El Arte Ritual de La Muerte Nina

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8/20/2019 El Arte Ritual de La Muerte Nina http://slidepdf.com/reader/full/el-arte-ritual-de-la-muerte-nina 1/6 '* SECCIÓN DOLOR "  Rev. Col Anest. 26: 377, 1998 El arte ritual de la muerte niña Dr. Tiberio Álvarez*  En la escatología cristiana los niños que mueren bauti-  zados antes del uso de razón son considerados angeli- tos. En ellos los rituales convierten la tristeza en ale- gría,festejan la entrada al cielo y perpetúan la memo- ria del fallecido entre los sobrevivientes. INTRODUCCIÓN El ser humano no sobrevive el mundo conocido. Cree que después de la muerte tendrá otra vida glo- riosa o tormentosa según los parámetros cultura- les. Esta creencia ha marcado su manera de vivir. El cielo se alcanza, según la prédica, por la fe, la santidad, el ritual, el poder, el martirio, la virgini- dad, la valentía en batalla o la muerte en la niñez. Puede vislumbrarse en visiones, trances y éxtasis. El presente artículo se refiere a la escatología de las postrimerías, los rítuales fúnebres de los niños y la sublimación artística del trance mortal. En la esca- tología cristiana los niños que mueren bautizados antes del uso de razón son considerados angelitos, en ellos los rituales convierten la tristeza en ale- gría, festejan la entrada al cielo y perpetúan la me- moria del fallecido entre los sobrevivientes. El títu- lo está basado en un fragmento de un poema "Muer- te sin fm", de José Gorostiza: .Para durar el tiempo  I  de una muerte gratuita y prematura, pero bella (...) / cumple una edad amarga de silencios  /  y un reposo gentil de muerte niña,  /  sonriente, que desflora  /  una más allá de pájaros en desbandada». LA OTRA VIDA La creencia en otra vida después de la muerte se deduce de estudiar las costumbres funerarias. Des- cubrimientos arqueológicos recientes en Shanidar, Profesor del Servicio de Anestesiologíay Reanimación, Uni- versidad de Antioquia- Medellín, Colombia, S.A. Ilustraciones de Libia Pisada Restrepo, Tomado de la Revis- ta Universidad de Antioquía, 24 p. Irak, muestran que los muertos e ra n enterrados ceremoniosamente desde hace sesenta mil años. En las tumbas se han encontrado herramientas, ar- mas, vestidos, juguetes y evidencia de flores. Los egipcios, los chinos y otros pueblos colocaron en las tumbas alimentos, joyas, monedas, máscaras, oraciones, guías, instrucciones, himnos y plegarias pues creían que la persona continuaba su existen- cia después de la muerte y tendría las mismas ne- cesidades que en vida. Además de la momificación como práctica religíosa y mágica, los egipcios escri- bían peticiones y declaraciones de inocencia que el muerto debía recitar antes de ser juzgado: .No he causado dolor a los hombres y a las bestias, inju- riado a los dioses, adivinado el futuro, asesinado, engañado, interferido los diques del agua, cometi- do abusos sexuales...». Creían que la preservación del cuerpo era indispensable para gozar las delicias placenteras de la otra vida. Fueron los primeros en establecer el juicio en el momento de la muerte. Los cristianos han sostenido que Dios envió a su Hijo al mundo para salvar a los hombres del demo- nio y la muerte y dar eterna felicidad a sus fieles. Esperan la segunda venida de Cristo quien estable- cería el Reino de Dios y se preguntaron por el des- tino de los creyentes que muríeran antes de su re- torno glorioso. Al principio se dijo que su muerte no era eterna. Luego se predicó que la estadía en este mundo era preparación para la otra vida. Se ense- ñó que los mártires y los santos iban directamente al cielo y los no creyentes malos al infierno. Para ni buenos ni malos se ideó el purgatorío, un lugar de expiación. Los niños que murieran antes de ser bautizados y no hubieran cometido pecado salvo el .pecado original» iban al limbo, un lugar sin las tor- turas del infierno y sin las delicias del cielo, donde iban también los paganos virtuosos que murieron antes de Cristo. Se habló de un juicio individual al momento de morir y de un juicio universal al final de los tiempos, cuando al sonar de la trompeta, se- gún el Apocalipsis, aparecería Crísto en Majestad, 377

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'*

SECCIÓN DOLOR"

  Rev. Col Anest. 26: 377, 1998

El arte ritual de la muerte niña

Dr. Tiberio Álvarez*

 En la escatología cristiana los niños que mueren bauti- zados antes del uso de razón son considerados angeli-tos. En ellos los rituales convierten la tristeza en ale-

gría, festejan la entrada al cielo y perpetúan la memo-ria del fallecido entre los sobrevivientes.

INTRODUCCIÓN

El ser humano no sobrevive el mundo conocido.

Cree que después de la muerte tendrá otra vida glo-

riosa o tormentosa según los parámetros cultura-les. Esta creencia ha marcado su manera de vivir.

El cielo se alcanza, según la prédica, por la fe, la

santidad, el ritual, el poder, el martirio, la virgini-

dad, la valentía en batalla o la muerte en la niñez.

Puede vislumbrarse en visiones, trances y éxtasis.

El presente artículo se refiere a la escatología de las

postrimerías, los rítuales fúnebres de los niños y lasublimación artística del trance mortal. En la esca-

tología cristiana los niños que mueren bautizadosantes del uso de razón son considerados angelitos,

en ellos los rituales convierten la tristeza en ale-

gría, festejan la entrada al cielo y perpetúan la me-moria del fallecido entre los sobrevivientes. El títu-

lo está basado en un fragmento de un poema "Muer-

te sin fm", de José Gorostiza: .Para durar el tiempo

 I   de una muerte gratuita y prematura, pero bella(...) / cumple una edad amarga de silencios   /   y un

reposo gentil de m uerte niña,   /    sonriente, quedesflora   /   una más allá de pájaros en desbandada».

LA OTRA VIDA

La creencia en otra vida después de la muerte sededuce de estudiar las costumbres funerarias. Des-

cubrimientos arqueológicos recientes en Shanidar,

Profesor del Servicio de Anestesiologíay Reanimación, Uni-

versidad de Antioquia- Medellín, Colombia, S.A.

Ilustraciones de Libia Pisada Restrepo, Tomado de la Revis-ta Universidad de Antioquía, 24 p.

Irak, muestran que los muertos eran enterradosceremoniosamente desde hace sesenta mil años. En

las tumbas se han encontrado herramientas, ar-

mas, vestidos, juguetes y evidencia de flores. Losegipcios, los chinos y otros pueblos colocaron en

las tumbas alimentos, joyas, monedas, máscaras,

oraciones, guías, instrucciones, himnos y plegarias

pues creían que la persona continuaba su existen-

cia después de la muerte y tendría las mismas ne-

cesidades que en vida. Además de la momificación

como práctica religíosa y mágica, los egipcios escri-

bían peticiones y declaraciones de inocencia que el

muerto debía recitar antes de ser juzgado: .No he

causado dolor a los hombres y a las bestias, inju-riado a los dioses, adivinado el futuro, asesinado,

engañado, interferido los diques del agua, cometi-

do abusos sexuales...». Creían que la preservación

del cuerpo era indispensable para gozar las delicias

placenteras de la otra vida. Fueron los primeros en

establecer el juicio en el momento de la muerte.

Los cristianos han sostenido que Dios envió a su

Hijo al mundo para salvar a los hombres del demo-

nio y la muerte y dar eterna felicidad a sus fieles.

Esperan la segunda venida de Cristo quien estable-

cería el Reino de Dios y se preguntaron por el des-

tino de los creyentes que muríeran antes de su re-

torno glorioso. Al principio se dijo que su muerte no

era eterna. Luego se predicó que la estadía en este

mundo era preparación para la otra vida. Se ense-

ñó que los mártires y los santos iban directamente

al cielo y los no creyentes malos al infierno. Para ni

buenos ni malos se ideó el purgatorío, un lugar de

expiación. Los niños que murieran antes de ser

bautizados y no hubieran cometido pecado salvo el

.pecado original» iban al limbo, un lugar sin las tor-turas del infierno y sin las delicias del cielo, donde

iban también los paganos virtuosos que murieron

antes de Cristo. Se habló de un juicio individual al

momento de morir y de un juicio universal al final

de los tiempos, cuando al sonar de la trompeta, se-

gún el Apocalipsis, aparecería Crísto en Majestad,

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 Alvorez1:

entre las nubes, al tiempo que todos los fallecidos

retornarían sus cuerpos para ser juzgados.

La representación de la muerte, la condenación

eterna y el infierno obsesionaron de tal manera a

lo'fhombres de los siglos XIV al XVI que considera-ron la vida vanidosa, horrorosa, espantosa y

frenéticamente destructiva1. Una forma de repre-

sentar estos temores fue la danza macabra, tema

popular en la poesía, el teatro, la pintura, las artesgráficas y en las miniaturas de los llamados -libros

de las horas». La danza macabra hizo pensar en la

muerte a los despreocupados de la salvación. Tam-bién se publicaron tratados sobre el arte del bien

morir llamados Arts Bene Moriendi o Ars Moriendi,

con grabados sobre la agonía y la muerte donde semostraba cómo las cortes celestiales e infernales se

disputaban el alma del recién fallecido. En los mo-saicos de las iglesias se mostró, en la parte supe-

rior, a Cristo triunfante en su gloria, con ángeles,

patriarcas, profetas, apóstoles y la Virgen María

compartiendo las delicias de la presencia de Dios.

Abajo, los condenados son mostrados cuando reci-ben las torturas del infiern02.

LA MUERTE Y LOS NIÑOS

El niño muerto fue objeto de culto en las dife-

rentes culturas. Se les enterraba con sonajeros de

barro, columpios, balancines, pelotas de trapo y

armas de madera3. En Egipto se c olocaba a las

momias una máscara con el retrato. En Grecia yRoma se colocaban envolturas con motivos infanti-

les. Desde la Edad Media, además de monumentos

funerarios se colocan epitafios con notas biográfi-

cas y frases que expresan la pesadumbre y el deseo

de perpetuar la memoria del niño muerto. -Ve, toma

tu lugar en el coro celestial. Dios te llama. Necesita

otro ángel».

En la tradición cristiana los rituales de mayor

trascendencia son el bautismo y la extremaunción.En el caso de los niños, los rituales son diferentes.

Por su inocencia y gracia tienen derecho a entrardirectamente al reino de los cielos. Por eso su muerte

no debe ser motivo de tristeza sino de alegria. «...

en los oficios de párvulos, es decir, en los que han

muerto después de recibido el bautismo y antes del

uso de la razón, o no se toquen campanas o se haga

de modo festivo y no lúgubre. Además, vestido el

cadáver conforme a la edad y sexo, se ponen sobreél las coronas de flores o de hierbas odoriferas4. -El

color litúrgico debe ser festivo y pascual»5. Las ora-

ciones, cortas y escasas, varian si murió bautizado,

-Te encomendamos, Señor... para que 10 lleves al

paraiso donde no hay llanto, ni lágrimas ni dolorsino paz y alegria...» o no bautizado, -Te pedimos,

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.Señor, por la intercesión de la Bienaventurada Vir-

gen María, que así como acompañó a su Hijo al

morir, asista también a los afligidos padres por la

muerte de..., los consuele en la fe y les dé la espe-

ranza del premio».

Si el niño muere después del bautismo y antes

de tener uso de razón se llama párvulo o -angelito»

pues es puro, está libre de pecado original y tiene

entrada al Paraíso. Esta creencia se basa, posible-mente, en las palabras del Evangelio: -En verdad

os digo, quien no reciba el reino de Dios como un

niño, no entrará en él» (Marcos, 10, 13-16). Si elniño muere antes de ser bautizado su destino final

es el limbo, -el sitio de los suspiros y no de los la-mentos» como 10 describió Dante. Para los adultos

estaban reservados los novísimos o postrimerías:

muerte, juicio, infierno y gloria que deberían serrecordados continuamente para evitar caer en elpecado. De esta manera el hombre reflexionaba

sobre la muerte, se preparaba para enfrentarla yverla con otro sentido. Los novísimos le enseñaban

al creyente 10 que sucedería después de la muerte

cuando su a lma fuera juzgada. Recordar los

novísimos le evitaba pecar y ser condenado. Tam-bién se enseñaba 10relacionado con la extremaun-

ción, un mecanismo capaz de proporcionar al mori-

bundo la suficiente confianza para el paso que da-

ría, alejarle la aflicción por la muerte, liberarlo de

sus pecados y brindarle los recursos para su salva-

ción6. Los -angelitos» por su condición de pureza no

requerían la extremaunción y no estaban someti-

dos a los vaivenes de las postrimerías. Ellos entra-ban directamente al cielo. Para ellos no se escribie-

ron las Ars Moriendi, donde estaban las guías paravencer las acechanzas del demonio en el trance de

la agonía, morir de buena muerte y alcanzar la glo-ria celestial. Las acechanzas del demonio eran cin-

co: las dudas de la fe, la mala conciencia, ese «abo-

minable animal», según Lutero, el apego a las ri-

quezas, la desesperación por los sufrimientos y la

soberbia al enorgullecerse de la virtud2.

EL RETRATO DE LOS NIÑOS

Las imágenes de niños ejercen gran atracción.

Su fragilidad, delicadeza, dulzura, fineza de líneas,

expresión inocente y tímida impresionan sobre todo

cuando están realzadas por el arte. Hacen parte denuestra intimidad. El retrato de los niños en el arte

empieza en Italia en los siglos XV y XVI con las Sa-

gradas familias y otros cuadros religiosos donde el

Niño Jesús aparece sólo o rodeado de ángeles, los

cuales a pesar del colorido y pureza de formas man-

tienen una actitud grave y mística que los aleja delverdadero espíritu infantil. En Inglaterra y Francia

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se retrataron niños de la nobleza. En España los

artistas se dedicaron a temas religiosos pues con-

sideraban el retrato tema menor aunque en la es-

cultura la silueta de la infancia se representó como

~wo   Jesús o elemento decorativo en monumen-

tos, altares o retablos. Quizá la primera imagen de

la figura infantil la inicia El Greca cuando en 1587

pintó a su hijo Jorge Manuel en la composición del

entierro del Conde de Orgaz. Alfonso Sánchez

Coello pintó retratos infantiles con cierta rigidez,tristeza y actitud hierática como se observa en el

«Príncipe Don Carlos» pintado a la edad de doce

años con figura alargada, palidez de cera,

exoftalmia izquierda y expresión melancólica que

indica un ser enfermo. Pantoja de l a Cruz y

Bartolomé González con figuras rígidas y místicas

ornamentaron sus niños con animales para preve-

nir enfermedades y embrujamientos. En el cuadrode la Infanta Ana de Austria, Pantoja de la Cruz

pinta alfileres, sonajeros y amuleto s en la cintura.El retrato de Ferdinando de Austria, de Bartolomé

González, tiene un pájaro en la mano, amuleto s yuna campanilla. Se creyó en la acción profiláctica

de los amuletos. Por ejemplo, la mano cerrada con

el pulgar pasando entre el índice y el dedo mayor

evita el mal de ojo, la uña de la gran bestia previe-

ne la erisipela, los dientes facilitan la dentición,

las medias lunas evitan los aires deletéreos, las

castañas marinas preservan de envidia y tumores,

los cristales alejan las enfermedades de la vista y

las campanillas, los malos espíritus 7.

EL RETRATO DE NIÑOS MUERTOS Y

EL CULTO MARIANO

No fue común el retrato de n iños muertos en

España. Sin embargo, muchas de las pinturas de

la nobleza mostraban niños enfermos que morirían

pronto. Tampoco fueron comunes en América Lati-na, salvo en México. El arte funerario infantil está

íntimamente relacionado con la iconografia estable-

cida para la Virgen durante su muerte o dormición

y la Asunción. Esto 10 sintetizó Jacobo de Vorágine,

obispo y escritor exponente del influjo protoe-

vangélico en el occidente medioeval. Su texto, la

Leyenda Aurea (siglo XIII) suministró abundante

material de inspiración para decoradores de igle-

sias y escritores místicos y fomentó el culto

marianos. Si bien es cierto que la devoción a la Vir-

gen María había empezado en el siglo VII cuando

San Idelfonso, Obispo de Toledo, estableció el culto

de la Inmaculada Concepción y se había tenido un

tradición cultural en este sentido, por 10 menos en

España, fue tomada más tarde como bandera de

religiosidad nacional en la Contrarreforma. En 1654

Arie    ritual de la muerie niña

.el papa Alejandro VII, a pedido de Felipe V, concede

el patronato de la Inmaculada Concepción sobre

todos los reinos españoles. Este movimiento inspi-ró muchos pintores en el tema de la Inmaculada.

En América Latina muchos pintores fueron influi-dos por esta temática. Desde la Colonia se empeza-ron a utilizar jaculatorias que mostraban la influen-

cia del culto mariano: «¡Ah Ave María Purísima sin

pecado concebida!». El movimiento eucarístico y elmaríológico se formaron en la corriente misma de

la Contrarreforma para reparar las injurias de la

Reforma hacia el Santísimo Sacramento y la VirgenMaria9. La arquitectura gótica con sus vitrales ex-

presó el sentimiento religioso e impulsó esta devo-

ción. Ya la Virgen no tendrá la Majestad Impasible

sino que es una madre sonriente, dulce, que con-

templa con amor a su hijo. Es común que su figura

aparezca rodeada de ángeles que cantan o tocaninstrumentos como el laúd, el arpa, el salterio, el

órgano portátil, la flauta traversa, la doble trompa,la cornamusa, la viola   10.

LA LEYENDA AUREA

Jacobo Vorágine basó su Leyenda en un evange-

lio apócrifo atribuido a San Juan Evangelista. Des-

cribe que cuando la Virgen sintió viva añoranza por

su Hijo y deseó reunirse con él, se le apareció un

ángel, envuelto en luminosas claridades, que le

anunció la muerte: «Dios te salve, María... te traigodesde el Paraiso este ramo de palma para que sea

colocado sobre tu féretro». La palma era una espe-

cie de ramo formado por una vara verde cuyas ho-

 jas fulgurante s y esplendentes brillaban como el

lucero de la mañana. La palma, atributo de los ele-

gidos por Dios, entre ellos la Virgen y San José,tiene su fundamento en la creencia del Paraiso como

un oasis poblado de palmeras. Antes de morir, en

presencia de los apóstoles que fueron transporta-

dos en nubes desde sus lugares de trabajo, la Vir-

gen le pidió a Juan que la palma entregada por el

ángel fuera llevada por alguien delante del féretro.

Juan les advirtió que ante la muerte de María mos-

traran fortaleza, dominaran los sentimientos y no

lloraran porque si los viesen entregados al natural

dolor, se extrañarían y dudarían de la resurrección

prometida a los creyentes.

Agrega Vorágine que hacia la tercera hora de la

noche llegó Jesús acompañado de las diferentes

órdenes de ángeles, los grupos de los profetas, los

ejércitos de los mártires, las legiones de los confe-

sores, los coros de las vírgenes y se situaron orde-

nadamente ante el trono de la Santa Madre y em-

pezaron a cantar dulcísimos himnos. Una vez Je-

sús llamó a su madre y ésta le contestó que estaba

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 Alvarez1:

preparada, el cortejo entonó: -He aquí una mujer

que jamás mancilló su tálamo con deleites sensua-les; por eso recibirá como recompensa el premio

reservado a las almas santas». Luego el coro canta

la ~tifona -Ven desde el Líbano, esposa mía; vendesde el Líbano, que vas a ser coronada». En aquelmomento el alma de la Virgen salió de su cuerpo y

voló a la eternidad en brazos de su Hijo. Su muerte

se produjo sin dolor, sin gloria y sin nada de cuanto

hace penoso y triste morir. Cristo emprendió con elalma de su madre, el viaje hacia la Gloria, rodeado

de infinidad de rosas rojas, es decir, de una multi-

tud de mártires, y de una innumerable cantidad de

azucenas, porque azucenas parecían los ejércitos

de los ángeles, de los confesores y de las vírgenes

que le daban escolta. A los tres días de sepultada,

la Virgen fue resucitada por Cristo, quien le infun-

dió nuevamente el alma para evitar la corrupción yentrar al ciel08.

LA PINTURA DE LOS ANGELITOS

Como recuerda Gutiérrez Aceves, una serie de

afinidades, semejanzas y simetrias hacen patentela asimilación del discurso de la muerte infantil al

de la Virgen. Las muertes son tránsito directo a la

gloria sin las penalidades de las postrimerias. La

Virgen Madre es consuelo de las que pierden un

hijo pues como perdió el suyo en aras de la Reden-

ción así las madres cuando pierden sus hijos dan

ángeles al cielo. Además, como Maria es interceso-ra a la hora de la muerte, los angelitos también seconvierten en mediadores. Los recursos simbólicos

son los mismos: la corona tiene el significado de

alma justa, la palma alude al triunfo sobre la muer-

te y la virginidad de sus portadores. La prohibición

de llorar expresa en ambos casos la creencia en laresurrección. También la música tiene significado

especial porque cuando vino el cortejo celestial por

la Virgen -empezaron a cantar dulcísimos himnos».

Hay todo un simbolismo espiritual y edificante. Así,

la Virgen y los angelitos se vuelven modelos espiri-

tuales e infunden sentimientos piadosos a los cre-

yentes cristianos que buscan la salvación eterna.

El temor a la muerte se aprovechó para preconi-

zar el culto a María y a los ángelitos como interce-

sores celestiales. A las niñas se les amortajaba como

la lnmaculada ya los niños como San José. Todo

esto fue obra de la Contrarreforma, que exaltó el

culto a la Virgen para defenderla de las ideas

reformistas que no aceptaban su virginidad e

Inmaculada Concepción. Los pasajes de la Virgen

aunque no figuran en los textos apostólicos, eran

apropiados para reflexionar sobre la muerte, la

resurección y la forma de alcanzar la vida eterna.

Durante los siglos XVI y XVIII la iglesia católica his-

380

.panoamericana articuló el discurso teológico sobre

la muerte con características de amonestación yexhortación, como lo constatan las obras pictóricas

y literarias. En este sentido fueron muy importan-tes las siguientes obras: La Cátedra de Morir, Pun-

tos para la lección del último instante, de Diego deTorres (España 1724), La portentosa vida de la

Muerte, emperatriz de los sepulcros, Vengadora de

los agravios del Altisimo, y muy Señora de la hu-mana naturaleza, de fray Joaquín de Bolaños (Méxi-

co 1792). En Colombia el pensamiento católico par-

tió de las decisiones del Concilio de Trento, y de los

libros Partida a la eternidad y preparación para la

muerte, de Iván Eusebio Nieremberg (Madrid 1645).

Dulzuras en el morir, motivadas del amor de Dios y

de las culpas, sacadas de los evangelios, profetas y

de muchos santos, de Miguel de Meca Bobadilla

(Madrid 1671). Luz a los vivos y escarmiento a losmuertos, de Juan de Palafox y Mendoza (Madrid

1672), así como el Catecismo de los pueblos Ripalda

y Astete (Madrid 1800). También se publicó y reco-

mendó el novenario titulado El Ejercicio cristiano

para conseguir una buena muerte, por consiguien-te la salvación eterna, el cual deberá hacerse todos

los viernes a la hora en que expiró el redentor delmundo (Bogotá, 1883).

Los artistas pintaron el tema de la Virgen y los

angelitos. Pero es en México donde se popularizóesta temática. Se mencionan artistas como Juan

Correa, José de Ibarra, Miguel Cabrera y Miguel

Gerónimo Zendejas. La constante en sus pinturas

es la tranquilidad con que la virgen recibe su muer-

te 10 que constituye La Dormición. Los símbolos

están presentes como la palma y la corona. Cuando

pintan a los niños muertos 10hacen como si fueran

adultos empequeñecidos, con dignidad, reflejando

su condición arístocrática. En ocasiones los pintan

vivos, de pie, con los ojos abiertos. Se sabe que es-

tán muertos por la leyenda de su deceso, la rosa en

la mano y la mirada sin brillo. A veces no hay cohe-

rencia entre la edad real y aquella con la que 10

representan. En ocasiones la imagen se reduce a 10

esencial, al rostro. Modernamente se ha seguido estatradición cultural con artistas como Frida Kahlo,

Siqueiros, Ledesma, OIga Costa y Reyes Ferreira.

En Colombia, artistas como Fernando Botero, quien

plasmó en la p intura y en la e scultura a s u hijo

muerto, y Alfonso Quijano, Carlos Granada y Au-

gusto Rendón, entre otros, cuyo arte es testimoniode la muerte violenta de los niños colombianos.

LOS RITUALES

Los rituales, que atestiguan la muerte, alivian la

aflicción y permiten seguir la lucha en la vida, tie-

nen una secuencia. Cuando el niño va a morir   se

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 Alvarez1:

a los retratados sino captarlos en un gesto queretiene la tesitura ante la muerte como un acto querenueva la vida~.ll

,ff..   COLOFÓN

Los rituales fúnebres infantiles simbolizan la

pureza libre de pecado, el tránsito a una vida in-

BIBLIOGRAFIA

.mortal, la advocación a la Virgen Inmaculada, la

conversión de persona en ángel, la alegria por tenera alguien en el cielo, la ausencia de sufrimiento fi-

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