener si ya la tuvo— la dirección ideológica.

Según Hugues Portelli, estas situaciones de crisis delblo qu e histórico son,- para Gram sci, situaciones in termedias en e spe ra de la construc ción (o reconstrucción) de unsistema hegemónico: . .«el período de la primacía de la sociedad política, o dictadura, es un período de transiciónentre dos períodos hegemónicos, aunque no por eso debeser subestimado, ya que la clase que lo detenta puedeaprovechar la ocasión para diezmar la sociedad civil de susadversarios. Es lo que hizo la burguesía durante el período fascista decapitando los cuadros liberales y revolucionarios. Así aunque la hegemonía y la dictadura pueden

estar combinadas, su carácter aparece sin embargo bien

(6) Antonio Gramsci, 11 Risorgimento. Editore Einaudi. Roma, 1949 (11^Edición en 1974), pág. 70.

(7) Umberto Cerroni, Revolución y democraciaeñ Gramsci. Editorial Fon-tamara. Barcelona, 1976. Págs. 4A y 45.

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delimitado: frente a la hegemonía, donde domina la sociedad civil, la dictadura representa la utilización de la sociedad polít ica» (8).

Desde la perspectiva que proporciona su profundiza-ción en la problemática de la hegemonía ideológica,Gramsci profundiza más que Lenín en valorar la importancia del consenso de las masas explotadas y, en conse

cuencia, matiza más que Lenin la función social del Estadosin l imitarla a consti tuir un mero instrumento represivoy «Consejo de Administ ración» de la clase dominante.De ahí también que Gramsci comprenda mejor que Lenin—aunque en este se dio una interesante autocrít ica por laimpronta «excesivamente rusa» de que se había impregnado la Internacional Comunista— la necesidad de unaestrategia revolucionaria específica para las sociedadesdesar rol ladas de Occidente que permita romper mejor elamplísimo consenso que en la sociedad civil ha obtenidola burguesía.

Después de haber ref lexionado profundamente acer

ca del fracaso de los movimientos revolucionarios enOccidente, durante la década del veinte , Gramsci seplanteó, ante todo, la tarea de contribuir a resolver elproblema susci tado por la necesidad de que el proletariado italiano afrontase seriamente la conquista del poder.Y no solo del poder pol í t ico, entendido como expresióndirecta de la sociedad polít ica, sino también la captacióndel conse nso po pular preciso para hacerse con la hegemonía de la sociedad civil. Así trataba Gramsci de eludir losgraves errores tácticos y estratégicos cometidos en Ale-manía , Hungr ía , etc. mediante la aplicación mecánica dela exper iencia de la Revolución de Octubre a paísesdo nd e se daban con diciones muy distintas a las que sedie ron en los terri torios som etidos a la autocracia zarista.

Sin embargo, el análisis realizado en su extraordinariamente lúcido t rabajo Guerra de movimiento y guerra de posi-ción transcendía el marco concreto i taliano y pasaba a serparadigmático de todas las sociedades industrializadas.Para Gramsci ya no se trataba sólo de que en Octubre sehubiese producido —según la acer tada formulación deLenin— la ruptura del eslabón más débil de la cadenaimperialista a consecuencia de las contradicciones engendradas por la Primera Guerra Mundial. Ese fue un factorcoadyuvante, como detonador , de un proceso explosivopropiciado, porque en la vieja Rusia «el Estado lo eratodo y la sociedad civil resultaba primitiva y gelatinosa».Pero en las condiciones de las sociedades industrializadas

de Occidente, la si tuación es muy distinta. En ellas la burguesía real izó en su momento la revolución u obtuvo poruno u ot ro medio el dominio del aparato estatal . Después—antes, o s imul táneamente, según los casos— tuvo lugarun ampl io proceso de sedimentación histór ica en que esedominio coerci t ivo se complementó con la di recciónmoral e intelectual de las masas subordinadas. Es decir ,con la imposición de la hegemonía ideológica, que aseguró el consenso popular en una medida jamás obtenida enetapas anteriores de la historia de la explotación delh o m b r e p o r e l . h o m b r e .

Con ello el elemento represivo, propio de la sociedad pol í t ica, se mar i t iene generalmente en estado potencial y sólo en forma excepcional, en los momentos de rup-

(8) Huges Por te l l i , Gramsci y el bloque histórico. Buenos Aires, 1973-Siglo XXI, Ediciones. Págs. 74 y sigs.

tura en que se producen las «crisis orgánicas», requiereser u ti l izado po r la clase domin ante o hegem ónica. De ahíla potencia inusitada que adquieren las superestructurasprop ias de este t ipo de sociedades y que les permitensortear crisis tan espectaculares como el Mayo francés. Entales condiciones no cabe plantearse únicamente, como e nel Octubre soviético, el ataque frontal a la tr inchera estatal . Gramsci considera que en Occidente esa tr inchera

posee también una serie de fortines y bunkers, escalona do s a diversas profund idades, que constituyen lospu nto s neurálgicos de una sociedad civil sumame nte desarrollada. Manteniendo la expresiva metáfora bélica grams-ciana, cabe considerar a los intelectuales orgánicos, delbloque dominante, como los ingenieros que han const ruí -do esas l íneas complementarias de defensa y, asimismo,como los oficiales mili tares que las mantienen. Pero no setrata de francotiradores aislados, como sería propio delconcepto tradicional de intelectual, sino de cuadros militares organizados como fuerza coherente. Y cada clasesocial hegemónica, o que aspira a serlo, debe crearse suspropios cuadros intelectuales. Tales cuadros se vinculan,orgánicamente, a su clase de origen, o de adopción, y lahomogenizan ideológicamente.

En consecuencia la clase obrera de cada país, si aspiraseri am en te asumir la función hegem ónica que le corresponde en el desarrollo social , debe afrontar con decisiónla creación de sus pro pios intelectuales orgánicos y lacaptación de los tradicionales que han quedado desvinculados de su clase originaria. Estos «funcionarios de lasuperestructura» como les calif icaba Gramsci, asumen lafunción de promotores del ejercicio de la hegemonía. Sise trata de los intelectuales orgánicos de la nueva clase ascendente, abordan la elaboración de su ideología, lepro po rci na n conciencia de su pape l y acaban transformán

dola en concepción del mun do que se i rá di fundiendo portodo el cuerpo social . Para la mayor eficiencia de su labor,deben asumir con rigor la función de crít icos de la culturaimperante. Ello ofrece grandes posibil idades en cuanto aproporcionar la contr ibución precisa para producir e l debili tam iento del consen so anterior y simultánea concien-ciación de la clase emergente. Con el desempeño de estasfuriciones, los intelectuales abordan la tarea de establecerlos necesarios nexos orgánicos entre estructura y superestructura, que dan lugar al fenómeno del bloque históricoconcebido no mecánicamente, sólo como al ianza declases, sino también como unidad orgánica de esa estructura y superest ructura.

De la síntesis, forzosamente esquemática, que hemosrealizado de algunas de las aportaciones conceptualesgram sciana s, a un análisis sistemático de las tareas con q uese enfrentan los trabajadores occidentales, se deduce claram en te la gran fuerza y lucidez de su pensa mien to. D eahí su vigencia. O, más precisamente, su creciente actualidad, a medida que la problemát ica contemporánea secentra cada vez más en el tema que const i tuyó su contr i bución fundamental. Se produce asimismo una valoraciónde ot ros análisis gramscianos, que también desem peñanun im por ta nte p apel dentro d e su muy diversif icada temática. Así, por ejemplo, su juicio, plenamente justif icadopor el desarrollo histórico posterior, del fascismo. Nom en os lúcida resulto su formulación de la polít ica dealianzas de clase en la que hallaron expresión operativa,en los planos estratégico y táctico, algunas de las categorías que Gramsci aportó a la ciencia polít ica: bloquehistórico, hegemonía, estatolatr ía, jacobinismo, cesarismo.

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revo lució n pasiva, crisis orgánica, transformismo, etc.; O ,dicho de otro modo, la creación de ios instrumentosconceptuales mediante los que aborda f inalmente laproblemát ica de la ruptura del bloque dominante y de lacreación revolucionar ia de un nuevo bloque.

N o obs tante los años transcurridos desd e su formulación, continúan vigentes los principios básicos de la

proyección estratégica gramsciana. En Italia consti tuye elfundamento teórico de la l ínea del Partido Comunista yde otra,s organizaciones marxistas. Diversos trabajos teór icos de Togl iat t i , Napol i tano Ber l inguer , Améndola,Ingrao y otros l íderes marxistas i talianos se remiten a esosfundamentos como la base científ ica ineludible que, incorporando las modificaciones surgidas en el desarrolloexperimentado por el país, permite trazar las perspectivaspara los avances ulteriores del movimiento de emancipación de los trabajadores. Este r ico acervo teórico grams-ciano, debidamente actualizado, es precisamente el que hapermitido al movimiento obrero i taliano liberarse, antes ycon mayor amplitud, de los corsés dogmáticos que duran-té mucho t iempo han dominado a sus compañeros de di versos países. En este sentido, aunque con importantesaportaciones ulteriores de Togliatt i , las concepciones deGramsci consti tuyen el antecedente teórico ineludible delfenó me no qu e actualmente se conoce bajo la poco r igurosa denominación de eurocomunismo. Dada la relevancia que el factor consenso popular desenipeña en la estrategia polít ica gramsciana se produce una más íntimaconexión entre democracia y socialismo. Si, como propu gn a G ramsci , e l b loque histór ico emergen te, hege-monizado por la clase obrera, logra extender su hegemonía sobre el conjunto de la sociedad, con el lo se producir ía coherentemente el debi l i tamiento de la sociedadpolít ica y, por lo tanto, de la coerción. Es en esa medida

que Gramsci calif ica de «democrática» a la hegemonía. Lasociedad polít ica se ve así reducida a una función deapoyo y t iende incluso a integrarse en la sociedad civil . Enuna perspectiva más lejana, se abren posibil idades másracionales de realización de la aspiración marxista de unaextinción final del Derecho y el Estado —en la época culminante del desarrollo humano constituida por la sociedadcomunista— ya que la estrategia gramsciana implica que elnuevo bloque emergente del proletar iado logrará uncon sen so todavía más amplio, que . el de las anterioresclases dominantes, en el que la hegemonía de la claseobr era p repa re las condiciones precisas para el nacimientode una sociedad regulada en la que desaparezca la funciónrepresiva del Estado.

Gramsci también se preocupó de que en lo que— utiliza ndo la terminología actual— podría calificarsecomo la estrategia de un socialismo en libertad, no hubie-;se incoherencias orgánicas. Es decir , que hubiese plenaadecuación entre los principios de organización delpartido de la clase obrera y su estrategia polít ica. Con esepropósi to Gramsci elaboró una ser ie de textos teór icossobre la función dirigente de dicho partido en el sentidoque, en su época, Maquiavelo atr ibuía al Príncipe. Noobsta nte , G ramsci considera que actualmente el «Pr íncipeM ode rno » ya no pued e ser una f igura individual , s ino unente colectivo que agrupe a los sectores más conscientesde la clase ascendente. Al igual que Lukács, Gramsci con

cibe al Partido de la clase obrera como un «intelectualcolectivo», ya que figuras geniales como las de Marx,Engels y Lenin sólo se dan excepcionalmente, debiendoser susti tuidas, como elaboradores teóricos, por ese «inte

lectual colectivo» que es el Partido. Para conseguirlo espreciso estar en alerta permanente a f in de evitar que elcentral ismo democrát ico pueda degenerar en central ismo

burocrático. Según Gramsci, «la burocracia es la fuerzarutinaria y conservadora más peligrosa: si acaba por consti tuir un cuerpo solidario que exista en sí y que se sientaindependiente de la masa, e l Par t ido acaba por hacerseanacrónico y, en los momentos de crisis, se encuentravaciado de su contenido social y como suspendido en elaire (9). De ahí que el Partido sólo pueda devenir intelectua l colectivo si sus mili tantes n o se hmitan a ser merosejecutores mecánicos de una l ínea polít ica elaborada porla dirección, para consti tuirse en elaboradores y aplica-dores creativos de una estrategia y táctica polít ica que seaproducto del esfuerzo colect ivo.

(9) Anto nio Gramsci , La política y el Estado Moderno. Editorial Pe nínsula. Barcelon a, 197 1. Pág. 93 y sig.

S E L E C C I Ó N B IB L I O G R ÁF I C A D E A N T O N I O G R A M S CI

Una bibliografía completa de Gramsci y de los trabajos elaboradossobre su pensamiento, o en aplicación dé éste, desbordaría los l ímitesespaciales disponibles. Por ello nos l i ínitamos a. una selección amplia,pero no exhaust iva .

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A) Ob ras publicadas po r Einaudi, de Turín:

Scritíi giovenilf (1914-1918) 1958. (4'» Edición en 1975).L'Ordine Nuavo (1919-1920) 1954. (3" Edición en 1 970).Sotto la Mole (1916-1920) 1958. (2^ Edición en 1971).Socialismo e fascismo (1921-1922) 1966. (4^ Edición en 1971).La construzione delPartito Comunista (1923-1 926) (4^ Edición en 197 4).Quaderni del Carcere: Los Cuade rnos de la Cárcel han sido publicados enseis volúmenes:

11 materialismo storico e kt filosofía di Benedetto Croce 1948. (10* Edición en

1974) .Gli intelletuali e l'organizzazione della cultura 1949 (10^ Edición en1974) ./ / Risorgimento. 1949 (11* Edición en 1974).l>iote sul M achiaveli, sulla política e sullo stato modern o. 1949. (8* Ediciónen 1974) .Letteratura e vita naziona le. 1950 (8* Edición en 1974).Passato e presente. 1951 (7* Edición en 1974).Lettere del carcere. 1947 (11* Edición en 1973).

Otras publicaciones de Gramsci en italiano.

2000 pagine di Gramsci. Milán. II Saggiatore. 1964. Selección de textospor Giansino Ferrata y NicoUo Gallo, precedida de una introducción delp r i m e r o .Inediti dai Q uaderni del Carcere. Rinascitá. anno 24 n" 15. (14 Abril1967) .La formazione del gruppo dirigente del partito comun ista italiano, publicadobajo la dirección d e Palmiro Togliatt i . Editori Riuniti . Roma, 1962.La Question meridionale. Rom a, Riuniti , 1966. Graneo de Felice y Valentino Parlato presentan una colección de textos de Gramsci sobre el problema del sur de Italia.Scriti 1915-1921: Milano, I Quaderni de II Corpo, 1968. Sergio Caprio-glio pre sen ta 120 artículos no publicados por Ediciones Einaudi sobre eljf>eríodo 1915-1921.Scritti politici, Roma, Riuniti , 1967. Antología de textos polít icos deGramsci anteriores a su detención. Selección, introducción y notas dePaolo Spr iano.Americanismo efordismo. Universale económica. Milano, 1950.Trenta anni di vita e lotta del PCI, «Quaderni di Rinascitá, núm. 2. Incluye las Tesis de Lyon, 1951.Antología popolare degli scritti e delle lettere. Recogida y presentada por C.Salinari y M. Spinella. Editori Riuniti , Roma, 1966.Scritti (19X5-1921) Quaderni de «II Corpo», 1968.Antonio Gram sci parla del partito. Scritti e Citazioni. Ed. B. Verona,1 9 7 1 .L'Alternativa Pedagogiga, Antología. La nuova Italia, Firenze, 1972.11 Consigli e la critica opéra la alia produzione. S erviré il popólo. Milano,1 9 7 2 .La Lota per l'e edificazione del Partito Comunista. Serviré il popólo. Milano,1 9 7 2 ./ / Vaticano e Vitalia. Editori Riuniti , Roma. Prefacio de A. Cecchi,1 9 6 7 .Sul Risogimento. Editori Riuniti , Roma. Prefacio de G. Candeloro, 1967.

/ / Vaticano e Vitalia. Editori Riuniti , Roma. Prefacio de A. Cecchi,1 9 6 7 .Sul Risorgimento. Editori Riuniti , Rom a. Prefacio de G. C andeloro, 1967.La formazione dell'oumo. Escritos pedagógicos presentados por G. Urbani.Edi tor i Riuni t i , Roma, 1967.Gramsci e L'Ordine Nuovo. Editori Riuniti, Roma, 1965.Ekme nti di política. Selección a cargo de Mario Spinella. Editori Riunitti,Rom a , 1972 .Per la veritá. Edición a cargo de R. Martinelli . Roma, Riun itt i , 1976.

B) Nuevas Ediciones de Los Cuadernos de Cárcel.Además de la edición temática publicada por Einaudi en las Opere hayotras dos ediciones en italiano:

— U na edición crít ica con ordenac ión cronológica de los Qua derni:Quaderni del carcere (edición crítica del Instituto Gramsci preparadapor Valentino Gerratana), 4 volúmenes. Torino, Einaudi, 1975<

— Una edición intermedia que sigue la ordenación temática de la edición original d e Elinaudi y aprovecha el aparato crítico de la edición p repa r ada po r Ge r r a t ana :

Quaderni del carcere (con una introducción de L. Gruppi. Roma, Reuniti ,1977(. Se la considera lamas asequible para un lector no especializado.

O B R A S D E G R A M S C I E N E S P A Ñ O LN o existe todavía ninguna edición castellana completa de las obras

de Gram sci. La selección más amplia de escritos anteriores y posterioresa 1926 publicada hasta ahora es: A.G. Antología (selección, traducción y

notas de Manuel Sacristán) Madrid, Siglos XXI de Ediciones, 1974 (2*Edición). La primera edición es de México, 1970.

Una selección de artículos polít icos de Gramsci mucho másreducida en: A.G. Pequeña Antología política (traducción de Juan RamónCapella) Barcelona, Fontanella, 1974.Cartas de la Cárcel: Lautaro, Buenos Aires. Traducción de G. Moner yprólogo de G. Bermann. 1950 y 1958. Otra edición en Madrid, porEdicusa, data de 1975.El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce. Editorial Lautaro,

Bu eno s Aires . Traducción de I . Flambaun y prólogo de Héc tor P .Agost i , 1961 ( reedi tado por Edic iones Nueva Vis ión, Buenos Aires ,1971) . También hay una edición de Ediciones Revolucionarias, LaHabana , 1966 .Los intelectuales y la organización de la cultura. Lautaro, Buenos Aires,1960 ( reedi tado po r ediciones Nueva V is ión, Buenos Aires , 1972) .Literatura y vida nacional. Lautaro, Buenos Aires. Traducción de JoséAricó y prólogo de Héctor P . Agost i , 1961.Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno. Lautaro,Buenos Aires. Traducción y prólogo de José M, Aricó, 1962 (reeditadopor Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1972).Cultura y literatura. Ediciones Península, Barcelona. Traducción y selección de J. Solé Tura, 1967.Pasado y Presente, Gránica Editor, Buenos Aires, 1974.La alternativa pedagógica, selección de textos a cargo de A. Manacorda.Nova Terra , Barcelona, 1976.La construcción del Partido Comunista. Con prólogo de Juan Calatrava.

Madr id , Dédalo Edic iones , 1978.Introducción a la filosofía de la praxis. Selección y traducción de J. SoléTura, 1970. Hay una segunda edición de 1972. Ediciones Península.Barcelona.La política y el Estado Moderno. Península, Barcelona. Traducción de j .So l é Tura , 197 1 .Maquiavelo y Lenin. Notas para una teoría marxista. Editorial Nacimient o , Santiago de Chile. Selección y prólogo de Osvaldo Fernández, 1971.Contra el pesimismo, previsión y perspectiva. Ediciones Roca, S. A. México,1 9 7 3 .Consejos de fábrica y estado de la clase obrera. Ediciones Roca, S.A. México,1973 .Notas críticas sobre una tentativa de «Ensayo popular de sociología» publicado en Cuadernos de Pasado y Presente. Córdoba, 1974.La constitución del partido proletario. Latina, Buenos A ires, 1976.El C aporetto del frente interior. Texto publicado en Revolución y democracia en Gramsci. Editorial Fontamara, Barcelona, 1976.

La formación de los intelectuales. Publicado en La función social y política delos intelectuales. Taller de Sociología, Madrid, 1977.Revolución Rusa y Unión Soviética. Editorial Torre s. Barcelona, 1976.Debate sobre los Consejos de fábrica. Anagrama. Prólogo de F. FernándezBuey. Barcelona, 1977.Los usos de Gram sci, comprende sus «Escritos Polít icos» (1917-1933) conuna am plia introducción de Jua n Carlos Portantiero . Cuadernos de Pasado y Presente . Dis t r ibuido por Siglo XXI, México, 1977.El «Risorgimento», con una amplia introducción d e Manilo Macri, Gránica Edi tor , B uenos Aires , 1974.Gramsci y ot ros Consejos Obreros y Democracia Socialista. Cuadernos dePasado y Presente . Córdoba, 1972.La formación de los intelectuales. Colección 70. Editorial Grijalbo. México,1 9 7 0 .

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Paggi .«Gramsci y Togliatt i ; novedad y continuidad», por Biagio de Giovanni.«Guía para la lectura de Gramsci», por Francisco Fernández Buey.Const i tuye una ampha bibl iograf ía comentada que complementa latambién amplia que aparece al final de la Edición de D E D A L O a «LaCuest ión Meridional» .

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NOTAS

LOS ESTUDIOSDEGIENGIAS

DE LA EDUCACIÓN:

CURRICULUM Y PROFESIONESAÍDA TERRÓ N BAÑUELOSOviedo

rganizado por el ICE de la Universidadde Salamanca y coordinado por su director el profesor Dr. D. Agustín Escolano,se celebró entre los días diecinueve alveintidós de Febrero, un seminario convistas a analizar la problemática curriculary profesionales de diversas Facultades de

Ciencias de la educación del país: Barcelona (central) ,Madrid (complutense), Salamanca, Valencia, La Lagunay Oviedo. Asimismo participaron en él alumnos de la facultad de Salamanca y La Laguna.

Los objetivos del seminario, tal como se planteabanen un principio en el programa de actividades, eran:

a) Examinar, desde una perspectiva comparativista,la situación de los estudios de Ciencias de la Educación.

b) estudiar, desde la misma perspectiva, el problemadel «curriculum» para la formación del profesorado de

enseñanzas medias .

c) analizar la problemática y perspectivas de profe-sionalización de los ti tulados en Ciencias de la Educación.

d) elaborar sugerencias y recomendaciones que pudieran orientar la reforma del plan de estudios de Ciencias de la Educación y de la formación pedagógica del pro fesorado de enseñanzas medias.

El primer objetivo quedó cubierto con las cuatro ponencias s iguientes :

— Los estudios de Ciencias de la Educación enFrancia, Bélgica y Holanda.

— Los estudios de Ciencias de la Educación en Ingla te rra .

— Los estudios de Ciencias de la Educación en Estados Unidos .

— los estudios de Ciencias de la Educación en laR.F. Alemana y Suiza.

presentadas por J .M. Quintana Cabanas , Amando Francés , Arturo de la Orden, y M. Fernández Pérez respec t i v a m e n t e .

Las ponencias destacaron por su densidad informativa, echándose en falta una aproximación y una comparación crítica a la situación de dichos estudios en nuestropaís. El problema del t iempo impidió que ésto se realizase , incluso en los coloquios.

Para satisfacer el segundo objetivo, el profesor Ricardo Marín de la Universidad de Valencia presentó una ponencia sobre «curriculum para la formación del profesorado de enseñanzas medias». La exposición dejó por sen

tado dos hechos que posteriormente, a lo largo del seminario, fueron retomados y apoyados por los asistentes: lanecesidad de una formación pedagógica para el profesorado de nuestro BUP y la imposibilidad con que seencuentran los ICES para cubrir dicha formación en laactualidad. Al elaborar las conclusiones se retomó estepunto, planteándose como alternativa la necesidad de quetodo aspirante a la docencia a nivel de BUP, tuviese en sucurriculum unas asignaturas (o créditos) específicamentepedagógicos , impar t idos por profesorado de los depar ta mentos de Ciencias de la Educación: la actual situación enla que no hay una distinción clara entre la formación deprofesionales que se van a ocupar de la docencia en BUPy la formación de investigadores y docentes a nivel uni-

vei-sitario, da lugar a una escasa capacitación pedagógicade la mayor parte de los profesores de Instituto: éstos sesiguen considerando matemáticos, f ísicos, químicos.. . ,antes que profesores de matemáticas, física, química...

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El tercer objetivo se cubrió en parte con las ponencias del profesor Escolano —«los estudios de Ciencias dela educación: problemática curricular y profesiológica»—y del profesor Sanvisens —«la función del pedagogo enlasociedad actual»—. Pareció que el tema que planteabanambas ponencias debía ser discutido de nuevo, ya que altratar sobre la preparación y contenido del próximo seminario éste punto, el de la problemática y perspectivas de

profesionalización de los titulados en Ciencias de la educación, fué casi unánimemente aceptado por todos comocentral para el próximo seminario.

La ponencia del profesor A. Escolano, aporta una visión histórica muy interesante sobre el desarrollo • de la

edagogía en España y avanza una serie de alternativasconcretas en torno a la elaboración de nuevos curricula

enseñanza media y de universidad, así como para laormación permanente de dicho profesorado.

Del análisis de las demandas académico-profesionales

de los estudios de Ciencias de la educación deduce uninteresante esquema para la confección del curriculum deestudios pedagógicos distinguiendo dos bloques a desarrollar, el primero de ellos (cursado los dos primerosaños) prestando especial atención a las disciplinas quehacen referencia al estudio del hombre, de la sociedad, dea cultura y de los instrumentos de investigación en las

ciencias humanas, y el segundo, (cursado los tres añossiguientes) que incluiría asimismo un tronco comúnarticulado en torno a los siguientes ejes: psicológico, his-tórico-sociológico, didáctico-tecnológico, metodológico-nstrumental y sistemático, y distintas especializaciones

curriculares: planificación y organización de la educación.

tecno logía de la educación, orientación escolar y profesional, educación preescolar, educación especial y educaciónp e r m a n e n t e .

El profesor A. Sanvisens y equipo colaborador, subrayaron en su ponencia la visión del pedagogo como especialista en Ciencias de la Educación. Hoy puede hablarse,según los ponentes , de pedagogo enseñante y pedagogo

científico: el primero dedicado a la enseñanza y el segundo dedicado a la fundamentación de la educación, por loque les parece oportuno distinguir entre maestro y profesor, en los niveles de enseñanza primaria y secundaria omedia, y pedagogo, licenciado o doctor en pedagogía oCiencias de la Educación, que puede ejercer la enseñanzao dedicarse a otras tareas pedagógicas. Por todo ello, analizan exhaustivamente las funciones propias del pedagogocientífico así como las salidas profesionales pertinentes.De lo anterior deducen aspectos concretos del curriculum , que co mo se vio, eran perfectamente compatiblescon los expuestos por el profesor Escolano.

El último objetivo se concretó en el debate, desarrollado a lo largo de tres sesiones, en torno a dos ejes: establecimiento de los objetivos de los estudios de Cienciasde la Edu cación y elaboración d e alternativas estructu ralespara desarrollar dichos objetivos.

Los asistentes al seminario, divididos en distintosgru po s de trabajo, discutimos estas cuestiones para, a pos-teriori, poner en común las conclusiones a que se llegaro n, las cuales se publicarán en el próx imo núm ero de larevista del ICE de la Universidad de Salamanca «Patio deescuela».

HOMENAJE APEP CALSAMIGLIA

El pasad o 19 de Abril se celeb ró, en el Aula Magn a dea Universidad Central de Barcelona, un homenaje a Pep

Calsamiglia.

Pep Calsamiglia, discípulo y colaborador de JoaquínXirau, permaneció excluido de la Universidad durante losaños del franquismo. En ese largo período, siguió ejercie nd o, sin em bargo, su mag isterio socrático: XavierR ub er t de Ven tos, Jord i Maragall, Victoria Camps, ToniVicens, Eugenio Trías y otros muchos se reunían periódicamente con él para charlar de filosofía, de estética, depoesía o de política. Todos ellos se consideran, en granmedida , disc ípulos de Pep.

Javier Muguerza, durante su corto destino en Barcelona, en el curso 1977-78 consiguió, no sin dificultades,rein tegr ar a Casalmiglia a la Universidad. Desd e enton ces,muchos otros estudiantes pueden disfrutar del magisteriode Pep .

Persona sencilla y entrañable, a quien abruman loshomenajes, Pep aceptó éste con la condición de desviarloy convertirlo, a su vez, en un homenaje a los que fueron

sus maestros, y muy especialmente a Xirau.Si bien la redacción de EL BASILISCO no pudo, en

aquella ocasión, desplazarse a Barcelona, queremos ahora,desde aquí, expresar nuestra solidaridad con el acto.

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CRITICA D E LIBROS

CONSIDERACIONES SOBRELA LÓGICA Y SU HISTORIA

VICENTE MUÑOZ DELGADOS a l a m a n c a

1. Lógica ant igua y lógica nueva

a lógica antiguo-medieval, y gran parte de

la moderna, se desarrolla unida a los problemas filosóficos, concebida como órgano de la razón discursiva. Fue considerada, ya como una parte de la filosofía, ya

íj¡ como su natural introducción, ya como suinstrumento. Dentro de ese horizonte fi

losófico, nunca hubo una separación tajante entre forma ycontenido, aunque haya sido calificada acertadamente delógica formal. Era una lógica de contenido, comprensivis-ta , donde las nociones se unlversalizan en intensión.

La evolución de la ciencia moderna y, muy especialmente , e l desarrol lo de l pensamiento matemático, da or i

gen a la lógica como disciplina exacta. La lógica matemática se considera hoy una importante realización de nuestro mundo cultural y su crédito aumentó por las aplicaciones a computadores y mecanismos automáticos. Es unalógica matemática, construida principalmente por matemáticos, que emplean métodos aritméticos, algebraicos,analíticos, topológicos, axiomáticos, etc. Se logra así unmayor tipo de abstracción y una mayor autonomía de loform al, resp ecto a los contenido s. La lógica matemática yano es puramente formal , está formalizada.

Como fruto de estos dos desarrollos, apareció la doctrina de las dos lógicas contrapuestas y enemigas o, segúno t r o s , complementar ias . Recordemos, por e jemplo, las

diatribas de B. Russell , en su Historia de la filosofíz occi-dental (1945), contra los aristotélicos, y el célebre trabajode R . Ca rnap , La antigua y la nueva lógica ( 1930-31 ) , publicado en el primer número de la revista E rkennt'nis, ór

gano del neopositivismo lógico, donde hace iina interesante contraposición entre las dos lógicas. Se caracteriza ala moderna, como predominantemente relacional, y a laantigua, como sustancialista, señalando las ventajas deaquélla sobre ésta (1) .

Paradójicamente, los métodos carnapianos de análisisdel lenguaje y de búsqueda de las estructuras formales,condujeron a una progresiva revalorización de la lógicaprematemática y, muy especialmente, del legado greco-escolástico. Como afirman los Kneale, «tras siglos de incuria o de desprecio.. . los logros de los lógicos medievales, que nos eran accesibles a través de libros impresos afines del siglo XV y comienzos del XVI, han sido reconsiderados a la luz de los descubrimientos de la lógica moderna, con lo que obras un día condenadas como tediosase irrelevantes, son hoy tenidas por brillantes anticipaciones de innovaciones recientes». En esto ha habido muchasexageraciones, que la historiografía va corrigiendo, comoya había observado Quine, en esta prudente premonición,«si es deplorable exagerar la ruptura entre la vieja y lanueva lógica, sería aún mucho más deplorable minimizarla importancia y novedad de la nueva» (2) .

(1) B. Russel l , Historia dé la filosofía occidental (Buenos , Aires, 1947) I ,218-19; A.J . Ayer , compi lador , £/^WÍVZWJOTO lógico (México, 1965)139 -52 ; V . M uñoz De lgado , Lógica matemática y lógica filosófica (Madrid,1962) ; H . B . Vea t ch , Tw o logics (Northwestern University Press, 1969).

( 2 ) M . y W . Knea l e , E l desarrollo de la lógica (Madr id , 1973) 210; J .T .C l a rk , Conventional logic and modern logic (W oodstock, Md. 1 952)VI-VII, donde están las palabras de Quine; V. Muñoz Delgado, El formalismo como método auxiliar de la historia de la lógica, Vilosofia y cien-cia en el pensamiento español contemporáneo (Madrid, 1973) 69-86. Este tra

ba jo , presentado en el Simposio de lógica de Valencia (1971) fue motivode algunas incomprensiones por parte de los antiformalistas. Ha merecido ser reproducido, casi enteramente, en la revista Filosofie-Logica 1 0(1 973) 684 -96, del Centro de Información y Documentación de c ienciassociales y polít icas de Bucarest .

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Es un hecho que, en amplios sectores, desaparece la

to filosófico y en lenguaje n atural, sería susceptible de

El precio de esa formalización sería la neutralizaciónosófica de la lógica greco-escolástica, desligable e inde-

diz abl e, tanto de la filosofía antigua como de la med ie

Como juicio estimativo, pienso que se ha exagerado

Las críticas al método formalista han sido muchas y

Se han cele brad o varios congr esos en los que se som ete a discusión

convegno di storia della lógica (Padua, 1974), reproduce los trabatados al Congreso de Parma (1972); J . Corcoran, ed. , Ancient

and its mo dern interpretations (Dordrecht-Boston, 1974), contiene

al formalismo, desde todos los frentes, como vamos a verde manera escalonada.

2 . Lógica y dialéctica

Esa concepción de la historia de la lógica como unaunidad, expresada de var ias maneras , forma griega, formaescolástica, forma india y forma matemática, como dividieron sus magnas obras de historia, H. Scholz (1931) y J. M.Bo ch en sk i (195 6), fue muy atacada, especialmente desdelos sec tores de predominio de la razón dialéctica. La opción formalista sería un producto decadente de la llamadarazón analáica, l igada al neopositivismo o que, al menos,recoge su énfasis en la importancia de la lógica formalizada. Sería una herencia bastarda de aquella famosa frase deCarnap «la lógica es el método del filosofar» (4).

Los ataques al formalismo provienen del mundo lla

mado socialista y del l lamado capitalista. Vamos a recordar, en este apartado especialmente, las objecciones desde los autores que viven en la Europa del Este, desde Rusia a los Balcanes.

En primer lugar, los marxistas protestan contra la separac ión entre forma y contenido. Muchos t ra tados delógica, aparecidos en las democracias de órbita rusa, constituyen una apología de la lógica cosista y metafísica delEstagirita , revalorizando la interpretac ión neoescolástica,def orm ado ra de la gran lógica de los siglos XIV -XV L laexaltada por los formalistas. La Lógica, edi tada a nombrede Gorski y Tavants (1956), obra colectiva publicada porel Instituto de filosofía de Moscú, la Logik (1955) del

húngaro Bela Fogarasi, el manual de Georg Klaus, Ein-führung in die fórmale Logik (Berlín, 1958), repiten la partición neoescolástica de la lógica en concepto, juicio y raciocinio, aunque interpretados con fuerte influjo hege-liano. Esa división ha desaparecido en los manuales occidenta les , que se prec ian de modernos , y tuvo poca importancia en la gran lógica de los citados siglos XIV-XVL

La lógica formal, dicen los manuales del Este citados,es una forma de ideología burguesa. El formalismo es unarma de la ciencia burguesa, que se utiliza como instrumento político, repiten Bela Fogarasi y Klaus. Gorski-Tavants denuncian la misma situación con estas palabras:«la falsificación idealista de los pr ob lem as d e la lógicatiene sus raíces de clase y sus raíces gnoseológicas... Ensu defensa de los fundamentos del capitalismo, los idealistas declaran que el mundo circundante es una ilusión.. . ,un conjunto de sensaciones, e , incluso, un conjunto de arbitrarias lucubraciones verbales y «lógicas» del entendim ien to ». A . Joja critica la aphcación del mé tod o formalista a la silogística de Aristóteles, realizada por Luka-siewicz, y da este juicio sobre la lógica aristotélica: «enverdad es formal, pues se ocupa de términos abstractos yno concre tos , de formas de pensamiento y no de un contenido concre to. No obstante , es , aunque es ta cues t iónpueda parecer exagerada en opinión de los logísticos.

(4) H. Scholz, Abriss der Geschichte der Logik (Munich, 1959); J .M .Bochensk i , Historia de la lógica formal (Madrid, 1967); V. Muñoz Delgad o , Lógica antigua y medieval a la luz de la logística, Salmanticensis 4(1957) 50 3 - 41 , resume ios resultados más importantes . Ayer, ed. obracitada, p. 139.

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también una lógica de contenido, puesto que las formasson formas de algunos contenido s y tienden al conocimiento de algunos contenidos de pensamiento». Unaslíneas más adelante, da este juicio sobre el formalismo,como método: «separar las formas lógicas de sus contenidos , de las formas objetivas, es un extravío formalista.Má s , si tenemos conciencia de que se trata de un extravío,podemos admitirlo en el sistema general de la lógica».

Esto es ya una concesión, y un poco antes había dicho queel «procedimiento formalista no se justifica más que provis ionalmente». No está muy le jos de los que proponemos el formalismo como método auxiliar (5).

Este planteo del formalismo, tanto en sí mismo comoen sus aplicaciones a la historia, está ya algo retrasado,aún d en tro d e la misma Unión Soviética. Para ente nde rmejor las dificultades, hemos de atender a dos factores: elprimero es la codificación de lo que es dialéctica y el segundo al establecimiento de las relaciones entre lógicaformal y dialéctica. El problema de fondo es el de lacompatibilidad o incompatibilidad, complementaridad o

exclusión entre lógica formal y lógica dialéctica.

Comenzamos por e l pr imer punto, por la determinación del significado de dialéctica, concepto equívoco yde difícil precisión. La filosofía soviética hasta los años 50aproximadamente, se dedica a la exégesis de los clásicos,es de cir d e M arx, Engels y Lenín. Marx tuvo intención deescribir ex profeso sobre el tema, pero en realidad lo dejasin precisión. Engels pretendió lo mismo, pero su pensamiento quedó muy incompleto , y hemos de contentarnoscon el Anñ-Dührmg{\2>l%) y las notas que incorpora enla Dialéctica de la naturaleza (1927). Lenín ocupa su destierro en Suiza, analizando la lógica y la dialéctica de He-

ge l , pero los acontecimientos de 1917, le impiden completar el tema y hay que limitarse a las notas de Cuadernosfilosóficos (I929, I93O). No había una doctrina clara, ordenad a y sistematizada so bre algo tan básico en el marxismo.N o estaba d eterm inado con precisión cuál era la misiónde la dialéctica (6).

La concepción básica de la dialéctica, en la Unión Soviética, sigue una línea de desarrollo a partir de Marx,Engels y Lenín. Se destacan mucho las tres famosas leyes(paso de cambios cualitativos a cuantitativos, unidad ylucha de contrarios, negación de la negación). Aunquesurgen diferencias en la exposición, el punto de vistadominante parece ser que la dialéctica es la ciencia de lasformas y leyes generales de desarrollo del mundo objet ivo , formando una unidad inseparable con la lógica y lateo ría del c onocim iento. La dialéctica es la ciencia que estu dia las leyes más gene rales del desarro llo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. Hay que distinguir la lógica objetiva, que reina en toda la realidad, yla lógica subjetiva, reflejo en la mente del movimiento,que impera a través de toda la realidad, mediante los contrarios (7).

(5 ) D .P . Gorsk i y P .V. Tavants , Lógica (México, 1968) 37; A. Joja, Ladialéctica y las ciencias (Buenos Aires, 1969) 63-5; Bela Fogarasi, Logik(Berlí n, 1956) 26-7 ; G. Klaus, Einfüh'rung in die fórmale Logik (Berlín,

1 9 5 8 ) 1 1 .

(6) E. Laszlo, ed., Philosophy in the Soviet Union. A Survey of the Mid-Sixties (Dor drech t , 1967) 79-80 ; J .M . Bochensk i , El materialismo dialéctico (Madrid , 1962) 177-81. Los años entre paréntesis indican la fecha depublicación de los escritos de Lenín y Engels .

Esa parece ser la opinión de hombres como Kopnin,Kedrov y otrOs autores recientes. No parece que se hayanhe ch o inno vaciones profundas, re specto a Engels y Lenín,lo que es muy comprensible dada la veneración oficial poresos autores. En años posteriores, se destacan menos lascontradicciones y su papel en la naturaleza y sociedad.Siguen teniendo importancia las tres leyes, pero aumentael interés en el esmdio de las regularidades en los fenó

menos de la naturaleza, al margen de la misma dialéctica.Al mismo tiempo, se hace una crítica del neopositivismo,espe cialm ente a partir de 1960, señalando que se trata deuna filosofía contraria a los hechos, que es un idealismosubjetivo, irracional, opuesta al marxismo-leninismo, centrándose mucho en el aspecto epistemológico, como haceIgor Sergio Narski, una de las mayores autoridades en eltema (8). Otro crítico como Vladimir S. Svyrev, profesor,como el anterior, en la Universidad de Moscú, reduce acuatro puntos su crítica del neopositivismo: no han logrado definir y determinar la base empírica de la ciencia;rechaza la dicotomía analítico-sintético y el reduccionis-m o , sobre todo el principio de verificación, y las teorías

formalísticas de la coherencia (9).

Estas doctrinas afectan a la noción de dialéctica, encuanto es también una metodología, dialéctica comológica de la ciencia, que no es como en occidente lavalidez lógica de una teoría científica, sino algo así comouna descripción fenomenológica del proceso del conocimiento científico, corno señala, por ejemplo, Kopnin(10) .

En cuanto al segundo punto, es decir el de las relaciones entre lógica formal y lógica dialéctica, hay que partir del año 1946, porque hasta esa fecha la lógica había

estado ausente de los planes de educación soviética. Merefiero a lo que puede llamarse lógica filosófica, porque,en lógica matemática, han hecho notables desarrollos, sigu ien do una dirección semejante al intuicionismo occidental, en cuanto utilizan métodos finitos y constructivos,teniendo gran interés por los problemas de la decisión,computabilidad, algoritmos y teoría de funciones recursivas.

En noviembre de 1946, el Comité Central del Partido decide instaurar la enseñanza de la lógica formal en losestudios preuniversitarios y en algunas Universidades.Pero continúan las presiones para que se determinen lasrelaciones entre lógica formal y dialéctica, teniendo siem

pre precaución ante los peligros burgueses. Para que la lógica formal se abriese camino, fue muy importante la intervención de Stalin, contra N.Y. Marr en 1950, en el debat e sobre el lenguaje, dete rmin ando que la lingüística yla lógica formal no son una superestructura y no estánconectadas con una clase social determinada. La revistaVoprosy filosofií, entonces, la principal y, durante much o

(7) En Laszlo, ed. , 80; L.R. Graham , Ciencia y filosofía en la Unión Soviética (Mad rid, 1976) 65-86 ; W. Rod, La filosofía dialéctica moderna(Pam plona , 1977) 301-17, 427- 9.

(8) Laszlo, 86, W. F. Boeselager, The Soviet Critique of Neopositivism(Dor drech t-B os ton , 1975) 49-78 .

(9 ) Boese lager , 75-90 .

(10) Eli de Cortari, El método dialéctico (México, 1970) 15-37; P.V.K o p n i n , Hipótesis y verdad (México, 1969) 90 -1, 112; B.M. Kedrov,Clasificación de las ciencias (Moscú, 1974-76) I, 4 3 ; II, 535 .

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42 resúm enes de otras contribuciones. Untori al d e 19 51 , de la misma revista, quiso dar una solu

l al pro blem a, sosten iend o qu e ambas son

Voprosy fUosofü. Siguiendo

Deutsche Zeitschrift fürcon gran atención, progresivamente en

für mathem atische Logik und Grund lagenforschunglevista. Zeitschrift für mathema

de la Humboldt-Universitát (11).

En Polonia, de tanta tradición lógica en la preguerra

El pensamiento filosófico, órgano del materialis

lógica, fundada en 1953. Se reorganiza la Academia

de sd e 1948 , hay interesantes publicaciones de lógica

Algo parecido sucede en Rumania, donde Moisil

Desaparecida la incompatibilidad entre lógica formal

Co ng reso Internacional de Lógica, Metod ología y Filoa de la Ciencia, a fines de agosto dé 197 1, don de h e-

Fragen der Philosophie. Ein Material Beitrag zur Erfors-Scwietphilosophie in S piegel der Zeitschrift «Voprosii Filosofa»,

(Colonia-Opladen, 1960), con la traducción alemana de los traProtokoll der philosophischen Konferenz über

Logik: Jena, 1951 (Berlín, 1953) 3-4 y passim; Ed. Huber , UmLogik». Diskussionem in der neuren Sou>jetphilosophie

Logic and D ialectic in(Nueva York, 1952); V. Muñoz Delgado, La lógica en la

pos tguerra ( l9 6 l ) , Estudios 18 (1962) 433-52 .

T. Ko tarbinski, La logique en Pologne (1945-55), Les Eludes Philo-11 (1956) 23442 .

G. C. Moisil, «La logique mathem atique puré et appliqué en Repu -Teorema 2 (1972) n. 7, i5-44.

mos podido asistir a una confrontación entre el pensamiento de las dos Europas.

Desde un punto de vista filosófico, fue aún más inte

resante el XV Congreso Internacional de Filosofía, quecelebramos en Varna (Bulgaria), en el verano de 1973-Entre otros actos, tuvimos un interesantísimo Simposio,en el Hotel Internacional de dicha ciudad, sobre las relaciones entre dialéctica y lógica formal. Recuerdo, teniendo delante mis notas, que surgieron estas posicionesprincipales: no hay oposición entre dialéctica y lógica formal (predominante en el grupo polaco y ruso); la lógicaformal está incluida en la dialéctica, como una parte en eltodo; la lógica formal es analítica, a priori y, por tanto,Opuesta a la dialéctica; la dialéctica no incluye a la lógicaformal, siendo dos cosas distintas. En el grupo occidental,donde llevó la voz cantante Mario Bunge, se sostuvo lasuperioridad de la lógica y que la dialéctica es imposiblede explicar sin utilizar el instrumento lógico. La impresión, al concluir, era que no hay una teoría científica de ladialéctica y que es un concepto falto de precisión.

En todo caso, hay un ambiente de apertura y de colaboración. A nadie se le impide el cultivo de la lógicaformal, en nombre de la dialéctica. A ello ha contribuidotambién el gran interés, desde 1950, por la cibernética,automatización, computadores electrónicos, teoría de lainformación, etc., que sólo son comprensibles, filosóficamente , desde e l formalismo.

Pudiéramos concluir esta disgresión, diciendo que no

existe, en la actualidad, enemistad entre lógica formal ydialéctica. Los dialécticos no son ya enemigos del formalismo. Para conservar los dogmas del partido, basta señalar las insuficiencias y limitaciones del formalismo e interpretar al modo hegeliano-marxiano la historia de la lógicay de las matemáticas (14).

La filosofía de la Lógica y de su historia es diferente •

para los marxistas. Pero hay manuales que tienen la misma estructura que los escritos en el mundo llamado capitalista. Tengo delante los Elementos de la lógica matemáticade P. S. No vik ov (1 959), de la Universidad Lom onosovde Moscú, y está organizada como las de Occidente, dan-

(14) T.J . Blakeley, La escolástica soviética (Madrid, 1969) 31-50, 67-98,120-7; G. Casanova, La matemática y el materialismo dialéctico (La Habana, 1969) 137-8.

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os neopositivistas, porque volverá otra revolución queransformará de nuevo las estructuras. Según Kuhn, no se

istoria y a la sociología de los hombres que hacen lasonstrucciones científicas. Al filósofo, no le interesan so

lamente las estructuras permanentes, es necesario atendertambién a las contingencias históricas y sociológicas de los

esc ub rimie nto s y progreso s científicos, que son fruto den grupo social, dotado de cierta estructura comunitaria

com pleja. La reestructuración revolucionaria, producidaen el cambio de paradigma, solamente se puede entenderrefiriéndola a los factores psicológicos, históricos y también lógicos. El descubrimiento de una nueva inteligibilidad o paradigma se adquiere trabajando en el interior deun grupo social. Hay aquí también una convergencia conlos marxistas, aunque Kuhn se interesa mucho menos porlos factores económicos y destaca poco el interés prácticode las ciencias naturales. Esto afecta a la metodología de lahistoria de la ciencia y, en especial, a la de la lógica, quejuega un papel tan importante en la concepción neopositi-

ario para entender lo que pasa en un período de ciencianormal. En el último congreso internacional de lógica,

elebrado en Canadá (verano de 1975), su ponencia constituy ó u n v erdad ero a contecim iento, así como las de J. D.Sneed y W. Stegmüller, autores que han echo una reconstrucción sistemática de la concepción metacientífica deKuhn, proponiendo interesantes cambios , dentro de unnuevo concepto de estructura de una teoría, desde la quese hace un reajuste del dinamismo que va de una ciencianormal a otra (16). Y lo curioso es que Stegmüller vuelve

(1 6 ) N . R . H a n s o n , Patrones de descubrimiento. Observaciones y explicación(Mad rid, 1971); Id. , Conjeturas y Constelaciones (Madrid, 1978); R. K.M e r t o n , La sociokgñ de la ciencia (Madrid, \^11)\ M. Polanyi, Personal

nowledge (Chica go, 1964); T. S. Kuhn, estructura de las revoluciones cien-tficas (México, 1971). V. la nota 17.

a proponer el análisis lógico como el único medio que hayde clarificación y, tal vez, de reconciliación de la polémicadesencadenada por los oponentes a la obra de Kuhn, e lcual es un historiador y no un lógico y, por ello ha acertado en señalar una insuficiencia, sin anular la importanciadel formalismo y del análisis lógico.

Muy distinto en este último aspecto, es Toulmin,

especia lmente en su obra Comprensión humana (PrincetonUn iversity , 1972), primera d e una anunciada trilogía,donde señala que el análisis formal jamás puede decirnosen qué consiste la racionalidad de la ciencia. En vez deciencia normal y ciencia revolucionaria, prefiere hablar detransformación conceptual, proponiendo una teoría deevolución de conceptos, a semejanza de la biológica,donde las unidades de variación son los conceptos individuales y no una teoría o un paradigma. Nosotrosjuzgamos de la racionalidad de una conducta, no en función de la coherencia lógica de sus creencias, sino por lamanera cómo se efectúa el cambio, en orden a una situació n im prev ista. La racionalidad de la ciencia ha de bu s

carse en los mome ntos de dificultad y de cambio conceptual. En esos momentos, los criterios lógicos son inútiles,po rq ue presu pon en un a es tabil idad conceptual inexis tenteen los momentos de transformación. Lo más chocante deToulmin es que niega que el cambio en la ciencia sea denaturaleza lógica y, sin embargo, es racional. Habrá,p u e s , una racionalidad que no es lógica y tal curiosa racionalidad se manifiesta en la dimensión diacrónica delsaber científico, infravalorando el análisis sincrónico yestático del lógico.

^^o voy a seguir resumiendo las últimas controversiasen algunos exponentes del extremismo, como Feyera-

bend, que considera un mito peligroso la idea misma demetodología científica. Me basta con que quede claroq u e , también en Occidente, hay una fuerte reacción, señalando la insuficiencia del formalismo neopositivista enlógica matemática y en metodología, que supone una cierta convergencia con las apreciaciones del marxismo y neo-marxismo (17) .

Señalemos brevemente, otras corrientes que apuntana lo mismo. Piaget y su escuela de Epistemología genéticainsisten, igualmente, en la necesidad de completar losanálisis formalizantes con el estudio psico-genético de lasestructuras lógico-formales, aunque dando siempre muchaimportancia a las doctrinas neopositivistas. Los filósofos

del lenguaje ordinario señalan la insuficiencia del análisisformal, a base de la sintaxis de lenguajes artificiales. Her-meneutas, existencialistas y vitalistas consideran la opciónformalista, aphcada a la historia, como una mutilacióngrave de l logos en aspectos muy importantes (18).

Podemos concluir, afirmando que hay una reacción

general en contra de las exageraciones formalistas, que

(17) St. Toul min, La comprensión humana (Madrid, 1977); I. A. HidalgoTuñón, «Disciplinaridad versus s is tematismo en Toulmin», El Basilisco I(197 8) 113- 16; E. McM ullin, «Le declin du fondationalisme», Revuephilosophique de Louvain 74 (1976) 235-55; M.A. Quintanilla , Ideología yciencia (Valencia, 1976) 61-98; P.K. Feyerabend, Contra el método (Barcelona, 1975), con interesante introducción de J . Muguerza. R.E. Buttsy J . H intikk a, ed. , Historical and Philosophical Dimensions of Logic, M.e-thodology and Philosophy of Science (Dordrecht-B oston, 1977) 245-312,con los trabajos de Kuhn, Stegmüller y Sneed en el Congreso de Canadá. W. Stegmüller, The structure and dynamics oftheories (Nueva York-Heide lberg-Berl ín , 1976) 2 7 0 - 1 .

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permite un acercamiento entre la razón analítica y la razó n dialéctica. \

Consecuencias en ordena la historia de la lógica

Una pr imera consecuencia de lo anter iormenteexpuesto podría ser que racionalidad rio es lo mismo quelógica matemática. Lo lógico abarca mucho más. Currydesde 1951 y, sobre todo, desde 1966 distinguía dos sentidos de lógica: 1) Lógica filosófica. Trata del estudio delas norm as y principios d e razonar válidos. Es una rama d ela filosofía. Es claro que la historia de esta parcela no sepuede hacer desde una opción puramente formalista, nidesde la convicción de que la lógica matemática actual estoda la lógica. Eso implicaría considerar la evolución de lahumanidad de una manera lineal y desde nuestra culturaoccidental. Esa concepción supone que el hombre deÁfrica central, Asia y América precolombina se desarrollan en orden a la meta de perfección del hombre occidenta l ac tua l , tomado como modelo.

ISfo podemos admitir que los chinos o los indios,grandes cultivadores de la lógica, sean inferiores o que sudesarrollo ha de desembocar en algo semejante a la cultura, pr oc ed en te de Europa. Un a estructura social y unaorganización diferente produce distinto tipo de mentalidad y la aplicación de nuestra racionalidad puede falsear lainteligencia de otra civilización.

La aplicación exagerada del método formalista,mediante una neutralización filosófica es inadecuada enese caso. Primero, porque es imposible hacer historiapuramente neutral, ya que el formalismo es también unaconcepción que supone una filosofía y algunas doctrinasdiscutibles, como la distinción entre lo analítico y sintético. Otro inconveniente de la aplicación de ese método esque la evolución de la lógica no va acompasada con lá dela filosofía y, en algunas historias modernas, Pedro Hispan o , Ockham o Alberto de Sajonia son más importantesque Santo Tomás, Escoto y aún que Kanty Hegel , lo queparece una exageración y una infravaloración de grandesmaestros de la humanidad. Bochenski decía, en 1948,q u e , al lado de los estoicos y escolásticos, «Ni Descartes,ni Kant, ni Hegel ne meritent le nom de logicien»,

Cuando son autores que han producido un auténtico cambio de mentalidad y son necesarios para explicar la evolución de la lógica (19).

(18) V. Muñoz Delgado , La lógica formal y su dimensión histórica,123-32. N. Rescher , Dialectics. A controversy-ofientedapproach to the theo-ry of Knou'ledge (Albany, 1977), concluye con esta observación global: «Itis a guiding objecrive throughout this book to expound a versión of«dialectic» that does not put the dialectical enterprise into oppositionwith. sejence, b ut seas the dialectical.and scientific approaches to ratio -nality as mutually complementary aspects of one unified cognitiveendeavor» , p . 124 .

(19) H.B. Curry , Outlines of a formalist- Philosophy of Mathematics(Amsterdam, 1951) 65-9; Id. , Foundations ofmathematical Logic (Hueva.York-Londres, 1963) 1-5; A. Dumitriu, History of Logic YV , 224-6 ; I .M.Bochenski, «L'etat et les besoins de I'histoire de la logique formelle»,Proceedings of the Tenth International Congress of Philosophy (1948)(Amsterdam, 1949) I, 1063.

Con ello, no quiero decir que el formalismo deje deser un método útil y un auxiliar, importante, pero insufic iente .

La señora E.M. Barth, en su interesante disertación,The logic of the articles, señala, en 1974, esa insuficiencia ylas graves mutilaciones que se han hecho de períodos yautores irriportantes, como la lógica fenomenológica, la

neotomis ta , la de l per íodo de inte rregno o dormic ión,como califican Ivo Thomas y Blanché los años 1450-1700,con evidente injusticia e ignorancia (20).

Así como hay un campo de trabajo sobre los fundamentos de la matemática, Barth propone otro similarsobre los fundamentos lógicos de la filosofía, que se podría llamar mejor estudio de las estructuras conceptualesaplicadas. Es una sugerencia muy importante, que permiteiniciar un método global que supera los estrechos cuadrosde la historia de la lógica al uso.

2) Lógica matemática. Es el segundo sentido de lógica, señalado por Curry. Estudia la lógica filosófica,

mediante procedimientos matemáticos , construyendo s is temas abs trac tos dentro de los cua les se puedan inte rpretar ciertos dominios, más o menos intuitivos, que constituyen sus modelos semánticos. Por ejemplo, un sistemade lógica proposicional bivalente, construido de manerapuramente matemática , tendrá un modelo semánt ico en lalógica estoica, y la lógica de la proposición analizada delEstagifita puede ser representada dentro de la lógica de laGuantificación ordinaria. Por ese lado, es por donde sepu ed e v er el valor auxiliar del méto do formalista, aplicadoa la historia. Sus límites deben ser determinados por unafilosofíade la historia de la lógica que valore los diferentes mundos; el acmal del formalismo y el antiguo-medie

val. . i :

Esa es la relación que pueda tener la lógica matemática con la de los siglos precedentes. No es lícito ignorarla especiar relación que tiene la lógica matemática con lamatemática, en cuanto prototipo de ciencia formal y deductiva, .donde el concepto de demostración estricta esfundamenta l en todas sus .par tes . El problema de la demostración y derivación es esencialmente lógico. Como esalgo esencial en matemática, es natural que lógica simbólica y matemáticas se relacionen muy especialmente y queaquélla sea un instrumento muy singular de éstas. Unidoal problema de la demostración y derivación, va el de la

naturaleza de las matemáticas en general, y muchos, comoel mismo Curry, incluyen también el tema de los fundamentos de las ciencias formales (21). Serían problemas delógica matemática.

Pero no parece que la lógica matemática tenga un carácter general, aplicable a todo tipo de derivaciones, ni

(20)-,E.M. Barth, Mí/ogZíT of the articles in traditiónal Philosophy(Dord rech t-B os ton , 1974) .5 -24 , 475 ; Ivo Thomas , « In te rregnüm», a r t.Bnclyclopedy of Philosophy iNaeva.York, 1966 ss) IV, 534-.7; R. Blanché,La logique et son histoire d'Aristote a Russell (París, 1970), p. 169, titulaese pe r íodo La mise en sommeil de la loquique. Aún desdé un criterio formalis ta , en el s . XV y la primera mitad del XVI, sobre todo en la parteespañol a, hay autores de gran categoría , como creo haber demostrado en«España en la his toria de la lógica prerrenacentis ta (1350-1550)», LaCiudad de Dios 1&(,{W5) Í12-9A:.

(21) Curry , Foundations, 1-3. ;

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so de aceptar ese instrum ento com o méto do ge

El problema se complica cada vez más, si conside

Durante años, se distinguieron como lógicas fundaen tale s la lógica clásica, la intuicionista y la minimal. Las

Í po r el principio de tercero excluido y el principio ex

negados por la lógica minimal y

En el año 1912 y, sobre todo, en 1918 resurge con

Dentro de esas divisiones, sobre todo entre lógica

y extensión. Los juntores lógicos de extensión

¿las verdades lógicas se reducen a las tautologías

qu e n o tratamo s de sentidos, sino' de valores de verdad

Los funtores del lenguaje ordinario y los de la lógica

History IV , 178-81 ; M.L. dalla Chiara Scabia, Lógica

Las lógicas extensionales con valores veritativo-fun-cionales, se pueden llamar fundamentales, ordinarias y sedefinen con referencia a un estado único de cosas, almodo de la semántica de Tarski. Las lógicas intensionalesadmiten una descripción con referencia a un sistema múltiple de estados de cosas, siguiendo las líneas de la semántica de Kripke. En las lógicas intensionales hay operadores especiales, que no admiten un tratamiento puramente

exten sion al, n i veritativo-funcional, como en la lógica modal , lógica erotemática, epistémica, temporal, probabilísti-ca, deóntica, etc.

Por ejemplo, las lógicas temporales y cronológicas int roducen una nueva dimensión, la del tiempo, de especialimportancia para hacer historia. Se trata de definir , mediante razonables condiciones semánticas, los operadorestemporales como el futuro, el pasado, el presente,siempre, algunas veces, etc. y elaborar cálculos capaces deregular sintácticamente el uso de tales operadores al hacerinferencias. Son famosos los cálculos de Von Wright, A.Prior, Cochiarella, etc. De ellos se originan peculiares

tipos de lógicas polivalentes, que parecen conseguir laformalización de algunos aspectos de la dialéctica (23).

No trato de enumerar todos los desarrollos recientesde la lógica, en su extensión a campos tenidos tradicio-nalmente por ajenos a la matematización y formalización.Solamente quiero decir que esos progresos, al mismotiempo que demuestran el descontento y la insuficienciade la lógica ordinaria, pueden dar una base formalista parainterpretar parcelas de la historia. Así, por ejemplo,Dumitriu piensa que el pensamiento chino antiguo se interpreta mejor desde una lógica polivalente. D. Dubarleafirma la posibilidad de formalizar la dialéctica de Hegel,considerando que se ha fracasado en muchos casos, porque «esas tentativas se han orientado, principalmente, a laconstitución de formalismos de lógica proposicional elemental, que son extraños a la perspectiva hegeliana,donde se trata de una dialéctica de los conceptos». Paratener éxito, será necesario construir un formalismo conceptua l (24) .

No interesa ahora recordar los intentos de logicizarla dialéctica o de dialectizar la lógica, que son muchos.Baste señalar que esos nuevos formalismos posibles seríanuna base auxiliar para interpretar parcelas de la historia,como lo fueron los veritativo-funcionales y puramenteextensionales de la lógica bivalente. Pero, en ningún caso,bastarían para un estudio histórico completo. Las dificultades señaladas a la opción formalista volverían ahora a repe t i rse aquí , quedando como un ins t rumento importante ,pero siempre insuficiente y parcial. Por otro lado, lasextensiones nuevas de la lógica demuestran precisamente

(23) Ch iara Sc abia, 1 10-14 ; S. Haack , Dwz'tfHí Log/V (Cam bridge , 1977)p . 25-46, donde esmdia las interesantes «reasons for deviance». EnPhilosophy ofLogics (1978), la misma autora habla de filosofía de las lógicas. Para un panorama de la complicada situación actual, sigue siendomuy importante la síntesis doctrinal y bibliográfica de N. Rescher,Topics in Philosophkal Logic (Dordrech t . 1968) . domk' ¡.'srudia, ent reotras exten sione s de la lógica: lógica mo dal, lógica epistémica, lógica po

livalente, lógica de la existencia, lógica probabilística, lógica cronológica, lógica topológica, lógica de la aserción, lógica de la preferencia, lógica deónt ica .

(24) Dumit r iu , History, I, 10-11; D. D ubar le y A. Doz, Logique et diakc-

tique (París, 1972) 119.

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Con Dumitr iu y otros , podemos dis t inguir , desde un

El logos eleático. Sería la racionalidad de lo dado, lo

El logos heraclieo. Es otro tipo de racionalidad,

novum Organum, aú n enfieri. Dimitriu afirma: «deOrganum, transcurren

dialéctico, si realmente es posible» (29). Inten

Como las dos racionalidades están en mutua interac

logos, como a lgo com plementar io.

• D en tr o de cada aspecto, el historiador deberá aten

La lógica y su historia tendrán sentido, si nos mues

Organum y cómo cambia en el t iempo,

desiderátum, a pesar de los nume

Una de las historias más completas es, en este senla de.Antón Dumitriu, profesor de lógica en la Uni-

History,m., 229 -33, 308-9; E. V. Ilienkov, Lógica dialéc-(Moscú , 1911), en la conclusión afirma: «hemos procurado sólo

una serie de condiciones y premisas para el trabajo posterior en

fía y las esferas histórico-sociales del cono cim iento» , p. 409 . Es

oner s is temáticamente la lógica marxis ta-leninis ta». Ib.

History, I, IX-XIL

versidad de Bucarest, que presento, brevemente, en elapar tado s iguiente .

5. La «H istoria de l a Lógica»de Antón D umitriu

Es la primera historia que se escribe, con este sentidointegra l e integrad or. La prim era edición se publica enBucarest 1969, con el t í tulo Istoria hogicii y en 1975, enla misma ciudad, aparece la segunda edición revisada yaumentada . Es un imponente volumen de 1.212 páginas(31) . Pero el gran acontecimiento es que ha sido traducidaal inglés, obteniendo así una mayor audiencia, por tratarsede una lengua más universal, y haber sido muy mejoradoel texto y el arte tipográfico. Se titula History of Logic(Tunbridge Wells, Kent, Abacus Press, 1977), distribuidaen cuatro volúmenes. El primer volumen se divide entres grandes par tes : la lógica en las culturas no-europeas

(mentalidad primitiva. China antigua, India); la lógica enGrecia (presocráticos, sofistas, Sócrates y Platón con lasescuelas socráticas, Aristóteles y la escuela peripatética,los estoicos, los epicúreos y la nueva Academia); retóricos ycomentaristas (lógica y retórica en Roma, escolasticismoantiguo con los comentaristas griegos y latinos hasta Ca-siodoro). Son 342 p. repletas de citas de textos originalesy de mucha bibliografía, precedidas de un juicio sumarioacerca de las principales historias de la lógica. Al final decada parte, van unas conclusiones generales como resumen, basadas en gran cantidad de documentación, sobreautores que no aparecen en las historias generales.

El vol. II desarrolla en dos partes: la lógica escolástica(formación de la escolástica con la aportación árabe, judíay cristiana, lugar d e la lógica entre los saberes medievales,los universales, terminología, parva logicalia, propiedadesde los té rminos , syncategoremata, consequentiae, insolubilia);lógica del Renacimiento (aristotelismo renacentista, lógicadel humanismo). Son 266 páginas de increíble erudición,do nd e se recog en los trabajos, influidos por la opción formalista, pero atendiendo a los textos impresos y manuscritos, a la ciencia, a la filosofía y teología, principalesescuelas y universidades, etc.

El vol. III contiene dos partes principales: la lógica

metodológica (comienzo de la ciencia experimental, Bacón,Descartes y el poscartesianismo hasta nuestros días, laciencia contemporánea y sus problemas, las nuevas dialécticas desd e M eyerson hasta Lupasco y Theillard de Char-din, la ciencia como lenguaje desde Wittgenstein hastaToulmin, la nueva semiótica, inducción y probabilidad,lógica de la investigación desde Campbell y Popper 'hastaKuhn y StegmüUer, Laicatos, etc.); desarrollo de la lógicamoderna (de Leibniz a Kant, lógica transcendental, lógicade Hegel, reacciones al romanticismo desde Kant a nuestros días, dialéctica materialista hasta nuestros días, elpsicologismo en la lógica y corrientes relacionadas, fenomenología y lógica pura). Son 394 páginas, que atienden a

(31 ) Ya m uy utilizada en las páginas anterior es. Un resum en de ¡a concepción de A. Dumitriu, sobre la edición de 1969, en V. MuñozD e lg a d o , La lógica y su dimensión histórica, p. 117^20; Luis Villegas, «Lahistoria de la lógica de Antón Dumitriu», Estudios filosóficos 21 (1972)4 4 9 - 5 5 .

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tantos aspectos relacionados, omitidos en las historias formalistas.

Fin alm ente , el volumen IV está consagrado a la/óg/cí?matemática (periodización, Lulio, Leibniz, álgebra de lalógica, Frege, Peano y la escuela kaíia.na., Principia Matbe-matica, paradojas lógico-matemáticas, desarrollos hastanuestros días, lógicas polivalentes, el problema de la decisión, la técnica formal a nivel de sistema y metasistema,consideraciones generales, reacciones ante la lógica formalizada en autores como Piaget, Poirier, Blanché,Sesmat, Onicescu y los intentos de formalizar la lógicadialéctica). Finalmente, un último capítulo dedicado a inferir las conclusiones generales de toda la obra. Son 276páginas .

Este índice del contenido de la obra y de su estructura es muy elocuente y nos indica que se trata de unaauténtica historia, con sentido de la verdadera historiografía, que cumple gran parte de las condiciones exigidas pornuestras reflexiones anteriores. Sé recogen los análisis delos formalistas, pero se hacen reajustes desde otras perspectivas, por ejemplo, en la interpretación de Lukasiewiczde la silogística aristotélica, de la lógica estoica y de la visión de Bochenski-Bobner de la escolástica. Se ve mejor

la continuidad de la escolástica y del mundo griego. Enambos mundos, hay las dos vertientes del /ogw, que sonsermo y ratio, que se complementan sin separarse. Seatiende a la lógica de la ciencia, en todos sus aspectos,indicando su enorme riqueza. Se estudian las concepciones de filósofos y científicos sobre la naturaleza de la lógica, describiendo su aportación. Quedan integradas grandes corrientes filosóficas, omitidas en otras historias, y seestudia el contexto social que explica la aparición de lasdistintas mentalidades. Hay factores que influyen en elcamino que s igue e l pensamiento. Hay un modelo depensamiento en que florece la lógica matemática, que nose puede aplicar a los escolásticos y a los griegos y menos

a los chinos antiguos o a la India. La historia es así algocon sen t ido .

En todo brilla una concepción general de la lógica,r ica y amplia , que permite englobar a Oriente y Occiden

te , dejando hablar a los textos y a sus grandes expositoress in es t r idencias . Dumitr iu l lama a su método integrador yes una denominación muy acer tada , porque no par te deun tipo de mentalidad estereotipado que inutilice para entender culturas y civilizaciones distintas de nuestro mund o . Señala las exageraciones de los que parten, tantode la ciencia actual como de la lógica matemática, proyectando esas ideas sobre otros medios completamente dis

tintos. Dialéctica y lógica tienen cabida en está historia,señalando no solamente la historia retrospectiva sinoaventurando también prospec t ivas futuras .

N o, hay un concep to unívo co d e lógica, ni tampocode ciencia. Se trata de tener en cuenta todas las contribuciones, relacionarlas e interpretarlas. La historia abarcatodos los factores que han contribuido al desarrollo de lalógica. La lógica es la totalidad de su propio devenir, lasuma integral de todos los momentos de su historia. Lalógica, dice, es su historia y la historia de la lógica es lamisma lógica. La mayoría de las historias que tenemos sonparciales, la de Durnitriu es completa, global, integradora.

N o es ni matem ática sólo, ni exclusivamente filosófica, noes estática ni dinámica, sino todo eso a la vez.

La historia de la lógica es el devenir expansivo dellogos en e l mundo. Ese logos t iene un número indefinidode modalidades y es la suma de todas ellas. Esas modalidades aparecen, a veces como opuestas, pero son complementar ias . Esa complementaridad de todas sus fases, desus varios horizontes y aspectos conduce a la comprensióncompleta de esta disciplina y de su historicidad.

De sde un p unto d e vista muy genera l se puede ver , através de la historia esta complementaridad: la lógica

como análisis del mecanismo del pensamiento (el logos com o ratio) y la lógica como análisis del mecanismo de laexpresión, en la cual se incorpora el pensamiento {logosc o m o sermo). Son complementar ios sermo y ratio no debensepararse. El pensamiento tiene capacidad para reflejartodas las cosas, pero también para reflejarse a sí mismo.Por eso, e l pensamiento de l pensamiento, como di je ronlos griegos y los escolásticos, es una función típicamentelógica. Él logos es la lógica de lo idéntico, pero también delo diverso, permitiendo incluir dos aspectos igualmentecomplementa r ios (32) .

En esa conjunción de temas lógicos, dialécticos, filosóf icos y metodológicos encuentra Dumitr iu los momen

tos más importantes de la manifestación del logos en lahis tor ia . Todos los momentos son a lgo vivo, de maneraque en lógica no hay arqueología, ni restos de museo. Todos los aspectos y sus manifestaciones son algo valioso,como manifestación del alma espiritual que está debajo.Las condiciones sociales y económicas son muy importan te s , como señalan los marxistas, para explicar esaséxplicitaciones del logos, pero debajo de todo está la vital idad de l hombre que intenta dominar e l mundo, para ponerlo a su servicio.

He querido señalar el horizonte de esos cuatro volúmenes de historia, l imitándome a una caracterización.

Pienso, en mejor ocas ión, volver con de tenimiento a comentar cada una de sus partes y aportaciones.

(32) Dum itriu, Ib. IV, 259-66.

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POLÉMICA

¿METAFÍSICA O CRITICA?J O S É G A B R I E L D E M A R I S C A L

B i l b a o

Quisiera ser capaz de contestar brevemente a las catorce densas páginas queGustavo Bueno Martínez dedica al tematolerancia-intolerancia con motivo de milibro «Intolerancia. Libertad y Amor».

Mucho me temo, sin embargo, que voy afracasar en mi empeño: la empresa des

Para empezar, deseo manifestar la satisfacción que

En primer lugar, por la sinceridad de Bueno, visible

rendid o y quizá decepcionado. Después de leer

En segundo término, siento satisfacción por la aten

dic tadura . Resul ta poco es t imulante —aun cuando era deesperar— ver cómo ahora, pese a su grandilocuente retórica de apertura, la mayoría de los cenáculos intelectuales(o más bien, políticos con aspiraciones a la gloria del lo-gos) crea su propio órgano de autopublicidad, cerrado a

cualquier viento ajeno y, por ello, de ambiente pueblerin o , enrarecido y mefítico. A lo sumo se abren las ventanas a los «consagrados»: su soplo es tan fuerte que, si nose les abrieran, pod ría llevárselas po r delante. Actitudésta espiritualmente cómoda y miope, inepta para descubrir e impulsar valores nuevos allí donde se hallen, y, pore l lo, esterilizante en el campo de la cultura. Reconforta,pues, esta despaciosa ocupación de Bueno con un trabajocomo el mío, tan ajeno a sus posiciones, y la dedicaciónde tan amplio espacio en la revista.

El tercer motivo de satisfacción es la autenticidad delespíritu de «El BasiHsco». En el umbral de su número

uno afirman sus mentores: «Reservaremos siempre un espacio para todos aquéllos que, aún desde sus posiciones omodos opuestos a los nuestros, quieran util izar nuestraspáginas para hacer oír su voz». He aquí que proclama tanprometedora responde , a l menos hoy por hoy, a una ac t i tud real. ¡Admirable grupo intelectual y admirable revista! ¡Ojalá con serven ese espíritu, así com o la importantísima circunstancia de hablar «desde Oviedo»! ¡Ahí es nadahacerse oír en España desde «provincias».. .! .

Finalmente, un cuarto motivo de complacencia es elhecho de que este trabajo mío haya servido al Dr. Buenocomo ocasión para desarrollar una interesante meditación

sobre la tolerancia a partir de sus posiciones teóricas deprincipio y de método. Digo en mi libro que «sería paramí una gran satisfacción suscitar críticas de todo tipo,como punto de par t ida de una preocupación por es te cáncer corrosivo del hombre y de su vida. Así, sin duda.

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otros muchos dirigirían su atención a esta amenaza, lededicarían el esfuerzo preciso para ofrecer de ella una visión mu cho m ás completa y, junto a una mejor com prensión del fenómeno, crecerían el interés por desterrarlo ylos medios de conseguir ese objetivo». ¿Se convertirán elesfuerzo y la atención de Bueno en el centro de una ondaexpansiva de interés por la cuestión?. Bien quisiera creerlo , tanto como lo deseo. Sin embargo, lo veo difícil. Las

comunidades occidentales están enfermas de violencia. Lanuestra padece el mismo mal complicado con una largatradición de intolerancia radical que se empareja, a su vez,con un nivel de ignorancia en verdad alarmante y, adem á s , endémico. Violencia, intolerancia, ignorancia y —susecuela necesaria— miedo son las barreras más eficacescontra cualquier intento de alcanzar un grado mínimo delucidez espiritual. Con todo, la tarea me parece muyimportante y su in terés ^para mí evidente— just i f ica porsí mismo, a mi juicio, la lucha contra viento y marea. Encontrar el más mínimo eco en coinbate tan desigual refuerza, sin duda, la esperanza.

Hasta aquí el cumplimiento de una agradable obligación de gratitud. Quedarse en este punto sería incidir enla adulación —vicio mencionado por Bueno, en sus reflexiones (punto 2, pág. 82)— y situarse en una posiciónacrítica, cóm oda y conformista, totalmen te ajena a lamirada pulverizadora del basilisco e indigna de su espíritufecundamente aniquilador, con el que me siento identificado en lo más hondo de mi vida. A la manifestación demi a grade cimie nto y de m i satisfacción ha de seguir, pues ,por pura coherencia espiritual, mi contribución crítica.

2. En tend er b ien a Gustavo Bueno es rea lmentedifícil sin las dos premisas siguientes:

— Conocer las líneas maestras de su pensamiento ydel método que sigue en su investigación.

— Ponerse en trance de hacer un esfuerzo intelectual serio.

Apuntar esa dificultad no es una censura, salvocuando se denuncia con ello la presentación de un galimatías confuso, hijo de una mala aprehensión de realidades y de conceptos, de una peor asimilación y de unaexposición desordenada e ininteligible; en definitiva, deuna ignorancia crasa e hiriente. Por el contrario, en estecaso, la dificultad obedece, según creo, a la altura cultural

do nde se desenvuelve ese pensam iento, a su profundariqueza y originalidad y a las peculiaridades terminológicas en que se manifiesta.

N o he te nido aún ocasión de alcanzar ese conocimiento, siquiera en forma sumaria y esquemática. Meparece, por ello, im deber ineludible de honestidad paracon el lector, decirle de antemano cómo he entendido lareflexión crítica de Bueno. Una vez precisado este punto,podré desarrollar con libertad mis reflexiones sobre esacrítica.

2. 1. La cr ít ica de Bueno tal como yo la he enten-d i d o .

2. 1. 1 A mi ente nder , la crítica que B ueno hace demi libro, puede resumirse en las proposiciones siguientes:

a) Dentro del «género literario» de la filosofía moral, pre sen to una construcción «m ore geométrico» deconstelaciones semánticas, cuyo núcleo es el concepto dea m o r .

b) Hago un análisis insuficiente del concepto porfalta de atención a la forma en que los clásicos —a quienes ni siquiera cito— construyen sus pensamientos.

c) Esa actitud tiene que ver con la disposición a edificar una vez hecha tabla rasa de cualquier edificaciónanterior, pensando ingenuamente que se construye con«las cosas mismas», cuando, en realidad, sólo podemoshacerlo sobre el estudio crítico previo de las construcciones de los clásicos.

d) De aquí resulta una construcción débil.

e) El princip al mo tivo «téc nico» de la debilidad de laconstrucción es haber partido del concepto de «intolerancia» que por ser un concepto negativo —amorfo y deextensión probablemente mayor— favorece un entendi

miento excesivamente amplio, mal delimitado, «blando».

f) M e apoyo en unos presupuesto s gratuitos —«adhoc»— que encierran una petición de principio. Se señalan expresamente los siguientes:

— El postulado de las personas como sustanciasmetafísicas a quienes se les atribuyen una realidad interiorvaliosa por sí misma (= que debe ser amada), a saber, su.propia l iber tad .

— El postula do de la preferencia de las personas porla distensión.

g) Finalmente se obtiene como resultado una teoríaformal, naturalista, ontológica —incluso psicológica—, cuyas pretensiones filosófico-morales son inconsistentes omeramente ideológicas, porque el valor moral sólo puedeextr aer se de supuestos históricos, culturales y sociales.

2. 1. 2. Al margen de la reflexión pro piam ente crítica, hay otras observaciones de Bueno de las que meagradaría ocuparme brevemente. Me permito señalar algunas :

— Mi supuesta veneración por Ortega .

— La afirmación de que no elimino explícitamentelas personas angélicas, ni menos aún las divinas, reconocidas implícitamente en mis observaciones críticas a Rus-sell.

— M i supuest a crítica a la intolerancia de los críticosde la fe cristiana, como pueda serlo B. RusselL

— La distinción ent re creatividad y erudición.

— El encuadramiento religioso de la tolerancia enque insiste Bueno, como consecuencia de su planteamien

to «histórico», así como algunas referencias a distintospuntos de su reflexión.

Centrada así la cuestión, procedo a dar seguidamentemi respuesta . .

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2 . 2 . Contestación a las observac iones c r í t i cas de

2. 2 . 1 Por qué m e p a r e c e n i n f u n d a d a s l a s p r o p o -

a) Ante todo, y siguiendo el orden establecido en el

arta do 2. 1. 1. correlativo a nterior, d ebo empe zar di-

moral. ¡Nada más lejos de

n e mb argo, yo me he marcado una mera mucho más mo-

o m eno s consciente y delimitada de la intolerancia,

De hecho, una lectura atenta de mi l ibro pone fácil-

Fara mí la intolerancia es

sucios de l recelo, de la desconfianza y del fraudetodo ello es anterior al objeto deMe cuido muy mucho de intentar razonar por

n sólo pre ten de co ntem plar unos datos, ver cóm o se

justificación de la bondad o

N o e stoy seguro de entend er con precisión lo que

ser ía para Bueno un conjunto d e conceptos, axio-

cuestiones a dilucidar por la crít ica. Me he esforzado porsacar a la luz las relaciones con que esos datos aparecenvinculados entre sí o desgarrados unos de otros. Y esa ta-rea ha arrojado como resultado una teoría. Por últ imo, heintentado acercarme nuevamente con esa teor ía al campode los datos, para ver de comprobar si la teoría encontra-ba adecuación con las exigencias y requisitos de la expe-riencia. Y esto puede calif icarse, quizá, de construcción a

base de un esfuerzo inductivo; pero nada más alejado deun desarrollo deductivo, si a tal se apunta con laexpresión «more geométr ico», como yo creo.

Así, pues, mi respuesta a la proposición establecidabajo la letra a) del punto 2.1. 1. de este trabajo, sería: Milibro no contiene un trabajo de f i losofía moral ni unaconst rucción «more geométr ico», a l menos según ent ien-do yo una y ot ra .

b . — Contestar a las proposiciones recogidas bajo lasletras b), c) y d) del punto 2 . 1 . 1 . anterior exigiría expo-ner toda una teoría crít ica de la razón humana; de su fun-

ción y de su capacidad. Creo que no es lugar propio nimomento adecuado 'para esa tarea; me parece, con todo,necesario hacer algunas puntualizaciones.

Yo no creo que la función propia de la razón termineen el «con ocer». La razón es un instrumento para vivir ysu capacidad de coiitr ibución al conocimiento del hombreno sobrepasa las exigencias de la vida.

Tampoco creo que el conocimiento humano se re-duzca a un conocimiento racional. Los sentidos, las emo-ciones y quizá la vida entera de cada cual son órganos deconoc imien to .

El objeto del conocimiento, el dato que puede sercon ocid o, se integra, en mi opinión, cuando men os, por laaportación de todos esos órganos del conocer, por la acción detodo el entorno y por la interacción de todos esos agentes o,con ot ras palabras, por el propio desarrollo vital del sujetoc o n o c e d o r .

Con esta íorma de «sentir», me parece difícil caer enla ingenuidad de aspirar a edificar haciendo tabla rasa detodo edificio anterior. Y creo que en el l ibro crit icadodejo traslucir , sin lugar a dudas, mi convicción sobre laimposibilidad de tropezar con las cosas mismas.

Así mis afirmaciones de que el hombre se encuentraconsigo mismo «en el ámbi to dado de conocimientos,conv iccion es y objetivos del grupo» (pág. 121); de que nobasta «con la inteligencia y el aprendizaje de los conteni-dos del grupo» (pág. 122) para superar la alienación vital,sino que hace falta «asimilar esos datos» (pág. 122); deque jamás se llega a una asimilación plena y total, por loque siempre permanece un elemento de al ienación (pág.122) ; de que no debe confundirse un esquema abstractocon la realidad (pág. 32), etc. En una palabra, me parececlara mi distinción en tre pen sam iento y realidad y mi con-vicción de que ningún «dato» constituye «las cosas mis-mas». Todo dato encier ra , para mí un a aportación «real»—en el sentido de la palabra latina «res»— coloreada por el

modelado colectivo en su sentido más amplio, por mi estructurapersonal en su actividad receptiva y comu nicativa y por laacción recíproca de todos estos elementos entre sí. También meparece expresada con claridad mi convicción sobre la nece-

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sidad de una actitud crítica permanen te frente a cuanto senos presente como dato: no veo posible la asimilaciónplena de los elementos colectivos que actúan en la configuración de la persona. Todo ello se sitúa, en mi opinión,a años luz de una ingenua creencia en la epifanía de «lascosas mismas».

Dentro de esa configuración comunitaria del sujeto

—llámese educación, formación, socialización o como sedesee— aparece como ingrediente de gran importancia lahistoria. Creo, pues, en la necesidad de hacer un repasohistórico antes de abordar críticamente cualquier temaintelectual. En esto coincido con Bueno. Creo discreparsin embargo, en dos aspectos. Para Bueno la historia parece el meollo constitutivo de la reflexión; para mí nopasa de ser una tarea previa en toda meditación cuyo objeto no sea precisamente el desarrollo histórico de algo.Bueno parece considerar necesario hacer constar de forma expresa el análisis de los datos históricos y su resultado; a mí me parece absolutamente innecesaria la exposición directa del proceso reflexivo sobre la historia, cuando se trata de trabajos en d ond e la contemplación histórica sólo signifique una tarea previa.

En realidad la acusación de olvidar la dimensión histórica de nuestros conceptos me parece infundada, si conello Bueno pretendiere afirmar que ha prescindido de lahistoria. Muy al contrario, sin ofrecer expresamente elresultado de mi análisis histórico previo, arranco de unasconclusiones obtenidas, al menos en parte, a la luz de lareflexión sob re un a serie de datos de la historia.

Esto puede verse en el Capítulo VIII de mi libro,págs . 93 a 97 y págs. 103 a 104, p.e.; en el Capítulo XII,pág. 186, etc. Y el resultado de mi análisis, no sólo de la

historia, sino orientado también a la actualidad y a mipro pia experien cia, es bien claro: la idea de la intoleranciao de la tolerancia nace históricamente al calor del hechoreligioso (pág. 103). Resultado, por cierto, que no difiereen ab soluto del obtenid o por B uen o en los puntos 5 , 6 y7 de su crítica.

La acusación de Bueno es exacta si quiere decir precisamente que yo no construyo mi reflexión sólo con la historia. En efecto, mi propósito en este punto ha sido clarodesde el principio: partir de los datos —entre ellos la historia— para dar a conocer lo que tengo que decir sobre esosdatos. Seguidamente expongo las razones de esta actitud.

En primer término, cuando yo leo o estudio historia,puedo sentir interés tanto por los datos históricos —entrelos cuales se sitúan las opiniones de otros pensadores,como serían, por ejemplo, los clásicos— -, cuanto por lainterpretación del autor. En cambio, cuando leo sobrecualquier otra materia, y muy en particular sobre filosofía,he de confesar mi escaso interés por las opiniones distintas de la del autor. Para entrar en contacto con otras opiniones están las obras de sus creadores; lo que de verdadme interesa es la opinión y las intuiciones del titular dela obra. Yo no me he propuesto hacer ni una historia dela tolerancia, ni tampoco una historia del concepto de tolerancia, aún cuando ambas posibilidades me parezcan

perfectamente legítimas. Precisamente por ello, trato de ofrecer mi propia opinión y m is propias intuiciones, reduciendo lascitas —sean o no de clásicos— a las imprescindibles paraevitar al lector la tentación de pensar q ue pretendo ingenua

mente construir a partir de cero, y a las necesarias cuando sedesea hacer una crítica concreta, en este caso, la de una obra deBertrand Russell. Pero esto no significa, ni prueba, unaactitud o un propósito ahistóricos, lo cual, por otra parte,según he indicado más arriba, no existe en mi caso.

Aún hay más. Fácilmente se descubre la enorme limitación del horizonte histórico de cualquier ser humano.

Al margen de una panorámica histórica general, no se vela posibilidad de que las personas consagradas al estudiode la historia conozcan — y me no s, desde luego, de q ueasimilen— mucho más del ámbito cultural propio. Paracomprobarlo basta informarse de las críticas nacidas en elám bito de. una cultura determin ada cuando desde uncírculo cultural ajeno se pretende establecer interpretaciones sobre los datos de la primera. Dentro del ámbitocultural propio la asimilación directa de la obra de pensadores o creadores de todo tipo, pertenecientes sea a lapropia época, bien a épocas pretéritas, no creo supere confacilidad el pensamiento de cuatro o cinco autores. Aúnasí, lo que obtenemos con nuestro esfuerzo no es sino lainterpretación personal y la vivencia propia del pensamiento de otros, muy difícil de aislar —si realmente fuereposible hacerlo— de ese pensamiento ajeno, para saber yconocer en qué consiste. Por último, la noticia y asimilación del pensamiento restante se logra en contacto con lasinterpre tac io nes y resúmenes de ese pensamiento hechospor terceros, cuyo contacto directo tampoco se extiende ala totalidad de los pensadores interpretados, resumidos oesquematizados . Respecto de todo es te grupo, por tanto,se llega a conocer a lo sumo la interpretación propia de lainterpretación de ese pensamiento realizada por. otras personas,es decir, algo muy lejano a la obra misma de esos pensadores. Y hasta aquí hablo de quienes consagran su vidaprofesionalmente a la historia; el conocimiento histórico

del resto de los seres humanos es, por fuerza, mucho másr e d u c i d o .

Esta limitación de nuestro conocimiento de la histor ia permite obtener una consecuencia importante . Nuest ro conocimiento his tór ico mucho más que conocimientode construcciones ajenas —clásicas o no; tanto da—, esfundamentalmente alimento de las construcciones intelectuales propias y, si los materiales ajenos han sido asimilados, resulta muy difícil aislar de ellos con seguridad laaportación original. Esto es, según creo, lo que Beldaentiende por «creativo» frente a «erudito»: una construcción intelectual coherente, obra de un espíritu que, respecto del objeto de la construcción, ha asimilado en alguna medida y asumido en su interioridad su entornoactual e histórico. Precisamente por esa función de enriquecimiento, el conocimiento de la historia me parecefundamental para hacer de nuestras construcciones intelectuales algo bien alimentado, «rollizo», sólido^ Perodebido a la dificultad de aislar lo propio de lo ajeno, taning en ua c om o la pretens ión de contruir con «las cosasmismas» se me antoja la de contruir con «conocimientode la incidencia misma» de las construcciones históricasen la propia morfología de los elementos con los cuales seconstruye (Crítica de Bueno, pág. 82): «la incidenciamisma» es , también, una «cosa en sí», no susceptible, portanto, de ser aprehendida «en sí», sino sólo «en el sujeto

p e n s a n t e » .

Por lo demás, me parece evidente que, si la coherencia de un pensamiento depende de la capacidad de asimi-

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sociológicos, etnológicos, físicos, jurídicos, etc.;

y, por tanto, también la mía, presentarán, pues, nosino muchos flancos débiles. La conciencia de esta

o cre o, sin emb argo , que las lagunas y flaquezas de mi

du rante toda mi meditación.

Por último, la lectura de mi trabajo no sólo descubreentre los ingredientes elegidos como punto de parti

a partir de la

contra la historia

s históricas a este tema. Con B uen o, también yo

te la liberta d d e las, pers ona s, sino ante las opinio nes y

€i fanatismo religioso»...Pero precisamente la confinación de la intolerancia

parcialidad evi-Para denunciarla e intentar superarla —y, por tanto,

c.— Discrepo de la opinión de Bueno recogida bajo

Para empezar, yo no parto del «concepto» de intole

para establecer ese «concepto previo», trato de ir

pítu lo I y a lo largo de toda la obra. •

Ese «dato» no es negativo, puesto que es algo que deTampoco construyo su concepto a base de

contenidos de otro concepto ni como oposición aBasta leer el Capítulo VII de mi trabajo para descu

tituido por negación de esa intolerancia previa. Yo, sinembargo, no lo entiendo así: ambos conceptos me parecen positivos; lo que adopta forma diferente es la denominación verbal , e l «nomen».

N o sé con exactitud lo que B uen o entiende por conceptos «duros» y «blandos». Si esa clasificación equivale a«precisos» e «imprecisos» o a «bien definidos» y «vagoso insuficientemente definidos», yo estoy bien seguro deq u e , en verdad, mi concepto de intolerancia es un concepto «blando». Y ello, por dos razones fundamentales:En primer lugar, porque creo que, en general, ningúnconcepto o teoría es algo acabado, definitivo, sino, muy alcontrario, susceptible siempre de mayor clarificación, dedesarrollo, de evolución. En segundo lugar, porque eseprincipio general adquiere una fuerza particularmenteacusada, al tratarse de conceptos orientados a entender

algo de 'los datos, experiencias y vivencias de carácter humano. Me parece admirable la característica que adjudicaa la Lógica Simbólica, p.e. , Rudolf Carnap, cuando dice:«A diferencia del lenguaje común, en este lenguaje (elsimbólico) se dispone de signos unívocos y formulacionesexactas» (Symbolische Logik, Dritte Auflage, Wien-NewY o r k , 1.968, pág. 1. El subrayado es mío). Ese esfuerzopor alcanzar el máximo de precisión posible es estimable,sin duda. Creo, con todo, que, fuera del campo matemát ico , unos signos «unívocos» y unas formulaciones «exactas» sólo sirven para presentar como simple lo que escomplejo, para encubrir la realidad. Todo concepto dealgo re feren te a nuestras urgencias vitales ha de ser, pues,en mi opinión, «blando», si se desea obtener de él algunautilidad. Por tanto, esta observación de Bueno, lejos deparecerme una crítica, se me antoja un valor netamentepositivo de las conclusiones de mi reflexión.

Para te rminar , e l e jemplo propues to por Bueno conobjeto de demostrar la «blandura» o imprecisión de micon cep to d e la intolerancia resulta poco afortunado,porque dentro de es te úl t imo concepto no cabe concretamente el concepto de adulación, como parece opinaraquél (pág. 82). Mi concepto de la intolerancia no excluyela defensa de los bienes, intereses y convicciones propios,la afirmación de sí mi sm o; excluye la exageración en ladefensa: lo característico de la intolerancia es, para mí, laforma de esa defensa, la cerrazón y la violencia en laafirmación de sí mismo. Basta para verlo leer, en el Capítulo VI de mi libro, las páginas 57, 69 y 70, entre otras.La intolerancia es, pues, en mi concepción, una tentativa

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de aütoafírmación cerrada al otro e, incluso, violenta. Laadulación implica, también, el intento dé llegar a la propiaafirmación, perp por la vía contraria: por la de una formaacaramelada y baboseante, incluyendo la disposición a simular la negación de sí mismo para conseguir su objetivo.Por tanto, ambos conceptos —el mío de la intolerancia yel de la adulación—coinciden en su meta (lograr la afirmación de sí mismo), pero difieren netamente en la for

ma. No cabe , pues , e l segundo dentro de l pr imero.

d) Sin duda mi trabajo se desarrolla desde unos supues tos previos . También es c ie r to que es tos supues tosno se justifican en el libro, lo cual no autoriza, en mi opinión, a afirmar que sean gratuitos, ni «ad hoc», ni queencierren una pe t ic ión de pr inc ipio, como asegura Bueno.

Entre mis numerosos supuestos previos se hallan miconcepto de la vida humana y de nuestra convivencia como tensión; mi afirmación de esa vida y de esa convivencia coiiio valores; mi concepción más ó menos peculiar dela libertad y del amor; mi apreciación de que en el ser hu

mano y en su convivencia parece predominar la intolerancia o, al menos, hacerse sentir con mayói: extensión ycrudeza; mi convicción del escaso margen de objetividaden toda re f lexión humana, e tc .

En forma expresa se pueden leer éstas y otras convicciones previas fundamentalmente en el Capítulo I , enlas líneas escritas bajo la rotulación de Anápausis, en laintroducción al Capítulo Vi y al f inaífel Capítulo XII; esdec ir , en todo s los lugares de l l ibro dónd e t ra tó de expresar mis motivos para abordar el temái él valor que doy amis opin ion es y las sugerencias que, f inalmente, evocaen m í la reflexión. Se trata, pue s, de_ exposiciones intro ductorias, de confesiones al lector, dé oscuridades o inte

r rogantes que quedan en e l espír i tu de l autor , e tc . ; todoello, c om o es eviden te, al marg en del objeto, prop io d elesfuerzo reflexivo y de cualquier intento dé fundamen-tac ión.

Criticar esa zona marginal me parece legítimo, si seprueba con la crítica que esos supuestos son falsos o gratui tos o que enc ierran una pe t ic ión de pr int ipio. No meparece, en cambio, una crítica coherente, afirmar que lossupues tos son gra tui tos o pe t ic iones de pr inc ipio desdeotros supues tos que tampoco son suscept ibles de prueba .En mi opinión la crítica de Bueno incurre en este defecto,como espero hacer ver al f inal, de éstas líneas.

Por otra parte, todas ésas convicciones previas margina les tampoco son, hablando con propiedad, supues tosde mi trabajo sobre la intolerancia. Sí es verdad que yo nohe abordado la tarea de justificarlas,, igualmente cierto ésque mi reflexión no se apoya en ellas. Tomando los dose jemplos aducidos por Bueno, se ve es to c la ramente :

— El postu lado de la l ibertad. El Capítulo III de milibro es una construcción a partir , entre otros datos, delque Bueno l lama «concepto óntológico fundamenta l deun sujeto capaz de rechazar algo» (pág. 83); yo lo Hamoun sujeto capaz de optar. En mi reflexión yo no necesito para

nada añadir a ese «dato» ningún postulado de libertaden ten did a c om o ^<una realidad interior considerada co moval iosa por s í misma (= que debe set amada)» atribuida alas personas como sustancias metafísicas. (Bueno, página83) . Ni siquiera me hace falta la persona como sustancia.

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m^etafísica o no. Ni, por tanto, me propongo la justificación de ninguno dé estos temas. Otra cosa serán mis conviccio nes p erson ales acerca de ellos y, quizá, alguna formade influencia de esas convicciones en el planteamiento yen el curso de mi reflexión.

Y a l margen de la cues t ión de los 'puntos de par t ida demi teoría sobre la intolerancia, en el campo de mis convic

ciones debo hacer una aclaración. Mi idea dé la l ibertades; según creo, la de una libertad preferentemente formal;pero, con toda certeza, no es la de una VihettíLá pura, noes «la libertad indeterminada de una sustancia haciéndose» (BuenOj pág. 83). Y no lo es, porque yo no concibo alser humano (¿ómo una realidad individual, aislada, solitaria , sino como la tensión de dos dimensiones: la personaly la comunitaria. (Véase el Capítulo IX de mi libro). Pore l lo, jamás he pensado en decir a nadie: «Sé quien eres»,«Real íza te» (Bueno, pág. 83) , J¿K más. En mi libro -—p.e..Capítulos I y VI— digo algo muy distinto: «Realízate»,«Sé quien e re s» , en tanto en cuanto tu dinamismo personalpermita también al otro realizarse y ser quien es . En la esfera

de inis convicciones no se puede afirmar la l ibertad sinasentar, a la vez, el principio del amor. Quizá no este demás añadir que, lejos de ser estos conceptos de libertad yde amor postulados de mis reflexiones sobre la intoleranc ia , cons t i tuyen pr imordia lmen te secuelas de una contemplación atenta a los datos de la vida.

-— «El pos tulado, también gra tui to, que pide e l pr inc ipiode sup on er q ué la person a pref ie re la distensión & \a. ten-j2Ó?z» (Bueno, pág. 83). En nú teñexión sobre la intolerancia no consúxuYe ningán fundamento la suposición de quela persona, prefiere la distensión a la tensión,. Me limito aconcluir que los datos de la estructura humana exigen

concebir el origen de la intolerancia en el abandono auno de los dos polos entre los que se tiende a mi parecer,la vida del hombre, en la dejación de esa tensión, es decir ,én una dis tens ión. Así , p .e . , e l Capí tulo I l ly e l Capí tuloV i l d e mi libro . Ha sta aquí, pu es, no hace falta ningunapre fere ncia po r la; tensión o p or la distensión para el obje tó de mi t raba jo.

Otra cosa será que mi visión de la historia y de la vida mehiciere ver un predominio real y evidente de la intolerancia sobré la tolerancia. Pero, en tal caso, la preferencia delser humano por la intolerancia—-y, de ahí, por la distensión— ni sería un supuesto, ni menos un postulado; serías implemente una conclus ión —acer tada o e rrónea— obte

nida de la historia y de la vida. Por lo demás, en el conjunto de la historia quizá sea poco probable una preferencia humana por la tensión o por la distensión. Otra cosa esque la intolerancia nos resulte profundamente incómoda yamenazadora y que , por e l lo, tendamos a descubr ir la conmayor facilidad y frecuencia que las actitudes y conductastoleirantes. Con todo, sea cual fuere el resultado de unanálisis histórico, sociológico y psicológico sobre tal cuestión, sus consecuencias para mis reflexiones sobre la intolerancia serían nulas.

Mi conclusión del examen de este punto es clara: noveo justificada en la crítica de Bueno su afirmación de

que mi reflexión se apoya en postulados gratuitos,.ad hoc;en peticiones de principio. Menos aún en los que señalaBueno como ta les pos tulados .

e) Me parece evidente la necesidad de enfrentarse a

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no cabe hablar de la inconsistencia o del carácter

era m en te ideológico de las pretension es fílosófíco-mo-

cua lqu ier pre ten sión filosófico-moral.

Pese a ello, con la mera intención de contribuir algo

A mi parecer, es característico de la ética establecer

La presencia de un deber en el concepto del ser hu

tad o d e razón y hacer posible la convivencia armónicadeber reconocido

Una ética sin esos objetivos o inepta para tender ha

N o v eo cóm o pu ede aproxim arnos a esas metas elcriterio desde donde puede

Empiezo por la evidencia. Este concepto incluye, pa

ostrac ió n , , se demuestra a par t i r de unas premisas ;

nt o de partida y entonce s se impondría, sin lugar a

ores del pod er al

Cierta dimensión de permanencia, de duración, decriterio ético me parece necesaria por las

mismas razones que exigen la ausencia de una posibilidadde interpretación. Los efectos de un dinamismo purocoinciden con los de la pluralidad de interpretaciones posibles: si no se halla algo permanente en algún aspecto,queda abierta la posibilidad de elección —al menos, sucesiva— y, por tanto, el poder elegirá e impondrá sus criter ios .

Construir un sistema normativo moral a partir de criterios que no reúnan esos caracteres, me parece una tareasuperflúa. Esos sistemas se han venido construyendo alo largo de toda la historia por la necesidad de encauzar laconvivencia mediante unas reglas y el deseo de dar vigencia a normas favorables a la facción detentadora del poder. Pero en esos sistemas éticos el deber no se impone; es

impuesto por el sector de los poderosos.

Natura lmente , hablo só lo del criterio, del punto departida; no de la totalidad del sistema normativo. Entiendo que salvada una dimensión de estaticidad mínima enaquél, la ética ha de estar sometida al dinamismo humanopersonal y comunitario, histórico y cultural.

Tampoco soy tan ingenuo como para creer en la posibilidad de una ética invulnerable al poder. Me parece,con todo, decisivo obtener una ética tal, que su infracciónpor el poder —ya establecido, ya revolucionario— seaapr ehe nd ida y vivida siem pre por la comunidad comoque bra nta mi ent o, com o violación de la norma, a pesar ypor encima de todos los botes de humo lanzados para desfigurarla y encubrirla.

La tarea de hallar un punto de partida con esas características me parece, en verdad, muy difícil . No sé siquiera si es posible descubrirlo. Para mí sólo hay un dato que

se nos im pon e: el carácter inacabado de nues tro ser y lanecesidad del grupo para desarrollarlo. Esto no requieredemostración ni interpretación y, además, es absolutamente permanente, a mi parecer. El juego del yo y delotro es la base de los conceptos de libertad y amor, o si sepref iere , de libertad y servicio. Desde luego, un punto departida de este tipo sólo permite precisar, según creo, algunos aspectos de la forma obligatoria de la conducta. Aquien considere práctico o necesario distinguir entre éticamaterial y ética formal deberá concedérsele que la materiay el resto de la forma de la conducta ética han de hallarseen el co ntex to histórico y sociocultural concreto .

Este punto de partida —libertad y servicio— meparece ciertamente muy poca cosa. Tal vez sea, sin embarg o , suficiente. Esa suficiencia, o una posible insuficienciasería un tema susceptible de discusión, pero yo no pretendo hacer aquí una exposición detallada de todos losinterrogantes que encierra, para mí, el problema ético.D en tro del obje t ivo de es ta meditac ión , me parece in teresante referirme aquí a otro posible defecto de ese puntode partida. El defecto consistiría en no ser un dato, sinouna «interpretación» concreta y determinada de los hechos . En tal caso, como cualquier interpretación, procedería de determinados criterios, originados, a su vez, en otratarea de interpretación; sería algo derivado, demostrable a

partir de unas premisas anteriores y discutible. En una palabra, no reuniría las condiciones postuladas para el puntode partida. Por otra parte, aceptar como «dato» algo derivado, demostrable y discutible, sin demostración ni discusión, es confundir una decisión de la voluntad, una mera

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opción, más o menos razonable, con la imposibilidad denegar racionalmente una evidencia.

Pero aquí es donde yo veo el fallo de todos los sistemas éticos vigentes en uno u otro momento de la historia. Quien admitiera la imposibilidad de encontrar unpunto de partida dotado de estaticidad y evidencia, severía obligado a aceptar una ética basada en un funda

mento inicial elegido, es decir, una ética derivada de unaopción inicial. Si no hay un origen evidente, sería precisodar con un origen racionalmente demostrado y, a su vez,con la demostración de las premisas de ese origen y luegocon la demostración de esa demostración de las premisasy así sucesivamente. La opción es, precisamente, el únicome dio de det en er ese peregrinaje interminable de demostración en demostración. Así pues, la opción ni esalgo evidente, ni es algo demostrado; es algo simplementeaceptado por elección entre varias posibilidades. Una ética basada en una opción no será, por tanto, «crítica», sipor tal se entiende un sistema apoyado en un origen evidente o demostrado por principios lógicos aplicados a

unos datos experimentales; será, por el contrario, unaética «metafísica» apoyada en la elección entre variasposibilidades no evidentes, ni demostradas.

Si, como acabo de decir, abrigo la sospecha de que elcriterio «libertad-servicio» puede ser una opción, tengo laseguridad de que lo son los puntos de partida éticos propuestos a lo largo de la historia. El placer, la felicidad, lautilidad, etc. no son sino opciones, susceptibles de innum era ble s interpretacion es, carentes de la me nor evidenciay constitutivamente inestables.

Hoy está muy de moda la pretensión de establecer el

valor de una conducta por sus efectos, por su eficacia.Muchos parecen aspirar a una ética del resultado. Salta ala vista, por lo pronto, la inutilidad de tal pretensión: unresultado será bueno o malo, eficaz o ineficaz conforme auna idea previa acerca de la bondad y de la maldad, de laeficacia y de la ineficacia. Dejando al margen el problemade los medios, el resultado queda prejuzgado por unaidea anterior a él. Una ética de este tipo no resuelve, puesel problema de los criterios de valor; supone ya unos criterios y, por ello, es inútil . Desde un punto de vista«crítico», este fallo me parece común a toda ética carentede un punto de partida dotado de permanencia y evidencia; pero, además, una ética del resultado no serú, enverdad,

una ética. El problema ético radica en encontrarcriter ios adecuado s para fundamentar y orientar la actitudy la conducta. Esos criterios han de ser, pues, algo dadopreviamente a la acción. Una ética del resultado intentaprecisar el valor de la actitud y de la conducta a posterio-ri , desde sus efectos. No puede fundamentar, ni sustentar, ni dirigir la actitud ni la conducta. Así, pues, no esuna ética.

Debido a éstas y otras dificultades del problemaético , yo no lo he encarado en mi libro, como repetidasveces vengo diciendo en estas reflexiones.

Quisiera ocuparme ahora brevemente de algunas afir

maciones de Gustavo Bueno en su crítica, relativas alp rob lema é t ico .

Bueno parece encontrar el «quid» del problema ético en precisar si una conducta, una actitud, abren el cami

no a valores morales o a la negación de tales valores (pág.9 3 ) . Se trata, pues, de encontrar el criterio para saber quées un valor moral. Bueno parece Uamar a esta tarea la búsqueda y subsiguiente ofrecimiento de los parámetros delcon cep to que define esa conducta, esa actitud, entendiendo el con cep to com o una función (pág. 93)- Tales parámetros habrían de encontrarse en la zona de los sujetos (términos S) y en la de los contenidos personales (actos^ opi

niones, designados por a, b, d) , situados cuidadosamenteunos y otros para cada caso en su propio contexto histór ico , cultural y social (págs. 92 y 93).

Si la tesis de Bueno se limitara a subrayar la necesidad de la contribución histórica y sociocultural paraconstruir una ética, yo no le haría la menor objección.Pero hay algo más. Bueno afirma también lo siguiente:«el deber ser puede obtenerse del deber ser (y en parte también el ser)» (pág. 93), es decir, del «contexto o escala enel que se den las cuahficaciones morales» (ibid.), entendido ese contexto como el entramado histórico, cultural ysocial concreto. Dada la estructura de la frase, parece que

rer decir que considera al deber ser histórico como origenno sólo del deber ser, sino también, aún cuando en parte,de l ser. Sin embargo, por el lugar que ocupa la expresiónentre paréntesis, podría suponerse la concurrencia de unaerrata de impresión y, entonces, cabría leer la proposiciónasí: «en parte también del ser». El origen del deber ser estaría tanto en el deber ser histórico, como en algunos aspectos del ser. Ahora bien, ^;de qué ser se trataría?, Buenoparece asegurar que sólo la historia, la cultura y la tramasocial permiten identificar el valor moral. No creo, pues,aventurado entender ese se r como mero ser histórico: cadatérm ino S en cuanto su je to humano resultaría un meroproducto de su contexto histórico, cultural y social. Suponiendo correcta esta interpretación, se llega a una conclusión difícil de soslayar: se convierte en valor moral positivo o negativo cuanto en un momento histórico preciso,en una cultura y en una sociedad determinadas es tenidopor tal. En una palabra, los parámetros definidores de lamoralidad, el criterio ético, no son sino el criterio de lacomu nidad en cada mo me nto h is tór ico .

N o hace falta denunc iar com o «petitio principii»evidente y de manual escolástico, la pretensión de hacerproceder el deber ser del deber ser. Se da como criteriode valor aquel lo —el deber se r histórico—, cuyo valor setrata de precisar y justificar. Se está haciendo, por tanto,supuesto de la cuestión.

Por otra parte, una radiografía de cada comunidadcultural en un momento determinado nos ofrecería, sinduda, el código de conducta correspondiente. Como cualquier fenomenología, describiría, mejor o peor, el se r Áe.la comunidad en e l momento e legido. Remedando aBueno yo diría que si de una mera estructura formalnaturalista no cabe saltar a una calificación ética (págs. 92y 93), mucho menOs cabe dar el salto desdé una meraestructura histórica, social y cultural. La razón me pareceevidente: de la mera descripción del ser histórico y socio-cultural, por tratarse de un ser acuñado por el hombre,

jno cabe el paso al deber ser "potoiyLe. eso equivale a hacer

dep en der de la voluntad esedeber.

Y en tal caso el llamado deber sería gusto, coacción, conveniencia o lo que sequiera , pero nunca deber. En cambio, en una estructuraformar naturalista tal vez puedan descubrirse instanciasind epe nd ien tes de la voluntad humana, imperativas para

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Por último, si aceptar el ser histórico como aeber se rdepe nde r de la voluntad del homb re, resulta

la opción de unaconcreta en un momento histórico determinado. Y

tura les y sociales con creto s con aspiración a pasar po r

2 .2 .2 . Breve re fe renc ia a a lgunos a spec tos con-

a) Tal como expongo en mi libro, doy mucho más

cid os po r esa actitud esforzada. Sin negar la imp ortan-

o .

Mi admiración por Ortega no va más allá de la que

ue en sí mismos son ya un valor entregado g ene-

Por otra parte, una actitud de esas características por

, me parece una estimable contribución'filosófica su

Añádase a ello su pluma deslumbradora, motivo in-

N o es demasiado lo expu esto para originar venera-

Po r lo dem ás, el volum en d e la produ cción literaria

•. •

reunida ^n los once tomos de las Obras Completas publi-cadas por la Revista de Occidente, permite asegurar quemi conocimiento de Ortega no es suficiente como parapoder encaramarme a ningún grado de veneración o deabor rec imiento .

b) En mi libro ni elimino las personas angélicas o di-vinas, ni las he tenido en cuenta para nada. Me limito a

reflexionar sobre la intolerancia del hombre. Para ello hetrata do de establecer, entr e otras cosas, algunas caracterís-ticas de la persona humana que, en mi opinión, son «da-t o s» . En ningún momento me he propuesto analizar la po-sibilidad de la realidad de personas no humanas y menosaún la posibilidad de aplicar caracteres personales huma-nos a esas otras hipotéticas clases de personas.

Hacer la crítica de las opiniones de Russell —o deo t r o — , sobre la religión, no supone reconocer la realidadde personas divinas, ni explícita, ni implícitamente. Bastapara ello admitir la realidad de la religión, que es un datorabiosamente ineludible e indiscutible de nuestro contex-

to histórico, cultural y social. Pero admitir el dato religio-so n o equ ivale a afirmar personalid ades divinas; meno saún si se advierte que no toda religión se apoya en unA b s o l u t o personal.

c) Tampoco critico en mi libro la supuesta intoleran-cia de los críticos de la fe cristiana. Entre éstos últimos loshay seguramente fanáticos e intolerantes, otros que no loson y la mayoría de ellos, si no todos, respetuosos y tole-rantes en ocasiones, sectarios e interesados a veces. Exac-tamente igual que los críticos religiosos de otras creenciasdistintas áe las suyas o de la falta de fe. Sin embargo, yono hablo de una hipotética intolerancia religiosa de Rus-sell, ni le enjuicio desde ese punto de vista. Mi crítica

consiste en denunciar sn falta de lógica al abordar la com-paración entre religión y ciencia desde unos supuestosprevios diferentes .

d) A la distinción en tre creatividad y erudición hehe ch o ya una referencia en el apartad o 2. 2. 1., letra b) deestas reflexiones, sobre la base de aproximar la idea decreación a cierta asimilación coherente del entorno, actuale histórico. Aquí sólo añadiría como ampliación de esaprimera referencia, la idea de unas intuiciones materialesnuevas, originales, y surgidas, de modo personal e intrans-ferible, en el espíritu creativo al calor de esa asimilación.

Aún cuando seguramente a Bueno le agradaría esta-blecer una distinción tajante —¿«dura»?— entre creacióny erudición, yo no creo en la posibilidad de tales distin-ciones, al menos entre conceptos con los que operamossobre la realidad del hombre. Todo concepto referido alhombre, si quiere aproximarse a la realidad y servir paraalgo, será siempre algo dinámico, susceptible de recibir,una y otra vez, nuevas precisiones. Pese a ello, la exposi-ción resultante de asimilar el entorno y reconstruirlocoherentemente a la luz de las propias intuiciones nacidasen aquel proceso asimilatorio se distingue suficiente-mente, a mi parecer, del mero esfuerzo por recoger ma-teriales y presentarlos ordenadamente reunidos. Distin-ción, además, no meramente cuantitativa, sino cualitativa.

Y ello aún admitiendo el valor creactivo del orden alum-brado por el autor erudito. La mera ordenación de mate-riales no es sino el paso previo para construir un instru-mento activo, apto para la transformación del entorno. A

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esa ta rea de ordenar puede suceder un descubrimiento denuevas posibilidades en el material ordenado e incluso unanueva visión de ese material capaz de multiplicar esas posibilidades y de originar, además, otras. Todavía faltaría ¿zdecisión de poner en juego ese nuevo panorama y la actua-ción de ese acto de voluntad. Para mí hay un salto cualitativo desde la mera tarea de ordenar a la primera de lasfases posteriores mencionadas. A este salto lo Hamo crea

c ión.

e) Tal com o antes he dicho , la elaboración intelectual de la idea de tolerancia ha surgido históricamente enel seno de las elucubraciones arrancadas, con mayor omenor violencia, por el sufrimiento del hombre en susconfron taciones religiosas o, al men os, motivadas, en apariencia, por discrepancias de fe. En esto mi acuerdo conBueno es tota l .

Ta mb ién he dicho que limitarse a ob tene r el concepto a par t i r sólo de esa realidad histórica, no sólo me pa recequedarse en el campo fenomenológico —del cual tampo

co sale mi reflexión— sino en un campo fenomenológicoinsuficiente: la historia actual debe ser superada por lahistoria posterior, pero el motor de ese dinamismo es,cuando menos en parte, la acción reflexiva de una serie depersonas a la búsqueda de una comprensión de la actualidad en función de una comprensión de muchas otras cosas, entre ellas, de la historia, para así prever algo delfuturo y operar sobre é l .

Ahora debo añadir otra cosa. No me parece acertadoel comentario de Bueno a la II , I lae, q. 10, art . 11 (no 12como se dice por error de imprenta en la crítica de Bueno) de Sto. Tomás. En este artículo de la Summa Theolo-giae no se distingue entre una tolerancia por impotenciarelativa y otra por impotencia absoluta ni sé equipara latolerancia a la mera impotencia para impedir la libre existencia de la «cosa tolerada».

Santo Tomás par te de l e jemplo de Dios : Dios toleraalgunos males, para evitar ya la eliminación de mayoresbien es , o b ien males peores . Ah ora bien, según Sto.Tomás en ese artículo. Dios es omnipotente para eliminare l mal tolerado, pero no es omnipotente para eliminar esemal y, a la vez, evitar la desaparición de esos bienes superiores o la aparición de males calificados como más perniciosos. Y en este terreno de la tolerancia, la condiciónde Dios no es , para Sto. Tomás, mejor que la de lhombre:tanto Aquél como éste, si quieren o estiman su deber hacerposibles esos bienes superiores o evitar males más graves,han de tolerar necesariamente determinadas cosas, aún cuando ellos las consideren malas. Uno y otro son absoluta

mente impotentes para conseguir esta meta sin toleranciay, como esa meta es un deber, es igualmente un deber tolerar esas «cosas malas», tanto si pueden como si no pueden eli-minarlas.

Por otra parte, me parece muy claro que, cuando Sto.Tomás habla de bienes superiores o males más graves, nose refiere fundamental y primariam ente a la subsistenciade la Iglesia; se refiere más bien , en prim er plano , .a bienes y males de tipo religioso, como son obtener un testimonio de nuestra fe (testimonium fidei nostrum) o evitarel escándalo y la desunión (ad vitandum scandalum veldissidium) o eliminar dificultades a la salvación de quie

nes , tolerados, se convierten paulatinamente a la fe (impe-dimentum salutis eorum, qui paulatim, sic tolerati , con-vértuntur ad fidem). La razón por la cual el mal de la infidelidad ha de ser tolerado en ocasiones, es, pues, únicamente la imposibilidad de conseguir esos otros bienes ode evitar esos otros males sin esa tolerancia. Y ello una vezmás, con independencia de si el poder tolerante está o no en con-diciones de eliminar el mal. No veo fundamento algunopa ra afirma r qu e Sto. To má s identificara el privarse de undeterminado testimonio de la fe o el suscitar escándalo odesunión o el dificultar la salvación de unos infieles con ladesaparición de la Iglesia o de su poder.

N o se trata, pues, de q ue deb e practicarse la tolerancia, cuando el no hacerlo pone en peligro mi subsistencia, sea yo el Gobierno, sea yo la Iglesia o cualquier otrainstitución. Guando la eliminación de un determinado malimpida conseguir bienes superiores o evitar males peoreshabrá de ser tolerado, tanto si puede ser eliminado, como sise carece de medios para ello. La tolerancia nunca es talpor impotencia —ni absoluta, ni relativa—, sino por unimpera t ivo é t ico.

Evidentemente la tolerancia por imposición de la cosa to le ra da — es decir, la tolerancia «forzosa»— es unarealidad histórica. De hecho, las instituciones, y entreellas las «iglesias», sólo suelen ser tolerantes a la fuerza.

Pero esto no es frecuentemente sino una muestra más dela incongruencia entre la teoría y la práctica. En el casode Sto. Tomás, ese carácter «forzoso» de la toleranciapodría verse ins inuado en e l desaformnado e jemplo queofrece al final de ese artículo (11): «Propter hoc enimetiam haereticorum et paganorum ritus aliquando Ecclesiatoleravit, quando erat magna infidelium multitudo» (Poresto, pues, la Iglesia toleró también, en alguna ocasión losritos de los herejes y paganos, cuando la multitud de los in -fieles era grande). No parece imprescindible la interpretación del ejemplo en el sentido de la tolerancia «forzosa».Con todo, al imaginar a la Iglesia tolerante «alguna vez»frente a esa «magna multitud» de infieles, difícilmente se

sustrae uno a la sensación de «fuerza» y, por tanto, deimposición por presión de la «cosa tolerada». Ejemplopor ello inadecuado al pensamiento del Aquinense sobrela tolerancia dada la independencia que frente a cualquieridea de impotencia, absoluta o relativa, presenta en él estec o n c e p t o .

f) Para terminar, una breve observación. Tengo laimpresión de que Bueno se ha limitado en su crítica a laprimera parte de mi libro. ¿Será por falta de tiempo?.¿Será porque la segunda parte le ha gustado aún menos yno ha querido recargar de más tinta negra la crítica?. Nolo se. En todo caso, la segunda parte de mi libro cierra elciclo del método que he intentado seguir —desde la expe

riencia vital a la teoría y desde ésta a la vida—, y mehubiera agradado saber la opinión de Bueno.

Bilbao , a 25 de febrero d e 1.979

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ei Siniavski: El arte es sup e^V a la realidad

VERSOS D E :J. AlbMlí, J. M. Bonet, A. Cardín, J. Miquián, J. Escobar.

Fernández Calperux, A. Gonzám., M. Hernández,F. Jiménez Losantos, L.Jordá,

B. Mesquida, C. Mor, J. Puig,

F. Rivas, J. Rubio, A. Trapiello, J. M. Ullán

Léon-Paul Fargue: La clase de Mallarmé

Josep Albe rtí: Joan Perucho, on neix el pus?

Javier Navarrete: Solo de piano

R E P A R O S •

Otro sí: Diario de lecturas

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a lc r udoeditor

Baltasar Gradan 3 1 , Zaragoza

tfno. (976) 35 03 03

J É Í M S ÍSEGÚN I U N N U E V Ó Í M E T O D

W ' .

C L A S I C O S E L B A S I L I S C O

La Lógica Matemática ha logrado un puesto de honor entrelas disciplinas científicas.

Quien consiguió que los términos «lógica» y «matemática»qu ed ase n apareado s en único referente fue el profesor curi-nés Giuseppe Peano (1858-1932) . -La magna empresa acometida por Peano y sus colaboradores está dedicada a hacerrealidad las dos ideas leibnizianas que marcan el camino delprogressus hacia la constitución de la Lógica como ciencia: Laidea de una characterística universalis y la de un calculus ratio-cinator.

Peano fija en Los principios de la Aritmética (1889) practica-mente toda su simbología. Esta, más manejable que la deFreg e , pen etró rápidamente e ntre los matemáticos y conciertas rem odelacio nes y añadidos d e Whitehead y Russell secon virtió en el lenguaje c om únd e la Lógica Matemática.Con la presentación en castellano de Los principios de la Aritmética, «Clásicos El Basilisco» pr eten de acrecentar ei contacto directo de los aficionados a Lógica y Matemática con lostex tos d e Pea no . La pre sen te edición bilingüe va acompañada de una informativa y crítica introducción del profesorJulián Velarde, así como de una bio-bibliografía de Peano.

( P . V . P . S U S C R I P T O R E S E L B A S IL I S C O 20 0 P T A S . )

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EL BASILISCO, número 6, enero-abril 1979, www.fgbueno.es

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EL BASILISCO

:N ° 1. Marzo-Abril (AGOTADO): N° 2. Mayo-Junio (AGOTIADO).N° 3- Julio-Agosto.

'N° 4. Septiembre-Octubre.N° 5. Noviembre-Diciembre.N° 6. Enero-Abril.

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REVISIA ESf^ySíQLADE INVESTIGACIONES

Amando deMiguel

Juan F. Matsal

José A. Gatmendia

Elisabeth Noelle-Neumann

Jacinto Rodríguez Osuna

N.° 4 OCTUBRE-DICIEMBRE 1978 José F. Morales Domínguez

María Vidaurteta Gimpillo

José Antonio Carmona Guillen

La gran simplificación

Nación, nacionalismo y ciencias sociales

Variaciones terminológicas de las ciencias sociales

La influencia de la televisión en una campaña electoral

Distribución espacial de la población y desarrollo

económico en España

La teoría del intercambio social

Madurez industrial. Guerra y condición femenina

La selección de fuentes de información

NOTAS- CRITICA DE LIBROS - INFORMES Y ENCUESTAS DEL C. I. S.

Centro de Investigaciones Sociológicas (C.I.S.)

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ICE GENERAL DE EL BASILISCO (NO 1-6)

Reliquias y relatos: construcción de l concepto de «historia fe-(1, 3-16).

Culturas animales (1, 17-31)Ateísmo filosófico y religión progresista (1 ,

Jonquere s , Freud, Hegel y Nietzsche sobre la tragedia clásica (1 ,

El mito de la neutralidad de la ciencia. Lacientífico y el técnico (1, 52-56).

El «sistema» de la Teoría general de los sistemascrítica) (1, 57-63).

Dimensiones de la célula primitiva (2, 4-11).En tomo al concepto de «ciencias humanas», ha distinción

metodologías a-operatorias y ^-operatorias (2, 12-46).Jonquer es , Nietzsche y la tragedia (2, 47-52).

Células y asociaciones de células; el segundo nivel de inteevolución biológica (3, 4-11).

Sobre la idea de cierre categorial en lingüística (3 ,

ha función del léxico político en el prólogo de los Anna-de Tácito (3, 17-31).

En torno al artículo de Inés Ulan (3, 32-36).Para una antología de la norma jurídica (3, 37-45).

Determinismo cultural y materialismo histórico (4, 4-28).Schopenhauer y la m úsica: un caso de «romanticism o

(4, 29-34).Gnoseología de la lógica -vevsus filosofía de las ló

(5 , 4 -16) .dE s posible una enseñanza científica del derecho? (5, 17-

El sofista y el filósofo, la enseñanza de la filosofía aProtágoras de Platón (5, 19-26).

Proteínas quinasas dependientes del cAMP y lipolisis (6 ,

Emil io Murc ia Navarro , Análisis de sistemas en geografía urbana: el sistemaurbano asturiano (5, 33-38).Santos Sánchez Saior, Diferencial semántico y actitudes: un estudio sociológico entre estudiantes de bachillerato id , 9-17).Manue l Grane l l , Filosofía latino-americana y espíritu viajero (6, 18-20).

TEATRO CRITICO

Gustavo Bueno Sánchez , Ontogenia y filogenia del Basilisco (1, 64-79). .Gus tavo Bueno Sánchez , Animales virtuosos y animales científicos (2, 60-66) .Fernando Sánchez Drago , Sobre jergas de gremio e iniciación en el grantronco jacobeo O,'il-'b')).Vicente J . González García, Bernardo del Carpió y la batalla de Roncesva-lles (4 , 42 -52) .José Manue l Gómez-Tabanera , De l tocado «corniforme» de las mujeres asturianas en el siglo XV/ (5, 39-47 y 81-82).Alvaro Ga lmés de Fuentes , «Del fuego regalado»; interpretación de un pasaje de las «Soledades» de Góngora (6, 21-26).

HISTORIA DEL PENSAMIENTO

Jav ie r Peña , Espinosa: proyecto filosófico y mediación política (1, 80-87).P i la r Pa lop Jonqueres , Piaget y la metafísica (2, 67-69).José Luis Calvo Buezas, huces y sombras del krausismo español (3 , 56-64).José María Laso Prieto, Palmiro Togliatti y los antecedentes teóricos del euro-comunismo (4, 53-63).Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Adorno y Husserl: dos dialécticas (5, 48-56) .José María Laso Prieto, Vigencia del pensamiento de Gramsci (6, 73-83).

ha contribución de la lingüistica generapsicología actual (2 , 5 3-59).

ha teoría de sistemas como paradigma de las ciensociales (3 , 46-50) .

Semántica y filosofía de la ciencia (4, 35-41).ha causación erclt&acción (5, 27-32).

DOCUMENTOS

Antonio Mas ip Hida lgo , Acta de la última reunión del Consejo Soberano deAsturias y León (2, 70-74).La cris is del Partido Comunista en Asturias: Documentos (6, 27-72).

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LÉXICO ÍNDICE DE AUTORES

G u s t a v o B u e n o , Conceptos conjugados (1 , 88-92) .Juli án Vela rde Lombraña, L«gz£M^s//Wí«/í (1 , 93-99 ).G u s t a v o B u e n o , Discurso (2, 75-79).Luis Javier A lvarez , Filosofía (3 , 65-66) .G u s t a v o B u e n o , Cultura (4, 64-67).

G u s t a v o B u e n o , Sobré el concepto de «espacio antropológico» (5, 57-69).

E N T R E V IS T A S

Tomás R. Fernández & Alejandro Kacelnik , Etológia y ap rendizaje (entrevista con Me Parlánd) (2 , 80-82) .

N O T A S

José Mar ía Laso Pr ie to , Notas inéditas sobre el Congreso de Barcelona (1 ,100-111) .José An ton io López Brugos , Notas sobre la mecanización de las deduccioneslógicas (2 , 83-92) .Nicolás Mar t ín Sosa , La filosofía española a.debate: un encuentro importanteen Salamanca (2, 93-94).José Mar ía Laso Pr ie to , El XV Congreso de filósofos jóvenes (3 , 67-82) .Albe r to Hida lgo Tuñón , El principio de racionalidad limitada de H.A.Simón y el Premio Nobel de Economía (4 , 68-79) .Aida Te r rón Bañue los , Lo s estudios de ciencias de la educación: curriculum yprofesores (6 , 84-85) .

CRITICA DE LIBROS

Albe r to Hida lgo Tuñón , Disciplinaridad versus sistematismo en Toulmin,(1 , 113-116) .P i la r Pa lop Joque re s , Un Freud sin controversias (1, 117).José M anue l Fe rnández Cepeda l , Ser «marxista-leninista» hoy (1, 118-120) .G u s t a v o B u e n o , Sobre el poder; en tomo a un libro de Eugenio Trias (1 ,120-125) .Pi lar Palop }onq\ieres. Algunas precisiones a un libro piadoso (1, 126-128).Vidal Peña García , Esperanzas y convencimientos (2 , 95-97) .Albe r to Hida lgo Tuñón , Miguel Ángel Quintanilla o la tentación sociológica del m aterialismo (2 , 98-100) .José Mar ía Laso Pr ie to , Gramsci hoy (2, 101-102).Javier Sádaba Garay, A vueltas con Witgenstein, Lógica, Viena y Gay Power(2 , 103-106) .José Mar ía Laso Pr ie to , Sobre el uso alternativo del Derecho (2, 107-109).Albe r to Hida lgo Tuñón , Epifanía y antología-de Descartes (3 , 83-84) .

José Mar ía Laso Pr ie to , El escándalo de la filosofía española (3, 85-88).Albe r to Hida lgo Tuñón , La «Óptica» de Newton bajo el prisma de Kuhn(3 , 89-90) .G u s t a v o B u e n o , Sobre la intolerancia (4 , 80-93) .Pur i f icación Gi l Carnicero , Algunas reflexiones en tomo a la psicología in

fantil (A, 9A-\02).José An ton io López Brugos, Lo s chimpancés mecánicos (5, 7-80).Vicen t e M uñoz De lgado , Consideraciones sobre la lógica y su historia (6 ,86 -96 ) .

P O L É M IC A

Eugen io Tr í a s , Puntualización a la crítica de Gustavo Bueno a mi libro«Meditación sobre el poder» {2, llO).Fé l ix Duque , «Entonces, /qué haces aquí?», réplica al profesor Laso (4, 103-104) .

ioséM.axí&'Laso'Pneto, Algunas matizaciones al profesor Duque (A, 104).José Gabr ie l de Mar iscal , /Metafísica o crítica? (6, 97-106).

ABAD NEBOT, F ranc i s co . ( 3 , 12 -16 ) .AL VA RE Z F ERN AN DE Z, Lui s J av ie r ( 3 , 65 -66) .ATIENZA, Manuel (3 , 37-45) (5 , 17-18) .B L A N C O F E R N A N D E Z , D o m i n g o ( 1 , 3 2 - 4 0 ) .BUENO, Gustavo (1 , 5-16) (1 , 88-92) (1 , 120-125) (2 , 12-46) (2 ,75-79) (4, 4-28) (4, 64-67) (4, 80-93) (5, 57-69).B ü i-: Ñ O SÁ NC HE Z, Gus t avo (1 , 64 -79 ) ( 2, 60 -66 ) .CA LV O BU EZA S, José Lui s (3 , 56-64 )CA M P OS , F ranc i sco (5 , 27 -32 ) .C O R D Ó N , F a u s t i n o ( 3 , 4 - U ) .DELVAL, Juan Antonio (2 , 53-59) .DEM ONTE, Vio l e t a ( 2 , 53 -59 ) .D U Q U E , Fél ix (4 , 103-104) .EL BASILISCO (3 , 32 -36 ) ( 6 , 2 -72 ) .FERNANDEZ CEPEDAL, José M anue l ( 1 , 118 -120) .FE RN AN DE Z R OD RÍG UE Z, Tom ás R . ( 1 , 17 -31 ) ( 2 , 80 -82 ) . .GABRIEL DE M ARISCAL, José (6 , 97 -106) .GALMES DE FUENTTES, Alvaro (6 , 21-26) .G A R C Í A C O T A R E L Ó , R a m ón ( 3 , 4 6 - 5 0) .G A R Z Ó N R U I P E R E Z , L eó n (2 , 4 - 11 ) .GIL CARNICERO, Pu r i f i c ac ión (4 , 94 -102)GOM EZ-TABANERA, José M anue l ( 5 , 39 -47 y 81 -82 ) .G O N Z Á L E Z G A R C Í A , Vicente J . (4 , 42-52)GRANELL, M anue l ( 6 , 18 -20 ) .H ID A LG O TU Ñ O N , Albe rto (1 , 57 -6 3 ) ( l , 113 -116) (2 , 98 -100) (3 ,83-84) (3 , 89-90) (4 , 68-79) .

ILLAN CALDERÓN, Inés (3 , 17 -31 ) .KACELNIK, Ale j and ro (2 , 80 -82 ) .LASO PRIETO, José Mar ía (1 , 100-111) (2 , 101-102) (2 , 107-109) (3 ,67-82) (3, 85-88) (4, 53-63) (4, 104) (6, 73-83).LÓ PEZ BR UG OS , José An ton io (2 , 83 -92) ( 5 , 70 -80 ) . .M ARTIN SOSA, Nico l á s ( 2 , 93 -94 ) .M A S I P H I D A L G O , A n t o n io ( 2 , 7 0 -7 4 ).M U Ñ O Z D E L G A D O , V i c e n t e ( 6 , 8 6 - 9 6 ) .M U R C I A N A V A R R O , Em i li o (5 , 3 3 -3 8 ).PA LO P JON QU ER ES , Pi lar (1 , 41-51) (1 , 117) (1 , 126-128) (2 , 47-52)(2 , 67-69) (5 , 19-26) .P E Ñ A , J a v ie r ( 1 , 8 0 - 8 7 ) .PEÑA, Vidal (2 , 95-97) (4 , 29-34) .QU INT AN ILL A FISAC, M igue l A. ( I , 52 -56 ) (4 , 35 -41 ) .SA DA BA GA RA Y, J av ie r (2 , 103 -106).S Á N C H E Z D R A G O , F e r n a n d o ( 3 , 5 1 - 5 5 ) .

S Á N C H E Z O R T I Z D E U R S I N A , R i ca rd o (5 , 4 8 -5 6 ).SÁNCHEZ SALOR, San tos (6 , 9 -17 ) .SO BR IN O , F ranci sco (6 , 4 -8 ) .T E R R Ó N B A Ñ U E L O S , A id a (6 , 8 4 - 85 ) .TRIAS, Eugenio (2 , 110) .VE LA RD EL OM BR AÑ A, Ju li án (1 , 93 -99 ) ( 5 , 4 -16) .

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Los estoicos y el conocimiento

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