El arte en Persona

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El Arte en persona es una selecta recopilación de entrevistas con destacados personajes de la cultura universal y mexicana del siglo XX. Se encuentran pláticas con Tennessee Williams, Orson Welles, Odysseus Elitys, Henry Miller, Peter Brook, Joan Miró, Stanley Kubrik, Jean Genet, Julio Castillo, Oscar Liera, Norman Mailer, Ludwik Margulles, entre otros.

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Testimonios de nuestro tiempo

Libros Malaletra

Teatro

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Diseño de portada: Ricardo Caballero

Primera edición electrónica, diciembre 2010

© Fernando de Ita

© Publicaciones Malaletra Internacional

http://libros.malaletra.com

Milwaukee 78-10 / Col. Nápoles / 03810 México, D. F.

ISBN: 978-607-95520-1-5

Hecho en México

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El tiempo sólo tiene sentido cuando ya pasó, cuando aún no pasa por nuestras vidas. Hace 13 años cuandocomencé a escribir este libro no tenía ni la más remota idea de que lo estaba escribiendo. Nunca pensé quela imagen del presente se delineara mejor en el futuro. En su momento me enseñaron que el periodismo esla historia del día, el registro de hoy, la fotografía instantánea del mundo. Ahora sé que cuando el tiempohace su obra, aquel apresurado retrato de los hombres y las cosas se transforma, con suerte, en eltestimonio de un tiempo y un lugar de nuestra historia.

He aquí el testimonio de mi encuentro como repertorio con algunas de las más sobresalientespersonalidades del arte universal del siglo XX. Samuel Beckett, Joan Miró, Orson Wells, Henry Miller,Jerzy Grotowski, Jean Genet, Adrzej Wajda, Norman Mailer, Bob Dylan, Burt Lancaster, Tadeuz Kantor,Peter Brook..., en fin; algunos de los artistas que revolucionaron el cine, la literatura, el teatro, la música,la pintura de nuestro tiempo.

Durante varios años resistí la tentación de publicar como un libro estas entrevistas, porque juzgaba quetenían la virtud, pero también el defecto del trabajo periodístico. Es decir, que tenían la fecha bien puesta.Paradójicamente, esta es también la razón por la que ahora las doy nuevamente a la imprenta, pues buenaparte de mis conversaciones no se podrán repetir nunca, por la sencilla razón de que sus protagonistas hanmuerto.

El tiempo no ha borrado los defectos y las limitaciones de estos testimonios, pero en cambio sí les ha dadoel valor de las viejas fotografías que a pesar de su imperfección nos permiten conocer algo que ya noexiste. Por un lado, me asombra haber logrado conocer personalmente a estos extraordinarios creadores denuestro siglo. Por el otro, me jalo los pelos por no haber aprovechado mejor esos encuentros.

En algunos casos me fue posible establecer con el personaje una corriente de simpatía que facilitó todo lodemás. En otros, apenas si fui testigo de sus palabras. En ambos casos el reportero se alegra sobremanerade haber estado ahí, al lado de estos seres a quienes les fue dado uno de los poderes de la divinidad: el dela transfiguración. Todos mis entrevistados han tomado la realidad del mundo para convertirla en algo másque una serie de acontecimientos: la han transformado en algo que no es real y sin embargo es cierto,porque el arte es un destello, una fuerza interior que saca a la superficie la esencia del sujeto y el objetoque es tocado por ella.

Los amigos que me animaron a publicar estas entrevistas tienen la gentileza de verlas como un valiosomaterial de consulta para las nuevas generaciones de periodistas, y para el lector interesado en la vida y laobra de estos hijos sobresalientes del siglo que termina. Creo sinceramente que la única enseñanza formalque podrán hallar aquí los jóvenes reporteros, será la de evitar las fallas, los abusos, las muletillas, loslugares comunes del entrevistador aunque hay algo más que quisiera transmitirles: la pasión del reportero.En mi caso, nunca creí tener la dedicación y el instinto que hace falta para ser un buen periodista. CuandoCarlos Payán me invitó a mediados de 1977 a tomar parte en la fundación del diario unomásuno, en laciudad de México, yo vivía en otro universo, a mil kilómetros de la tierra. En la dirección y redacciónoriginal de aquel diario había periodistas de extraordinario talento que me enseñaron a ver el mundo conotros ojos. Lo primero que supe de ellos es que se debe estar medio loco para perseguir la realidad día trasdía, como un amante en celo. Siguiendo su ejemplo renuncié a la cordura y me hice reportero de tiempocompleto. No me arrepiento. Gracias a este apasionante oficio conocí a varios de los artistas que habíancambiado mi visión del mundo en la adolescencia. Como reportero cumplí el sueño de mi vida: viajar yescribir.

Los viajes que hice para ir al encuentro de algunos de mis entrevistados fueron la primer recompensa a laobstinación y el delirio que me empujó a ellos. La segunda fue conocerlos. ¡Cómo olvidar a Joan Miró enla mitad el estudio que tenía en Palma de Mallorca! ¡Cómo borrar de la memoria la figura dantesca deSamuel Beckett en el bistró de París donde solía platicar con James Joyce! ¡Cómo no agradecerle al cielola entrevista con Henry Miller en un rascanubes de Nueva York!

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La mayor parte de estas entrevistas fueron realizadas entre 1978 y 1983 en el periódico unomásuno, un parde ellas se publicaron en el suplemento cultural de la revista Siempre! que dirigía Monsi; hay materialpublicado primeramente en La Jornada y El Financiero, más dos entrevistas muy particulares con BobDylan y Norman Mailer, que para escándalo de algunos colegas salieron en Las horas extras, la revista conla que Víctor Roura trató de romper el círculo vicioso de nuestro periodismo cultural. Por petición expresade Sergio Magaña, la entrevista que me costó su amistad y que aquí se reproduce, fue publicada en eldiario Excelsior.

Fueron varias las personas y las instituciones que me ayudaron a conseguir estas entrevistas. A todas ellasmi mayor agradecimiento. Finalmente, hay una mujer sin la cual mi vida sería otra. Ella me vio partir atodos estos viajes y nunca tuvo, como Penélope, la paciencia de aguardar mi regreso tejiendo chambritas.Por el contrario, casi siempre corrió a mi encuentro con la espada desenvainada. Su amor y su furiaacrecentaron la intensidad de la experiencia. Sin sus besos y sin sus puñaladas difícilmente habríaterminado este libro. De modo que mi dedicatoria es la siguiente: para Margie, por todo el amor, por todala sangre derramada en esta larga, maravillosa travesía.

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El teatro lo uso para hablar del odio de que están hechas lasrelaciones humanas

San Miguel de Allende, Gto. En el fondo del bar La cucaracha, extraviado entre un sombrero de ala ancha,lentes oscuros y un cigarro de considerable tamaño, Tennessee Williams me dijo: "En alguna parte escribíque el arte es una forma de anarquía y el teatro una forma de arte. Ahora me gustaría agregar que el artesólo es anarquía en yuxtaposición con los valores establecidos por la sociedad organizada, de manera quees una anarquía benéfica en la medida que constituye algo que faltaba y que puede ser la crítica de lo queexiste".

Entre un tequila y otro, protegiendo su identidad en el rincón de la cantina, hablando en voz baja ypausada, comentó lo siguiente: "Tengo la impresión de que vivimos en un mundo amenazado por eltotalitarismo, en el que se están poniendo restricciones al trabajo creador de quienes se expresan en contrade la corriente de ideas establecida. En los estados fascistas y comunistas todos estamos sujetos a censurase inhibiciones de uno y otro tipo, temblando ante los comités de investigaciones y los interrogatoriospoliciacos".

Agregó: "Sí, así están las cosas de graves. Sin embargo, sostengo la convicción de que la dirección delimpulso democrático que rechaza todas las formas de control de las ideas y los sentimientos, y se orientairresistiblemente hacia lo individual, humano, equitativo y libre, sostengo, repito, que esa dirección puedeocultarse, pero no desaparecer".

De paso por nuestro país, en el que ya ha estado varias veces por cuestiones personales y de trabajo, elescritor recibió al reportero con estas palabras:

"Le adelanto que yo de ninguna manera deseaba conceder una entrevista. Estoy aquí por mero azar y enestos casos no me gusta desperdiciar momentos de mi vida hablando de mí mismo, de manera que si lorecibo es porque Ángel —el joven mexicano que lo acompañaba—, me lo pidió encarecidamente. Lesuplico, pues, que sea breve y deje en paz esa grabadora: si hemos de platicar un momento que sea sinaspavientos".

Y fue él quien puso el ejemplo, escuchando inmóvil la pregunta que sigue:

—En las ediciones estadunidenses de sus obras de teatro, se entresaca una opinión del Time en la que sedice que usted es el dramaturgo más importante de los Estados Unidos después de Eugene O'Neille y elmás grande de los que viven actualmente: ¿qué piensa al respecto?

"Que el Time —respondió el escritor después de una leve sonrisa— a veces es justo en sus apreciaciones.Pero publicidad aparte, lo que le puedo decir es que antes de glorificarme en vida se me consideró muertoy enterrado en el fango del olvido. Para la opinión pública he resucitado de mis cenizas, pero yo digo quesiempre hubo fuego en mi hoguera, tanto que todo lo que tocaba se consumía, devorado por suincandescencia".

—En efecto, se ha dicho que usted ha descrito como pocos de sus compatriotas las pasiones secretas queconsumen a la sociedad estadunidense, arrancándoles, por así decirlo, la máscara del american way of life.

"Si eso ha sucedido —dijo el dramaturgo—, es porque desde mis comienzos como escritor, a los 16 años,tenía la intuición de que el teatro tenía que ser algo espontáneo, excitante, fuera de lo común. Una especiede golpe en el plexo solar que desbarata el orden convencional y sume al espectador en el desorden. Estaconvicción, sostenida a lo largo de mi obra y de mi vida, me llevó al sofá del psiquiatra en donde recibí laacusación de ser un hombre lleno de odio, coraje y rencor hacia los demás. Me llevó un buen tiempoconvencer a mi psiquiatra de que el coraje era el único valor que me impulsaba a hablar del odio y delrencor del que están hechas las relaciones humanas".

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—A propósito de esas relaciones, la violencia es como el lazo con el que usted ata y desata a suspersonajes, y esa violencia que ya aparece desde Un tranvía llamado deseo, creo que es cada vez másclara y más profunda en sus últimas obras. Si estoy en lo cierto, ¿la violencia es para usted inevitable?

"Es un hecho. Pero aquí es preciso hacer una aclaración —y tomar un respiro para vaciar el cañonazo detequila—; obviamente no estamos hablando de la violencia que el poder ejerce impunemente ya sea sobreel individuo o en contra de aquellos miembros de la sociedad que interfieren en sus designios, pues talviolación de los derechos individuales es ominosa y debemos luchar en su contra hasta suprimirla. Pero sinos referimos a la descarga de energía interna que inevitablemente se manifiesta en el amor de un hombrepor su esposa, de un hijo por sus padres, de un ser humano a otro, en suma, yo diría que es inevitable en lamedida en que evitarla no es más que irla acumulando en el fondo de uno mismo como una bomba quetarde o temprano terminará por estallar, destruyéndolo todo".

"Por otro lado —concluyó el dramaturgo a tiempo para que el mesero llenara de nueva cuenta las copas—,esa violencia interna puede destapar emociones humanas de otra manera desconocidas. Quiero decir: nosayuda a conocernos por completo, sacando a relucir la bestia que se esconde tras nuestras buenas manerasde hombres civilizados".

—Su respuesta me recuerda que el personaje más grave de Moisés y el mundo de la razón, la obranarrativa que la crítica consideró su mejor trabajo novelístico, hace una fiesta para anunciar su retiro delmundo de la razón. Como su personaje, ¿usted también se ha retirado de ese mundo?

"Por supuesto, cada día me siento más lejano de las formas sociales que retienen al individuo encerrado enel supermercado de la razón. Y debo decir que salir de ahí fue arduo porque la razón se escandaliza almáximo frente a la locura que libera al hombre de los convencionalismos que la primera le ha impuesto.Por años se me condenó diciendo: Williams perdió la razón, a lo que yo respondía desde mi fuero interno,¡por fortuna!".

—Hablando de otra cosa, ¿sabía usted que desde hace más de 25 años sus obras se presentan y son muyapreciadas en México?

"Estoy enterado, me parece incluso que este año y el que entra se han presentado y se presentarán dos otres de mis piezas. Lo único que lamento, si es que esto puede ser digno de lamentación, es que sólo misprimeras obras son las que siguen buscando los empresarios. Me gustaría que se conociera aquí lo últimoque he escrito, algunas de mis piezas cortas, por ejemplo".

—Ya metidos en el terreno del teatro, en su opinión, ¿a qué se debe la ausencia de dramaturgos, a escalainternacional, que logren como en su caso, conmocionar la conciencia de sus contemporáneos?

Nuevo cañonazo de tequila para darle impulso a la frase siguiente: "En parte, supongo, porque la realidadse encargó de dejarnos exhaustos con acontecimientos como la guerra de Vietnam, las triquiñuelas deNixon, la invasión de Checoslovaquia y otras "tragedias" por el estilo. En esos casos, el artista se vesobrepasado por los hechos y pierde un poco de su fuerza, que es la de develar lo oculto, sacar a la luz losecreto".

Diciembre de 1978

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El teatro, último reducto de lo imprevisible

Jesusa Rodríguez, o la necesidad del actor por ser libre. Esto es; solamente esclavo de su trabajo.

"Mucha gente está hoy de acuerdo en que el actor es un ser dependiente. Se le prepara para serlo. Desdela escuela, los sistemas pedagógicos lo vuelven un ser que espera el llamado, la obra en que la que síquepa, el papel de su vida, el personaje de sus sueños. Los actores dependen de las fuentes de trabajotradicionales, de las empresas, de los directores. Una de las causas de la deserción del SAI fue laincapacidad que se mostró al principio del movimiento para crear nuevas fuentes de trabajo. Sin embargo,es el mismo SAI el que ahora demuestra que esto es posible, que los actores pueden ser dueños de susmedios de producción".

Jesusa Rodríguez, o el rigor del nuevo comediante.

"La investigación teatral. Qué problema. El actual grupo Atrezo —que da hoy su función de ¿Cómo va lanoche, Macbeth?, en Madrid 13, Coyoacán, a las 20:30 horas— tiene dos años de trabajo continuo, serio,de aportación cuando menos del tiempo empleado en el taller de investigación, y no hemos podidointeresar a ninguna institución en nuestro trabajo. Resultado de que la investigación no pinta de colores lacarrera de los funcionarios. Ellos quieren algo concreto para pararse el cuello. Algo previsible. El teatro,en cambio, es quizá el último reducto de lo imprevisible, de la sorpresa; en el escenario nunca se sabe biena bien lo que va a pasar porque es un proceso vivo, y en el caso de la investigación teatral, se sabe dóndecomienza, pero no dónde termina, lo que resulta insoportable para los funcionarios".

Jesusa Rodríguez, o es mejor quedarse huérfana que aguantar siempre la burocracia del alma mater.

"Salí por piernas de la UNAM porque me harté de la burocracia del sistema de funcionarios que tienenque quedar bien con otros funcionarios, que dar concesiones. En 1980 formamos un taller de investigaciónen el CUT, comenzamos 30 estudiantes y terminamos seis, lo que a mi juicio habla bien de la seriedad deltaller. Cuando el CUT se cambió para el centro cultural, fui a ver a Luis de Tavira para decirle que el talleriba tan bien que ya habíamos incrementado el tiempo de trabajo, y él me respondió que muy bien pero quequé pena porque ya no podía ofrecernos nada porque no tenía espacio ni presupuesto. Quería que nosesperáramos a que le construyeran al CUT un tercer piso. De manera que el taller terminó instalándose enun garage de cuatro por cuatro, luego de un auditorio gigantesco y gélido del Colegio de Arquitectos.Finalmente el doctor Salvador Antuñano nos rentó por una suma ridicula el Teatro de la Capilla. Ya eraotra cosa. Aunque el teatro tiene limitaciones insuperables, de orden técnico y económico. Sólo hay sitiopara 90 butacas, y aun en tiempos de Salvador Novo fue una sala con poco público. Invertir en publicidadpara darla a conocer es hacer un gasto irrecuperable por el tamaño de la sala. El caso es que ahí estamos,con otro foro independiente puesto en marcha".

Jesusa Rodríguez, o la vigilia del sueño.

"La puesta en escena de ¿Cómo va la noche, Macbeth?, comenzó con la búsqueda del humor profundo,hiriente, negro, capaz de desatar la crueldad y el sarcasmo, los bajos fondos del chiste. Pensamos que eraun medio inmediato para llegar a la gente. Investigamos sobre el humor, llegamos a la tragedia negra deMacbeth, que nos llevó irremediablemente al terreno de los sueños. ¿Yo me río en sueños, tengo humorcuando estoy dormida? Preguntas como ésta nos llevaron a la interrogante de por qué si toda la gente estan creativa en sus sueños, no lo es durante la vigilia. ¿Cómo desarrollar la apertura de la imaginación quese alcanza en los sueños, sobre el escenario, en ese sueño colectivo que es el teatro? Hay una vastainvestigación a nivel teórico sobre los orígenes y el sentido del sueño, pero otra cosa es llevar esto a lapráctica. Éramos seis personas proponiendo cosas como locos en un mismo espacio y al mismo tiempo.Tuve que bajarme del escenario para coordinar desde fuera el trabajo. Dije coordinar, no dirigir. Yo nosoy, no me siento directora y mis compañeros propusieron todos y cada uno sus personajes, escogieron sus

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textos, hicieron su vestuario. Yo sólo coordiné las acciones de todos".

Jesusa Rodríguez, o la emoción profunda que hace la acción, "una persona llena de ganas de sentir y dedecir lo que siente". Por ejemplo: ya basta de hacer concesiones. Hay que aprender a decir no, y afrontarlas consecuencias. Luchar por un verdadero teatro alternativo, independiente de "la fama", delburocratismo, de la falsa conciencia política. Esto es posible si se deja a un lado el individualismo estéril yse trabaja en conjunto. Ahí esta el Guau, el Miau, El Cuervo, para probarlo.

Jesusa Rodríguez, o que se vaya al carajo el star system. "Me encabrona la búsqueda del culpable. Es elresultado de una sociedad que le rinde culto al individualismo. De verdad me jode cuando dicen, elespectáculo de Jesusa ¿Cómo un espectáculo va a ser de alguien solo? ¿Y los actores, los técnicos, lostramoyistas? Te lo digo en serio, yo no conozco lo que es el trabajo individual. Desde la escuela trabajé engrupo, y en lo que estoy es en un trabajo colectivo, entendiendo que no se trata de que todos hagamos detodo, sino de que cada quien desarrolle, con ayuda del grupo, lo mejor de sí mismo".

La intimidad de Jesusa. Mejor dicho, aquella que necesita el actor para trabajar en grupo. Nos cuenta laRodríguez que cuando se trabaja, como en el taller del Atrezo, a fondo con el cuerpo y sus emociones, esindispensable que exista un clima especial en el espacio de ensayos. Como el actor se está forzando almáximo con ejercicios fatigantes y extremosos, el instrumento de trabajo que es su cuerpo, llega unmomento cuando las emociones saltan en llanto, furia, oprobio. Es cuando el otro debe ser el mejorcompañero de uno.

Dentro de este compañerismo se dio el proceso de ¿Cómo va la noche Macbeth? Decíamos que el puntode partida para esta puesta en escena fue la búsqueda del humor corrosivo y la vigilia del sueño.Agregamos ahora que había la intenciónde hacer un "teatro sucio", con objeto de desperdicio. No sinnostalgia, cuenta la Jesusa que en sus inolvidables conversaciones con Fiona Alexander, salió el tema dehacer una obra con elementos inservibles, abandonados, sucios, viejos, no antiguos. Los atrezos ibancoleccionando, para el caso, ropa, objetos y chucherías que utilizaron posteriormente como elementospara su montaje. Y en ese punto, cabe la pregunta: ¿y por qué Macbeth?

La respuesta —sintetizada por obligaciones de espacio—, fue que el texto del asesino de Duncan fue másbien una "fuente de impulso", de la que interesaba sacar la experiencia del sueño mediante el aprendizajede un lenguaje que le permitiera al grupo "hablar de lo que se calla". El primer problema, entonces, fue deestructura, Jesusa estuvo de acuerdo en que el soñar es una forma de reventar la realidad, de tal modo quehabía que llevar al escenario una realidad distinta. En este sentido, la actriz juzgó que les faltó capacidadpara transformar realmente la estructura del sueño en hechos reales, así que conservaron más o menos laanécdota de la tragedia.

Otro problema: el texto de Shakespeare. Atrezo quería, con esta experiencia, tocar la cotidianidad desde elfondo de sus actos y el de Macbeth no es precisamente un discurso de lo cotidiano. Con el texto, aceptaJesusa, perdieron la batalla, pero ganaron lo que más les preocupaba: un punto de vista estético y eldesencadenamiento de emociones. En suma, las bases para un lenguaje propio. Por lo pronto, lograronalgo bien importante: evitar la orolesca —o juanibañezca— caída en lo "onírico". Aquí el sueño no es unpretexto para "echar a volar la imaginación", sino más bien para intuir su riqueza y palpar su profundidad.De ahí que a Jesusa le extrañe que la gente que ha visto el montaje de Atrezo hable de la violencia yagresividad que contiene. Ella está segura de que hay muchísima más violencia en la vida que todosvivimos que sobre el escenario del Teatro de la Capilla —la función de hoy es a las 20:30. Pero en fin,vayamos a las conclusiones que este grupo de seis actores del SAI ha sacado con la experiencia.

Una: la libertad, por parte del actor, de variar, si así lo desea, el trazo de su personaje. El trabajo de tallerles permite a estos cómicos hacer todas las funciones iguales, o todas distintas. La decisión es del actor.Dos: hacer una puesta en escena sin las malvadas presiones del funcionario, empresario o primera figura.El de este montaje fue un proceso de investigación que pudo seguir hasta el próximo sexenio, porque loimportante era el proceso, no el día del estreno. Tres: saber que quizá no es un texto clásico el quenecesita el grupo para continuar el rumbo de sus investigaciones. Cuatro: confirmar que la investigación es

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esencial para hacer un buen teatro independiente. Quinto: no hacerse ilusiones al respecto.

En este momento, confirma Jesusa, el teatro independiente está en pañales y para hacerlo hay que darle atodo. Ser el actor, acomodador, taquillero, publicista y demás del espectáculo. De manera que no esposible entregarse únicamente a la investigación. Y no lo será mientras las instituciones públicas,universitarias y privadas quieran que todo investigador del arte escénico encuentre la piedra filosofal, sequeja la Rodríguez. Quien nos habla luego de la extraordinaria experiencia que ha sido para ella trabajarde noche, primero en el Guau y ahora en El Cuervo. Sólo que éste ya es otro boleto que dará pie para otracharla, porque a ésta ya se le agotó el espacio disponible. Quedan dos líneas.

Jesusa Rodríguez, o la niña que se convirtió en mujer en el escenario. (Porque actriz de primera, lo fuesiempre.)

Agosto de 1982

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Quien escribe, miente

Nueva York, N. Y. La ciudad prodigiosa. Desde la casa de Norman Mailer, en Brooklyn Heights, NuevaYork se levanta a la vista como la ciudad más increíble del mundo. Frente al estudio del escritor vivo máscontrovertido de Estados Unidos, se mira la desembocadura del río Hudson, cuyas aguas corren bajo elvetusto puente de Brooklyn para estrellarse en el islote de la estatua de la Libertad, que a su vez miraManhattan con el asombro de quien ve las ruinas del porvenir; aquellos edificios portentosos que sedibujan en el horizonte como la obra de un faraón enloquecido por la grandeza de su proyecto.

Nachum Malech Mailer nació el 23 de enero de 1923 en el vecino estado de Nueva Jersey, pero creció yse hizo hombre en este barrio judío al que ha vuelto, luego de haber estado en el cielo y el infierno de lafama, como el último escritor norteamericano para quien la literatura es una cuestión de vida o muerte; unproblema de orgullo y de importancia personal sin límite ni medida. La obra de Norman Mailer (veintitrésnovelas, ensayos, reportajes, una obra de teatro y una película), puede verse como un autorretrato y unacrónica de su país y de su tiempo. Nadie ha fracasado tanto ni nadie ha logrado tanto éxito en describir,analizar, criticar y cantar a la moderna sociedad norteamericana como el autor de Los desnudos y losmuertos, Los ejércitos de la noche, El prisionero del sexo y Un sueño americano. Soldado de infanteríaen la Segunda Guerra Mundial, activista en contra de la guerra de Vietnam, ganador de los másimportantes premios literarios de la Unión Americana, premio Pulitzer por su trabajo periodístico,boxeador, director de cine, candidato a la alcaldía de Nueva York, padre de siete hijos de seis diferentesesposas, descendiente directo de Melville, Scott Fitzgerald, Dos Passos, Hemingway y Henry Miller;Norman Mailer tiene algo que decir sobre su propia historia:

"A los 63 años no tiene sentido saber qué hemos hecho de bueno y de malo en la vida. Todo es la mismacosa; los buenos y los malos libros; las malas y las buenas acciones; los buenos y los malos momentos.Todo es cuestión de calidad. Qué tan bien hicimos lo bien hecho; qué tan mal hicimos el mal. Mi vida, miobra es una lucha por la que las cosas terminan y comienzan; a un grado cero de la vida y la escritura en elque una acción desata otra, y una palabra se escucha por primera vez. Tengo ahora la suficiente yauténtica humildad para decir que soy el más grande de los escritores vivos de este país y no es eso lo quemás me importa. Hay algo que se me escapa: el misterio de la vida. Sólo en este sentido me interesoprofundamente por la muerte. No es algo místico; más bien estoy hablando de no morir sin antes llegar adonde nace el río, la fuente de la sensualidad y del dolor; de abrir la puerta de la creación: de conocer dealgún modo el origen de las cosas".

Norman Isaacovich Mailorovski. Nieto de un rabino cuya familia emigró de Rusia al África del Sur y deahí a Estados Unidos, Mailer fue de los primeros jóvenes judíos educados en Harvard. Fue ahí, en 1939,donde escribió su primer cuento y encontró en sí mismo la vocación de escritor, mientras estudiaba lacarrera de ingeniería. En 1944 se enroló en el ejército y cumplió su misión en el Pacífico como Cocinerodel Cuarto Pelotón del Doceavo Batallón del Cuarto Regimiento de Batería y, por lo que ahora se sabe deaquel tiempo, su pasión no fue la guerra sino la lectura de Tolstoi y Dostoievski. Cuando publicó Losdesnudos y Los muertos, en 1948 (novela recibida por la crítica como la mejor de todas las escritas enEstados Unidos sobre el tema), sus compañeros de armas retratados en el libro declararon que nuncasupieron que Mailer fuera un escritor o que tuviera la idea de escribir una novela. El soldado Mailer, sinembargo, ya se llamaba a sí mismo Norman Isaacovich Mailorovski, en honor a Dostoievski, y sus héroesno eran McArthur ni Eisenhower, sino Tolstoi, Dos Passos y Hemingway. Mailer enfrentó desde unprincipio su vocación de escritor como un destino y una catarsis; como una batalla íntima entre el Bien yel Mal. A los 25 años se convirtió en el más elogiado de los nuevos novelistas norteamericanos y los 150mil ejemplares vendidos de su primer libro lo hicieron también uno de los más solventes escritores de sugeneración. Con los 40 mil dólares de sus derechos de autor, Mailer se instaló en París con su primeraesposa, para convertirse en la tercera generación de escritores norteamericanos que cruzaba el Atlánticoen busca de:

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Norman Mailer (con sus grandes orejas desprotegidas por el escaso pelo blanco que le queda de aquellamelena color miel de actor de cine): "La emoción cultural. Hemingway fue a París porque ahí estaba lameca de la cultura occidental. Fue una peregrinación indispensable para saber que Ítaca estaba en otraparte. Aquellos gloriosos en los salones de Gertrude Stein no le sirvieron para tensar su pluma ni para serun mejor escritor, pero lo prepararon para su verdadera aventura en el sentido que un gato se prepara paraandar por la calle comiendo y durmiendo en la confortable casa de una anciana. Con Henry Miller sucediólo contrario; él era un gato callejero que sólo pensaba en coger y escribir en cualquier parte en donde estosdeseos fueran posibles. Miller escribió la mejor novela norteamericana de su tiempo en los tejados deParís. En realidad yo no fui a escribir a Europa. Yo había triunfado en Estados Unidos con mi primeranovela. Tenía entonces 24 o 25 años; andaba de vacaciones, esperando el momento en el que la furia deDios se apodera de mí para escribir la mejor novela que jamás se hubiera escrito. Tenía dinero para vivir eincluso podía darme el lujo de conspirar con los republicanos españoles exiliados en Francia para derrocara Franco. Mi admiración por Hemingway me llevó a comprometer a mi hermana Bárbara y a una amigapara que ayudaran a escapar a dos prisioneros de la guerra civil de España. Ésos fueron días sin tormenta,salvo que bajo la cáscara de la felicidad ya se había instalado el maldito gusano de la infelicidad. Mientrasyo era un hombre feliz y sin problemas, mi subconsciente sufría como un animal degollado por la pregunta¿Qué viene después? ¿Cuál va a ser tu próxima novela?".

"Mamá; ¿cuál de estas cinco palabras piensas que es la más fuerte: chingar, mear, verga, mierda o coño?"La obscenidad, el asesinato, la locura, el sexo y la muerte son algunas de las constantes de la vida y laobra de Norman Mailer. Peter Manson recoge en su libro sobre el escritor (Penguin Books, 1986) eltestimonio del mismo Mailer y de su hermana Bárbara, del diálogo aquí traducido entre el escritor y suprogenitora, Los desnudos y los muertos fue escandalosamente criticada por la prensa conservadora por laviolencia de su lenguaje y la crudeza de su acción. Why Are We in Vietnam?, el ensayo-novela de Mailersobre la intervención gringa en Asia fue reconocida por su autor como una "patada en el culo". Mailerinvirtió dos años en seguir y escribir el proceso y la ejecución de Gary Gilmore, para publicar ThePrisioner Song. Marilyn, es una especie de masturbación intelectual sobre la mujer que el escritorsiempre quiso conocer y conquistar. Ancient Evenings describe con lujo de imaginación las orgías carnalesy esotéricas de Ramses II y su corte de putas, padrotes y eunucos. El prisionero del sexo, ensayofalocrático, le valió el título de "puerco macho sexual". Mailer en persona vivió a finales de los cincuentabajo los devastadores efectos del seconal, la mariguana y el alcohol; temporada en el infierno que culminócon el intento de asesinato de su tercera esposa, Adele Morales, su reclusión en el hospital y su paso por lapenitenciaría. En Genius and Lust, su tremendo y voluminoso ensayo sobre Henry Miller, Mailer hace laapología de la Verga Parada como el mejor instrumento del universo para penetrar la conciencia universal.

Norman Mailer (con el rostro bronceado por el sol de la costa y el gesto de un abuelo judío que acaba dellevar a los niños al parque; afable y entretenido por la descripción que el reportero le ha hecho de sulocura sexual y su violencia literaria; cómodamente vestido con una camisa de algodón azul y un pantalónde lino blanco; sin rastro alguno en el físico de su temporada en el infierno): "Ya no hay nada másaburrido para mí que tratar de explicar mi interés por el sexo, la locura y el asesinato. He llegado a laconclusión de que es como hablar sobre la existencia de Dios o los límites del universo. No hay caso. Loque importa es que en este instante, en las calles de México y Nueva York, alguien está violando aalguien, enterrando un cuchillo y escuchando sirenas de policía en su cerebro. El sexo, la locura y laviolencia asesina forman parte de la naturaleza humana. Yo he escrito más de un millón de palabrastratando de explicarme el sinsentido de desear como perro el culo de una mujer que sólo puede ser míapor la fuerza y todo lo que he logrado es seguir deseándola. Me temo que ni yo ni los hijos de mis hijosvamos a conocer el triunfo del Bien sobre el Mal. Por lo tanto, un hombre sabio es aquel que llega a viejodeseando sin culpa alguna el coño que le está prohibido".

La era de Acuario. Asesinato de JFK. LBJ se empantana en Vietnam. En las universidadesnorteamericanas y en los cafés de la bohemia gringa nace la Nueva Izquierda. Demostracionestumultuarias en los campus; flores contra bayonetas; la marcha hacia el Pentágono: Los ejércitos de lanoche. Norman Mailer gana el Premio Pulitzer por su ficción sobre la realidad de aquellos días.Periodismo novelado o novela periodística. El reportero le dice al escritor que vino a verlo porque en supaís se va a editar una revista de nuevo periodismo, que tendrá por título Las horas extras.

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Norman Mailer (cuyos ojos azules sonríen sobre el telón de fondo de su iris): "¡Dios mío! Ahora mismotengo la bendita tentación de chingarle el viaje. La mejor parte que hay en mí quiere decirle que odio elperiodismo a secas, sea viejo o sea nuevo, pero el demonio que hay en mí me empuja como siempre adecirle realmente lo que pienso al respecto. Cuando yo fundé con algunos amigos el Village Voice, en55-56, estaba fuera de mi mente. Por aquel tiempo fumaba diez o doce cigarros de mariguana, bebía una odos botellas de vodka y tragaba seconales todo el día. Yo quería estar lúcido. Recuerdo, entre una nube depolvo seco y de distintos colores, que escribía mi columna para decir todo lo que se tiene que decir de unavez y para siempre, con el inconveniente de que utilizaba demasiadas palabras para ello. De hecho no eranpalabras, eran ideas puras, figuras del lenguaje las que venían a mi mente y se escapaban en la máquina deescribir. ¡Ése era mi nuevo periodismo! Lo que yo tengo que decir del nuevo periodismo es que lo que yohe buscado constantemente es la libertad de escribir lo que pienso de la manera que quiero hacerlo. Peroeso mismo tengo que decir de mis trabajos literarios. ¡Cómo hacer que lo imaginario sea real y cómo darlealas a la realidad! Hubo un tiempo en el que pensé que lo importante era decir La Verdad, quiero decir, serel portador, el dueño de la Razón. Quien escribe, miente. Descubrir esta verdad casi me costó la vida.Incluso los profetas mienten cuando hablan en nombre de la verdad, pero la suya es una trampa que loscondena a ellos mismos a ignorar que han sido engañados. El verdadero escritor es aquel que descubre elpeso de su mentira como la única manera de llegar al fondo de la verdad. Los políticos no tienen esteproblema porque para ellos todo es relativo; con lo que quiero decir que ellos mienten sin remordimientoalguno porque nunca es la verdad su verdadero objetivo. Yo comencé a escribir porque pensaba que éseera el único camino para encontrar la Verdad Completa. La Verdad Verdadera. Ahora sé que la mentira esparte integral de la verdad, como el bien y el mal, la vida y la muerte, el amor y el odio son dos partes delmismo cuerpo. Para darle una esperanza en la que ya no creo, le diré que el nuevo periodismo debería seraquel que dice la verdad de sus propias mentiras. ¿Todo esto tiene algún sentido para usted?"

—Sobre el amor y otras esquinas. Un hombre que se ha casado seis veces debe amar mucho a las mujeres,¿no es así?

Norman Mailer (1.70 metros de estatura, robusto, con algo de panza sobre el cinturón): "¡Tú lo has dicho!Pascal escribió que el verdadero amor es aquel que en lugar de hacernos prisioneros del objeto amado, nospermite ser libres de amar a todo el mundo. Yo únicamente amo a las mujeres y a mis hijos, y por supuestono a todas las mujeres. Incluso cuando lo más importante para mí era escribir, estuve enamorado. Ahoraestoy enamorado de mi mujer. Siempre me he enamorado. Henry Miller sólo quería a las mujeres paracoger y ni siquiera fue un buen jodedor porque sólo pensaba en coger; estaba cogiendo pensando encoger. Así no es posible disfrutar del sexo".

Ego eres y en ego te convertirás. La vasta, dispareja, variada, genial, desastrosa obra completa deNorman Mailer está escrita en su mayor parte en la primera persona del singular. Su vida y su obra formanparte del mismo monumento a la importancia personal que el escritor vivo más importante de EstadosUnidos se ha levantado a lo largo de 40 años. Él fue el primer escritor en el mundo en recibir un millón dedólares por un libro aún no escrito y según varios testimonios periodísticos, el escritor resiente desdesiempre las malas reseñas de sus creaciones literarias.

Norman Mailer (por completo distinto a la imagen del ególatra empedernido; sin el mal humor que se leachaca ni la soberbia que se le endilga; amable y contento, casi suave, como un viejo amigo): "Cuandouno hace de sí mismo el objeto, el medio y el fin de su escritura, se corre el riesgo de que los ataques alrespecto se sientan como jabs directos a la cara o como patadas en el culo. Ciertamente se necesita unaenorme cantidad de importancia personal para escribir cientos de miles de palabras sobre nuestras propiasideas y sentimientos, pero hay algo más. Cualquiera puede escribir sobre sí mismo sin que nadie dé unquinto por ello. Lo que hace la diferencia es el qué y el cómo de lo que se está diciendo. Yo no empecé aescribir para satisfacer mi propia vanidad sino como un esfuerzo tremendo por prender alguna luz en laoscuridad. Aun en mis peores libros he puesto todo lo que está de mi parte por juntar las piezas delrompecabezas, por hacer que las palabras que todos conocemos nos digan algo más de lo que ya sabemossobre ellas. En otras palabras, la indagación que he realizado en mi obra sobre mí ha sido una manera, lamás cruel, de llegar lo más hondo posible en el entendimiento de la condición humana. Cuando era muyjoven yo sentía una especie de corriente luminosa dentro de mi mente, no podía verla, visualizarla, pero yo

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sabía fucking well que estaba ahí, y que la cuestión era dirigir esa fuerza hacia la fuente del verbo paraque al escribir mis ideas estuvieran iluminadas por la gracia. Yo comencé a fumar mariguana porque meayudaba a sostener esa sensación de lucidez mental necesaria para la creación artística. Si he disfrutadomis triunfos y mis fracasos es porque sé en carne propia lo que cuestan. Al comenzar a escribir no es lafama ni el dinero lo que importa, aunque pensemos constantemente en ello; lo importante es realizar unverdadero acto de creación y se necesita poder, mucho poder para lograrlo. En todo caso, no tengo nadaque decirles a los jóvenes escritores, porque no hay manera de enseñarle a nadie el camino de la escritura.Ese camino sólo se descubre escribiendo".

Octubre de 1986